para que sirve la tecnología

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RICARDO A. FERRARO ARA QUÉ SIRVE TECNOLOGíA N. ESAFío PARA CRECER

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Materia metodología Licenciatura en tecnología educativa

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RICARDO A. FERRARO

ARA QUÉ SIRVE TECNOLOGíA

N. ESAFío PARA CRECER

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PARA QUÉ SIRVE LA TECNOLOGíA

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RICARDO A. FERRARO

PARA QUÉ SIRVE LA TECNOLOGíA ' UN DESAFío PARA CRECER

CLAVES PARA TODOS COLECCiÓN DIRIGIDA POR JOSt NUN

BJJ CAPITAL INTELECTUAL

Page 4: Para que sirve la tecnología

Director Editor general

Edición Coordinación Corrección

Dirección de arte Diagramación

Ilustración

Producción

José Nun

Jorge Sigal

María Encabo

Cecilia Rodríguez

María Encabo

Martín Marotta

Verónica Feinmann

Miguel Rep

Néstor Mazzei

Derechos exclusivos de la edición en castellano reservados para todo el mundo: © 2005, Ricardo A. Ferraro © 2005, Capital Intelectual Francisco Acuña de Figueroa 459 (1180) Buenos Aires, Argentina E-mail: [email protected]éfono: (+54 11) 4866-1881 1'ediclón: 10.000 ejemplares Impreso en Sociedad Impresora Americana S:A., Lavardén 157, Cap. Fed., en mayo de 2005. Distribuye en Cap. Fed. y GBA: Vaccaro, Sánchez y Cía. S.A. Distribuye en interior y exterior: D .I.S.A. Queda hecho el depósito que prevé la ley 11.723. Impreso en Argentina. Todos los derechos reservados. Ninguna parte de esta publicación puede ser reproducida sin permiso escrito del editor.

BTI CAPITAL INTELECTUAL

PRODUCE: Le Monde diplomatique, edición Cono Sur· MLQTD, Mirá lo que te digo Fem, femenina y singular. Mirá Quién Vino, Vinos y Gastronomía

303.483 Ferraro, Ricardo A. CDD Para qué sirve la tecnologra

1 a ed., Buenos Aires, Capital Intelectual. 2005 128 p.; 20x14 cm. (Claves para todos, dirigida por José Nun N° 28) ISBN 987-1181-29-9 1. Ciencias Sociales-Tecnologla. 1. Titulo

íNDICE Introducción 11

1. Datos y advertencias 15

2. ¿De qué se trata esto? 17

3. Tecnologías: ¿cuáles? 29

4. Algo hacemos bien, aunque otros se olviden 53

5. ¿Para qué sirven las ciencias y las tecnologías? 75

6. La otra guerra 83

7. ¡Educaciónl 91

Condusión 105

Anexo 107

Bibliografía 117

El autor 125

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J Agradezco la colaboración de Mara Vanrell, Carlos Lerch y Sergio Ferraro quienes ayudaron a completar.

sazonar y ordenar las ideas que conforman este libro.

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INTRODUCCiÓN

A fines del siglo XX cada persona ocupada producía, en prome­dio mundial, siete veces más que en 1900, lo que permitió que el consumo por habitante se multiplicase por seis.

Este crecimiento de la productividad se debió, fundamental­mente, al desarrollo tecnológico, estrechamente vinculado con la generación de nuevos conocimientos.

En el siglo XXI, de la mano de las tecnologías, llegan nuevas realidades y desafíos que modifican tanto la perspectiva del mundo que nos rodea como nuestra forma de vida. A lo largo de estas pá­ginas intentaremos entender y reflexionar sobre algunos de estos cambios, de los que ya nos afectan y de los que sin duda pronto lo harán.

Será necesario, incluso, remontarnos en el tiempo. Empeza­remos por recorrer la historia de algunas palabras como, por ejemplo, la del término tecnología que no apareció hasta ya avan­zado el siglo XVIII, o la de innovación que comenzó a usarse sólo en las últimas décadas del XIX.

Fue entonces cuando la necesidad de competir innovando obligó a analizar este complejo proceso yen cuatro décadas se pasó de la teoría lineal-que, después de la Segunda Guerra

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Mundial, sostenía que la investigación científica generaba desa­rrollos tecnológicos y éstos el crecimiento industrial yel bienestar general- a un modelo más complejo, que hoy se conoce como el de los sistemas nacionales de innovación, y que muchos decla­man, a veces, sin saber demasiado bien de qué se trata.

Pero, si hablamos de tecnologías, debemos aclarar a qué nos estamos refiriendo porque el desarrollo tecnológico no sólo evo­luciona sin pausa, sino que se acelera, y lo que hoyes novedad, en muchos casos, mañana será obsoleto. Trataremos de señalar algunas semejanzas y diferencias entre las distintas tecnologías, sus actores y beneficiarios, sin dejar de lado a quien siempre se olvida: la gente, aquellos que la usan, la consumen, a veces hasta la sufren, pero que en muy pocas ocasiones tienen oportunidad de opinar o, siquiera, de preguntar.

En este complejo y cambiante escenario internacional nos interesará saber cómo estamos ubicados los argentinos. Como se preguntaba Jorge Sabato hace algunas décadas: "¿Qué somos, autores, actores, extras o amigos del boletero?" La respuesta no es simple: en algunas actividades hemos sabido ganar un buen papel, en otras podemos decir alguna que otra palabra, mientras que en la mayoría los actores principales ni se dan cuenta de que existimos.

Ahora bien: ¿para qué sirven las tecnologías? Intentaremos reflexionar acerca de las respuestas posibles, incluso sobre la que asegura que son útiles "para ganar guerras", como la Segunda Guerra Mundial, la Guerra Fría y, ahora, las guerras comerciales. Se impondrá entonces preguntarnos si la tecnología resultaría una buena aliada en la batalla que los argentinos libramos a la deso­cupación, la indigencia y el hambre.

Veremos luego que la crisis desatada en nuestro país en 2001 obliga a combatir en dos frentes. Por un lado el de las llamadas "tecnologías competitivas" es el que interesa al mundo industria-

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fizado; se impone por las ventajas económicas que genera y tiene como objetivo reemplazar mano de obra o garantizar los máximos niveles de calidad. El otro, el de las conocidas como "tecnologías de subsistencia", aparece ante la urgencia y se dirige a aumentar el uso racional de mano de obra, que en ciertos sectores abunda, y a reemplazar inversiones en equipamiento, que hoy escasean.

Si bien, por momentos, también en el ámbito de la tecnología parece confirmarse aquello de la ciclotimia argentina -un día creemos que somos los mejores y al siguiente n'os convencemos de que nadie es peor que nosotros- un criterioso balance de la situación del país en lo relativo a ciencias y tecnologías nos obliga a no exagerar aciertos ni errores. El sector padece carencias ma­teriales y falta de claridad y sensatez en ciertos actores, pero no faltan lúcidos exponentes del área que han producido ya logros concretos. En definitiva, hay motivos para un sereno optimismo. Si a eso lográramos sumarle una mejora sustancial en la calidad y alcance de la educación estaríamos, sin duda, más cerca de la Argentina a la que aspiramos.

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1. DATOS Y ADVERTENCIAS

Desde algunos ámbitos locales -p<ero, sobre todo, desde el ex­tranjero- estudiosos y observadores especializados nos advierten acerca de las características de las nuevas relaciones entre riqueza, bienestar y conocimientos y anticipan lo que nos podría pasar si no aplicamos las actuales reglas del juego.

Veamos algunos ejemplos en este sentido:

"Antiguamente, lo que distinguía al rico del pobre era la cantidad de dinero que tenían en el bolsillo; hoy los diferencia el tipo de ideas que tienen en la cabeza."

John Kenneth Galbraith

"En 1900, la Argentina era uno de los países más ricos del mundo. Para 1960, pese a una serie de gobernantes de cuestionable ha­bilidad, seguía siéndolo. ¿Por qué? Porque en ese momento, un tercio de la economía mundial era agricultura, la tercera parte era industria yel resto, eran servicios. Y por servicios, debe entenderse 'conocimientos': no son mozos, ni gente que sólo hace hambur­guesas. Son personas que sacan patentes, los consultores, los que hacen seguros, los que hacen leyes, investigación tecnológica, los

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que hacen CDs y programas de computación. Avancemos desde 1960 a 1998: el 4% de la economía mundial es agricultura, y no porque la agricultura en términos de volumen o en términos nu­méricos sea menor; sino porq ue la economía mundial creció a tal nivel en los otros aspectos que la agricultura parece, comparati­vamente, mucho menor. La industria sigue en el mismo nivel, una tercera parte de la economía mundial y los servicios ahora son dos terceras partes del crecimiento mundial. Los servicios se manejan en un idioma: el digital. Esto quiere decir que un joven que no se graduó en la Universidad de Harvard (como Sill Gates) puede acu­mular una cuenta bancaria que es el equivalente a todo lo que pro­ducen los habitantes de Israel en un año, o Malasia, o Singapur, o Venezuela. Y que si ese señor se levanta de mal humor un día y cambia sus cuentas de un banco a otro, mueve la economía de un país. Eso significa que su compañía, el día que decida mudarse, mueve una economía del tamaño de Canadá. Ésa es la diferencia entre la vieja y la nueva economía."

Juan Enriquez Cabot

"Para ser competitivos hoy, es necesaria una reflexión crítica de nuestras instituciones y de nuestra cultura. Pero el problema más serio es la extraordinaria división entre el pensamiento y el poder cuya unificación es la base de la economía del conocimiento. No es para lamentarse, se trata de asumir con responsabilidad nuestra realidad e inventar nuevas instituciones que promuevan el cambio que hace falta."

Luis Rappoport

"Una vez que la tecnología ha pasado como una aplanadora, si uno no forma parte de la aplanadora, necesariamente forma parte del camino por donde ella pasa."

Nicolás Neg ro ponte

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2. ¿DE QUÉ SE TRATA ESTO?

UN POCO DE HISTORIA DE LAS PALABRAS Los diccionarios etimológicos explican que el término técnica proviene del latín technicus y éste del griego 1:eXVtKó<;, 'relativo a un arte', 'técnico', derivado de 'téxv't], 'arte', 'industria', 'habili­dad' o 'expediente'.

De hecho, los griegos usaban el término 'téxv't] (téchneJ para designar una habilidad mediante la cual se hace algo, o sea trans­formar una realidad natural en una realidad artificial. Este término con frecuencia se traduce al latín como ars, es decir, arte. Pero, la palabra téchne no remite sólo a una habilidad, sino también a un oficio que posee algunas reglas definidas; de ahí que haya una téchne de la navegación, una téchne de la caza y una téchne del gobierno.

Según Aristóteles, la téchne es superior a la experiencia en tanto implica pensar reglas para su funcionamiento, pero inferior al razonamiento en tanto éste es 'un puro pensar', de modo que la téchne se halla asociada con las actividades del hacer o producir con alto grado de precisión, lo que en griego se llama akribeia.

Ya en el medioevo, se usaba con frecuencia el término arsen el sentido de la téchne griega. Luego, se precisó aun más el alcance

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del vocablo usando en su lugar ars mecJ:/anica para designar pro­piamente a la técnica. Se coincidía en que la única forma de adquirir la capacidad de hacer arte era a través de la práctica y de la experiencia, ya que resultaba imposible explicar una técnica en palabras. Así el maestro formaba a sus discípulos en su taller, enseñándoles las técnicas. Quizá por eso, hasta comienzos del siglo XVII, en inglés técnica se decía misteryy quien la dominaba se beneficiaba con una patente que le reconocía el derecho a ejercer su monopolio.

Recién en la modernidad se empieza a reflexionar acerca de la técnica y sus alcances. Entre 1751 y 1772, se editó la Encyclopédie ou dictionnaire raisonné des sciences, des arts et des métiers', dirigida por D'Alembert y Diderot. La obra tuvo como objetivo la recopilación del acervo de utensilios, máquinas y artefactos y dio una especial atención a todas las técnicas -sobre todo, a las mecánicas-, describiéndolas en palabras. Años más tarde, se edi­taba la primera y muy popular historia de los inventos de Johann Beckmann, Beytrage zur Geschichte der Erfindungen

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, mientras aparecían en Alemania y Francia las primeras escuelas técnicas. De esta forma, las técnicas quedaban incorporadas al saber cien­tífico. Esta integración ha sido tan completa que en determinado momento se ha considerado a la técnica no sólo un saber, sino que el saber es, fundamentalmente, técnico.

José Ortega y Gasset es uno de los filósofos que han intentado dar cuenta de cómo la técnica ha influido en la historia cultural. Distingue tres etapas diferentes en esta evolución. La primera es la que llama técnica del azar, propia del hombre primitivo, accesi­ble a todos los miembros de la comunidad y confundida con los

1. D' Alembert y Diderot, Encyclopédie, ou dictionnaire raisonné des sciences, des arts et des métiers, 1751-1772. 2. Johann Beckmann, Beytriige zur Geschichte der Erfindungen, Leipzig, 1780-1805.

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actos naturales. La sucede el período propio de la técnica del ar­tesano, característica de la Antigüedad y de la Edad Media, cuando este saber es patrimonio sólo de algunas comunidades. La ter­cera etapa, la de la técnica del técnico, abarca la Modernidad y la época actual, donde ya se diferencia claramente entre el técnico, el artesano y el obrero.

LLEGA LA TECNOLOGíA Los términos técnica y tecnología se suelen confundir y usar indiscriminadamente; sin embargo, tienen significados diferentes. La tecnología designa a la transformación de los materiales y de la materia prima en productos finales y artículos de consumo a partir de la aplicación de conocimientos técnicos y relativos a las ciencias naturales. Por lo tanto, estudia tanto los procesos y los instrumentos mecánicos como los métodos que son aplicables para la producción de un bien. Por otro lado, la técnica designa el empleo de dichos instrumentos y procedimientos específicos para una mejor ejecución de un trabajo. En sentido amplio, es el conjunto de normas y principios que regulan la práctica de una actividad cualquiera, incluso la especulativa.

La primera aparición de términos emparentados con la palabra tecnología, también se da en Aristóteles, quien relaciona la téchne con el 'Aóyoc, (/ógos). Existe un lógos-entendido como palabra, ra­zón u orden- para una téchne determinada: el arte de la persua­sión, también llamado retórica. Tecnología, por lo tanto, en su pri­mer uso, es el e~tudio de la gramática y la retórica y el tecnólogo es el retórico que sabe hacer uso de la palabra.

Este significado de tecnología como retórica es común en toda la Antigüedad. El vocablo aparece en Cicerón, pero alcanza su divulgación hacia la mitad del siglo XVI en la obra del gramá­tico francés Pierre de la Ramée. Es él quien extiende el uso del

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vocablo tecnología: ya no se trata del lógos de una téchne de­terminada, sino del lógos de todas las téchnai. Más tarde, esta acepción se divulga entre los puritanos ingleses del siglo XVII y éstos acuñan el término technometría para referirse a la ciencia de definir y delinear las artes de acuerdo a su uso y naturaleza. Uno de sus principales representantes, William Ames, indica que la tecnología carente de valores éticos propios debe descansar en los principios prácticos de la teología de las Escrituras. Si no fuera así, la tecnología quedaría reducida al/ógos de meros ins­trumentos sin ningún otro objetivo que la acción misma y privada de razón última. Este pensamiento ejemplifica el modo en que se ha llegado a la convicción de la neutralidad ética y metafísica de la tecnología.

Ya en nuestra época, Peter Drucker opina que lila palabra tecnología es un manifiesto, en cuanto combina téchne-el misterio de un arte manual- con lógos, el saber organizado, sistemático y con un fin determinado".

Hoy se han impuesto algunas definiciones, como la que dice que una tecnología es "el conjunto de conocimientos científicos, técnicos y artesanales que permiten producir un bien o servicio,,3 yque las tecnologías "amplían nuestras habilidades para cambiar el mundo: para cortar, modelar y unir materiales; para mover cosas de un lugar a otro; para llegar más lejos con nuestras ma­nos, voces y sentidos. Usamos tecnologías para tratar de cambiar el mundo, para que se adapte mejor a nuestras necesidades,,4. Cabe aclarar que la tecnología no consiste en artefactos, sino en el conocimiento que ellos llevan incorporados y en la forma en la que la sociedad puede usarlos.

3. Jorge Sabato, en la Comisión Nacional de Energía Atómica. 4. American Association tor the Advancement of Science, 1990.

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y, MÁS TARDE, LA INNOVACiÓN La innovación es el proceso que va desde un conocimiento hasta un producto, proceso o servicio en el mercado.

Una innovación sólo se concreta cuando llega al mercado un nuevo producto, proceso o servicio. Si nadie paga por él y no genera beneficios, no hay innovación. Puede haber descubrimien­to, invento, desarrollo, mejora, pero no hay innovación.

Algunos sostienen que así como la palabra griega eureka -que quiere decir lo encontré- simboliza y representa varios si­glos de ciencia, la innovación debería reconocerse a través de epolesa, que quiere decir lo vendí. Si nadie pudo decir 'epolesa~ no hubo innovación.

Pero ¿cómo se innova? Michael Porter dice:

"Las empresas logran ventaja competitiva mediante actos de innovación. La innovación puede manifestarse en el diseño de un nuevo producto, en un nuevo proceso de producción, en un nuevo enfoque de marketing o en un nuevo modo de llevar a cabo la formación y capacitación del personal. Buena parte de la innovación es banal, su aporte es marginal y depende más de la acumulación de pequeños progresos que de un único hito tec­nológico importante. A menudo, implica ideas que ni siquiera son 'nuevas': son ideas que han estado por ahí, pero que nunca han sido perseguidas vigorosamente como para imponerlas en el mercado. Y siempre implica inversiones en destreza y cono­cimientos, en plantas y equipos y en el fomento del prestigio de las marcas.

Las innovaciones que realmente merecen ese nombre crean ventajas competitivas, percibiendo una oportunidad de mercado totalmente nueva o sirviendo a un sector del que otros han hecho caso omiso. Cuando los competidores responden con lentitud, tal innovación proporciona una ventaja competitiva".

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No es obligatorio que las innovaciones sean producto de in­vestigaciones científicas recientes o de proezas tecnológicas, como Internet. Toyota innovó al demostrar -durante los 60 y los 70- que podía aumentar la calidad y reducir los costos en sus líneas de montaje. En la misma época, la aparición de big box retailers, como Wal-Mart, hicieron evidente el valor de las cadenas logísti­cas de alta eficiencia y la ajustada relación entre los participantes de las cadenas de suministros. Recientemente, la capacidad de eBay para gestionar remates on-line inauguró un canal de ventas que hasta ese momento no existía.

Los empresarios, por supuesto, comparten las reglas del juego porque saben que, más allá de su origen, en los países in­dustrializados la innovación es el principal motor del crecimiento económico. Y cuando corren riesgo los presupuestos de investi­gación, salen en su defensa. Un caso muy interesante -y, al menos por ahora, inimaginable en nuestro país- es el que se produjo en 1995/ cuando el Congreso de Estados Unidos discu­tía el presupuesto nacional.

EI15 de marzo de 1995 un conjunto de empresarios visitó a los líderes de la mayoría republicana en cada una de las cámaras del Congreso de Estados Unidos -senador Robert Dole (Kansas) y representante Newt Gingrich (Georgia)- para entregarles la carta que se reproduce a continuación y que se les envió a los demás senadores y representantes.

liLa industria le escribe al Congreso: Somos empresarios industriales que estamos preocupados; le escribimos para pedirle que mantenga su apoyo a los programas universitarios de investigación. Sabemos que usted debe enfren­tar opciones difíciles ya que deliberadamentel en última instancia, debe decidir qué programas federales merecen recibir un apoyo sostenido y cuáles no. Comprendemos que se deben fijar priori-

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dad es. Sin embargo, le recomendamos firmemente que man­tenga una alta prioridad para el apoyo al esfuerzo de investigación que se lleva a cabo en nuestras universidades.

Como usted bien sabe, el liderazgo de Estados Unidos en una economía de creciente competitividad y globalización ha sido impulsado por nuestras proezas tecnológicas. Nuestras universi­dades -y los programas de investigación que se desarrollan en ellas- han desempeñado una función crítica el) el permanente avance de nuestro conocimiento y capacidad tecnológica. Más aun, han producido científicos e ingenieros que han aportado el saber que le permite a nuestras industrias y empresas actuar y competir con naciones y culturas de todo el mundo. El nivel de vida que hoy gozamos ha sido posible, en gran proporción, gra­cias a nuestro ingenio y creatividad y a nuestra capacidad para desarrollar y aplicar tecnologías.

Nuestro mensaje es simple. Nuestro sistema universitario y sus programas de investigación desempeñan una función cen­tral en el avance de nuestro conocimiento. Sin un apoyo federal adecuado los esfuerzos universitarios de investigación se de­teriorarán rápidamente. La industria norteamericana dejará de tener acceso a las tecnologías fundamentales y a los científi­cos e ingenieros que tan bien han servido a los intereses de Estados Unidos. Por lo tanto, respetuosamente le solicitamos que mantenga su apoyo a un programa de investigación univer­sitaria, vibrante y ambicioso."

Firmaron esta carta los máximos ejecutivos de Philips Petro­leum, Martín Marieta, BellSouth Corp., Chrysler Corp., Eastman Kodak, IBM Corp., TRW 'nc., United Airlines, BeUcore, Texas Instru­ments Inc., McDonneU Douglas Corp., EH Lilly and Co., Merck and Co. Inc., General Electric Co. y EJ. DuPont de Nemours and Co.

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DE LA "TEORÍA UNEAL" A LOS SISTEMAS NACIONALES DE INNOVACIÓN Las realidades económicas y empresarias de los países más de­sarrollados demostraron que la "teoría lineal" no se verifica en la realidad. El apoyo a la investigación científica básica no siempre dio pie a investigaciones aplicadas que redundasen en beneficio de las empresas o de la comunidad. La innovación es una actividad sistémica, compleja, en la que intervienen directa o indirectamente, varios actores.

A mediados de los setenta, en el ámbito académico mundial comenzó a utilizarse la expresión sistema nacional de innovación (SIN) para definir a las instituciones públicas y privadas que operan coordinadamente como actores de una política tecnológica. Nada parecido a tal sistema se ha desarrollado aún en Argentina, por lo que podemos referirnos apenas al conjunto de instituciones de Cien­cia y Técnica, como bien señalara Robert Bisang, ya en 1995.

La innovación entraña la incorporación de nuevas tecnologías y conocimientos, de cambios organizacionales y de estrategias comerciales y financieras que permiten mejorar la posición com­petitiva de la empresa y le facilitan la apropiación de rentas "cuasi monopólicas", transitorias, que la innovación otorga.

En la situación actual de Argentina la innovación es un factor crítico tanto para la competitividad de nue.stras empresas como para la creación de nuevas empresas, en nuevas actividades y en nuevos mercados y, por eso, debe merecer particular atención de empresarios, investigadores y funcionarios.

Si bien la creación de un S"" no es una tarea sencilla ni eviden­te y no hay "recetas" para constituirlo, es fácil verificar que requiere la colaboración del Estado apoyando los caminos que van recorrien­do las empresas y los centros generadores de conocimientos.

¿En que consiste exactamente el proceso de innovación? En una serie de actividades científicas, tecnológicas, organi­

zacionales, financieras y comerciales, orientadas hacia la gene-

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ración de mayores ganancias y ventajas de tipo competitivas; acciones que, en potencia, transforman el estado anterior de la fase productiva y comercial de la empresa. Así distinguimos las inno­vaciones incrementales y las innovaciones radicales.

Las innovaciones incrementales son combinaciones de factores que mejoran un desarrollo precedente. Resultan las más relevantes en los países en desarrollo. Se originan tanto por las presiones ejercidas por la demanda de los consumidores, como por la bús­queda de rentas monopolísticas asociadas a la éxplotación de un nuevo producto o de una nueva variedad, por la búsqueda de aumentos en la productividad, la presión competitiva y las oportu­nidades y trayectorias tecnológicas de la empresa en cuestión. En este caso la innovación puede ser entendida como un nuevo uso de las posibilidades y de los elementos preexistentes, lo que entra­ña la aparición de acciones importantes para el proceso innovativo: learning by doing, learning by using y learning by interacting. Las innovaciones radiCales, en cambio, son las que incorporan una nueva combinación de factores que implica una ruptura con el pro­ceso anterior; dicho en términos de Schumpeter una "destrucción creativa". El carácter radical está dado por la amplitud de la innova­ción y no son tan fáciles de asimilar como las incrementales.

En cualquiera de sus formas, la innovación es hoy motivo de las más diversas acciones en los países desarrollados. Sólo a modo de confirmación se sintetizan aquí algunos emprendimientos.

Los organismos internacionales -en particular la OCDE5-

han creado eqUipos dedicados a este tema y difunden estudios

5. Los países miembros de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Eco­nómico son: Austria, Bélgica, Canadá, Dinamarca, Francia, Alemania, Greyia, Irlan­da, Islandia, Italia, Luxemburgo, Países Bajos, Noruega, Portugal, España, Suecia, Suiza, Turquía, Gran Bretaña, Estados Unidos, Japón, Finlandia, Australia, Nueva Zelanda, México, República Checa, Hungría, Polonia y Corea.

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sobre los mecanismos y sus resultados. En el de octubre de 2003, precisamente, se analiza la creciente competencia internacional en sectores de las "economías basadas en el conocimiento". Por su parte la Unión Europea ha creado una Dirección de Innovación que emite boletines mensuales, en varios idiomas, a los que se accede por Internet. Hay además, otros muchos documentos europeos, como Innovatíon UK, del British Council o Velocítá, sem­plicitá, sviluppo, del Ministerio de Industria y Comercio Exterior de Italia.

En España, desde hace más de una década, el Rey preside la Fundación Cotec que promueve, con muy buenos resultados, la cultura tecnológica y de actitudes innovadoras.

Los países nórdicos también han optado por poner en mar­cha un nuevo organismo ad-hoc: International Organisation for Knowledge Economy and Enterprise Development (IKED), que presta particular atención a las políticas gubernamentales de pro­moción y apoyo a las innovaciones.

El gobierno de Estados U nidos, desde hace ya varios años, sub­sidia a los consorcios de empresas que acuerdan programas de investigación y desarrollo que permitan aumentar la competitivi­dad de un sector productivo.

LOS PAíSES FRENTE AL CONOCIMIENTO La producción de conocimientos diferencia hoya los países, a sus modos de producción de bienes y servicios y a la calidad de vida de su gente. Tener o no tener conocimientos traza una línea que ubica, a un lado, a los países que los poseen y acceden medianta ellos al bienestar de sus comunidades yal ejercicio pleno de sus derechos y del otro a los países que no logran o no pueden incor­porar el conocimiento y se exponen al estancamiento económico, a la pobreza crónica ya un futuro sin esperanzas. Entre unos y

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otros están los países que pueden ingresar al mundo con mejor desarrollo si se plantean desafíos decisivos con un objetivo posible. Ese es el caso de Argentina.

Comprender la importancia que tiene para la sociedad el co­nocimiento y apoyar la tarea de quienes lo producen no es, habi­tualmente en estos países, una prioridad en la agenda social. Las demandas del presente ocupan, sin duda, toda la capacidad de angustia, de impotencia y de esperanza de la .gente. La falta de trabajo, la miseria que se expande y suma incertidumbre, la impaciencia justa del jubilado insatisfecho, la inseguridad con violencia, las vivencias cotidianas de una comunidad con necesi­dades insatisfechas, no constituyen, por cierto, el marco más propicio para plantear objetivos hacia el futuro y mucho menos para hacerlo en torno al conocimiento, un concepto que todavía permanece lejano a la comprensión general.

Las economías de los países industrializados, en cambio, se fundamentan, cada vez más, en conocimientos e información. Hoy se reconoce que el conocimiento impulsa a la productividad yal crecimiento económico, lo que lleva a que se deba prestar parti­cular atención a la función que tienen la información, la tecnología yel aprendizaje en los resultados económicos. Así surge la expre­sión la economía basada en el conocimiento (knowledge based economy). Los análisis económicos de la OCDE apuntan crecien­temente a entender la dinámica de esta nueva economía y sus relaciones con la economía tradicional, lo que se refleja en una nueva teoría del crecimiento.

Como sucede a menudo, el análisis y la teoría llegan detrás de la realidad y provocan la revisión de algunas teorías y de los mo­delos económicos vigentes, mientras los economistas siguen buscando los fundamentos del crecimiento económico. Para el enfoque tradicional, las funciones de producción se centran en el trabajo, el capital, las materias primas y la energía, mientras que

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el conocimiento y las tecnologías son factores externos a la pro­ducción. Hoy se desarrollan nuevos enfoques analíticos que inten­tan incorporar más directamente al conocimiento dentro de las funciones de la producción. Las inversiones en conocimientos pueden aumentar la capacidad productiva de los otros factores así como transformarlos en nuevos productos y procesos. V, como estas inversiones en conocimiento se caracterizan por retornos crecientes -en lugar de decrecientes- son críticas para el creci­miento económico de largo plazo. No es sencillo incluir al conoci­miento entre las funciones económicas de la producción, ya que este factor desafía algunos principios económicgs básicos, co­mo el de la escasez. Tanto el conocimiento como la información abundan, lo que resulta escaso es la capacidad de usarlos con sentido. Es difícil comprar conocimientos e información ya que, por definición, los conocimientos y la información acerca de lo que está en venta se distribuye de manera asimétrica entre el vende­dor y el comprador.

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3. TECNOLOGíAS: ¿CUÁLES?

En su libro Building Global Biobrands: takíng biotechnology to mar­ket, Francoise Simon y Philip Kotler han descripto la siguiente escena:

"Un día de abril de 2020, a las 8 de una mañana soleada de prima­vera, la familia Fuller se ha puesto en movimiento, como sucede cada día. John está por dirigirse a su estudio de abogado, su es­posa Cynthia a la caminata previa al inicio de su labor y Marion, de 8 años, a la escuela. En su casa de Westchester, durante el desayuno, Marion ha sido vacunada comiendo sólo una banana. Las inyecciones son cosa del pasado.

Utilizando su reloj pulsera-transmisor, John realiza su chequeo mensual enviando a su médico clínico los datos recogidos por los biosensores de su remera y de una cápsula, que ha tragado. Su salud es buena, gracias a la dieta y al ejercicio pero, además, por las nuevas drogas que le han prescripto, fabricadas de acuerdo con su genotipo. Siempre apurado, tendía a olvidar sus píldoras, pero ahora tiene un microchip implantado que funciona como una microfarmacia, de acción prolongada.

En el baño, Cynthia admira su nuevo maquillaje, que le ha eli­minado una erupción. Gracias a que le han hecho una'reingenie-

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ría parcial de su rodilla, que se lastimara esquiando durante el invierno, ha vuelto a sus habituales caminatas.

Mientras tanto John completa una transferencia bancaria yi decide vender un valor que, desde su punto de vista, ha llegado a un máximo; gracias al scaneo de su iris y a otras pantallas biomé­tricas, la seguridad en línea ya no es más un problema.

Afuera el aire está brillante, y el río Hudson se ve maravillosa­mente limpio; durante las últimas décadas biocombustibles y bacterias comedoras de desechos han realizado milagros sobre la desafiante ecología de Nueva York. En lo alto, aviones que se dirigen a Canadá o a la Costa Oeste llevan pasajeros con ma­yor seguridad: sus alas y fuselaje están actualmente hechos de biomateriales que detectan y autorreparan cualquier fatiga o grieta amenazante, mientras que su electrónica incluye redes neu­ronales que reaccionan rápidamente ante eventos críticos, como una falla hidráulica.

Sin embargo, dos cosas no han mejorado; la distancia para estirar las piernas y los aeropuertos, que siguen atiborrados."

Créase o no, todas las innovaciones que se describen en el texto anterior ya han sido desarrolladas o se encuentran en etapas piloto antes de su lanzamiento al mercado. Por eso resulta interesante repasar algunos desarrollos que pueden parecer ciencia ficción, pero no lo son:

La investigación en vacunas comestibles ha desarrollado plan­tas que producen el antígeno de superficie de la hepatitis B, para inmunización oral. Sólo una pequeña fracción de una banana vacunaría a un niño por un quinceavo del precio de la inyección y no necesitaría de la cadena de frío, que puede ser un problema para muchas economías en desarrollo.

La diferencia entre alimentos, cosméticos y medicina está desapareciendo. Unileverha lanzado al mercado alimentos medi-

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cinales, como una margarina que reduce el colesterol. Cosméti­cos como el Retinol, de Johnson & Johnson, alegan beneficios médicos. Shiseido financia investigaciones en biofarma y fue la primera en desarrollar una variedad de arroz no alergénico. Se ha obtenido por bioingeniería una variedad de "arroz dorado", que contiene provitamina A y puede abrir el camino para la produc­ción de otras vitaminas y plantas.

La empresa Vivometrics ha recibido la autorización de la Food and Drug Administration (FDA) para su Ufe Shirt System que monitorea más de treinta signos vitales. Su diseño inicial se dirige a tres mercados: ensayos clínicos de drogas y dispo­sitivos, diagnósticos durante el sueño e investigaciones médi­cas cardiopulmonares.

Applied Digital Solutions ha desarrollado un dispositivo para seguridad personal que permite seguimientos utilizando chips telefónicos móviles -en un localizador del tamaño de un reloj pul sera- y prepara una versión médica para transmitir datos tan sencillos como los del pulso y a su vez otros tan complejos como la química de la sangre. Siemensy Agilent, por su parte, crearon pro­totipos de monitoreo médico y Chronicle, de Medtronicconsiguió que, vía Internet, los datos que registran sus marcapasos estén a disposición permanente de los médicos.

Samsung trabaja sobre una herramienta de diagnóstico ca­sero, su Family Doctor; una cápsula que se traga, examina los órganos internos y transmite los datos al médico.

MicroChips, un start-up afiliado al Instituto Tecnológico de Massachusetts, planea lanzar dentro de los próximos cinco años un chip implantable, con 400 recintos que contengan determinadas dosis de ciertas drogas y un microprocesador que las liberará á diferentes intervalos. Para 2010, una segunda generación podrá interactuar con sensores implantados que permitirán que señales del cuerpo dirijan la liberación de las drogas.

PARA QUÉ SIRVE I.A TF!":NOI or.f.a

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La medicina regenerativa abarca desde Apligraf, de Organo­genesis-primera piel obtenida por ingeniería y aprobada por la Food and Drugs Administratíon de EE.UU. para úlceras de las piernas- hasta las pruebas clínicas de un hígado bioartificial. Otra empresa de ingeniería de tejidos, Gentis, combina andamiaje, moléculas y células dérmicas para construir nuevos cartílagos. Se estima que este mercado global será del orden de uno a tres mil millones de dólares por año.

Una "economía de los hidratos de carbono" está apareciendo con los biocombustibles, polímeros basados en plantas y enzimas de alta eficiencia. La producción de etanol está encabezada por Archer Daniels Midland, mientras que Cargíll-Dowrecibió la apro­bación para el ácido poliláctico, un biopolímero que es la primera nueva fibra que aparece desde 1950.

Un sociólogo alemán usa el término NBIC (nanoscience, bío­technology, information technologies, cognitive scíences) para referirse a las ciencias y tecnologías que se asocian con el pro­pósito de estudiar y mejorar al ser humano.

Por supuesto, los conocimientos que hoy permiten y siguen colaborando en el desarrollo de las tecnologías utilizadas en ca­da uno de estos productos que hemos descripto brevemente son muy diferentes de otras, por ejemplo las tecnologías industria­les o agropecuarias 6.

Es válido aclarar aquí que en Argentina, en dos centrales nu­cleares de distinto origen -una es KWU, de Siemens, y la otra es CANDU, de AECL- se hace uso de diversas tecnologías. Cuando se dice que en el país 11 se fabrican y exportan autos" hay que ac(a-

6. Ver, por ejemplo, la "oferta tecnológica" del Instituto Nacional de Tecnología Industrial/lNTI (www.inti.gov.ar) o algunas páginas del de TecnOlogía Agropecua­ria fiNTA (http://Www.inta.gov.arfactivfactividad, www.inta.gov.arJinvestJinvestigacion www.inta.gov.arfvincula/Vinculacion y www.inta.gov.arfextension/transferencia www.inta.gov.arfactiv/servicios).

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rar que se hacen con tecnologías de Ford, Renault, WV, Toyota, General Motors, etcétera y que lo mismo pasa con las autopartes que los integran. Los elementos de afeitar son Gil/ette porque se hacen bajo esa tecnología.

Eh petroquímica, las destilerías son de tecnología Shell, Exxon o Japan Gasoline, entre otras. En bebidas alcohólicas, em­presas como Chandon, además de métodos propios para pro­ducir vinos y champagnes, poseen diversas tecn.ologías. Quizá, entre las empresas propietarias de tecnologías, las más notorias son las farmoquímicas que reclaman, en todos los países del mundo, leyes de patentes que protejan su investigación y de­sarrollo de tecnologías para que sólo las puedan usar quienes estén autorizados y paguen patentes y royalties. Quizá el recla­mo más notorio en los últimos tiempos fue el de Monsanto, que dejó de producir sus semillas transgénicas de soja porque no se pagaba por el uso de su tecnología debido a la existencia en el país de la "bolsa blanca".

y AHORA ¿QUÉ? Si retrocedemos con nuestra mirada cinco o seis décadas, veri­ficaremos que recién en ese momento aparecían los primeros antibióticos, no había ni aviones a reacción -o a chorro como se los llamó entonces-, ni televisión comercial, ni computadoras, y se necesitaban varios días de viaje en barco para llegar a puertos europeos o norteamericanos.

Desde entonces han aumentado muchísimo nuestro conoci­miento y capacidad de intervención en el mundo físico y biológico. La expectativa de vida se ha incrementado y cada vez más habi­tantes del planeta pueden pensar en vivir no menos de 65 años. Algunos hombres han dejado sus huellas en la Luna, otros han creado Internet y muchos aprendieron a leer el genoma humano.

PARA QUÉ SIRVE LA TECNOLOGíA 33

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El aumento de la productividad agrícola ha permitido que mu­cha menos gente produzca un volumen varias veces mayor de ali­mentos. Lo mismo ha sucedido con la productividad industrial: hace algunas décadas, el cuarenta por ciento de los trabajadores eran obreros industriales en países como Alemania o Gran Bretaña. Hoy esos porcentajes se han reducido sustancialmente mientras que ha crecido considerablemente el volumen y valor de sus pro­ductos industriales.

Quizá los adelantos en el procesamiento de información y en salud hayan sido mucho más rápidos que en energía, trans­porte o manufactura, por ejemplo. Pero hay industrias que todavía dependen de tecnologías desarroJladas a fines del siglo XIX y comienzos del XX: el motor de combustión interna data de 1860, la primera central de generación de energía eléctrica la inauguró Edison en 1882 y el método para hacer aluminio a partir de la bau­xita data de 1886.

Alguien que vivió en 1940 o 1950 reconocería las funciones de los automóviles y los surtidores actuales, mientras que quedaría atónito frente a una PC, laptop o palm.

¿QUÉ PODEMOS ESPERAR DE LAS PRÓXIMAS DÉCADAS? Pocas cosas hay más difíciles que formular pronósticos tecnológi­cos. Sin embargo, existen muchos indicios de que no se frenará el ritmo de las innovaciones sino que se mantendrá y, posible­mente, se acelerará. Se puede decir que contamos con los factores que importan: la investigación científica avanza vertiginosamente, más países se dan cuenta de la importancia de prestar mayor atención y dedicar más recursos a la educación, las ciencias y las tecnologías, mientras cada día hay más empresas cuya con­tinuidad y éxito dependen de mantener o aumentar el ritmo de sus innovaciones.

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Kevin Share, CEO de la empresa biotecnológica Amgen señala que la actual situación le recuerda a la de 1946, cuando recién apa­recía el potencial de la electrónica y las computadoras.

Los especialistas anuncian que se acercan cambios importan­tes. Al reducirse los precios de productos y servicios tecnológicos y aumentar los ingresos en países como China, India, Brasil o Tailandia, aparecen nuevos mercados que suman más de mil milfones de consumidores.

Esto en cuanto a la demanda. Respecto a la oferta de las em­presas tecnológicas, los cambios se centran fundamentalmente en las siguientes cuestiones:

· necesidad de diseños más simples y resistentes; · respeto por las particularidades de los nuevos mercados; · desarrolfo de negocios con empresas de dichos mercados; · políticas de precios creativas; · atención a nuevos aspectos de la competencia. En cuanto a la necesidad de mejorar la resistencia y el diseño,

en India, TVS Electronics produjo más de un millón de unidades de un nuevo producto que reúne en un único implemento, PC, caja re­gistradora y un sistema de gestión de inventario. Soporta bien tanto el calor como el polvo y puede manejarse atendiendo a íconos ya que se estima que muchos de sus usuarios son analfabetos.

Con respecto a innovaciones adecuadas a las particularida­des de los nuevos mercados Hewlett-Packard, por ejemplo, ofrece a los fotógrafos itinerantes en India impresoras portátiles con un pequeño panel solar. Pero no es la única. 18M, por su parte, tam­bién hace buenos negocios vendiendo tecnología a empresas chinas. Para China's Culturecom desarroJló un nuevo micro­procesador, que cuesta doce dólares y facilita las ventas de PC y accesos a Internet en ciudades rurales aisladas de su vasto terri­torio. Es también en China donde nació Huawei, una empresa que ya se extiende a otros mercados y que vende a mitad de

PARA QU~ SIRVE LA TECNOLOGíA 35

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precio productos similares a los de Cisco. De eso se trat~, pre­cisamente, el endurecimiento de la competencia, asociada cada día más a la aparición de nuevas empresas con menores cos­tos y mucho mayor conocimiento de las particularidades de esos mercados locales.

¿QUÉ SE PUEDE DESCUBRIR EN EL HORIZONTE? Es habitual que las revistas de economía y negocios de los países más industrializados se ocupen de temas cienfíficos y tecnológicos y que en ellas se encuentren muy interesantes artículos de divul­gación del "estado del arte" y de ubicación de la frontera del co­nocimiento, así como prácticas miradas prospectivas.

El semanario inglés The Economistsostiene que el interés que provoca en los líderes que lo leen se explica por la calidad de sus artículos en cuatro rubros fundamentales: qué pasa en el mundo, finanzas, negocios y iciencia!.

En mayo de 2004 la revista de negocios norteamericana Busi­ness Weekreseñó una charla ante empresarios de su cronista Michael Mande( quien manifestó en esa ocasión que siempre y en todas partes, el crecimiento económico está conducido por las nuevas tecnologías y sus aplicaciones y que los períodos en los que hay muchas innovaciones son períodos de fuerte crecimiento, con nuevos empleos y nuevas industrias.

Históricamente, la mitad del aumento de la productividad se ha debido al uso de nuevas tecnologías. El crecimiento tiene poco que ver con el déficit fiscal, con los impuestos, o con la mayoría de los temas de los que hablan los candidatos durante los perío­dos preelectorales. Si se quiere un fuerte crecimiento, hay que tener nuevas tecnologías ... y usarlas.

7.lnnovation Economic Growth, May 28, 2004- www.businessweek.com

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Cabe la pregunta acerca de cuál será el campo en el que, en un futuro cercano, la tecnología crezca con mayor impulso. Si bien podría pensarse que las grandes novedades se relacionarán con el mayor y mejor uso de software en las empresas, esto no es así. Aunque ese tema está lejos de agotarse, carece ya de fuerza su­ficiente. En cuanto al área de las telecomunicaciones, las aplica­ciones inalámbricas y todas las tecnologías asociadas prometen considerables aportes. Mandelles otorga un veinte por ciento.

Sin embargo todo parece indicar que la próxima ola de fuerte crecimiento tecnológico estará asociada a la biotecnología. Recor­demos que el primer microprocesador nació en 1971 y que, durante los '80, las empresas invertían mucho en tecnologías de la información pero no apreciaban el retorno de esas inversio­nes que sólo vieron llegar a mediados de los '90, es decir 25 años después de que apareciera la herramienta.

Las biotecnologías surgieron alrededor de una década des­pués que las tecnologías de la información: la primera droga de origen biotecnológico es de 1982. Se puede suponer entonces que a fines de 2010 las biotecnologías empezarán a reducir los costos de los tratamientos médicos, en lugar de aumentarlos. En ese caso tendremos un enorme efecto -comparable con el que provo­CÓ el surgimiento de Internet- ya que la atención de la salud repre­senta una porción de la economía mucho más grande que la que alguna vez detentaron las tecnologías de la información.

Se estima que el impacto de las biotecnologías podría igualar al de los microprocesadores, mientras que los avances en medi­cina aumentarán la longevidad de los que más tienen o de buena parte de los habitantes de los países ricos.

La otra gran posibilidad se vislumbra en el campo de las ener­gías. Mandel opina que es razonable apostarle un cuarenta por ciento a las energías y otro cuarenta por ciento a las biotecnologías, pero concluye recordando que lilas tecnologías son impredecibles.

PARA QUÉ SIRVE LA TECNOLOGfA 37

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En realidad, la única -y la mayor- sorpresa de los últimos,veinti­cinco años es lo mucho que ha durado la Ley de Moore

s• Ninguna

otra cosa referida a las tecnologías ha durado tanto tiempo". Si el precio del petróleo sigue siendo alto, algunas nuevas tec­

nologías del campo de la energía acelerarán su aparición en el mercado ya que serán económicamente convenientes. ¿Cuáles? Por ejemplo, el uso del hidrógeno como combustible, nuevos diseños de reactores atómicos, energía solar o nuevas terminales portuarias para la importación de gas.

Pero si hablamos de nuevas tecnologías, no podemos olvidar la nanotecnología -que, con su capacidad de crear nuevos mate­riales "desde abajo", es decir, prácticamente, armando estructu­ras átomo a átomo- puede transformar muchos aspectos de la atención médica, de las manufacturas y de la informática.

Hasta hace poco e!1 Asia, al hablar de estos temas sólo se pen­saba en Japón. Hoyes imposible dejar de lado la creciente parti­cipación de India y China, que han comenzado a transformar el mapa de muchas especialidades. India es un actor importante en software, diseño de chips y de drogas. China en ingeniería me­cánica y de computadoras que reconocen escritura y voz. Tampoco se puede olvidar a Taiwán y Corea, que forman parte de los países que más patentes obtienen en Estados Unidos: más de 5.000 y 4.000, respectivamente.

Desde otro ángulo se avizora un nuevo mapa de las ciencias, las tecnologías y las innovaciones: en el Silicon Valley cada vez más em­presas trabajan en combinar sus conocimientos de tecnologías de la información ~on objetivos biotecnológicos y nanotecnológicos.

8. Hace más de dos décadas, Gordon E. Moore -uno de los fundadores de la em­presa Intel- predijo que la cantidad de transistores en un chip se duplicaría cada 24 meses. El primer microprocesador de Inteltuvo, en 1971,2.250 transistores; los que hoy fabrican tienen 1.500 millones de transistores.

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Por su parte, Europa, a pesar de invertir menos que Estados Uni­dos en Investigación y Desarrollo 0+0), mantiene su liderazgo en muchos temas como, por ejemplo, en la telefonía celular, una especialidad de notable movilidad y expansión.

Podemos entonces afirmar que cada vez más empresas ven -y sienten-la importancia de la innovación y de estar atentas a su aparición. Por otra parte, la globalización, que tiene sus ventajas, ha facilitado notablemente el acceso a diversas fuentes de cono­cimientos, capacidades y habilidades. Por supuesto que para per­mitir que estas actitudes sean posibles, se deben dedicar más recursos a investigación, desarrollo, educación permanente y actualización en ciencias e ingenierías.

¿QUIÉN INNOVA? LAS EMPRESAS ... CON LA AYUDA DEL ESTADO En todos los países en los que la innovación es un factor impor­tante de la economía, son las empresas quienes protagonizan la innovación. Pero el Estado no se desentiende del tema, sino que, por el contrario, las apoya. Sólo se puede apoyar concer­tando y articulando, es decir, construyendo un sistema: el sistema nacional de innovación.

Hoy, en nuestro país, se reconocen al menos tres escenarios de acción diferentes: el de las grandes empresas de capital nacio­nal, el de las filiales de grupos extranjeros y el de las pymes, cada uno con características y exigencias distintas. ¿ Qué ha pasado en cada uno de estos escenarios? Veamos.

• Nos hemos quedado prácticamente sin grandes empresas argentinas.

· Las empresas extranjeras han cedido mucho más en otros países que en Argentina.

· Las pymes innovadoras necesitan ayuda para su consolidación. No resulta difícil entender que la falta de grandes empresas

argentinas complica la estructuración de un sistema nacional de

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innovación. Las empresas extranjeras deciden sus políticas en los países donde se ubican sus casas matrices y es allí donde realizan el grueso de su investigación, desarrollo e innovación. La fac­turación de la filial argentina suele ser el uno por ciento de la facturación mundial de una multinacional yeso pone límites a cual­quier negociación.

Hoy la realidad obliga a elegir prioridades que deben ser acordadas con los protagonistas empresarios de cada sector, empezando por las actividades en las que las empresas argenti­nas mantienen posiciones importantes. Hay que sentarse con ellas -juntas o separadas, según el caso- para ver qué pueden hacer y qué puede hacer el Estado -representando el interés general- que favorezca la innovación.

Tradicionalmente -más allá de garantizar políticas macroeco­nómicas que apoyen la producción y reglas de juego claras-los Estados financian los laboratorios nacionales (sobre todo los que necesitan grandes equipos y los que brindan servicios útiles a muchos, como los de metrología) y se ocupan de la capacitación.

Un límite aun más severo en la concertación lo marca el hecho de que las empresas extranjeras se muestran en nuestro país más duras que en otros. Si observamos lo que ha sucedido en naciones en que las inversiones extranjeras no son automáticas sino que de­ben ser aprobadas por el Parlamento -como España- yen algunos países vecinos que tienen mejores antecedentes que el nuestro, resulta claro que hay mucho por acordar en esta materia con las grandes empresas extranjeras que trabajan en Argentina.

En cuanto a las pymes innovadoras cabe señalar que el apoyo a la consolidación de estas empresas es prioridad en países como EE.UU. Allí los mayores proveedores del Estado (la patria con­tratista) junto con el Estado, ayudan y subsidian a pymes para que sean eficientes e innovadoras y que se conviertan, precisamente, en grandes proveedoras del Estado. En nuestro país, además de

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I

¡

apoyarlas, hay que desandar el camino que llevó a la sustitución" de proveedores locales por extranjeros en las terminales, como sucedió, por ejemplo, durante los noventa. Este es otro de los

puntos a concertar con los más grandes.

PERO NO ES FÁCIL SEGUIR LA OLA Los comentarios vertidos por especialistas en todos estos temas, reunidos en 2003 en Malmo, Suecia, permiten inferir que hoy nin­gún país considera que domina o controla el desafío de la innova­ción. Vale la pena reproducirlos y reflexionar sobre algunos de sus

conceptos. Lynn Mytelka (Directora General de la Universidad de las

Naciones Unidas para la Ciencia y la Tecnología en Maastricht) trabaja sobre "Ias tecnologías de la nueva ola" (que surgen en el nivel nano) y dice umirar hacia el sur". A estas newwave tech­nologies hoy se las ve más en las biotecnologías Y hasta en las tecnologías de la información Y la comunicación mCs) pero pronto serán decisivas en los materiales, la energía y el transporte. Nece­sitan muy fuerte base científica (desaparecen los "garages" que dieron origen a tantas marcas exitosas en los albores de la infor­mática) y es muy difícil conseguir los ingenieros que se necesitan.

Estas NWT (new wave technologies) van a cambiar la forma

como enfocamos muchos aspectos ya que: . el último cuarto del siglo XX ha sido la línea divisoria de aguas,

ya que hoy el conocimiento ocupa otros lugares; . en la conocida ecuación económica P = f (L, K) 9, puede decirse

que K ya no representa sólo al capital, sino también al cono­

cimiento (knowledge);

9. Se trata de una función de producción, que expresa que P (medido e~ unida~e.s fí­sicas de producto) depende de la combinación de dos factores: L (en Unidades flsl~as de trabajo) y K (en unidades físicas de capital), que incluye todo lo que no es trabaJO.

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. se transforman muchas actividades: por ejemplo, la pesca, que antes era al bulto y ahora maneja tecnologías de cultivo, de control del crecimiento por satélites, etcétera. La textil y de indumentaria antes eran trabajo-intensivas, ahora son capital y conocimiento-intensivas en sus diseños, pronósticos, nue­vos materiales, etcétera. Esto explica muchas de las cosas que pasan en Italia, donde

el conocimiento está incorporado en casi todo: diseño, gestión, materiales, destrezas, asociatividad, etcétera. El aprendizaje es cada día más importante en todos los aspectos; por ejemplo, ya no sirven las aspírin poli cíes (one fíts all) ya que se necesitan polí­ticas muy específicas.

Mirando al Sur, Mytelka agrega: " ... si lo anterior es verdad, no importan tanto las infraestructuras sino el conocimiento. Por ejemplo, en África se ha medido que el uso de Internet no es proporcional al ingreso, sino al nivel educativo". Por eso " ... si el futuro es knowledge based, el Sur perderá si no sabe crear cono­cimiento propio y no aprende a usar bien el ajeno".

Wang Huijong, Vicepresidente del Comité Académico del Cen­tro de Investigación sobre el Desarrollo del Consejo de Estado de China (y, según quienes lo conocen, "un peso pesado") opina que: "Lo que más importa es la política y la economía; sin embargo, éstas son necesarias pero no suficientes; lo decisivo es el diseño de políticas y el poder de las instituciones".

"En las policiesson muy importantes las intervenciones apro­piadas de la burocracia ilustrada del Gobierno, por ejemplo, para evitar pérdidas de empleos". Wang Huijong prefiere usar la expre­sión megatrends en lugar de revolución, u ya que en su nombre ha corrido demasiada sangre ... ". Estas megatrendsson scíence­based yen ellas es muy importante la prospectiva.

Risaburo Nezu -hoy Senior Executive Fellow del Fujitsu Re­search Institute de Japón yex Director de Ciencia, Tecnología e

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Industria de la OCDE- dice: "Mucha gente opina que Japón ha hecho bien los deberes (por ejemplo, en educación) pero que no supo aprovechar los beneficios de las TICs. Sin embargo, entre las diez empresas que más patentes de TICs obtienen en los Esta­dos Unidos siete son jaJ?Onesas, mientras que la primera europea

es Siemens (18ª). "Hay que repensar todos los sistemas nacionales de innovación.

A pesar de las restricciones presupuestarias, Japón aumentará

sus inversiones en I+D, pero debe corregir: . La organización universitaria, para que haya menos torres

de marfil y más fuentes de creación de conocimientos. En 1998 han autorizado la participación de los investigadores en la venta de sus patentes. La Dieta ya aprobó que las universidades sean 'instituciones independientes', desde 2004, para darles más liber­tad de relación con los privados pero con evaluaciones mucho más duras donde también participará la gente de la calle. Alar­ma que Hítachi gaste sólo el9 por ciento de su presupuesto de I+? en universidades japonesas mientras que el 91 restante va a UnI-

versidades extranjeras . • La mala costumbre de las grandes empresas japonesas, que

no venden ni compran tecnologías y, usan sólo las que ellas desa­rrollan dificulta la posibilidad de que en Japón haya un verdadero mercado de oferta y demanda tecnológica. En biotecnologías, el 86 por ciento de las patentes empresarias han sido generadas por capitalistas de riesgo o el Nationallnstitute of Health de lo~ EE.UU., mientras que en Japón es sólo el 16%, de donde es fácil deducir que casi todos los desarrollos son propios".

En Japón aumenta la cantidad de patentes obtenidas por em­presas japonesas, si bien es sólo un décimo de las que obtiene Estados Unidos. Nezu considera que están veinte años atrasados con respecto a los EE.UU. En Japón también aumentan el capital de riesgo y los acuerdos de laboratorios universitarios con empre-

PARA QuÉ SIRVE LA TECNOLOGíA 43

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sas. La política inmigratoria es una herramienta importante de las políticas tecnológicas.

Un representante de VINNOVA (organismo innovador de Suecia) opina que lilas indicadores sólo dan razón del pasado. Para ver el futuro hay que medir los flujos de gente, como ellos lo han hecho para Suecia en un trabajo conjunto con la National Science Foundation de los EE.UU. Las Universidades deben hacer desarrollos tecnológicos genéricos (es decir, precompetitivos) pero carecen de capacidades comerciales. Es un problema de políticas internacionales: hay que discutir quién hace qué".

Un estudio de la consultora sueca NUTEC entre 14.000 empre­sas suecas indicó que:

· Hay empresas de rápido crecimiento en muchos sectores, en todas las regiones (no sólo en high tech).

· Les va mejor a las que tienen mejores relaciones con otras em­presas, con otras instituciones, con extranjeros, etcétera (no sólo con universidades).

· TIenen más éxito las empresas que tienen más gente educa­da y que invierten más en su educación y capacitación.

· Les va mejor a las empresas más jóvenes. · La principal barrera es cultural: los suecos no son empren­

dedores. La representante del Copenhague Institute of Future Studies opi­

na que en la sociedad del conocimiento lo más interesante es lo desconocido y lo más importante del conocimiento es ponerlo en acción. Por eso, no se le pueden exigir resultados comerciales a las universidades porque no piensan así ni han sido creadas para eso.

Un funcionario finlandés cuenta que su país tiene, desde el año 2000, un programa para enseñarles innovación a líderes po­líticos, parlamentarios y empresarios. TIene una duración de dos semanas (una en primavera y una en otoño) y participan anual­mente entre veinte y treinta dirigentes.

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y LA GENTE ¿QUÉ OPINA? A primera vista es difícil comprender cómo, en nuestro país, nin­gún grupo de poder se ocupa o preocupa por estos temas que, e~ el mundo industrializado, están reconocidos como factores decI­

sivos de la generación de riqueza. Más allá de las habituales letanías de científicos que se lamen­

tan de que ni los empresarios ni los políticos les prestan atención, puede ser útil repasar algunos temas que se discute~ en paí~~s donde empresarios y políticos conocen el valor de la mnovaclon y de sus ingredientes necesarios, la ciencia y la tecnología.

En Estados Unidos un par de libros y un artículo han gene-10/11/12 I .

rada interesantes debates y reflexiones sobre las re aClones

entre la ciencia y la democracia. Los que en el siglo XVIII teorizaron sobre la democracia repre-

sentativa reconocieron que una de las condiciones para su buen funcionamiento era la educación del electorado. Pero, por supues­to, no podían imaginar qué significaría esa educación tres siglos

más tarde. Hoyes fácil comprobar que la penetración de la ciencia .en la

sociedad civil y política constituye un problema para el funciona­

miento de un estado democrático. Suele suponerse que las conductas del Estado son reflejo de

los deseos populares, ya sea porque la gente expresa su opinión a través de convocatorias directas o porque quienes han sido ele­gidos como sus representantes las interpretan correctamente.

10. Lewontin, Richard, The Politics of Science, The New York Review of Books, Vol. XLIX, N° 8, del 9 de mayo de 2002. Richard Lewontin es Researc~ Professor en la Universidad de Harvard y autor de The Genetic 8asis of Evolutlonary Change y

8iologyas Ideology. . . . . . 11. Greenberg, Daniel S., Science, Money and POfltICS: Pofltlcal Tnumph and Ethical Erosion, University of Chicago Press,2002. .. 12. Kitcher, Philip, Science, Truth and Democracy, Oxford Umverslty Press, 2002.

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en verdad, sólo una reducida elite de expertos tiene lo~ conoci­mientos y puede I/egar a la comprensión del verdadero alcance y consecuencias de las decisiones en temas en los que las cien­cias y las tecnologías son factores críticos.

¿Cuáles son las características y las consecuencias que tiene el hecho de que la casi totalidad de los ciudadanos dependa de los conocimientos de una minúscula minoría que representa sólo un segmento de la sociedad, tanto por su formación como por sus intereses económicos directos?

Más de cuatro décadas vinculado a la informática me habilitan para emitir un juicio idóneo frente a ciertos aspectos controverti­dos que presenta hoy el tema de la inversión en ciencia y tecno­logía. Pero, ¿por qué debería alguien ajeno a estos sectores y que cuenta sólo con lo indispensable para la subsistencia cotidiana aceptar que sus ingresos disminuyan para que el Estado disponga de mayor cantidad de fondos destinados a apoyar el desarrol/o de la biotecnología?

Como las actividades de investigación científica y desarrol/o tecnológico requieren cada vez mayores inversiones, las deci­siones suelen ser cada día más difíciles. Nuestro país ¿debe en­carar inversiones sustanciales para que sus físicos adquieran mayores conocimientos sobre la estructura de la materia o debe apostar a las investigaciones del genoma humano, o, aun, volcar ese dinero a investigar acerca de una cantidad indeterminada de enfermedades?

¿Quiénes deben decidir sobre estas cuestiones? ¿Debe hacerlo el Congreso? ¿Les corresponde a los mismos científicos? ¿A cuáles de el/os? No es sencil/o responder a estas preguntas.

Ahora bien, supongamos que no hay que decidir sobre el tipo de conocimiento a adquirir sino que ya se dispone de ese conoci­miento y hay que elegir de qué modo usarlo. Los legisladores, los jueces, las autoridades educativas y los líderes empresarios y sin-

46 RICARDO A. FERRARO

dicales 'están en condiciones de aplicar ese conocimiento, del que ¿ d' . d

sólo tienen una noción imperfecta -cuando no Istorslona, a-para tomar sus decisiones? No cabe duda de .q,u~ debenan consultar con los expertos, pero estos, a su vez, dlflcllmente, ex­cepcionalmente, sabrán juzgar acerca de qué fact?res influyen en las decisiones empresarias y políticas. Es decIr, poco o nada

saben de los factores de poder. "Cuando la ciudad se reúne para designar doctores o arma-

dores de barcos, en cada caso habrá de elegir a la persona con mayores conocimientos. Pero, para construir paredes o pue~~s o arsenales, nuestros únicos asesores son los constructores . La afirmación se le atribuye a Sócrates y resulta acertada aunque incompleta para nuestro caso. No nos dice qué hacer cuando .Io.s médicos no llegan a un acuerdo o cuando tenemos que de<:,ldlr entre construir una pared o un arsenal. Sócrates tampoco sen~la el camino a seguir en caso de que cada experto tenga sus propIas prioridades y, más aun, que alguna de éstas se contraponga con

los objetivos de las políticas democráticas.

¿UNA AGENDA SOCIAL? . . Hemos visto que para los propios generadores del conocl~lento que en este momento nos ocupa, para los cie~tífico~, n~ sena s~n­cilio tomar decisiones adecuadas en cuanto a investIgacIones pno­ritarias, o al destino del conocimiento ya adqui~id~, ~in entra.r en conflicto con otros actores y aun con ciertos pnnclplos del sIste-

ma democrático. . A partir de esto, son muchos los que ins!ste~ en la n.~cesl-

dad de que el conocimiento generado por la cIencIa sea utilizado en una 'agenda' de acción social, acordada entre todos los sec­tores involucrados. Se habla de un "nuevo contrato social". Pero,

tampoco aquí es fácil aunar criterios.

PARA QuÉ SIRVE LA TECNOLOGíA 47

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¿Porqué? • Si alguna vez ha habido una promesa de utilidad por parte de los científicos, ésta ha sido más implícita que explícita. A diferencia del juramento hipocrático de los médicos, no existe ningún docu­mento o conjunto acordado de palabras que pueda interpretarse como un contrato formal de responsabilidad de los científicos frente a la sociedad

l3• Por lo tanto, no es adecuado hablar de un

'nuevo contrato social' ya que implica la reforma de un acuerdo contractual que se asemeja a un espejismo: a diferencia de los códigos de conducta profesionales, nunca se ha sancionado a un científico por romperlo. ¿Esto quiere decir que es innecesario hablar de un 'nuevo contrato social'? No, ya que este concepto abarca un importante conjunto de ideas acerca de cómo deben modificarse la organización y el financiamiento de la ciencia para reflejar y responder de más cerca a las necesidades y preocupa­ciones de la sociedad.

· ¿Quién representa al público -o ¿quién es el síndico del pueblo?- en la necesaria elite del conocimiento? Cuando se decide en estos temas no puede dejar de considerarse, por ejemplo, que la mayoría de los estadounidenses no cree en la teoría de Darwin acerca de la Evolución.

· En 1953 los biólogos moleculares habrían tenido sólo argu­mentos epistémicos. Los que toman decisiones en 2004 debie­ron considerar, también, el precio de las prepagas y la cuota del PAMI. ..

· El público no puede adquirir autónomamente una com­prensión profunda de las diferentes cuestiones científicas, por lo que el pode'r retórico de sus tutores se convierte en un ele­mento crítico en cualquier debate. Sin embargo, la incipiente experiencia de los Diálogos Ciudadanos concretados en un par

13. SciDev.Net, Does science reaJly need a new social contraet?, 2002,

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de ciudades argentinas, durante 2001, abre un camino en el que

se debe avanzar. . Las correctas relaciones entre la elite del conocimiento y

las práctic<;ls democráticas constituyen una estructura que se rom­pe en el eslabón más débil. Más allá de toda la voluntad que haya para llegar a un acuerdo, si los que toman las decisiones han adquirido opiniones ideológicamente distorsionadas o que los benefician económicamente, el resultado puede ser catastrófico.

LOS DIÁLOGOS CIUDADANOS Desde diciembre de 1999 hasta los primeros días de octubre de 2000 existió en Argentina, en la Vicepresidencia de la Nación, una Secretaría de Modernización del Estado. Uno de sus obje­tivos fue acercar el conocimiento científico, sus actores y pro­blemas a la gente, a toda la gente. Dentro de ese marco se creó el programa Conocimiento Y Sociedad, que llevó adelante los

Diálogos Ciudadanos (OC). Durante los cuatro sábados de agosto de 2000, en Avellaneda,

se desarrolló el primer OC, sobre 'la genética en debate'. Con una metodología semejante, entre agosto y octubre de

2000 se concretó en Pergamino otro Diálogo Ciudadano sobre semillas y alimentos genéticamente transformados o 'transgéni­cos'. En paralelo se inició la organización de un tercero, sobre 'informática y democracia', a realizarse en Mar del Plata, con el apoyo de la Municipalidad y el Concejo Deliberante de General Pueyrredón y la Universidad Nacional de Mar del Plata.

En el ANEXO (pp. 107-116) se reproduce una síntesis del in­forme de los ciudadanos de Pergamino, después de las cuatro

reuniones del OC. ¿En qué consiste un OC? Es una metodología que se imaginó y probó en Dinamarca y

que, más tarde, se reprodujo en otros países. Durante una semana

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-a través de medios locales y afiches en supermercados, escue­las, etcétera- se convoca a los ciudadanos mayores de 18 años de una localidad a inscribirse para formar parte de un 'jurado po­pular' que opinará sobre un tema científico y su influencia en la vida de los ciudadanos. Los interesados deben presentarse en un determinado local en donde se les entregan algunas páginas en las que se describe la forma de trabajo, el significado del te­ma en debate y un corto formulario de inscripción en el que se debe consignar la edad y ocupación. Después, entre todos los inscriptos, se seleccionan alrededor de 30 a 40 personas que, en la medida de lo posible, reproduzcan la composición de la po­blación de esa localidad. Como se ve en las páginas 115 y 116, en el DC de Pergamino, hubo ciudadanos de las más variadas edades y ocupaciones.

En esa ciudad el 'jurado' se reunió cuatro sábados, seis horas por sábado. Como explica el Informe:

"Durante los dos primeros sábados participaron cinco especialis­tas, de primer nivel, explicando en qué consisten las semillas trans­génicas y qué son los alimentos genéticamente modificados. Se intercambiaron información y opiniones acerca de las consecuen­cias presentes y futuras de esos desarrollos (y de sus consecuen­cias, presentes y futuras). El tercer y cuarto sábado se discutió lar­gamente, en grupos y en plenarios, acerca del contenido del In­forme que hoy presentamos."

Acordada la redacción del Informe, éste se presentó a las autoridades municipales, en un acto público.

Los que tuvimos el honor y placer de trabajar en los DC opi­namos que fue una experiencia extraordinaria, que superó las expectativas de todos. Tanto las de quienes soñaron con reprodu­cir una actividad que muchos juzgaban que era 'sensacional... para

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Dinamarca' pero imposible en Argentina, como las de los que se acercaron con mucho interés o los que sólo tenían desconfianza.

Sin embargo, la prensa especializada nunca se ocupó de la hasta entonces inédita experiencia y el silencio al respecto fue total y permanente.

En medios académicos se saludó la iniciativa, pero nadie con­sideró oportuno continuarla o repetirla.

Argentina prácticamente no participa en ámbitos de debate, ni siquiera en los latinoamericanos. Por ejemp.lo, la revista espa­ñola Quark dio cuenta de la realización de una reunión sobre divulgación científica y tecnológica en Colombia, en marzo de 2004, a la que concurrieron trece países latinoamericanos, pero no nuestro país. En otra reunión, poco después, Brasil presentó treinta trabajos, Bolivia uno y Argentina ninguno.

No es grave que la divulgación siga siendo un coto de los divulgadores. Lo que importa comprender es que experiencias como la de los Diálogos Ciudadanos deben formar parte de una estrategia de democratización del saber y la información científica, que es una materia diferente y un factor imprescindible para la construcción de una democracia con menos defectos.

Distingamos la paja del trigo: a fines de los ochenta Muy inte­resantefue la revista de mayor tirada en Argentina. Dado que, en distintas épocas, publicaciones mucho peores ocuparon ese lugar, nada tenemos que objetar al respecto de la situación alcanzada por aquella revista. Pero opinamos que Muy interesante no era una contribución suficiente a la democratización del conocimiento.

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4. ALGO HACEMOS BIEN, AUNQUE OTROS SE OLVIDEN

Algunas tecnologías no nos son extrañas, más aun, muchos ar­gentinos les prestamos atención y hasta suelen ser objeto de nuestro interés, por ejemplo, los autos, las computadoras, los elec­trodomésticos, los celulares, los CO o OVO. Pero hay también pro­ductos de consumo cotidiano -como los cosméticos, los artículos de limpieza o los comestibles- y hasta nuevas terapéuticas, ciru­gías y medicamentos. Sin olvidar la siembra directa, que catapultó a la fama a la soja transgénica.

El caso de los celulares es tan interesante como demostrativo de la impredecibilidad de la evolución de las innovaciones. Cuando a mediados de los 'ao AT&T calculaba las dimensiones del mer­cado potencial de la telefonía celular para el año 2000, sostenía que nunca llegaría al millón de usuarios en EE.UU. En 1993 The Economist opinaba que un celular era Itan necesario como el segundo Porsche'. En 1995 ya había 15 millones de usuarios en EE.UU. y casi 20 millones más en otros 70 países. Hoy la cifra llega a 1.500 millones. Los pronósticos -que siempre fallan- hablan de 2.000 millones en 200a y quizá 4.000 millones en 2015.

En un país en crisis, como es hoy Argentina, distintas esti­maciones auguran que durante 2005 habrá más teléfonos celu-

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lares que fijos (lo que significa una penetración del orden del 30 por ciento), mientras que otras consideran que uno de cada dos argentinos tendrá su celular.

En la Argentina actual hay islas de excelencia científica y tec­nológica, como la Comisión Nacional de Actividades Espaciales (CONAE), que coloca satélites en el espacio -con lanzadores eu­ropeos o nortea me rica nos- y su contratista principal, INVAp, que, además, vende reactores a varios países.

La calidad de los productos de CONAE / INVAP no está en dis­cusión. En actividades como las que estas entidades desarrollan el pasar la 'prueba ácida' todos los días, durante las 24 horas, torna absurdo cualquier cuestionamiento respecto a la calidad de lo que producen. Si un satélite, como los que ellos conciben y cons­truyen, envía las imágenes previstas en la frecuencia requerida, es decir que está cumpliendo con la misión para la que se lo lanzó al espacio, no hay lugar para debates sobre su calidad.

La CONAE es un organismo nacional, que depende de la Can­cillería. Es un ejemplo interesante en materia presupuestaria, ya que es el único caso en el que el dinero que recibe está conside­rado en el presupuesto nacional como una inversión y no un gasto, algo que no ocurre con lo que se le otorga a la CNEA, allNTA o allNTI. ¿Por qué? Porque la CONAE ha tenido la habilidad de de­mostrar que 'devuelve' al Estado más dinero que el que recibe. Y es verdad: un solo cliente de sus imágenes satelitales -la Provincia de Buenos Aires- ahorra varias veces el monto del presupuesto de la CONAE sólo calculando con mayor precisión las superfi­cies perjudicad~s por inundaciones, lo que permite a la Provincia limitar las exenciones impositivas a sus propietarios.

INVAP es una sociedad cuyos accionistas son la Comisión Nacional de Energía Atómica (CNEA) y la Provincia de Río Negro que también anunció, a comienzos de octubre de 2004, que con­cretó la exportación a Venezuela de 18 centros de radioterapia,

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llave en mano. Pocos días después apareció como el principal pro­veedor del plan de radarización del espacio aéreo argentino.

Pero no son las únicas señales positivas. Después de la crisis 2001-2002 muchas pymes argentinas han decidido innovar, en particular en actividades relacionadas con las tecnologías de la in­formación y la comunicación y las biotecnologías. Si bien se suelen sobredimensionar tanto la realidad de las exportaciones argentinas como el manifiesto destino de éxitos que nos merece­mos, hay hechos concretos que confirman esta nueva y saludable tendencia innovadora.

Hay pymes que hacen tanto hardware como software de centrales telefónicas, tarificadores para locutorios, sistemas de administración y gestión de redes de cybercafés y locutorios, además de productos para ca/ly contactcenters.

Si bien en materia de software es más difícil calificar la inno­vación, es verdad que hay cantidad de empresas que compiten y triunfan. Muchas en el mercado local y cada vez más exportando.

Otra saludable consecuencia de esta ola innovadora es que en estas especialidades prácticamente hay pleno empleo yen muchos casos es difícil conseguir los perfiles necesarios, lo que redunda en mejores salarios.

En otros campos -como la biología y la biología molecular­hay gente que concreta trabajos de alto valor. Sólo recorriendo las páginas de dos diarios de Buenos Aires durante un par de meses, se encuentran estos títulos:

· La Universidad Nacional de Ouilmes creará un kit para la detección de cáncer.

• La ciencia argentina busca multiplicar las esperanzas en la lucha contra el cáncer: investigadoíes de la UNO trabajan en novedosas estrategias para las terapias prolongadas.

· Argentina lidera la investigación en América Latina: células madre, la próxima revolución.

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Page 29: Para que sirve la tecnología

· El país tendrá una "fábrica de células". Harán una vacuna local contra la gripe.

· Un equipo de la UN del litoral obtiene un girasol transgénico capaz de tolerar la sequía.

· Un trabajo de científicos argentinos y británicos localiza en el cerebro la zona encargada de regular la agresión.

· Neuronas: explican cómo dialogan. El trabajo local se pu­blicó en Nature.

· Investigadores de la UBA descubrieron cómo producir plásticos biodegradables.

· Premian en España un queso probiótico argentino. Pero no sólo hay buenos investigadores. También en estas

especialidades hay pymes exitosas, por ejemplo, en el desarrollo de kits y reactivos de diagnóstico.

LOS PROTAGONISTAS SUFREN Claro que no todo es color de rosa y protagonistas de la comu­nidad científica se encargaron de que lo recordáramos. El 10 de octubre de 2004 en el suplemento Zona, del diario Clarín, apa­reció un artículo marcadamente optimista y varios científicos le­vantaron sus voces para que no olvidáramos cuánto hay aún por solucionar en ese ámbito. J' En ciencia, en vez de gestos aislados, hace falta una política de Estadofl

, dijo Enrique Oteiza, titular del Instituto contra la Discriminación yex miembro de la UNESCO. JI Antes que plata, hay que tener un proyecto", agregó, en otra nota de Clarín, :Sara Rietti, investigadora de la Universidad de Buenos Aires.

y hubo también quien se ocupó de señalar que las instan­cias de repatriación no funcionan. Según distintas estimaciones, de los 7000 científicos argentinos que estarían trabajando en Es­tados Unidos y la Unión Europea sólo habrían regresado cuatro.

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JI Se van porque acá no les pueden garantizar un porvenir, un trabajo, un buen sueldo, un ámbito de desarrollo, porque la in­dustria prefiere tomar conocimiento científico llave en mano. Yo tengo discípulos en el exterior y no sé si algún día van a volver. El envejecimiento implica que en algún momento se va a cor­tar la buena investigación científica, como la que hoy perdura, porque no habrá quien transmita los conocimientos a las nuevas generaciones", afirmó César Lorenzana, director de la Maestría en Epistemología e Historia de la Ciencia de la Universidad Na­cional de Tres de Febrero.

OPINAN LOS INVESTIGADORES Si bien no fueron en respuesta al artículo antes mencionado, parece apropiado consignar aquí otras opiniones vertidas por destacados investigadores:

"Hay políticas públicas que son imposibles de realizar sin la contribución de la ciencia: conservar los hielos continentales o planificar la pesca sin dañar el mar argentino, por ejemplo. Por otro lado, hoy los investigadores de todas las ramas de la me­dicina -y también de la psicología- podrían dedicar sus esfuerzos a estudiar la estructura del sistema sanitario, las enfermedades que más castigan el país, tantas cosas. Pero aun esto no servi­ría de nada si desde el sector público no se comienza a consultar a los científicos para tomar decisiones: tenemos buenos biólo­gos marinos, pero la oceanografía argentina no es escuchada por los gobernantes. Es una falacia pensar que Argentina tiene suficientes científicos. Hay que formar más gente y evitar que se vaya. Necesitamos una comunidad científica rejuvenecida; ahora están los muy jóvenes, que todavía no pudieron partir, y los más viejos, que ya no pueden hacerlo. Faltan los de 30 a 40

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años, que movilizan la ciencia de un país con su experiencia y

su pujanza". Patricio Garrahan

Investigador de UBA-Conicet y Presidente de la Asociación Ciencia Hoy

SEÑALES POSITIVAS, PERO FALTA DE SUBSIDIOS lila Argentina sigue sin retener a sus científicos porque ha habido muchos años de desinversión en ciencia y técnica. tos golpes mi­litares del 66 y del 76 hicieron lo suyo con persecuciones, exilios y desapariciones. No obstante, la destrucción no fue total y pueden vers'8 algunos resultados positivos en la calidad y cantidad de investigaciones. Hay señales positivas del Gobierno, como los aumentos a becarios e investigadores más jóvenes. Pero para revertir el estado vegetativo, impedir que los jóvenes científicos se vayan, atraer a los que quieren volver pero no lo hacen porque no podrían mantener a sus familias con 1.200 pesos, hacen falta in­versiones de mayor monto. El promedio de edad de los investiga­dores argentinos (que trabajan en nuestro país) es demasiado alto y falta una generación intermedia. Esto es consecuencia de que, salvo excepciones, los doctorados en nuestras universidades se van al extranjero a hacer el postdoctorado y ya no vuelven. La apertu ra de muchas vacantes nuevas en el Conicet es una buena señal pero por sí sola no basta. Debe ir acompañada por más subsidios."

Alberto Kornblihtt

Biólogo molecular, investigador del Conicet y profesor en Ciencias Exactas de la UBA.

SOBRE LA POBREZA HAY MUCHO RECORRIDO "En la pregunta sobre qué cuestiones debería investigar la cien­cia argentina para paliar la pobreza subyace una visión optimista de la creación de conocimiento: basta saber cuál es la realidad para

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I

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poder cambiarla. No comparto esta visión. Los efectos del cono­cimiento dependen del uso que hagan del mismo quienes tienen el poder de formular las políticas económicas y sociales, es decir la clase política. Respecto a la pobreza y el desempleo hay mucha investigación acumulada, la que raramente es mencionada como justificación de una política pública. Es más, los gobiernos pro­ceden a veces en contra de la opinión de los científicos (piénsese en la discusión sobre las cifras de la pobreza entre ellNDEC y el Ministerio de Economía). Esto se explica por la idiosincrasia de buena parte de nuestra dirigencia, constituida en base a prácticas corporativas y clientelistas. A nuestros políticos no les interesan tanto los aportes que los científicos podamos realizar al desarro­llo nacional, cuanto los votos que nuestro prestigio podría apor­tarles cooptándonos para algún cargo público. Recuérdese si no aRené Favaloro."

Susana Torrado Socióloga, Investigadora UBA-Conicet

DEFINIR PARA QUÉ SE VA A EXPLORAR "El sistema científico está llevando a cabo varios proyectos que aportarían al desarrollo del país y tiene la capacidad de realizar muchos más. Pero no se trata de definir qué deberían investigar los científicos, sino más bien quién demanda la investigación, qué interés tiene en que se lleve a cabo y qué inversión está dispuesto a hacer para alcanzar resultados tangibles. Si el Gobierno demanda conocimientos para resolver problemas de Estado y está dispuesto a invertir lo suficiente en la búsqueda de soluciones, puede con­vertir al sistema científico en la gran consultora nacional. Si la industria demanda calidad y diferenciación a través de la inno­vación tecnológica y se convence de que el sistema científico puede darle respuestas, podría haber un despegue de la industria argen-

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tina con alto valor agregado. Pero el sistema científico también de­bería pensar más hacia adentro que hacia afuera del país y estar dispuesto a brindar su innegable capacidad para la resolución de los grandes y graves problemas nacionales".

Eduardo Zerba

Investigador del Instituto de Investigaciones Científicas y Técnicas de las FEAA.

MIENTRAS TANTO •.• Rodolfo Terragno, en su libro El Peronismo de los 70, nos acerca conceptos vertidos en setiembre de 1974 por el entonces minis­

tro Ivanisevich.

"El ministro Ivanisevich se atrevió a sostener que la investigación científica 'exige un gasto que no pueden soportar los países en de­sarrollo'. Al ministro le parecía un despropósito que Argentina desperdiciara doce millones de dólares anuales en investigación, y que los científicos no hicieran 'ningún invento'. Edison -recordó Ivanisevich- no era universitario, sino un simple vendedor de diarios. Citando al cardenal Newman y a Ortega y Gasset, el mi­nistro sostuvo que 'la Universidad no es el lugar adecuado para la investigación' y que ésta 'debe hacerse en las empresas'."

Ilustrativa de la ignorancia de muchos de los que han tenido en sus manos buena parte del desarrollo en ciencia y tecnología en Argentina, I~ situación no difiere demasiado de otras más

cercanas en el tiempo. El entonces Presidente de la Nación Carlos Menem contó -a

la vuelta de su visita al sudeste asiático- que visitó 'fábricas robo­tizadas con obreros semianalfabetos'. Aun sin conocer el nombre de la empresa, ni el país en el que se encuentra, se puede asegurar

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que esta afirmación es falsa, ya que cuanto más tecnología hay en un puesto de trabajo, más capacitado debe ser quien lo ocupa.

Eduardo Duhalde era gobernador cuando propuso aplicar im­puestos a los robots para disuadir a los empresarios que quisieran usarlos, argumentando que los robots 'no tienen hijos que alimen­tar y educar' y que, por lo tanto, 'se debe hacer a mano todo lo que se pueda'. Mientras tanto, el Secretario de Ciencia y Tecnología pagaba una separata en Scientific American en la que se decla­raba que nuestro país 'es el cerebro del Mercosur'. Tal asevera­ción causó un lógico desagrado entre los científicos brasileños, quienes bien conocen las cifras y los hechos relevantes en cada uno de los países de la región.

Tampoco es posible olvidar el tan bochornoso como dramá­tico comentario del ministro de Economía Domingo Cavallo quien sugirió que los investigadores fuesen 'a lavar los platos'.

Poco tiempo después, mientras Carlos Reutemann era gober­nador de Santa Fe y una enorme superficie de su provincia estaba bajo el agua, se le preguntó por qué no había atendido las adver­tencias de los hidrólogos e hidráulicos, quienes habían previsto y advertido sobre el desastre. La respuesta del funcionario fue clara: 'Hablaré con ellos cuando termine la inundación'.

Como bien resumen Marcelino Cereijido y Laura Reinking en su libro La ignorancia debida:

"(. .. ) la promesa de apoyar a los investigadores es una pueril ma­niobra que sólo intenta consolarlos o quitárselos del medio, como si nadie necesitara pan ni supiera para qué sirven los tornillos pero así y todo los comprara para apoyar a panaderos y ferrete­ros, o como si se hiciera extirpar la vesícula biliar con el único pro­pósito de apoyara su médico. Así es: mientras el Primer Mundo se apoya en la ciencia, el Tercero habla de apoyar a la ciencia. En los raros casos en que las propuestas económicas traen a colación

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el conocimiento, se tiende a imaginar que la diferencia e~tre el saber y la ignorancia es una cuestión de grado, que se refleja fielmente en variables insólitas como número de investigadores por habitante, número de artículos científicos por año, relaciones que los gastos para equipos deben guardar con los gastos para operación, duración de las diversas etapas de un proyecto y que, por lo tanto, el conocimiento de un país puede ser controlado ~ través del presupuesto que las agencias internacionales le autorI­zan a dedicar a la investigación. Parece como si se basaran en una epistemología absurda, en virtud de la cual el conocimiento no es

más que ignorancia financiada."

Pero además hay que tener presente que: • Los actores de las ciencias y las tecnologías argentinas en­

vejecen. La edad promedio en varios organismos supera los cin­cuenta años y nadie quiere actualizar estos cálculos, ya que se sabe que la reactivación económica provoca que muchos investi­gadores y tecnólogos formados pero jóvenes, pasen al sector privado, lo que, sin duda, aumenta la edad promedia de los que quedan en los organismos públicos. No es grave ni está ~al que los organismos públicos de CyT formen gente que mas tarde pasa a la actividad pri~ada. Todo lo contrario. Pero las dificultades de incorporación de personal al Estado y las magras remunera­

ciones dificultan o impiden los recambios. • Cada vez menos jóvenes eligen las carreras científicas 'duras'

y tecnológicas. La excepción que confirma la regla parece ser la in­formática. Por año se gradúan sólo 4.000 ingenieros, de calidades desparejas, en ¡as 400 carreras que se dictan en el país. Este hecho no es extraño, sino lógico, después de muchos años de campañas de desprestigio y acciones de destrucción de la producción nacional.

. Simultáneamente, los medios suelen ser superficiales en su tratamiento y la mayoría se refiere a las tecnologías como si

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fuesen sólo de la información y comunicación, las TICs para los del ambiente, o la informática o computación, para los mayores.

OTROS MALOS ENTENDIDOS A los aspectos negativos ya señalados dentro del panorama de la ciencia y tecnología argentinas se suman una serie de malos en­tendidos que deberían corregirse lo antes posible. Revisemos alguno de ellos:

• A pesar de su frecuente uso, debemos aclarar que no existe la palabra de dieciocho letras cienciaytecnología, ya que son diferentes los objetivos, los intereses, la forma de trabajo, los actores, la protección de la propiedad de sus resultados y mu­chos más etcéteras de la ciencia y de la tecnología. Y cada día se diferencian más.

. La dupla ciencia y tecnología provoca confusiones semejan­tes a las del triángulo descubrimiento / invento / innovación: se confunden las palabras y se las usa como si fuesen sinónimos. En algunos casos se las toma de a dos, como si una fuese la causa y la otra el efecto. Sin embargo, cada una tiene un significado dife­rente. Se descubre lo que está cubierto pero existe y se inventan artefactos -o artificios- que no existían. La ciencia es una actividad humana que tiene por objeto indagar la naturaleza -el hombre, el cosmos y sus interacciones- para descubrir sus secretos, el porqué de las cosas. Cuando se alcanza un conocimiento en profundidad casi siempre se pueden establecer relaciones causa / efecto o leyes naturales. La tecnología es otra actividad humana que estudia cómo dominar los fenómenos a través del desarrollo de procedi­mientos que permitan la aplicación de lo descubierto a la solución de los problemas del hombre. También en este caso el resultado de la actividad recibe el mismo nombre que ella. Si la ciencia pro-

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vee los porqué de lo que se ha descubierto, tanto mejor; e,n caso contrario la solución para dominar los fenómenos naturales será solamente un resultado empírico, fruto de la observación. En general, los Estados financian la mayoría de la investigación cien­tífica -ya sea en laboratorios nacionales o en universidades­mientras que gran parte de los desarrollos tecnológicos son enca­rados por empresas. Por supuesto, los límites son imprecisos pero ésta es la tendencia general, en todo el mundo .

• Hemos dicho que en Argentina no existe un sistema de ciencia y técnica ni un sistema nacional de innovación. Hay quie­nes no terminan de aceptarlo, algunos porque desconocen el significado preciso de la palabra sistema. El Diccionario de Filoso­fía de José Ferrater Mora explica que sistema es un conjunto de elementos relacionados entre sí funcionalmente, de modo que cada elemento del sistema es función de algún otro elemento, no habiendo ningún elemento aislado.

Alcanzaría esta definición para concluir que ni el conjunto de organismos de ciencia y tecnología en Argentina, ni las activida­des de innovación que se puedan detectar, forman parte de sis­temas. Pero como el vocabulario emplea este término tan seguido como mal, vale la pena continuar avanzando en precisiones.

Por otro lado, cabe aclarar que es difícil alcanzar una defini­ción de sistema que comprenda los numerosos empleos del concepto, ya sea cuando se hable de 'sistema político', 'sistema económico', 'sistema educativo' o que se hable de 'sistema eco­lógico' o 'sistema biorretroactivo'.

Condillac, en la introducción de su Traité des Sistémes (1749) define al sistema como 'la disposición de las diferentes partes de un arte o de una ciencia en un orden en que todas las partes se sostienen mutuamente yen que las últimas se expli­can por las primeras'. Las partes que dan razón de otras son los principios, los cuales deben reducirse al mínimo. Según Condillac,

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para que los sistemas sean fecundos para las ciencias y para las artes, estos principios deben resultar del examen de la experiencia y de hechos bien comprobados. De esta forma, aunque todos los sistemas se compongan de una serie de principios y de una serie de consecuencias, los buenos sistemas se distinguen de los malos por construir bien el lenguaje del cual están hechos. Dice Con­dillac: ' Una ciencia bien tratada es un lenguaje que está bien hechd.

E n las carreras de Ciencias Políticas que se dictan en Argentina no se presta atención ni a las políticas científicas ni a las políticas tecnológicas. Simétricamente, en los postgrados sobre 'ciencia y tecnología' se dictan materias de política científica y de política tecnológica disimulando su carácter eminentemente político ytra­tando de que se las vea como que tratan sólo temas científicos o tecnológicos. Por otra parte, algunos intelectuales formados en otras disciplinas, como el derecho y la economía, se interesan en las po­líticas científicas o tecnológicas y han hecho aportes diferentes e importantes. Vale la pena destacar los ejemplos de Hugo Nochteft, José Nun y Jorge Katz, que aparecen frecuentemente entre las referencias de estos temas.

. La identificación de competitivo y barato es también origen de muchas confusiones. Competitivo no es sinónimo de barato. Este es otro ejemplo de las deformaciones que sufren algunos tér­minos 'nuevos' cuando su uso es frecuente. El origen de la pala­bra competir es la expresión latina cum petere, que quiere decir 'buscar juntos'. La competencia representa la oposición a la 'lucha por la vida', con todas sus implicancias de desesperación y falta de escrúpulos. 'Buscar juntos' implica que hay otros que tam­bién existen y que participan.

Como dice LesterThurow: liLa competencia gira alrededor de los siguientes interrogantes: ¿quién puede elaborar los mejores productos?, ¿quién eleva con más rapidez su nivel de vida?, ¿quién tiene la fuerza de trabajo mejor educada y más especializada del

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mundo?, ¿quién es el líder mundial en el área de la inversión: fábri­cas y equipos, investigación y desarrollo, infraestructura?, ¿quién lo organiza mejor?, ¿a quién pertenecen las instituciones-gobierno, educación, empresas- que son líderes mundiales desélETel punto de vista de la eficiencia? Verse obligado por los competidores econó­micos a hacer todas estas cosas es algo positivo, no negativo". Se puede medir la capacidad de competir con el aumento de parti­cipación en el mercado.

La competitividad, de acuerdo con la definición más aceptada, mide la capacidad de una empresa o nación para producir-en mer­cados libres y justos- bienes o servicios que satisfagan a mercados internacionales mientras que, simultáneamente, aumente -o, como mínimo, conserve- el ingreso real de sus trabajadores o ciudada­nos y no se degrade el medio ambiente. Por lo tanto, cuando se em­plea el precio como indicador de competitividad quiere decir que se compite por precio (es decir, se ofrece un producto semejante a otros, pero más barato). También se puede competir diferenciándo­se, es decir, ofreciendo mejores productos, o diferentes. Este tipo de competencia exige agregar valor pero aumenta el beneficio.

UN POCO DE HISTORIA "La literatura sobre ciencia y tecnología en la Argentina coincide en que las políticas científicas y tecnológicas nunca fueron prioritarias en la agenda del Estado ni en la sociedad civil; su formulación fue tardía y su implementación débil; no existió una articulación firme entre la demanda y la oferta interna de tecnología, especialmente entre la demanda privada y la oferta pública. "

Hugo Nochteff

Felipe Pigna recuerda que en Argentina desde 1941 se celebra el2 de septiembre como el Día de la Industria, en conmemoración

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de un episodio que, bien anaHzado, no deja de ser todo un símbo­lo del 'ser nacional'.

Debe da.haber pocos países en los que para homenajear a su industria naofonal se elige la conmemoración de un episodio de contrabanckl,jAsí, precisamente, debe calificarse lo que ocurrió el 2 de septiembre de 1587 en el territorio que hoy conocemos como República Argentina y que entonces pertenecía al Virreinato del Perú. Ese día zarpó del fondeadero del Riachuelo, que hacía las veces de puerto de Buenos Aires, con rumbo al Brasil, la carabela San Antonio.

Llevaba en sus bodegas una carga proveniente del Tucumán, fletada por el obispo Francisco de Vitoria. Se trataba de tejidos y bolsas de harinas, producidos en la por entonces próspera Santiago del Estero. Lo notable es que, según denunció el go­bernador del Tucumán, Ramírez de Velasco, dentro de las inocen­tes bolsa de harina se encontraban varios kilos de plata del Potosí, cuya exportación estaba prohibida por real cédula. Es decir que la 'primera exportación argentina' encubrió un acto de contrabando y comercio ilegal.

Por otra parte, a quienes asocian el desarrollo industrial ar­gentino con la colonización española, en la que ven 'un antece­dente de las políticas proteccionistas de fomento industrial', vale la pena traerles a la memoria la real orden del 28 de noviembre de 1800, que prohibía el establecimiento de manufacturas en las co­lonias; orden que a su vez fue ratificada por otra del 30 de octubre de 1801, 'relativa al exceso notado en el establecimiento en aquel Reyno de fábricas y artefactos contrarios a los que prosperan en España y tienen por principal objeto el surtido de nuestras Amé­ricas'. "Su Majestad no puede permitir que se multipliquen o aumenten ni aun que subsistan hasta la época de paz porque lo estima contrario al bien ya la felicidad de todos sus vasallos y dominios y recela de que acostumbrados sus vasallos a los calo-

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res y trabajos de dichos establecimientos rehusaran después volver a las minas de oro y plata y al cultivo de los preciosos fru­tos y efectos de esos reinos que tienen seguro consumo en esta península. Así que quiere Su Majestad de Vuestra Excelencia se dedique con toda prudencia, celo y la preferendá correspon­diente a examinar cuántos y cuáles son los establecimientos de fábricas y manufacturas que se hallan en todo el distrito de su mando, y a procurar la destrucción de ellos por los medios que es-time más convenientes,,14. .

Como bien recuerda José Nun, muchas veces se han señala­do las similitudes entre los desarrollos agrícolas de Argentina y Canadá.

"A fines del siglo pasado, ambos países se caracterizaban por su abundancia de tierras y por su escasez de mano de obra, por la fertilidad de sus suelos y por su rápida y vigorosa apertura a la lle­gada de trabajadores y de capitales extranjeros. Si alguna ventaja natural existía, ciertamente beneficiaba a la Argentina: por una parte, su clima era mucho más benigno y templado a lo largo de todo el año, y, por la otra, dada su ubicación geográfica, las pampas argentinas tenían una proximidad a los puertos oceáni­cos de la que no disponían las praderas canadienses.

A comienzos de este siglo, ambos países no sólo se convirtie­ron en dos de los mayores exportadores mundiales de trigo sino que este cereal se volvió su principal producto de exportación. Para aumentar las similitudes, una y otra nación enviaban este producto a los mismos mercados exteriores y-salvo durante la guerra de 1914-las dos recibían por él el mismo precio mundial. Pero si bien hasta 1910 la Argentina producía y exportaba más tri-

14. "El día de la industria", Los mitos de la historia argentina, Grupo Editorial Norma, pp. 93-99.

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go que Canadá, desde esa fecha la relación se invirtió. Más aun: a partir de entonces, 'las praderas canadienses no únicamente su­peraron a las pampas argentinas en la cantidad sino también en la calidad de suproducción triguera' (Solberg, 1987: 2). En verdad, el trigo canadiense adquirió una reputación en el mercado inter­nacional que el argentino nunca logró."

y sigue explicando Nun:

UEI régimen social de acumulación (RSA) que se fue configuran­do en Canadá en la última parte del siglo XIX tuvo como soporte un estado comparativamente fuerte que ( ... ) puso en práctica la Na­tional Policyde una ( ... ) élite económica formada básicamente por comerciantes y banqueros. Desde mediados de siglo, esta élite del Este había comenzado a invertir en la industria y se había vuelto una gran defensora del proteccionismo. A la vez, comprendió tem­pranamente la importancia de expandirse hacia el Oeste, tanto para frenar las ambiciones territoriales de los Estados Unidos como para integrarse al mercado mundial mediante la exporta­ción de granos. De ahí los tres componentes fundamentales de la National Policy. 1) la tarifa, para proteger y promover la industria­lización; 2) la construcción de un ferrocarril transcontinental, para unir el Este y el Oeste del país; y 3) un programa de inmigración masiva, para poblar las praderas de modo que pudiesen ser fuente de exportaciones primarias y mercado para las industrias protegidas del Este.

U( ... ) No hubo -prosigue José Nun- un designio semejante en el caso argentino. En primer lugar ( ... ) los sectores económica­mente hegemónicos no fueron los comerciantes y los banqueros sino los terratenientes pampeanos, dedicados sobre todo a la ganadería. Después, el RSA que consiguió articular la llamada 'generación del 80' estuvo saturado por una ideología librecam-

PARA QUÉ SIRVE LA TECNOLOGíA 69

Page 36: Para que sirve la tecnología

bista que devino parte del sentido común nacional y que IfI gran bonanza resultante de la exitosa incorporación del país a la divi­sión internacional del trabajo no hizo sino confirmé!f. Desde esta óptica, aparecía como un muy buen negocio que lo~Jerrocarriles, por ejemplo, quedaran en manos del capital extFanjero, puesto

que su construcción valorizaba la tierra y daba salida a sus pro­ductos sin requerir inversiones propias, aunque hiciese muy poco por integrar efectivamente a la nación ( ... ). En estas condiciones, el papel que se le asignó al estado fue claramente subsidiario: eran los dictados del mercado y no los planes o las políticas públicas quienes debían ser los principales encargados de garantizar el pro­

greso. En las palabras del dos veces presidente Julio A. Roca, las obligaciones del gobierno habrían de limitarse a proveer 'paz y administración,1s", concluye.

El primer impulso exógeno en la economía argentina se evi­denció hacia 1880 y aprovechó las ventajas comparativas de la pampa húmeda a partir de la convergencia de la caída internacio­nal de los precios del transporte, el desarrollo de la tecnología

de enfriamiento de carnes y la aparición de excedentes de ca­pital y mano de obra en algunos países de Europa, junto con el

aumento de su demanda de alimentos. Las elites económicas ar­gentinas respondieron rápidamente a ese impulso y promovieron el ingreso de capitales y de mano de obra hacia el sector agrícola

y se diversificaron todo lo que era posible como respuesta al

cambio de oportunidades.

15. José Nun, u Arg~ntina: El Estado y las actividades científicas y técnicas", Redes, Revista de Estudios Sociales de la Ciencia, Nº 3, Vol. 2, Universidad Nacional de Quilmes, abril de 1995. El texto de Nun analiza en detalle tanto los regímenes sociales de acumulación (RSAl como los regímenes políticos de gobierno (RPGl y sus relaciones, estableciendo un marco particularmente rico para comprender estos temas.

70 RICARDO A. FERRARO

El segundo impulso importante fue el de la sustitución de importaciones, que esta vez se asoció con el impulso exógeno de la transnacionalización. En el período de posguerra la industria automotriz Ildéró este proceso, de acuerdo con el modelo indus­trial de Estadtfs Unidos.

En Améric~ Latina, una característica importante de este pe­ríodo fue que la incorporación de la mayoría de las innovaciones tecnológicas significativas resultó siempre tardía ya que las inno­vaciones llegaban incorporadas en los bienes de capital y mate­riales que se importaban. Las empresas locales se orientaron casi exclusivamente hacia el mercado interno y adecuaron sólo par­

cialmente sus tecnologías, métodos y organizaciones. Las grandes empresas, tanto públicas como privadas, generaron monopolios u oligopolios cuya demanda de innovación era débil y siempre se situaba bastante lejos de la frontera de la best practice. La indus­tria de capital local intentaba resolver los problemas específicos que surgían del proceso de diversificación, para atender un mer­cado local limitado, mientras que las empresas líderes, extranje­ras y transnacíonales, concentraban sus esfuerzos de I+D para lograr innovaciones mayores en sus países de origen.

La sustitución de importaciones también requería marcos ins­titucionales sencillos: un sistema de aranceles y de subsidios para la industria, pagados por el sector agropecuario, hicieron el mi­lagro. Las nuevas instituciones eran centralizadas y gestionadas

desde el gobierno nacional. Para integrar la gestión empresaria con el conocimiento ha­

cen falta, en cambio, organizaciones y marcos normativos que comprometen el nivel nacional, provincial y municipal, el sistema

educativo y, particularmente, las universidades. Para organizar la competitividad moderna se requiere inver­

sión pública y un tejido de normas y organizaciones nuevas con. una gestión profesional compleja, descentralizada y participativa.

PARA QUÉ SIRVE LA TECNOLOGíA 71

Page 37: Para que sirve la tecnología

ACADEIVIIA y PRODUCCiÓN El grado de hegemonía política de un país se mide hoy por la potencia de su aparato científico. La excelencia de sus universida­des, lejos de ser un atributo coyuntural, constituy~ el requisito absoluto para mantener la competitividad militar, industrial y comercial. El papel de la Universidad no se limita a la educación de profesionales destinados a mantener la producción industrial o trabajar en los laboratorios de investigación tecnológica de la industria y del Estado. Las universidades de primera que las corporaciones necesitan son centros de generación de energía intelectual donde se origina la ciencia revolucionaria, donde se descubren muchas de las nuevas claves que permiten explicar los fenómenos naturales. Estos centros aportan nuevas oportunida­des para la apropiación del conocimiento y, a la vez, la explotación

de la naturaleza. y como comentó el empresario Rubens Latorre, "la interacción

entre nuestro mundo académico y nuestro sistema productivo no requiere mayor análisis, ya que es casi nula. La razón principal de este desinterés no radica en la ignorancia de los industriales acerca de la influencia creciente de la tecnología. El motivo es que, simple­mente, durante muchos años esta tecnología no ha sido necesaria en un país donde no había competencia internacional. Adicional­mente, cuando se produce para un mercado protegido una tecno­logía que no es de punta siempre es, o bien gratuita o más barata. Además, su implantación -por su propia madurez- es más simple y no requiere el soporte del sistema científico-tecnológico.

Es interesante ver cómo la protección a la industria local ge­neró una desprotección de nuestro sistema científico-tecnológico, ya que lo alejó de la industria que debía ser su interlocutor y de­mandante natural. Este alejamiento, a su vez, desfasó y desaco­.(nodó una escala de valores académicos donde el que trabaja en tecnología está en posición inferior a la del teórico. Lo contrario

72 RICARDO A. FERRARO

de lo que sucedió en Japón, país que puso sus mejores ingenieros a estudiar procesos de fabricación, con los resultados conocidos".

Ya en 1971 Jorge Sabato -desde la Comisión Nacional de Energía Atómica-le proponía a la comunidad académica argen­tina que imaginara qué hubiese sucedido si "día por día desapa­reciese un toro de nuestras cabañas; que, simplemente, un toro campeón se evaporase; que cada mañana fuese el patrón y un toro no estuviera. Si algo así hubiese ocurrido, toda la población argentina buscaría los toros y todos los Servicios de Informacio­nes y la Interpol tratarían de encontrarlos". Durante los últimos años se han evaporado en nuestros países más de un científico por día y nadie los busca.

La Oficina de Ciencia y Tecnología del Parlamento británico publica regularmente el boletín POST, que provee un análisis independiente y balanceado de los temas de políticas públicas que se fundamentan en ciencia y tecnología. El número 216 de

_ POST, de marzo de 2004, está dedicado a la 'capacidad científica de los países en desarrollo', y menciona dos veces a Argentina: en la primera, recuerda que suele compararse la relación que tienen los países en desarrollo con la ciencia global, con una carretera. Hay 'vehículos veloces' -como India, China y Brasil- 'vehículos lentos' -como México, Argentina y algunos países de Oriente Medio y del sudeste asiático- y 'peatones', como los-países del África sub­sahariana y los pequeños estados insulares.

POSTtambién recuerda que el Programa de Desarrollo de las Naciones Unidas (PNUD) calcula un 'índice de logros tecnológicos', que identifica cuatro grupos de países: líderes, líderes potencia­les, adaptadores dinámicos y marginados. Argentina integra el segundo grupo, junto con, por ejemplo, Chile y México, que está caracterizado por 'tener habilidades muy desarrolladas, que han difundido viejas tecnologías (como las redes de electricidad yagua)

pero que innovan poco'.

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í 1 La revista británica The Economistcalculó un 'mápa tecnoló-

gico' en el que distingue tres tipos de países: • los innovadores tecnológicos, que obtienen anualmente más

de diez patentes por millón de habitantes, · los adoptadores de tecnologías, cuyas exportaciones de alta

tecnología representan, como mínimo, el dos por ciento del PBI y • los excluidos. Entre los primeros están Estados Unidos, Canadá, casi toda

Europa Occidental (sin España ni Portugal), Corea, Japón y Aus­tralia. Entre los 'adoptadores' se encuentran Argentina (¿nuestras exportaciones de alta tecnología representan más del dos por ciento de nuestro PBI?), Chile, el sur de Brasil, México, Costa Rica, Sudáfrica, España, Portugal, Túnez, algunos países del este eu­ropeo, Israel, centro y sur de India, la costa china, Nueva Zelanda, Malasia y otros. El resto del mundo está excluido, es decir, los demás países de América Latina, África y Asia.

74 RICARDO A. FERRARO

5. ¿PARA QUÉ SI~VEN LAS CIENCIAS Y LAS TECNOLOGIAS?

Ante esta pregunta, mi respuesta inmediata es siempre "para cambiar el mundo". Pero cuando se pregunta para qué sirven las ciencias, se obtienen frecuentemente respuestas tan conocidas como parciales del estilo: "Para generar tecnologías que, cuando se saben aplicar, producen bienes y servicios que nos permiten competir"; "Ia pregunta es incorrecta, ya que conlleva la idea de que la ciencia tiene que tener utilidad inmediata"; "para crear conocimientos"; "Ia ciencia es algo que se debe evaluar sólo por su calidad, no por su utilidad"; "Ios que hacen ciencia son mejores docentes", entre otras. Pero no hay dudas de que los que hacen las guerras -tanto calientes como frías- saben para qué sirven las ciencias y las tecnologías. Recordemos lo que Armand Mattelart dijo con respecto a las comunicaciones: "los manuales de guerra psicológica para uso de las fuerzas armadas dicen más sobre el tema que la mayoría de los textos en los que los futuros profesio­nales de la comunicación aprenden los rudimentos de su oficio" y lo que hace más de una década expresaran Cohen & NolI: "las políticas de investigación y desarrollo de muchos países del norte fueron dominadas por las preocupaciones de su defensa nacional, desde el comienzo de la Segunda Guerra Mundial hasta

PARA QUÉ SIRVE LA TECNOLOGfA

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el final de la década de los '80. Durante esos años, más de la mi­tad del presupuesto federal de investigación científica y desarrollo tecnológico de Estados Unidos se dedicó a la defensa. El fin de la Guerra Fría debilitó esta justificación, por lo que los funciona­rios han buscado nuevos destinos para el dinero que administran: el objetivo que emerge con mayor frecuencia en sus programas es el de la competitividad. Así se coincide en que el gobierno fe­deral debe sostener la I+D que aumente la productividad indus­trial (norte)americana, ayudando a la industria en la competencia

económica globaL" Ambas afirmaciones permiten una nueva respuesta: la cien­

cia sirve para las guerras y para la competencia que, a veces, es una forma-apenas más civilizada de hacer la guerra. En defini­tiva, la ciencia -y las tecnologías intensivas en conocimientos­servirían para ganar: antes, la guerra; hoy, la competencia y, con

ella, el dinero. En los países en que las ciencias y las tecnologías están in­

tegradas a una trama productiva y cultural, siempre pueden dis­tinguirse tres protagonistas: el Estado, las empresas y el sistema científico-tecnológico. En muchos de nuestros países los científicos y los tecnólogos han enfrentado la indiferencia de los otros dos actores, a los que habitualmente no se les ha ocurrido qué funcio­nes específicas podrían atribuirles a los primeros. V, como casi nunca esperaron nada -ni de los científicos ni de los tecnólogos­se preguntan por qué deben pagarlos.

Los empresarios de los países en los que las inversiones pri­vadas en ciencia y tecnología superan o igualan a las de sus Esta­dos, no evidenci~n ni mayor fanatismo por la ciencia, ni mayor patriotismo, ni mayor ingenuidad o idiotez que los nuestros. Sólo se adaptan a las reglas de juego que se han instalado en cada uno de los países en los que sólo pueden competir aquellos que se esfuerzan por diferenciar sus productos y aumentar su variedad

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y calidad. Eso no se logra sin una inversión significativa en edu­cación, investigación y desarrollo tecnológico.

Es difícil recordar cuánto hace que en Argentina no hay ac­tos que demuestren que el Estado reconoce funciones precisas a la investigaCión científica. Mucho menos al desarrollo tecnológico que, como todo el mundo dice que ya sabe, es algo que le corres­ponde sólo a las empresas. Las empresas, por su parte, han hecho poquísimos gestos en esa dirección. ¿Por qué? Porque han podido ganar dinero sin invertir ni en innovación, ni en diferenciación ni, por lo tanto, en tecnología y, mucho menos, en ciencia. Como la definición del perfil productivo y competitivo de un país es el resultado de una ecuación en la que casi siempre sólo intervienen el gobierno y las grandes empresas, la lógica es que sólo invir­tieran en CyT en la medida en que el contexto las impulsara a in­novar para competir.

Así y todo, algunas señales recientes despiertan optimismo: el Ministerio de Economía ha dado pasos importantes para for­talecer el sistema de metrología lega" es decir, las obligaciones que deben cumplir algunos productos, como la precisión de las balanzas y otros instrumentos de medida, la seguridad de los implementos eléctricos, etcétera. En paralelo se nota una reacti­vación de otras certificaciones voluntarias, a las que adhieren una creciente cantidad de empresas, tanto grandes como pymes.

También, después de un largo proceso de discusión, se ha san­cionado una ley de promoción de la producción de software. Se dice, además, que este importante paso sería seguido de otro, des­tinado a las biotecnologías.

Pero no es todo; la Secretaría de Industria, Comercio y Peque­ñas y Medianas Empresas, por su parte, creó nueve Foros de Com­petitividad, que tienen importantes efectos 'educativos' para todos los participantes e interesados. En el Foro de Software y Servicios Informáticos -el primero que concluyó la formulación de una pro-

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puesta para un Plan Estratégico 2004/2014 Y un Plan de ~cción 2004/2007- participaron alrededor de 200 representantes de 17 organismos estatales, 10 cámaras o centrales empresarias y 15 universidades, públicas y privadas.

Al mismo tiempo siguen persistiendo algunos-malos entendi­dos acerca de la utilidad de la ciencia: mientras se declara que es imprescindible, muy pocos actos por no decir ninguno confirma esta aseveración. La situación no es nueva. Los únicos dos Prem ios Nobel en Ciencia, los argentinos Houssay y Leloir -sin duda lo más notable de la ciencia latinoamericana- fueron el pro­ducto de esfuerzos autosostenidos y, en gran parte, fuera de los ámbitos públicos. Houssay asociaba el desarrollo científico con la vida universitaria y manifestaba su escepticismo sobre el futuro científico de Argentina, ya que, para él, el mal argentino residía en la politización de la vida universitaria.

César Milstein, el tercer científico argentino que recibió un Nóbel

l se formó y trabajó en Argentina hasta que fue dejado ce­

sante en los 160; emigró a Inglaterra y fue en Cambridge en donde desarrolló las investigaciones premiadas. Por eso en las estadís­ticas oficiales -pero no en las argentinas- su premio aparece como otorgado a un británico. Cuando se emitió por televisión la cere­monia en la que recibió la distinción, los canales argentinos borraron las palabras Great Brítaín, que aparecían debajo del nom­

bre del científico. Aunque a algunos de sus protagonistas les cueste explicar para

qué sirve la ciencia -lo que demuestra que no tienen la costum­bre de hacerlo- vale la pena intentar desarrollar otra de las posi­bles respuestas: la ciencia sirve para formar gente competente.

El conocimiento es un bien público y el sistema científico es quien produce la mayor parte de dichos conocimientos que, trans­currido un tiempo, quedan socialmente disponibles. El sistema educativo, por su parte, tiene la función de distribuirlos equitati-

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vamente y de "reproducirlos en beneficio de la sociedad. Es decir, por un lado, el sistema educativo debe producir los recursos hu­manos que requiere la sociedadl los profesionales y técnicos que necesita el sistema productivo de bienes y servicios, y por el otro debe reproducir su propio cuerpo de docentes y científicos.

En nuestros países el quehacer científico-tecnológico debe in­tervenir transversalmente en todos los sectores y actividades men­cionadas. Por eso, en la elaboración de las políticas científicas y tecnológicas han de participar, junto con las organizaciones y pro­tagonistas del sector de Cy T, diferentes actores sociales, como las empresas, los trabajadores, las universidades y los productores.

A mediados de los '90 la SECYT encaró un relevamiento de las 'áreas de vacancia' de la investigación científica y tecnológica, en el que participaron alrededor de 600 científicos de primer nivel. Puede disentirse con el objetivo de verificar el atraso argentino y di­mensionar el esfuerzo que se debería hacer para alcanzar -dentro de diez o quince años y varios millones de dólares- el nivel en el que hoy se encuentran los países líderes. Quienes, por supuesto, estarán mucho más lejos de nosotros de lo que hoy están.

De más está decir que, de acuerdo con la tradición científica de nuestro país, este estudio se encaró sólo desde la oferta.

A mediados de 1999, a la SECYT le interesó conocer la relación entre la oferta de conocimientos y la demanda de los sectores productivos. Las conclusiones de este trabajo pueden ser juzga­das como previsibles pero son una precisa pintura de la situación en esos momentos, que no ha cambiado hasta hoy. Vale la pena reproducir algunos párrafos de ese estudio.

liLas áreas de vacancia identificadas por la oferta se referirían a los temas necesarios para lograr una base de conocimientos semejantes a las de otros países. Sin embargo, no pareciera que se incluyan en ellas esfuerzos para promover desarrollos inno-

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vativos, con intención de producir un impacto rélevante ~n el sistema productivo".

"Comparando la estructura de producción argentina, a través del PBI y otros indicadores, se advierte que la producción de bie­nes y servicios y el empleo están concentrados en, actividades de intensidad tecnológica baja o media". 16

Las diez actividades que más aportaban al PBI en 1999 eran: actividades inmobiliarias (con una participación del 14,43 %L comercio y reparaciones (14,32), administración pública y defensa (6,14), construcciones (5,66), transporte y correspondencia (5,08), agricultura, ganadería y caza (4,87), enseñanza (4,23), intermedia­ción financiera (3,93), servicios comunitarios y personales (3,78) e industria de alimentos y bebidas (3,47). Del análisis de todos los sectores se deduce que el estudio de vacancias de la oferta consi­deró sólo las actividades que constituían el 29,20% del PBI. Es decir, no se ocuparon del 70/80 por ciento.restante.

La Encuesta de Conducta Tecnológica de las empresas tecno­lógicas que ellNDEC publicó en 1998 mostró lIel modesto desem­peño del sistema público de I+D como fuente de innovaciones, como proveedor de I+D, como asesor de la actividad productiva en el esfuerzo de inversiones realizados en esos años, etcétera. Es decir, se puede observar la desconexión entre la demanda de conocimientos y la oferta local". Para concluir en que: "El análisis, la determinación y dimensionamiento de la demanda de conoci­mientos científicos y su relevancia para el sector productivo también puede ser considerado un área de vacancia".

16. Ruth Sautú, Carlos Lerch y Gerardo Gargiulo, La Investigación Científica y Tecnológica en Argentina. Un análisis de las áreas de vacancia desde la demanda, SECYT, Bs. As., 1999.

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Hoy, el director de la Agencia Nacional de Promoción Cientí­fica y Tecnológica, Lino Barañao, formula un lúcido diagnóstico: "Hay investigadores que pueden escribir un buen ensayo pero que no pueden mejorar una cadena productiva".

No obstante, sin olvidar el valor de la ciencia como actividad propia del hombre para comprenderse y comprender la naturaleza, entendemos que ciencias y tecnologías son medios -y no fines­que han de integrarse en todas las ramas del hacer humano. Sus alcances y características deben ser función de los objetivos que fije un país para alcanzar el aumento del bienestar general.

Tampoco debe olvidarse que, además, la ciencia puede generar una rentabilidad económica importante. En Gran Bretaña se ha calculado que las inversiones en ciencia académica -más allá del hecho de que sean públicas o privadas-tienen una tasa de retorno anual promedio de cerca del 30 por ciento, que se puede calificar, sin dudas, como muy alta. El gobierno canadiense, por su parte, difunde que la I+D es, en gran proporción, un bien público que se 'derrama' sobre otras empresas o industrias. No es exagerado pensar en tasas de retorno social que superen en un 50 al 100 por ciento las de retorno privado, por lo que los diseñadores de polí­ticas deberían estar atentos a este factor.

PARA QUÉ SIRVE LA TECNOLOGíA

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(~)LA OTRA GUERRA ~ Q

Hemos intentado sintetizar las múltiples respuestas que caben a la pregunta sobre para qué sirve la ciencia. Hablamos entonces de ganar guerras. Hoy los argentinos necesitamos ganar una guerra, otra guerra: a la desocupación, a la indigencia y al hambre. Con tal propósito debemos utilizar todo nuestro arsenal de tecnolo­gías, tanto las destin~das a las producciones más sencillas como las de alto impacto económico y social porque, también en este sentido, las tecnologías sirven para cambiar el mundo.

En las naciones desarrolladas cuando se habla de tecnologías se está haciendo referencia sólo a las competitivas, a aquellas que se desarrollan e imponen por sus ventajas económicas y, casi siem­pre, tienen como objetivo reemplazar mano de obra o garantizar máximos niveles de calidad.

En Argentil1!:l, tras la crisis de 2001 enfrentamos las urgencias de un país devastado que nos obliga a concentrar esfuerzos en el aumento del uso racional de mano de obra (que hoy hay en exceso, aunque no siempre capacitada para las 'tecnologías com­petitivas') y reemplazar inversiones en equipamIento (que hoy escasean), ocupándonos de otras tecnologías que, por supuesto, no interesan en los países más industrializados. No hay dudas

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acerca de que para aquellos que carecen de la posibilidad de ad­quirir alimentos es fundamental poder producirlos, aun de manera que a otros pueda parecer rudimentaria.

Así, en el país se presentan situaciones a primera vista contra­dictorias: mientras hay científicos que avanzan en él'a'rduo camino de las terapias génicas, vastos sectores de la población vuelven á consumir medicamentos preparados casi artesanalmente bajo la forma de los antiguos 'sellos', que creíamos perdidos entre nues­tros recuerdos infantiles.

Pero esta dolorosa realidad puede mirarse también desde otro ángulo, el que nos permita desarrollar las políticas y tecnologías necesarias para que quienes hoy padecen esa situación de ex­clusión puedan encontrar su lugar en una Argentina en la que, todos gocen de los beneficios que otorga el conocimiento.

Tal vez quien mejor haya sintetizado el problema sea quien afirmó que "debemos hacer todo lo posible para que nos vaya bien en ambos frentes y una vez superada la guerra podamos con­centrar nuestros esfuerzos en la posguerra".

En esa dirección, desde comienzos de 2003 el Instituto Nacio­nal de Tecnología Industrial (INTI) ha incorporado entre sus obje­tivos el apoyo al trabajo pop,ular. En su publicación Saber Cómo (www.inti.gov.ar) el presidente de ese Instituto, Ingeniero Enrique Martínez, afirma que debe apoyarse al trabajo popular portres vías:

· Diseños eficientes de autoabastecimiento alimenticio. · Estímulo al aumento del número de unidades pequeñas de

producción de bienes básicos, con tecnologías adecuadas.

· Creación de un sistema de capacitación de respuesta rápida. ¿Cómo debería desarrollarse en la práctica cada uno de estos

ítems? El mismo IVlartínez lo explica en la publicación mencionada, la que repasaremos en los párrafos que siguen.

Al hablar de diseños eficientes de autoabastecimiento ~Iimen­ticio, se pretende asegurar el alimento de la familia con su propio

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trabajo, de manera organizada y con respeto por las condiciones de cadalugar del Raís. En ese sentido, ellNILse ha sumado a una iniciativa de la Universidad Nacional de San Mar;!:ín (UNSAM) que ideó módulos,d(;},autoabastecimiento alimenticio, para que grupos de familias pwduzcan la mayor parte de la dieta completa que '1e­cesitan y la consuman fuera de las reglas del mercado. El II\JTI di­señó los sistemas básicos para panificados, pastas frescas y se­cas, faena de pollos, producción casera de quesos, yogurt y otros. La UNSAM está poniendo en marcha unidades demostrativas en Misiones, Catamarca y el área Metropolitana, que han de abar­car mil familias. Esta alternativa también estará comprendida en la tarea conjunta con el Ministerio de Desarrollo Social, por lo que se multiplicará sustancialmente.

Desde otro ángulo, ellNTI ha comenzado a elaborar un pro­yecto consistente en la realización de un trabajo de detalle en las grandes zonas productoras de alimentos del país, especialmente Santa Fe, Córdoba, lVIendoza, Valle de Río Negro y Tucumán, con la idea de abarcar progresivamente todo el país. Allí se buscará ana­lizar laiodustrialización in situ de la producción no comercial, con la escala más chica posible, para preparar alimentos instituciona­les de largo período de conservación. Este trabajo de evaluación de la recuperación potencial de alimentos no ha sido hecho antes en el país. Evidentemente, a medida que se lo concrete se contará con elementos para generar nuevas instalaciones industriales y alimentos de bajo costo que aseguren la dieta popular, de manera no competitiva con la actual producción dirigida al mercado. Esta vía implica una mayor planificación, ya que exige estudiar el sis­tema productivo de cada lugar en profundidad. Es de ejecución menos inmediata, pero muy potente.

En lo concerniente a estimular el aumento del número de,uni­dades pequeñas de producción de bienes básicos, con tecnQlo­gías adecuadas, cabe preguntarse si éstas podrán competir en

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precio y calidad con las industrias hoy dominantes, lugar por lu­gar o región por región. No caben dudas acerca de que faltan bienes de capital del tamaño adecuado y se carece también de la convicción de los actores productivos en cuanto a esa posi­bilidad de competir. Sin embargo, los responsables dellNTI entienden que ambas cosas se pueden corregir y responden ca­tegóricamente a la pregunta que entonces se impone: ¿es útil este intento para los argentinos?

"Sí -confirma Enrique Martínez- porque la desconcentración del poder económico, manteniendo o aun mejorando la eficiencia" global, es valiosa para el país. No sólo por razones de justicia socia.!. También por una doble eficiencia, ya que las opciones de inversión futura para quien obteflga sus ganancias en unidades pequeñas estarán más cerca de la reinversi,ón local o regional o en todo caso nacional,.que aquellas decisiones de inversión que tomen grupos concentrados con horizontes acotados de crecimiento o de diversi­ficación en el país. Si cuando pensamos en el futuro, incorporáse­mos la propensión a invertir al interior de nuestras fronteras en función del tamaño del capital disponible, tal vez tendríamos un nuevo argumento para decir que lo pequeño es hermoso".

La tercera propuesta, la c.-eaciÓn de un sistema de capacita­ción de respuesta rápida, tiene como objetivo mejorar la emplea­bilidad popular, respondiendo ademandaslaborales reales de los sectores productivos. Los pequeños emprendimientos productivos que surgieron como paliativos a la crisis económica requieren de capacitación para ser. sustentables. La Red de Capacitación Pro­ductiva del INTI identifica y vincula a las distintas entidades que ofrecen tallere's de formación para la producción de bienes y ser­vicios. La Red cuenta con la estructura informática dellNTI que centraliza y actualiza la información para que las instituciones que han consolidado una oferta de formación especializada en la pro­ducción de bienes y servicios se vinculen con el público interesa-

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do en las mismas. Por otro lado, ellNTI participa en la Red no sólo como organizador sino también asesorando en materia de buenas prácticas de manufactura, calidad, diseño, registros y

habilitaciones r seguridad laboral. El puntapiéainicial fue el relevamiento de más de 300 talleres

de Capital Federal y Gran Buenos Aires. Ya se han logrado incor­porar otros 34 cursos que están funcionando, pero la intención es difundir el concepto en todo el país.

La Red de Capacitación Productiva integra las enseñanzas de otro programa del INTI, el de Apoyo al Trabajo Popular, que demostró que no es posible solucionar la problemática del em­pleo con políticas diseñadas a puertas cerradas. Es necesario com­plementar la formación académica que brindan las instituciones educativas y como parte del Estado asumir la responsabilidad de incentivar la producción y el crecimiento.

Como bien señala Martínez, "en los tres casos está el sendero por delante. La desaparición del hambre necesita voluntad política y tecnología. Estamos buscando sumar en los dos aspectos. No son las estadísticas las que un día nos van a mostrar que no tene­mos problemas de desocupación. Nuestro criterio es que hay que tener un programa focalizado, dirigido a quienes están fuera del sistema de la producción y fuera del consumo. Y creemos que en ese programa hay que reconocer como un factor muy impor­tante la existencia de un descomunal y doloroso subconsumo de bienes básicos, que constituye, paradójicamente, una oportu­nidad: es una demanda potencial a satisfacer. ¿Cómo hacerlo? Diseñando escenarios de producción en que esos bienes sean generados a partir del trabajo de quienes hoy no los consumen. Así, esos bienes atenderían la propia demanda y la del resto del mercado con capacidad de consumo, generando los vínculos necesarios para reconstruir el tejido productivo y social, y así avanzar hacia la construcción de un solo país para todos".

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¿Cuál es el papel dellNTI en este contexto?

Legítimamente se trata de reivindicar el papel dellNTI como referente de la generación y transferencia de tecnología en todos los niveles: de excelencia, normales y en la base social. Con esa composición de lugar se pretende ayudar a que todos los argen­tinos con los que el Instituto se pueda vincular vivan mejor, y que ese vínculo y las características de ese vínculo y de los mode­los que se apliquen sirvan para ser replicados libremente y para generar ideas en los centenares de miles de funcionarios y acto­res sociales que están preocupados por resolver este problema en Argentina. Eso es lo que ellNTI intenta hacer desde enero de 2003 y sus responsables sostienen que el ataque al problema se puede encarar en cinco pasos. Son los pasos de una secuencia que denominamos los caminos del hacer:

· Construir tejido social alrededor del problema del trabajo, juntar actores sociales que piensen el trabajo.

· Identificar demandas a satisfacer, porque sin demanda no hay producción; pero no demanda en términos de dinero, sino pensando en quién necesita consumir esa producción; luego se discutirá si tiene dinero o no.

· Formar emprendedores y trabajadores que puedan producir los bienes que satisfagan esa demanda.

· Disponer de la tecnología para que los trabajadores y los emprendedores formados produzcan los bienes destinados a la demanda ya identificada.

· Buscar el dinero. Lo último es buscar la plata, porque al llegar al final, ya se sabrá qué hacer.

En pos de los objetivos antes descriptos, ellNTI ha desarrolla­do ya varias acciones.

A principios del año se publicó Guías de ayuda, una serie de fascículos seleccionando las temáticas más consultadas sobre bienes básicos. Así, en cualquier parte del país quien lo requiera

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puede disponer de una guía de información sobre cómo montar una planta pequeña de producción, cuánto significa en inversión, cuáles son los procesos básicos y cuánto podría ser el retorno men­sual para él y su familia, o quienes lo acompañen en el proyecto. Además se le~facilita la búsqueda de asistencia de técnica. Son ele­mentos que para algunos pueden parecer primarios, pero cuando salieron los primeros fascículos se agotaron rápidamente. Es de esperar que lo mismo suceda con la segunda generación, que está bastante más pulida y enfocada en el objetivo.

EIINTI también se ha abocado a la corrección de distorsiones vinculadas al concepto de tamaño mínimo de producción. Con la concentración económica ha habido un aumento sistemático del tamaño de las plantas, pero el origen de esto no es técnico sino comercial. En los últimos quince años desaparecieron los proveedores de bienes de capital pequeño para plantas pequeñas porque desaparecieron sus compradores. Consideramos que es factible tener una oferta de plantas a escala pequeña para comuni­dades que tengan poco dinero y con un mercado local a abastecer, generando una nueva industria. Esto se está verificando efecti­vamente en acciones vinculadas con la leche, el aceite y la harina de soja, o el aceite y la harina de girasol.

Hay otro concepto que hoy, en términos de explicación inme­diata, es importante: el concepto de las cadenas de valor micro. En un país que se fragmentó, mucha gente intentó sobrevivir pro­curando cubrir, sola o con su grupo familiar inmediato, todos los aspectos de un proceso productivo. El caso textil es muy típico: hay gente que en su casa cubre modestamente todas las etapas de fabricación de una prenda, el lavado de la lana, su teñido, el tejido, la confección. Tomando la cadena de valor como unidad de análisis, un equipo de gente dellNTI se animó a pensar por qué no separar cada uno de esos procesos, aun a escala micro, propo­niéndoles a algunos centenares de personas que hacian lo mismo,

PARA QUÉ SIRVE LA TECNOLOGíA 89

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" {t

que se dividieran el trabajo: que en sus casas un6s hilasen, otros se ocuparan del tejido, otros cosieran las prendas. Con el poder de convocatoria que le dispensan sus recursos técnicos, en lugar de explicar la teoría, ellNTI desarrolló un método de intervención que aportara un sistema de alternativas y soluciones. Pero faltaba algo, un elemento que terminara de convencer a los destinatarios del plan: el tránsito en materia económica. Se creó un banco de lana: a la gente interesada no se le otorga dinero sino que se le fa­cilita la lana, y, a cambio, se le toma hilado. Ese hilado se le entrega a otro grupo de participantes en la cadena, a quienes se les toma tela a cambio. Y así se logró que mucha gente produzca en me­jores condiciones, contenta y aun con ganas de discutir mejoras en el proceso y en la calidad del producto final. Porque cuando aparece la posibilidad de aportar en un sentido generoso y posi­tivo, la gente es proclive a sentarse y pensar para poder hacer mejor las cosas. Esa lógica funciona siempre cuando quienes lide­ran un proyecto se integran sinceramente al mismo.

Finalmente, cabe señalar la importancia de la labor desarrollada en 'apoyo a empresas recuperadas. Ha habido una importantísima cantidad de demandas en tal sentido y se ha intentado atenderlas a pesar de la dificultad que cabe a todo el sector: una débil base legislativa que hace que los involucrados suelan estar más preo~ cupados por evitar que los echen que por incorporar tecnología al proceso productivo o aprender a vender. EIINTI realizó un semi­nario para el que convocó a todos los protagonistas. Allí se abrió camino, se desarrolló una metodología de aproximación al pro­blema que permitip superar una cantidad de preconceptos que lastimaban a los propios actores, se sentaron las bases para un acuerdo que el bloque mayoritario de la Cámara de Diputados debería hacer suyo. Ahora es cuestión de seguir trabajando y aunando fuerzas.

90 RICARDO A. FERRARO

7. ¡EDUCACIÓN!

El famoso empresario Sil! Gates ha dicho: "En nuestras empresas leemos, preguntamos, exploramos, asistimos a conferencias, com­paramos nuestras notas y hallazgos con las de los demás, consul­tamos a los expertos, nos ilusionamos, hacemos sesiones de resolución de problemas, formulamos y comprobamos hipótesis, construimos modelos y simulaciones, comunicamos lo que apren­

demos y practicamos nuevas capacitaciones". Esta descripción debe preocuparnos Y marcarnos un camino,

como mínimo, por dos motivos: en primer lugar porque esta des­cripción no implica sólo a las empresas de alto nivel tecnológiCO; sino que es válida para cualquiera y hasta para cualquier grupo humano que comparte una actividad; segundo, porque en estas latitudes no es habitual trabajar así: en las escuelas, nunca; en las Universidades, casi nunca; en las empresas, en muy pocas ocasiones.

Emilio Tenti Fanfani y Ricardo Sidicaro cuentan en La Argen­

tina de los jóvenes que durante la década de los noventa:

"La inserción educativa de los adolescentes (14-19 años) que viven en hogares de bajos ingresos se hizo más difícil y azarosa. Mientras la escolarización en el nivel primario (6-12 años) es prác-

PARA QuÉ SIRVE LA TECNOLOGíA

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ticamente universal, los primeros años del secundario cO¡;lstitu­yen el momento donde se presentan las mayores dificultades para permanecer en el sistema educativo. Esta tendencia se acentúa durante los últimos años. En 1991 el 39% de los adolescentes de hogares pobres de la Capital Federal yel conurbalilo,bonaerense había abandonado el sistema educativo. En 1996 ese porcentaje había aumentado al 48,1%.

Cuando se estudian los motivos del abandono se verifica que el 37% dice que 'necesitaba trabajar' pero el 31% declara que 'no le interesa estudiar más' y el 9% que 'le interesaba aprender otras cosas'.

Coincidimos con Tenti cuando opina que

"(. .. ) el abandono escolar tiene orígenes y consecuencias so­cioeconómicas. En efecto, la mayoría de los que se alejan del sis­tema educativo lo hacen porque 'necesitan trabajar'. Sin embar­go, las necesidades de la existencia no son las únicas razones para dejar los estudios. Llama la atención el peso relativo de las respuestas relacionadas con el 'desinterés' por la educación escolar (31%) y la búsqueda de otro tipo de conocimientos (9%). Es muy probable que este tipo de respuestas revele la existencia de factores objetivos de expulsión del propio sistema educativo. EI'interés' por los estudios escolares no es una variable inde­pendiente, es decir, una característica innata de las personas sino, en gran medida, construida por la propia experiencia esco­lar. En efecto, la primera tarea de cualquier institución educativa, consiste,en desarrollar el interés, el gusto y aun la pasión pqr el conocimiento,".

"Los obstáculos objetivos (dificultades económicas de la fa­milia, escasez de oferta, etcétera) y subjetivos (desinterés, apa­tía, baja motivación) para continuar la carrera escolar determinan

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una inserción temprana y defectuosa en el mercado de trabajo. A su vez, la educación deficiente será un lastre cuyo peso se hará sentir durante toda la trayectoria laboral de estos individuos".

Pero cabe 'Ótra pregunta: los sobrevivientes del sistema edu­

cativo ¿reciben lo que necesitan? Es decir ¿saben lo que hoy se requiere para trabajar? Hay muchos datos que llevan a pensar que

no, como lo indican las evaluaciones oficiales. En mayo de 1998 el Ministerio de Cultura y Educación publicó

el Análisis de los resultados del Operativo Nacional de Evaluación 1997 que sintetiza y analiza, con tono tímidamente optimista, los alarmantes resultados del Operativo. Esta medición se realizó entre el 17 y el21 de noviembre y alcanzó a más de 130.000 alum­nos de tercero, sexto y séptimo grado de primaria y de segundo año de secundaria en más de cinco mil escuelas, distribuidas en

todo el país. Seguramente los psicólogos coinciden en que cuanto más

sinceros somos en reconocer el problema, más posibilidades tenemos de superarlo. En este sentido podemos ser optimistas, ya que es grande la sinceridad con la que el Ministerio reconoció que "continúan las dificultades para aprender temas ya identifica­

dos en las evaluaciones anteriores". ¿Cuáles son estas dificultades? En Lengua, se verificó que los

alumnos no saben identificar el tema o idea principal de un texto, por consiguiente, no saben identificar las ideas principales y se­cundarias del texto, ni resumir un texto extenso, ni reconocer la información explícita o inferencial que hay en él ni, por supues­to, identificar las distintas formas de nombrar o referirse a un mis­mo elemento en el texto. Es decir, no entienden lo que 'leen', es decir, no saben leer. Si se habla de 'normativa', fallan en sólo tres cosas: puntuación, ortografía y uso de mayúsculas. Es decir,

no saben escribir.

PARA QUÉ SIRVE LA TECNOLOGíA 93

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En Matemática pasa algo parecido: no saben'operar ni con decimales ni con fracciones, no pueden calcular porcentajes o proporciones, no saben resolver problemas, ni leer o interpre­tar gráficos. Por supuesto, tampoco saben ca1cular áreas ni volúmenes, tienen insalva'bles inconvenientes-corf·las medicio­nes y relaciones métricas y con las figuras y los cuerpos. Es decir, no saben para qué sirven los números. Recordemos, además, que la realidad que describen estos trabajos ha empeorado -y mucho- desde que se realizaron. Es muy difícil encontrar el valor actual de lo que en ese momento se midió pero podemos asegurar que, si hoy se repitieran las mediciones, el resultado sería aun más grave.

Por supuesto, condiciones tan críticas inciden de manera negativa en la educación superior y exigen de los responsables del sector prontas acciones que rectifiquen el rumbo.

LA EDUCACiÓN SUPERIOR EN LA ECONOMíA DEL CONOCIMIENTO Aunque en principio pueda parecer que son cuestiones desvincu­ladas entre sí, para empezar a entender el rol de la educación superior en nuestro país, hay que comenzar por analizar el com­portamiento de las exportaciones.

La fórmula es conocida y las estadísticas la confirman: las exportaciones exitosas no son de commodities sino de produc­tos y seFvicios de alto valor agregado, y lo que agrega valor es el ingenio y el conocimiento. Sin embargo, las exportacio­nes argentinas de los últimos años tienen un valor promedio de $ 300 por tonelada, mientras' que las importaciones cuestan alrededor de $ 1.300 por tonelada. Puede deducirse entonces que la diferencia de valor agregado es tan importante que bien podemos decir: Argentina exporta materias primas e importa inteligencia.

94 RICARDO A. FERRARO

¿Por qué? La formulación de la respuesta es sencilla, y la enun­cia con claridad Luis Rappoport cuando dice que "( ... ) la sociedad argentina no etlcuentra cómo desarrollar una dinámica empresaria que integre eLccmocimiento en la producción de bienes y servi­cios transableS'en el mercado internaCional".

¿Qué sucede en el mundo industrializado? Las economías de los países miembros de la OCD,E funcio­

nan sobre la base del conocimiento y la información. Reconocel') al conocimiento como la fuerza que condu¡:e la productividad y el crecimiento económipo, lo cual lleva a replantear las funcio­nes de la información, la tecnología y el aprendizaje en el desem­peño económico.

Para terminar de entender lo que ya está sucediendo y el tipo de situaciones que se avecinan parece útil reproducir aquí algu­nas lúcidas consideraciones sobre la cuestión del conocimiento.

"Estamos pasando por una transformación que modificará el sentido de la política y la economía. ( ... ) Podemos imaginar que no existirán productos ni tecnologías nacionales, ni siquiera em­presas o industrias nacionales. Ya no habrá economías naciona­les, al menos tal como concebimos hoy la idea. Lo único que persistirá dentro de las fronteras será la población que forma una nación. Los bienes fundamentales de una nación serán los cono­cimientos y habilidades que dominen sus ciudadanos".

Robert Reich

"En el marco de las actuales tecnologías de producción, la menor disfunción de una de las partes amenaza al conjunto. En consecuencia, los niveles de calidad y calificación de los tra­bajadores que se desempeñan en un mismo proceso produc­tivo deben ser semejantes. Los mejores ti.enden a agruparse con los mejores y los mediocres con los mediocres. El traba-

PARA QUÉ SIRVE LA TECNOLOGíA 95

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jador que no se recalifica no sólo no es reclutado sino. que es excluido del segmento productivo en el cual se desempeñaba, relegado a trabajar en un segmento inferior o es abandonado por la sociedad".

Juan Carlos Tedesco

"Hay una fuerte tendencia a privatizar y global izar el mer­cado del conocimiento y el de los procesos de acceso al mis­mo. ( ... ) Cuando el conocimiento y la educacion son vistos como commodities, el acceso depende del ingreso y no de los dere­chos humanos o de la ciudadanía. ( ... ) Bwena parte del cono­cimiento que antes pertenecía a una comunidad o era de USQ

público y gratuito, ahora es propiedad privada y acceder a él tiene un costo monetar;jo. El control centralizado de tecnologías y datos universales crea las precondiciones de los beneficios del capital global y, por lo tanto, retira poder de los pobres y de las clases medias".

José Luis Coraggio

Las consecuencias que todo lo antedicho tienen para el sis­tema de educación superior son evidentes, inmediatas y tras­cendentes. Por eso -como lo reconoce hasta el Banco Mundial­nunca la educación superior ha sido tan importante para el futuro del mundo en desarrollo como lo es en la actualidad.

¿QUÉ FACTORES CARACTERIZAN HOY AL CONOCIMIENTO? El stock de conocimientos deja de adoptar la forma de archivos y adquiere la modali~ad -y movilidad- de los flujos, lo que viene reforzado por el hecho de que el conocimiento acumulado se am­plía y renueva a tasas hasta ahora desconocidas, ya que el cono­cimiento acumulado se duplica cada cinco años.

96 RICARDO A. FERRARO

I

A comienzos de la década de los '90 había alrededor de 37.000 áreas activas en la investigación científica, que se reflejaban en 10.000 revistas científicas, mientras que hoy se estima que hay cerca de 100.000 revistas. En Matemática, por ejemplo, cada año se publican 200.000 nuevos teoremas, en más de 1.000 revistas, que reflejan la actividad en 62 tópicos y 4.500 subtópicos. Por su parte, ha habido más publicaciones de Historia entre 1960 y 1980 que entre el siglo IV a.C. y 1960.

Dos factores importantes influyen sobre esta actividad:

"( ... ) La producción de conocimientos no se define ya solamen­te desde el lado de la oferta; pasa a ser determinado también por la demanda que lo atrae en diversas direcciones según la dinámica de los problemas que se trata de identificar, atacar y resolver".

José Joaquín Brunner

Las nuevas tecnologías se basarán principalmente en la bio­logía y las ciencias de la vida, más que en la física y la química, como sucedió durante el siglo XX; más aun, todo indica que los conocimientos de mayor importancia surgirán más de las interfaces entre esas disciplinas -por ejemplo, entre la física y la biología, o entre la física y la química- que del corazón de las mismas.

Las consecuencias para la educación superior son importantes ya que, según señala Brunner, las nuevas tecnologías conducen a una vasta reingeniería de las organizaciones. Las tecnologías de la información "inciden en procesos básicos, comunes a todas las organizaciones y actividades, como el manejo de la información, la comunicación, la producción de innovaciones, la productividad del conocimiento, la administración del tiempo y el espacio, las funciones de gestión y comercio, etcétera". En su artículo "Edu­cación: Escenarios del futuro" Brunner sostiene que cualquier

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actividad u organización low tech se ve confrontada' a la nl3cesi­dad de hacer el tránsito hacia el dominio high tech y nos recuerda que las instituciones de educaCión pública son organizaciones low tech en una sociedad high tech;' ' '.

"B~jo estas nuevas condiciones cambian las formas de producir y utilizar conocimientos. ( ... ) La generación del conoci­miento científico-técnico se vuelve una actividad menos rígida­mente institucionalizada y autocontenida dentro de los espacios tradicionales: universidades y disciplinas".

Michael Gibbons

"Una sociedad del conocimiento implica una sociedad que aprende, donde cada persona, cada familia, cada comunidad, cada institución aprende de sus propias prácticas innovadoras y no sólo a través de escuelas, libros o Internet. (. .. ) Las universi-, dades latinoamericanas tienen dificultades para convertirse en 'instituoioAes que aprenden' (learning institutions). ( .. ~},.Muchas universidades son ,rígidas estructuras académicas, más interesa­das en estar al día de las tendencias y autores europeos o de los EE.UU. que en enfrentar los problemas sociales que las rodean. El pensamiento y la reproducción del conocimiento tienden a distanciarse de la acción para el cambio de la realidad social".

José Luis Coraggio

Es fácil sacar algunas conclusiones. Pero la primera, sin dudas, es que no todas las conclusiones son obvias y que deben construirse meéanismos ágiles y eficientes de debate, análisis y seguimiento para mejorar los resultados de las estructuras univer­sitarias en el cambiante contexto en el que deben desenvolverse.

El estudiante debe ser cada vez más conductor y protagonista de su aprendizaje y, para ello,

98 RICARDO A. FERRARO

"Deberá dominar las operaciones cognitivas fundamentales asociadas a cada dominio del saber y desarrollar las actitudes básicas asociadas al aprendizaje permanente: curiosidad, interés, espíritu crítico, creatividad, etcétera. Este enfoque implica cam­bios importantes en la estructura de los diseños curriculares. [En las universidades] será necesario otorgar incentivos para que los mejores docentes se dediquen a los primeros años de estudio"

Juan Carlos Tedesco

Es obvio señalar que, si estamos convencidos de que los estu­diantes deben ser, cada vez más, conductores y protagonistas de su propio aprendizaje, debe pasar lo mismo con todos los docentes.

liene que prestarse particular atención a la enseñanza de los conocimientos básicos, que ha de ser diferente de la de sus apli­caciones tecnológicas, cuyo desarrollo se acelera. Los conocimien­tos básicos, o fundamentales, de una ciencia tienen una validez temporal mucho mayor que la de los que están en sus fronteras. Pero, como sólo el dominio de los primeros permite acceder a los segundos -ya que es imposible mantenerse actualizado en una disciplina de la que no se dominan sus fundamentos- estos deben formar parte de los planes de estudio, no sólo de los prime­ros años de las carreras universitarias, sino también de los de todas las instituciones de educación superior. Por su parte, las aplicacio­nes de esos conocimientos y sus tecnologías, cuya velocidad de desarrollo se acelera, deben actualizarse continuamente.

Esquemáticamente, puede imaginarse que los dos primeros años de estudios universitarios se dediquen a la enseñanza de co­nocimientos fundamentales mientras que los siguientes sigan el ritmo de la actualidad y el de los conocimientos y tecnologías que habilitan a su comprensión y al uso de las mismas. De más está recordar que deberá determinarse con cuidado cuáles son los conocimientos básicos de cada disciplina.

PARA QUÉ SIRVE LA TECNOLOGíA 99

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Quizá sea conveniente pensar en rediseñar la enseoanza universitaria, con carreras más cortas -que cubran esos aspec­tos básicos- y un conjunto depostgrados, que se estructuren de acuerdo con la evolución de los conocimientos referidos a las tec­nologías sin que esta recomendación tenga relación con la gratui­dad del grado y el creciente arancelamiento de los postgrados.

El diseño de esos postgrados, para que no sean de acompa­ñamiento tardío, debería reflejar una mirada prospectiva que, aun­que no se aplique al desarrollo tecnológico innovativo, ilumine futuros posibles y deseables y precise los recursos humanos que pueden necesitarse en ellos. Otro aspecto que tendría que cui­darse es que una organización en etapas, o escalones, no cree nuevas fracturas entre ellas.

La docencia debe seguir de cerca los senderos que marca la investigación. No es imprescindible que la investigación se haga en la misma institución -cabe analízarcuál será, en cada caso, la mejor relación- pero la comunicación debe ser estrecha y per­manente. En los términos de Juan Carlos Tedesco, "la discusión pasa por la tensión entre formar para la producción de conoci­mientos o para el uso de los conocimientos disponibles". Es fácil coincidir con Tedesco en que "las universidades tienen un amplio campo de acción a desarrollar, antes de entrar en la discusión de alternativas excluyentes desde el punto de vista pedagógico".

La docencia debe seguir de cerca los senderos que marca la demanda. En aquellas disciplinas en las que las empresas im­pulsan las fronteras del conocimiento, las universidades deben tener contacto directo y permanente con esa realidad, que muchas veces demanda el dictado de cursos con características espe­ciales y con validez determinada. En ciertas especialidades, en las universidades más calificadas, se verifica que, cada año, un tercio de las materias son dictadas por primera vez y otro tercio por última vez.

100 RICARDO A. FERRARO

Debe prestarse especial atención a la formación y actualiza­ción del personal docente ya que sus conocimientos corren el riesgo de convertirse en obsoletos en poco tiempo. Tendría que facilitarse, también, en el dictado de clases la participación ocasio­nal o sistemática de especialistas -investigadores, empresarios, funcionarios, nacionales o extranjeros- aunque no formen parte de los planteles docentes de las instituciones educativas.

Las tecnologías de punta no deben enseñarse como se enseñaban durante la Revolución Industrial. Esto suele suceder a pesar de que hoy la sociedad incorpora con creciente naturalidad muchas tecnologías. Lo que ocurre es que no siempre está en con­diciones de evaluar sus consecuencias éticas y morales. Es im­prescindible incorporar estas facetas en la enseñanza y que el debate llegue a todos; el caso de las biotecnologías es un referente claro y evidente.

Las normas deben garantizar la agilidad que exigen tanto las modificaciones curriculares que se requieren como la acelera­ción de la investigación científica y los desarrollos tecnológicos. Por ejemplo, debe facilitarse y promoverse el dictado de nuevas materias y la desaparición de otras, la adaptación de los progra­mas y planes de estudio a las necesidades de la creación de cono­cimientos, la competitividad nacional y los objetivos sociales de los ámbitos de cada universidad.

Debe encararse la 'legitimidad temporal' de los diplomas uni­versitarios yen consecuencia tomar las medidas que permitan que las exigencias de reconversión sean obligatorias y remunera­das, como bien señaló Tedesco en el año 2000.

En el proceso de reactivación actual son muchos los empre­sarios que constatan un enorme desequilibrio entre la oferta y la demanda en el mercado laboral: sobra gente con perfiles poco requeridos y hay ausencia de otros, para los que la demanda es creciente. Pero no todos tienen la misma actitud frente al tema.

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Ciertos empresarios cuando hablan de mejorar la educa<?ión se refieren únicamente a los egresados universitarios y, en particular, a los de los postgrados. Afortunadamente otros encaran actividades en esa dirección -muchas.veces a través de fuodjiciones- y demuestran creatividad, sensatez y capacidad para-obtener im­portantes resultados con poco dinero aunque todavía no se ve una acción mancomunada, un lobbying empresario para acompañar al Estado y a algunas ONG en la lucha por darle a la educación el lugar que merece y que necesitamos.

Por otra parte, no nos sirven las recetas clásicas ni tampoco copiar las extranjeras ya que si dedicáramos a cada uno de nuestros alumnos el promedio de lo que invierten los países más desarrollados, consumiríamos todo el presupuesto del Estado.

Por lo tanto, tenemos que resolver el desafío de cómo ense­ñarles todo lo que hay que saber con un presupuesto sensible­mente menor.

Se ha dicho que la única verdad es la realidad. Y que la ver­dad no es ni buena ni mala ... Que lo que no tiene es remedio.

Mientras no encontremos remedio a este mal, todo lo demás son naderías.

Así y todo, afortunadamente siempre se pueden registrar muestras de inteligencia. Hace poco un importante número de productores rurales destacó la necesidad de impulsar la educa­ción, atacando los problemas de acceso a la escolarización y en­carando la capacitación de los trabajadores de la agroindustria.

Durante las Jornadas Tecnológicas 2004 -en el contexto del XVII Congreso Nacional CREA, organizado por la Asociación Ar­gentina de Consorcios Regionales de Experimentación Agrícola (Aacrea)- el presidente de la entidad, Marcelo Carrique, señaló que 11 desde hace tiempo hemos comprendido que la educación es un tema de todos y de cada uno de nosotros. No hay sueño posible, no hay futuro, no habrá visión integral de país si no revertimos

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la dependencia que la ignorancia genera". También llamó la aten­ción sobre el desarrollo científico, diciendo que "( ... ) ya estamos viviendo la sociedad del conocimiento, una nueva realidad acele­rada por los cambios tecnológicos.· Esta revolución va a generar ganadores y perdedores".

Han habido, además, gestos concretos de acercamiento de los empresarios y el Ministerio de Educación de la Nación, ya que se firmó un convenio para implementar un Programa de Padrinazgo de Escuelas Rurales y Agrotécnicas que patrocinarán los integran­tes de los Grupos CREA.

En los últimos tiempos las empresas de maquinaria agrícola, que experimentaron importantes aumentos en sus ventas, se toparon con la falta de obreros y técnicos capacitados para desa­rrollarlas. En consecuencia el Ministerio de Educación anunció que en los próximos meses estará listo un proyecto de ley de educa­ción técnica que fomentará la capacitación de los estudiantes en las actividades productivas. El proyecto está siendo elaborado con el apoyo del Ministerio de Economía.

Ésta es una deuda de las autoridades nacionales del área de Educación: el título de 'Técnico' desapareció de la educación media en 1993. Hace poco tiempo el Presidente de la República calificó de 'suicidio colectivo' esa eliminación y prometió corregirla.

Durante el Congreso de CREA tampoco estuvo ausente la crítica a la situación actual del sector. Martín Osterheld, director del Laboratorio de Análisis Regional y Teledetección, profesor de la Facultad de Agronomía de la Universidad de Buenos Aires (UBA) e investigador del Conicet, sostuvo que l/producimos mu­chos granos con poca utilización de la ciencia agropecuaria, eso no es eficiencia productiva; es, en rigor, una irresponsabilidad".

Osterheld detalló que el presupuesto dedicado a la investi­gación -unos 80 millones de dólares anuales entre el Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (lNTA), las facultades de

PARA QUÉ SIRVE LA TECNOLOGÍA 103

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Agronomía y el CONICET - es varias veces menor q'ue el de, Mon­santo (527 millones).

En coincidencia, durante la conmemoración del Día de la In­dustria, el secretario de la Unión Industrial del Chaco, Alfredo Bordón, destacó los vínculos de los industriales de la provincia con las universidades de la región. Especialmente con la regional local de la Universidad Tecnológica Nacional (UTN), y con las Universidades Nacionales del Nordeste (en particular con la Facultad de Agroindustrias de Presidencia Roque Sáenz Peña), de Formosa y también con la de Buenos Aires.

Bordón explicó al diario Norte que "permanentemente nos nutrimos de conocimientos, porque nosotros tenemos un lema: la mejor manera de guardar un secreto industrial es seguir in­vestigando. Ese es el camino, la única forma de estar permanen­temente bien visto por el mercado es seguir investigando, anali­zando, trabajando y encontrando nuevas propiedades, tanto en el producto que nosotros elaboramos, como en cualquier otro".

RICARDO A. FERRARO

CONCLUSiÓN

ANTES DEL AMANECER Los argentinos tenemos la mala costumbre de creer que la solu­ción a situaciones complejas depende de una sola variable. Du­rante los últimos veinte años, escuchamos repetir que esa variable crítica se llamaba, unas veces, democracia, otras inflación, déficit

fiscal o deuda externa. La realidad se ocupó de mostrarnos que la cuestión es bastante

más complicada y que, si bien se debe resolver cada uno de esos temas, ni la felicidad ni siquiera la alimentación de nuestros compatriotas depende sólo de uno de ellos.

Aunque estemos convencidos de la importancia de las inves­tigaciones científicas y de los desarrollos tecnológicos, no debemos cometer el error de creer que lo resolverán todo, que el día que in­virtamos en ese sector el mítico uno por ciento de nuestro producto bruto tocaremos el cielo con las manos. Más aun, todo indica que si mañana, súbitamente, alcanzáramos esa asignación de recursos nada cambiaría de manera sustancial en el corto plazo.

Es cierto que las tecnologías pueden colaborar en el logro de mayor bienestar; también lo es que científicos, tecnólogos, em­presarios y funcionarios enfrentan cada día múltiples y complejas

PARA QUÉ SIRVE LA TECNOLOGíA

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situaciones en las que deben decidir, optar, renunciar. La falta de acc~ones t.endientes a la democratización del conocimiento y el ~a~lo.de ciertas declaracion~s no deben desanimarl"los. Hay que inSistir. Hay que mirar con atención y simpatía y ale'l1úu; a quienes ~n su laboratorio, taller, empresa o instituciÓn, hac~ii álgo cada Jornada para mejorar la situación. Si sumamos nuestros intentos a los suyos confirmaremos que, si bien estamos lejos de ciertos mOde~os extranjeros, cada día somos más los que con paso lento pero firme caminamos hacia una Argentina mejor.

Amanece, que no es poco.

RICARDO A. FERRARO

ANEXO INFORME DE LOS CIUDADANOS DE PERGAMINO SOBRE "SEMILLAS TRANSGÉNICAS y ALIMENTOS GENÉTIGAMENTE MODIFICADOS"

INTRODUCCiÓN Los Diálogos Ciudadanos se basan en una experiencia que se inició hace más de una década en Dinamarca y que luego se extendió a varios países. Este Diálogo Ciudadano se realizó a partir de una iniciativa del Programa 'Conocimiento y Sociedad' de la Vicepre­sidencia de la Nación, con la colaboración de la Intendencia de Per­gamino y de su Honorable Concejo Deliberante. Los ciudadanos fuimos convocados a través de los medios de difusión.

Participaron especialistas de primer nivel que explicaron en qué consisten las semillas transgénicas y qué son los alimentos genética­mente modificados. Se intercambiaron información y opiniones acer­ca de las consecuencias presentes y futuras de esos desarrollos.

Se discutió largamente, en grupos yen plenarios, acerca del contenido del presente Informe.

Algunos de los temas más críticos a discutir eran:

. los usos de las nuevas tecnologías aplicadas a los alimentos,

. los OGM pueden ser buenos o malos de acuerdo con el con­trol al que se los someta y a la ética de quienes los desarrollan,

PARA QUÉ SIRVE LA TECNOLOGíA 107

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• ¿cómo se controlan los beneficios y cómo se garantiza.la fal­ta total de riesgos?,

• ¿podrá la biotecnologíapaliar el hambre en el mundo? ¿Lo hará gratuitamente?

Rescatamos los siguientes conceptos de las exposiciones: · La 'domesticación' de las plantas por el ser humano implica

que éstas no podrían crecer en condiciones naturales sin la ayuda del agricultor. Las modificaciones genéticas que implicó esta do­mesticación son casi tan antiguas como el inicio de la práctica de la agricultura por el hombre. Antes se seleccionaba, empírica­mente, qué plantas se seguían cultivando, hoy esto se hace con un criterio científico, racional. Esto resulta de conocer las reglas que gobiernan la transmisión de los caracteres genéticos. Desde hace tiempo se recurre también al germosplasma para realizar cru­zamientos ínter-específicos que, de hecho, da como resultados plantas transgénicas, es decir, plantas con genes adquiridos. Trans­génico sólo quiere decir que tiene un gen de otra especie. Esto se obtiene por Ingeniería Genética o por cruzamiento de amplio espectro, como se realiza desde hace tiempo (Esteban Hopp).

. Los mecanismos de la ingeniería genética se utilizan desde hace años para obtener plantas mejoradas. Esto no afecta la salud humana y, de hecho, mejora la planta. Pero si un loco in­troduce la toxina del cólera en una planta obviamente estará introduciendo un carácter dañino. Para evaluar la toxicidad se ali­mentan ratones, durante varias generaciones, con la proteína trans­génica pura para verificar que no haya efectos a largo plazo y que sea digerible (E.H.).

. El objetivo principal en esta técnica es asegurar la expresión de los genes que se introducen. No hay que olvidar que un gen

108 RlCARDO A FERRARO

puede expresarse en un tejido y no en otro. También importa el número de copias del transgen que se insertaron y que no se afecte la expresión y regulación de otro gen, propio de la planta. Estas li­mitaciones de las biotecnologías son, en general, solucionables. Pero tampoco debemos olvidar que las características de relevan­cia económica están gobernadas por varios genes, no por uno o dos. Esto implica una restricción en las características que pueden ser mejoradas, ya que actualmente sólo se pueden introducir uno o dos genes. Pero estimamos que en poco tiempo esta restricción

será superada (Guillermo Eyherabide).

. La biotecnología agropecuaria tiene muchas caras, no só­lo las plantas transgénicas. Existe la posibilidad de usar las plan­tas como 'biofábricas' baratas, verdaderas 'granjas moleculares'. También pueden aplicarse para el diagnóstico, el estudio del stress ambiental, la fitoremediación, la ingeniería metabólica Y la obtención de alimentos que tengan propiedades terapéuticas

(Alejandro Mentaberry).

. En Europa se utilizan organismos genéticamente modifica­dos para la producción de medicamentos, desde hace años, y en este caso se acepta que no hay peligro intrínseco en la manipu­lación genética. En lo que se refiere a la alimentación, EE.UU. (como exportadores) acepta los transgénicos así como los aceptó para las medicinas, en cambio Europa (como países importadores) decidió proteger sus mercado.s y rechazar el ingreso de productos producidos con menores costos. Para eso impuso barreras para­arancelarias utilizando como excusa a los OGM's (Rubén Devoto).

. Actualmente estamos en la primera generación de transgé­nicos, que benefician al productor pero no al consumidor. En cam­bio, la segunda generación apunta a modificar características de

PARA QUÉ SIRVE LA TECNOLOGíA 109

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los alimentos, como, por ejemplo, aumentar el grado de ol~ico en el girasol (beneficioso para el metabolismo del colesterol) o intro­ducir vitaminas en los arroces (R.D.).

· El argumento de que estas tecnologías constitli.lyen una he­rramienta para mitigar el hambre en el mundo no es válido. Más allá de que sea cierto que los transgénicos permiten bajar costos, el problema del hambre en el mundo es un problema de distribu­ción. La segunda generación de transgénicos producirá alimen­tos de mayor calidad pero más caros (R.O.).

TEMAS ELEGIDOS POR LOS CIUDADANOS - RECOMENDACIONES Educación, información y participación pública

· Los programas de estudio de los diferentes niveles de la edu­cación deben incluir conocimientos sobre las biotecnologías, sus aplicaciones, ventajas y riesgos.

• El Estado, sea nacional, provincial o municipal, debe garan­tizar un correcto nivel de información que llegue a toda la población del país y, para ello, debe determinar quiénes son los voceros que gozan de credibilidad.

• La participación pública debe facilitarse a través de diferen­tes canales.

• Deben propiciarse diálogos entre ciudadanos y gobiernos y recibirse respuestas acerca de las inquietudes planteadas.

· Deben multiplicarse los Diálogos Ciudadanos como vehícu­los aptos de información y opinión.

Ética · Es necesario un código de ética "transversal" básico que

se aplique a todos los aspectos de la vida social y a la biotecno­logía en particular.

110 RICARDO A. FERRARO

· Las organizaciones dedicadas a la protección del medio am­biente deben aplicar el mismo rigor y verdad que exigen a los

científicos y a las empresas. • Es imprescindible explicar con claridad cuáles son los fundamen­

tos éticos en!tos que se basan las invastigaciones biotecnológicas.

Las obligaciones del Estado · Se debe exigir al Estado que disponga de partidas suficientes

para apoyar la investigación científica, Jos desarrollos tecnológi­cos y su divulgación, así como para informar a los ciudadanos

sobre el destino de esos fondos. · El Estado debe definir, lo antes posible, leyes para el mane­

jo de las biotecnologías Y los alimentos transgénicos y apoyar los

organismos de control. · Todos los alimentos deben pasar por mecanismos de con­

trol semejantes a los que deben superar los alimentos genética-

mente modificados. • Los organismos de control deben adquirir mayores respon-

sabilidades en el seguimiento de la salud de los consumidores.

Argentina frente al mundo ya los intereses en juego · Las políticas públicas no deben establecerse a partir de los

intereses de los grandes grupos económicos. • Nuestro país debe asociarse con aquellos países que tengan

intereses semejantes. • Argentina -que es un país agroexportador- debe invertir en

el desarrollo y dominio de estas tecnologías. • En nuestro país debe autorizarse el uso de productos gené­

ticamente modificados, que hayan sido aprobados en otros paí­ses, en particular, en la Unión Europea yen EE.UU.

• El etiquetado debe ser claramente explicatorio. En el marbete debe decir: "Producto proveniente de OGM", en letra grande,

fácilmente legible.

PARA QUÉ SIRVE LA TECNOLOGíA 111

Page 57: Para que sirve la tecnología

· Se deben destinar recursos para estudiar y difundir Ja tota­lidad del sistema alimenticio, que incluya a los OGM y no sólo la fracción que comunican las empresas del ramo.

· Se recomienda la formación de Comités de Bioética que sean multidisciplinarios, integrados por especialistas con diferentes opi­niones y articulados con organismos internacionales similares.

La salud de los consumidores, el cuidado del medio ambiente y la bioseguridad

· Se deben descentralizar los organismos de control, en par­ticular, se deben construir mecanismos de control en el ámbito municipal.

· En paralelo, deben establecerse centros de información al consumidor.

· Las organizaciones no gubernamentales deben participar en la toma de decisiones.

· Se deben implementar controles cada vez más estrictos ante la inminencia de la aparición de productos genéticamente modificados de segunda generación.

· Se deben autorizar controles internacionales que nos faci­liten alcanzar los mejores estándares de seguridad, eficacia e inocuidad.

· Cuando se evalúen alimentos genéticamente modific'ados, se debe considerar cada OGM en forma individual.

Impactos económicos y sociales de los OGM · El Estado debe favorecer la investigación y el desarrollo de

OGM's adecuados a nuestras realidades. · Se debe definir un marco legislativo regulatorio riguroso

para el patentamiento, que responda a los intereses nacionales. · Debe impedirse el lanzamiento al mercado de productos que

no estén debidamente controlados.

112 RICARDO A. FERRARO

Sugerencias de los ciudadanos: El lVIunicipio de Pergamino se debe comprometer, en todo el

partido, a: · reforzar la educación acerca de los OGM, la salud yel medio

ambiente, desde la red escolar, para ello, puede coordinar con el Consejo Escolar la realización de charlas a las que se invite a ciu­dadanos que participaron en este Diálogo, especialistas, docentes,

padres y alumnos; · encarar una encuesta entre los ciudadanos del partido de Per-

gamino para determinar quiénes pueden ser voceros creíbles de

las diferentes posiciones; · que las autoridades municipales participen junto con los ciu-

dadanos y los ayuden a difundir este documento en diferentes ám-

bitos y en la prensa; · invitar a ONG a participar en la difusión de información sobre

estos temas; · aprobar un presupuesto para la investigación, el control y

la docencia acerca de los OGM (tanto humanos como vegetales y animales) y crear un ámbito de trabajo que también sirva para la

educación y la información; · gestionar ante el Poder Ejecutivo Nacional mayor apoyo a la

Estación Experimental dellNTA Pergamino; · formar un Comité Bioético del partido, multidisciplinario Y

con participación de representantes de organizaciones no guber­

namentales y del sector privado; · constituir un grupo técnico asesor para los programas

alimentarios municipales; · aumentar la inversión en controles bromatológicos; · recordar que Pergamino es la "Capital Nacional de la Se­

milla" y procurar que las empresas contribuyan a estos objeti­vos, haciendo aportes proporcionales a su facturación en nues-

tro partido;

PARA QUÉ SIRVE LÁ TECNOLOGíA 113

Page 58: Para que sirve la tecnología

. promover la realización de otros Diálogos Ciudadanos $obre temas de interés local como, por ejemplo, el Ecoclub;

. organizar un coloquio anual sobre las biotecnologías del agro yde la alimentación, con la participación de científicos nacionales y extranjeros.

El HCD debería declarar de interés municipal el tema de las semillas transgénicas y los alimentos généticamente modificados, su estudio, la educación y la información pública sobre el tema.

Comentarios sobre la actividad del diálogo • Los Diálogos Ciudadanos son una excelente herramienta

para comprender, opinar y proponer acerca de diversos temas. • En Pergamino -Capital Nacional de la Semilla- es la primera

vez en el país y en América Latina que se realiza un Diálogo Ciu­dadano de este tipo, sobre estos temas.

• El desarrollo de este Diálogo fue verdaderamente demo­crático, tanto en las exposiciones como en la forma en la que se escuchó a los ciudadanos.

• Rescatamos el muy buen nivel de los expositores y la cali­dad de la información aportada. También la invitación, sobre la marcha, de otro especialista, que da cuenta de una evaluación per­manente y de responsabilidad para acercarnos a la verdad.

• Recomendamos que se dediquen esfuerzos para que la pren­sa difunda mejor la realización de estos Diálogos, sus caracterís­ticas y resultados.

· "Si le comentara este Diálogo a un amigo le diría que aquello que tanto miedo me provocaba ya no me lo provoca, porque hoy ya no creo que haya profesionales tan irresponsables que pue­dan crear algo que, en última instancia¡ también los perjudicaría. Creo que, más allá de una etiqueta 'transgénica', tenemos la opor­tunidad de elegir, con educación y sentido común. Creo que no todos somos tan inocentes como para creer que no hay intereses

114 RICARDO A. FERRARO

que intervienen en el tema de los alimentos pero estamos conven­cidos de que es grande la necesidad de crear políticas para con­trarrestar los efectos no deseados de los intereses particulares".

• "Aun amigo le diría que, si tiene oportunidad de asistir a un Diálogo Ciudadano sobre alimentos transgénicos, que no dude en hacerlo, porque es la mejor manera de estar a la altura de las cir­cunstancias y tener una idea global de cómo evolucionan las tecnologías alimentarias para que no nos sorprenda, dentro de al­gunos años, la falta de alimentos".

• Se debe prestar atención a la necesaria sencillez en el len­guaje que deben usar los expositores.

· Es conveniente analizar cómo podrían participar representan­tes de movimientos ecologistas en los Diálogos sobre estos temas.

· Se recomienda incluir especialistas sobre salud humana en los Diálogos relacionados con OGM, para que analicen y comen­ten sus efectos en el cuerpo humano.

· Algunos sugerimos que se evalúe cómo se puede reducir la presión del cumplimiento de los horarios sobre los participantes, mientras que otros pensamos que la actividad es algo larga.

• Participantes del Diálogo Ciudadano en Pergamino

Abalo, Jorge Alberto

Agostini, Rubén O.

Albarracín, Rosa Ester

Balbín, Mariano

Bocanera, Sergio Armando

Cascardo, Verónica

Cogo, Gladys

Curti, Juan Carlos

Daza, Iván Raúl

PARA QUÉ SIRVE LA TECNOLOGíA

Agrónomo y docente

Lombricultor y agricultor

Empleada municipal y auxiliar

de esterilización

Lic. en Educación Física

Dueño de una agronomía

Estudiante

Comerciante

Periodista

Médico

115

Page 59: Para que sirve la tecnología

Franco, Silvia

Fuster, Estella Maris

García Otero, Paula

Geoghegan, Juan Luciano

Haddad, María Rosa

Ibáñez, Blanca L.

Izzi, Rydia Vicente

Larrateguy, Patricia

Lonati, Ángel

Luppo, Victoria Celina

Mozzoni, Benedicto

Docente

Empleada

Visitadora médica y docente de inglés

Técnico en Agroindustria de la Alimentación

Empleada recepcionista

Ama de casa

Concejal

Estudiante y auxiliar administrativa

Agricultor

Estudiante de Bioquímica

Ing. Agrónomo y Master en Tecnología

de Alimentos

Ponce, Rubén Luis Empleado administrativo

Regueira, Argentino Adolfo Chofer

Reynoso, Lidia

Smulovitz, Paul Rolando

Tejo, Héctor Alberto

Vila, Severo

Zarich, Lucas

Ing. Agrónoma y docente universitaria

Médico clínico y nutricionista

Ingeniero agrónomo

Médico veterinario

Profesor

Especialistas: Esteban Hopp, Rubén Devoto, Alejandro Mentaberry, Guillermo Eyherabide y Adolfo Boy. Coordinadores: Ricardo A. Ferraro, Adriana J. Bacciadonne, Ricardo Forster, Alberto Díaz, Soledad Pampillo, Lucio Cieza, Osear Arena, Jonás Braguinsky, Vanina Pace, María Celia Cameroni y Miguel Cacciamani (lNTA Pergamino) quienes agradecen la valiosísima participación de Ga­briela Taruselli, Osvaldo Bolívar y Lorena Berro -de la Intendencia y del Honorable Concejo Deliberante de Pergamino- sin cuya colabo­ración hubiese sido imposible concretar este Diálogo Ciudadano.

116 RICARDO A. FERRARO

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124 RICARDO A FERRARO

EL AUTOR

Ricardo A. Ferraro es Profesor litular de Política Tecnológica en la Maestría de Política y Gestión de la Ciencia y la Tecnología de la Universidad de Buenos Aires. Como miembro del Consejo Directivo del Instituto Nacional de Tecnología Industrial (lNTI) di­rigió el Proyecto INTI Unión Europea 'Mejora de la eficiencia y competitividad de la economía argentina', Fue Asesor del Ministro de Economía de la Nación (2002) y del Secretario de la Pequeña y Mediana Empresa (2000-2001), Coordinador del programa 'Co­nocimiento y sociedad' de la Vicepresidencia de la Nación (2000), Director de Proyecto del Laboratorio de Investigación y Forma­ción en Informática Avanzada de la Universidad Nacional de La Plata y primer Director Ejecutivo de la Fundación YPF. Es autor de Educados para competir, Qué es qué en tecnología, Al sur de la ciencia y la tecnología, La marchf1 de los locos y de varias decenas de artículos sobre educación, ciencia y tecnología. Fue fundador y director de la editorial Ciencia Nueva.

PARA QUÉ SIRVE LA TECNOLOGíA 125

Page 64: Para que sirve la tecnología

\ CLAVES PARA TODOS· TíTULOS YA PUBLICADOS I I

\' ~/~ ,::. \1 CRÓNICAS DEL AGUANTE LA DENSIDAD NACIONAL

" i Pablo Alabarces Aldo Ferrer

j CRÍTICA DE LA CONSTITUCiÓN COALICIONES POLÍTICAS

¡ Roberto Gargarella Torcuato Di Tella

LA HISTORIA DESBOCADA I LOS PIBES CHORROS José Pablo Feinmann Daniel Míguez

POLÍTICA, POLIcíA y DEUTO LA BRECHA URBANA

I Marcelo Sain Maristella Svampa

I LA HISTORIA DESBOCADA II CRISIS Y REFORMA ECONÓMICA José Pablo Feinmann H. Valle· M. Marcó del Pont

• CLlENTELlSMO pOLÍTIco LOS ARGENTINOS Y SUS INTELECTUALES Javier Auyero Mempo Giardinelli

LA HERENCIA SOCIAL DEL AJUSTE LA RELIGIOSIDAD POPULAR Susana Torrado PabloSemán

POLIcíAS y LADRONES EL PERONISMO DE LOS '70 (11

Alberto Binder Rodolfo H. Terragno

¿ECONOMISTAS O ASTRÓLOGOS? EL PERONISMO DE LOS '70 (11) Alfredo Zaiat Rodolfo H. Terragno

LOS PARTIDOS POLÍTICOS MODELO NACIONAL INDUSTRIAL Juan Abal Medina (h) Martín Schorr

EL RN DEL DESEMPLEO ROSAS, ESTANCIERO Enrique Martínez Jorge Daniel Gelman

LOS ÚLTIMOS CUARENTA AÑOS LAS PRIVATIZADAS (1)

Daniel Muchnik Daniel Azpiazu

RICOS FLACOS Y GORDOS POBRES LAS PRIVATIZADAS (11) Patricia Aguirre Daniel Azpiazu

Escríbanos a [email protected]

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