para pensar mejor - cap. 1 al 5

7/27/2019 Para Pensar Mejor - Cap. 1 Al 5

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La actitud adecuada

E] aiane :n:c:: i aprcpiuJo. Ca/itar!?!-.. tra"iqu:;d'r., ]S^:SCde prerder, c-jrL)s;di:i, ^'Mitopor si re*'?...

U n verdadero problema es un a u t n t i c o reto. Sabemos,m s o menos, a d n d e queremos llegar, pero ignoramos elcamino. Ante esta s i t u a c i n caben diversas actitudes negativasque pueden obs tacul izar nuestro avance:Miedo a lo desconocido y el consiguiente retraimiento. Podemos

tratar de eludir el problema o al menos posponerlo a otromomento en que nos sintamos ms aguerridos.

Nerviosismo al tratar de echar a andar, prisa por acabar cuantoantes. Corneo en la sala del dentista, d e s e a r a m o s estar yasaliendo.

Cierta desazn ante la prueba se apodera de nosotros. Las i t u a c i n misma es como un a n t i p t i c o examen que he deafrontar. A unq ue nadie me observe, yo mismo me estoyobservando. S u s p e n d e r ? Y si suspendo, descon tan-do otras desventuras, mi propia estima se ir desmoro-nando.Toda esta variedad de actitudes negativas puede minar

seriamente nuestra i n t e r v e n c i n :


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32 Para pensar mejor

Impid indonos la utilizacin al m x i m o de nuestra capa-cidad.

Impulsndonos a tomar por bueno inmediat amentecualquier indicio de s o l u c i n .

Eliminando el placer que en el ejercicio sano de nuestrasfacultades podemos ciertamente encontrar.

Creando en nosotros un hbi to de amedrentamiento yun complejo de inutilidad cada vez ms acusado.

Para contrarrestar estas amenazas podemos comenzar porconsiderar nuestra s i tuac in objetivamente. Tenemos razonesm s que suficientes para equi Ubrar nuestros negros pensa-mientos.

Conf ianzaLa s capacidades de los hombres difieren bastante poco. E l

mero hecho de llegar a ser capaz de hablar coloca las mentesde todos nosotros sobre una meseta situada tal altura que laspequeas colinas que en ella se dan resultan insignificantes enrelacin con la altit ud a la que todos estamos ya colocados.

L a diferencia entre el virtuo so en una acti vida d cualqui eray el promedio se debe mucho ms a la intensidad de suprc t ica que a una verdadera diferencia en su potencial i n i c i a l .L a pla sti cid ad de nuestras capacidades es inme nsa y estop o d r a y deber a engendrar en nosotros una gran confianza:S i de verdad lo quisiera y si invirtiera tiempo y esfuerzosuficiente, t ambin yo p o d r a alcanzar cotas parecidas en esaa c t i v i d a d .

La actitud adecuada 33

El hombre, un junco que piensaE l hombre no es ms que un junco, la cosa ms dbil de la

naturaleza; pero es un junco que piensa. No es preciso que eluniverso entero se arme para aplastarle. Un vapor, una gota deagua basta para matarle. Pero aun cuando el universo loaplastara, el hombre seria an ms noble que quien le mata,porque l sabe que muere, y conoce la ventaja que el universotiene sobre l. De esto nada sabe el universo.

Toda nuestra dignidad consiste en el pensamiento. A travsde l nos debemos elevar, no a travs del espacio o del tiempoque no sabemos cmo llenar. Trabajemos pues por pensarbien. Este es el principio de la moral. (B. Pascal: Pensamientos,n m . 63, Stewart 160, pg. 82.)

Paz, t ranqu i l idad. S in prisasEs cie rto que a veces nos vemos obHgados, en nuest ra

actividad intelectual o p r c t i c a , a enfrentarnos con un proble-ma a plazo fijo, relativamente breve. Un examen, una situa-cin que exige una decisin ms o menos inmediata, constitu-yen retos inaplazables . N o est en nuestras man os el ti empoque nos podemos tomar para proceder con ellos. Pero lo ques est ciertamente a nuestro alcance es la preparac in remotacon la que podemos afrontar tales circunstancias. Quien asi-duamente se ocu pa de pensar a su ritmo, co n tr anqui li dad , enprobl emas semejantes a los que tales situaciones p ropo nen,ser capaz de enfrentarse a ellas con much a mayor serenidad.

L a pris a es mala consejera. N o nos permite fami lia riz amosserenamente con la s i t u a c i n , rumiar los datos, tratar de jugarmentalmente con ellos, fantasear con los elementos del pro ble-ma, barruntar c m o podria ser una s o l u c i n , divagar sobre losposibles caminos que conduzcan a ella. L a pri sa nos empuja aponernos en camino... hacia ningu na parte.


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34 Para pensar rriejor

L n cualquier tarea mental es conveniente evitar en'jo posible serllevado por !a pr sa , y para cuando esto r esn a nev- tabie y lastomas de dec is in r pidas resulten r nsos layabes , es necesario

"'prepararse con un entrenamiento adecuado. .

S i no sab emo s a d n d e v a m o s , t e r m i n a r e m o s.^[-.'^ ^ ( - . : ' \ : : e n o t ra p ar taP o r tanto, dada una c ue s t i n cualquiera, es preciso esfor

zarse ante todo por comprender claramente lo que se busca.Pues frecuentemente algunos de tal modo se apresuran en

investigar los problemas, que aplican a su s o l uc i n un esp r i tuligero, antes de haber considerado en qu signos r e c o n o c e r nla cosa buscada, si acaso se presenta. Son tan ineptos como uncriado que, enviado a a l g n sitio por^su s e o r , fuese tansolicito por obedecerle, que se apresurase a correr sin haberrecibido an las r d e n e s y no sabiendo a d n d e se le mandabair . (Descartes: Reglas para la direccin del espritu. Regla X I I I ,Ma dr i d , A l i a n z a , 1984, pg. 138.)

D i s p o s i c i n d e a p r a n d e r , c u r i o s i d a dL a s i t u a c i n en la que un problema te coloca puede consti

tuir, si asi lo miras, una verdad era op ort uni dad , no unaamenaza. Aprendemos en todos los r d e n e s gracias al enfren-tamiento co n situaciones nuevas. N o trates a tu problemacom.o si fuera un severo examinador que busca calibrar tuscapacidades, sino como una o c a s i n para aprender. De lao c u p a c i n con l y con o r o s semejantes, los resuelvas o no ala p e r f e c c i n , tu mente s a l d r ms e n s e a d a , mejor preparadapara muchas tareas, incluso para aquellas qiie puedan sermucho ms trascendentes que este problema concreto.

E l problema te proporciona la oportunidad de ejercitar lasherramientas mentales que posees, de comprobar su alcance


real, es decir, su a d e c u a c i n y sus li mitaci ones, de apreciar l aconveniencia de irte haciendo con otras tal vez m s eficaces,de comparar tus procesos de pensamiento con los de otros talve z m s expertos y de asimi lar de ellos e n s e a n z a s interesantespara el futuro...

G u s t e 3n l a a c t i v i d a d m e n t a ! , g u s t o p o r e l r e t oN o nc^ cansamos de mirar con nuestros ojos. N o nos

cansamos del ejercicio razonab le de andar, hacer deporte... Esnatural, se trata del ejercicio de nuestras capacidades naturales. Para eso e s t n ah , para ser ejercitadas.

E l ejercicio de la mente es mucho m s variado: rememorar,imaginar, pensar, deducir, contem.plar, crear, s o a r . . . En l sed a n elem.entos de mucha mayor belleza que en el ejercicio del o s sentidos. ' '

L a o c u p a c i n con un problema i r i e n a l concebida con estee s p r i t u deportivo, e s t t i c o , de e j e r c i i a c i n de m i propia c apacidad, de o b s e r v a c i n de mi misma actividad y de sus resultados, es intensamente satisfactoria. La c o n t e m p l a c i n de lasv a s por ias que la mente hum.ana, la m a y la de otros escapa z de explora r la bellez a intel ectual que se encierra entantos y tan variados paisajes como el hombre ha tenidoo c a s i n de iluminar a lo largo de la his tor ia puede llegar a serintensamente apasionante.

A s concebida, la actividad mental es capaz de proporcionar placeres inmensamente pro fundos.

Frente a !a actividad que un problema te va a proporcionarpuedes decirte, con toda verdad: Va a resultar muy satisfactor io . Lo puedo pasar muy bien. Como en un paseo por el mon- ,

, te, tai vez quede al final cansado, pero ciertamente sa ldr enriquecido y es t t icamente satisfecho, si lo enfoco con el espr itu ade

c e n a d o . " ..


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S i tuviera ia verdad en mi mano, la d e j a r ae s c a p a r por el puro placer de b u s c a r l aS i tuviera la verdad en mi mano e s c r i b a Emerson,

l a dejarla escapar por el puro placer de bus c a r l a . En unexperimento clsico, Sultn, el c h i m p a n c de W ol f ga ng K oe h-1er, de s c ubr i , tras numerosos esfuerzos int i l e s por alcanzarun p l t a no colocado fuera de su jaula con un palo demasiadocorto, que p o d a llegar a la fruta acoplando dos palos huecos.S u nuevo descubrimiento le c a us un placer tan i n m e n s o que se de d i c a repedr el truco, o l v i d n d o s e de comer elp l t a n o . (A. Koestler: En busca de lo absoluto, Barcelona,K a i r s , 1982, pg. 59.)

Si esto sucede con un mono, no p o d r a m o s confiar en que,en nosotros, el ejercicio sano del pensamiento constituya en smismo una mot i va c i n enormemente intensa?

A t e n c i n a los p o s i b l e s b l o q u e o sS e g n muchos p s i c l o g o s , aprovechamos tan s l o un a

p e q u e a parte de nuestra capacidad intelectual real. Es decir,hay en todos nosotros un enorme caud al de aptitudes quepermanecen inactivas, e s t r i l e s . Las diferencias que observa-mos en las capacidades efectivas de las personas provienen,m u y preponderantemente, de la may or o menor destreza conque cada uno de nosotros aprovechamos nuestras potenciali-dades. Se p o d r a decir con bastante j u s t i f i c a c i n que los quesobresalen en un cierto campo son aquellos que han logradoencau zar adecuadamente un conjunto de sus talentos quecolabora armoniosamente en una d i r e c c i n determinada.

L a s barreras que nos impiden el ejercicio de tanta potenc iaadormecida son los bloqueos de nuestro e s p r i t u . Como vere-mos a c o n t i n u a c i n , hay m l t i p l e s formas de bloqueos, con


o r g e n e s muy diversos, que se aposentan en diferentes zonas denuestra perso nali dad y que admit en tratamientos m s o menosf c i l es .

Si realmente l o g r r a m o s liber arnos de unos cuantos deestos bloqueos en un grado s igni f ica t ivo, el progreso en nuestraactividad g l o b a l podria ser realmente importante.

E l primer paso esencial para el tratamiento de los bloqueosque, en mayor o menor grado, afectan la personalidad detodos no sot ros consi ste en conoc erlos. Si somos capaces depercibir sus efectos atenazantes sobre nuestra estructura men-t a l , podremos tratar de contrarrestar adecuadamente su a c c i nponiendo los medios convenientes para e l l o .

E n los c a p t u l o s que siguen vamos a explorar algunos tiposde bloqueos m s comunes. A l i r l o s recorriendo s e r conve-niente que nos pregunte mos hasta q u punto es influyentecada uno de ellos en nuestra propia idiosincrasia, y si lo es conalguna intens idad, he de tratar, en mi propi o ejercicio intelec-tual, de estar atento a su i n f l u j o , a fin de neutralizarlo.

F . B a c o n , Novum organum (1620)38. Los dolos [prejuicios] y las nociones falsas que han

invadido ya la mente humana, echando en ella hondas raices,ocupan la intehgencia de tal suerte que la verdad slo puedeencontrar a ella difcil acceso [...].

39 . Hay cuatro especies de do l os que llenan el esp r i tuhumano [...].41 . Los dolos de la tribu tienen su fundamento en la mismanaturaleza del hombre, y en la tribu o gnero humano [...].

42 . Los dolos de la caverna tienen su fundamento en lanaturaleza de cada hombre, pues todo hombre, independiente-mente de los errores comunes a todo el gnero humano, l levaen s cierta caverna en que la luz de la naturaleza se quiebra yes corrompida [...].


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43 . Existen t a mbi n do l os que provienen de la r e u n i n yde la sociedad de los hombres, a los que designamos con elnombre de dolos del foro, para significar el comercio y lacomunidad de los hombres de que denen origen [...].44 . Hay finalmente dolos introducidos en el e s p r i t u porlo s diversos sistemas de los filsofos y los malos m t o d o s ded e m o s t r a c i n . Los llamamos dolos del teatro porque cuantasfilosofias ha y hasta la fecha inventadas y acreditadas son,s e g n nosotros, otras tantas piezas creadas y representadas,cada una de las cuales contiene un mundo imagi nari o y teatral.

Los surcos ds la menteC\

i i t f s F a r i t e n t e es de una plasticidad extraordinaria, pero almismo tiempo e s t llena de surcos, de modos fijos concretosde proceder, de h b i t o s . Son nuestras formas normales deactuar que dete rminan nuestra pr opi a estructura mental, mu-c h o m s individualizada y distinta de lo que puede serlo nues-tro rostro s i c o o nuestras huell as dactilares.

L o s h b i t o s mentales son extraordinariamente v a o s o s ,pues gracias a ellos, gracias a nuestras rutinas, quedamoslibres de la necesidad cont inu a de preguntarnos y decidirsobre la forma de llevar a cabo ciertas tareas.

Pero conviene que nos apercibamos de su existencia, quenos convenzamos profundamente de que nuestra forma deactuar e s t condicionada por tales h b i t o s , de que nuestraforma de mirar, ver y entender cada s i t u a c i n es una muypeculiar que e s t t e i d a por nuestra forma caracteristica decolocarnos ante e l l a .

E n muchas ocasiones nuestros h b i t o s y rutinas mentalespueden resultar u na ve rdadera remora para resolver correc-tamente un problema que se resiste a encajar en nuestrosmoldes.

E s f c i l poner de manifiesto la presencia de tales surcosmentales mediante la r e a l i z a c i n de unos cuantos experimen-tos sencillos, ejercicios fsicos que todos hemos aprendidocomo juegos de n i o s : "


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Crza te de brazos. Observa c m o se entrelazan. Ahor adescrza los y vuelve a cruzarlos pero colocando losbrazos en la forma opuesta, el que iba por arriba quevaya ahora por debajo. Percibe la sensacin extraaque en ti se produce.

Entrelaza tus manos del modo contrario al que losueles hacer , es decir, haz que el pulg ar derecho quedepor en cima si es que de ordi nar io lo pones por debajodel izqui erdo . N o sientes algo raro?

Coloca la yema de tu dedo corazn derecho sobre ladel dedo ndice derecho. Pasa las dos yemas as coloca-das por la cresta de tu nariz. Cierra los ojos paraconcentrarte en la sensac in que se produce. No teparece que tienes dos narices?

M i r a esta i l u s t r a c i n :

T a l vez veas la.^cabeza de una mujer joven con una plumaen el pelo y un lazo al cuello. Detente u n poco entonces pa ratratar, tal vez no si n trabajo, de reestruct urar tu visin demodo que percibas la cabeza de una mujer vieja con una nariz

Los surcos de la mente 41

y una barbilla bien pronunciadas en primer plano. O tal vez tveas primero la mujer vieja y tengas luego que esforzarte porver la jov en. So n surcos de tu percepc in visual.

Percibes aqu alguna cosa?

Algunos perciben enseguida un perro d l m a t a en el centrodel cuadro, visto desde a t r s , colocado con la cabeza agach aday situado en la direccin de la diagonal que va del SE al N O .Otros experimentan una gran dificultad en llegar a verlo, perouna vez que lo han logrado v e r n al d l m a t a si n n i n g nesfuerzo cuantas veces se les presente el cuadr o. U n a vezcreado el surco de la percepc in visual, de forma e s p o n t n e ase deja uno llevar por l. ,

Qu ves en este otro cuadro?


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T a l vez veas primero la cabeza de un indio, o tal vez veasun esquimal primero, segn los surcos de tu v i s i n .

S i en procesos aparentemente tan externos y superficialesde nuestra estructura mental aparecen ya surcos que condicionan fuertemente nuestra acti vida d cognos citi va, parece raz onable pensar que en las zonas m s profund as de nues tromecanismo mental ex is t i rn rutinas y hb i t o s que determinana priori nuestras capacidades de enfrentamiento c on pro blemas, consti tuyendo en muchos casos verdaderos bl oqueo smentales. :

L a leccin que de estas consideraciones generales se debeasimilar consiste en la conviccin de lo mucho que nos conviene salir ocasionalmente de nuestros propios h b i t o s , de nuestras formas rutinarias de ver las cosas, para colocarnos en ellugar de observac in que no nos es usual.

Trata de ve.'- !a s;:acion-prob]c.Tia desde e punfo de vista queordinariamente no es ei tuyo: si eres pai;re o madre, desde el detu hijo; si eres hijo, desde el de tu padre o madre; o desde elobservador externo. Si eres vendedor, desde el comprador; sicomprador, desde el vendedor; si eres profesor, traa de adivinarcomo te mirara un alumno

Haz excursiones meniaies fuera de tus propios hbitos conceptuales. Si tiendes a ser intuitivo, haz ejercicios discursivos ydeductivos de vez en cuando, o al revs . Si eres de ciencias, no teencierres exclusivamente en tu castillo cientf ico. Traa de seary gustar de vez en cuando a teraara y la poesa .Aprovecha las oportunidades de contacto con quienes ven lascosas de otro modo miy distinto al tuyo para enriquecerte conNjis puntos j le vista. F.scucha con verdadera curiosidad cmotr.cuudran ellos un mismo problema psira ei que t has adoptadou i i i actitud distinta. Compra de vez en cuando un peridico o

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una revista que no tenga las nntcfonese s t t i c a s , que a ti te van.U n viaje a un pas desconocido suele proporcionar una seri deoportunidades para constatar tus surcos mentales originados portu enraizamiento en una tradicin determinada y el valor relativo ; muchas de tus formas de pensar y proceder.


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representaba. L a s i t u a c i n , ei coloca rme delante de l, separec a mucho a la de un odioso examen en el que existia elpeligro de fracasar. Incluso aunque lo hiciera en solitario, sinobservadores, me consideraba en la obhgac in de resolverlo,bajo la presin de hacerlo pronto, y el no llegar a hacerlo asicons t i tu a un fracaso, un suspenso que el mal di to juego mepropinaba. E l juego se conver t a as en mi enemigo. El odio alos exmenes que nuestra civilizacin propicia, deja en nosotros muchas ms secuelas de las que sospechamos. Como diceEinstein en su autobiografa a props i to de ellos: Semejantec o a c c i n tuvo efectos tan espantosos que tras aprobar elexamen final se me quitaron las ganas de pensar en problemascientficos durante un ao e n t e r o .

A medida que fui a d e n t r n d o m e en el mundo de las matetmt icas y explorando ms a fondo sus m t o d o s de pensamien-'to, me fui convenciendo de que en la m a t e m t i c a seria yprofesional h a b a mul ti tud de problema s que por una parteparecen tan sencil los de expresin y de estructura como losque pueden figurar en cualquie r revis ta de n i o s , pero por otraparte son tales que incluso despus del trabajo intenso demuchas generaciones de m a t e m t i c o s , siguen sin ser resueltos.

Esto me ense dos cosas importantes. P rimer o, que elenfrentamiento con el juego poda servir de p r e p a r a c i n v a l i o -sa para otros retos de mi profesin y de los de otras profesiones, y segundo, que si un problema o juego matemt ico deexpres in tan sencilla era capaz de poner en jaque a losmejores m a t e m t i c o s de varios siglos, no me d e b a sentiramenazado de ser declarado incompetente porque no resolviera yo inmediatamente o no llegara nunca a resolver uno deesos juegos ingeniosos y desafiantes de l a mi sma f a mi l i a .

E l juego se me fue convirtiendo as en un magnifico preparador, un spurrini) valioso, y al mismo tiempo me fue e n s e a n -do que mi propia dedicacin profesional p o d a ser ejercida cone l mismo espritu ldico con que se afronta el jueg o, aproxim n d o s e as mucho ms a un agradable ejercicio.

Bloqueos de ori gen afectivo 47

Naturalmente, sigo experimentando tanto predileccionescomo fobias con respecto a ciertos tipos de juegos. Unos se medan bien, me agradan muc ho ms , son mucho m s afines a misaptitudes, que gracias a ellos conozco mejor, y otros se me danmuy m al, lo paso h orri ble si tengo que enfrentarme con ellos ylos sigo encont rando odio sos, pero gracias a ellos cono zcot a m b i n mejor mis pun tos flacos.

)os de bloqueos de or igen afect i vo

. ^ ' p a t a , abulia, pereza ante el comienzo

-.1 . .'

^ A todos nos ocurre bastante a menudo. Ante una tarea"'^-ntelectual trabajosa que no nos urge suficientemente nos

cuesta extraordinariamente ponemos en marcha. Somos capaces de buscarnos cualquier pretexto antes de empezar a ponernuestras manos en la masa. Necesito leer, informarme mssobre el asunto antes de empezar a pensar por mi cuenta. Mefalta papel, mi pluma no tiene tinta, mi s i l l a tiene un tomilloflojo, necesito un caf primero, una llamada telefnica que haesperado hasta ahora ya no se puede demorar m s . . .

Y es que sabemos lo que nos espera. Solo ante el trabajo,como n u f r a g o s , mira mos a nuestro alrededor como esperandover escrita en alguna de las paredes la idea que nos ponga enmarcha. S on los momento s m s penosos de la faena. Se empieza por un flanco sin mucho entusiasmo. Se apaga pron toesa llama morte cina. Se comienza de nuevo de otra maneraque acaba por gustar menos casi antes de darle una oportunidad. n i m o ! Estamos todos en el mismo barco. Arrancar exigeun gran esfuerzo de voluntad, d e c i s i n , no volver la vista a t rssin antes haber da do a ese comienzo la ocasin de demostrar,su posible valor. Te e n t r a r n dudas de que tu ataque sea el


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m s adecuado para la o c a s i n , pero d j a l o desarrollarse unpoco, no permitas que se asfixie en tu desaliento. M s valeseguir adelante y, si hace falta, enderezar t u camin o con unpoco ms de perspectiva.

Muchas veces sucede que lo que en el momento de sue l a b o r a c i n nos p a r e c i d e s m a a d o , carente de originahdad,burdo, nos resulta d e s p u s , al verlo a cierta distancia, muchom s vahoso y aprovechable. En el momen to de pint ar unoatiende demasiado cerca a la pincelada i n d i v i d u a l , que dicebien poco. Cuando el cuadro ha sido acabado la pincelada haadquir ido su justo val or dentro del conjunto.

E l comienzo tiene su importancia, porque i n f l uye mu ydecisivamente en el resto. V i e n e bien ser consciente de e l lo ypensarlo con detenimiento, pero al mismo tiempo conservar laconciencia de su c a r c t e r tentativo, int erino, que puede sermodificado posteriormente.

P o r otra parte, conviene tener presente que p r c t i c a m e n t etodo el trabajo que realizamos es aprovechable, de una formao de otr a. A l menos, si luego decidimos que no nos vale parael fin que pretendemos, aprenderemos c u l e s son los defectosque viene bien evit ar en una tarea semejante.

Hace unos cuantos a o s c o m e n c a escribir una obr a sobrem i campo de trabajo m a t e m t i c o . Cuando tenia los dos prime-ros c a p t u l o s concluidos me p e r c a t de que, si continuaba en elmismo tono, iba a resultar un l i b r o p l m b e o , l n g u i d o yadormecedor. Los dos c a p t u l o s fueron al archivo. C o m e n c de nuevo con otro e s p r i t u m s Ugero. Gracias a e l l o , Differen-tiation of Integris in R" fue una e x p o s i c i n mu y l e d a y u t i z a d a intemacionalmente. A q u e l l o s dos c a p t u l o s queduermen en mi archivo me e n s e a r o n c u l no d e b a ser mipostura al escribir este tipo de e x p o s i c i n , una l e c c i n porl a que doy por bien empleado el trabajo de unas cuantassemanas.

L a moraleja de estas consideraciones p o d r a ser la si-guiente: ; y;.^,,..-^ , . .,

Bloqueos de origen afectivo 49

Piensa un poco en las distintas formas posibles de comenzar tu .f^tarea. ' ' - . " mEscoge una y comienza. Da a tu comienzo una buena oportuni- 'dad de demostrar lo que vale. No te detengas mucho a examinarlo enesteestadio inicial. Lo que ahora te parece malo puedeno serlo tanto.Conserva la conciencia de que tu inicio puede tener carcterprovisorio. Si al juzgarlo razonabieinente con ciertaperspectivapiensas que se debe cambiar, cambalo. Pero no te dejes llevarpor un perfeccionismo paralizante. Recuerda: Lo mejor esenemigo de lo bueno.

MiedosL a act ivi dad intel ectual de todos nosotros no es cierta-

mente una v i d a sin riesgos. A medida que nuestra c i v i l i z a c i navanza, la a c c i n del hombre se hace cada vez ms dependien-te de su e s p r i t u y menos de la fuerza bruta o de otrasc a r a c t e r s t i c a s . De nuestra a c t u a c i n mental depende en granparte nuestro x i t o y nuestro fracaso. Es natural, y no esinsano, que se originen en nosotros diversos temores relacio-nados con las m l t i p l e s tareas intelectuales que nuestra v i d anos propone:

Miedo al fracaso, a la equivocacin. Si no lo hago bien,estoy perdido. Es un gran riesgo el que corro. Todo elmundo sabe que equivocarse es malo.

; Miedo al ridculo. Se r e i r n de m si intento hacer algos a l i n d o m e de los cauces ordinarios y aceptados. L l a m a r la a t e n c i n y h a r el r i d c u l o .

Miedo al examen. Todos los miedos anteriores juntos.U n a mala nota h a r que pierda la estima que losd e m s me tienen, q u e d a r en ridculo, -ser un fraca-sado.


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E l miedo es una actitud natural ante la p e r c e p c i n delpeligro. E l mie do es sano si dese mboca en prud enci a, untalante de nuestro e s p r i t u que, midi end o el riesgo frente a losbeneficios que la o c a s i n ofrece, nos l l e v a a adoptar un cuida-do proporcionado en la r e a l i z a c i n de nuestra tarea.

E l miedo es insano si permitimos que se apodere de noso-tros hasta el punto de paralizarnos o de llevarnos a una a c c i ndesbocada, actitudes ambas que conducen al descalabro seguro.

Par a contrarres tar los posibles efectos del miedo en nues-tro trabajo i ntelec tual viene bien consi derar de cerca lospeHgros que nos lo produ cen. Sucede a menud o que n uestrap e r c e p c i n de ellos resulta agigantada y fuertemente deforma-d a por nuestra i n t e r p r e t a c i n del mismo modo que el n i otransforma en su i m a g i n a c i n las sombras y ruidos de lanoche.

Experimentar el fracaso y la e q u i v o c a c i n en algunas denuestras tareas tiene sus aspectos posit ivos que, si bien resul tanpoco atrayentes y apetecibles en el momen to de sufrirlo, a lalarga, visto todo c on cierta perspectiva, se manifiestan de u ngran valor:

Al vivir de cerca el fracaso somos capaces de apreciarloen sus justas dimensiones y con ello salimos enseadospara valorar mejor nuestros miedos a l en el futuro.Hace un par de a o s se i n c e n d i mi casa de arribaabajo. No hubo desgracias personales, pero pocas cosasse salvaron. Si el dia anterior alguien me hubiera habla-do de la s i t u a c i n en que iba a quedar, la i m p r e s i nhubiera sido horri ble. E l simpl e pasar a t r a v s de estascircunstancias no fue para tanto. P o r q u ? Posible-mente nuestra i m a g i n a c i n es capaz de acumular en unsolo instante todos los males que con un suceso como s t e se orig inan . Sin embargo, lo que es experimentar-l o s , v i v i r l o s , lo hacemos de uno en uno, de una formam s d i l u i d a y mucho ms soportable.

Bloqueos de or igen afectivo 51

Del fracaso aprendemos tambin cmo hacer las cosas mejor. Henry F o r d , uno de los grandes innovadores de

l a industria en el siglo X X , afirmaba que el n m e r o del o s que fracasan es relativamente p e q u e o , la mayorparte simplemente a b a n d o n a n . Si tengo verdader oe m p e o en conseguir un objeti vo, un fracaso, unae q u i v o c a c i n , puede servir de l e c c i n y puente hac ia l.

El mundo pedaggico y acadmico que hemos montado ennuestra civilizacin actual atiende poco al valor global delas realizaciones de las personas, primando con exceso laausencia de equivocaciones. Parece m s justo y razona-b l e evaluar a una persona por el conjunto de valores des u obra que por l o poco que se equivo ca. Es relati va-mente f c i l no equivocarse. Basta con no hacer ni decirnada de lo que no estemos absolutamente seguros, esdecir, no hacer ni decir casi nada. P ero si nuestro montoglobal de realizaciones es el que verdaderamente cuen-ta, podremos admitir tranquilamente un cierto porcen-taje de equivocaciones en nuestra forma normal detrabaj o. E l que pretende n o equivocar se nunc a, sea t r e v e r a hacer 10 cosas, aquellas de las que e s t verdaderamente seguro. El que admite equivocarse el

J:'-''-'cl^^^:^0 po r 100 de las veces se puede atrever a hacer 50 cosas"^"^^^^^^^ total 35 cosas bien.

U n o de los grandes maestros en m a t e m t i c a s que^'^' he tenido, A n t o n i Zygmund, soUa afirmar que a los

-ii4^f - ^ f i a t e m t i c os habria que medirlos, si es que alguna vez^j ? maba que medirl os, de acuerdo con el mejor de losteoremas que h a b a n logrado en su v i d a .

E l fundador de I B M , Thomas J. Watson, tenia la si-guiente f r m u l a para el triunfo: El camino para el x i t o consiste en duplicar la p r o p o r c i n de f a l l o s . C m o se explica? Quien acepta incurrir en una mayorp r o p o r c i n de equivocaciones se a t r e v e r a realizar


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muchos m s planes innovado res que presentan riesgosmayores, pero cuyo beneficios en caso de resultar acertados pueden ser incomparablemente superiores.

El miedo al ridculo, al qu dirn, es otra de esas fuerzasambiguas que con dic io nan fuertemente nues tra acti vid ad,influyendo intensamente sobre nuestro pensamiento y sobrenuestras decisiones. Su papel posi tiv o consiste en pro por cio naru n a cierta estabili dad y unifor mid ad a nuestra socied ad, i m p i -diendo que sta se haga lbil y excesivamente abigarrada.Quien marcha contra la corriente o al margen de ella, por muyjustificado que objetivamente sea su proceder, es mirado comou n cuerpo ex t rao contra el que la sociedad establecida enviasus anticuerpos en forma de manifestaciones de e x t r a e z a ,i r o n a s , burlas... L a comu nid ad, a t r avs del tiempo, ha sancionado unas normas explci tas o t c i tas de proceder. Son lasm s adecuadas, mient ras no se demuestre l o contrario ..., y ayde aquel que se atreva a iniciar un a d emo s t r a c i n de locontrario!

Pero a muchas de las reglas establecidas, a muchas de lasnormas aceptadas de proceder les llega el momento de ceder elpaso a otras nuevas por diversas razones:

Las situaciones para las que tales normas eran vlidaspueden cambiar sustancialmente. Obs erv a el teclado deu n a mqu ina de escribir o de un ordenador . L as letrasaparecen en una disposicin un tanto e x t r a a :Q W E R T Y U I O P . . . S hab r a podido disear un tecladoc o n una disposicin de las letras tal que hubiera permitido una velocidad de manejo apreciablemente mayorcolocando los caracteres de ms uso en lugares alalcance de los dedos m s r p i d o s . Se hizo exactamentel o contr ario para imp edi r que, al funcionar los dedosdemasiado deprisa para la mecnica de la m q u i n a , laspalancas se agolpasen sobre el rodillo de la m q u i n a .


Una forma de proceder til y consagrada para unacircunstancia particular puede resultar tambin utilizablepara otras distintas. E l ejemplo clsico es la sombrilla,utilizada desde hace ms de 3.000 ao s en China, E g i p -to y Babilonia como proteccin contra el sol. Su usocomo paraguas fue int rod ucido en Inglaterra en el sigloXV I I I po r Joa s Hanway, un conocido filntropo, quedebi de concebir la idea en alguno de sus viajes por elOriente. Sobre su paraguas recayeron las burlas de susconciudadanos que no pod an dejar de pensar que bajou n a sombrilla siempre hab a habido y siempre tendriaque haber una delic ada damisel a.Nuestro propio entorno, familiar, profesional, socia,encasilla nuestra actividad individual dentro de unosmoldes en los que espera vernos por siempre. En ocasio-nes hay que romperlos. En la f a m i l i a , los padres yherman os te encasil lan muy a menud o en un papeldeterminado, ms adelante tu entorno de amigos, decompae ro s de profesin te asignan unos tareas concretas y esperan verte actuando continuamente segn laidea que de ti se han formado. A veces aciertan, puesso n los papeles que mejor van a tu idiosincrasia. Peroen ocasiones se equi voca n, te encorsetan ign ora ndomuchas de las posibi lidad es que en ti existen. A l tratarde darles salida, como debes, encon t r a r s una ciertaresistencia en tu derredor. No te amilanes f c i l m e n t e .A u n cuand o t fueras en re alid ad quien se equivoca,ap r ende r s mucho en el intento.A veces somos nosotros mismos quienes nos encasillamosen un papel determinado. Salir de l nos causa unasensacin de ridculo que nos retrae del intento. L asimple idea de hacer el asno nos produce e s c a l o f r o s .Y sin embargo muchas veces debemos tener el corajesuficiente para arriesgarnos a e l l o . Los beneficios pue-


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den ser muy importantes. Aunque slo tenga un ciertovalor s imbl ico de p r e p a r a c i n para e l l o , yo suelohacer el siguiente ensayo de vez en cuan do. E n unr incn de mi h a b i t a c i n , cuando estoy solo, rebuznobien alto cont ra la pared. E l efecto emoc ion al es muycurioso, pero me parece que tras ello salgo mejor preparado para rebuznar en p b l i c o , lo que he tenidoocas in de hacer ms de una vez.

El miedo ante un examen se produce como una combinacin del temor al fracaso, al ridiculo, a la prd ida de la estimaque otros puedan tener de nosotros.

Ser capaz de afrontar un examen o circunstancia semejantecon cierta serenidad constituye una aptitud muy fundamentalen nuestra c i v i l i z a c i n , que tan llena es t de pruebas para losindividuos de todas las edades y para todos los objetivosimaginables. E l examen es la forma en que ha crist aliz ado lain tenc in de contro l de nuestro sis tema educativo fuertementem a s i f c a d o . Es claro que en una e d u c a c i n personalizada, unalumno-un maestro, el examen sera totalmente superfino.

A u n en nuestra si tuacin actual de enseanza colectiva, unexamen bien proporcionado a la e n s e a n z a impartida puederesultar u n beneficioso estimulo para el trabajo y la asimilac i n , a la vez que puede constituir una cierta g a r a n t a decalidad del aprendizaje. Lo que dificulta esta misin del examen es que muy frecuentemente s t e , sobre todo en ciertosniveles de la e n s e a n z a , se convierte en un ejercicio de seleccincon unas reglas no bien determinadas y con unos contenidosque a menudo impiden una real izacin agradable incluso paralos ms capacitados.

Para aquellos que ante lo s e x m e n e s y circunstanciasasimilables sentimos una profunda repugnancia y un intensomiedo, que pienso que somos casi todos, puede servir de ciertoconsuelo la siguiente confes in de Einstein en sus Notasautobiogrficas.


Einstein a props i to de exmenes[...] para los exmenes haba que embutirse todo se mate

rial en la cabeza, quisieras o no. Semejante coaccin tenaefectos tan espantosos, que tras aprobar el examen final se mequitaron las ganas de pensar en problemas cientficos duranteun ao entero. He de decir, sin embargo, que en Suiza sufra-mos menos que en muchos otros lugares bajo esta coercinque asfixia el verdadero impulso cientf ico. - "" i.

[...] En realidad es casi un milagro que los modernosmtodos de enseanza no hayan estrangulado ya la sagradacuriosidad de la i n v e s t i g a c i n , pues, aparte de e s t mu l o , estadelicada planta necesita sobre todo de libertad; sin sta semarchita indefectiblemente. Es grave error creer que la ilusinde mirar y buscar puede fomentarse a golpe de coaccin ysentido del deber. Pienso que. incluso a un animal de presasano se le podria privar de su voracidad si, a punta de ltigo, sele obliga continuamente a comer cuando no tiene hambre, ysobre todo si se eligen de manera conveniente los alimentos asofrecidos. (A. Einstein, Notas autobiogrficas, M a d r i d , A l i a n za ,1984, p g s . 21-22.)

o A mi parecer, el gran remedio, cuand o es posibl e, par aneutrahzar los miedos ante un examen consiste en acercarse al con la certeza de ir bien prepar ado, certeza a la que conducee l trabajo c oncienz udo e intenso previo.

Conocer bien a fondo la estructura misma del examen, elmodo de r e a l i z a c i n , exmenes previos del mismo tipo, lo quese suele y la forma como se acostu mbra preguntar..., ayud aextrao rdinari amente para sentirse con ms confi anza ante las i tuac in temida y e x t r a a .

Resulta esencial ir a la prueba con la mejor p r e p a r a c i nfisica posible. Los maratones n octur nos en los lt imos dasanteriores al examen pueden tener un efecto totalmente parali-

i


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zante sobre nuestras capacidades cuando m s despiertas lasnecesitamos.

Resumiendo en forma de pildoras algunas de las recomen-daciones para neutralizar el efecto de los miedos:

Las sombras del fracaso y de la equivocacin son muchomslargas que Fa realidad misma.Los fallos y equivocaciones nos ensean sobre las formas ade-cuadas de proceder; :El camino para el xito consiste en duplicar la proporcin defallos.Quien trata de introducir nuevas formas de pensar y actuar, hade tropezar con resistencias que provienen de l mismo y de suambiente. No te amilanes.El gran remediopara los miedos que un examen puede producir

ôn^t^&^î^^^^^^svôn de ir bien preparado.

Ansiedades

L a ansiedad es un estado de n imo complejo caracterizadopor cierta t ens in interna, p r e o c u p a c i n , nerviosismo, agita-c i n , en el que generalmen te inte rvie nen a la vez causasemocionales y cognitivas.

Desde el punto de vista que nos interesa aqu por suinfluencia en el ejercicio intelectual que estudiamos, dos tiposde ansiedad s ignificat ivos son los siguientes:

El ansia por triunfar.7 El ansia por acabar:

E n nuestra socie dad fuertemente compe tit iva, como sub-producto de la eva luac in a la que conti nuamente estamos


sometidos, se nos va inc ulca ndo la idea, profundamente equi-vocada, de que slo triunfando esplendorosamente se puedealcanzar un grado de sat isfaccin suficiente. Como si la ureamediocritas de los antiguos y la juiciosa actitud del altiora tene quaesieris (no pretendas lo que est m s all de tus p o s i b i l i -dades) no pudieran propo rc io nar un bienestar suficientementesatisfactorio. De hecho lo que sucede en nuestra civilizacin esque andamos estirados m s all del l mite saludable de nues-tras fuerzas, vivi endo empujados por el tiempo, sin paz parasaborear el presente de nuestra act ivi dad bien hecha, poni endoconstantemente nuestra v i da mirada en lo mucho que nosfalta por conseguir o por hacer.

Las prisas ansiosas por acabar la tarea entre manos es tnprobablemente relacionadas con este mismo espr i tu constan-temente angustiado p or conseguir ms , mejor y cuanto antes.

La tesis de Laura

Laura es una joven brillante. Desde nia as lo ha conside-rado todo el mundo. H a ido acumulando sobresalientes, pre-mios, primeros puestos en la escuela, en el colegio. Incluso enla facultad, donde hay muchos profesores ms bien parcos enelogios y sobrios en sus calificaciones, su expediente es mag-nfico. Ahora est tratando de escribir su tesis doctoral. Desdehace meses se encuentra encasquillada, bloqueada, desespera-da. Cada semana empieza a escribir un mismo capitulo, elprimero. A mitad de camino se interrumpe. Le parece que esolo podra haber escrito cualquiera. No es lo que todo el mundoesperara de Laura. Cmo va a presentar ella una cosa seme-jante? Va a parar a la papelera. Comienza a desesperar. Em-pieza a pensar que lo suyo era empollar lo que le pusierandelante, que para una labor creativa como la que ahora se leexige, no vale nada. A medida que ei tiempo pasa se encuentrams deprimida y ms convencida de que lo mejor es que se


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58 Para pensar

, ,. ,urna. Nunca l l e ga r a hacer nada a laaltura dededique a otra Laura '^nec '* ' ' ' ' ' ^ '^ buena amiga que le dijera con car i o - L a u r a te / / ""P '^ tas de unmodo e s t p i d o . Lo que te es t

c j ' itnii serie de ideas tontas que andan rondandofastidiando es , , mollera: que el mundo entero esta con susojos puestos e/j _^jmajj^gntg necesario que tu tesis se puedac ion; que es j , , \^ w^ t r ccontinuamente , , n j/,


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todos los medios y s lo como l t imo remedio soy capaz deenfrascarme en el esfuerzo intenso que pa ra mi requieren.

Otros tipos de activi dad intel ectual nos resultan anti p t icos no porque nos aburran, sino porque los encontramose x t r a o s , no familiares, no connaturale s con nuestra formae s p o n t n e a de proceder. Algunos experimentan una ciertaaversin al desorden, al caos en que otros se sumergen muy agusto como entorno pro pici o para realizar su trabajo. H ayquienes aborrecen el dominio de la lgica y el orden, que lesparecen fros y descarnados. Ot ro s detestan l a f a n t a s a , elpensamiento a mbiguo, la i m a g i n a c i n ardorosa que, segnopinan, est totalmente fuera de lugar en su trabajo.

A veces experimentamos u na repug nanci a viscera l a introducirnos en ciertos temas porque los asociamos con personajes que nos resultan profundamente a n t i p t i c o s . Otras veces laantipata est entreverada con sentimientos de envidi a o deinferioridad relaci onados con algu ien m s o menos cercanocon quien nos parece entrar en competencia. En la m a t e m t i c afrancesa del siglo XV I I hubo tres personajes especialmenteinfluyentes: Descartes, Pascal y Fermat. Segn parece. Descartes no hacia buenas migas con Fermat y Pascal senta unamarcada aversin hacia Descartes. Es difcil determinar hastad n d e el antagonismo personal influa sobre sus posturascientficas y filosficas.

E n todo caso resulta evidente a cualquiera que se asomecon un poco de a tenc in a su propio patio interior y al foropart icul ar en que ejerce su traba jo que la vida intelectual detodos nosotros es t mucho ms coloreada y mucho msintensamente trai da y llevada por las emociones profundas,confesadas e inconfesadas , de lo que cad a uno de nosotrosquisiera y de lo que corresponde a la clsica imagen delpensador sereno y f r o , seor a lmente imperturbado por laspasiones.


El problema de LucianoLuciano es profesor en la Universidad de Pennton. Acaba

de terminar un trabajo de invesdgacin nada despreciable enuna parcela de su especialidad, las ecuaciones h ipe r b l i c a s .Ser pubhcado en una de las principales revistas del gremio,The Journal of Hyperbolicity. Luciano no lo hace nada mal.Domina perfectamente las herramientas de su hiperblicocampo, conoce a fondo todo lo que se ha publicado, est muybien relacionado con los principales centros de trabajo enecuaciones h ipe r b l i c a s , le llegan bien pronto todas las ondassobre lo que se va haciendo en ecuaciones hiperblicas encualquier parte del globo... Como es joven puede llegar bienalto en su l nea. . . si la sigue con t e sn .

Pero Luciano tiene un problema. Su campo est dominadopor el profesor Messerschmidt de la Universidad de Tychoha-ma, que le cae go r d s imo . Messerschmidt vale mucho. Perosegn piensa Luciano, y con l otros muchos, Messerschmidtest convencido hasta los tutanos de que vale muchsimo msde lo que nadie pueda pensar. Y lo peor es que Messerschmidtparece pretender por todos los medios, limpios y sucios, quenada ni nadie en el campo se mueva sin que Messerschmidtponga en ello su dedo omnipotente. Y por ahora lo estconsiguiendo. Luciano se est asqueando de la hiperbolicidadmesserschmidtiana. E n cada rincn hiperbhco aparece la sombra de Messerschmidt. Es como una pesadilla que le persigue.Luciano est pensando seriamente que el trabajo que haconcluido va a ser el ltimo de su vida en ese campo. Sebuscar otro tajo en el que Messerschmidt no tenga nada quedecir..., si lo encuentra.

Seguramente Luciano se equivocar si toma esta dec i s i n .Su mana contra Messerschmidt le est conduciendo a unaactitud poco razonable. Seguro que las bellezas de la hiperbolicidad, para las que est tan perfectamente preparado, levan a deparar muchos placeres sublimes que le compensarncon creces de las repugnancias que Messerschmidt le puedaseguir produciendo. Por otra parte, tal vez lo que le pase a


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Luciano sea que no est mirando a Messerschmidt desde elngu lo apropiado. Haygente que le ve con s imp a t a y contalante positivo. Existe t amb in la posibilidad de mirarle co nhumor... Y en todo caso Messerschmidt no va a ser infinito enex t en s in ni eterno en du r ac in . . , ,, ,

E l efecto p r c t i c o de estas fuerzas oscuras consiste enimpedimos un a v i s i n m s clara de nuestra s i t u a c i n realfrente a u n problema determinado, dejando que ellas nosconduzcan en nuestro i n t e r s de llegar a una s o l u c i n po rcaminos que sentimos ms agradables y connaturales a nuestr a idiosincrasia, ms bien que po r aquellos que-objetivamentee l problema mismo e s t demandando. Y po r estos caminosindebidos avanzamos tranquilizados por la enorme capaci dadde r a c i o n a l i z a c i n de nuestras tendencias emocionales.

L a n e u t r a l i z a c i n de las consecuencias de estos sentimientos profundos es, posiblemente, un a de las tareas ms dif c i lesde nuestra v i d a intelectual. Ta l vez puedan servir de algunaayuda las consideraciones siguientes:

^ Trata deconocer y estudfar tus posibles sentimientos de repug-"r-: nancia ante lasdiferentes tareas intelectuales. El conocerloses

ya un buen tramo para contrarrestar sus efectos._ Intenta equilibrar tus sentimientos racionalmente, observandoW--sas efectos nocivos, su carencia de mot iv ac in , sus posiblesor genes injustificados.t' Ac t a ocasionalmente de forma directa contra a tendencia queU)\tt rratra.

A veces, tus repugnancias son indicios de tus limitaciones,j '} . 'Observndolas te conocers mejor y podr s insistir en ponerrVr rcmcdo"a e las .


Permaneceatentoa fas transferencias que haces de I^venin a'l una persona determinada al tema en que se ocupalTa i obra^ que realiza. Hay quien puede ser profundamente antiptico,"fj

engredo, vanidoso y muchas ms cosas,y al misino tiempo'ser *capaz de componer maravillosas sinfonas. . ' ,'


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Bloqueos de tipo cognoscitivo

Los bloqueos que afectan ms espec f icamente nuestrofuncionamiento cognoscitivo son probablemente ms f c i l -mente detectables y su tratamiento ms sencillo que el de losbloqueos deorigen afectivo enlos que zonas ms profundas denuestra personalidad se ven implicadas. Es necesario echaruna mirada a susdistintas variedades, tratar dereconocer losque frecuentemente nos afectan co n m s intens idad y procurartener bien presente su posible amenaza en las tareas querealizamos a fin de estar bien prevenidos y poner remedio ene l momento oportuno. Con ello seremos capaces de crearnuevos senderos ennuestra mente que, al reemplazar los viejossurcos, posiblemente defectuosos, nos a y u d a r n a realizar m seficazmente nuestro trabajo intelectual.

Nuest ra tarea cognos citiv a tiene muy preponderantementee l matiz de reso luc in de problemas. Excepto en la puraactividad contemplativa de la realidad, que por otra partet ambin posee una enorme eficacia para nuestra preparac in afinde trans formar la, ejercemos nuestra ac tivi dad cogn os citi vapara hacer algo con esta misma realidad. Esto sepuede entender en sentido ampho como una tarea deresolucin deproblemas. Tenemos delante unproblema cuando desde la si tuacinen queestamos queremos llegar a otra, que conocemos conm s o "menos clar idad , pero desco nocemos elcamino. En estesentido ampli o cualquier tarea co gnos citiva tiene una comp onente de resolucin de problemas.

Bloqueos de tipo cognoscitivo 65

Los bloqueos que a q u consideramos serefieren a dos fasesdistintas de nuestro tratamiento del problema: la percepcindel problema y el ataque al problema. , .,

Di f icu l tades en la pe r c e p c i n del problemaL a primera dificultad importante consiste ennopercibir el

problema. See n t e n d e r bien lo quequiero decir con unejemplo, y creo que tras l estaremos de acuerdo en que estasi tuacin es mucho ms frecuente de lo quepudiera parecer.

E n unpasillo demi casa eramuy frecuente que alguno del a familia tropezase con unas i l l a queall se encontraba. Eratotalmente infrecuente que alguien que pasara por all porprimera vezno tropezase con la s i l l a . Talcomo lo cuentoparece claro que all haba unproblema: la s i l l a estaba malcolocada, el pasillo mal iluminado o ambas cosas sucedan a lavez. Pero cualquiera c o n v e n d r conmigo enque no es e x t r a oque sucediera lo que suele suceder en casos como s t e : quepasaron varios a o s antes deque tuviera lugar una reestructuracin de losmuebles y la s i l l a saliera de aquel sitio.

M u y frecuentemente tenemos una s e n s a c i n difusa demalestar alrededor decierta si tuacin y, com o nonos paramosa analizar qu es loque laest produciendo, continuamos co nella a pesar de lofcil que podr a serponerle remedio. En unaautopista recin estrenada comienzan a ocurrir accidentes enun punto bien determinado. Parece claro tener que empezar apensar que est mal trazada, omal s e a l i z a d a , o las incorpo raciones mal planeadas... y a tratar de corregir las deficiencias.Pero es mu y c o m n echarse lasmanos a la cabeza sobre lavelocidad con que la gente conduce y colo car unos cuantosagentes ental punto para... seguir observando c m o seestrellae l personal.

E n nuestra vida intelectual nos encontramo s a menudo concierta sensac in confusa de ineficacia, deo b s t c u l o , de males-


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tar en torno a alguna denuestras tareas, especialmente las msrutinarias. Nos damos cuenta vagamente de que hay un problema, nos encontramos a disgusto y ni siquiera sabemos loque nospasa. Si nos lo preguntamos expresamente p o d r a m o sdecir incluso que no nos pasa nada porque ni para nosotrosmismos lo s a b r a m o s expresar.

T a l vez reflexionando bien a fondo, con una personaenfrente, l o g r r a m o s descubrir algunos elementos de nuestras i t u a c i n que son causa de nuestra molestia.

C m o tratar de detectar el problema? Nuestra vertientea n m i c a funciona como nuestro cuerpo. E l cuerpo manifiest a aveces molestias, dolores vagos apenas perceptibles, indicios demales ocultos. El e s p r i t u experimenta t a m b i n sentimientosvagos, indiferenciados, diseminados, esparcidos, que a vecesproyectamos en zonas que no tienen nada que ver con suo r g e n real. Como los dolores reflejos que a veces aparecen a l l idonde no hay mal alguno. Estamos de mal humor y nosimaginamos que es por algo que no tiene nada que verco n laverdadera causa. A ratos las p r s a s de nuestro ambiente nosimpiden pararnos y mirar con paz en nuestro i n t e r o r .

E s necesario ejercitarse en la d e t e c c i n de las causas detales molestias, pues muchas veces son tan f c i l m e n t e corregibles como cambiar una s i l l a de sitio. Para ello viene bien:

' i Hacernos conscientes de nuestros obstcufos difusos y, a serposible, crstalizarlos describindolos con palabras.Examinar de vez en cuando nuestras tareas rutinarias y decidirsi nosera mejor reemplazar unas rutinas por otras tal vezmseficaces.

||g Examinar cmo otros se enfrentan con actividades parecidas ycomparar'procedimientos.


Incapacidad de desglosar el prob lemaOtras veces nuestra dificultad en lap e r c e p c i n del proble

m a consiste en la incapacidad de desglosar el problema convenientemente. Nos encontramos de repente ante una tarea quenos parece ingente, inabordable, que supera todas nuestrashabilidades. La vemos como una mole u n i t a r a cuando,muyfrecuentemente, si analizamos la s i t u a c i n con serenidad, se-puede descompo ner enporciones m s sencillas, m s cercanas a: t e s t r a s ; . ^ a p a c i d a d e s y que a d e m s sonabordables separada-men t , . . l i n a a una. . - . > ' -m.m '

^ ,,N ^ amilanar por la aparente magnitud del problema."%>Xrata derdescomponerlo en partes ms sencillas.^2^a cules de ellasson las ms fciles, las ms interesantes, lasms urgentes. ' -

Establece unas prioridadespara ordenar tu accin. Una a una,; las tareas se harn ms llevaderas. ^

Bloqueos en el ataque ai prob lemaE l problema de la informacin que uno debe tratar de

adquirir al enfrentarse con un problema es dehcado, y sepueden cometer equivocaciones tanto por defecto como porexceso. Hay quien piensa que una i n f o r m a c i n exhaustivasobre lo que otros han explorado en r e l a c i n con problemassemejantes es absolutamente n e c e s a r a . A veces este celo essolamente el disfraz de una pereza por poner en marcha lapropia capacidad creativa. Suele ser menos costoso leer yc r t i c a r quepensar a u t n o m a m e n t e . E l resultado es que nuncaacabamos por poner enmarcha lospropios mecanismos autno-


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68 Parapensar mejor

mos de e x p l o r a c i n juzgando que an nos falta por estudiar afondo tal o cual obra fundamental.

Otros en cambio se lanzan inmediatamente por su cuentas in tener la ms m n i m a idea de lo que otros han hecho... paradescubrir un M e d i t e r r n e o tras otro. Como ejercicio de descu-brimiento es muy fructuoso y aconsejable, pero el esfuerzopodria estar mejor empleado en otras tareas.

- Conviene medircuidadosamentel esfuerzo dedicado a la infor-macin previa. Conviene comenzar informado, pero al mismotiempo he de poner coto a miansia de seguridad apoyndome enlo que otros han hecho y estar atento a mi posible tendencia aretrasarmi propia inmersin en el problema escudndome en lanecesidad de una informacin exhaustiva previa.

V i s i n estereot ipadaLa visin estereotipada consiste en ver, ante una s i t u a c i n

determinada, solamente l o que esperamos ver. L a v i s i n este-reotipada, presente t a m b i n en nuestro mecanismo mental,puede constitui r y de hecho constituye a menudo un bloqueoimportante en nuestro tratamiento de los problemas.

Nuestros mecanismos de p e r c e p c i n visual tienen la virtudde almacenar i n f o r m a c i n de tal forma que, puestos delant e deu n estimulo parcial, nos proporcionan las i m g e n e s sensorialesque lo complementan. Este f e n m e n o se puede comprobar conel siguiente experimento sencillo. Pide a otra persona que, conu n papel, te oculte la mitad inferior de una hnea de textoimpresa. A pesar de percibi r un estimulo muy fragmenta riov e r s c m o eres capaz de suplir el resto sin dificultad.

L o s experimentos alrededor de las representaciones de los o b j e t o s i m p o s i b l e s e s t n claramente ocasionados por estacapacidad de nuestra v i s i n . Diferentes porciones de las figu-ras imposibles representan objetos totalmente razona bles y,


vistos aisladamente, nuestro cerebro se encarga de comple-mentar la v i s i n s e g n sus expectativas. Pero las expectativasrazonables acerca de las diversas porciones de la figura soncontradictorias y asi resulta esa s e n s a c i n de conflicto e impo-s i b i l i d a d que se origina. - T ryi 'nttr'

Experiment a con las siguientes figuras. Las llamadas f i gu -ras i m p o s i b l e s no son sino la c o m p o s i c i n de dos figurasparcia les cada una de las cuales evoca en nuestro cerebro unafigura tota lmente pos ible. Sin embargo, las dos figuras evoca -das por cada una de las partes resultan ser incompatibles.

Figura con problema

T a m b i n en nuestra p e r c e p c i n mental se produce estef e n m e n o de a n t i c i p a c i n y de c o m p l e m e n t a c i n de e s t m u l o s .N o s formamos la imagen conceptua l que estamos acost umbra -dos a ver ante un a s i t u a c i n similar.

L a consecuencia es que slo vemos lo que esperamos ver yas i nos incapacitamos para obtener la v i s i n nueva, completay cabal de la s i t u a c i n , que muchas veces es la clave de lar e s o l u c i n del problema .



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Figuras sinproblema

Figura conproblema

Si no se espera lo inesperado no se hallar, dado lo inalcanzabley de difcil acceso que es. (Herclito de feso.)L o s descubrimientos llamados fortuitos, como el de los

rayos X por Roentgen, o el de la p e n i c i l i n a , por F l e m i n g , nos o n realizados simplemente por personas consuerte, sino porquienes permanecen con la mente abierta a lo inesperado. C u n t o s f e n m e n o s semejantes, simplemente interpretadoscomo accidente o desviaciones sin importancia, no se h a b r nproducido en el entorno de quienes s l o vemos lo que espera-mos ver!


Es necesario permanecer abierto aTo extrao, a las desyacrones ,aparentemente inmotivadas de lo que se espera.'ver.En'mocasiones son las que pueden conducirnos avisiones nuevas de larealidad. .

Tendenc ia al j u i c i o c r t i c o . t .-. ,. jx:uOtro de los posibles defectos en nuestro posicionamientc

frente a un problema consiste en dejarnos llevar por nuestrcfacilidad para el juicio crtico. Hay muchos ms c r t i c o s dearteque verdaderos artistas. T a m b i n conrespecto a la a c t v i d a cintelectual nos resulta mucho ms fcil percibir, al menos dtu n modo difuso, losdefectos especificos decualquier tentativade s o l u c i n a un problema que el proponer una mejor. -N o es mal ejercicio el de la c r t i c a bien realizada. Se tratano tan s l o deconstatar queme g u s t a o n o meg u s t a , meparece vagamente quev a l e o q u e no v a l e , sino de e x p r e s ic o n exactitud c u l e s son los rasgos especificos por los que hs o l u c i n propuesta por mi o por otros es buena o mala.

La gran af ic in de RamnR a m n es un verdadero catador de personas humanas.

Dale los nombres de tres conocidos comunes a l y a ti y enmenos de cinco minutos teh a b r diseccionado a cada uno deellos con sus respectivos trabajos ms recientes y te los h a b r clasificado linealmente s e gn elorden de sus m r i t o s hasta elmomento. s t a es sugran aficin en laque seencuentra comopez en el agua. Probablemente en sucabeza sepodria encon-trar el ranking completo ydetallado de los mil mejores exper-tos envuestro campo c o m n de especialidad. Una maravi l lasi n precio para nuestro sistema de oposiciones, concursos.


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72 Para pensar mejor Iconcesiones de becas y d e m s zarandajas a las que somos tanaficionados.

Pero esta aficin de R a m n le ocasiona ciertos problemas.S u mente est tan o c u p a d s i m a con la e va l ua c i n cuidadosa delos mr i tos del p r j i m o que apenas le vale para ninguna otracosa. Por otra parte, cuando se pone l mismo en s i t ua c i n detrabajar activamente en su campo, su cerebro no puede dejarde andar evaluando su p r o d u c c i n al mismo tiempo, de modoque est ms ocupado en determinar el lugar exacto que stat e n d r en la e s c a l a R a mn que en el propio contenido de sutarea. A d e m s , como no puede menos de airear constantemente sus opiniones, resulta que el pobre R a m n se hace msa n t i p t i c o que un dolor de muelas. No hay quien puedasoportarlo. Tal vez a l gn otro con la misma aficin clasif icadora..., mientras no se enzarza con l en el resultado de suscalificaciones.

U n a actitud ms contemplativa y menos cr t ica le ve ndr abien a R a m n . Su capacidad creativa s a l d r a ganando. Y esseguro que l y todos a su alrededor nos s e n t i r a mos muchom s a gusto sin el temor de que R a m n nos ponga una malanota. Q u es lo que R a m n p o d r a hacer? Ante todo hacerseconsciente de las desventajas de su actitud hiperc r t ica . Luego,tomar la dec is in seria de cambiarla. Permanecer atento a sum a n a y modificar activamente su rumbo cada vez que sepesque cayendo en ella. No se r nada fcil, pero ta l vez al irobservando los beneficios que el cambio hacia una actitud mspositiva le reporta, los nuevos surcos se i r n ahondando yde s p l a z a r n a los antiguos.

M u y frecuentemente nuest ra tendenc ia a la c r t i c a es profundamente influyente para cegar en nosotros mismos y enotros las fuentes caudalosas de ideas novedosas que puedenfluir cuando existe una actitud que relega y aplaza el j u i c i oc r i t i c o para su momento oportuno y que sin embargo no seproducen cuando nuestro sentido c r t i c o exacerbado e s t constantemente al acecho para cercenar en su mis mo n a c i miento cualquier germen de idea o r i g i n a l , t i l d n d o l a de f a n -


tasiosa, r idicula, loca, disparatada, ingenua, manifiestamentei n t i l . . . o cualquier otro de los adjetivos que nos sirven paraeste p r o p s i t o .- Es muy necesarioque no te dejes llevar por el exceso de espritu ^

critico, especialmente en esa etapa inicial de acercamiento al '-X' problemacon el deseode obtenerformas originales-d proceder '-'i- con L Aplaza el juicio y tus mecanismos intelectuales globales,

los subconsciente incluidos, estarn ms abiertos paraprestartesu importante contribucin. , s _ ^ . '"i

Rig idez mentalLa rigidez en la utilizacin de diversos procesos de pensa-

miento constituye un tipo importante de bloqueo que nospuede afectar mu y intensamente. L a vari edad de puntos devista, lenguajes, herramientas, con que un mismo problemapuede razonablemente abordarse es inmensa. Y sin embargo,dependiendo de nuestros propios surcos mentales, cada uno denosotros tiende a colocarse ante l preponderant emente deu n a forma particular, m i r n d o l o desde su punto de vistapreferido, con un lenguaje que es el que piens a que manejamejor, con sus herramientas favoritas. Y muy a menu do sintener en cuenta que cuando se trata de resolver un verdaderoproblema, lo importante es el problema mismo y que tal vezciertas herramientas a mi d i s p o s i c i n , aun siendo menos usuales para m, p o d r n resolverlo mucho ms f c i l m e n t e .

A veces procesos a n a l g i c o s sirven para resolver un problema mucho ms eficazmente que procesos a n a l t i c o s . E lproblema de la m i e l y la mosca es un buen ejemplo para pone resto de manifiesto. En un punto de la pared i nteri or de un

-vaso c i l i n d r i c o hay una gota de m i e l . En un punto exterior delvaso se ha posado una mosca. s t a quiere llegar lo msr p i d a m e n t e posible a la m i e l , andando primero por la paredexterior, pasando por el borde del vaso hacia la pared interior y

^00M 74 Para pensar mejor t r Bloqueos de tipo cognoscitivo 75


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"^0^ andando despus por la pared interior hacia la miel. C u l es la^ trayectoria ms corta posible? En t r m i n o s m a t e m t i c o s se

trata de un problema bastante serio. Pero si decidimos proce-" ^ ^ der con sentido p r c t i c o , podemos hacernos una copia del

vaso con una cuartilla de papel suficientemente transparente,^ ^ g ^ S e a l a m o s a c o n t i n u a c i n en la cuartilla los puntos en los que

^ se encuentran la mosca y la m i e l . Desenrollamos la cuartilla yresolvemos el problema sobre e l la : c m o llegar lo ms r p i d a - ^ ^ ^ mente posible de un punto a otro de la cuartilla pasando por

^ta*^ el borde. Un proble ma sencillo de r e f l e x i n . Volvemos a^0^ enrollar la cuartilla sobre el vaso y tenemos s e a l a d o en e l l a el

camino ms corto que b u s c b a m o s .' ^ ^ ^ Ot ro ejemplo interesante en que este tip o de pensamient o" ^ ^ ^ resulta mucho ms eficaz es el P r o b l e m a de J o s e p h u s que

tendremos o c a s i n de ver ms adelante.Ppncelet, en el siglo X I X , introdujo m t o d o s g r f i c o s donde

1 los m t o d o s anahticos resultaban extraordinariamente pesa- dos y lentos. Co n ello i n v e n t la g e o m e t r a descriptiva, que

' ^ ^ ^ hasta tiempos muy recientes en que el d i s e o asistido porordenador la ha superado ampliamente, ha sido una de lasherramientas cotidianas de la i n g e n i e r a , arquitectura y otrast c n i c a s .

I E n ocasiones el lenguaje m a t e m t i c o es el adecuado, perot a m b i n resulta a veces que considerac iones mucho m s sim-

^i^^k pies del sentido c o m n resuelven el problema sin esfuerzo.^^ ^1 La clara l e c c i n que resulta de tales consideraciones es la

siguiente:

En la bsqueda de vas y mtodos de tratamiento de un problema, el problema mismo debe ser el que mande, no las formas de. p-oceder que a ti te resultan ms famiilares. Concede a otrasformas de pensar, a otras herramientas menos usuaes. a otros

"lenguajes distintos. !a oportunidad de demostrar su eficacia encada caso.

U n a c a r a c t e r s t i c a general de la acti vidad menta l a la queestamos acostumbra dos en nuestra" cultu ra occide ntal noscoloca en franca desventaja en ciertas ocasiones. Consis te en laacusada tendencia a conceder una primaca absoluta a losprocesos y esquemas lgicos sobre los intuitivos.

L a l g i c a es una buena estructura mental para colocar unaencima de otra nuestras ideas, pero resulta de una pobrezabastante patente para el descubrimiento de nuevos universosmentales.

L a i n t u i c i n no se debe concebir como una especie deregalo arbitra rio de las musas. L a i n t u i c i n se puede cultivaractivamente. En primer lugar dejando a un lado la c o n v i c c i nexistente en muchos de nosotros de que el x i t o ante unproblema mental e s t garantizado mediante la pura informac i n y la mera e l a b o r a c i n f r r e a de los datos . Y en segundolugar tratando activamente de o r los mecanismos mentales noconscientes que todos poseemos y que se ponen en marchac o n el intenso deseo de resolver un problema. Para ello sedeben establecer pausas de a t e n c i n a los posibles resultadosde la e l a b o r a c i n inconscient e, como ms adelante tendremoso c a s i n de practicar, al tratar de la i n c u b a c i n como procesofavorecedor de los procesos mentales subconsci entes.

No te dejes llevar por la tendencia a utilizar la herramientaintelectual que t manejas mejor. Atiende ms bien al problema _mismo y ante l pregntate a qu tipo de herramientas ceder Sms fcilmente. i .

--''.'"rT^ocura utilizar todos tus mecanismos cognitivos ante un proble- f''tm-'qae se te resiste, los conscientes, ios subconscientes, los j sensoriales... i?Desconfa de las tendencias que tu propia especjai i /ac in te h' , siigierar/ i

KC. r^f - V - :^ . . ,


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5Bloqueos culturales yambientales

J . F A B I N F O N T O U R A . . .Prof. de M a t e m t i c a ^ '

L o s do l os del f o r oL o s que Francis B a c o n llamaba dolos delforo son los

bloqueos queprovienen d e l comercio y la comunidad de losh o m b r e s , esdecir, son las formas depensar que nos transmitimos unos a otros a t r a v s del tiempo y mediante nuestrac o m u n i c a c i n . Son lasmodas, las formas e s pe c f i c a s de pensarprevalentes en nuestro ambiente que nos i n f l uye n de modosm u y sutiles entrando a formar parte de nuestra propia estructura mental de tal manera que, sinsentirlo, noshacen actuars e g n esquemas que no son siempre los ms efectivos ni sonlo s queprobablemente a d o p t a r a m o s si t u v i r a m o s queinvent r n o s l o s nosotros mismos.

A l explorar las distintas formas posibles debloqueos afectivos y cognoscitivos hemos tenido o c a s i n de tropezar con algunos tipos de influencias extemas que los pueden causar. A con-t i u a c i n vamos a tratar de poner de reheve brevemente unascuantas maneras en las que de modo ms o menos patentepodemos ser negativamente influenciados en nuestra actividad.

L a sab i du r a popu la rLa sabidura popular es muy respetable. Representa la

experiencia colectiva de toda una comunidad humana. Sua s i m i l a c i n nos hace capaces de c o n v i v i r y anticipar las for-

Bloqueos culturales y ambientales 77

mas de r e a c c i n que podemos esperar en nuestro entomo.Pero no es infrecuente que las m x i m a s de la sabiduria popul a r , servilmente seguidas, constituyan una verdadera obstrucc i n en el camino hacia la r e s o l u c i n o r i g i n a l de ciertosproblemas.

A q u tienes unos cuantos consejos del sentir ambiental , queaun siendo fundamentalment e sanos, en ocasiones puedenconvertirse en potentes o b s t c u l o s .

Busca la respuesta correcta. Sepresupone a menudo quel a respuesta correcta es n i c a , lo que es frecuentemente falso,incluso en las ciencias quemejor definen sus problemas, comolas m a t e m t i c a s . Po r tanto.

Ante un problema concreto no te contentes con ia primerarespuesta, aunque sea correcta.Trata de buscar varias respues-tas correctas.

5 0 no es lgico. Como si los saltos l g i c o s , las paradojas, la f a n t a s a , la i m a g i n a c i n , las intuiciones no fueran c a m i -nos mucho ms poderosos que la mera l g i c a en multitud deproblemas. Por e l l o .

En la fase inicial de encaramiento con un problema,concdeteuna buena oportunidad de volar libremente, por encima deplanteamientos lgicos, djate llevar por conjeturas imaginativas, por tufantasa... Qu buenosera que...!Ya vendr msadelanteel tiempodelrigory del examenlgico de tus grmenes desolucin.

Sigue las normas. Las normas ayudan a establecer mti-nas eficaces... hasta que flega un momento en que se hacenineficaces y perjudiciales. No es f c i l determinar ese momento,pero hay que estar prevenido.


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78 Parapensar mejor

.Ante una norma, una forma rutnaria de proceder, pregntate ypregunta a los dems: En qu circunstancias se origin? Qu se

' pretenda? Siguen siendo vlidas las condiciones que la originaron? Siguen siendo deseables los fnes? Aqu y ahora no sepuede conseguir lo mismo de otro modo?

Hay que ser prcticos. C o n t e m p l a c i n , a b s t r a c c i n , espe-c u l a c i n , e n s o a c i n , a m b i g e d a d . . . , no son actividades men-tales que e s t n muy de moda, sobre todo en ciertos circuios.Y sin embargo, de ellas han depe ndido fundamentalmente losgrandes avances del pensamiento humano, incluso en regionesde l, como las ciencias, en las que a muchos les p a r e c e r a quepintan poco.

k sus 16 a o s Einstein fantaseaba sobre la pos ibi hda d detrasladarse en un ascensor a la misma velocidad de la luz. Detales f a n t a s a s s u r g i r a unos a o s d e s p u s la t e o r a de la relati-vidad.

Cultiva activamente a imaginacin , tu capacidad de fantasear.Si para resolver un problema va a ser precisa una idea nueva,por definicin sta no surgir examinado meramente las que

, hay, sino imaginando ias que no hay.' :*- Las situaciones reales son complejas, profundas, ambiguas,

admiten muchos puntos de vista. Cultiva la contemplacin de laambigedad y profundidad. La analoga , la metfora, el humor

' son magnficos instrumentos para ello.VA juego, el espritu 'iico, no s?o para nios. Como Leibnizdeca: Nunca son os hombres ms ingeniosos que en la i ve. -ciii de sus juegos. Cultiva en io posibie a actitud ldica en tu.misma actividad profesional. Juega con tus problemas.

Bloqueos culturales y ambientales 79

L as ideas inertesA l f r e d N . Whiteh ead, uno de los filsofos ms importantes

d e l siglo X X , en su discurso The Aims of Education, de 1916,d i o una v i s i n muy certera del efecto de lo que l l l a m ideasinertes en la e d u c a c i n . .. .

. , - - . . ..-> . , -

i : A l introducir a un n i o en la actividad mental, ante todotenemos que guardarnos de lo que yo l l a ma r ideas inertes,es decir, ideas que meramente son recibidas en ia mente sinser utilizadas, o contrastadas, o incorporadas en combina-ciones nuevas.E n la historia de la e duc a c i n el f e nme no ms Uamadvo esque escuelas de aprendizaje, que en una poc a e s t n vivas yc on un fermento de genio, a la ge ne r a c i n siguiente mani-fiestan mera pe da n t e r a y rutina. La r a z n consiste en quese han sobrecargado de ideas inertes. La e duc a c i n conideas inertes no es solamente int i l : es, sobre todo, d a i n a ,corruptio optitni, pessima. Exceptuando raros intervalos defermento intelectual, la e duc a c i n en e: ^ s a d o ha estadoinfectada en su raz con ideas inertesCada r e vo l uc i n intelectual que ha sacudido la humanidadl e v a n t n d o l a hacia su grandeza ha sido una apasionadaprotesta contra las ideas inertes. D e s p u s , por desgracia,p or una p a t d c a ignorancia de la psicologa humana, haprocedido, por medio de a l gn esquema educacional, a ligarde nuevo a la humanidad con ideas inertes de su propioc u o .

L a marca i n e q u v o c a para reconocer una idea inerte es suincapacidad para poner la mente en a c c i n , se trata de unaidea meramente recibida sin ser utilizada, ni contrastada, n i in -corp orad a en combinacio nes nuevas. U n cierto lastre deideas inertes es inevitab le. Ideas vivas y activas en una genera-c i n , la de los maestros, pueden pasar a ser inefectivas para lade sus alumnos por la e v o l u c i n natural de la cultura, cadav ez ms r p i d a m . e n t e cambiante. . . / .

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Ha y ejemplos claros en nuestra actual enseanza elementalde los que slo quisiera indicar uno. Hace cuarenta aos tenasu sentido insistir en el aprendizaje con seguridad y rapidezdel clculo mental: largas sumas, multiplicaci ones y divisionesde grandes n m e r o s . U n a fuerte dedicac in a este ejercicio dea tenc in y memoria estaba bien empleada. Ho y la s i tuac in esmuy diferente. Pocos son los adultos en nuestra sociedad quehacen largas multipl icaciones y divisiones con papel y l p i z ,a tenc in y memori a. Y sin embargo, en la ma yo r parte denuestras escuelas se siguen invirti endo largos meses en adq ui-rir unas rutinas que el nio que las adquiere no va a utilizar.M s le valdria simplemente emplear una pequea porc in delesfuerzo realiza do en aprender a estimar aproxi mada mentel a magnitud de los n m e r o s que pueden resultar a fin de con-trastar que el n m e r o que su calculadora le propor ciona in-mediatamente es razonable. E l esfuerzo y el tiempo sobra n-tes se podri an invert ir en otros menesteres m s adecuados y t i l e s .

A l contrario de lo que muchos parecen pensar, la humani-dad progresa gracias a que va relegando multitud de procesosque se van convirtiendo en rutinarios y a u t o m t i c o s a losmeca nismos reflejos del hombre o, mejor a n , a las diferentesmaqu ina ria s extemas a l que se van fabricando. Trat ar deentender, cada vez que necesitamos hacer una cuenta, culesson los fundamentos de nuestro mo do de proceder , es inti l yperjudicial y equivale a trasladarnos a etapas del pensamientoya hace tiempo superadas.

La s ideas inertes son, en gran parte, juntamente con mu-chos de los procesos mentales altamente ineficaces con los quenuestra educac in nos va equipando, las culpables del senti-miento de f rus t rac in e inutilidad que tantos de nuestrosalumnos experimentan. Su efecto consiste en inducirnos aarrostrar cualquier problema que cae en su esfera de influenciabajo puntos de vista obsoletos o mediante tcnicas estriles einadecuadas.

El antidoto contra las ideas inertes consiste en reconocerlas y "tratar de experimentar su inefcaca y ia conveniencia de susustitucin, haciendo fuerza contra nuestra tendencia espont- ]V .nea a mantener la seguridadque falsamente pensamos que ellas 'nos proporcionan.

para pensar mejor - cap. 1 al 5

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