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ese La mayor parte de los suelos europeos acumulan carbono: los suelos de los pastizales y los terrenos forestales actúan como sumideros y captan hasta 100 millones de toneladas de carbono al año. DOSSIER AGRICULTURA ECOLÓGICA APLICACIÓN DE PRINCIPIOS AGROECOLÓGICOS PARA EL MANEJO DEL SUELO Y LA MITIGACIÓN DEL CAMBIO CLIMÁTICO Agricultura ecológica y manejo del suelo, adelantándose a las políticas de protección El suelo es uno de los soportes de la vida en el planeta, pe- ro su importancia no está siendo debidamente considerada; la falta de una política de protección específica, y la disper- sión de acciones en la legislación comunitaria y nacional no Dra. Juana Labrador. Dra. de Biologia. Escuela de Ingenierías Agrarias. Universidad de Extremadura. están contribuyendo a poner freno a su degradación. Mo- delos de producción como la agricultura ecológica dirigen la mayor parte de sus prácticas hacia la conservación del suelo de cultivo adelantándose a la necesaria regulación. L a importancia que tienen los suelos para el mantenimiento de la vida en el planeta es algo que no deja lugar a la duda. En ellos se producen nuestros alimentos, se filtra, depura y se con- serva el agua, en ellos desarrollamos nues- tras actividades laborales y lúdicas, son guar- dianes de una historia propia ligada a la de la humanidad y reserva genética del poten- cial que plantas y organismos han utilizado para adaptarse a un medio ambiente cam- biante. La edafología define el suelo como un sistema complejo órgano-mineral, no re- novable a corto plazo, situado entre la atmós- fera y la litosfera, capaz de permitir la vida y la existencia de todos los ecosistemas terres- tres y de las actividades asociadas. Si nos centramos en los suelos de culti- vo, la mayoría de los procesos que forman parte de la dinámica de los agrosistemas tie- nen al suelo como centro regulador crítico; en esta afirmación confluyen aspectos liga- dos con su vulnerabilidad, con su lenta for- mación y renovación y con el reconocimiento de los múltiples servicios que presta el sue- lo al ser humano. En las últimas décadas, el estudio del suelo ha estado ligado a las necesidades de la agronomía, por lo que no nos debe extra- ñar que su conocimiento y la interpretación de su dinámica en el manejo agrario, estu- viera guiada mayoritariamente por criterios productivistas. Aumentar los rendimientos agrícolas era el primer objetivo que dirigía el manejo del suelo en un modelo agrario basa- do en principios similares a los de cualquier actividad industrial. Las consecuencias de esta forma de ac- tuar sobre los suelos de cultivo, unida a la pre- sión de otras actividades humanas no agrícolas y diversos procesos de carácter natural, han ge- nerado graves problemas de degradación, que además divergen de unos lugares a otros. El Convenio de las Naciones Unidas de Lucha Contra la Desertificación (CNULCD) aprobado en octubre de 2004 define el pro- ceso de desertificación como «la degrada- ción de las tierras de zonas áridas, semiári- das y subhúmedas secas resultante de di- versos factores » . Los procesos de degradación incluyen entre otros: la erosión hídrica y eólica del suelo, la salinización y sodificación, el sellado y la compactación, la pérdida de materia orgánica, la pérdida permanente de cobertura vegetal y la dismi- nución de la biodiversidad. (1/ Mayo/ 2010) VidaRURAL

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Page 1: PARA EL MANEJO DEL SUELO Y LA MITIGACIÓN … · versos factores » . Los procesos de degradación incluyen entre otros: la erosión hídrica y eólica del suelo, la salinización

ese

La mayor parte de los suelos europeos acumulan carbono: los suelos de los pastizales y los terrenos forestales actúan comosumideros y captan hasta 100 millones de toneladas de carbono al año.

DOSSIER AGRICULTURA ECOLÓGICA

APLICACIÓN DE PRINCIPIOS AGROECOLÓGICOS PARA EL MANEJO DEL SUELO Y LA MITIGACIÓN DEL CAMBIO CLIMÁTICO

Agricultura ecológica y manejodel suelo, adelantándosea las políticas de protecciónEl suelo es uno de los soportes de la vida en el planeta, pe-ro su importancia no está siendo debidamente considerada;la falta de una política de protección específica, y la disper-sión de acciones en la legislación comunitaria y nacional no

Dra. Juana Labrador.

Dra. de Biologia. Escuela de Ingenierías Agrarias.Universidad de Extremadura.

están contribuyendo a poner freno a su degradación. Mo-delos de producción como la agricultura ecológica dirigenla mayor parte de sus prácticas hacia la conservación delsuelo de cultivo adelantándose a la necesaria regulación.

L

a importancia que tienen los suelospara el mantenimiento de la vida enel planeta es algo que no deja lugara la duda. En ellos se producen

nuestros alimentos, se filtra, depura y se con-serva el agua, en ellos desarrollamos nues-tras actividades laborales y lúdicas, son guar-dianes de una historia propia ligada a la dela humanidad y reserva genética del poten-cial que plantas y organismos han utilizadopara adaptarse a un medio ambiente cam-biante. La edafología define el suelo comoun sistema complejo órgano-mineral, no re-novable a corto plazo, situado entre la atmós-fera y la litosfera, capaz de permitir la vida yla existencia de todos los ecosistemas terres-tres y de las actividades asociadas.

Si nos centramos en los suelos de culti-vo, la mayoría de los procesos que formanparte de la dinámica de los agrosistemas tie-nen al suelo como centro regulador crítico;en esta afirmación confluyen aspectos liga-dos con su vulnerabilidad, con su lenta for-mación y renovación y con el reconocimientode los múltiples servicios que presta el sue-lo al ser humano.

En las últimas décadas, el estudio delsuelo ha estado ligado a las necesidades dela agronomía, por lo que no nos debe extra-ñar que su conocimiento y la interpretación

de su dinámica en el manejo agrario, estu-viera guiada mayoritariamente por criteriosproductivistas. Aumentar los rendimientosagrícolas era el primer objetivo que dirigía elmanejo del suelo en un modelo agrario basa-do en principios similares a los de cualquieractividad industrial.

Las consecuencias de esta forma de ac-tuar sobre los suelos de cultivo, unida a la pre-sión de otras actividades humanas no agrícolasy diversos procesos de carácter natural, han ge-nerado graves problemas de degradación, queademás divergen de unos lugares a otros.

El Convenio de las Naciones Unidas deLucha Contra la Desertificación (CNULCD)aprobado en octubre de 2004 define el pro-ceso de desertificación como «la degrada-ción de las tierras de zonas áridas, semiári-das y subhúmedas secas resultante de di-versos factores » . Los procesos dedegradación incluyen entre otros: la erosiónhídrica y eólica del suelo, la salinización ysodificación, el sellado y la compactación,la pérdida de materia orgánica, la pérdidapermanente de cobertura vegetal y la dismi-nución de la biodiversidad.

(1/ Mayo/ 2010) VidaRURAL

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La estrategia más eficaz para impedir la pérdida global de carbono del suelo sería detener este proceso de conversión detierras forestales y de pastos a tierras agrícolas, pero esa política podria entrar en conflicto con la necesidad de satisfacer lacreciente demanda global de alimentos.

DOSSIER AGRICULTURA ECOLÓGICA

Los riesgos inmediatos y futuros, no sólose producen sobre la sostenibilidad de lossistemas agrarios sino sobre la de otros ám-bitos de interés común como la calidad delagua, el cambio climático, la biodiversidad,la salud humana y la seguridad alimentaria.

Debido a la importancia de la edafosfera,la verdadera raíz del problema radica en queestamos alterando los procesos que son elsoporte de la vida del planeta y con ello es-tamos reduciendo su capacidad para man-tener de forma segura la propia vida.

Necesidad de unapolítica de proteccióndel suelo

Hasta la fecha, el suelo no ha sido obje-to de una política de protección específica anivel comunitario y las propuestas de la Co-misión Europea al Parlamento y al Consejopara la adopción de una Directiva propia, convistas a establecer un marco comunitario pa-ra la protección de los suelos, ha mostrado laincorfomidad de algunos de los Estadosmiembros.

Dispersas en la legislación comunitaria sepueden encontrar medidas que hacen refe-rencia a la protección del suelo, de ahí queexistan diferentes políticas comunitarias quepueden contribuir a esta protección. Éste es elcaso de muchas disposiciones de la vigentelegislación comunitaria de medio ambiente-agua, residuos, productos químicos, preven-ción de la contaminación industrial, plaguici-das, etc.-, o en acciones como la condicio-nalidad que introduce algunos ámbitos deprotección del suelo agrícola en la PolíticaAgrícola Común reformada, así como en laPolítica de Desarrollo Rural de la UE -las me-didas agroambientales, en particular-.

Sin embargo, las actuales disposiciones,debido a sus diferentes objetivos y alcancesy a que, a menudo, están concebidas parasalvaguardar otros ámbitos del medio am-biente, proporcionan, aunque se apliquenplenamente, una protección fragmentada eincompleta, ya que no cubren todos los sue-los, ni todos los diferentes usos, ni todas lasamenazas detectadas.

Esta falta de coherencia en los regíme-nes de protección del suelo en los Estadosmiembros alcanza no sólo al suelo como re-curso ambiental, sino que puede afectar a la

competitividad de los operadores económi-cos que se desenvuelven en marcos jurídicosdiversos y que tienen el suelo directa o indi-rectamente implicado en su actividad.

En la Comunicación 2002/179 el Con-sejo considera que «el funcionamiento apro-piado del mercado único, puede requerirtambién un planteamiento común en la polí-tica de suelos, de manera que su proteccióny remedio a todos los niveles pertinentespuede también afectar a la competitividad».

La prueba evidente de lo inoperante delas mismas es que el suelo sigue degradán-dose. Por lo tanto, es necesario abordar suprotección desde un enfoque integrado. Eneste sentido, la Comisión Europea elaboró ypublicó la comunicación COM (2002) 179con la intención de equiparar las políticas deprotección del suelo con las existentes en elentorno del agua y la atmósfera.

En el documento 2006/0086 (COD) laComisión Europea expresa que: «el suelo de-be utilizarse de manera sostenible a fin depreservar su capacidad de prestar serviciosecológicos, económicos y sociales, mante-niendo, al mismo tiempo, sus funciones, demodo que pueda satisfacer las necesidadesde las futuras generaciones».

Como resultado de esta iniciativa surgióla comunicación COM (2006) 231 final "Es-trategia temática para la protección del sue-

lo" -y de la misma manera que se promovióla Directiva Marco en el Sector del Agua(2000/60/CE)- la propuesta de Directiva delParlamento Europeo y del Consejo2006/0086 (COD) por la que se estableceun marco para la protección del suelo y semodifica la Directiva 2004/35/CE.

Esta propuesta de Directiva, pretendía darforma a una estrategia común reforzada porun marco legislativo efectivo y coherente quefijara principios y objetivos comunes para ga-rantizar la protección y el uso sostenible delsuelo en la UE, teniendo como principios rec-tores: la preservación de las funciones delsuelo, la prevención de la degradación, la mi-tigación de los efectos de la degradación y larestauración de los suelos degradados. EstaDirectiva recomienda a los Estados miembrosy a las instituciones comunitarias que debenintegrar la protección del suelo en otras polí-ticas sectoriales que puedan tener una inci-dencia importante en aquél, especialmente laagricultura, el desarrollo regional, los trans-portes y la investigación, estableciendo unmarco y unas acciones comunes.

El Parlamento Europeo aprobó la pro-puesta de Directiva en primera lectura ennoviembre de 2007, pero la propuesta que-dó bloqueada después en el Consejo de Me-dio Ambiente de diciembre de 2007, cuandoAustria, Francia, Alemania, Países Bajos y

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Las consecuencias de ciertas formas de actuar sobre los suelos de cultivo, unida a la presión de otras actividades humanasno agrícolas y diversos procesos de carácter natural, han generado graves problemas de degradación.

Respetuosos con el medio ambiente

C/ Gonzalo de Córdoba, 2° - 2 a . Edificio Oporto, 28010 - MadridTel.: +34 91 591 43 90- Fax: +34 91 444 00 97 [email protected]

Reino Unido votaron en su contra -Españaha defendido siempre con rotundidad la ne-cesidad de un marco legislativo sobre pro-tección de suelos-. En este momento, y apesar de las evidencias científicas que de-muestran la necesidad de una política euro-pea que salvaguarde el recurso suelo, la pro-puesta de la Comisión sobre una DirectivaMarco de protección del suelo sigue blo-queada.

La negativa de los Estados miembros res-ponde a la propuesta de que, aún aceptán-dose la necesidad de tomar medidas urgen-tes para la protección del suelo, esto no im-plica que esas medidas deban adaptarse ala escala comunitaria -por falta de compe-tencia, presiones políticas u otros intereses-por lo que, independientemente de las com-petencias comunitarias, las medidas legisla-tivas deberían ser adoptadas a nivel de losEstados miembros.

Sin embargo, las consecuencias de ladegradación del suelo de cultivo tienen unadimensión transfronteriza. Esto se ve clara-mente en la implicación del suelo en proble-mas globales como el aumento y mitigacióndel cambio climático, en la contaminaciónde las aguas o en la pérdida de calidad delos productos cultivados en suelos enfermosde determinadas zonas que se venden a mi-les de kilómetros afectando a la salud deotros consumidores. Además, esto tambiénha contribuido a que la sociedad comiencea cuestionarse si la fragmentación y la inco-herencia de determinadas decisiones políti-cas son eficaces.

Para los casos de competencia compar-tida como es la Política de Medio Ambiente elTratado de Amsterdam establece en su artí-culo 5 el Principio de Subsidiaridad en el que

se expresa que «la Comunidad sólo interven-drá en la medida que los objetivos de la ac-ción pretendida no puedan ser alcanzadosde manera suficiente por los Estados miem-bros y por lo tanto puedan lograrse mejor aescala comunitaria».

Por lo tanto, el carácter transnacional delsuelo y del conjunto de las amenazas al mis-mo y las medidas de protección para frenar-las en términos generales -desde el punto devista ambiental y desde una perspectiva demercado interior- no dejan lugar a duda, deque debe ser la Comunidad basándose en elprincipio de subsidiaridad -y más concreta-mente siguiendo el Protocolo más detalladode ese principio- la que debería sacar ade-lante esa Directiva.

Agricultura ecológicay protección del suelo

La lectura de la propuesta de Directiva,nos reafirma en la idea de que la causa másimportante de la degradación y la pérdida desuelo, es la actividad agraria industrial.

Y aunque en los últimos años han surgi-do en nuestro país modelos de gestión agrí-cola que "venden" sostenibilidad -como laagricultura de conservación o la integrada-,basados en los mismos planteamientos pro-ductivistas que la agricultura industrial pero"suavizando" algunas técnicas de manejo,ninguno de ellos contempla la protección delsuelo desde una perspectiva global.

En este momento, la complejidad del sue-

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Una de las prácticas de manejo que ayuda a asegurar una mayor eficiencia en la dinámica e interacción de los componentesde suelo es el mantenimiento de suelos cubiertos mediante mulching o cubiertas vegetales vivas.

DOSSIER AGRICULTURA ECOLÓGICA

lo como sistema que tiene como condiciónobligada la existencia de la vida y la aplica-ción de este conocimiento al diseño de mo-delos agrarios eficientes para poner freno ala degradación del suelo sólo es abordada deforma integral por modelos de gestión agrariabasados en premisas agroecológicas como esla agricultura ecológica.

La agroecología, es una disciplina cientí-fica que propone un enfoque de la agricultu-ra más ligado al medio ambiente y más sen-sible socialmente, centrado no sólo en la pro-ducción sino en la estabilidad ecológica delsistema de producción.

En la práctica, la aplicación de principiosagroecológicos para el manejo de los agro-sistemas se centra sobre dos pilares funda-mentales: el manejo orgánico del suelo y elmanejo de hábitats diversificados. Centrán-donos en el suelo de cultivo, en el proceso dereconversión a la producción ecológica, sumanejo debe pasar por un proceso de transi-ción que secuencialmente promoverá:e La eliminación de agroquímicos a través

de estrategias de prevención y control.El rediserio del sistema de cultivo y de lavegetación no cultivo, así como de cu-biertas, aportes orgánicos y minerales, la-boreo y riego.La utilización cuando sea necesario y pa-ra compensar a las prácticas de manejo,de insumos permitidos y recogidos por losReglamentos 834/2007 y 889/2008.A lo largo de las tres fases se guía el mane-

jo del suelo con el objetivo de asegurar la ma-yor eficiencia en la dinámica e interacción desus componentes, procurando el aumento dela materia orgánica como fuente de biomasa ycomo carbono orgánico en el suelo, la vida enel suelo -organismos y sistemas radiculares-,la agregación y la estabilidad estructural.

De esta manera, los objetivos del mane-jo ecológico del suelo se enfocan hacia elaumento de:e La biodiversidad edáfica, así como de las

interacciones en redes tróficas.II La cantidad y diversidad de la produc-

ción de biomasa para aportar.II La materia orgánica en todas sus formas,

así como su biotransformación.La dinámica de los ciclos biogeoquími-cos de los nutrientes minerales.La agregación y la estabilidad de la es-tructura.

La eficiencia en la conservación del aguay en la dinámica de los gases.La fijación del carbono y la disminuciónde gases con efecto invernadero.Las prácticas de manejo que permiten la

consecución de estos objetivos estarán rela-cionadas con:I Los aportes de materia orgánica de cali-

dad en forma de estiércol compostado,compost vegetales, restos de cosecha yabonos verdes, y la diversificación deesos aportes.

I El diseño de cultivos con fines fertilizan-tes -policultivos en rotación o asociación,implantación de praderas, setos de árbo-les y arbustos, manejo de adventicias-.El mantenimiento de suelos cubiertosmediante mulching o cubiertas vegetalesvivas.El aporte de abonos organominerales ominerales que han sufrido sólo transfor-mación física adecuando estos últimos alos desequilibrios que pueda presentar elabonado orgánico, a estados de recon-versión y a períodos críticos de deficien-cias nutritivas o mayores necesidades enla fisiología del vegetal.

e El control del laboreo -limitado a un mí-nimo de labores- con la utilización deaperos que no volteen la tierra en pro-fundidad, que favorezcan el picado de los

restos de cosecha y la mezcla superficialo que permitan labores someras con elcultivo implantado.El control del riego, procurando mitigarcon la cubierta del suelo el golpeteo di-recto del agua, o los procesos de enchar-camiento.

e La implantación cuando sea posible desistemas mixtos -agroforestales, agroga-naderos, etc-; teniendo un control ex-haustivo sobre la carga ganadera.La recuperación y conservación del pai-saje agrícola procurando el menor impac-to con la integración de las actividadesproductivas en el mismo.La adopción de medidas puntuales es-pecíficas para la conservación del suelo yel agua como el laboreo siguiendo lascurvas de nivel, la realización de terrazasde absorción y zanjas de infiltración, elcontrol de las cárcavas, la disposición desetos vivos, etc.En estos momentos, mientras se vuelve

a abrir el debate sobre la importancia de le-gislar la protección del suelo, no está de másadelantarnos a las amenazas a las que estásometido mediante actuaciones directas quegeneren agroecosistemas más maduros consuelos más fértiles; agrosistemas que pre-sentan un alto grado de estabilidad, en am-bientes cambiantes. •

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