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2 LA PROVINCIA OPINION z, Universitat Autónoma de Barcelona Biblioteca d'Humanitats Lunes, 22 de marzo de 1999 1 LA PROVINCIA Diario fundado en 1911 por D. Gustavo J. Navarro Nieto EDITORIAL PRENSA CANARIA, S.A. Depósito Legal: G.c. 717/1968 DIRECTOR DIEGO TALA VERA ALEMÁN Subdirector _ Angel Tristán Pimienta Redactores-Jefe: - Francisco J. Cárdenes, Antonio Cruz Domínguez, Vicente Guerra y Laureano Pérez Cabrera Jefes de Sección: Javier Durán (Sociedad/Cultura),Antonio G. González (Reportajes), José Hernández (Deportes), Pedro Hemández (Cierre), MichelJorge Millares (Bconomía'laboral), Andrés Peña (Región) y Julio Rodriguez (Diseño) . ADMINISTRADOR:AURELIO ROMERO Director Comercial:José Alberto Jiménez Jefe de Poblicidad: Pedro Cullen Figueroa A BABOR Francisco Pomares Oferta de mala conciencia A hora quieren buscarle Un puesto a Olarte en la Administración (o en la gallera Mon- gomo, vaya usted a saber), para que Olarte se la pase entretenido y no le dé por Dimas. Mauricio elijoayer en los perióelicos que, dado que 01arte se niega a irse a Europa, pues hay que buscarle una función tipo Luis Hernández o una de esas canonjías que consigue Coalición en las empresas públicas para solaz y entrete- nimiento de enchufados. Hizo tales declaracio- nes, en rueda de prensa, pocos minutos después de que todos los dirigentes de Coalición expli- caran en la tribuna de oradores del Alfredo Kraus lo mucho que Coalición le debe a Lorenzo Olarte. Pues si tanto se le debe al hombre, la. verdad es que pagarle con un consejo de Administración , parece bien poquita P cosa. Hay gentes que retender com- piensan que -ya que todo se compra y pensar a Olarte por todo se vende-, tam- haber perdido es bién se puede pagar o cobrar por todo. sólo una forma' Pero lo que vale para in d eeorosa d e algunos no sirve para otros. Lo mejor que lamerse las heridas podrían hacer con que produce la mala Lorenzo Olarte es dejarle en paz que conciencia concluya su etapa como vicepresidente, que ya sabrá él luego qué es lo que tiene que hacer. Si algo resulta consustancial a la democracia, ese algo es que no hay canonjías eternas. Tras la muy elegante retirada de Manuel Hermoso (uno que se adelantó a la 'revuelta de los coroneles') Olarte podría haber sido candidato a la presidencia del Gobierno, incluso podría haber sido presidente. Pero se decidió que no lo fuera. En política, el riesgo de no resultar nominado es un riesgo que se asume antes incluso de dar los primeros pasos para ser elegido. Pretender compensar a Olarte por haber perdido este episodio es sólo una forma indecorosa de lamerse las heridas que produce la mala conciencia. Si además la oferta parte de un partido -ICAN- que hasta el mismo viernes por la maña- na (Olarte sólo anunció su renuncia el viernes por la tarde) seguía pieliendo públicamente su cabeza, la oferta de 'compensación' es entonces una burla refinada. Olarte ha estado los últimos veinticinco años de su vida dedicado a la política. De ese tiempo, una parte de su deelicación la ha desarrollado desde el poder, y otra parte desde la oposición, ocupándose entonces de la dirección de un bufete de renombre. Tras casi siete años en el candelero político en las filas de Coalición, Olarte tiene la edad adecuada para poder elegir entre una etapa de culminación política, una jubi- lación temprana o el ejercicio de la profesión de abogado. Esas son hoy sus verdaderas opcio- nes. Ofrecerle 'misericordiosamente' una bufanda para que se proteja del frío es ólo una indignidad para añadir al cinismo. PERIFERIA DE CANARIAS JUAN CRUZ RUIZ La risa deJosé Agustín Goytisolo J asé Agustín Goytisolo llegó a Canarias, a Tenerife ya Las Pal- mas, con una camisa de seda, cantando y bailando, bebiendo y reci- tando, riendo: fueron días muy feli- ces; le recuerdo subido al estrado de un cabaré, cantando con nosotros, y le recuerdo siempre elegante, con su copa redondeada en la mano, cele- brando algo, esperando, siempre esperando. Era un hombre vital y feliz; hablaba ya con aquella voz gutural y enfática, como si estuviera a punto de improvisar un poema que además habría de ser un discurso político. Era un poeta civil, y a noso- tros nos traía en ese instante la espe- ranza de que la palabra, en efecto, era un arma cargada de futuro. En aquella época en que ser progresista era también ser un poco solemne, él era un chiquillo que se reía y que hacía beber a los demás para no beber solo. Para no estar solo. Era el niño que no quería estar solo. Desamparado, pero vital, así le des- cubrí en Canarias. Me acuerdo mucho de su camisa de seda, tam- bién, porque entonces ésa no era la manera habitual de vestir los progreso' Era, decía, un francotirador de izquierdas: él nos advirtió de que reír- se no era contrarrevolucionario. Como estábamos rodeados de solem- nes, ése fue un alivio, y una ense- ñanza. Era también discursivo, sabía que debía serlo entonces, pero eso era sólo cara al público; íntimamente era cariñoso, indefenso, espléndido: se le, podía contradecir, insultar; era ya un hombre- muy conocido, un poeta de una generación determinante, pero no vino a damos lecciones ni a callar- nos la boca con la sabiduría de su viaje personal. Era uno de los nues- tros, y pronto en el cabaré y en los recitales no iba a profundizar en nin- guna manía de los magisterios: hubie- ra sido bueno amigo de Antonio Machado, pero no porque fueran ambos poetas, sino porque eran dos .. personas, y él sobre todo era una per- sona innumerable. Ahora que se ha muerto parece que empieza a enten- dérsele mejor, pero él no fue pre- gonando lo que le pasaba; yo creo que bebía, en efecto, para olvidar, pero él sabía que su olvido era impo- un componente esencial de genero- sidad: reía para no contar, reía para contagiar vida y esperanza desde una experiencia que había sido rota cuan- do amanecía sin porvenir la prima- vera. Pero hacía en público un esfuerzo natural para mantenernos a todos felices, y nos hizo muy felices en Canarias. Nos acompañó a todas par- tes, se hizo, uno de los nuestros, y ya esa actitud de sensibilidad común le acompañó siempre: a veces llama- ba, y siempre se fijaba en mi acento canario, para recordar aquellos días maravillosos en que tuve el placer y el gusto de verle discutir de poesía, y de la vida, sobre todo de la vida, con gente que ya no está tampoco con nosotros y que yo siempre sim- bolizo, porque es un gran símbolo de nuestro tiempo, en Domingo Pérez Minik. Cuando llegó a Canarias José Agustín Goytisolo venía de Cuba, y aunque tengo en la memoria una sutil, pero precisa, confusión de fechas me parece que aún no había estallado en su intensidad más rugosa el caso Padilla; de modo que venía entonces del entusiasmo de Cuba, y halló entre nosotros el mismo clima, la misma esperanza; Cuba era aún, para los jóvenes progresistas, una isla ínmaculada en el universo de nues- tras ilusiones. Nosotros habíamos descubierto Cuba -la habíamos redescubierto, en realidad: nuestro antepasados siempre estuvieron rela- cionados con Cuba- gracias a Gui- llermo Cabrera Infante y a José Leza- ma Lima, y luego, además, la recons- truimos, en su sabor y en su música interior, felicísima, a través de Severo Sarduy, el otro gran visitante asiduo de nuestra sensibilidad. José Agustín Goytisolo, espléndido camaleón de la sensibilidad y del amor a la gente, amigo de todo el mundo, nos trajo a las islas un sabor que nos resultaba familiar, y en ese momento no era ni catalán, ni español, sino cubano y canario, y en la memoria lo tengo siendo nuestro y para nosotros, tan feliz de abrirse la camisa de seda para que le llegara sin fronteras el aire del mar que le dimos. Era un hombre triste. Un hombre feliz con lágrimas. extraña que escribiera versos para niños -Zversos para , niños?- porque nunca fue un adolescente, yeso marcó el ric- tus personal de su vida; su bio- grafía había recibido, a los diez años, el mazazo brutal de la 1 guerra, que acabó accidental, y fatalmente, con la vida de su madre, en medio de la bulla béli- ca que asoló en marzo del 38 la ciudad de Barcelona. sible. Por eso su risa, su alegría, pare- cía tantas veces la parte de fuera de una profunda melancolía. ' No extraña que escribiera versos para niños -¿versos para niños?- por- que nunca fue un adolescente, yeso marcó el rictus personal de su vida; su biografía había recibido, a los diez años, el mazazo bruta1 de la guerra, que acabó accidental, y fatalmente, con la vida de su madre, en medio de la bulla bélica que asoló en 'marzo del 38, precisamente, la ciudad de Barcelona: se pasó horas buscando bajo las sábanas sus restos, y su vida . nunca sería jamás la de un adoles- cente de memoria feliz. Ahora, como las fechas coinciden, esa ausencia de la madre ha vuelto a relacionarse con la tristeza depre- siva de José Agustín Goytisolo. La vida actúa -decían los 'creadores del movimiento pánico- a golpes de tea- tro, y todo puede convertirse en sím- bolo dramático. El nieto que vería su cadáver en la calle la tarde trágica del 19 de marzo, cuando Goytisolo cayó de su ventana, tiene diez años, como él entonces. ¿Coincidencia bus- cada? ¿Terrible coincidencia busca- da? No es bueno especular nunca con lo inevitable; es mejor interpretar la vida por lo que uno vio, y en aquella risa que José Agustín Goytisolo nos trajo a Canarias cuando aún nosotros no habíamos descubierto que la risa no era contrarrevolucionaria había .. Guerra de listas H ay una guerra viva y larvada', _ al menos en el sur, que los socialistas se preocupan en ocultar, pero que ya está aflorando. Es la guerra enconada & las listas. A medida que el PSOE pierde posi- bilidades de elección en los cargos, la lucha interna es mayor en el par- tido. En Málaga, una agrupación de barrio está dispuesta a sacar un dos- sier de "manejos dudosos" de la Jun- ta de Andalucía en esta capital si no se incluyen en puestos de salida en las próximas elecciones municipales a cuatro representantes de su demar- cación. Y así podríamos seguir con un rosario de casos que está dejando en entredicho el trabajo y la solida- ridad anónimos, base importante del credo de Pablo Iglesias para mejorar la sociedad y combatir la injusticia. En el partido socialista es donde más se ha profesionalizado la polí- tica. Hay muchos militantes que son alcaldes desde hace más de 20 años, desde las elecciones de 1977. Y lo grave es que, siendo estas personas ANTONIO GUERRA en su mayoría de extracción modes- ta, tanto económica como profesio- nalmente, no quieren volver ni a tiros a su antigua profesión de dependien- te o cartero (el alcalde de mi pueblo -Villanuevadel Río y Mina- era car- tero, y además interino). Otros, aun pudiendo vivir bien del ejercicio de su profesión hoy en excedencia, tampoco quieren volver a su puesto de trabajo, porque les resulta más aburrido que los viajes y la actividad política. El señor Apa- ricio, por ejemplo, antiguo alcalde socialista de Málaga y hoy eurodi- putado, es catedrático de Patología médica, pero no quiere ni oír hablar de las aulas o el hospital. Y además ha comunicado al PSOE andaluz que como no le aseguren un puesto digno y seguro en las próximas listas muni- cipales o europeas "más de uno de se va a enterar". Son palabras -por abara en privado- del doctor. De lo primero que se preocupó el PSOE al llegar al poder en 1982 fue de dignificar muy generosamente los sueldos de los políticos, empe- zando por su partido, e incluso ase- gurando el porvenir de los que se reintegraran a su profesión 'civil' después de ocupar un cargo. El Gobierno socialista andaluz ha aprobado una ley insólita en el Par- lamento regional que asegura a todo cargo político, a partir de director general, cobrar durante toda su vida los mismos ingresos del puesto que ejerció como político, una vez que vuelva a su profesión. Yo conozco a un maestro, a un comerciante por cuenta propia y a un fontanero que ya los están cobrando. Cuando se cri- tica públicamente a los socialistas esta desvergüenza, siempre argu- mentan con la teoría de los servicios prestados. Es lógico, pues, que se haya desatado en Andalucía esta guerra de listas. Esto se habría evi- tado si el PSOE hubiera limitado los años de permanencia en los cargos, como honradamente ha hecho Izquierda Unida. j

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Page 1: P , parece bien poquita - UAB Barcelona · (Bconomía'laboral), AndrésPeña(Región)y JulioRodriguez(Diseño). ADMINISTRADOR:AURELIO ROMERO DirectorComercial:JoséAlbertoJiménez

2 LA PROVINCIA OPINIONz,

Universitat Autónoma de BarcelonaBiblioteca d'HumanitatsLunes, 22 de marzo de 1999

1

LA PROVINCIADiario fundado en 1911 por D. Gustavo J. Navarro Nieto

EDITORIAL PRENSA CANARIA, S.A.Depósito Legal: G.c. 717/1968

DIRECTORDIEGO TALA VERA ALEMÁN

Subdirector _Angel Tristán Pimienta

Redactores-Jefe:- Francisco J. Cárdenes, Antonio Cruz Domínguez,

Vicente Guerra y Laureano Pérez CabreraJefes de Sección:

Javier Durán (Sociedad/Cultura),Antonio G. González (Reportajes), JoséHernández (Deportes), Pedro Hemández (Cierre), MichelJorge Millares(Bconomía'laboral), Andrés Peña (Región) y Julio Rodriguez (Diseño)

. ADMINISTRADOR:AURELIO ROMERODirector Comercial:José Alberto JiménezJefe de Poblicidad: Pedro Cullen Figueroa

ABABORFrancisco Pomares

Oferta demala concienciaA hora quieren buscarle Un puesto a Olarte

en la Administración (o en la gallera Mon-gomo, vaya usted a saber), para que Olarte

se la pase entretenido y no le dé por Dimas.Mauricio elijoayer en los perióelicos que, dado

que 01arte se niega a irse a Europa, pues hayque buscarle una función tipo Luis Hernándezo una de esas canonjías que consigue Coaliciónen las empresas públicas para solaz y entrete-nimiento de enchufados. Hizo tales declaracio-nes, en rueda de prensa, pocos minutos despuésde que todos los dirigentes de Coalición expli-caran en la tribuna de oradores del Alfredo Krauslo mucho que Coalición le debe a Lorenzo Olarte.Pues si tanto se le debe al hombre, la. verdades que pagarle con un consejo de Administración

, parece bien poquita

P cosa.Hay gentes que

re tender com- piensan que -ya quetodo se compra y

pensar a Olarte por todo se vende-, tam-haber perdido es bién se puede pagar

o cobrar por todo.sólo una forma' Pero lo que vale parain d e e o r o s a d e algunos no sirve para

otros. Lo mejor quelamerse las heridas podrían hacer conque produce la mala Lorenzo Olarte es

dejarle en paz queconciencia concluya su etapa

como vicepresidente,que ya sabrá él luegoqué es lo que tieneque hacer. Si algo

resulta consustancial a la democracia, ese algoes que no hay canonjías eternas. Tras la muyelegante retirada de Manuel Hermoso (uno quese adelantó a la 'revuelta de los coroneles') Olartepodría haber sido candidato a la presidencia delGobierno, incluso podría haber sido presidente.Pero se decidió que no lo fuera. En política, elriesgo de no resultar nominado es un riesgo quese asume antes incluso de dar los primeros pasospara ser elegido. Pretender compensar a Olartepor haber perdido este episodio es sólo una formaindecorosa de lamerse las heridas que producela mala conciencia.

Si además la oferta parte de un partido-ICAN- que hasta el mismo viernes por la maña-na (Olarte sólo anunció su renuncia el viernespor la tarde) seguía pieliendo públicamente sucabeza, la oferta de 'compensación' es entoncesuna burla refinada. Olarte ha estado los últimosveinticinco años de su vida dedicado a la política.De ese tiempo, una parte de su deelicación laha desarrollado desde el poder, y otra parte desdela oposición, ocupándose entonces de la direcciónde un bufete de renombre. Tras casi siete añosen el candelero político en las filas de Coalición,Olarte tiene la edad adecuada para poder elegirentre una etapa de culminación política, una jubi-lación temprana o el ejercicio de la profesiónde abogado. Esas son hoy sus verdaderas opcio-nes. Ofrecerle 'misericordiosamente' una bufandapara que se proteja del frío es ólo una indignidadpara añadir al cinismo.

PERIFERIA DE CANARIASJUAN CRUZ RUIZ

La risa de José Agustín GoytisoloJasé Agustín Goytisolo llegó a

Canarias, a Tenerife ya Las Pal-mas, con una camisa de seda,

cantando y bailando, bebiendo y reci-tando, riendo: fueron días muy feli-ces; le recuerdo subido al estrado deun cabaré, cantando con nosotros, yle recuerdo siempre elegante, con sucopa redondeada en la mano, cele-brando algo, esperando, siempreesperando. Era un hombre vital yfeliz; hablaba ya con aquella vozgutural y enfática, como si estuvieraa punto de improvisar un poema queademás habría de ser un discursopolítico. Era un poeta civil, y a noso-tros nos traía en ese instante la espe-ranza de que la palabra, en efecto,era un arma cargada de futuro. Enaquella época en que ser progresistaera también ser un poco solemne, élera un chiquillo que se reía y quehacía beber a los demás para nobeber solo. Para no estar solo. Erael niño que no quería estar solo.Desamparado, pero vital, así le des-cubrí en Canarias. Me acuerdomucho de su camisa de seda, tam-bién, porque entonces ésa no era lamanera habitual de vestir los progreso'Era, decía, un francotirador deizquierdas: él nos advirtió de que reír-se no era contrarrevolucionario.Como estábamos rodeados de solem-nes, ése fue un alivio, y una ense-ñanza.

Era también discursivo, sabía quedebía serlo entonces, pero eso erasólo cara al público; íntimamente eracariñoso, indefenso, espléndido: se le,podía contradecir, insultar; era ya unhombre- muy conocido, un poeta deuna generación determinante, perono vino a damos lecciones ni a callar-nos la boca con la sabiduría de suviaje personal. Era uno de los nues-tros, y pronto en el cabaré y en losrecitales no iba a profundizar en nin-guna manía de los magisterios: hubie-ra sido bueno amigo de AntonioMachado, pero no porque fueranambos poetas, sino porque eran dos ..personas, y él sobre todo era una per-sona innumerable. Ahora que se hamuerto parece que empieza a enten-dérsele mejor, pero él no fue pre-gonando lo que le pasaba; yo creoque bebía, en efecto, para olvidar,pero él sabía que su olvido era impo-

un componente esencial de genero-sidad: reía para no contar, reía paracontagiar vida y esperanza desde unaexperiencia que había sido rota cuan-do amanecía sin porvenir la prima-vera.

Pero hacía en público un esfuerzonatural para mantenernos a todosfelices, y nos hizo muy felices enCanarias. Nos acompañó a todas par-tes, se hizo, uno de los nuestros, yya esa actitud de sensibilidad comúnle acompañó siempre: a veces llama-ba, y siempre se fijaba en mi acentocanario, para recordar aquellos díasmaravillosos en que tuve el placer yel gusto de verle discutir de poesía,y de la vida, sobre todo de la vida,con gente que ya no está tampococon nosotros y que yo siempre sim-bolizo, porque es un gran símbolo denuestro tiempo, en Domingo PérezMinik.

Cuando llegó a Canarias JoséAgustín Goytisolo venía de Cuba, yaunque tengo en la memoria unasutil, pero precisa, confusión defechas me parece que aún no habíaestallado en su intensidad más rugosael caso Padilla; de modo que veníaentonces del entusiasmo de Cuba, yhalló entre nosotros el mismo clima,la misma esperanza; Cuba era aún,para los jóvenes progresistas, una islaínmaculada en el universo de nues-tras ilusiones. Nosotros habíamosdescubierto Cuba -la habíamosredescubierto, en realidad: nuestroantepasados siempre estuvieron rela-cionados con Cuba- gracias a Gui-llermo Cabrera Infante y a José Leza-ma Lima, y luego, además, la recons-truimos, en su sabor y en su músicainterior, felicísima, a través de SeveroSarduy, el otro gran visitante asiduode nuestra sensibilidad. José AgustínGoytisolo, espléndido camaleón de lasensibilidad y del amor a la gente,amigo de todo el mundo, nos trajoa las islas un sabor que nos resultabafamiliar, y en ese momento no erani catalán, ni español, sino cubanoy canario, y en la memoria lo tengosiendo nuestro y para nosotros, tanfeliz de abrirse la camisa de seda paraque le llegara sin fronteras el aire delmar que le dimos.

Era un hombre triste. Un hombrefeliz con lágrimas.

extraña que escribieraversos para niños -Zversos para, niños?- porque nunca fue unadolescente, yeso marcó el ric-tus personal de su vida; su bio-grafía había recibido, a los diezaños, el mazazo brutal de la

1 guerra, que acabó accidental, yfatalmente, con la vida de sumadre, en medio de la bulla béli-ca que asoló en marzo del 38la ciudad de Barcelona.

sible. Por eso su risa, su alegría, pare-cía tantas veces la parte de fuera deuna profunda melancolía. '

No extraña que escribiera versospara niños -¿versos para niños?- por-que nunca fue un adolescente, yesomarcó el rictus personal de su vida;su biografía había recibido, a los diezaños, el mazazo bruta1 de la guerra,que acabó accidental, y fatalmente,con la vida de su madre, en mediode la bulla bélica que asoló en 'marzodel 38, precisamente, la ciudad deBarcelona: se pasó horas buscandobajo las sábanas sus restos, y su vida .nunca sería jamás la de un adoles-cente de memoria feliz.

Ahora, como las fechas coinciden,esa ausencia de la madre ha vueltoa relacionarse con la tristeza depre-siva de José Agustín Goytisolo. Lavida actúa -decían los 'creadores delmovimiento pánico- a golpes de tea-tro, y todo puede convertirse en sím-bolo dramático. El nieto que veríasu cadáver en la calle la tarde trágicadel 19 de marzo, cuando Goytisolocayó de su ventana, tiene diez años,como él entonces. ¿Coincidencia bus-cada? ¿Terrible coincidencia busca-da? No es bueno especular nunca conlo inevitable; es mejor interpretar lavida por lo que uno vio, y en aquellarisa que José Agustín Goytisolo nostrajo a Canarias cuando aún nosotrosno habíamos descubierto que la risano era contrarrevolucionaria había

..Guerra de listas

Hay una guerra viva y larvada',_ al menos en el sur, que los

socialistas se preocupan enocultar, pero que ya está aflorando.Es la guerra enconada & las listas.A medida que el PSOE pierde posi-bilidades de elección en los cargos,la lucha interna es mayor en el par-tido. En Málaga, una agrupación debarrio está dispuesta a sacar un dos-sier de "manejos dudosos" de la Jun-ta de Andalucía en esta capital si nose incluyen en puestos de salida enlas próximas elecciones municipalesa cuatro representantes de su demar-cación. Y así podríamos seguir conun rosario de casos que está dejandoen entredicho el trabajo y la solida-ridad anónimos, base importante delcredo de Pablo Iglesias para mejorarla sociedad y combatir la injusticia.

En el partido socialista es dondemás se ha profesionalizado la polí-tica. Hay muchos militantes que sonalcaldes desde hace más de 20 años,desde las elecciones de 1977. Y lograve es que, siendo estas personas

ANTONIO GUERRA

en su mayoría de extracción modes-ta, tanto económica como profesio-nalmente, no quieren volver ni a tirosa su antigua profesión de dependien-te o cartero (el alcalde de mi pueblo-Villanuevadel Río y Mina- era car-tero, y además interino).

Otros, aun pudiendo vivir biendel ejercicio de su profesión hoy enexcedencia, tampoco quieren volvera su puesto de trabajo, porque lesresulta más aburrido que los viajesy la actividad política. El señor Apa-ricio, por ejemplo, antiguo alcaldesocialista de Málaga y hoy eurodi-putado, es catedrático de Patologíamédica, pero no quiere ni oír hablarde las aulas o el hospital. Y ademásha comunicado al PSOE andaluz quecomo no le aseguren un puesto dignoy seguro en las próximas listas muni-cipales o europeas "más de uno dese va a enterar". Son palabras -porabara en privado- del doctor.

De lo primero que se preocupóel PSOE al llegar al poder en 1982fue de dignificar muy generosamente

los sueldos de los políticos, empe-zando por su partido, e incluso ase-gurando el porvenir de los que sereintegraran a su profesión 'civil'después de ocupar un cargo.

El Gobierno socialista andaluz haaprobado una ley insólita en el Par-lamento regional que asegura a todocargo político, a partir de directorgeneral, cobrar durante toda su vidalos mismos ingresos del puesto queejerció como político, una vez quevuelva a su profesión. Yo conozcoa un maestro, a un comerciante porcuenta propia y a un fontanero queya los están cobrando. Cuando se cri-tica públicamente a los socialistasesta desvergüenza, siempre argu-mentan con la teoría de los serviciosprestados. Es lógico, pues, que sehaya desatado en Andalucía estaguerra de listas. Esto se habría evi-tado si el PSOE hubiera limitado losaños de permanencia en los cargos,como honradamente ha hechoIzquierda Unida.

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