osteopenia

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Siete preguntas sobre la osteopenia

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Page 1: osteopenia

136 Med Clin (Barc). 2008;131(4):136-40

233.284

La disponibilidad de densitómetros y la sensibilización de lasociedad hacia la osteoporosis han aumentado en los últi-mos años. Esto hace que médicos de diferentes especiali-dades (internistas, reumatólogos, endocrinólogos, ginecólo-gos, traumatólogos, médicos de familia, y otras) atiendan amenudo a pacientes que presentan informes densitométri-cos con el resultado de «osteopenia» y solicitan tratamientopara dicho diagnóstico. Sin embargo, así como el tratamien-to de la osteoporosis recibe amplia atención en la literaturamédica, la osteopenia raramente se considera. Por ello nosha parecido útil intentar dar respuesta a algunas de las pre-guntas que suele plantearse el clínico ante esta situación.

¿Qué es la osteopenia?

La masa ósea va aumentando durante el período de creci-miento hasta alcanzar un máximo hacia la tercera décadade la vida. Después se mantiene constante durante algunosaños y más tarde comienza a disminuir. En la mujer esapérdida de masa ósea se acelera notablemente en los 5-10años que siguen a la menopausia.En la práctica, la densitometría es el procedimiento habitualpara cuantificar la masa ósea. Los densitómetros que utili-zan una fuente de rayos X son los más comúnmente em-pleados (densitometría de rayos X de doble energía [DXA]),y los lugares habituales de medición son la columna lumbary la «cadera» (en realidad, la región proximal del fémur). Enla cadera las mediciones se realizan habitualmente en elcuello femoral y en la región global («cadera total»), que in-cluye, además del cuello, la zona intertrocantérea y el trián-gulo de Ward. También puede determinarse la masa óseaen otras localizaciones (antebrazo, calcáneo, falanges, etc.)mediante DXA, tomografía computarizada o ultrasonidos.Sin embargo, estos lugares de medición periférica estánpeor estandarizados y son más variables que las mediciones«axiales», por lo que las medidas de la densidad mineralósea (DMO) mediante DXA de columna y cadera se consi-deran en la actualidad las más fiables.Los resultados de la medida de la DMO pueden expresarseen términos absolutos (g/cm2), pero es frecuente expresar-los en relación con los valores encontrados en personas jó-venes sanas (índice T o T-score). Así pues, el índice T es elvalor de DMO normalizado en función de los valores de per-sonas jóvenes del mismo sexo; es decir, el índice T indica elnúmero de desviaciones estándar que la DMO del individuoestudiado se separa de la DMO de los jóvenes de su mismosexo.

Un grupo de expertos estableció en 1994 unos puntos decorte de los valores de DMO en función del índice T. Deci-dieron considerar «normales» los valores de DMO equiva-lentes a un índice T mayor de –1; osteopenia los valores entre–1 y –2,5 T, y osteoporosis cuando son menores de –2,5 T1.Aunque estos puntos de corte se establecieron fundamen-talmente a efectos epidemiológicos, se han difundido am-pliamente y a menudo se utilizan en la actualidad con inten-ción diagnóstica, o incluso terapéutica, a pesar de que nofue ése el objetivo con que se establecieron y, por tanto, suempleo con dicho fin resulta problemático. En todo caso, laosteopenia se define como un valor de DMO situado entre 1y 2,5 desviaciones estándar por debajo de la DMO de lossujetos jóvenes, es decir, un índice T entre –1 y –2,5 (fig. 1).Por otro lado, hay que tener presente que esos puntos decorte que definen los umbrales de osteopenia y osteoporosisse establecieron para las mujeres posmenopáusicas. Su usoen varones y en mujeres premenopáusicas es cuestionable.A veces se emplea el término osteopenia para describir loshallazgos de una radiografía en la que los huesos aparecenpoco densos. Sin embargo, debe subrayarse que la radio-grafía simple no es un procedimiento adecuado para valorarla DMO, pues la densidad aparente del hueso en la radio-grafía depende mucho de las características físicas del pa-ciente (p. ej., grado de obesidad) y las características técni-cas de la exploración. De hecho, en numerosos estudios seha comprobado el limitado valor predictivo de la radiografíapara determinar la DMO, en comparación con la DXA2.

¿Cuál es la frecuencia de la osteopenia?

Por definición, es de esperar que un 15% de las mujeresentre 20 y 30 años tenga osteopenia, ya que ésa es la pro-porción de casos que en una distribución normal quedanentre –1 y –2,5 desviaciones estándares. La DMO disminu-

ARTÍCULO ESPECIAL

Siete preguntas sobre la osteopenia

José A. Riancho, José L. Hernández y Jesús González-Macías

Departamento de Medicina Interna. Hospital Universitario Marqués de Valdecilla. Universidad de Cantabria. RETICEF.Santander. Cantabria. España.

Correspondencia: Dr. J.A. Riancho.Departamento de Medicina Interna.Hospital Universitario Marqués de Valdecilla.Avda. Valdecilla, s/n. 39008 Santander. Cantabria. España.Correo electrónico: [email protected]

Recibido el 29-11-2007; aceptado para su publicación el 1-2-2008.

DMO(g/cm2)

Osteoporosis

Osteopenia

T

0

–1

–2,5

20 50 60

Edad (años)

Fig. 1. Representación esquemática de la evolución de la densidad mineralósea (DMO) con la edad, y umbrales diagnósticos de osteoporosis y osteo-penia.

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ye con la edad. Aunque la velocidad de la pérdida de masaósea varía de unos individuos a otros, se trata de un fenó-meno universal. En consecuencia, la proporción de mujerescon DMO en el intervalo de «osteopenia» aumenta progresi-vamente al avanzar la edad. Así, en un estudio efectuado ennuestro país se encontró que la prevalencia de osteopeniaen la columna lumbar estaba en torno al 40% en las muje-res de 50-60 años y era del 50% en las de 60-70 años (ta-bla 1)3. En otros países se han publicado cifras similares.

¿La osteopenia aumenta el riesgo de fractura?

Se estima que aproximadamente una de cada 3 mujeres de50 años presentará una fractura por fragilidad, es decir,«osteoporótica», a lo largo de su vida. Existe una relaciónexponencial inversa entre la DMO y el riesgo de fractura, demanera que por cada desviación estándar que disminuye laDMO el riesgo de fractura aumenta aproximadamente al do-ble (riesgo relativo entre 1,4 y 2,9, dependiendo del sexo, laedad, el lugar de medida y el tipo de fractura considerada)4.Por tanto, las mujeres con osteopenia tienen menor riesgode fractura que las osteoporóticas, pero mayor que aquéllascon una DXA normal. Por ejemplo, en un estudio reciente5

la frecuencia de fracturas vertebrales durante 2 años de se-guimiento fue del 2,3% en las mujeres con un índice T de–2 (osteopenia), y del 3,8% en las que tenían un índice Tde –3 (osteoporosis). En muchos otros estudios se han ob-tenido resultados similares. En mujeres posmenopáusicascanadienses se encontró que la tasa de fracturas de caderaera de 0,7/100 mujeres/año entre las que tenían una DMOnormal y se elevaba al 1,6/100 mujeres/año en las osteopé-nicas y al 4/100 mujeres/año en las osteoporóticas6. Así pues, a menor DMO, mayor riesgo individual de presen-tar una fractura por fragilidad. Sin embargo, puesto que enla población general hay más mujeres con osteopenia quecon osteoporosis, buena parte de las fracturas por fragilidadque se producen en la población corresponden a mujerescon valores de DMO dentro del intervalo propio de la osteo-penia. Así, en el estudio canadiense antes mencionado, en-tre el 35 y el 45% del total de fracturas se produjeron enmujeres con osteopenia; el 30-35% en mujeres con osteo-porosis, y el resto en mujeres con valores de DMO por enci-ma de –1 T6. Algo similar se encontró en un estudio de mu-jeres posmenopáusicas australianas de 60-94 años,seguidas durante una media de 5,6 años: el 27% de lasfracturas se produjeron en mujeres con osteoporosis, el56% en mujeres con osteopenia y el 17% en mujeres conDXA normal7.

¿Qué otros factores influyen en el riesgo de fractura?

Los datos anteriores apuntan a que hay otros factores queinfluyen en el riesgo de fractura, con independencia de laDMO. Efectivamente, en diversos estudios se han identifica-do algunos factores clinicoepidemiológicos que condicionandicho riesgo. Uno de ellos es la edad: a mayor edad, mayor riesgo de frac-tura, incluso aunque los resultados se ajusten por la DMO.Es decir, para un determinado valor de índice T, el riesgo defractura es mayor cuanto mayor es la edad de la mujer8. Porotro lado, el haber presentado una fractura por fragilidad (p.ej., una fractura vertebral, de muñeca, húmero o cadera sintraumatismo importante después de los 50 años) aumentaaproximadamente al doble el riesgo de tener una nueva frac-tura, en la misma o en otras localizaciones9. Kanis et al8 hanestimado que en las mujeres con antecedentes de fracturavertebral el riesgo relativo de fractura de muñeca es de 1,8;

el de fractura de cadera, de 2,3, y el de nueva fractura verte-bral, de 4,4. De manera similar, las que han presentado unafractura de cadera tienen riesgos relativos de 3,3; 1,7, y 1,9para las fracturas de muñeca, vertebrales y de cadera, res-pectivamente. Este aumento de riesgo es en buena parte in-dependiente de la edad y de la DMO. No obstante, hay quetener presente que el diagnóstico de osteoporosis se estable-ce por la existencia de una DMO por debajo de –2,5 T, o porpresentar una fractura por fragilidad, con independencia dela DMO. Es decir, las mujeres con DMO entre –1 y –2,5 Tque tienen una fractura deben ser diagnosticadas de osteo-porosis, no de osteopenia.Además de la edad avanzada y las fracturas previas, otrosfactores identificados como predictores de un mayor riesgode fractura (independientemente de la DMO) son: los ante-cedentes familiares de fractura de cadera, el bajo peso (p.ej., índice de masa corporal < 20 kg/m2), el tabaquismo, laartritis reumatoide y el tratamiento con glucocorticoides. Enun estudio multinacional, dichos factores aumentaron elriesgo de fractura de cadera entre 1,7 y 2,3 veces en elanálisis univariado, y entre 1,4 y 2,3 veces tras ajustar porla DMO (tabla 2)8.Algunos investigadores han valorado la influencia de los fac-tores clínicos en el riesgo de fractura considerando específi-camente el grupo de mujeres posmenopáusicas con osteo-penia, y en buena medida los resultados son superponiblesa los obtenidos en la población general. Miller et al10, queestudiaron a una amplia cohorte de mujeres estadouniden-ses con osteopenia en la densitometría periférica, encontra-ron que la frecuencia de fracturas durante 2 años de segui-miento era sólo del 1% entre las que no presentabanfactores de riesgo adicionales, pero aumentaba al 2% entrelas que tenían un estado general frágil, alteraciones de lamovilidad o un índice T inferior a –1,8. Por su parte, en elsubgrupo que ya había presentado una fractura previamen-te, la tasa de nuevas fracturas aumentaba hasta el 4%. Porotro lado, en un estudio de mujeres francesas con osteope-nia también se identificaron las fracturas previas y la DMO

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TABLA 1

Prevalencia de osteopenia y osteoporosis en mujeresespañolas. Las cifras indican los porcentajes en cadagrupo de edad3

Edad L2-L4 Cuello femoral

50-59 años Normal 49 60Osteopenia 9 39Osteoporosis 42 1

60-69 años Normal 26 43Osteopenia 50 51Osteoporosis 24 5

70-80 años Normal 21 18Osteopenia 39 58Osteoporosis 40 24

TABLA 2

Factores de riesgo de fractura, independientes de ladensidad mineral ósea, identificados en un estudiomultinacional8

IC: intervalo de confianza; IMC: índice de masa corporal; RR: riesgo relativo.

Factor RR IC del 95%

Bajo peso (IMC � 20 kg/m2) 1,6 1,3-2,0Fractura previa tras los 50 años 2,3 1,5-3,5Padres con fractura de cadera 2,3 1,5-3,5Tabaquismo 1,6 1,3-2,0Consumo de alcohol (> 20 g/día) 1,7 1,2-1,4

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muy baja (T < –2) como predictores de un mayor riesgo defractura. Asimismo, en ese estudio la elevación de los mar-cadores de remodelación, y en concreto el aumento de lafosfatasa alcalina, también se asoció a un mayor riesgo defractura11.

¿Son eficaces los fármacos antiosteoporóticos en la osteopenia?

Evidentemente, la trascendencia clínica de la osteoporosis yla osteopenia viene determinada por el aumento del riesgode fractura que condicionan. De manera análoga, aunquevarios tratamientos han demostrado que son capaces deaumentar la DMO en diversos grupos de pacientes, lo ver-daderamente relevante es que reduzcan la incidencia defracturas. Por fortuna, en la actualidad se dispone de unconjunto de fármacos, antirresortivos y osteoformadores,que han demostrado fehacientemente su capacidad de re-ducir el riesgo de fracturas periféricas o vertebrales en mu-jeres con osteoporosis12. Sin embargo, apenas hay estudiosque hayan valorado el efecto de los fármacos en mujerescon osteopenia. No obstante, se han publicado análisis se-cundarios de los grandes estudios clínicos de los fármacosantirresortivos que ofrecen algunos datos sobre sus efectosen los subgrupos de mujeres con DXA en el intervalo de laosteopenia.Así, al reanalizar los datos del estudio MORE se halló que elraloxifeno disminuyó la incidencia de fracturas vertebralesen mujeres con osteopenia de cadera sin fracturas vertebra-les previas. La reducción del riesgo fue del 69% (intervalode confianza [IC] del 95%, 29-94%). Sin embargo, en esegrupo la media del índice T de columna era de –2,2, conuna desviación estándar de 1,0; es decir, estaban incluidasmuchas mujeres con osteoporosis de columna. De hecho,al clasificar a las mujeres en función de la DXA de columna,no de cadera, no se halló un efecto protector significativodel raloxifeno13. El fármaco tampoco redujo las fracturas novertebrales.Por su parte, Quandt et al14 analizaron los datos de las mu-jeres con osteopenia incluidas en los estudios FIT y compro-baron que el alendronato redujo significativamente la inci-dencia de fracturas vertebrales en aquellas que teníanfracturas previas (la reducción del riesgo de fracturas clíni-cas fue del 66%; IC del 95%, 16-88%). Sin embargo, aun-que se observó una tendencia similar en las mujeres conosteopenia sin fracturas previas, el efecto no alcanzó la sig-nificación estadística (reducción de riesgo del 54%; IC del95%, del –17 al 84%).Siris et al15 reanalizaron los resultados de varios ensayos clí-nicos con risedronato y encontraron un efecto beneficiosoen el subgrupo de mujeres con osteopenia de cadera, conuna reducción del riesgo de fractura vertebral del 56% (ICdel 95%, del –78 al 89%; p = 0,25) y del total de fracturasdel 73% (IC del 95%, 17-91%; p = 0,02). Es de destacarque esas mujeres no tenían fracturas vertebrales previas,pero un 18% había presentado fracturas periféricas con an-terioridad. Por otro lado, al excluir a las mujeres que tenían«osteoporosis de columna» (T < –2,5) se observó una ten-dencia a menor incidencia de fracturas totales en las trata-das con risedronato que en las que recibieron placebo, perosin alcanzar la significación estadística (reducción del riesgodel 78%; IC del 95%, del –202 al 97%; p = 0,18). Seeman et al16 han reanalizado recientemente los datos delos estudios SOTI y TROPOS, centrándose en el subgrupode mujeres con osteopenia en la columna. En ellas, el trata-miento con ranelato de estroncio redujo el riesgo de fractu-ras vertebrales en un 41%, en comparación con el grupo

placebo, tuvieran o no fracturas previas. Sin embargo, entrelas mujeres con osteopenia de columna había algunas convalores densitométricos de osteoporosis en la cadera. En elsubgrupo de mujeres con osteopenia tanto en la columnacomo en la cadera, el tratamiento también redujo significati-vamente el riesgo de nuevas fracturas vertebrales en un52% (IC del 95%, 4-76%), si bien sólo 265 estaban en esacategoría y, además, alrededor de la mitad de ellas había te-nido fracturas previas por fragilidad (es decir, deberían con-siderarse osteoporóticas). Los autores no comentan los re-sultados en el subgrupo de mujeres que verdaderamentepueden clasificarse de osteopénicas: las que presentan uníndice T entre –1 y –2,5 en alguna localización; en ningunade las regiones el índice T es inferior a –2,5 y no han pre-sentado con anterioridad fracturas por fragilidad.Por tanto, a la vista de los resultados expuestos, es dudosoque los fármacos antirresortivos disminuyan el riesgo defracturas vertebrales en mujeres con osteopenia verdadera(es decir, sin fracturas previas), y no hay evidencias de quereduzcan las fracturas periféricas. No obstante, los datosdisponibles no permiten establecer con claridad si ello sedebe a que los fármacos son menos eficaces en las mujeresosteopénicas que en las osteoporóticas o si, por el contrario,simplemente se trata de que la potencia de los estudiospara detectar el efecto es menor en el grupo con osteopeniapor su menor frecuencia de fracturas.

¿Son eficientes los fármacos antirresortivos en la osteopenia?

Algunos autores han publicado estudios de coste-beneficioy coste-utilidad de los antirresortivos en mujeres con osteo-penia. Esos estudios asumen que dichos fármacos tienenun efecto protector frente a las fracturas similar al quemuestran en mujeres con osteoporosis (suposición que,aunque no demostrada, puede considerarse posible). Aunasí, los resultados no han mostrado claramente que los tra-tamientos resulten eficientes. Schousboe et al17 estimaronque, para las mujeres con osteopenia sin fracturas previasni otros factores de riesgo adicionales, el tratamiento conalendronato costaría entre 70.000 y 332.000 dólares porcada año de vida ajustado por calidad (AVAC) que se gana-ra. Por su parte, Meadows et al18 estimaron que el trata-miento de mujeres osteopénicas con raloxifeno costaría en-tre 50.000 y 100.000 dólares, dependiendo de la edad, porAVAC ganado. Además, buena parte del beneficio en la cali-dad de vida se debería a la reducción del riesgo de cáncerde mama, no a la disminución de fracturas. En nuestropaís, donde la incidencia de fractura de cadera es aproxi-madamente la mitad que en EE.UU.19, los costes por AVACganado serían aún mucho mayores y la eficiencia, en con-secuencia, menor.

¿Se pueden individualizar las decisiones según las características de las pacientes?

Como se ha comentado, creemos que los estudios disponi-bles no aportan datos que justifiquen el tratamiento de lasmujeres con osteopenia de manera sistemática. A esta mis-ma conclusión llegan también otros autores con gran expe-riencia en el tratamiento de las enfermedades metabólicasóseas20-22. Sin embargo, es tarea propia de los médicos clí-nicosl individualizar las decisiones terapéuticas aplicandolos datos disponibles en función de las características decada paciente. Y el enfoque de los pacientes con osteope-nia no es una excepción. En definitiva, como señalaba Mc-Clung, «el objetivo de la administración de fármacos antios-

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teoporóticos es prevenir las fracturas. Esto sólo se puedeconseguir tratando a pacientes proclives a presentar unafractura, no tratando simplemente índices T»20. Para esa individualización de la actitud pueden resultar de utilidad algunas escalas que ayudan a establecer, aunque con unaprecisión limitada, el riesgo de fractura (http://courses.was-hington.edu/bonephys/FxRiskCalculator.html). Entre ellas, unade las más difundidas es la escala Fracture23, que se elabo-ró en EE.UU. con los datos del estudio SOF y se validó des-pués en Francia. Los siguientes 2 supuestos clínicos permi-ten clarificar su aplicación.

A.P.M. es una mujer de 61 años que se efectúa una DXAtras haber sufrido una fractura de esternón en un accidentede tráfico. No ha tenido otras fracturas con anterioridad nitiene antecedentes de otras enfermedades relevantes. Tuvola menopausia a los 50 años. En su familia no hay antece-dentes de fracturas osteoporóticas. Pesa 68 kg. La DXAmuestra un índice T de –1,6 en la columna y de –1,5 en lacadera. Aplicando la escala Fracture podemos estimar queen los próximos 5 años el riesgo de fractura vertebral es del1,2% y el de fractura de cadera, del 0,4%. En la tabla 3 sehace un análisis de la eficiencia clínica del tratamiento.Puede comprobarse que el tratamiento presentaría una re-lación coste-eficacia muy baja desde el punto de vista social(incluso considerando una eficacia grande, con reducciónde la tasa de fracturas del 50% y una incidencia de fractu-ras osteoporóticas elevada, como la de EE.UU.).

J.S.L. es una mujer de 74 años que ha sufrido recientementeuna fractura de muñeca tras una caída accidental en la bañe-ra. No presenta enfermedades previas relevantes, pero su ma-dre tuvo una fractura de cadera. Pesa 49 kg. La DXA muestraun índice T de –1,6 en columna y de –1,5 en cadera. Aplican-do la escala Fracture se estima que el riesgo de fractura verte-bral es del 7,1% en los próximos 5 años y el de fractura de ca-dera, del 3,9%. Los beneficios esperados con el tratamiento,que se exponen en la tabla 3, resultan claramente superioresa los conseguidos en el escenario clínico anterior.

A modo de conclusión

A partir de la información disponible en la actualidad, pue-den establecerse las siguientes conclusiones de cara al en-foque clínico de las mujeres posmenopáusicas con valoresdensitométricos dentro del intervalo de la osteopenia:

1. Existe una relación inversa entre DMO y fracturas, por loque las mujeres con osteopenia tienen un riesgo de fracturaintermedio entre las que presentan osteoporosis y las quetienen una DXA normal.2. La osteopenia es muy frecuente y está presente en prác-ticamente la mitad de las mujeres mayores de 60 años, porlo que una elevada proporción de las fracturas por fragilidadse producen en mujeres con valores densitométricos entre–1 y –2,5 T (osteopenia).3. Aparte de la DMO, otros factores influyen en el riesgo defractura, especialmente la edad avanzada, los antecedentespersonales y familiares de fracturas osteoporóticas, el taba-quismo, los glucocorticoides y el bajo peso corporal.4. No está demostrado que el tratamiento con antirresorti-vos sea eficaz en las mujeres con osteopenia que no pre-sentan otros factores de riesgo adicionales ni antecedentesde fracturas, en particular respecto a la prevención de nue-vas fracturas periféricas.5. En consecuencia, dado que el riesgo de fractura en esapoblación es relativamente bajo, no se recomienda el trata-

miento sistemático con fármacos antirresortivos en las mu-jeres con osteopenia. No obstante, sí están indicadas enellas medidas generales que favorezcan el mantenimientode la masa ósea (abandonar el tabaco, evitar la ingesta enó-lica excesiva, asegurar una nutrición adecuada con unaporte suficiente de calcio y vitamina D) y la reducción delriesgo de caídas (mantenimiento del equilibrio y la fuerzamuscular, evitar situaciones de riesgo y mejorar las condi-ciones ambientales en el domicilio).6. Sin embargo, puede considerarse el tratamiento antirre-sortivo en mujeres con osteopenia y otros factores de ries-go de fractura. En particular, está indicado el tratamientoen las mujeres posmenopáusicas que van a recibir trata-miento prolongado con glucocorticoides, al margen de suDMO basal. Asimismo, se recomienda el tratamiento enlas premenopáusicas que reciben glucocorticoides y tie-nen una DMO inferior a –1,5 T24. La franja de valores de laosteopenia es muy amplia y en algunos estudios se ha de-mostrado un riesgo más elevado de fracturas en mujerescon índices T inferiores a –2. Por tanto, en algunas muje-res de ese grupo con DMO entre –2 y –2,5 T cabría plan-tearse la instauración de tratamiento con menos factoresclínicos de riesgo que en las que presentan valores supe-riores de DMO.7. También está especialmente indicado el tratamiento enlas mujeres que, aun teniendo osteopenia en la DXA, ya hanpresentado alguna fractura por fragilidad. De hecho, esasmujeres no deben ser diagnosticadas de osteopenia, sinode osteoporosis.

Addendum

Tras el envío de este trabajo se ha puesto disponible en in-ternet una nueva herramienta de predicción del riesgo defractura, basada en los datos de la referencia 8 y que parti-culariza los resultados para diferentes países, incluida Espa-ña (www.shef.ac.uk/FRAX).

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TABLA 3

Consecuencias del tratamiento de pacientes con osteopenia en la densitometría y diferentescaracterísticas clínicas*

*Se considera el riesgo de fractura a lo largo de 5 años tomando las tasas de fractura deEE.UU. (En España la frecuencia de fractura de cadera está en torno al 50% de esas ci-fras.) Se asume que el tratamiento reduce en un 50% el riesgo de fracturas vertebrales yde cadera, y no se considera el posible efecto residual posterior. Como coste del trata-miento se incluye únicamente el coste (precio de venta al público) promedio de un anti-rresortivo, prescrito durante 5 años.NNT: número de pacientes que es necesario tratar para prevenir una fractura.

Paciente A.P.M. Paciente J.S.L.

Riesgo basal de fractura vertebral 1,2 7,1Riesgo basal de fractura 0,4 3,9

de caderaRiesgo de fractura vertebral 0,6 3,5

con tratamientoRiesgo de fractura de cadera 0,2 2

con tratamientoNNT fractura vertebral 167 29NNT fractura de cadera 500 50Fracturas prevenidas tratando < 1 vertebrales y 3-4 vertebrales y

a 100 mujeres durante 5 años < 1 de cadera 2 de caderaCoste del tratamiento 240.000 240.000

de 100 pacientes durante 5 años (€)

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RIANCHO JA ET AL. SIETE PREGUNTAS SOBRE LA OSTEOPENIA

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