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Orientaciones para una Reforma al Sector Educacional Chileno Sebastián Piñera Cuadernos de Economía, Vol. 17, No.50, pp. 61-90, 1980. 1 Notas de presentación 2 Una de las principales ideas de Piñera en este texto, su propuesta para una inminente reforma, es la siguiente: “La educación constituye en forma simultánea un bien de consumo, cuyos beneficios se dan en forma directa e inmediata, y un bien de inversión, cuyos beneficios se dan en forma indirecta y diferida a través del aumento en el capital humano y del impacto de este incremento en la capacidad futura de generación de ingresos. Por tanto, la demanda de ella depende tanto de su utilidad como bien de consumo, como de su utilidad como bien de inversión” (p. 71). Sebastían Piñera venía trabajando sobre educación desde un par de años antes de este texto. Su tesis doctoral, financiada por el Banco Mundial, fue titulada The Economics of Education in Developing Countries: A Collection of Essays (La economía de la educación en países en desarrollo: una colección de ensayos). Como ha señalado recientemente en un blog Roberto Castillo Sandoval, 3 quien se doctoró en Harvard y pudo acceder posteriormente a la tesis de Piñera, ésta “consiste en tres ensayos temáticamente relacionados. Dos de ellos, el primero y el tercero, fueron escritos en colaboración con su antiguo profesor, Marcelo Selowsky, formado con Arnold Harberger en la Universidad de Chicago”. Recordemos que Harberger es conocido como el padre de los Chicago Boys. Selowsky y Harberger ya habían publicado un texto de manera conjunta, titulado “Fuentes del crecimiento económico chileno” (Cuadernos de Economía, vol. 3, núm. 10, 1966). Harberger y Selowsky, otrora profesor y alumno, al momento de la publicación de este ensayo tienen muy claro la mutación del sujeto cuando se lo nombra como capital humano. En su paper, señalan: “El concepto clave envuelto es el de ‘stock de capital educacional’, KE. Cada año los nuevos componentes de la fuerza de trabajo aportan a esta un cierto monto de capital educacional, el cual está incorporado en ellos” (Énfasis agregado). Aquí está el centro de la mutación del capital, que ahora ha transformado al sujeto mismo en empresario de sí, cuyo capital (el saber) debe colocar en el mercado competitivo, 1 En la revista Realidad (núm. 11, 1981), fue publicada solo la tercera parte de este estudio. Que la revista dirigida entre otros por Jaime Guzmán haya decido darle mayor cobertura a las propuestas de Sebastián Piñera es un índice que su relevancia. 2 Este pequeño texto es parte del borrador de un ensayo titulado “Notas sobre la inteligencia precaria”, de próxima publicación. 3 http://noticiassecretas.blogspot.com/2009/07/la-tesis-doctoral-de-sebastian-pinera.html

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Orientaciones para una Reforma al Sector Educacional Chileno

Sebastián PiñeraCuadernos de Economía, Vol. 17, No.50, pp. 61-90, 1980.1

Notas de presentación2

Una de las principales ideas de Piñera en este texto, su propuesta para una inminente reforma, es la siguiente:

“La educación constituye en forma simultánea un bien de consumo, cuyos beneficios se dan en forma directa e inmediata, y un bien de inversión, cuyos beneficios se dan en forma indirecta y diferida a través del aumento en el capital humano y del impacto de este incremento en la capacidad futura de generación de ingresos. Por tanto, la demanda de ella depende tanto de su utilidad como bien de consumo, como de su utilidad como bien de inversión” (p. 71).

Sebastían Piñera venía trabajando sobre educación desde un par de años antes de este texto. Su tesis doctoral, financiada por el Banco Mundial, fue titulada The Economics of Education in Developing Countries: A Collection of Essays (La economía de la educación en países en desarrollo: una colección de ensayos). Como ha señalado recientemente en un blog Roberto Castillo Sandoval,3 quien se doctoró en Harvard y pudo acceder posteriormente a la tesis de Piñera, ésta “consiste en tres ensayos temáticamente relacionados. Dos de ellos, el primero y el tercero, fueron escritos en colaboración con su antiguo profesor, Marcelo Selowsky, formado con Arnold Harberger en la Universidad de Chicago”. Recordemos que Harberger es conocido como el padre de los Chicago Boys. Selowsky y Harberger ya habían publicado un texto de manera conjunta, titulado “Fuentes del crecimiento económico chileno” (Cuadernos de Economía, vol. 3, núm. 10, 1966). Harberger y Selowsky, otrora profesor y alumno, al momento de la publicación de este ensayo tienen muy claro la mutación del sujeto cuando se lo nombra como capital humano. En su paper, señalan: “El concepto clave envuelto es el de ‘stock de capital educacional’, KE. Cada año los nuevos componentes de la fuerza de trabajo aportan a esta un cierto monto de capital educacional, el cual está incorporado en ellos” (Énfasis agregado). Aquí está el centro de la mutación del capital, que ahora ha transformado al sujeto mismo en empresario de sí, cuyo capital (el saber) debe colocar en el mercado competitivo,

1 En la revista Realidad (núm. 11, 1981), fue publicada solo la tercera parte de este estudio. Que la revista dirigida entre otros por Jaime Guzmán haya decido darle mayor cobertura a las propuestas de Sebastián Piñera es un índice que su relevancia.2 Este pequeño texto es parte del borrador de un ensayo titulado “Notas sobre la inteligencia precaria”, de próxima publicación.3 http://noticiassecretas.blogspot.com/2009/07/la-tesis-doctoral-de-sebastian-pinera.html

universitario y no universitario. (La deuda de los créditos universitarios no hace sino administrar el futuro de nuestro capital y sus rentabilidades).4

Para estos Chicago boys, el capital humano es “la contribución al mejoramiento de la calidad de la fuerza de trabajo al crecimiento económico”. Piñera señalará en este texto que“el capital humano adquirido por aquellos alumnos que logran acceder a la educación universitaria… [elevará los] niveles de ingresos que los asimilarán a los grupos de ingresos medios y altos”, de manera que son los propios estudiantes los que deben invertir. Si no tienen dinero, la acción del estado deberá consistir en “la implementación de un sistema de préstamos que permita financiar los costos directos e indirectos de la educación universitaria” (esto dicho previamente a la reforma del ‘81). Ello en vista de que el retorno individual de la inversión será mayor que el social, no así con la educación primaria, a la que considera como un bien público.

Pero veamos cómo llega Piñera a estas ideas. Selowsky fue alumno de Harberger en Chicago, y luego profesor en Harvard, donde dirigió la tesis de Piñera. Juntos, Piñera y Selowsky publicaron “El Costo Económico del `Desperdicio` de Cerebros” (Cuadernos de Economía, Vol. 15, No.46, 1978.) y con anterioridad, “El Precio social del trabajo y el retorno Social de inversiones en educación en mercados laborales segmentados” (Cuadernos de Economía, Vol. 13, No.40, pp. 3-36, 1976), textos derivados de la tesis doctoral de nuestro presidente. Pero Selowsky ya había publicado en 1971 un paper relevante para esta senda: “Desnutrición infantil y formación de capital humano” (Cuadernos de Economía, Vol. 8, No.24, 1971), cuyas conclusiones se repetirán en las propuestas de Piñera a la hora de considerar la enseñanza básica como un bien público, no así la universitaria. Selowsky también había publicado otro texto en esta línea: “La medición de la contribución de la educación al crecimiento económico” (Cuadernos de Economía, Vol. 8, No.25, 1971).

Ya vamos viendo que en el centro del neoliberalismo no solo está el mercado, sino también, e incluso antes que el mercado, la educación, o, con mayor propiedad, aquello que algunos llamamos saber y los economistas capital humano (avanzado). Este concepto, el de capital humano, fue definido por primera vez en 1958, por Jacob Mincer, presicaente en los años en que realizaba un postdoc en la Universidad de Chicago. Luego fue retrabajado por su colega Theodore Schultz y masificado por Gary Becker (ambos líderes de la escuela de Chicago, como vamos viendo), quien en una visita realizada en el año 2007 a Chile señaló que: “he viajado por casi todo el mundo y no veo ningún cuestionamiento sobre el modelo [neoliberal, se entiende]”.

La primera vez que Schultz visitó Chile, fue en su calidad de Director (1953 - 1957) del U.S. Technical Assistance in Latin America (Asistencia técnica estadounidense para América Latina), organización financiada por la Fundación Ford en su mayor momento de compromiso con la Guerra Fría y que entraba de lleno en la política gringa del “bueno

4 Al respecto, ver Jeffrey Williams, “La pedagogía de la deuda”, en VVAA. La universidad en conflicto. Madrid: Tradicantes de sueños, 2010, pp. 71-81; Morgan Adamson, “The human capital strategy”. ephemera, volume 9, núm. 4 (2009): 271-284; y Morgan Adamson. “The Financialization of Student Life: Five Propositions on Student Debt”. Polygraph, núm. 21 (2009): 107-120. Todos estos textos de pueden descargar de la web.

vecino” y la importancia del intercambio cultural.5 En esos cuatro años el profesor de Chicago viajó extensivamente por América Latina, experiencia que sería fundamental para sus posteriores ideas acerca del capital humano y el lugar de este en el desarrollo del tercer mundo.6 El turno de Chile ocurrió hacia la mitad de su gestión, en 1955, viaje en el que Schultz fue acompañado por Arnold Harberger (cuya esposa, Anita, era para nuestra desgracia, chilena. Ella fue conocida como la madre de los Chicago boys, y acaba de fallecer hace tan solo unos meses) y que tenía por cometido estudiar el acuerdo que se firmaría entre la Universidad Católica y la Foreings Operation Administration (F.O.A.) y determinar si, como Universidad de Chicago, se sumarían a él. Todos y todas conocemos (y sufrimos) el sí de Schultz, quien volvería a visitar nuestro país en 1962 con motivo de la Conferencia sobre desarrollo económico y social en América Latina, organizada por la UNESCO y la CEPAL, y que contó con apoyo de la Fundación Ford. La conferencia de Schultz en este encuentro se tituló “La educación como fuente de desarrollo económico”, y parece que tuvo tanto éxito que sería republicada en la Revista de Educación, de nuestro Ministerio de Educación en su publicación número 91-92 (1963), dos años antes de que Frei Montalva anunciara su reforma. Lo que hace aquí Schultz es revisar y presentar un texto previo, titulado ni más ni menos “Inversión en capital humano” (1961), tal vez su texto más conocido salido de su mente, pues ha tenido más de 30 publicaciones y ha sido traducido a más una docena de lenguas.7 En su presentación en Chile Schultz proponía “tratar a la escuela (educación organizada) como una industria productora de instrucción, que a su vez representa una inversión en capital humano… ” (36). El eco de este economista resonaría en la reforma del ’65, pues para el presidente de aquellos años: “La situación exige encarar con rapidez y firmeza los problemas. Cada minuto que se retarde la puestaen marcha de una política educacional que incorpore al mayor número posible de personas en edad de recibir educación, y que al mismo tiempo prepare en todas las especialidades profesionales que la producción exige, constituye una pérdida irreparable. Es un capital humano, el más valioso que pueda poseer una nación, el que se frustra”

Para Schultz, las escuelas (que Piñera llama “Unidades básica productoras de servicios educacionales”, 1980) o las universidades son “medios de producción de producción”, y lo que producen es un bien de consumo por el cual hay que pagar, de lo contrario, “la gente la consumiría hasta saciarse e invertiría en ella misma hasta que el rendimiento en educación fuera nulo” (43). A pesar de estas aseveraciones, Schultz no es tan radical como Friedman (en quien influyó bastante a partir de su formulación de la educación como empresa), pues a su juicio hay lugares en los que la economía privada no es apropiada. En 1982, a tres años de haber recibido el Premio Nobel de Economía y la entrega del título de Doctor Scientiae et Honoris Causa, por la Universidad Católica de Chile,8 señalaba:

Explícitamente digo que lo realmente fundamental de la investigación científica es su carácter de “bien público”. Esto significa que es un tipo de contribución a

5 Sofía Correa, “Algunos antecedentes históricos del proyecto neoliberal en Chile (1955-1958)”. Opciones, núm. 6 (1985): 106-146.6 Marc Nerlove, “Transforming Economics: Theodore Schultz, 1902-1998. In memoriam”. The Economic Journal, 109, núm. 459 (1999): 726-748. 7 Ibid. p. 736.8 Varas, Juan Ignacio. “Discurso de entrega Doctor Scientiae et Honoris Causa Profesor Theodore W. Schultz”. Cuadernos de Economía, núm. 49 (1979): 267-268.

disposición de todo el mundo, y no susceptible de ser producida por las empresas privadas, que no pueden retener derechos sobre ella. La investigación no es algo que se pueda patentar. Por ejemplo, el cómo producir maíz híbrido se transforma rápidamente en conocimiento fundamental que llega a dominio público y queda a disposición de cualquiera. Esto es particularmente evidente en el campo de la genética, de la biología.9

Lejos estaba Schultz de conocer a la familia von Baer y la privatización de la quínoa (y de todo lo que se pueda patentar), pero sí conocía y propiciaba “los mercados abiertos competitivos”, en contra de las “cooperativas”, las que supuestamente perjudicaban la economía.10 Su alumno Milton aprenderá y extremará sus tesis, hasta el punto de decir en La libertad de elegir (qué eco hace este título en la política de bonos universitarios de Piñera) que “La universidad vende enseñanza y los estudiantes la compran. Como en la mayoría de los mercados privados, ambas partes tienen mucho que ofrecerse mutuamente. Si la escuela superior no proporciona el tipo de enseñanza que quieren sus estudiantes, éstos pueden irse a otro sitio, quieren sostener plenamente el valor de su dinero”. Para Milton y Rose, entonces, “lo importante es que los estudiantes son los verdaderos clientes… son los clientes, pero también los empleados” y son los empleados no solo de las “Unidades productoras de servicios educacionales”, sino también de los bancos y las agencias que financian los estudios. El interés por la educación para los neoliberales entonces pasa porque “en países como los Estados Unidos, el recurso productivo más importante es la capacidad de producción personal, lo que los economistas [debió haber dicho ‘lo que mis colegas’] llaman ‘capital humano’. Alrededor de las tres cuartas partes de la renta total generadas en Estados Unidos a través de las transacciones del mercado toman la forma de rentas salariales”.11

Sintetizando entonces, tal como lo hace Piñera en sus propuestas o soluciones, al plagiar descaradamente al matrimonio Friedman, “si la enseñanza superior mejora la productividad económica de los individuos, éstos pueden hacerse con dicha mejora a través de ingresos más elevados, con lo cual tienen un incentivo privado para proceder a su formación. La mano invisible de Adam Smith hace que sus intereses particulares estén al servicio del interés social”.12 El GANE es un punteo de las soluciones que los Friedman propusieron en 1979 para EEUU, sin considerar que fueron esas mismas medidas las quefracasaron en Chile y llevaron la educación a la crisis que hoy nos afecta.

Luego de su primera visita a Chile, Harberger, junto a otros profesores, regresaría muy pronto para echar a andar el Centro de Investigaciones Económicas de la PUC (y la revista Cuadernos de Economía), y volvería en 1975, pero ahora acompañando a Milton Friedman. En un extenso ensayo sobre el neoliberalismo en Chile, Sofía Correa (1985) señala que la formación de un nuevo empresariado a través de la modernización de los estudios de economía (haciéndola “científica”), haya sido quizá el gran objetivo de la primera visita de los profesores de Chicago. Está en lo correcto, por supuesto, pero los alcances de esa transformación empresarial es algo que solo recientemente estamos advirtiendo, pues el 9 “Pobreza y Economía de Mercado”. Estudios Públicos, núm. 3 (1981): 27-38. Citas en pp. 35 y 34.10 Ibid. pp. 29 y 34.11 La libertad de elegir. Barcelona: Grijalbo, 1980 [1979], p. 40.12 Ibid. pp. 247.

capital humano nos ha convertido en nuestros propios empresarios, ya que la flexibilización laboral nos obliga a competir radicalmente en el mercado del saber, el que ha devenido en el centro de la acumulación capitalista contemporánea. Este es un diagnóstico irreversible, por lo menos en las décadas que siguen. Nuestra política debe entonces dirigirse a transformar la competencia en cooperación… el saber puede estar de nuestra parte, y nos puede permitir la formación de una nueva comunidad, pero previamente debemos explorar nuestras subjetividades, para dejar de lado el empresario que todas y todos los que nos dedicamos al saber llevamos dentro.

raúl rodríguez [email protected]

RR1
Note
Cuadernos de Economía, Vol. 17, No.50, pp. 61-90, 1980.