oliver lis - abc del feminismo colombiano - libro sin corregir

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  • O L I V E R L I S A B C D E L A L U C H A F E M I N I S T A E N C O L O M B I A

    1

    O L I V E R L I S

    ABC DE LA LUCHA FEMINISTA EN COLOMBIA

    CLOTILDE GARCA BORRERO & OFELIA URIBE DE ACOSTA

    A.A.H. A C A D E M I A

    A L T E R N A T I V A D E L A H I S T O R I A

    Primera Edicin

    2009

  • O L I V E R L I S A B C D E L A L U C H A F E M I N I S T A E N C O L O M B I A

    2

    A D V E R T E N C I A L E G A L Todos los derechos han sido reservados por Oliver Lis ante la Direccin Nacional de Derechos de Autor, 2008. Cualquier uso del material sin la aquiescencia por escrito del autor incurrir en las sanciones prescritas por la legislacin colombiana sobre propiedad intelectual [ley 599 de 2000; Carta Poltica, art. 61, Cdigo Penal, arts. 257, 270, 271 y 272].

    ISBN: 9789584447272 Autora, Diseo y Diagramacin: Oliver Lis. Impresin Digital: Editorial Lpez, Popayn.

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    Ampo nveo con halo de aurora, viva imagen de herldico lis.

    GUILLERMO VALENCIA, Himno de la Universidad del Cauca

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    INTRODUCCIN

    La presente obra surgi como una iniciativa para facebook lo nico que leen las generaciones de hoy- desde la Academia

    Alternativa de la Historia, con el fin de combatir nuestra falta de

    conocimiento sobre la configuracin poltica de Amrica Latina, y

    concretamente sobre la del reconocimiento a los derechos de la

    mujer en Colombia. Hoy por hoy se habla mucho del feminismo en

    nuestro pas, pero se sabe poco de su historia.

    A lo largo de estas pginas, podremos estudiar las biografas de

    dos ilustres damas, por dems, las ms egregias combatientes

    feministas de Colombia -ambas casadas-: la huilense Clotilde

    Garca de Ucrs1 y la santandereana Ofelia Uribe de Acosta2,

    precursoras -junto con otro grupo de mujeres- de la ley 28 de 1932

    que le otorg los derechos de sucesin a su gnero en nuestro pas;

    y que fueron quienes hicieron la primera solicitud de voto en el

    mismo ao [despus de haber sido consignado tenuemente -cabe

    notar- en la fugaz constitucin de la provincia de Vlez, en el ao

    de 18533], garanta constitucional que sera negada hasta la

    Asamblea Nacional Constituyente del gobierno del general Rojas

    Pinilla en 1957 [mediante el Acto Legislativo N 3 de 1954] no sin

    pocos importunos.

    sta investigacin, no tiene por objeto hacer algo complicado y

    profundo sobre la historia, sino simplemente dar a conocer el ABC

    de la historia de la lucha feminista en Colombia.

    De todas formas es menester aclarar que ms all de esta lucha,

    bajo unas condiciones histricas determinadas, la construccin

    1 Reseada por Delimiro Moreno Caldern en su obra Jaime Ucrs Garca, Biografa de una Pasin, Imprenta Departamental del Huila, 2001. 2 VELSQUEZ TORO, Magda, Ofelia Uribe de Acosta, Reivindicadora de los derechos de las mujeres, Revista Credencial Historia, 1995. 3 AGUILEAR PEA, Mario, Por Primera Vez, la Mujer Tuvo Derecho a Votar en 1853, Revista Credencial Historia del Banco de la Repblica, 2003.

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    ontolgica no tiene gnero y el ser humano tal vez pueda ser

    definido desde la misma estructura del deseo4.

    O.L.

    4 LIS, Oliver, El Origen del Deseo La Deconstruccin del Yo-, tratado de ontologa y epistemologa de 500 pginas, indito, 2004.

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    ANTECEDENTES HISTRICOS CO NTE X TO LAT INO AME R ICANO DE L DE RE CH O A L VO TO

    La Libertad - Eugene Delacroix. Ca. 1830

    En la revista mexicana La Ventana [# 19 de 2004], se halla un artculo de Jorge Alonso titulado El Derecho de la Mujer al Voto,

    del que extraemos de la siguiente manera los datos de los aos en

    que el derecho al voto femenino fue reconocido en diversos pases.

    En el contexto global de la poca, es de notar que en Suiza, uno de

    los pases que se tienen por civilizados, este proceso de apertura se

    da tardamente y es paulatino sobre los aos 1959, 1971 y 1990; en

    Espaa se dara slo hasta 1931; y en general, este proceso que

    comienza con la revolucin francesa- slo cobrara fuerza material

    y jurdica hasta el SXX.

    AOS DE LA CONQUISTA DEL VOTO FEMENINO EN

    LATINOAMRICA:

    Ecuador: 1929

    Uruguay y Salvador: 1932.

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    Brasil y Cuba: 1934.

    La Francia Latinoamericana [Mxico] tuvo su reconocimiento al

    derecho del sufragio femenino en su Carta Poltica slo hasta 1946.

    Tambin por los aos cuarentas el derecho fue reconocido

    legalmente en Panam, Repblica Dominicana, Guatemala, Belice,

    Venezuela, Costa Rica y Chile. Argentina, en 1947 [y en 1951

    puesto en prctica]. En la dcada de los cincuenta avanzaron hacia

    la conquista feminista Nicaragua, Bolivia, Colombia, Honduras y

    Per. Iniciada la dcada de los sesenta se incorpora el rezagado

    Paraguay.

    En varios pases de arabia, el derecho al voto de la mujer no es an

    reconocido. Podemos colegir de este tan fugaz y superficial viaje

    que el ethos social de las instituciones medievales en el

    contexto latinoamericano y la ms remota mentalidad

    paternalista, han sido predominantes sin excepcin, no

    slo en nuestro continente, sino entre las sociedades

    mejor educadas alrededor del globo. Tenemos acaso

    una mala definicin de buena educacin? Domina de

    otras formas materiales no concebidas en la legislacin

    de nuestros pases- esta mentalidad excluyente hacia la

    mujer?

    La concesin de dicho derecho, como veremos, no ha estado

    determinada por inters alguno de igualdad, sino que por que ha

    sido una conquista de la denodada lucha de nuestras feministas y

    en Colombia indudablemente son sus eximias representantes

    Clotilde Garca de Ucrs y Ofelia Uribe de Acosta- y en mi

    opinin, por un motivo clientelista: a falta de buena educacin en

    materia poltica y ausencia de eso que Chomsky llam en La Crsis

    de la Democracia: muy necesarios cursos de 'autodefensa

    intelectual', se privilegia una masa influenciable por la

    propaganda y por sus maridos, cnyuges o novios, para ejercer el

    derecho al voto con el que segn Alexei Estrada, no se agota la

    democracia y no hace a un pas democrtico, como nos lo

    quieren hacer ver nuestros mandatarios con estadsticas de mera

    participacin.

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    LA CONSTITUCIN DE VLEZ & EL VOTO FEMENINO

    Constitucin Poltica de la Provincia de Vlez.

    Bogot, Imprenta de Echeverra Hermanos, 1853.

    Fondo de Anselmo Pineda, Biblioteca Nacional de Colombia.

    POR PRIMERA VEZ, LA MUJER TUVO DERECHO A

    VOTAR EN 1853

    150 Aos de la Constitucin de la Provincia de Vlez

    Por: Mario Aguilear Pea

    Tomado de la Revista Credencial Historia

    [Bogot - Colombia]. Edicin 163

    Julio de 2003.

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    LA CONSTITUCIN DE VLEZ Y EL VOTO FEMENINO

    La Constitucin de Vlez fue debatida por la asamblea legislativa de la provincia conformada por 25 diputados y expedida

    el 11 de noviembre de 1853. Como otras constituciones coetneas,

    en el prembulo de la misma se invoca al pueblo como fuente de

    autoridad y de soberana. Los captulos y la organizacin del texto

    es similar a las dems promulgadas en ese mismo perodo: divide

    los poderes en ejecutivo y legislativo, el primero centrado en el

    gobernador y los alcaldes, y el segundo en la legislatura provincial

    y en los cabildos; ofrece proteger las libertades de trnsito e

    industria y garantizar los derechos de educacin elemental

    gratuita, el pago nico de un solo impuesto directo proporcional a

    la riqueza, lo cual equivala a abolicin de impuestos indirectos

    como los peajes, los pontazgos, etc.; la asistencia en caso de

    invalidez, el sufragio para hombres y mujeres y la libre elegibilidad

    en cargos pblicos y de responsabilidad poltica.

    El derecho de las mujeres al sufragio se consagr en el artculo 7

    de la Carta: "Son electores todos los habitantes de la provincia

    casados o mayores de veintin aos; y cada uno de ellos tiene

    derecho para sufragar por el nmero total de Diputados de que se

    compone la Legislatura". Tal disposicin estuvo acompaada de la

    reorganizacin del procedimiento electoral que comprendi, entre

    otras normas, el mandato a los cabildos parroquiales de configurar

    una lista de los vecinos de cada distrito con los nombres de los

    mayores de 21 aos, casados o no, "haciendo la separacin debida

    de hombres y mujeres". De ella se extraeran otras dos: "una de los

    varones que sepan leer y escribir, y otra de las mujeres que tengan

    las mismas cualidades", con el objeto de escoger al azar y en igual

    proporcin de sexos el nmero necesario de jurados [Ordenanza

    de la Legislatura N 6 del 24 de noviembre de 1853].

    El gobernador de Vlez, Antonio Mara Daz, sancion la

    Constitucin como lo ordenaba la ley 16 de 1853, no sin antes

    dejar constancia ante el poder ejecutivo nacional de su desacuerdo

    con varios artculos que consideraba inconstitucionales. Pensaba

    el gobernador que se haba invadido "osadamente uno de los

    objetos de competencia de la Constitucin nacional cual es la

    proclamacin de las seguridades y derechos garantizados a los

    ciudadanos". Especficamente se refera a que la libertad de

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    industria rea con el monopolio de sal decretado en beneficio del

    tesoro nacional; as mismo, a que la elegibilidad que planteaba la

    Constitucin de la provincia, bastando por toda condicin "la

    confianza de quien haga la eleccin", contradeca el mandato de la

    Constitucin nacional cuando exiga la calidad de ciudadano que

    slo cobijaba a los varones que "sean o hayan sido casados o que

    sean mayores de 21 aos"; igualmente y por este mismo

    razonamiento, consideraba que no estaba justificada la extensin

    del derecho de sufragio a todos los habitantes de la provincia sin

    distincin de sexo.

    La extensin del derecho al sufragio a las mujeres no pas

    desapercibido en los crculos polticos de diversas regiones del

    pas. Para Emiro Kastos [Juan de Dios Restrepo], colaborador del

    peridico El Pueblo de Medelln, se trataba de un "sentimiento de

    galantera" para con el sexo dbil; afirmaba adems que la mujer

    no necesitaba de derechos polticos ni de emancipaciones, dado

    que su destino "era adherirse a los seres que sufren, sacrificarse

    por las personas que aman, llevar consuelo a la cama de los

    enfermos, aceptar de lleno sus graves y austeros deberes de madre

    y esposa [...] dar suavidad a las costumbres y poesa al hogar

    domstico [...]", etc. En contraste con lo anterior, el peridico

    capitalino El Constitucional, planteaba que a la mujer desde nia

    se la educaba para ser "esclava del hombre" y que su condicin era

    similar a la del "animal domstico". Para ese medio periodstico

    corregir esa situacin era un acto de justicia y de restitucin de la

    libertad, que podra lograse permitiendo que las mujeres

    participaran en la formacin de la ley por medio del sufragio y de

    la elegibilidad.

    No hay claridad respecto de si las mujeres de la provincia de Vlez

    hicieron uso de su derecho al sufragio. Todos los autores

    contemporneos afirman que las mujeres no quisieron hacer uso

    de su derecho, basados en un texto de Jos Mara Samper [1886];

    sin embargo, algunas crticas aparecidas en uno de los peridicos

    de la poca, en las que se resalta el desinters y desconocimiento

    poltico de las mujeres, parecen apuntar a lo contrario. En todo

    caso, las mujeres no tuvieron mucha oportunidad de ejercer el

    voto, habida cuenta de que sobrevino la anulacin de la

    Constitucin, al parecer a finales de 1854 o comienzos de 1855. Es

    posible que las mujeres de la provincia de Vlez hayan alcanzado a

    participar en alguna de las tres elecciones previstas para el ao de

    1854, es decir, la de vicepresidente, la de diputados a la legislatura

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    provincial y la de una magistratura de la Suprema Corte de

    Justicia, en el evento en que stas se hayan llevado a cabo en

    medio de la guerra de 1854. La Corte Suprema anul la

    Constitucin sealando "que los habitantes de la provincia no

    podan tener ms derechos y obligaciones que los dems

    granadinos".

    INSPIRADOR DEL VOTO FEMENINO

    El inspirador del voto femenino fue Ricardo Vanegas, miembro de

    una familia con ascendencia poltica regional. Su to Joaqun

    Vanegas fue un connotado jefe poltico de la provincia y ocup la

    gobernacin; uno de sus primos, Antonio Vanegas, fue alcalde y

    otro ms, Vicente Herrera Vanegas, fue el presidente de la

    legislatura que aprob la Constitucin de Vlez de 1853 y unos

    aos ms tarde alcanzara la Presidencia del Estado de Santander.

    Ricardo Vanegas fue una figura destacada del liberalismo radical

    de mediados del siglo XIX. Era al parecer oriundo de Vlez, en

    donde hered una fortuna considerable que le permiti graduarse

    como abogado, fundar peridicos y moverse en los altos crculos

    sociales de la capital. A travs de su peridico La Amrica y de sus

    colaboraciones en El Aviso, El Neogranadino o El Tiempo, pueden

    seguirse los grandes debates del momento y sus polmicas con

    prestigiosos intelectuales de la poca, como Manuel Murillo Toro,

    Jos Eusebio Caro o Mariano Ospina. Respecto de la actividad

    periodstica dice su contemporneo Salvador Camacho Roldn que

    La Amrica ejerci notable "influencia en la lid eleccionaria y en el

    vigor que adquiri la reaparicin del partido liberal".

    Aunque Ricardo Vanegas no particip como congresista en la

    expedicin de la Constitucin nacional de 1853, fue considerado

    por sus contemporneos como uno de sus idelogos, junto con

    Florentino Gonzlez, Manuel Murillo Toro, Jos Mara Plata,

    Javier Zalda y Carlos Martn. Luego de ser diputado de la

    legislatura de la provincia en 1853, Vanegas particip en la guerra

    de 1854 en contra de la dictadura del general Jos Mara Melo. Al

    finalizar la guerra se le encarg la gobernacin de la provincia, al

    frente de la cual ide un plan para la reduccin pacfica de los

    indios carares y opones que asolaran el camino del Carare. Al

    renunciar a la gobernacin, en agosto de 1856, pensaba ponerse al

    frente de la compaa creada con Jos Gooding, que haba recibido

    el privilegio de construir un canal interocenico usando las aguas

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    del ro Atrato y sus afluentes. Ricardo Vanegas muri el 15 de

    octubre de 1856.

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    CLOTILDE GARCA DE UCRS

    Doa Clotilde, en su madurez, llevar al terreno de la

    lucha poltica estas ideas por la liberacin femenina

    desarrolladas en todo el pas al amparo del gobierno

    liberal de Enrique Olaya Herrera, primero, y luego de la

    Revolucin en Marcha de Alfonso Lpez Pumarejo, en la

    cual colaborarn su primo Csar Garca lvarez y su

    hermano Joaqun Garca Borrero como dirigentes polticos

    y parlamentarios.

    -DELIMIRO MORENO CALDERN , Jaime Ucrs Garca,

    Biografa de una Pasin, Imprenta Deptal. del Huila, 2000.

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    Mara Ins Borrero lvarez, madre de Clotilde Garca Borrero. El original de esta foto

    en propiedad de Ins Garca de Durn. Foto del original: Delimiro Moreno.

    I ORGENES

    Delimiro Morano nos cuenta op. cit.-:

    Como liberal de arraigados principios radicales, don

    Abelardo inculc en sus hijos esas ideas, apoyado por su

    esposa Mara Ins Borrero lvarez, de claro origen e igual

    militancia liberal. Doa Mara Ins, de refinada cultura para

    su poca, lectora infatigable, mujer de fuerte carcter, ama

    de casa virtuosa, muy consentida, pero muy consciente de

    la situacin de dominio machista en que vivan las mujeres

    de su tiempo, sembr en su hija Clotilde la inconformidad

    con ese rgimen. El hombre colombiano, escriba doa

    Mara Ins en alguna ocasin, no se preocupa por facilitarles

    [a las mujeres] su trabajo manual, ni por cultivar su

    inteligencia, y pronto est la joven ms bonita, la de ms

    aspiraciones, hecha un jumento y vulgar en toda la

    extensin de la palabra.

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    Toms Borrero Falla, abuelo de

    Clotilde Garca Borrero Por

    cortesa de su bisnieta, Ins Gar-

    ca de Durn. Foto del original:

    Delimiro Moreno Caldern.

    Clotilde lvarez Rivero [esposa

    de Toms Borrero Falla]

    acompaada por su nieta, Clotil-

    de Garca Borrero Por

    cortesa de doa Ins Garca de

    Durn. Foto del original:

    Delimiro Moreno Caldern.

    Pero Delimiro Moreno deber corregir: en una carta que rescata el

    mismo historiador enviada por Abelardo -el progenitor de

    Clotilde- a su hijo Joaqun Garca Borrero [clebre ingeniero,

    socilogo, poeta y poltico liberal colombiano de inclinaciones

    socialistas-anarquistas, quien apenas estudiaba por esa poca en

    Inglaterra], es claro que no haba acuerdo entre los progenitores

    de la feminista. Cuenta Moreno:

    Don Abelardo, por su parte, no se dejaba influir del

    pensamiento feminista de su esposa y de conceptos

    semejantes sobre ellas que expona su hijo desde Nueva

    York. En carta del 20 de mayo de 1917, le escriba a Joaqun:

    Muy curiosa fue la actuacin de Miss Rankin en el

    Congreso Americano cuando se trat de resolver la cuestin

    con Alemania. En ese arranque tiene usted pintada a la

    mujer. Ellas no pueden servir para resolver negocios graves

    y sensacionales, porque al instante deja de funcionarles la

    inteligencia para ser reemplazada por el corazn. Por eso

    desecho la idea que le ha venido a usted de un Senculo

    [sic.] de mujeres escogidas para resolver cuestiones

    internacionales.

    Clotilde era pues hija de un notable empresario huilense llamado

    Abelardo Garca Salas5 y de otra feminista, Mara Ins Borrero

    lvarez. Nieta paterna del gobernador Joaqun Garca Bernabeu6 y

    Zoila Rosala Salas Herrera7 -estirpe procera del Huila-; y materna

    de Toms Borrero Falla y Clotilde lvarez Riveros, hermana de

    Frasncisco Eustaquio el macho lvarez Riveros, clebre abogado

    radical, como ltimo utilitarista en Colombia, apodado tambin,

    despus del caso Russi, el doctor cadalso.

    En el rbol de Clotilde encontramos tambin a Ricardo Borrero

    lvarez su to-, el ms importante pintor colombiano del SXX,

    tambin conocido como el pintor de la Sabana; y a los prceres

    Benito Salas Vargas, cuya cabeza yace enterrada en el aeropuerto

    construido en su hacienda La Manguita en Neiva del que es

    epnimo-, el hermano de este, Fernando y el Dr. Jos Joaqun

    Borrero y Gmez, alias Catilina, quien dio en 1810 el grito de

    Independencia en Santaf.

    5 Lo llamaban san Abelardo por soportar la cantaleta feminista de su esposa y de su hija. 6 Gobernador de la provincia de Neiva. Hijo de Mariano Garca Cleves y Josefa Bernabeu Sierra. Nieto paterno de Nicols Garca y Jacinta Cleves; y materno de Cristbal Bernabeu y Paya y Antonia Sierra Casanova. 7 Hija del gobernador

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    Da. Clotilde Garca de Ucrs,

    combatiente feminista, precur

    sora de la ley 28 de 1932,

    mediante la cual se recono

    cieron los derechos de sucesin

    a la mujer en Colombia Por

    cortesa de su nieta, Constanza

    Lis Ucrs. Genealoga de los G A R C A B O R R E R O descendientes de la rama de don Jos Antonio Borrero Gmez8.

    II TRANSHUMANCIA

    Tomado del Prlogo a la obra del historiador paisa Delimiro

    Moreno sobre Jaime Ucrs Garca, Biografa de una Pasin

    [2000] por Alfonso Lpez Michelsen:

    Clotilde Garca de Ucrs, formaba de tiempo inmemorial

    parte de la administracin de Bogot cuando la capital era

    todava un municipio como los otros. Estaba encargada de

    un vivero, en donde se cultivaban plantas para ser

    distribuidas gratuitamente entre los vecinos del norte de la

    ciudad, con el propsito de arborizarla. Mi padre se contaba

    entre quienes ponan una fe ciega en este propsito de dotar

    de parques naturales a los barrios del norte aristocrtico.

    Tena un pedazo de tierra en lo que hoy se conoce como

    Santa Mara del Lago y El Minuto de Dios y all se propuso

    plantar toda clase de especies vegetales que le suministraba

    Clotilde. Llegbamos muy de maana y ella ya tena listos

    con sus empaques los lamos, los sauces, los eucaliptos, las

    acacias, destinados a darle sombra a las futuras avenidas de

    una urbanizacin que en el curso de 20 30 aos

    8 Autor: Oliver Lis. Aparece slo la lnea directa de los Garca Borrero [por la bisabuela del autor, doa Clotilde Garca Borrero, combatiente feminista, precursora de la ley 28 de 1932] para ampliar datos, vase PLAZAS SNCHEZ, Francisco de Paula, Genealogas de la Provincia de Neiva, segunda ed. Kelly, Bogot, 1985; MORENO, Delimiro, Don Joaqun Garca Borrero Revista Huila N 47, EneroJunio de 1998 y Jaime Ucrs Garca, Biografa de Una Pasin, Imprenta Deptal. del Huila, 2000.

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    incorporara a la ciudad capital la finca de Santa Mara de

    Engativ.

    Los dos, Clotilde y mi pap, charlaban unos minutos de

    poltica, mientras merodeaba su progenie en medio de los

    jardines []

    Clotilde Garca de Ucrs junto a su esposo Carlos Ucrs Durn, rodeada por sus hijos.

    Naturalmente, todo esto se remontaba a muchos lustros

    atrs. Cullares, Ucroses, Garcas, Gaitanes, Duranes, se

    identificaban con el Huila y con Neiva desde los primeros

    aos de nuestra vida independiente. Eran gentes que

    bajaban por el ro hasta Girardot, cuando todava exista la

    navegacin y era la manera ms expedita de llegar a Bogot.

    Abrazaban unos y otros la carrera mdica, y al establecerse

    en Bogot eran incontables los vnculos familiares,

    profesionales y polticos que los iban uniendo a la sociedad

    bogotana.

    III CONFORMACIN DE SU HOGAR

    Clotilde cas en Neiva en 1907 con Carlos Ucrs Durn, hijo de Jos

    Eugenio Ucrs Sim hijo del prcer cartagenero Gral. Jos de Dios

    Ucrs Barranco y de Matilde Durn Buenda-, unin de la que se

    siguieron Eduardo y Jaime gobernadores del Huila y este ltimo tambin

    parlamentario; Andrs, Daniel, Edmundo, Eugenia, Ins y Margarita

    Ucrs Garca.

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    Don Carlos Ucrs Durn y su

    esposa doa Clotilde Garca

    Borrero, Neiva, 1907.

    FOTO: Don Carlos Ucrs Durn con sus hijas de izq. a der.-: Margarita, Ins y Eugenia Ucrs Garca [abuela paterna del autor], descendientes estas de Mara Luca Borrero y Gmez por la rama paterna; como de Jos Antonio Borrero y Gmez por la rama de su madre, la combatiente feminista Clotilde Garca de Ucrs, precursora de la ley 28 de 1932.

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    III CLOTILDE GARCA POR DELIMIRO MORENO

    Delimiro Moreno ha publicado en varias revistas como en la obra

    sobre el parlamentario Jaime Ucrs Garca, hijo de Clotilde, esta

    resea sobre Garca de Ucrs:

    Durante el dominio de la Regeneracin y el gobierno del

    partido conservador, instalados en el poder desde 1886, el

    papel de la mujer en la sociedad se reduca a ser hija, esposa

    y madre, sometida a la autoridad incontrastable de los

    hombres, padres, esposos y hasta hijos, como lo queran los

    padres de la Iglesia. Desde el comienzo de la campaa

    liberal para la reconquista del poder despus de 45 aos de

    hegemona conservadora, ella se destac por la participacin

    femenina en la candidatura de Enrique Olaya Herrera.

    De modo que al triunfo liberal en 1930, lo menos que poda

    esperarse era que el partido llegado de nuevo al poder se

    convirtiera en el adalid de los derechos femeninos. La tarea

    no era fcil, porque en las mismas filas liberales se

    encontraban decididos partidarios del machismo, enemigos

    de cualquier participacin femenina en la vida pblica y con

    mayores veras en la poltica.

    El primer proyecto presentado por el nuevo gobierno al

    Congreso fue sobre el Rgimen de capitulaciones

  • O L I V E R L I S A B C D E L A L U C H A F E M I N I S T A E N C O L O M B I A

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    matrimoniales para dar a la mujer casada autonoma

    patrimonial, otorgndole el derecho a pedir la separacin

    total o parcial de bienes cuando ella lo quisiera, sin ser

    obligada a alegar ningn tipo de causal. El proyecto fue

    difundido y analizado por Ofelia Uribe de Acosta en el

    Congreso Internacional Femenino reunido en el mes de

    diciembre de 1930 en Bogot, pero no fue aprobado por el

    Congreso. Algunos de sus principales enemigos llegaron a

    afirmar que el proyecto de ley era la financiacin del

    adulterio; podra llevar al desquicia-miento de la familia y

    del propio Estado culto y cristiano que la moral y la virtud

    de nuestras mujeres han cultivado y era resultado de las

    propuestas del rgimen liberal para implantar un sistema

    que rechaza la educacin y la ideologa esencialmente

    cristianas del pueblo colombiano, la moral y las costumbres

    hogareas de nuestra raza. Laureano Gmez, Silvio

    Villegas, Luis Ignacio Andrade y Guillermo Valencia, entre

    otros, se opusieron al proyecto, incluso valindose del

    abandono de las sesiones para minar el qurum y as

    impedir su aprobacin. Estos senadores dejaron constancia

    de su voto negativo porque el nuevo estatuto afectar

    gravemente la estabilidad del hogar colombiano y porque va

    directamente contra la unidad conyugal, base y sustentculo

    del matrimonio catlico. Atemorizadas por semejantes

    andanadas, las mujeres no participaron con el fervor de

    esperarse en la defensa del proyecto. Y aqu fue donde se

    destac Clotilde Garca Borrero de Ucrs, ya una seora

    casada, madura y con hijos. Una sola mujer, Clotilde Garca

    de Ucrs, recordar despus Ofelia Uribe de Acosta, tom la

    bandera de la aprobacin de esta refor-ma: levant de la

    inercia a un pequeo grupo de damas, y con ellas irrumpa

    valerosamente a las barras de la Cmara y del Senado de la

    Repblica para hacer presin. Olaya Herrera, asombrado

    del talento y dinamismo de esta mujer, le envi un mensaje

    autgrafo que ella conserva orgullosamente.

    Y agrega Ofelia Uribe de Acosta:

    Viva yo entonces en Santander, departamento

    embotellado por carencia de vas carreteables, desde

    donde, tras largas jornadas a lomo de mula, logr hacer

    cuatro o cinco viajes a Bogot, llamada por Clotilde para

    asistir a las ms acaloradas sesiones del parlamento, en

    donde los enemigos del proyecto, que sentan acercarse su

    derrota porque el gobierno presionaba tambin a favor de

  • O L I V E R L I S A B C D E L A L U C H A F E M I N I S T A E N C O L O M B I A

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    su expedicin, se haban convertido en un botafuego de

    injurias contra las feministas9.

    Y Clotilde Garca Borrero de Ucrs no era conocida slo en

    el Parlamento. Familiarizada con los ms altos crculos

    polticos y sociales de la capital de la Repblica, no haca

    antesala para hablar con el Presidente y sus ministros y

    plantearles los problemas de su sexo y de su lucha. Gracias a

    esa accin suya y de las mujeres que la siguieron fue

    expedida en noviembre de 1932 y entr en vigencia el 1 de

    enero de 1933, la ley 28 que modific la Potestad Marital

    en la parte relativa a los bienes de la mujer; consagr la libre

    administracin y disposicin de los bienes pertenecientes a

    cada cnyuge en las deudas personales y la solidaridad ante

    terceros por las contradas para satisfacer las necesidades

    domsticas; dio a la mujer casada la facultad de comparecer

    libremente en juicio y elimin las autorizaciones maritales

    para el manejo de los bienes10.

    Esta reforma, con la educativa que le permiti a la mujer

    entrar a la Universidad y la del derecho al voto fue, dice

    Sergio Ocampo Madrid formidable cambio que les permiti

    a las mujeres pasar de ser amas de casa y madres, sin

    derechos patrimoniales ni polticos, en menos de cincuenta

    aos, a manejar las finanzas, la tecnocracia gubernamental y

    el sector privado, entre otros11.

    9 Uribe de Acosta Ofelia, Una voz insurgente, Editorial Guadalupe, Bogot, 1963. 10 Magdala Velsquez Toro, La repblica liberal y la lucha por los derechos civil derechos de todas las mujeres. Le fascinaba la poltica y era entradora y metiche, hasta el punto de que discuta del tema con personajes tan encumbrados como los presidentes Enrique Olaya Herrera y Alfonso Lpez Pumarejo. 11 Su hija Ins recuerda que, siendo ella muy nia, doa Clotilde la llevaba a las barras del Congreso para hacerle fuerza a la aprobacin de la ley. Mi madre, dice doa Ins, era una herona. Educando a ocho hijos, tena tiempo para luchar polticamente por los derechos de todas las mujeres. Le fascinaba la poltica y era entradora y metiche, hasta el punto de que discuta del tema con personajes tan encumbrados como los presidentes Enrique Olaya Herrera y Alfonso Lpez Pumarejo.

  • O L I V E R L I S A B C D E L A L U C H A F E M I N I S T A E N C O L O M B I A

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    IV MEMORIAS DE SU HIJA, INS UCRS GARCA

    FOTO: -De izq. a der.- Clotilde Garca de Ucrs, su madre, Mara Ins Borrero lvarez y su hija

    Ins Ucrs Garca, con sus nietos Vsquez-Amstrong Ucrs.

    Nos cuenta Delimiro Moreno:

    En la ponencia presentada al III Congreso Huilense de

    Historia y II Simposio de Historia del sur de Colombia,

    realizado en Neiva del 3 al 6 de noviembre de 1999, la

    historiadora Stella Paredes cita una conversacin con doa

    Ins Ucrs Garca, la hija de doa Clotilde, quien le informa

    que su madre:

    Primero estudi en Neiva, luego la enviaron a Bogot, pues

    en Neiva tena muchos novios. En Bogot estudi en el

    colegio de Herminia Espinosa; el cambio de colegio no

    sirvi como remedio pues all se ennovi con el profesor de

    matemticas. No recuerdo hasta qu ao curs. De lo que s

    puedo dar fe es que fue una buena lectora, lo mismo que mi

    padre.

    Cuando vivamos en la finca El Cardo, en Palermo,

    recuerdo a mi mam cosiendo todo el tiempo la ropa que se

    necesitaba para los muchachos [los 5 hermanos] y para las

    tres mujeres. No olvido mi felicidad cuando en una ocasin

    que yo estaba en Bogot me mand una ropita interior llena

    de arandelitas que la goc tremendamente. Cuando

    vivamos en El Cardo, haca el bizcocho y el pan

    semanalmente para toda la familia, a veces venda los fines

    de semana parte del producto de esa labor culinaria. En la

  • O L I V E R L I S A B C D E L A L U C H A F E M I N I S T A E N C O L O M B I A

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    finca sembraba muchos rboles. Cuando se vendi la finca,

    creo que por $15.000,oo la familia se vino a vivir a Bogot,

    donde compraron dos casas, una para arrendar, como

    renta, y la otra para vivir. A mi mam le gustaba mucho

    servir a la gente pobre, donde haba alguna necesidad all

    estaba.

    En la parte religiosa, recuerdo que cuando vivamos en

    Neiva, nos llevaba a todos los hijos a misa, los domingos y

    das de fiesta, pero no le gustaba ponerse mantilla

    cubriendo la cabeza, como era la costumbre aceptada. Se

    pona sombrero y por ese motivo hubo veces que el

    sacerdote le deca desde el plpito: La seora de sombrero

    debe retirarse del templo. Clotilde no se sal, se quedaba,

    adems el domingo siguiente volva con sombrero.

    Sus preocupaciones constantes fueron los problemas de la

    comunidad. Recuerdo que el cementerio de Palermo no

    tena cerca que impidiera a los animales entrar y daar las

    tumbas. Eso la inquiet; resolvi organizar con toda nuestra

    familia una funcin musical para recoger fondos con

    destino a ese cementerio. Mi pap toc el tiple y sus hijos e

    hijas cantamos y bailamos. Con el producido de esa funcin

    se le pusieron al cementerio los estantillos necesarios para

    cercarlo con alambre de pas. As dejaron de entrar los

    animales al cementerio de Palermo. Adems, mi mam fue

    la secretaria de su padre, Abelardo Garca; le llevaba las

    cuentas.

    Era muy de su casa, pero tambin muy de la calle; se meta

    en todas las cosas polticas que hubiera; era muy liberal.

    Luego, Stella Paredes ampla la informacin sobre doa

    Clotilde, obtenida de doa Ins Ucrs Garca, y agrega: al

    preguntarle a Ins si conoca antecedentes que presagiaran

    la futura actuacin de su madre en poltica, en favor de los

    derechos de la mujer casada, record:

    Mi mam siempre reciba ciertas personas que estaban

    sufriendo. Por lo general, eran mujeres oprimidas,

    soportando penurias por dinero, que tenan que decirle al

    seor marido a todo que s. Ella siempre les deca no

    actuar as. Recuerdo el casi de una seora que era muy

    conocida y muy querida por nuestra familia. Tena varios

    hijos; el marido le tena la sucursal en la casa siguiente a

    la suya. Los hijos de la sucursal cada vez que la seora se

    sentaba en una silla a la puerta de su casa la ultrajaban.

    Esa seora, que era muy buena y consagrada a sus hijos,

    por ese irrespeto permanente a que la tena sometida su

    marido, revolvi venirse a vivir a Bogot. Mi mam

    aprob su viaje, pues dijo que esa vida que llevaba no tena

    por qu soportarla, que las mujeres que se dejaban

  • O L I V E R L I S A B C D E L A L U C H A F E M I N I S T A E N C O L O M B I A

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    irrespetar de sus maridos eran unas idiotas porque se

    aguantaban tratos que desmejoraban su autoestima.

    Ins record tambin:

    El caso de un matrimonio muy pobre en que a pesar de su

    penuria cada ao naca un hijo o hija. Mi mam le

    consigui una cita mdica a la mujer, donde le dijeron que

    podan intervenirla para que no tuviera ms hijos. Esa

    clase de cirugas en esa poca era un secreto de estado.

    Ella no acept, pues su marido se opuso argumentando

    que era pecado y que su deber era tener los hijos que Dios

    le mandara. Mi mam argument que ella deba cuidar su

    vida y les haca ver que si mora cul sera la suerte de

    sus hijos? A pesar del concepto mdico sobre el peligro que

    corra su vida con cada maternidad, se cumpli la

    voluntad del marido.

    Ins, sobre la vida laboral y poltica de su madre Clotilde en

    Bogot recuerda:

    En el gobierno de Santos mi mam estuvo encargada de

    Parques y Jardines de Bogot, que inclua el vivero

    nacional. Le fue encomendado que cultivara, arborizara,

    sembrara y repartiera plantas hasta donde pudiera. En

    esa poca hicieron el Campn y abrieron la avenida de la

    57. Igualmente se le pidi arborizarla. Ella personalmente

    dirigi la siembra de las palmas, que trajo del Ocaso,

    muchas de las cuales an hoy existen. Como estaba bajo su

    cargo el vivero nacional, de ah sacaron muy buena parte

    de los rboles que hay en la Universidad Nacional.

    Sobre su deceso, apunta Moreno:

    Doa Clotilde, quien logr ver a su hijo Eduardo como

    gobernador del Huila y a Jaime como parlamentario y lder

    del MRL en el departamento, de lo cual se senta muy

    orgullosa, falleci en Engativ, donde fue inhumada, el 1 de

    mayo de 1969 y a sus exequias asistieron tres ex presidentes

    colombianos, Alfonso Lpez Pumarejo, Alberto Lleras

    Camargo y Mariano Ospina Prez.

    Jaime Ucrs Garca tendra siempre una gran admiracin

    por su madre y por su hermano Eduardo, nicos familiares

    suyos a los cuales se refera en sus conversaciones con sus

    amigos, para exaltar la valenta de su madre, misi

    Clotilde, su dolo, y la capacidad poltica y cientfica de su

    hermano.

  • O L I V E R L I S A B C D E L A L U C H A F E M I N I S T A E N C O L O M B I A

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    Clotilde Garca de Ucrs

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    OFELIA URIBE DE ACOSTA

    Ofelia Uribe de Acosta

    Foto de Juan N. Gmez. Coleccin Emilia Acosta

    de Ospina.

    El feminismo acaba de nacer en Colombia como producto

    natural de evolucin, pero todava son muchas las mujeres

    que retroceden espantadas ante la repentina aparicin de

    esa palabra que viene a turbar su msera condicin de

    siervas humilladas, pero insensiblemente connaturalizadas

    con su papel de victimas.

    -OFELIA UR IBE DE ACOSTA

    OFELIA URIBE DE ACOSTA

    Reivindicadora de los Derechos de las Mujeres

    Por Magdala Velsquez Toro

    Tomado de la Revista Credencial Historia

    [Bogot - Colombia]. Edicin # 68

    Agosto de 1995.

  • O L I V E R L I S A B C D E L A L U C H A F E M I N I S T A E N C O L O M B I A

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    Ofelia Uribe fue una luchadora y dirigente del feminismo sufragista que se manifest en Colombia desde los inicios de la

    segunda Repblica Liberal [1930] hasta principios del Frente

    Nacional. La experiencia histrica de esta mujer y del pluralista

    movimiento que lider durante los aos cuarenta con Lucila Rubio

    de Laverde, evidencian la manera como la sociedad colombiana, la

    clase poltica, la prensa tradicional y la historia oficial han

    desconocido esa parte de la historia nacional: la lucha de las

    mujeres por sus derechos.

    Ofelia naci en Oiba, Santander, el 22 de diciembre de 1900, en

    plena poca de la llamada Hegemona conservadora. Su padre y su

    madre eran educadores de raigambre liberal. Fue la mayor y nica

    mujer en un hogar de cinco hermanos; siendo muy pequea su

    familia se traslado a vivir al Socorro; all estudio primaria en una

    escuela pblica y luego magisterio en la Normal de San Gil. Ella

    atribua su feminismo a las relaciones que vivi en su niez con su

    padre y hermanos: con ellos se inici en actividades prohibidas en

    esa poca a las nias, tales como los juegos campestres, el tiro al

    blanco y la participacin en el mundo intelectual. Fue

    particularmente especial para ella su encuentro transgresor con la

    lectura.

    Al terminar estudios en la Escuela Normal en 1917, le fue difcil

    conseguir empleo por su origen liberal. Sin embargo, fue maestra

    de primaria durante un ao en Simacota. Luego abri con su

    madre un colegio y, debido a la falta de apoyo oficial y a que las

    pensiones no daban para mantenerlo, lo cerraron; emigraron a

    Chiquinquir y luego a Miraflores en 1924. All conoci al abogado

    Guillermo Acosta "sobrino del general liberal Santos Acosta-, con

    quien contrajo matrimonio en 1926. A partir de 1931 y por cinco

    aos, su marido se desempe como juez de San Gil; recibi un

    juzgado con numerosos casos atrasados, sin ayudantes, ni ms

    recursos humanos para asumir su labor. Ofelia le ayud a

    investigar, a reunir pruebas, a citar testigos. Con esta experiencia,

    adquiri sus conocimientos jurdicos, conceptos y elementos para

    comprender la funcin del Estado y de la poltica.

    En 1930, las mujeres jugaron un importante papel en el triunfo

    electoral del liberalismo, ya que a pesar de que no gozaban de

    derechos polticos, salan a las plazas pblicas a manifestar su

  • O L I V E R L I S A B C D E L A L U C H A F E M I N I S T A E N C O L O M B I A

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    apoyo al candidato Olaya Herrera. Despus de ms de cuarenta

    aos de hegemona conservadora, se viva en el pas un clima de

    expectativa frente a las reformas polticas, sociales y econmicas

    que la situacin nacional exiga. Entre ellas estaba el

    reconocimiento de los derechos civiles de las mujeres, en

    particular los derechos patrimoniales de las casadas, cuyas

    herencias familiares eran dilapidadas por los maridos, o bien

    usadas para responder a las quiebras, comunes en esos tiempos de

    la gran depresin mundial. Adems, la industria requera vincular

    personal femenino: las obreras casadas eran preferidas por su

    seriedad en el trabajo, y las leyes vigentes se convertan en

    obstculo para ese fin, puesto que ellas perdan con el matrimonio

    la capacidad de libre contratacin y la administracin de los

    salarios y bienes con ellos adquiridos pasaba a manos de los

    maridos.

    En diciembre de 1930, se reuni en Bogot el IV Congreso

    Internacional Femenino, convocado por la Liga Internacional de

    Mujeres Ibricas e Hispanoamericanas para honrar la memoria

    del Libertador Simn Bolvar, organizado en el pas por Georgina

    Fletcher. Ofelia Uribe fue delegada del gobernador de Boyac,

    Celso Rodrguez, y present un trabajo sobre los derechos civiles

    de la mujer casada. En l se refera a la trascendencia que tena

    para las mujeres la que fue la primera propuesta legislativa

    presentada por el Gobierno, con la que se abri el debate sobre los

    derechos econmicos de las mujeres casadas. Ofelia Uribe

    sustent la necesidad de que ellas tuvieran independencia

    econmica y pudieran manejar sus propios bienes y las convocaba

    a presionar a las cmaras legislativas para lograr su aprobacin.

    Dijo entonces: ...El feminismo acaba de nacer en Colombia como

    producto natural de evolucin, pero todava son muchas las

    mujeres que retroceden espantadas ante la repentina aparicin de

    esa palabra que viene a turbar su msera condicin de siervas

    humilladas, pero insensiblemente connaturalizadas con su papel

    de victimas. [El Tiempo, enero 1. de 1931]. En el proceso de

    aprobacin de la ley 28 de 1932, mediante la cual se otorg a las

    casadas la capacidad y el derecho para manejar sus propios bienes

    dentro del matrimonio, participaron las mujeres. Como grupo de

    presin se hacan presentes en las sesiones del Congreso, lideradas

    por Clotilde Garca de Ucrs; Ofelia Uribe viva en Santander, pero

    viajaba con frecuencia a la capital para participar en las

    deliberaciones. Posteriormente, en compaa de Clotilde Garca,

  • O L I V E R L I S A B C D E L A L U C H A F E M I N I S T A E N C O L O M B I A

    31

    intervino directamente ante el presidente Olaya Herrera para

    tratar sobre la educacin de las mujeres y su ingreso a la

    universidad.

    Aprobada la Reforma Constitucional de 1936, se consagr en el

    artculo sobre la ciudadana que las mujeres mayores de edad

    podan desempear empleos que llevaran anexa autoridad o

    Jurisdiccin, en las mismas condiciones que los ciudadanos. Este

    artculo dio lugar a nombramientos en cargos pblicos de las

    primeras abogadas que empezaban a egresar de las universidades.

    El nombramiento de Rosita Rojas para un juzgado en Bogot fue

    demandado, y esto llevo a Ofelia Uribe a reiniciar su labor

    propagandstica de los derechos fundamentales de las mujeres.

    Como no contaba con recursos econmicos, ni tena acceso a la

    prensa escrita, que era reacia a las reivindicaciones femeninas,

    empez junto con otras a dar conferencias radiales en distintas

    ciudades del pas, especialmente en Ibagu, El Socorro y Ccuta.

    En 1937 se estableci con su familia en la ciudad de Tunja; all

    conoci a Ins Gmez de Rojas, poseedora de una enorme

    biblioteca en la que adems coleccionaba textos y materiales

    relativos a la condicin de las mujeres en la historia universal. Con

    ella Ofelia Uribe robusteci su cultura general, estudi la

    condicin femenina y acumul datos exticos sobre las mujeres de

    otras pocas. Para continuar la agitacin por los derechos polticos

    de las mujeres, con el apoyo de Pompilio Snchez y su esposa

    Anita Castro, contrat con Radio Boyac el espacio La Hora

    Feminista que caus revuelo en esa conservadora ciudad, y anim

    a otras matronas a defender las tradiciones y las virtudes

    femeninas a travs de otro programa. La Hora Azul, La

    confrontacin llev a que el programa de Ofelia fuera cancelado,

    pero ella, con el apoyo de Snchez, lo continu en otro espacio y

    con otro nombre, con el importante apoyo de la opinin pblica y

    altos niveles de sintona.

    En Tunja, Ofelia Uribe inici su primera aventura de periodismo

    feminista. Con Ins Gmez, Carmen Medina de Luque, Elosa

    Marino de Machado, Elvira Sarmiento Quiones, Ada de Hoyos,

    Marina de Pinzn, Mercedes Arenas de Lara, Alicia Solano

    Sanabria y Leonor Barrete fundaron la revista mensual Agitacin

    Femenina. Con la direccin de Ofelia, esta revista se public desde

    octubre de 1944 hasta 1946, y fue la cabeza de la corriente de

    opinin que pugnaba por el derecho a elegir y ser elegidas; all

  • O L I V E R L I S A B C D E L A L U C H A F E M I N I S T A E N C O L O M B I A

    32

    aparecan contribuciones de mujeres y de algunos hombres

    comprometidos con esta lucha. Gozaba de una importante

    cobertura nacional, gracias a los acuerdos para que las redes del

    Partido Socialista distribuyeran la revista en amplios sectores del

    territorio nacional. La revista tambin se convirti en tribuna de

    agitacin de los intereses de las mujeres trabajadoras, quienes

    vean con entusiasmo las reformas sociales que promova el

    gobierno y participaban activamente en el florecimiento del

    sindicalismo colombiano.

    Portada de Agitacin Femenina, # 3, diciembre de 1944.

    Ofelia Uribe, adems de dirigir la revista, redactaba las notas de

    humor, funga de dibujante y caricaturista, correga y reelaboraba

    los artculos. Agitacin Femenina, adems de tribuna feminista,

    era un manual de educacin y una ctedra de la democracia, con

    un alto nivel intelectual y con un lenguaje accesible a cualquier

    sector social. Desarrollaba una sorprendente didctica de la

    democracia social, en la que se combinaba la parte poltica y de los

    derechos individuales con los derechos econmicos y sociales. Esta

    fue una caracterstica del pensamiento poltico de Ofelia, de

    raigambre liberal, con profundas preocupaciones por la equidad

    social y por las reformas que permitieran a la mayora de la

    poblacin acceder a una vida digna, elementos que se manifiestan

  • O L I V E R L I S A B C D E L A L U C H A F E M I N I S T A E N C O L O M B I A

    33

    a lo largo de toda su vida pblica y continan hasta el final de su

    vida.

    En la primera pgina de Agitacin Femenina, Ofelia Uribe afirm,

    bajo el titulo de Curiosa paradoja: Entendemos que la gnesis

    del liberalismo fue la lucha por la conquista de los derechos

    individuales y de las libertades pblicas [...] Por eso no

    entendemos que los mayoritarios del Congreso, que se consideran

    los nicos depositarios y mantenedores de la tradicin liberal,

    gastaron todas sus energas en impedir que la mujer colombiana

    obtuviera, con la totalidad de sus derechos ciudadanos, su

    dignificacin individual y humana. Es que el liberalismo

    tradicional no cuenta a las mujeres como personas? . Las mujeres

    continuaron con su lucha nacional y la revista Agitacin Femenina

    persisti en el debate hasta la edicin de su ltimo nmero en

    Bogot, dirigido por Lucila Rubio, en octubre 30 de 1946, luego de

    que Ofelia se trasladara en septiembre a los Estados Unidos en

    viaje de negocios.

    Durante la violencia desatada desde el asesinato de Gaitn, el

    movimiento de las mujeres entr al parecer en receso frente a la

    crueldad de la confrontacin. Durante este perodo de la Violencia,

    Ofelia Uribe se dedico a sus asuntos familiares y de negocios, y

    volvi a manifestarse pblicamente durante el gobierno del

    general Rojas Pinilla. Con varias de sus antiguas compaeras

    fund el peridico Verdad dirigido, gerenciado y escrito por

    mujeres, que sali a la calle en febrero de 1955, es decir, despus

    de que la Constituyente y Rojas haban consagrado en el Acto

    Legislativo No 3 de 1954 el derecho a la ciudadana plena de las

    mujeres. Este peridico, a diferencia de Agitacin Femenina, que

    era de claro sentido laico y con significativa independencia del

    poder poltico, aparece como rgano guiado por los principios

    eternos de la moral cristiana que habr de orientar la inteligencia

    femenina hacia una nueva corriente ideolgica dentro de un clima

    de equilibrio, de cordura y de paz. La simpata con la experiencia

    peronista en la Argentina se insina en las pginas de Verdad, del

    cual se publicaron 17 nmeros, y fue cerrado por el rgimen el 16

    de junio de este mismo ao, pues fue el medio de comunicacin no

    sujeto a censura oficial que public la represin a una

    manifestacin de mujeres en contra de la dictadura, que fue

    disuelta con chorros de agua. Ofelia tuvo que huir de su casa, que

    sera allanada para decomisar los ejemplares del peridico. A

    pesar de su confesionalismo y de su carcter ms ponderado en

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    relacin con los derechos de las mujeres, el peridico Verdad

    sufri el rechazo de los dems medios de comunicacin, de los

    anunciadores y de las mismas mujeres que no lo compraban.

    Incluso los grupos que lograron concertar y uniformar en el

    Amparo de Nios para que vendieran el peridico fueron

    golpeados, y los voceadores bogotanos confesaron que se negaban

    a ofrecerlo porque los grandes peridicos les retiraran la

    distribucin.

    Iniciado el Frente Nacional, Ofelia Uribe se vincul al Movimiento

    Revolucionario Liberal, y a su peridico La Calle, junto con Lucila

    Rubio y Anita de Karpf, y all criticaron a la direccin del partido

    por no propiciar la representacin equitativa de las mujeres en las

    lisias partidistas. En sus colaboraciones exponan tesis a favor de

    la justicia social y de las reformas econmicas y las prcticas

    corruptas del bipartidismo. En esta poca, Ofelia Uribe fue

    suplente en el Senado.

    En 1963 public su libro Una voz insurgente, [Bogot, Editorial

    Guadalupe], en el cual expres su pensamiento feminista y dej

    constancia de los aspectos ms relevantes de la lucha de su

    generacin por los derechos humanos de las mujeres. Esta

    empresa la realizo movida por el inters de desmentir

    afirmaciones hechas por los polticos al calor de la creacin del

    Frente Nacional y demostrar la participacin de las mujeres en

    este proceso social. El movimiento feminista y la Biblioteca

    Nacional le rindieron un homenaje el 8 de marzo de 1984, da

    internacional de la mujer. All relat su experiencia histrica y

    recibi manifestaciones de gratitud de las generaciones que han

    usufructuado las conquistas logradas con su lucha por el

    reconocimiento de la dignidad humana de las mujeres

    colombianas. Muri el 4 de agosto de 1988, en Bogot.

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    ENTREVISTA CON OFELIA URIBE DE ACOSTA

    Lunes 28 de julio de 2008

    Por Anabel Torres

    UNA VOZ INSURGENTE

    Cumpli 86 aos el 22 de diciembre de 1986. Ofelia Uribe de Acosta naci con el siglo y lo ha vivido todo, como pocas personas.

    Cuando sufre de insomnio lee o escucha uno de los programas

    radiales de conversacin. Y si desea intervenir llama a la emisora.

    Nacida en Oiba, Santander del sur, donde todo era prohibido

    para las mujeres. Ofelia no permiti que dichas limitaciones la

    incluyeran. Hoy, hablar con ella es mucho ms que hablar con la

    sombra de los que fuera, como dira cualquier nostlgica cancin

    espaola. Ofelia exuda vitalidad. Su entusiasmo por la poltica, as

    solo limitara en ella hasta mediados de los aos sesenta, es

    inagotable.

    A.T.: En Colombia circula la versin, y pocos hacen algo por

    contradecirla, de que la concesin de los derechos ciudadanos a la

    mujer no fue precedida de lucha alguna por parte de las

    interesadas. Es ms, cualquier persona que se tome la molestia de

    documentarse, as no emprenda una investigacin exhaustiva,

    sabe que esto no es cierto. Cundo empez la lucha de la mujer

    por sus derechos en Colombia, y cuando te uniste por primera vez

    a ella?

    O.U.: Curiosamente, Colombia fue el primer pas del mundo en

    otorgarle el voto a la mujer. Ocurri en Vlez, Santander, en el ao

    de 1853 cuando este se declaro Estado Soberano. Pero la

    legislacin paso desapercibida por las mismas mujeres y muri

    por inercia en 1980.

    Fueron muchas las mujeres que participaron en la lucha por la

    independencia, aunque solo se destaquen algunos de sus nombres:

    los de Policarpa Salavarrieta, Manuela Beltrn, Antonia Santos. El

    libro del seor Cannigo Cayo Leonidas Peuela, por ejemplo,

    contiene una lista de mujeres comprometidas con la revolucin; el

    incluye los nombres de 36 que fueron ejecutadas. Y recordemos

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    que aquella lucha por la Independencia fue una batalla por

    conquistar los derechos civiles.

    En este siglo la revolucin feminista puede situarse a comienzos de

    los aos 30, con Georgina Fletcher, colombiana de ascendencia

    inglesa, a la cabeza. Ella logro, acudiendo a la embajada de todos

    los pases y a nuestro propio gobierno, que a Colombia le fuera

    adjudicada la sede del Congreso Internacional femenino de 1930.

    Fui delegada del gobernador Celso Rodrguez a dicho evento y

    presente en l una ponencia sobre los derechos civiles de la mujer.

    A.T.: Muchas personas ignorarn que este congreso tuviera lugar

    en nuestro pas y si tuvo o no repercusiones. T sitas el comienzo

    de un verdadero movimiento feminista a raz de dicho evento.

    Cuntanos en detalle cmo fue.

    O.U.: Gobernaba entonces el presidente Olaya Herrera. Al

    congreso fueron enviadas delegaciones de todos los

    departamentos de Colombia, adems de las delegaciones

    extranjeras. Aqu hay una ancdota para darte una idea de lo

    inslito que resultaba para la gente que las mujeres se reunieran

    en torno a temas nunca antes tratado en pblico. Yo no s qu fue

    lo que la imaginacin morbosa de muchos les hizo creer que

    ocurrira. El Congreso se celebr en el Teatro Coln y la noche en

    que estaba anunciada mi ponencia, se llenaron las instalaciones.

    Asisti hasta el parlamento en pleno. Una multitud que se haba

    quedado sin poder entrar por falta de cupo, las puertas del teatro e

    invadi el recinto. Fue una noche muy especial. Hable del manejo

    de los bienes propios y de la independencia econmica de la

    mujer.

    Cursaba entonces en el Congreso de la Repblica el estudio de la

    reforma Olaya herrera, sobre el Rgimen de las capitulaciones

    matrimoniales, solicitado a Olaya por algunas mujeres que

    estbamos emparentadas con l.

    A.T.: Qu consideras fue lo ms importante de ese Congreso

    Femenino?

    O.U.: La consolidacin, por primera vez en nuestro pas, de un

    poder femenino. La lucha por el proyecto de ley sobre Rgimen

    de las capitulaciones matrimoniales fue encabezada por Clotilde

    Garca de Ucrs. Ella irrumpa con su grupo las sesiones del

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    Senado y la Cmara para hacer presin. Yo por ese entonces viva

    en Santander y viaj varias veces a Bogot para asistir a las

    deliberaciones. El proyecto paso a pesar de toda la oposicin. Y en

    1932 la Ley 28 otorg a la mujer derecho sobre sus propios bienes,

    que hasta ese momento estaban a disposicin de su marido.

    Quiero que cites un aparte de mi libro, Una Voz Insurgente, para

    que veas cmo fue la oposicin de sus enemigos:

    Si mal no recuerdo, una tarde en la Cmara el representante

    Muoz Obando dijo, dirigindose a nosotras, que ya habamos

    perdido la paciencia y nos atrevamos a vociferar desde las barras,

    lo siguiente:- A las mujeres les va a pasar con este proyecto lo

    mismo que al clebre cura de la aldea que predicaba en un viernes

    santo levantando en su diestra un Cristo de cristal; hablaba el

    santo padre de las torturas y martirios del Redentor, y en un

    momento de arrebatada elocuencia abri la mano lanzando al

    Cristo, que fue a estrellarse contra los ladrillos del templo

    causando gran conmocin en los sencillos campesinos, que una

    vieja le grit deshecha en llanto: Pero peor lo ha dejado su

    paternidad. Lo mismo que al cura de mi cuento, dijo el orador, las

    mujeres colombianas estn empeadas en quebrar el cristal que

    las ampara y defiende; no saben que si este proyecto llegara a ser

    ley, quedaran a merced de todos los negociantes inescrupulosos,

    que se apoderaran de su fortuna que es el patrimonio de sus hijos.

    Qu podran hacer sin el esposo, gerente de la sociedad conyugal,

    que es la inteligencia y el brazo fuerte sobre el cual descansa el

    patrimonio familiar?

    -No queremos tutores le gritbamos desde las barras. Pero

    los tendrn con su voluntad o sin ella prosigui el orador

    enfurecido.

    A.T.: Qu sigui a la victoria de la ley 28 de 1932?

    O.U.: La segunda etapa de la lucha feminista en Colombia fue por

    el derecho a la cultura. En 1933, tambin bajo Olaya Herrera, se

    expido el decreto 1972, abriendo las puertas de la universidad a la

    mujer. Clotilde Garca de Ucrs y yo logramos el decreto

    interviniendo directamente ante el presidente. Siempre se ha

    dicho que bajo Olaya Herrera se realizo la liberacin de los ltimos

    esclavos colombianos: las mujeres.

    En 1936, bajo el gobierno de Alfonso Lpez Pumarejo, una

    reforma constitucional dictamino que la mujer colombiana,

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    aunque segua impedida para ejercer el sufragio, poda

    desempear empleos que llevaran anexa autoridad o jurisdiccin,

    siempre y cuando llenara las condiciones. La eleccin de Rosita

    Rojas para uno de los juzgados de la capital produjo conmocin y

    al estado le entablaron demanda.

    A.T.: Tenias ya bastante conocimiento emprico en derecho. No

    quisiste ingresar a la universidad para obtener tu grado

    aprovechando el decreto 1972?

    O.U.: Yo comprenda muy bien que sin la agitacin necesaria, los

    decretos pasados a favorecer a la mujer fcilmente podan

    convertirse en letra muerta, si no eran aprovechados al mximo.

    La oposicin segua siendo virulenta en muchos sectores, incluso

    entre muchas de las mismas mujeres. Tenan adems la obsesin

    de la igualdad poltica: sin el voto, a pesar de las otras conquistas,

    seguamos siendo ciudadanas de segunda clase. Recorr entonces

    el pas dictado conferencia, donde me fuera permitido hablar; a

    veces por las emisoras radiales y otras veces vetada poco antes de

    salir al aire.

    En 1937, Guillermo y yo nos fuimos a vivir a Tunja. All con el

    apoyo de Pompilio Snchez y su esposa, Anita castro de Snchez,

    contrate un espacio en Radio Boyac.

    No puede negarse que Tunja sufri una violenta sacudida debido a

    esta iniciativa. Empec a trasmitir la hora feminista, un espacio de

    una hora varias veces por semana. La divisin se agudizo entre las

    mismas mujeres. Algunas horrorizadas, trataron de contrarrestar

    mi programa con una hora radial llamada la hora azul, dirigida por

    Elisa Flrez de Peuela y Eugenia Camacho de Rodrguez. Estaba

    dedicada a ensalzar las ms modosas virtudes femeninas y a atacar

    la posicin nuestra. Otros opositores fueron ms lejos e hicieron

    prohibir la trasmisin. Pero Pompilio entonces me permiti

    gerenciar un espacio del cual era titular y as fuera bajo otro

    nombre, a la larga yo segua diciendo lo mismo. A pesar de las

    protestas o precisamente por ellas, no s, siempre hemos sido un

    pueblo dado al sensacionalismo y al aterre - , la emisin era todo

    un xito. El ejemplar de Tunja se reg por todo el pas. Rosa Mara

    Moreno Aguilera e Ilda Carriazo fundaron en Bogot la Unin

    Femenina de Colombia.

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    A.T.: Adems de tu lucha por el voto, la labor que desarrollaste por

    el periodismo colombiano puede tener tanto o ms significado

    histrico. El periodismo independiente ha sido siempre en nuestro

    pas un territorio difcilmente conquistado y sostenido, un triunfo

    contra toda clase de desigualdades y tribulaciones. Y sin embargo,

    tu, sin ser una millonaria ni estar en el curubito del poder,

    fundaste, editaste dirigiste y distribuiste, una revista, Agitacin

    Femenina, que apareci mensualmente durante ms de dos aos,

    y un peridico durante la dictadura de Rojas. Cmo es la Historia

    de Agitacin Femenina? Comenzando por el nombre mismo, muy

    pocas revistas de opinin en Colombia han ido tan al grano al

    emprender una lucha impresa. Hoy muchas se cuidaran de usar la

    palabra agitacin, y supongo que hace 40 aos era todava ms

    escandalosa.

    O.U.: A raz de la aparicin de la mujer en pblico, por as decirlo,

    desde 1930, y de la actividad permanente de un nmero de ellas,

    sent que el momento era propicio para sacar una publicacin de

    esa ndole. Noticias de la emisin radial llegaron hasta la capital.

    Lucila Rubio de Laverde, bogotana, acababa de encabezar un

    memorial dirigido al gobierno reclamando el derecho al sufragio y

    este fue respaldado por la firma de otras mujeres. La Unin

    Femenina tambin adhiri y desde Tunja logramos reunir ms de

    500 firmas en una carta enviada al presidente Lpez Pumarejo.

    Esta ebullicin, redoblo los ataques de la gran prensa. Al principio

    los hombres les haba parecido una gracia nuestra batalla, nos

    decan traviesas muecas de saln, en actitud paternalista y

    displicente. Ahora comenzaban a sentirse francamente

    amenazados por el mpetu que iba cogiendo nuestro movimiento.

    Calibn, desde su columna Danza de las Horas en el peridico El

    Tiempo no dejaba de atacarnos. Yo haba logrado reunir un buen

    equipo de trabajo a partir de la emisin radial, y con ese equipo

    funde Agitacin Femenina. En Octubre de 1944, apareci el

    primer nmero. Era importantsimo tener una publicacin

    peridica, porque no tenamos voz ninguna, ni manera de expresar

    y dejar constancia de nuestras ideas, y, sobre todo, forma de

    expresar proyectos. Conseguimos congresistas que presentaron

    proyectos a favor del voto, pero no tenamos respaldo;

    necesitbamos un rgano de expresin, una tribuna.

    A.T.: Mencionas la oposicin que se produjo al movimiento

    feminista, sobre todo cuando este se consolido y no contento con

    las dems aperturas, comenz a reclamar cada vez con ms

  • O L I V E R L I S A B C D E L A L U C H A F E M I N I S T A E N C O L O M B I A

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    insistencia la participacin democrtica en el proceso electoral.

    Qu canales utilizo esta oposicin, y por quienes estaba

    integrada?

    O.U.: Bueno. Nosotras tuvimos que lidiar con la oposicin de

    ambos partidos. El Conservatismo era un parido cerrado, como su

    nombre lo indica: conservar la tradicin, conservar el orden

    vigente, as no fuera el ideal, conservar todo. El Liberalismo tenda

    ms hacia una concepcin socialista y socializante del Estado. Era

    el abanderado que propulsaba los grandes cambios sociales.

    Menos el del voto femenino. De ese si fue enemigo acrrimo.

    Cada partido tena un argumento que oponer al voto de la mujer.

    Los liberales aseguraban que si la mujer llegaba a tener el ejercicio

    del voto, triunfara la reaccin, porque las mujeres ramos

    esclavas del confesionario. Y los conservadores juraban que si la

    mujer obtena el voto, triunfara el comunismo, porque se sabe que

    las mujeres somos extremistas. No queran ver a sus hermanas

    agarradas de los pelos en elecciones!

    Recibimos apoyo poltico de algunos limitados sectores del Partido

    Liberal de avanzada y del partido comunista. Pero la oposicin,

    inclusive de muy ilustres intelectuales y estadistas fue frentica.

    Ahora, sigue existiendo esta desobligancia frente las capacidades

    de la mujer, pero se da en una forma distinta, soterrada, pues

    atacar a la mujer directamente ya no est bien visto. Personajes

    tan prestigiosos como Gerardo Molina y Alberto Lleras Camargo;

    Antonio Rocha y Germn Arciniegas, ambos cuando ocuparon el

    Ministerio de Educacin, combatan, con o sin inteligencia, no

    importaba mucho los derechos ya adquiridos y ridiculizaban el

    voto. Germn Arciniegas llego a proponer la creacin de

    universidades femeninas con cursitos cortos de enfermera,

    trabajo social, decoracin y nutricin y pidi que la mujer fuera

    desterrada de carreras como la medicina y el derecho. Apoyaba as

    sus argumentos: Los estudiantes no pueden atender dos frentes,

    el estudiantil y el femenino. Y, Las mecangrafas de Colombia no

    saben ortografa ni redaccin y se impone la necesidad de crear

    una universidad para prepararlas en tal elementales

    conocimientos. Nosotras atacbamos con vehemencia esta

    posicin de maestro Arciniegas desde la revista; 15 aos despus

    de adquirido el ingreso a la universidad par la mujer, hubiera sido

    cavernario que l desde el ministerio pudiera imponer sus ideas

    tan particulares.

  • O L I V E R L I S A B C D E L A L U C H A F E M I N I S T A E N C O L O M B I A

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    Pero la lucha no fue siempre contra la corriente. No fue una guerra

    de sexos, y quiero que esto quede muy claro. A pesar de los

    ataques de los polticos y periodistas de turno hasta Chapete, el

    Osuna de entonces, nos hacia caricaturas el movimiento fue

    apoyado por hombres tan valiosos como Luis Lpez de Mesa,

    Jorge Soto de Corral, Augusto Duran y Jorge Elicer Gaitn. El

    Liberal dio ejemplo de imparcialidad y libertad de prensa, bajo

    Alberto Galindo, lo mismo que El Radical cuyo director era Julio

    Roberto Salazar Ferro.

    A.T.: Despus del 47, el pas desangrado por la violencia, vio llegar

    al poder a Gustavo Rojas Pinilla, mediante el golpe militar de

    1953. Durante su gobierno ocurri algo inslito

    O.U.: Si, inslito, o por lo menos curioso. Casi todos los pases

    latinoamericanos le han otorgado el voto a la mujer durante

    periodos de dictadura militar. Colombia no fue la excepcin. El

    acto legislativo N 3 de 1954, otorgo el voto a la mujer, en la

    constituyente convocada por el general Rojas. El haba

    previamente encargado una comisin para que estudiara la

    propuesta y esta comisin se dispona, una vez ms negarla

    cuando Rojas envo a su ministro Henao a anunciar su decisin

    irrevocable de conceder el voto.

    A.T.: A pesar de las restricciones de prensa impuesta por cualquier

    dictadura, sea de derecha o de izquierda, tomaste en 1955 una

    decisin de envergadura. Cmo fundaste Verdad el peridico

    semanal?

    O.U.: El primer nmero de Verdad circul el 17 de febrero de 1955.

    Era un semanario ntegramente escrito y editado por mujeres,

    algunos de nuestros anunciadores y amigos pensaron que sera un

    xito instantneo y completo. Creyendo que todas las mujeres

    correran a comprarlo. Y sin embargo, no fue as. Por el contrario,

    la lucha contra el peridico fue ms frontal y poderosa que contra

    Agitacin Femenina. La gran prensa capitalina ahora estaba

    estratgicamente mejor ubicada, pues Verdad se imprima en

    Bogot. Nosotras hacamos todo menos salir a vocear el peridico.

    Paulatinamente los pocos anunciadores originales se fueron

    retirando, amenazados por los diarios grandes de que retiraran

    sus avisos si anunciaban en Verdad. Y la distribucin fue un

    viacrucis: lo mismo sucedi con los voceadores. Una vez decidimos

    invitarlos a todos a almorzar y preguntarles porque se negaban a

  • O L I V E R L I S A B C D E L A L U C H A F E M I N I S T A E N C O L O M B I A

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    vender el peridico. Nos confesaron que si repartan el nuestro, le

    quitaran la distribucin de El Tiempo y El Espectador, y en ella

    estaba su sustento.

    Entonces con Mara Lpez de Escobar, que a la sazn diriga el

    Amparo de Nios, resolvimos mandar a los muchachitos mayores

    a repartir el peridico, y les hicimos uniformes, Pero les dieron

    una paliza que esa solucin tampoco resulto!

    A.T.: Ofelia tu peridico Verdad fue el nico que durante la

    dictadura de Rojas se atrevi a sacar varias fotos en primera

    pgina de una manifestacin de mujeres por el cierre del peridico

    el Tiempo. Con ese gesto de solidaridad de gremio y compromiso

    respondieron ustedes a los ataques vejatorios, reiterados y nada

    ticos de ese diario al fin y al cabo en el momento mismo de los

    hechos, ellos seguan boicoteando Verdad - Teniendo en cuenta

    todo lo anterior, no crees que acudir en defensa de El Tiempo,

    tomando el riesgo que lgicamente encerraba desafiar la censura

    pblicamente, fue un acto ms bien sentimental y emotivo,

    riendo con la lgica y tpicamente mujeresco?

    O.U.: Nunca me plantee ese conflicto. Una mujer fotgrafa que

    trabajaba con nosotras pudo tomar las fotos sin molestia de parte

    de la polica, porque al fin y al cabo tena la colaboracin

    protectiva [sic.] de ser mujer y nadie le paro bolas. Nuestra

    reaccin fue genuina y no se sustentaba en argumentos movedizos

    ni oportunistas. Nuestra lealtad era con el periodismo, con la libre

    expresin y con la poltica. Y en la poltica es ms importante

    sostener principios. Los principios estn por encima de los

    intereses particulares y de la lucha mezquina del poder por el

    poder, aunque sea para acapararlo. Tan pronto sali la edicin con

    las fotos me llamo a mi casa un oficial del ejrcito que me conoca

    mucho y me advirti que desapareciera, pues iban a allanarnos el

    peridico, que funcionaba en mi casa. As termino Verdad, y la

    verdad es que con los problemas financieros que atravesbamos y

    la falta de apoyo de las mujeres, ya no poda costearlo. El ltimo

    ejemplar sali el 18 de agosto de 1955.

    A.T.: Ofelia, se que este punto para ti es especialmente doloroso,

    no solo porque para una persona de la integridad tuya debe

    resultar terrible como se falsea la historia y como se oculta a las

    mujeres el conocimiento de una lucha que si llegara a ellas en su

    justa dimensin, quizs hara que reaccionan con menos apata y

  • O L I V E R L I S A B C D E L A L U C H A F E M I N I S T A E N C O L O M B I A

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    falta de compromiso. Es tambin por lo que esto significo a nivel

    de tu misma carrera poltica.

    O.U.: Si, la dcada de los sesenta, una vez en un debate en el

    senado yo era senadora suplente -, un senador afirm que el

    plebiscito le haba dado el voto a la mujer y yo lo interpel y le

    correg. A m que me llegaran con la afirmacin de que a las

    mujeres en Colombia nos dieron el voto en bandeja de plata, si

    haber sido precedido de ninguna lucha, siempre me soltaba la

    lengua. Todava en El Espectador del ao pasado, sali un

    editorial de uno de los Canos, diciendo que el plebiscito haba

    dado el voto a la mujer. Yo me dedique a pedir que no regaran mas

    esa mentira, a contarle a la mujer cono haba sido la lucha, a

    exhibir pruebas: la revista, el peridico, los recortes de prensa con

    la Danza de las Horas etctera. Y en ese momento me pas la

    aplanadora oficial como castigo. Ese fue el fin de mi carrera. Ya no

    poda seguir luchando ms. Llego el momento en que no daba

    ms; la edad es una cosa que pesa. Adems estaba desencantada

    con algo que haba sido mi razn de ser durante mucho tiempo.

    A.T.: Te refieres al uso que la mujer hizo del voto a partir de 1957,

    verdad? No deja de sorprender que un movimiento que tuvo ese

    mpetu hasta lograr el voto, se hubiera disuelto en vez de

    fortalecerse; como si el voto hubiera sido considerado ms bien la

    culminacin de un proceso y no el comienzo de un verdadero

    cambio.

    O.U.: Si, realmente la participacin en la poltica de la mujer ha

    sido casi nula. Porque se ha dedicado a conseguir puestitos y

    posiciones personales que agradece como si fuera una merced.

    Pero no ha hecho un movimiento fuerte de masas, un grupo de

    presin que constituya una fuerza y por lo tanto un valor. La mujer

    se ha limitado a pedir como antes. Cuando nosotras, mis

    compaeras y yo, luchbamos por el voto, lo hacamos para que se

    formara una corriente ideolgica, lo hacamos con ideales, con

    propsitos, sabiendo cuales eran nuestros anhelos. Queramos que

    la mujer surgiera por todas las arterias del pas, aportando ideas

    nuevas, programas nuevos, modificando toda esa cosa podrida y

    sucia que subsiste. Pero la mujer no se notific. No se uni, no

    form grupos de presin. T sabes que un milln de ladrillos

    tirados en un campo no sirven para nada. Son un milln, pero

    para qu? En cambio si se unen, si se pegan con cemento, si se

    ordenan con argamasa, se puede construir lo que uno se empee

  • O L I V E R L I S A B C D E L A L U C H A F E M I N I S T A E N C O L O M B I A

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    en construir. Sin la unin, que es la fuerza, no hay fuerza, y sin

    fuerza no hay nada. A las mujeres les siguen, treinta aos y ms

    despus del voto, regalando el puestito que ellas agradecen. Votan

    divididas en las diferentes corrientes ideolgicas masculinas, cada

    una por un varn. Sirven para empacar o contar votos, para

    recoger fondos, en fin; sirven para cargar los ladrillos de otros.

    Mientras los suyos permanecen esparcidos sin oficio. A cambio de

    eso reciben el puestecito. Por lo general como suplentes. Nosotras

    conseguimos el voto con mucho esfuerzo pero desde entonces no

    han surgido lderes capaces de aglutinarnos en un movimiento

    fuerte para formar un grupo de presin. Todos los que necesitan

    sustentar sus derechos forman un grupo de presin: los

    algodoneros, los cafeteros, los lecheros en estos grupos tambin

    es notoria la ausencia de las mujeres con los mismos intereses

    gremiales. La mujer ac es la nica que no ha tenido el sentido de

    gremio ni de unin. El voto no ha marcado nada. No s si esto se

    deba tambin a que ha sido contaminada del clientelismos ha

    vivido toda su etapa de madurez poltica a partir de la obtencin

    del voto, bajo su sombra -, tal vez cree que no hay ms.

    En esta poca de corrupcin, un elemento purificador haba

    podido desprenderse de la consolidacin de las mujeres en un

    movimiento poltico nuevo, no digo que excluyente de los

    hombres; a un movimiento nuevo de ese tipo se uniran muchos de

    los que ahora son abstencionistas, desencantados, cnicos. Pero

    han faltado lideres, ese es el principal problema: falta la notoria de

    lderes, de mujeres como Gaitn y como Galn hayan comenzado

    desde cero, con las uas, desde abajo y luchen sabiendo para que

    luchan.

    A.T.: Si propones la formacin de un grupo de presin poderoso

    impulsado por mujeres, Por qu no trataste tu misma de

    lograrlo?

    O.U.: Si trat, y no tuve xito. Hacia 1965, dedique todas mis

    energas a formar un grupo de presin que lograra poner en el

    congreso siquiera una mujer por cada departamento. Como no

    podamos inicialmente soar siquiera con hacer campaa en todos

    los departamentos, escog cinco departamentos estratgicamente

    difundidos por el pas. En esos cinco departamentos, surgieron

    cinco mujeres con fuerza poltica. Decidimos recorrer el pas como

    lo hacen los polticos, proclamando un programa nuevo de

    renovacin liberal, de cambios profundos. Alcanzamos a empren-

  • O L I V E R L I S A B C D E L A L U C H A F E M I N I S T A E N C O L O M B I A

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    der una gira por Santa Marta. Hablamos ah ante hombres y

    mujeres; ellos respondieron con ms entusiasmo aun.

    Cuando el movimiento se puso en marcha y los directores y jefes

    del partido liberal se dieron cuenta por la prensa [Calibn, por

    ejemplo, muy asustado por la amenaza de una coalicin de

    mujeres encabezada por Ofelia Uribe, volvi a dedicarnos su

    famosa Danza] y por sus comunicativas amigas de la fuerza que

    comenzbamos a aglutinar, convocaron precipitadamente a algn-

    as piezas claves que ya estaban trabajando en la coalicin. No voy

    a decir sus nombres pero ellas saben quienes son algunas todava

    viven y militan en el partido- . Les ofrecieron posiciones muy

    buenas, para que se entraran como caballo de Troya a destruir

    cuanto habamos logrado forjar. Para casi todas fue la forma como

    lograron escalar y adentrarse en los cuadros del partido y me

    imagino que todava lo estn agradeciendo.

    A cambio de la complicidad mutua que se estableci entre los jefes

    del partido y estas mujeres que traicionaron nuestra naciente

    insurgencia, ellas me denunciaron en un memorial dirigido a los

    diarios liberales, donde me acusaban de raterismo; de haberme

    apropiado de sus ideas y propuestas, de haberme alzado con el

    santo y la limosna, como tan grficamente sostuvieron. A rengln

    seguido, decan que era mentira que yo estuviera dirigiendo una

    coalicin de ese tipo, desmintiendo a Calibn. Yo s perfectamente

    que cada puesto que se gana una mujer lo pierde un varn, y me

    explico ms fcilmente la reaccin de los varones que de las

    mismas mujeres.

    Mi meta fue siempre actuar para obtener y no servir para merecer,

    nunca logre que eso lo comprendieran, o apoyaran las mujeres con

    ambiciones polticas. Por eso termine aplanada como una

    estampilla. En mi disidencia no podan quebrarme, porque yo no

    estaba dispuesta a claudicar.