oé, internet y yo

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por kenzaburo oé reposadas reflexiones sobre la velocidad internet y yo desde su condición de novelista, el premio nobel de literatura japonés kenzaburo oé sugie- re la importancia que pueden revestir para la creación literaria los cambios de estilo y los estilos nuevos generados por las nuevas tecnologías de la comunicación. los nuevos intelectuales del japón, en particular la joven elite, son muy sensibles a las nuevas tecnologías. cuando hablan de ese tema, citan mi nombre como ejemplo del ridículo retraso que muestran algunas personas en comprender el fenómeno de los nuevos medios de comunicación, aunque -en su opinión- quizás yo no sea el peor del montón. hace cuatro años, antes de recibir un premio literario internacional -el premio nobel de literatura- yo tenía un antiguo modelo de teléfono, que no me permitía hacer frente a la afluencia de demandas "de acceso" (esta manera de utilizar la palabra "acceso" quizás ya no tenga curso en el mundo de los nuevos medios de comunicación). así es que me doté de un fax. y me sedujo profundamente. en particular, por la perspectiva de intercambiar documen- tos con escritores extranjeros que conozco desde hace mucho, pero con los cuales solo me comunicaba por vía postal. la posibilidad de enviar y recibir numerosos faxes en poco tiem- po y la libertad de responder cuando lo deseaba, me hicieron descubrir una emoción desco- nocida. un primer ejemplo: luego del desmoronamiento de la unión soviética, intercambié -en una misma jornada- cuatro o cinco faxes con un escritor ruso. nos enviamos mutuamente acerbas reflexiones sobre el desfasaje existente entre el contexto cultural japonés y el ruso, tema que no habíamos tocado nunca en nuestras cartas. y si bien en un momento nuestro diálogo se puso tenso y alcanzó un punto crítico, logramos superar ese trance, llegando in- cluso a elaborar juntos algunos proyectos concretos. y todo eso a través del fax. segundo ejemplo: una noche en que me encontraba en una situación psicológica difí- cil a raíz del suicidio de mi cuñado -un cineasta que durante mucho tiempo fue mi mejor in- terlocutor en temas intelectuales o artísticos, un ser humano que me entendía profundamen- te, y yo a él- recibí un fax enviado desde nueva york por el escritor palestino edward w. said

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  • por kenzaburo o

    reposadas reflexiones sobre la velocidad

    internet y yo

    desde su condicin de novelista, el premio nobel de literatura japons kenzaburo o sugie-

    re la importancia que pueden revestir para la creacin literaria los cambios de estilo y los

    estilos nuevos generados por las nuevas tecnologas de la comunicacin.

    los nuevos intelectuales del japn, en particular la joven elite, son muy sensibles a las

    nuevas tecnologas. cuando hablan de ese tema, citan mi nombre como ejemplo del ridculo

    retraso que muestran algunas personas en comprender el fenmeno de los nuevos medios

    de comunicacin, aunque -en su opinin- quizs yo no sea el peor del montn.

    hace cuatro aos, antes de recibir un premio literario internacional -el premio nobel de

    literatura- yo tena un antiguo modelo de telfono, que no me permita hacer frente a la

    afluencia de demandas "de acceso" (esta manera de utilizar la palabra "acceso" quizs ya no

    tenga curso en el mundo de los nuevos medios de comunicacin). as es que me dot de un

    fax. y me sedujo profundamente. en particular, por la perspectiva de intercambiar documen-

    tos con escritores extranjeros que conozco desde hace mucho, pero con los cuales solo me

    comunicaba por va postal. la posibilidad de enviar y recibir numerosos faxes en poco tiem-

    po y la libertad de responder cuando lo deseaba, me hicieron descubrir una emocin desco-

    nocida.

    un primer ejemplo: luego del desmoronamiento de la unin sovitica, intercambi -en

    una misma jornada- cuatro o cinco faxes con un escritor ruso. nos enviamos mutuamente

    acerbas reflexiones sobre el desfasaje existente entre el contexto cultural japons y el ruso,

    tema que no habamos tocado nunca en nuestras cartas. y si bien en un momento nuestro

    dilogo se puso tenso y alcanz un punto crtico, logramos superar ese trance, llegando in-

    cluso a elaborar juntos algunos proyectos concretos. y todo eso a travs del fax.

    segundo ejemplo: una noche en que me encontraba en una situacin psicolgica dif-

    cil a raz del suicidio de mi cuado -un cineasta que durante mucho tiempo fue mi mejor in-

    terlocutor en temas intelectuales o artsticos, un ser humano que me entenda profundamen-

    te, y yo a l- recib un fax enviado desde nueva york por el escritor palestino edward w. said

  • (1). jams podr olvidar el sentimiento de salvacin que experiment esa noche. fue como

    un nufrago que repentinamente hallara un salvavidas.

    esas experiencias me llevaron a decir en pblico que esa posibilidad que ofreca la

    tecnologa de intercambiar faxes con escritores de diferentes regiones del mundo, era para

    m una fuente de esperanzas, y que deseaba que se organizara una mesa redonda internacio-

    nal donde los escritores de todas las nacionalidades se comunicaran mutuamente por medio

    de faxes. est de ms decir que fui el hazmerrer de los jvenes intelectuales. el fax ya est

    pasado de moda. en la era del correo electrnico y de internet, cmo alguien poda tener

    una idea tan anticuada? por otra parte, era propio de un novelista como yo eso de tener ma-

    nas de otra poca.

    quiero responder a los que se burlan. he buscado afanosamente en las libreras un vo-

    lumen donde se hubieran recogido comunicaciones entre varias personas o dilogos mante-

    nidos por fax durante un corto periodo. en vano. en japn se traducen habitualmente libros

    extranjeros de correspondencia, pero nunca se ha publicado un intercambio de faxes entre

    dos personalidades. si, a semejanza de la correspondencia entre gershom sholem (2) y wal-

    ter benjamin (3), existiera un intercambio de faxes entre dos intelectuales judos, uno en el

    extranjero y el otro en israel, sobre el tema de la crisis que padece ese pas, me gustara po-

    der leerlo bajo la forma de libro.

    el hecho de que tales libros no se hayan publicado en la poca del fax significa sin

    duda que an menos lo sern en la era del correo electrnico y de internet. esto me llev a

    pensar que hay que empezar por establecer un precedente relativamente fcil de realizar y

    que la idea de reproducir bajo la forma de libro los intercambios de faxes entre dos o ms

    intelectuales sigue siendo pertinente.

    imaginemos que se publique un libro de esa ndole. para quienes estn acostumbrados

    a los antiguos medios de comunicacin, sera materia de una autosatisfaccin nostlgica.

    pero qu valores constructivos podran encontrar en l quienes ya estn sumergidos en el

    universo de internet? antes de orles decir: "ninguno!", quisiera pedirles que escuchen al-

    gunas ideas sugeridas por mi naturaleza de novelista, o mejor dicho, por mis defectos de

    novelista.

    en primer lugar, creo que es til para el buen desarrollo de los nuevos medios de co-

    municacin establecer entre ellos y los antiguos medios una especie de feed-back loop (cir-

  • cuito de retroaccin). establecer un vnculo, aunque sea parcial, entre la expresin de los se-

    res humanos en internet y ese viejo medio que es el libro; reunir bajo la forma de libro los

    intercambios realizados por correo electrnico en internet y observar lo que resulta. no es

    acaso una empresa pertinente? este es un primer argumento.

    en segundo trmino, si los mensajes electrnicos se publican en forma de libro, es po-

    sible examinar con precisin el "estilo" de ese nuevo tipo de comunicacin. el estilo (en el

    sentido literario de la palabra) est desprovisto de toda significacin fundamental en los

    nuevos medios de comunicacin? los nuevos medios de comunicacin, van a transformar

    a los seres que vivan en el siglo xxi?

    estudios en curso muestran que ciertas lenguas minoritarias en el mundo se utilizan tal

    cual en internet. es algo de lo que podemos alegrarnos. veamos ahora el caso del coreano,

    aunque ello signifique salir totalmente de la nocin de lengua minoritaria. imaginemos que

    el alfabeto hangul pueda circular ampliamente por internet entre los dos estados de la pe-

    nnsula coreana, japn, estados unidos, y hasta en europa. con toda seguridad se lograr un

    desarrollo muy positivo de las relaciones internacionales en el este de asia.

    de manera ms especfica, en sus intercambios con el mundo por medio de internet,

    los japoneses recurren habitualmente a la lengua inglesa. yo me intereso por el estilo que

    emplean en ingls los japoneses que se expresan por correo electrnico en internet. posible-

    mente, slo se trata -por ahora- de una simple conversin en bruto del japons al ingls;

    como si se hiciera pasar al japons por una mquina de traducir rudimentaria. pero cuando,

    gracias a internet, los japoneses se ponen a participar del mundo lingstico del ingls y esa

    participacin toma una dimensin sin precedentes, aparece un estilo ingls propio de los

    japoneses? cmo repercute ese estilo en la lengua japonesa practicada en los antiguos me-

    dios de comunicacin? esto puede modificar el estilo del japons impreso en los libros? a

    m, que soy novelista, eso es lo que me interesa. un cambio radical en el estilo de la lengua,

    no sera el indicio ms evidente de cambios ocurridos en el universo mental de los japone-

    ses?

    me parece que en los nuevos estudios lingsticos -quizs sea excesivo calificarlos de

    nuevos, ya que mis conocimientos medianamente especializados en la materia se quedaron

    en el nivel de los aos 60- casi no hay investigaciones cientficas sobre la cuestin del "esti-

    lo". a semejanza del terreno literario, uno tiene ms bien la sensacin de que no se va ms

  • all de las monografas sobre el estilo de tal o cual autor, pero que prcticamente se ha re-

    nunciado a establecer reglas universales en materia estilstica. de tal manera, no existe nin-

    gn investigador que tenga la certeza de que las particularidades estilsticas de los japone-

    ses, cuando escriben en ingls, sean explicables por tal o cual condicin necesaria y sufi-

    ciente. si se tratara de las caractersticas fonticas del ingls hablado por mis compatriotas,

    bastara con que yo pronuncie ciertas palabras en ingls para que se pusieran en evidencia

    un buen nmero de parmetros.

    sin embargo, creo que si el estilo del ingls utilizado por los japoneses se enriqueciera

    gracias a la moda de internet, habra tambin una profundizacin estilstica en los textos

    que escriben los autores literarios. la literatura japonesa ya conoci cambios considerables,

    a comienzos de la poca moderna, con la unificacin de la lengua hablada y la escrita. ima-

    gino que eventuales descubrimientos de "estilstica" inglesa en internet son susceptibles

    -nos guste o no- de modificar el estilo de la literatura escrita en japons.

    al tener como principal vocacin la transmisin rpida de informaciones, es normal

    que la lengua de internet tenga grandes diferencias con la que utilizan los novelistas. quizs

    sea se el argumento que se opondr a mi punto de vista de ignorante.

    acaso no fui yo mismo quien, en el pasado, evoc las diferencias de expresin lin-

    gstica entre las palabras de la literatura y las del lenguaje cotidiano? entonces me refer a

    las tesis lingsticas del formalismo ruso. dicho sea entre parntesis: si bien la unin sovi-

    tica desapareci, varios de sus brillantes movimientos intelectuales de los aos 20 o 30 con-

    servan toda su pertinencia y son parte integral del patrimonio vivo del siglo xx. es el caso

    del formalismo ruso.

    para simplificar las cosas digamos que las palabras de la escritura literaria, por un pro-

    cedimiento que los formalistas rusos llamaban ostraninie -extraamiento- retrasan la trans-

    misin del sentido y la hacen ms lenta. ese procedimiento permite volver a dar a las pala-

    bras la resistencia que presentan las cosas al tocarlas. evidentemente, no es deseable que en

    internet las palabras tengan ese tipo de funcin, que atrasa o complica la transmisin del

    sentido y de la informacin. ahora bien, debo confesar aqu que mi visin de la novela o de

    la literatura en general, se funda en esa teora de la ostraninie, y que yo complico delibera-

    damente la transmisin del sentido. es por eso que muchos jvenes intelectuales probable-

    mente estimen que yo ser el primer novelista en ser relegado al olvido por la nueva gene-

  • racin internet.

    pero yo, que soy hombre de los antiguos medios de comunicacin, no puedo contener

    las ganas de decir que hasta las palabras del correo electrnico tienen un "estilo", al igual

    que las palabras de la expresin literaria. el historiador francs yves-marie berc, que ca-

    sualmente naci el mismo ao que yo (1935) se cuenta entre las personas con quienes qui-

    siera conectarme si tuviera internet. se trata del autor de un libro titulado el caldero y el bis-

    tur; (4) que relata cmo, a partir del verano de 1798, el tratamiento de la viruela, descu-

    bierto por el mdico ingls edward jenner, se difundi por toda europa.

    ese libro fue traducido al japons con el ttulo de nabe to ransetto por la editorial

    shinhyoron. cito:"la noticia se extendi velozmente a travs de europa. sin embargo, por en-

    tonces el continente estaba en guerra, los mares estaban dominados por los piratas, los ejr-

    citos bloqueaban los caminos. a pesar de todos esos obstculos, la vacuna contra la viruela

    tena sus particulares vas de transmisin. en pocos aos y en todos los pases, no slo las

    eminencias de las facultades conocan el descubrimiento, sino tambin los mdicos de mo-

    destos consultorios particulares, que a pesar de hallarse fuera de las corrientes intelectuales,

    estaban en condiciones de difundir la vacuna en su entorno, y an mejor que los otros".

    quisiera superponer aqu la ltima lnea del texto de yves-marie berc al relato que

    hace, en la cronologa histrica japonesa, un mdico de edo que practicaba la medicina oc-

    cidental, sobre la apertura de una clnica de tratamiento de la viruela en otamagaik. la fe-

    cha dada es ansei (5), es decir 1858. sealemos que antes y despus de esa fecha hay varias

    menciones a la viruela. la informacin sobre la vacuna antivarilica habra tardado por lo

    tanto sesenta aos para llegar de una europa arrasada por la guerra a un japn cerrado a los

    extranjeros. qu cmulo de esfuerzos humanos fue necesario para eso? si se considera el

    fenmeno en su conjunto, se ve claramente que la informacin es, tambin, una forma pro-

    funda de expresin. se puede distinguir un "estilo". es el trabajo que efecta el historiador

    yves-marie berc. lo que yo llamo "estilo" puede definirse mediante varias preguntas: qu

    es el ser humano? cules son sus actividades? qu nos revelan de l?

    quisiera dirigirme a los investigadores que realizan estudios especializados sobre los

    nuevos medios de comunicacin. quisiera que interrogaran a las personas que -gracias a la

    utilizacin de internet y del correo electrnico- han desarrollado nuevas redes de solidari-

    dad para dar una respuesta humana a esas tragedias demasiado reales que son las guerras.

  • por ejemplo, saber cul era el "estilo" de las informaciones transmitidas por internet durante

    la campaa contra las minas antipersonales. cuando se piensa en el efecto impresionante

    que tuvo esa campaa, me parece que no es intil comparar esa transmisin de informacin

    (que no necesit ni un segundo para alcanzar todos los rincones del planeta) con la que re-

    quiri sesenta aos para llegar a japn. este es el mensaje que el novelista que soy quiere

    transmitir.

    maruyama masao escribi alguna vez que un novelista era alguien que deca mucho

    partiendo de muy poco. por lo tanto, yo quisiera resumir lo fundamental de mis palabras.

    qu espero de internet? en una poca en que los estados, las relaciones internaciona-

    les y hasta todo el planeta se ven aplastados por la lengua de un solo poder, la red de inter-

    net puede constituir un medio de comunicacin de resistencia para los individuos. pero mu-

    chas veces, las palabras que utilizan los individuos provienen del grupo dominante, por lo

    que arrastran consigo el sentido de esa dominacin, y su aceptacin.

    vuelvo a pensar ahora en george orwell, autor de 1984, que tena una visin premoni-

    toria del lenguaje totalitario. a causa de su experiencia en la radio britnica se interesaba

    profundamente en la posibilidad de expresarse por medio de un ingls elemental. es por eso

    que yo tambin me intereso en el "estilo" del ingls que utilizan los japoneses en internet.

    pues mis compatriotas emplean habitualmente frases cercanas al ingls bsico. si lograran

    singularizar suficientemente su ingls, japonizarlo, impondran un estilo diferente. y resisti-

    ran as a la nueva dominacin.

    (*) (este texto retoma fundamentalmente la comunicacin presentada por el autor durante el

    simposio organizado en tokio el 12 y el 13 de septiembre de 1998 por el diario asahi shim-

    bun, en ocasin de su centsimo vigsimo aniversario, sobre el tema "el periodismo en la

    era de los multimedia".)

    notas

    1- ver, por ejemplo, edward w sad, "rponse aux intellectuels arabes fascins par garaudy",

    le monde diplomatique, pars, agosto de 1998.

    2- gershom sholem (berln, 1897-jerusaln, 1982) fillogo, historiador y telogo israel, au-

    tor de grandes corrientes de la mstica juda (1941); los orgenes de la cbala (1966), y el

  • mesianismo judo (1974)

    3- walter benjamin (1892-1940), ensayista alemn perteneciente a la escuela de francfort,

    autor de la obra de arte en la poca de su reproduccin tcnica (1936) , y de pars, capital

    del siglo xix (1939).

    4- yves-marie berc, le chaudron et la lancette. croyances populaires et mdecine prventi-

    ve. 1798-1830. presses de la renaissance, pars, 1984.

    kenzaburo o

    5- escritor japons, premio nobel de literatura 1994, nacido en 1935. anagrama ha publica-

    do en castellano algunas de sus obras: la presa, una cuestin personal, el grito silencioso,

    dinos cmo sobrevivir a nuestra locura, cartas a los aos de nostalgia, arrancad las semillas,

    fusilad a los nios.

    traduccin carlos alberto zito

    le monde diplomatique y capital intelectual s.a. nmero 8 - febrero 2000