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OBSERVACIONES SOBRE EL ESPAÑOL E N SANTA BARBARA, C A L I F O R N I A *
Es evidente que así como parece no sólo inconveniente , sino equ i vocado referirse, por e jemplo , al español en América como si se t r a t a r a de u n todo homogéneo que como ta l se opusiera al español pen insular , tampoco puede hacerse eso con el español que hoy usan en Estados U n i d o s muchos mil lones de hablantes, pues consiste, como todo diasistema, de varios sistemas que l legan a d i f e r i r de manera sensible unos de otros. Por ende las frecuentes designaciones de población "h i spanohab lante " , "hispánica" o " d e o r igen y ascendencia hispánica" en Estados U n i d o s son términos imprecisos y de n i n g u n a f o r m a s inónimos 1 . S in embargo , en general suele calificarse a esta ent idad l l amada español de los Estados U n i d o s como r u d i m e n t a r i a , que supone u n escaso uso de la lectura y la escritura; con u n a considerable diversidad léxica i n t e r n a (y dialectal , en general) ; así como inserta en una h a b i t u a l situación de bilingüismo que conduce necesariamente a la diglosia, en donde su uso queda relegado al ámbito f a m i l i a r y a los niveles in formales ; y , finalmente, como o t r a pecu l iar idad , se menc iona con frecuencia la " m e z c l a " de id iomas (inglés y español) en que n o r m a l m e n t e i n c u r r e n los hablantes.
Es común clasificar en cuatro grupos mayores a los hispanohablantes de los Estados U n i d o s : mexicanos, puertorriqueños,
* Parte de este estudio, por lo que toca a Moreno de Alba , se pudo hacer gracias al apoyo de una beca Fulbr ight para investigación (verano de 1986), concedida por el Servicio C u l t u r a l e In format ivo de los Estados Unidos de América.
1 Esto resulta particularmente obvio cuando se pretende determinar la verdadera dimensión de la lengua española, como lengua de origen en ese país, y el grado de bilingüismo con el inglés que puede tener esa población (cf. E R NESTO B A R N A C H - C A L B Ó , La lengua española en Estados Unidos, Oficina de E d u cación Iberoamericana, M a d r i d , 1980, p. 75).
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cubanos y peninsulares 2 . Las características que se señalan para el español de estos últimos son: si proceden del centro, u n sistema fonológico de 18 fonemas, entre los cuales está ausente el pa lata l la tera l / l / ; si el or igen es andaluz , el sistema se reduce a 17, por la eliminación de la interdental G, que se art icula como [s], la aspiración de -s imp los iva , confusión de líquidas, etcétera; casi todos conservan el uso de vosotros. Por lo que respecta al español cubano, la var iedad estadounidense no dif iere de manera s igni f i cat iva de la isleña debido a la reciente l legada del grupo a Estados U n i d o s (de 1959 en adelante); con el t iempo, sin embargo, no será sorprendente que se vean divergencias notables entre las dos modalidades, especialmente con relación a la interferencia con el inglés. E l cubano exhibe debilitación y pérdida de vocales protónicas, sonorización de k, eliminación de -d- en part ic ip ios pasados, aspiración de / x / , velarización de -n, debilitación, pérdida o aspiración de -r, aspiración, debilitación, asimilación, o pérdida de -s. E l español puertorriqueño posee la mayoría de las peculiaridades del cubano , aunque habría que añadir, entre otras, la [ R ] velar y la asibi lada, así como algunos vulgar ismos morfológicos del t ipo de pongamos, delen por denle, hadré por haré, que se d o c u m e n t a n en ampl ias zonas hispanohablantes , y la inversión del verbo -pro n o m b r e en la interrogación ( " ¿ Q u é tú qu ie res ? " ) 3 . L o que nos interesa destacar es el hecho de que el español mexicano-estadounidense, al que nos referiremos más adelante con mayor detalle, t iene rasgos predominantes diferentes de los que suelen asignarse a otros dialectos del español estadounidense. Q u e d a así c o m p r o bada la var iabi l idad del español en esos territorios y la impropiedad de referirse a todas esas modalidades como "español de los Estados U n i d o s " .
Por lo que concierne al español mexicano, se le ubica de manera predominante en el sur, más específicamente en el suroeste y suele a t r ibu i r se , como or igen de los i n m i g r a n t e s , el norte de M é x i c o , parte del occidente y del A l t i p l a n o C e n t r a l . Es frecuente clasi f i -
2 Así lo establece, por ejemplo, D A N I E L N . CÁRDENAS, Dominant Spanish dialects spoken in the United States, Educational Resources In format ion Center, Washington, 1 9 7 0 , p. 1 7 . H a y que hacer notar, sin embargo, que en la última década ha habido u n inf lujo numéricamente importante de grupos proceden-íes de otras naciones de América Lat ina , especialmente de Colombia , El Salvador, Guatemala, Nicaragua y Honduras.
3 Como es fácil advertir, estamos simplificando en extremo los rasgos, ya de por sí muy resumidos, que ofrece CÁRDENAS (loe. cit.).
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cario en cuatro zonas en los Estados U n i d o s : 1) Texas; 2) N u e v o M é x i c o y sur de Co lorado ; 3) A r i z o n a y 4) C a l i f o r n i a 4 . E n el español mexicano de Texas se observan, entre otros, los siguientes rasgos: asibilación esporádica de / r r / , aspiración de / x / , reducción de grupos consonanticos cultos en el n ive l popular , e l i m i n a ción en el habla co loquia l , de -d- (y , en menor grado, de -y- y -g-); rura l i smos como vivemos (por vivimos) y preferencia m u y marcada de la perífrasis ir a + i n f i n i t i v o en lugar del f u t u r o sintético. Es reconocido por todos el carácter arcaico del español de N u e v o M é x i c o , debido en parte a u n largo per iodo de ais lamiento , así como su vigencia y estabi l idad que hacen, por e jemplo , que las leyes de las dos Cámaras se escriban en inglés y en español, lo que supone además que existe el derecho de defenderse j u d i c i a l m e n t e en cualquiera de las dos lenguas. A lgunas de sus pecu l ia r i dades son: tendencia a la diptongación de los hiatos , aspiración de eliminación de -y-; nasalización de las vocales; formas verbales rurales y arcaicas (truje, haiga, quedrá, ría [reía], vide, cáiba, créiba [caía, creía], etcétera); vocabular io igualmente ant icuado : agora, ansí, escuro...b. L a m o d a l i d a d de la lengua española en A r i z o n a es menos arcaica que en N u e v o Méx i co y pueden observarse ahí, aunque con m u c h o m e n o r frecuencia, los rasgos anotados para ese dialecto.
Antes de referirnos al español ca l i f orn iano , conviene aclarar que el español mexicano ocupa también otras importantes áreas geográficas en los Estados U n i d o s . Baste señalar, como simples e jemplos, dos obras que t ienen ese objeto de estudio. Así en Spa-nish in the U.S. setting. Beyond the Southwest6, se pueden leer a lgu nos estudios que at ienden variedades diferentes de las más frecuentemente analizadas. Por su parte Stanley M . T s u z a k i escri-
4 Obviamente el mayor desarrollo se halla en las áreas fronterizas a lo largo del río Bravo y los límites con la Baja Cal i fornia , pero hay que notar que existen importantes conglomerados mexicanos en los estados de Il l inois y M i chigan. L a zona urbana de Los Angeles es, por supuesto, donde más se concentra la población mexicana.
5 Como se sabe, se cuenta con una excelente descripción de esta modal i dad del español estadounidense en la obra de A U R E L I O M . ESPINOSA, Estudios sobre el español de Nuevo México, trad. y reelaboración con notas por Amado Alonso y Ángel Rosenblat, BDH, 1 ( 1 9 3 0 ) . Debe reconocerse, empero, que muy probablemente se han operado cambios importantes en el dialecto en los muchos años transcurridos desde la investigación de Espinosa.
6 L U C Í A ELÍAS-OLIVARES (ed.), Nat ional Clearinghouse for Bil ingual Edu-cation, Rosslyn, 1 9 8 3 .
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bió u n l i b r o sobre u n a var iedad del español mexicano en el norte de los Estados U n i d o s 7 .
Podría pensarse que el español que hoy se habla en C a l i f o r n i a es u n a continuación de la lengua que hasta ahí l l evaron los colonizadores españoles en el siglo x v m . Debe considerarse, sin e m bargo , que lo que acontece con el castellano de esa región hasta pr inc ip ios del siglo x x casi no guarda relación con el i m p o r t a n t e desarrollo que tendrá después, como efecto de lo que se ha l l a m a do la época de las grandes inmigrac iones . Es necesario tener en cuenta que a finales del siglo x i x el español estaba ahí condenado a desaparecer y los m o v i m i e n t o s migrator ios de las pr imeras décadas del siglo actual v i n i e r o n en verdad a rev i ta l i zar l o . C o m o varios autores h a n señalado, ello se debe esencialmente a las copiosas inmigrac iones de mexicanos y a su alta tasa de n a t a l i d a d , aunque también h a n colaborado los desplazamientos de hispanohablantes que residían en los estados de N u e v o M é x i c o , A r i z o n a , Colorado y, quizá más abundantemente, de Texas 8 . Por otra parte , parece indudab le que, antes de 1900, el sent imiento de m e x i -canidad entre los habitantes de ese extenso t e r r i t o r i o estaba práct icamente ausente. Conv iene recordar que rec ib ieron con apática f r i a l d a d la not i c ia de la independencia de M é x i c o , que los convertía por ende en ciudadanos mexicanos. Y puede decirse sin h i pérbole que, antes de que se acos tumbraran a su nuevo estado de m e x i c a n i d a d , f o r m a b a n ya parte de los Estados U n i d o s . L a histor ia explica que los veintic inco escasos años que Ca l i f o rn ia perteneció a M é x i c o casi no s i rv ieron para fomentar u n sent imiento nacional ista , pues parece ser que no había v o l u n t a d de los ca l i fornios para hacerse mexicanos, a lo que debe sumarse el l a m e n -
7 S. M . T S U Z A K I , English influence in the phonology and morphology ofthe Spa-nish spoken in the Mexican colony in Detroit, Michigan, Ph. D . dissertation, Univer -sity of Mich igan , A n n A r b o r , 1963. Vale la pena transcribir algunas de sus conclusiones: 1) las interferencias del inglés con el español no se deben a desconocimientos de éste; 2) modif ican m u y moderadamente la estructura del español; 3) hay una relación inversa entre aculturación y uso del español; 4) por el contrario, hay una estrecha relación entre aculturación e incidencia de préstamos; 5) es m u y dudoso que el inglés llegue a reemplazar totalmente al español (hay monolingües, continúa la inmigración, etcétera), pp. 63-64.
8 Para estos y otros datos resulta útil la consulta del l ibro de A N T O N I O B L A N C O , La lengua española en la historia de California, Cu l tura Hispánica, M a d r i d , 1971. E l aspecto propiamente filológico o lingüístico es m u y poco técnico; sin embargo, para u n acercamiento histórico al asunto, proporciona abundante información.
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table descuido del gobierno de M é x i c o para estos terr i tor ios y la poca cal idad de los gobernadores mexicanos , que en ocasiones se hic ieron merecedores de su expulsión de Cal i fornia . Por otra parte, si la independencia de Méx i co sucedió en 1821 , en C a l i f o r n i a v i no a i n f l u i r realmente sólo unos diez años después, al l legar la expedición Híjar-Padrés, pues se t ra taba de gente más culta y en número más i m p o r t a n t e que las que la precedieron y , n a t u r a l m e n t e , tuvo que ver de manera destacada en el proceso de m e x i -canización.
Es probable , aunque aún d iscut ib le , que en el español p r i m i t i vo de Ca l i f o rn ia , el de finales del siglo x v m y principios del x i x , haya i n f l u i d o más la lengua de los soldados presidíales que la de los misioneros , con u n más alto n i v e l c u l t u r a l , aunque debe reconocerse que a u n aquéllos eran realmente m u y pocos: hacia 1764 había sólo 1 271 soldados ( inc luyendo oficiales) y tenían el encargo de defender u n t e r r i t o r i o de 3 500 kilómetros, en el cual estab a n dispersos 23 presidios o establecimientos mil i tares . Y si se pasa al año 1823, se verá que eran unas cuantas las famil ias que se ha bían podido l levar de M é x i c o , unas t r e i n t a aprox imadamente , cuando el número de habitantes era de 3 270, sin contar los i n dios aborígenes. E l resto eran españoles y , p a r t i c u l a r m e n t e , soldados. Según D u f l o t de M o f r a s , en 1824 había: 4 000 descendientes de europeos (con toda p r o b a b i l i d a d predominantemente españoles), 360 estadounidenses, 300 ingleses, escoceses e irlandeses, 80 españoles, 80 franceses, 90 alemanes, i ta l ianos , portugueses e isleños de varias procedencias, y 90 colonos mexicanos 9 .
T o d o lo anter ior permi te pensar que , aún durante la época mex i cana , C a l i f o r n i a era u n a pequeña colonia española que c u l t u r a l y lingüísticamente daba l u g a r a modal idades m u y diversas de las que entonces se esti laban en M é x i c o . Y a se sabe que i n m e d ia tamente después, a p a r t i r de 1842, los norteamericanos empezarán a a f l u i r de m a n e r a impres ionante (recuérdese la fiebre del o ro ) , de ta l manera que, por e jemplo , de 1842 a 1846 l legan a i gua lar a la anter ior población h i s p a n o h a b l a n t e 1 0 . N a t u r a l m e n t e que l a aculturación de éstos fue i n m e d i a t a . E l h is tor iador B a n -croft escribía a fines del siglo x i x : " n o existía u n a c o m u n i d a d fuerte en ningún sentido, n i m o r a l , n i físico, n i político. Por eso,
9 Citado en B L A N C O , op. cit., p. 125. 1 0 Aunque debe aclararse que la parte sur del territorio , que incluye Santa
Barbara y San Diego, recibió más tardíamente los contingentes importantes de norteamericanos y preservó u n tipo de vida más apegado a los hábitos españoles.
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así como los salvajes [sic] se es fumaron ante la super ior idad de los mexicanos, así se es fumaron éstos ante la super ior idad de los a m e r i c a n o s " 1 1 . Esto viene a comprobarse en los censos posteriores: si hacia 1860, entre 380 000 habitantes se señala sólo la existencia de 9 200 mexicanos, en el de 1880 sólo habrá 8 600 entre 864 700 pobladores. C o m o se comprenderá, hacia esa época, los antiguos californios estaban ya perfectamente adaptados a la nueva c u l t u r a ; los mexicanos (y , obv iamente , los indios) fueron perseguidos y discr iminados . E l resultado de esa act i tud represiva e i n to lerante , que de cierta m a n e r a p e r d u r a hasta nuestros días, es que hacia finales del siglo apenas si se hablaba u n poco de español en toda el área y este poco estaba además destinado a desaparecer casi del todo . Serán, como ya se notó , las migraciones de los mexicanos, en las pr imeras décadas del siglo x x , de m a n e r a prácticamente constante 1 2 y creciente hasta nuestros días, las que expl ican hoy el f l orec imiento y pu janza del español de C a l i f o r n i a , aun cuando hay u n a marcada oposición —hasta o f i c i a l — al b i l ingüismo 1 3 . Debemos suponer que, de i n t e r r u m p i r s e esa cor r i ente m i g r a t o r i a , especialmente en vista de la nueva ley de i n migración que entra en vigencia en mayo de 1987, volvería la amenaza de extinción de la lengua española a mediano plazo.
L a in f luenc ia del español mexicano a finales del siglo x v m y pr inc ip ios del x i x debió haber sido de m u y poca i m p o r t a n c i a 1 4 . S in embargo , de este per iodo datan algunos indigenismos léxicos (nahuatlismos, generalmente), muchos de los cuales persisten hasta hoy : camote, ocote, pozolera, tepetate, totopo...15. A lgunos otros me-
1 1 B L A N C O , op. cit., p. 1 3 1 . 1 2 Aunque debe señalarse que la inmigración tanto legal como ilegal se
redujo sustancialmente, pr imero por la gran depresión económica de los años 1 9 3 0 - 1 9 3 3 y después por las oportunidades de trabajo que trajo consigo la política económica de Lázaro Cárdenas. Cf. JOSÉ G. M O R E N O DE A L B A , " O b servaciones sobre el español en la frontera norte de M é x i c o " , en La frontera del norte. Integración y desarrollo, R . González Salazar (ed.), El Colegio de México, México, 1 9 8 1 , pp. 8 5 - 9 4 .
1 3 En noviembre de 1 9 8 6 , los californianos aprobaron en las urnas una medida legal que declara el inglés la lengua oficial del estado y que l i m i t a notablemente la posibilidad de emplear el español (y otras lenguas) en contextos oficiales y gubernamentales. Paralelamente, se han reducido drásticamente los fondos destinados a la educación bilingüe.
1 4 Sobre el español de esta época escribe B L A N C O : " H e m o s encontrado pocos mejicanismos y en la gran variedad de términos referentes a los vaqueros creemos que la mayoría son de origen cal i forniano" (op. cit., p. 1 6 0 ) .
1 5 Aunque otros indigenismos registrados por B L A N C O (pp. 1 6 3 y ss.) r e -
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xicanismos deben situarse ya en la época prop iamente mexicana (entre 1823 y 1846): achichinque, comal, jacal, mecate, petaca, molcajete, chapopote... U n o de los rasgos predominantes de la inf luencia mex icana por esos años es, a j u i c i o de Blanco " u n a abundantísim a cant idad de palabras ya típicas en el español de Méx i co , lo m i s m o que u n a construcción gramat i ca l d i ferente , en la que i n terv ienen no pocos vulgarismos que antes no habíamos h a l l a d o " (p . 321) . Se refiere, por e jemplo , a dislocaciones acentuales de vocales, diptongaciones, epéntesis, cambios analógicos de verbos y muchos otros fenómenos rurales o vulgares. También se transc r iben vocablos que, seguimos resumiendo a Blanco (p . 341), parecen proceder de etapas anteriores del desarrollo del español: cir-güela, aigre, catota (canica), cholo (soldado), cosijoso ( i n s i s t e n t e ) , / ^ ' (elegante), fifirifi (flaco), tuturusco ( borracho ) . . . Y ya en el español ca l i f orn iano del siglo x ix se d o c u m e n t a n anglicismos del t ipo es-pauda (yeast powder), basqueta (baskei), guara {water), etcétera.
L a lengua española en Cal i f orn ia , quizá más que la de las otras zonas de los Estados U n i d o s , se caracteriza, según varios estudiosos, entre ellos Blanco , por el alto grado de rustic ismos, que se debe, entre otros factores, a u n sustrato de hablantes de n ive l sociocultural bajo: " L o s emigrantes que en aluvión llegaron a p r i n cipios del siglo xx , casi todos indigentes, «sobrantes» modestos de las más apartadas regiones del país (el diez por ciento de la población to ta l de Méx i co ) [. . .] traían consigo también una lengua rústica y l lena de provincial ismos además de muchos términos j e r gales y de germanía" (p . 254). N o cabe d u d a de que las subsiguientes inmigrac iones , inc luyendo las que hoy siguen engrosando el número de mexicanos en C a l i f o r n i a , t i enen características sociales, económicas y culturales semejantes.
Por o t ra par te , la m o d a l i d a d del español ca l i forniano no parece equivalente al nuevomexicano , el que describe Espinosa (cf. no ta 5) y que se quedó en casi completo a is lamiento . Es m u y p r o bable que hacia 1840 sí hub iera muchas afinidades entre estos dos dialectos, pero el ca l i forniano , como ya se d i j o , prácticamente desapareció a finales del siglo x ix y el que hoy se habla tiene como base el de los mexicanos que comenzaron a l legar durante las p r i meras décadas del siglo x x y las siguientes i n m i g r a c i o n e s 1 6 .
sultán hoy poco conocidos aun para el hablante mexicano medio: cacaste, chancaca, niscayote, tepetomate...
1 6 Se necesitaría asimismo u n buen número de pruebas para aceptar la
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N o hay u n estudio que pretenda describir , en su t o t a l i d a d , el español cal i forniano. Sí existen, empero , importantes estudios sobre variedades part iculares , especialmente la de Los Ange les 1 7 . Si se consulta la bibliografía que p u b l i c a r o n R i c h a r d V . Tesch-ner , G a r l a n d D . Bi l ls y J e r r y R . C r a d d o c k 1 8 , se observará que en general las investigaciones sobre el español de los Estados U n i dos (no sólo el de C a l i f o r n i a ) t ienen u n enfoque socioligüístico y casi no las hay que tengan por objeto u n a descripción p o r m e n o r i zada de la fonética, la gramática y el léxico, a la manera de la t rad i c i ona l dialectología, a nuestro entender indispensable como base sobre la cual puedan concebirse o tro t ipo de acercamientos al fenómeno lingüístico.
Los rasgos que proporc i ona Cárdenas sobre el español ca l i f o rn iano son sumamente pobres y superficiales: existencia de palabras y frases inglesas intercaladas en la cadena hablada (proba blemente se refiera al fenómeno que ahora se conoce como camb i o de código —code switching—, cf. infra p . 196); modif icaciones en los patrones entonativos ; presencia de algunas peculiaridades que dejó el pachuco de los años t r e i n t a y cuarenta; y , en general , u n estado de bilingüismo con el inglés que el autor califica de ' 'solución diferente y d i g n a " (p . 27).
E n 1850 la población de C a l i f o r n i a era de 93 000 habitantes , que representaban u n 0 . 4 % de la población total del país. E n 1985 el estado cuenta con 25 857 500 habitantes , que const i tuyen el 1 0 . 8 % del to ta l n a c i o n a l 1 9 . Si las cifras relativas a la población general son fidedignas, no se puede decir lo m i s m o de las esta-
hipótesis de CÁRDENAS (op. cit., p. 27) en el sentido de que el español de C a l i fornia viene a ser una extensión del de Arizona.
1 7 Cf . , por ejemplo, los artículos de R O B E R T N . P H I L L I P S , " T h e segmental phonology of Los Angeles Spanish" , en J . D O N A L D B O W E N y J A C O B O R N -STEIN (eds.), Studies in Southwest Spanish, Newbury House-Cambridge Univer sity Press, Rowley, 1976, pp. 74-92; " Inf luence of English Ibl i n Los Angeles Spanish" , in J O N A M A S T A E y L U C Í A E L Í A S - O L I V A R E S (eds.), Spanish in the United States. Sociolinguistic aspects, Cambridge Univers i ty Press, New Y o r k -Melbourne , 1982, pp. 71-78; y su tesis, " L o s Angeles Spanish: A descriptive analysis" , University of Wisconsin, Madison , 1967.
18 Spanish and English of the United States hispanos: A critical, annotated, linguistic bibliography, Center for Appl ied Linguistics, A r l i n g t o n , 1975.
1 9 Los datos relativos a la población nacional, estatal y de los varios condados derivan de varias publicaciones oficiales que emanan del Censo Ofic ial de 1980. Los datos resumidos aquí provienen de California almanac. 1986-1987 edition, Sacramento, 1985; California county fact book, Sacramento, 1984.
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dísticas referentes a la población hispánica, sea hispanohablante o anglófona. E l censo americano se empeña en emplear clasificaciones genéricas (Spanish American), y dec ididamente erróneas (Spanish origin), que d i f i cu l tan el proceso de obtener u n a visión medianamente clara de la distribución y tipología de la población hispánica. S in embargo , es indudable que la población hispánica, por genérica que sea la clasificación, es de or igen mexicano , por lo menos en Cal i f o rn ia y en gran parte del suroeste. Según el censo de 1980, el condado de Santa Barbara tenía 298 694 habitantes , de los cuales 55 356 se clasifican como de or igen español {Spanish origin); esta c i f ra corresponde al 1 8 . 5 % de la población to ta l y no di f iere notablemente del promedio estatal. Si b ien hay condados con u n porcentaje notablemente más alto de población hispánica ( I m p e r i a l , 55 .8 ; San Ben i t o , 45.7 ; Fresno, 29.3, para c i tar sólo algunos) , el condado de Santa Barbara se sitúa m u y cerca del p r o med io estatal, que es de u n 1 9 . 2 % (4 544 331).
U n a población mexicano-americana del 2 0 % , a pesar de ser s igni f i cat iva , no parece étnicamente de terminante , pero hay que recordar que los censos no ref le jan, en general , los grandes números de trabajadores indocumentados que, con o sin f a m i l i a , se suman a las filas de los mexicanos " l e g a l e s " . Es ex t remadamente difícil calcular el número de mexicanos indocumentados residentes en C a l i f o r n i a , dado el cont inuo f lu jo y renovación de la fuerza labora l . Pero sería erróneo t ra tar a esta porción de la población como m a r g i n a l e i rre levante para efectos de nuestro estud io . Este es el segmento que ha estado n u t r i e n d o y sosteniendo el español tanto en C a l i f o r n i a como en el suroeste en general y que di f iere del grueso de los " h i s p a n o s " sólo por su cal idad m i grator ia . N o será superf luo recordar aquí que la nueva ley de i n migración de los Estados U n i d o s legalizará la presencia de todo trabajador y f a m i l i a r que pueda documentar su estancia en el país a p a r t i r de 1982 2 0 . Reconociendo la necesidad de ajustar las c i fras anteriores para ref lejar lo antedicho, no sería aventurado ha b lar de u n p r o m e d i o estatal del 30 al 4 0 % de mexicanos en la población t o t a l . Si consideramos que la tasa de crec imiento demo-
2 0 En patente paradoja, la nueva ley exije prueba de residencia justamente a aquellos que durante años se han visto obligados a esconderse y a borrar sus huellas documentales para no ser repatriados. Es asimismo interesante observar cómo el gobierno estadounidense no está en grado de calcular cuántos serán los amnistiados. Se habla de dos a cinco millones de personas legaliza-bles; esa cifra, según algunos, apunta a posiblemente diez millones de indocumentados, legalizables o no.
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gráfico de este segmento es cinco veces superior a la del grupo d o m i n a n t e , saltará a la vista que la actual minoría notable se convertirá pronto en mayoría sumamente vis ib le .
Sobre el español de Santa Barbara en par t i cu lar no existe p u bl icado estudio a lguno. E n cuanto al carácter de c o m u n i d a d l i n güística que consideramos indispensable para conver t i r la en suj e to de investigación dialectal , no cabe d u d a que encaja dentro * de parámetros establecidos. Además de contar , como acabamos de señalar, con una abundante población hispanohablante , ésta se concentra en dos secciones fácilmente identif icables en la c i u d a d ( la sección este y la noroeste); la existencia de muchos p r o gramas sociales y educativos destinados a u n a población no an -glohablante o bilingüe es también ind i c i o de la v igencia y v i t a l i dad de la comunidad. E n el terreno de la observación directa, hasta el v is i tante más casual notaría la presencia de este grupo , pues se oye el español en cualquier parte de la c iudad y en cualquier c i rcunstancia . Si b i en es obvio que el inglés es la lengua m a y o r i -t a r i a y de más prest igio , el uso del español rebasa el ámbito hogareño e invade las zonas públicas donde coexiste y compite con el inglés. Y también hay que recordar que el empleo del español no supone, en u n m i s m o i n d i v i d u o , fa l ta de d o m i n i o del inglés. E l alto número de bilingües apunta y evidencia la c o n t i n u i d a d de u n a c o m u n i d a d hispanohablante .
A nuestro entender, m u c h a razón tiene A n t h o n y G . Lozan o 2 1 , cuando precisamente en relación con el estudio de las va riedades del español estadounidense explica la necesidad de descripciones que contengan las pr incipales características o rasgos del dialecto , de manera general y esquemática, antes de empren der estudios minuciosos sobre u n a p a r t i c u l a r realización fonética o f o r m a sintáctica, pues se corre el riesgo de que tales descripciones, sumanente detalladas, i m p i d a n en cierta forma tener una clara idea del dialecto en su to ta l idad . E n las páginas que siguen se pretende precisamente presentar los aspectos predominantes (fonéticos, gramaticales y léxicos) del español en Santa B a r b a r a , como u n p r i m e r y necesario acercamiento que fac i l i te , en su caso, descripciones futuras más minuciosas y part iculares . Los datos pro ceden del análisis de conversaciones grabadas magnetofónicamente. E n ellas in terv ienen siempre sujetos que o b i en nacieron en Santa B a r b a r a ( la mayoría) o b i en h a n v i v i d o ahí la m a y o r parte
2 1 " M a n t e n i m i e n t o del español: enfoque y crítica", en Spanish in the United States setting. Beyond the Southwest, pp. 252-256.
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de su v i d a y allí rad ican al m o m e n t o de la encuesta. Los padres de buena parte de los encuestados son mexicanos de nac imiento , aunque hay casos en los que se tiene que i r hasta los abuelos para encontrar a los ancestros mexicanos. Todos los sujetos de la muest r a son bilingües. Cas i todos hacen uso del español en situaciones de comunicación f a m i l i a r o entre amigos, aunque no fa l tan personas que, por razones de carácter labora l , hacen uso del español en otras circunstancias. L a comunicación con el cónyuge es nor m a l m e n t e en español, así como con los padres o abuelos. Por lo c o n t r a r i o , no en todos los casos se usa el español para hablar con los hi jos ; varios de los sujetos declararon que el t r a t a m i e n t o con sus hi jos era en inglés o, en no pocos casos, m i x t o : de padres a hijos en español y de hijos a padres en inglés. A este propósito convendría recordar que el deb i l i tamiento del español en el seno de la f a m i l i a es uno de los principales argumentos que pueden esgr imirse para hacer depender de la inmigración i n i n t e r r u m p i d a la sobrevivencia del español en C a l i f o r n i a . Es de suponerse que de m a n e r a pau la t ina las nuevas generaciones se expresarán más y más en inglés a costa de español. Es bastante frecuente que los nietos de abuelos mexicanos e hijos de padres nacidos ya en los Estados U n i d o s empleen el español de m a n e r a asistemática y con muchos errores. Si no d i sminuye el proceso de absorción y acul -turación, en m u y pocos años esta población no tendrá n i siquiera u n conoc imiento pasivo del español. Se puede observar ya , por e jemplo , que en u n a f a m i l i a de varios hijos son precisamente los menores los que menos conservan el uso del español. Pero t a m poco fa l tan excepciones que a p u n t a n a la existencia de u n a acendrada tradición que t ransmite de padres a hijos la lengua de los ancestros. Existen también numerosas famil ias en las que el español se mant iene v i v o a pesar de las presiones del inglés en una sociedad que t rad i c i ona lmente le ha pedido al i n m i g r a d o que se despoje de su lengua y c u l t u r a y que se asimile al resto de la población. E n estas famil ias hay u n a clara conciencia de que el español no es u n a d i s y u n t i v a sino u n a opción complementar ia que enriquece y mant iene v i v a u n a ident idad étnica, al m i s m o t i e m po que no inter f iere con la integración a la c u l t u r a m a y o r i t a r i a .
Los 21 sujetos que p a r t i c i p a r o n en las conversaciones grabadas se a g r u p a n de la siguiente f o r m a : 11 mujeres y 10 hombres ; 5 de la p r i m e r a generac ión 2 2 , 9 de la segunda y 7 de la tercera.
2 2 De conformidad con criterios aplicados anteriormente, de cualquier forma arbitrarios, consideramos primera generación hasta los 30 años; segunda,
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OBSERVACIONES FONÉTICAS
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Vocalismo
E l sistema vocálico del español en Santa Barbara se mantiene íntegro y no parece estar en pel igro de sufr i r cambios radicales; las variantes que se dan a continuación son atr ibu ib les , en algunos casos, al contacto con el inglés y , en otros , se ajustan a rasgos y tendencias del español general y a fenómenos documentados en otros dialectos. Los fenómenos vocálicos peculiares en el español de Santa Barbara son cuatro : la diptongación de hiatos; el cierre de Id y / o / (par t i cu larmente en posición final); la aber tura de vocales (en especial de / i / y luí en diversas posiciones); y la v e l a r i zación de / a / ( [a] ) . Para dar u n a idea sobre la frecuencia de cada u n o de los fenómenos en relación con los otros tres, podría asignarse, en u n a escala que vaya del 0 al 10, u n 6 a la diptongación, 3 tanto al cierre como a la aber tura y 1 a la velarización. E n otras palabras podría decirse que esta última es de carácter esporádico, que los fenómenos de abertura y cierre son poco frecuentes y que la diptongación viene a ser el rasgo vocálico sobresaliente en el dialecto .
L a diptongación más frecuente es la que no conlleva cambio acentual sino sólo una semivocalización (o semiconsonantización) de u n a vocal , en par t i cu lar de la Id de ea, ae: atrae > [atrái] , teatro > [tjátro], voltearon > [bolt járon], recreación > [rekrjasjón], empleado > [empljád"/o]. Se produce también en fonética sintáctica: me asociaba > [mjasosjá~b/a], de una > [djúna] , de aquí > [d ja -k í ] , me amarga > [ m j a m a r g a ] . N o fa l tan casos de traslación acent u a l : oído > [ ó i t fo ] , caído > [káicfo] y de metátesis: ciudad > [swicta] así como de diptongación de vocales y no de hiatos: di
jera > [d ix jéra] 2 3 . E l cierre vocálico es frecuente en fin de pa labra : estuve, años,
nueve, unidos > [estútJe, anos, nwé"be, u n i d o s ] ; aunque también puede aparecer en otras posiciones, posiblemente por metafonía:
de 31 a 50 y tercera, de 51 en adelante. Cf. G I O R G I O PERISSINOTTO, " H a c i a una fonética del español hablado en San Anton io , Texas " , ALM, 14 (1976), pp. 56-57.
2 3 Algunas monoptongaciones pueden quizá explicarse mejor como arcaísmos, ruralismos o, si se quiere, como fosilizaciones léxico-gramaticales: quieren > [kéren].
NRFH, X X X V I EL ESPAÑOL EN SANTA BARBARA, CALIFORNIA 183
tenía, llovía > [tenía, y o t n a ] . E n otras ocasiones el cierre de vocales puede verse como asunto de morfología verba l arcaizante o r u r a l : seguí, serví, decía, tenía, vestía > [sigí, sirbí, disía, tenía, bistía].
L a aber tura vocálica se documenta p r i n c i p a l m e n t e en posición pretónica o tónica: latinas, pudiera, principio, subí, puro, agricultura, veces, ocupación > [ l a t jnas , pyctjéra, p r j n s i p j o , scitjí, pi^ro, agrikviltúra, b^ses, ok\ipasjón]. A s i m i s m o no pocos casos de abert u r a pueden ser explicados también desde u n a perspectiva de mor fología verba l : salimos, vivimos > [salemos, b i r l emos ] .
Esporádicamente, pero con m a y o r frecuencia que la que se registra en el habla m e d i a de M é x i c o , por e j e m p l o 2 4 , aparece en Santa B a r b a r a el fenómeno del atrasamiento o velarización de / a / ( [ a ] ) , p redominantemente ante -/, consonante que suele también, en tales casos y quizá por interferencia con la pronunciación i n glesa, art icularse palatal izada o atrasada en relación con su h a b i t u a l p u n t o de articulación (alveolar) español: animales, capital, normal, caldo > [animáli-es, k a p i t a l i - , normálh-, ka lh -do ] ; también en: clases, mandaron, dejaron > [kláses, m a n d a r o n , dexáron] .
Consonantismo
Se procederá aquí también presentando, en orden decreciente, los fenómenos que se j u z g a n más representativos. S in embargo creemos que puede encontrarse u n a característica general que comprende prácticamente todo el consonantismo pecul iar del español de Santa B a r b a r a . Nos referimos a la debilitación o re la jamiento , que se mani f iesta de diversas maneras en cada fonema, como podrá apreciarse en los resúmenes que s iguen.
Las vibrantes. T a n t o la v ib rante múltiple cuanto la simple (explosiva e i m p l o s i v a , sobre todo esta última) mani f i es tan u n alto grado de relajación en su articulación. Parece ser que es la v ibrante s imple en posición implos iva la que resulta más evidentemente deb i l i tada . L a -r se presenta con cuatro alófonos predominantes : 1) f r i ca t iva con cierto grado de re tro flexión [ r ] , que se registra
2 4 Con la que tácitamente estamos comparando las realizaciones fonéticas de Santa Barbara (cf. G I O R G I O PERISSINOTTO, Fonología del español hablado en la ciudad de México. Ensayo de un método sociolingüístico, E l Colegio de México, México, 1975).
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aprox imadamente en u n 31 % de los casos; 2) la s implemente f r i ca t iva (no v ibrante ) [ r ] , que se da en u n 2 8 % ; 3) la var iante asi-b i l a d a [ r ] , con u n a frecuencia del 23 % ; 4) la v ibrante simple [ r ] , que resulta el alófono menos frecuente, con sólo u n 1 8 % de aparic iones. A lgunos ejemplos de [ r ] , [ r ] y [ r ] implosivas: ayudarlos, trabajar, partes, prepararse; sostener, tarde, terminé, porque; mayor, persona, pelear > [ayudar los , trabahar, partes, prepararse; sostener, t a r d e , terminé, pórke; m a y _LÓr, persona, peljár]. Quizá u n análisis mucho más minucioso permitiría encontrar con m a y o r pre cisión los entornos fonéticos que favorecen cada alófono; así por e jemplo puede decirse que el retrof le jo se da con m a y o r frecuencia ante Itl y que el asibilado es n o r m a l ante pausa y en contacto con /s / . Las mujeres as ib i lan , según nuestros materiales, sólo u n poco más que los hombres , a di ferencia de otros dialectos del español en que la diferencia es m u c h o más acusada 2 5 .
L a v ibrante múltiple Irl da también muestras de falta de ten sión ar t i cu la tor ia pero en m e n o r grado que la -r implos iva . C o n vendría d i s t i n g u i r cinco alófonos de m a y o r inc idencia : 1) la v i b r a n t e múltiple [ r ] que se escucha en u n 3 6 % de los casos; 2) la var iante f r i cat iva larga no v i b r a n t e [ r ] , que tiene una frecuencia del o rden del 2 1 % ; 3) la asibi lada larga [ r ] , que se registra en u n 2 4 % de los casos; 4) el alófono v i b r a n t e simple [ r ] , que se oye en u n 11 % de las apariciones de Irl; 5) la var iante retrof le ja l a r ga [ r ] , que documentamos en sólo u n 8 % . Si se suman las fre cuencias de los últimos cuatro alófonos [ r , r , r , r ] , que en a lgu n a f o r m a const i tuyen d e b i l i t a m i e n t o ar t i cu la tor i o de Irl, se observará que la Irl del español estándar aparece en franca desventa ja (36/64) frente a las variantes que suponen menor tensión. E jemplos de [F, r , r , arriba, guerra, recibí, roto, repararlo, la raza, no regresoh guerra, muy rápidq, desarrollaron, me retiré > [ a r i b a , gé?a, fesitjí, r o to , reparar lo , larása, noregréso, géra, muirápicTo, desaTojáron, me je t i ré ] .
F i n a l m e n t e , algunas consideraciones sobre la v ibrante s imple intervocálica - r - . S in duda la realización más n o r m a l resultó pre cisamente la que conserva la vibración [ r ] , con u n 6 2 % . Sin e m bargo no son de poco interés los alófonos relajados como ¡ r ] , f r i ca t ivo , con u n promed io de uso del 1 6 % ; y tanto el retrof le jo [ r ]
2 5 Cf . , por ejemplo, JOSÉ G . M O R E N O DE A L B A , "Frecuencias de asibila-ción de Irl y / r r / en M é x i c o " , NRFH, 21 (1972), 363-370; y G I O R G I O PERISSI-N O T T O , "Distribución demográfica de la asibilación de vibrantes en el habla de la ciudad de M é x i c o " , ib id., 71-79.
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cuanto uno que podría denominarse m u y relajado [ r ] , con frecuencias, cada u n o , del 1 1 % : por eso, mira, Arizona, pero, derecho, lugares [poréso, m i r a , a r i sóna, pero, de r é^o, lugares] .
Otros fenómenos relacionados con las v ibrantes son sólo de carácter esporádico en el dialecto de Santa Barbara , como la asi-bilación en los grupos tr, pr [ t r , p r ] o la retroflexión en esos m i s mos grupos debido posiblemente a la inf luencia de la fonética i n glesa: tres, trabajo, producción, precio [tres, tratláxo, prochigs jón] 2 6 .
E l fonema lyl. Las articulaciones más frecuentes del fonema / y / en el español de Santa Barbara v ienen a ser u n a prueba más de la tendencia al consonantismo débil. Es fácil adver t i r , ante t odo , u n marcado p o l i m o r f i s m o (ya señalado para el caso de las v ibrantes y que, en d e f i n i t i v a , parece prop io de casi todos los fonemas y todos los idiolectos) . A l menos es posible d i s t i n g u i r cuatro alófo-nos de la palata l centra l sonora: 1) [ y ] , conservada más o menos tensa; 2) [ y i - ] , alófono que denota ya u n perceptible a f l o jamiento de la articulación, aunque no se pierde aún el carácter consonantico del fonema; 3) [j] articulación de lyl como semiconsonante, f o rmando d ip tongo con la vocal cont igua; 4) el cero fonético [0] o falta tota l de articulación. D e con fo rmidad con los materiales que analizamos, las frecuencias pueden expresarse por los siguientes porcentajes:
[ y ] [y-L] ü] [0] 3 4 % 2 0 % 2 5 % 2 1 %
Obsérvese nuevamente que la suma de los alófonos deb i l i ta dos ( 6 6 % ) es casi el doble que los registros que ob tuvo la a r t i c u lación plenamente consonantica ( 3 4 % ) . Resulta evidente que hay ciertos entornos que favorecen la debilitación de lyl: se ve, por e jemplo , que con frecuencia ésta se pierde to ta lmente en contacto con / i / anter ior tónica: chiquilla, milla, cepillar, sillas, tortilla > [sikía, mía, sepiár, sías, tortías], articulaciones que hacen pensar en la var i edad norteña del español de M é x i c o ; aunque hay
2 6 En el estudio de P H I L L I P S ( " T h e segmental phono logy . . . " ) , en lo que corresponde a vibrantes se señala: 1) que la Irl tiene, en el español de Los A n geles, dos pronunciaciones básicas: la vibración múltiple (sonora, ápico-alveolar) y otra [ i ] , " w h i c h is voiced, non apical alveolar groo ve fricative, w i t h a small amount of retroflection of the tongue" (p. 78); 2) la existencia de una [ r ] , en pocos casos, que equivale a la inglesa (p. 81); 3 ) entre los diversos alófonos de la -r implosiva ante pausa, sobresale el vibrante simple [r ] (p. 81).
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otros vocablos que en muchos sujetos parecen ya fosilizados con pérdida de / y / , en especial los pronombres ellos, ellas, que en m u chas ocasiones se ar t i cu lan [eos, éas]. A l g u n o s ejemplos más de debil itaciones de / y / : calle, mayo, caballos, calle, se llama, allá, mejillas, maravillas, millares, mayor, se oye > [káe, majo, kafcájos, káje, sejáma, a y i . á, mexías, maratjías, miares , m a y x ór, seóy -Le] 2 7 . Se registran contracorr iente , unos notables casos de epéntesis de [ y ] : la universidad > [ l a y u n i t e r s i d a d " ] , correo > [koréyo] , atraer > [atrayér].
E l fonema Ixl. Son tres los alófonos de Ixl que fácilmente pueden percibirse en el español de Santa B a r b a r a : 1) la articulación consonantica velar fr icativa sorda (aunque menos tensa que, por ejemplo , la Ixl madrileña), a la que corresponde aprox imadamente u n 3 7 % de las apariciones; 2) u n a pronunciación i n t e r m e d i a , entre la [x ] y la [ h ] , que transcr ib imos como [ x ] , en la cual ya hay u n grado considerable de relajación, pero todavía existe a lguna fricación velar ; en nuestros in formantes se documentó u n 2 4 % de los casos de Ixl con esta articulación; 3) u n a aspiración laríngea [ h ] , que viene a ser el grado máximo de relajación de la consonante, y que fue escuchada en u n 3 9 % de los casos. Es i m p o r tante destacar que la aspiración es en Santa B a r b a r a el alófono más frecuente de Ixl; si se le añaden las articulaciones de relajación m e d i a [ x ] , es claro que estamos ante u n evidente fenómeno de consonantismo deb i l i tado 2 8 . Los siguientes son ejeiriplos característicos de articulaciones relajadas: México, trabajo, jardín, gente, emergencia, lujo, ejemplo, manejando, se juntó > [méhiko, tra-bá-
2 7 Varios autores se han referido al fenómeno de la debilitación articulatoria de / y / , tanto en ciertas hablas mexicanas cuanto en algunos dialectos del español estadounidense. Entre otros, cf. J U A N M . L O P E B L A N C H , "Sobre el re-hi lamiento de 11/y en M é x i c o " , en Estudios sobre el español de México, U N A M , México, 1972, pp. 109-123; PERISSLNOTTO, " H a c i a una fonética del español. . . " , pp. 66 y ss. Por su parte Phill ips, en relación con el español de Los Angeles, entre otros alófonos distingue [ y ] , [ y ] , [ j ] (pocas veces), [0] (en contacto con i, a veces). No deja de l lamar la atención la presencia de u n alófono africado [ y ] , que parece i r en contra de la tendencia, ya explicada, al aflojamiento de la articulación. E n nuestros materiales, sin embargo, también se documentó (en u n informante y de manera esporádica) el alófono africado [ y ] : la llave, proyecto > [layá~be, proyégto].
2 8 Nuestros datos coinciden, en buena medida, con los de PHILLIPS para Los Angeles, quien asigna una frecuencia de 75% al alófono aspirado y 25% a la articulación consonantica, sin dist inguir relajación intermedia ( " T h e seg-mental phonology. . . " , p. 78).
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h o , harctín, hénte, emerhénsja, lúxo, exémplo , manexándo, se-xuntó ] .
E l grupo de consonantes Ib, d, gl. Por lo general , el c ompor tamiento de estos fonemas en Santa B a r b a r a responde a lo que caracteriza a la mayoría de los dialectos hispánicos respecto a su articulación f r i c a t i v a en toda posición, excepto tras pausa o nasal (y a veces tras otras consonantes como Irl o / l / ) , en cuyo caso son oc lusivas 2 9 . L o que este grupo de consonantes presenta como pec u l i a r es, por u n a parte , de nueva cuenta, la relajación con que se p r o n u n c i a n , de manera p r e d o m i n a n t e cuando aparecen en posición intervocálica y , por o t ra , la algo más que esporádica a r t i culación labiodental de Ib/ > [v ] en diversas posiciones. Por lo que corresponde al p r i m e r o de los fenómenos, debe señalarse que en este dialecto, como en otros donde también se produce , la re lajación, cuant i ta t iva y cua l i ta t ivamente , no es la m i s m a para los tres fonemas. Es la I di la que se relaja más notable y frecuentem e n t e ; le sigue la Ib/ y , como consonante del grupo más conserv a d a , la Igl. Para las tres pueden dist inguirse tres alófonos o realizaciones: la articulación plena [ t j , ct, g ] , normalmente fricativas, la pronunciación deb i l i tada [~k> d-, g j y s u desaparición o cero fonético [ 0 ] . E l resumen de frecuencias puede expresarse así:
-d- -b- -g~ Conservación 4 9 % 6 0 % 6 4 % Relajación 4 0 % 4 0 % 3 2 % Pérdida 1 1 % — 4 %
L a pérdida tota l de Id/, como en otros dialectos, se da p a r t i c u l a r mente en la terminación -ado y va acompañada por u n a notable cerrazón de la vocal final: olvidado, empleado, encontrado > [oltJictáQ, empljáo, e '"okontráo]; se encuentra también el fenómeno en otros contextos fónicos y en casos de fonética sintáctica: se dice, la dejó, donde, todavía, perdido, morido (por m u e r t o ) > [seise, láexó, onde, toaría, perctío, mor ío ] . Los esporádicos casos de pérdida de Igl o corresponden a u n de te rminado entorno : agua, lagos, luego > [áwa, láos, lwéo] . E jemplos de las demás relajaciones: nacidos, todos, lado, le dije, propiedades, trabajé, hablaba, agarraba, sabe, sabíamos,
2 9 Aunque algún informante articuló de manera evidentemente esporádica la -b- intervocálica como oclusiva [ b ] : he vivido > [ébibido].
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pagan, lugares, pagara > [nasí^os, tó^os , lá^o , le^íxe, propjed"á-cfes, tra^axé, ablá^a, agaraba, sá^>e, sabíamos, pagan, lugares, pagara] 3 0 .
C o n referencia todavía a fenómenos de relajación en este g r u po , es necesario dejar consignado que la Id/ en posición final de pa labra t iende a perderse tota lmente o a articularse con casi n u l a tensión. E l análisis de nuestras cintas nos señala que en u n 6 5 % de ocasiones la -d o se pierde o se debi l i ta m u y notablemente ; sólo en u n 35 por ciento de casos se conserva, no m u y tensa. E j e m plos: Navidad, usted, propiedad, responsabilidad, realidad, comunidad > [natectá, usté, propjecta, responsa"bilict"á, r ea l ida , komunictá].
La articulación labiodental [v] de Ibl. Si b ien la articulación lab iodenta l de la Ibl se ha venido documentando desde hace m u c h o , ta l alófono se ha explicado casi siempre como resultado del afán, por parte de maestros, de d i s t i n g u i r fonéticamente entre las grafías b y v. A esta consideración hay que añadir la dimensión sociol in-güística que ind i ca u n marcado aumento del porcentaje de rea l i zaciones labiodentales según aumenta el n ive l socioeconómico del h a b l a n t e 3 1 . L a lab iodenta l es perc ib ida , además, como rasgo de prest igio que se relaciona con la pronunciación cu l ta . Parece fuer a de d u d a que la documentación, mucho más que esporádica de este rasgo en el dialecto que estudiamos, a pu n ta al bilingüismo de los in formantes como determinante de esta pronunciación. Nuestros datos revelan que la articulación lab iodenta l está v i n c u lada no sólo a la grafía, sino a la presencia de u n a [v ] en inglés, l engua que d ist ingue fonológicamente entre la Ibl y la Ivl (bile/vile; saber/saver f o r m a n pares mínimos en inglés). Si por u n lado nuestros materiales d o c u m e n t a n u n número elevado de [v ] para v gráfica en español o en cognados ingleses (valor, grave, invite), los casos de ' 'ultracorrección' ' (art i cular una labiodental donde la grafía sugeriría la b i lab ia l ) son bastante raros: volver > [ v o l v e r ] , pero no bicicleta > [*visikléta]. E n t r e los abundantes ejemplos de [v ] apuntamos : vino, si voy, viajes, ha vivido, valiente, los vicios, qué vida > [ v i n o , s ivó i , vjáxes, avivícto, valjénte, lozvísjos, kévícta]. E n términos de la distribución alofónica, hay que señalar que la labiodentalización de la v gráfica, si l legara a generalizarse, conduciría a u n a nueva alineación del alófono oclusivo [b] frente a
3 0 P H I L L I P S , para el español de Los Angeles, anota sólo una esporádica pérdida o debil itamiento de -d- y -g- intervocálicas (ibid., p. 76).
3 1 Cf . , por ejemplo, PETER B O Y D - B O W M A N , E l habla de Guanajuato, U N A M , México, 1960, pp. 54-55.
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los fricativos [ t j ] y [ v ] ; en el sistema resultante la [v] f r i cat iva ocurriría en posición i n i c i a l absoluta y tras lateral y líquida, contextos que el sistema actual asigna al alófono oclusivo. A propósito del afán dist inguidor de algunos pedagogos, hay que recordar aquí que los in formantes de nuestra muestra son, en la mayoría, personas bilingües de escolaridad pr inc ipalmente norteamericana, de manera que la distinción entre b y v se ve doblemente reforzada. L a distinción entre Ibl y / v / , necesaria en inglés, es transfer ida también al español 3 2 .
Otros hechos fonéticos esporádicos. A u n q u e no con la regu lar idad de los demás fenómenos, pueden consignarse, en lo concerniente a la articulación de las consonantes, ciertos rasgos que se escuchar o n en algunos sujetos: 1) en tres de los in formantes pud imos documentar la despalatalización del fonema / ñ / , que resulta en u n a [n ] alveolar seguida por u n elemento palatal semiconsonántico: niña, niños, compañía > [nínja, nínjos, compañía] , esta última ya lexical izada en el habla de muchos hablantes, posiblemente por analogía con el inglés company; 2) más frecuente (en seis sujetos), aunque sin ser sistemática, fue la aspiración de /s/ tanto i m p l o s i va cuanto explosiva, y en especial en nosotros [nohótros ] 3 3 ; otros casos: digamos en..., otras actividades, las casas > [digámohen, ótra-hagtiM^áctes, lahkásas]; 3) en dos conversaciones, los hablantes a r t i c u l a r o n como velar f r i ca t iva l a / - seguida de [ w ] : fui, se fue > [xwí, s exwé ] 3 4 ; 4) algunas / retroflejas, cuya articulación se debe sin d u d a a la inter ferenc ia con la articulación inglesa de la / ! / en posición final de sílaba: español, general > [español , xenerá l ] ; 5) en algunas ocasiones se escuchó u n a ch con elemento fr icat ivo pre d o m i n a n t e : mucho, ocho, los chícanos > [mú'^o, ó'&o, los'&ikános], o to ta lmente f r i ca t iva : mucho, hecho, leche > [mú&o, éü>o, lé&e] 3 5 ;
3 2 Que el bilingüismo español-inglés es u n factor que incide en la presencia y distribución de los alófonos de Ib/ se ha apuntado para otras zonas. Para San Antonio , Texas, cf. PERISSINOTTO, " H a c i a una fonética. . . " , pp. 62-63. E n un estudio reciente, P H I L L I P S ( "Inf luence of English Ibl. . . " ) reporta u n importante porcentaje de [v] en Los Angeles en diferentes posiciones y tipos de hablantes, sobre todo cuando sigue a una consonante, más en hombres que en mujeres y más frecuente en jóvenes y adultos que en ancianos.
3 3 P H I L L I P S , ( " T h e segmental phonologhy. . . p. 77) hace alusión precisamente a la articulación [nohótros] entre las aspiraciones o elisiones registradas en el español de Los Angeles.
3 4 Articulaciones también registradas por PHILLIPS en Los Angeles (loe. cit.). 3 5 Aunque también se dio algún caso de ch en que predominaba el ele
mento oclusivo: noche, derechito > fnóse, deresítoj. L a pérdida del elemento
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6) sólo en u n sujeto se p r o d u j o , de m a n e r a esporádica, la sonori zación de -s-: clase, cinco semanas > [kláze, s ínkozemánas] 3 6 ; 7) en varios in formantes , al p ronunc iar los vocablos papá y mamá, se dio la elisión de la consonante i n i c i a l : [apa, ama] 3 7 .
OBSERVACIONES GRAMATICALES
Si , en términos generales, la pronunciación del español en Santa B a r b a r a puede caracterizarse como de consonantismo en cierto grado d e b i l i t a d o 3 8 y en ello no parece producirse sino u n a cont i n u i d a d del fenómeno evo lut ivo n o r m a l de la lengua española en part icular y de las lenguas románicas en genera l 3 9 , por lo que toca a los rasgos morfosintácticos, quizá su p r i n c i p a l pecu l iar idad sea el arcaísmo y r u r a l i s m o por u n a parte y , por o t ra , ciertas vaci laciones (en género, formas verbales, etcétera) que ta l vez se deban a lo que podría denominarse ausencia, en la local idad, de una nor -
oclusivo está documentada como esporádica en P H I L L I P S , " T h e segmental phonologhy. . . " , pp. 76-77).
3 6 En ibid., p. 77 también se registra este fenómeno. 3 7 Cf. ibid., pp. 89-90. A nuestro entender y a pesar de los casos de posi
ble interferencia del sistema inglés, no se puede hablar, stricto sensu, de influencia fonológica. T S U Z A K I , op. cit., pp. 46 ss., al clasificar la " in f luenc ia fonológ ica" del inglés en el español mexicano de Detro i t , ut i l iza sólo ejemplos de vocablos ingleses, insertos en el léxico de este dialecto. Así habla de nuevos fonemas: / y / en /yélo/yellow, /s7 en /bjurisóp/ beauty shop. . .; de nuevas d istr i buciones: -p en /pósap/ porrchop. . .; -t en /klóset/ closet, -k en /bisték/ beef-steak. . .; de nuevos grupos consonanticos: -ks en /bóks/ box, sk- en /bóiskáut/ boy scout, -ts en /bóiskáuts/ boy scouts, etcétera. Esta manera de enfocar el problema llevaría a inc luir , en el español de la ciudad de México, por ejemplo, los fonemas /s/ y / § / del náhuatl por el hecho de que esos fonemas se dan en algunos vocablos que de esa lengua tiene el vocabulario de hoy (mixiote, quetzal, por ejemplo). Creemos que para hablar de verdadera influencia sería necesario comprobar la existencia de nuevos fonemas, distribuciones, grupos, etcétera, en vocablos españoles y no en préstamos ingleses. Quizá una postura intermedia sea la de reconocer la existencia de estos sonidos ajenos a la estructura fonológica del español e insertarlos en ésta como fonemas de rendimiento funcional mínimo.
3 8 Aunque conviene señalar que están ausentes, casi totalmente, rasgos que podrían ser típicos de hablas de consonantes relajadas, como la aspiración o pérdida de -s, la confusión de líquidas, la velarización de -n, etcétera.
3 9 Véase, para el desarrollo de esta idea, la ponencia de Á N G E L ROSEN-BLAT, "Contactos interlingüísticos en el mundo hispánico: el español y las lenguas indígenas de Amér ica" , en CH(2), pp. 109-154.
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m a lingüística española cu l ta . C o n ello queremos decir que en la gramática, me jor que en la fonética, se puede observar el carácter predominantemente popu lar y r u r a l tanto de las bases históricas del dialecto (pr imeras décadas de este siglo, con inmigrantes casi todos campesinos) cuanto de la c ont inua , hasta hoy , c o r r i e n te m i g r a t o r i a que, soc iocul turalmente , tiene las mismas características del elemento básico. Podría pensarse que los recién l legados, los mexicanos que a d ia r i o se i n c o r p o r a n en las diversas comunidades hispanohablantes de C a l i f o r n i a deberían i n f l u i r en c ierta estandarización del dialecto , en a lguna igualación con d i a lectos predominantes en M é x i c o (el de la capi ta l , por e jemplo ) ; sin embargo , parece más b i e n que son los nuevos i n m i g r a n t e s , que en su mayoría l l evan además el p rop io dialecto r u r a l , los que se incorporan al t ipo de habla que encuentran al l legar, lo cua l , por o t ra parte , es absolutamente n o r m a l si se acepta, como se post u l a para Santa B a r b a r a , la existencia de u n verdadero dialecto establecido y no sólo el conglomerado de u n determinado número de hablantes bilingües.
C o n referencia a categorías nominales , d i s t inguimos p r i m e ramente algunas vacilaciones en cuanto al género. Se producen sobre todo en sustantivos en -a y en -e. C o m o se ha observado para otros dialectos en los Estados U n i d o s , varios sustantivos mascul inos en -a ( la mayoría de or igen griego) se vuelven femeninos p o r analogía y nivelación con los mayor i tar i o s femeninos en -a: la idioma, idioma distinta (en varios in formantes ) , la diploma, la clima, unas poemas, muchísimas problemas, la panorama. Más explicable y m u y extendido resulta el uso del artículo femenino ante a tónica: la agua, la área, la águila. Se reg istran también casos, quizá m e nos frecuentes, pero no menos interesantes, de femeninos en -a que se vuelven mascul inos : los memorias, el oficina, el policía ( como institución), todo su escuela, ningún persona4®. M u y frecuente es el anteponer artículo mascul ino o mod i f i car sustantivos femeninos en -e con adjet ivo mascu l ino : el base, muchos bases, el costumbre, el frase, otro vacante, poquitos gentes, el mayor parte. Otras alternancias de género: las doctores, los tradiciones, la primer semestre41.
Por lo que al número corresponde, sólo registramos algunas omisiones del mor fema del p l u r a l . Esto es part icularmente frecuen-
4 0 Particularmente notable y anormal fue, en u n sujeto, el masculino los casas.
4 1 Puede producirse, además de la vacilación en el gramema, también una confusión léxica: un ramo por una rama (de árbol), por ejemplo.
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te cuando el sustantivo año va después de u n n u m e r a l card ina l : 21 año, 35 año42. E l fenómeno también se produce en otros contextos: unos restorán.
Otros fenómenos relacionados con categorías nominales a p u n t a n a u n orden sintáctico poco usual en español y a la in f luenc ia del inglés; en los in formantes que p r o d u j e r o n estos sintagmas se registra una notable preferencia por el inglés: el chicano grupo, muy * chiquito pueblo. Gentilicios del t ipo puertorricano y costarricano, así como la marcada tendencia a construir fechas y números a la inglesa revelan la inter ferencia : Nací en 1943 se convierte en ... diecinueve-cuarentay tres, el número 5367 se lee cincuenta y tres-sesenta y siete43.
V a r i o s rasgos morfológicos pueden señalarse para la categoría verba l . Quizá entre los más relevantes, por su alta frecuencia entre los sujetos en cuya habla se basan estas notas, se hal len el copretérito (o imperfecto) en la p r i m e r a persona de p l u r a l con desinencia -abanos, -íanos, en sustitución de las formas generales -abamos, -íamos. Se t r a t a de u n a f o r m a que, en el español mexicano , se da sólo en hablas rurales y ahora, nos parece, en vía de desaparición hasta en esos registros. A lgunos ejemplos: estábanos ( m u y frecuente) , andábanos, transportábanos, ib anos, teníanos, hacíanos, vivíanos. E l fenómeno se produce aun con el verbo ser: éranos44. O t r a formación pecul iar del copretérito aparece en verbos como decir, venir, tener, que presentan u n a i en su raíz: dicían, vivía, tinía. E n decir y venir parece claro que in f luyen las formas con i del par a d i g m a (dije, diré, diría, di...), explicación que no sirve para tener, a no ser que sea el d ip tongo ie de tienes, tiene el que , con su semiconsonante pa la ta l , opere en la analogía 4 5 . Para t e r m i n a r con el copretérito, consignamos las formas teñimos (por teníamos), ría (por reía), pudía (por podía), escuchadas en uno de los informantes . O t r o rasgo, dentro de la categoría verba l , m u y frecuente y de fuerte carácter r u r a l es la segunda persona del singular en -a(s)tes, -i(s)tes: casates, hicistes, záfales, dijistes, e t c . 4 6 . Se registraron también a lgu-
4 2 Aunque también se documentó la falta de gramema en algunos adjetivos antepuestos: último años.
4 3 Varios fenómenos semejantes son señalados por F R I T Z H EN SE Y , " T O -ward a grammatical analysis of Southwest Spanish" , en B O W E N y O R N S T E I N , Studies in Southwest Spanish, pp. 32 ss., en relación con el español de El Paso, Texas: el/la clima, el/la calle, mejor persona/persona mejor, todos los chicano(s), etcétera.
4 4 Huelga decir que la analogía operante es con el pronombre objeto nos para primera persona p lura l .
4 5 E l mismo fenómeno se da también con otros verbos en el pretérito: sir-vi, siguí.
4 6 Las formas de segunda persona no aparecen a menudo en una entre-
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nos rural ismos comunes a otras hablas hispánicas: salemos por salimos, sernos por somos, haigan por hayan, queren por quieren, todos ellos m u y repetidos en las cintas. Se d o c u m e n t a r o n otras formas que , aunque esporádicas, a p u n t a n a alteraciones notables del sist e m a verbal y , lo que es más, a u n dialecto en que la analogía opera impunemente por la fa l ta de u n a n o r m a culta consciente entre los hablantes: se escasa por escaseó, ladrean por ladran, morido p o r muerto, atrayera por atrajera, ofreso por ofrezco, póneme por ponme, participiaron, dijiera, etcétera.
C o n la sintaxis verbal más que con su morfología t ienen que ver otros casos interesantes, p a r t i c u l a r m e n t e el uso de la pasiva en nacer (fui nacido, me nací, es nacido). Se sabe que la pasiva inglesa queda reflejada en u n uso más frecuente de esta construcción del que es h a b i t u a l en español. S in embargo , destacamos el caso de nacer por su carácter i n s t r a n s i t i v o 4 7 , y otros como se enseñó por aprendió. E n el área de la semántica verba l incide la confusión o a l ternanc ia en el uso de los verbos ser y estar. Puede i n f l u i r en el lo , tratándose de hablantes bilingües, el hecho de que las signif icaciones que en español se d i s t r i b u y e n entre estos verbos, en inglés se concentran todas en to be. E n u n a de las cintas analizadas apareció la expresión " n o está m u y h á b i l " , donde el español general usaría ser; en o t ra , se produce el fenómeno contrar io : "es m u e r t o " por está muerto48.
A u n q u e u n estudio más detal lado podría descubrir interesantes casos de vacilaciones en la consecutio temporum, baste señalar tres e jemplos: " c r e í que no me fuera a g u s t a r " ( sub junt ivo por ind i ca t i v o ) 4 9 , " d i e z años antes que entramos" ( ind i ca t ivo por s u b j u n t i v o ) , " y o sé que sí pudiera" ( s u b j u n t i v o por pospretérito).
A lgunas observaciones sobre otras categorías gramaticales: se registró varias veces la supresión de u n p r o n o m b r e ob l igator io , c omo en interesó por se interesó, gradué, por me gradué (en varios i n
vista a menos que ésta reproduzca en la conversación otra más íntima. Aún así se registró u n número suficiente de casos que permite suponer que el fenómeno es bastante frecuente. L o que sorprende no es tanto la -s analógica (que se oye en hablas populares y medias de México y de otros países) cuando la pérdida de la ~s en -aste, -iste > -ate(s), ite(s).
4 7 No creemos que el uso medieval y clásico de nacerse sea mejor explicación que la presencia del inglés / was born.
4 8 H E N S E Y , op. cii., pp. 32 y ss. hace también referencia, para el español de E l Paso, a este tipo de neutralización entre ser y estar.
4 9 Quizá se trate de una contaminación con " n o creí que me fuera a gustar " .
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formantes) , quedé, por me quedé50. Los rural ismos quen por quien y naiden por nadie se rep i ten con f recuenc ia 5 1 .
E n t r e los adverbios se oyeron también varios que son propios de hablas rurales: ansí, ansina, muncho, dispués, ahoy. Así como comparativos y superlativos dobles: muy grandísimo, más mejor. A l g u n a vez se pluralizó bastante: bastantes duros52.
Si en cualquier dialecto del español se d a n imprecisiones en * el uso de ciertas preposiciones, no es extraño que en el español de Santa Barbara se produzcan peculiares construcciones, como por e jemplo : por en l u g a r de para, sustitución repet ida en varios sujetos (' ' trabaja por e l los" , ' ' t rabaja por el teléfono' ' , 'para la compañía de teléfonos') ; supresión de de ( " c o b r a b a más renta que yo pensaba" ) ; por dentro de en sustitución de atrás de ( "están por dentro de u n v i d r i o " ) ; en veces por a veces; entre mí por para mí; responsable por en lugar de responsable de; junto con o junto de por junto a ( " n o estoy junto con muchos japoneses" , "junto de m i f a m i l i a " ) ; depende en por depende de, etcétera 5 3 .
Las peculiaridades en el uso de las conjunciones son menos abundantes . Debe señalarse empero que en varios sujetos aunque es anque y en algún o tro se d io u n caso de pero por sino: " n o sólo en España pero en otras p a r t e s " 5 4 .
N o son pocos los casos en que, tratándose de s intagmas, puede dudarse si caben en el apartado de gramática o si me jo r corresponde enlistarlos en el léxico. T a l vez pueda aplicarse esto a expresiones, relativamente frecuentes en nuestros informantes , del t i p o : "agarró de enseñarse" ('se propuso ' ) , " t i e n e piensos de re gresar" ( ' intenciones') , " i r , mover o volver para (pa ' ) atrás", m u y común en nuestros in formantes ( ' regresar ' ) , " 1 6 años pasados"
5 0 Sin duda por interferencia con los enunciados ingleses / graduated, I sta-yed. H E N S E Y , loe. cit., transcribe ejemplos del tipo se divierte/divierte.
5 1 Los relativos no mostraron particularidades aunque, en u n sujeto cul to se registró la siguiente construcción: "departamento cuyo recibe. . . " , quizá efecto de cierto rebuscamiento en la expresión.
5 2 H a y también otro tipo de formaciones adverbiales que, quizá, puedan tener su explicación como una creación indiv idual en el momento de la charla: gramáticamente por gramaticalmente, sea por caso.
5 3 Más anómalo aún resulta el pronombre nominativo precedido de la preposición ( "h is tor ia de yo"), aunque se ha señalado para otros dialectos hispánicos; cf. C H A R L E S K A N Y , Sintaxis hispanoamericana, Gredos, M a d r i d , 1 9 6 9 , pp. 1 2 9 ss.
5 4 Uso, aunque no frecuente hoy, sí documentado en los clásicos; cf. SAM U E L G I L Í G A Y A , Curso superior de sintaxis española, Bibliograf, Barcelona, 1 9 6 4 , p. 2 8 2 .
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( 'hace 16 años ' ) , "dos meses para atrás" ('hace dos meses'), " e n tretener una conversación" ( 'sostener') , " p a r é de t r a b a j a r " ( 'dej é ' ) , " reconoc ían al m i s m o l u g a r " ( 'vo lv ían ' ) , "escuela de máq u i n a de e s c r i b i r " ( 'academia comerc ia l ' o algo semejante), " t u v i m o s u n buen t i e m p o " ( ' l a pasamos b i e n ' , m u y c o m ú n ) , " l e v a n t a r p a l a b r a s " ( 'aprender , quedarse con ' ) . Si b ien algunas de estas expresiones podrían rastrearse hasta la época clásica, u n b u e n número de ellas son producto de la interferencia con el inglés.
OBSERVACIONES LÉXICAS
Es evidente que la conversación espontánea, sobre todo cuando se t r a t a , como en nuestro caso, de pocas horas y de corpus por t a n t o l i m i t a d o , no es el m e j o r i n s t r u m e n t o para conocer el léxico peculiar de u n determinado dialecto, pues u n cuestionario léxico bien preparado , sea por caso, func iona m u c h o me jor para este objeto . N o queremos sin embargo dejar de consignar algunas voces que aparecieron en las cintas y que , a nuestro j u i c i o , pueden considerarse peculiares.
Expl i cablemente la g ran mayoría de los vocablos que pueden calificarse como de carácter no estándar, son angl ic ismos 5 5 , en los que se puede observar u n diverso grado de hispanización (fonética y gramat ica l ) o fenómenos de calcos semánticos: aplicación (sol i c i t u d ) , aplicar ( so l i c i tar ) , aseguranza (póliza de seguro), asistencia ( ayuda ) , asociarse ( juntarse , reunirse ) , atendencia (asistencia, pre sencia en u n a reunión), bloque (manzana , cuadra) , bus o bos (auto bús ) , dipo (estación, t e r m i n a l de autobuses), carpeta o carpetera ( a l f o m b r a ) , coger ( 'e l español ' , t o m a r u n curso de) , chanza (oport u n i d a d ) , expectancia (expectativa) , guardiar ( v i g i l a r ) , letras (cartas), lonche ( a l m u e r z o ) 5 6 , luz (semáforo) , magacín ( revista) , mayoridad (mayoría) , minoridades (minorías), organisizar ( organizar ) , mover(se) ( m u d a r [ s e ] , cambiar [se ] ) , planeo (planeación), pompa ( b o m b a [de gasolina o para i n f l a r ] ) , posición (puesto, cargo, empleo) , portable (portátil), (el) principal (d i rector de escuela p r i m a r i a o secundar i a ) , puchar ( e m p u j a r ) , taxaciones ( impuestos) , telefón (teléfono),
5 5 Obviamente no consideramos aquí los abundantes vocablos, sintagmas o textos extensos que los informantes di jeron en inglés e integrados en la cadena hablada por el cambio de código (code switching).
5 6 Voz de uso frecuente en México, sobre todo, pero no exclusivamente, en el norte.
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tr(a)inear ( entrenar ) , tr(a)ineo ( entrenamiento ) , troquela) (camión de carga) , vecinidad (vec indad, vec indar io ) .
Otras voces no parecen explicables como anglicismos sino com o arcaísmos, rura l i smos , regionalismos o creaciones momentáneas y personales: agarrar vacaciones ( t omar vacaciones), aprendista (aprendiz) , cienes (cientos), conocencia ( conocimiento) , medecina (med i c ina ) , menear (mane jar , conduc i r ) , mirar (ver , c o m p r e n d e r ) 5 7 , psicólica (psicóloga), pizcar (cosechar) 5 8 , resollar (respirar) , resma ( rasurada, afeitada).
Investigaciones futuras y más pormenorizadas revelarán, sin lugar a d u d a , que este dialecto comparte gran parte de los elementos léxicos señalados por varios autores como propios del castel lano en C a l i f o r n i a , como los verbos de in f luenc ia inglesa que señala Blanco: bicharse (desnudarse), bruchear (cepi l lar) , cuquiar (coc i n a r ) , draivear (mane jar , conduc i r ) , resignar ( r enunc iar , d i m i t i r ) , tritiar ( c onv idar ) , entre muchos otros (pp . 505 ss.). Pero nuestras muestras léxicas sí parecen encajar dentro del esquema que ha propuesto Craddock para el español del suroeste en general: me-xicanismos (manda, menudo), in f luenc ia léxica del inglés con o sin semejanza fonológica (caremos [we d o n ' t care] , marqueta [ m a r k e t ] ) , desplazamiento semántico (historia por cuento, realizar por darse cuenta de), conversión de sintagmas ingleses en construcciones adjet ivales (camión de escuela, tiempo de escuela).
CODE SWITCHING
A j u i c i o de la mayoría de los estudiosos, existe o tro fenómeno l i n güístico destacable en el español de los Estados U n i d o s , en especial en el ca l i forn iano y el puertorriqueño; es éste el conocido con el n o m b r e de cambio de código (code switching), que, a grandes rasgos, consiste en la a l ternancia de dos lenguas en el discurso. N o se puede considerar precisamente como u n préstamo, pues cada lengua se hab la con su p r o p i a fonología y gramática. N o se l i m i t a a u n a pa labra i n d i v i d u a l , sino que con frecuencia i n v o l u c r a g r u pos sintácticos complejos, cuya comprensión presupone u n grado
5 7 E n muchos sujetos se percibe la preferencia por el verbo mirar para abarcar u n sector semántico que normalmente comparten varios verbos como ver, entender, concebir, comprender, etcétera.
5 8 Este vocablo de origen náhuatl en México se emplea, por lo general, sólo en su forma sustantiva, pizca.
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de bilingüismo bastante avanzado por parte del in ter l ocutor . Se t ra ta además de u n fenómeno cuyas ocurrencias precisas son, aparentemente , impredecibles .
Parece evidente que u n requis i to indispensable para que exista el cambio de código es u n n i v e l avanzado de bilingüismo no sólo a n ive l i n d i v i d u a l sino también social. De c o n f o r m i d a d con los datos de Barnach-Calbó, tres cuartas partes de la población hispánica de los Estados U n i d o s es bilingüe en d is t into grado; u n 9 . 9 % es monolingüe en español y u n 1 3 . 2 % lo es en inglés. E l bilingüismo con preponderanc ia en español es m a y o r en jóvenes menores de 13 años y en adultos mayores de 45. E n t r e estas edades se da lo contrar i o : bilingüismo con p r e d o m i n i o del inglés. Es probable que la lealtad a la lengua materna sea más fuerte en la minoría hispánica que en n i n g u n a o t ra .
Por lo que toca en part icular a la comunidad hispánica de Santa Barbara , puede decirse que en su gran mayoría es bilingüe. A nuest r o j u i c i o se aplica aquí lo señalado por Rosaura Sánchez 5 9 para todo el suroeste: la p r i m e r a y segunda generaciones se encuent r a n frecuentemente en situación diglósica si residen en u n " b a r r i o " (donde p r e d o m i n a n los mexicanos) . Para este segmento de la población el español es la lengua de la casa y el inglés es el estándar en la comunidad . L a segunda y tercera generaciones, cuando residen en comunidades " i n t e g r a d a s " (a la sociedad norteamer i cana ) , func i onan casi exclusivamente en inglés, incluso en casa, sobre todo cuando los padres se h a n educado en los Estados U n i d o s . Quizá, por lo contrar io , no resulte aplicable a Santa Bar bara lo anotado por George C . B a r k e r 6 0 para el bilingüismo en Tucson : los hispanos nacidos en los Estados U n i d o s hab lan el d ia lecto español del sur de A r i z o n a y u n inglés subestándar; muchos i n m i g r a n t e s , español estándar e inglés subestándar; las famil ias ant iguas , español estándar, el dialecto del sur de A r i z o n a e inglés estándar.
L a a l ternancia de dos lenguas dentro de u n m i s m o acto com u n i c a t i v o es u n aspecto que ha merecido la atención de algunos estudios en los últimos años. Si por u n lado se había pensado que
5 9 R O S A U R A SÁNCHEZ, "Chicano b i l i n g u a l i s m " , en New directions in Gaicano scholarship, Center for Chicano Studies, University of Cal i fornia , Santa Barbara, 1984, pp. 209-225.
6 0 G E O R G E C. B A R K E R , Pachuco, an American-Spanish argot and its social func-iions in Tucson. Arizona, The Univers i ty of Arizona Press, Tucson, 1974. H a y que señalar, sin embargo, que la descripción de este dialecto corresponde a una situación sociolingüística de hace más de 40 años.
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el cambio de código era u n manifestación de deficiencia lingüística, las teorías más recientes sostienen que el cambio de código no obedece a reglas de competencia en u n a sola lengua sino que descansa en gran parte en el conoc imiento de dos lenguas y requiere que se conforme a u n con junto de reglas que pueden l le gar a ser m u y específicas. También se ha d icho que el uso del i n glés y el español en la m i s m a cadena hablada es señal del desm e m b r a m i e n t o de la c o m u n i d a d lingüística. Los hablantes bilingües, sin embargo, han declarado que esa práctica forma parte íntegra de su ident idad étnica y refleja el haber nacido en u n a com u n i d a d en la que se emplean dos id iomas . E n el p lano p u r a mente lingüístico no es peregrino pensar que el cambio de i d i o mas refleja u n a distribución complementar ia de las dos lenguas. Este bilingüismo puede, como hemos v is to , l levar a casos de i n terferencia entre las dos lenguas. E l castellano, por ser lengua m i n o r i t a r i a y de m e n o r prestigio en la m a y o r parte de las situaciones, es la lengua que más sufre en u n a situación de contacto.
Si u n enunciado contiene segmentos de los dos sistemas l i n güísticos, el hablante seguirá las reglas de pronunciación del sist e m a al que pertenece el segmento. Así que en u n a oración como Tengo que hacer mi homework ( tarea) , las palabras españolas se ajust a n a la pronunciación española mientras que la inglesa sigue las reglas del inglés. Los códigos que c a m b i a n son, por consiguiente, los respectivos sistemas fonológicos. Si la pronunciación se ajustara a u n solo sistema fonológico — y así sucede también— habría que hab lar más b i en de préstamo y no de cambio de código ; t a l sería el caso de u n enunciado como No tengo dinero para pagar los hiles {bilis, cuentas), donde bil(es), como tantos otros vocablos ingleses, ha sido incorporado al español y se ha ajustado a su fonología y morfología. Este p r i m e r t ipo de cambio de código —donde la presencia de o t ra lengua se hace sentir interca lando lexemas aislados— es el más común y el más fácilmente documentable . Se suelen interca lar en la cadena hablada palabras inglesas que pertenecen a u n a serie o con junto que el hablante asocia — i n consc ientemente— con los domin ios del inglés: Lo voy a hacer el Tuesday, Thanksgiving siempre cae en November, No vi el stop signy me dieron multa, Ni en preschool, ni en High School se aprende nada. A u n que no faltarían mot ivos para hab lar de empobrec imiento léxico, creemos más b i e n que la baja frecuencia de ciertos vocablos, que en rea l idad son más que comunes en u n país h ispanohablante , se explica por el hecho de que la escolarización de muchos de nuestros in formantes fue en u n medio anglohablante , de manera ta l
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que los cálculos aritméticos más elementales — y el deletreo de palabras, para mencionar otro e jemplo— se hace casi invariablemente en inglés.
Los estudios que t r a t a n este t ema señalan que si b ien la alternanc ia entre las dos lenguas parece o c u r r i r al azar, u n análisis más minucioso revela que existen patrones permit idos y aceptables así como secuencias restr ingidas o imposibles. Se ha hecho n o t a r , por e jemplo , que mientras oraciones adverbiales del t i p o Lo hizo slowly ( l entamente ) , Vino early ( t emprano ) son comunes en el habla de los bilingües, las interrogativas correspondientes ¿How lo hizo? ( ¿ C ó m o lo hizo?) , ¿When vino? ( ¿Cuándo vino?) no pueden o c u r r i r porque el inglés requiere el aux i l i a r do, did: When did he come?, How did he do it?61.
C u a n d o el enunciado en el que ocurre u n cambio de código corresponde a estructuras similares en las dos lenguas —simi lares por lo menos al n ive l de estructura de superficie— el hablante puede a l ternar l i b remente entre las dos lenguas, como en los e jemplos siguientes:
Tengo una niña que está en el programa bilingüe de preschool. He is telling me que no le haga caso. Estamos decididos a asking for a refund. Estábamos jumping around.
E n casos extremos de a l ternanc ia , los interlocutores c a m b i a n de lengua varias veces en el m i s m o enunciado .
Y luego los teachers estaban hiding en el multi-purpose room sin darse cuenta de que we were right there. (Y luego los maestros se escondían en un salón sin darse cuenta de que estábamos allí mismo.)
El City Council votó against the project, pero no les hicieron caso and they went ahead with it, como si nada. (Los regentes votaron en contra del proyecto, pero no les hicieron caso y siguieron adelante como si nada.)
Oraciones de este t i p o a b u n d a n en el discurso bilingüe y a p u n t a n a la regla o requis i to sociolingüístico que subyace en este dialecto : los inter locutores t i enen que poseer u n grado bastante eleva-
6 1 ROSAURA SÁNCHEZ, " O u r linguistic and social context" , en J O N A M A S -TAE y L U C Í A E L Í A S - O L I V A R E S , eds., Spanish in the United States, Cambridge, 1982, p. 42.
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do de bilingüismo y t ienen que d o m i n a r las estructuras g r a m a t i cales de las dos lenguas para poderse comunicar eficazmente. O r a ciones como las que presentamos no se podrían p r o d u c i r entre u n bilingüe y u n monolingüe en español (y menos con u n angloha-b lante ) . Esto expl ica, creemos, la impresión que u n hispanohablante monolingüe recibe del habla de muchos méxico-americanos: u n español de código res tr ing ido , tanto en el d o m i n i o de las est ruc turas gramaticales como en la var iedad y precisión del vocab u l a r i o . Pero visto desde o t ra perspectiva, esta 4 ' m e z c l a " de l en guas constituye, en real idad, u n sistema aparte; sistema compuesto de dos gramáticas que se complementan y apoyan m u t u a m e n t e para f o r m a r u n a tercera.
CONCLUSIONES
Si b ien sería de esperar que la m a y o r parte de las variantes d ia lectales del español hablado en los Estados U n i d o s se con formen a la var iedad estándar de la cual d e r i v a n , la ausencia de u n a nor m a constante y la migración h a n c o n t r i b u i d o a que estos dialectos exh iban características propias y di ferenciadoras. E n términos generales notamos que al fa l tar una poderosa n o r m a colectiva y centrípeta, cada variante da rienda suelta a aquellas tendencias que la n o r m a generalmente controla o frena. Subrayamos asimism o que en el dialecto que describimos coexisten usos rurajes y arcaicos al lado de tendencias innovadoras . Pero no hay que perder de vista que la convivencia de códigos dist intos no es más que el reflejo lingüístico de u n a rea l idad social que estrati f ica a los hablantes y sus discursos. Cabe preguntarse , entonces, cuál de los cuatro tipos de bilingüismo señalados por G l y n L e w i s 6 2 se regist r a n en la c iudad de Santa Barbara : estable, d inámico , transic io -na l o res idual . L a sociolingüística m o d e r n a ha hecho notar que si el bilingüismo en u n i n d i v i d u o es bastante c o m ú n , las sociedades diglósicas no suelen gozar de una estabi l idad lingüística d u radera . A l o tro extremo se ub i can las sociedades donde sólo qued a n vestigios, residuos, de u n bilingüismo anter i o r inestable que culminó en el desplazamiento casi tota l de u n a de las lenguas. T a l es el caso de muchas lenguas amerindias y de las varias lenguas europeas de los emigrantes a los Estados U n i d o s que h a n ido su-
6 2 G L Y N L E W I S , Multilingualism in the Soviet Union, M o u t o n , The Hague, 1972, p. 275.
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c u m b i e n d o ante el inglés. E n el caso del español en C a l i f o r n i a y en Santa Barbara , consideramos que se t r a t a más b ien de b i l i n güismo dinámico o t rans ic ional . Si por u n lado es cierto que el español está m u y en uso y que los hispanohablantes están en vísperas de poder ejercer la in f luenc ia político-social que conlleva su mayoría numérica, no es menos cierto que las funciones y d o m i nios de las dos lenguas favorecen al inglés. E l español es lengua de los dóminos del hogar, del b a r r i o , de la iglesia, pero es todavía p o r t a d o r de los valores culturales de sus hablantes y símbolo de u n a ident idad étnica que no se quiere b o r r a r . E l inglés, por o tra par te , es el i d i o m a de prestigio que ocupa los registros y d o m i nios más altos en una sociedad as imi la tor ia que históricamente no ha manifestado to lerancia hacia el bil ingüismo. E l f u t u r o del español en los Estados U n i d o s en general depende, en alto grado, de la política m i g r a t o r i a de este país y de la tenacidad de los his panohablantes . E l flujo c ont inuo de inmigrantes de Méx i co y del resto de Hispanoamérica proporciona el elemento renovador y cont i n u a d o r del español; el lento y minúsculo esfuerzo de educar a los niños en escuelas bilingües representa la semilla que puede germ i n a r en la penetración del español en domin ios antes reservados para el inglés. Este estado movedizo y cambiante es el que hemos intentado documentar en la c iudad de Santa Barbara , C a l i f o r n i a , en vísperas de la explosión demográfica y en u n m o m e n to crítico de la política m i g r a t o r i a hacia los hispanohablantes.
JOSÉ G . MORENO DE ALBA Universidad Nacional Autónoma de México
GIORGIO PERISSINOTTO Universidad de Cali fornia, Santa Barbara