Cualificación del

servicio

Evangelización, comunión y celebración

Compromiso social

Liderazgo laical.

Evangelización, comunión y celebración

Las Obras en Pastoral tienen como dimensión fundamental su carácter evangelizador, del

cual da razón todo el proceso institucional; sus miembros se van identificando y

comprometiendo con una práctica evangelizadora desde la Palabra, el testimonio

y celebración de su experiencia de Dios.

La presencia de las hermanas, en cualquier institución, tiene sentido en tanto tenga un rol evangelizador. La cualificación profesional y la idoneidad para el desempeño de cualquier trabajo, no es lo que, en primera instancia, define la participación en una institucionalidad, como lo plantea el mundo secular de los procesos empresariales y productivos. La profesión es un medio y no un fin para la realización de la vocación. La vocación del Seguimiento de Jesús, desde un carisma específico y práctica de servicio a la construcción de Reino, es el horizonte por el que se debe transitar; el quehacer profesional asume un carácter misionero, profético, trasformador de las lógicas del mercado y consumo. Y así, como la Madre fundadora, cada una dirá: “Mi vivir es el Evangelio”.

El mundo está sediento de Dios y

ávido de su Palabra, aunque perdido muchas

veces en su búsqueda. El

llamado es a ser fermento en la masa, en las

institucionalidades en donde las

personas comprometen su

vida, su trabajo, su realización

profesional y su servicio a la

construcción de humanidad.

El carácter evangelizador de las instituciones debe ir logrando niveles crecientes

de esa presencia testimonial y profética, de convivencia en comunión

de fe y una práctica orante y celebrativa de la

experiencia de Dios

Hay una clara invitación a ser explicitas(os) con la identidad católica en comunión eclesial y a propiciar encuentros ecuménicos en institucionalidades no confesionales, dentro de una ética y moral basada en un profundo respeto por la

vida, el ser humano y la naturaleza (cosmos, universo… espacio y tiempo de la acción creadora de Dios).

Toda institución tiene una finalidad por la cual se ha constituido y se define dentro de un sistema socio – cultural. Las instituciones educativas, de salud, de desarrollo social o eclesial, deben hacer uso de todos los conocimientos y procesos pedagógicos, metodológicos y técnicos disponibles para la óptima prestación de su servicio.

CALIDAD EN EL SERVICIO

La calidad del servicio debe responder a una concepción de desarrollo integral – humano – sostenible y no a parámetros meramente mercantilistas y de rentabilidad económica los cuales, muchas veces, van en contra de la equidad, la justicia y la caridad. Se debe preguntar por parámetros de pertinencia con las necesidades del entorno y la realidad que se pretende intervenir o atender con el servicio; estar al tanto de los desafíos y retos que plantea la realidad local, nacional y mundial.

Se requiere que las personas vinculadas a una institución estén preparadas, se actualicen y sean sujetos de evaluación permanente en la prestación de sus servicios, con el ánimo de obtener resultados de calidad. Y en este sentido, la calidad humana de las personas, en las instituciones de servicios, debe tener una especial atención y desarrollo

Es importante cualificar los procesos de planeación, evaluación y seguimiento en las instituciones. La realización de infinidad de actividades de una manera desesperada y desordenada, desgasta y agota los procesos. La planeación y evaluación debe tener una dinámica participativa, democrática y empoderante de todos los miembros de la institución, lo cual les lleve a mayores niveles de identidad y pertenencia; donde los integrantes sean corresponsables con el proceso institucional; sin que ello signifique la confusión de roles y funciones que le corresponde a cada cargo. En ello, es necesario incidir para ir acabando con modelos piramidales, autoritarios y verticales, los cuales no dignifican las relaciones, ni hacen posible la realización de todas las personas; así como, la creación de ambientes institucionales flexibles, para el pleno desarrollo de aptitudes, creatividad y gusto por lo que se hace, dentro del respeto, la responsabilidad y unas claras reglas de juego.

Los procesos pastorales requieren, para su continuidad y desarrollo de personas que, desde una profunda experiencia de Dios, vayan comprometiendo su vida al servicio de la construcción de Reino. Estos son los liderazgos laicales que se deben fomentar, animar, formar y apoyar dentro de las diversas instituciones en donde se hace presencia.

LIDERAZGO LAICAL:

En toda institución o proceso social hay liderazgos que se destacan por sus cualidades y capacidad de convocatoria, en el desarrollo de las actividades; pero no es a ellos a quienes se refiere esta invitación; es a aquellos, quienes han tenido una profunda experiencia de Dios y viven el llamado a comprometerse, desde su vida laical, con el seguimiento de Jesús. Son los que tienen la inquietud, se motivan y comprometen con una progresiva acción evangelizadora, en la institución.

Los laicos están en el mundo de lo común: comen, trabajan, se relacionan, se casan, tienen familia, gustan de muchas cosas y son sujetos de múltiples influencias… pero hay algo que los acerca: son humanos con corazón y anhelo de trascendencia. Se cuenta con una propuesta para ellos, y no es cualquier propuesta… sólo que para hacérsela, allegársela, se tiene que vivir con certeza, tesón y alegría; testimoniarla en el modo de vivir y asumir las diversas circunstancias de la vida, de tal manera que los laicos se sientan, reiteradamente, invitados a buscar la fuente que la anima y a vivir de esa manera. Asumir lo que decía San Pablo:

“Nuestra carta de recomendación son ustedes mismos. La carta está escrita en nuestro corazón y la pueden leer y reconocer todos. Nadie podrá negar que ustedes son una carta que Cristo redactó por nuestro intermedio; escrita no con tinta, sino con el Espíritu de Dios que vive; no en tablas de piedra, sino en corazones de carne”(2 Cor. 3, 2-3)

“A esta vivencia testimonial, se le agrega el llamado de Jesús a “tirar las redes” y estar muy atentas(os) a los signos del entorno y las insinuaciones del Espíritu, de donde brotarán los “obreros para la mies”. Atención para identificar inquietos, acompañar procesos, facilitar caminos de formación y cualificación de búsquedas. Atentas(os) y dispuestas(os) para hacer equipo con estos líderes y delegar, progresivamente en ellos, actividades, programaciones e iniciativas pastorales.

Los líderes laicales, los pastoralistas comprometidos, no brotan por generación espontánea; se van haciendo poco a poco, así como el Señor lo ha venido haciendo en una larga historia con nosotros. Hay que tener la paciencia histórica y la constancia amorosa para iniciar y seguir procesos. Las Obras en Pastoral, se deben ir beneficiando progresivamente, de un liderazgo laical comprometido, que le de continuidad a los procesos, con arraigo socio – cultural, en los lugares en donde están insertas las institucionalidades.

COMPROMISO SOCIAL:

Las instituciones deben tener clara su función social y el papel en el desarrollo actual de las comunidades y localidades. Deben ser actores sociales responsables con los procesos de desarrollo; críticas, constructivas y propositivas con modelos de desarrollo acorde con la construcción integral de ser humano y en armonía con el entorno. Como Obras en Pastoral, asumen un rol ético y moral comprometido con el desarrollo de las comunidades.

No se puede seguir siendo prestadores de servicios quienes, a nombre de una supuesta neutralidad ideológica, se adhieren a prácticas institucionales las cuales soportan o refuerzan ideologías y políticas de desarrollo perversas; donde los corruptos no tienen escrúpulos para pactar, utilizar y malversar los intereses colectivos en beneficio de los propios; donde las instituciones que pueden ser actores decisivos en el curso de los procesos sociales, se silencian y marginan para no perder sus privilegios, cercenados de antemano, muchas veces, por los mismos que se han apropiado del reparto. .

Las instituciones de servicio a la comunidad, deben ser medios por donde se concretice la satisfacción de necesidades, las aspiraciones y planes de desarrollo comunitario que requieren las localidades, con la participación activa y protagónica de sus habitantes.

Los compromisos parciales que asumen los miembros de una institución, con el entorno social, son válidos pero no eximen de una reflexión y práctica institucional más global, la cual comprometa toda la institucionalidad y su comunidad humana, en propuestas y proyectos transformadores. Se está haciendo referencia al compromiso con propuestas en donde se juega un modelo de desarrollo, acorde con una visión del mundo y de los seres humanos, más cercano a la vivencia de los valores del Reino: caridad, justicia, equidad, inclusión y respeto por todo lo creado.

Las Obras en Pastoral, deben ser constructoras del desarrollo que requieren las comunidades, asumiendo liderazgos en los procesos de análisis, gestión, implementación y evaluación de políticas, planes y proyectos; siendo parte, con otros, de procesos de concertación para el desarrollo económico, político, social y eclesial; asumiendo tareas específicas y concretas, con los sectores más vulnerados por prácticas sociales inequitativas. Así, no les son desconocidos los planes de desarrollo local y regional que manejan municipios y departamentos, saben del flujo de recursos que hay para el sector al que pertenece el servicio institucional y participan de los procesos que tienen las comunidades para acceder a su manejo, asignación y control.

Están en la jugada para poner el grano de arena en el proceso de desarrollo que requiere y conviene a las comunidades. Son así, también, la piedra en el zapato que algunos quisieran quitar, pero que muchos anhelan tener en sus comunidades, para romper la inercia que mantiene a las comunidades en el atraso, infravaloración, exclusión y empobrecimiento progresivo. Las Obras en Pastoral son personalidades institucionales con Identidad Cristiana, quienes asumen un rol consecuente y profético, dentro del medio social en que se desarrolla.