nueva cronica 118

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  • 7/29/2019 Nueva Cronica 118

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    CULTURA y POLTICA / Publicacin del Instituto PRISMA y PLURAL editores / N 118 / 1era. quincena de febrero 2013 / Bs 5

    Artista invitado: Avelino Nogales

    Contrapuntos

    Ricardo Calla Ortega: El gobierno del MAS a iniciosde 2013: momento de inflexin, 4

    Carlos Rocabado M.: Censo 2012, poblacin, escaosy principios, 5

    Dilogo con Armando lvarez a propsito delinforme de gestin 2012, 6

    Benjamin Grossman: En torno al debate dela industrializacin en Bolivia. Las caras delcolonialismo, 7

    Carlos Crespo Flores: La convencion de Viena y elacullico. En defensa de la coca orgnica, 8-9

    Henry Oporto: Nueva poltica para la coca y el

    narcotrfico, 9Debate / Libros

    Juan Luis Espada: Transparencia presupuestaria:Bolivia no mejor en los ltimos aos, 10-11

    Fundacin Jubileo: Anlisis del Presupuesto Generaldel Estado 2013, 11

    Arturo D. Villanueva Imaa: Lecciones de laselecciones: prospectiva para el 2014, 12Juan Carlos Salazar: La sala de redaccin, taller del

    periodista, 13H.C.F. Mansilla: La filosofa tamayana y su

    significacin actual. La lucha contra la modernidadbajo el manto del autoctonismo, 14-15

    Carlos Malamud: Unin Europea - CELAC: unaCumbre nada fcil, 15

    Ideas / Memoria

    Paulo Slachevsky: La cultura del libro como un bienpblico, 16-17

    Marcelo Quezada Gambarte: XVIII aniversario: elmovimiento zapatista se hace visible, 18-19

    Peter Burke: Las formas de historia cultural y lasfunciones de la memoria colectiva, 20

    El Presupuesto 2013 vs los 13 pilares del Inorme presidencial

    Realidad y ensoacin en las cuentas scalesEl anlisis del Presupuestogeneral 2013 revelagraves inconsistencias conel informe presidencialdel 22 de enero y los 13

    pilares de la Bolivia dignay soberana. La falta detransparencia con la quese aprueba el Presupuestoy el carcter delirante dealgunos de los objetivos dela Agenda Patritica 2025obligaran a administrarcon mayor prudencia losingentes recursos que recibeBolivia por la exportacin

    de materias primas.La falta de inversin yel incremento del gastopblico denotan laslimitaciones estructuralesdel modelo vigente y de susproyecciones futuras.

    Control de constitucionalidad

    Cuatro sentencias recientes del Tribunal Constitu-cional Plurinacional muestran su saludable indepen-dencia respecto al gobierno del MAS: la primera deellas aboli la figura del desacato que utiliz el go-bierno contra varios dirigentes opositores. La segundalimit la aplicacin de la retroactividad de la Ley an-ticorrupcin, porque vulnera tratados internacionales.La tercera declar inconstitucionales cuatro artculosde la Ley de Autonomas que permitan la suspensinde autoridades electas con la sola acusacin de un fis-cal. Y la cuarta acaba de revocar una decisin del juz-gado paceo que rechaz una Accin Popular en de-fensa del TIPNIS. Ninguno de esos fallos favorece algobierno y, por el contrario, ponen al descubierto unode los rasgos ms destacados del proceso de cambio:el carcter inconstitucional de la mayora de las leyes

    promulgadas, incluyendo el procedimiento utilizadopara aprobar la propia Constitucin Uno podrapreguntarse: no debera procesarse a las autoridadesque fueron advertidas del carcter inconstitucional delas leyes que aprobaban? Y a los propagandistas deesas normas que incurrieron en apologa del delito?

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    Admisin de postulaciones:hasta el 1 de marzo de 2013

    Entrevistas e inscripciones:del 4 al 15 de marzo de 2013

    Inicio de clases:18 de marzo de 2013

    MAESTRASGESTIN 2013-2014

    ESTUDIOS CRTICOS DEL DESARROLLO

    DESARROLLO RURAL

    RELACIONES INTERNACIONALES E INTEGRACIN

    CIDES - UMSAUniversidad Mayor de San Andrs

    Postgrado en Ciencias del Desarrollo

    POR QU UNA MAESTRAEN DESARROLLO RURAL?

    Distintas crisis que atraviesa el mundo,

    comenzando por la de alimentos, el

    cambio climtico, la prdida de fuentes de

    agua, la disminucin de biodiversidad, la

    inestabilidad laboral e incluso el bienestar

    individual y social, encuentran nuevamente

    en el desarrollo rural una fuente de

    inspiracin y un campo de accin hacia la

    construccin de un modelo de desarrollo

    alternativo al que origin los problemas

    que atraviesa la humanidad. El estudio y laespecializacin en desarrollo rural permiten,

    a los profesionales que trabajan en esta rea,

    responder desde una perspectiva actual y

    multidisciplinaria a los retos y oportunidades

    que se presentan en este campo.

    Coordinador: PhD.(c) Oscar [email protected]

    POR QU UNA MAESTRIA EN RELACIONESINTERNACIONALES E INTEGRACIN?

    La realidad actual muestra que el estudio

    de las tendencias de la economa y la

    poltica internacional, caracterizadas

    por la mundializacin y el regionalismo,

    constituye uno de los requisitos

    fundamentales para el planteamiento de

    opciones pertinentes para el desarrollo

    nacional. La regin latinoamericana no est

    excluida de dichas tendencias, al contrario,

    constituye uno de los espacios geogrcos

    donde con mayor intensidad se ha dadoel fenmeno de la internacionalizacin y

    el regionalismo. Bolivia se encuentra en

    la bsqueda de un nuevo relacionamiento

    internacional, de fortalecimiento de los

    procesos de integracin y en la proyeccin

    de nuevas oportunidades y desafos, como

    pas articulador del espacio sudamericano.

    As, construir respuestas ecientes y

    ecaces, es fundamental capacitar y

    formar profesionales especialistas en las

    relaciones internacionales, la integracin,

    la negociacin internacional y el anlisis y

    propuesta de polticas exteriores.

    Coordinador: PhD. (c) Alfredo [email protected]

    POR QU UNA MAESTRA EN ESTUDIOSCRTICOS DEL DESARROLLO?

    La profundizacin de las asimetras entre

    regiones y pases, el incremento de las

    desigualdades sociales, la exacerbacin de

    la pobreza, la expansin de las migraciones

    laborales y el deterioro ambiental han

    colocado al desarrollo as como a la

    bsqueda de alternativas a la profunda

    crisis por la que atraviesa el capitalismo

    contemporneo entre los temas

    prioritarios de las agendas de organismos

    internacionales, gobiernos, organizacionessociales y acadmicos a nivel global.

    As, este programa ofrece una visin

    interdisciplinaria para el estudio de los

    procesos del desarrollo en este escenario

    de grandes e importantes cambios a nivel

    global y nacional, utilizando tcnicas de

    la economa, la sociologa y las ciencias

    polticas, as como la contribucin de

    la historia, la antropologa, la geografa

    y la losofa, en la bsqueda de un

    serio replanteamiento de los problemas

    del desarrollo y la manera en que son

    concebidos, estudiados y afrontados.

    Coordinador: PhD. Mauricio [email protected]

    CIDES-UMSA Av. 14 de Septiembre No. 4913 (esquina Calle 3) Obrajes / Tel. 2786970 - 2782361 / [email protected] www.cides.edu.bo

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    1era. quincena de febrero 2013 / 3editorial

    Los lectores de Nueva Crnica puedenescribir al correo electrnico

    [email protected]

    Las colaboraciones no solicitadassern sometidas a la consideracin

    del Consejo Editorial

    Contactos:[email protected]

    Tel. 4511547

    [email protected]. 72168839

    www.cesu.umss.edu.bo

    La versin digital de los nmerospasados de la revista pueden ser

    obtenidos en la siguiente direccin:

    www.institutoprisma.org

    Consejo editorial:

    Joan Prats ()Fernando Mayorga U.

    Horst Grebe LpezJuan Carlos Salazar

    Director:Jos Antonio Quiroga T.

    Instituto PRISMA

    Calle 21 Torre Lydia Piso 2 Of. 201, CalacotoTel: 2799673

    [email protected]

    Plural editores

    c. Rosendo Gutirrez 595 esq. Ecuador

    Tel: [email protected]

    www.plural.bo

    ISSN: 1996-4420

    Subdesarrollo y elicidad

    Como es usual cada ao por estasfechas, ms de 2.500 lderes pol-ticos, empresariales, intelectuales y

    cientficos se reunieron en Davos, Sui-za, para dialogar sobre las perspectivasmundiales para el 2013. A diferencia delas cuatro reuniones anteriores dondecirculaban los pronsticos ms lgubressobre el quiebre de la zona del euro, ladesaceleracin de la China y los sombrospronsticos en cuanto a la situacin delempleo, en esta ocasin se percibi unasensacin de alivio generalizado, puestoque la situacin de las finanzas mundiales

    muestra seales de mejora. Ello no obs-tante, Frau Merkel y Madame Lagardeinsistieron en que la consolidacin fis-cal y las reformas estructurales no estnni mucho menos afianzadas, que tomantiempo en mostrar resultados tangibles y

    que, si bien la crisis financiera est sien-do dominada, eso no se traducir en msempleo a corto plazo. No es tiempo derelajar la austeridad. Todo esto dicho a laseconomas ms ricas del mundo.

    Con tales anuncios, varios par-ticipantes de Davos se trasladaron aSantiago de Chile, donde se llevaron acabo entre el 25 y el 28 de enero prime-ro la Cumbre de la Unin Europea y lacelacy luego la Cumbre de la celac.En ambos foros se aprobaron sendas de-claraciones de compromisos generales ybuenas intenciones, carentes por com-

    pleto de eficacia para encarar los desa-fos globales y las necesarias reformasdel sistema multilateral.

    En ausencia de lderes como Chvezy Lula, los dos eventos de Santiago deChile no pasarn a la historia por sus ini-

    Las Cumbres sin Chvezciativas brillantes. Llam la atencin eltraspaso de la presidencia pro temporede la celac a Ral Castro, con la enco-mienda paradjica de promover y defen-der la democracia en Amrica Latina y elCaribe y adems llevar la vocera de la re-gin en los diferentes foros internaciona-les hasta la prxima Cumbre de celac,que se realizar en Cuba en 2014.

    Es en ese escenario que el presiden-te Morales plante su airado reclamo porel incumplimiento por parte de Chile decompromisos derivados del Tratado de1904, lo que dio lugar a respuestas de par-

    te del presidente Piera, ante el elocuen-te silencio de los dems participantes. Eldebate no se produjo en la Cumbre sinodas despus mediante un nutrido inter-cambio de declaraciones entre los man-datarios de Per, Chile y Bolivia.

    El mensaje presidencial del 22 de enero repiti el mismo for-mato de anteriores informes y remat con la propuesta delos 13 pilares de la Bolivia digna y soberana. La compa-

    racin de los siete aos de mayor bonanza econmica de la his-

    toria boliviana con los aos precedentes de crisis fiscal muestralos contrastes entre un antesde descalabro y un ahora de buenagestin, que nos estara sacando del subdesarrollo y conduciendoa la felicidad plena a pasos agigantados.

    Sin embargo, tras siete aos de go-bierno del mas, sera de mayor provechocomparar los resultados del ltimo ao degestin con los del ao precedente o losdel segundo gobierno de Evo Morales conlos del primero para comprender la mar-cha del actual proceso. Semejante procedi-miento mostrara una visin ms realista dela consecucin de los objetivos enunciadosen la Agenda Patritica 2025.

    Muchos de los objetivos contenidos en

    los 13 pilares forman parte del Plan Nacio-nal de Desarrollo: Bolivia digna, soberana,productiva y democrtica para Vivir Biende junio de 2006. Otros repiten los Objeti-vos de Desarrollo del Milenio del ao 2000que, en la mayora de los casos, muestran unpreocupante rezago en Bolivia. No constitu-yen, por tanto, una novedad. Sin embargo,hay otros pilares que muestran una innova-cin en el imaginario y en el lxico gubernamental.

    Los 13 pilares estn redactados siguiendo las pautas de ela-boracin de la visin y misin que utilizaban las ong. 10 deellos enarbolan el concepto desoberana aplicado a los ms diver-sos campos, como la transparencia en la gestin, el reencuentrocon nuestra alegra o el servicio de telefona. La mayora asume

    metas difciles de satisfacer incluso en las sociedades ms desa-rrolladas.As, por ejemplo, en 2025 el 100% de los bolivianos y bo-

    livianas tienen acceso a infraestructura y formacin deportiva,lo que incluye a recin nacidos y ancianos. Lo mismo sucede conel servicio de agua potable, electricidad o acceso a internet quetendrn en todos los casos coberturas del 100% de la poblacin.De acuerdo al presidente Morales, Bolivia debera alcanzar en2025 la soberana cientfica y tecnolgica con identidad propia,es decir, debera contar con una tecnologa con el sello propiode nuestra identidad indgena originaria.

    Asimismo, hasta 2025, Bolivia alcanzar la soberana co-munitaria financiera sin servilismo al capitalismo financiero.Ese objetivo entra en contradiccin con la emisin de bonos porus$ 1.000 millones en el mercado financiero internacional que,

    de acuerdo al Presupuesto 2013, se destinarn a cubrir los incre-mentos en el gasto corriente.Los 13 pilares se proponen triplicar el monto de las reservas

    internacionales en los prximos 12 aos,sin necesidad de triplicar el pib. La nicamanera de lograrlo sera que los precios delas materias primas se multipliquen por treso que lo hagan los volmenes de produc-cin. Sin embargo, la explotacin de hidro-carburos no crece a ese ritmo en parte porla ausencia de inversin y la produccinminera registra volmenes decrecientes enlos ltimos aos. El comportamiento de laeconoma real entra en contradiccin conel objetivo de lograr soberana sobre nues-

    tros recursos naturales con nacionaliza-cin, industrializacin y comercializacinen armona y equilibrio con la madre tie-rra. Otro de los pilares afirma que Boliviacritica la mercantilizacin de la naturalezaen el marco del sistema de las nnuu. Esepilar es coincidente con el noveno manda-miento del Manifiesto de la Isla del Sol queproclama el rechazo al neoliberalismo de

    las nnuuy de la institucionalidad del imperio del capital.Finalmente, hay dos pilares que explican por s solos el es-

    pritu que anima la propuesta en su conjunto: uno de ellos ins-taura el disfrute y felicidad plena de nuestras fiestas, de nuestramsica, nuestros ros, nuestra selva, nuestras montaas, nuestrosnevados, de nuestro aire limpio, de nuestros sueos. En esa

    enumeracin geogrfica y onrica no aparece el mar, que quedreservado para el dcimo tercer pilar: reencuentro soberano connuestra alegra, felicidad, prosperidad y nuestro mar. En 2025,Bolivia contar con puertos soberanos en el Pacfico mientras losbolivianos danzamos en nuestras fiestas compartiendo alegra.

    Para evaluar el grado de cumplimiento de todos estos objeti-vos, hay que tomar en cuenta que desde que comenz el procesode cambio en 2006 ha transcurrido un tercio del plazo requeridopara alcanzar la felicidad plena en 2025. No hay buenas razonespara pensar que los dos tercios restantes sern cualitativamentemuy distintos, si se impone la prrroga del presidente Morales.

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    1era. quincena de febrero 20134 / contrapuntos

    El gobierno del MAS a inicios de 2013:

    Enero, mes de infexinRicardo Calla Ortega*

    El que un masivo partido de gobierno, un masivo grupo de funcionarios partidarios y una masiva fuerza parlamentaria oficialistapermitan al actual poder Ejecutivo no dar ninguna seal de voluntad de reforma moral y poltica no solamente revela el indudable poderde Evo Morales en el pas; revela tambin la extensin y la amplitud de un masivo aparato social dispuesto, colectivamente, a permitir la

    descomposicin moral del gobierno que apoya.

    La decisin de Evo Morales ylvaro Garca de bloquear unainvestigacin seria y en profun-didad sobre las posibles articula-

    ciones de la red de extorsin, descubier-ta a fines de noviembre del ao pasadoy que alcanza a miembros de la cpula

    del poder gubernamental, parece indicarque el gobierno boliviano ha optado porarriesgarse a permitir el desarrollo deuna mayor descomposicin moral en suinterior y en su entorno antes que sufrirun debilitamiento de su imagen comogobierno fuerte, intransigente e im-batible.

    La ruda determinacin con la queel propio Morales ha castigado a la dipu-tada Rebeca Delgado por haberse atre-vido a declarar a la prensa que la investi-gacin sobre la red de extorsin tendraque prestar atencin a los posiblesvnculos de esa red con algunos de los

    mandos superiores del gobierno, mues-tra que el actual Presidente de Boliviaprefiere llevar adelante, sin titubeos, laestrategia de negar cualquier responsa-bilidad suya, o de sus operadores pol-ticos ms prximos Garca, Quintana,Llorenti, Arze, en la ya larga secuela deescndalos de corrupcin, de violacionesa los derechos humanos y de infaustoseventos de violencia gubernamental des-controlada, que caracterizan al procesopoltico y social comandado por el actualmandatario boliviano, tras su ascenso alpoder a inicios de 2006.

    Esa estrategia de negacin queha sido una constante en el modo degobernar de Morales desde la inaugura-cin de su mandato busca proyectar laimagen de que la presidencia y su equipode operadores ms importantes no sonresponsables, en absoluto, de los excesosque cualquier funcionario gubernamen-tal de cualquier nivel pudiese cometeren el ejercicio de sus funciones.

    Hasta ahora, esa estrategia de ne-gacin ha sido demostradamente exito-sa y til para el rgimen, en su afn deafirmar su control poltico en el pas.Le ha permitido paralizar a sus adversa-rios, desarticulando cualquier esfuerzode la oposicin para lograr algn cam-bio de rumbo en la forma de gobernarBolivia, que Morales, y su partido, hanpasado a imponer tras su victoria elec-toral presidencial en el ya lejano di-ciembre de 2005. Con esa estrategia denegacin, Evo Morales, pero tambin

    lvaro Garca, han podido disciplinarrgidamente a las dirigencias de su par-tido, atemorizndolas con represalias yenviando el claro mensaje de que nadieen el mas puede atreverse, ni siquieraindirectamente, a salpicar (trminousado por el mismo Morales para elcaso de extorsin) al Presidente y a suscolaboradores ms inmediatos con cual-quiera de los escndalos que estallenen la gestin gubernamental. Por otraparte, esa estrategia de negacin ha en-viado un crudo mensaje de exigencia dealineamiento del poder Judicial y, enparticular, de la Fiscala General a lavoluntad e intereses del poder Ejecuti-vo, en sentido de nunca ser sometido aun escrutinio neutral y objetivo de susacciones y omisiones en el ejercicio degobernar. De la misma manera, esa es-trategia ha subordinado al parlamentoboliviano donde elmas cuenta con unaabrumadora mayora hasta el extremode convertirlo en un aparato sojuzgadoal Ejecutivo, convirtiendo a esta institu-cin en un simple apndice funcional ala legitimacin de un rgimen guberna-mental todopoderoso, al que por lo vistono se debiera cuestionar sino desde ca-fs, que es donde, por lo visto, quiereel Vicepresidente recluir a todo pensa-miento crtico dentro de su partido.

    Pero la estrategia de negacin to-tal de responsabilidad alguna de la msalta cpula gubernamental del mas en

    cualquiera de los casos de la yalarga lista de escndalos y deexcesos de violencia que se handado durante la actual adminis-tracin boliviana, ha sido prin-cipalmente til y eficaz paradesalentar, desanimar y atemo-

    rizar a la oposicin de derecha,de centro y de izquierda que,desde perspectivas distintas,pretende cuestionar a Evo Mo-rales y su rgimen. El empeodel rgimen por proyectar unaimagen de s mismo como ungobierno frreo e imbatible alque nadie puede hacer retroce-der o cambiar ya que axiom-ticamente el gobierno se definecomo no responsable de ningu-no de sus escndalos y por tan-to libre de cualquier obligacinde reformarse o reestructurar-

    se ha logrado, sin duda, calarprofundamente el imaginariode una intelectualidad y de una oposi-cin que se ha convencido ampliamentede que, sin importar cun graves puedanser los escndalos que sacudan al rgi-men delmas, de todos modos en el pasno ha de pasar nada. De hecho, unamplio cinismo parece haber capturadoa amplios sectores de la opinin pblicaya que esta parece dominada por la ideade que, ahora y ms adelante, a pesar decualquiera que sea la gravedad de esteo aquel caso de corrupcin al interiordel gobernante mas, el rgimen de EvoMorales ha de permanecer inclume.

    As, aunque una importante par-te del pas haya esperado, en enero de2013, un cambio de gabinete comomuestra de una mnima voluntad de re-forma moral e intelectual por parte delgobernante mas frente al gravsimocaso de la extorsin destapado al final de2012 la decisin de Evo Morales de nocambiar a ninguno de sus ministros y deno retirar el cargo a ninguno de los per-sonajes fuertes del gobierno por ejem-plo, al embajador ante la onu, Lloren-ti ha sido asumida por la generalidadde la oposicin poltica y social con unaresignacin cercana al cinismo. Es loque caba esperar, se repite a s misma.

    Pero esta vez Evo Morales no hamandado solamente una seal de fuerza,empecinamiento y rigidez. Al negarse adar una mnima muestra de voluntad decorreccin interna y reconduccin de su

    gobierno aunque sea simblica, aunqueslo fuere cambiando un ministro o des-tituyendo un embajador entre los variospersonajes responsables de por lo menosla contratacin o empoderamiento delos distintos miembros del grupo extor-sionador Rivera-Villegas el presidente

    Morales ha dado no solamente una sealdel inequvoco y concentrado poder delque l goza en el pas, en su partido yen la administracin del Estado. No; elmandatario boliviano esta vez ha hechosaber, del modo ms drstico y dolorosoposible, que no se puede esperar ningu-na reforma moral y poltica del rgimengubernamental que preside. Rehuyendoel ms mnimo cambio en el gabineteministerial, o en la cpula del poder gu-bernamental, Evo Morales y su equipopoltico ms estrecho han decidido con-vertir al caso de la extorsin del grupoRivera-Villegas en un evento secundario

    encapsulado en niveles inferiores de laadministracin; una decisin, sin duda,de atemorizante e impactante soberbiapoltica. Pero mucho peor, porque conesa decisin el gobierno se ha dado per-miso para seguir incubando ms y mscorrupcin ya que, por lo visto, todo leest permitido a la cpula poltica gu-bernamental, incluso la irresponsabili-dad de contratar o empoderar funciona-rios potencialmente corruptos sin miedoa sancin alguna.

    No puede, pues, decirse que unavez ms en Bolivia no ha pasado nada.Todo lo contrario, lo que ha ocurri-do este enero de 2013 es tan grave queparece estar inaugurando una etapa dedescomposicin moral colectiva y am-pliada en el interior y en el entorno delrgimen gobernante. El que un masivopartido de gobierno, un masivo grupode funcionarios partidarios y una masivafuerza parlamentaria oficialista permitanal actual poder Ejecutivo no dar ningu-na seal de voluntad de reforma moral ypoltica en un momento tan grave parala institucionalidad judicial bolivianano solamente revela el indudable poderde Evo Morales en el pas; revela tam-bin la extensin y la amplitud de unmasivo aparato social dispuesto, colec-tivamente, a permitir la descomposicinmoral del gobierno que apoya. Y esto,sin duda, puede llevar a escenarios anmucho ms funestos hacia adelante.

    * Antroplogo y analista poltico.

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    1era. quincena de febrero 2013 / 5contrapuntos

    Poblacin, escaos y principiosCarlos Rocabado M.*

    El legislador debera tener en cuenta tres variables: la aplicacin del principio de progresividad, la interpretacin del principio de igualdad

    y el clculo de la prdida mxima de escaos que estn dispuestos a asumir aquellos departamentos con menor crecimiento poblacional.

    No pasaron ni veinticuatro horas,desde el 23 de enero, da en que seanunciaron los datos preliminaresdel censo (diez habitantes ms,

    diez menos) sin que los polticos de turnoempezaran ya a debatir en torno a dos de lostemas ms peliagudos relacionados con loscambios demogrficos de los ltimos onceaos. Estos temas son: el reparto de recur-sos que no ser abordado en esta nota y elreparto de escaos, para el cual propongoalgunas posibilidades de solucin.

    En la actualidad, los escaos de la

    Asamblea Legislativa Plurinacional se re-parten de la siguiente manera:Un total de 36 senadores, a razn

    de cuatro senadores por cada uno de losnueve departamentos del pas. Es decir,cuatro senadores en representacin de losactuales 109.000 pandinos y cuatro sena-dores en representacin de los ms de dosmillones de cruceos o de paceos.

    Un total de 130 diputados, segn latabla 1.

    Tabla 1. Poblacin 2001 y escaosactuales

    2001

    Departamento Escaos Poblacin Hab/Escao

    Santa Cruz 25 2,029,471 81,179

    La Paz 29 2,350,466 81,051

    Cochabamba 19 1,455,711 76,616

    Potos 14 709,013 50,644

    Chuquisaca 11 531,522 48,320

    Oruro 9 391,870 43,541

    Tarija 9 391,226 43,470

    Beni 9 362,521 40,280

    Pando 5 52,525 10,505

    Total 130 8,274,325

    Desv. Est. s/Pando

    18,115

    Para refrescar un poco la memoria(corta), el reparto actual de escaos en lacmara de diputados fue establecido me-diante Decreto Supremo 28429 de 2005,

    y no por ley, durante la presidencia deRodrguez Veltz. El gobierno de tran-sicin recurri al Pacto de Costa Rica(Convencin Americana sobre DerechosHumanos) para salvar un impasse que Bo-livia no necesitaba en aquellos momentosde complicada inestabilidad. El TribunalConstitucional rechaz los recursos denulidad presentados contra dicho decreto

    y declar inconstitucional el artculo 88 dela anterior Ley Electoral N 1984.

    Dicho reparto, que benefici a SantaCruz dndole tres escaos adicionales, conlos cuales pasaba de 22 a 25, no respet yan no lo hace el principio de progresi-

    vidad implcito en el reparto de escaosboliviano que podemos resumir en la frase

    a ms poblacin, ms costo por escao.En efecto, a pesar de que Santa Cruz era elsegundo departamento ms poblado segnel Censo 2011, el escao por habitante erams caro (81,179 habitantes por escao,

    ver tabla 1) que el de La Paz (81,051 habi-tantes por escao), departamento que era elms poblado hasta ese momento. Hay quedecir sin embargo, que se trat de una so-lucin salomnica para que La Paz pierdaslo dos escaos y para que Potos y Oruropierdan uno, cado uno. (Cochabamba fue elotro departamento con ganancia, un escao

    adicional, pasando de 18 a 19 representan-tes). Salomnica s, pero temporal tambin.Con los resultados del Censo 2012,

    vuelve el justificado debate sobre el reajus-te de escaos. Siempre exceptuando a Pan-do, departamento cuya representacinmnima de cinco diputados, a pesar de sumnima poblacin, es de comn acepta-cin las respuestas en cuanto cul sera elmejor reparto tienen que ver con la for-ma en que cada quien aborde el menciona-do principio de progresividad que, dichosea de paso, no est escrito en ningunatabla de piedra ni en el papel. La tabla 2muestra un ejemplo de reparto que deno-mino maximalista, puesto que implica

    una gran variacin de escaos, nuevamen-te a favor de Santa Cruz. La progresividadpuede apreciarse en la columna que tradu-ce el nmero de habitantes por escao. Enel departamento ms poblado, Santa Cruz,un escao equivaldra a 92,541 habitantes.De manera descendiente, un escao enBeni equivaldra a 60,826 habitantes.

    Esta propuesta, adems de garantizarla progresividad, sera ms equitativa.

    Aqu se aplica un segundo principio, quees el de igualdad. Es decir, habra menosdispersin en el costo del escao entreel departamento ms poblado y el menospoblado, que la que existe actualmente.Esta propuesta se determina a travs de

    la desviacin estndar del ratio habitante/escao, que pasara de 18,115 (tabla 1) a13,830.

    Sin embargo, esta propuesta maxi-malista tiene la desventaja de causar mu-chos cambios en las bancadas departamen-tales, algunos de ellos sustanciales. Potosperdera hasta tres escaos, mientras queChuquisaca y Beni perderan dos. Es, sinduda, una patata caliente que ningn go-bierno desea asumir. La tabla 3 muestrauna propuesta alternativa, denominadaminimalista, porque reduce la variacinglobal de escaos por departamento. Se

    determina, una vez ms, por la varianza delas variaciones por bancada, que pasara deun hipottico 2.8 (ver tabla 2) a un tam-bin hipottico 1.7.

    Esta propuesta minimalista reducelos traumas de las grandes variaciones. Eldepartamento que menos ha crecido po-blacionalmente entre censo y censo, Poto-s, con un 12,69%, perdera dos escaos, ylos tres siguientes departamentos con me-nos crecimiento, Chuquisaca, Beni y LaPaz, perderan cada uno un escao. Losganadores seran una vez ms Santa Cruz,con tres escaos adicionales, y Cochabam-ba, con dos. Esta propuesta minimalis-ta cumple el principio de progresividad,

    aunque va en detrimento del principio deigualdad. La desviacin estndar del ratiohabitante/escao subira de los 18,115 ac-tuales a 20,313.

    Tabla 2. Poblacin 2012 y modelo de reparto escaos maximalista

    Departamento2012

    VariacinEscaos Poblacin Hab/Escao

    Santa Cruz 30 2,776,244 92,541 5

    La Paz 30 2,741,554 91,385 1

    Cochabamba 22 1,938,401 88,109 3

    Potos 11 798,664 72,606 -3

    Chuquisaca 9 600,728 66,748 -2

    Tarija 8 508,757 63,595 -1

    Oruro 8 490,612 61,327 -1

    Beni 7 425,780 60,826 -2

    Pando 5 109,173 21,835 0

    Total 130 10,389,913

    Desv. Est. s/Pando 13,830 2.8

    Estas propuestas son dos de variasposibilidades y combinaciones. Lo ciertoes que el legislador debera tener en cuentatres variables: la aplicacin del principio deprogresividad, la interpretacin del princi-pio de igualdad y el clculo de la prdidamxima de escaos que estn dispuestos aasumir aquellos Departamentos con menorcrecimiento poblacional. Una vez tomadasestas decisiones que, me temo, sern com-plicadas, corresponder ajustar las circuns-

    cripciones electorales, para unas elecciones2014 que se ven cada vez ms cerca.

    * Especialista en descentralizacin.

    Tabla 3. Poblacin 2012 y modelo de reparto de escaos minimalista

    Departamento2012

    VariacinEscaos Poblacin Hab/Escao

    Santa Cruz 28 2,776,244 99,152 3

    La Paz 28 2,741,554 97,913 -1

    Cochabamba 21 1,938,401 92,305 2

    Potos 12 798,664 66,555 -2

    Chuquisaca 10 600,728 60,073 -1

    Tarija 9 508,757 56,529 0

    Oruro 9 490,612 54,512 0

    Beni 8 425,780 53,223 -1

    Pando 5 109,173 21,835 0

    Total 130 10,389,913

    Desv. Est. s/Pando 20,313 1.7

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    1era. quincena de febrero 20136 / contrapuntos

    Dilogo con Armando lvarez a propsito del inorme de gestin 2012

    La buena gestin macroeconmica es una condicin

    necesaria, mas no suciente, para el desarrolloComo en pocos perodos de la historia nacional, las condiciones financieras actuales posibilitan el logro de avances significativos y de cambiosprofundos en la economa boliviana; sin embargo las necesidades de inversin superan con mucho los niveles alcanzados en los ltimos aos.

    Es comn la nocin de que, con-venientemente presentadas, lasestadsticas son capaces de sus-tentar aquello que el gestor seproponga demostrar. ste no sera slo

    un asunto de la seleccin de ciertos da-tos, en los respectivos lapsos de tiemponi de las inevitables omisiones, sinotambin, del marco ideolgico o de ra-zonamiento en que stas se sitan. As,habra muchas opciones de represen-tacin del estado de un mismo pas enun momento dado. Con todo, hay lmi-tes para estos afanes; los datos en casode ser rigurosos reflejan al menos unaparte de la realidad. Una tarea indispen-sable para evaluar la gestin de la cosapblica es la interpretacin de los datosdisponibles, estableciendo las relacionespertinentes entre ciertas porciones deevidencias y otras adicionales, as comoentre stas, el contexto y las tendenciasvisibles.

    El recienteInforme de Gestin 2012de Evo Morales Ayma, Presidente delEstado Plurinacional de Bolivia, es unade las mejores ocasiones para tratar elfundamental asunto de la evolucin, elestado y las perspectivas estratgicasdel desarrollo del pas. La ciudadanadispone de la versin oficial actualizaday necesita dialogar con ella desde unaperspectiva crtica y constructiva. Conesta intencin, Nueva Crnica consul-t los criterios del economista y analis-ta financiero Armando lvarez a fin deanalizar y contextualizar algunos aspec-tos salientes de la informacin provistapor el Presidente con respecto al mbitoeconmico.

    Indicadores macroeconmicos,situacin y perspectivasundamentales de la economabolivianaExiste un consenso amplio en relacina que la situacin macroeconmica delpas es destacable y que la actual bonan-za se constituye en un perodo excep-

    cional por sus magnitudes. Hasta ah lascoincidencias con el citado informe pre-sidencial. En trminos de perspectivas,se estima que la racha de precios altos dela mayora de los rubros de exportacinms importantes (gas, minerales, soja yotros productos agrcolas) se manten-dr en niveles similares durante 2013y, muy probablemente, durante variosaos ms.

    Al mismo tiempo, la mayor partede los economistas advierte sobre losproblemas de sostenibilidad en el tiem-po de esta bonanza, por no estar funda-mentada, principalmente, en cambios

    virtuosos de las condiciones productivasinternas, sino en el devenir de un ciclode altos precios internacionales, que lle-gar a su fin en algn momento. No esnovedosa la afirmacin de que esta situa-cin se vendra abajo, en poco tiempo, silos precios internacionales cayeran y quela crisis social y poltica generada por losderechos adquiridos (derivados, entreotros, de un creciente gasto corrientepor efecto de salarios del sector pblicoy bonos) sera de proporciones difcilesde gestionar. La nica forma de soste-ner el crecimiento econmico ms allde este ciclo es generar, a partir de losabundantes recursos disponibles hoy,una robusta y diversificada infraestruc-tura productiva competitiva y generado-ra de empleos de calidad, que minimicetanto como sea posible los previsiblesvaivenes de los precios internacionalesde commodities. Ese proceso no est ocu-rriendo y el tiempo apremia.

    Armando Alvarez coincide con estaperspectiva y se refiere a algunas de lasvariables ms importantes:

    La economa viene creciendo sosteni-damente [a un promedio de 4,8% parael periodo 2006-12, segn cifras ofi-ciales]. Las exportaciones han llegadoa superar el rcord de 11.000 millones

    de dlares, lo cual es un gran xito paraeste pas. Sin embargo se mantiene elproblema de que nuestras exportacio-nes se componen fundamentalmentede materias primas en una relacin de80/20, y en ese 20%, hay productoscon escaso valor agregado. Es una rela-

    cin que persiste. La inflacin ha per-manecido por debajo del 5% (en parteporque los componentes sobre los cua-les se calcula no reflejan el efecto sobreel bolsillo de los bolivianos), pero, aun-que discutible, est siendo controlada.Tenemos un supervit fiscal, aunque sedebe, en parte, a la incapacidad de eje-cucin [] La generacin de empleos

    sostenibles y de calidad es una de lasprincipales asignaturas pendientes.

    Necesitamos de mucha msinversinSuele haber consenso, asimismo, en queuna de las claves crticas, o determinan-tes, para generar suficientes cambios,capaces de sustentar un futuro viable ysostenible es el de la inversin. Las di-vergencias suelen situarse en las prefe-rencias por la fuente pblica o privadade la misma.

    La inversin pblica promedioanual en estos seis aos de gestin del

    masha rondado los 2.000 millones dedlares, mientras que la privada se esti-ma en 1.000 millones de dlares. Por suparte, la inversin extranjera ha alcan-zado, segn el gobierno, un promedioanual de casi 600 millones de dlares,durante el perodo 2006-12.

    En trminos porcentuales, estas mag-nitudes siguen siendo muy modestasen relacin a Amrica Latina y El Ca-ribe. La buena gestin macroecon-mica es una condicin necesaria msno suficiente; el tema central es la in-versin. Si no generamos condicionespara la inversin y si no mejoramos lascapacidades del sector pblico, espe-cialmente en las regiones y municipios,estamos en problemas. Es importantecomprender que no podemos crecer al5%; tenemos que crecer a tasas mayo-res. Para lograr eso debemos invertiral menos el 20% del pib por variosaos consecutivos. Estamos hablandode 5.000 millones de dlares anuales,ms del doble del promedio actual.La alianza entre el sector pblico y elprivado debiera contribuir a esta meta.[] La ley de inversiones sera un ele-mento importante en este sentido.

    Un posible cuello de botella parala inversin: el sector bancarioMs all de los datos contemplados en

    el Informe de Gestin 2012, que in-cluyeron el notable crecimiento de losdepsitos bancarios (12.753 millonesde dlares), de cuentas de ahorro (incre-mento de ms del 200%), de los crdi-tos, as como de la reduccin de la mora

    bancaria (limitada actualmente al 1,5%),las crecientes restricciones del sectorbancario para aportar a la inversin sonsealadas por lvarez como un factorimportante para el anlisis.

    Veo un posible problema en el sectorfinanciero. Hay inconsistencias en lasseales hacia el sector financiero. Sepretende que el sistema bancario entrea sectores de riesgo, como la pequeaagricultura, a los que no haba financia-do antes precisamente por esta razn,y al mismo tiempo se toman medidasque tienden a reducir su patrimonio,en vez de promover su incremento. Seaumenta, a los bancos, el impuesto a lasutilidades en 12,5% ahora estn pa-gando un 37,5% sobre las utilidades yadems se les impone un impuesto altipo de cambio que afecta a sus utili-dades.En criterio del especialista, para

    ser consistente con la intencin de quela banca ingrese a reas caracterizadaspor un mayor riesgo, se debera, por

    ejemplo, promover la capitalizacin deemprendimientos dando incentivos talescomo algn tipo de compensaciones enel mbito impositivo.

    Por lo dems, componentes impor-tantes del cambio de matriz productiva,como la poltica de soberana alimenta-ria del gobierno, podran ser entorpe-cidos por restricciones generadas en elsector financiero.

    Hay sectores, como el agrcola, cuyademanda ha crecido y los bancos yano alcanzan a satisfacerla. El patrimo-nio de la banca es muy reducido enrelacin al tamao de la economa del

    pas. Un patrimonio de mil millones dedlares para una economa de 25.000millones de dlares, es francamente in-suficiente. Los bancos pueden asumirriesgos hasta el 11% de su patrimonioy no pueden prestar ms del 20% de supatrimonio a un solo emprendimiento.Es decir que la banca privada en Bo-livia no podra financiar, en conjunto,un proyecto que demandara ms de200 millones de dlares. (Tal vez, sepretenda capitalizar al Banco Uninpara que se encargue de lo que la bancaprivada no pueda hacer con los riesgosque esto implica).Estas apreciaciones puntuales son

    ejemplos de un universo ms amplio deaproximaciones crticas a la situacin yproyecciones de la economa boliviana.Logran, empero, dar pistas sobre persis-tencias y derivas fundamentales que de-ben ser modificadas para que esta pocade vacas gordas no sea desperdiciada.

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    1era. quincena de febrero 2013 / 7contrapuntos

    En torno al debate de la industrializacin en Bolivia

    Las caras del colonialismoBenjamin Grossman*

    Los contratos llave en mano son hoy en da la cara ms perversa del colonialismo. Comprar algo sin saber cmo funciona,ni cmo se construye debera ser un delito por ignorancia.

    Los contratos llave en mano son,hoy en da, la cara ms perversadel capitalismo.La transferencia de tecnologa

    ha sido una constante desde que se des-cubri esta parte del planeta. Basta conrealizar una visita a la Casa de Monedapara apreciar y constatar la tecnologacon la que se fabricaban las monedas;

    proceso que se iniciaba con la amalga-macin de la plata. Esta amalgama erafiltrada utilizando vejigas de animalespara obtener la plata en estado casi puro.Esta plata se funda para elaborar plan-chas que eran sometidas al laminadohasta alcanzar el grosor, o ley, necesaria.Esta lminas eran transferidas al mol-deado, o sellado, fase en que se imprimael valor, los escudos y los sellos reales.Toda esta tecnologa referida a procesosde fundicin de metales y a produccinde lquidos destilados cruz el ocanoen las naves espaolas. A su vez, staseran la herencia del conocimiento que

    dejaron los rabes en el Viejo Mundo.El siglo xix fue, sin duda, un si-glo marcado por el conocimiento y latecnologa. Con el descubrimiento delvapor, como la mejor manera de utilizarla energa y la capacidad de producir tra-bajo, Inglaterra irrumpi en un mundoque apuntaba a la modernidad y al pro-greso. Se sumaron, luego, Alemania yFrancia, gracias a sus importantes apor-tes en el manejo de la materia; lograndoestablecer las leyes a las que se sometenlos gases y su correspondendiente apli-cacin en las mquinas trmicas.

    La sntesis qumica abri las puer-

    tas a la imaginacin y, desde entonces,las materias primas naturales son sus-tituidas por materiales sintticos deri-vados, en su mayora, de los hidrocar-buros. Este es el caso de la rea, losplsticos, cauchos y gomas, disolventes,adhesivos, pinturas, textiles, colorantes,medicamentos, vitaminas y dems pro-ductos que hacen nuestro cotidiano vivirms cmodo y fcil.

    La guerra del Pacfico no hubierasido necesaria hoy. La rea y los deri-vados del guano como el amonaco ylas sales del cido ntrico se elaboranen grandes unidades petroqumicas quehan sustituido a los barcos en los que setransportaba las excrementicias de lasaves marinas, acumuladas en las costasdel Pacfico.

    En la actualidad, estos conocimien-tos tecnolgicos ya no representan a lacruz y la espada. Estn contenidos en

    frmulas, en catalizadores, en instruc-ciones sobre presiones y temperaturas detrabajo, diseo de reactores qumicos, einstalacin de plantas industriales. Lospases, en la medida de sus posibilidades,tratan de hacer suyas esas tecnologas; yasea con investigaciones propias, o conpolticas de transferencia tecnolgicaorientadas a la formacin de recursos hu-manos y al fomento de la investigacin yde la produccin de resultados de origen.

    Mientras esta transformacin noocurra en el sistema educativo bolivianoy mientras no se considere a la tecnologacomo la llave del desarrollo, seguiremoscontratando proyectos llave en mano,como solucin inadecuada a nuestrosproblemas tecnolgicos. Los contra-tos llave en mano son hoy en da la carams perversa del colonialismo. Compraralgo sin saber cmo funciona, ni cmo seconstruye debera ser un delito. Delitopor ignorancia. Esos son los casos de lasfbricas contratadas por el gobierno parala separacin de lquidos, o para fabricarrea, papel, cartn y azcar.

    El gobierno ha contratado la tota-lidad de los mencionados proyectos ensobre cerrado; sin conocer las partes ycomponentes del paquete tecnolgicoy sin criterio sobre las tecnologas y elprecio. El perjuicio ms grande de estoscontratos llave en mano, radica en la ne-

    gacin y en la postergacin de las posi-bilidades de participacin de empresasbolivianas, profesionales, tcnicos, uni-versidades e institutos de investigacin.Todas estas instituciones y profesionalesson ignorados en el momento de la tomade decisiones. Son negados, con ese des-precio propio hacia lo nuestro. Existe, enel pas, la capacidad de ser consideradosen los proyectos, ya sea en los diseos, laconstruccin, la provisin de partes, lacapacitacin de recursos humanos, o laprovisin de algunas destrezas tecnolgi-cas desarrolladas localmente, en procesosde industrializacin. Es la mejor alter-nativa para el desarrollo nacional. Unclaro ejemplo de esta circunstancia es latradicin tecnolgica con que cuenta eloriente boliviano para el procesamientode la caa de azcar. El ingenio de SanBuenaventura est siendo construido poruna empresa china sin la menor consultaa estas experiencias estatales y privadasinstitucionalizadas y garantizadas y queson parte importante del limitado desa-rrollo industrial boliviano.

    Un componente de los procesosllave en mano, que debera ser gestio-nado con suma cautela, es el de la de-terminacin del precio. Bajo esta formade adjudicacin el pas no tiene ningunaposibilidad ni capacidad de saber si elprecio por una instalacin industrial y

    por la transferencia de tecnologa es elms conveniente. No se trata de nego-ciar ni de regatear. Se trata de obtenerlas mejores ventajas y una de ellas es lade abrirnos la posibilidad de entender ycomprender cmo se hacen las cosas. Laactual incapacidad del pas se refleja enlas numerosas instituciones y agenciasgubernamentales que se han creado paraimpulsar el desarrollo industrial. Soninstituciones ineficientes, burocrticascomo el denominado Viceministerio deCiencia y Tecnologa que, al igual quelas oficinas dependientes del Ministeriode Desarrollo Productivo, carece de unaautntica vocacin para el desarrollo in-dustrial, la tecnologa y la investigacin.

    El costo de los proyectos llave enmano se paga con el dinero de todos losbolivianos: hombres y mujeres que nodeseamos ser responsables de iniciativasque no le sirven a nadie, como Papelbol,o de escndalos como el de la compra delas barcazas embargadas por el gobier-no chino y que, ahora, se encuentranarrumbadas en algn puerto del Asia.

    La tecnologa es bienvenida, siem-pre y cuando sea convertida en parte ge-neradora de nuestro desarrollo y bien-estar; y siempre que no contradiga a losintereses nacionales.

    * Ingeniero Qumico Docente emrito, umsa.

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    1era. quincena de febrero 20138 / contrapuntos

    La convencion de Viena y el acullico

    En deensa de la coca orgnicaCarlos Crespo Flores*

    En torno a las implicaciones de la re-adhesin de Bolivia a la Convencin de Viena y a los vacos en el debate nacional sobre la producciny consumo de la hoja de coca.

    Bolivia est de fiesta: el acullico haganado. Lo dicen los gobernan-tes y sus escuderos, luego de quela onu informara que Bolivia

    reacceder a la Convencin nica de laonusobre Estupefacientes (Convencinde Viena de 1961) con una excepcin quepermitir el masticado de coca1. La mul-titudinaria concentracin en el viaductode Cochabamba, mayoritariamente coca-

    lera, festej con Evo y lvaro esta victo-ria. Para Evo lleg el triunfo para queel mundo reconozca que la hoja de coca...es parte de nuestra vida y cultura.

    Pero en su discurso, el presidenteMorales, interpretando la resolucin,fue ms all y dijo: Hermanos y her-manas, quiero que sepan, que la hoja decoca ya no est vista por la legislacininternacional como cocana, la hoja decoca nunca ms ser como estupefacien-te No slo hemos legalizado el masti-cado, sino tambin el cultivo de coca enBolivia. Este es el triunfo de esta hoja decoca en todo el mundo2. En la misma

    lnea, Roberto Coraire (csutcb) sea-l que hablar de la defensa del acullicuy de la hoja de coca es defender nues-tra dignidad, nuestra soberana. Por suparte Juanita Ansieta, dirigente de lasBartolinas agradeci a los pases queapoyaron y comprendieron que la cocano es cocana3.

    La reerencia al masticado y noa la hojaTuvo que ser el representante de laonuen Bolivia quien corrija al Presidente,sealando que ...lo que se logr es des-penalizar el masticado de la hoja de cocaen el territorio del Estado Plurinacionalde Bolivia, dentro de sus fronteras, [mis-mo] que, estuvo vigente en la prcticasiempre; aunque estaba vetado dentrode la legislacin internacional,. De estamanera la puesta en escena presidencialqued como una ms de las verdadesque el lder construye para legitimarsefrente a la masa.

    Pero, no es slo de lo dicho que sealimenta el poder, sino tambin de lo nodicho: de aquellos aspectos fundamen-tales del mundo real que afectan tantola vida de acullicadores, como la vida delos y las bolivianas, en general, as comoa la naturaleza; pero que la razn de Es-

    1 Pgina 7 - 10/I/132 http://www.erbol.com.bo/noticia/seguri-

    dad/14012013/evo_la_coca_ya_no_sera_vista_como_estupefaciente_onu_dice_lo_contrario

    3 http://www.paginasiete.bo/Generales/Impri-mir.aspx?id=312430

    tado cocalera calla. A continuacin desa-rrollar estos tres aspectos.

    Victoria?Para destacar la magnitud de lo alcanzadoen Viena, en la alocucin a sus seguidoresel da 14 de enero, el presidente Moralesafirmaba que por primera vez, despusde la fundacin del Estado colonial en1825, el pueblo boliviano, mediante elEstado Plurinacional, gana en todo elmundo para hacer modificar conveniosinternacionales4. En el mismo sentido,Pablo Soln, intelectual orgnico delproceso de cambio deca que: Acor-de con el artculo 49 de la Convencinde Estupefacientes de 1961, despus de

    25 aos de su entrada en vigor, ningnpas puede permitir el masticado de lahoja de coca con excepcin ahora delEstado Plurinacional de Bolivia. En am-bos casos se hace referencia al conveniode 1961, pero no al de 1988 (ao en quetambin se aprob la ley 1008).

    La Convencin de Viena, de lasNaciones Unidas contra el Trfico Il-cito de Estupefacientes y SustanciasSicotrpicas, en 1988, reconoca ya elconsumo tradicional: cada una de lasPartes adoptar medidas adecuadas paraevitar el cultivo ilcito de las plantas quecontengan estupefacientes o sustanciassicotrpicas, tales como [] los arbustosde coca [] Las medidas que se adoptendebern respetar los derechos humanosfundamentales y tendrn debidamenteen cuenta los usos tradicionales lcitos,

    4 http://www3.abi.bo/#

    donde al respecto exista la evidencia his-trica, as como la proteccin del medio

    ambiente. (Artculo 14.2)5

    .La resolucin de enero de este aoslo ha ratificado la de 1988, al reconocerlos usos tradicionales lcitos. Por tan-to, lo obtenido en Viena es parte de unahistoria ms compleja y menos heroica.En todo caso, la novedad de la recienteresolucin es que se realiza en el contextode una extensin de cultivos que alcanzalas 28.000 Ha, segn reportes oficiales;mientras que, en 1988, la Ley 1008 limi-taba la autorizacin a 12.000 Ha.

    Qu pasa si el consumointerno es menor?

    Uno de los argumentos de los liderazgoscocaleros para justificar el incrementode la superficie cultivada ha sido el cre-cimiento poblacional. Pero, ser as?En estos das, el gobierno ha anuncia-do que, a mediados del presente ao, sedar a conocer los resultados del estudiode la demanda tradicional de la coca enBolivia, financiado por la Unin Euro-pea. Este documento ser la base para laelaboracin de la futura ley de rgimende la hoja milenaria. Desconocemos losresultados del estudio, pero existen evi-dencias que podran indicar, ms bien,una reduccin del consumo.

    Con o sin resolucin de Viena, elacullico se ha seguido practicando, sin pe-dir permiso a nadie; sin temor de ser cas-tigado. Pero, hay otros factores que estn

    5 ht tp: / /www.unodc.org/pdf/conven-tion_1988_es.pdf; 24 pp.

    influyendo en esta reduccin. Entre ellos,la rpida urbanizacin del pas, que tien-de a reducir el nmero de acullicadores.Actualmente, asistimos a un abandonomasivo del campo por la ciudad; un girode tuerca ms a la descampesinizacininiciada por la revolucin de 1952. Loshabitantes de regiones enteras del nortede Potos, Arque, Tapacar, Bolvar, Inde-pendencia, Mizque solo para mencionar

    algunas estn yndose a vivir a centrosurbanos o, por lo menos, a lugares dis-tintos a su hbitat original, donde se pi-jchea menos, ya sea por el alto costo oporque la prctica est racialmente estig-matizada. De hecho, los nuevos migrantesjvenes provenientes de estos territoriostienden a dejar de acullicar en la ciudad. Ysi lo hacen, es en menor intensidad y, portanto, en menor cantidad que en sus lu-gares de origen, donde esta prctica est,como se sabe, fuertemente vinculada a lavida laboral, cotidiana y ritual.

    Si hay menos pijcheadores, se re-quiere una menor superficie cultivada;

    algunos afirman que menor a la sealadapor la ley 1008. Pero no es slo la canti-dad de coca, es tambin la calidad la queest detrs del debate del acullico.

    La coca de consumo interno esumigadaSi afirmara que la coca acullicada por lospresentes en la concentracin del 14 deenero, incluidos los jerarcas gubernamen-tales, era chaparea y, por tanto, conta-minada con productos agroqumicos, locreeran? Todo apunta a que fue as.

    Cul es la diferencia entre la cocaque acullicaban nuestros abuelos y abue-las y la que consumimos hoy? Pues queera una coca saludable porque no era fu-migada. Este es un hecho sobre el que nien el gobierno ni en las organizacionessociales cocaleras hay inters de hablar.Estamos asistiendo a un problema decontaminacin humana masiva por mas-ticar hoja de coca para cuya produccinse ha utilizado productos agroqumicossintticos (abonos, pesticidas, fungicidas,herbicidas) que afectan a la salud humanay a la naturaleza, tanto en el corto comoen el largo plazo. Desconocemos el al-cance y magnitud del problema dada lacasi nula informacin al respecto.

    Esta realidad es aplicable tanto a lacoca chaparea como a la yunguea, con-siderada, esta ltima, como la mejor parael acullico. En la ciudad de Cochabamba,por ejemplo, todos los puestos de ventason de coca fumigada. Existen evidenciasque ms del 90% de la coca consumida

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    en el pas es fumigada. Al respecto, sedesconocen acciones del gobierno defen-sor de la llamada hoja sagrada.

    Slo un ejemplo de lo afirmado:el gramoxone es actualmente utilizado,masivamente, para deshierbar los coca-les. Originalmente conocida como Pa-raquat y usado en eeuu, esta sustancia

    fue prohibida en Europa, en 2007, por laoms, debido a su peligrosidad para losseres humanos. El gramoxone es nocivoa slo contacto con la piel. Es absoluta-mente txico por ingestin, siendo causamayor de envenenamientos mortales. Esmuy txico por inhalacin. Irrita las vasrespiratorias y la piel. Existe el riesgo delesiones oculares graves. La exposicin algramoxone/paraquat por ingestin, inha-lacin, o por va cutnea puede provocar,a largo plazo, insuficiencias renales, he-pticas y cardiacas, as como cicatrices enlos pulmones y estrechez esofgica. Noexiste antdoto para el herbicida.

    Para decirlo en lenguaje de econo-mistas, la produccin cocalera internali-za los beneficios econmicos de venderuna coca no saludable, pero no asumelos costos que supone protegerse, miti-gar y curar los efectos provocados por eluso indiscriminado de estos productos;tampoco asume los costos de la conta-minacin de suelos y aguas en estos eco-sistemas. Ms an, desconocemos losalcances de los impactos en la salud hu-mana y en la naturaleza provocados porel uso indiscriminado de estos agroqu-micos. Por tanto, aplicando principiosprecautorios, esta produccin debiera

    suspenderse mientras no se cuente coninformacin suficiente.El Chapare es una de las bioregio-

    nes ms contaminadas y contaminantespor los agroqumicos vinculados con lacoca (y otros productos agrcolas); y es laregin ms protegida por las polticas degobierno. El Parque Nacional Carrascoes un ejemplo trgico de ello. A lo lar-go de todo el gobierno de Evo Moralesno se ha tomado medidas para detenerla expansin cocalera en la zona chapa-rea del rea protegida, mucho menoserradicar un cato de coca. Pero Vandio-la, a pesar de ser reconocida como zonatradicional en la Ley 1008 (Art. 9) y deser una de las pocas bioregiones en lasque aun se produce coca orgnica, lugarpor excelencia de cocales antiguos (lasmama cocas), ha sufrido la represinviolenta sistemtica misma que ha cau-sado una muerte, en el ao 2006 y laerradicacin forzosa de estos cocales.

    La demanda de una coca saludable,producida orgnicamente, segn prin-cipios agroecolgicos, debe ser parte deuna discusin pblica entre productoresy consumidores. Qu har el gobierno?Intervendr en el asunto para regular eluso de agroqumicos? Ser capaz, porejemplo, de establecer qu cato de cocano ha sido producido orgnicamente? Deser el caso, el producto ser comerciali-zado o ser sometido a la erradicacin?Coca para el acullico s, pero orgnica.

    * Investigadorcesu-umss.

    Nueva poltica para la coca

    y el narcotrcoHenry Oporto*La despenalizacin del acullico no tiene ningn efecto prctico pero s simblico.Lo importante es avanzar hacia un cambio de enfoque en la poltica antidrogas.

    Es indudable el xito diplo-mtico del gobierno: Boliviaregresa a la Convencin de

    Viena, levantndosele la prohibi-cin del acullico en el territorionacional. El significado de estehecho es que, ahora, dicha Con-vencin se ajusta a la realidaddel acullico, una prctica que,no obstante su prohibicin in-ternacional, en Bolivia nunca sevio penalizada o restringida: losbolivianos siguieron pijchandocomo siempre, ignorando que de-safiaban una obligacin contradapor el Estado boliviano. He ahotra muestra de la inutilidad delas legislaciones prohibicionistas,y su vano intento por acabar contradiciones arraigadas en las comunidades nacionales.

    La tolerancia que ahora parece expresar una mayorade pases hacia el masticado de la hoja de coca en Bolivia,

    puede ser entendida como otra seal ms del nuevo climaque surge en el escenario internacional con respecto a lacuestin de las drogas. Por cierto, un clima propicio al de-bate sobre el futuro de la poltica antinarcticos, a la luz delcomprobado fracaso de la guerra contra las drogas, y portanto de la necesidad de encontrar alternativas ms efica-ces, basadas en la regulacin del mercado, la educacin, laprevencin y la salud, tal cual lo vienen pidiendo destacadoslderes polticos del mundo.

    En Bolivia la guerra contra las drogas ha dado paso ala interdiccin del narcotrfico y la erradicacin de cocales.Pero su pretendido rigor y dureza slo es comparable consus pobres resultados. Los cultivos de coca se mantienencerca de las 30.000 hectreas, casi tantas como las que habahace 25 aos, cuando entr en vigor la Ley 1008 y se fija-

    ron las 12.000 hectreas de produccin legal. Ao tras ao,aumentan los operativos policiales, se destruyen pozas y f-bricas, proliferan las incautaciones de droga y precursores,y no obstante, la produccin y comercializacin de cocanasigue creciendo. El narcotrfico no cesa de crecer, lo mismoque la delincuencia y la violencia asociadas. Mientras tanto,el poder de la coca ido expandindose en todos los rdenes.

    Pero el fracaso del prohibicionismo envuelve al mismogobierno del mas. Con la deay sin ella, Evo Morales hatenido que adaptarse a las directrices de la execrada Ley1008. Su estrategia de racionalizacin y control social,no es sino una versin suavizada, blanda, de la poltica deerradicacin y sustitucin de cultivos, establecida por PazEstenssoro, y continuada por todos sus sucesores. Entre-tanto, la ansiada industrializacin de la coca no ha pasado

    de ser un buen deseo. Tampoco ha podido demostrarse uncrecimiento real del mercado legal de la coca, que justifiqueuna mayor produccin.

    En cambio, es incontenible la penetracin del narco-trfico en las estructuras estatales, la corrupcin de la Po-lica y de altos funcionarios polticos y autoridades judicia-

    les, la permanente transgresin de la ley, la erosin de lasinstituciones, el debilitamiento de la autoridad del Estado,la prdida de control del territorio nacional, el creciente

    poder de presin de los sindicatos cocaleros. El gobiernoactual es tambin vctima de estos males.

    La erradicacin de la coca y el combate al narcotrficodestacan menos por sus logros que por sus consecuenciasindeseadas e inesperadas. Bolivia ha pagado un alto costode inestabilidad econmica, social y poltica. No es este elmomento para discutir el cambio de una poltica ineficaz ycontraproducente? En lugar de utilizar la despenalizacindel acullico como coartada para resistir la presin externa,no es mejor asumir la responsabilidad de plantear, abier-tamente y con transparencia, la bsqueda de una nueva yefectiva poltica internacional contra las drogas?

    Hay signos de que la comunidad internacional est hoyms dispuesta a acometer un debate sobre la poltica anti-drogas. Algunos pasos promisorios vienen dndose, como

    la propia decisin de la oeade explorar posibles escenariospara otras alternativas. Tambin la opinin pblica nor-teamericana y varios estados de la Unin, se mueven haciaun nuevo enfoque basado en la regulacin del mercado delas drogas. He aqu una oportunidad para que Bolivia puedainsertarse en esta renovada corriente y que ello le permita,en acuerdo con otros gobiernos y organismos, reenfocar supropia estrategia frente al tema.

    Est en nuestro inters que el debate sobre las drogasprospere. Este contexto debera ser propicio para buscar unconsenso poltico sobre la manera de encarar la economade la coca-cocana y frenar el consumo de drogas en el pas,sustituyendo el prohibicionismo estril por una poltica rea-lista que considere alternativas en la regulacin, los estudioscientficos sobre posibles usos alternativos e industriales de

    la coca, y desde luego en la prevencin y la educacin, ascomo en un nuevo modelo de cooperacin internacional.Esta es una agenda de futuro. Crucial para la paz social y elporvenir democrtico del pas.

    *Socilogo.

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    Transparencia presupuestaria:Bolivia no mejor en los ltimos aos

    Juan Luis Espada*

    Bolivia obtuvo en 2012 una calificacin de 12 puntos sobre 100 en transparencia presupuestaria, de acuerdo a la Iniciativa Internacionalde Presupuesto Abierto (ipa), impulsada por el International Budget Partnership (ibp).

    Bolivia obtuvo un puntaje de transparencia presu-puestaria de 12 sobre 100 el ao 2012, de acuer-do a la Iniciativa Internacional de PresupuestoAbierto (ipa), impulsada por el International

    Budget Partnership (ibp). En la regin, Bolivia es elpas con la calificacin ms reducida y en los ltimostres informes esta situacin no ha variado. Muy cerca-nos a nosotros estn Ecuador y Venezuela, con punta-jes de 31 y 37 puntos, respectivamente.

    En un escenario fiscal marcado, entre otros, por:i) siete aos de supervits fiscales; ii) gobernaciones ymunicipios que registran importantes cantidades de di-nero en sus cuentas fiscales $us 813 millones y $us

    1.300 millones respectivamente1

    ; iii) un aporte fiscaldel sector de hidrocarburos, que ascendi a ms delos $us 4.000 millones2 en 2012; iv) un incremento delaporte fiscal del sector minero en 1.152%; v) una in-versin pblica que ha superado los $us 2.000 millones,y que espera superar, en 2013, los $us 3.500 millones.

    Estos son elementos que ratifican la necesidadde consolidar polticas pblicas orientadas a fortalecerla transparencia en las finanzas pblicas, dado que elpresupuesto pblico es una de las herramientas queexpresa prioridades de mediano plazo y da cuenta dela orientacin de las polticas pblicas que buscan pro-mover el desarrollo equitativo e inclusivo, y por ende,generar mejores condiciones de vida para la gente.

    La transparencia presupuestaria en losltimos aosLa iniciativa Internacional de Presupuesto Abierto (IPA),impulsada por el International Budget Partnership, es la

    1 Cifras a octubre de 2012.2 Informe de gestin 2012.

    nica medicin independiente, comparativa y regular dela transparencia presupuestaria y la rendicin de cuentasque mide la disponibilidad pblica de ocho documentospresupuestarios considerados clave, as como la fortalezade las instituciones de vigilancia y la participacin delpblico en el proceso presupuestario.

    El informe ipa2012 da cuenta de que Bolivia noes el nico pas que registra un desempeo pobre. Se-gn este informe, 77 de los 100 pases evaluados enlos que habita la mitad de la poblacin mundial nocumplen con los estndares bsicos de transparencia.Las pautas internacionales en que se basa esta encuesta,consideran las mejores prcticas para la transparencia

    presupuestaria de la ocde, el cdigo de transparen-cia fiscal del Fondo Monetario Internacional (fmi) y ladeclaracin de Lima de la Organizacin Internacionalde las Entidades Fiscalizadoras Superiores (intosai).

    a) No se publica el proyectode ley financial y no haypresupuesto ciudadanoLos estndares y las prcticas inter-nacionales identifican ocho docu-mentos clave que todos los gobier-nos deberan publicar en diferentesmomentos del ciclo presupuestario.La iniciativa de presupuesto abiertomide si los gobiernos publican estosdocumentos de manera oportuna yevala el nivel de detalle de la infor-macin de cada uno.

    Bolivia es el nico pas, delos ocho pases que participan enla medicin ipa, que no publicay/o pone a disposicin del pblico

    el proyecto de presupuesto en el momento en que elrgano Ejecutivo presenta este documento al Legis-lativo para su correspondiente tratamiento. Este do-cumento es considerado central para la transparenciaen las finanzas pblicas. Es as que en el marco de lametodologa del ipa, la disponibilidad del proyecto depresupuesto y su contenido explican el 60% del ndicede transparencia, razn por la cual Bolivia presenta una

    baja calificacin.A nivel mundial, 79 de los 100 pases analizadospublican el proyecto de presupuesto. La encuesta depresupuesto abierto 2012 del ibp da cuenta que Argen-tina, Brasil, Chile, Colombia, Ecuador, Per y Vene-zuela publican el proyecto de presupuesto.

    La simple accin de poner a disposicin del p-blico el proyecto de presupuesto originara una mejorpuntuacin de Bolivia en el ndice. Bolivia podra al-canzar 31 puntos si llegar a publicar la propuesta depresupuesto, colocndose en la misma situacin queEcuador, y aproximndose a la situacin de Venezue-la. Pero, lo verdaderamente importante es que con elcumplimiento de esa accin, se asegurara que la so-ciedad civil participe de forma informada en el diseo

    e implementacin de polticas (salud, educacin, segu-ridad alimentaria, etc). Adems, la sociedad estara encondiciones de conocer, debatir, y manejar los supues-tos macroeconmicos que determinan la poltica deingresos y gastos del Estado. Es un asunto de alta rele-vancia en pases que, como el nuestro, han sustentadosu crecimiento en la explotacin de hidrocarburos, enlos ltimos aos.

    Otro documento que an no es priorizado en laregin, es el denominado Presupuesto Ciudadano.Segn el ipa2012, slo Brasil y Chile elaboran y pu-blican el presupuesto ciudadano, mientras que el restode Estados no produce este documento. Este es unapresentacin no tcnica del presupuesto, cuyo prop-sito es dar a conocer, en un lenguaje sencillo y claro,

    las prioridades fiscales para una gestin, logrando asque segmentos de poblacin que no estn familiariza-dos con la ley financial, puedan conocerla, manejarla ydebatirla en diferente espacios.

    Fuente: Elaboracin propia en base a datos del informe de Presupuesto Abierto 2012.Nota: Para la elaboracin de este cuadro se ha considerado 8 pases, estos son: Argentina, Brasil, Chile,Colombia, Ecuador, Per, Venezuela y Bolivia.

    Cuadro No. 1

    Disponibilidad de documentos presupuestarios, segn nmero de pases, 20 12

    Informe de auditora

    Informe de fin de ao

    Revisin de mitad de ao

    Informes entregados durante el ao

    Presupuesto ciudadano

    Presupuesto aprobado

    Propuesta de presupuesto del ejecutivo

    Presupuesto preliminar

    D is po ni bl e a l p b li co Prod uc id o pe ro s lo pa ra asu ntos in terno s No produ ci do

    7 1

    08

    2 1 5

    7 1

    62

    8

    7 1

    53

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    El cuadro No. 1 muestra la disponibilidad de losdocumentos presupuestarios clave en ocho pases de lasubregin. Llama la atencin que, en el caso del infor-me de auditora, slo Ecuador produzca el documento,aunque slo para uso interno. El documento de revi-sin de mitad de ao, slo est disponible al pblicoen dos pases (Chile y Per), y no se produce en 5 pa-ses (Argentina, Bolivia, Brasil, Colombia y Venezuela).

    Este documento debe proveer, entre otros aspectos, larevisin de los supuestos econmicos que subyacen alpresupuesto original y proponer ajustes. Adems, pro-porciona detalles sobre las polticas adoptadas desdela presentacin del presupuesto que han afectado losingresos y gastos. La ocde sugiere que este documen-to contenga una discusin exhaustiva de los activos ypasivos financieros, de los activos no financieros, de ladeuda contingente, entre otros. En ese marco, se tratade un informe vital para aquellos pases que basan sucrecimiento en sectores que estn fuertemente influen-ciados por el contexto externo; pues permite hacerajustes de medio trmino y al mismo tiempo informara la poblacin de estos cambios presupuestarios. Unarevisin de medio trmino a los precios de hidrocar-

    buros y minerales, con los que se determina su aportefiscal, permitira modificaciones presupuestarias queposiblemente mejoren la gestin del gasto pblico ensus distintos niveles.

    b) La participacin pblica en el procesopresupuestario: un tema pendienteEl ipa, en su contenido, no prioriza una lectura integralsobre la participacin social en el proceso presupues-tario. Sin embargo, la informacin relevada permiteratificar y sostener algunos principios sobre este tema,como ser: i) la participacin debera darse durante lascuatro etapas del ciclo presupuestario; ii) la participa-cin social debe complementarse y respaldarse con lasacciones de las legislaturas y de las entidades de control

    superior; iii) la participacin debe darse bajo una baselegal; es decir, institucionalizar los espacios de partici-pacin; iv) deben implementarse mltiples mecanismospara la participacin ciudadana, entre otros.

    En este mbito, es notable que precisamenteaquellos pases con gobiernos que se autodefinen comoprogresistas registren una capacidad dbil en la parti-cipacin pblica, de acuerdo a los estndares del ipa.Bolivia al igual que Argentina, Chile, Ecuador, Per yVenezuela figuran en esta situacin.

    A modo de conclusinEl ibp llama a las personas, asociaciones civiles, go-biernos, legislaturas, instituciones superiores de au-ditora y a los donantes a tomar medidas para solu-cionar estos problemas y a solicitar mejoras urgentesal acceso pblico de la informacin presupuestaria3.Las buenas prcticas internacionales en transparenciapresupuestaria, pueden reforzar y/o complementarlos avances en la poltica de transparencia del gobier-no. Los lineamientos que plantea esta iniciativa hansido reconocidos y considerados en distintas instan-cias, por ejemplo: las agencias donantes, como laComisin Europea y el Departamento de DesarrolloInternacional del Reino Unido, han recurrido en granmedida a las recomendaciones de la ipapara desarro-llar nuevas directivas destinadas a brindar apoyo di-recto al presupuesto y han incluido la transparenciapresupuestaria y la vigilancia como criterio adicionalmediante el cual se evaluarn a los pases que recibenapoyo presupuestario4.

    * Investigador delcedla, entidad responsablede la Encuesta de Presupuesto Abierto en Bolivia.

    3 Encuesta de presupuesto abierto 20084 Informe encuesta de presupuesto abierto 2012.

    Fundacin Jubileo

    Anlisis del Presupuesto General

    del Estado 2013Ingresos por impuestosLos ingresos por impuestos (sin considerar el impues-to Directo a los Hidrocarburos ni las recaudaciones

    en certificados de crdito fiscal) aumentarn en 16%, encomparacin con el presupuesto 2012.

    Ingresos por hidrocarburosEl precio del barril de petrleo que se ha considerado parael Presupuesto General 2013 es de us$ 70 por barril, quees casi el mismo precio considerado en la gestin 2012 deus$ 70,39. Sin embargo, en los ltimos aos, el precioconsiderado en el presupuesto ha sido subestimado. En lagestin 2012 el precio realmente observado en promediofue mayor a us$ 90, y en los primeros das de la gestin

    2013 tambin se encuentra por encima de $us 90.La renta por hidrocarburos (idh + Regalas) en elpresupuesto 2013 presenta un incremento de 38% conrelacin al 2012. Siendo que ambos presupuestos hansido elaborados con un precio similar, este incrementosignificativo de la renta estara explicado con un similaraumento de produccin. Por otro lado, al igual que en lasltimas gestiones, las recaudaciones podran ser mayoresa lo programado en el presupuesto. El monto por renta dehidrocarburos para el Estado, en sus diferentes niveles degobierno, sera mayor al monto presupuestado.

    Gastos corrientesLos gastos corrientes, de igual manera, han tenido un in-cremento sostenido los ltimos aos, financiados con losmayores ingresos que el sector pblico en sus diferentesniveles recibe.

    Para el ao 2013, el presupuesto muestra que losgastos corrientes del Sector Pblico (sin considerar em-presas ni instituciones financieras) se incrementan en16%, en relacin al presupuesto de la gestin 2012. Porlo general, estos gastos corresponden a obligaciones re-currentes que el Estado asume, como sueldos, bonos yotros; por lo que son inflexibles, es decir que no es po-sible dejar de pagar; sin embargo, el crecimiento de losingresos en los ltimos aos ha estado impulsado mayor-mente por la renta extractiva de fuentes no renovables,las que pueden disminuir por el agotamiento de reservaso por precios internacionales, por lo cual, incrementardemasiado los gastos corrientes puede traer problemasde insostenibilidad a futuro.

    Inversin pblica

    La inversin pblica, que desde la creacin del idh y losmejores precios internacionales de materias primas ha es-tado aumentando, se incrementa en 17% en relacin alpresupuesto aprobado el 2012. Para el 2013, del total dela Inversin Pblica programada, 31%, corresponde a lasempresas pblicas del Estado. Este porcentaje refleja elcarcter prioritario que el Gobierno le est asignando ala actividad empresarial del Estado. Los municipios reali-zan el 21,8% de la inversin, las gobernaciones 18,1%, lasinstituciones descentralizadas 16,7% (bsicamente abc -Carreteras), la Administracin Central 9,9% y otros.

    Al observar la inversin pblica por sectores, al igualque en los anteriores aos, el sector prioritario en la asig-nacin de recursos de Transportes (caminos y otros), con30,2%. Para el 2013 se program para los sectores de In-dustria y Turismo 3,6%, y Agropecuario 5,7%, llegando aun total de 9,3% de inversin en estos sectores productivosalternativos a minera e hidrocarburos. Resalta claramenteque la apuesta del Estado se encuentra en los sectores ex-tractivos, puesto que la inversin programada para el sec-tor de hidrocarburos representa 19% del total de la inver-sin pblica total y del sector minero un 3,7%; de maneraque 22,7% de la inversin pblica se destina a los sectores

    extractivos de recursos no renovables. Si comparamostodos los sectores productivos, se puede advertir que losrecursos asignados hacia sectores extractivos son ms queel doble comparado con los recursos asignados hacia unareconversin productiva y generacin de empleo.

    Resultado Fiscal Supervit - DcitSi bien desde el 2006 y en aos posteriores el Presupuestoprevea dficit y en la ejecucin se terminaba en supervit,actualmente este supervit ejecutado del Sector Pblicotiene una tendencia a convertirse nuevamente en dficit,esto significa que los gastos estn creciendo ms que losingresos. Para el 2013, el Presupuesto presenta un dfi-cit del Total del Sector Pblico de Bs 9.050 millones de

    bolivianos. En el caso deltgn

    , que son los recursos ad-ministrados por el Nivel Central, el presupuesto presentaun dficit programado de 9.363 millones de bolivianos,incluso mayor al del total del Sector Pblico. A diferenciade lo que sucede con el resultado fiscal del Total SectorPblico, eltgn ya desde el ao 2009 ha estado regis-trando nuevamente dficit en su ejecucin, es decir que lasituacin del nivel central es complicada. El Nivel Centralhabra comprometido muy rpidamente sus mayores re-cursos, incrementando sus gastos.

    Esto explica, en cierto modo, algunos intentos omedidas tomadas por el Nivel Central para generar ma-yores recursos o reducir su dficit, como ser la discusinde la subvencin a los hidrocarburos, el Impuesto a laVenta de Moneda Extranjera, la determinacin que sola-mente el 70% del valor de la compra de gasolina y dieselpuede ser utilizado como crdito fiscal (establecido en

    un artculo de la ley del Presupuesto 2013), otros art-culos de la ley financial que determinan que los recursosadicionales a los aprobados en el presupuesto deben serdestinados a contraparte de proyectos con el Nivel Cen-tral, la utilizacin de recursos del idh de los gobiernossubnacionales para seguridad ciudadana incluso a travsdel Ministerio de Gobierno, y el incremento de deudaa travs de los denominados Bonos Soberanos. La si tua-cin deficitaria del Nivel Central contrasta con los sal-dos acumulados en cuentas bancarias del Sector Pblicoque siguen creciendo. Los montos sin ejecutar habranalcanzado a ms de 24 mil millones de bolivianos, siendolos municipios los que ms recursos tienen acumulados.

    Bonos soberanosAl igual que en la Ley Financial de la gestin 2012, el Pre-

    supuesto 2013 contempla, nuevamente, la contratacinde deuda pblica a travs de ttulos valor en mercados decapital externos por un monto de 500 millones de dla-res. Siendo que los bonos emitidos en la gestin 2012 sehicieron efectivos a finales de esa gestin, para el 2013 setendra un monto de recursos que en suma llegan a 1.000millones de dlares de crdito externo a travs de la emi-sin de estos bonos. Estas grandes cantidades hacen quela deuda que tiene el Estado crezca rpidamente, ademsde los otros crditos que el Estado contrata.

    En ambos aos, la ley del Presupuesto seala queestos recursos sern para apoyo presupuestario, es decirque no se tiene claro el fin especfico de los mismos o se-ran para diferentes gastos que el Gobierno defina o paracerrar brechas (dficit). Esta es una situacin bastante de-licada puesto que seran grandes cantidades de recursosprovenientes de crdito externo que no estaran registra-dos en el presupuesto de gastos como dinero provenientede prstamo. Es imprescindible que el Gobierno demues-tre en qu se estn utilizando estos recursos.

    Resumen del Reporte de Coyuntura 18.www.jubileobolivia.org.bo

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    Lecciones de las elecciones: prospectiva para el 2014Arturo D. Villanueva Imaa*

    La gente quiere cambio y mantiene su adhesin al proceso, pero est descontenta con la gestin gubernamental y la pretensin hegemnicaexcluyente y avasalladora que se percibe. La poblacin beniana opt por equilibrar el predominio del oficialismo en su regin.

    Los indicios previos que preanunciabanla victoria del mas en el Beni, inclui-da una encuesta que le daba un 20% deventaja, quedaron mal parados a la luz

    de los resultados finales obtenidos. Aunque yase han realizado algunos ejercicios al respectoy balances sobre lo sucedido, veamos algunasaristas y perspectivas no exploradas, tomandoen cuenta principalmente el aprendizaje de al-gunas lecciones de cara a los comicios naciona-les del 2014.

    Balance sintticoUn anlisis muy resumido de lo sucedido enla elecciones departamentales del Beni nosdice que ha prevalecido el voto castigo de lamayora de la poblacin, que expresa el des-contento respecto de la gestin gubernamen-tal y contra los hechos de corrupcin devela-dos; rechazo al abusivo uso de los recursos yla cosa pblica en favor de la candidatura ofi-cial; desprecio al chantaje poltico y la ofertaprebendal; repudio a lo que se entiende comopersecucin y judicializacin de la poltica yresistencia a la pretensin hegemnica y ava-salladora del oficialismo; que se unen a losfactores negativos de una candidata sin con-

    tenido ni propuesta, una estrategia electoralequivocada y la negociacin de alianzas repudiablesque van en contra del ideario y los postulados del pro-ceso de cambio.

    Factores confuyentes olvidadosTomando en cuenta los elementos antedichos y enla perspectiva de contribuir a una comprensin msamplia de lo sucedido en las elecciones para la gober-nacin del Beni, efectuemos un recuento sobre losaspectos ms sobresalientes que caracterizaron el com-portamiento y la estrategia del mas en dicho proceso.

    En principio, se puede mencionar el practicismoy la apuesta al todo vale para ganar las elecciones,acudiendo inclusive al chantaje pblico y la oferta pre-

    bendal que hizo el propio presidente Morales al ex-presar que si el mas ganaba con ms del 70% en eldepartamento del Beni, les dara lo que pidieran y sebeneficiaran con obras y el apoyo del gobierno cen-tral. Unido a ello, tambin se pudo apreciar la prdiday traicin a elementales principios de consecuencia ycongruencia poltica, que no slo llevaron a despreciara las organizaciones sociales y a los sectores popularesdel Beni (creyndolos como ya ganados para la causaeleccionaria), sino de propiciar acuerdos con sectoresclaramente identificados con la derecha, con lo cual,adems de ir en contra de los postulados ideolgicosque defienden, pusieron en evidencia su total incon-gruencia con las crticas, descalificaciones y rechazoque cotidianamente el oficialismo expresa contra esamisma derecha y los supuestos enemigos del proceso.No debe olvidarse que al mismo tiempo que el vice-presidente lvaro Garca Linera (refirindose al Beni),sostiene y resalta que se trata de una regin dominaday controlada por sectores oligrquicos de derecha quehan impuesto una mentalidad patriarcal de someti-miento; tambin se han impulsado y propiciado alian-

    zas electorales con esos mismos sectores conservadoresy de derecha, en el afn de ganar unas elecciones.

    Junto a ello (y quizs lo ms importante), es queal margen de una estrategia electoral equivocada paraenfrentar a la oposicin derechista en una plaza tra-dicionalmente difcil para los sectores populares y deizquierda, se ha hecho evidente la ausencia de una pro-puesta para el Beni, que fue sustituida por la adopcinde una imagen (la candidata), que fue absolutamentecarente de ningn contenido propositivo o al menosde algn plan que atrajese y catalizase las aspiracionesdel Beni, apostando equivocadamente, como colofn,al solo arrastre presidencial y la fuerza del aparato gu-bernamental. Al respecto y sin la pretensin de reducirsu importancia, la ausencia de una propuesta clara noslo fue un vaco atribuible almas, sino al conjunto delas candidaturas en disputa que, en el caso de la candi-datura indgena fue ms demoledora, porque no bastcon acudir a la solidaridad social por el caso Chaparinay el conflicto deltipnis para convencer a la poblacinde que se trataba de una opcin para el Beni.

    Conclusiones equivocadasDe todo el conjunto de hechos producidos en laselecciones para gobernador del Beni, se han sacadoalgunas conclusiones equivocadas.

    Primero, se insiste y resalta la unidad (de la dere-cha) como una opcin efectiva y viable contra el masy el oficialismo, cuando lo que ha ocurrido en el Benies una expresin del descontento (que no es lo mismoque adhesin a otras opciones), y se olvida olmpica-mente que se ha producido un cambio irreversible enel pas, cuya orientacin y perspectivas son apoyadaspor la mayora del pueblo y los sectores populares. Esdecir, que no existe cabida para procesos regresivos orestauradores del neoliberalismo.

    Segundo, que no hay que engaarse con el ar-gumento (esgrimido principal aunque no exclusiva-mente por el vicepresidente lvaro Garca) de que setrata de un departamento tradicionalmente tomado ydominado por una clase privilegiada de terratenientesy ganaderos que se oponen al cambio, e imponen unamentalidad conservadora y colonial que debe superarsepaulatinamente en un proceso que podra durar muchotiempo, como si se tratase de una isla desmarcada de loque sucede en el pas; puesto que con ello se elude unmnimo de capacidad autocrtica y la necesidad impe-riosa de reconocer los graves errores cometidos paraencauzar adecuadamente lo que viene a futuro (porejemplo, para las elecciones de 2014).

    Proyecciones a uturoFinalmente, para redondear el sucinto anlisis efec-tuado, puede concluirse que la gente quiere cambio ymantiene su adhesin al proceso, pero est descontentacon la gestin gubernamental y la pretensin hegem-nica excluyente y avasalladora que se percibe. Por esose explica que la poblacin beniana haya optado porequilibrar (o desequilibrar segn se vea), el predominiodel oficialismo en su regin, aun a costa y arriesgandolas supuestas ventajas de alinearse con el caballo delcorregidor.

    De ah que, las preguntas que quedan a futurocomo resultado de las (e)lecciones del Beni son:a) Si ser suficiente plantear y proponer nicamente

    candidatos para las elecciones nacionales;b) Si resultar indispensable y determinante plantear

    propuestas de fondo, junto a la oferta de candidatos;c) Cul ser el contenido y enfoque de las propuestas

    que el pueblo respaldar en las urnas.

    * Socilogo, boliviano. Cochabamba.

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    1era. quincena de febrero 2013 / 13libros

    La sala de redaccin, taller del periodista

    Juan Carlos Salazar*

    Vctor Toro Crdenas, presidente de la Fundacinpara el Periodismo, nos recuerda el intenso deba-te que agit al gremio periodstico en coinciden-cia con el surgimiento de las primeras escuelas

    de periodismo a nivel universitario. El periodismo es unaciencia o es un oficio?

    Yo, como muchos colegas, soy de los que piensa que elperiodismo es un oficio y que, como tal, se aprende en untaller. Y el taller del periodista no es otro que la sala de re-daccin. Yo pertenezco a una generacin de periodistas quese form en esa escuela, en la escuela de la cobertura diaria.

    En esa poca, estamos hablando de los aos 50 y 60del siglo pasado, cuando la carrera de Comunicacin So-cial de la Universidad Catlica ni siquiera exista en pro-

    yecto, lo ms cercano a la formacin acadmica a la quepoda aspirar un joven boliviano si podemos llamarla de

    ese modo, era el curso de periodismo por correspon-dencia que se ofreca desde algn pas latinoamericano.

    Hasta entonces, las escuelas eran las salas de redaccinde los peridicos y de algunos medios en particular, comola Agencia de Noticias Fides (anf) o el diario Presencia,donde maestros como el padre Jos Gramunt o HuscarCajas impartan su ctedra con un lpiz rojo en la mano

    y un amplio bagaje de normas estilsticas que haban idoacumulando en la memoria a fuerza de corregir originales.

    Bolivia no era la excepcin. Ocurra lo mismo enotros pases, como nos cuenta el maestro Gabriel Garca

    Mrquez en su texto clsicoEl mejor oficio del mundo, enel que evoca sus clases prcticas en las redacciones de ElUniversal y El Heraldo, donde se gradu como re-portero raso, y sobre todo en las tertulias de los cafetines

    y las cantinas de Cartagena y Barranquilla.No es difcil suponer que los manuales de estilo

    surgieron precisamente de la prctica diaria de esos edito-res curtidos en la experiencia, en sus ctedras ambulato-rias y apasionadas, como las llama Garca Mrquez, antela necesidad de unificar criterios mediante reglas precisas,a fin de dar coherencia a los relatos periodsticos.

    Es la explicacin tambin para la proliferacin delos manuales y libros de estilo, tanto que llev a ErnestHemingway, maestro de varias generaciones de periodis-tas, a dar un consejo hoy todava vigente: Las frmulasperiodsticas dijo han sido probadas, aprobadas y santi-ficadas. Todas en conjunto se reducen a ciento diez reglas,de las cuales slo dos son vlidas: regla nmero uno: usar

    frase cortas; regla nmero dos: emplear un estilo directo,sin rodeos.

    Alguna vez le preguntaron al amigo Paulovich si el pe-riodista nace o se hace. Se deshace!, respondi sin asomode duda, tal vez pensando en que no existe nada ms letalpara cualquier pretensin literaria que las normas bsicasdel lenguaje periodstico: claro, preciso, conciso y directo.

    Es cierto que la vocacin es fundamental, llevar latinta en la sangre, pero tambin, como dije al principio,creo que el periodismo es un oficio y, como todo oficio,requiere de tcnicas y herramientas para ejercerlo con lamaestra y solvencia de cualquier artesano.

    Muchos sostienen que el periodismo es un arte y al-gunos, como el veterano corresponsal de guerra espaol

    Manuel Leguineche, afirman incluso que periodismo yliteratura son orillas del mismo ro. En todo caso, yo creo

    firmemente que el periodista se hace y que no tiene otramusa que la realidad, a la que interpreta y recrea a lahora de contar historias en cualquiera de los gneros.

    Y esto explica la utilidad de una publicacin comoSala de Redaccin, que alude, precisamente, al taller don-de se forman los verdaderos periodistas. No es, como ad-

    vierte Vctor Toro, un manual al estilo clsico, sino unagua prctica, como precisa el subttulo de la obra.

    Sus autores nos dice Vctor Toro no intentan darlecciones de periodismo, sino orientar a periodistas y estu-diantes de periodismo sobre cmo narrar de mejor manerala historia de cada da, desde diversos puntos de vista, nosolame