noviembre: agradecer · y dijo que somos un mar de fueguitos. -el mundo es eso – reveló- un...
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EL MUNDO
Noviembre: Agradecer
Un hombre del pueblo de Neguá, en la costa de Colombia, pudo
subir al alto cielo.
A la vuelta contó. Dijo que había contemplado desde arriba, la vida
humana.
Y dijo que somos un mar de fueguitos.
-El mundo es eso – reveló- un montón de gente, un mar de
fueguitos. Cada persona brilla con luz propia entre todas las demás.
No hay dos fuegos iguales. Hay fuegos grandes y fuegos chicos y
fuegos de todos los colores.
Hay gente de fuego sereno, que ni se entera del viento, y gente de
fuego loco que llena el aire de chispas. Algunos fuegos, fuegos
bobos, no alumbran ni queman; pero otros arden la vida con tanta
pasión que no se puede mirarlos sin parpadear, y quien se acerca
se enciende.
Eduardo Galeano, El libro de los abrazos
ABRAHAM LINCOLN
Volumen 9 Número 3
Enero – febrero 2016
CONTENIDO
1 El mundo por Eduardo Galeano 2 El mundo de Galeano interpretado por los niños 3 La lectura y su influencia en el pensamiento de Abraham Lincoln 4 La anécdota de la tala del cerezo 5 La literatura y las funciones del lenguaje 6 Vestidos de poesía
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Club de lectura
“Con mi brillo, ilumino
mi planeta. Mi trabajo es
cuidarlo”
Juan Diego Amador, Tr3
EL MUNDO DE GALEANO INTERPRETADO POR LOS NIÑOS
“Si brillamos, todos
formamos un sol”
Jennifer Olvera, Tr3
“Brillo con
mi canto”
María José
Belalcazar
Tr2
“Brillo al ayudar a una amiga”
Camila Aranguren, Tr2
Brillo con
mi arte
María José
Bernal Tr2 Juan José Sánchez
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Club de lectura
LA LECTURA Y SU INFLUENCIA EN EL PENSAMIENTO DE ABRAHAM LINCOLN
Lincoln ha pasado a la historia como un gran orador. Era famoso
por contar historias, utilizar metáforas y saber llamar la atención
de los oyentes.
La honestidad, la fortaleza de espíritu y la profundidad de su
pensamiento y de sus convicciones, evidente en sus escritos y
discursos, sobresalen entre las virtudes de un estadista cuya
actuación no estuvo exenta de vacilaciones.
La pregunta que realizo es ¿Cuáles fueron los recursos que le
ayudaron a desarrollar las habilidades extraordinarias en el
hablar, escuchar leer y escribir? - Y además de estas fortalezas-
¿qué emociones fortalecieron sus talentos, para lograr pasar a la
historia como un autodidacta disciplinado, con valores que lo
llevaron a desarrollar la virtud de la honorabilidad, el servicio a la
patria y especialmente la fe que lo hizo lograr lo imposible?
Al explorar algunas de sus raíces, y el gusto desde la infancia por
la lectura, encontré que algunos de sus libros predilectos fueron:
La Biblia, Las Fábulas de Esopo, El Progreso del Peregrino, escrito
por Juan Bunyan, y La Vida de Washington, por Weems.
Este último fue muy importante para Lincoln y es el que quiero
contar. La anécdota de la tala del cerezo es muy famosa en los
Estados Unidos. Se publicó por primera vez en 1806, en la quinta
edición de la imaginativa biografía de Washington redactada por
Mason Lock Weems. He aquí una versión de principios del siglo
veinte.
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Club de lectura
La anécdota de la tala del cerezo es muy famosa en los Estados Unidos. Se publicó por primera
vez en 1806, en la quinta edición de la imaginativa biografía de Washington redactada por Mason
Lock Weems. He aquí una versión de principios del siglo veinte.
Cuando George Washington era niño vivía en una granja de Virginia. Su padre le enseñó a
cabalgar, y solía llevar al joven George por la granja para que su hijo aprendiera a cuidar de los
campos, los caballos y las reses.
El señor Washington había plantado un huerto de árboles frutales. Había manzanos, durazneros,
perales, ciruelos y cerezos. Una vez le enviaron un bonito cerezo, y el señor Washington lo plantó
en la linde del huerto. Pidió a toda la gente de la granja que lo observara atentamente para
cerciorarse de que no sufriera el menor daño.
Creció bien y una primavera se cubrió de capullos blancos. Al señor Washington le complacía
saber que pronto tendría cerezas de ese árbol.
En esa época le dieron a George un hacha nueva y lustrosa. George se puso a hachar ramas,
cercas, todo lo que encontraba. Al fin llegó a la linde del huerto, y pensando sólo en su magnífica
hacha, asestó un golpe al pequeño cerezo. La corteza era tan blanda que George derribó el árbol,
y luego continuó jugando.
Esa noche, cuando el señor Washington regresó de su inspección de la granja, envió el caballo al
establo y fue hasta el huerto para mirar el cerezo. Se quedó atónito al ver que lo habían talado.
¿Quién se habría atrevido a hacer semejante cosa? Preguntó a todo el mundo, pero nadie le daba
explicaciones. En ese momento pasó George.
-George -llamó su padre con voz colérica-, ¿sabes quién mató mi cerezo?
Era una pregunta difícil, y George titubeó un instante, pero pronto se recobró.
No puedo mentir, padre. Lo hice yo, con mi hacha.
El señor Washington miró a George. El niño estaba pálido, pero miraba al padre a los ojos.
-Entra en la casa, hijo -dijo severamente el señor Washington.
George fue a la biblioteca y aguardó a su padre. Estaba triste y avergonzado. Sabía que había
sido necio y desconsiderado y que su padre tenía buenas razones para estar disgustado. Pronto
el señor Washington entró en la habitación.
-Ven aquí, hijo mío.
George se acercó a su padre. El señor Washington lo miró de hito en hito.
-Dime, hijo, ¿por qué talaste el árbol?
-Yo estaba jugando y no pensé... -tartamudeó George.
-Y ahora el árbol morirá. Nunca nos dará cerezas. Pero, peor aún, no supiste cuidar de ese árbol
cuando yo te había pedido que lo hicieras.
George agachó la cabeza, las mejillas rojas de vergüenza.
-Lo lamento, padre -dijo.
El señor Washington apoyó la mano en el hombro del hijo.
-Mírame -dijo-, lamento haber perdido el cerezo, pero me alegra que hayas tenido el valor de
decir la verdad. Prefiero que seas franco y valiente a tener un huerto entero con los mejores
árboles. Nunca lo olvides, hijo mío.
George Washington nunca lo olvidó. Hasta el final de su vida fue tan valiente y honorable como ese día de su infancia.
La anécdota de la tala del cerezo
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Club de lectura
Lecturas para enero y febrero
Historias que divierten y
encantan
Personajes de la historia y sus
huellas
La literatura y las funciones del lenguaje
Al hablar literariamente, no siempre se utiliza el lenguaje con la misma
actitud; de allí sus diferentes funciones: representativa, expresiva y
apelativa.
Cuando se narra un acontecimiento real o maravilloso, el lenguaje cumple
una función representativa. De manera objetiva enumera una serie de
hechos, permaneciendo fuera del propio relato. El acento de esta función
está puesto en el mensaje y pertenece al género Épico es la versión más
antigua de la cual se deriva la narrativa moderna (cuento y novela).
Cuando se expresan emociones, estados afectivos del hablante, el lenguaje
cumple una función expresiva. Los poetas traducen su mundo subjetivo y
lo comunican a quién lee o escuchan sus poesías; el acento recae, así, en
el emisor. Muchas veces se identifica este género en forma de verso pero
también puede ser escrito en prosa. Esta función corresponde al género
Lírico.
En cambio, cuando el lenguaje se dirige al oyente, demandándole su
participación activa, se cumple la función apelativa, dirigida al receptor.
Es un género literario en el que se realizan argumentos creándose historias
en las que los diversos personajes interactúan mediante diálogos y/o
narraciones. El drama, la comedia y la tragedia pertenecen a este género
teatral.
Entre los muchos autores que han ejercido como escritores del género épico podríamos destacar, sin lugar a dudas, al griego Homero, considerado como el padre de este género en Occidente.
Originariamente se recitaba de forma cantada. En la antigua Grecia se recitaban junto con el acompañamiento de música de lira, proviniendo de ahí el nombre de lirico
El teatro pertenece al género dramático, y como tal, está destinado a ser puesta en escena, es decir representada ante un público. Va a estar determinada por la acción y acontecimientos, y por el diálogo de los personajes.
“El que Lee mucho sabe
mucho y conoce mucho”.
Erudito, el búho sabio
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Club de lectura
Vestidos de poesía Con el ritmo del latido del corazón de la madre, los pequeños tienen su primer contacto con el ritmo de la poesía, luego, con los arrullos de las nanas, los versos de cuna y los juegos rítmicos, descubren el goce poético. La poesía es la frontera entre el habla y el canto, implícita en la tradición oral y las manifestaciones estéticas más antiguas, canalizada a través de canciones de cuna que todas las madres del mundo transmiten de generación en generación. Es de esta manera como se ha dado inicio a lo que hoy llamamos “La literatura” Los invitamos a comenzar este año, vestidos de poesía. Esto significa recordar y también aprender esos versos que acompañan en momentos de llanto, afecto, risa y juego; que más tarde lo acompañarán en su recorrido por la vida.
Margarita Guerrero
http://www.serafinunmundodefantasia.blogspot.com.co/
Que el poder de las palabras se libere Y rime al amor por nuestro mundo