nietzsche, ciencia y moral. reflexión sobre la ciencia positiva. erly j. ruiz

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Nietzsche, Ciencia y Moral: Reflexión sobre la ciencia positiva Erly J. Ruiz Sociólogo. Profesor universitario Universidad Central de Venezuela [email protected] Resumen: El presente artículo tiene como propósito la reflexión sobre la relación ciencia y moral desde el pensamiento nietzscheano. Su discursiva aforística no pretende ser bajo ningún motivo la exposición de tablas, sentencias o leyes. Su objetivo fundamental es la invitación al lector a la práctica hermenéutica como actividad creativa y reconstructiva. Se expone a continuación como objetivo concreto la recuperación del sujeto como actividad que, constantemente negada bajo el criterio operativo de la ciencia como generador de la verdad, lo reduce a la simple reacción. La postura de Nietzsche logra agudamente ilustrar dicha proposición desde su crítica persistente sobre la recuperación de lo corporal como asunto fundamental de la existencia así como en la crítica a la servidumbre de lo ideal que, en última instancia, es contradictoriamente a su vez, producción humana. Palabras clave: Nietzsche; Ciencia positiva; Moral; Positivismo; Hermenéutica; Liberación; Sujeto. Summary: The purpose of this paper is reflecting about the relationships between positive science and morality from Nietzsche´s standpoint. The aphoristic discursive does not pretend, under any motive, be an exposition of rules, sentences or laws. The main objective is to invite the reader to a hermeneutic exercise, a creative and reconstructive activity. As a concrete objective we discuss the recuperation of the subject as an activity, which constantly forbidden under the operative criteria of the positive science as the generator of the truth, reducing the subject significance to the mere reaction. Nietzsche´s viewpoint accurately illustrate this proposition from his persistently critic, discussing the recuperation of the body as a fundamental issue for existence, and criticizing the servitude to the ideal, which is also human production. Keywords: Nietzsche; Positive Science; Moral; Positivism; Hermeneutic; Liberation; Subject. Introducción. “Yo sólo ataco causas cuando no voy a encontrar aliados, cuando estoy solo, cuando me comprometo exclusivamente a mí mismo… No he dado nunca un paso en público que no me comprometiese: este es mi criterio del obrar justo.” Friedrich Nietzsche

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El presente artículo tiene como propósito la reflexión sobre la relación ciencia y moral desde el pensamiento nietzscheano. Su discursiva aforística no pretende ser bajo ningún motivo la exposición de tablas, sentencias o leyes. Su objetivo fundamental es la invitación al lector a la práctica hermenéutica como actividad creativa y reconstructiva. Se expone a continuación como objetivo concreto la recuperación del sujeto como actividad que, constantemente negada bajo el criterio operativo de la ciencia como generador de la verdad, lo reduce a la simple reacción. La postura de Nietzsche logra agudamente ilustrar dicha proposición desde su crítica persistente sobre la recuperación de lo corporal como asunto fundamental de la existencia así como en la crítica a la servidumbre de lo ideal que, en última instancia, es contradictoriamente a su vez, producción humana.

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Page 1: Nietzsche, Ciencia y Moral. Reflexión sobre la ciencia positiva. Erly J. Ruiz

Nietzsche, Ciencia y Moral: Reflexión sobre la ciencia

positiva

Erly J. Ruiz

Sociólogo. Profesor universitarioUniversidad Central de Venezuela

[email protected]

Resumen: El presente artículo tiene como propósito la reflexión sobre la relación ciencia y moral desde el pensamiento nietzscheano. Su discursiva aforística no pretende ser bajo ningún motivo la exposición de tablas, sentencias o leyes. Su objetivo fundamental es la invitación al lector a la práctica hermenéutica como actividad creativa y reconstructiva. Se expone a continuación como objetivo concreto la recuperación del sujeto como actividad que, constantemente negada bajo el criterio operativo de la ciencia como generador de la verdad, lo reduce a la simple reacción. La postura de Nietzsche logra agudamente ilustrar dicha proposición desde su crítica persistente sobre la recuperación de lo corporal como asunto fundamental de la existencia así como en la crítica a la servidumbre de lo ideal que, en última instancia, es contradictoriamente a su vez, producción humana.

Palabras clave: Nietzsche; Ciencia positiva; Moral; Positivismo; Hermenéutica; Liberación; Sujeto.

Summary: The purpose of this paper is reflecting about the relationships between positive science and morality from Nietzsche´s standpoint. The aphoristic discursive does not pretend, under any motive, be an exposition of rules, sentences or laws. The main objective is to invite the reader to a hermeneutic exercise, a creative and reconstructive activity. As a concrete objective we discuss the recuperation of the subject as an activity, which constantly forbidden under the operative criteria of the positive science as the generator of the truth, reducing the subject significance to the mere reaction. Nietzsche´s viewpoint accurately illustrate this proposition from his persistently critic, discussing the recuperation of the body as a fundamental issue for existence, and criticizing the servitude to the ideal, which is also human production.

Keywords: Nietzsche; Positive Science; Moral; Positivism; Hermeneutic; Liberation; Subject.

Introducción.“Yo sólo ataco causas cuando no voy a encontrar

aliados, cuando estoy solo, cuando me comprometo exclusivamente a mí mismo… No he dado nunca un paso en público que no me comprometiese: este es

mi criterio del obrar justo.”

Friedrich Nietzsche

A continuación se presenta una reflexión e interpretación sobre el pensamiento Nietzscheano con la intención de que su discursiva aforística, más que un acto contentivo, pueda ser comprendida a su vez como invitación para el lector a la actividad hermenéutica, actividad creativa y reconstructiva sobre una temática que le puede resultar tanto típica como contemporánea. La argumentación que supone el ingreso de citas claves en dicho ejercicio ha sido dejada al final con la intención manifiesta por evitar la discursiva propia excesivamente apoyada en muletas históricas. En sintonía con la primera cita sobre estas líneas, se expone una reflexión que compromete a su autor pero no contiene ninguna pretensión divina a que lo expuesto sea tomado como sentencia, tabla o ley.

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La interpretación del pensamiento Nietzscheano posee una diversidad de manifestaciones que un conocedor de su filosofía podría argumentar que las reflexiones a continuación simplifican su pensamiento a favor del levantamiento de un pensamiento particular. Podría de igual manera recopilar una serie de aforismos antítesis de los presentados como argumentación. No hace falta tampoco desconocer la noción existente del método hermenéutico como divagación o carente de sistematización desde quienes se dedican a la búsqueda de la última verdad mediante la ciencia. El objetivo aquí, a pesar de que trate sobre un tema que aún confiere plausibilidad, no pretende ser solución final o sistematización concreta. La intención reside en la invitación tanto al pensamiento crítico de Nietzsche como a la recuperación del papel fundamental del individuo en el entramado social que lo rodea, muchas veces ausente o minimizado desde las pretensiones generales.

Operativamente se ha dividido el contenido del presente artículo en cuatro apartados consecutivos, que sin embargo, mantienen independencia desde la lógica hermenéutica y su discursiva aforística. Se abre con un primer apartado introductorio donde se presentan algunas consideraciones preliminares sobre la influencia de Nietzsche en la academia; la exposición de su falta de sistematización que quizás voluntariamente, lo ha exiliado de las instituciones científicas. Se presenta a su vez, el objetivo a perseguir a lo largo de las páginas a continuación, la reflexión entre la moral y la praxis científica positiva en la modernidad. El segundo apartado trata a profundidad dicha relación desde la actividad científica positiva como el criterio generador de la verdad en la contemporaneidad, llevando inevitablemente al tercer apartado el cual pretende abrir la interrogante sobre la unidad que compone la totalidad; el sujeto como actividad y no simple reacción. Finalmente el último punto propone la reflexión sobre la recuperación del sujeto y la creatividad, la exposición por un lado, del ciego progreso del saber, y por el otro, de la perdida de lo mágico y místico de la humanidad a cambio de la certeza científica así como de la tranquilidad mediante la dependencia técnica.

La brújula Nietzscheana: Algunas consideraciones preliminares.

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El pensamiento de Nietzsche indudablemente atraviesa una gran parte de la producción tanto intelectual como artística occidental a lo largo del siglo XX. Partiendo de la noción del continuum crítico -característica de la prosa nietzscheana- su pensamiento se percibe como fuente de energía que reviste no sólo ya a la filosofía como praxis y no mera contemplación, sino que simultáneamente retrae a temáticas centrales dentro de las ciencias del espíritu que parecieran olvidarse desde la lógica objetiva de los discursos científicos aplicados a los estudios humanos. Nietzsche, hijo tardío del romanticismo, como afirmara Thomas Mann en su preludio hablado a un homenaje musical dedicado a Nietzsche, así como hijo de la ilustración y de la razón si bien se considero así mismo como un escritor póstumo, sus proposiciones a pesar de que fueron presentadas a lo largo de su producción en diferentes tonos, no pretendían ser los fragmentos ideales1

necesarios para la explicación o develación de un mejor mundo consonante con el progreso y la modernidad que lo contextualizaba. En este sentido, su pensamiento

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fue no sólo obviado por sus contemporáneos, sino erróneamente calificado como nihilista o agresor manifiesto de los procesos modernos por posteriores generaciones.

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La relación entre la ciencia y la constitución de un mejor mundo como característica moral subyacente es el objetivo principal de dicho espacio reflexivo propuesto. Lo moral como asunto fundamental en el pensamiento nietzscheano va mucho más allá de la crítica al cristianismo como praxis configuradora de lo social.2 Agudamente, Nietzsche logra conseguir dicha vocación -que definirá como voluntad ascética- tanto en la filosofía como en la práctica científica de su época. Arroja su crítica a esta ciencia por un lado como ilusión, el creer que la misma está libre de supuestos, y por el otro a su funcionalidad generalizadora, la minimización del sujeto ya no sólo como ausente dentro del discurso científico, sino que dicho conocimiento además no le debe ser útil a la vida individual más allá que para reafirmar su estado gregario. Dicho en menos palabras: la proposición del sujeto meramente reactivo.3

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La oposición manifiesta de Nietzsche a este tipo de linealidad 4en la práctica científica, así como a su carácter ascético, puede ser el precio que constantemente paga su producción intelectual dentro de la formación elemental de las ciencias humanistas. Ya nadie parece negar su influencia, pero son pocos los que se arriesgan a incluir al andamiaje clásico y acumulativo de su ciencia su producción explícitamente. La contradicción constante del pensamiento nietzscheano, que lo excluye de los científicos del espíritu contemporáneos, compone su sentido desde dicha estrecha mirada de la ciencia criticada en Nietzsche. Su pensamiento aforístico, musical, en constante movimiento, es en praxis su propuesta concreta no sólo a la filosofía, sino a la ciencia del ser humano por y para el ser humano, ser humano que es borrado ya no sólo idealmente, sino inclusive científicamente.5

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La ciencia, como herramienta de la humanidad en la modernidad, es puesta en juicio en medida de su condición aplanadora de la dinámica propia de las actividades de los seres humanos. La voluntad por la generalización que opera a través de la consecuencia del mundo mejor deviene en el desarrollo de una única perspectiva; perspectiva en la cual el sujeto reacciona ni siquiera desde su intelectualidad o razonamiento propio, sino desde el contraste a este criterio generador de la verdad. En otras palabras, la actividad del ser humano es reducida a seleccionar y obedecer más que al ejercicio constante de su propia perspectiva y razonamiento en los asuntos inherentes a su existencia.6 Lo objetivo en Nietzsche no puede ser el reducto de una univoca perspectiva. El desarrollo de múltiples perspectivas es la propuesta concreta en su pensamiento: metafóricamente, el objeto desde todas las posiciones posibles, prácticamente, la inclusión de todos los ángulos que le son posibles: formas de mirar alternativas que son canceladas habitualmente por la falta de legitimación de lo individual frente a dicha concepción aplanadora de la ciencia.

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La generalización del conocimiento forjado por la ciencia es comprendida en Nietzsche como renuncia del sí mismo. Esta verdad o ideal no pretende más que el desconocimiento de la realidad, o dicho en una forma más nietzscheana: la mutilación de la misma. La razón que deviene en instrumentalidad, numérica y tecnificación son los nuevos artículos de fe de la humanidad, comprendiendo la humanidad ya como la suma de todas estas impersonalidades.7 Si en algún momento la razón logró erosionar las explicaciones teológicas del mundo y retraernos a la realidad, la praxis científica moralizada con cada descubrimiento nos aleja diametralmente de la misma: orden y progreso sin pensar en la anulación manifiesta y constante de la unidad que produce la totalidad. La observación, como

1 En palabras de Nietzsche en Ecce Homo: “La última cosa que yo pretendería sería mejorar a la humanidad. Yo no establezco ídolos nuevos, los viejos van a aprender lo que significa tener los pies de barro” p.182 Empresa que desarrollará públicamente en la Genealogía de la Moral y profundizará críticamente en El Anticristo: El resentimiento como fuerza configuradora de la religión cristiana.3 Sobre dicho carácter reactivo Georg Simmel afirmará en “La metrópolis y la vida mental”: “El odio acendrado de hombres como Nietzsche y Ruskin a la metrópoli es comprensible precisamente en estos términos (Puntualidad, cálculo y precisión). Estos pensadores descubrieron en su ser mismo que la vida tenía valor únicamente en aquella existencia no programada que no puede ser definida con precisión de la misma manera para todos. Su odio a la economía monetaria y al intelectualismo de la vida moderna tiene idéntico origen al que guardaban hacia la metrópoli.”4 El énfasis crítico a la linealidad recae en el olvido de las acciones como condición humana. En palabras de Nietzsche en su segunda intempestiva recogidas por Desiato en Nietzsche: Crítico de la postmodernidad: “Para cada acción se requiere del olvido: así como para la vida de cada ser orgánico se necesita no solamente luz, sino también oscuridad. Un hombre que quisiese sentir siempre y sólo históricamente sería semejante a aquel que estuviese obligado a abstenerse del sueño” p.565 Afirmará Nietzsche en Ecce Homo: “Conozco mi suerte. Alguna vez irá unido a mi nombre el recuerdo de algo monstruoso, de una crisis como jamás la hubo en la tierra, de la más profunda colisión de consciencias, de una decisión tomada, mediante un conjuro, contra todo lo que hasta este momento se ha creído, exigido, santificado. Yo no soy un hombre, soy dinamita” p.1356 Aseverará Nietzsche en Ecce Homo: “Otra listeza y autodefensa consiste en reaccionar las menos veces posible y en eludir las situaciones y condiciones en que se estaría condenado a exhibir, por así decirlo, la propia libertad, la propia iniciativa, y a convertirse en un mero reactivo. Tomo como imagen el trato con los libros. El docto, que en el fondo no hace otra cosa que revolver libros, acaba por perder integra y totalmente la capacidad de pensar por cuenta propia. Sino revuelve libros, no piensa. Responde a un estimulo (un pensamiento leído) cuando piensa, al final lo único que hace ya es reaccionar” p.567 Pregunta que se hace Nietzsche en su primera intempestiva recogidas por Desiato en Nietzsche: Crítico de la postmodernidad: “Para la cultura nadie dispone ya de tiempo y sin embargo, ¿Qué valor tiene la ciencia si no dispone de tiempo para la cultura? Entonces, que se nos conteste por lo menos acerca de este punto: ¿De dónde viene, hacía donde va y hacia qué finalidad tiende la ciencia, sino debe conducir a la cultura? ¡Y bien, entonces, quizás, conducirá a la barbarie!” p.36

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la punta de lanza de toda la ciencia positiva, es criticada en medida de la cancelación de los sentidos como imprecisión. Como afirmará Tolstoi: ¿Qué utilidad tiene el conocimiento científico si inevitablemente no tiene las respuestas para las cuestiones fundamentales de la vida, que hacer y cómo vivir?

Ciencia y generalización: Los mejoradores de la humanidad

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Pese al constante regreso a la cultura griega manifiesta en su pensamiento desde la publicación del Nacimiento de la Tragedia,8 la crítica hacia la modernidad explícita no aboga por ningún regreso al carácter místico de las culturas pasadas. El regreso expuesto es hacia el hombre como productor y reproductor no sólo de la vida social, sino a su vez de los contenidos ideales que muchas veces guían su praxis más allá de la realidad concreta dentro de la cual se encuentra inmerso. Dicha crítica a los contenidos ideales se presenta en la crítica al cristianismo, pero debajo de ella subyace algo fundamental: la capacidad creativa del hombre. El olvido de los sentidos, el olvido creativo e inevitablemente el olvido a la existencia es la pena capital en el desarrollo de la cultura moderna; el vivir conforme a medidas y valoraciones ascéticas.9 Dicho de otra forma, la verdad no es la búsqueda de la ciencia, la misma se conforma sencillamente con el buscar, el saber producto de dicha búsqueda -frío y seco además- no comprende ninguna consecuencia así como tampoco comprende sufrimiento ni nostalgia, poco a poco desvanece lo humano en su eterna construcción de preguntas y respuestas.

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La superación, característica del discurso Nietzscheano, encuentra muchas manifestaciones a lo largo de su bibliografía.10 La reducción al carácter pluridimensional de la realidad es criticada desde su inscripción a la moralidad. La transvaloración de todos los valores, como máxima expresión o prospectiva Nietzscheana, supone comprender lo extra moral a través de la superación de

8 Se ha de tener presente El nacimiento de la tragedia así como el momento en el cual se escribió no sólo como dato histórico numérico. Para 1870 cuando Nietzsche se dedicaba a dicha tarea ocupaba -opuesto a las prenociones existentes sobre su profesión como filósofo- un puesto en la Universidad de Basilea como Filólogo. No sólo se dedico durante su formación al estudio de las palabras; poseía un amplio conocimiento sobre la filosofía griega el cual intento transmitir durante su estadía académica. A su vez, ha de recordarse la característica de la filología, la explicación de textos desde todos los puntos de vista posibles.9 En palabras de Nietzsche en Ecce Homo: “Las cosas que la humanidad ha tomado en serio hasta este momento no son ni siquiera realidades, son meras imaginaciones o, hablando con más rigor, mentiras nacidas de los instintos malos de naturalezas enfermas, de naturalezas nocivas en el sentido más hondo – todos los conceptos dios, alma, virtud, pecado, más allá, verdad, vida eterna… Pero en esos conceptos se ha buscado la grandeza de la naturaleza humana, su divinidad. Todas las cuestiones de la política, del orden social, de la educación han sido hasta ahora falseadas integra y radicalmente por el hecho de haber considerado hombres grandes a los hombres más nocivos, por el hecho de haber aprendido a despreciar las cosas pequeñas, quiero decir los asuntos fundamentales de la vida misma” p.59

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categorías unidimensionales. La realidad, así como la voluntad por su aprehensión como totalidad, no puede esperar dicha unidimensionalidad de un tránsito sin sufrimiento, un tránsito sin maldad. La buena voluntad es la manifestación del gregarismo y conservadurismo en su máxima expresión, la moderna vida sin conflictos ni existenciales ni técnicos.

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La responsabilidad, como condición de la ciencia de la buena voluntad, expresa la deuda a la totalidad sobre la unidad. En este sentido, la ética o moralidad coercitiva propone planos de reacción y selección sobre la acción consciente en el desarrollo de la existencia. La existencia de la estructura social como externalidad supone el deseo de creer en algo que supera al hombre. A pesar de que la razón fue y es utilizada para socavar lo mágico y místico del mundo, la creencia por la superación sigue intacta y es manifiesta en la modernidad mediante la utilización de la ciencia y el dominio técnico como destino inevitable de la humanidad. No es necesario cerrar los ojos para imaginar este gran destino, el destino del gran rebaño sin existencia de lobos, o dicho de una forma veraz, lobos disfrazados de pastores guiando al rebaño en la consecución de la auto conservación.

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La ciencia, como generalización y motor orientativo de la existencia moderna, posee no sólo arrogancia en su objetivo, sino que a su vez es comprendida como un uniforme con el cual se atavía el hombre para la guerra por su existencia. No obstante, ¿Sólo basta vestirse con un uniforme para enfrentar la dinámica perenne de la vida terrenal? Las profundidades de la existencia siguen intactas a falta de la comprensión necesaria en el desenvolvimiento de la práctica científica. Cualquier desvío que no produzca utilidad gregaria o técnica es enviado al exilio por los pastores del gran rebaño. Lo que consta de real utilidad para ellos es lo que puede ser diseccionado por el pensamiento, lo que puede ser organizado e inmaculado, características totalmente opuestas al continuum de la vida terrenal rica en determinaciones, sentidos y significados más allá de los intereses organizativos.11

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La integración social, posible mediante la ciencia como especialización y tecnificación, es comprendida como una gran ilusión cuando se pretende vincular la correspondencia entre el desarrollo personal y la estructura macro de las sociedades modernas. El desarrollo personal, posible como saber acumulativo y especializado a favor de la sociedad, no promueve en lo más mínimo ni el desarrollo

10 Desde su introducción en Humano demasiado humano y Más allá del bien y el mal donde el trato es conformado desde la psicología hasta su exposición artística y poética del Zaratustra.11 Afirmará Nietzsche en su tercera intempestiva recogidas por Desiato en Nietzsche: Crítico de la postmodernidad: “Las ciencias, cultivadas sin ninguna mesura en el más ciego laisser-faire, destrozan y disuelven cuanto era firmemente creído; las clases sociales y los estados civiles son arrollados por una economía del dinero desproporcionada y abyecta” p.48

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de la conciencia individual, ni sus potencialidades y abismos. Nos encontramos frente a la gran reducción a la utilidad, utilidad como practicidad, disgregación y olvido de la unidad que contradictoriamente expresa, reproduce y produce la gran estructura macro que lo condiciona. El saber de la ciencia, así como la expresión teórica, se reproducen desde la prosa impersonal y aséptica, es el fantasma o deidad moderna que domina, asusta y empequeñece.

Sobre el sujeto y la actividad: ¿Y dónde está el sujeto?

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La actitud científica aséptica manifiesta la saturación de conocimiento y erudición que en última instancia logra disecar al hombre y apartarlo de su capacidad activa en el desarrollo de la cultura, que no sólo lo rodea sino que también constituye. La tecnificación, característica de las sociedades modernas, ha logrado inclusive corroer y colarse a los ámbitos artísticos, espacios fundamentales para la redención propuesta por Nietzsche. El arte se contrapone a la lógica de la ciencia en el sentido de que la práctica científica ha logrado enviar al exilio todas las pulsiones y afectos del individuo creador.12 No obstante, el arte moderno es criticado a su vez por transformarse en un acto de contemplación y selección. Como mencionara Nietzsche en su tercera intempestiva, el filisteo culto ya no sólo se encuentra en academias, su saber manso más que estar al servicio de la existencia logra hacer vida inclusive en las manifestaciones artísticas contemporáneas.

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La sospecha, antigua energía utilizada para socavar todo lo místico y religioso de las sociedades desde la ilustración, pierde toda su capacidad tanto creativa como destructora desde la ciencia de la buena voluntad. La sospecha es asumida contemporáneamente como conflicto tanto con la sociedad así como con la época. Las preguntas que convienen resuenan con el interés general de la sociedad. La búsqueda por la verdad, objetivo que aún la ciencia cree tener por firme, ha abandonado a su suerte no sólo las cuestiones fundamentales de la existencia de la humanidad, ha logrado inclusive promover la corporalidad como asunto impreciso que escapándose a la lógica generalizadora, no puede ser ya un espacio positivo ni en la reflexión ni en la consecución del conocimiento. La sensibilidad, así como los sentidos, no están ya a nuestro favor. Un ejemplo bastante cotidiano supone el acto continuo y masivo en aceptar la redondez de la tierra a pesar de que nuestros sentidos inmediatos comprenden el mundo como planicie; contrariar dicha concepción científica solo conllevaría al conflicto con el rebaño y sus pastores. La verdad, más que seguridad y existencia, indudablemente, convive atada a la lógica del poder y la dominación gregaria.

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12 La dualidad razón y pulsión es desarrollada inicialmente en El nacimiento de la tragedia de Nietzsche formando la dicotomía Apolo y Dionisio, idea que lo perseguirá durante toda su producción bibliográfica.

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La valoración de la realidad a través de la verdad como exposición o función de la práctica científica es transformada en conocimiento útil para el individuo pero no desde el mismo. La utilidad, que es comprendida como tecnificación y calma gregaria de la vida, anula en gran medida la capacidad, no sólo creativa de la actividad humana, reduciendo su contenido activo para otorgar coherencia entre lo que sucede y ya sucedió, haciendo en última instancia de la razón un instrumento de descarte y selección más que un ejercicio constante individual por conferir sentido a su existencia, sus acciones, deseos e intereses. Como será planteado por Nietzsche en la tercera intempestiva, la máxima característica de la producción del conocimiento científico es la de un conocimiento frío y puro, un conocimiento que no comprende consecuencias más que para sí mismo, reafirmando el carácter olvidadizo del sujeto que en última consecuencia lo produce.

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La crítica reiterativa al gregarismo no puede reducirse como la generación de una forma de vida carente de toda actividad. Si bien la utilidad, la tecnificación y la intelectualización de la vida humana son las fuertes manifestaciones de dicha forma de vida que actúan constantemente sobre la personalidad, la misma expone la capacidad productiva del ser humano. Como puede interpretarse desde Sobre Verdad y Mentira en el sentido extra moral,13 la verdad la cual no mantiene ninguna relación con los objetos externos no impide que bajo su lógica consensual y social exista una estructura sobre la cual pueda reposar tranquilamente la humanidad, dicha estructura, construcción permanente desde el lenguaje, es revestida de cemento desde la ciencia como el último gran arquitecto de la humanidad.

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La exposición fisiológica, como criterio operativo de la filosofía Nietzscheana, comprende la voluntad por la recuperación de lo humano e individual desde lo que constantemente es dejado de lado en la generalización característica de las ciencias. En su autobiografía, muchos lectores esperan encontrar revelada la última verdad transmundana, así como el contenido ideal o moral del pensamiento de Nietzsche. Ante el despliegue del contenido real que movía la crítica, -en palabras de su propio autor- ocurre una profunda desilusión al hallar criterios y recetas que carecen de profundidad desde la comprensión de la filosofía como actividad meramente racional y contemplativa de las profundidades del ser humano, intención totalmente opuesta al desarrollo de la misma como praxis de vida.14 Lo corporal es un asunto fundamental para Nietzsche. El movimiento del pensamiento está en completa sintonía con el cuerpo y los sentidos inmediatos, criterio que atraviesa su bibliografía como invitación al reconocimiento propio así como la

13 En palabras de Nietzsche en Sobre Verdad y Mentira en el sentido extra moral: “¿Qué es entonces la verdad? Una hueste en movimiento de metáforas, metonimias, antropomorfismos, en resumidas cuentas, una suma de relaciones humanas que han sido realzadas, extrapoladas y adornadas poética y retóricamente y que, después de un prolongado uso, un pueblo considera firmes, canónicas y vinculantes; las verdades son ilusiones de las que se ha olvidado que lo son; metáforas que se han vuelto gastadas y sin fuerza sensible, monedas que han perdido su troquelado y no son ahora consideradas como monedas, sino como metal”. p.25

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comprensión en las condiciones para la producción del conocimiento desde la unidad que compone la totalidad.

Algunas consideraciones finales.

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La recuperación del sujeto es posibilidad a través del arte; noción que no es totalmente bien recibida por quienes aún creen en la ciencia ya no sólo como criterio generador de la verdad, si no de la praxis real. La alusión a dicha fuerza artística como negación y reconstrucción se encuentra en Nietzsche desde el Nacimiento de la tragedia. Se propone el acto creativo del artista más allá a su exposición técnica, el mismo es planteado como posibilidad para el encantamiento del mundo, perspectiva que se nutre desde la realidad no enteramente racional ni ordenada.15 La voluntad artística confiere al sujeto la restitución de su capacidad creativa; la apuesta Nietzscheana se inscribe en este sentido. Análogo a su concepción de la filosofía la ciencia debe repensarse como actividad artística, praxis que no sólo se comprenda o oriente hacia el dominio técnico e instrumental, que se encuentre al servicio de la humanidad, no de su pereza o auto conservación gregaria, que admita todos los estados que no pueden seguir contenidos por conceptos o definiciones ascéticas.

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La postura más radical, en cuanto a la recuperación del sujeto, se expone claramente en la tercera intempestiva nietzscheana: Schopenhauer como educador. Allí, en un proyecto que apuntaba no sólo a la crítica contemplativa e histórica sino a la realidad y la época actual de Nietzsche, se propone el papel de la filosofía aislada completamente de las instituciones como lo son el estado y la universidad.16

La educación como tema principal de dicho tratado se encuentra al servicio del estado como continuidad y garante en la reducción de conflictos tanto materiales como existenciales. Dicho en pocas palabras, bajo la operatividad de la ciencia es

14 Aseverará Nietzsche en Ecce Homo: “En un clima muy excitante el té es desaconsejable como primera bebida del día: debe comenzarse una hora antes con una taza de chocolate espeso y desgrasado. Estar sentado el menor tiempo posible; no dar crédito a ningún pensamiento que no haya nacido al aire libre y pudiendo nosotros movernos con libertad, -a ningún pensamiento en el cual no celebren una fiesta también los músculos. Todos los prejuicios proceden de los intestinos. La carne sedentaria -ya lo he dicho en otra ocasión- es el auténtico pecado contra el espíritu santo.” p.4415 Dicha voluntad artística y la discursiva científica puede comprenderse desde la relación entre Así hablo Zaratustra y Más allá del bien y del mal, donde las temáticas no varían en su esencia, más si en su perspectiva así como en su presentación. En palabras de Nietzsche en Ecce Homo: “Si se tiene en cuenta que este libro (Más allá del bien y del mal) viene después del Zaratustra, se adivinará también quizás el régimen dietético a que debe su nacimiento. El ojo, malacostumbrado por una enorme coerción a mirar lejos -Zaratustra ve aún más lejos que el zar-, es aquí forzado a captar con agudeza lo más cercano, la época, lo que nos rodea. Se encontrará en todo el libro, ante todo también en la forma, idéntico alejamiento voluntario de los instintos que hicieron posible un Zaratustra”. p.108

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posible encontrar la seguridad necesaria. Todo tipo de conocimiento que genere confusión o contradicción opuesto a su utilidad es señalado como un atentado a dicha seguridad gregaria. La ciencia deviene en acumulación y dominación técnica e instrumental a razón de que lo objetivo se imprime continuamente en la humanidad, la primacía de lo externo y lo útil sobre el mal visto subjetivismo.

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La lógica de la modernidad, desde la convicción por el orden y el progreso, apunta a la comprensión del presente siempre en pro del futuro. La felicidad pareciera quedar siempre para después mediante el trabajo mecánico y reactivo. El carácter coercitivo de la convicción se manifiesta en la reducción de la existencia moderna a vivir bajo un conocimiento recetario,17 una suerte de selectividad que funciona como cárcel para el instinto creativo y la sensibilidad humana. La ciencia como cuestionamiento fiel deviene inevitablemente en el autor de muchas de las recetas. La ausencia del sujeto en pro del conocimiento anónimo promueve la generalización a favor del que debe venir, siempre hacía adelante lo más rápido posible. Lamentablemente, la voluntad artística moderna no se encuentra exenta de dicha lógica hacia el futuro. Actualmente se cree pensar que la única forma de progreso se encuentra en utilización la tecnología actual para la realización de las obras artísticas, confiriendo valor y satisfacción a la elaboración con tecnología de punta, enviando y comprendiendo todo lo pasado al estado primitivo y por ende necesitado de ser superado.

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La constante negación o minimización del sujeto puede ser expuesta a su vez desde la lógica del dominio. Una de las características más enaltecidas de la producción del conocimiento aséptica es su capacidad por funcionar como conocimiento y ley universal, de que va y vive mucho más allá del saber especializado que lo produce. A quienes no producen dicho conocimiento el mismo les trae tanto tranquilidad como seguridad ante lo que ahora complejamente es expuesto y lingüísticamente avanzado. La ciencia como proceso puede ser comprendida por consiguiente desde una expresión religiosa cristiana; la igualdad bajo los ojos de dios. En este sentido, la práctica positiva contiene dentro de sí la intención moral, la fórmula universal que

16 En palabras de Nietzsche en Schopenhauer como educador: “Al estado nunca le interesa la verdad a secas, sino sólo la verdad que le es útil, o para decirlo más exactamente, únicamente se interesa por lo que es útil, ya sea esto verdad, verdad a medias o error. Así pues, una alianza entre el estado y la filosofía sólo tendrá sentido si la filosofía puede prometer serle de incondicional utilidad, esto es, que antepondrá el beneficio del estado a la verdad. Ciertamente sería magnífico para el estado contar también con la verdad a su servicio y bajo su sueldo; sin embargo, bien sabe él mismo que en la esencia de aquélla reside no someterse a ninguna servidumbre ni aceptar ningún sueldo” p.15917 Como afirmará Alfred Schütz en “El ciudadano bien informado” en Estudios Sobre Teoría Social: “El hombre común tiene un conocimiento funcional de muchos campos que no son necesariamente coherentes entre sí, un conocimiento de recetas que indican cómo obtener, en situaciones típicas, resultados típicos por medios típicos. Las recetas indican procedimientos en los que se puede confiar aunque no sean claramente comprendidos, siguiendo la prescripción como si se tratará de un ritual, se puede obtener el resultado deseado sin cuestionar por qué se debe dar cada paso del procedimiento, y darlo exactamente en la sucesión prescripta.” p.122

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sólo hay que acatar y reaccionar; artículo de fe pero sin ninguna recubierta poética ni artística.18

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A modo de conclusión, la ciencia como manifestación de la razón lamentablemente pareciera haber olvidado su propósito liberador. Operativamente se puede inclusive afirmar que se encuentra encaminado en dirección opuesta. Dicho en otras palabras, el dominio de la naturaleza, cada vez más palpable mediante la tecnificación del mundo, no coincide con la liberación de la servidumbre que encarcela al ser humano en su cotidianidad. Dicha servidumbre, que en un momento histórico correspondía a cosmovisiones teológicas las cuales, vale tener presente, fueron atacadas desde el inicio de la razón, se inviste modernamente a la servidumbre a la misma ciencia. El hombre moderno deriva en un instrumento musical condenado a reproducir una única nota, a delegar su existencia al otro especializado, a un estado constante de reacción y selección, olvidando su carácter creativo, artístico y su papel fundamental en la construcción de la realidad que lo rodea.

Notas

18 Se puede aludir aquí a la exposición poética y artística desde la propia experiencia de Nietzsche en vida en relación al recibimiento de sus libros. En el caso del Nacimiento de la Tragedia, el libro no fue bien tomado en el sentido del distanciamiento artístico y filosófico de su discursiva fuera de la aldea de la filología clásica, departamento al cual -como fue mencionado en la nota 8- Nietzsche pertenecía. Se puede mencionar también el caso del libro número 4 de Así hablo Zaratustra, el cual Nietzsche publicó 40 ejemplares por su propia cuenta a falta de editores interesados en la exposición poética que caracterizaba ya toda la obra.

Referencias bibliográficas

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