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LUIS

DE LA CALLE y LUIS RUBIO

México habla mucho de sus pobres y de sus ricos, aunque ni unos ni otros componen la mayoría socialdel país. rem se pregunta en este número por esa mayoría social, ubicua pero en muchos sentidos

invisible para la conciencia pública: la mayoría absoluta de mexicanos que se definen a sí mismos comode "clase media". Luis Rubio, Luis de la Calle, Federico Reyes Heroles y Leo Zuckermann exploran en laspáginas

que siguen el tamaño, las aspiraciones, las conductas económicas y políticas de esa "clase media"en cuyo crecimiento y consolidación se juega el futuro próspero, equitativo y democrático para México

A pesar de opiniones muy extendidas en con-trario, México se está convirtiendo en unasociedad de clase media, en gran medidaporque así se ve gran parte de la población. La con-

solidación de este sector es quizá el tema más im-portante para el desarrollo futuro del país y el eventohistórico más significativo de las últimas décadas.

La clase media es la esencia del desarrollo y con-fiere estabilidad política a una nación. Aun tomandoen cuenta la contracción económica reciente, quedetuvo el progreso temporalmente, México ha expe-rimentado un avance tangible en el fortalecimientode la clase media.

Si bien no hay un entendimiento único sobre quéconstituye, no hay duda alguna que una parte muysignificativa de la población se siente de clase mediay quiere proteger esa condición que tanto esfuerzole costó alcanzar. Este hecho, el de tener un sentidode propiedad, pertenencia y derecho a preservar-lo, fue sin duda un factor definitorio de la elecciónpresidencial de 2006 y seguirá jugando como factordeterminante en futuras elecciones.

El concepto de clase media es difícil de acotar, peroeso no quiere decir que no exista o que no entrañeimplicaciones políticas, económicas y sociales. Quizáspor la dificultad para llegar a una definición unívo-ca, los encuestadores clasifican a una persona comomiembro de la clase media con base a su sentido depertenencia, sus actitudes'y su visión de la vida.

Existen diversos indicadores que son evidenciade la transformación que experimenta México haciauna sociedad de clase media mayoritaria: el tráficoen las ciudades y las colas en los peajes son, quizás,los más evidentes, pero muchos y diversos otrostambién lo demuestran: el tipo de empleo, la ventade casas habitación, la escolaridad de los hijos, laproporción de mujeres en la fuerza laboral, la calidad

53IBIS MAYO 2010

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se media y no obstaculizar el procesoy, mejor aún, impulsarlo, para que unnúmero cada vez mayor de familias quehoy se encuentran por debajo de esa de-finición se sumen a ella. En el contextode la severa crisis económica, la pregun-ta es también cómo evitar que se reviertael progreso logrado, sin tomar medidasque, en un ánimo de evitar el ajuste,terminen descomponiendo el procesosecular de disminución de la pobreza.

El trabajo de los gobiernos en sus tresniveles debería abocarse al incrementoen la productividad y a hacer asequibleslos beneficios de la urbanización (aun enel ámbito rural). Las implicaciones soninconmensurables y tendrán, entre susmuchas consecuencias, el que los polí-ticos Y sus partidos cambien su manerade entender la vid~ pública y su forrpade conducirse.

de la vivienda, la compra de seguros so-bre eventos futuros e inciertos, el tipo dehospitales, las salas de cine, el turismo,las universidades, etcétera.

Ciertamente, el crecimiento de la cla-se media no niega el problema social delpaís ni la pobreza o marginalidad quecaracteriza a un gran número de mexi-canos, pero sí evidencia un cambio pro-fundo en la dirección deseable: hacia unnivel más alto de desarrollo. Cambio queocurre a pesar de lo que piensan muchospolíticos y analistas y del inmovilismo

fpolítico endémico. El crecimiento de laclase media es equivalente a la reducciónde la pobreza para los segmentos de lapoblación que la abandonan.

La gran pregunta para el futuro delpaís es cómo crear un marco que per-mita acelerar la transformación de lasociedad mexicana a fin de afianzar loslogros de esa incipiente mayoría de cla-

¿QUÉ ES LA CLASE MEDIA?El concepto de clase media es difícil deestablecer y complejo de asir, pero nopor eso deja de ser menos real y,sobretodo, políticamente relevante. Desdeuna perspectiva marxista, que vinculala definición de clase social al procesoproductivo (propietarios de medios deproducción contra obreros), la nociónde "clase media" es, en buena medida,repugnante. Aun así, prácticamente to-das las sociedades modernas, y todaslas desarrolladas, tienen una caracte-rística común propia de clase media: lamayoría de quienes la conforman tieneingresos suficientes para poder vivir enel entorno urbano y quiere mejorar suposición de ~era sistemática.

Aunque existen muchas definicio-nes de clase media, todas contemplanla búsqueda de la educación como unmedio de superación y movilidad social;empleo esencialmente en el sector ser-vicios; un interés por la cultura, el ciney otras manifestaciones artísticas comoentretenimiento; la propiedad o alquilerde una casa o apartamento como base desu desarrollo familiar; la construcciónde un segundo piso; la posesión de unautomóvil u otro tipo de satisfactoresmateriales. Lo mismo es cierto de latelevisión, internet y, ahora, de las re-des sociales virtuales. De hecho, en lamedida en que se avanza en la era delconocimiento, donde la principal fuentede desarrollo proviene de la capacidadcreativa, se fortalecen las oportunidadesde desarrollo de un número cada vezmayor de personas de clase media.

Se trata, en esencia, de la vida deuna familia en un contexto fundamen-talmente urbano. Sin embargo, no hayrazón evidente para excluir la posibili-dad de que el sector rural vaya transfor-mándose en esta misma dirección, sobretodo por la revolución de las comunica-ciones, el transporte y por los beneficiosque trae la emigración, en particular através de las remesas.

Otro de los indicadores de la clasemedia es una visión positiva del mun-

54 MAYO 2010 ~

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ENSAYO

do, la disposición a disfrutar la vidamás allá de lo cotidiano, la expectati-va de mejoría económica sistemática yuna percepción de la educación comoun imperativo para el desarrollo de loshijos. La búsqueda de mejores escuelases una clara muestra de los valores queaniman a este grupo y explica el impac-tante crecimiento de centros educativosde bajo (o menor) costo para satisfaceresa demanda. En la medida en que lospadres asocian educación con éxito en lavida, siembran las semillas de una per-manencia en la clase media y apuestanpor un progreso sistemático.

Para satisfacer esta demanda, y antecuellos de botella para la expansión de laeducación pública, el número de estable-cimientos privados dedicados a proveerservicios educativos se ha incrementadode 33 mil 495, de acuerdo al Censo Eco-nómico de 1999, a 44 mil 780 unidadeseconómicas en el Censo de 2009, lo querepresenta un crecimiento de 34% y enpresencia de un número potencial me-nor de alumnos por el cambio demográ-fico. En términos del personal ocupadoencargado de proveer dichos servicios, elincremento ha sido de un 81 %, pasandode 362 mil 15 personas a 653 mil 736personas, respectivamente. Este fenóme-no es generalizado y se da en comuni-dades que muchas veces no se percibencomo de clase media extendida.

Es interesante notar que una propor-ción no menor de los establecimientoseducativos privados optan por nombresextranjeros que conllevan una connota-ción aspiracional para atraer a alumnosde clase media. Por ejemplo, de las 905escuelas privadas de educación básicae intermedia registradas en 2009 en la

delegación Iztapalapa (Distrito Federal),437 tienen nombres propios extranjeros,en otros idiomas o topónimos referentesa otros países.! Es notorio también que,en la clasificación de las escuelas conrespecto a los resultados de Enlace, enIztapalapa hay 17 (todas privadas) quese encuentran en el 5% superior de ladistribución nacional?

zación tiene el potencial de transformarla sociedad. Se trata de un proceso len-to, pero perceptible, que con el tiempollega a modificar el desarrollo político.Cuando eso pasa, la democracia liberaldeliberativa comienza a ser posible. Enel fondo, el fortalecimiento de una so-ciedad de clase media no sólo implicaun nuevo estadio de estabilidad, sino laoportunidad de que las personas se de-sarrollen por sí mismas y, en el proceso,se liberen políticamente.

El cambio en las preferencias políticasen los últimos años es también un sín-toma del crecimiento de la clase media,de la disminución del corporativismo yel crecimiento ciudadano: el número devotantes independientes, es decir, aque-llos que dicen no identificarse con algúnpartido, ha pasado de 29% en 1989 a casiun 40% en 2007.3 Lo anterior, aunadoa la gran volatilidad de estos votantes,habla de que el mexicano responde alos estímulos que representan los par-tidos. Y que, al sentir que el partido desu preferencia ya no lo representa, estádispuesto a dejarlo, ya sea por otro par-tido o por ninguno.

Dado que el principal reto económi-co es el aumento en la productividad ypara esto se requiere abandonar activi-dades que generan poco valor y emigrara aquellas más rentables, las sociedadesexitosas dependen de que la crecienteclase media opte por la estabilidad co-mo precondición para el cambio y nopor la estabilidad para preservar el statuquo. La clave reside, pot supuesto, en elsistema educativo y el entrenamientopermanente para enfrentar con éxito eltemor natural al cambio. Así se le pide ala clase media un cierto grado de esqui-zofrenia: como promotora de la estabi-lidad política, macroeconómica y jurí-dica, pero sólo para permitir el cambio,

CLASE MEDIA, PARTICIPACIÓN

CIUDADANA y DESARROLLO

Otra de las características de la clasemedia es el doble papel que puede des-empeñar en la estabilidad política y enla revolución para el desarrollo. Una delas grandes paradojas de la pobreza esque aquellos que la experimentan confrecuencia no perciben riesgos en loscambios económicos o políticos abrup-tos. No así las personas y familias que yahan logrado una posición mínimamentedesahogada en términos económicos yque tienden a convertirse en pilar de laestabilidad, rechazando, para bien o paramal, cualquier cambio que la amenace.

Es decir, las clases medias tienden asufrir las consecuencias de las revolu-ciones y la inestabilidad de cualquiertipo y, por ello, constituyen un pilarfundamental de la democracia y de loscambios graduales. Las revolucionesdestruyen a las familias, minan sus in-gresos y socavan su capacidad de con-sumo. En México la clase media ha ex-perimentado, más que ninguna otra, lasconsecuencias de las crisis financieras.No es casualidad que su actitud políticase incline a ser conservadora y rechacecualquier alternativa que pudiera alterarsu seguridad.

No existe una sola forma de participaren política, pero no hay duda que en laactualidad la democracia empata, de for-ma natural, con las características de laclase media. El acceso que ésta tiene a lastecnologías de la información conllevacambios de actitudes, un sentido de libe-ración y, por lo tanto, una indisposicióna seguir lineamientos de líderes y políti-cos cuya fortaleza reside en la ausenciade información y conocimientos.

El cambio de una persona como partede un movimiento masivo a una personaque se siente dueña de su propia politi-

I Entre otros: John F. Kennedy, Abraham Lincoln, Queen Marr, Isaac Newto;:;:Winston Churchill, Whitehead Alfred

North, Henry WalIon, Catherin Landerth, Andree Lapierre, Friedrich W. A. Froebel, Oliver Sheldon, Vincent w: VanGogh, Carlos Marx, Mathew Lipman, Michel Tournier, Excel Kids, Freedom, Holding Hands, Cypress Garden, NewFriends, Bonsai, Institut(! Wisdom, Australia, Suecia, Canadá, Yellow Stone y Vancouver.'Ver el portal www.comparatuescuela.org3 Moreno, Alejandro, La decisión electoral: Votantes, partidos y democracia en México, Miguel Angel Forma, México, 2009.

55~ MAYO 2010

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la revolución de la productividad, de lacreatividad, de la creación de valor, deldescubrimiento de las ventajas compa-rativas fundamentales.

De hecho, el desarrollo es resultadode un proceso volitivo que alcanza sumejor expresión en la democracia. Porsupuesto, muchos en Asia piensan quela democracia no es necesaria para eldesarrollo, e incluso que puede ser unobstáculo. Si el futuro exitoso de Méxicose da en los hechos, sería un poderosoejemplo de modernización a través dela expansión de la clase media y la par-ticipación ciudadana. Desgraciadamen-te, no es claro ni cierto que los interesespolíticos y económicos que se beneficiandel statu quo permitan la liberación delos talentos del mexicano promedio paraalcanzar el auténtico desarrollo.

mo segmento de la población que, en elcurso del tiempo, tienden a asimilarsepara convertirse en lo que comúnmentese conoce como "clase media".

Históricamente, dos de las fuentesfundamentales del desarrollo de la cla-se media mexicana fueron la burocraciay el sindicalismo. Los burócratas con-siguieron ingresos seguros que, poco apoco, los llevaron a colocarse en una si-tuación cómoda y hasta privilegiada. Lomismo ocurrió con obreros miembros

a otra, así como en el corporativismo yen el rentismo.

Por razones estratégicas la clase me-dia asociada al corporativismo con fre-cuencia enarbola un discurso proletario,no tanto para defender o promover losderechos de los pobres sino para preser-var su condición de privilegio.

La otra fuente fundamental de la clasemedia mexicana es la opuesta: personasque han sido esforzadas en la vida pro-ductiva, emigrantes, los integrantes de laeconomía informal que no se apropiande lo ajeno y empresarios en ciernes quese han dedicado a mejorar de manerasistemática pero azarosa, no a través dela explotación de privilegios asignados,sino de la asunción cotidiana de riesgos.Se trata de ese grupo de la sociedad quese la juega a diario, que busca negocios yoportunidades, que igual emigra a Can-cún porque ahí hay mucho trabajo, quese va a Chicago en busca de una mejoroportunidad. Estas personas tienden adesarrollar una ética del trabajo, buscanoportunidades para sus familias, entien-den la competencia como inherente a suexistencia y son fuertes críticos del go-bierno y los impuestos.

Las remesas se han convertido enuna fuente no sólo de mejoría econó-mica, sino también de movilidad social.Familias que cuentan con el ingreso deun familiar fuera de México tienden aahorrar y mejorar sus niveles de con-sumo. De alguna manera, el solo hechode plantearse la opción de emigrar, dedejar atrás su condición social y geográ-fica, los hace miembros aspiracionaleso reales de la clase media. Amartya Senargumenta en Development as Preedom4que el desarrollo se alcanza cuando secuenta con la libertad para elegir, aúndentro de límites, el derrotero a seguir.

DERECHOS ADQUIRIDOS

VERSUS MÉRITOEn México los integrantes de la clasemedia pueden tener ingresos desdeunos cuantos salarios mínimos porhogar hasta varias decenas del mismoindicador. Es decir, pueden estar en elmás alto decil en la escala del ingresonacional o estar varios deciles más abajo.Dos familias residiendo en una mismacolonia, con ingresos similares, puedentener diferencias dramáticas en su capa-cidad de gasto dependiendo del númerode hijos que tiene cada una de ellas. Porestas razones, muchos estudiosos prefie-ren emplear el término "clases medias",en plural, para denotar la diversidad queel concepto entraña.

Sea como fuere, el hecho es que laclase media mexicana está integrada porestratos muy distintos de ingresos y evi-dencia una gran diversidad de acuerdo a.su origen, tipo de empleó y pertenencia.Igual hay familias cuyo origen es de ge-neraciones de clase media urbana, quefamilias cuyos antecedentes se remon-tan a la emigración del campo. Estosfactores tienen una fuerte incidenciasobre la forma en que actúan, percibeny votan los miembros de la clase media.Se trata de subgrupos dentro de un mis-

de poderosos sindicatos de empresas

públicas, grandes empresas privadas yentidades paraestatales, cuya fuente detrabajo era esencialmente inmune a loscambios económicos. En términos ge-nerales, los miembros de la clase mediaque se originaron en esos ámbitos desa-rrollaron una fuerte dependencia haciael gobierno y son el pilar de soporte dederechos adquiridos.

Basta pensar en la venta de plazas enentidades como Pemex, Luz y Fuerza delCentro -ahora extinta- la ComisiónFederal de Electricidad o la Secretaríade Educación Pública, para identificaruna cosmovisión típica de este gruposocial, misma que se fincaba en la pro-tección de privilegios que, en muchoscasos, se transfieren de una generación

LA TRANSFORMACIÓN HACIA

UNA SOCIEDAD DE CLASE MEDIA

La estabilidad económica y financiera(sobre todo la ausencia de episodios dedestrucción generalizada de riqueza) y la

'Random House. Nueva York, 1999.

56 MAYO 2010 leI:s

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Tasa de participacl6nlaboral femenina

45%

44%

43%

42%

41%

40%

39%

38%

37%

36%

Fuente: Organización Internacional del Trabajo

fatalismo y una visión pesimista del fu-turo, en la imposibilidad del progreso, en"ni modo". Lo interesante es que la rea-lidad objetiva contradice este conjuntode percepciones: hoy resulta innegablela posibilidad del progreso individual yfamiliar, sea a través de la acumulaciónde capital humano, la participación enactividades empresariales -incluidas lasinformales- y la emigración.

Si en lugar de ver hacia delante conaprensión, la sociedad observara yacep-tara su propio progreso, el corolario seríamuy distinto: a pesar de errores y proble-mas, dudas y quejas, la realidad muestracambios muy significativos en la vida demuchos mexicanos que pocas veces sereconocen; el país ha experimentadocambios profundos en prácticamentetodas sus estructuras y características.

Además de las mediciones tradiciona-les de pobreza y distribución del ingre-so, hay muchas maneras de confirmar,de manera más intuitiva, el significativopero insuficiente progreso alcanzado y laexpansión de la clase media. Se presentanaquí algunos indicadores ilustrativos.

La esperanza de vida al nacer es, sinduda, el más claro iha aumentado dra-máticamente en las iíltimas décadas: el

fuerte reducción de la tasa de fertilidadde los últimos años, han sido clave para eldesarrollo de este sector de la sociedad.

Por otra parte, la apertura comercialyel TLCAN redujeron los precios de in-finidad de bienes para las familias mexi-canas, al tiempo que se ha incrementadola calidad, variedad y servicios asocia-dos a los bienes consumidos en el país.El fenómeno Walmart -por ejemplo-ha transformado la canasta de consumode la población, reduciendo el precio dealimentos, ropa y calzado. De la manovinieron la liberalización del mercadohipotecario y la explosión del créditoal consumo (automóviles, tarjetas decrédito, tiendas departamentales). Losvuelos de bajo costo abrieron ese mediode transporte a millares de personas queantes viajaban en autobús; lo mismo escierto para universidades como UVM-UNITEC y TEC Milenio, institucionesabocadas a atender a esta población. Eléxito de estos productos y servicios, di-rigidos a la clase media, es evidencia deque la estabilidad económica es muchomás trascendente de lo que muchos po-líticos suponen.

El factor más importante, sin embar-go, y el que privatiza las posibilidades dedesarrollo, es la reducción en el tamañode las familias, producto de una menortasa de fertilidad. Hoy la tasa de fecun-didad alcanza sólo 2.05 hijos por madrefértil, cuando en la década de los sesentallegó a ser de 7.3. El menor número escausa y consecuencia de la expansión dela clase media. El principal motor de lareducción es la emigración del campo alas ciudades, aunado a la creciente par-ticipación de la mujer en el mercado la-boral. Al reducirse el número de descen-dientes se vuelve necesario que aumentela productividad promedio de los hijos yse crean incentivos para invertir en ellostiempo y recursos para su educación, sa-lud y desarrollo profesional.

Los mexicanos con frecuencia ven elfuturo con temor y se imaginan catástro-fes y dificultades: años de crisis y malosgobiernos o, al menos, gobiernos incapa-ces o insuficientes, han derivado en un

mexicano promedio ha logrado elevarsu esperanza de vida en aproximada-mente cuatro años en sólo diez. Lasmujeres que nacieron en 1990 teníanla esperanza de vivir 74 años y en 2009se aproximaban a 78, en tanto que loshombres tenían razones para esperarvivir 68 años, mientras que para 2009esa cifra había ascendido a 73.

Además de más longevo, el mexicanodedica más años a su propia educación.En las últimas décadas se duplicó el nú-mero de años de escolaridad promedio(a 8.3 años), al tiempo que se triplicabala cobertura universitaria.

Ahora bien. aunque México ha logr¡¡-do mejoras sustanciales en términos decobertura educativa, continúa rezaga-do respecto a otros países y, sobre todo,respecto a sus propias necesidades. Es atodas luces claro que el sistema educati-vo mexicano dista mucho de ser buenoyde proveer las necesidades educativasde las familias y de la economía para sucrecimiento acelerado. Así lo constatanmúltiples evaluaciones.

No obstante, la cantidad y calidad dela educación recibida es hoy muy supe-rior a la que recibieron las generacionesanteriores. Es quizás por esto que una

57rsm MAYO 2010

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Consumo nacionalper cápita de carne(KilOGRAMOS POR HABITANTE)

Fuente: Sagarpa y Conapo

mayoría de padres de familia consideraque el nivel educativo que reciben sushijos no es malo, al utilizar como pará-metro el suyo propio.5

Otro aspecto que demuestra la tran-sición hacia una sociedad predominan-temente de clase media es la participa-ción de las mujeres en la fuerza laboral.México se ha ido convirtiendo en unpaís con población de ingreso medio,en parte gracias a la contribución de lasmujeres al ingreso familiar.

Quizá más que en ningún otro indi-cador, el crecimiento de la clase mediapuede observarse en los hábitos de lapoblación: en la medida en que aumen-tan los ingresos se eleva el consumo deuna canasta de bienes y servicios antesinasequibles. Por ejemplo, el consumode proteínas ha ido aumentando, un in-dicador de que la sociedad mexicana vateniendo ingresos extras que le permitenplaceres adicionales. .

Así, el consumo de carnes por habi-tante aumentó en un 82%, de 34 kilogra-mos en 1990 a 62 kilogramos en 2005.Vale la pena recordar que no hace mu-chos años era impensable que la mayoríade los mexicanos pudiera comer carnecon regularidad o que nadie se preocu-

para por el abasto oportuno, variado yasequible de productos lácteos. En losaños ochenta el gobierno pintaba bardasen las ciudades con la recomendacióna los ciudadanos de que "si la leche espoca, al niño le toca'; hoy este mensajeparecería extraño y anacrónico.

Por desgracia, estos cambios en patro-nes de consumo no son gratuitos. En estosmismos años, el país ha pasado de ser unasociedad con desnutrición en el promediode la población a una en la que la obesidadse ha convertido en un serio problema ypreocupación de salud pública.

Aunque algunos de estos datos mues-tren patrones preocupantes, como losrelativos a la obesidad y sus implicacio-nes para la salud, ellos ilustran el hechode que la sociedad mexicana se asemejaa las sociedades desarrolladas incluso eneste fenómeno, así como en la transiciónepidemiológica por la cual las enferme-dades crónicas (hipertensión, diabetes,cánceres) han desplazado a las infeccio-sas como los principales padecimientosy causa de muerte de la población.

La vivienda es otro rubro que haexperimentado considerables mejoras.Una porción cada vez mayor de la po-blación tiene su pr~pia casa, lo que cons-

tituye su principal activo familiar. Enlos últimos diez años se han construidosiete millones de viviendas, lo que de-be compararse con los 26.7 millones dehogares que reporta la Encuesta IngresoGasto de los Hogares de 2008. Una vi-vienda digna, propia o alquilada, llevaa otros cambios: las familias nuclearestienden a desarrollar sus propios patro-nes de vida, independientes de los quecaracterizan a las familias ampliadas enque conviven varias generaciones bajoun mismo techo.

La calidad de la vivienda ha mejoradotanto en tamaño como en los serviciosincorporados, aunque sin duda falta aúnmucho por mejorar. En 1960 el 80% delas viviendas tenía dos cuartos o menosy sólo el 20% instalaciones sanitarias bá-sicas como el excusado. En 2010 el 60%de las viviendas tiene tres o más cuartos,mientras que el 90% cuenta con excu-sados. Otro fenómeno interesante es elcrecimiento de residencias secundariasde interés social entre la población: al-gunas de ellas que se alquilan y otras quese utilizan el fin de semana. Se calculaque en Morelos y Guerrero cerca de untercio de las viviendas de interés socialson secundarias y se utilizan para finesde semana, puentes y vacaciones.

La creciente penetración del comerciomoderno implica no sólo un mayor poderde compra de un segmento importante dela población, sino cambios en estilo devida y patrones de compra. El aumentode este comercio significa una mayordisponibilidad de satisfactores para elconsumidor, una mejor calidad, precioscompetitivos, un incremento en el usodel pago electrónico y en la penetraciónfinanciera. La presencia de establecimien-tos de comercio moderno en todo el paísrefleja que la participación extendida dela clase media no es sólo un fenómeno delas ciudades más importantes, sino de lamayoría de las zonas urbanas. Este cre-cimiento parece también contradecir laconstante queja de muchos empresariosde que no hay mercado interno.

Lo mismo se puede decir de las fun-ciones en salas de cine, el uso de celu-lares, de internet, los viajes {el 65% de'Ver. por ejemplo, encuesta del Retorma de mayo de 2008.

58

MAYO

2010 lSI:s

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ENSAYO

:uente:

ANTAD

Fuente: Consulta Mitofsky Encuesta realizada durante diciembre de 2009.La pregunta fue: ¿Cuántos viajes realiza al año?

la gente viaja fuera de su ciudad por lomenos una vez al año), el número de pa-saportes y muchos otros ejemplos.

Quizá no hay concepto más impor-tante para el desarrollo de la clase mediaque el de la movilidad social. Una socie-dad cuya economía favorece el avancede las personas en los puestos de trabajo,la formación de nuevas empresas y, enpocas palabras, la mejoría materíal delas familias, es una sociedad que lograel ascenso o movilidad de sus habitantesen la escala social.

La movilidad social no es otra cosaque el movimiento de las personas haciauna mejor posición económica en el cur-so de su vida productiva. La posibilidadde movilidad social es producto de losesfuerzos individuales y familiares, perotambién puede ocurrir como resultadode una estrategia fiscal del gobierno diri-gida a redistribuir la riqueza. En amboscasos resulta en una mejoría general dela situación económica del país.

La desigualdad por sí misma no li-mita la movilidad social, aunque reflejala falta de permeabilidad. De acuerdoa la Encuesta ESRU de Movilidad So-cial 2006, México es un país con pocamovilidad social, sobre todo en los ex-tremos. Los movimientos radicales, esdecir, aquellos que pasan del quintil máspobre al más ríco y viceversa son suma-mente raros en México. En los nivelesmediosJa situación es más esperanzado-ra. 17 de cada 100 personas cuyos padrespertenecían al quintil tres y 13% de laspersonas cuyos padres pertenecían alquintil cuatro lograron subir al quintilmás rico de la población.

Un aspecto relacionado a la aspiraciónde movilidad social es el nombre que losmexicanos otorgan sus hijos. El RegistroNacional de Población ~ublica los nom-bres más populares de 'acuerdo a las ac-tas de nacimiento registradas en todo elpaís. Así, por ejemplo, en la lista de los 50más populares para niña y niño de 2008,puede notarse la selección de nombres declase media, aspiracionales y un númeroimportante de ellos en otros idiomas, enparticular en inglés. Entre ellos se encuen-tran Vanessa (lugar 18), Elizabeth (lugar

24), Evelyn (28), Abigail (30), Monserrat(33), Lizbeth (37), Ana Karen (38), Ma-

reIr (47), Jacquelin (48) y Jaqueline (49).Para varones los nombres más popularesno castellanizados son: Alexander (lugar15), Jonathan (29), Alexis (32), Kevin(35), Cristian (36), Bryan (38).6

nales en una manera fundamental. Aquílas familias de clase media han logradoese estatus gracias al conjunto de ingre-sos que se acumulan en una familia, nosólo gracias a un ingreso individual o depareja típicamente elevado que caracte-riza a la clase media internacional.

El avance ha sido real y por ello estan importante apuntalar las fuentesde estabilidad económica que hanpermitido el crecimiento de este seg-

ASIGNATURAS PENDIENTESLa clase media mexicana se diferencia demuchas de sus equivalentes internacio-

~ MAYO 2010 ~C)

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Méxiconados: aprovechar el bono demográficoque es efímero; mantener la estabilidadmacroeconómica para evitar crisis re-currentes que destruyen riqueza; pro-fundizar la apertura y la competenciaa todos los sectores de la economía yrevolucionar el sistema educativo y elsector salud para ponerlos a la altura delas expectativas ciudadanas.

En ocasión del bicentenario de la In-dependencia cabe preguntarse si Méxicollega a la mayoría de edad a sus 200 años.La respuesta reside en la capacidad deconvertirse en un país clasemediero. Lascondiciones en 2010 son mucho mejoresque en 18100 1910graciasalademocra-cia (aunque imperfecta), una economíamás competida (aunque con sectores mo-nopolizados que funcionan como lastre),un bono demográfico que representa unaoportunidad irrepetible para el auténticodesarrollo (aunque desperdiciable) y, sinduda, una población mayoritariamentede clase media (aunque muchos de losanalistas y políticos la desestimen).

Usted, ¿qué piensa? ¿Ha crecido la cla-se media? ¿Qué indicadores utilizaría pa-ra ilustrarlo? Exprese su opinión en www.clasemediamexico. wordpress.com

1991 2007

Fuente: INEGI Se refieren sólo a los establecimientos que reportaron datos

REFERENCIASJennifer Wheary, "The Global Middle

Class is Here: Now What?", en WorldPolicy Journal, vol. 26, núm. 4, invier-no 2009/10, pp. 75-83.

Méndez, M.L., "Middle Class Identitiesin a Neoliberal Age: Tensions Bet-ween Contested Authenticities", en1he Sociological Review, vol. 56, núm.2,2008, pp. 220-237. n

monetaria dedicada a combatir la in-flación. No es casualidad que el comúndenominador de las dos épocas de ma-yor crecimiento de la clase media (loscincuenta y sesenta del siglo pasado yla segunda mitad de los noventa y laactual) sea precisamente la estabilidadfinanciera y económica, aun cuando latasa de crecimiento de la economía nohaya sido espectacular.

En tercer lugar, el éxito se debe a laapertura económica y a la eliminaciónde barreras a la inversión y al comercio.Desde luego, estas medidas no han sidosuficientes para alcanzar tasas elevadasde crecimiento económico, pero no sepuede desestimar su importancia y tras-cendencia para volver asequibles bienesy servicios claves para la clase media.

El cuarto es la significativa expansiónde los servicios de educación y saludy de los programas para la reducción dela pobreza.

De esta forma, pensar en la conso-lidación de una sociedad de clase me-dia implica entender la dinámica de latransformación que ha experimentadola producción de valor agregado y, sobretodo, la forma de producir en el mundoa lo largo de las últimas décadas. Impli-ca potenciar los cuatro factores mencio-

Luis Rubio. Presidente del Centro de Investigaciónpara el Desarrollo A.C. Autor de El acertijo de lalegitimidad: Por una democracia eficaz en un entornode legalidad y desarrollo.

Luis de la Calle. Socio de De la Calle, Madrazo,ManceraSC.

mento de la población, pero sobre todotransformar la estructura de la econo-mía meXicana para que se logren tasasde crecimiento económico elevadasque, a su vez, aceleren el desarrollo yla consolidación de MéXico como unasociedad de clase media. La causalidades bidireccional: para aumentar la clasemedia es indispensable el crecimiento,pero el crecimiento sostenido y altoque demanda el desarrollo requierede una clase media amplia. Esta bidi-reccionalidad explica la posibilidad deequilibrios múltiples: uno, el del pro-greso imposible, bajo, la trampa deldesarrollo yel país del "ni modo", conpoco crecimiento y poca clase media yotro, alto, el del desarrollo, en el cual elcrecimiento yla clase media se retroa-limentan y autoaceleran.

La éstabilidad económica y creci-miento de la clase media se debe, esen-.cialmente, a cuatro factbres ya mencio-nados: ~l primero es1a caída de la tasade fertilidad y la reducción del cocientede dependencia de niños más ancianossobre fuerza laboral.

El segundo se refiere a una estrate-gia macroeconómica explícitamenteorientada hacia la estabilidad; es decir,un déficit fiscal modesto y una política

NUESTRO AGRADECIMIENTO A MANUEL ARAGONáS

y MARfA CRISTINA CAPELO POR SU COLABORACIÓN

EN LA REALIZACIÓN DE ESTE PROYECTO.

60 MAYO 2010 ~

Page 10: Nexos clasemedieros

FEDERICO

REYES HEROLES

calización en la geografía de la sociedad. Una salida se ha dadoen el lenguaje al usar el plural, la clase media tradicional hoy sedivide en media alta, media media y media baja, por ejemplo.El plural es muy cómodo, clases medias, porque abarca rangosde ingreso muy amplios y formas de vida muy diferentes.

Las clases medias pueden oscilar en sus formas de expre-sión: un despachador de gasolina, un chofer de taxi, una en-fermera, un profesionista, un técnico, un asesor financiero,un maestro. Ni la fuente de trabajo ni la actividad por sí mis-mas los definen. La mayoría pertenece al sector servicios. Suhermandad es menos evidente y sin embargo también vivensituaciones similares. Entre los miembros de las clases mediasel factor subjetivo es de gran peso; ¿cómo se miran a sí mis.mos los miembros de las clases medias? Algo queda claro, losingresos no son suficientes para explicar el fenómeno,

Hay países con clases medias tradicionales que se colapsanen una crisis económica de mediano alcance. Hayotrassocie-dades en las que, por el contrario, el nivel de tolerancia de lasclases medias a las tempestades económicas es mucho mayor.¿Por qué? Parte de la explicación radica en los antecedentes yen la forma de vida. Un miembro de la clase media argentinaacostumbrado a una vivienda más que decorosa, a comer carney tomar vino varias veces por semana, entrará en crisis cuandoese consumo se sacude. Aunque su consumo siga siendo muybueno en relación a otras clases medias, él sentirá una dismi-nución que lo amenaza. Sostener sus hábitos de medianía es unesfuerzo que paga más allá de la carne ingerida, tiene que vercon un estatus que se pierde. Las clases medias, desesperadaspor un consumo que se angosta y por la forma de vida que sepuede perder, han sido factores de una gran inestabilidad.

Pero qué ocurre cuando se viene de muy abajo, cuando sees hijo de campesino, o de ejidatarios o comuneros para el casomexicano, y lentamente se va accediendo a un mejor nivel devida. Qué pasa cuando esas nuevas clases medias miran paraatrás y comparan su situación con la de sus p~dres. Pensemos enasuntos básicos de México como el agua potable, el piso firme;el acceso a electricidad, a medios de comunicación masivos, aun automóvil, a diversión, etcétera. Los referentes y horizontesson totalmente diferentes. El proceso de formación de clasesmedias está íntimamente ligado a la urbanización, condiciónque en México ya alcanza casi al 80% de los mexicanos.

Si tomamos los datos más recientes del CONEVALten-dríamos que asumir que casi la mitad de la población vive

G onzalo N. Santos, ese personaje de los peores (él di-ría mejores) tiempos del autoritarismo mexicano yestrella de la picardía más insolente, solía recordar

una expresión usada por él para conseguir votos durante suscampañas: "Contra los ricos... hasta que nos emparejemos".Más allá del humor, hoy los expertos podrían escudriñar enla expresión toda suerte de laberintos psicológicos. De seguronos hablarían de una lectura "aspiracional". Según esta expre-sión de un participante directo de la Revolución mexicana,ese movimiento no cargaba con una consigna ontológica encontra de la riqueza. En su versión lo que irritó a los revo-lucionarios en relación a la riqueza fue que unos tuvieran, ymucho, y otros estuvieran en la miseria. Se trataba entoncesde igualar pero para arriba, no para abajo. Los pobres, segúnesto, querían vivir como los ricos, por eso estaban en contrade ellos, hasta emparejarse.

El personaje murió hace ya muchos años. Sus memorias si-guen siendo un referente del descaro. Pero su expresión provo-ca. ¿Cómo se imaginan los mexicanos que es su sociedad, cómola dividen entre ricos, pobres y clases medias? Según la Encues-ta Nacional de Vivienda de 2008 de Parametría, los mexicanostenemos claros los extremos: la imagen de pocos muy ricos ymuchos muy pobres crea una coincidencia de alrededor del71 % de los mexicanos. Así miramos a nuestra sociedad. En laparte baja de la pirámide está una base muy ancha; arriba enla cúspide sólo unos pocos muy ricos. Pero en el centro reinala confusión. Un 34% de los mexicanos piensa que la pirámidese adelgaza de abajo hacia arriba paulatinamente, como ennuestras pirámides de verdadera piedra. Pero un 37% no lo veasí: se imagina a México como un clavo pero con doble acha-tado, con cabezas en los dos extremos, o sea, muchos pobres ymuchos ricos, y en medio una delgada clase media.

Para buena parte de los mexicanos la clase media existe y espoderosa; para otros es inepstente. El asunto no es una nove-da~:

en los estudios clásicós de las clases medias de C. WrightMilIs, de Ralph Miliband o de Ralf Dahrendorf las clases deingresos medios siempre han sido un enigma. Para comenzares la clase de los sin clase. Mientras un campesino se identificaen su forma de vida y problemática con otro campesino o untrabajador del proletariado, en su estereotipo tradicional, esdecir, lo que ahora nombramos trabajadores típicos de cuelloazul, lo hace con sus compañeros de línea de producción, unmiembro de las clases medias puede estar confundido en su 10-

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una creación artificial de las diferencias.Hay jeans muy baratos y muy caros, peroal final del día son jeans. Hay televisoresde gran lujo pero quien cuenta con unaparato de precio bajo podrá ver básica-mente lo mismo. A principios del sigloXX los relojes de pulso eran un artículode distinción y de elegancia en círculosreducidos. Pero en la segunda mitad delsiglo XX el reloj se popularizó de tal ma-nera que un reloj de 100 dólares podíadar un servicio equivalente a uno de 10mil. La más reciente moda, sobre todoentre los jóvenes, es no usar reloj, paraqué si se carga un celular que cumple lafunción de damos la hora.

Se calcula que en México los teléfo-nos celulares llegarán a 100 millones enmenos de un lustro. Esto en un país quetendrá alrededor de 110 millones de ha-bitantes. Lo mismo ocurre con el auto-móvil, que si bien sigue siendo símbolode estatus, de prestigio, la verdad es quese ha popularizado tanto que terminapor ser un agregado en la vida de unagran mayoría. El parque vehicular enMéxico crece por millones cada año ysi bien es cierto que hay diferencias abis-males entre los precios de los vehículos,también lo es que la gran diferencia, co-mo en el televisor o los relojes, tener o notener vehículo, tiende a desaparecer.

Por supuesto que las zonas serranas,las de población indígena en particular,presentarán todavia rasgos de margina-ción, de exclusión del proceso generalque vive el país. Pero la forma de vida dedecenas de millones de mexicanos estácambiando todos los días. El cambio esreal y de percepción. Ambos coexisten.En el primer nivel, el real, hay varias ex-plicaciones. En las últimas dos décadasla economía mexicana ha crecido enpromedio sólo 1.9%, lo cual es a todasluces insuficiente si queremos enterrarla miseria con rapidez. A la par desde1970 el crecimiento demográfico se hadesplomado del 3.5% a poco más del 1 %en la actualidad. La tasa de fertilidad hacaído por debajo del nivel de reemplazoque es 2.1 hijos por pareja. Las cifras másrecientes nos hablan del 1.67. Por eso, a

en pobreza. Este conjunto incluye a po-breza de patrimonio, de capacidades yalimentaria. Sin duda la más estreme-cedora es esta última, que implica in-capacidad para conseguir, en el día condía, la alimentación necesaria. Pero algono cuadra del todo porque hay estudiosque muestran un autorretrato de losmexicanos muy diferente. Por ejemplo,en un ejercicio autorreferencial del Opi-nómetro de Milenio de 2001 se arrojaronlos siguientes datos: ¿Cómo describiríausted su situación personal, con cuál delas opciones se definiría? Un 1 % descri-be su situación como rico; y sólo un 16%como pobre. El resto, más del 80%, semira a sí mismo como miembro de lasclases medias, alta, media y baja. Quizáde nuevo la explicación radica en losreferentes. ¿Cuándo se ingresa a la clasemedia? ¿Qué define ese nivel? Jorge Cas-tañeda ha abordado el resbaladizo tema("Clase media: 60% de la población", Re-forma, 18 de febrero de 2009).

Aunque el criterio no es suficiente,los miembros de las clases medias seidentifican porque consumen ciertosbienes que hermanan la forma de vida.Esos bienes han ido en incremento enlas sociedades industrializadas o en pro-ceso de industrialización. El concepto demarginación, tan usado en México enla década de los setenta, es otro cami-no para arribar a la misma conclusión.Un miembro de las clases medias ensus diferentes niveles ha escapado a lacondición de marginado. Recordemosque la expresión aludía precisamentea aquellos grupos humanos, la mayo-ría indígenas, pero no exclusivamente,que se encontraban fuera del procesode crecimiento e integración. De ahí lacreación de programas especiales que

fbuscaban romper los múros de la mar-ginación. Las crecientes clases mediasnos hablan de un arrinconamiento delfenómeno de la marginación. Regrese-mos al asunto del consumo como ele-mento unificador.

Por supuesto que en todos lo pro-ductos hay calidades muy diferentes, losproductos de marca son una muestra de

pesar del magro crecimiento económico,pero con una tasa poblacional en francodeclive, hay bienestar creciente.

Según datos de A. C. Nielsen, de 2007,el 88.5% de los hogares cuenta con agua,no digamos potable porque la calidad esdudosa, pero agua entubada al fin, con lasconsecuencias en higiene que esto supo-ne. Una cifra similar cuenta con drenaje.Con electricidad más del 95%. En 2008 elINEGI estimó alrededor de 26 millones730 mil hogares con un promedio de cua-tro integrantes por hogar y con sólo 1.1menores por hogar, lo cual marca una di-ferencia abismal frente al México de haceun par de décadas. Otro cambio central yque está directamente vinculado a la in-tegración de la mujer al aparato produc-tivo es que, en los actuales hogares de losmexicanos, de los cuatro integrantes 2.3son perceptores de ingresos. Parte de lasbondades del bono poblacional están yaen curso a pesar de que no hemos hechodemasiado por aprovecharlo. Si bien escierto que en el periodo 2006 a 2008 losingresos cayeron en casi todos los niveles,también lo es que los aumentos previosfueron significativos.

En lo real, la vida cotidiana, a pesarde todo sigue habiendo cambios en lacalidad de vida. El porcentaje de hogarescon lavadoras automáticas se dobló ensólo seis años al pasar del 18% a141 %.Los hornos de microondas tuvieron uncrecimiento aún mayor al pasar del 15%al 52%, lo mismo ocurre con los televi-sores y otros artículos de consumo dura-dero. De los 26 millones 700 mil hogaressólo un millón 370 mil carecen de algún!ipo de televisor. Sin metáfora, México seestá amueblando todos los días y por lovisto este cambio real trae consecuenciassubjetivas de gran relevancia. No es laprimera sorpresa que nos llevamos. Re-cordemos que de los resultados de la En-cuesta Mundial de Valores en su edición2005 se desprendió que los mexicanos sedeclaraban mucho más felices que mora-dores de países con niveles de vida muy

superiores. ¿Cómo explicarlo?Más allá de lo chusco y folklórico el

asunto mereció atención de los espe-

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ENSAYO

Las mujeres, en lo general, se de-claran más satisfechas. A menor nivelsocio económico, menor escolaridad ymenor edad, mayor insatisfacción. Nopareciera extraño el razonamiento. Lassorpresas aparecen por la localizacióngeográfica. Los más insatisfechos se en-cuentran en El Bajío, zona de una gran

Pero quizá lo más asombroso delestudio es que la mayor satisfacción seregistró en el sureste donde los ingresosson mucho más bajos y la prosperidadno se ha extendido como en El Bajío.Vamos al dato duro central: en 2008 losmexicanos, en promedio, se sentían sa-tisfechos con un salario de nueve mil

924 pesos mensuales, es decir,6.5 veces el salario mínimo. Lacifra resulta interesante porquenuestro ingreso per cápita osci-la los 10 mil dólares anuales, esdecir que teóricamente rondaesos niveles. El problema es ladistribución y la concentra-ción. Los más insatisfechos sonaquellos mexicanos de entre 30y 49 años, viviendo en locali-dades urbanas del centro deMéxico y, quizá sea una señalde salud nacional, con nive-les educativos de universidady más. A mayor informaciónmayor es la exigencia.

Pero ¿y qué país les gustaríatener a los mexicanos? De re-greso al estudio de Parametría.Un 18% desearía una sociedadcon pocos ricos, clases mediasabundantes y una fuerte dota-ción de pobres, pero menos po-bres extremos. En esa visión lospobres no disminuyen dema-siado. Un 31% vislumbra unasociedad con una clase mediamuy amplia y una dotación dericos y pobres, los inevitablesextremos, muy delgados. Y, fi-nalmente, hay un 27% que legustaría una sociedad con mu-chos ricos, un amplísimo gru-po de clases medias altas y unadisminución paulatina hacia la

base. Sin embargo, todos ven riqueza ensus horizontes. O sea que al final del díaGonzalo N. Santos leyó bien a la socie-dad mexicana, "Contra los ricos..:'n

cialistas: no es que los mexicanos seanpor esencia más felices. Tiene que haberexplicaciones racionales. Por qué si elpaís no ha crecido al ritmo que nece-sita y merece, los mexicanos en un altoporcentaje, 56%, se declaran felices omuy felices. Algunas de las salidas teó-ricas que se dieron se centraron en laampliación de las libertades yop-ciones de las últimas dos décadas,libertades y opciones políticas lasmás evidentes, pero también op- -ciones informativas, de diversióny de consumo. Costco cuenta conmás de 30 establecimientos, 26 delos cuales no están en la zona me-tropolitana. Wall*Mart es hoy elprincipal empleador privado delpaís y tiene alrededor de 130 esta-blecimientos, 105 fuera del Vallede México. Una tienda emblemá-tica de las clases medias altas, ElPuerto de Liverpool, ha salido ~del ámbito del Valle de México y r .

se encuentra ya en 40 ciudades 1,de la República. A partir de laapertura comercial el consumoen México ha mejorado sensible-mente, sobre todo para las clasesde ingresos medios que no teníanoportunidad de cruzar la fronteraen busca de bienes.

Pero advertimos que las clases Ide ingresos medios podían ser, !en ciertas ocasiones, un factor dedesestabilización, sobre todo si susingresos y formas de vida se venafectados. ¿Cuáles son las expec-tativas de las clases medias mexi-canas? En tres ocasiones Consul-ta Mitofsky y la Fundación ESTEPaís han medido las expectativassalariales. En noviembre de 2006..el 35% de los meXIcanos se decla-raba satisfecho con su salario; el porcen-taje cayó en 2008 al 31 %, Y es explicable.No deja de ser significativo, sin embargo,que un tercio de la población esté en esacategoría. Pero sin duda lo más relevantees el 70% insatisfecho. ¿Quiénes son, dón-de están, qué piensan? Una vez más lascontradicciones e intrigas afloran.

..,

prosperidad desde hace tiempo. Ahí losniveles de ingreso son muy superioresa los de otras zonas. Cómo explicarlo:parte podría ser la espiral de ascensoque han perfilado algunos autores comoRichard Easterlin. Una vez entrado enel consumo se desea más, por lo menoshasta ciertos niveles.

Federico Reyes Heroles. Escritor y analista político.Es presidente del Consejo Rector de TransparenciaMexicana. Su más reciente líbro es: Alterados.Preguntas para el siglo XXI.

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Pueblo, clientela yLEO ZUCKERMANN

del lado de los "pobres". Para nuestra sorpresa, a la gente demenos recursos económicos le disgustaba autoidentificarse co-mo "pobre" o de "clase baja'. Su razonamiento era interesante:comoconócían a alguien más pobre que ellos, en comparaciónse consideraban de "clase media'.

Desde luego que había mucho de aspiracional en esta per-cepción. A los pobres, aunque objetivamente lo sean, no lesgusta sentirse así y prefieren autoidentificarse como de unaclase social más alta. Es por ello, creo, que el discurso políticoa favor de los pobres tiene un límite, lo cual se vio reflejado enlos resultados de la elección presidencial de 2006. En un paísdonde alrededor de la mitad de la población vive en pobreza oen miseria, uno hubiera esperado un mejor resultado del can-didato que abiertamente defendía a los pobres. Sin embargo,López Obrador sólo obtuvo un 35% de los votos.

Pero, más allá de la efectividad discursiva del "pueblo" co-mo sinónimo de la clase más pobre del país, hay una pregúntadefondo, muy relevante, para todo país democrático: ¿Quésomos las personas que conformamos este cuerpo políticollamado México? ¿Cómo debemos consideramos? ¿Cómopueblo o como ciudadanía?

Yo no tengo dudas: como ciudadanía.

PuEBLOEl concepto de "puebld' es muy socorrido en la retórica

política. ~a:epoco ~lpres~d~nte Feli,pe Cald~rón dijo:nuestrournco patron, el urnco a quIen serVImos es el

pueblo de Méxicd'. El ex candidato presidencial de la izquier-da, Andrés Manuel LópezObrador, siempre insiste que él está"del lado del pueblo, ho de la$ mafias". y en otra declaraciónreciente el senador priist~ ManlioFabio Beltrones afirmó queel incremento a los' precios de las gasolinas era "a costa deempobrecer más al pueblo':

Cada vez que escucho este tipo de discursos me pregunto:¿De quién están habland010$ políticqs? ¿Quién e$ el pueblo?¿Es Carlos Slim, el hombre más rico del mundo, parte delpueblo mexicano? ¿Sólo los pobres son pueblo? Y los que te-n~mos más .dinero, ¿n~ somos pueblo? ¿Dónde comienza ydonde termIna el pueblo?

El Diccionario de la Real AcaderniaEspañola da cinco acep-ciones del vocablo "puebld': 1. Ciudad o villa. 2. Población demenor categoría. 3... Conjunto de personas de un lug~r, regióno país. 4. Gente común y humilde d~una población. 5. País congobierno independiente. Entonces, cuando los políticos hablandel "pueblo': ¿a cuál de todas las definiciones se refieren?

Supongo que, en la mayoría de los caso&, la utilizan en sucuarta acepción, es decir, la gente más pobre del país. En inglésuna de las definiciones de la palabra "people" es similar a la~el idioma español: "gentecomun" o "plebeya': Se trata de unsignificado que viene del sistema aristocrático-feudal dondecualquier persona que no fuera noble, militar o eclesiástica, yqueport~nto no gozaba ni de fuero ni de privilegios, perte-necía a la clase social más baja que era la plebe.

Desde luego que discursivamente suena mejor "pueblo" que"plebe': (No me imagino, por ejemplo, al presidente Calderóndiciendo que su unico patrón es la pleb~.) Por tanto, me pareceque los políticos seguirán usando el concepto de "pueblo", asíde general, pero refiriéndose al segmento de menos recursoseconómicos de la sociedad..!

Salvo, quizá, López Obrador quien seautodefine como un.'político a favor de los "pobres" en contra de los "ricos", lo cualentraña un problema interesante: Hace algunos años participéen un estudio para medir ~a efectivídad de ciertos conceptosen discursos políticos. En grupos de enfoque probamos, porejemplo, qué pensaba la gente con un político que se ponía

CIUDADANíAEn el idioma español "pueblo" no es sinónimo de "ciudadanía':Sí lo es en inglés, donde una de las definiciones del vocablo"people" es "citizenry': es decir, "el conjunto de ciudadanos de unEstado o país". No es gratuito que este idioma sí haya desarrolla-do esta definición. y es que, como brillantemente demuestra elensayo de T.R. Marshall, Citizenship and Social Class, publicadoen 1950, fue en Inglaterra donde históricamente se desarrollócon más claridad el concepto de ciudadanía.

Marshall argumenta que la ciudadanía tiene tres elementosinherentes: los derechos civiles, los derechos políticos y losderechos sociales. Y así, en ese orden, se desarrollaron histó-ricamente en Inglaterra.

Primero vino el elemento civil, es decir, los derechos queemanciparon a los individuos de una sociedad feudal. En elpasado no todos tenían los mismos derechos. Una personagozaba de ciertos derechos y obligaciones por pertenecer aun estamento social. Sin embargo, con el advenimiento de lasvillas feudales, del sistema capitalista y de la burguesía comogrupo social, surgió la idea de que todo individuo -miem-bro de la ciudad o ciudadano- tenía que tener los mismosderechos civiles: la no esclavitud, las libertades de expresión,

¡El DicciQnariQ de la Real Academia Española no incluye otra definición que la ciencia po-

lítica si incluye para "pueblo" y que tiene que ver con una visión romántica. de valores. de

identidad nacional. Algunos políticos también utilizan esta acepción en sus discursos.

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ENSAYO

pensamiento y religión, así como los de-rechos a poseer propiedad, firmar con-tratos legales y reclamar justicia.2

Estos derechos civiles, según Mar-shall, fueron "indispensables para gene-rar una economía de mercado': Desde elsiglo XVII dichos derechos ayudaron ala formación del capitalismo en Inglate-rra. Pero ya en el siglo XIX era claro queestos derechos civiles convivían con unagran inequidad social. "La mayoría de laclase trabajadora no tenía poder políticoefectivo': No podían votar. Surgieron lossindicatos que lucharon por el princi-pio de "un hombre un voto", así como lacontratación colectiva. Este movimien-to histórico logró un segundo grupo dederechos ciudadanos: los políticos, esdecir, que cualquier individuo, inde-pendientemente de su condición social,pudiera votar o ser votado para decidirlas autoridades de la sociedad.

Marshall argumenta que los derechosciviles y políticos tienen un límite cuan-do las clases bajas no gozan de educacióny de seguridad social. ¿De qué le sirvea un pobre sin educación el que hayalibertad de expresión o que pueda vo-tar? De ahí que el siguient~ movimientohistórico en Inglaterra fue en el sentidode redistribuir el ingreso a fin de estable-cer derechos al biene~tar económico y laseguridad social. Vinieron, entonces, losderechos sociales, con sistemas públicosde educación y salud, que fueron posi-bles gracias al desarrollo de un Estadocon capacidad de cobrar impuestos.

De esta forma, según Marshall, pro-gresó el concepto de ciudadanía pormedio de una secuencia histórica queimporta mucho. La historia determinóel concepto, no lo contrario. Al finalse desarrollaron tres tipos de derechos

tvinculados con el término ciudadanía:

civiles, políticos y sociales. No es gra-tuito, entonces, que hasta el. Diccionariode la Real Academia Española defina aun ciudadano como el "habitante de lasciudades antiguas o de Estados moder-nos como sujeto de derechos políticosy que interviene, ejercitáridolos, en elgobierno del país':

Hablar de ciudadanía es hablar de de-rechos y obligaciones en una democracialiberal

moderna. Eso es lo que somos -odeberíamos de ser- cada uno de los in-dividuos en el cuerpo político nacional.Sin embargo, por desgracia, México tiene

un rezago en la formación de una ciu-dadanía con derechos civiles, políticosy sociales. Yeso está relacionado con elparticular desarrollo histórico donde, portantos años, se privilegió más el conceptode "clientela" que el de "ciudadanía".

2 El concepto de "ciudadanía" es hijo de la Dustración y aspira a ser universal para todos los individuos por los derechos

que entraña. En cambio. "pueblo" es un concepto más antiguO, citado incluso en la Biblia. y que tiene connotaciones detodo tipo de valores étnicos. religiosos. culinarios o culturales de ciertos grupos sociales. De ahí que este término seausado más por políticos nacionalistas que se basan en el ideal romántico de la nación para legitimarse.

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democracia mexicana comenzó con undéficit de ciudadanía porque histórica-mente nunca se desarrolló este conceptoentre la sociedad~ la de individuos conlos mismos derechos y obligaciones queconviven en un cuerpo politico común.

Uno hubiera esperado, por supues-to, que con la democratización del paíshubiera comenzado un vigoroso forta-lecimiento ciudadano. Y aunque algo hasucedido, el. proceso ha sido muy lento.

Parte de la culpa, me parece, la han te-nido los gobiernos panistas. Para empe-zar, Vicente Fox, por su origen gerencialy empresarial, pretendió que su gobiernofuncionara como una empresa. La ad-ministración foxista trataría a la gentecomo clientes que necesitaban bienesy servicios públicos, como si el Estadofuera Vitro, Alfa, Bimbo o un changarrode la esquina. Esta visión la importaronde Estados Unidos. El gobierno de BillClinton había hecho un esfuerzo en es-te sentido, el cual llamó "reinventar algobierno', igual que el título del famosolibro que comenzó esta tendencia. Sinembargo, una cosa es tratar de gestionara los ciudadanos como clientes, como sepretendió en Estados Unidos, y otra muydiferente es pasar del clientelismo priistaa una idea anodina de convertir a los in-

CLIENTELAEn losgobiemos autoritarios priistas, losderechos siempre se negociaron. No erangenerales sino administrados por partedel Estado a través de distintos grupossociales. Las corporaciones eran lasclientelas del Estado. Un individuo go-zaba de ciertos derechos por pertenecero no a estas agrupaciones. A los campesi-nos el Estado les daba tierras y subsidioseconómicos a cambio de que no protes-taran y votaran por el partido oficial. Alos sindicatos les otorgaba prerrogativaslaborales y completa impunidad en elmanejo de asuntos internos a cambio delo mismo. A los empresarios les cobrabapocos impuestos a cambio de que éstosno se involucraran en la política.

En el régimen priista el individuo noera ciudadano con derechos civiles, polí-ticos y sociales, era cliente en un sistemadonde los derechos se negociaban.

El sistema funcionó, y bien, durantemuchos lustroso Hasta que vino la crisisfiscal del Estado. No había manera de se-guir financiando a tantos grupos con unarecaudación tan baja. El costo del cliente-lismo mexicano se volvió insostenible:.

Vino, entonces, la democratizacióndel régimen político. No voy a repetirlo que ocurrió. Lo importante es que la

dividuos en meros clientes consumido-res de bienes y servicios públicos.

Ni funcionó este pensamiento simplis-ta ni se desmanteló el clientelismo priista.De hecho, durante el gobierno de FelipeCalderón ha sido más que evidente elacomodo de los panistas con los viejosgrupos corporativos del antiguo régimen.Nada retrata mejor esto que la alianza po-lítica de Calderón con el Sindicato Nacio-nal de Trabajadores de la Educación y sulideresa Elba Esther Gordillo.

En México se presume mucho de ha-ber alcanzado el derecho político de votar.Pero una verdadera ciudadanía, como seexplicó en la sección anterior, no sólo setrata de darles a los individuos una cre-dencial para votar y respetarles su voto.Lo que se necesita es que, desde abajo, lagente se comporte como ciudadanos y seinvolucre en la solución de los problemasde su colectividad. Y, desde arriba, que serespeten los derechos civiles, políticos ysociales de la ciudadanía.

Sin ciudadanos no hay democra-cia posible. Por eso, más que puebloo clientela, lo que México necesita esciudadanía. n

Leo Zuckermann. Politólogo. Profesor afiliado del CIDE.Conductor de Es la hora de opinar en FOROtv.

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