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El cuento de la N Érase una vez un enano que se llamaba Nataniel, él vivía a orillas de un río al lado de una noria. A Nataniel le encantaba tocar el piano en las noches cuando aparecía la luna. Un día el enano Nataniel estaba caminado por el bosque de pinos cuando de repente a lo lejos aparecen unos niños. Al darse cuenta de que el enano Nataniel se encontraba mirándolos, se asustaron y les arrojaron unos juguetes. ¡Oh! Qué dolor, me han pegado en mi mano y se me ha hinchado- dijo triste el enano ya que no podría tocar por unos días su piano. A la mañana siguiente Manuela una niña de vestido naranjo jugaba en el bosque, cuando se encontró con el enano que lloraba de tristeza, ¿Qué te pasó? Le preguntó Manuela al enano, unos niños me arrojaron sus juguetes y cayeron en mi mano, siento un gran dolor, pero más me duele no tocar hermosas melodías en mi piano, dijo el enano. ¡Qué pena!, Pero yo te ayudaré, mañana al amanecer te traeré medicinas y podrás recuperarte. A la mañana siguiente Manuela apareció y le dio medicinas al enano y para el anochecer Nataniel el enano estaba muy bien, estaba tan contento que decidió realizar un concierto. Invitó a Ana la pata, sip sup el sapo, Lupe la serpiente, y por supuesto a su amiga nueva Manuela. Todos escucharon felices las hermosas melodías que Nataniel tocaba, ahora con su mano totalmente sana. ¡Y colorín colorado este cuento se ha acabado!

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El cuento de la N

Érase una vez un enano que se llamaba Nataniel, él vivía a orillas de un río al lado de

una noria. A Nataniel le encantaba tocar el piano en las noches cuando aparecía la luna.

Un día el enano Nataniel estaba caminado por el bosque de pinos cuando de repente a lo

lejos aparecen unos niños. Al darse cuenta de que el enano Nataniel se encontraba

mirándolos, se asustaron y les arrojaron unos juguetes.

¡Oh! Qué dolor, me han pegado en mi mano y se me ha hinchado- dijo triste el enano ya

que no podría tocar por unos días su piano.

A la mañana siguiente Manuela una niña de vestido naranjo jugaba en el bosque, cuando

se encontró con el enano que lloraba de tristeza, ¿Qué te pasó? Le preguntó Manuela al

enano, unos niños me arrojaron sus juguetes y cayeron en mi mano, siento un gran dolor,

pero más me duele no tocar hermosas melodías en mi piano, dijo el enano. ¡Qué pena!,

Pero yo te ayudaré, mañana al amanecer te traeré medicinas y podrás recuperarte.

A la mañana siguiente Manuela apareció y le dio medicinas al enano y para el anochecer

Nataniel el enano estaba muy bien, estaba tan contento que decidió realizar un concierto.

Invitó a Ana la pata, sip sup el sapo, Lupe la serpiente, y por supuesto a su amiga nueva

Manuela.

Todos escucharon felices las hermosas melodías que Nataniel tocaba, ahora con su

mano totalmente sana.

¡Y colorín colorado este cuento se ha acabado!