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Nº 3 - MARZO DE 2012 Una limosna para el templo de Realejo Alto Hijos y vecinos del Realejo Alto: A ciencia y paciencia de todos, se está derrum- bando este histórico templo, emblema de la terminación de la conquista de esta isla y gloria de Realejo alto, gloria de Tenerife y hasta gloria de España. Esta iglesia parroquial con su alto campanario que se yergue alegre por el es- pacio como una flecha lan- zada al cielo, tras de la cual han de elevarse mil corazo- nes, está a punto de desplo- marse y caerse. Cual gigante decrépito, roído por la carcoma de los tiempos y anonadado por los esfuerzos hercúleos hechos durante el curso de cerca de cinco siglos, flaquea ya, ne- cesita muletas que lo sosten- gan; y, no obstante esto, a lo mejor sus piernas lapídeas cederán, se derrumbará el gigante, y entre sus escom- bros y ruinas quedará sepul- tado todo un mundo de re- cuerdos y de glorias. En esta iglesia recibi- mos las regeneradoras aguas del bautismo; en ella dirigi- mos por vez primera nues- tros rezos al buen Dios, arro- dillados junto a nuestra san- ta madre que desde el cielo vela por nosotros; en ella re- cibimos a Jesús Sacramen- tado, el Dios de los amores, el Dios de todos y sobre todo el Dios de los pobres; en ella nuestros padres reci- bieron por esposa a la dulce compañera de su vida, que después fue nuestra cariño- sa madre que nos meció dul- cemente y nos adormeció al arrullo de tiernas folías; des- de ella se llevó el Santo Viá- tico a generaciones enteras para confortarlas en el viaje a la eternidad; su pavimen- to y las losas frías todavía están humedecidas por las lágrimas que vertieron nues- tros abuelos en el entierro de seres queridos; ella es la más antigua de las casas del pueblo, es la casa solariega de todos los parroquianos, los cuales la veneramos, la sentimos y la amamos, pues con voces calladas, ecos de las voces de los abuelos, suenan armonías que solo percibe el corazón tal vez sin darse cuenta; en ella está la bella y milagrosa imagen de la Virgen de los Reme- dios, a la cual millares de veces todos hemos recurri- do y la hemos ofrecido nues- tros dones. En fin, podemos decir de esta iglesia parro- quial que más o menos to- dos hemos hollado esta puerta, hemos postrado nuestras rodillas en estas lo- sas, hemos mirado estas imá- genes y retablos, comulga- do de estos copones, ado- rado esta cruz, hemos leído a la luz de estas ventanas, respirado el aire de estas naves, herido estas bóvedas con nuestras oraciones y Las limosnas se recogían en el Obispado y en los Padres del Pilar en La Laguna y en los domicilios de destacadas personalidades de Realejo Alto. (Pasa a la página siguente)

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Nº 3 - MARZO DE 2012

Una limosna para el templo de Realejo AltoHijos y vecinos del

Realejo Alto:A ciencia y paciencia

de todos, se está derrum-bando este histórico templo,emblema de la terminaciónde la conquista de esta isla ygloria de Realejo alto, gloriade Tenerife y hasta gloria deEspaña.

Esta iglesia parroquialcon su alto campanario quese yergue alegre por el es-pacio como una flecha lan-zada al cielo, tras de la cualhan de elevarse mil corazo-nes, está a punto de desplo-marse y caerse.

Cual gigante decrépito,roído por la carcoma de lostiempos y anonadado por losesfuerzos hercúleos hechosdurante el curso de cerca decinco siglos, flaquea ya, ne-cesita muletas que lo sosten-gan; y, no obstante esto, a lomejor sus piernas lapídeascederán, se derrumbará elgigante, y entre sus escom-bros y ruinas quedará sepul-tado todo un mundo de re-cuerdos y de glorias.

En esta iglesia recibi-mos las regeneradoras aguasdel bautismo; en ella dirigi-mos por vez primera nues-

tros rezos al buen Dios, arro-dillados junto a nuestra san-ta madre que desde el cielovela por nosotros; en ella re-cibimos a Jesús Sacramen-tado, el Dios de los amores,el Dios de todos y sobretodo el Dios de los pobres;en ella nuestros padres reci-bieron por esposa a la dulcecompañera de su vida, quedespués fue nuestra cariño-sa madre que nos meció dul-cemente y nos adormeció alarrullo de tiernas folías; des-de ella se llevó el Santo Viá-tico a generaciones enteraspara confortarlas en el viaje

a la eternidad; su pavimen-to y las losas frías todavíaestán humedecidas por laslágrimas que vertieron nues-tros abuelos en el entierrode seres queridos; ella es lamás antigua de las casas delpueblo, es la casa solariegade todos los parroquianos,los cuales la veneramos, lasentimos y la amamos, puescon voces calladas, ecos delas voces de los abuelos,suenan armonías que solopercibe el corazón tal vezsin darse cuenta; en ella estála bella y milagrosa imagende la Virgen de los Reme-

dios, a la cual millares deveces todos hemos recurri-do y la hemos ofrecido nues-tros dones. En fin, podemosdecir de esta iglesia parro-quial que más o menos to-dos hemos hollado estapuerta, hemos postradonuestras rodillas en estas lo-sas, hemos mirado estas imá-genes y retablos, comulga-do de estos copones, ado-rado esta cruz, hemos leídoa la luz de estas ventanas,respirado el aire de estasnaves, herido estas bóvedascon nuestras oraciones y

Las limosnas se recogían en el Obispado y en los Padres del Pilar en La Laguna y en los domicilios de destacadas personalidades de Realejo Alto.

(Pasa a la página siguente)

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La Gaceta de Tenerife11 de Noviembre de 1921

cánticos, y hemos descu-bierto nuestra frente al oír lasvoces argentinas de las cam-panas de su torre invitándo-nos a rogar por nuestros di-funtos.

¡Ah ¡Cuantos recuer-dos y emociones nos haprodigado y prodiga estabendita iglesia! Ciertamen-te esta iglesia parroquial esmucho más venerable quetoda las casas del pueblo.

Y ¿hemos de permitirque se derrumbe? ¿Ha dequedar sepultado entre susruinas todo este mundo derecuerdos y emociones?¿Hemos de pasar por lavergüenza de que los actua-les hijos del Realejo alto nosaben, no quieren o no pue-den evitar la ruina de estemonumento que nos legaronnuestros mayores? ¿Hemosde sufrir el bochorno dequedar sin iglesia y de serel escarnio de los otros pue-blos de la isla?

¿Debemos esperarque se arruine por comple-

to y sea mucho más costo-sa y difícil la reedificaciónde ella? ¿Queremos que lostemporales la destrocen ysepulte entre sus escombrosalgún ser querido de nues-tras familias? ¡Ah! no; milveces no.

Ahora mismo, y cuan-to más pronto mejor, es ne-cesario, urgente, de impres-cindible necesidad repararlay evitar la ruina de este mo-numento, de esta gloria his-tórica.

Por todo lo expuestonos hemos tomado la impro-ba labor de emprender lasobras de reedificación de lamisma y de evitar la ruina denuestra querida y gloriosaIglesia.

Pero todos compren-deréis perfectamente que elImporte de dichas obras essubido, y que necesitamos elconcurso y el esfuerzo de to-dos. A este fin, beneméritoshijos del Realejo alto, os di-rigimos esta invitación supli-cando que os dignéis contri-buir a la reparación de esta

iglesia con los donativos quetengáis a bien ofrendar, y es-perando que todos haréis unesfuerzo, que contribuiréis ala medida de vuestras posi-bilidades, y que dará muchoel que pueda mucho y quedará menos el que no puedatanto Tenemos la seguridadde que así será y de que ab-solutamente todos, cuandomenos, tendréis la cultura su-ficiente para apreciar queesta iglesia es un monumen-to histórico de gran valor yuna gloria del Realejo altoque debe conservarse a todotrance.

También nos dirigimosa los señores comerciantes,propietarios e industrialesque tienen comercios, fincase industrias en el Realejoalto, a los amantes de lasglorias patrias, a los enamo-rados de las glorias artísticas«históricas, y a los nobleshijos de Tenerife y de las is-las Canarias todas. A todossuplicamos y pedimos unalimosna, un donativo parareparar esta histórica iglesia.

Porque ella es el sím-bolo de la victoria de les ar-mas españolas y de la termi-nación de la conquista deesta isla; en este mismo tem-plo quedó incrustada estaisla, como por lo preciosa, ala corona de España; es laprimera o segunda parroquiade Tenerife fundada por elmismísimo conquistadorFernández de Lugo en1496; en ella se cantó el so-lemne Te Deum y se dijo laprimera Misa en acción degracias por la feliz termina-ción de la conquista; aquímismo fueron bautizados enun lebrillo barnizado de ver-de, Bencomo y demás Men-ceyes guanches; en su cam-panario todavía está la cam-pana regalada a este pueblopor los Reyes Católicos; en-tre sus joyas se ve una quetiene incrustado en la cruz desu manga un pedazo de ma-dera, de la cruz que sirviópara decir la primera Misa -en el campamento que aquímismo estableció Lugo; latechumbre de la capilla ma-

yor es una joya artística degran valer, y la pila bautis-mal de jaspe concoideo, esdigna de gran admiración ¿Aqué seguir? Todos segura-mente tendréis interés en quese conserve un monumentode tanto valor, de tantos re-cuerdos, y una gloria que sibien es peculiar del Realejoalto, no deja de serio tam-bién de la hidalga y nobilísi-ma familia canaria.

Realejo alto, Octubrede 1921.— Sebastián DíazGonzález, Delmiro R. de laSierra, Pablo García, acal-de; licenciado Juan Cerviá,párroco; Salvador GonzálezDíaz, Agustín Barroso, JoséReyes Estrada, juez munici-pal.

Se recogen las limosnasen La Laguna, en la secreta-ría del Obispado; en SantaCruz de Tenerife, en casa delos Padres del Pilar; y en elRealejo alto los siete que fir-man en esta invitación.

Coro de la Iglesia de Santiago antes de su transformación.

(viene de la página anterior)

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2013, el año de Viera2013, el año de Viera2013, el año de Viera2013, el año de Viera2013, el año de Viera

¡Qué placer se puede igualaral de extender la vista por la cam-piña que uno ha vestido de árbo-les, y decir: Dios crió las especies;yo las he multiplicado!

¡La posteridad bendecirá miscuidados, cuando eche de ver queyo he tenido la generosidad de tra-bajar para ella; la patria me tribu-tará elogios porque he aumentadosus verdaderos bienes ! Gratas re-flexiones que deberían animar atodos los canarios, amenazados dela temible, situación de carecer deárboles de montaña.

Al fin se ha pagado la deuda

contraída con el genial polígrafocanario D. José de Viera y Clavi-jo. Nuestras islas — porque el granhistoriador consagró su privilegia-do cerebro y todas las palpitacio-nes generosas de su corazón anuestro archipiélago— eran deu-doras al homenaje que su pueblonatal, Realejo Alto, le ha dedica-do como recuerdo a su imperece-dera y gloriosa memoria.

En la plaza pública de estepueblo, rodeado de varios ejem-plares de la flora indígena, que contanto cariño describió en su her-mosa obra «Diccionario de Histo-

ria Natural de Canarias», que obli-gan a considerarlo como el primerforestal de nuestra provincia porel entusiasmo que demostró a fa-vor del arbolado; sobre un simbó-lico pedestal, que representa unapeña, construido con piedras delpaís, en forma rústica, pero reve-ladora de la inspiración artística delautor. Este, nuestro querido ami-go el notable y laureado escultorJesús María Perdigón, dio vida albusto de aquel gran hombre quetan alto supo colocar las letras pa-trias, y que vivió sola y exclusiva-mente para honrar a nuestra que-

rida tierra, enalteciéndola con supluma de oro y con su elocuentepalabra, pues tanto en las páginasde sus libros como, en la cátedrasagrada, el nombre de la patria loengrandecía con su saber y con elgran cariño y amor que sentía porella.

Con motivo de la inaugura-ción de dicho busto, Manuel Ver-dugo, el gran poeta, leyó el inspi-radísimo soneto que a continuacióntenemos el gusto de publicar.

Viera y ClavijoA Jesús Mª Perdigón

Este clérigo inquieto y cortesanoque traduce a Voltaire y a Cristo reza,

tiene en su enjuto rostro la firmezay la astucia de un viejo castellano.

No aspira a ser obispo, sí arcediano;cimenta en el estudio su grandezabuscando la verdad y la belleza...

Es poeta, filósofo y cristiano.Espíritu insaciable y luminoso,

sondea en el pasado, y victoriosonos lega de Canarias la alta Historia;

en ella, cada página admirablees un recio sillar, firme, inmutable,para el gran monumento de su gloria.

Periódico «El Campo»(La Orotava 1928)

Manuel Verdugo

Homenaje aJosé de Viera y

Clavijo

Escultura de Viera y Clavijo inaugurada en 1927

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2013, el año de Viera2013, el año de Viera2013, el año de Viera2013, el año de Viera2013, el año de Viera

Hoy, 21 de febrero de1913, se conmemora el primercentenario de la muerte delglorioso historiador canario D.José de Viera y Clavijo, naci-do en el Realejo alto, de Te-nerife, en 1731, y muerto enLas Palmas, contando, pues,ochenta y dos años de edad.Este primer centenario coin-cide con la publicación de unhermoso libro, original del ilus-tre escritor D. José RodríguezMoure, titulado Juicio críticodel historiador de CanariasD. José de Viera y Clavijo,editado expresamente paraconmemorar esta fecha.

Rindiendo un homenajede respeto y admiración a lamemoria del ilustre Viera y desincero cariño al autor del be-llo libro, reproducimos de él elsiguiente hermoso capitulo:«Cien años destilados minutoa minuto sobre la tumba de unhombre, es tiempo más quesuficiente para purificar supersonalidad de las escorias dela envidia ruin y de la adula-ción apasionada que el rocede la sociedad forma junto ala criatura mientras vive; así,pues, cuando el tiempo diluyeen su corriente estas bajezasy descorre el velo del pasadoque lo cubre, pónelo a nuestravista tal cual fue: con sus vir-tudes y vicios, pigmeo o gigan-te, grande hombre o míseromortal de la vulgar docena.

Pero todo lo grande ymagno, como lo ínfimo y pe-queño es relativo; y por esto,las figuras que lucen de per-sonajes en las localidades,apenas si llegan a notabilida-des dentro de la región, y lasmismas que ofician de cele-bridades dentro de las nacio-nes ya se pueden felicitar sicon el carácter de personascultas logran pasar a los vas-tos campos de la fama mun-dial, donde sólo los genios lo-gran la vitalidad de ultratum-ba que marca el humano con-tador, pues el Divino, hasta delátomo acusa y anota la som-bra que proyecta.

Al tratar de estudiaraquí la figura del Salustio ca-nario que ha cien años pasó elLeteo, no hay que olvidar lasanteriores consideraciones,porque de no tenerlas encuenta podemos incurrir enexageraciones que no avalo-rarían su mérito ni acreditaríannuestro juicio, por ser ya lle-

gado el tiempo, que dijo Cajal,de que los españoles nos de-mos cabal cuenta de que notodo lo que poseemos es gran-de y extraordinario, y que loque tenemos verdaderamen-te bueno y notable, no lo esen el grado que nos lo pintala fantasía en que fatuamen-te nos han educado.

El sacerdote canariodon José de Viera y Clavijo,en su larga vida, cual abejalaboriosa e investigadora, qui-so libar y libó en el cáliz demuchas de las flores del jar-dín de la humana especula-ción intelectual, y así le ve-mos poeta, orador, pedagogo,legislador, minucioso botáni-co y mineralogista, atento fí-sico, analítico químico, y qui-zás lo que no sepan todos,cáustico periodista de la sáti-ra culta y artista teórico, por-que si no supo manejar lasherramientas, dio pruebas deno ignorar las reglas del arteclásico y del buen gusto. Peropor sobre de todos estos co-nocimientos y aptitudes, sufigura yérguese en el pedes-tal de la fama acompañada de

la Musa de la Historia que loha hecho célebre, no sólo enel recinto de nuestro Archi-piélago sino también en elmundo sabio, no porque fue-ra nuestro mejor historiadorni porque terminara el traba-jo que emprendió, sino por laoportunidad del tiempo en quelo fue y por el indiscutiblemérito de su producción, quehizo decir al difunto Menén-dez y Pelayo, que era el másclásico y excelente de los his-toriadores de Canarías, a pe-sar de la ironía volteriana conque trata asuntos respetables,defecto que con este sabio lehan reconocido otros, aunquede mucho menor fuste.

Fácil es entender, quepor grande que fuera la po-tencia intelectual del mejor denuestros historiadores, no po-día lucir al unísono en toda lavariedad de conocimientos aque la dedicó; pero si no esdifícil de alcanzar está consi-deración, tampoco lo será lade que un sujeto de las con-diciones de D.José de Vierase había de imponer a la opi-nión de un país como era el

canario en el siglo XVIII, im-posición que ejerció quizás sindesearla ni quererla, pero queal fin la practicó con másfuerza por lo mismo que na-die se la disputaba y que erasuave en la ejecución, por te-ner el talento suficiente paravencer las resistencias sinobstensibles batallas.

Pero si D. José de Vie-ra y Clavijo tuvo el suficienteprestigio para influir en suépoca dentro de la RegiónCanaria, venciendo y avasa-llando al partido de ideas con-trarias por la fuerza de la co-rriente de la opinión que sedecía culta, y que por su in-discutible saber y erudición lohabla colocado en el trono deloráculo, llegando al punto deser de buen tono en Canariasel predicar, escribir, pensar ytener aficiones a lo Viera,también es cierto que él fueinfluido por la época en quele tocó vivir y por las obrasde los autores con que nutriósu inteligencia, de los que,como muchos otros hombresde su tiempo, no supo o noquiso seleccionar la miel de

la cicuta que contenían, incli-nándonos a creer que fue loprimero, pues a pesar de sutalento, otros de igual o ma-yor inteligencia que la suyatambién fueron arrollados porla corriente y engañados porla blancura del vellón de cor-dero con que el lobo venia dis-frazado.

Para esbozar, pues, deuna manera completa la figu-ra de nuestro historiador, hayque examinarla en todas ycada una de sus fases, con-juntamente con los tiempos ysociedades en que se moviódentro y fuera de la RegiónCanaria; hay que ver al hom-bre exterior estudiándolo ensu progenie, en sus aficiones,en sus pasiones, en cada unode los frutos de su inteligen-cia y en la regularidad de suvivir; hay que tratar tambiénde sorprender, en cuanto hu-manamente se pueda, al hom-bre interior, buscándolo en lasefusiones de la intimidad don-de el alma se espontanea enel pensar sin recelos.

Rodríguez Moure y su juicio crítico en elprimer centenario de la muerte de Viera

«El progreso»(21 de febrero de 1913. Extracto)

Catedral de Santa Ana de Las Palmas de Gran Canaria, donde reposan los restos de Viera y Clavijo (FEDAC).

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Tesoros de nuestro patrimonio artísticoTesoros de nuestro patrimonio artísticoTesoros de nuestro patrimonio artísticoTesoros de nuestro patrimonio artísticoTesoros de nuestro patrimonio artístico

Óleo de la Inmaculada Concepción. Ermita de TigaigaMaría como Tota Pulchra protagoniza este

interesante lienzo; va ataviada con túnica blancaceñida por un cinto cerrado por un lazo sobre elvientre, mangas rojas con puños de puntilla y, so-brepuesto, manto azul claro de forro rosa ribe-teado por un galón de encaje dorado. Ciñe coro-na con piedras engastadas y lleva el pelo recogi-do sobre el cuello, que luego suelto le cae sobrela espalda.

La composición de la figura mariana parecederivar de estampas flamencas como la que rea-lizaron los hermanos Wierix sobre composiciónde Martin de Vos, cauce por el que se popularizóeste prototipo (Navarrete Prieto: 1998, 54). Enefecto, la actitud orante de la Virgen, con las ma-nos puestas sobre el pecho y la cabeza ladeadahacia la izquierda con la mirada sumisa, remite aeste modelo nórdico tan versionado por los pin-tores hispanos. De este manera, el anónimo autorde este lienzo debió inspirarse en otros cuadrosdel mismo tema —locales o de importación— másque en la estampa directamente. En este caso, desuperior dinamismo, María se eleva sobre una pea-na formada por cabezas de angelitos, con un cre-ciente lunar de factura cristalina a sus pies, en unespacio abierto de bajísimo horizonte definido porun paisaje costero en el que se advierte un navío,emblema de la Iglesia. La lectura iconográfica secompleta con símbolos tomados de los Salmos,del Eclesiástico y del Cantar de los Cantares.

En la zona inferior de la composición, a laizquierda, la torre de David y el rosal; y a la dere-cha, una fuente (fuente de los huertos, pozo deaguas vivas), el jardín cerrado, la palma de Ka-desh y el cedro del Líbano, todo delante de uncaserío, quizá la ciudad de Dios hacia donde na-vega el barco. Precisamente es en esta parte dellienzo donde la destreza del pintor ha desafiadocon más fortuna el paso del tiempo. La Virgenqueda arropada por un rompimiento de cielo enun tono ocre dorado, y entre las nubes se advier-ten atributos tomados de la letanía: la escalera, elespejo, la torre o la estrella de la mañana. Doceestrellas sirven de aureola al rostro entre deste-llos que aclaran su contorno.

A nuestro juicio, es posible que estemos anteuna realización insular de la segunda mitad delSeiscientos, pero no podemos vincularla ni a laproducción de Gaspar de Quevedo (1616-ca.1670) ni a la de Cristóbal Hernández de Quin-tana (1651-1725) o sus seguidores, como se haplanteado (López Plasencia: 2003: 189-197).Ahora bien, el anónimo autor parece acusar enesta obra ciertas deudas hispalenses que invitan asituarlo en el entorno de Quevedo quien, comose sabe, vivió durante algunos años en Sevilla,donde aprendería el oficio. En este sentido, algu-nos lienzos del clérigo pintor plantean una mismaraíz compositiva pero a la vez evidencian su dis-tancia respecto a la Virgen de Tigaiga; nos referi-mos a la Inmaculada con San Ignacio de Loyo-

la y San Francisco Javier de la Iglesia de la Con-cepción, en La Orotava, y la Inmaculada del Con-vento de Clarisas de La Laguna. La influencia deeste modelo nórdico-sevillano —en distinta me-dida y por diferentes vías— pervivió en la plásti-ca canaria hasta el siglo XVIII en obras que sídelatan el influjo de Quintana como la de Tinda-ya, en Fuerteventura.

Mención aparte merece el marco dorado ypolicromado, que debe ser posterior al lienzo pues

ha de datarse ya en el siglo XVIII, rematado poruna suerte de guirnalda de hojas y flores en ma-dera recortada, en cuyo centro se abre una car-tela con la conocida invocación «Ave María sinpecado concebida» El formato del cuadro avalasu procedencia doméstica, pues según informa-ciones orales llegó a la emita de Tigaiga comodonación de la familia González de Chavez.

Inmaculada Concepción. Ermita de Tigaiga

Carlos Rodríguez MoralesCatálogo «Inmaculata» 2004

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Jose María Mesa Martín( Programa Fiestas del Carmen 2007)

Una de las piezas cla-ves del joyero de la Imagende la Virgen del Carmen,sonlos dos pares de excelenteszarcillos que atesora la Vir-gen. Éstos, son muy simila-res entre si y están dentro dela tipología denominada «gi-randole», que si bien es unmodelo surgido en la Fran-cia del siglo XVII y creadopor Legaré, se ponen demoda en España en la se-gunda mitad del siglo XVIII,alcanzando unas dimensio-nes exageradas a partir de1760, tamaño que iría enaumento a finales de esesiglo, y hasta tal punto quese han considerado comouna manifestación genuina deEspaña.

Estos girandoles estáncompuestos por un botón,un lazo o mariposa, y tresalmendras colgantes de libresuspensión. La diferenciaentre ellos, es que las doceesmeraldas engastadas a ca-bujón y talladas en tabla (esdecir con la cara superiorplana) que figuran en uno delos pares, en el otro éstas sonsustituidas por diez perlasguarnecidas por pequeñosaljófares (perlas pequeñas eirregulares de escaso valor).Pero aparte de ésto, tambiénlos pendientes de las perlaspresentan un lazo más cala-do y por tanto más etéreoque el de las piedras verdes,que muestra una mariposamás maciza y compacta. Es-tando el botón – núcleo delque arranca el zarcillo, y queestá inspirado en piezas deorfebrería en las que el águi-la bicéfala fue un motivomuy socorrido, especial-mente en los tiempos de laregencia de los Austrias-,como las almendras, enmar-cados por una crestería for-mada por cintas ondulantesque se cruzan entre si. Denuevo la carencia de inven-tarios nos impide sabercuando pasaron los pen-dientes de las esmeraldas aposesión de la Imagen. Perono así, ocurre lo mismo conlos de las perlas, pues en unarelación de joyas entregadasa la Virgen entre 1903 y

1919, se registra la siguien-te anotación:

«unos hermosospendientes con tres cuel-gas de las que penden delo mismo que de la otraoja del centro que cons-tituye la cuarta, diez per-las de cada uno».

La descripción es su-ficiente para saber a la pie-za a la que se está refirien-

do, aunque no se mencio-nen los pequeños aljófaresque en cantidad de diecio-cho guarnecen a las perlasdel botón y de las tres al-mendras, y en la cantidad dedoce, circundan a las seisperlas del lazo. Y por otraparte, la fecha de donaciónde los pendientes, nosmuestra que sus sucesivaspropietarias, estuvieron enposesión de los mismos por

espacio de más de cienaños, llevándonos a pensarque su exagerado tamaño,los cambios en los gustos yla evolución de los tiempos,los confinarían a piezas dejoyero sin uso cotidiano, porlo que gracias a su donaciónpiadosa, éstos no fuerondesmontados para aprove-char sus piedras o las per-las, ni tampoco fueron fun-didos para reciclar el oro,

procesos muy comunes quees lo que ha hecho que es-tas antiguas y ricas joyascargadas de significación, nohayan llegado hasta noso-tros, y sean los joyeros delas vírgenes, los pocos sitiosdonde se hayan conserva-do estos escasos y rarosejemplares para poder serestudiados.

Los zarcillos de la VirgenImagen de Nuestra Señora del Carmen

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El caciquismo ha senta-do sus reales en les Reale-jos. Desterrado de Puerto dela Cruz y Orotava, trata derefugiarse en aquellos dospueblos, y para conseguirlotrata de suspender las obrasen las galerías para alumbraraguas, a ver si consigue quelos propietarios se le some-tan. Esto motivó la manifes-tación verificada hace pocosdías, y originará que los obre-ros, para defenderse, formensu frente único.

Además del telegramaque publicamos hace pocosdías al señor Gobernador ci-vil, ha remitido el Alcalde deeste pueblo la siguiente car-ta: « Excmo. Sr.: Ampliandolo que tuve el honor de tele-grafiar a V. E. en el día deayer, me cabe la satisfacciónde manifestarle que un grannúmero de obreros que tra-bajan en galerías para alum-bramiento de aguas subte-rráneas, se dirigieron enmanifestación a esta Alcal-día protestando con motivode la suspensión judicial delos trabajos en una de ellasdenominada «Llanito de lasMonjas», a cuya suspensión,seguirá según dicen, las de-más, en cuyos trabajos seocupa gran cantidad de bra-ceros de esta localidad, dan-do lugar a que muchísimasfamilias queden en la mise-ria.

Dicha manifestaciónse ha repetido en el día dehoy acompañando a losobreros, los presidentes dealgunas Sociedades de ex-plotación de aguas, que seteme que seguidamente sepretenda suspender sus tra-bajos por aquellas otras quepor tener alumbrado algúncaudal de agua tratan a todotrance e irrazonablementeparalizar las obras de aque-llas, dando por única razónla de que con la continua-ción de los trabajos, podráncortar las aguas de su pro-piedad. Razón, según dicen,porque estando como estándispuestas las Sociedadesque todavía no han alumbra-do aguas a proceder a la for-malización de sus contratos

La lucha entre sociedades de explotación de aguasprovoca manifestaciones en Realejo Alto (1923)

que vengan garantizando losrepetidos caudales a permi-tir el trabajo en todas las ga-lerías es la razón de tal pre-tensión, evitando con la sus-pensión la busca de cauda-les de agua todavía por ex-plotar necesarios para elflorecimiento agrícola deesta región en la que la úni-ca riqueza estriba en elcultivo de plátanos, para elcual se necesita cuantiososcaudales de agua, que esnecesario alumbrar el pro-cedimiento de galerías sub-terráneas por la carencia deríos, manantiales y arroyos-, etc., de cuyas aguas pu-dieran valerse para el rega-dío de los platanales.

Por expresa voluntadde los obreros y presiden-tes expresados, tengo el ho-nor de dirigirme a V, E. ex-poniéndole los hechos a lavez que interesándole pres-te su valiosísimo concursopara procurar con el presi-dente del sindicato que re-cientemente se ha formado,que las sociedades que tie-nen aguas alumbradas seavengan en representaciónde éstas con aquellas otrasque todavía no lo ha conse-guido, convenios que, garan-tizando el caudal de cadauna, permita el trabajo entodas ellas, consiguiéndosecon esto una gran fuente deriqueza para esta Región, enparticular, y para toda la isla «El Progreso»

(Marzo de 1923)

En 1929, un buen nú-mero de vecinos de SanAgustín y la Callita solicita-ron al Ayto. de Realejo Alto

la segregación de estas doszonas para unirse al munici-pio del Realejo Bajo, esgri-miendo razones morales y

materiales. Entre estas razo-nes figuraban cuestiones deíndole familiar, de proximidady hasta de carácter religioso

ya que los vecinos de estaszonas hacían su vida en laacera de enfrente, que per-tenecía al Realejo Bajo.

Vecinos de San Agustín y La Callita piden segregarse de Realejo Alto

en general, evitando, por otraparte, que gran número de

familias que viven del trabajode dichas galerías queden en

Trabajadores de la galería «Los Beltranes».

Calle de la Callita, hoy Viera y Clavijo.

la indigencia».

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Como saben ya los lec-tores de GACETA DE TE-NERIFE, en la recientecreación de parroquias paraesta provincia, figura unapara este importante pagodel Realejo Bajo, cuyos lí-mites son, la cordillera deTigaiga por el Este, al Oesteel Barranco Ruiz, al Nortelos riscos de La Rambla, yal Sur la cumbre.

Tal importante mejoraredundará en positivos be-neficios para estos dos milquinientos vecinos, que, has-ta hoy, han venido viviendoal margen de otras localida-des, menos importantes queIcod el Alto, y que han teni-do la suerte (que no envidia-mos) de poder disfrutar al-gún que otro factor de lostan felizmente perfecciona-dos por el moderno progre-so.

Prácticamente conoce-

mos y entendemos de pro-gresos en este rico y poéticorincón de Tenerife, como elresto de los habitantes de latierra, puede saber y enten-der el idioma que emplean losmoradores del refulgente as-tro-rey de la noche.

Nuestro amadísimoPrelado, Fray Albino Gonzá-lez Menéndez Reigada, dehumanitario corazón, carita-tivos sentimientos y encum-brada ilustración, desde quevisitó por primera vez estesufrido pueblo se dio cuentaexacta de la miseria moral enque vivía y así nos ofreció lafutura parroquia, que, a Diosgracias, comenzó a regir des-de el día primero, del quepara Icod el Alto será me-morable año de mil novecien-tos treinta.

Dos visitas ha hecho aesto pueblo el Ilustrísimo se-ñor Obispo, el primero que

aquí ha venido, y, como seve, no han podido ser másprovechosas, puesto que deellas ha salido la creación dela parroquia.

También se espera conansia la visita que nos tieneprometida la primera autori-dad civil de la provincia, eldignísimo señor gobernadordon Buenaventura BenitoQuintero, y conforme estepueblo pidió y obtuvo delseñor Obispo la ya indicadaparroquia, así espera quecuando nos visite el Excmo.señor gobernador, y desdeEl Lance contemple el fa-moso Valle de la Orotava,con toda su extraordinariabelleza y hasta en su más ni-mio detalle; cuando admirenuestra extensa y rica cam-piña, tapizada por frondosostrigales, adornados con ro-jas amapolas; cuando desdela cima del Barranco de

Castro contemple el espesomonte de ese nombre, cir-cundado, de fuentes con lasaguas más frescas y cristali-nas de la isla; cuando desdeel mismo sitio contemple alviejo Teide en toda su ma-jestuosidad, tal si se estuvie-ra al pie de él, así como mi-rando hacia abajo admirarála mar enviando sus olas abesar las mugrientas rocasde la poética ribera ramblen-se. Cuando aparte de todasestas bellezas naturales con-temple la cotidiana lidia deestos sufridos labradores,cuando vea la constante ca-ravana de gentes y caballe-rías que atraviesa lcod elAlto, esperamos que confor-me el Obispo dijo: «Aquíhace falta una parroquia», elexcelentísimo señor gober-nador civil exclamará: «Aquíhace falta una carretera», yque conforme el señor Obis-

po nos gestionó y consiguióla parroquia, él nos gestio-nará y conseguirá la tan ur-gente como necesaria vía decomunicación.

Icod el Alto está deenhorabuena; ya sus vecinospueden oír la santa palabrade Dios sin el sacrificio quelo venían haciendo. Entre to-dos estos moradores reina,el mayor optimismo, puesconforme la autoridad ecle-siástica nos dotó de tangrande beneficio, así se es-pera que de la primera au-toridad civil, al verificar lavisita que nos tiene prometi-da, nos obsequie tambiéncon el ofrecimiento de unapronta carretera o pista quenos comunique con el restode Tenerife.

Sábas P. CORREA.Icod el Alto (Tenerife),

Enero de 1930.

La parroquia de Icod el Alto y las exigencias de mejoras al Gobernador Civil (1930)

Iglesia de Icod el Alto. La carretera ya soportaba un «intenso» tráfico.

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Imágenes para el recuerdoImágenes para el recuerdoImágenes para el recuerdoImágenes para el recuerdoImágenes para el recuerdoPor coincidir con las

excitaciones que hemos di-rigido al Cabildo Insular deTenerife, en apoyo de una le-gítima necesidad de los ve-cinos de Palo Blanco, noscomplacemos hoy en publi-car a continuación, hacién-dolas nuestras en todas suspartes, las líneas que el esti-mado colega «El Norte», dela villa de la Orotava, con-sagra a dicho asunto en sunúmero del día 4 del actualmes de Octubre: «Hace al-gunos días nos ocupamos deeste asunto de la pista enproyecto que partirá de Rea-lejo Alto a Palo Blanco, conmotivo de una carta dirigidaal presidente del Cabildo pornumerosos vecinos de dichobarrio. Hace días también seocupó GACETA DE TE-NERIFE del asunto, peromucho más tiempo— tresaños—ha transcurrido sinque el Cabildo resuelva, des-pués de estar acordada laconstrucción de esa pista yhaberse consignado 33 milpesetas para la realizaciónde las obras.

El acuerdo del Cabil-do fue tomado en de 1931.Había de arrancar la pista enel punto denominado La Pi-ñera, pasar por Montes Cla-ros hasta Palo Blanco, conuna longitud de 2.200 me-tros, según el proyecto con-feccionado por los técnicos.Surgieron luego dificultadesconsistentes en que algunospropietarios se negaban afacilitar el paso de la pistapor sus fincas; pero esta di-ficultad fue vencida y así secomunicó al Cabildo, quienalegaba no poder comenzarlos trabajos sin antes conse-guir la totalidad de los per-misos, ¿y ahora qué? ¿Tieneel Cabildo alguna otra razónque se oponga a la realiza-ción de la obra? No hay al-guna.

Más tarde parece quealgún interesado elevó unainstancia para que la pistafuese trazada por los Breza-les, y, en vista de ello, el Ca-bildo lo comunicó al Ayun-tamiento de Realejo Alto, el

que a su vez contestó, des-pués de estar asesorado porlos ingenieros señores Pintory Losada, que no procedíatal trazado; que tanto a Rea-lejo Alto como a los vecinosde Palo Blanco les interesa-ba que «Se diera cumpli-miento al acuerdo del Cabil-do de fecha de Septiembrede 1934, exponiendo razo-nes diversas en defensa delproyecto aprobado Sin em-bargo, el Cabildo se ha he-cho el desentendido. Nocontesta las comunicacionesque se le dirigen y los veci-nos de Palo Blanco se hanvisto obligados últimamentea dirigirse al presidente de laCorporación insular, perocomo si se hubiesen dirigidoa una piedra.

El Cabildo y su presi-dente son «impermeables».¿Qué les importa a ellos queprotesten, aunque las pro-testan sean formuladas conrazones?

Más, esa actitud delorganismo que maneja cómoquiere y a capricho y des-preciando los intereses de lospueblos con una tozudezmarcada; esa actitud impa-sible tiene un nombre o pue-de aplicar calificativo quedesdice del prestigio quedebe imperar en la Corpo-ración.

No hay dinero para lospueblos que más contribu-yen a fortalecer la haciendadel Cabildo. No se constru-ye nada que beneficie a tan-tos pueblos aislados que su-fren, por su situación aleja-da, de las penalidades quesupone ese mismo aleja-miento de los centros que lespuede ofrecer el remedio asus necesidades.

Sin médicos, sin ce-menterios, sin Farmacia yhasta sin comercios, muchosbarrios importantes, entrelos que se encuentra PaloBlanco, se hallan abandona-

dos. Sin comunicaciones,piden una pista cuyo costorepresenta una miseria parael Cabildo y no se les atien-de.

Más, el proyecto de lapista del Realejo Alto a PaloBlanco está aprobado por laCorporación insular y su pre-supuesto también.

¿Por qué no se ha co-menzado la obra? Nadie selo explica, como tampoco seexplica la tardanza con quese efectúan las pistas queparten de la carretera gene-ral a la Matanza y al Sauzal.

Pero estas últimas, yavemos que se intensificaránen seguida, ahora que el Go-bierno ha concedido 300 milpesetas del presupuesto de-dicado al paro forzóso. Ynosotros queremos hoy in-dicar una orientación. La quesigue: Si el Cabildo tiene yadistribuida esa cantidad de300 mil pesetas para la cons-trucción de las pistas ya co-

menzadas, es de suponerque la Corporación se rein-tegre el dinero en ellas em-pleado. Pues bien; dediqueel Cabildo el reintegro a lapista de Palo Blanco y elSauzal y de otras, que seeconomiza, emprenda otrasvías de comunicación queenlace y acerque los barriosy los pueblos a que pertene-cen.

El Valle de la Orotavasufre una crisis de paro qui-zá con más intensidad queninguna otra zona. Los Silosno hace mucho tiempo pe-día el auxilio por la mismacrisis. Todos los pueblos engeneral necesitan de que elCabildo mire hacia ellos.

Y ahora puede prestar-les alguna atención; ahoraque con motivo de esas 300mil pesetas supo zafarse deunas pistas que estaban a sucargo y que estaba obligadoa construir; ahora que se lasha entregado al Estado, eldinero que se ha presupues-tado para las mismas debeemplearse» en otras. Que novaya a suceder algo que noqueremos ni pensar.

El Cabildo está obliga-do a distribuir el dinero pro-porcionalmente entre lospueblos. Palo Blanco es unbarrio del Valle de la Orota-va, señor presidente delCabildo; Palo Blanco es unbarrio del Valle de la Orota-va, señores consejeros delValle. La pista está aproba-da.

Cúmplase el acuerdo ycúmplase pronto. No se délugar a pensar en maniobraspolíticas, que es lo que pa-rece destacarse en este asun-to; y no se dé lugar tampocoa pensar en que el Cabildotiene la táctica de obstaculi-zar el comienzo de las pistaspara emplear el dinero enotras obras... secundarias.

Pues ya parece que setiene establecido el sistema.Que es todo un síntoma. Yamplio...»

La pista de Realejo Alto a PaloBlanco, una lucha de años con el

Cabildo Insular (2)

La Gaceta de Tenerife 7 de octubre de 1934

El Castañero (Palo Blanco).

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La desaparición delarchivo municipal del ex-tinto municipio del RealejoBajo, en el incendio del ex– convento de monjasagustina de San Andrés ySanta Mónica en 1952, haconllevado que historiado-res y estudiosos recurra-mos a otras fuentes paraconocer el devenir históri-co de parte de la hoy villade Los Realejos. Una deestas fuentes son las heme-rotecas, donde los rotativosde la época nos ofrecen in-teresantes noticias, comen-tarios, vivencias y relatos,que poco a poco nos ayu-dan para ir conociendo par-te de este pasado.

En la edición de LaOpinión del 17 de junio de1913, y como respuesta aun artículo de otro perió-dico, un anónimo autoroculto bajo el pseudónimoVéritas, esgrimía diferen-tes datos que nos puedenayudar a hilvanar la histo-ria del Realejo Bajo en losprimeros años del siglo XX.

Así decía el autor:En el primer año de

1894 se empedró la callede la Iglesia y se cubrió laatarjea hasta el «Paseo»,embaldosándose tambiénsus aceras.

En los años sucesi-vos hasta 1910, […] seaumentó el alumbrado pú-blico; se creó la plaza deMédico titular; se hizo latorre de la Iglesia y se co-locó en ella un reloj, (obraque costó al Ayuntamien-to más de 6.000 pesetasademás de la prestaciónpersonal y una suscripciónpopular); se reparó todo eltejado del edificio delAyuntamiento; se constru-yó y empedró el caminode Barroso, en el que sehizo un puente de mam-postería; las calles de laAcequia y de San Sebas-tián se empedraron y me-joraron, lo mismo que elcamino de San Vicente yel de Tigaiga que conducea la Fuente; se reparó yamplió el cementerio,

construyéndose una Capi-lla y una mesa de autopsias;se amplió y arregló conve-nientemente el salón de laescuela de niñas; se pusopavimento de cemento a lagalería baja del Ayunta-miento; hubo varios gastossanitarios con motivo de uncaso de enfermedad exóti-ca, y, sobre todo, se dotóal pueblo de agua entuba-da desde sus nacientes, quedistan unos 3 kilómetros, yse colocaron 4 fuentes opilas para abasto público yun grifo en la carnicería.Esta mejora, bajo todosconceptos la más impor-tante para un pueblo, la lle-vó a cabo el Ayuntamientocon el auxilio de una sus-cripción popular y la pres-tación personal.

En 1910 hasta la mi-tad de 1911 […] se arre-gló el matadero en la partebaja del edificio destinadoa despacho de carnes ycontribuyó el Ayuntamien-to con cinco pesetas 37céntimos que entregó a

Don Domingo Fregel a lasobras de la Ermita de SanPedro.

Desde julio de 1911hasta la fecha, se ha he-cho lo siguiente: cons-trucción de una atarjeapara conducir agua al ce-menterio y regar sus plan-tas; conducción e instala-ción de dos pipas de aguaen el edificio Ayunta-miento; reparación de lacalle del Terrero; cons-trucción de la puerta dela capilla del Cementerioy pupitres para la escue-la de niñas; construcciónde la plaza de A. Domin-guez Afonso; creación deuna plaza de guardia mu-nicipal; gastos sanitariocon motivo de varios ca-sos de viruela en el Rea-lejo alto y un caso de en-fermedad exótica en elbajo, y se está llevando acabo una reforma impor-tante en la plaza de SanAgustín, estando ya casial terminar una bonitaabalaustrada de cemento

armado y tiene en cons-trucción el ensanche delos balcones de las venta-nas de la Sala Capitular.

Como han podidocomprobar, y lejos de esapolémica que enturbia latotalidad del texto, conoce-mos ahora toda una serie demejoras y obras efectuadasentre los últimos años delsiglo XIX hasta 1913, fe-cha de redacción del artí-culo. Entre ellas, destacarla edificación de la torreparroquial, empresa quehemos dado a conocer re-cientemente en otro traba-jo, así como el trazado dela plaza Domínguez Afon-so, el empedrado de variascalles o las mejoras reali-zadas en el cementerio deSan Francisco con la cons-trucción de la capilla. Sonpor tanto, pistas e indiciospara comenzar un trabajomás amplio y ambiciososobre esta querida zona denuestro municipio. Ahí que-da. Manuel Jesús

Hernández González

Noticias del Realejo Bajo: Apuntes para una investigaciónRealejo Bajo, calle de La Alhóndiga.

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Curiosidades del pasadoCuriosidades del pasadoCuriosidades del pasadoCuriosidades del pasadoCuriosidades del pasado

Tres años hace que laemulación entre dos asocia-ciones de artesanos honra-dos creadas en los Realejoscon el fin de tributar culto aimágenes de la Virgen, vieneque probarnos de cuanto soncapaces jóvenes que vivende su trabajo personal ycuanta estimación adquierenen el público, los que sin otropatrimonio que su brazo, sedistinguen por el amor al tra-bajo y a las demás virtudesque hacen de una de las cla-ses desheredadas de nues-tras poblaciones, la más im-portante quizá de nuestra so-ciedad actual.

Bajo las advocacionesde Remedios y El Rosarioexisten en los Realejos dosimágenes de la Virgen muycelebradas en otro tiempo yque hace pocos años ape-nas se conocía su existenciapor una misa cantada y al-guno que otro sermón; todohecho sin aparato ni concu-rrencia de fieles. Una y otratuvieron mandas piadosasque costearan su festividady mayordomos que cuidán-dose poco de las cobranzasde tales imposiciones las hi-cieron caer en desuso, que-dando reducida la festividada lo que proporcionaban losdonativos de los fieles.

Tres años hace, repito,una asociación de artesanosdel Realejo alto, fue autori-zada para celebrar el octa-vo día de Remedios en eldomingo siguiente al 8 Sep-tiembre; y desde la primeravez llamó la atención el buendesempeño de su compro-miso.

Los artesanos del Rea-lejo bajo que veían la ima-gen del Rosario en idénticascircunstancias, asociados yacon Músicos en una bandade aficionados, imitaron asus compañeros y amigos delRealejo alto, celebrando enel siguiente mes de octubrela Virgen del Rosario en su

octava, con no menos os-tentación y fervor religiosoque aquellos lo hicieran conla de Remedios.

En los años siguientes,cierta rivalidad antigua en-tre ambos Realejos, mal ex-tinguida aún, asociado conla emulación y de consumo

Las fiestas del Rosario de Realejo Bajo y su piquecon las de los Remedios de Realejo Alto (1867)

pugnan en cada pueblo porexceder al vecino, y por esola importancia de la festividadaumenta creando nuevosadeptos cada año, y la cir-cunstancia de ser primero elRealejo alto en cada añohace que el bajo le exceda,estimulando sus vecinos a so-

brepujarles a su vez, llegan-do de este modo hasta lími-tes que no pudieran ser sos-tenibles si la mayor parte delvecindario no se asociaracon la influencia de sus do-nativos.

La festividad del Rosa-rio ha ocupado este año el

primer puesto en las de es-tos Realejos. El Temploadornado con gusto y ma-jestuosidad, en que la belle-za de la decoración se armo-nizaba con la santidad dellocal, rivalizaba con losadornos de la plaza a cargo

(Pasa a la página siguente)

Virgen de Rosario, atribuida a Manuel Pereira. Siglo XVII.

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Curiosidades del pasadoCuriosidades del pasadoCuriosidades del pasadoCuriosidades del pasadoCuriosidades del pasado

«El Guanche» periódicoliterario y científico.

11/11/1897

Casco antiguo de Realejo Bajo a finales del siglos XIX. Se obserba el entorno de la plaza adornado para una fiesta. Foto Baeza.

(viene de la página anterior)

de otra comisión de los mis-mos artesanos, los cuales deeste modo, crearon estímu-los entre sí mirando el uno yla otra, no podía decirse encual había existido mas es-mero ni novedad.

Mejoróse la coloca-ción del alumbrado del tem-plo que se había hecho losaños: 400 bugías bien distri-buidas derramaban su luz engradual incremento desde laspuertas al trono de la Ima-gen que lucía como en el focode una gran-luz que, refleján-dose en los dorados del Tro-no sobre fondo escarlata yen los candelabros y otrosdiversos objetos de plata quelo adornaban, deslumbrabaal mirarle con fijeza.

La plaza cambió tam-bién este año de decoraciónde verdor; de astas elevadashasta muy alto, revestidas deramas a imitación de palme-ras, a las que nunca se hanparecido, y que vienen sien-do el adorno casi genial delas plazas de fiesta de las po-

blaciones rurales. Divididaen tres calles, la plaza de laparroquia disimulaba lo irre-gular de su figura y lo que esmás, la diferencia notable enel nivel de su piso hacía unode sus lados. La calle delCentro, ancha por el lado deltemplo hasta abarcar las dospuertas de éste, terminabaen un pórtico, que en tras-parencia, lucia por la nochelas molduras y adornos de suornamentación arquitectóni-ca. Astas de buen tamaño,pintadas de colores brillan-tes, espaciadas en el área dela plaza, cada una con ban-derola de diversos matices,uníanse entre sí por festonesde helechas e hibalveras quesostenían caprichosos faro-lillos alemanes, imitación deflores y frutas de tan diver-sas formas como colores, yoscura como era la noche,lucían en toda su bella apa-riencia alumbrados ademáspor faroles de cristal distri-buidos en las astas coloca-dos en la unión de los festo-nes.

Al otro extremo de la

plaza, frente al pórtico y do-minando el templele ocupa-do por la música, leíase enun trasparente con caracte-res argentinos sobre fondoazul y rojo que figuraban losrayos de una estrella entre-lazados con una enredadera,el verso escrito al efecto porel Alférez, de navío de los in-genieros de la Armada Na-cional, el joven don ManuelEstrada y Madan, cuyo con-tenido reproduzco: «Venid,los que lleváis en vuestropecho la antorcha de la Fesiempre encendida, y a lamágica luz de la esperanzacontempláis en risueñaperspectiva, campos cu-biertos de fragantes flores,tras la senda escabrosa dela vida: Venid, doncellas ymancebos juntos a celebrarcon himnos de alegría elglorioso Rosario de la Vir-gen que el Realejo celebraen este día.»

Después de la funciónreligiosa y procesión de laVirgen, empezó la parte derecreo. La banda de música,compuesta de parte de los

artesanos autores de la fies-ta, alternaba sus armoníascon la vista de graciosos fue-gos artificiales en que el co-nocido pirotécnico de aficiónMarcos Toste del Castillo,otro de los asociados a lafiesta, expuso nuevas y ca-prichosas figuras.

Antes de terminar estareseña, cumple al deber dela imparcialidad consignar eldesprendimiento del párro-co de este Pueblo, D. JoséDíaz y García, quien, ade-más de predicar el panegíri-co gratuitamente durante elcual lució sus conocidas do-tes para la oratoria sagraday sí es posible, se excedió así mismo en aquella noche,renunció a los derechos quecomo párroco le correspon-dían por la festividad religio-sa, también en particular sus-cribió en los donativos parala fiesta.

Del mismo modo debomencionar el aprecio de estepueblo hacia el joven aven-tajado filarmónico D. Níca-sio Ocampos, que dirige enla actualidad la banda de

música de aficionados; elcual, con un desprendimien-to que le honra por el méritoque encierra, superior acuantos elogios del mismose pueda hacer, viene sema-nalmente desde Garachico,su residencia, a dar leccio-nes a dicha banda. Si un hijode este Pueblo y residenteen él se tomara esta moles-tia, tanto mejor cuanto esmuy escasa la instrucción delos individuos que dirige,mérito seria y no escaso;pero en una persona comoel Sr. de Ocampos, que nieste pueblo tiene la honra decontarle entre sus hijos nireside en él adonde solo te-nía un par de amigos en eltiempo en que estos le pro-pusieron la dirección de estabanda, que aceptó sin admi-tir estipendio alguno, no en-contramos seguramente pa-labras con que hacer su elo-gio, máxime en una época deegoísmo y materialidad.

El Corresponsal

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Isidro Pérez Brito

Nombres con esencia de marSilverio Hernández Padilla

Silverio HernándezPadilla, el Bicho, nació enSan Vicente allá por el año1941, en plena época de lahambruna de la guerra y delos años de necesidad. Susamigos lo llamaban el livia-no saltarín y en su casa laalpargata siempre estabacolgada al entrar en la esca-lera, porque en muchas oca-siones su madre le daba al-guna folía… En ese enton-ces la gente se conocía toda,sólo había cuatro casas yentre sus moradores se pe-dían escudillas de leche congofio, porque era lo únicoque se comía.

Desde que tenía doceaños salía con algunos de losvecinos más parranderos,como Pepe barranquillo,Felipe el bacalao, Vicente elcapellán, y otros más, paraver los partidos de fútbol ygozarse más de un tendere-te festivo.

El mar ocupa un lugarmuy importante en su vida.Todavía recuerda con mu-cho cariño como se llevaronhasta la Rambla de Castroun rolo de platanera paraaprender a nadar, sin calzon-cillo, descalzo y comiendolapas crudas con pan duromojado en agua salada.Cuando no piñitas de milloque afanaban en las fincascolindantes que luego se gui-saban al borde del mar.

Fue su padre quien loenseñó a mariscar y pescaren las rocas y recodos quetiene esta zona de la costanorte de Tenerife, y eso quese murió muy joven, cuandoSilverio sólo tenía once años.Luego aprendió el arte deatrapar los pulpos de lamano de su amigo Pepe elbarranquillo, el pulpiador,como también lo llamaban.

Este realejero de puracepa, atesora en su mentecerca de doscientos nom-bres diferentes para desig-nar a sitios, recodos, rocas,ensenadas, pequeñas bahíasy ramblas de la costa denuestro municipio, empezan-do por la playa de los Ro-ques y llegando hasta el lí-

mite con San Juan de laRambla, en el BarrancoRuiz… Vale la pena que através de estas páginas sepueda conocer algunos deesos nombres, para la ma-yoría de nosotros son total-mente desconocidos: LaPata, los Roques, los PejeReyes, el Callao Gordo, elCharco de las Lisas, el Ca-letón, La Barca, la Laja laSal, Callao de Méndez, Gor-dejuela, Playa la Fajana,Toscones de la Fajana, laPiedra del Camello, la Cue-va de los Cazones, Playa deCastro, Piedra el Molino, laRodriga, el Pesquero Nue-vo, Callao Busio, Cueva laspalomas, el Junquillo, MorroChiquito, Morro Alto, laCumplida, Chueca, la Baja-fuera, la Bucarona, Herma-na Grande y Hermana Pe-queña, El Embarcadero, ElHoyo, Boca la Cueva, elCulo del Fraile, el Ingenio,la Punta las Cabrillas, SanRodrigo, los Morretes, Sal-

tadero Primero, Segundo yTercero, el Tablero, la Pun-tilla, Charco las Mujeres,

Don Eliseo, Charco la Cruz,las Bravas, Benijos, Morre-te Segundo, la Laja, La Me-

sita, el Burro, la Madre lasViejas, Callao del Hoyo, elMollero, el Púlpito, la Res-pinga, las Hermanas, el Pi-quito, el Tope, Playa delSocorro, la Galería, las Ca-ñas, los Picos de Europa,Lagrimona, la Redonda, laAmarilla, la Lajeta, la Ba-rranquilla, Callao y Baja delTerrero, el Bravío, la Playael Terrero y la Ruiza.

Quedan aún sin nom-brar algunos sitios que inclu-so repiten nombre, aunquemayoritariamente esta es latopografía popular en nues-tra querida costa.

El conocerla nos da piéa darnos el saltito para dis-frutar de su estado, prácti-camente virgen, pero a suvez nos recuerda lo impor-tante que resulta el mante-nerla en las mejores condi-ciones para las generacionesfuturas.

Playa de Los Roques. Grabado de J.J. Williams.

Silverio Hernández «El Bicho». Foto: «San Vicente el barrio y su gente».

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Estampas de etnografíaEstampas de etnografíaEstampas de etnografíaEstampas de etnografíaEstampas de etnografíaYa se van los carna-

vales, / cosa buena pocodura; / ya llega SemanaSanta, / la diversión de loscuras”. En esta coplilla po-pular se condensa una valo-ración somera de la épocareligiosa que supondrá la sus-titución de la algarabía de lafiesta mundana por la auste-ridad y la reflexión impues-tas por la liturgia cuaresmalde la Iglesia católica. El pue-blo, no obstante, poco sobra-do de celebraciones “suntuo-sas”, sacará partido del acon-tecimiento y sabrá “gozarlas”de modo peculiar, con esecatolicismo de las comunida-des que gustan de expresar-se colectivamente, con fies-tas, procesiones, liturgia po-pular, peregrinaciones y can-tos y danzas religiosas.

Por la Historia cono-cemos que ya en el siglo IIaparece junto a la celebraciónsemanal de la eucaristía, unacelebración anual de la muer-te y resurrección de Jesús, laPascua cristiana, y que deesta fiesta dependen las de-más celebraciones moviblesdel año litúrgico, es decir, lasque no tienen fecha prefijadaen el tiempo.

Para explicar dichacircunstancia, convendrá sa-ber que, según las reglas es-tablecidas por la cristiandaden el siglo IV, la fiesta dePascua debe celebrarse elprimer domingo que sigue ala catorce noche de lunación(luna llena de marzo), coinci-diendo con la pascua de losjudíos, en memoria de su sa-lida de Egipto. La preparaciónse fue extendiendo hasta darorigen a la cuaresma (perío-do de cuarenta días). Comoel primer día de esta luna sesitúa necesariamente entre el8 de marzo y el 5 de abril,Pascua puede caer lo máspronto el 22 de marzo y lomás tarde el 25 de abril. Exis-ten fórmulas para calcularesta fecha. Sin embargo, des-de 1975, a propuesta de laIglesia católica, se estudia laposibilidad de la celebracióncomún de la Pascua -el do-mingo que sigue al segundosábado de abril- para todoslos cristianos. El proyecto,aceptado por unanimidad porlas Iglesias y comunidades detradición occidental, ha en-contrado serias resistenciasen Oriente, por juzgar que va

en contra de las prescripcio-nes del concilio de Nicea (año325) y de la tradición univer-sal de la ortodoxia.

PRECEDENTESEN NUESTRA HISTO-RIA

Hasta 1929 sólo es-tán creadas en Los Realejoslas parroquias de SantiagoApóstol (o Parroquia Matrizdel Apóstol Santiago), en loque era Realejo Alto, y la deNuestra Señora de la Con-cepción del Realejo Bajo.Esto implicaba, por ejemplo,que —según nos recuerdaJosé Hernández— hasta épo-cas recientes, cerca de la fin-ca que antes abarcaba lo quehoy es la urbanización de Pi-loto en el casco capitalino,pasaba un camino por el queacudían a Santiago las muje-res de La Carrera y El Jardína los diferentes actos religio-sos y festivos. Subían conunas alpargatas o zapatos vie-jos y cuando llegaban a laspuertas del Lomo (hoy la co-nexión entre Calle San Isidroy la Avenida de Remedios) selos cambiaban por unos nue-vos o limpios que traían pre-

parados en una bolsa, paraevitar quedarse con los quese les habían llenado de tie-rra o fango en el camino. Ylos vecinos de Icod el Alto,algunos miembros de la Her-mandad del Santísimo Sacra-mento, bajaban hasta el tem-plo parroquial de NuestraSeñora de la Concepción porlas Vueltas de Tigaiga, dete-niéndose en alguna venta delcamino, cerca de El Aserra-dero, para reparar sus fuer-zas. En idénticas circunstan-cias debieron encontrarse lasbuenas y alejadas gentes deLa Cruz Santa, Palo Blanco,La Ferruja, Las Llanadas...

Por los trabajos de in-vestigación histórica de donGuillermo Camacho conoce-mos de antiguas cofradías,como la de la Santa VeraCruz, Sangre y Misericordiade Nuestro Señor Jesucristo,constituida en 1610. El oficiode los hermanos era asistir-se en sus enfermedades, ayu-darse a bien morir y enterrara los difuntos. Y hacían la pro-cesión del Viernes Santo conla Vera Cruz, Cristo en elSepulcro y la Virgen de laSoledad. En diversas locali-dades destacaron por el fo-

mento de la sanidad públicaen instituciones aún vigentescomo el Hospital de la Santí-sima Trinidad en La Orotavay el Hospital de Dolores enSan Cristóbal de La Laguna.

Y respecto a las pro-cesiones de disciplina (peni-tencias externas), tanto la ci-tada del Viernes como la delJueves Santo, se sabe por lascuentas que los tales instru-mentos eran de “jilo carreto”,y por un mandato del ObispoMartínez en 1605 que las co-mitivas, como iban de un lu-gar a otro, llegaban muy des-concertadas, sin luces porhaberse muerto con el vientoen tan largo camino, las imá-genes maltrechas por los ba-rrancos que se pasan y lopeor, dice, es que “ si se en-cuentran en el camino los delas dos procesiones, tienen di-ferencias y se dan matracosunos a otros y aun suele ha-ber pesadumbres y palabrasdescompuestas y aun cuan-do llegan a las visitas de losmonumentos hay murmura-ciones presentándolos unosque es mejor el suyo y losotros por el contrario contodo lo cual se pierde la de-voción y se descomponen las

Alvaro Hernández Díaz(«Semana Santa de Los

Realejos (2004)

Aspectos etnográficos de la SemanaSanta de Los Realejos (I)

conciencias en tiempos quelas deben tener muy expues-tas”.

Por lo cual –seguimosal profesor Camacho—man-da el Obispo que cada pue-blo se quede en su casa. Sinembargo, en tiempos poste-riores, y todavía en los años50 del pasado siglo, los fielesde cada lugar con clero ycruz alzada, pero sin imáge-nes, visitaban seria y devo-tamente al Señor en el Mo-numento de la Parroquia ve-cina. Hoy se continúa estacostumbre en pequeños gru-pos, sin clero ni cruces.

En similares circuns-tancias desagradables hubode intervenir la autoridadeclesiástica, para conseguir elorden, publicando severasnormas tendentes a evitar si-tuaciones indecorosas en elculto externo, aunque éstasestuvieran movidas “con pre-texto de celo y de fervor...”.Así conocemos por CarlosAcosta García en su estudiode la Semana Santa de Ga-rachico, parte de la circularenviada “al venerable clerode nuestra diócesis” el 20 defebrero de 1792 en la que elObispo de Canarias, don An-tonio Tavira y Almazán, semuestra preocupado, hasta elpunto de que “será éste unode los objetos que nos mere-cen mayor atención, no pu-diendo dejar que se falte aldecoro y majestad de las co-sas sagradas y que se dé oca-sión a que se vilipendie porno hacerse todo conforme alas reglas y leyes de la Igle-sia”.

Flaco favor se hacíaa la religiosidad popular conestas actitudes que provoca-ban tiranteces y eran causade disgusto entre laicos ymiembros del clero, envuel-tos en ocasiones en sus plei-tos por preferencias y dere-chos de predicación. Cues-tiones miradas entoncescomo muy importantes, quehoy cuesta comprender. Fru-to de una manera de ser –observa el Padre Siverio –que siempre habrá que verlacondicionada por imperativosde la época y demás limita-ciones que circundan todaobra de hombres.

Procesión de El Calvario. Realejo Alto. La comitiva en el puente de Piloto. Foto Juan G. Dumas.

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Estampas de etnografíaEstampas de etnografíaEstampas de etnografíaEstampas de etnografíaEstampas de etnografía

La presencia de lacruz rematando las portadasalmenadas de las haciendas,o colocadas sobre los murosde las fachadas, o sobre eldintel de las puertas, es unaconstante en la arquitecturatradicional de Los Realejos,al igual que en muchas par-tes de la Isla y del Orbe Cris-tiano.

Estas cruces tienenun marcado carácter exor-cista frente al mal, protege asus habitantes y los aparta decualquier daño, enfermedad,o epidemias.

La colocación de sím-bolos protectores de carác-ter sagrado sobre los dinte-les de las puertas, se remon-ta a las civilizaciones más an-tiguas. De entre ellas, la ju-día, de donde pasó al Cris-tianismo, que en sus raícesbíblicas hebreas nos lleva di-rectamente al mandato dadopor Dios a Moisés y Aarónen preparación de la prime-ra pascua judía. Según lasinstrucciones divinas, encada una de las casas de losisraelitas debían sacrificar uncordero. Con su sangre un-tarían las jambas y dintelesde las casas del pueblo ele-gido, de modo que cuandoesa noche, pasase el ángelexterminador libraría de lamuerte a los primogénitos delpueblo elegido: «La sangreserá vuestra señal en lascasas donde habitáis.Cuando yo vea la sangrepasaré de largo ante voso-tros, y no habrá entre vo-sotros plaga exterminado-ra cuando yo hiera el paísde Egipto» (Ex. 12, 13). Enla sociedad judeo-cristiana,la sangre del cordero judíoque menciona el Éxodo, fuesustituida por la cruz deCristo que se convierte en elnuevo cordero pascual, ver-tiendo su sangre en el Gól-gota para la salvación delHombre.1 De este modo, lacruz sobre el dintel de entra-da a las casas, en sus muroso sobre las portadas, adquie-re un signo inequívoco deexorcización de los posiblesmales que vagaban por lascalles, según las instruccio-nes dadas por Dios a Moi-sés, para alejar los contagiosy con ellos la muerte quediezmaba en algunos casos,a las poblaciones.

Las cruces en los caminos.

Las cruces en los ca-minos y veredas, al igual queluego ocurriría en las carre-teras, eran indicativas de al-guna muerte accidental ofortuita, que en unos casospodían ser repentinas, o pro-ducto de un despeñamientoen un mal paso, o la produci-da por coces de bestias, o lade jinetes que eran lanzadosal suelo por animales demontura o carga.

Esas cruces de los ca-minos que en principio esta-ban asociadas a un nombrey unos apellidos concretos yconocidos, hacían que losviandantes se santiguaran, sepersignaran, y rezaran unaoración por el sufragio de sualma, pues por lo generalmorían sin haber recibidoauxilios espirituales, ni extre-maunción. Este acto piado-so de oración, solía ir acom-pañado de la colocación deuna pequeña piedra sobreuno de los brazos de la cruz,como constancia numérica,

de esa ayuda espiritual, quehacía que a la larga, estáscruces acabaran entulladas,o emergieran entre un mon-tículo de pequeñas piedras.Todo, dentro del marco delpensamiento religioso quecontemplaba este tipo deaportaciones o ayudas, quedesde el mundo terreno, ser-vían a los sufragios del almaen el más allá.

Estas cruces de loscaminos, que en principio te-nían una filiación propia ypersonalizada, con el trans-currir del tiempo y de gene-raciones futuras, pasaron aconvertirse en hitos anóni-mos, y la costumbre de co-locar piedras para ayuda deredimir el alma del finado,pasó a generalizarse comouna práctica cultural, despro-vista del significado pío quelas originó. Entre esas cru-ces de caminos, una de lasmás antiguas y documenta-das, sería la que se encuen-tra en el camino de la ermitade san Pedro, pues en docu-mentos relativos al trasladoy construcción de la nueva

ermita de este Santo en 1578,porque la vieja se la había lle-vado un barranco, se espe-cifica que se construyó en lacruz de Castro.

La cultura popular, lle-gó a establecer la creencia,de que algunas de estas cru-ces, tenían un carácter ex-piatorio, es decir que cuan-do una persona cometía unpecado y quería redimirlo,cogía una cruz al caer la no-

José Mª Mesa Martín«Los Realejos y los hitos

devocionales de sus Fiestas deMayo» (2008)

Los Realejos y los hitos devocionales de sus Fiestas de Mayo

La Cruz en las fachadas y las cruces de los caminos

che, y caminaba con ella sinrumbo, hasta que el primerrayo de sol del día siguiente,diera sobre el santo madero.Esto según se contaba, dela Cruz del cercano caminode La Arbeja.

Procesión de La Cruz del Pico en La Montaña.

Procesión del Tres de Mayo. Realejo Alto.

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El astrónomo Jean Mascart en la Rambla de Castro (1910)

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Jean Mascart fue hijodel físico y meteorólogofrancés Eleuthère Mascart(1837-1908), inventor delelectrómetro de cuadrantes.

Estudió de 1891 a1894 en la Escuela NormalSuperior y en 1897 en elObservatorio de París. Trasdoctorarse en Ciencias en1899 fue el encargado de or-ganizar el laboratorio de as-tronomía de la Facultad deCiencias y de supervisar lainstalación de un ecuatorialfotográfico. Aparte, fuenombrado astrónomo adjun-to del Observatorio.

En 1910 se embarcódurante tres meses en unaexpedición científica a Tene-rife, organizada por la Aso-ciación Internacional contrala Tuberculosis. El objetivoprincipal de esta misión eraestudiar la influencia de di-ferentes factores climatoló-gicos sobre distintos órganoshumanos. Sin embargo,como astrónomo y meteoró-logo, Mascart se encargó deestudiar el cometa Halley, asu paso por la isla, y las con-diciones climatólogicas queésta presentaba como ob-servatorio metereológico yastronómico. Los resultadosde su trabajo fueron recogi-dos en una relación del viajeImpressions et observatio-ns dans un voyage à Téné-rife, que publicó en 1910, enParís.

De su paso por el nor-te de la Isla y su visita a Ram-bla de Castro nos dejó estecomentario;

«De nuevo, ¡qué pai-saje tan admirable! La mon-taña llega hasta el mar y lacarretera serpentea a mediaaltura cruzando unos barran-cos profundos con grandesrodeos. Es una región aúnpoco cultivada, ya que esconsecuencia de las antiguascoladas de lava de la erup-ción de 1798. Pero el mar-co es espléndido y variado:inmensos eucaliptos oloro-sos, con los troncos enrolla-

dos, tamariscos, palmerasgigantescas de tronco escul-pido y rematadas por un plu-mero de hojas afiladas. Másallá, se ven unas rocas fan-tásticas y, un poco más le-jos, unas vistas al mar azulintenso: olas furiosas contralas rocas y un mar que for-ma gorgueras de espumadeslumbrante sobre los es-collos sumergidos.

La carretera serpenteaen todas las direccionescomo si quisiera cambiarcontinuamente la panorámi-ca. Cuando los barrancos

están secos parecen chime-neas, torrentes de roca. Encuanto cae una gota de aguauna vegetación desenfrenadanos invade.

Pronto llegamos a laRambla de Castro, el másconocido de estos barrancosy uno de los más profundos.Nunca le falta agua y la ve-getación es espléndida. For-ma un corredor entre mura-llas tapizadas de helechos ymusgos, con hilillos de agualímpida, terrazas y bancalesque se suceden y pequeñospuentes rústicos para cruzar.

Es un desfiladero en el edén.Junto a troncos atrave-

sados, pululan flores, mari-posas e insectos entre el bal-buceo de las cascadas. Másabajo, destacan los cultivosde plataneras. La luz es ex-quisita y suave, tamizada,entre el ardiente sol y elocéano que retumba con vio-lencia a nuestros pies.

Otra vez hemos de se-pararnos de este espectá-culo inolvidable. Ahora lanaturaleza se muestra más ri-sueña que nunca. Nos acer-camos al rico Valle de la

Orotava. Ahí encontramosun árbol que es un auténticoramo de rosas al habersedejado invadir por un rosaly, al lado, en una pared, des-lumbrantes matas de gera-nios.

¿Cómo concluir? Enningún otro lugar como enTenerife hemos experimen-tado tantas sensaciones ex-cepcionales y variadas anteuna naturaleza estéril y fe-cunda a la vez, desconcer-tante, fuera de lo normal,brusca, «nunca vista». Vol-veremos.

Hacienda de Rambla de Castro.