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DE MUSIC sss ss MUSICA EN AÑO NUEVO Como casi todo en nuestro medio. la actividad musical ha tenido un lento arranque en el princip io de este año de gracia de 19B2. La primera de nuestras instituciones musicales importantes que da la cara durante la primera sema- na de enero es la Orquesta Sinfónica Nacional. en un concierto llevado a cabo en la Sala Nezahualcóyotl. preci- samente como una especie de celebra- ción del año nuevo. Su titular. Sergio Cárdenas. dirige a la OSN en un pro- grama compuesto en su totalidad por música de Johann Strauss, en especial. algunos de sus valses y polkas más co- nocidos. Entre los detalles que vale la pena mencionar de las interpretaciones está. por ejemplo. el hecho de Clue Cár- denas ofrece algunos interesantes giros de fraseo y dinámica que dan un toque fresco a estas partituras tantas veces escuchadas. Por otra parte. se eviden- cia alguna falta de precisión y rigor rít- mico en los ataques en unísono de la Polka Pizzicato. Fuera de programa. pero no fuera de contexto. Cárdenasdi- rige el famosísimo vals Sobre las olas, de Juventino Rosas. En' la breve pre- sentación que hace de esta pequeña obra. no exagera al decir que el vals es una pieza mundialmente conocida -tan sólo en los últimos meses.no me- nos de media docena de películas euro- peas y estadunidenses han empleado Sobre las olas como parte de su pista sonora. Lo que debe destacarse de esta interpretación es la orquestación del vals de Rosasque ha hecho Manuel En- ríquez. Con inteligencia y sensibilidad. lo ha despojado de esa peculiar sonori- dad de charanga. casi un clisé. que ha tenido en diversas versiones a lo largo del tiempo, para investirlo 'de un com- plemento tímbrico que otorga una cier- ta dignidad y elegancia que la obra me- rece. El punto clave de este concierto es. sin embargo. el hecho claro de que la Sinfónica Nacional ha tocado con ga- nas. y de que el programa ha sido pre- parado con cierto cuidado. Esto ha sido percibido por el público. y así Cárdenas aprovecha el interés creado para anun- ciar el inicio del Segundo Festival Mo- zart. Considerando los antecedentes. la invitación es atractiva . Un par de semanas después.' en el Teatro de Bellas Artes . la Orquesta Sin- fónica Nacional. tamb ién en esta oca- sión dirigida por Cárdenas.ofrece elpri- mer concierto del anunciado Festival Mozart. Y. en esta ocasión. la OSN muestra el reverso de la moneda. Du- rante la ejecución de las tres obras del programa (una Casación. la Sinfonía Concertante para violín y viola. y la Sin- fonía No. 40). las cuerdas de la orques- ta denuncian descontrol y poca cohe- rencia en los ataques. Eso se hace más notable por la ausencia de grandes do- taciones de alientos y percusiones en las partituras de Mozart. factor que hace que las cuerdas estén siempore en primerísimo plano. Esa noche. la apre- ciación general es que la OSN. a dife- rencia de su concierto de año nuevo. ha tocado sin ganas. y en un evidente es- tado de tensión y desconcierto. La ra- zón de esto quizá pueda hallarse en el hecho de que la apertura del Festival Mozart se realizó un par de días des- pués de haberse efectuado el cambio de administración en las altas esferas del Instituto Nacional de Bellas Artes. Sería comprensible. hasta cierto punto . que la incertidumbre hubiera llegado hasta los miembros de la aSNo y al margen de esta particularización. se impone un comentario : en los últimos años. el INBA ha sido. junto con la UNAM. el principal promotor de activi- dades culturales (y musicales en parti- cular) en México. llegando a alcanzar Mozart 50 en ellas un apreciable nivel cualitativo y cuantitativo. Respecto a todas esas ac- tividades (y a la música en particular) sólo queda desear que los cambios efectuados no interrumpan la labor del INBA en este campo. y que no se dé marcha atrás en cuanto a lo que se ha logrado en el campo de la difusión y la promoción . Una de las sorpresas nota- bles del nuevo año es tener de pronto entre las manos un ejemplar de una revista-panfleto que circula por ahí con el título de Guerra a las drogas. No se asombre el lector ni piense que el ayu- no musical de año nuevo me ha afecta- do al grado de hacerme olvidar que este breve espacio está dedicado a la músi- ca y asuntos similares. Lo que sucede es que la mencionada publicación (o al menos el número de ella a que me re- . fiero). bien podría titularse Guerra al rock. Dicho simplemente. el caso es que la revista en cuestión contiene en- tre sus editoriales y artículos una suce- sión interminable de ataques mani- queos. mal intencionados y mal infor- mados. en contra del rock como mani- festación musical legítima . Para evitar el espinoso problema de las generaliza- ciones. paso a citar y comentar partes del contenido del desatinado documen- to. Nada más en la primera página del editorial con que abre el texto de la revis- ta. haydos referencias al rock como con- trec últure y como perversión bestieli - zante: más adelante. nos enteramos con gran sorpresa de que el rack. ade- más de ser sinónimo de drogadicción . es causa primera de la promiscuidad sexual. el homosexualismo. el anar-

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DE ~MUSICsss ss

MUSICAEN AÑO NUEVO

Como casi todo en nuestro medio. laactividad musical ha tenido un lentoarranque en el princip io de este año degracia de 19B2. La primera de nuestrasinstituciones musicales importantesque da la caradurante la primera sema­na de enero es la Orquesta SinfónicaNacional. en un concierto llevado acabo en la Sala Nezahualcóyotl. preci­samente como una especie de celebra­ción del año nuevo. Su titular. SergioCárdenas. dirige a la OSN en un pro­grama compuesto en su totalidad pormúsica de Johann Strauss, en especial.algunos de sus valses y polkas más co­nocidos. Entre los detalles que vale lapena mencionar de las interpretacionesestá. por ejemplo. el hecho de Clue Cár­denas ofrece algunos interesantes girosde fraseo y dinámica que dan un toquefresco a estas partituras tantas vecesescuchadas. Por otra parte. se eviden­cia alguna falta de precisión y rigor rít­mico en los ataques en unísono de laPolka Pizzicato. Fuera de programa.pero no fuera de contexto. Cárdenasdi­rige el famosísimo vals Sobre las olas,de Juventino Rosas. En' la breve pre­sentación que hace de esta pequeñaobra. no exagera al decir que el vals esuna pieza mundialmente conocida-tan sólo en los últimos meses.no me­nos de media docena de películas euro­peas y estadunidenses han empleadoSobre las olas como parte de su pistasonora. Lo que debe destacarsede estainterpretación es la orquestación delvals de Rosasque ha hecho Manuel En­ríquez. Con inteligencia y sensibilidad.lo ha despojado de esa peculiar sonori­dad de charanga. casi un clisé. que hatenido en diversas versiones a lo largodel tiempo, para investirlo 'de un com­plemento tímbrico que otorga una cier­ta dignidad y elegancia que la obra me­rece. El punto clave de este conciertoes. sin embargo. el hecho claro de quela Sinfónica Nacional ha tocado con ga­nas. y de que el programa ha sido pre­parado con cierto cuidado. Estoha sidopercibido por el público. y así Cárdenas

aprovecha el interés creado para anun­ciar el inicio del Segundo Festival Mo­zart. Considerando los antecedentes. lainvitación es atractiva.

Un par de semanas después.' en elTeatro de Bellas Artes. la Orquesta Sin­fónica Nacional. tamb ién en esta oca­sión dirigida por Cárdenas. ofrece elpri­mer concierto del anunciado FestivalMozart. Y. en esta ocasión. la OSNmuestra el reverso de la moneda. Du­rante la ejecución de las tres obras delprograma (una Casación. la SinfoníaConcertante para violín y viola. y la Sin­fonía No. 40). las cuerdasde la orques­ta denuncian descontrol y poca cohe­rencia en los ataques. Esose hace másnotable por la ausencia de grandes do­taciones de alientos y percusiones enlas partituras de Mozart. factor quehace que las cuerdas estén siempore enprimerísimo plano. Esa noche. la apre­ciación general es que la OSN. a dife­rencia de su concierto de año nuevo. hatocado sin ganas. y en un evidente es­tado de tensión y desconcierto. La ra­zón de esto quizá pueda hallarse en elhecho de que la apertura del FestivalMozart se realizó un par de días des­pués de haberse efectuado el cambiode administración en las altas esferasdel Instituto Nacional de Bellas Artes.Sería comprensible. hasta cierto punto .que la incertidumbre hubiera llegadohasta los miembros de la aSNo y almargen de esta particularización. seimpone un comentario : en los últimosaños. el INBA ha sido. junto con laUNAM. el principal promotor de activi­dades culturales (y musicales en parti­cular) en México. llegando a alcanzar

Mozart

50

en ellas un apreciable nivel cualitativo ycuantitativo. Respecto a todas esas ac­tividades (y a la música en particular)sólo queda desear que los cambiosefectuados no interrumpan la labor delINBA en este campo. y que no se démarcha atrás en cuanto a lo que se halogrado en el campo de la difusión y lapromoción . Una de las sorpresas nota­bles del nuevo año es tener de prontoentre las manos un ejemplar de unarevista-panfleto que circula por ahí conel título de Guerra a las drogas. No seasombre el lector ni piense que el ayu­no musical de año nuevo me ha afecta­do al grado de hacerme olvidar que estebreve espacio está dedicado a la músi­ca y asuntos similares. Lo que sucedees que la mencionada publicación (o almenos el número de ella a que me re-

. fiero). bien podría titularse Guerra alrock. Dicho simplemente. el caso esque la revista en cuestión contiene en­tre sus editoriales y artículos una suce­sión interminable de ataques mani­queos. mal intencionados y mal infor­mados. en contra del rock como mani­festación musical legítima . Para evitarel espinoso problema de las generaliza­ciones. paso a citar y comentar partesdel contenido del desatinado documen­to.

Nada más en la primera página deleditorial con que abre el texto de larevis­ta. haydos referencias al rock como con­trec últure y como perversión bestieli ­zante: más adelante. nos enteramoscon gran sorpresa de que el rack. ade­más de ser sinónimo de drogadicción .es causa primera de la promiscuidadsexual. el homosexualismo. el anar-

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~SEÑAS

quismo y el desprecio por la ciencia (es­to último es críptico. pero el texto encuestión no se caracteriza tampoco porsu claridad de conceptos). Después demencionar la psicosis y los estados dedisociación mental que produce el rock.el editorialista nos sugiere que le haga­mos la guerra a lo efímero del rock pro­moviendo la música clásica. Ahorabien: eso de promover la música clásicano está del todo mal. Pero de ahí a tra­tar de acabar con el rock, a base dearrojarle miles de discos de sinfonías ysonatas. hay una enorme distancia.

Termina el editorial . y siguen otrosartículos (de algún modo hay que lla­marlos) que tratan aspectos que nadatienen que ver con la música. ni aún conel rock (al que por lo visto estos señoresno consideran como música) . Más ade­lante. hay un texto titulado Algunas di­ferencias entre el rack y la música clási­ca. cuyos conceptos estrictamente mu­sicales no son precisos. Y para evitar lacrítica a ciegas. cito algunos fraqrnen­tos del artículo:

" El concepto antisocial. .. que surgedel rock converge rápidamente enuna perspectiva criminal o degra­dante.""Todavía a principios de siglo. antesde que Gershwin y su pornografíasuave fueran aceptsdos (. . .). Ningu ­na escuela tiene derecho a enseñarrock o [azz."

Además de las citas literales . tam ­bién el aspecto gráfico resulta intere ­sante. En la última página de este ar­tículo se reproducen. frente a frente ycon claro ánimo comparativo. una foto-

grafía del grupo Kiss y una de WilhelmFurtwaengler. La intención es obvia . ysi a esto añadimos que en diversas par­tes de la revista se nos presentan imá­genes heroicas de los operativos milita­res en contra del cultivo y el tráfico dedrogas. es posible hacer un experimen­to de montaje asociativo al estilo Ei­senstein . y el resultado es verdadera­mente escalofriante. Y ya que se men­ciona al grupo Kiss, vuelvo al editorialmencionado antes para anotar que enél su autor denuncia enfáticamente alperverso grupo Kiss y clama justiciacontra la nefasta influencia que ejerceen la juventud sana. estudiosa y clásica .y es por aquí donde. a mi entender. ra­dica el núcleo del asunto. Muy obvia­mente . las personas que han escrito losartículos de la revista no tienen ideasmuy claras de lo que es el rock ; la solaelección (por partida doble) del grupoKiss como ejemplo señalado indica queno saben que esos "perversos" rocke­ros forman un grupo que musicalmenteno vale mucho. que ni de lejos repre­senta una influencia o una corriente im­portante en el rock. que el público queconsume masivamente a Kiss estácompuesto principalmente por niños yniñas cuyas edades oscilan entre losnueve y los dieciséis años. y que final­mente la pretendida "violencia" y "per­versión" del conjunto no van más alláde unos cuantos gritos y maquillajesinofensivos. Resumiendo: si Kiss es elgrupo que representa al rock de hoy.entonces sí.algo anda mal. Peroquizásalos autores de los tales textos les haríabien traer a la memoria otros nombres(abundan) que sí son importantes en lahistoria del rock, y que han hecho de él

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una parte integral de la cultura (que nocontracultura) en la que se ha desarro­llado.

Pero aún hay más: un artículo poste­rior da voces escandalizadas porqueMonterrey está en vías de convertirseen la capital del rack. La queja principales que "la promoción de la música derock es una campaña dirigida a minar lacapacidad creativa de la población. es­pecialmente la de los jóvenes y adoles­centes" (sic). Habría que aclarar el he­cho de que la difusión del rock en Méxi­co. como la difusión de la música deconcierto. sufre un notable atraso res­pecto a otros países. De hecho. la pre­sencia del rock en este país es tan po­bre que ni Monterrey ni ningún otro lu­gar de la República tiene con qué deno­minarse " capital del rack". ni siquieraen el nivel de subdesarrollo en el que semueve todo esto.

Que el rock como manifestación mu­sical ha tenido desde sus orígenes mu­chos elementos que contradicen direc ­tamente algunos cánones musicalesconsiderados como clásicos. es cierto;que los años más fructíferos del rock sedieron simultáneamente con una serieenorme de movimientos sociales en losque fue protagonista una juventud queintentaba romper el statu qua en mu­chos niveles (entre ellos. el de la dispo­nibilidad y el consumo de drogas). tam­bién es cierto. Pero ello no justifica deninguna manera el irresponsable impul­so de catalogar al rock como una con­tracultura y una perversión. ni de cover­tirio en sinón imo de drogadicción. nimucho menos de considerar a la músi­ca de concierto como una especie deantídoto-panacea con el cual se curanlos " terribles" males que produce elrock.

Finalmente. sepan los autores de losartículos citados que el rock que se pro­mueve en México a través de las radio­difusoras es en general el peor rock co­mercial que hay disponible. y que nosllega en una más de las tradicionalesoperaciones de dumping cultural. Pen­sándolo bien. es posible que las causasde esto estén cimentadas en las mis­mas corrientes de pensam iento proto­fascista y anti -musical que circulan (notan subterráneamente) en las páginasde la revista citada .

Juan Arturo Brennan

NOTA: Las citas de este artícu lo provienen deGuerra a las drogas. Vol. 1. No. 2. Boletín de laCoalición Nacional Ant idrogas .