museo del Árbol no.3

80
Publicación mensual de arte y cultura del árbol en Costa Rica Año 0 No. 3 Noviembre de 2010 museo del árbol

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Publicación mensual sobre cultura del árbol

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Page 1: Museo del Árbol No.3

Publicación mensual de arte y culturadel árbol en Costa Rica

Año 0 No. 3 Noviembre de 2010museo del árbol

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Publicación mensual de arte y culturadel árbol en Costa Rica

Publicación independiente sobre arte y cultura en Costa Rica, circula en Internet a través de la plataforma Issu.comPor la calidad de diseño y concepto, obtuvo el Sello de Respaldo de la Presidencia de la Asociación Latinoamericana de Diseño, 2010

Árboles en Tapantí, fotografía LFQ 2010

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Publicación mensual de arte y culturadel árbol en Costa Rica

Fotografía de la portada: Árboles en Urasca, L.F.Q. �0�0

museo del árbolAño 0 No. � Noviembre �0�0

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Publicación mensual de arte y culturadel árbol en Costa Rica

Creciendo desde la tierra hacia al sol, el

árbol es una imagen de cierta felicidad.

Rene Magritte

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Publicación mensual de arte y culturadel árbol en Costa Rica

Brota como un espacio contemplativo, como un rizoma

de reflexión crítica y valorativa, y de sensibilidad acerca de

la figura central del árbol en la naturaleza y en nuestras vidas.

No es un museo físico, sino virtual, podemos subir a su

espacio en la red y movernos por sus páginas-salas.

Museo del Árbol

Vista desde el mirador Orosi, Cantón de Paraíso, provincia de Cartago.

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Publicación mensual de arte y culturadel árbol en Costa Rica

Grupo editorLuis Fernando QuirósRodolfo Uder

Amigos de la publicaciónRolando CastellónIlse UderMiwako SuzukiCarmen CubillosGiancarlo PucciOscar PamioAurelio HortaMiguel Flores CastellanosMiguel Ángel Bonilla ToruñoPaolo BergomiRodolfo MoralesNaín ArtjoyJoaquín MurilloRoberto CastilloIrina YebenesFermín NavascuésRicardo Ávila Nelson MoyaJavier Guerra

Mauricio BianchiFranca RosiCristina GastaldelloCecilia BrugniniTom CrownCarolina Valencia

Colaboran en esta edición:Cecilia ParedesCecilia BrugniniMauricio ValverdeFundación Árboles MágicosFernando QuirvalNaín Artjoy Marco Tulio BrenesAlex Chan

Créditos:Revisión textos, Ilse UderDiseño: L.F.Q.Fundación Árboles Mágicos

Edición mensualNoviembre de �0�0

Museo de ÁrbolCr

édit

os

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Publicación mensual de arte y culturadel árbol en Costa Rica

Museo del Árbol, Créditos, pág. �Contenidos, pág. �Cecilia Paredes y su vivencia arbórea en el arte contemporáneo pág.8Mauricio Valverde: árbol caído, pág.��Fundación Árboles Mágicos, pág. ��Marthazul: Besos de árbol, pág.��Fernando Quirval: El grillo Turi, narrativa, pag.��Naín Artjoy: La hormiguita atómica, narrativa, pág. ��Rodrigo Rey Rosa: Cárcel de árboles, reseña del editor, pág. ��Marco Tulio Brenes: Dibujos, pág. ��.Fotografía: Para Contemplar el árbol.pág.��

Cont

enid

os

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Publicación mensual de arte y culturadel árbol en Costa Rica

8

La personalidad artística de Cecilia Paredes es algo muy

singular, como un árbol nunca es igual a otro; ella muda sus

hábitos, se transforma constantemente, muta en una pro-

funda fusión con la naturaleza y su entorno. Es como el pul-

so: constante, aunque a veces acrecienta.

Su indumentaria, con la cual se nos muestra en cada

uno de sus proyectos, es genuina, y -aunque desde hace

tiempo pienso en ella como una figura arbórea-, Cecilia,

viéndolo bien, es más “rizomática” que arbórea: en el ár-

bol podemos decir con cierta certeza dónde dará un nuevo

Cecilia Paredes y su vivencia arbórea en el arte contemporáneo

Art

e

Por Luis Fernando Quirós, editor

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Publicación mensual de arte y culturadel árbol en Costa Rica

MUJER ARBOL �00� ��0 x 0�0 cms

Por caminos de hormigas

traje el pie del regreso

hasta este corazón de alto follaje trémulo.

Ceiba que disemina

mi raza entre los vientos,

sombra en la que se amaron

mis abuelos.

Bajo tus ramas deja

que mi canto se acueste.

Padre de tantas voces,

protégeme.

Rosario Castellanos (����-����)

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Publicación mensual de arte y culturadel árbol en Costa Rica

�0

brote y reconocer su perfecta estructura, más el rizoma es

como un torrente libre, inimaginable, su caudal brota de la

tierra, entre las rocas, donde uno menos se lo espera.

La vivencia del árbol

En los árboles asumidos por esta artista está presente la

idea de refugio. Cecilia me aporta un bello pensamiento de

Auguste Renoir donde se relee este pensamiento:

Te dicen que un árbol es sólo una combinación de elemen-

tos químicos. Prefiero creer que Dios lo creó, y que es habitado

por una ninfa.

Preguntas y respuestas

De ahí este abordaje a su obra, quizás todos buscamos

refugio en el árbol, en la naturaleza pues nos extasía su verde

frondosidad y su inmanente poesía. Te pregunto ¿cuál es el

significado de esa recurrencia?

Cecilia Paredes: La primera vez que me di cuenta de mi

terca recurrencia a la naturaleza, sentí que era la nostalgia la

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Publicación mensual de arte y culturadel árbol en Costa Rica

��BIRDMAN �00� �00 x �00 cms

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��

que me empujaba a redescubrir en las semillas, las conchi-

tas y las hojas, el descubrimiento, y todo lo que había vivido

durante mi niñez.

L.F.Q.: Háblame entonces de tu niñez.

C.P.: Yo fui una niña sola y sola deambulaba en la orilla

buscando tesoros, algunos los guardaba, otros los probaba,

salados moluscos que -al decir de Rosina Cazali-: “al engu-

llirlos, me comía mi propia historia”.

Evocar el Jardín de Dafne

Quiero evocar al transcribir el fragmento de un texto

que escribí sobre Cecilia Paredes acerca de su muestra “El

Jardín de Dafne”, en el Museo Calderón Guardia de San José,

Costa Rica, publicado en la revista Áncora del Periódico La

Nación, el � de agosto de �00�:

SALAMANDRA �00� ��0 x �00 cms

DAWN �00� �00 x �00 cms

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Publicación mensual de arte y culturadel árbol en Costa Rica

��

Bienal de Islas Canarias �00� Instalación.

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��

Alcé la mirada y delante de mí se abría el jardín donde el

Creador plantó los dos árboles descritos en el Génesis: el árbol

de la vida y el árbol del conocimiento del bien y del mal. Clavé

las uñas en la piel para cerciorarme de mi estado, y la piel era

un plumaje de alas que recubría mi desnudez, protegiéndome

de los vientos e inhibir los dardos clavados por el mal. Enton-

ces, evoqué a Dafne ante la inminencia de ese final perturba-

dor para todos “fin último y terrible”-, en el instante cuando los

entes míticos transformaron sus esencias en “árbol de laurel”.

INSTALACION EL JARDIN DE DAFNE �00� medidas variables

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Publicación mensual de arte y culturadel árbol en Costa Rica

��

Tuve una segunda y aún una tercera visión, aquella dupla

que ahora crecía en forma de árboles de laurel al interior del

jardín, ahora eran fundidos en bronce, con la corteza en pá-

tina musgosa. En vez de hojas, sus ramajes terminales se tras-

formaron en manos humanas, unas abiertas destellando rayos

de luz desde las yemas de los dedos, luz que fructificaba en bien

y que calzaban con lo más excelso de la vida; mientras las otras

manos mantenían un gesto conclusivo ceñidas a una urdimbre

que amedrentaba el sinuoso ritmo de la muerte.

PIES DE DAFNE �00� tamaño real VESTIDO DE DAFNE, Litografía, China �0�0FLOWER, bronce, �00�.

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Publicación mensual de arte y culturadel árbol en Costa Rica

��

Volvamos a la entrevista

L.F.Q.: Háblanos de la idea de descubrimiento o de refugio.

C.P.: Siempre recurrí a las rocas como refugio, al árbol

como templo, a la observación del jardín temprano, ritual

que repetí con mis hijos pequeños, antes del desayuno... El

árbol, el bosque, hasta el mínimo jardín siempre contiene su

esencia que alberga secretos y maravillas, es solaz y paz.

L.F.Q.: ¿Cómo abordaste el proyecto del Jardín de Dafne?

C.P.: Dafne como tema mitológico me resulta cercana.

Que natural pedido el suyo, convertirse en árbol..., me inte-

resa también el tema de Perséfone y su madre. ¡Uy, no!, no

me siento ninfa para nada, pero si parte del género femeni-

no tan ligado a Dafne y Perséfone, ambas mujeres fuertes

y flexibles, como el bambú según tus propias palabras. (Se

refiere al aforismo taoísta de: “fuertes como un roble y a la

vez flexibles como el bambú”).

L.F.Q.: ¿Cuál es el significado del árbol en tu pensamiento?

C.P.: El árbol en mi visión cosmológica es origen y es re-

fugio, por eso recurro a esa imagen con frecuencia y escojo

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��TIERRA FLOTANTE �00� �00 x �00 cms

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�8

convertirme en uno y también utilizarlo como lugar donde

sentirme segura. La naturaleza es la única entidad que siem-

pre tiene la razón, hay que escucharla y amarla.

L.F.Q.: Háblanos de tu idea de personificar el árbol, en

piezas que presentamos en estas páginas.

C.P.: En Mujer Árbol interpreto al árbol protector, al ár-

bol-madre y padre. En esta acción hice el ritual de pegarme

hojas de salvia en todo el cuerpo.

En la obra Salamandra, el personaje duerme en la base

de un árbol. Encontré en San Carlos este árbol tan grande

que le habían cortado mitad de su tronco -donde realizo la

acción-, pero el árbol a través de sus grandes ramas, siguió

vivo...

En la obra Tierra Flotante, encontré un árbol sequísimo

al borde del lago Coroiba, en Australia. Cuando subía el agua,

las ramas se mojaban y permitían que miles de moluscos su-

bieran y que formaran su casa en esas ramas, cubriendo al

árbol de intensa nueva vida en su interminable negocio de

intervenir que tienen esos bichitos. Me subí entonces a las

ramas y entrelacé las piernas.

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THE TRANSFORMATION, �00� �00 x �00 cms

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�0GNOMO 2005 117.5 x 117.5 cms

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��ZORRINO CURIOSO �00� ��0 x �00 cms

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��

En Pajarito contemplando toma posesión de un árbol

de invierno. El color plateado que se registra en la foto es

el color antes de nevar. Eran las � am en el bosque de Bryn

Marr, Pennsylvania. Un silencio profundo reinaba y el per-

sonaje interpreta a un pajarito que a esas horas pasa, en-

cuentra solaz, se para a descansar y luego sigue su vuelo.

En Gnomo interpreto el silencio del bosque a través de

un personaje fantástico que vive rodeado de árboles. El per-

sonaje aparece como si estuviera siendo visto de repente. Es

un cuento feliz y mágico.

L.F.Q.: Pero, ¿es sólo el árbol el que es fuerte en tu obra?,

o ¿lo es también el entorno y la vida que los habita?

C.P. Sí, creo que la presencia del árbol, ramas, hojas y

flores están por todas partes en mi obra. Y la interpretación

de animales tiene como punto de partida el amor y la ter-

nura que me generan los animales. Los encuentro cercanos

y los admiro profundamente.

PIEL DE HOJA 2004 120 x 100 cms

EL VUELO �000 ��0 x �00 cms

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Publicación mensual de arte y culturadel árbol en Costa Rica

��

Así damos una ojeada de proceso a esta incansable

artista, pues como se aprecia en esta lectura, de ella siempre

se espera más y su rizoma ¿qué brotes nos dará?, ¿cómo?,

¿dónde? y ¿cuándo? Ahora se encuentra en China donde

está trabajando -hasta finales de Noviembre-, haciendo otra

vez grabado gracias a una invitación que le extendió el Taller

de Grabado de Guanlan. De ahí se trasladará a Moscú, donde

montará una exposición individual en el MMOMA de Moscú.

¿Dónde será su nuevo brote? Si ella es un torrente de

agua que baja de la montaña -aunque es la misma y retorna

por el ciclo natural de la vida-, jamás será la misma que hoy

vemos pasar. PIES DE RAIZ �000 tamano real

La naturaleza es la única entidad que siempre tiene la razón, hay que

escucharla y amarla. Cecilia Paredes

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Publicación mensual de arte y culturadel árbol en Costa Rica

��

Mauricio Valverde: árbol caído

Mauricio Valverde Arce es un talentoso artista que se

especializa en fotografíar insectos habitantes del bosque llu-

vioso de Monteverde; él convive con ese hábitat en una casa

integrada al bosque, rodeado de frondosos árboles que él

llama “mi jardín” y que se transforma constantemente: unos

caen y otros crecen en un continuum de vida y vivencias

ecológicas. ¡Unos se apagan, pero otros se encienden!

Las fotografías de los insectos capturados por Mauricio

Valverde son un universo maravilloso donde se observa un

infinito sistema de mecanismos biológicos; sus fotografías

nos motivan a estudiarlos tal y como lo hace un científico,

como lo hace él cada vez que sale con su cámara a “su jardín”

y es cuando emerge ese mundo que habita el bosque deba-

jo de las hojas, entre los troncos o velados por los musgos, o

en el vientre de esas centenarias “catedrales arbóreas” de las

cuales él es el más asiduo y devoto visitante.

Foto

graf

ía

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Publicación mensual de arte y culturadel árbol en Costa Rica

��

Nos comparte una de sus fotografías. Mauricio expresa

que hizo esa toma y una semana después volvió y el árbol ya

había caído. Por lo general muchos de estos árboles ya están

muertos, se mantienen sostenidos por ese tejido de bejucos,

trepaderas y matapalos, pero aún así son hermosos sobre

todo porque están habitados por comunidades de insectos

que hacen del árbol un paisaje de regeneración.

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��

Cecilia Brugnini: “Árboles de la vida”Ar

te Te

xtil

Entrevista por Luis Fernando Quirós, editor

Bosque quieto. ��8�. �00 x �80 cms.

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��

Esta serie de entrevistas a personalidades del escenario

artístico actual tiene un amplio sentido: profundizar sobre

su concepto de la figura del árbol latente en sus produc-

tos, escudriñar sus raíces, su “llave” de acceso a ese universo

creativo donde se sumerge día a día para parir esa obra.

En esta oportunidad –y continuando el artículo publi-

cado en la anterior edición de Octubre �0�0-, me interesa

indagar en esta maestra uruguaya del arte de la tapicería,

cuáles son sus recurrencias temáticas, sus motivaciones, ex-

trañamientos y cómo lo arraiga a su cultura y sentido de

pertenencia.

L.F.Q.: ¿A qué se debe su recurrencia al árbol?

C.B.: El árbol es una imagen muy fuerte, siempre se

muestra ataviada de enorme simbolismo; me parece que es

muy apropiada para el tapiz artístico, en la medida de am-

bientar y cargar de nostálgico extrañamiento los espacios

interiores, sean privados o públicos.

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Publicación mensual de arte y culturadel árbol en Costa Rica

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L.F.Q.: ¿Cuándo subiste por primera vez al árbol?

C.B.: Lo descubrí en un libro de tapices; era un libro

enorme y añoso del cual lo único que rescaté fue una fotito

de un tapiz sueco con árboles muy estilizados. En ese mo-

mento -con �� años-, andaba buscando mi camino, mi estilo

personal. En la vida de los artistas siempre hay una imagen

inicial que nos marca, y que perseguimos toda la vida.

L.F.Q.: ¿Esa fue la llave?

C.B.: Sí, pero entonces tenía que descubrir la técnica

para realizarlo, pues en el Hornsey College of Arts and Crafts,

de Londres, donde estudié, yo había aprendido a tejer telas

en telares semi-industriales, pero al volver a Uruguay, tenía

que “des-industrializarme”, o sea volver a lo “manual”, para

poder hacer arte.

L.F.Q.: ¿Crees que ese es el significado de tu gran desafío?

C.B.: Lo logré, se puede decir que soy autodidacta total

en tapicería, en un país sin tradición textil alguna. Creo, sí,

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��La manzana ����. �00 x �00 cms.

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�0

que ese fue mi mayor desafío –y, sin falsa modestia-, puedo

decir que fui el punto de partida para toda una generación

de tapicistas acá.

Lástima que la idea de abrir espacios de comercializa-

ción de este tipo de productos artísticos estropee ese sen-

tido, que era tan fantástico y tan especial, era –como se le

llamó en su momento–: “La Nueva Tapicería”.

L.F.Q.: ¿A qué se debe esa apreciación?

C.B.: El país, y las ferias, se llenaron de “tapicitos comer-

ciales”, sin gusto alguno, con sobrecarga de texturas puestas

sin ningún criterio, hasta el punto que la gente se aburrió de

verlos.

Quienes amamos el tapiz de verdad, nos quedamos en

nuestras casas, seguimos trabajando casi en secreto, con

miedo a ser confundidos con aquellos. Los menos fuertes

desistieron. Yo los hago y los guardo bien acondicionados

en un gran armario a la espera de un resurgimiento y una

valoración justa, quizá esto lo hagan mis hijos.Pink Memories. ��8�. (arriba) ��0 x ��0 cms. Homenaje a Wissa Wassef II. ��0 x �80 cms.

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Publicación mensual de arte y culturadel árbol en Costa Rica

��

L.F.Q.: En tus obras, el árbol es como una arquitectura

que habitan personajes y figuras como de sueños. ¿Es

correcta esta lectura?

C.B.: Sí, como soporte para otras imágenes es ideal, en

sus ramas uno pone todo lo que quiere decir; el árbol nunca

nos deja mal, y esto para mí significa revelar uno de mis se-

cretos artísticos.

L.F.Q.: Por tu carácter y personalidad -de hospitalaria y

perfecta anfitriona-, ¿personificas tú al árbol?

C.B.: Creo que soy yo, sobre todo en las “MUJERES ÁR-

BOL”, muestro mis atributos femeninos, que cargan consigo

todas las cosas de la vida, buenas y malas; es la serie de

“Memorias” en la cual observas esa lectura de “madre sobre

protectora”.

L.F.Q.: Encuentro que la mayoría de tus árboles no po-

seen raíces, o sea, parten de la horizontal para expresar su

plenitud hacia arriba, hacia el universo. ¿No te interesan los

Buenos recuerdos. ��88. ��0 x ��0 cms.

Ángeles dormidos. ��8�. �80 x ��0 cms.

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Publicación mensual de arte y culturadel árbol en Costa Rica

��

adentros terrestres en los cuales se ciñen las raíces?

C.B.: Si, tienen raíces, y las raíces “tejen”, es la parte más

fuerte del árbol. Nace de la completa oscuridad, se nutre de

todo lo que algún día fue; salen a la luz y se elevan hacia lo

Divino. El árbol representa la unión entre el cielo y la tierra.

Yo misma siento mis raíces, no puedo dejar de llorar cuando

atravieso la Toscana, o cuando visito lugares en Italia, pienso

que una partecita mía ya vivió allí y yo camino por esas calles

experimentando una sensación muy fuerte de extrañamien-

to, que conlleva arraigo, y esto lo expreso también en mis

obras.

Quiero decírtelo de esta manera: a veces las raíces no

se ven, pero ESTÁN, y sostienen todo.

L.F.Q.: Finalmente, Cecilia, ¿por qué el árbol en textiles?

C.B.: En mi caso, si pintara, también pintaría árboles.

Pero no sólo los he expresado en tapices, también he elabo-

rado el tema de “Árboles de la Vida” en madera y en escultura

blanda.

Para vivir contento. ��8�. �00 x ��0

cms.

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��

La silla de Viena ��8�. ��0 x ��0 cms.

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��

A manera de colofón

En esta entrevista con la maestra uruguaya Cecilia

Brugnini, fluye algo del por qué la publicación de Museo del

Árbol, se trata de un acercamiento a los artistas que cen-

tralizan su figura arbórea que la buscamos no solamente en

el paisaje y la naturaleza, sino ahí donde aparece: la rastrea-

mos en Internet, en Facebook, en Blogger, en los álbumes

de Flickr, como mineros cavando en diversidad de estrati-

ficaciones de la polidimensional mina de la web, y, cuando

aparece un árbol hay una detención total para disfrutarlo:

este es el espacio virtual del Museo, que en nuestro caso

no es físico, pero está presente siempre en nuestro caminar,

que siempre es y será un camino de lucha sin fin.Blanka o La Dama de la Laguna. ��8�. ��0 x ��0 cms.

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Publicación mensual de arte y culturadel árbol en Costa Rica

��

Todas estas piezas de Cecilia Brugnini fueron realizadas en la

técnica de Kilim, gobelino, alto liso. y se ubican desparrama-

das por todo el mundo.

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��

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��

Fundación Árboles Mágicos

Arboles Mágicos es una organización sin fines de lucro

creada para incentivar la conservación de los árboles, es-

pecialmente de las especies nativas.

Mediante el conocimiento de sus espectaculares flora-

ciones, sus cualidades ornamentales y medicinales, su ori-

gen, historia y relación con la sociedad humana, buscamos

estrechar los vínculos de afecto hacia nuestros árboles y

popularizar su cultivo y protección.

Visítenos en www.arbolesmagicos.org

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Publicación mensual de arte y culturadel árbol en Costa Rica

�8

Texto de Jaime Gamboa

Fotografías de Giancarlo Pucci

El menos frecuente de la familia de los corteces, al menos

en Costa Rica, es bastante común en el norte de Argentina

y en Bolivia, donde se le conoce como Lapacho rosado, y en

Brasil y otros países, donde le llaman Pau d’arco.

Algo más espigado que sus hermanos (el roble sabana y el

cortez amarillo), se cubre con el mismo tipo de flores tubu-

lares con cinco pétalos abiertos, que caen con la suavidad

de giroscopios morados desde sus altas ramas, hacia media-

dos de enero.

El áura del cortez negro Tabebuia impetiginosa

Educ

ació

n

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Publicación mensual de arte y culturadel árbol en Costa Rica

��

Árbol de cortez negro

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Publicación mensual de arte y culturadel árbol en Costa Rica

�0

Su corteza amarga ha sido ampliamente estudiada,

pero cada año se le descubren nuevas cualidades. En toda

la América Latina se utiliza para infusiones con induda-

bles propiedades para la atención de problemas renales, el

ataque a procesos infecciosos, la cura de hongos, el alivio de

la colitis, la fiebre, la artritis, los problemas respiratorios, la

mala circulación, la sífilis y varios tipos de cáncer, entre otros

males.

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��

La floración del cortez negro

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Publicación mensual de arte y culturadel árbol en Costa Rica

��

Su tronco de madera amarilla, dura, pesada y llena de

taninos mantiene lejos a las plagas y resiste incólume todos

los rigores del clima.

Es un árbol con tantas virtudes que debería estar sem-

brado en cada solar, en cada parque y a la orilla de cada

camino. Quizá entonces la danza descendente de sus flores

pueda dejar sobre todos nosotros algo de su aura benéfica.

Su tronco y ramas se tuercen y dibujan alambicadas fi-

guras en el aire, llenando mucho espacio dentro de la copa,

por lo que al florecer se percibe una imagen de extraor-

dinaria densidad: la de un árbol que despliega sus ornamen-

tos como si fuera un bouquet diseñado por un experto flo-

rista barroco.

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��

Árbol de cortez negro.

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Marthazul: “Besos de árbol”Por Luis Fernando Quirós

Dicen que quien busca encuentra, es cierto; pero me

encanta más la dimensión de un pensamiento del Empera-

dor Adriano - en las célebres Memorias de Margherite

Yourcenar:- el catador de belleza termina encontrándola donde

quiera. Esta motivación me llevó a encontrar en Facebook un

álbum de Marthazul -nombre artístico de la artista española

Marta Rial de Pontevedra, Galicia.

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Publicación mensual de arte y culturadel árbol en Costa Rica

��

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��

Como suele suceder al buscar y encontrar en Internet,

su enlace condujo a otro y luego a su blog en el cual ella

acrecienta una interesante bitácora de experiencias y fo-

tografías, generadas en una acción que denomina “Besos de

Árbol”; nos transporta a distintos lugares del mundo tras ese

gesto tan humano de besar en expresión de amor, cariño,

extrañamiento y en este caso hacia los árboles.

Page 47: Museo del Árbol No.3

Publicación mensual de arte y culturadel árbol en Costa Rica

��

Idea de la acción

Besarlos significó un impulso que se convirtió en con-

ducta a seguir por otras personas uniéndose a los principios

ecológicos que motivaron a Marthazul a criticar la contami-

nación que afecta a los árboles urbanos.

No sólo se hiere a la ecología con la tala y explotación

indiscriminada del bosque, sino con tanto polvo, humo y

hollín benzínico que torna renegrido el paisaje de las ciu-

dades, y que provoca enormes daños a estas hermosas cria-

turas destinadas a embellecer los espacios y a purificar el

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Publicación mensual de arte y culturadel árbol en Costa Rica

�8

aire -y, en los cuales-, seres sensibles, o como diría Adriano

“catadores de belleza”, encontramos ese preciado don de la

naturaleza.

La calidad del aire es muy importante para valorar el

nivel de vida de un país, se dice que en las grandes urbes el

aire está contaminado de plomo, cobre y otros metales que

van a nuestros pulmones y por eso se elevan padecimien-

tos en el sistema respiratorio y la piel de los moradores de

estas ciudades, y los árboles contribuyen a purificarlo, sin

embargo, representa su propia muerte cuando se vuelven

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Publicación mensual de arte y culturadel árbol en Costa Rica

��

agrisados y enfermos. No hay nada más patético de observar

que a un árbol enfermo, porque ¿quién lo curará? Pues esta

joven artista gallega ha inventado la pócima paliativa de los

besos.

¿Cómo se inició esta acción?

Marthazul es licenciada en Bellas Artes y se dedica a la

pintura; pero, de manera espontánea y natural, un día mien-

tras paseaba con sus amigos, observó un árbol y se le antojó

besarlo...

Expresa que tiempo después, deseó hacer lo mismo en

otros árboles de otros lugares; su idea fue lanzar un mensaje

masivo invitando a todo el mundo a besar árboles para ha-

cer conciencia sobre su existencia benéfica, como se dijo, no

sólo para nuestra salud fisiológica al mejorar la calidad del

aire que respiramos, sino que también conlleva un carácter

espiritual y psicológico al embellecer los espacios donde

posamos nuestras miradas para solaz y esparcimiento.

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Publicación mensual de arte y culturadel árbol en Costa Rica

�0

La artista nos expresa que ““el beso” lo podemos com-

prender como gesto de cariño, y en su caso de tratar a la na-

turaleza como a las personas. Un gesto –añade-, que a veces

nos cuesta dar en público, aunque sólo sea de cortesía. Su

acción nos motiva a atreverse a besar, y además a algo que

no da besos, si no que nos da algo mucho más importante,

pero que a simple vista no se ve. Es un simple acto de cariño.

Es un amor poético-ecológico”.

Ella nos aclara que “tampoco es sólo un acto de crítica a

la contaminación urbana, si no a todos en general, da igual

si es en pleno monte (tan atacados por la tala o los incen-

dios) o al árbol que está a pie de calle, que por no estar en

un parque protegido, no deja de ser importante para la vida,

y pasa desapercibido, porque nos parece “mobiliario urbano”

que se puede correr, quitar o montar aquí o allá.

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Publicación mensual de arte y culturadel árbol en Costa Rica

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El arte de provocar

He aquí la función de la “acción artística” y el significado

del arte en la actualidad: no se trata tan solo de inventar

aparatosas instalaciones o enormes lienzos o esculturas -o,

como dice Marthazul: “mobiliario urbano”-, sino de generar

una provocación que nos haga transcendente la mirada, que

rinda significativo lo que sucede al otro lado de la retina

cuando es estimulado por una idea sencilla, humana, no cos-

tosa, que nos devuelva a los habitantes urbanos un mayor

grado de conciencia y sensibilidad hacia nuestro entorno

que debemos compartir con todas las formas de vida en el

planeta.

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Publicación mensual de arte y culturadel árbol en Costa Rica

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Museo del Árbol desea apoyar esta notable acción de

Marthazul, e invita a nuestros lectores a sumarse y enviarle

fotografías a su blog: < besosdearbol.blogspot.com >, a su

página en Facebook: Marthazul Demilcolores, o a su correo:

< [email protected] >.

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Un grillito, llamado Turi, vivía en el tronco de un árbol de Chilamate,

en las laderas del monte Chichilpú. Como de costumbre, temprano del

día, salió a darse un paseo pues el sol irradiaba una luz tan maravillosa

que invitaba a todas las criaturas del monte a salir. Pero, cuando el grillito

quiso regresar, cayó un enorme aguacero que le obligó a buscar una hoja

de güitite para protegerse pues sus patitas se quedaban atoradas en los

charcos y, sus alitas, de mojadas que estaban, se volvían tan pesadas que

no lo ayudaban a saltar.

Cuando amainó la lluvia, brincó de la rama del güitite para buscar

el camino de regreso; sin embargo, las quebradas habían aumentado

Nar

rati

vaEl grillo TuriFernando Quirval

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de cauce y el grillito observó que delante del Chilamate, lo que era un

pequeño riachuelo ahora era un río, y que por más fuerzas que él pusiera

en sus patitas, no podía saltar al otro lado.

El grillito entristeció al percatarse como cada día las lluvias eran más

torrenciales, y que laderas arriba los humanos habían cortado muchos

árboles y aquel hermoso bosque llamado Chichilpú, había desaparecido;

además, la erosión estaba causando enormes grietas en el terreno por

cuyos cauces bajaba lodo, ramas, hojas, troncos, piedras, bejucos, que

-como ese día-, no lo dejaban pasar para llegar a su refugio en el tronco

de aquel árbol tan lindo, que él amaba pues siempre le brindaba seguri-

dad, pero de unos días para acá era amenazado por la correntada.

Turi pensaba que la lluvia en realidad era beneficiosas para el

bosque, pero quizás al cortar los humanos los árboles arriba en la mon-

taña el sol provocaba un sobrecalentamiento de la tierra que dejaba es-

capar la humedad para formar unas nubes renegridas, y de ahí que caían

aquellas tormentas que a su vez inundaban todo laderas abajo.

Ahí estaba Turi, mojado, sin poder chirrear de tanto frío, pero él era

un grillito muy inteligente, se percató que cuando las aguas arrastraban

una hoja de la orilla, ésta remontaba la corriente y al pasar frente al

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Chilamate -por una vuelta que hacía el terreno-, quedaba a una distancia

bastante cercana para saltar y llegar a su refugio.

Pues ni lerdo ni perezoso, calculó el instante cuando el agua se

trajo una hoja de higuerilla y saltó; pero no imaginó la furia que llevaba

esa corriente, le hacía perder sus fuerzas y sentirse indefenso; palideció

del susto; la corriente era tan rápida que no pudo tomar fuerzas para

saltar al otro lado; mientras calculó la distancia y el momento justo para

hacerlo, había sido demasiado tarde.

Aguas a bajo, o más bien: lodos abajo, él se percató que al otro lado

habían otros grillos, chicharras, escarabajos, ciempiés, chapulines, hor-

migas gigantes, tarántulas, todos(as) amigos(as) suyos quienes empuja-

ron una raíz seca para que él se sujetase con todas sus energías mientras

tomaba de nuevo fuerzas para saltar. ¡Qué tremenda aventura!, pensó.

Una vez en su refugio, Turi recriminó a los humanos su testarudez:

-ellos sólo piensan –se dijo a sí mismo-, en sus beneficios, pero sin darse

cuenta de los daños que ocasionan a otras criaturas, y que si siguen

talando árboles, las tormentas serán más poderosas y las crecentadas

arrasarán con todo, incluso con ellos mismos.

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Había una vez un científico que trabajaba en una central de

energía nuclear muy cercana a la ciudad de Los Ángeles, California.

Él; solía salir en sus ratos libres a un jardín diseñado artificialmente

para el descanso de los empleados. Ahí todo lo que tenía vida era virtual,

nada era real pero daba la impresión de ser un lugar acogedor y con

mucha vida.

Un día el joven sabio, vino muy temprano a trabajar, y traía en sus

manos una rosa que su pareja le dio al salir de casa y la dejó en el jardín;

porque eras prohibido traer cosas naturales del exterior al interior del

laboratorio, en donde todo tenía que ser esterilizado.

Nar

rati

vaLa Hormiguita AtómicaCuento para niños por Naín Artjoy

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Pasó; que durante el tiempo que la rosa estuvo sola en el jardín, no

hubo insecto virtual que no la examinara… Todos la miraban con curiosi-

dad ya que jamás habían visto otra criatura igual.

Al comienzo pensaron que se trataba de alguna nueva alga que

hacía su entrada triunfal al jardín, pero…

Los gusanillos trataron de morderla, pero sabía tan mal que

acabaron por vomitar al solo contacto… Una que otra mariposa la juzgó

de intrusa ya que no cabían de la envidia… Los pájaros se dieron cuenta

de que debía ser un truco, ya que un ser así no podía existir en un am-

biente atómico… Hasta que después de mucho cuestionarse su existen-

cia, apareció la hormiguita atómica, la más sabia de todos los insectos

virtuales.

Cómo es; que este ser hace aparición en nuestro jardín y nadie me

comunica nada. ¿De qué se trata?; cómo se atreven a pasar sobre mi y no

decirme nada; exclama la hormiguita…

Dejó de hablar y comenzó a avanzar hacia la rosa…

La rosa era frágil y pequeña en proporción de la hormiga atómica.

La tomó entre sus manos y le preguntó:

¿De dónde vienes ser rojo?, ¿por qué no hablas ni caminas?...

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Tu belleza me eclipsa y no lo soporto, pero siento mucha admi-

ración al mismo tiempo… ¿qué eres…?

La rosa no podía hablar. Su belleza, hablaba por sí misma. Su aroma

de diosa la envolvía y envolvía el ambiente mecanizado de los insectos

diseñados y con habla.

Una hormiga se apretó el corazón y se redujo de tamaño, penetró

en la rosa y comenzó su exploración interna…

A la hora del descanso, el científico vino al jardín y recogió la rosa.

La tomó entre sus manos y la sintió. Su aroma le traía el recuerdo de su

amada y sin sentirlo inhaló la hormiga atómica en su nariz; ésta asustada

se alojó en uno de sus pelos internos cerca de la entrada de la nariz.

El científico volvió al laboratorio en donde trabajaba arduamente

en una fórmula para multiplicar hojas curativas y plantas.

Estaba muy ocupado en su proyecto, experimentando la multi-

plicación de las hojas, cuando de repente estornudó y la hormiguita

atómica fue a dar sobre las hojas precisamente de una rosa medicinal,

que estaba experimentando el sabio.

Él no notó cuando la hormiga atómica saltó del susto sobre la ga-

bacha y se quedó quieta observando lo que sucedía a su alrededor.

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Aprendió ese día que ahí se hacían fórmulas para multiplicar la

vida natural…

Lo que la hormiga atómica no supo fue; que al caer sobre las hojas

se había contaminado de la fórmula y si tocaba algo… Podría causar un

accidente natural de proporciones virtuales…

A la hora del nuevo descanso, el sabio volvió al jardín; en donde lo es-

peraba su rosa ya casi desmayada por el asedio de los insectos atómicos.

Al verse en el jardín la hormiguita reducida de tamaño, saltó y se

liberó del cuerpo del sabio.

Este volvió a sentir la rosa y pensó en lo dichosa que era su vida!

Cuando se alejó nuevamente al laboratorio; la hormiguita atómica

se apretó el corazoncito, y volvió a recobrar su forma habitual y tomó a

la rosa entre sus manos nuevamente…

Instantes después, comenzaron a salir de sus manos rosas, todas

parecidas a la original… y se multiplicaban y se sucedían como un acto

de magia…

Asustada, la hormiguita comprendió lo que sucedía, pues ya había

visto lo que pasaba en el laboratorio y comprendió que estaba contami-

nada con la fórmula y como pudo; tomó todas las rosas que pudo y se

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fue a su casita, debajo de una palma africana, entró corriendo directo al

baño y se dio un enjuague de antioxidantes con borrador transparente

contra la contaminación…

Luego tomó las rosas y las puso en la fuente central del patio…

El científico terminó su día feliz de haber podido demostrar su ex-

perimento con todo éxito.

Pasó de nuevo al jardín y recogió su rosa, la única cosa real que

existía en aquel jardín virtual, la tomó y se la puso en la bolsa del pecho

de su saco y se fue a casa con una sonrisa de satisfacción.

Al anochecer y cuando todos los empleados de la central nuclear

se marchaban a sus casas, el jardín quedaba desierto y con una luz negra

especial que hacía ver a todos los insectos nocturnos de una manera

fosforescente.

Dieron las �0:00 p.m. y los insectos comenzaron a llegar y a escu-

char las estridentes músicas del momento en sus minúsculos radio celu-

lares con audífonos de luz.

Ya estaban todos, pero faltaba la hormiga atómica…

De repente todo cambió de color y apareció la hormiga atómica lle-

vando en sus brazos, rosas; con esencia natural y con movimiento propio.

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Ofrecía a cada insecto una, para que todos entendieran la existen-

cia de este ser tan maravilloso, que solo necesitaba ser como era para

existir… No había que cambiarla, alterarla o comerla… Su propósito era

encantar con su presencia y alegrar la vida de aquellos que la podían ver

y disfrutar.

Todos comenzaron a tomar rosas en sus manos y a sentir la belleza

que transmitía, todos aprendieron que en otras formas de vida existe una

cualidad muy especial, totalmente vedada a los ojos y a la inteligencia

virtual. Las cosas son como son y se deben respetar.

Esa noche todos los insectos bailaron y cantaron hasta el amanecer

y para siempre sus vidas virtuales cambiaron, fueron menos frías y más

llenas de color.

Gracias a una simple y única rosa y a la inteligencia de la hormi-

guita atómica.

El toque humano hizo posible cambiar la vida virtual.

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Rese

ñaCárcel de árbolesNovela de Rodrigo Rey Rosa

El árbol en la literatura es signo de embelesamiento de la imagen

mental que fluye el lector al dibujar -para él mismo- el paisaje en el cual

imagina moverse. Pero además, el árbol es texto de evocación de un es-

tado o situación, útil para ubicar una cita de los personajes en un entorno

poliforme descrito con diversidad de sensaciones. Pero en esta novela

corta del célebre escritor guatemalteco Rodrigo Rey Rosa, él árbol es

cárcel, o por lo menos su tronco sirve para fijar los grilletes de cientos de

esclavos dentro de una imaginativa trama literaria que nos hace vibrar

descorazonadamente por su crudeza; aunque los signos que componen

las imágenes del texto sea en verdad hermosas y sugerentes:

Subieron a una amplia habitación de techo alto, que miraba por

los ventanales sobre un verde y esponjoso mar de árboles.

Semanas atrás, por los medios de prensa nacionales e internacio-

nales trascendió la noticia de que Estados Unidos pedía disculpas al go-

bierno de Guatemala porque a mediados del siglo pasado, se habían

producido una serie de experimentos con ciudadanos guatemaltecos a

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quienes infectaron de sífilis y otras enfermedades. Resulta increíble y

nos deja un sabor amargo en el paladar, por tan solo pensar en cuántos

atropellos más han sucedido en estas naciones centroamericanas con

la complicidad de gobiernos totalitarios como el que vivía esa hermana

nación por esas décadas, sin que trasciendan y, como en “Cárcel de árbo-

les” todo quedó oculto bajo esas selvas recias e inhóspitas como las que

limitan entre Guatemala y Belice.

Atinadamente Rey Rosa se sirve de este simbolismo para denun-

ciar, y, precisamente como lo califica la crítica: “el poder liberador de la

literatura”.

El helicóptero comenzó a elevarse, viró en redondo. El piloto oprimía

botones. Desde lo alto, con cierta tristeza, la doctora vio en medio de

la selva la elegante casa blanca que comenzaba a arder.

Así finaliza esta novela cuando el fuego abraza la evidencia “blanca”

y los gananciosos “de cuello blanco” escapan.

En la trama de Rey Rosa, un funcionario gubernamental encuentra

la forma de hacerse de riquezas utilizando a los disidentes del régimen

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en un experimento conducido por una doctora que los convierte en

esclavos modernos a través de sofisticadas intervenciones; sus cerebros

son conducidos a aceptar órdenes y a trabajar, modificando no solo sus

complejos cerebrales y afectando también la trama del lenguaje.

El crítico literario Paul Bowles, en su presentación al libro publicado

por Seix Barral en ���� señala: “El monstruoso proyecto, indispensable

en el mundo “civilizado”, es demasiado posible (admitiendo que el proce-

dimiento sea hacedero técnicamente) en un país cuyo gobierno detenta

un poder absoluto y en el que la vida humana se considera carente de

valor”.

La referida noticia de meses atrás de los inhumanos experimentos

con hermanos guatemaltecos, me motivó a buscar entre anaqueles para

releer la novela; a su vez me cercioro de la capacidad del símbolo arbóreo

para recrear espacios de reflexión y de contemplación de nuestra propia

humanidad y su entorno; es por ello que Cárcel de Árboles es colectada

por Museo del Árbol.

El editor

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Rese

ña Dibujos de Marco Tulio Brenes

Él es un artista oriundo de una comunidad elevada en las montañas

de Santa Elena, Monteverde, provincia de Puntarenas, Costa Rica; de ahí

su cercanía con temas de la naturaleza, y por ende el árbol.

En una reciente visita a su estudio/galería, nos sorprende con

su enorme producción: pinturas, esculturas, dibujos, instalaciones, fo-

tografías, poemas, muebles, objetos utilitarios en madera hechos con

trozos de troncos que encuentra por ahí, en el entorno sereno y nuboso

de ese paraíso natural, tan visitado por personas de todo el mundo.

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��Ancestro. Dibujo a tinta china sobre papel.

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Marco Tulio BrenesFollaje. Dibujo a tinta china sobre papel.

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Publicación mensual de arte y culturadel árbol en Costa Rica

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Sus dibujos son de enorme variedad temática, enfoques y técnicas,

como lo es su arte; los hay humorísticos y críticos con el tema ecológico,

de corte artístico o conmemorativos de acontecimientos de la cultura

y realidad nacional y cotidiana. Pero en todos estos dibujos que publi-

camos, el centro es el árbol, esas criaturas que él ha visto crecer y

que -ellos lo han visto crecer a él-, pues Marco Tulio ha vivido ahí toda

su vida, por lo que sus evocaciones de infancia y juventud son pasearse

por esos parajes silvestres de profunda sombra y morada de cientos de

especies de aves, mariposas, insectos, reptiles así como de la diversidad

de la flora nativa del lugar.

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Marco Tulio BrenesPrincipio. Dibujo a tinta china sobre papel.

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Foto

graf

íaPara contemplar el árbol

Todos los días llegan al correo de Museo del Árbol fotografías envia-

das por los amigos de esta publicación, por lo que abrimos esta sección

para publicarlas y que los lectores puedan tener una contemplación de

muchos árboles a lo largo y ancho del mundo. A todos muchas gracias.

El editor.

Naín Artjoy. Albo-rada, árbol de Jaca-randa fotografiada en Beverly Hills, California, USA.

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Naín Artjoy. Metamorfósis.

Naín Artjoy. Visión.

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Naín Artjoy, “Madre Natura”Tronco de un arbol de Maple, de sus frutillas se hace el sirope que se usa para ponerles encima a los pancakes del desayuno.Página siguiente: Naín Artjoy, Interior Azul.

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Marco Tulio Brenes, Monteverde.Se observa una estructura natural te-jida de ramajes y raíces que un día rodearon a un higuerón, que al desa-parecer, dejó la forma de su inmensi-dad latente en esa estructura.

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Marco Tulio Brenes, Monteverde.Higuerón.

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Alex Chan es un joven diseñador indus-trial que nos envía estas fotografías de un hermoso árbol de la ciudad de Carouge, Suiza.

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