monografía de grado cjrm - uso del glifosato en cultivos

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1 USO DEL GLIFOSATO EN CULTIVOS AGRÍCOLAS E ILÍCITOS: IMPACTO EN LA MICROBIOTA DEL SUELO A MEDIDA QUE AUMENTA LA TASA DE APLICACIÓN AUTOR: CARLOS JOSE RODRIGUEZ MANTILLA DIRECTORA: Ph.D., JENNY DUSSÁN GARZÓN PROFESORA ASOCIADA UNIVERSIDAD DE LOS ANDES DEPARTAMENTO DE CIENCIAS BIOLÓGICAS BOGOTA D.C., COLOMBIA 2020

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Page 1: Monografía de grado CJRM - Uso del glifosato en cultivos

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USO DEL GLIFOSATO EN CULTIVOS AGRÍCOLAS E ILÍCITOS:

IMPACTO EN LA MICROBIOTA DEL SUELO A MEDIDA QUE AUMENTA LA TASA DE APLICACIÓN

AUTOR:

CARLOS JOSE RODRIGUEZ MANTILLA

DIRECTORA:

Ph.D., JENNY DUSSÁN GARZÓN

PROFESORA ASOCIADA

UNIVERSIDAD DE LOS ANDES

DEPARTAMENTO DE CIENCIAS BIOLÓGICAS

BOGOTA D.C., COLOMBIA

2020

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USO DEL GLIFOSATO EN CULTIVOS AGRÍCOLAS E ILÍCITOS: IMPACTO EN LA MICROBIOTA DEL SUELO A MEDIDA QUE AUMENTA LA

TASA DE APLICACIÓN

AUTOR:

CARLOS JOSE RODRIGUEZ MANTILLA

DIRECTORA:

Ph.D., JENNY DUSSÁN GARZÓN

PROFESORA ASOCIADA

Monografía presentada como requisito para optar al título de:

Biólogo

UNIVERSIDAD DE LOS ANDES

DEPARTAMENTO DE CIENCIAS BIOLÓGICAS

BOGOTA D.C., COLOMBIA

2020

Page 3: Monografía de grado CJRM - Uso del glifosato en cultivos

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AGRADECIMIENTOS

Quisiera agradecer especialmente a mi familia, quienes me acompañaron en el

desarrollo de este trabajo y me infundieron tranquilidad y ánimo en los momentos

más críticos. Agradezco también profundamente a mi directora, la profesora Jenny

Dussán Garzón, quien me brindó asesoría a lo largo de todo este proceso.

Finalmente, agradezco la ayuda de mis amigos, quienes en múltiples ocasiones me

apoyaron en la realización de este trabajo. A todos gracias.

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RESUMEN

Los herbicidas a base de glifosato (HBGF) se encuentran entre los agroquímicos

más comunes y ampliamente utilizados a nivel global. En países como Colombia,

su uso no se ha limitado exclusivamente para el control de malezas en cultivos

agrícolas de pequeña y gran escala; históricamente, también se han empleado en

los programas de fumigación aérea para la erradicación de cultivos ilícitos. Frente a

la aplicación intensiva del glifosato (GF) en la agricultura y la posible reanudación

de la aspersión aérea con GF como parte de la estrategia integral para combatir el

narcotráfico, surgen numerosos interrogantes sobre el peligro que supone la

acumulación del GF en el ambiente y sus posibles efectos directos o indirectos en

los microorganismos del suelo. El propósito del presente trabajo es realizar una

revisión crítica de la literatura científica reciente sobre el uso del GF y sus diferentes

efectos sobre la microbiota en suelos agrícolas. Nuestras principales conclusiones

de este estudio son: (1) el impacto adverso del GF puede ser mayor en las

comunidades microbianas del suelo a medida que aumenta la tasa de aplicación;

(2) los HBGF pueden causar alteraciones en las defensas fisiológicas de las plantas,

haciendo que estas sean más susceptibles a enfermedades transmitidas por el

suelo; (3) los HBGF tienen el potencial de la alterar la ecología de las comunidades

microbianas, al promover el crecimiento de fitopatógenos y en suprimir

microrganismos benéficos del suelo; y (4) la aplicación intensiva de HBGF ha

provocado la emergencia de microorganismos resistentes al glifosato, con la

probabilidad de también desarrollar mecanismos de resistencia a los antibióticos.

Palabras clave: glifosato, AMPA, suelo, comunidad microbiana, biodegradación.

Page 5: Monografía de grado CJRM - Uso del glifosato en cultivos

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TABLA DE CONTENIDOS

1. Introducción

2. Aplicación en Agricultura: Características Generales y Contexto Histórico

2.1. Características Generales del Glifosato y Modo de Acción

2.2. Contexto Histórico del Glifosato en la Agricultura Mundial

2.3. Problemática en Colombia: Erradicación de Cultivos Ilícitos

3. Presencia del Glifosato en el Suelo y Vías de Biodegradación

3.1. Destino del Glifosato en el Suelo: Adsorción, Mineralización y Lixiviación

3.2. Vías de Biodegradación del Glifosato

4. Efecto del Glifosato en los Microorganismos del Suelo

4.1. Cambios en la Estructura de las Comunidades Microbianas

4.2. Impacto en la Funcionalidad de las Comunidades Microbianas

5. Resistencia Microbiana al Glifosato y a los Antibióticos

6. Propuesta experimental

7. Discusión y Conclusiones

Referencias

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1. Introducción

Los herbicidas, son una amplia clase de compuestos fitotóxicos empleados para el

control de especies de plantas invasoras o indeseadas. Esto ocurre, a través de

mecanismos de acción que interfieren con procesos críticos fisiológicos en sitios

blanco de las plantas, los cuales, pueden llegar a comprometer la supervivencia o

el crecimiento regular vegetal (Duke, 2012). El glifosato [N-fosfonometilglicina], es

un ingrediente activo en formulaciones de herbicidas comerciales, aplicado

principalmente para la eliminación post-emergente de malezas anuales o perennes

que se encuentran próximos a cultivos (Singh & Singh, 2016; Zhan et al., 2018).

El mecanismo de acción fundamental del glifosato reside en la inhibición de la

enzima 5-enolpiruvil-shiquimato-3-fosfato sintetasa (EPSPS) perteneciente a la ruta

del ácido shikímico, el cual es requerido para la biosíntesis de amino ácidos

aromáticos y de metabolitos secundarios (van Bruggen et al., 2018). Aunque la

actividad biocida del glifosato es dirigida a plantas, la literatura demuestra que esta

ruta biosintética también está presente en algunos microorganismos, como

bacterias y hongos (Guijarro et al., 2018; Lane et al., 2012; Newman et al., 2016;

van Bruggen et al., 2018). Esto indica que el herbicida, además de su naturaleza no

selectiva (Benbrook, 2016), también puede tener efectos en el medio ambiente

afectando a especies no objetivo sensibles a este compuesto (Annett et al., 2014;

Kurenbach et al., 2018; Myers et al., 2016; Zabaloy et al., 2012; Zhan et al., 2018).

Los herbicidas a base de glifosato se encuentran entre los agroquímicos más

comunes y ampliamente utilizados a nivel global (Annett et al., 2014; la Cecilia &

Maggi, 2018). Desde la introducción del glifosato por primera vez en 1974, se

reportó que para el 2014, el volumen total de aplicación del herbicida en la

agricultura mundial fue de 747 millones de kg, y sólo en el sector agrícola de EE.UU.,

el volumen total aplicado fue de 114.4 millones de kg (Singh & Singh, 2016).

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Aunque a nivel internacional el uso del glifosato se ha centrado en torno a la

agricultura, en Colombia, se ha extendido la utilización del herbicida para la

erradicación de cultivos ilícitos (Camacho & Mejía, 2017; Oldham & Massey, 2002).

En el 2000, se implementó un acuerdo bilateral entre los gobiernos de Colombia y

Estados Unidos denominado “Plan Colombia” (Camacho & Mejía, 2017; Oldham &

Massey, 2002). Uno de los principales objetivos de esta iniciativa, fue la ejecución

de un programa antinarcóticos utilizando la aspersión aérea con glifosato, como la

estrategia fundamental para la erradicación de cultivos de coca (Erythroxylum coca

y E. novogranatense) (Oldham & Massey, 2002; Solomon et al., 2009). Se estima

que durante el Plan Colombia, el promedio de fumigación anual de cultivos ilícitos

fue de 128.000 hectáreas anuales; y para el 2006 se alcanzó un pico de 172.000

hectáreas fumigadas (Camacho & Mejía, 2017). Un problema asociado a la

estrategia de fumigación área es que se requiere una formulación de glifosato

distinta a la formulación comercial común para la agricultura; siendo

considerablemente más alta en tasa y concentración con respecto al uso estándar

de glifosato (Oldham & Massey, 2002).

El éxito comercial del glifosato es posible atribuirlo a la combinación de diferentes

aspectos: su eficacia como herbicida sistémico de amplio espectro, el desarrollo de

variedades de cultivos resistentes al glifosato y la tendencia a evitar o minimizar la

labranza en operaciones agrícolas (Duke, 2012; Gilbert, 2013). En conjunto, estos

factores favorecieron que el glifosato fuera adoptado rápidamente en la agricultura

moderna como el herbicida preferente para la remoción de malezas (Annett et al.,

2014; Cerdeira & Duke, 2006; Gilbert, 2013).

El aumento acelerado en la demanda y el uso del glifosato para la producción

agrícola, tanto en países industrializados como en vía de desarrollo (van Bruggen

et al., 2018); han ocasionado el surgimiento de numerosos interrogantes sobre el

peligro que supone la acumulación del glifosato en el ambiente y sus posibles

efectos secundarios en los organismos (Singh & Singh, 2016). Algunas fuentes

considerables de contaminación ambiental por glifosato son por causa de

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inadecuadas prácticas en el manejo del herbicida (Myers et al., 2016). Entre estos,

se encuentran la aplicación de glifosato por encima de los límites recomendados de

las tasas en campo (Druille et al., 2016) o debido a la aplicación repetitiva

anualmente del herbicida en sistemas agrícolas (Zabaloy et al., 2012). De esta

forma, cantidades significativas de glifosato caen y penetran a los suelos en

diferentes fases del ciclo de cultivo, afectando la microbiota nativa (Druille et al.,

2016; Guijarro et al., 2018; Lane et al., 2012; Newman et al., 2016; Nguyen et al.,

2016; Zabaloy et al., 2012).

Numerosos estudios han reportado que la exposición con glifosato puede tener un

impacto sobre la calidad del suelo y sus comunidades microbianas (Guijarro et al.,

2018; Newman et al., 2016). Por un lado, el glifosato puede influir en cambios sobre

la composición, diversidad y la actividad de los microorganismos del suelo (Druille

et al., 2016; la Cecilia & Maggi, 2018; Newman et al., 2016; Nguyen et al., 2016).

Las alteraciones sobre las comunidades microbianas pueden desestabilizar la

funcionalidad de los servicios ecosistémicos que cumplen en el suelo; como son los

procesos biogeoquímicos de la descomposición de la materia orgánica y el ciclado

de nutrientes (Gilbert, 2013). Por otro lado, la extensa presión de selección que ha

ejercido el glifosato, a raíz de ser el método principal para el control de malezas

(Cerdeira & Duke, 2006; Duke, 2012; van Bruggen et al., 2018), ha exacerbado la

evolución de mecanismos de resistencia al glifosato en microorganismos y en

plantas (Kurenbach et al., 2018; van Bruggen et al., 2018), e incluso, ha influido

indirectamente en la evolución de la resistencia a antibióticos en microorganismos

de importancia clínica (Kurenbach et al., 2018; van Bruggen et al., 2018).

Este trabajo presenta una revisión crítica de la literatura científica reciente sobre el

uso del glifosato y sus diferentes efectos sobre la microbiota en suelos agrícolas.

Además de enriquecer el estado del arte sobre los riesgos ambientales derivados

del uso de herbicidas a base de este compuesto, el propósito de la monografía es

poder plantear una posición con respecto al impacto en la microbiota cuando se

utilizan las tasas de aplicación de glifosato en cultivos lícitos, de tal suerte, que se

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puedan predecir las consecuencias que posiblemente se deriven cuando se utilicen

estas tasas de glifosato en cultivos ilícitos. En nuestro conocimiento, no hay

información disponible en la literatura sobre esta problemática, por lo que surge la

necesidad investigativa de evaluar los efectos ambientales potenciales derivados

de la aplicación de glifosato en la erradicación de cultivos ilícitos.

Los objetivos de esta monografía son: (I) revisar el contexto histórico del glifosato

empleado para la erradicación de plantas indeseadas en cultivos lícitos e ilícitos, (II)

analizar el destino ambiental del glifosato en el suelo; (III) precisar los procesos de

biodegradación de glifosato en el suelo por microorganismos; (IV) evaluar los

efectos del glifosato a nivel estructural, funcional y de resistencia (al glifosato y a los

antibióticos) en las comunidades microbianas de suelos agrícolas, (V) plantear un

experimento a futuro para evaluar la adición de Lysinibacillus sphaericus como

agente de biorremediación de GF en la concentración utilizada en fumigación para

la fumigación de cultivos de uso ilícito; y (VI) establecer una posición crítica frente a

los posibles efectos del glifosato sobre la microbiota del suelo, a medida que

aumenta la tasa de aplicación del herbicida en actividades agrícolas y en programas

de erradicación de cultivos ilícitos.

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2. Aplicación en Agricultura: Características Generales y Contexto Histórico 2.1. Características generales del Glifosato y Modo de Acción

El glifosato (GF), es un ácido aminofosfónico de naturaleza polar, cuya actividad

biocida fue descubierta en 1970 por la compañía Monsanto (Benbrook, 2016;

Zabaloy et al., 2012). En 1974, la fórmula comercial de este compuesto químico fue

lanzada al mercado mundial bajo el nombre de “Roundup®” (Annett et al., 2014).

Estos productos herbicidas además de contener GF como el ingrediente activo, son

formulados con agentes surfactantes y otros aditivos para mejorar la absorción del

GF en el follaje de las plantas vasculares (Wang & Liu, 2007).

Generalmente, las principal variable que se considera cuando se realiza la

aplicación de herbicidas a base de glifosato (HBGF) en campo, corresponden a la

tasa1 del producto (Martino, 1988). Sin embargo, hay diversos factores que pueden

afectar la eficacia del GF durante su aplicación foliar, como pueden ser: el tipo de

malezas y su densidad, las características superficiales de las hojas, el volumen de

agua usado, el tamaño de gota, el pH y el tipo de cationes en la solución, y las

condiciones ambientales (Martino, 1988; Wang & Liu, 2007).

En la agricultura, las tasas de aplicación recomendadas en campo2 para el control

post-emergente de malezas anuales o perennes utilizando GF, generalmente

pueden oscilar entre 0.84 y 2.88 𝑘𝑔o𝐿 × ℎ𝑎!" (o también se maneja una

concentración recomendada entre 50 𝑚𝑔 × 𝐿𝑜𝑘𝑔!" y aproximadamente 170

𝑚𝑔 × 𝐿𝑜𝑘𝑔!" por ingrediente activo en el suelo, que representa la concentración

1 En los artículos de investigación se hace referencia a la tasa o dosis de aplicación de GF en campo, bien sea como la cantidad de herbicida por unidad de área de terreno (𝑘𝑔o𝐿 × ℎ𝑎!") o como la cantidad del ingrediente activo (GF) en el suelo (𝑚𝑔 × 𝐿!"𝑜𝑘𝑔!"). 2 Estos valores de aplicación varían según el producto comercial a base de glifosato, y también, según el tipo de maleza a tratar, su altura máxima al momento de ser rociadas, entre otros factores.

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de GF que se aplica en campo en una profundidad de interacción del suelo de 2

mm) (Duke, 2020; Zabaloy et al., 2015). Cuando el GF es asperjado en el follaje, el

compuesto inicialmente se adsorbe a la superficie foliar ya que su naturaleza soluble

le impide penetrar la cutícula cerosa (Martino, 1988; Wang & Liu, 2007). Al

encontrarse el GF en forma de depósitos acuosos sobre la superficie foliar, la

presencia de surfactantes en la mezcla de pulverización contribuyen en mejorar la

absorción del herbicida (Martino, 1988; Wang & Liu, 2007). Por un lado, al reducir

la tensión superficial, aseguran que las gotas de agua con GF estén en mayor

contacto con la cutícula. Por otro lado, retrasan el secado de las gotas por efecto

higroscópico (Wang & Liu, 2007). Se estima que compuestos hidrofílicos como el

GF, pueden atravesar la cutícula por medio de rutas polares que involucran

acuaporinas (Schönherr, 2006) o por efecto de la hidratación de la cutícula por los

surfactantes (Wang & Liu, 2007). Posteriormente, el GF es lentamente absorbido a

través del simplasto celular por mecanismos de difusión pasiva o facilitado por

sistemas de transporte de fosfato (Gomes et al., 2014).

Una vez el GF penetra en las hojas, el agroquímico es translocado por el sistema

vascular hacia sitios metabólicamente activos y en crecimiento, como son los tejidos

meristemáticos (Cakmak et al., 2009; Gomes et al., 2014). En este contexto,

órganos vegetales como nódulos y ápices de raíz y tallo, terminan siendo

considerables sumideros de este compuesto y blancos directos de su fitotoxicidad

(Cakmak et al., 2009). Como se revisará más adelante en el subíndice 3.2, el GF se

puede descomponer en uno de los metabolitos más frecuentes de degradación

conocido como aminometilfosfónico (AMPA), otro compuesto tóxico reconocido

(Reddy et al., 2004; Zhan et al., 2018). Generalmente, el GF es biodegradado en

AMPA por microorganismos en el suelo, pero este proceso también puede ocurrir

de forma similar dentro de las plantas (van Bruggen et al., 2018); por lo que es

factible la concurrencia de ambos compuestos en los tejidos vegetales y de que sus

efectos perjudiciales estén posiblemente ligados (Gomes et al., 2014).

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Es ampliamente reconocido que el mecanismo de acción principal del GF, reside en

la inhibición de la enzima 5-enolpiruvylshikimate-3-fosfato sintasa (EPSPS),

perteneciente al sexto paso de la ruta del ácido shikímico (Tohge et al., 2013; van

Bruggen et al., 2018). Esta ruta metabólica es de gran importancia para la

biosíntesis de aminoácidos aromáticos3 requeridos en la formación de proteínas

(Tzin et al., 2012). Sin embargo, esta ruta también es crucial para la síntesis de

precursores de una extensa variedad de metabolitos secundarios aromáticos que

incluyen alcaloides, glucosinolatos, flavonoides, auxinas, ligninas y compuestos

antibióticos (Gomes et al., 2014; Tohge et al., 2013). Muchos de estos metabolitos

secundarios tienen un papel fundamental en la interacción de la planta con su

entorno, ya que están involucrados en diferentes procesos fisiológicos,

estructurales, y en defensa contra estresores bióticos y abióticos (Gomes et al.,

2014; Tohge et al., 2013). De manera que la inhibición de la enzima EPSPS por

parte del GF, puede a su vez repercutir en la producción de estos compuestos

(Gomes et al., 2014).

En este orden de ideas, los mecanismos que conducen a la muerte de las plantas

no solo están asociados directamente a la inhibición de la enzima EPSPS y su

implicación en la disminución de amino ácidos. Los efectos nocivos que presentan

las plantas tratadas con GF también pueden estar relacionados con efectos

indirectos. Diferentes estudios han reportado que tanto el GF como el AMPA,

pueden tener efectos secundarios sobre procesos fisiológicos como la fotosíntesis,

el metabolismo del carbono y nitrógeno, en nutrición mineral vegetal, en

mecanismos de lignificación, en eventos de estrés oxidativo y en la alteración de las

comunidades microbianas que interactúan con las plantas (microbioma) (Gomes et

al., 2014; van Bruggen et al., 2018; Zobiole et al., 2012).

3 La ruta del ácido shikímico es el encargo de la biosíntesis de corismato, un compuesto precursor de los aminoácidos aromáticos L-triptófano, L-tirosina y L-fenilalanina.

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2.2. Contexto Histórico del Glifosato en la Agricultura Mundial

Desde la introducción del Roundup® en 1974, y durante las siguientes dos décadas,

el herbicida fue utilizado ampliamente para el control de malezas en terrenos

agrícolas o de pastoreo, y en otras actividades no relacionadas con cultivos

extensivos (Benbrook, 2016; Myers et al., 2016). Debido a la acción no selectiva y

de amplio espectro del GF, el uso del producto Roundup® se limitaría a la aplicación

antes de la siembra o pre-emergencia de cultivos tradicionales, después de la

cosecha para la remoción de malezas que crecieron en la temporada tardía, o en

situaciones a pequeña escala donde la aplicación localizada fuera posible (Annett

et al., 2014; Benbrook, 2016; Cerdeira & Duke, 2006). A causa de lo anterior, el

volumen total de GF aplicado a nivel mundial tuvo un crecimiento relativamente lento

hasta mediados de la década de los 90 (Benbrook, 2016).

La popularidad del Roundup® aumentó rápidamente desde 1996, cuando la

compañía Monsanto desarrolló la línea patentada de semillas “Roundup Ready®”

(Myers et al., 2016). Estas semillas corresponden a variedades de cultivos

genéticamente modificados para ser tolerantes a la inhibición por GF; ya que tienen

genes de resistencia a este compuesto transferidos por bacterias, como

Agrobacterium sp. cepa CP4 (gen CP4 EPSPS) y Ochrobactrum anthropi cepa

LBAA (gen GOX), o por origen artificial, producto de técnicas de mutagénesis

dirigido a sitios de EPSPS para alterar el sitio de unión del GF (Annett et al., 2014;

Cerdeira & Duke, 2006; Reddy et al., 2004). Algunos ejemplos notables de semillas

Roundup Ready® liberados al mercado, pertenecen a las variedades de cultivos de

soya, canola, algodón y maíz (Gilbert, 2013; Myers et al., 2016).

Con la adopción global de los cultivos Roundup Ready®, el volumen total de

aplicación de HBGF aumentó aproximadamente 15 veces más en la agricultura

mundial: de 51 millones de kg en 1995 a 747 millones de kg en 2014 (Benbrook,

2016). El aumento en la demanda y uso de HBGF tras el desarrollo de variedades

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de cultivos tolerantes al GF, transformó la manera en que se venía aplicando el

agroquímico en diferentes aspectos.

Primero, el desarrollo de variedades Roundup Ready® llevó a que el GF fuera

asperjado en más hectáreas con presencia de cultivos tolerantes al herbicida. Esto

ocasionó que el área de terrenos tratados con GF se incrementara rápidamente

(Benbrook, 2016). De igual forma, esto posibilitó tasas de aplicación más altas de

GF, ya que los cultivos podían ser asperjados entre 1 y 3 veces más, para así evitar

el crecimiento activo de malezas durante su crecimiento (Benbrook, 2016; Druille et

al., 2016).

Segundo, el uso de cultivos transgénicos permitió que productores y campesinos

depositaran su confianza en la efectividad del GF, como método herbicida

preferente para la remoción de malezas (Duke, 2012; Gilbert, 2013). Históricamente,

para obtener resultados comparables en el control de malezas en cultivos

convencionales, se requería la aspersión de múltiples herbicidas selectivos; de

manera que el volumen total de aplicación combinado solía ser alto y esto, a su vez,

amplificaba la toxicidad ambiental asociado a cada agroquímico utilizado (Duke,

2015). En consecuencia, esta situación favoreció a que el GF reemplazara a otros

herbicidas alternativos, disminuyendo la demanda comercial de estos y su uso

rutinario para el manejo agropecuario (Annett et al., 2014; Gilbert, 2013).

Tercero, el GF facilitó la tendencia a evitar o minimizar la labranza en operaciones

agrícolas (Duke, 2012; Gilbert, 2013). La labranza (específicamente, el arado) es

una práctica en agricultura para preparar el suelo antes de la siembra, a partir del

trazado de surcos profundos en la tierra con ayuda de herramientas tradicionales o

con maquinarias (Busari et al., 2015). El arado se realiza para facilitar la circulación

del aire y del agua en las capas superiores del suelo, y también, para destruir

mecánicamente las malezas (Duke, 2015) Sin embargo, estas operaciones tienden

a generar problemas ambientales relacionados con la erosión de los suelos, la

lixiviación de nutrientes, y a favorecer la escorrentía de agua debido a la

Page 15: Monografía de grado CJRM - Uso del glifosato en cultivos

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compactación de la tierra (Benbrook, 2016; Duke, 2015). Por esta razón, prácticas

agrícolas de tipo labranza mínima (o conservacionista) y labranza cero (o siembra

directa), se implementaron como estrategias para proteger las propiedades del

suelo y para llevar acabo la siembra de una forma sostenible (Busari et al., 2015).

Algunos de los principios básicos en este tipo de labranzas incluyen dejar una

cobertura orgánica permanente sobre los campos (p. ej. provenientes de residuos

vegetales de temporadas pasadas), minimizar la perturbación mecánica del suelo,

y procurar la diversificación de plantas sembradas (Busari et al., 2015). Con la

adopción de los cultivos tolerantes al GF en las prácticas de labranza mínima o cero,

el uso de HBGF se volvió más intensivo y frecuente, ya que la remoción mecánica

de las malezas no era una opción en este tipo de operaciones agrícolas (Annett et

al., 2014; Duke, 2015; Gilbert, 2013).

Pese al incremento en la dependencia de HBGF, algunos autores sostienen que la

reducción en la labranza concedida por los cultivos tolerantes al GF tuvo impactos

positivos para el medio ambiente (Duke, 2015). Por ejemplo, la labranza mínima o

cero posibilitó un mayor secuestro de carbono (CO2) en los campos, debido a una

menor alteración de las capas superiores del suelo (como ocurría previamente en

las prácticas de labranza tradicional). De igual forma, hubo una disminución en el

consumo de combustibles fósiles ya que se limitaba la utilización de maquinaría

agrícola. Por último, los altos rendimientos obtenidos con los cultivos tolerantes al

GF, implicaron que posiblemente menos área de zonas naturales fueran convertidas

en terrenos para agricultura (Duke, 2015).

Cuando la compañía Monsanto perdió la patente global del GF en el 2000, cientos

de empresas biotecnológicas entraron al mercado para desarrollar nuevos

productos genéricos a base GF, dirigidos para ser aplicados en un rango de

condiciones específicas (Annett et al., 2014; Benbrook, 2016). Aunque estos

herbicidas modernos mantienen el GF como el ingrediente activo, sus formulaciones

son distintas, ya que incluyen variaciones particulares con respecto a la

concentración de GF, o frente a la identidad y concentración de los surfactantes

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añadidos (Annett et al., 2014). Esta gran variedad de fórmulas comerciales no solo

dificulta la realización de estudios toxicológicos para evaluar el impacto ambiental

que tiene cada uno de los componentes individuales en estos herbicidas (Annett et

al., 2014), sino también dificulta la elaboración de reportes para establecer

correctamente las tasas de aplicación de estos HBGF en campo (Annett et al.,

2014).

El cultivo prologando de variedades transgénicas tolerantes al GF combinado con

el aumento en la producción de HBGF genéricos, provocó un incremento

significativo de las aplicaciones de GF a nivel mundial en las últimas décadas

(Annett et al., 2014). La dependencia y el uso excesivo de GF, conllevó al

surgimiento de múltiples problemáticas ambientales relacionadas con resistencia a

herbicidas y antibióticos (ver índice 5) (Kurenbach et al., 2018; Myers et al., 2016) y

a daños colaterales en especies no objetivo sensibles al GF (ver subíndice 4.1 y

4.2) (Nguyen et al., 2016; Zabaloy et al., 2012; Zhan et al., 2018).

2.3. Problemática en Colombia: Erradicación de Cultivos Ilícitos

El uso de HBGF no sólo se ha limitado al contexto agrícola. Este compuesto químico

también se ha utilizado bajo otros propósitos en la eliminación de plantas

indeseadas. En Colombia, el uso de GF se ha extendido a la erradicación de cultivos

ilícitos (Oldham & Massey, 2002). A raíz del aumento en el sembrado de cultivos de

coca que tuvo el país a mediados de 1995, y debido a la participación de grupos

armados organizados en este negocio ilegal, los gobiernos de Colombia y Estados

Unidos implementaron un acuerdo bilateral en el año 2000 conocido como “Plan

Colombia” (Camacho & Mejía, 2017). Uno de los principales objetivos del Plan

Colombia, fue desarrollar un programa antinarcóticos para reducir la producción de

coca, y combatir el procesamiento y tráfico de drogas (Camacho & Mejía, 2017;

GAO, 2008). La aspersión aérea con GF se estableció como la estrategia primordial

para socavar la producción de coca (Camacho & Mejía, 2017; Oldham & Massey,

2002; Solomon et al., 2009).

Page 17: Monografía de grado CJRM - Uso del glifosato en cultivos

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Un aspecto alarmante relacionado con el proceso de fumigación, radica en la forma

como se han manejado las tasa de aplicación del GF en campo (Vargas, 2005). De

acuerdo con Solomon et al. (2007), en las operaciones de fumigación aérea se

realizan entre dos o más rondas de aspersión desde aeronaves, usualmente a una

altura de 30 m sobre los cultivos de coca, y se tiende a liberar 10.64 𝐿 × ℎ𝑎!" de GF

mezclado con otros adyuvantes (como Cosmo-Flux 411F) para mejorar la

penetración del ingrediente activo en el follaje vegetal.

Lo anterior quiere decir que, a diferencia del uso estándar de herbicidas (como

Roundup Original®) bajo las tasas recomendadas en agricultura, en los programas

de fumigación área, los cultivos ilícitos son asperjados con herbicidas en mayores

tasas que los niveles máximos recomendados por el fabricante (Oldham & Massey,

2002; Vargas, 2005). Dentro de este contexto cabe mencionar que el riesgo

ambiental se puede amplificar con las fumigaciones áreas, ya que por acción del

viento y las condiciones meteorológicas, el GF se puede desplazar hacia zonas que

no son objetivos del programa, perjudicando así a cultivos legales, fuentes hídricas

u otros ecosistemas cercanos (Solomon et al., 2007).

Históricamente, la efectividad de los programas antidrogas apoyados en la

fumigación aérea con GF, han sido fuertemente cuestionados en Colombia

(Camacho & Mejía, 2017; Rincón-Ruiz & Kallis, 2013; Vargas, 2005). En primer

lugar, según Rincón-Ruiz & Kallis (2013), el gobierno Colombiano reportó que entre

el 2000 y el 2008, los cultivos de coca en el país se redujeron de un área de 163,000

hectáreas a 81,000 hectáreas; no obstante, los autores declaran que un informe del

Centro de Delitos y Narcóticos de la CIA indicó que en el periodo entre 2000 y 2007,

el área cultivada de coca se mantuvo en alrededor de 170,000 hectáreas (GAO,

2008). En segundo lugar, para evitar las campañas de fumigación, los campesinos

reemplazaron las grandes plantaciones de coca por plantaciones más pequeñas y

las reubicaron en diferentes zonas con menor probabilidad de ser rociados

(Camacho & Mejía, 2017; Vargas, 2005). Esto indica que las políticas de fumigación

conllevaron a difundir la producción de coca a través del territorio nacional,

Page 18: Monografía de grado CJRM - Uso del glifosato en cultivos

18

particularmente, hacia nuevas municipalidades; pues de acuerdo con Rincón-Ruiz

& Kallis (2013), “el número de municipalidades con cultivos de coca dentro de sus

territorios aumentó de 164 en el 2001 a 202 en el 2008” (p.8). En consecuencia, la

expansión de las plantaciones de coca suscitó el incremento de nuevos esfuerzos

de aspersión con GF sobre los nuevos territorios, e incluso, en áreas previamente

fumigadas por causa del retorno de cultivos a esas zonas (Rincón-Ruiz & Kallis,

2013). En tercer lugar, los campesinos responsables de sembrar los cultivos ilícitos,

desarrollaron diferentes estrategias para mitigar los efectos directos del GF. Algunas

de estas incluyeron el rocío de las hojas de coca con melaza para evitar que el GF

penetre en el follaje, la siembra de los cultivos bajo sombra, o el corte de los tallos

de las plantas horas después de la aspersión del herbicida para atenuar su

fitotoxicidad sistémica (Camacho & Mejía, 2017; Rincón-Ruiz & Kallis, 2013). A partir

de lo anterior, se puede afirmar que las acciones de fumigación con GF no sólo son

ineficientes para erradicar los cultivos declarados ilícitos, sino además, plantean un

alto riesgo ambiental en diferentes zonas geográficas que son blancos de aspersión.

Toda esta situación despertó en Colombia un debate con respecto al cumplimiento

del principio de precaución, ante las sospechas de que la fumigación con GF

pueden generar riesgos potenciales para la salud pública y el hábitat local. Frente a

las mismas, la evidencia científica ha demostrado cómo el glifosato tiene efectos

negativos sobre el medio ambiente (Annett et al., 2014; Guijarro et al., 2018; Myers

et al., 2016; van Bruggen et al., 2018) y sobre las comunidades humanas (Camacho

& Mejía, 2017; Rincón-Ruiz & Kallis, 2013; Solomon et al., 2009). A pesar de esto,

actualmente se discute en Colombia sobre autorizar el retorno de los programas de

erradicación aérea con GF para hacer frente a la expansión de los cultivos ilícitos

manejados por organizaciones criminales4.

El reinicio de estas actividades generaría afectaciones ambientales en los territorios

del país con mayor presencia de cultivos en uso ilícito. Muchos de los cuales se

4 Según el proyecto de decreto publicado por el Ministerio de Justicia colombiano en el 2019, el cual busca retomar la fumigación aérea con glifosato contra cultivos de uso ilícito.

Page 19: Monografía de grado CJRM - Uso del glifosato en cultivos

19

encuentran en ecosistemas de especial importancia ecológica, como son la región

Amazónica o de la Orinoquía (Rincón-Ruiz & Kallis, 2013). De manera que urge la

necesidad de evaluar las posibles implicaciones que pueden tener la reactivación

de los programas de fumigación área con GF, con el objetivo de establecer criterios

técnicos y científicos para proteger la biodiversidad en el país.

3. Presencia del Glifosato en el Suelo y Vías de Biodegradación 3.1. Destino del Glifosato en el Suelo: Adsorción, Mineralización y Lixiviación La aplicación de HBGF para el control de malezas o en programas de erradicación

de cultivos ilícitos, pueden contaminar los suelos y las áreas tratadas circundantes.

Esto ocurre porque una fracción del GF asperjado a nivel foliar puede ser

interceptado por otras plantas cercanas (Mamy et al., 2016). El material vegetal

contaminado con GF puede retornar en cantidades significativas al suelo por efecto

del ciclo de senescencia de las plantas, por residuos después de las labores de

cosecha o por exudación de las raíces (Doublet et al., 2009; Gomes et al., 2014).

La contaminación del suelo con restos vegetales es común en prácticas de

conservación de labranza, a causa de la continua cobertura orgánica en los suelos

(Busari et al., 2015; Mamy et al., 2016). Otra fracción del GF rociado sobre el follaje

puede caer directamente a los suelos (la Cecilia & Maggi, 2018; Maqueda et al.,

2017). Este escenario es frecuente cuando se realiza la aspersión del GF en

diferentes fases del ciclo de cultivos: en los periodos previos a la plantación, durante

las etapas de crecimiento de los cultivos tolerantes al GF o en aplicaciones

posteriores a la cosecha (Zabaloy et al., 2012).

Al margen de esto, con el uso generalizado actual de los HBGF, existen múltiples

fuentes de contaminación con GF que suponen un riesgo para las comunidades

microbianas del suelo. Aunque el GF puede ser degradado naturalmente, su tiempo

Page 20: Monografía de grado CJRM - Uso del glifosato en cultivos

20

de persistencia y remoción en el ambiente pueden variar considerablemente. Según

Bento et al. (2016):

El GF puede tener una vida media en el suelo entre 1 y 197 días, y el tiempo

requerido para que el 90% del glifosato aplicado inicialmente desaparezca

del suelo, oscila entre 40 y 280 días. Se ha encontrado que el AMPA es más

persistente en el suelo que el glifosato, con una vida media que oscila entre

23 y 958 días. (p.302)

Esto implica que la persistencia del GF o el AMPA en las capas superiores del suelo,

incrementan la posibilidad de contaminación hacia otros ambientes, ya que estos

compuestos bien pueden alcanzar horizontes del suelo más profundos, migrando a

través de poros del suelo o por medio de canales radiculares (Gomes et al., 2014);

o también porque pueden terminar en aguas superficiales o fuentes hídricas

subterráneas (Zhan et al., 2018).

Cuando el GF está presente en el suelo, el compuesto puede sufrir procesos de

adsorción, mineralización o lixiviación (ver Figura 1.) (Bai & Ogbourne, 2016;

Borggaard & Gimsing, 2008). La adsorción es un proceso que se refiere a la

retención del GF en las partículas del suelo. El incremento en la adsorción (o

inmovilización) del GF puede ser beneficioso ambientalmente, ya que regula la

liberación del GF para su degradación biológica y evita que se traslade a otros

entornos, pero, también tiende ser negativo, ya que esto puede llevar a una eventual

saturación del GF en los ecosistemas causando que sus efectos ecotoxicológicos

se amplifiquen (Bai & Ogbourne, 2016).

En comparación con otros compuestos químicos herbicidas, el GF posee

características únicas que lo hacen tener un elevado coeficiente de adsorción con

las partículas del suelo (Annett et al., 2014). Por un lado, la presencia de varios

grupos funcionales polares en el GF (grupo carboxilo, amino y fosfonato), facilitan a

que el compuesto se adsorba fuertemente a los minerales de suelo (Gimsing et al.,

Page 21: Monografía de grado CJRM - Uso del glifosato en cultivos

21

2007; Gimsing & Borggaard, 2002). Por otro lado, al ser un ácido poliprótico, el GF

puede formar complejos estables con cationes divalentes (Ca2+, Cu2+ y Zn2+)5 o

trivalentes (Al3+ y Fe3+)6 en los suelos (Borggaard & Gimsing, 2008). Dado que los

fosfatos también pueden formar complejos con estos cationes (debido a similaridad

química), tanto el glifosato como el fosfato compiten por sitios de unión superficial a

estas partículas del suelo (Borggaard & Gimsing, 2008). En este orden de ideas, en

suelos enriquecidos con fósforo, particularmente por la adición exógena de

fertilizantes de fosfato, la adsorción del GF disminuye o se suprime (Hébert et al.,

2019; Gimsing et al., 2007); mientras que suelos enriquecidos calcio o con aluminios

y óxidos de hierro (minerales de cargas variables), la adsorción del GF aumenta

(Maqueda et al., 2017).

Asimismo, el pH del suelo está correlacionado negativamente con la capacidad de

adsorción del GF (Borggaard & Gimsing, 2008). En otras palabras, la inmovilización

del GF es menor en pH altos. Esto ocurre porque a medida que el aumenta el pH,

la desprotonación del GF también aumenta, conllevando a una modificación de la

carga neta de la molécula7 y por lo tanto, reduciendo la interacción electrostática

entre el GF y las partículas del suelo (Borggaard & Gimsing, 2008). De acuerdo a lo

anterior, la textura del suelo tiene una influencia importante en la inmovilización del

GF, ya que la materia orgánica y las partículas de arcilla presentes en suelo, están

negativamente cargadas (Bai & Ogbourne, 2016). De este modo, suelos con pH

ácidos y que contienen una proporción relativa mayor de partículas de arcilla y

materia orgánica, presentan un incremento en la adsorción del GF.

La mineralización hace referencia al proceso de degradación biológica del GF. En

términos generales, la combinación de la diversidad y actividad microbiana, junto

con las propiedades fisicoquímicas del suelo, son los factores que conducen a la

mineralización del GF (Bai & Ogbourne, 2016) Sin embargo, algunos estudios

5 La unión del GF con estos cationes generalmente ocurre en suelos con pH alcalino. 6 La unión del GF con estos cationes generalmente ocurre en suelos con pH ácido. 7 La desprotonación del GF conduce al aumento de más cargas negativas libres.

Page 22: Monografía de grado CJRM - Uso del glifosato en cultivos

22

afirman que las propiedades del suelo son los predictores más importantes de la

tasas de disipación del GF, ya que estas propiedades determinan que tan

biodisponible está el compuesto para que sea atacado por las enzimas de los

microorganismos (Borggaard & Gimsing, 2008; Guijarro et al., 2018; Maqueda et al.,

2017). La biodisponibilidad del GF dependerá entonces de la reversibilidad del

equilibrio de adsorción (Guijarro et al., 2018). Entre menor sea la adsorción del GF,

más biodisponible es el compuesto a la degradación por microorganismos.

La lixiviación hace referencia al transporte del GF causado por el movimiento de

agua en el suelo. El desplazamiento del GF puede ocurrir en forma de solución o en

suspensión (p. ej. por unión a coloides de suelo) (Borggaard & Gimsing, 2008).

Aunque el GF es un compuesto altamente soluble en agua, algunos autores afirman

que el riesgo de contaminación en aguas es limitado, debido al elevado coeficiente

de adsorción que tiene el GF con las partículas de los suelos y a las rápidas tasas

de su degradación por las comunidades microbianas (Annett et al., 2014; Maqueda

et al., 2017). No obstante, otros autores afirman que el riesgo de contaminación de

las fuentes hídricas puede aumentar a largo plazo en suelos que presentan una alta

capacidad de adsorción y bajas tasas de biodegradación (Al-Rajab & Schiavon,

2010). Así mismo, hay artículos que reportan que la lixiviación del GF puede

aumentar en tipos de suelos que no son uniformes y presentan macroporos (p. ej.

esto es característico en suelos que tienen una proporción relativa mayor de

partículas de arena) (Borggaard & Gimsing, 2008).

Page 23: Monografía de grado CJRM - Uso del glifosato en cultivos

23

Figura 1. Destino del glifosato en el suelo: adsorción, mineralización y lixiviación.

(esquema inspirado por Hébert et al. [2019])

3.2. Vías de Biodegradación del Glifosato

El GF es un compuesto organofosforado sintético, propenso a la degradación por

vías bióticas o por reacciones abióticas (p. ej. a través de procesos como termólisis,

fotodegradación u oxidación catalizada por iones de manganeso contenidos en

minerales de birnessita) (Bento et al., 2016; la Cecilia & Maggi, 2018). Sin embargo,

la degradación del GF en los suelos es principalmente atribuido a los

microorganismos (Singh & Singh, 2016; Zhan et al., 2018), dado que el papel de los

factores abióticos en su disipación es insignificante (Zhan et al., 2018). De esta

manera, se ha establecido que la biodegradación es el método más eficiente, rápido

y ambientalmente sostenible para la remoción de GF en los ecosistemas (Seneff &

Orlando, 2018). Los trabajos de Zhan et al. (2018), Sviridov et al. (2015) y Singh &

Page 24: Monografía de grado CJRM - Uso del glifosato en cultivos

24

Walker (2006), presentan una lista extensa de especies de bacterias y hongos

capaces de degradar el GF (y otros compuestos organofosforados de herbicidas

comerciales); ya que estos microorganismos son los principales agentes

responsables de este proceso y en los cuales se tiene un mayor conocimiento sobre

sus mecanismos de biodegradación (Bai & Ogbourne, 2016; Singh & Walker, 2006).

Químicamente, el GF es un análogo de glicina con un grupo metilfosfonilo unido a

su átomo de nitrógeno (Seneff & Orlando, 2018). Esto es relevante, porque significa

que la estructura del GF presenta enlaces directos de carbono a fósforo (C-P) y de

carbono a nitrógeno (C-N); los cuales son susceptibles a la ruptura química por

mecanismos biológicos (la Cecilia & Maggi, 2018). Actualmente, se han identificado

dos principales vías para la biodegradación de GF (ver Figura 2.) (Singh & Walker,

2006). De acuerdo con Bai & Ogbourne (2016), la ruta más común involucra el

clivaje del enlace C-N, catalizado por la enzima glifosato oxidoreductasa. El

resultado de este proceso es la liberación de AMPA (el cual conserva un enlace C-

P) y de glioxilato, siendo este último metabolizado como fuente de carbono en los

microorganismos (Guijarro et al., 2018). En caso de romperse el enlace C-P en el

AMPA, el compuesto puede ser metabolizado como fuente de nitrógeno (Singh &

Walker, 2006). La segunda ruta involucra el clivaje del enlace C-P, catalizado por la

enzima C-P liasa (Zhan et al., 2018). El resultado de este proceso es la liberación

de sarcosina y fosfato, siendo este último metabolizado como fuente de fósforo

(Sviridov et al., 2015; Zhan et al., 2018). La sarcosina puede ser subsiguientemente

disociado en glicina y formaldehído, mediante la enzima sarcosina oxidasa (Sviridov

et al., 2015; Zhan et al., 2018). Estos sustratos pueden ser fácilmente incorporados

en los ciclos bioquímicos de los microorganismos (Sviridov et al. 2015).

De acuerdo a lo anterior, ambas rutas de biodegradación pueden utilizar la enzima

C-P liasa para el clivaje del enlace C-P en el AMPA. Esto explica porqué algunos

microorganismos al degradar GF, liberan sarcosina y AMPA al ambiente (Sviridov

et al., 2015). No obstante, la ruta de degradación por C-P liasa es menos frecuente

que ocurra en el ambiente. Por un lado, porque el enlace C-P es química y

Page 25: Monografía de grado CJRM - Uso del glifosato en cultivos

25

térmicamente más estable, lo que implica que el complejo C-P liasa debe ser

altamente específico al GF para que ocurra su degradación (Zhan et al., 2018). Por

otro lado, ésta ruta es inducida por concentraciones intracelulares deficientes en

fósforo inorgánico (Pi), y esta situación no es típica en suelos agrícolas que son

ricos en fósforo (Zhan et al., 2018). De manera que la conversión metabólica de

glifosato a sarcosina puede estar regulado por las concentraciones de Pi (Zhan et

al., 2018). Esta regulación no se evidencia para la biodegradación de glifosato al

AMPA (Zhan et al., 2018).

Figura 2. Degradación biológica del glifosato por la vía AMPA o sarcosina

(esquema basado de Zhan et al. [2018]).

Page 26: Monografía de grado CJRM - Uso del glifosato en cultivos

26

4. Efecto del Glifosato en los Microorganismos del Suelo La extensiva aplicación de HBGF en la agricultura y en actividades no agrícolas, ha

resultado en la contaminación de los ecosistemas del suelo y de otros ambientes

naturales conectados. Los suelos son sistemas biológicos dinámicos y complejos,

que albergan una amplia diversidad de comunidades microbianas (Thiour-

Mauprivez et al., 2019). Dado que esta microbiota cumple un papel esencial en

muchos servicios ecosistémicos como en el ciclado de nutrientes, el control de

enfermedades patógenas o la regulación del clima (ver artículo de Saccá et al.,

2017); constituyen así un importante indicador biológico sobre el estado de la

calidad del suelo en los ecosistemas (Thiour-Mauprivez et al., 2019). Sin embargo,

debido a que algunos microrganismos son sensibles al GF (van Bruggen et al.,

2018), los cambios en las características estructurales8 y funcionales9 de estas

comunidades pueden tener un impacto en su capacidad de mantener el suelo en un

estado óptimo y estable (Saccá et al., 2017).

Para evaluar las respuestas de la microbiota del suelo frente a la exposición del GF

y sus posibles implicaciones ecológicas, se requiere de una variedad de métodos

de monitoreo y metodologías para cuantificar los efectos ocasionados por el

herbicida. Por lo anterior, en la actualidad hay una gran disponibilidad de

metodologías dependientes o independientes de microorganismos para estudiar las

respuestas de estos bajo diferentes niveles de detalle estructural (p. ej. desde la

composición de la comunidad hasta la identificación particular de especies) o

funcional (p. ej. desde análisis robustos sobre estados nutricionales o fisiológicos

8 En ecología, la estructura (o composición) de una comunidad biológica, hace referencia a los tipos de organismos que están presentes en un entorno dado y en qué proporción relativa se encuentran en relación al total de especies que conforman la comunidad. 9 Las características funcionales hacen referencia a la diversidad de procesos o actividades metabólicas que realizan los microorganismos asociados a una comunidad, y que pueden influir en diferentes aspectos del funcionamiento del ecosistema.

Page 27: Monografía de grado CJRM - Uso del glifosato en cultivos

27

hasta el análisis específico de la actividad de ciertas enzimas) (Imfeld & Vuilleumier,

2012; Saccá et al., 2017).

Algunos métodos dependientes de cultivo efectuados en ensayos de microcosmos,

como pueden ser los análisis de ácidos grasos microbianos (por PFLA) y los perfiles

de actividad metabólica, permiten la cuantificación in situ de la respuesta microbiana

bajo condiciones controladas (Imfeld & Vuilleumier, 2012). Un inconveniente en

estos métodos radica en que en solo una fracción de la diversidad de

microrganismos del suelo es cultivable en el laboratorio, lo que limita el alcance de

los resultados obtenidos. En contraste, métodos independientes de cultivo como la

metagenómica y la secuenciación de marcadores filogenéticos, efectuados en

muestras de suelo recolectadas en campo, permiten la obtención de una gran

cantidad de información sobre la estructura, dinámica y actividad de los

microorganismos en el ambiente; facilitando la estimación de la diversidad alfa y la

identificación de taxones particulares (Imfeld & Vuilleumier, 2012; Li et al., 2016).

Aunque el tratamiento de grandes volúmenes de datos y la falta de estandarización

metodológica pueden dificultar el análisis de estos estudios y su comparación

directa con otras investigaciones, estas limitantes pueden ser paulatinamente

superadas debido al constante desarrollo tecnológico y al aumento en la

recopilación de datos relevantes usando estas técnicas (Imfeld & Vuilleumier, 2012).

Sin embargo, para tener una comprensión más completa sobre las características y

procesos microbianos, es recomendable la combinación sistemática de métodos

dependientes e independientes de cultivo (Imfeld & Vuilleumier, 2012; Marx, 2016;

Saccá et al., 2017). De esta manera, la integración de aproximaciones “meta-

ómicas” moleculares y de técnicas bioquímicas y de cultivo tradicional (denominado

“cultur-ómicas”, por Marx, [2016]), permiten describir y comprender mejor la

magnitud de la respuesta de la microbiota frente a la exposición con herbicidas

(Imfeld & Vuilleumier, 2012).

Page 28: Monografía de grado CJRM - Uso del glifosato en cultivos

28

En las siguientes dos secciones, se realiza una revisión de literatura científica sobre

los impactos del GF en los microorganismos rizosféricos y no-rizosféricos de suelos

agrícolas. Aunque el microbioma del suelo alberga una gran variedad de

microrganismos como bacterias, hongos, algas, protistas y arqueas; este artículo se

centra únicamente en el estudio de bacterias y hongos (y Oomycetes), ya que son

los grupos con mayor representación en el suelo (en términos de biomasa

microbiana total) y tienen una gran influencia en las dinámicas nutricionales de estos

ecosistemas (Six et al., 2006).

4.1. Cambios en la estructura de las Comunidades Microbianas

La gran diversidad de microorganismos del suelo puede estar localizada en distintos

microambientes, como son la rizósfera y la no-rizósfera (Li et al., 2016) La rizósfera

es la porción del suelo que está directamente influenciada por las raíces de las

plantas, y se considera que estos microambientes son importantes reservorios de

biodiversidad y de interacciones microbianas, ya que los exudados radiculares

estimulan las dinámicas poblaciones y funcionales de estas comunidades (Bais et

al., 2006; Raaijmakers et al., 2009). Se ha reportado ampliamente que los

microrganismos asociados a la rizósfera cumplen un papel fundamental en el

crecimiento y la salud de las plantas, por ejemplo, en actividades de promoción de

la defensa vegetal por modulación del sistema inmune del hospedero (Berendsen

et al., 2012; Raaijmakers et al., 2009). En contraste, la no-rizósfera hace referencia

a la mayor porción del suelo que no está influenciado por los exudados radiculares

(Li et al., 2016). Las comunidades microbianas presentes en la rizósfera pueden

diferir en estructura y en actividad de aquellas comunidades presentes en la no-

rizósfera, posiblemente, porque en el microambiente de la rizósfera hay mayor

disponibilidad de nutrientes liberados por las raíces de las plantas (Praeg et al.,

2019).

La ruta del ácido shikímico es una vía metabólica altamente conservada, y se

encuentra en organismos como plantas, hongos y bacterias (Tohge et al., 2013; Tzin

Page 29: Monografía de grado CJRM - Uso del glifosato en cultivos

29

et al., 2012) Teniendo en cuenta que esta vía es importante para la biosíntesis de

amino ácidos aromáticos y de metabolitos secundarios (ver subíndice 2.1); la

exposición con GF puede hacer que muchos taxones de bacterias y hongos del

suelo, que no cuentan con la capacidad para mineralizar este compuesto, se vean

afectados por su toxicidad (van Bruggen et al., 2018). Sin embargo, la sensibilidad

al GF parece variar entre los microorganismos en función del tipo de enzima EPSPS

intracelular que producen: la EPSPS clase I es una isoforma sensible, mientras que

la EPSPS clase II, es una isoforma no sensible al herbicida (Kremer & Means, 2009;

Tohge et al., 2013). Por lo tanto, diferencias en la sensibilidad de los

microorganismos del suelo frente al GF pueden conllevar a cambios en la

composición o diversidad de las comunidades microbianas; con efectos más

pronunciados sobre algunos phyla o géneros específicos, y no a nivel de toda la

comunidad (Kremer & Means, 2009).

La investigación sobre el impacto del GF en las comunidades microbianas ha

suscitado que numerosos estudios evalúen los factores que pueden explicar (en

mayor o en menor medida) los cambios en la estructura de la microbiota del suelo

por la aplicación del herbicida. Por ejemplo, varios autores se han centrado en

determinar el efecto que puede tener el manejo de distintas tasas de aplicación de

GF en los microorganismos del suelo (Liu et al., 2018; Zabaloy et al., 2015; Liu et

al., 2018). Mientras que otros autores se han centrado en evaluar el efecto que

puede tener la aplicación repetitiva de GF en la composición de las comunidades

microbianas (Druille et al., 2016; Guijarro et al., 2018; Newman et al., 2016; Schlatter

et al., 2017).

Algunos trabajos indican que la aplicación de GF a una inferior o igual tasa a la

recomendada en campo, supone un riesgo menor para los microorganismos de

suelos agrícolas, debido a que ejerce un impacto leve o insignificante en la

composición o diversidad de estas comunidades. Por ejemplo, utilizando

pirosecuenciación para amplificar la región V6 del ADN bacteriano, Barriuso &

Mellado (2012) monitorearon el cambio en la composición de la comunidad de

Page 30: Monografía de grado CJRM - Uso del glifosato en cultivos

30

rizobacterias de maíz NK603 genéticamente modificado, tras la aplicación de una

tasa de GF de 0.74 𝑘𝑔 × ℎ𝑎!" (Roundup Plus®). Aunque los autores señalaron que

el herbicida provocó una leve disminución de la diversidad de bacterias en la

rizósfera en comparación con el cultivo de maíz no tratado (después de seis meses

del ensayo), la proporción relativa de los phylum más abundantes, Proteobacteria y

Actinobacteria, no diferían notablemente entre el tratamiento y el control. Así mismo,

el filo Acidobacteria no difería significativamente entre el tratamiento y el control tras

la aplicación de GF. En otro estudio, al analizar por DGGE la estructura de la

comunidad de Eubacteria y de las bacterias oxidantes de amoníaco (BOA), Zabaloy

et al (2015) revelaron que no hubo cambios significativos en la estructura y

abundancia de Eubacteria y BOA luego de su exposición a GF (como sal de

isopropilamina) a la tasa recomendada en campo de 2.5𝐿 × ℎ𝑎!".

Sin embargo, hay otros investigadores que han manifestado que, cuando se usan

las tasas recomendadas de GF en campo o por debajo del mismo, sí es posible

esperar impactos perjudiciales en la comunidad microbiana del suelo. Zobiole et al.

(2010) sostienen que las aplicaciones de GF (Roundup Weather Max®, en tasas de

0.8, 1.2 y 2.4 𝑘𝑔 × ℎ𝑎!") en diferentes etapas de crecimiento de cultivos de soya

resistentes al GF, redujeron selectivamente el crecimiento poblacional de

Pseudomonas fluorescens reductoras de manganeso y otras rizobacterias

productoras de ácido indolacético (AIA). También, Nicolas et al. (2016) reportaron

que la aplicación de GF (Roundup® R450) a tasas muy inferiores a las

recomendadas en campo, podían afectar la germinación, crecimiento y desarrollo

de hongos filamentosos no-rizosféricos de la especie Aspergillus nidulas (un

bioindicador del estado del ecosistema de suelos agrícolas).

Por otro lado, Liu et al. (2018) encontraron que tanto la concentración de PLFA

fúngico como el número de hongos cultivables, disminuyeron significativamente en

dos tasas de aplicación con GF (fórmula comercial sin especificar) de: 50 𝑚𝑔 × 𝑘𝑔!"

(tasa recomendada) y 500 𝑚𝑔 × 𝑘𝑔!" (10 veces por encima del límite

recomendado). Adicionalmente, señalaron que la mayor tasa de aplicación de GF

Page 31: Monografía de grado CJRM - Uso del glifosato en cultivos

31

conllevó al aumento en la dominancia de bacterias Gram negativas (principalmente

Ralstonia sp., Gamma proteobacterium, Burkholderia sp. y Devosia sp.), pero

también disminuyó la riqueza de la comunidad bacteriana. De acuerdo a los autores,

esto sugiere que las bacterias Gram negativas pueden tener un rol importante en la

degradación del GF como mecanismo para hacer frente al estrés ambiental dado la

presencia del pesticida. Estos resultados son consistentes con el meta-análisis

realizado por Nguyen et al. (2016), el cual muestra que el aumento en las tasas de

aplicación de GF en el suelo es un factor importante para determinar la respuesta

de la microbiota, particularmente, de las poblaciones microbianas más sensibles al

herbicida que pueden ser inhibidas al incrementar la dosis de GF.

Aunque la evidencia sobre los efectos deletéreos que puede tener el manejo de

distintas tasas de aplicación de GF han sido contradictorios, especialmente en

relación al manejo de dosis por debajo o igual a las recomendadas en campo, en

términos generales, hay una tendencia de que el impacto del GF es mayor en las

comunidades microbianas al aumentar la tasa de aplicación (Liu et al., 2018; Meriles

et al., 2006; Nguyen et al., 2016). Esto implica que si bien hay microorganismos del

suelo que pueden tener la capacidad de tolerar el GF a las dosis recomendadas

(Barriuso & Mellado, 2012; Mijangos et al., 2009; Zabaloy et al., 2016), el aumento

en la tasa de aplicación del herbicida puede potencialmente incrementar la

sensibilidad de ciertos taxones en específico. Se ha sugerido que el impacto

toxicológico directo que puede tener el GF en los microorganismos, es debido a su

efecto en la inhibición de la síntesis de amino ácidos aromáticos y/o en conllevar a

una acumulación potencial de intermediarios perjudiciales en la ruta del ácido

shikímico (Gomes et al., 2014).

Otro de los factores que se ha evaluado en gran medida para entender el impacto

del GF en las comunidades microbianas, corresponde al efecto que puede tener la

aplicación repetitiva del herbicida en los microorganismos del suelo. La razón de lo

anterior es que algunos autores concuerdan en que lo más probable es que una

sola aplicación de GF, incluso a una tasa superior a la recomendada en campo,

Page 32: Monografía de grado CJRM - Uso del glifosato en cultivos

32

puede generar efectos pequeños o transitorios en las comunidades microbianas a

lo largo del tiempo (Mijangos et al., 2009; Zabaloy et al., 2012; Schlatter et al., 2017).

Por ejemplo, al realizar ensayos de microcosmos con suelos de campo con

diferentes historias de manejo agrícola, Zabaloy et al. (2012) reportaron que al

incubar los suelos durante 7 días a diferentes tasas de GF (Nidera, 95% de grado

técnico, a 0, 12 y 150 𝑚𝑔 × 𝑘𝑔!"), se obtuvieron cambios mínimos en la estructura

de las comunidades microbianas tras una sola aplicación de GF en los suelos.

Bajo este contexto, hay numerosos estudios que han investigado la respuesta de

los microrganismos a la exposición repetitiva con HBGF a corto plazo (Allegrini,

2017; Zabaloy, 2015). Arango et al. (2014) encontraron que después de dos

aplicaciones de GF (Roundup®) a nivel foliar, algunas especies específicas de la

rizósfera pertenecientes como Burkholderia spp., disminuyeron significativamente

en abundancia de T-RF10, mientras que otras bacterias no cultivables de la especie

Gemmatimonas.sp., aumentaron significativamente en abundancia de T-RF.

Adicionalmente, los autores señalaron que la comunidad bacteriana asociada con

las raíces de cultivos de soja después de la aplicación de GF, presentó tanto

resistencia efectiva después de la perturbación, como también un aumento en la

diversidad de T-RF en comparación con las muestras control sin tratar con GF. Así

mismo, al estudiar los efectos a corto plazo del GF en las comunidades microbianas

rizosféricas de dos composiciones vegetales diferentes (Triticosecale spp. y Pisum

sativum) mediante PCR-DGGE, Mijangos et al. (2009) reportaron que treinta días

después del tratamiento con GF (Roundup Plus®, 50 𝑚𝑔 × 𝑘𝑔!" y 500 𝑚𝑔 × 𝑘𝑔!"),

la diversidad de la comunidad microbiana del suelo rizosférico presentó una

respuesta inconsistente frente a la adición del herbicida.

Ahora bien, existe un menor número de investigaciones que han tratado de evaluar

los efectos a largo plazo sobre los efectos del GF. Por ejemplo, por medio de análisis

10 T-RF son fragmentos cortos de restricción, pertenecientes a la técnica de biología molecular de polimorfismo de longitud de fragmento de restricción terminal, el cual es utilizado para monitorear la diversidad y estructura de comunidades microbianas en el ambiente.

Page 33: Monografía de grado CJRM - Uso del glifosato en cultivos

33

de FAME, Lancaster et al. (2010) reportaron que bacterias gram-negativas,

particularmente b-Proteobacterias del género Burkholderia spp.11, estuvieron

presentes en el suelo en concentraciones más altas después de cinco aplicaciones

de GF (RoundUp WeatherMAX®, a una tasa de 50 𝑚𝑔 × 𝑘𝑔!") en comparación con

una, dos, tres o cuatro aplicaciones. A su vez, los autores afirmaron que el

incremento poblacional de estos microorganismos pudo haber estado

correlacionado positivamente con su capacidad de biodegradar el herbicida. Por

otro lado, Druille et al. (2016) afirmaron que tras cuatro aplicaciones anuales de GF

(Glacoxan®), en dosis recomendadas de 3 𝐿 × ℎ𝑎!" o en dosis subletales de 0.8

𝐿 × ℎ𝑎!", hubo un impacto en los microorganismos benéficos del suelo en pastizales

temperados; ya que la viabilidad de esporas de micorrizas arbusculares y las

densidades de diazótrofos de vida libre, se redujeron en un 56% y un 82%

respectivamente. De manera similar, aunque los cambios no fueron significativos,

Newman et al. (2016) reportaron que miembros de g-Proteobacteria

(Xanthomonadaceae) incrementaron en abundancia relativa tras la exposición

repetitiva con GF (en tasas recomendadas), mientras que la abundancia relativa de

miembros del phylum Acidobacteria decreció.

Con respecto a las aplicaciones repetitivas del herbicida, algunos autores plantean

que las poblaciones microbianas en suelos con antecedentes de exposición al GF,

se han adaptado mejor para tolerar este compuesto o para degradarlo más

rápidamente, de manera que se esperaría observar respuestas diferenciales de

estas comunidades entre ambientes agrícolas con y sin una larga historia de

exposición al GF conocida (Lancaster et al., 2010; Lane et al., 2012). No obstante,

al investigar comunidades bacterianas en suelos sembrados con trigo, Schlatter et

al. (2017) reportaron que menos del 1% de todos los taxones de microorganismos

de la rizósfera y no-rizósfera se vieron afectados por aplicaciones repetitivas de GF

(fórmula comercial sin especificar) bajo la tasa recomendada en campo de 1.68

𝑘𝑔 × ℎ𝑎!"; en mayor medida, en suelos con una larga historia de uso del herbicida,

11 Según los autores, posiblemente reasignados en el género Pseudomonas spp. debido a los cambios en la taxonomía que ha tenido este género en los últimos años (Staub et al., 2012).

Page 34: Monografía de grado CJRM - Uso del glifosato en cultivos

34

y más de estos taxones aumentaron en abundancia relativa en comparación con los

que disminuyeron. Esto quiere decir que no se encontró evidencia de que el historial

de uso de GF impactara significativamente la estructura y la diversidad bacteriana

a la adición con GF. Frente a estos resultados, los autores del artículo exponen dos

ideas: primero, que es probable que los débiles o insignificantes patrones de

respuesta microbiana al GF sean por causa de la alta diversidad e interconexión

que presentan las comunidades microbianas, dado que esto favorece una rápida

recuperación frente a pequeñas perturbaciones (como la exposición a GF en bajas

concentraciones). Y segundo, que el pequeño porcentaje de bacterias que fueron

influenciados por el GF (pertenecientes a los phyla Proteobacteria y Bacteroidetes),

fueron estimulados posiblemente por la liberación de exudados radiculares o por la

presencia de restos vegetales de raíces muertas; ya que varios miembros de estos

phyla son considerados copiotróficos (Fierer et al., 2007; Schlatter et al., 2017).

Un resultado comparable se obtuvo en otro estudio de Schlatter et al. (2017), en el

cual encontraron que un gran número de grupos fúngicos, principalmente saprófitos

y colonizadores potenciales de raíces de trigo, respondieron a adiciones de GF (de

3.36 𝑘𝑔 × ℎ𝑎!"); en suelos con una larga historia de uso del herbicida. A pesar de

no haber divisado grandes cambios en la estructura de la comunidad bacteriana

después del tratamiento con GF (DuPont® Premium HL, a una tasa de 3 𝑚𝑔 × 𝑘𝑔!"),

Guijarro et al. (2018) detectaron un incremento en la abundancia relativa de

Bacteroidetes de las familias Flammeovigaceae y Saprospiracea en suelos que no

tenían exposición previa al herbicida.

Con respecto a todo lo anterior, a raíz de la evidencia conflictiva entre los diferentes

estudios, no hay información concluyente que establezca que la aplicación repetitiva

de GF tenga un impacto notable en la microbiota del suelo, dado que hay

investigaciones que sugieren que el herbicida puede tener efectos estimulatorios

(Lancaster et al., 2010; Mijangos et al., 2009), perjudiciales (Zobiole et al., 2010;

Newman et al., 2016; Druille et al., 2016) o mínimos (Zabaloy et al., 2012; Schlatter

et al., 2017; Guijarro et al., 2018) en los microorganismos del suelo. No obstante,

Page 35: Monografía de grado CJRM - Uso del glifosato en cultivos

35

es factible que la aplicación prolongada con GF en el ambiente, ocasione que las

comunidades microbianas del suelo estén más expuestas a los efectos

toxicológicos directos (e indirectos, como se revisará más adelante) de este

herbicida (Druille et al., 2016).

Un interrogante que surge en respuesta al uso intensivo de GF, especialmente en

los ecosistemas agrícolas, corresponde al impacto que puede tener el herbicida en

los microbiomas del suelo asociados a las plantas, y de cómo esto puede provocar

cambios importantes en las interacciones planta-patógeno (Johal & Huber, 2009;

Kremer & Means, 2009; van Bruggen et al., 2018; Zobiole et al., 2010). Se ha

registrado ampliamente en la literatura, que las plantas tienen la capacidad de atraer

microorganismos de la rizósfera por mediación de los exudados radiculares (Bais et

al., 2006). Esto ha permitido el reclutamiento de consorcios microbianos específicos

para que influencien positivamente el crecimiento y la supervivencia vegetal (Bais

et al., 2006; Zobiole et al., 2010). En este contexto, la aplicación de GF en el suelo

puede afectar a microorganismos benéficos que son sensibles a este compuesto

(Druille et al., 2016; Newman et al., 2016; Zobiole et al., 2010); y esta situación

puede repercutir indirectamente en la salud de las plantas (Hammerschmidt, 2018;

van Bruggen et al., 2018).

Como se revisó en el subíndice 2.1, las plantas tratadas con GF12 o que están

expuestas al GF y al AMPA por la contaminación del suelo, presentan alteraciones

en el crecimiento regular vegetal, y también, sufren una reducción en la biosíntesis

de metabolitos secundarios asociados con defensa (p. ej. las fitoalexinas

microbianas) y en el proceso de lignificación de la celulosa (Gomes et al., 2014).

Por consiguiente, esta exposición al herbicida puede inducir un aumento en la

susceptibilidad frente a enfermedades patogénicas al debilitar las defensas

fisiológicas innatas (Hammerschmidt, 2018; Powell & Swanton, 2008; Schlatter et

al., 2017).

12 Bien sea en programas de erradicación de cultivos lícitos o ilícitos.

Page 36: Monografía de grado CJRM - Uso del glifosato en cultivos

36

En la literatura frecuentemente se expone que una vez el GF entra en contacto con

el suelo después de ser aplicado, este compuesto permanece adherido a las

partículas del terreno, lo que limita su dispersión hacia otros ambientes en forma de

solución y también, el potencial de causar daño a las plantas y/o microorganismos.

(Guijarro et al., 2018; Annett et al., 2014; Maqueda et al., 2017). No obstante, se ha

demostrado que la proporción de GF en el suelo que está sujeto a procesos de

adsorción o mineralización, puede variar considerablemente dependiendo de

factores como: las propiedades del suelo, la diversidad y actividad microbiana local,

las condiciones climatológicas en campo, las prácticas agrícolas, y la presencia de

fertilizantes de fosfato, entre otros (Martínez et al., 2018; Gomes et al., 2014;

Gimsing et al., 2007; Borggaard & Gimsing, 2008; Bai & Ogbourne, 2016). En

consecuencia, una cantidad del GF asperjado que penetra en el suelo, puede servir

como una fuente nutricional alternativa para diferentes microorganismos que tienen

la capacidad de metabolizarlo (Haney et al., 2000; Lancaster et al., 2010; Mijangos

et al., 2009; Kremer et al., 2005). Adicionalmente, se ha reportado que otra cantidad

substancial de GF que se acumula en los tejidos radiculares, puede ser liberado

directamente a la rizósfera bien sea por la descomposición de raíces dañadas o a

través de exudados de raíces vivas (Martínez et al., 2019; Hébert et al., 2019).

Frente a esto, el trabajo de Kremer et al. (2005) demostró que plantas tratadas con

GF (Roundup Ultra®, en una tasa de 0.84 𝑘𝑔 × ℎ𝑎!"), liberan al suelo residuos de

este compuesto herbicida y, además, descargan grandes concentraciones de

carbohidratos y amino ácidos (productos metabólicos solubles) a través de los

exudados radiculares.

Esta disponibilidad de nutrientes en exceso estimula dinámicas de competición

entre las comunidades microbianas del suelo, lo que puede conllevar a pequeños

cambios de la abundancia relativa de ciertos taxones (Kremer & Means, 2009;

Schlatter et al., 2017, 2018). Como se revisó previamente, algunos de estos taxones

corresponden a microorganismos copiotróficos (Guijarro et al., 2018; Schlatter et al.,

2017, 2018). Pero también hay evidencia de que este escenario favorece el

crecimiento y la propagación de microorganismos oportunistas y patógenos

Page 37: Monografía de grado CJRM - Uso del glifosato en cultivos

37

pertenecientes a la rizósfera; por lo que esta problemática aumenta el riesgo de

enfermedad en las plantas (van Bruggen et al., 2018; Martínez et al., 2019). De

hecho, en estudios donde se cultivó aislamientos de fitopatógenos directamente en

exudados de plantas tratadas con GF, se encontró, por un lado, que cepas de

Fusarium spp. desarrollaron significativamente mayor biomasa en comparación con

los controles (Kremer et al., 2005), y por otro lado, que la germinación y el desarrollo

de tubos germinales de Pythium ultimum mejoraron significativamente en contraste

con los controles (Liu et al., 1997).

En este orden de ideas, se ha demostrado de que el GF puede modular las

dinámicas de enfermedad en las plantas, ya que la aplicación de HBGF estimulan

la población y la virulencia de algunas especies de fitopatógenos (Martinez et al.,

2018). Por ejemplo, en ensayos in vitro con plántulas de fríjol, Meriles et al. (2006)

detectaron el incremento proporcional de poblaciones de Fusarium spp. y Pythium

spp. en el suelo a medida que aumentaba la concentración de GF. Un resultado

similar obtuvieron Zobiole et al. (2010) al registrar una alta colonización de raíces

con Fusarium spp. en cultivos de soya tolerantes al GF. Y también Kremer & Means

(2009), al evidenciar que raíces de soja y maíz tolerantes al GF al ser tratados con

el herbicida, fueron fuertemente colonizados por Fusarium spp. Incluso Powell &

Swanton (2008), desarrollaron una representación esquemática sobre las vías y los

efectos pronosticados por los cuales el GF podría potenciar las enfermedades en

cultivos asociadas con Fusarium spp.

En conclusión la exposición con GF hace más propenso a que las plantas mueran

por infecciones radiculares (Nivelle et al., 2018; Saccá et al., 2017), y asimismo,

puede hacer que su microbioma asociado sufra afectaciones en términos de

supresión de microorganismos benéficos (Zobiole, 2010; Newman, 2016) y de

estimulación de antagonistas de patógenos y oportunistas (Schlatter, 2017; Bais et

al., 2006; Kremer & Means, 2009; Powell & Swanton, 2008)

Page 38: Monografía de grado CJRM - Uso del glifosato en cultivos

38

Según Schlatter et al. (2017), la predisposición de algunos taxones de

microorganismos para responder diferencialmente al tratamiento con GF, puede

deberse a que “mayores densidades de unos pocos taxones tienen la capacidad

para tolerar o crecer mejor en presencia de GF” (p.12). Por ejemplo, este argumento

es consistente con que algunas poblaciones microbianas en suelos con larga

historia de exposición al GF, estén mejor adaptados para tolerar el herbicida (p. ej.

por mecanismos de biodegradación) (Lancaster et al., 2010; Lane et al., 2012;

Schlatter et al., 2017). De manera que hay algunas investigaciones que sugieren

que el GF puede ocasionar efectos transitorios agudos en la microbiota del suelo, y

esto posiblemente, conlleva a que las comunidades microbianas se recuperen

rápidamente de perturbaciones sin que haya implicaciones mayores en la estructura

de la comunidad (Schlatter, 2017; Guijarro et al., 2018; Zabaloy et al., 2015). Incluso,

hay autores que sugieren que las estrategias de supervivencia bajo estados de

dormancia o la ocupación de micronichos en estratos más profundos del suelo,

pueden hacer que los microorganismos escapen de los efectos ecotoxicológicos del

herbicida (Schlatter et al., 2017; ).

4.2. Impacto en la Funcionalidad de las Comunidades Microbianas

Los microorganismos del suelo son esenciales para el funcionamiento sostenible de

los ecosistemas terrestres (Saccá et al., 2017). Esto se debe a que muchos

fenómenos ecológicos sobre el suelo (p. ej. la productividad primaria vegetal) están

relacionados directa o indirectamente con los procesos y servicios ecosistémicos

que cumplen las comunidades microbianas bajo el suelo (Nivelle et al., 2018; Saccá

et al., 2017). De hecho, varios estudios han documentado cómo los efectos de la

actividad microbiana subterránea pueden beneficiar el rendimiento y la fisiología de

las plantas. Verseix et al. (2016), publicó que la colonización de micorrizas

arbusculares en cultivos de trigo, bajo condiciones de labranza cero, favorecía el

incremento de la biomasa vegetal y la captura de nitrógeno aún en la ausencia de

fertilizantes inorgánicos. Por otro lado, el trabajo de Heinen et al (2018) expone

cómo la microbiota del suelo puede moldear las interacciones biológicas entre

Page 39: Monografía de grado CJRM - Uso del glifosato en cultivos

39

plantas e insectos herbívoros, a partir de su contribución en actividades de

mineralización de nutrientes o por efectos de competición mutualista y antagonista.

De acuerdo con Thiour-Mauprivez et al. (2019), aunque la liberación de herbicidas

al mercado requiere del cumplimiento de diferentes reglamentaciones ambientales

para garantizar efectos mínimos ecotoxicológicos en el ecosistema13, la aplicación

de pesticidas en la agricultura ha sido identificado como una amenaza para la

biodiversidad que habita en el suelo y para los servicios ecosistémicos que cumplen.

Frente a esta problemática, recientemente autoridades científicas como la EFSA14

han establecido que se deben definir metas y garantías de protección específica

para salvaguardar organismos clasificados como no objetivo (que no son blancos

de los pesticidas), como son los microorganismos del suelo (Thiour-Mauprivez et

al., 2019).

En este contexto, diferentes estudios se han centrado en evaluar el impacto que

puede tener el GF en la calidad del suelo y en las características funcionales de las

comunidades microbianas. Por ejemplo, Romano-Armada et al. (2019) diseñaron la

construcción de un indicador combinado del suelo (CSQI, por sus siglas en inglés)

para analizar la calidad de suelos sujetos a la aplicación de GF. Entre las 26

variables analizadas (biológicas, químicas y físicas), los autores encontraron que la

biomasa microbiana y la concentración de AMPA en suelo, fueron las variables más

sensibles para discriminar la calidad de muestras de suelo. Mientras que otros

estudios se han enfocado en evaluar específicamente distintos cambios en la

actividad microbiana tras la exposición con GF, como pueden ser la tasa de

respiración (liberación de CO2)15, las tasas de mineralización de nitrógeno o perfiles

fisiológicos de la comunidad (por medio de Biolog Ecoplates) (Araújo et al., 2003;

13 Por ejemplo, el autor cita las reglamentaciones solicitadas por la Unión Europea (2009). Disponible en línea en la página oficial: https://eur-lex.europa.eu/eli/reg/2009/1107/oj 14 Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria (EFSA) (2010). Disponible en línea en la página oficial: https://efsa.onlinelibrary.wiley.com/doi/abs/10.2903/j.efsa.2010.1821 15 Una medida indirecta de estrés fisiológico o de la degradación del GF.

Page 40: Monografía de grado CJRM - Uso del glifosato en cultivos

40

García-Orenes et al., 2010; Guijarro et al., 2018b; Jenkins et al., 2017; Lane et al.,

2012; Lupwayi et al., 2007; Mijangos et al., 2009).

Como se revisó en el subíndice 3.2, dependiendo de la textura y las propiedades

fisicoquímicas del suelo, el GF es un sustrato que puede ser degradado por los

microorganismos del suelo para la obtención de nitrógeno (N), carbono (C) y fósforo

(P). A raíz de lo anterior, diferentes estudios plantean que la metabolización del GF

puede conducir a una respuesta a nivel de comunidad relacionado con los procesos

de biomasa microbiana y de respiración (Duke et al., 2012; Haney et al., 2000;

Kremer & Means, 2009). En suelos expuestos con GF (estándar analítico de GF, de

2.16 𝑚𝑔 × 𝑘𝑔!"), Araújo et al. (2003) registraron un incremento en la actividad

microbiana del 10-15% en la evolución de CO2 y un incremento entre 9-19% en los

ensayos de hidrólisis de FDA16. Asimismo, después de 32 días de incubación del

ensayo, detectaron un aumento en el número de colonias de actinomicetos y

hongos. Por otro lado, Mijangos et al. (2009) afirmaron que tras 15 días de

tratamiento con GF (Roundup Plus®, con 50 y 500 𝑚𝑔 × 𝑘𝑔!"), el herbicida estimuló

cambios en la actividad funcional de microorganismos heterotróficos del suelo

(posiblemente por la adición del GF como nueva fuente nutricional); pero a los 30

días después de la aplicación del GF, la actividad y diversidad de las comunidades

microbianas disminuyeron, mostrando una respuesta inconsistente frente a la

adición de GF (posiblemente por cambios en las dinámicas nutricionales). Por

último, Haney et al. (2000) encontraron que si bien la adición de GF (Roundup

Ultra®, a tasas de 47, 94, 140 y 234 𝑚𝑔 × 𝑘𝑔!"), estimuló significativamente la

actividad microbiana del suelo de acuerdo a mediciones de la mineralización de C

y N, no hubo alteración (por efecto de inhibición o estimulación) de la biomasa

microbiana. Frente a este escenario, los autores sugieren que el GF al estar

biodisponible para los microorganismos, el compuesto puede ser rápidamente

mineralizado sin causar afectaciones a la actividad microbiana.

16 Una análisis indirecto para medir actividad enzimática.

Page 41: Monografía de grado CJRM - Uso del glifosato en cultivos

41

Teniendo en cuenta los artículos revisados para la presente revisión, no es posible

establecer que la aplicación de GF, incluso a tasas superiores a las recomendadas

en campo, tenga efectos perjudiciales en indicadores que describen las dinámicas

a nivel de comunidad como pueden ser la biomasa y la respiración celular; debido

a los resultados inconsistentes obtenidos por las diferentes investigaciones (Nguyen

et al., 2017; Haney et al., 2000; Lancaster et al., 2010; Gomez et al., 2009).

Se ha reportado extensamente que el GF puede influir en el metabolismo del N en

las plantas, bien sea por afectación directa a nivel de la fisiología vegetal o por

efectos indirectos del herbicida en los microorganismos asociados a la rizósfera

encargados de los procesos de la fijación y asimilación del N (p.ej. simbiontes del

género Rhizobium) (Gomes et al., 2014). Sin embargo, cabe mencionar que los

resultados mencionados en la literatura aún son inconsistentes con respecto a los

efectos del GF en el metabolismo de N en los microorganismos del suelo (Rose et

al., 2018; Nivelle et al., 2017). Por ejemplo, Jenkins et al. (2017) indicaron que la

aplicación de GF (Roundup Weathermax®, a la tasa de 0.84 𝑘𝑔 × ℎ𝑎!"), puede tener

efectos inhibitorios inconsistentes en los procesos de nitrificación en

microorganismos de la rizósfera y no-rizósfera. Por otro lado, Zhang et al. (2018)

reportaron que el GF (Yates Zero®, a una tasa de 2.88 𝑘𝑔 × ℎ𝑎!"), podía disminuir

las tasas brutas de nitrificación y desnitrificación en el suelo posiblemente al inhibir

la abundancia de genes funcionales microbianos relacionados con estos procesos.

Hay autores que expresan que al ser la degradación del GF un proceso

cometabólico, esto no provee un beneficio significativo adaptativo para aquellos

microorganismos que lo metabolizan (Singh & Walker, 2006). No obstante, esta

capacidad puede ser adaptativa en comunidades microbianas que se encuentren

en ambientes con baja disponibilidad de nutrientes de N y P o que están expuestas

a altas concentraciones de GF (en cuyo caso, podría haber una fuerte presión de

selección hacia especies degradadoras de GF) (Schlatter et al., 2017).

Page 42: Monografía de grado CJRM - Uso del glifosato en cultivos

42

5. Resistencia Microbiana al Glifosato y a los Antibióticos

Desde su introducción en 1996, los cultivos tolerantes al GF (CTGF) representaron

un gran éxito comercial debido a que simplificaron las prácticas del control de

malezas en la agricultura mundial (Duke, 2015; Gilbert, 2013). La efectividad y el

beneficio económico que otorgó la aspersión de GF sobre los CTGF, permitió que

los campesinos utilizaran este herbicida frecuentemente sin que hubiese la

implementación de otros métodos para el manejo de plantas indeseadas, como son

la rotación de cultivos y la variación de productos agroquímicos aplicados (Duke,

2020). Por consiguiente, esto conllevó a una acelerada evolución de resistencia al

GF en géneros de malezas como Amaranthus, Lolium, Echinochloa y Conyzia; unas

plantas herbáceas con distribución global que han sido catalogadas entre las peores

plagas de cultivos en las últimas décadas (Duke, 2015; Heap, 2014).

Ante esta problemática, los agricultores combatieron la proliferación de plantas

resistentes mediante la aspersión de más GF, complementando con la aplicación

de otros herbicidas y retornando al uso de prácticas de labranza tradicional (Gilbert,

2013; Duke et al. 2020). Aún bajo estas medidas, la fuerte presión evolutiva en las

malezas condujo al desarrollo de novedosos mecanismos de resistencia al GF y

hacia o otra amplia variedad de pesticidas comerciales en múltiples sitios de acción

(Heap, 2014; van Bruggen et al., 2018).

En términos generales, Sammons & Gaines (2014) proponen que los mecanismos

básicos de resistencia a herbicidas en plantas pueden agruparse en cuatro

categorías: (1) resistencia en el sitio de acción, a través de cambios puntuales en la

secuencia del gen codificante de la enzima blanco, causando la alteración de su

interacción con el herbicida; (2) resistencia a nivel metabólico, por medio de la

modificación química o por degradación enzimática del herbicida; (3) exclusión del

herbicida del sitio de acción, ya sea físicamente por barreras estructurales (p . ej.

con mayor lignificación) o fisiológicamente por cambios en los canales

Page 43: Monografía de grado CJRM - Uso del glifosato en cultivos

43

transportadores activos; y (4) evasión del herbicida, mediante estrategias

bioquímicas para manejar el agroquímico y evitar una amplificación de su toxicidad,

por ejemplo, a través de la sobreexpresión de enzimas superóxido dismutasas para

evitar el estrés oxidativo.

Con respecto al GF, se ha reportado un gran número de mecanismos de resistencia

a este compuesto en las malezas (Sammons & Gaines, 2014; van Bruggen et al.,

2018). Uno de ellos corresponde a la sobreexpresión de EPSPS debido al aumento

en el número de copias de este gen, lo que dificulta el bloqueo de tantos blancos

por parte del GF (Gaines et al., 2010; Sammons & Gaines, 2014). Se asume que

este rasgo pudo haber evolucionado de forma independiente en las plantas (p. ej.

por eventos de duplicación cromosomal) o se ha transferido mediante hibridación

interespecífica (p. ej. por elementos genéticos transponibles) (Zhang, 2003). Otro

mecanismo de resistencia es la modificación de genes transportadores (p. ej.

transportadores-ABC) resultando en una reducción de la translocación del GF

dentro de la plantas (Tani et al., 2016). De hecho, se ha encontrado que las vacuolas

vegetales cumplen activo en este tipo de mecanismo de exclusión molecular, ya que

son capaces de secuestrar el GF y por tanto, limitar su translocación (Ge et al.,

2010). Como es indicado en diferentes estudios, las malezas pueden combinar

distintas estrategias de resistencia al GF tanto a nivel poblacional (intraespecífico)

como en individual (Sammons & Gaines, 2014).

Además de las métodos practicados por los campesinos para lidiar con el control de

malezas resistentes, la agroindustria ha tratado de dar solución a estos problemas

mediante el desarrollo de nuevas variantes de cultivos transgénicos al GF, que

puedan tolerar altas tasa de aplicación del herbicida y que funcionen

apropiadamente (en términos de resistencias apiladas) en presencia de otros

productos agroquímicos (Gilbert, 2013). Pero como puntualizan Tranel et al. (2011),

es probable que en sitios en donde previamente se había reportado resistencia

múltiple a herbicidas, la efectividad en la siembra de estos nuevos CTGF sea

reiteradamente superada; una situación que podría convertirse en un inconveniente

Page 44: Monografía de grado CJRM - Uso del glifosato en cultivos

44

inmanejable con las estrategias actualmente disponibles en el control integral de

plagas (Sammons & Gaines, 2014; Tranel et al., 2011).

Otra opción que ha desarrollado la agroindustria, ha sido la formulación de nuevas

mixturas de GF con adyuvantes, para así mejorar la actividad biocida en estos

productos (Annett et al., 2014; Benbrook, 2016). Sin embargo, la mayoría de estos

herbicidas tienen los mismos modos de acción, que antiguamente se han conocido

desde hace más de 30 años (Duke, 2012). Por lo tanto, a pesar de la inversión

económica que se ha hecho en el descubrimiento de pesticidas, ha habido un

innegable retrasado en la introducción de nuevos modos de acción para controlar la

evolución de resistencia en malezas frente a los herbicidas existentes (Bomgardner,

2011; Duke, 2012). Una de las razones que explican esta dilación, se debe a que

los CTGF hicieron que gran parte del mercado estuviera enfocado en la manufactura

de HBGF, ocasionando que históricamente hubiese una disminución en el estímulo

de investigación hacia distintos herbicidas (Duke, 2012).

Actualmente es reconocido que el GF puede tener impactos negativos en la

microbiota del suelo (Druille et al., 2016; Kremer et al., 2005; Newman et al., 2016;

Zobiole et al., 2010). Como es el caso de cualquier presión selectiva fuerte, es

predecible que en este contexto los microorganismos desarrollen distintos grados

de tolerancia al herbicida (Schlatter et al., 2017). Teóricamente, se ha planteado

que los genes asociados con resistencia al GF se pueden transferir de plantas (p.

ej. de CTGF o de malezas) hacia los microorganismos del suelo por medio de

transferencia horizontal génica (Li et al., 2015). No obstante, hasta el momento no

se encontrado resultados concluyentes de que este tipo de movimiento genético

ocurra por medios naturales en campo (van Bruggen et al., 2018; Wagner et al.,

2008). Por ejemplo, Wagner et al. (2008) estudiaron la probabilidad de transferencia

horizontal desde cultivos Roundup Ready® de soya hacia bacterias rizosféricas

Bradyrhizobium japonicum, en condiciones naturales de campo. Si bien los autores

detectaron dentro de los nódulos de las raíces la presencia transgénica del gen

epsps; al cultivar los aislamientos bacterianos (del nódulo) durante varias rondas en

Page 45: Monografía de grado CJRM - Uso del glifosato en cultivos

45

presencia de altas dosis de GF, el gen epsps ya no se detectó, lo que puede indicar

que este tipo transferencia horizontal no fue estable en condiciones ambientales

(Wagner et al., 2008).

También se ha propuesto que los microorganismos han desarrollado

independientemente diferentes estrategias de resistencia al GF, que son similares

a los que presentan las plantas tolerantes al herbicida (van Bruggen et al., 2018).

Un mecanismo que ha sido ampliamente estudiado, corresponde a la capacidad

que tienen algunas especies de bacterias y hongos en degradar el GF, a través de

las enzimas glifosato oxidoreductasa o C-P liasa (Singh & Walker, 2006; Zhan et al.,

2018). Otra estrategia que se ha reportado para conferir resistencia al GF, concierne

a la sobreexpresión de genes que codifican para transportadores de membrana de

tipo MFS17, en bacterias gram (-) como Escherichia coli y Pseudomonas sp. (Staub

et al., 2012).

La resistencia microbiana a los antibióticos no solo ha representado un problema

para la salud pública, sino también, ha planteado un desafío para la productividad

agrícola; ya que varios de estos compuestos químicos, como la estreptomicina y la

oxytetraciclina, han sido útiles para el control de enfermedades bacterianas en

cultivos cítricos u ornamentales (McManus et al., 2002). Frente a este escenario,

Kurenbach et al. (2018) proponen que puede haber una relación entre la resistencia

a los herbicidas y a los antibióticos en los microorganismos, ya que estos al estar

expuestos a compuestos químicos no antibióticos, pueden estar más predispuestos

a desarrollar estrategias adaptativas que indirectamente conllevan a la resistencia

a antibióticos. Posiblemente, porque en la exposición de ambas sustancias, los

microorganismos enfrentan un estrés similar de tipo osmótico, ácido u oxidativo (Fei

et al., 2013).

17 La superfamilia de facilitadores principales (MFS, por sus siglas en inglés), corresponde a una superfamilia de transportadores de membrana proteico, que facilitan el movimiento (intra y extra celular) de pequeños sustratos (Staub et al., 2012).

Page 46: Monografía de grado CJRM - Uso del glifosato en cultivos

46

En este orden de ideas, recientemente se ha presentado evidencia de que los

mecanismos que confieren tolerancia al GF también pueden conferir resistencia a

los antibióticos en microorganismos, particularmente, en bacterias de importancia

clínica (Kurenbach et al., 2018; Liu et al., 2013). Un estudio realizado por Fei et al.

(2013), identificó una cepa de Enterobacter transmitida por el suelo (NRS-1) que

podía tolerar concentraciones de GF de hasta 60 𝑔𝑥𝐿!", debido a que desarrolló

una mutación puntual en el gen epsps. Por otro lado, Kurenbach et al. (2015)

demostraron que la exposición de unas cepas de E. coli y Salmonella enterica

serovar Typhimurium a concentraciones de GF de aproximadamente 10 ppm,

indujeron un incremento en la resistencia a los antibióticos kanamicina y

ciprofloxacina. Por último, a través de ensayos de complementación de mutantes

deficientes de MSH en el organismo modelo Corynebacterium glutamicum, Liu et al.

(2013) encontraron que esta bacteria podía ser resistente al GF (en concentraciones

de 2.4 y 4.8 mM) y a múltiples antibióticos como gentamicina, eritromicina y

estreptomicina.

De acuerdo a todo lo anterior, el hecho de que los microorganismos tengan la

capacidad de desarrollar estrategias de tolerancia al GF y que indirectamente, esto

pueda llevar a la resistencia de antibióticos, significa que hay un potencial riesgo de

transmisión a lo largo de la cadena alimentaria: por la transmisión de

microorganismos resistentes en animales de granja (que consumen plantas

contaminadas en suelos agrícolas) hacia la población humana (Smith et al., 2005).

Page 47: Monografía de grado CJRM - Uso del glifosato en cultivos

47

6. Propuesta experimental

En Colombia el uso del GF no se ha limitado exclusivamente al control de las

malezas - bajo las tasa recomendadas- en cultivos agroalimentarios; también, se ha

establecido como el agroquímico esencial para la erradicación de cultivos ilícitos, mediante la aspersión aérea, en la cual se utiliza a mayores concentraciones que la

tasa recomendada por las casas productoras de GF (Rincón-Ruiz & Kallis, 2013;

Solomon et al., 2007).

Al margen de esto, existe evidencia de que la aplicación generalizada de HBGF

puede conllevar a la contaminación de las capas superiores del suelo (Mamy et al.,

2016; Maqueda et al., 2017; Hébert et al., 2019); un escenario que incrementa la

posibilidad de que el GF o su principal producto de degradación tóxico, el ácido

aminometilfosfónico (AMPA), se acumulen en el entorno o alcancen otros ambientes

(p. ej. horizontes más profundos del suelo o también fuentes hídricas superficiales

y subterráneas) (Zhan et al., 2018; Gomes et al., 2014). Lo anterior, subraya la

importancia de evaluar estrategias ecológicas para degradar el glifosato sin dejar

que subproductos perjudiciales persistan en el medio ambiente.

Uno de los destinos del GF en el suelo es la mineralización por parte de los

microorganismos (Singh & Singh, 2016; Zhan et al., 2018), y actualmente es

reconocido que este es el mecanismo más eficiente, rápido y ambientalmente

sostenible para la remoción de GF en los ecosistemas (Seneff & Orlando, 2018). La

ruta más común en la biodegradación de este herbicida, involucra el clivaje del

enlace C-N por la enzima glifosato oxidoreductasa. El resultado de este proceso es

la liberación de AMPA y de glioxilato, que luego pueden ser metabolizados por los

microorganismos como fuentes de nitrógeno y carbono respectivamente (Guijarro

et al., 2018; Zhan et al., 2018). Una ruta alternativa involucra el clivaje del enlace C-

P, catalizado por la enzima C-P liasa (Zhan et al., 2018). El resultado de este

proceso es la liberación de fosfato y sarcosina, siendo el primero metabolizado

Page 48: Monografía de grado CJRM - Uso del glifosato en cultivos

48

como fuente de fósforo, y el segundo, puede ser disociado en glicina mediante la

enzima sarcosina oxidasa (Sviridov et al., 2015; Zhan et al., 2018). En este contexto,

se ha demostrado que la ruta de la sarcosina oxidasa está presente en bacterias

como Lysinibacillus sphaericus (Gómez-Garzón et al., 2016; González & Dussán,

2017; Villegas & Dussán, 2018; Pérez & Dussán, 2019).

Lysinibacillus sphaericus es un bacilo Gram-positivo con espora terminal, cuyas

capacidades de promover el crecimiento vegetal (mediante la producción de ácido

indolacético) y de mejorar nutricionalmente el suelo (por su habilidad de solubilizar

el fósforo y fijar el nitrógeno), han sido ampliamente reportadas (Martínez & Dussán,

2018; Rojas-Tapias & Dussán, 2012; Aguirre-Monroy et al., 2019). Inicialmente, un

estudio in silico de Gómez-Garzón et al. (2016) sugirió la existencia del gen

sarcosina oxidasa en el genoma de L. sphaericus. Posteriormente, en ensayos in

vitro con medios mínimos de sales (MMS) en ausencia de fósforo, se reportó que L.

sphaericus podía degradar el GF por la vía metabólica de sarcosina oxidasa

(González & Dussán, 2017). Finalmente, en estudios en campo, se demostró la

capacidad de biodegradación de L. sphaericus en suelos rociados con 1.69

𝑚𝑔𝑥𝑚𝐿!" de GF (la concentración que corresponde en cultivos agrícolas en

Colombia) (Pérez & Dussán, 2019).

Dado que recientemente se discute en Colombia sobre autorizar el retorno de los

programas de fumigación aérea con GF para combatir la expansión de los cultivos

ilícitos; surgen interrogantes sobre los impactos a largo plazo que puede tener el GF

en la microbiota del suelo cuando se utilizan las concentraciones empleadas en

estos programas (generalmente, asperjados en una concentración de 5.07

𝑚𝑔𝑥𝑚𝐿!" de GF, es decir, 3 veces más que la concentración utilizada en cultivos

agrícolas). Con el objetivo de implementar una estrategia ecológica para mitigar los

efectos que puede tener el GF en las comunidades bacterianas (en concentración

de 5.07 𝑚𝑔𝑥𝑚𝐿!"), planteamos un experimento para evaluar la adición de

Lysinibacillus sphaericus como agente de biorremediación en suelos agrícolas del

Meta (Colombia) irrigados con Roundup747®.

Page 49: Monografía de grado CJRM - Uso del glifosato en cultivos

49

6.1. Metodología

6.1.1. Sitio de estudio

En el Municipio de Acacías, Meta, ubicado en los Llanos Orientales de Colombia,

se plantea realizar un experimento de biorremediación de GF -en concentraciones

empleadas en erradicación de cultivos ilícitos - en suelos agrícolas, debido a que

este es uno de los departamentos del país en los cuales se busca reanudar la

fumigación aérea con este herbicida. El tipo de suelo en este territorio se caracteriza

por ser de textura fina y por tener un alto porcentaje de arena en su composición

granulométrica. También, son suelos que presentan un pH fuertemente ácido, con

una alta concentración de aluminio y con niveles medios de fósforo disponible.

Adicionalmente, suelen presentar escasa fertilidad debido a su bajo contenido de

materia orgánica.

6.1.2. Diseño experimental

El suelo será recolectado de un terreno agrícola en el Municipio de Acacias, Meta,

sin historia de uso previo con GF. Se realizará inicialmente un análisis fisicoquímico

y agrológico del suelo. Para el diseño experimental, se utilizarán recipientes

plásticos de 1.30 x 1.30 x 1.50 m, con los tratamientos que se presentan en la Tabla

1. Cada tratamiento tendrá 3 réplicas, para un total de 9 réplicas de tratamientos y

3 réplicas controles. Los 12 recipientes plásticos serán llenados con 5 kg de suelo

bien homogenizado y cernido, y posteriormente serán distribuidos aleatoriamente

en campo abierto. En caso de presentarse lluvias, los recipientes se taparán

temporalmente con plásticos transparentes. La concentración de GF utilizado en el

estudio corresponderá a 5.07 𝑚𝑔𝑥𝑚𝐿!", que es tres veces la concentración de

aspersión en cultivos lícitos. El experimento tendrá una duración total de 120 días.

A los días 0 y 60 del estudio, se aplicarán 500 mL de cada tratamiento

correspondiente en los montajes. En el caso del control, se aplicará 500 mL de agua

de la misma fuente utilizada para los demás tratamientos.

Page 50: Monografía de grado CJRM - Uso del glifosato en cultivos

50

Tabla 1. Descripción de los tratamientos experimentales.

6.1.3. Cepas de L. sphaericus y preparación del inóculo

Para los tratamientos con L. sphaericus, se realizará un inóculo con una mezcla de

cinco cepas bacterianas: III(3)7, OT4b49, OT4b31, CBAM5 y 2362 (ver Tabla 2).

Cada cepa será cultivada en Agar de Recuento en Placa (en inglés Plate Count

Agar, PCA) (2 L), incubados a 30ºC por 48 h. Después de este periodo, las bacterias

se colectarán en 100 mL de agua destilada estéril, y serán conservadas a 4ºC hasta

su uso. Siguiendo lo planteado en el trabajo de Pérez et al. (2019), para la aplicación

de las bacterias en el suelo, las cinco cepas serán combinadas en único volumen

final de 100 mL de agua destilada estéril para obtener una concentración bacteriana

esperada entre 1𝑥10"" y 1𝑥10"# unidades formadoras de colonia (UFC)/mL.

Tabla 2. Cepas de L. sphaericus.

6.1.4. Determinación de nitrato y amonio

De acuerdo a la metodología seguida por Pérez et al. (2019), la concentración de

nitratos y amonio de muestras de suelo será determinado mediante test

colorimétricos comerciales utilizando el espectrofotómetro Spectroquant® . En el día

0 se recolectarán al azar cuatro muestras compuestas de suelo (100 g);

posteriormente, cada 40 días durante cuatro meses se tomarán a una profundidad

Tratamiento Ls G Ls + G C

DescripciónMezcla de las cinco

cepas de Lysinibacillus sphaericus

5.07 mg x mL de solución acuosa de

glifosato

Mezcla de las cinco cepas de Lysinibacillus sphaericus y 5.07 mg x mL de solución

acuosa de glifosato

Agua de la misma fuente utilizada para los otros tratamientos

Cepa Fuente de aislamiento Referencia L. sphaericus III(3)7 Suelo de bosque de roble (Rey et al., 2016)

L. sphaericus CBAM5 Suelo contaminado con hidrocarburos (Peña-Montenegro et al., 2015)L. sphaericus OT.4b31 Larvas de coleópteros (Peña-Montenegro & Dussán, 2013)L sphaericus OT.4b49 Larvas de coleópteros (Gómez-Garzón et al., 2016)

L sphaericus 2362 Cepa de referencia entomopatogénica de la OMS (Hernández-Santana et al., 2016)

Page 51: Monografía de grado CJRM - Uso del glifosato en cultivos

51

de 15 cm, 100 g de suelo de cada uno de los montajes. Las muestras serán

refrigeradas a 4ºC hasta el procesamiento.

6.1.5. Determinación de glifosato y AMPA

El análisis de GF y AMPA será determinado usando UHPLC-MS/MS en la

Universidad de los Andes o en una compañía privada acreditada en análisis químico

de herbicidas. Los estándares que se utilizarán para la calibración del método

cromatográfico, corresponderán a isotopos marcados (13C) de GF y AMPA. El

análisis se realizará para las tres réplicas de los siguientes tratamientos: suelo con

GF y suelo con L. sphaericus más GF. Las muestras para la determinación química

(~5 g de tierra), serán tomados cada 40 días. Únicamente el tratamiento del suelo

con GF, será analizado el día 0 por triplicado.

6.1.6. Amplificación de la subunidad alfa del gen sarcosina oxidasa (soxA)

Para determinar la presencia del gen sarcosina oxidasa (soxA) en los montajes, se

realizarán amplificaciones por PCR utilizando los primers específicos de la

subunidad alfa del gen sarcosina oxidasa (SarF y SarR), propuestos en el trabajo

de Pérez et al. (2019). Los parámetros de temperatura y ciclos de PCR, se siguieron

de acuerdo a la metodología de de González & Dussán (2017). Para esto, se

recolectarán muestras de suelo (1 g) cada 40 días durante cuatro meses, de las tres

réplicas de los siguientes tratamientos: suelo con L. sphaericus y suelo con L.

sphaericus más GF. Para la extracción de ADN en las muestras del suelo, se usarán

kits comerciales según las especificaciones del fabricante. El ADN obtenido será

cuantificado por un espectrofotómetro NanoDrop. La electroforesis de los productos

de PCR (con un tamaño aproximado de 70 pb) serán visualizados en geles de

agarosa al 1.2% de concentración. Posteriormente, los productos de PCR serán

purificados y secuenciados por el método Sanger en el Laboratorio de

Secuenciación de ADN de la Universidad de los Andes. Los productos de

secuenciación se analizarán en el Servidor BLASTn (NCBI) para confirmar la

identidad del gen sarcosina oxidasa.

Page 52: Monografía de grado CJRM - Uso del glifosato en cultivos

52

6.1.7. Determinación de Unidades Taxonómicas Operativas (UTOs)

De las mismas muestras anteriores de suelo, se realizará la amplificación de la

región V1-V3 del gen 16S RNAr en paralelo con su secuenciación en la plataforma

Illumina MiSeq. Para la determinación de UTOs, se seguirán los parámetros

propuestos por Schlatter et al. (2017). De los resultados obtenidos en la

secuenciación, la taxonomía se asignará a las secuencias representativas de UTO

utilizando bases de datos de referencia como Greengene Database. Las UTOs

serán filtradas para eliminar cualquier UTO no bacteriana y para aquellas

clasificadas como mitocondrias o cloroplastos. Posteriormente, para comparar las

comunidades microbianas obtenidas, se calcularán las distancias UniFrac después

de que las UTOs se alinearan con las referencias de 16S RNAr en las bases de

datos (utilizando herramientas de alineación de secuencias como PyNAST).

6.1.9. Análisis de datos

Para el análisis datos de amonio, nitrato, GF y AMPA, se seguirán los parámetros

propuestos por Pérez et al. (2019). Las concentraciones de amonio, nitrato, GF y

AMPA serán analizados por análisis de varianza (ANOVA), seguido por los tests de

Tukey-Kramer (HDS). Antes de realizar los análisis estadísticos, se evaluará el

supuesto de normalidad de los datos por el test de Shapiro. La agrupación de los

tratamientos se realizará de acuerdo con la diferencia significativa entre las medias

de tratamiento y el grupo control. Todas las pruebas estadísticas se realizarán

utilizando un valor de significancia (α) de 0.05 para rechazar la hipótesis nula. Los

análisis estadísticos serán llevado a cabo en el software R del R Core Team (2013).

Para el análisis de UTOs, se seguirá los parámetros propuestos por Schlatter et al.

(2017). En términos generales, se realizarán análisis de PERMANOVA (para

analizar si los clústeres de comunidades difieren entre tratamientos) utilizando

distancias UniFrac ponderadas para evaluar la importancia del GF en la estructura

de las comunidades bacterianas. Seguido, se realizarán tests de Kruskal Wallis. Las

Page 53: Monografía de grado CJRM - Uso del glifosato en cultivos

53

medidas de riqueza y diversidad en los tratamientos (Índice de Shannon e inverso

de Simpson) se estimarán a partir de los UTOs obtenidos, y se evaluaran mediante

análisis de ANOVA. Por último, utilizando herramientas como DEseq2, se

identificarán taxones bacterianos diferencialmente abundantes que fueron impactos

por el tratamiento con GF. Todas las pruebas estadísticas se realizarán utilizando

un valor de significancia (α) de 0.05 para rechazar la hipótesis nula. Los análisis

estadísticos serán llevado a cabo en el software R del R Core Team (2013).

6.2. Resultados esperados

1. Efectos del glifosato en la estructura y diversidad de las comunidades

bacterianas: Se espera encontrar clústeres distintos de comunidades bacterianas

entre suelos tratados con GF y suelos sin tratar con GF (en concentraciones tres

veces la usada para cultivos agrícolas). En contraste, se espera encontrar clústeres

similares de comunidades bacterianas en suelos con presencia de L. sphaericus

(con y sin aplicación de GF). Adicionalmente, se espera que los patrones de riqueza

y diversidad de especies sean mayores en suelos no tratados con GF. La razón

detrás de esto es que posiblemente L. sphaericus al degradar el GF y el AMPA,

permiten que otros microorganismos más sensibles al GF puedan ser resilientes a

la perturbación generada por el herbicida.

2. Disminución de GF y AMPA en el suelo: Dado que las características del suelo

(en el sitio de estudio) favorecen que el GF esté biodisponible, y además, teniendo

en cuenta que L. sphaericus tiene la ruta metabólica de sarcosina oxidasa; se

espera encontrar una disminución significativa de estos compuestos en suelos

tratados con L. sphaericus y GF. Así mismo, se espera una amplificación positiva

para el gen de sarcosina oxidasa (soxA) únicamente en el tratamiento de L.

sphaericus con GF, ya que la presencia del herbicida induce la activación de esta

vía de biodegradación.

Page 54: Monografía de grado CJRM - Uso del glifosato en cultivos

54

3. Concentraciones de nitrato y amonio en el suelo: Dado que L. sphaericus es una

bacteria fijadora de nitrógeno, se espera encontrar un aumento significativo en las

concentraciones de estos compuestos en los tratamientos con L. sphaericus. Este

resultado indicaría que el GF no interfiere con el papel de nitrificación de L.

sphaericus.

8. Discusión y Conclusiones

El uso intensivo de HBGF para el control de malezas en operaciones agrícolas, o

para la erradicación de cultivos ilícitos en programas de fumigación aérea, ha

conllevado a la contaminación de los suelos y de las áreas circundantes; lo cual

pone en riesgo la diversidad y funcionalidad de las comunidades microbianas que

habitan en estos ambientes. Si bien, aunque un gran número de los trabajos

consultados para este artículo establecen que la aplicación de GF a las tasas

recomendadas en campo o por debajo de las mismas suponen un riesgo menor

para los microorganismos del suelo; es importante aclarar que existe gran

variabilidad entre los resultados obtenidos por estas investigaciones, lo que dificulta

llegar a conclusiones más precisas. Algunos de los factores identificados que

contribuyen a esta variabilidad, son los siguientes: (1) la compleja interacción entre

los microorganismos y el GF, que dependen en gran medida de las propiedades del

suelo; (2) existe una variación inherente al microbioma asociado a las plantas, por

diferencias en el tipo de cultivo y las características del suelo; (3) el uso limitado

técnicas de alta resolución para evaluar la respuesta de los microorganismos frente

a la exposición con GF, dificulta la obtención de datos bajo un nivel de detalle más

específico (a nivel taxonómico y funcional); y (4) los HBGF varían

considerablemente en la formulación comercial, lo que puede inducir una respuesta

diferencial en la microbiota del suelo según los ingredientes presentes en estos

productos.

Page 55: Monografía de grado CJRM - Uso del glifosato en cultivos

55

No obstante las limitaciones señaladas, es posible establecer unas conclusiones

puntuales de esta revisión de literatura: primero, hay una tendencia de que el

impacto adverso del GF puede ser mayor en las comunidades microbianas del suelo

a medida que aumenta su tasa de aplicación. Dado que en la agricultura se suelen

utilizar tasas altas de GF, y teniendo en cuenta que en los programas de fumigación

de cultivos ilícitos, el GF asperjado es más concentrado y en mayores dosis que los

niveles máximos establecidos por el fabricante; es prudente afirmar que para

prevenir daños directos o indirectos en la biodiversidad del suelo, la recomendación

es utilizar este herbicida en las tasas estrictamente prescritas y reconsiderar su

aplicación generalizada en contextos agrícolas y no agrícolas. Segundo, se ha

demostrado que los HBGF pueden causar alteraciones en las defensas fisiológicas

de las plantas, haciendo que estas sean más susceptibles a enfermedades

transmitidas por el suelo. Tercero, los HBGF tienen el potencial de la alterar la

ecología de las comunidades microbianas, al promover el crecimiento de

fitopatógenos y en suprimir microrganismos benéficos del suelo. Y cuarto, la

aplicación intensiva de HBGF ha provocado la emergencia de microorganismos

resistentes al glifosato, con la probabilidad de también desarrollar mecanismos de

resistencia a los antibióticos.

Los resultados de este trabajo señalan que el impacto del GF no se limita

únicamente a la inhibición de la enzima EPSPS en plantas objetivo indeseadas (bien

sea en cultivos agrícolas o ilícitos), sino que puede tener implicaciones ambientales

en una escala mucho mayor, consiguiendo afectar la estructura de las comunidades

microbianas del suelo y el papel que pueden cumplir en distintos servicios

ecosistémicos. Estos resultados brindan la oportunidad para el desarrollo de nuevos

estudios interdisciplinares que permitan consolidar más evidencia científica

respecto de las conclusiones de la presente revisión.

Page 56: Monografía de grado CJRM - Uso del glifosato en cultivos

56

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