monitor ensayo

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EDITORIAL Jóvenes: renovar la confianza A la hora de pensar la temática de los jóvenes y adolescen- tes, una de las primeras reflexiones que aparece es la fuer- te representación mediática en torno a estereotipos y estig- matizaciones, sobre todo –aunque no sólo– en torno a la juventud asociada a la marginalidad económica y social. Como plantea el dossier de este número, en el imaginario social –promovido precisamente por la constante presión de ciertos medios de comunicación– abundan expresiones co- mo “esta juventud de ahora”, o “son abúlicos, desinteresa- dos, irrespetuosos” o “menos participativos y con menos in- quietudes” de lo que los adultos creemos recordar que fuimos. Para ciertos comunicadores y opinadores diversos, incluso, la cuestión se presenta de manera más tajante: los jóvenes, y en especial los jóvenes pobres, son directamente un “peligro so- cial” frente al cual la sociedad debe ponerse en guardia. Pero también está el reverso de esta concepción: hay quien cree que tiene que borrar toda distancia y confundirse con los jóvenes porque se considera que es la única manera de entenderlos y educarlos. Este Ministerio, y creemos que con él la mayoría de nues- tra sociedad, tiene otra mirada, producto de su práctica so- cial y educativa; para nosotros no es novedad la forma en que los jóvenes están surgiendo como activos participantes en los nuevos escenarios políticos y sociales y en los procesos de cambio que nuestro país está viviendo en los últimos años. En ese sentido nuestra posición entra en franco debate con ciertos modos dominantes de percibirlos y de nombrarlos, porque lo hacemos reconociéndolos como legítimos sujetos de derecho. Si los adolescentes y los jóvenes deben tener a disposición espacios educativos, recreativos, deportivos, ar- tísticos y condiciones para concluir su escolaridad, es por- que tienen ese derecho y no porque a través de esas accio- nes se contribuya a eliminar potenciales riesgos individuales y sociales. Para hacer efectivos estos derechos, sostenemos numero- sos ámbitos en los que los jóvenes puedan desplegar prác- ticas y experiencias significativas: Centros de Actividades Juveniles, orquestas juveniles, turismo educativo y recrea- ción, campamentos, parlamentos juveniles, entre otros. Queremos evitar que estos espacios sean pensados desde una mera “lógica preventiva”; por el contrario, estamos conven- cidos de que son valiosos en sí mismos, en tanto constitu- yen una oportunidad de aprendizaje y de acompañamiento a los adolescentes y jóvenes en la construcción de sus pro- pios proyectos de vida. Como Ministerio de Educación estamos profundamente convencidos de que una política para los jóvenes y los ado- lescentes que resulte realmente significativa, debe interpre- tar la experiencia escolar cotidiana, impactándola. Por ello, junto con los Ministerios provinciales, estamos trabajando para una nueva secundaria inclusiva y de calidad. Este pro- ceso apunta a hacer de la escuela una institución capaz de albergar a todos y a cada uno de nuestros adolescentes y jóvenes, haciendo efectivo el derecho que ellos tienen a la edu- cación en el nivel. Es también en este marco de reconocimiento al creciente lugar de protagonismo de jóvenes y adolescentes en ámbi- tos sociales y políticos, que estamos promoviendo y gene- rando espacios de participación ciudadana incentivando la búsqueda de respuestas a planteos comunes. De esta for- ma, el Ministerio de Educación de la Nación, junto a otros Ministerios nacionales, provinciales y organizaciones juve- niles, propone llevar a cabo jornadas juveniles de participa- ción en las provincias y distritos que implican actividades de mejoras en la infraestructura social, en escuelas de la comunidad, generando capacidad de organización y movili- zación. Los invito a unirse al debate que propone El Monitor . Distintos autores abordan esta temática compleja desde di- versas perspectivas: jóvenes y política, memoria, militan- cias políticas, redes sociales, la escuela secundaria, y el mie- do a lo nuevo que condensan los jóvenes. Como Estado educador, como sociedad y como personas comprometidas con su tiempo, debemos renovar la con- fianza en la juventud. Esto es permitirle educarse, tomando seriamente sus visiones y sus anhelos y, también, seguir al- bergando esperanzas sobre el futuro que les aguarda, tra- bajando entre todos en la construcción de una Nación con jus- ticia social y libertad. Prof. Alberto Sileoni Ministro de Educación de la Nación

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  • EDITOR IAL

    Jvenes: renovar la confianzaA la hora de pensar la temtica de los jvenes y adolescen-tes, una de las primeras reflexiones que aparece es la fuer-te representacin meditica en torno a estereotipos y estig-matizaciones, sobre todo aunque no slo en torno a lajuventud asociada a la marginalidad econmica y social.Como plantea el dossier de este nmero, en el imaginariosocial promovido precisamente por la constante presinde ciertos medios de comunicacin abundan expresiones co-mo esta juventud de ahora, o son ablicos, desinteresa-dos, irrespetuosos o menos participativos y con menos in-quietudes de lo que los adultos creemos recordar que fuimos.Para ciertos comunicadores y opinadores diversos, incluso, lacuestin se presenta de manera ms tajante: los jvenes, y enespecial los jvenes pobres, son directamente un peligro so-cial frente al cual la sociedad debe ponerse en guardia.

    Pero tambin est el reverso de esta concepcin: hay quiencree que tiene que borrar toda distancia y confundirse conlos jvenes porque se considera que es la nica manera deentenderlos y educarlos.

    Este Ministerio, y creemos que con l la mayora de nues-tra sociedad, tiene otra mirada, producto de su prctica so-cial y educativa; para nosotros no es novedad la forma en quelos jvenes estn surgiendo como activos participantes en losnuevos escenarios polticos y sociales y en los procesos decambio que nuestro pas est viviendo en los ltimos aos.

    En ese sentido nuestra posicin entra en franco debate conciertos modos dominantes de percibirlos y de nombrarlos,porque lo hacemos reconocindolos como legtimos sujetosde derecho. Si los adolescentes y los jvenes deben tener adisposicin espacios educativos, recreativos, deportivos, ar-tsticos y condiciones para concluir su escolaridad, es por-que tienen ese derecho y no porque a travs de esas accio-nes se contribuya a eliminar potenciales riesgos individualesy sociales.

    Para hacer efectivos estos derechos, sostenemos numero-sos mbitos en los que los jvenes puedan desplegar prc-ticas y experiencias significativas: Centros de ActividadesJuveniles, orquestas juveniles, turismo educativo y recrea-cin, campamentos, parlamentos juveniles, entre otros.Queremos evitar que estos espacios sean pensados desde unamera lgica preventiva; por el contrario, estamos conven-

    cidos de que son valiosos en s mismos, en tanto constitu-yen una oportunidad de aprendizaje y de acompaamientoa los adolescentes y jvenes en la construccin de sus pro-pios proyectos de vida.

    Como Ministerio de Educacin estamos profundamenteconvencidos de que una poltica para los jvenes y los ado-lescentes que resulte realmente significativa, debe interpre-tar la experiencia escolar cotidiana, impactndola. Por ello,junto con los Ministerios provinciales, estamos trabajandopara una nueva secundaria inclusiva y de calidad. Este pro-ceso apunta a hacer de la escuela una institucin capaz dealbergar a todos y a cada uno de nuestros adolescentes yjvenes, haciendo efectivo el derecho que ellos tienen a la edu-cacin en el nivel.

    Es tambin en este marco de reconocimiento al crecientelugar de protagonismo de jvenes y adolescentes en mbi-tos sociales y polticos, que estamos promoviendo y gene-rando espacios de participacin ciudadana incentivando labsqueda de respuestas a planteos comunes. De esta for-ma, el Ministerio de Educacin de la Nacin, junto a otrosMinisterios nacionales, provinciales y organizaciones juve-niles, propone llevar a cabo jornadas juveniles de participa-cin en las provincias y distritos que implican actividadesde mejoras en la infraestructura social, en escuelas de lacomunidad, generando capacidad de organizacin y movili-zacin.

    Los invito a unirse al debate que propone El Monitor.Distintos autores abordan esta temtica compleja desde di-versas perspectivas: jvenes y poltica, memoria, militan-cias polticas, redes sociales, la escuela secundaria, y el mie-do a lo nuevo que condensan los jvenes.

    Como Estado educador, como sociedad y como personascomprometidas con su tiempo, debemos renovar la con-fianza en la juventud. Esto es permitirle educarse, tomandoseriamente sus visiones y sus anhelos y, tambin, seguir al-bergando esperanzas sobre el futuro que les aguarda, tra-bajando entre todos en la construccin de una Nacin con jus-ticia social y libertad.

    Prof. Alberto Sileoni

    Ministro de Educacin de la Nacin

  • 1. Editorial.4. La escuela por dentro: Centro

    Educativo Polimodal N 3, Garup,provincia de Misiones.

    9. La Foto.10. Docentes: Nstor Rebecchi, la vuelta

    al barrio.

    15. Correo de lectores.16. El Museo: Lminas escolares.18. Obras Maestras: Sueos de maestra

    titular, de Silvia Bravo.

    22. Plan FinEs: Ms de 260 mil jvenes y adultos terminaron la secundaria.

    S U M A R I O N 2 8

    AUTO R I DA D E SPresidenta de la NacinDra. Cristina Fernndez de Kirchner

    Ministro de Educacin de la NacinProf. Alberto Sileoni

    Secretaria de Educacin Prof. Mara Ins Abrile de Vollmer

    Secretario del Consejo Federal de EducacinProf. Domingo de Cara

    Subsecretaria de Equidad y CalidadLic. Mara Brawer

    Subsecretario de Coordinacin AdministrativaArq. Daniel Iglesias

    Subsecretario de Planeamiento EducativoLic. Eduardo Aragundi

    Directora del Instituto Nacional de Educacin TecnolgicaLic. Mara Rosa Almandoz

    Directora del Instituto Nacional de Formacin DocenteLic. Graciela Lombardi

    Directora Nacional de Gestin Curricular y Formacin Docente Lic. Marisa Daz

    Director Nacional de Polticas Socioeducativas Pablo Urquiza

    Directora Nacional de Informacin y Evaluacin de la CalidadEducativaDra. Liliana Pascual

    E Q U I P O E D I TO R I A LDirectorasIns DusselIns C. Tenewicki

    Jefe de RedaccinSergio Ranieri

    Jefe de Arte / CoordinacinEduardo Rey

    Colaboradores Permanentes Ana AbramowskiJudith GociolMariela LanzaRudyPatiMyriam Southwell

    Coordinacin y correccinSilvia Pazos

    FotografaLuis TenewickiDistribucin Javier Manchini

    Colaboran en este nmero: Sergio Balardini, Silvia Bravo, MarinaCorts, Mara Paula Dufour, Octavio Falconi, Daniel Feldman, MurielFrega, Herd, Beatriz Masine, Pedro Nuez, Sandra Raggio.

    Las notas firmadas son responsabilidad de los autores y no representan necesariamente la opinin del Ministerio de Educacin

    Registro de la Propiedad Intelectual: 538424Publicacin del Ministerio de Educacin de la NacinPizzurno 935 (C1020) Ciudad Autnoma de Buenos Aires. Repblica Argentina

  • 25. Dossier. Los jvenes, hoy.26. Jvenes: un tema que insiste.28. Sensibilidades polticas sorpresivas:

    jvenes, escuela y sensaciones de justicia.Pedro Nuez.

    32. Los jvenes y las memorias.Sandra Raggio.

    34. La experiencia escolar de alumnos de sectores pauperizados, en instituciones pblicas. Octavio Falconi.

    38. La nuevas militancias, entre la plaza y las redes sociales. Sergio Balardini.

    41. Ciento veinte mil jvenes debatieron enel Parlamento Juvenil del Mercosur.

    44. Qu hay que saber hoy del ensayo.Marina Corts y Beatriz Masine.

    46. Entrevista. El Padre Pepe:El problema real en la villa es la falta de oportunidades.

    50. Breves52. El Cuento: Los monstruos,

    de Juan Diego Incardona.

    56. Resea: Red de Historia de los Medios.58. Conversaciones. Guillermo Martnez:

    Hay semejanza entre una idea matemtica y una literaria.

    63. Humor, Rudy-Pati.

    El monitor

    M A RZO 2 0 1 1

  • 4Corra el ao 1999 y en el Municipio deGarup la poblacin en edad escolar cre-ca a un ritmo mucho ms acelerado quela disponibilidad de vacantes en las insti-tuciones educativas de la zona. Para po-der albergar a todos los nios y las niasen las escuelas primarias se crearon turnosintermedios, que inevitablemente reduje-ron la carga horaria de la jornada escolar.En ese momento les pregunt a los veci-nos: por qu no construimos una escue-la? Y me contestaron que s. Hablamos conel intendente, nos dio un espacio verde, ydurante los fines de semana empezamos aedificar, pidiendo arena, cemento, y ladri-llos; y haciendo locro, empanadas y cam-peonatos de ftbol para juntar fondos. Unavez levantado el edificio, las autoridadesdel Consejo de Educacin nos dieron loscargos docentes y crearon la escuelaN 817, que todava hoy sigue funcionan-do, recuerda Graciela Sommerfeld, prota-gonista de la historia. Fue un trabajo muysacrificado, pero lindo; y los resultados se

    ven hoy. Vali la pena hacer fuerza y echar-le ganas, agrega Ana Mara Maldonado,vecina del barrio.

    En 2002 los vecinos volvieron a juntar la-drillos, arena y chapas, pero con el fin de

    concretar otro proyecto: una escuela se-cundaria para que los egresados de la es-cuela primaria N 817 pudieran continuar elnivel medio. Con ese objetivo construye-ron unas aulas que funcionaron hasta 2004como anexo del Bachillerato N 35:Durante esos dos aos, dieciocho docen-tes trabajamos ad honorem, sealaSommerfeld quien, adems de mam y ve-cina, es profesora de tecnologa y fue nom-brada coordinadora del proyecto.

    En 2004 las aulas anexas del Bachilleratose independizaron y se convirtieron en elCentro Educativo Polimodal (CEP) N3.Finalmente estamos ac, con ganas detrabajar, con muchos sueos, diceGraciela Sommerfeld quien, con la crea-cin del CEP, asumi como directora delestablecimiento.

    El adverbio ac tiene un significado tan-to simblico como material. Habla de unpunto de llegada luego de una larga luchacon el objetivo de lograr igualdad de opor-tunidades educativas para todos los niosy jvenes del Barrio Nuevo de Garup. Ytambin hace referencia a un nuevo edificio,estrenado en 2008 y cuya construccin yano estuvo a cargo de los vecinos sino quefue posible en el marco del plan 700Escuelas, del Ministerio de Educacin dela Nacin.

    El CEP N 3 Garup es el cuarto Municipio de la pro-

    vincia de Misiones y tiene, en la actuali-dad, 60.000 habitantes. Est ubicado a so-lo 16 kilmetros de Posadas, y el accesoes a travs de la ruta nacional N 12. Setrata de una zona que se expandi mucho

    En el Municipio de Garup, pro-

    vincia de Misiones, funciona el

    Centro Educativo Polimodal

    (CEP) N3 cuya construccin fue

    una iniciativa de los vecinos que

    integran la comunidad educati-

    va del lugar. El proyecto, en el

    que participan 294 alumnas y

    alumnos, y 42 docentes, pudo

    concretarse mediante el plan

    700 Escuelas, del Ministerio de

    Educacin de la Nacin.

    LA ESCUELA POR DENTRO

    Sueos posibles

    Centro Educativo Polimodal (CEP) N3, Garup, Misiones

  • en los ltimos tiempos, y triplic en diezaos su cantidad de habitantes.

    El CEP N3 est ubicado en el barrioNuevo Garup. La poblacin del barrioproviene, en su mayor parte, del interior dela provincia de Misiones. Estas personasllegaron esperando una alterativa laboral, enPosadas o ac en Garup, que en muchoscasos no se concret. La mayora de lasfamilias son de clase media baja: trabajanhaciendo changas o empleados en comer-cios o con pequeos emprendimientos, ymuchos viven de Planes Sociales, descri-be Sommerfeld.

    Uno de los problemas de la escuela con-tina la directora es la desercin, porquemuchos chicos tienen que salir a trabajar.A veces parece que si estudian o no, daigual. Mi objetivo es revertir eso, mostrar-les otro mundo social, en el que ellos pue-dan sentir que hay ms posibilidades. Poreso sueo con que todos tengan, no la obli-gatoriedad, sino ganas de venir a la escuelaa estudiar.

    El CEP N 3 tiene 294 alumnas y alum-

    nos y 42 docentes. Su modalidad es enEconoma y Gestin de las organizaciones.Esta es una de las orientaciones que lessirve para cualquier carrera que sigan es-tudiando, o para la vida cotidiana, explicaNlida Sato, profesora en CienciasEconmicas. Todos los aos hacemos unamuestra en la que trabajamos empresassimuladas y microemprendimientos. El ren-dimiento en los trabajos y el esfuerzo delos alumnos es algo para destacar, su-braya Sato.

    Los talleres del Centro de ActividadesJuveniles

    En 2004 comenz a funcionar en el CEPel Centro de Actividades Juveniles (CAJ):El proyecto del CAJ busca brindarles a loschicos un espacio distinto, para que puedanhacer cosas que les gusten, dice CarinaBalbuena coordinadora de CAJ desde suapertura hasta mediados de 2010. Y agre-ga: Asistiendo a los talleres del CAJ, los chi-cos van cambiando de actitud. Parece quetienen ms ganas de estar en la escuela.

    Los talleres son abiertos a la comunidady participan tambin alumnos y alumnasde otros colegios de la zona tanto prima-rios como secundarios, egresados y al-gunos padres. Actualmente asisten alrede-dor de 180 personas: A los chicos les gustamucho todo lo vinculado a la expresin ar-tstica. Les ayuda a sacarse el miedo y ademostrar sus habilidades, apunta ElmaBalbuena, coordinadora del CAJ desde sep-tiembre de 2010.

    A partir de los talleres del CAJ intenta-mos detectar si hay chicos que han dejadola escuela y tratamos de que vuelvan, seaa este establecimiento o a cualquier otro,relata Carina sealando uno de los objeti-vos principales del proyecto.

    En este momento hay cinco talleres en elCAJ del CEP N3. El taller de Pintura sobretela est a cargo de Marli Beatriz Rapp,quien adems se desempea como biblio-tecaria de la escuela. El taller de Ajedrezes uno de los ms nuevos y ya cuenta conalrededor de veinticinco alumnos. Est co-ordinado por Ernesto Kuhle, quien destaca

    5 EL MON I TOR

  • 6que el juego ya se est instalando durantelos recreos y las horas libres: Muchos chi-cos que no saben jugar se acercan en los re-creos a preguntar y se suman. Estamosmuy contentos porque estamos sacandomuy buenos jugadores.

    Brbara Sciangula es profesora de msi-ca, maestra de danzas folclricas y estu-diante de abogaca y est al frente del ta-ller de Folclore: El cuerpo estable tieneentre 25 y 30 chicos y chicas, y despustenemos un semillerito con 20 ms que re-cin estn aprendiendo. Todo se hace conmucho esfuerzo; es difcil juntarse porquelas edades van de 12 a 24 aos y hay mu-chos chicos que estudian y trabajan. Se haarmado un lindo grupo y esto los hace cre-cer un montn.

    El cuerpo estable del taller de Folclore haganado muchos premios. Sciangula pun-tualiza: El ao pasado sacamos los pai-sanos provinciales. Son los mejores baila-rines de la provincia y se eligen todos losaos por la Asociacin Misionera deProfesores de Danza, en el marco de la

    Fiesta de la Tradicin. Hemos ganado tresveces y es un gran logro porque se compi-te con las mejores escuelas de danza dela provincia. Tambin llegamos al FestivalNacional de Malambo de Laborde, en laprovincia de Crdoba.

    El taller de Teatro est a cargo de la pro-fesora Gabriela Brites: En este espacio ha-cemos juegos teatrales para que los chi-cos se quiten la vergenza y el miedo, ytambin doy algunas tcnicas de actua-cin. Es impresionante cmo crecieron ycmo se desenvuelven cada vez mejor. Acaprenden a desinhibirse, se animan a decir,a expresar. Y les gusta. Porque lo ms im-portante es que ellos se diviertan haciendoteatro.

    Soy ama de casa, mam, empleada do-mstica, tallerista y actriz, especificaGabriela y agrega: Creo que si hubiera he-cho teatro desde chica no habra tenidotantos miedos de hablar, de salir, de en-frentar. El teatro me ayud un montn. Esun arte para el que solo necesits comoherramientas el cuerpo y la voz; el resto es

    creatividad e imaginacin. La profesora-mam Brites cuenta que su hija ya egresdel CEP N 3 y est cursando la tecnicatu-ra en teatro, mientras que uno de sus hijostodava asiste a la secundaria y es firme in-tegrante del taller conducido por su madre.

    Daniela Amaro es una de las protagonis-tas de La viborita, una obra que se army fue creciendo a partir de tcnicas de im-provisacin: Es relindo el taller, porqueadems de sacarnos la vergenza y salir aactuar y que todos nos aplaudan, tambinnos hace bien porque nos olvidamos deotros problemas que tenemos. Interrogadarespecto de la posibilidad de una futura ca-rrera actoral, Daniela responde: No quie-ro ser actriz, es un pasatiempo, y es lindohacerlo ac en la escuela. Me encanta laabogaca y todo lo que tenga que ver con elcuidado del ambiente.

    El taller de Coro tiene ms de 80 inte-grantes y est coordinado por SandraSommerfeld. Desde octubre de 2010 se hasumado al proyecto de Coros delBicentenario: Trabajamos con los chicos

    L A E S C U E L A P O R D E N T R O

  • 7 EL MON I TOR

    de la escuela 110, de Posadas; ellos tienenla orquesta y nosotros el coro, seala laprofesora. Los chicos estn felices. Y tam-bin participa una mam; se quiso sumary est feliz.

    Mirta Rodrguez es mam de Alejandra,Doris y Pamela Yablonski y relata: Cuandoera chica me gustaba cantar, pero no tuveposibilidades. Por eso estoy aprovechandoque la escuela me abre las puertas paravenir al coro a aprender y compartir contres de mis siete hijos. Y contina: Trabajoen una guardera y estoy estudiando conel SIPTeD (Sistema Provincial deTeleducacin y Desarrollo). El ao pasadotermin la primaria y ahora estoy haciendoel secundario. Y voy a seguir estudiando,me gusta mucho la msica. Cuando se lepregunta por qu retom los estudios, Mirtaresponde: Porque me gustaba. Adems, amis hijos les haca falta que yo los ayuda-ra un poco. No me cri con mi mam, sinoen casas ajenas y solo llegu a segundogrado. Y recin a los 17 aos pude retomarla primaria.

    Tenemos un coro en mi casa, estamostodo el da cantando, dice Doris, que esten primer ao de secundaria. Y Alejandra sesuma a la conversacin: A m me gusta to-do lo que sea artstico, me gusta el baile,teatro, cantar. Yo bailo rabe en otro CAJ. Mefaltan dos aos para perfeccionarme bien ytener el ttulo de profesora de danza ra-be. Y coro me interesa porque una apren-de a modular la voz, la forma de expresarel canto. Alejandra quiere estudiar polticao alguna carrera del rea contable, comoadministracin de empresas. Mi sueo dechiquita era ser diputada, concluye.

    Horas no tan libresDesde hace un tiempo la escuela viene

    encontrndose con un problema: las horaslibres. Para revertirlo se implement un pro-yecto sostenido por las preceptoras Carinay Elma Balbuena, Itat Gmez Pereyra yCarmen Cuchak, para que los chicos per-manecieran en la escuela haciendo tareassignificativas ms all de la ausencia delos profesores: El tema es que los chicos

    aprovechen el tiempo que tienen ac paracompletar trabajos prcticos, estudiar, ir ala biblioteca, a la sala de informtica, re-lata Carmen.

    Antes de convertirse en preceptora delCEP, Carmen Cuchak integr, como mam,el grupo de padres que all por el 2002 se

    puso a trabajar para construir una escuelasecundaria para el barrio. En aquel enton-ces, ella se ocup de censar las necesida-des educativas de la zona. El proyecto de laescuela la moviliz de tal manera que, lue-go de 13 aos de haber terminado la se-cundaria, comenz a estudiar para pre-ceptora. Siempre supe que algo tena queestudiar y ac empec a ver lo que podahacer y me encant. Encontr realmentelo que me gusta.

    Congreso de la Juventud Daniela Amaro, Natalia Martnez y Carmen

    Ibez participaron durante 2010 del VIIICongreso de la Juventud. Se trata de unproyecto que fomenta que los jvenes rea-licen actividades de investigacin acercade diferentes temticas, para luego expo-ner los resultados a nivel zonal, provincial,nacional y latinoamericano. Cuando meenter del Congreso me interes mucho,porque todos los aos se viaja a Jujuy. Pero,cuando empezamos a trabajar, me di cuen-

    ta de que no importa tanto el viaje, lo quems importa son los conocimientos queadquirimos. A nosotros nos capacitaronporque tenamos que saber bien qu es unahiptesis, cmo se hacen los objetivos, elmarco terico, cmo se delimita un pro-blema, cuenta Daniela.

    En el Congreso se abordan nueve temti-cas, que a su vez estn divididas en sub-temas: Educacin, Salud, Poltica, Economa,Sociedad, Cultura, Ambiente, Historia yDiversidad e Integracin Regional yLatinoamericana. Los protagonistas delCongreso son los jvenes: ellos investigan,pero tambin coordinan las comisiones yevalan los trabajos presentados, todo ba-jo el acompaamiento y asesoramiento deprofesores.

    En el CEP N 3 se realiz un Congreso anivel escolar, donde se presentaron ms decien trabajos: Es una herramienta pedag-gica interesantsima explica Sommerfeldporque el chico lee, investiga, redacta, seexpresa, todo lo cual colabora con todaslas reas. Y Natalia cuenta: Yo hice untrabajo sobre la violencia escolar. Mi tra-bajo fue acerca de tribus urbanas, floggers,emos, dice Daniela. Yo hice uno sobre lacontaminacin del ambiente en un aserra-dero en Candelaria, agrega Carmen, que seimagina en un par de aos estudiando pro-

  • 8fesorado de historia o abogaca. Me gus-ta historia, conocer el pasado y entenderel presente, me parece interesante.

    Centro de Estudiantes En la escuela funciona el Centro de

    Estudiantes, cuyo presidente es SebastinUrrucha, de 1 polimodal. Una de las ac-tividades principales del Centro es la or-ganizacin de la Semana del estudiante,que incluye un da deportivo, un da inte-grador y un da artstico: Nos dan una me-loda y nosotros tenemos que escribir unaletra, armar una coreografa y pintar unmural, detalla Sebastin.

    El Centro de Estudiantes participa, a nivelmunicipal, en la llamada GOES (GarupOrganizacin de Estudiantes Secundarios);y a nivel provincial, de la JUPES (JuventudProvincial de Estudiantes Secundarios).Desde la GOES se organiza la Estudiantinade Garup, donde cada colegio presentaun show artstico y su rey, reina y princesa.El CEP N3 gan el primer premio un via-je a Iguaz con la obra de teatro La vi-borita.

    Fabiola Pittar es directora de la Juventudde la Municipalidad de Garup: Desde mirea trabajamos con varios secundarios delMunicipio, haciendo diferentes actividades

    e incentivando la creacin de los Centros deEstudiantes. Por la cercana, Garup de-pende mucho de Posadas, y nuestra idea espoder ir construyendo una identidad deGarup.

    NETBOOKSLa llegada de las netbooks del programa

    Conectar Igualdad y su inminente entregaa alumnas y alumnos del CEP N 3 antesdel receso de verano con la posibilidadde tenerlas en sus casas durante las vaca-ciones convierte a las computadoras por-ttiles en tema inevitable: Me gusta la es-cuela por todas las posibilidades que nosda, dice entusiasmada Natalia. Por ejem-plo, las netbooks es algo que nos va a ayu-dar a fortalecer y a mejorar el conoci-miento.

    Por su parte, Daniela cuenta una anc-dota que le permite pronosticar clases msatractivas e interesantes: El otro da unprofesor dio su clase con un power point,porque en la escuela tenemos un proyector.Fue mucho ms lindo, se le entendi muchoms. Al usar la computadora llam muchoms nuestra atencin. Luego de una bre-ve pausa, contina: Todos los aos hace-mos la Expo-contable, sobre microem-prendimientos y empresas simuladas.

    Durante el ao tenemos que trabajar en lasala de informtica para hacer los proyec-tos y siempre debemos esperar que la sa-la est desocupada. Cuando cada uno ten-ga su computadora, va a resultar muchoms prctico hacer los proyectos. Inclusocon las netbooks agrega Sebastin va-mos a poder hacer los trabajos de las ma-terias, y en lugar de presentar escritos po-dremos armar videos.

    El ao que viene est previsto capacitara madres y padres en el uso de las netbo-oks, ya que lo pidieron; cada vez que ha-cemos reuniones vienen entre 130 y 150.Siempre participan, porque se respetanmucho sus decisiones, dice la directora.

    Ir por ms Ahora queremos tener carreras de nivel

    superior para los jvenes de la zona, asque estamos trabajando en dos proyectosde tecnicaturas: Tcnico superior en dise-o de moda e indumentaria con enfoqueemprendedor, y Tcnico superior en gas-tronoma, cuenta Sommerfeld.

    Graciela insiste: Con sueos y objetivosclaros se pueden lograr muchas cosas. Creoen los cambios, pero de nosotros depen-de: de los adultos, de los que estamos acargo de las instituciones. Son tantas lascosas que se pueden hacer con los chicospara atraparlos y atraerlos!.

    Libros, computadoras, msica, baile, pie-zas de ajedrez, obras de teatro, empresassimuladas, microemprendimientos, con-gresos y estudiantinas, pero tambin la-drillos, cemento, locro y empanadas, handado forma al CEP N 3. Una escuela en laque el vnculo con la comunidad no es unobjetivo imposible, sino un punto de par-tida inevitable. Una escuela en la que to-dos y todas alumnos y alumnas, egresa-dos, padres, madres, docentes,preceptores, directivos tienen la posibi-lidad de vislumbrar que hay sueos quese hacen realidad.

    Ana Abramowski [email protected]: Luis Tenewicki

    L A E S C U E L A P O R D E N T R O

    Graciela Sommerfeld

  • 9 EL MON I TOR

    LA FOTO

    Jvenes, circa 1940

    Foto: A.G.N.

  • 10

    Yo nunca me fui del barrio, siempre estoyllegando, frasea Rebecchi haciendo suyasunas palabras de Anbal Troilo. La ocasintambin rima con otro conocido tango,Volver, pero no con la parte de la frentemarchita sino con aquella que dice: siem-pre se vuelve al primer amor.

    Nstor Rebecchi naci hace 51 aos enel porteo barrio de La Boca, a cinco cua-dras de la Escuela de Educacin MediaN 2, que dirige desde el ao 2004: En eldiscurso de inauguracin dije que habados cuestiones que afectivamente me con-mocionaban. Una era el hecho de que laescuela estuviera en La Boca, que es mibarrio. Y la otra es que funcionara en unaempresa grfica recuperada, porque mi vie-ja era obrera grfica. Ese da vino gente dela Federacin Grfica y haba muchos queconocan a mi mam. Esas cosas van msall de las coincidencias, dice el director.Y luego agrega un par de detalles que evi-dencian su emocin: Cuando se abri es-ta escuela salamos a recorrer el barrio pa-ra hacer campaa buscando que los pibesse anotaran y vinieran. Era algo muy emo-tivo, porque me encontraba con gente queme conoca de cuando era chico. En estaescuela hay alumnos que son hijos de com-paeros mos de la primaria. Esto es volvera las fuentes.

    Por dnde habr estado Rebecchi? Nodemasiado lejos, ni haciendo cosas muydistintas a las que realiza todos los das enla escuela de La Boca. Su trayectoria, msque de idas y vueltas, est hecha de cons-tancia, convicciones y metas claras. Valela pena conocerla.

    El estudiante

    Mi vieja era una laburante. Para darme decomer limpi pisos y termin como obreragrfica. Pensaba que me daba lo mejormandndome a una escuela privada ba-rrial y fui al San Juan Evangelista. Lo que sepagaba en ese momento era casi una coo-peradora. Vivamos en lo que hoy se cono-ce como el Barrio Chino de La Boca, y mu-chos pibes salamos de los conventillos,uniformados para ir a la escuela secunda-ria, recuerda Rebecchi.

    En el ao 1977 termin la secundaria co-mo abanderado y entr al servicio militar.En esa poca yo jugaba al ftbol como pro-fesional en un equipo de primera B, Talleresde Remedios de Escalada, y al mismo tiem-po trabajaba. En 1982 dej el ftbol y re-tom los estudios, comenta. Siempre tu-ve en mente seguir una carrera terciaria ouniversitaria. Me gustaba historia porqueen la escuela media tuve muy buenos pro-fesores de esa materia, que me marcaron.

    Las marcas del colegio secundario lo lle-

    varon a estudiar el Profesorado de Historiaen el Consudec (Consejo Superior deEnseanza Catlica), donde obtuvo el ttu-lo en 1987.

    Recin recibido de profesor, Rebecchi tra-bajaba en una fbrica por la maana, tenaun cargo de adjunto en el Consudec en lactedra Argentina Contempornea por latarde, y cursaba Sociologa en la Universidadde Buenos Aires (UBA) por la noche. Losvaivenes de la vida y las obligaciones fami-liares ya haba nacido su segunda hija loforzaron a abandonar la facultad. Siempredigo que voy a terminar sociologa cuandosea grande, bromea, dejando en evidenciala pasin que siente por esa disciplina, yagrega que tambin hizo una licenciaturaen Enseanza de la Historia.

    Al repasar aquella poca, Rebecchi des-taca que en su barrio, muy pocos estudia-ban una carrera terciaria o universitaria:Mi entorno no era precisamente propiciopara la continuacin de los estudios. Unohaca lo que poda.

    En otro tramo de la charla, repasa las

    La vuelta al barrio

    DOCENTES

    Nstor Rebecchi fue convocado, en 2004, para el cargo de director

    de la Escuela de Educacin Media N 2, a partir de su trayectoria en

    la escuela de la villa 31 de Retiro. As volvi a La Boca, el barrio de

    su infancia, a concretar un proyecto basado en una propuesta pe-

    daggica alternativa: las llamadas escuelas de reingreso, cuyo ob-

    jetivo es incluir a jvenes marginados del sistema. El colegio est ubi-

    cado en el edificio de una fbrica recuperada, donde tambin

    funciona una cooperativa grfica.

  • trayectorias educativas de sus padres: Sque mi vieja termin sexto grado (al me-nos, hay fotos que lo demuestran), pero miviejo no creo que haya pisado una escuelaprimaria, tengo esa sensacin, aunque nolo puedo verificar. Mi viejo era barrende-ro, mejor dicho basurero, porque era elque levantaba la basura de los tachos.Trabajaba en esos camiones naranjas dela Municipalidad. Considero que ellos meeducaron desde la sabidura que les dabasu ignorancia. Desde ah trataron de dar-me lo mejor. Y yo trat de aprovecharlo.

    Gracias al estudio, yo me pude superar,enfatiza Rebecchi, y recuerda indignadouna declaracin del contralmirante ArturoRial, uno de los protagonistas de laRevolucin Libertadora, que deca que esarevolucin se haba hecho para que el hijodel barrendero muriera barrendero. El di-rector se asume como una prueba vivien-te del fracaso de aquella sentencia: Para

    infelicidad de los que hicieron la RevolucinLibertadora, el hijo del barrendero por lomenos es profesor y licenciado.

    El profesor

    En 1992, Nstor Rebecchi comenz a tra-bajar en la escuela Padre Carlos Mugica,ubicada en la villa 31 de Retiro: Era profe-sor de Historia y Geografa y de una mate-ria que se llamaba Estudios SocialesArgentinos. Yo haba hecho una serie detrabajos de campo con las organizacionesbarriales, los centros comunitarios y el cen-tro de salud.

    En sus clases, el profesor Rebecchi em-pleaba una metodologa que daba muy bue-nos resultados: En quinto ao trabajba-mos del siguiente modo: los primerosmeses hablbamos de la epistemologa delas ciencias sociales; los pibes en la villalean desde Gregorio Klimovsky hasta Mario

    Bunge. Despus dbamos conocimientosbsicos de sociologa y, finalmente, elega-mos un tema e inicibamos una investiga-cin entre todos. Y todas las investigacionesse terminaban con un video. Con algunasproducciones hasta hemos ganado con-cursos. Era una gran alegra. Pero la sa-tisfaccin tambin tena que ver con quelos pibes de primer ao me preguntaban:Cuando estemos con usted, vamos a hacer

    11 EL MON I TOR

    Considero que ellos me educarondesde la sabidura que les daba suignorancia. Desde ah trataron dedarme lo mejor. Y yo trat deaprovecharlo.

  • un video?. Ya estaban pensando a cincoaos. Esto mostraba que la metodologase haba instalado en la escuela y dababuenos resultados, pero adems superabael prejuicio de que los pibes no pueden, deque no estn para esto.

    El director

    En 2004 se crearon las llamadas escue-las de reingreso en la Ciudad de BuenosAires. Surgieron a partir de un relevamien-to que detect que, en 2003, haba 16.000jvenes entre 16 y 18 aos que estaban fue-ra del sistema educativo. Estas escuelasapuntan a canalizar el inters de estos chi-cos, explica Rebecchi. Son bachilleratosde cuatro aos, y para ingresar hay que te-ner entre 16 y 18 aos. Los chicos avanzanpor materias y no por ao; es como un r-gimen universitario. Un alumno puede es-tar cursando al mismo tiempo materias de1, 2, y 3. La idea es que los chicos ar-men trayectos individuales que se puedansostener, para que se garantice la conti-nuidad de la escolaridad.

    Rebecchi fue convocado para el cargo dedirector de la Escuela de Educacin MediaN 2, a partir del reconocimiento de su tra-yectoria en la escuela de la villa 31: Cuandome llamaron, dud. Yo estaba muy con-tento siendo profesor all. Disfrutaba depoder estimular a los pibes y de lograr queellos tuvieran ganas de hacer cosas. Megustaba, y los pibes me retroalimentaban.

    Adems confiesa, no saba si lo iba apoder hacer bien. Tema, de alguna mane-ra, no estar a la altura de las circunstan-cias. Si vine fue porque todos los compa-eros de Retiro me dijeron que viniera, queme lo mereca, que la cosa iba a funcio-nar.

    Las circunstancias consistan en darle vi-da a un proyecto de escuela con una pro-puesta pedaggica alternativa, pero tam-bin en establecer puentes con una franjade jvenes ubicada en los mrgenes delsistema, a los que haba que seducir paraque quisieran volver a estudiar. Ac nosencontramos con algo distinto dice

    Rebecchi. Nosotros venamos trabajandocon los pobres de siempre, los histricos,la gente de la villa 31, y cuando vinimosac en 2004 nos encontramos con los nue-vos pobres, los que haban surgido comoconsecuencia de la poltica neoliberal delos aos 90. Y fue un gran golpe, porquepensbamos que los catorce aos de gim-nasia en las escuelas creadas en CapitalFederal durante los 90 para canalizar a laspoblaciones marginadas nos haban dadotodos los conocimientos. Pero no fue as.Nos encontramos con una nueva realidad.

    Una comunidad educativa

    La Escuela de Educacin Media N 2 es-t organizada en dos turnos: maana y tar-de. En la cursada hay una alternancia quecaracteriza a estos colegios y a estas co-munidades explica Rebecchi. Habr unamedia de concurrencia diaria de 160 chi-cos y chicas por turno.

    El director deja de lado las cifras y elige unvocabulario que le resulta mucho ms ame-no y significativo para describir el estable-cimiento que conduce: En esta escuela lacomunidad educativa se hizo efectiva, yeso es real. Muchas veces, las comunida-des educativas se convierten en comuni-dades escindidas y antagnicas. Pero yoveo que aqu est unida por lazos solidarios,de afecto. Cuando se habla de amor eneducacin parecera que hay que hacermuchas aclaraciones para no caer en unromanticismo. Siempre digo que el que ha-blaba de amor en educacin no era AlbertoMigr sino Paulo Freire. Freire deca que laeducacin es un acto de amor revolucio-nario. Y tambin Peter McLaren deca queel amor es un hecho poltico. Una cosa esorganizar una sociedad a partir de lazossolidarios y comunitarios, y otra cosa esarmar una sociedad individualista.

    Asumiendo los riesgos de transitar porzonas sospechadas en el discurso peda-ggico, Rebecchi insiste: Voy a decir algoque puede llegar a resultar ambiguo, peroyo creo que las escuelas necesitan huma-nizarse. Muchas escuelas cayeron en una

    rutina casi burocrtica de lo que es la edu-cacin. Humanizarse es tenderle una ma-no al otro, escucharlo; es permitirse sen-tir. La escuela se convirti en una trituradorade sentimientos: si llors te sancionan; ysi te res, tambin. Tens que tener cara depiedra. Cuando nos permitimos exteriori-zar sentimientos que son propios de la con-dicin humana, nos encontramos en unaescuela humana. Y creo que los pibes dis-frutan eso. No voy a caer en esa vieja di-cotoma contencin o enseanza, yo creoque es contencin y enseanza; y en unaescuela humana se puede dar mucho me-jor la transmisin y produccin del co-nocimiento que en una escuela que a loschicos les resulte distante, autoritaria,disciplinadora.

    Con respecto a ese punto, Rebecchi re-cuerda una ancdota: Hace tres aos, em-pez primer ao una chica que era terrible.Al poco tiempo de ingresar en la escuela,fue estableciendo vnculos ac adentro ycambi completamente. A tal punto cam-bi su actitud que fue elegida mejor com-paera de su curso; no se lleva materias yest dentro de los mejores promedios.Hace unos das iba caminando con ella yle dije: Cmo te humaniz est escuela.Y su respuesta fue: A eso vine.

    Se nota que Rebecchi tiene recopiladasmuchas frases metafricas que provienende sus ms de veinte aos de experienciadocente. Y queda claro que sabe utilizar-las en los momentos indicados: Creo quela escuela educa mucho ms que para elmundo del trabajo: educa para la vida,busca indagar sobre los sentidos de la vi-da. Cada vez que veo que hay un pibeque est en situacin de riesgo, le digoque est caminando por la cornisa; y quesi se cae se va a hacer bolsa. Entoncestiene que empezar a caminar por la ve-reda, que tambin tiene su disfrute, sugoce. Cuando camins por la vereda, site cas, te pons un poco de merthiolatey segus caminando. Y no le ests ha-blando de trabajo, trats de indagar conel alumno algunos sentidos de la vida quele permitan construirse un para qu.

    12D O C E N T E S

  • En la misma lnea, agrega: Cuando loschicos ingresan a la escuela y les doy labienvenida, siempre les digo que ac tie-nen una sola obligacin durante cuatroaos, que es hacerse un proyecto de vida.Pensar, trabajar, crear, trabajar en funcinde un proyecto de vida. Y la escuela los vaa acompaar. Siempre me remonto aNietzsche, que deca que el que tiene unpara qu soporta cualquier cmo. Es im-portante que estas poblaciones vulneradaspuedan inventarse un para qu. Y para po-der acompaar a los jvenes como docen-te, tens que estar dispuesto a la escucha;a aceptar las culturas juveniles; a socializary a no disciplinar; a elaborar respuestasticas ms que morales; a entender queno sos omnipotente, que la escuela no esotra cosa que un espacio de resignificacincultural, y que la autoridad no va a surgirpor imposicin sino a partir de un recono-cimiento que proviene del vnculo.

    Luego de su potente enumeracin, el di-rector concluye: Todas estas caractersti-cas hacen a una cultura institucional inclu-sora. Yo creo que es necesaria y posible,porque es la que se vive ac y es la que al-guna vez construimos en la escuela de Retiro.Esto me habilita a decir que es posible.

    Estrategias de inclusin

    Cuando se cre la escuela, se organiza-ron talleres optativos en contraturno. Ensu momento los criticaron recuerdaRebecchi; algunas personas preguntabansi queramos hacer de la escuela, un cen-tro cultural. Yo contestaba que por qu no,sin perder lo que es propio de la escuela. Sihablamos de la institucin escolar comotransmisora y productora de cultura, qumejor contexto que el de un centro cultural.Hoy esos mismos talleres son elogiados.

    Nosotros apostamos a abrir el juego porel lado de la expresin y los medios, explicael director, y detalla: Tenemos taller demsica, de muralismo, radio, video, foto-grafa, periodismo. Son canales de expresinmuy importantes. Tenemos muchos chicosy chicas que a travs de las producciones,

    dicen un montn de cosas que no puedenverbalizar y que logran manifestar a travsdel arte.

    Los talleres son una estrategia de inclusiny, al mismo tiempo, de vinculacin con lasorganizaciones sociales y barriales. Comose seal, la escuela funciona en una f-brica recuperada, cuyos trabajadores es-tn organizados en la Cooperativa GrficaParque Patricios. All tambin funciona una

    radio comunitaria, la Radio Grfica FM 89.3. A partir del taller de periodismo, la es-

    cuela edita la revista Utopa Juvenil, y lacooperativa imprime los ejemplares. Y en laradio funciona otro taller: Los chicos hacenmicros radiales. Es ms, hay tres opera-dores que son de la escuela. Hicieron el ta-ller de radio, aprendieron algunas cosas, yhoy son operadores radiales en RadioGrfica.

    13 EL MON I TOR

  • Sobre Avenida Regimiento de los Patricios,en la misma cuadra de la escuela, funcio-na un centro odontolgico. Tambin for-mamos operadores de salud. Los chicossalen por el barrio a hacer campaas. Hacepoco llevaron una dentadura gigante al ple-no centro de La Boca y los pibes les expli-caban a las personas que pasaban, cmo te-nan que cepillarse los dientes. Ellos sonestigmatizados como vagos, adictos, la-

    drones y estas experiencias no solo danvuelta esa imagen sino que muestran queestos pibes le devuelven al barrio un mon-tn de cosas. Esto descoloca a mucha gen-te. Haber formado promotores de salud yque los chicos recorran los conventillos conlos agentes sanitarios, me parece brbaro.

    Evaluaciones positivas

    Hoy siento mucho placer siendo direc-tor, con todo lo que implica: los avances ylos retrocesos, dice Rebecchi, ya sin lostemores iniciales y habindose probado as mismo que, efectivamente, est a la al-tura de las circunstancias. Esto no quieredecir que la tarea sea sencilla: Las eva-luaciones son positivas, pero la diaria des-gasta mucho. Trabajar en estas escuelasnecesita que uno venga con todas las pi-las y una batera de repuesto.

    Cuando se le pregunta por las primerascamadas de egresados, Rebecchi comen-ta orgulloso: Hay chicas y chicos que es-tn yendo a la facultad, otros siguen ca-rreras terciarias, otros se incorporaron almundo del trabajo. Nuestro objetivo es in-cluir, y esta escuela realmente incluye y esonos llena de satisfaccin.

    Estoy conforme y contento con lo quehago. Disfruto mucho del contacto con loschicos y de estar en esta escuela, viendoque hemos formado un equipo docente conalto compromiso. Somos una comunidadeducativa integrada, repite.

    Todo parece indicar que Nstor Rebecchiha vuelto al barrio para quedarse. Tiene to-das las pilas. Y, por las dudas, una baterade repuesto.

    Ana AbramowskiFotos: Luis Tenewicki

    14DOCENTES

    Estoy conforme y contento conlo que hago. Disfruto mucho delcontacto con los chicos y de estaren esta escuela, viendo que he-mos formado un equipo docentecon alto compromiso. Somos unacomunidad educativa integrada.

  • 15 EL MON I TORE L MON I TOR

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    Convocamos a todos los lectores y lectoras para que nos cuenten sus experiencias con

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    Los editores de la revista se reser-

    van el derecho de seleccionar la

    obra que ser publicada, y de no de-

    volver los materiales recibidos.

    Una experiencia de Tucumn

    Estoy al frente de 6 grado en unaescuela rural de la provincia deTucumn y quiero contarles que elOperativo de Evaluacin le toc anuestra institucin en octubre. Nos vi-nieron muy bien los ejercicios que sa-camos de las recomendaciones deLengua y Matemtica, porque estuvi-mos practicando con algunos de misalumnos antes de la evaluacin. Loschicos estaban muy nerviosos y conmuchas expectativas, pensando quecada uno iba a tener una nota en par-ticular. Debo decir que luego de laprueba hicimos una charla comn ytodos dijeron que haban podido res-ponder casi todos los tems. Luego vi-mos aquellos puntos con los que tuvie-ron ms dificultad y aclaramos lasdudas. Esperamos noticias sobre losresultados.

    Muchas gracias,

    Norma JimnezDocente de Tucumn

    Educacin y Memoria en Jujuy

    Tengo el agrado de dirigirme a uste-des a fin de solicitar los cuadernillosdel Programa Educacin y Memoria;tuve acceso a ellos y considero quesignificaran una herramienta impor-tante para el trabajo de docentes yalumnos.

    Pertenezco a la comunidad educativadel Colegio Nuestra Seora delHuerto de la localidad de San

    Salvador de Jujuy, sito en San MartnN 569, donde me desempeo comobibliotecario.

    Pienso que este material resulta degran utilidad porque propone debatesy reflexiones acerca de acontecimien-tos que marcaron nuestro ser nacional,razn por la cual sern de gran impor-tancia para docentes y alumnos denuestro colegio.

    Nstor Ramn [email protected]

    Educacin sexual

    Soy alumna de un Instituto deFormacin Docente de la provincia deBuenos Aires, que recibi los cuaderni-llos sobre Educacin Sexual Integral.No tuvimos an la posibilidad de dis-cutir los materiales en clase, aunque slo hicimos entre mis compaeros. Lasemana pasada asist a una prctica yme llam la atencin el trato que ha-ba entre algunos alumnos, donde pre-senci bromas y referencias a la se-xualidad de dos de ellos. Loscuadernillos hablan claramente sobredistintos temas, entre ellos la igualdady la discriminacin, por lo que consi-dero que son una herramienta muy tila la que los docentes deberan recurriren casos como estos. Saludos,

    Marcela IglesiasAlumna de Instituto de Formacin Docente

    Ftbol y cuentos

    Soy docente de primaria en la provin-cia de Ro Negro, con mis compaerasleemos siempre la revista y nos resul-tan de mucha utilidad las notas quepublican.

    Me enter por los diarios y tambinvi en la televisin que el Ministerio ha-ba distribuido libritos con relatos deftbol en varias canchas del pas.

    Me pareci excelente la noticia deque se incentive la lectura en otrosmbitos. Ms todava en un pas dondeel ftbol ocupa un lugar tan importanteen todos los sectores.

    Porque, aunque los que hayan recibi-do esos libritos sean adultos, si ellosse enganchan con la lectura, tambinpodrn transmitir a sus hijos ese amorpor la lectura que yo, personalmente,recib de mi madre.

    Realmente, los felicito.

    Liliana PereyraDocente de 6 grado

  • 16

    Daniel Feldman*

    Antes, la escuela era una escuela delminas, de modelos de cera, depizarrn y tiza de colores, de vitri-nas. Las salas de clase de los que tie-nen tenemos cierta edad estabanpobladas de lminas que colgaban delas paredes. En ellas se mostraban lasestaciones del ao, los servidorespblicos, la produccin agropecua-ria, las flores y aves nacionales (reu-nidas en una extraa conjuncin queningn fenmeno natural podraproducir), el proceso de la alimenta-cin en un cuerpo-fbrica con rue-das, cintas y poleas. Tambin figura-ba la historia. Belgrano mostrando labandera; San Martn, cabalgandoinfatigable; o Sarmiento, redactandoun peridico, construyendo unaescuela.

    La abundancia de imgenes, mode-los, piezas para observar era un ele-mento principal para la pedagogaque se asienta con el desarrollo delas escuelas modernas. La pedagogaintuitiva, que tuvo su impulso princi-pal a inicios del siglo XIX con laobra de Pestalozzi, se convirti en larespuesta a los problemas de la ense-anza en los nacientes sistemas deeducacin pblica. En nuestro passu influencia se extendi en unalnea que puede reconocerse en losplanes de estudio para la educacinprimaria y en la bibliografa destina-da a la formacin docente hasta ladcada de 1960.

    La pedagoga intuitiva se articul

    sobre el principio de apreciacinsensible, como base del conocimien-to y del aprendizaje, y postul la pri-maca del entendimiento racionalpor sobre la memoria de palabras.Dos siglos antes, el temprano trabajode Comenio ya propona que la per-cepcin era el estadio inicial delaprendizaje: percepcin primero;explicacin (anlisis y sntesis), des-pus. Plante tambin que, a faltadel original, podan emplearse mode-los o representaciones preparadaspara la enseanza. Comenio, dehecho, alcanz celebridad por elOrbis Sensualium Pictus, publicadoen 1658

    1. El libro ofreca ms de

    ciento cincuenta imgenes que con-tenan explicaciones mediante refe-rencias numeradas sobre las distintaspartes de los dibujos: el sitio a uncastillo, la siembra, objetos metli-cos, los distintos oficios, el cuerpohumano, la esfera celeste, los instru-mentos musicales e, incluso, las vir-tudes. Quin no recuerda ese tipode figuras en las revistas escolares yenciclopedias juveniles?

    Los principios de la enseanzaintuitiva se extendieron rpidamentemediante las lecciones objetivas olecciones de cosas. El sistema edu-cativo en la Argentina no fue unaexcepcin. Indicaba, por ejemplo, en1876 el Reglamento General para lasEscuelas Comunes de la Provincia deBuenos Aires que uno de los mto-dos que se emplearan en la ensean-za sera el intuitivo haciendo uso deobjetos siempre que sea posible [...].

    En el Plan de estudios para las escue-las comunes de la Capital, de 1888, seprescriba la realizacin de ejerci-cios intuitivos y los Programas sint-ticos e Instrucciones Didcticas paralas escuelas de la Provincia deCrdoba, de 1916, establecan losEjercicios de Intuicin y Lenguajedestinados a [...] educar los senti-dos, las facultades de observacin,comparacin, juicio, cultivar laexpresin [...]. Referidas a los pri-meros grados, prescripciones sobreejercicios intuitivos se encuentran enplanes elaborados a inicios de ladcada de 1960.

    La enseanza mediante objetos eimgenes procuraba lograr la clari-dad de las representaciones, laadquisicin de nociones y el ejercicioy desarrollo de las facultades intelec-tuales como la percepcin, la memo-ria, el razonamiento y la imaginacin.

    Por eso, la percepcin de objetos secomplementaba con cuidados siste-mas de preguntas del maestro queguiaban la percepcin del nio desdelas imgenes exteriores hacia la ela-boracin de imgenes interiores y deall a los juicios abstractos.

    Las imgenes fijas de las lminas olos modelos tenan la ventaja prcticade ordenar y simplificar el mundo.Esta simplificacin cumpla con pro-psitos moralizantes, pero tambincognitivos: como los ejemplares sonperfectos y los rasgos claros, la aten-cin es dirigida. El interrogatorio sis-temtico era facilitado y se podaplanificar. Imgenes e interrogatorio

    EL MUSEO

    Lminas escolares: la enseanza por la imagen

  • 17 EL MON I TOR

    EL MUSEO

    estaban indisolublemente unidos enla perspectiva metdica de las escue-las. De ese modo, las lminas fueronla expresin didctica del ordensencillo y comn de la enseanza enlas escuelas bsicas.

    Varios discursos confluyeron en lasprimeras dcadas del siglo XX en lacrtica que condujo al fin de la pri-maca intuicionista. Uno es el prag-matismo que, de la mano de Dewey,reemplaz la idea de intuicin por lasde experiencia, actividad y resolucinde problemas. Otro fue la psicogne-sis piagetiana a partir de la dcada de1950. Sin embargo, en la Argentinalos textos para la formacin de maes-tros mantenan hasta fines de losaos 60, principios pertenecientes ala pedagoga intuitiva.

    El reemplazo de las EscuelasNormales por Profesorados de nivelterciario para la formacin de maes-tros marc la finalizacin de un largociclo que, entre otras notas, se carac-teriz por la pregnancia del mtodo ypor la presencia de la lnea pedaggi-ca clsica. Adems, factores de ordencurricular variaron el papel de lasimgenes en las clases escolares. Loscurrcula, hasta 1960, se concretabanmejor en lminas e ilustraciones. Elpropio currculum estaba pleno deimgenes: ejemplares, regiones,sucesos, relieves, lmites, figuras, ani-males tiles o perjudiciales, etctera.

    Cuando este orden comienza a cam-biar, las lminas van perdiendo sulugar. Simplemente, porque los pro-cesos, las funciones y las estructuras

    que pueblan los nuevos planes deestudio no son representables comolos lugares, los hechos y los seres.Puede decirse que, en el contenidoeducativo, la naturaleza, los eventos ylas cosas fueron reemplazadas porlos procesos y las estructuras de lasdisciplinas. Los nuevos objetos sonprincipios y conceptos que, en ver-dad, no son tan pasibles de ser repre-sentados figurativamente.

    En resumen, puede decirse que lapromocin del aprendizaje intuitivoform parte sustantiva del impulsoinicial de las escuelas modernas. Poreso, el progresivo desdibujamientode la representacin por la imagen esun hecho relevante: no se trata deuna modificacin en los recursosdidcticos sino de un cambio peda-ggico de trascendencia en relacincon las formas de representacin yde su papel en la enseanza escolar.

    Las tendencias asentadas en los lti-mos treinta aos, que promovieronuna mayor abstraccin del conoci-

    miento escolar junto a principios delconstructivismo pedaggico, diluye-ron la primaca intuitivista como basepedaggico-didctica oficial para laeducacin primaria. Sin embargo, laspedagogas intuitivas, que nacendurante el mismo proceso que alum-bra a las escuelas, probablementecontinen siendo una de las formasms extendidas de pedagoga prcti-ca en las salas de clase. Quizs, por-que en su momento lograron unaarticulacin entre mtodo y escuelaque, para las tendencias de baseconstructivista, todava no fue posi-ble reconstituir.

    Este texto est basado en el captulo 2,La pedagoga de la escolarizacin,Enseanza y Escuela, Buenos Aires,Paids, 2010.

    1 Existe una edicin que incluye la versin enespaol de los textos. Joh. Amos Comenii.Orbis Sensualium Pictus. Edit Porra, MxicoDF, 1993.

    * Universidad de Buenos Aires.

  • 18

    25 de febrero del 95. Haca demasiado calor; ese da lleg co-rriendo a su casa, nerviosa, mientras apretaba en sus manosun sobre largo blanco con membrete del Ministerio deEducacin. Era la convocatoria a la entrega de cargos don-de figuraba en primer lugar su nombre con letras negras,grandes, que decan: Titular.

    Acababa de recibir el pasaporte con el destino anhelado,maestra titular de una escuela rural que quedaba a 45 kil-metros de su casa. La distancia no le importaba, estaba feliz,a partir de ese da se cristalizaba un sueo al que aspiraba ha-ca ms de doce aos y que por fin hoy, se cumpla. Atrs que-daba aquella incertidumbre: si se presentaba el titular, la es-pera de muchos meses hasta la obtencin de una nuevasuplencia, la que para colmo jams se originaba por tareaspasivas, largo tratamiento o maternidad; apenas si le corres-ponda por atencin de familia, un simple resfriado o la cl-sica gastroenteritis que eran las de menor duracin.El tiempo pas rpido, se entregaron los cargos, y en unabrir y cerrar de ojos lleg el ansiado da; junto con otrasdocentes comenzara a transitar aquel primer da de clases co-mo maestra titular. Qu mezcla perfecta de orgullo y com-promiso lata en su corazn feliz! Como no haban conse-guido transporte, salieron todas cuatro en total, utilizandoel clsico y viejo recurso de hacer dedo en la ruta y poder lle-gar al lugar de trabajo. Villa Unin era un pueblo pequeoal Oeste de la provincia de La Rioja donde, por suerte, todosse conocan.

    Enseguida apareci un camin con una gran carpa verdecon olor a orujo y en plena vendimia, cuyo chofer un hom-bre con aspecto de turco, de escasos cabellos y ojos azules,vecino del pueblo se ofreci a llevarlas, mientras les contabaque iba apurado antes de que lo sorprendiera la tormenta ylos cortadores no le cargaran el camin, lo que significaba unviaje perdido.

    El camino era de ripio, curvas y contracurvas; ms de trein-ta y siete ros atravesaban la ruta donde poda imaginar po-

    cas de crecientes llevndose todo lo que encontrara a su paso.Lleg el momento de la separacin y de tomar cada una su

    destino; la dejaron justo en el cruce, ellos seguan su mar-cha a Guandacol mientras que su rumbo le marcaba un her-moso paraje: Santa Clara Escuela N 21 FronterasArgentinas, nombre que la emocionaba y agrandaba msan sus ingenuas expectativas.

    Como buena geminiana se baj haciendo bromas, se aco-mod el guardapolvo para que no tuviera ni una sola arru-guita, tom su portafolio nuevo, un primicia gris claro quehaca juego con sus cherocas con flequitos que le haban fia-do a cuenta de su nuevo sueldo.

    Dej que el camin se alejara y comenz a caminar sindarse cuenta siquiera de que no tena idea por dnde debaentrar al pueblo; recorri con sus ojos, lentamente, los cua-tro puntos cardinales y esa inmensa soledad que la rodeabale incomod un poco. Un camin rojo de los aos 70, comoesos de las pelculas de fantasmas, estaba a un costado de laruta; pas en silencio y raudamente, como para evitar des-pertar a los ocupantes y que se ofrecieran a llevarla. Respiraliviada porque al parecer todava dorman; y claro... eranlas 7 de la maana. Y haba comenzado a llover.

    Apur el paso y una sensacin indescriptible le recorritodo el cuerpo cuando, en medio de esa nada, aparecierondos hombres en sentido contrario. Mir hacia todos lados; susmanos transpiraban tanto que se confundan con el agua deese manto de lluvia que la separaba de esos dos desconocidosque, vaya a saber por qu cuestin, le hacan sentir miedo.

    La distancia que los separaba cada vez era menor, su co-razn lata tan fuerte que por primera vez, entenda la ra-zn de aquella frase popular: Se me vino el corazn a laboca, porque as lo senta ella.

    OBRAS MAESTRAS

    Sueos de maestra titularde Silvia Bravo

    Silvia Bravo: Docente en el rea Educacin Fsica, en la Escuela N 352

    Guillermo Pez y en el Colegio Secundario Rosario Vera Pealoza de Villa

    Unin, provincia de La Rioja.

  • 19 EL MON I TOR

  • 20O B R A S M A E ST R A S

    El encuentro era inevitable, pas junto a ellos; el menosjoven la salud y ella contest esquivando la mirada.

    Luego de recorrer una distancia prudente, aliviada por-que casi ni le haban hablado, se dio vuelta a mirarlos tal vezpara convencerse de que el peligro haba pasado.

    Qued atnita cuando vio que uno de ellos se volva y co-menzaba a correr. Ya no en direccin contraria, sino muyseguro de querer alcanzarla.

    Su corazn dio un vuelco, otra vez mir hacia todos ladosbuscando dnde correr a esconderse, pero las piernas no selo permitan; estaba como petrificada al pedregullo gris de lacalle. Tena ganas de gritar pidiendo auxilio, pero en el fon-do saba que nadie la iba a escuchar. Su suerte estaba echa-da: comenz a llorar en silencio, aunque sus lgrimas le ro-daban por las mejillas mezclndose con aquel aguacero quepareca tambin llorar su destino.

    Dej caer su portafolio nuevo justo en un charquito que for-maba la hondonada natural del camino, pretendiendo dis-poner de sus dos puos en un agnico intento por salvar supudor.

    Llova tanto... y el hombre se acerc. Con voz ronca y hos-ca, con acento tpico de paisano pueblo adentro, murmur:

    Pa dnde va, maestra, se va pa Santa Clara?A punto de desmayarse del susto, movi afirmativamente

    la cabeza, mientras el agua le arrastraba lo ltimo del rimelque tenan sus largas pestaas negras y que, junto con el res-to del maquillaje, haba tardado ms de una hora en poner-se para lucir adecuada a la investidura de maestra titular.

    Le esquiv la mirada y l le orden que esperara, mien-tras se largaba casi agazapado dentro de una alcantarilla,donde ella pens que con seguridad, el moreno de ojos sal-tones, arrugas marcadas y casi sin dientes, tena preparada suguarida donde terminaran sus sueos de maestra titular.

    Mil cosas pasaron por su cabeza, estaba aterrada, parali-zada. Ah se acord de su madrecita, y hasta le peda que leextendiera su brazo y la llevara con ella, antes de sufrir unatropello de aquellos. Era ms decoroso morir de un ataqueal corazn que golpeada.

    Grande fue su sorpresa cuando el supuesto feroz atacan-te apareci con una oxidada bicicleta; mejor dicho, lo que separeca a una bicicleta: no tena frenos, le faltaba el pedalizquierdo, dos rayos estaban atados con alambre; pero elasiento luca como el mejor, revestido de cuero de cabra so-bado, aunque tambin estaba empapado por la lluvia.

    Esta vez le habl casi con lstima, sin dejar de mirarla a losojos:

    Tome, maestra... vyase en mi bici, soy Enrique Brizuelay vivo a la entrada del pueblo, qu se va ir caminando contanta lluvia. Sabe? La dejo escondida pa que no me la ro-ben, tengo miedo, se imagina cmo est la vida ahora, le ro-

    ban cualquier cosa y hasta lo matan si lo encuentran solopor ah.

    Qu ironas de la vida: l, un absoluto desconocido, tenacasi los mismos miedos que ella. Se la recibi temblando,pero el pobre jams imaginara lo que pasaba por la mentede la asustada maestra mientras continuaba hablndole, almismo tiempo que le alcanzaba el portafolio que contrasta-ba con sus gastadas botas texanas.

    Est temblando... es que se est poniendo fresquito; va-ya, vaya rpido a ver si todava se enferma el primer da declases.

    La maestra intent esbozar una sonrisa, pero an estaba en-mudecida, no le sala ni una palabra. Casi como pudo, leagradeci, subi a la bicicleta y comenz a andar, avergon-zada de sus malos pensamientos, aunque muerta de rabiapor su estupidez sin lmites.

    Luego de pedalear durante varios minutos, vio un sende-ro por donde crey que llegara a su tan ansiado destino.Sin embargo, una vez ms sus anhelos se desvanecieron cuan-do encontr una profunda barranca que se interpona en sucamino. Adems, el agua turbia y espumosa casi llegaba alborde de la rueda delantera de la bicicleta prestada. Era lacreciente que, por esas horas, ya comenzaba a hacerse notar.Buscando hacia todos lados, una pequea casita de adobe ytecho de caa renov sus expectativas. Decidida, dej la bi-cicleta al costado de un aejo algarrobo negro y, esquivandolos frutos esparcidos generosamente sobre la tierra mojada,enfil a preguntar cul era el camino.

    Cuando le faltaban pocos metros y ya la esperanza se ves-ta de verde resplandeciente, dos perros inmensos salieron asu encuentro y otra vez el miedo era protagonista y se de-voraba la ilusin. En el acto, se le cruz por la mente aque-lla docente rural de Santa Fe que haba sido atacada porunos perros y muerta casi en el acto, haca apenas unos po-quitos das.

    Echando mano de cualquier cosa, rog casi gritando comose lo haban enseado de nia: San Roque, San Roque, atatus perros con fuertes cadenas; y emprendi la retirada conun dolor en la boca del estmago que casi la deja sin fuerzas.

    Volvi a la bicicleta y, en medio de ese paisaje maravillo-so que la naturaleza le brindaba, sin poder disfrutarlo salia la ruta y esper, abandonada. Alguien tena que pasar porese descampado camino.

    En eso estaba cuando despus de la curva, apareci una ca-mioneta Ford amarilla que le ilumin la mirada; sin embar-go, para su desesperanza vena cargada de hombres, traba-jadores golondrinas que volvan de la cosecha.

    Mir hacia el piso para que no notaran su presencia; la ca-mioneta pas, pero fren bruscamente y luego retrocedihasta donde ella se encontraba.

  • 21 EL MON I TOR

    Cuando se detuvo, uno de los muchachos que iba arriba,con dedo amenazador la acus:

    Esa bicicleta es de Don Enrique Brizuela, por qu latiene usted?

    A duras penas y casi al borde del llanto, le explic que elmismo don Enrique Brizuela se la haba prestado.

    El chofer le pregunt adnde se diriga y en el acto seofreci a llevarla. Casi resignada, se acomod temerosa en me-dio de dos fortachones hombres: eran el capataz y el dueode la finca Doa Mara, de San Bernardo.

    Todo pareca calmarse y tomar el rumbo de lo normal,hasta que el chofer, con tono extranjero, dijo:

    Estas personas, las maestras de campo, son las que ha-cen patria, carajo!

    Y esa fue la gota que rebals la copa. La maestra solt elllanto que hasta el pecho sacuda acompasadamente, sin po-der contenerse.

    El chofer, sorprendido y asustado, le pregunt:Disculpe, maestra, dije algo que la ofendiera?Ella no poda explicarle que haba estado perdida duran-

    te casi cuatro horas, que era su primer da de clases y que apesar de la hora le haban sucedido muchsimas cosas.

    Entre los dos la consolaban, aunque ninguno entenda ver-daderamente lo que le pasaba ni por qu esa frase haba con-movido tanto a la maestra, que por fin haba encontrado sucamino.

    Luego de devolver la bicicleta como haba prometido, la de-

    jaron en la escuela que, para colmo, debido a la intensa llu-via todava permaneca cerrada.

    Un alerito pequeo fue su resguardo y techo, hasta que ladirectora vino a abrir. Ella segua toda empapada y hasta suportafolio nuevo guardaba en su interior el agua de la lluviaque, junto con sus lgrimas, le haban estropeado totalmen-te cuadernos, lminas y libros seleccionados para ese da tanespecial.

    Sin embargo sus sueos permanecan intactos; estaba felizde haber llegado a la escuela donde, por primera vez, estre-naba la dicha de ser maestra titular, mientras su cheroca grisse manchaba con un hilo de escarlata sangre que le caa deuna pequea pero profunda herida en su tobillo izquierdo,producto del pedal que le faltaba a su ocasional medio detransporte, y que ella ni siquiera haba notado.

    El regreso fue menos traumtico; despus del arco iris, elsol resplandeca en un cielo azul perfecto. Justo a la 13:30 delda 3 de marzo de 1995 se acomodaba sobre una de las trein-ta bolsas llenas de pasas de higo, arriba de una camioneta azulapache, para volver a Guandacol donde la esperaban lasotras maestras a quienes les relatara, seguramente avergon-zada, la experiencia que le haba tocado enfrentar en su pri-mer da de clases como maestra titular.

    Ilustraciones: Mara Paula Dufour

  • Cuando Mario Saucedo termin la primariale diagnosticaron retinitis pigmentaria, unaextraa enfermedad ocular que casi no lodejaba ver. Como la situacin fue empeo-rando da a da, se encerr en su casa y sealej de la escuela, sumergido en una pro-funda depresin. Despus de muchos aos,ya completamente ciego, decidi recupe-rarse y volver a vivir. Realiz entonces unaserie de rehabilitaciones que le permitie-ron, aos despus, ingresar a trabajar enla Biblioteca Nacional de Maestros. No obs-tante esto, restaba el desafo de completarsus estudios y, ni bien se enter de la exis-tencia del Plan de Finalizacin de EstudiosPrimarios y Secundarios para Jvenes yAdultos (FinEs) del Ministerio de Educacinde la Nacin, se inscribi sin dudarlo.

    Hoy Mario tiene 45 aos y logr termi-nar la educacin media e ir por ms. Conel secundario hecho pude anotarme en unatecnicatura en Restauracin y Conservacinen el colegio Otto Krausse, relata, con esaalegra que proviene de cumplir los objeti-

    vos deseados. En la actualidad, el flaman-te titulado encuaderna, restaura y conser-va libros antiguos en la Sala de Lectura dela Biblioteca.

    Mario forma parte de las 750 mil per-sonas que se anotaron en el Plan FinEs des-de su lanzamiento en 2008. A tres aos decreacin, casi 260 mil lograron recibirsegracias a esta iniciativa, que responde a loestablecido en la Ley de Educacin Nacional26.206. En su artculo 138, la normativaseala que se disearn programas a tr-mino destinados a garantizar la erradicacindel analfabetismo y el cumplimiento de la

    educacin obligatoria [...], para la pobla-cin mayor de dieciocho aos de edad.

    En su primera etapa de implementacin,FinEs convoc a quienes terminaron de cur-sar el nivel medio y adeudaban materias. En2009, se lanz la segunda etapa, donde sesumaron aquellos que no haban iniciado o fi-nalizado el primario o secundario. Desde suinicio, el Plan abri un total de 7.960 escue-las sede y capacit a 51.113 docentes tutoresque acompaan a alumnas y alumnos.

    Para que todos puedan cursarFinEs surge como una opcin adapta-

    da a las necesidades y posibilidades delos inscriptos que, por diversas razo-nes, no completaron la escuela, expli-ca Delia Mndez, coordinadora del reade Educacin de Jvenes y Adultos de lacartera educativa nacional.

    De modo que los jvenes de 18 a 25aos que adeudaban materias asisten a tu-toras en las escuelas sede del Plan y rin-den los exmenes en la institucin dondecursaron la secundaria. Las personas ma-yores de 25 aos, en cambio, organizansus tiempos de cursada junto a los tuto-res, en funcin de sus ocupaciones labo-rales; y son evaluados mediante distintas

    22

    Ms de 260 mil jvenes yadultos terminaron la secundaria

    El Plan de Finalizacin de Estudios Primarios y Secundarios para

    Jvenes y Adultos (FinEs) del Ministerio de Educacin de la Nacin es-

    t destinado a quienes terminaron de cursar, como alumnas y alum-

    nos regulares, el ltimo ao de la educacin secundaria y adeudan ma-

    terias; y tambin a quienes no iniciaron o no terminaron la primaria

    o la secundaria. Ya se anotaron 750.000 personas en la iniciativa.

    El Plan FinEs, del Ministerio de Educacin de la Nacin

  • 23 EL MON I TOR

    estrategias: monografas, trabajos prcti-cos, investigaciones aplicadas al sector dela produccin en el que se desempean,etctera.

    El sistema tutorial rompe con la lgicatradicional de la escuela y presenta unaserie de oportunidades distintas, agregaMndez. Hay personas que asisten a las tu-toras y otras que retiran los materiales enlas sedes y hacen un proceso de aprendi-zaje autnomo. Eso depende de la posibi-lidad que tenga cada alumno, y de cmorecuperan los contenidos que tuvieron en laescuela.

    Si bien la instancia de evaluacin es ri-gurosa, la funcionaria seala que la inicia-tiva apunta a una flexibilidad en la cursada:Es importante destacar que FinEs no esuna propuesta pedaggica de menor valor,que quita contenidos, sino que est incor-porando una nueva manera de cursar. Yaade: Se trata, en definitiva, de garanti-zar el derecho a la educacin de todos loshabitantes de nuestro pas.

    En resumen, la asistencia es voluntariay se plantean distintas modalidades paraque todos puedan terminar sus estudios.Se puede optar por instancias presencia-les, semipresenciales y a distancia. Habaempezado a hacer la secundaria con unplan anterior, pero la forma de trabajar mecostaba mucho, relata Nora Blanford, unaalumna de 59 aos que cursa en una se-de de la Ciudad de Buenos Aires. Antesvena una vez por semana, nos daban elmaterial, las consignas y nos lo llevba-mos a casa; a la semana siguiente tena-mos que entregar todo hecho para la co-rreccin. A m eso no me renda porquehay temas que me cuestan mucho; perolos profesores que tenemos son muy to-lerantes, muy pacientes... hay que estarcon personas grandes, que hace muchosaos dejaron el colegio! Para m es unasatisfaccin, aunque duele cuando una ne-cesita apoyo y recibs un Ahora vas aestudiar, que sos grande?, para qu?. Am me sirve, para mi trabajo pero tambinpara mi vida cotidiana, para mi hija, misnietos, dice.

    Por su parte, Jos Tana, coordinador dela sede donde estudia Nora, afirma quenunca es tarde para comenzar, al tiempoque resume la experiencia de algunos desus alumnos: A muchos adultos que ha-ban incursionado en otros sistemas de es-tudio no les result el sistema de tutores;porque hay gente que no tiene conducta pa-ra estudiar sola. Esta modalidad es distintaporque funciona como una tutora continua,

    de tres veces por semana, tres o cuatro ho-ras. Siempre entendiendo que si alguna asig-natura me cuesta ms, necesitar reforzar-la; a veces es necesario ms de un perodo,a veces son dos o tres. Pero lo importante esno frustrarse ni boicotearse.

    Felipe Eguez tiene 55 aos y es uno delos tantos alumnos de Tana que no baj losbrazos: A los que dejaron los estudios lesdira que no tengan miedo, que sigan, por-que siempre hay alguien en quien apoyar-se, recomienda, para luego contar que supaso por la escuela fue muy difcil. Hacecincuenta aos, desde que se separaronsus padres, fue a clases un da s y un dano, hasta que termin abandonando. Elao pasado se enter de la posibilidad dehacer la secundaria en mdulos cuatri-mestrales y con tutoras permanentes; yhoy integra la lista de 750 mil inscriptos alPlan FinEs que, pese a transitar con difi-

    cultad el trayecto educativo convencional,decidieron no detenerse, con el firme pro-psito de completar sus estudios.

    Un trabajo en conjunto Cabe destacar que el Plan FinEs se rea-

    liza gracias a la firma de convenios de co-operacin mutua con sindicatos, munici-pios, cmaras empresarias, organismos dela administracin pblica, organizaciones

    de la sociedad civil, comunidades religiosasy universidades.

    Estas entidades son responsables de di-fundir la convocatoria entre sus miembros,gestionar las certificaciones de estudio ymaterias adeudadas, tramitar la inscripcinde los interesados en el Plan y realizar el se-guimiento necesario respecto de la presen-tacin a exmenes, acreditaciones de ma-terias, certificados de estudio y ttulos;adems de administrar los recursos del Plan.

    Por su parte, el Ministerio de Educacinde la Nacin sustenta econmicamente elpago de los tutores y los gastos de cadaescuela sede; provee de mdulos de estu-dio diseados especficamente para estainiciativa y libros de texto a alumnos y do-centes; y acompaa la trayectoria de losestudiantes con teleclases emitidas porCanal Encuentro y tutoras virtuales atravs del portal Educ.ar.

  • Las provincias, en tanto, asumen la ta-rea de promover localmente el proyecto eidentificar a las poblaciones destinata-rias para disear las estrategias a imple-mentarlas. Cabe destacar que las 24 ju-risdicciones educativas adhirieron alproyecto desde su lanzamiento en 2008.

    La inscripcin se realiza presentandofotocopia del documento nacional de iden-tidad y una constancia emitida por la es-cuela donde se curs el ltimo ao (es-cuela de procedencia), donde figuren lao las materias que se adeudan, para pre-sentar en la escuela-sede asignada. Si laescuela donde la persona termin de cur-sar est muy lejos del lugar actual de re-sidencia, el interesado puede inscribirseprovisoriamente en la escuela-sede mscercana a su domicilio, pero no podrrendir exmenes hasta entregar la cons-tancia emitida por la escuela de proce-dencia.

    Los materiales de apoyo Para acompaar las tutoras, el Ministerio

    de Educacin nacional elabor una se-rie de recursos, entre los que se en-cuentra la Coleccin Encuentro-FinEs,compuesta por 28 dvd que contienen unaseleccin de las teleclases que se emi-ten por el canal de la cartera educativa.

    Los contenidos son presentados por di-ferentes especialistas en la materia:Adrin Paenza se ocupa de Matemticas;Diego Golombek, de Ciencias Naturales;Gabriel Di Meglio, de Ciencias Sociales;y Ana Mara Shua, de Lengua y Literatura.

    La coleccin est acompaada de uncd con distintos materiales en texto, im-genes, audio y video, que apoyan lo com-pilado en los dvd. Adems, el portalEduc.ar desarroll ms de 300 recursoscomplementarios con el fin de facilitar laenseanza y el aprendizaje: orientacio-nes didcticas, objetos de aprendizaje,guas, lecciones y simulaciones.

    Mariela Lanza

    [email protected]

    24P L A N F I N E S

    Acerca de FinEsFinEs convoca a jvenes y adultos con estudios inconclusos, a participar en los progra-mas que cuentan con instancias presenciales, semipresenciales y a distancia.

    Est destinado, por un lado, a quienes terminaron de cursar, como alumnos regulares,el ltimo ao de la educacin secundaria (bachiller, tcnica, comercial, polimodal, de adul-tos), y adeudan materias. Por otro lado, se dirige a los que no iniciaron o no terminaronla primaria o la secundaria.

    Los inscriptos reciben acompaamiento de tutores y profesores que guan a los estu-diantes en el proceso de preparacin de materias. Las tutoras se realizan en las es-cuelas sede del Plan.

    Los interesados pueden acceder a FinEs a travs de escuelas secundarias comunes yde adultos; organismos pblicos nacionales, provinciales o municipales; sindicatos; em-presas; fundaciones; asociaciones civiles; asociaciones de fomento, etc.

    Los alumnos cuentan con diversos recursos: teleclases emitidas por Canal Encuentro,libros de texto provistos por el Ministerio de Educacin de la Nacin, mdulos de estudio,material de la Campaa Nacional de Lectura y de las bibliotecas de las escuelas sede.

    Para solicitar mayores informes acerca del Plan FinEs, enviar un e-mail a [email protected],o llamar al telfono gratuito de la Direccin de Educacin de Jvenes y Adultos (0800-333-2532).

    Los nmeros del Plan 750.041 personas inscriptas desde 2008.256.834 alumnas y alumnos lograron terminar la secundaria.7.960 escuelas sede se abrieron desde su lanzamiento.51.113 profesoras y profesores tutores capacitados por el Plan.

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    DOSSIER

    Los jvenes condensan hoy muchos de los miedos y preocupacionesdel mundo adulto. Miedos sobre la inclusin de los nuevos, sobre lamortalidad de los viejos, sobre el valor de nuestros saberes y nuestrosmodos de actuar. Preocupaciones sobre los cambios que estamosviviendo, y sobre futuros que aparecen inciertos e inquietantes.

    En este dossier, nos interesa traer a la discusin distintos aspectosde la vida juvenil actual: sus ideas acerca de la sociedad, la justicia yla poltica, susformas de par-ticipacin, susvisiones sobrela memoria, suexperienciaescolar fragmentada. Tambin queremos proponer una reflexin entorno a lo que hacen las escuelas con y para los jvenes. Porque ellosson lo que son, antes que nada, por su relacin con los mundos adul-tos. Y es justamente en lo que ofrecemos donde debemos ponernuestra atencin y operar sobre ello, ojal que con menos miedos ypreocupaciones, y con ms confianza en la transmisin y el dilogoentre las generaciones.

    Los jvenes, hoy

    Tambin queremos proponer una reflexin en tornoa lo que hacen las escuelas con y para los jvenes.Porque ellos son lo que son, antes que nada, por surelacin con los mundos adultos.

    [email protected]

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    DOSSIER

    Ins DusselMyriam Southwell

    La cuestin de la juventud es un tema que insiste enlas sociedades humanas. Muchas veces en forma de des-contento y otras de celebracin, la juventud convoca va-rios asuntos importantes para las sociedades: el vnculocon los nuevos y con lo nuevo, la mortalidad, las tempo-ralidades heterogneas, el poder entre las generaciones.

    No es casualidad entonces, que casi todos los grandesfilsofos y escritores se hayan referido a ella. Por ejemplo,Aristteles se quejaba de los jvenes de su tiempo por-que solo hacan caso a la voz de sus pasiones y por esono poda confirseles la poltica ni las lecciones impor-tantes.1 Parece que la referencia despectiva a esta ju-ventud de ahora, como bien lo seal Mara Zambranoen un hermoso texto en 1964, viene de lejos.2

    Las escuelas estn llenas de frases que remedan la ex-presin Esta juventud de ahora. Solemos escuchar queson ablicos, desinteresados, pasatistas, irrespetuososo menos participativos y con menos inquietudes de aque-llo que los adultos creemos recordar que fuimos en nues-tro trnsito juvenil. Pero tambin est el reverso: hayquien cree que tiene que borrar toda distancia y con-fundirse con los jvenes, imitar su lenguaje o sus gus-tos, no porque sean los propios sino porque se conside-ra que es la nica manera de entenderlos y educarlos.Aunque en este segundo caso haya una intencin mshospitalaria con lo nuevo, hay que decir que en las dos ac-titudes, los jvenes en su singularidad y en su distanciageneracional quedan desdibujados; y tambin habraque decir que es la posicin adulta la que aparece msdesdibujada en su posibilidad de abrir dilogos entretemporalidades y entre generaciones diferentes.

    La educacin se produce siempre en la brecha del tiem-po, y convertir esa brecha en un abismo insalvable es tanproblemtico como hacer de cuenta que no existe. Latransmisin se produce consciente o inconscientemen-te desde la densidad del presente, interrogando a la vezel pasado y el futuro, y proponiendo identidades gene-rales y particulares. El problema de la transmisin se vin-cula con el problema de las formas de filiacin genera-cionales. Como sabemos, a la escuela no le toca una tarea

    fcil ya que uno de los aspectos que se ha visto conmo-vido en los ltimos aos es la relacin entre presente y fu-turo. Este aparece ms incierto y ms abierto de lo queapareca antes; el horizonte del progreso, la estabilidad la-boral y la movilidad social no estn garantizados, comolo muestra la historia reciente argentina de crisis y cadas.Ello genera una tensin entre distintas experiencias deltiempo, que ha hecho estallar ese tiempo lineal del pro-greso que estaba en la base del proyecto de la educacinmoderna.

    Hay otro elemento que complica an ms el panora-ma, y que tiene que ver con cierta carga negativa ads-cripta al futuro. Nos animamos a decir que los jveneshoy condensan las preocupaciones adultas en torno alos cambios sociales y escolares. Los jvenes ms pro-blemticos son los recin llegados a las instituciones edu-cativas, los ms pobres, los que tienen menos internali-zadas las formas de ser alumno o que tienen pautasde crianza menos familiares para quienes ya estamos enlas escuelas desde hace varias generaciones. Esos recinllegados cargan ms frustraciones y resentimientos porla exclusin y la marginacin que padecen; digamos queno es fcil crecer en un mundo que estimula un consumosin lmite y a la par distribuye muy desigualmente la po-sibilidad material de acceder a l. Por otra parte, los jvenesno solo los pobres tambin condensan los miedos adul-tos acerca de lo nuevo: las nuevas tecnologas, los cam-bios en los vnculos sociales, las redefiniciones de la se-xualidad, el borramiento de lmites entre lo prohibido ylo permitido. Los adultos estamos viendo cmo cambia elmundo y muchas veces no tenemos pautas ni parmetrospara actuar frente a nuevas transgresiones o cuestiona-mientos de los jvenes.

    Qu hacer, entonces? Proponemos pensar a la juven-tud en relacin a la tarea central de la escuela, la trans-misin de la cultura en la brecha entre las generaciones,y pensar esa tarea en este tiempo que nos toca. Hay untexto de un filsofo alemn, Walter Benjamin, que nosgusta especialmente para pensar este problema. l es-cribi en 19123 que la escuela es la institucin encarga-da de conservar para la humanidad el patrimonio de lologrado por ella ofrecindolo continuamente a las nue-vas generaciones. Hay una tarea humana general en la

    Jvenes: un tema que insiste

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    preservacin de una cierta herencia cultural, que por otraparte, y como no podra ser de otra manera si se trata dealgo que nos concierne a todos, siempre est en disputa.

    Si la escuela lega cierta herencia y vnculo con el pa-sado de la humanidad, Benjamin destaca que la juventudle ofrece a la escuela el futuro. Tener confianza en la ju-ventud es permitirle educarse, tomarse en serio, y tambinrenovar las esperanzas sobre el futuro con nuevos diseosque los adultos ya no somos capaces de imaginar. Eso noniega nuestro lugar de adultos; al revs, lo coloca en unplano de una responsabilidad mayor a la que estamosacostumbrados, porque nuestra funcin no es solamen-te ensear matemticas, lengua o ciencias, sino es ha-cerlo preguntndonos qu de eso que estamos ense-ando lo ayudar a crecer mejor en este mundo; que escomplejo, injusto y violento pero tambin capaz de crearlazos fuertes de solidaridad, causas justas, vnculos deamor entre los humanos y actos de belleza. Subrayamosla dualidad porque creemos que muchas veces nos que-damos solamente en el sealamiento del polo pesimista,y negamos la posibilidad de que algo nuevo, algo mejor,suceda por y para los jvenes.

    Mara Zambrano, en el texto que citamos al comienzo,recomienda seguir o empezar a hablar con los jvenes,y borrar de nuestro vocabulario la frase esta juventud deahora.Tal vez una opcin para volver a pensar en los vnculosentre las generaciones que se ponen en juego en la escuelaser restituir lo contingente y disruptivo de las distintastemporalidades que entran en dilogo en la escuela, ypensar en un nuevo nosotros escolar. Habra que dar

    una forma distinta a la comunidad, surgida de una ex-periencia comn de compartir aprendizajes de no poca in-tensidad y, por lo tanto, no exenta de conflictos.4 En eseespacio, cobra sentido una escuela donde los adultos,adems de transmitir una experiencia, de construir unrelato acerca de la ciudadana y la participacin en elmundo, la brinden como bitcora que no invalida otrasformas de actuar, sentir y crear que aportarn los jvenes.No hay que imaginarla armoniosa, cual final feliz de pe-lcula de Hollywood; pero tampoco hay que condenarsea escenarios donde prima la frustracin y la confrontacin.Como dice Zambrano, seguir o empezar a hablar con losjvenes es buena idea, y habr que hacerlo con menosprejuicio e impugnacin; y con ms reconocimiento del va-lor y del lugar de cada uno en ese dilogo.

    1 Aristteles, tica a Nicmano, citada en Skliar, C.,La crisis de laconversacin de alteridad (2008), disponible en: www.grupal-fa.com.br/arquivos/Congresso_trabalhosII/palestras/Skliar.pdf.2 Mara Zambrano,Esta juventud de ahora (1964), en: Filosofay Educacin (Manuscritos), Mlaga, Editorial gora, 2007,pg. 95.3 La reforma escolar: un movimiento cultural [Die Schulreform,eine Kulturbewegung, 1912], en: Benjamin, W., La metafsica dela juventud. Barcelona, Paids, 1993.4 La necesidad de intensidad de la experiencia escolar apare-ce por su opuesto, la experiencia cotidiana de muchos jvenesde escuelas donde no pasa nada y donde termina constitu-yndose una escolaridad de baja intensidad, como la defineGabriel Kessler [cf. Kessler, G. Sociologa del delito amateur. BuenosAires, Paids, 2004].

    DOSSIER

    Foto:L.T.

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    Pedro Nuez*

    Miradas sobre los jvenes

    Hace unos aos, el antroplogo cataln Carles Feixa ti-tul uno de sus libros La joventut com a metfora1 a finde explicitar que el estudio de las representaciones yprcticas juveniles funcionaba, precisamente, como unametfora til para explicar los procesos sociales con-temporneos. Estudios como el citado mostraron quela clave de anlisis no poda situarse nicamente en loscuerpos juveniles, sino que era preciso indagar en su ca-rcter relacional; es decir, en las tensiones, acercamien-tos, confrontaciones entre lo juvenil y otros grupos eta-rios, que por oposicin contribuan a dar entidad al sujetojoven.

    A pesar de estas prevenciones, lamentablemente nosiempre consideradas, muchos de quienes desde dife-rentes lugares y roles tomamos contacto con los jvenessolemos interpretar sus acciones haciendo hincapi en susparticularidades intrnsecas, sin contemplar el contextoen el que tienen lugar, ni el rol de otros actores. El dis-curso sobre lo juvenil suele organizarse sobre trazasprecisas y definitivas, que obturan la posibilidad de pen-sar las prcticas de las personas jvenes en articulacincon las caractersticas que asumen las instituciones conlas que toman contacto.

    El concepto de juventud es una construccin socialcuya definicin va cambiando de acuerdo con el contex-to histrico, poltico y social. Las maneras de pensar a lajuventud y con ellas las tareas asignadas y tambin lasesperanzas depositadas trazan una forma adecuada,un modelo ideal del ser joven para cada momento hist-rico. La misma idea de joven no puede pensarse de ma-nera autnoma sino que se define a partir de las rela-ciones sociales que entablan los diferentes grupos etariosque componen una sociedad. Relaciones que estn me-diadas por una serie de representaciones en torno a loque cada grupo espera del otro. Son producidas (y pro-ductoras) en contextos determinados, los que conllevanconcepciones de sentido y significaciones diferentes. Enesta oportunidad intentar, en forma breve, analizar trescuestiones ntimamente relacionadas que permiten

    reflexionar acerca de las acciones juveniles, pero con laintencin de trascender el anlisis de la juventud parapensar en la configuracin que asumen nuestras socie-dades.

    La poltica en escena: cuerpos y mediaciones institucionales

    En los meses pasados, las imgenes de jvenes estu-diantes que participaban activamente en el espacio p-blico reclamando mejoras edilicias en sus escuelas sor-prendieron a muchos, despertaron apasionados debatesy catapultaron al primer plano de las noticias la difusinde estos episodios. Al igual que ocurre cuando son otraslas imgenes que predominan sobre los jvenes la vio-lencia escolar, las peleas durante los festejos por el dade la Primavera, la espectacularidad de las culturas ju-veniles o su supuesta apata poltica y desinters, estavez las opiniones hicieron hincapi en las caractersticasde los cuerpos juveniles, esencializando la nocin de ju-ventud junto a la de poltica. De este modo, se salud elcarcter transgresor y rebelde de jvenes inherente-mente transformadores de la realidad; o se los calific devagos mencionando que haran mejor en interesarsesolo por estudiar, sin plantear reclamos polticos.

    Existi menos reflexin acerca de las bases que dan le-gitimidad a esas acciones. As como es posible sealaralgunos rasgos compartidos entre la protesta estudian-til y otras acciones polticas que vienen dndose no so-lo desde diciembre de 2001 sino desde aos previos (cor-tes de calle, piquetes, asambleas populares), tambin esnecesario dar cuenta de fenmenos ms permanentesde influencia mutua entre culturas juveniles y la culturapoltica presente transversalmente en distintos gruposetarios.

    El repertorio de acciones privilegi el poner el cuerpopor sobre la bsqueda de mecanismos institucionalesque permitieran canalizar el conflicto; y en este sentido,ms que ser una prctica novedosa, replic rasgos cen-trales de la cultura poltica argentina como es la cons-truccin de la otredad como enemigo, impidiendo resol-ver las diferencias entre grupos que piensan de maneradiferente. Pero quizs, uno de los rasgos ms llamativos

    DOSSIER

    Sensibilidades polticas sorpresivas:jvenes, escuela y sensaciones de justicia

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    DOSSIER

    y menos explorados fue el sentido de justicia que sus-tenta la sensibilidad poltica de las nuevas generaciones.Permtanme detenerme en