mockus, antanas - 100 años muchos masacuerdos de paz

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    100 AOS, MUCHOS ACUERDOS DE PAZ Coloquio La paz en el siglo XX

    Antanas Mockus Sivickas

    Introduccin Debo comenzar por advertir que por mi formacin en matemticas siempre he tenido algunas dificultades para abordar la historia. All el deporte favorito era olvidar, se trataba de entender hasta el punto en que uno pudiera olvidarlo todo y reconstruirlo lgicamente a partir de prcticamente nada. Admiro a los historiadores por la enorme complejidad de su trabajo, por la gran dificultad que existe en seleccionar qu hay que mirar y, todava ms, desde dnde se debe mirar. Este dilogo determina en gran medida lo que finalmente se observa.

    En un artculo recientemente elaborado con un colega, introdujimos ilustraciones tomadas de la historia de Colombia y algunos acadmicos nos acusaron de un uso oportunista de la historia, es decir, de estar tomando nicamente las evidencias a nuestro favor y no los contraejemplos; esa fue una pequea leccin de modestia. Tal vez eso explique porqu voy a ser supremamente esquemtico en esta exposicin y les voy hablar principalmente de lo que he logrado comprender sobre el presente. Estoy seguro, sin embargo, que mirar hacia atrs puede ser sumamente ilustrativo.

    El propsito del coloquio La paz en el siglo XX es aprender de la historia. Examinaremos los acuerdos celebrados en nuestro pas durante los ltimos cien aos y analizaremos los ms exitosos. Esto puede ayudar a transformar un imaginario fatalista que limita las salidas a la situacin actual: el imaginario de la guerra y del acuerdo incumplido. Creo que es importante mostrar los beneficios de los acuerdos ms exitosos, porque eso nos puede animar a buscar salidas a la situacin actual.

    En este sentido, es relevante destacar dos periodos de la historia de Colombia en los que se lleg a acuerdos que produjeron condiciones de convivencia y progreso para el pas. Con tan slo una interrupcin en la dcada de los treinta que fue saldada por la declaratoria de la guerra internacional, entre 1902 y 1945 el pas vivi cerca de cuarenta aos que permitieron un desarrollo econmico e institucional muy fuerte. En aos ms recientes, entre 1964 a 1977, el Frente Nacional permiti altos niveles de proteccin a la vida con una impresionante reduccin de homicidios; en ese perodo nuestro pas tuvo menos de cinco mil homicidios anuales. Desde hace quince aos se registran ms de veinticinco mil homicidios anuales en Colombia, por lo cual es fundamental preguntarse acerca de la naturaleza de la violencia que vivimos en el pas, estudiando no slo las causas del conflicto armado y la historia de los acuerdos de paz, sino el origen de los problemas de convivencia que tiene la sociedad colombiana en su conjunto.

    Pactismo sin regla Entre los colegas de la Universidad Nacional algunos han adherido a un diagnstico sobre Colombia que se resume como el pactismo sin regla. El pactismo sin regla implica, en pocas palabras, que todo vale. Se trata de pactos en los que no existe un fundamento normativo comn

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    y en los que se mantiene la idea de que tarde o temprano se llegar a un acuerdo. Aunque esto puede generar un perodo de convivencia, son pactos inestables, construidos para responder a necesidades o a intereses de corto plazo. Dicho de otra manera, son pactos que se realizan sin mayor atencin a su incumplimiento o disolucin, ya que se establecen con la conciencia de que despus siempre se podr llegar a un nuevo acuerdo. Esto est estrechamente relacionado con lo que podramos llamar el perdn dado de antemano y debilita en gran medida la censura social sobre la utilizacin de ciertos mtodos. En el contexto del conflicto armado, una de las consecuencias ms graves de lo anterior es que los actores armados incluyen en sus clculos el perdn anticipado. Personalmente siento que asumo esa actitud cuando pienso que la paz es tan valiosa que a cambio de ella estara dispuesto a perdonarlo todo. El perdn anticipado es riesgoso porque puede ser tomado como un cheque en blanco que autoriza al otro a actuar sin restricciones de ningn tipo. Es muy difcil empezar a cambiar ciertos imaginarios arraigados en nuestra sociedad para que donde haba una promesa latente de amnistas se comprenda que ahora habr ciertas acciones o delitos que no podrn ser perdonados de antemano. Con la entrada en funcionamiento de la Corte Penal Internacional, por ejemplo, las violaciones al derecho internacional humanitario no podrn ser pasadas por alto en la comunidad internacional. Es difcil pasar del perdn anticipado y del pactismo sin regla, a una situacin en la que ya no es posible hacer borrn y cuenta nueva, a una situacin en la que algunos de los lderes de cada bando debern rendir cuentas por las barbaridades y los excesos que cometieron en la guerra.

    Por otra parte, y aunque esto no es el resultado de un anlisis detallado, quisiera mencionar un aspecto que observ al estudiar la historia de los acuerdos en Colombia. Se trata de la relacin que existe entre los acuerdos de paz y el orden constitucional. A este respecto, y con la excepcin del proceso de paz con el M-19 y su relacin con la constituyente, prcticamente todos los procesos de paz que han tenido lugar en el pas han sido un regreso al orden constitucional. En algunos casos se buscaba modificar un elemento especfico de la Constitucin, por ejemplo cambiar la fecha en la que deban celebrarse las elecciones o, en otros casos, se introduca una transformacin ms importante como la supresin de la pena de muerte, pero bsicamente los acuerdos buscaban que la sociedad en su conjunto entrar de nuevo al marco constitucional previamente vigente. En estos trminos, la Constitucin no era puesta en cuestin, no era objeto de negociacin; de algn modo, las guerras estaban amparadas por una legitimidad constitucional. Aunque en el transcurso del conflicto obviamente se transgredan reglas constitucionales, el objetivo de quienes luchaban no era transformar la Constitucin.

    El todo vale en el conflicto actual A continuacin quisiera mencionar algunas ideas sobre el conflicto actual. En primer lugar, el hecho de que ste se caracteriza por el todo vale, es decir, por la utilizacin no restringida de mtodos. Existe una paradoja en el nacimiento del todo vale que es la proclamacin pblica por parte de una fuerza y de su brazo poltico sobre la combinacin de todas las formas de lucha. Esto puede ser considerado como una expresin de extrema ingenuidad o de extremo cinismo. La paradoja es que quien pblicamente anuncia que va a utilizar cualquier mtodo para alcanzar resultados, confiesa en trminos que voy a explicar ms adelante la adopcin de una actitud anmica. Se trata de una actitud en la que no se obedecen reglas, en donde todo vale, lo cual puede animar un proceso social donde otros actores dirn como tal vez algunos lo dijeron en ese momento si para usted todo vale, para m tambin. En este sentido la anomia puede cundir y convertirse en un comportamiento generalizado. Lo interesante es que esto se diera en un

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    contexto donde todava exista cierto control por parte de una direccin poltica sobre el grupo armado (en este caso las FARC).

    Lo segundo que quiero sealar tiene que ver con una discusin acadmica que nadie ha retomado y que considerndola de nuevo encontr como muy relevante. Hace algunos aos en el CINEP y en la Universidad Nacional algunos leamos textos sobre taylorismo y leninismo, y especficamente sobre el tema de la divisin entre trabajo intelectual y trabajo manual. Desde este punto de vista, y en el contexto del conflicto, para algunos resultaba arbitrario que un partido poltico que estaba protegido por un marco legal fuera el que determinara la direccin de las acciones del grupo. Entonces posiblemente la crtica a esa divisin del trabajo pudo animar de manera indirecta y sin que fuera la intencin de ninguno de los que participbamos en ese debate a algunas de estas fuerzas a renunciar a la direccin de lo que para ellos era un grupo de intelectuales que por decirlo de alguna manera no se untaban las manos y permanecan cmodamente en las grandes ciudades. En los aos setenta hubo muchas publicaciones antileninistas que posiblemente tuvieron alguna incidencia en desconectar a las FARC de lo que era una especie de cabeza. Los que conocen la historia podrn ver tambin el papel que jugaban ciertas personas como puentes entre las FARC y la vida poltica del pas. Entonces si se quisiera elaborar un esquema lgico general para explicar lo anterior, es necesario preguntarse hasta dnde la desconexin se impuso por la violencia por el genocidio de la Unin Patritica y de qu manera se vio tambin impulsada voluntariamente como una reaccin frente a las crticas que en ese momento circulaban hacia el leninismo. Finalmente, tambin sera necesario preguntarse en qu medida influy la incapacidad del gobierno para controlar a quienes hostilizaban el proceso de paz que tuvo lugar en la dcada de los aos ochenta.

    En la situacin actual cada vez parece ms relevante preguntarse lo siguiente: cmo se relacionan las guerras con la ilegalidad? En muchos casos la ilegalidad est en la raz de las guerras. En este sentido, se dan hechos de violencia y de corrupcin que generan justificaciones para emprender la guerra. Por otra parte, hay tambin un tema absolutamente terrible que es el tema de la financiacin de la guerra. Este es un aspecto supremamente complicado porque aunque no se haya desencadenado una guerra total, la manera en que los actores del conflicto financian sus acciones tiende a producir ilegalidad. Carlos Castao tiene una frase horrible a este respecto cuando dice: si hay algo ms sucio que la guerra, es la manera en que la guerra se financia.

    Investigacin sobre convivencia Cambiando totalmente de terreno voy a exponer desde dnde interrogara la historia. Se trata de un trabajo sobre convivencia que he desarrollado durante los ltimos tres aos con Jimmy Corzo1. Es importante destacar que la investigacin sobre violencia realizada por los colegas de la Universidad Nacional coincide tericamente con el modelo conceptual que utilizamos para evaluar convivencia en una muestra de jvenes de noveno grado escolarizados en Bogot. En este sentido existe una relacin entre el diagnstico del pactismo sin reglas y el concepto de convivencia que utilizamos en la investigacin. En nuestro trabajo definimos convivencia como la capacidad de celebrar acuerdos y seguir reglas. Esto quiere decir que para convivir se debe ser

    1 Antanas Mockus y Jimmy Corzo. Indicadores de convivencia ciudadana. Universidad Nacional de Colombia,

    Colciencias, 1999-2000.

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    capaz de hacer acuerdos, pero dentro de un marco de referencia constituido por ciertas reglas inviolables. Tanto pactarlo todo como no poder pactar nada genera problemas, y la ausencia de reglas claras para establecer pactos crea dificultades. En pocas palabras, la construccin de convivencia requiere de acuerdos y reglas.

    La investigacin sobre convivencia nos permitira plantear la siguiente pregunta sobre los acuerdos de paz: en qu medida son similares los grandes acuerdos de paz a los acuerdos que hacen las personas? Aunque los pequeos acuerdos interpersonales son muy distintos a los acuerdos de paz, indagar por la naturaleza de los acuerdos cotidianos puede poner de manifiesto algunos aspectos relevantes sobre el acordar en general o puede por lo menos sugerir algunos interrogantes. Por otra parte, y de acuerdo a la investigacin, puede ser til preguntarse si una visin contractualista de la ley alimenta el pactismo sin regla o lo limita. De acuerdo a esta visin, la ley es un acuerdo que tiene cierta estabilidad y que est fundado en mecanismos institucionalizados que buscan asegurar su cumplimiento. Es una visin segn la cual se abandonan las concepciones de ley revelada o ley natural, y se habla ms bien de un acuerdo que hace una sociedad sobre ciertos temas. Por ejemplo, no matar es un acuerdo contenido en el artculo de la Constitucin en el que se establece que el derecho a la vida es inviolable.

    A la luz del cuestionario que hicimos para la investigacin, que inclua preguntas sobre uso y sufrimiento de violencia, la pregunta que mejor predijo convivencia en la muestra de 1.450 jvenes fue la siguiente: qu hace usted si le incumplen en un acuerdo y qu hace si usted incumple en un acuerdo? De las respuestas que los jvenes dieron a estas preguntas, la que mejor predice convivencia es aquella en la que se afirma que ante el incumplimiento se busca reparar el acuerdo. En este sentido, los jvenes que mejor conviven son aquellos que aprenden a reparar acuerdos que fueron incumplidos tanto parte de ellos como por parte de los dems. En general, se puso de manifiesto que quienes se interesan por la reparacin de acuerdos tambin muestran un mayor cumplimiento de leyes.

    Los jvenes que peor conviven aquellos que ejercen y son vctimas de la violencia con mayor frecuencia justifican incumplir la ley por ciertos motivos, principalmente cuando es la nica manera de lograr un objetivo. Se trata, de nuevo, de la idea de que todo vale, la cual est estrechamente relacionada a la combinacin de todas las formas de lucha. 56% de los jvenes de la muestra respondieron que se justifica violar la ley cuando es la nica manera de lograr el objetivo. Segn lo anterior, en donde ms de la mitad de los jvenes de la muestra respondieron que es vlido violar la ley para lograr resultados, se podra decir que nos encontramos en una sociedad enormemente pragmtica, orientada a la accin y a los resultados. Esta discusin fue de gran importancia en los procesos de conformacin del ltimo equipo de alcalda. A este respecto, se construy y se desarroll una prctica para celebrar un pacto colectivo en el que nos comprometamos a respetar las normas y a no traspasar ciertos lmites por encima del logro de resultados.

    35% de los 1.450 jvenes que conformaron la muestra respondieron buena parte de las siguientes preguntas a partir de lo cual fueron clasificados como anmicos. La respuesta que ms predeca anomia era justificar desobediencia a la ley cuando hay gran provecho econmico (26.9% de los jvenes respondieron as). La segunda respuesta que predeca anomia era justificar desobediencia a la ley como nico medio para lograr objetivos (56.7%). Una tercera respuesta con la que se tena alta probabilidad de ser clasificado como anmico era aquella en la que se justifica

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    desobediencia a la ley porque es la costumbre (16.7%). Una ltima respuesta para quedar clasificado como anmico era justificar desobediencia a la ley porque alguien lo ha hecho y le ha ido bien (21.6%). Finalmente, los jvenes que confesaron nunca actuar conforme a la ley (7.6%), al igual que aquellos que respondieron que siempre se justifica copiar en un examen (10%), casi seguramente terminaban clasificados dentro del grupo de los anmicos. Otra de las respuestas que predeca anomia tena que ver con el tema de tolerancia. El cuestionario de la investigacin inclua una serie de preguntas a este respecto: le molestara tener vecinos de religin distinta?, le molestara tener vecinos indigentes?, le molestara tener vecinos recicladores? Introdujimos varias categoras y encontramos que los ms intolerantes eran los anmicos. En la mayora de los casos respondieron que no toleraran a vecinos con SIDA (23% del total de los jvenes dio esta respuesta). Una ltima respuesta que caracteriza a los anmicos es que no contribuiran a impulsar la aprobacin o modificacin de una ley. Tan slo el 17% de los jvenes respondi esto, pero casi la totalidad de este porcentaje result dando algunas de las respuestas anteriores, por lo cual qued clasificado como con tendencia a la anomia. En la situacin actual de Colombia se podra decir que el conflicto armado, al igual que la corrupcin, son expresiones de anomia, es decir, son expresiones de la dificultad que tiene la sociedad colombiana para tomar caminos zanahorios para la regulacin del comportamiento.

    El resto de jvenes de la muestra fueron clasificados como cumplidos (29%) y cuasi-cumplidos (36%). Los cumplidos se caracterizan por siempre cumplir acuerdos, siempre cumplir las leyes, siempre reparar acuerdos, siempre sentir culpa y vergenza cuando incumplen, nunca hacer justicia por mano propia y nunca copiar en exmenes. Los cuasi-cumplidos son muy parecidos a los cumplidos pero a veces se toman la libertad de hacer una excepcin. Es decir, casi siempre cumplen con la ley, casi siempre cumplen sus acuerdos, casi siempre reparan sus acuerdos, etc. Dos tercios de los jvenes de colegios privados de matricula alta fueron clasificados como cuasi-cumplidos. Aunque resulta criticable afirmar que la elite colombiana se caracteriza por el cuasi-cumplimiento tomando nicamente los resultados de la investigacin, sta s proporcion evidencia con respecto a un patrn de cuasi-cumplimiento en jvenes de clase alta. Dicho de otro modo, 35% de los jvenes de la muestra quedaron clasificados como cuasi-cumplidos, mientras que en lo que podramos llamar las elites colombianas, es decir, los jvenes de colegio privado con matriculas altas, esta caracterizacin sube a 66%. No obstante, la pertenencia a este grupo tambin podra ser explicada por una utilizacin especialmente honrada de los cuantificadores. En este caso, se podra decir que con tan slo haber violado la ley una vez en la vida, estos jvenes ya afirman casi siempre cumplir la ley. Lo anterior, sin embargo, no acenta la diferencia entre cumplidos y cuasi-cumplidos sino sobre todo entre anmicos y el resto.

    Acuerdos y ley En la investigacin sobre convivencia hicimos algunas preguntas sobre lo que los jvenes creen que debe ser la ley y sobre lo que creen que es en Colombia (ver grfico 1). Con respecto a la ley como garanta de derechos se puso de manifiesto un gran dficit en donde 87% de los jvenes respondi que la ley debe ser garanta de derechos, mientras que slo el 39% dijo que la ley es efectivamente garanta de derechos en Colombia. En cuanto a la ley como acuerdo colectivo pregunta que introduca ya un elemento de democracia encontramos menor distancia, con 82% que afirmaron que la ley debe ser acuerdo colectivo mientras que 44% dijeron que en Colombia lo es. Sobre la ley como una norma democrticamente acordada, lo cual establece una conexin explcita entre ley y democracia, el porcentaje de jvenes que cree que lo debe ser es menor

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    respecto a las preguntas anteriores (77%), pero el nmero que opina que efectivamente es as en la realidad colombiana es mayor (50%). En la pregunta sobre la ley como algo que se puede cambiar siguiendo reglas democrticas, todava es mayor el porcentaje de los jvenes que opinan que as debe ser, frente a aquellos que sienten que en Colombia lo es. No obstante, lo interesante en las dos preguntas anteriores es que existe conciencia sobre la importancia de la relacin entre ley y democracia. Pasando a una pregunta en donde desaparece casi por completo el elemento democrtico la ley como orden que da una autoridad la percepcin sobre lo que la ley es en Colombia desborda la idea de lo que debe ser. Esto es problemtico porque es una definicin muy lejana de lo que se debera entender por ley que desconoce por completo la naturaleza democrtica de la ley. En este caso, 65% de los jvenes encuestados opinan que as debe ser la ley y 70% dicen que as es en Colombia. Luego se introdujo la idea de la ley como norma acordada por representantes democrticamente elegidos, en la cual 56% respondi que debe ser as y 60% que lo es en Colombia. En ciertos casos los resultados de las preguntas pareceran estar indicando que para los jvenes hay ms democracia de la deseable. De otro lado, 40% afirm que la ley debe ser una norma que prohbe u obliga y 60% que lo es en Colombia. Las respuestas a una siguiente pregunta sobre la ley como norma que obliga por su origen democrtico me sorprendieron mucho, porque en este caso se trataba de entender que frente a otras normas la ley se distingue por su origen democrtico y que esto mismo le debera aportar fuerza. Tan slo para 33% de los jvenes debe ser as y para el 55% lo es en Colombia; entonces el origen democrtico de la ley es una caracterstica no deseable presente para una parte de los jvenes. La ley como limitacin arbitraria, como poder para castigar y como acuerdos de pocos sin participacin ya no son elementos normativos, y el porcentaje de jvenes que perciben que as es la ley en Colombia es mayor que el de los que opinan que as debe ser.

    Grfico 1 Lo que la ley debe ser y lo que es

    0 10 20 30 40 50 60 70 80 90 100

    Garanta de derechos

    Acuerdo colectivo

    Norma democrticamente acordada

    Algo que se puede cambiar siguiendo reglas democrt.

    Orden que da una autoridad

    Norma acordada por representantes democrt. elegidos

    Norma que prohibe u obliga

    Norma que obliga por origen democrtico

    Limitacin arbitraria

    Poder para castigar

    Acuerdo de pocos sin participacin

    La ley debe ser En Colombia la ley es

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    De acuerdo a los resultados de la investigacin tambin comparamos el cumplimiento en acuerdos, lo cual podra ser visto como una norma social, con otras normas sociales y legales (ver grfico 2). Entre veintids normas no usar castigo fsico con los nios (que actualmente en Colombia es una norma sobre todo de naturaleza social) fue la que ms respeto tuvo. Existe jurisprudencia al respecto que dice que un castigo fsico mesurado es aceptable, pero UNICEF, Alcalda de Bogot y Ministerio de Educacin han promovido no utilizar el castigo fsico con los nios. 78% de los jvenes respondieron que nunca se justifica usar castigo fsico con los nios. Con ese criterio aparece otra norma social muy interesante: nunca se debe traicionar la confianza que alguien le tiene a uno. Esta norma es ms respetada que el cumplimiento de acuerdos, es decir, la confianza parece generar ms obligaciones que el acuerdo. En cuanto a los acuerdos se incluyeron cuatro clases. Para el 52% de los jvenes nunca se justifica incumplir un acuerdo con familiares; para 43% con colegas o amigos; para 36% nunca se justifica incumplir un acuerdo con desconocidos; y para 32% con superiores. 80% de los jvenes dijeron que sera bueno que en el pas hubiera ms autoridad, lo cual muestra que no parece existir una aversin a la autoridad. Pero en relacin con los acuerdos tanto con desconocidos como con superiores se muestra bajo cumplimiento. Tambin se pregunt acerca de la homosexualidad, un comportamiento que est legalmente autorizado pero que socialmente todava es rechazado en alguna medida. Comparando los resultados, el rechazo a la homosexualidad es mayor que el rechazo al incumplimiento de acuerdos con desconocidos. Igualmente, responder a violencia con violencia recibe menos rechazo que el incumplimiento de acuerdos con colegas o amigos. Esta radiografa es un poco alarmante y es una indicacin clara de que reglas como responder a violencia con violencia o hacer justicia a mano propia deben ser inculcadas con mayor profundidad.

    Grfico 2 La norma de cumplir acuerdos comparada con otras

    0% 10% 20% 30% 40% 50% 60% 70% 80% 90% 100%

    Usar castigo fsico con los nios

    Traicionar la confianza que alguien le tiene a uno

    Incumplir un acuerdo a un familiar

    Reclamar subsidios sin tener derecho a ellos

    Incumplir un acuerdo a colega o amigo

    Responder a violencia con violencia

    Evadir impuestos si se presenta la ocasin

    Homosexualidad

    Incumplir un acuerdo con desconocidos

    Incumplir un acuerdo a un superior

    Hacer justicia por mano propia

    Nunca a veces (2a9) Siempre Ns/nr

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    Con relacin a las razones por las cuales los jvenes consideran que cada uno de ellos cumple acuerdos, obtuvimos los siguientes resultados (ver grfico 3). Las tres principales razones fueron paz con la propia conciencia, compromiso con los fines del acuerdo y compromiso con las personas con quienes se hizo el acuerdo. Las razones jurdicas el temor a las sanciones legales por incumplimiento al igual que el temor a la censura social, aparecen marginalmente, son mencionadas tan slo por un bajo porcentaje de jvenes.

    Grfico 3 Razones para cumplir uno un acuerdo

    De igual manera, se hizo la pregunta sobre las razones por las cuales los dems cumplen acuerdos (ver grfico 4). En las preguntas sobre el propio comportamiento prim la conciencia, el compromiso y el respeto a la gente; en cambio, al referirse a los dems, se destac el temor a la censura social. Dicho de otro modo, los jvenes afirman no sentir vergenza por su propio incumplimiento pero creen que los dems s sufren de ella, y que precisamente el temor a esta censura es su principal regulacin en el cumplimiento de acuerdos. Esto revela una fuerte asimetra en la percepcin sobre s mismo y sobre los dems. Sobre las otras posibles motivaciones del comportamiento de los dems, sigue en orden de importancia la paz con la propia conciencia y despus el compromiso con los fines del acuerdo. Finalmente, el temor a la culpa, el temor a las sanciones previstas por incumplimiento y el temor a las sanciones legales fueron las que recibieron menor atencin por parte de los jvenes.

    0 10 20 30 40 50 60

    Paz con la propia conciencia

    Compromiso con los fines del acuerdo

    Compromiso con las personas con quien hizo elacuerdo

    Las gratificaciones previstas por cumplimiento

    Temor a las sanciones previstas por incumplimiento

    Temor a la culpa

    Temor al reproche de las personas con quien hizo elacuerdo

    Temor a las sanciones legales por incumplimiento

    Temor a la censura social

    1a opcin 2a opcin 3a opcin

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    Grfico 4 Razones de los dems para cumplir un acuerdo

    La investigacin tambin incluy preguntas sobre los comportamientos y reacciones ms frecuentes de los jvenes ante el incumplimiento de acuerdos (ver grfico 5). 33% de los jvenes asegura siempre explicar porqu no cumpli, 27% afirma siempre intentar llegar a un nuevo acuerdo, aproximadamente el mismo porcentaje dice siempre sentir pena, un nmero algo menor (25%) dice intentar remediar prejuicios y un porcentaje cercano afirma sentir culpa. Finalmente, 15% dice justificar ante s el incumplimiento, 11% dice esperar comprensin y no hacer nada ms y un porcentaje igual de bajo dice siempre sentir temor por las sanciones legales. En este punto la proporcin de jvenes que afirma nunca sentir temor por la sancin legal ante el incumplimiento de acuerdos llega a 30%. Las respuestas a estas preguntas de algn modo muestran que el mundo de los acuerdos y el mundo de las leyes funcionan relativamente separados.

    0 10 20 30 40 50 60 70 80 90 100

    Temor a la censura social

    Paz con la propia conciencia

    Compromiso con los fines del acuerdo

    Compromiso con las personas que hizo el acuerdo

    Temor a las sanciones legales por incumplimiento

    Temor a las sanciones previstas por incumplimiento

    Temor a la culpa

    Las gratificaciones previstas por cumplimiento

    Temor al reproche de las personas con quien hizo elacuerdo

    1a opcin 2a opcin 3a opcin

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    Los resultados para la pregunta complementaria a la anterior qu hace usted cuando no le cumplen un acuerdo son los siguientes. 40% siempre pide explicaciones; 25% siempre llega a un nuevo acuerdo; alrededor del 22% siempre invita al incumplido a dialogar; 30% nunca recurre a ley para hacer cumplir el acuerdo (dicen siempre hacerlo alrededor del 10%); comprende y no hace nada se reduce en este caso al 9%; cerca del 40% nunca busca avergonzar al otro; y aproximadamente 35% nunca hace sentir al otro culpable.

    Grfico 5 Cuando usted no cumple un acuerdo...

    Grfico 6 Cuando a usted no le cumplen un acuerdo...

    0% 10% 20% 30% 40% 50% 60% 70% 80% 90% 100%

    Siente temor asanciones ley

    Espera comprensin yno hace nada

    Justifica ante s

    Siente culpa

    Intenta remediar ocompensar perjuicios

    Siente pena

    Llega a nuevo acuerdo

    Explica porqu nocumpli

    Siempre Casi Siempre Casi nunca Nunca Nr

    0% 10% 20% 30% 40% 50% 60% 70% 80% 90% 100%

    Pide explicaciones

    Llega a nuevo acuerdo

    Invita incumplido a dialogar

    Invita a examinar y asumir consecuencias

    Intenta que compensen, remedien los perjuicios

    Recurre a ley para hacer cumplir

    Comprende y no hace nada

    Lo hace sentir culpable

    Busca avergonzar al otro

    Siempre Casi Siempre Casi nunca Nunca Ns/nr

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    En general hemos percibido una enorme debilidad en los mecanismos que intentbamos utilizar en el gobierno pasado para construir cultura ciudadana. En ese momento nuestro objetivo era regular nuestros comportamientos dejando de lado un poco el temor al castigo jurdico y buscando sobre todo que el otro sintiera pena, tratando de animar el grillo interno en los dems. Dicho de otro modo, se buscaba activar mecanismos de regulacin social para que cuando alguien traspasara ciertos lmites se le hiciera sentir vergenza y se le llevara a decirse a s mismo yo no habra debido hacer eso. Hemos encontrado entonces un bajo uso de estos mecanismos de regulacin sobre el comportamiento de los dems. En pocas palabras, hemos visto que aunque la gente siente culpa y algo de vergenza al incumplir, producir vergenza en los dems parece ser una habilidad poco desarrollada.

    Teniendo en cuenta los resultados anteriores se podran sacar algunas conclusiones preliminares. En relacin con la percepcin que tienen los jvenes sobre la ley, la mayora opina que debe ser garanta de derechos, acuerdo colectivo y norma democrticamente acordada. Al mismo tiempo la mayor parte de la muestra coincidi en que la ley en Colombia es fundamentalmente una orden que da una autoridad, una norma acordada por representantes democrticamente elegidos pero que no por ello genera obligaciones mayores y una norma que prohbe u obliga. Por otra parte, la comparacin de la norma que obliga a cumplir acuerdos con otras normas sociales puso de manifiesto que sta tiene una fuerza intermedia y que opera sobre todo en acuerdos con la familia, y en menor grado con desconocidos y superiores. En cuanto a la percepcin sobre los motivos propios y ajenos para cumplir acuerdos se puso de manifiesto lo siguiente. Las principales razones por las cuales los jvenes consideran que cumplen acuerdos son: paz con la conciencia, compromiso con los fines del acuerdo y compromiso con las personas. En relacin con los motivos que tienen los dems para cumplir acuerdos, se destac lo siguiente: temor a la censura social, paz con la conciencia y compromiso con los fines del acuerdo. Es interesante observar que en el tema del cumplimiento de acuerdos tanto en el comportamiento propio como en el de los dems aparecen dos razones compartidas: la conciencia y el compromiso con los fines del acuerdo. En este sentido, existe mayor simetra en la percepcin sobre el cumplimiento propio y ajeno de acuerdos que en las razones para obedecer las leyes. En el caso del cumplimiento de la ley, la mayora de los jvenes consideran que cada uno de ellos cumple porque sigue el mandato de su conciencia, en tanto los dems obedecen por temor a la sancin legal. Acerca de lo que los jvenes hacen cuando no cumplen un acuerdo se destacaron los siguientes comportamientos: explicar porqu no cumpli, hacer un nuevo acuerdo, sentir pena y culpa, y compensar al otro. Frente al incumplimiento del otro, la muestra de jvenes coincidi mayoritariamente en pedir explicaciones, llegar a un nuevo acuerdo, invitar a dialogar y a examinar, y asumir las consecuencias. Ms del 60% de los jvenes dijo que pactaba mecanismos de incentivos al cumplimiento y sanciones al incumplimiento en sus acuerdos. Las respuestas para lo que sucede frente al cumplimiento o incumplimiento de acuerdos me extraaron mucho. Inicialmente tenamos el prejuicio de que en los acuerdos el seguimiento era mucho ms bajo y que la previsin frente al incumplimiento era todava menor. Es posible que la pregunta haya sido demasiado directa o no lo suficientemente profunda, pero gran parte de los jvenes afirmaron acompaar sus acuerdos con mecanismos de seguimiento. Al estudiar los textos histricos cosa que seguramente no he hecho con suficiente detenimiento no encontr evidencia sobre la implementacin de mecanismos de seguimiento en el establecimiento de acuerdos. En la historia de Colombia los acuerdos son comnmente caracterizados como actos puntuales, es decir, como contratos en

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    donde nicamente se establecen compromisos sin prever medidas para su cumplimiento. Dicho de otro modo, el acuerdo se realiza y slo hasta el momento del incumplimiento se buscan los mecanismos para repararlo. No encontr textos explcitos sobre mecanismos de control o medidas para establecer costos para las partes en caso de incumplimiento.

    Anomia y violencia A la luz de los resultados de la investigacin y en el contexto del conflicto armado, se podra plantear la siguiente pregunta: provoca la guerra anomia y favorece sta ltima la opcin por la violencia? Es bastante obvio que la guerra puede provocar anomia, y en este sentido, la pregunta central sera ms bien la siguiente: puede un alto nivel de anomia generar violencia y producir una situacin de guerra? La orientacin a resultados lleva a la gente a saltar cualquier barrera para alcanzar sus objetivos, produce esto violencia? Dicho de otro modo, la intuicin a la base de este interrogante es que la anomia, ms que la guerra, es la enfermedad fundamental de la sociedad colombiana.

    Aunque en la construccin de la tipologa de anmicos y no-anmicos no intervinieron preguntas sobre violencia, en el formulario general s las habamos introducido. De este modo, una vez clasificamos a los jvenes en trminos de convivencia, es decir, segn su capacidad para celebrar acuerdos y su disposicin para cumplir leyes y normas sociales, comparamos esos resultados con las respuestas sobre violencia. Las preguntas sobre utilizacin y sufrimiento de violencia fueron presentadas de la siguiente manera. En primer lugar se le peda al joven que identificara el acuerdo ms importante que haba celebrado durante los ltimos meses y que lo resumiera en pocas palabras. Despus hicimos una serie de preguntas acerca del acuerdo en cuestin (ver grfico 7), por ejemplo: convers con la otra persona?, recogi suficiente informacin sobre el acuerdo?, etc. En trminos de comportamientos violentos preguntamos: sufri amenazas?, utiliz violencia?, usaron violencia contra usted? As, 4% de los jvenes no-anmicos dijeron que en el ltimo acuerdo haban sufrido violencia fsica y entre los anmicos la proporcin subi a 22%. Por otra parte, cerca del 20% de los anmicos dijo haber recibido amenazas de violencia fsica frente a un 6% de no-anmicos que afirm lo mismo. 20% de los anmicos dijo haber amenazado al otro con utilizar violencia fsica frente a un 4% de jvenes no-anmicos. Finalmente, en cuanto a utilizar violencia fsica, 3% de los no-anmicos admiti haberlo hecho, mientras que en los anmicos la proporcin subi a 18%. Esto muestra, hasta cierto punto, que la anomia predice violencia; en pocas palabras, los jvenes con tendencia a la anomia tienen mayor probabilidad de sufrir y ejercer violencia.

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    Siguiendo con el tema de la violencia, se le pidi a los jvenes que recordaran el problema ms grave que haban tenido en los ltimos meses, y despus, al igual que en el caso anterior, que respondieran una serie de preguntas sobre lo que haba ocurrido all: busc usted la ayuda de terceros?, fue importante la comunicacin?, fue importante el lado emotivo?, etc. En las respuestas sobre lo que haba sucedido en el transcurso del problema quisiera destacar lo siguiente. 12% de los jvenes no-anmicos dijeron haber sufrido violencia fsica y dentro de los anmicos un 30% afirm lo mismo. Cerca del 30% de los anmicos dijo haber recibido amenazas fsicas frente a un 18% de no-anmicos. 4% de los jvenes no-anmicos dijo haber amenazado a los familiares de la otra persona involucrada en el problema y entre los anmicos 23% dio esta respuesta.

    Grfico 7 En el acuerdo ms importante que ha celebrdo en los ltimos meses...

    0% 5% 10% 15% 20% 25%

    Hubo violencia fsica contra Ud.

    Hubo amenaza de violencia fsica contra Ud.

    Ud. amenaz con usar violencia fsica

    Ud. us violencia fsica

    Jvenes con tendencia a la anomia Promedio jvenes no-anmicos

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    En resumen, tomando las clasificaciones de no-violentos, violentos en problemas y violentos en acuerdos y cruzando esos resultados con los grupos de cumplidos, cuasi-cumplidos y anmicos, se observa lo siguiente. Con respecto al grupo de cumplidos, 80% son no-violentos, 15% son violentos en problemas y 5% son violentos en acuerdos. Dentro del grupo de anmicos, 36% son no-violentos, 37% son violentos en problemas y 27% son violentos en acuerdos. Los cuasi-cumplidos se concentran en no-violentos con 74%, 19% son violentos en problemas y 7% son violentos en acuerdos.

    Conclusin Los grandes acuerdos de paz del siglo XX, como suger al comienzo de esta exposicin, consistieron bsicamente en el restablecimiento del imperio de la ley. La sociedad regresaba en su conjunto a la Constitucin, al orden democrtico reconocido, y estos acuerdos slo en parte fueron similares a los que hacen los jvenes. Posiblemente algunos fueron frgiles ante el incumplimiento y algunos necesitaron reparaciones. El principal reto, de acuerdo a la manera en que he interpretado los resultados de la investigacin en convivencia, es encontrar mecanismos de seguimiento para enfrentar el incumplimiento y desarrollar la capacidad de reparar acuerdos.

    Los acuerdos en general respetaron la Constitucin, la reforma constitucional del 91 y probablemente la modernizacin cultural. La hiptesis, en este contexto, es que se consolid una visin ms contractualista de la Constitucin y de la ley, segn la cual stas son comprendidas

    Grfico 8 En el problema ms grave que tuvo en los ltimos meses...

    0% 5% 10% 15% 20% 25% 30%

    Hubo violencia fsica contra usted

    Hubo amenaza de violencia fsica contrausted

    Ud. us violencia fsica

    Ud. hizo amenazas contra familiares delotro

    Ud. hizo amenazas contra los bienes delotro

    Hubo amenazas contra sus bienes

    Hubo amenazas contra su familia

    Jvenes con tendencia a la anomia Promedio jvenes no-anmicos

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    como acuerdos que hace la sociedad. En la actualidad es incluso comn hablar que la Constitucin como una autoligadura que hace Pedro cuando est sobrio para Pedro cuando est borracho. En pocas de relativa tranquilidad y convivencia, se fijan las normas para momentos en los cuales podramos estar sometidos a grandes diferencias o tensiones.

    Por otra parte, y frente al posible incumplimiento en acuerdos y la adopcin de una actitud anmica por parte de los actores del conflicto, la entrada en vigencia del Estatuto de Roma y la creacin de la Corte Penal Internacional ayudar a limitar el pactismo sin regla. Anteriormente mencion lo difcil que es transitar del imaginario del borrn y cuenta nueva al nuevo imaginario de una instancia de justicia no negociable y de la cual es imposible sustraerse. Algunos cientficos sociales trabajan sobre este tema como un problema de justicia de transicin. Este es un tema de gran importancia para muchas personas; el perdn anticipado y el pactismo sin regla son especialmente desmoralizadores para las vctimas de la violencia.

    Finalmente, los que hicieron la guerra por lo general comprendan y asuman las consecuencias de la anomia, luchaban parte del proceso del acuerdo. Parte de la voluntad compartida, precisamente, era contener la anomia, comprendiendo sus pavorosas consecuencias. Cabra pensar que todas estas guerras cuya historia van a analizar ustedes en esta jornada fueron bsicamente guerras entre cuasi-cumplidos Lo ser la actual?