miguel Ángel rodríguez guízar artículo..doc
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Enrique González Calvillo, socio del Despacho González, Calvillo y
Forastieri, S.C, aborda de manera sencilla y práctica en su artículo “La Mediación
en México” la problemática que representa la impartición de justicia en este país
como un tema relevante. Expone que no es concebible que una sociedad que
progresa y que un país que avanza y está a la vanguardia, tenga una impartición
de justicia tan pobre y olvidada, llena de incertidumbre y desconfianza. Así
mismo, aun cuando se tiene la confirmación de que esta dificultad se resuelva
para el beneficio futuro de nuevas generaciones, la sociedad tiene en sus manos
la oportunidad de construir nuevas alternativas para resolver controversias
cualesquiera que estas sean. En un mundo moderno y en pleno siglo veintiuno la
impartición de justicia ya no debe de distraerse resolviendo controversias en los
tribunales, es por lo tanto, una exigencia que la misma tiene para tener acceso a
métodos eficaces, eficientes y asertivos que permitan resolverlos. Por eso, en
nuestro país se debe de concebir la mediación (Calvillo, 2000) como una
alternativa, entendida como un método auto compositivo, sistemático y funcional
que permita la resolución no jurisdiccional de cualesquier tipo legal, que a
diferencia del arbitraje, éste evita la confrontación como suele suceder y donde
una de las partes tiene que perder.
Es una preocupación y un anhelo del hombre vivir en un estado de justicia, pero
¿Qué es la justicia? ¿Cómo es que se define ésta? ¿Quién lo dice? y ¿Por qué lo
dice? González Clavillo en su artículo menciona la figura de Ulpiano, jurista clásico
muerto en 244 d.C por la guardia pretoriana; “Justicia es la virtud de dar a cada
uno lo que le pertenece, la voluntad de darle a cada quien lo suyo” por otro lado, el
diccionario de Psicología (Warren, 1974) dice que justicia “es cuando se brinda
cierto castigo o recompensa a un individuo como compensación adecuada e igual
por los resultados de su propia conducta respecto a otro”. Retomando lo que
González Calvillo propone y analiza, sobre todo, cuestionando a Ulpiano de esta
manera: ¿Qué es lo “suyo”? y ¿Qué es lo que le pertenece a cada quien? Para
dar contestación a éstas, González expone que el hombre construyó e ideó los
tribunales creando, a la vez, la figura del juez al cual dotó de poder para impartir
justicia y así saber qué es lo justo, lo suyo de cada quién. Empero, al paso del
tiempo los hombres se percataron que ésta no solo era perfectible, se vieron los
inconvenientes del litigio como una forma de reordenar la convivencia y resolver
las diferencias.