mi pequeño y sucio secreto - h.j. pilgrim

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Si tuvieras que elegir entre el amor y la fama, ¿qué elegirías?Bienvenida a la historia de Mariela Graciano, vedette del mundo del show argentino. Recorre en las páginas de este libro su meteórica carrera hacia la gloria, hasta que Fabian, un anónimo personaje, aparece en su vida y le da el amor que siempre estuvo buscando.Un romance prohibido, que puede terminar con su carrera de artista, la pone en el punto de mira de su representante y los empresarios más importantes del medio, quienes no dudarán en destruirla si no vende su cuerpo y su alma por una lucrativa fama.Amor, crímenes y mentiras se encuentran en un libro que cambiará tu forma de ver la televisión.

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Page 3: Mi Pequeño Y Sucio Secreto - H.J. Pilgrim

MI PEQUEÑO Y SUCIO SECRETO

H.J. Pilgrim

Page 4: Mi Pequeño Y Sucio Secreto - H.J. Pilgrim

Diseño de la Portada: H.J. Pilgrim

Imagen por cortesía de sxc.hu

Primera Edición con este formato: Marzo, 2013

©2011, 2012 H.J. Pilgrim

Esta obra es distribuida en las tiendas Kindle de Amazon; por lo tanto queda

prohibida la venta y reproducción total o partcial de la misma bajo denuncia a la(s)

persona(s) y/o entidad(es) que violara(n) esta norma sin la autorización previa y por

escrito del titular del copyright.

Page 5: Mi Pequeño Y Sucio Secreto - H.J. Pilgrim

Índice

Nota del Autor

Agradecimientos

Capítulo 1

Capítulo 2

Capítulo 3

Otros títulos del autor

Sobre el autor

Page 6: Mi Pequeño Y Sucio Secreto - H.J. Pilgrim

Nota del Autor

Se avisa al lector que todo lo que va a leer a continuación es

una obra puramente ficticia. El parecido con cualquier persona,

grupo o programa radial o televisivo será una sorprendente

coincidencia.

Page 7: Mi Pequeño Y Sucio Secreto - H.J. Pilgrim

Agradecimientos

Este es el segundo libro que tengo la suerte de editar en Kindle y es

uno con los que más expectativas tengo. Y no es para menos. Han

sido más de cinco mil lecturas en Scribd (calculo más de seis mil

sumando a los blogs que tengo en megustaescribir.com de Random

House Mondadori) que me han empujado a arriesgarme con una

novela romántica que ha cautivado a mucha gente.

Es de momento la única incursión por mi parte en la literatura

romántica que exige otro tratamiento a la historia y a los protagonistas

de ella. No fue fácil, pero tengo a mucha gente a mi alrededor que me

ha servido de inspiración, de apoyo y de ánimo para que Mi pequeño

y sucio secreto sea algo más que otro “libro de amor”.

De nuevo, tomo prestado los nombres y apellidos de muchos

compañeros de trabajo que hacen que el mundo de mis libros parezca

más cercano (aunque obviamente, los caracteres y aspecto físico no

tienen por qué coincidir). Es mi homenaje a ellos, por ser gente

increíble con quien comparto muchas horas y convierten las duras

jornadas en risas y alcohol after office. Os nombre a todos en La

carpeta negra y me tomo el espacio para nombraros de nuevo (y

añado a nuevos compañeros en exclusiva para este libro): Evelyn

Grande, Déborah Servé, Hugo Meza, Maru Rodríguez, Luciana Costa,

Facundo Borda, Santi Moreira, Germán Ríos, Manuel Álvarez, Nico

Giorgianni, Leo Pastorelli, Hernán Hevia, JP Carro, Bruno Angioni,

Christian Macri, Gastón Lauriti, Gerardo Ruggero, Pablo Alleruzzo,

Ezequiel Schlosser, Gonza Vilte, Marcelo Gómez, Gustavo Saenz

Hintze, Ramiro Mata, Fede Horgan, Germán Abraira, Ale Frutos,

Romina Catalá, Javi Lázaro Burgueño, María Vargas, Jorge Herrero,

Mauro Luna, Germán Beltrán, Raúl Valdez, Diego Dora, Juan Manuel

Ferrara. Espero no haberme olvidado de ninguno. Y si lo hice,

esperad a la siguiente revisión.

Page 8: Mi Pequeño Y Sucio Secreto - H.J. Pilgrim

Mi familia (¡cómo no!) siempre a mi lado, siempre apoyándome y

siempre invirtiendo en quien los dejó a trece mil kilómetros de

distancia. Elisa, mi futura abogada; Laura, sigue siendo mi estilista;

Javi, mi nuevo hermano (lo mejor para Laura y para ti); Enrique, mi

padre, cuyo ejemplo me inspira a perseverar y seguir mejorando; Mari

Carmen, mi madre, sigues siendo incomparable.

No puedo olvidarme de mi familia argentina. Hemos vivido

buenos y malos tiempos. Pero seguimos juntos, fuertes y luchando

contra los elementos. Patri, Adri, Joaquín y Franco. Una pequeña

familia, unas grandes personas.

Mi amor, no podría no agradecerte a ti este libro. Es por medio de

ti que esta historia nació (y muchas otras por venir aun). Sería

imposible imaginar una vida que no hubiera sido contigo, pues entre

tantas cosas que perdería, no tendría a este libro, del que estoy muy

orgulloso. Cel este libro es para ti. Los sueños se cumplen. Hay que

luchar y llorar. Pero se cumplen.

Agradezco también a todos los integrantes del mundo del

espectáculo de Argentina. Presentadores, panelistas, periodistas,

vedettes, modelos, actores y actrices, bailarines, estudiantes de las

artes y ciencias cinematográficas. Habéis servido de mucha

inspiración para este libro. A una de ellas en especial (os desafío a

adivinar quién es y mandarme su nombre por mail).

Por último, pero no por ello menos importante. Le agradezco a

usted que haya invertido con este libro. Espero que pueda

emocionarse con una historia hermosa, distinta, pero que bien podría

ser verdadera. Incluso, podría ser la suya.

Page 9: Mi Pequeño Y Sucio Secreto - H.J. Pilgrim

Para Cel, mi amor eterno.

Page 10: Mi Pequeño Y Sucio Secreto - H.J. Pilgrim

Capítulo 1

Maru Graciano @marielagraciano

Ahora en comunicación telefónica con @vidalMatt en #BailadMalditos. Lo

tengo muy claro: #hagoloquequiero.

27 Retweets – 4:05 PM – 7 Nov via Twitter iPhone

La televisión estaba encendida y atraía la atención de todos los

miembros de la familia, salvo uno. Era la hora de Bailad Malditos, el

famoso programa que hacía delicias de todos los malentendidos y

peleas que se sucedían en el mundo del espectáculo. No era en vano

que se hiciera dueño del rating de su franja horaria todos los días de

la semana. El record había quedado establecido en un envidiable

treinta por ciento.

Su presentador, Matías Vidal, era conocido en ciertos círculos

como un hombre sin escrúpulos. Algunos afirmaban que tenía la

habilidad de exprimir a sus invitados de tal forma que no quedaba

secreto que no pudiera ser desvelado. A Vidal ese tipo de cosas no le

importaban. Era uno de los reyes de la televisión argentina con una

posición de poder que muchos querrían. Hoy se presentaba con su

peculiar estilo casual, en el que jeans, zapatillas de deporte,

camisetas, corbatas y chaquetas de primeras marcas se mezclaban

dándole un aspecto, a veces, ridículo.

Fabián Fields, ni era uno de sus seguidores ni de sus detractores.

Simplemente se enorgullecía de ignorar su existencia y el de su

programa. En ese mismo instante, estaba sentado frente al escritorio

de su dormitorio con un libro en sus manos. Era el único que no

encontraba divertidas las desgracias de gente que no habría sido

famosa de no haber regalado su cuerpo y su alma. Es más, detestaba

la televisión y amaba el cine y la literatura. Su deseo era terminar sus

Page 11: Mi Pequeño Y Sucio Secreto - H.J. Pilgrim

estudios como director cinematográfico y poder aportar su granito de

arena en el mundo del séptimo arte, que aún grandes obras tenía por

adaptar.

Pero no podía leer tranquilo. El volumen estaba a un nivel fuera

de lo normal. Hasta los vecinos, dos pisos más abajo de su

departamento, podrían escuchar el programa. Era imposible hacer otra

cosa entre las cuatro y seis de la tarde que no fuera ver aquella infame

transmisión.

Se levantó dispuesto a quejarse por enésima vez que, como todas

las anteriores, caería en saco roto.

—¡Por favor! —intentó elevar la voz por encima del sonido

televisivo—. ¡No puedo estudiar con todo ese escándalo!

—No molestes, Fabi. Recién están hablando de Mariela Graciano.

Salió en pelotas en una revista y su novio está super enfada…

—Sil, ya eres lo bastante grande como para seguir viendo esta

basura —interrumpió a su hermana Silvina—. Por cosas como estas,

este país está como está.

—Nene, tendremos que divertirnos un poco, ¿te parece?

Esta vez había sido su madre Delfina quién había intervenido.

Quién la viera diría que era una señora de aspecto regio. Casi nunca

era posible encontrarla desarreglada, ni aún en casa, lo que hacía más

cómica la escena de verla entregada a las intrincadas historias de la

farándula.

—Una peli, una serie, un programa sano… Menos esto, hay

trescientas millones de formas de divertirse antes que ver una puta en

la tele.

—¡Fabián! ¡No me gusta que hables de esa forma!

—Está bien, mamá. Eres todo un ejemplo de incongruencia. Me

pides que hable bien mientras consientes que tu hija crea que de la

única forma de hacerse un lugar en el mundo del arte es enseñando las

tetas.

—¡No me hagas repetirme!

—Por favor, bajad la tel…

Page 12: Mi Pequeño Y Sucio Secreto - H.J. Pilgrim

En ese momento, la famosa Mariela apareció en la pantalla. Era

una joven que no tendría mucho más de veinticinco años, pelo negro,

piel bronceada y de ojos grandes ligeramente rasgados de color

castaño. Era muy hermosa, además tenía un toque exótico que le

confería un aura salvaje.

—… ba… bajad la televisión… Un poco —pidió mientras salía de

su ensoñación.

—¡Te gustó, desgraciado! ¡Después dices que no te interesa!

—Cállate un poquito, nena. ¡Qué pesada!

Mientras regresaba a su habitación, no pudo evitar rememorar el

rostro sonriente de la Graciano. Su hermana había tenido razón en un

punto. Le había gustado, pero eso no significaba que aprobara lo que

hacía. Era una pena llegar a ese punto para ser conocida.

Estaba llegando tarde a la primera clase del día. Se maldijo por querer

terminar de ver El Secreto de sus Ojos antes de dormir. Mientras la

disfrutaba e imaginaba las tareas que Campanella había llevado a

cabo, no se había percatado que eran más de las tres de la mañana.

Las clases empezaban a las nueve y él ni siquiera se había puesto el

pijama.

Durante su corto descanso, tuvo un sueño en el que él era un

famoso director y estaba haciendo un casting para el papel femenino

de una de las grandes novelas del duo Douglas Preston y Lincoln

Child. Nunca recordaría las caras de todas las mujeres que se

presentaron, pero cuando se despertó, tuvo la sensación de que había

una joven de piel morena entre ellas que sí creyó conocer. No. No

podría ser ella.

Salió del departamento a toda velocidad sin desayunar. No había

sido capaz de levantarse a la hora conveniente y ahora se enfrentaba

con el estrés del viaje a la facultad. Tenía que cruzar todo el

microcentro de la ciudad por medio del metro (porque intentarlo en

autobús era un suicidio). Se desesperó cuando salía de la estación

Bulnes y su reloj marcaba las nueve y media.

Page 13: Mi Pequeño Y Sucio Secreto - H.J. Pilgrim

—¡Joder! —exclamó mientras se disponía a correr a toda

velocidad. Quería llegar aunque fuera a tiempo para la segunda hora

de la materia.

Encontró un revuelo de gente a pocos metros de la salida. En un

primer momento, pensó en algún tipo de accidente o incluso un robo.

Se quedó a una distancia prudencial y descubrió que no se trataba de

nada grave. Una nube de fotógrafos acosaba a dios sabe quién.

¿Alguna estrella de cine, quizás? En un momento dado, uno de ellos

se apartó y por un segundo Fabián vio que la persona atosigada no era

otra que la famosa Mariela Graciano.

Parado como una estatua, la contempló embelesado, mientras que

la gente que entraba o salía de la boca del metro lo empujaba sin

contemplaciones. Tenía una figura hermosa. Unos pechos de talla

noventa y cinco o cien (seguramente silicona, como era costumbre en

el medio) y una silueta de pronunciadas e hipnóticas curvas. Su voz,

ligeramente nasal, era aún audible desde donde él estaba.

—¡… dije lo que tenía que decir! ¡Si quise salir desnuda en

Desires es mi problema!

Se apenó por ella. En lo más hondo de su corazón sentía lástima

para con las mujeres que no les importaban vender su cuerpo (lo más

sagrado que tenían) por una fama que lo único que conseguía era

destruirlas y corromperlas como personas.

Mariela se alejó de la nube y marchó en su dirección. Fabián

sintió como se encendía su cuerpo al verla avanzar hacia él. La

cadencia de sus movimientos estaba calculada para resultar

arrebatadora a aquellos que la miraran. Sus ojos se encontraron por

unas fracciones de segundo y cuando ella pasaba a su lado, Fabián

susurró unas palabras no tan bajo como hubiera querido.

—No te mereces eso.

—¿Cómo? —preguntó Mariela—. ¿Qué dijiste?

Sorprendido por encontrarse hablando con ella, Fabián se sonrojó

y por medio de balbuceos le respondió.

—Que… que no te mereces… eso.

Page 14: Mi Pequeño Y Sucio Secreto - H.J. Pilgrim

—¡He trabajado muy duro para llegar hasta aquí! ¿Cómo te

atreves a decirme eso?

—Cre… creo que me malinterpretaste. No me refería a que no

hayas tra… trabajado duro para conseguir todo lo que tienes… Sino

que te mereces mucho más que aparecer de… desnuda en revistas y

programas... La gente sólo ve en ti a una persona que… que poco

tendrá que ver con la que eres en realidad.

Las palabras de Fabián desconcertaron a Mariela. No estaba

acostumbrada a un trato como aquel por parte de nadie. Había quienes

la criticaban, la alababan y le hacían la rosca, para su conveniencia.

Al fin y al cabo, el lugar que ocupaba en el medio, había sido por

medio de peleas y un poco de talento artístico. Esa misma estrategia

usaban casi todas las aspirantes a vedette.

De cualquier forma, nunca nadie le había dicho si merecía una

vida mejor. No. Jamás. Todos la habían animado a seguir trabajando

duro, porque conseguiría llegar alto. O que realmente se había ganado

su sitio con justicia. Pero aquel desconocido, no se refería a eso. Él

parecía preocupado por el hecho de verla atrapada en una espiral de

escándalos y éxitos. ¿Cómo alguien como él podría haberse dado

cuenta de algo así? ¿De ver a través de ella de la forma que nadie lo

había hecho?

—Gracias… —agradeció emocionada e invitándole a presentarse.

—Fabián. Me llamo Fabián Fields.

—Gracias Fabián. Creo que nadie me habló como tú lo hiciste.

Aunque no te lo creas, tus palabras me hacen muy feliz.

Iba a proseguir su camino cuando se giró hacia él. Abrió su bolso,

arrancó una hoja de papel de una libretita, escribió algo y se la tendió.

—Estos días voy a estar un tanto ocupada, entre ensayos y

eventos. Pero, podemos quedar para salir el domingo. Necesito estar

con alguien como tú.

Su expresión debió de ser de una sorpresa tal como si se

apareciera Godzilla paseando en ropa de baño por Capital, porque

repentinamente Mariela contuvo una sonora risa. Le tiró un beso y se

perdió por las calles de Palermo.

Page 15: Mi Pequeño Y Sucio Secreto - H.J. Pilgrim

Sin dar crédito a lo que había pasado, Fabián miró el trozo de

papel con el número de teléfono manuscrito. Debía de tratarse de un

sueño, una ilusión muy real. Tan real que lo había confundido. Era

imposible que una chica del mundo del espectáculo quisiera tener una

cita con él, un don nadie. Pero entre sus dedos tenía la prueba

irrefutable de que no había sido producto de su imaginación.

Retomó su camino al Instituto de Comunicación Audiovisual de

Buenos Aires sabiendo que ese día estaba perdido. No habría fuerza

en el mundo que le permitiera concentrarse.

Fue entonces que mientras caminaba, se encontró en un kiosco

con una revista que tenía una foto de ella vestida de traje de noche

para la gran gala de los Premios Antorcha Espectáculos del fin de

semana pasado. Al lado, estaba la infame revista Desires que la

mostraba desnuda de cintura para arriba. Inmediatamente apartó la

mirada y se maldijo por contemplarla.

Seguidamente, sacó su móvil le hizo una foto a la portada de la

gala. Se prometió que si realmente salían el domingo, le pediría una

foto de ella.

—¿Qué diablos ha pasado hoy? —se preguntó mientras trataba de

asimilar los recientes acontecimientos.

Volvió a mirar el reloj. Iba a llegar tarde a la siguiente clase.

Corrió acompañado por la hermosa sonrisa de Mariela Graciano.

Page 16: Mi Pequeño Y Sucio Secreto - H.J. Pilgrim

Capítulo 2

Maru Graciano @marielagraciano

Visito a @vidalMatt en #BailadMalditos. Volvemos al tema @DesiresMag:

ley de la oferta y la demanda. Sorry al que no le guste…

11 Retweets – 3:48 PM – 8 Nov via Twitter for iPhone

Matías Vidal @vidalMatt

Te espero @marielagraciano. Hoy tenemos un programa muy revelador!!

In reply to Mariela Graciano

304 Retweets – 3:49 PM – 8 Nov via Twitter for BlackBerry

El pasillo de los estudios de Tele Sur se hacían eternos a su caminar.

Por sus blancas paredes veía imágenes promocionales de los distintos

programas que se emitían así como de sus presentadores. La mayoría

de los carteles correspondía a Bailad Malditos y a él. Era un pionero

que había cambiado la televisión argentina. ¡Una jodida superestrella!

Doce años habían pasado desde su llegada al canal. Aún recordaba

la reunión con los ejecutivos en donde había propuesto realizar un

programa que pudiera cubrir todas las noticias relacionadas al mundo

del espectáculo nacional. Acercar las estrellas al pueblo, había sido su

lema.

La negociación no fue coser y cantar, pero consiguió ver la

primera emisión de su proyecto en la primavera del noventa y ocho.

Alcanzó un buen diez por ciento de rating. Todo un record para la

cadena que no pasaba por muy buenos momentos. A pesar de ser un

programa nuevo con un presentador casi novel, se ganó un hueco en

las grillas y en los salones de muchos hogares en Argentina.

Con el paso de los años, cayó en la cuenta que las noticias que

más llamaban la atención eran las que revelaban turbios secretos y

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escandalosas relaciones amorosas. Fue cuando el programa dio un

vuelco. Mujeres y hombres, que en otras condiciones habrían quedado

relegados al anonimato, se paseaban por los platós con toda la

insolencia de una estrella consumada. Matías Vidal sabía que él había

sido quién había propiciado algo así. Todos esos famosos de cuarta le

debían su “fama” a él.

Había mujeres tan desesperadas por conseguir la notoriedad, que

para entrar en ese sórdido mundo, habían entregado mucho. Y tanta

entrega y pasión quedaría por siempre grabado en su retina. Había

hecho lo que había querido con ellas. Absolutamente todo.

También era memorable el día, hacía cinco años atrás, en el que se

encontró con Alfredo Salucci, otro conocido presentador de

programas de humor que decidió cambiar de categoría, hacia un

espectáculo más desenfadado y popular. Comenzaría con una serie de

concursos en los que se encargaría de usar a esos “famosillos” para

enfrentarlos y, en la medida de lo posible, dejar a esas públicas

mujeres con poca ropa regalando poses de alto contenido erótico.

Batalla de Estrellas fue como un regalo del cielo para Matías. Entre

los dos cerraron un negocio tremendo que los enriqueció más aún.

Los programas nunca competirían directamente en horario a pesar

que cada uno pertenecía a un canal distinto. Los problemas que iba

creando Salucci, Vidal los deformaba hasta que nadie en todo el país

(y las naciones limítrofes) hablada de otra cosa que no fuera Bailad

Malditos o Batalla de Estrellas.

—¡Qué estúpidos que son todos! —exclamó mientras llegaba al

plató.

Era lo único que podía decir cada vez que pensaba en sus

“estrellas” y sus televidentes. Había creado escuela. Muchos

programas surgieron tras él tratando de imitar sin éxito su misma

fórmula. Vidal sólo hay uno, solía decirse.

Hoy tenía que sacarle más jugo a la pelea entre Mariela Graciano

y su novio Federico López, otro payaso más nacido de una relación

con Karina Perko (una veterana actriz que se aún se creía que tenía

veinte años). Mariela era una preciosa modelo, que también pasó por

Page 18: Mi Pequeño Y Sucio Secreto - H.J. Pilgrim

su cama cuando no era nadie para que su cuota de pantalla creciera.

Reacia en un primer momento, se entregó (como otras tantas) a sus

peticiones.

Las fotos en Desires, habían sido el polémico detonante de varias

comunicaciones telefónicas en días previos. Pero ahora tenía un

motivo para hacerla ir al estudio. No sabía si la dejaría hablar o tiraría

la bomba que guardaba. Él tenía el poder de decidir sobre el futuro de

la relación. No tenía mucho tiempo para pensar. Mariela le gustaba,

todo lo contrario de López. ¿Qué debería de hacer?

Él era uno de los personajes más influyentes de Argentina, muy

por encima de políticos de primera línea. Más poderoso que muchos

representantes artísticos. Estaba seguro, que el día que muriera,

superaría toda la desolación que una vez había provocado el gran

Rodrigo.

Y, tras su frío raciocinio, su aspecto físico era su activo más

importante. Abundante melena rubia sobre los hombros, ojos azules,

piel blanca levemente bronceada y tres horas diarias de gimnasio que

mantenían un cuerpo de cuarenta y tantos años. Parecía un maduro

galán de telenovelas más que un presentador. Sí. Su apariencia era lo

que también le había ganado un puesto en todos los hogares de

innumerables mujeres insatisfechas y chismosas.

—A la cuenta de diez empezamos, Matías —le indicó la

coordinadora del programa.

La cortinilla musical dio el inicio y, a diferencia de la gran

mayoría de presentadores, él se encontraba en su asiento evitando

hacer la estúpida (a su parecer) entrada en el plató. A él no le hacían

falta esas payasadas.

—Buenas tardes —comenzó elevando ligeramente su voz

rasgada—. Podría empezar hoy hablando de muchos asuntos de gran

importancia, que obviamente discutiremos en breve. Pero, primero,

quiero aprovechar este momento, para hacer un llamamiento público

para pedir al oficialismo un cambio.

Numerosos grupos políticos habían visto el gran poder de

convicción que tenía Vidal. Por eso, eran muchos los que trataban de

Page 19: Mi Pequeño Y Sucio Secreto - H.J. Pilgrim

congraciarse con él y para ello donaban importantes sumas de dinero

a su productora, siempre que se interesara en comunicar ciertos

pensamientos. Oficialistas u opositores, todos habían pasado por caja,

sin excepción.

—Todos hemos sido testigos de los brutales crímenes que se han

sucedido últimamente en las distintas localidades de Argentina. La

policía hace todo lo posible hasta que recibe un freno político que los

deja inútil frente a la creciente ola de inseguridad. Asesinatos, robos,

secuestros, violaciones… son el pan nuestro de cada día. Por eso, pido

ahora, que nos unamos todos, como argentinos que somos, y gritemos

en contra de la violencia, en contra de la barbarie criminal y en contra

del miedo que es usado como arma política para gobernar y

perpetuarse en un poder que sólo beneficia a unos pocos. Basta ya.

Tomó un trago de agua fría mientras colaboradores y el staff

técnico aplaudían tras su arenga.

—Ahora, volvamos a algo, también triste, pero en otro orden de

cosas. ¡Quiero un aplauso para la diosa Mariela Graciano!

Una salva de nuevos aplausos nació mientras el animador del

programa se deleitaba en cumplidos con la joven vedette que apareció

desfilando. Una vez hubo saludado a Vidal se sentó a su diestra.

—Mariela, ¿cómo estás? —por lo general, le gustaba hacer las

preguntas justas. Sus invitados se encargarían de explayarse.

—Sinceramente, no muy bien. La verdad no me esperaba esa mala

reacción de Fede. Él sabía de antemano que iba a hacerme esas fotos

para la revista y nunca se quejó. Además, aparecí en otras

publicaciones, no desnuda, pero con lencería y… la verdad… qué se

yo… No le veo ni pies ni cabeza —explicó con tono afectado.

—Es curiosamente extraño. Supongo que te preguntarás que habrá

motivado ese cambio de parecer.

—Tengo algunas ideas, pero la verdad no me agradan.

Sí. Lo iba a hacer. El as de su manga pedía salir a gritos.

—¿Y si te dijera que tengo la explicación a ese repentino cambio

de parecer? —la pregunta, totalmente retórica, tuvo como respuesta

un movimiento de hombros por parte de Mariela (quién se esperaba lo

Page 20: Mi Pequeño Y Sucio Secreto - H.J. Pilgrim

peor) animándole a continuar—. Tengo un video que puede demostrar

el porqué de todo.

A continuación, en pantalla completa se vio una grabación hecha

por un equipo de reporteros del programa donde se veía a Federico

con Jimena Biermann (otra conocida vedette del ambiente) en una

actitud un tanto cariñosa. Biermann era una rubia de poco más de

metro sesenta, de piel blanca y ojos azules. Ésta había empezado una

carrera como modelo para Jason Laporte y había ido ganando fama

con pequeños escándalos (¡cómo si no!).

Cuando el video terminó, Mariela se encontraba con los ojos

húmedos como si estuviera a punto de llorar. Eso vendía mucho y

Matías lo sabía.

—¿De… de cuándo son estas imágenes? —preguntó sorprendida.

—Del sábado pasado. Mientras estabas preparándote para Batalla

de Estrellas, él estaba yendo a un bar de Recoleta con Jimena.

El resto del programa fue lo que Vidal quería. Mariela entre

lágrimas imprecando a Fede y a Jimena. Puta, fue la palabra más baja

que se escuchó.

Entró una llamada del aludido diciendo que se había sacado de

contexto esas imágenes. Él se había encontrado con Jimena atribulada

por un pequeño problema, en el que tal vez él podría ayudarla. La

explicación no era para nada creíble. También decía que no había por

qué retirar la atención de las fotos que era eso lo que realmente le

había disgustado.

—¿Tan tonta te crees que soy? Esa mierda ni te la crees ni tú.

¡Quisiera ver cuánto vas a tardar en salir con esa sucia una vez que

hayamos cortado!

La pelea duró unos minutos más hasta que Graciano finalmente

cortó la relación con López en directo. Matías creía que estaba en un

sueño, era el clímax para el programa de hoy. Probablemente el mejor

de la semana. Otra pareja más que rompía en su plató. Se le avisó por

el audífono desde producción que habían llegado al veintidós por

ciento de rating.

“¡Como me encanta este país!”, pensó satisfecho.

Page 21: Mi Pequeño Y Sucio Secreto - H.J. Pilgrim

Capítulo 3

Maru Graciano @marielagraciano

Necesito despejarme. No puedo creer que ese idiota me hiciera eso! Siempre

fue y será un pajero picaflor que se va con cualquiera!

43 Retweets – 11:57 PM – 6 Nov via Twitter for iPhone

Jimena Biermann @jimebiermann

Hay algunas que se hacen las dolidas y las recatadas, pero son más guaras

que las gallinas #falsa

2 Retweets – 12:07 AM – 7 Nov via Twitter for Android

Por fin llegó el domingo. Había contemplado el paso de los días

preguntándose qué le depararía esa tarde. Se sentía muy intrigado por

la cita con Mariela. Estaba muy interesado en encontrarse con ella y

conocerla más. La vedette tenía algo que lo atraía como una mosca a

la miel.

Inconscientemente, había pensado en ella con cierta frecuencia.

La imagen en su teléfono se había convertido en una buena compañía.

Hizo el intento de borrarla un par de veces porque resultaba bastante

cómico. No obstante, no pudo derrotar a esa bella sonrisa.

—¡No sé en qué estás pensando! —dijo para sí mientras se

obligaba a dejar de soñar despierto.

Él era un joven celoso. Había compartido varias relaciones que no

habían salido muy bien. La última, con una chica que tenía unos

comportamientos demasiado efusivos con sus amigos. Más de una vez

los había abrazado, besado casi en la boca y agarrado de la mano de

formas que le hacían hervir la sangre a Fabián.

En el barrio de la mina se decía que la chica había pasado por

varias camas siendo o no novia de él. Y la gota que colmó el vaso fue

Page 22: Mi Pequeño Y Sucio Secreto - H.J. Pilgrim

cuando encontró un mensaje en su celular en el que un “amigo” le

decía a ella que quería verla de nuevo, que la amaba y que dejara a

“ese maricón” (palabras textuales) que tenía por novio.

Aunque le costó dos semanas de depresión, Fabián había cortado

con ella. Al tiempo, se enteró que estaba embarazada del tipo del

mensaje. Una desgracia.

Desde entonces había sido muy cuidadoso en qué relación se

metía y con qué chica. Por eso, hacía mucho tiempo que no tenía una

cita con nadie. Todas las mujeres parecían querer lo mismo en

aquellos días. Emociones rápidas y nada más.

Irónicamente, se predisponía a llamar a una que era el máximo

exponente del tipo de mujer de la que le gustaba estar lo más alejado

posible. Aunque trataba de convencerse que en realidad no tenía más

que un mínimo interés en salir con ella, sabía que desesperaba por

verla.

—Soy un idiota importante —se dijo resignado.

Sacó el papel y vio los números escritos de su puño y letra,

gorditos y bien femeninos. Un especialista en caligrafía seguramente

descubriría infinidad de cosas con esa muestra. Fabián no obstante, en

su fuero más interno, deseaba descubrirlas todas por boca de Mariela.

Se puso muy nervioso cuando marcó el número y escuchó su voz

de la al otro lado de la línea.

—¿Sí? ¿Quién es?

—Ma… Mariela… soy Fabián… nos co… conocimos el juev…

—¡Ah, sí! Dime, ¿a dónde me vas a llevar?

Era increíble. No sólo se acordaba de él, sino que estaba dispuesta

a tener una cita. Su corazón estaba a punto de explotar.

—¿E… estás segura de que quieres salir conmigo? —dijo aún un

poco incrédulo.

—Obvio, de lo contrario no te habría dado mi número. La

pregunta es si quieres salir tú conmigo —respondió segura y con voz

juguetona como retándolo a decir que no.

—No existe respuesta negativa a esa pregunta.

Page 23: Mi Pequeño Y Sucio Secreto - H.J. Pilgrim

—Buenísimo. Nos encontramos en el Temple Bar, ¿te parece?

¿Sabes donde queda?

—Sí, sí. Fui un par de veces.

—Nos vemos allá en dos horas. Besitos.

Colgó sin darle tiempo a decirle “hasta luego”; pero, ¿qué

importaba? ¡Tenía una jodida cita con Mariela Graciano!

Todo había que reconocerlo, no era una famosa de primera línea,

pero sería desde luego la persona más famosa con la que tendría trato.

Se sentía emocionado y confundido a la vez. Se estaba comportando

como un idiota manejado por hormonas (por no decir por cierta parte

del cuerpo). Tenía que serenarse y ver las cosas tal cual eran.

Ella, era una vedette. Una hermosa mujer de cuerpo escultural que

vivía del mismo. Todo el mundo sabía que para llegar lejos, en el

panorama actual, era necesario ponerse más de una vez de rodillas;

más aún en el caso de las mujeres. La mayoría de los dueños de

canales, representantes y productores de espectáculos eran hombres.

Y para algunas jóvenes aspirantes, los castings requerían tareas

extras.

Sin querer darle más vueltas al asunto, se bañó velozmente y se

arregló elegantemente informal. Unos jeans Levi’s azul oxidado (los

mejores que tenía) y una camisa negra con un fino jersey de rayas

amplias grises y moradas serían lo suficiente para parecer una persona

decente. Se peinó su corta y morena melenita con gel, se lo echó un

poco para atrás y se lo desordenó posteriormente. Como toque final,

un poco de perfume.

Mientras salía de su habitación, se encontró con su hermana

Silvina que lo miró extrañado.

—¿A dónde vas?

—Tengo una cita —dijo orgulloso.

—¡Cómo que tienes una cita y no me avisas! ¡Mal hermano! ¿La

conozco?

—Sí —dijo lacónicamente.

—¿Lau? ¿Romi? ¿Flor? ¿Cami?

En todos los caso obtuvo negativas por parte de Fabián.

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—¡Dime con quién sales, malvado!

—Su nombre es Mariela.

—¡Me dijiste que la conocía y no conozco a ninguna Mariela!

—Tal vez tienes que pensar un poquito más hermanita, es muy

fácil. Anda a ver la tele. Lo mismo te inspira —desafió mientras

dejaba el hogar.

Poco menos de una hora después, estaba en la puerta del bar en

cuestión. Era el prototipo de taberna irlandesa moderna de pobre

iluminación, música folklórica y ríos de cerveza corriendo de mesa en

mesa.

Dado había llegado con veinte minutos de antelación, recompuso

los pasos que lo habían llevado a ese lugar. Por más vuelta que le

diera, pensaba que todo era un producto de su imaginación.

Necesitaba tenerla enfrente para terminar de creérselo.

Como buena mujer que era, Mariela llegó tarde. No mucho, pero

fueron casi diez minutos de espera adicional hasta que apareció

descendiendo de un taxi. El tiempo casi veraniego propició que

llevara una camiseta de mangas cortas de color rosa viejo ajustada con

letras plateadas que decían Superstar bajo una blusa de ese mismo

rosado color que hacía una buena combinación con unos jeans

ceñidos de color gris.

El sentimiento de que estaba en un sueño se hizo más fuerte. Era

muy hermosa. Y sus largas y bien formadas piernas… Sólo esperaba

que no se girara en ningún momento. Él tenía especial debilidad en el

buen trasero de una mujer. Sería un mentiroso si negaba que nunca

hubiera visto una foto de Mariela luciendo su buena cola.

—Dios, tú me estás castigando por algo —susurró mientras ella se

le aproximaba.

—Entremos —dijo mientras le agarró del brazo provocándole un

fuego dentro de él que se tradujo en un sonrojo que quedó oculto por

la tenue iluminación del lugar.

Pidieron un par de cervezas y una picada. Ella eligió una Guinness

mientras que él se decantó por una Franziskaner de trigo.

—Buena elección —aseveró Mariela.

Page 25: Mi Pequeño Y Sucio Secreto - H.J. Pilgrim

—¿Conoces de cervezas?

—Sí, mi amor. Mi padre siempre tuvo pasión por la cerveza.

Todos los fines de semana, se compraba una distinta marca y factura

para disfrutarla con la pizza —comentó con aire risueño.

—Tu elección también es muy buena. No hay cerveza negra como

la Guinness.

—Sé lo que me hago —se jactó guiñándole un ojo—. ¿Qué haces?

¿Estudias? ¿Trabajas? Pareces de mi edad. Veinte y poco.

—¡Para, flaca! Tantas preguntas en tan pocos segundos. Eres muy

curiosa —sin saberlo repentinamente toda su timidez había

desaparecido. Ella parecía tener la habilidad de hacerlo sentir

cómodo—. Sí, tengo veinticinco años y estudio Dirección

Cinematográfica en el ICABA. Son tres años y medio bastante

jodidos, a pesar que mucha gente no tome esa carrera en serio. Pero

puedo decir orgullosamente que estoy en el último cuatrimestre.

—¡En serio! —Fabián asintió—. ¡Buenísimo! Ya sé a quién

puedo llamar para que sea el director de mi primera película como

actriz.

—Sería todo un honor.

—¿Es una broma? Tampoco soy tan importante.

—Algo lo eres, estás casi todos los días en la tele.

—Sí, es verdad… —dijo con tono apesadumbrado. De repente

pareció avergonzarse al pensar en todo lo que Fabián podría haber

visto de ella.

—Y bueno, ¿tienes algún libro o algún personaje que te gustaría

llevar a la gran pantalla? —preguntó tratando de quitar aquella

sombra que se había posado en su rostro.

—Cualquiera de Jane Austen. Me encantan todas esas escenas

románticas llenas de fiestas y poesía. Cuando leo sus libros quisiera

estar en la piel de todas esas mujeres, luchando contra un amor a

todas luces imposible, entre la alta sociedad de la Inglaterra victoriana

—expresó Mariela entre suspiros.

Page 26: Mi Pequeño Y Sucio Secreto - H.J. Pilgrim

—“Ha sido en vano que yo luchase. Nada he conseguido con ello.

Mis sentimientos pueden más que yo. Permítame que le diga cuánta

es la admiración que me inspira y cuánto la amo”.

—¡Orgullo y prejuicio! Es lo que Darcy le confiesa a Elizabeth.

¡Es una de mis favoritas!

—Para una asignatura me la tuve que aprender casi de memoria.

Pero te juro que si le dices a alguien que te la recité, te mataré.

Ambos rieron sonoramente. El resto de la tarde transcurrió entre

preguntas sobre gustos musicales, televisivos y todas esas cuestiones

que se hacen las parejas que se acaban de conocer. Pero el malvado

tiempo hizo de las suyas para separarlos.

—La tarde pasó volando, Fabi.

—Sí, la verdad que sí —confirmó él con tristeza.

—Me lo pasé muy bien y me gustaría repetirlo otra vez.

—¿Estás segura? Mira que yo no soy del mismo tipo de gente con

la que estás acostumbrada a salir. Hasta puedo ser aburrido... y tienes

novio, ¿no?

—Es verdad lo que me decías que no mirabas la televisión.

—Y… si te dijera que sí te mentiría. No la enciendo si no es para

un documental, una buena serie o película. Eso sí, mi hermana, mi

madre y mi padre (a pesar que se haga el tonto) se tragan todos los

programas de la farándula, habidos y por haber.

—Entonces seguramente ellos sabrán que rompí con mi novio y

soy libre para estar con quién quiera —esas últimas palabras las dijo

con satisfacción y un leve toque seductor.

Aunque no tendría que esforzarse en demasía para conquistar a

Fabián. Él era un joven muy simple. Le bastaba con ver la belleza

interior de una persona para sentirse atraído por ella. Durante esa

tarde había descubierto que el aspecto frívolo y superficial de Mariela

no era más una máscara para el público. O al menos eso esperaba.

—¿Me vas a volver a invitar o no? —preguntó con un fingido

tono de desesperación.

—Tendría que tener un serio problema para no hacerlo.

—Muy bien. ¿Dónde?

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—El cine que tú quieras pero veremos una película de mi

elección.

—Me parece justo. Obvio que me invitas.

—Tú pagas las palomitas. Y si es posible, que sea durante la

semana que viene.

—¡Trato hecho! —sentenció mientras ofrecía su mano para que se

dieran un apretón; no obstante, Fabián le besó el dorso.

—No podía hacer otra cosa que no fuera saludarte como se hacía

con las bellas damas victorianas —Mariela sonrió y dejó escapar

genuina risa—. ¿Viste? No me equivoqué contigo. Eres una mujer

distinta, que se merece algo distinto.

Mariela se quedó sin palabras, con una expresión entre la sorpresa

y la indecisión. ¿Sería posible que se estuviera encontrando con un

hombre que veía algo más en ella que su físico o fama? Se sintió

desorientada por un momento hasta que reaccionó. Sacó su móvil, el

último modelo de iPhone y puso la cámara de fotos.

—Quiero guardar un recuerdo de esta cita —dijo feliz.

Apuntó el objetivo y sacó la foto.

—Hacéis buena pareja —dijo el camarero que les trajo la cuenta

segundos después.

El hombre superaba los cincuenta años y tras una breve charla se

descubrió como el dueño del local. Si había reconocido a Mariela, ni

lo dijo. Tan sólo se preocupó en contar un par de anécdotas en las que

gente famosa se había emborrachado en ese mismo bar. Los curiosos

comportamientos que habían reflejado provocaron nuevas carcajadas.

Mariela le pasó la foto a Fabián y cuando hubo llegado el taxi, se

despidió con un cálido beso en la mejilla.

Él miró el reloj y descubrió que eran las nueve de la noche.

Habían estado dentro del bar por casi tres horas hablando sin parar;

aunque, realmente, tenía la sensación de que habían pasado cinco

minutos.

No había terminado el día aún que estaba deseando encontrarse de

nuevo con ella. La había juzgado muy duramente sin conocerla.

Mariela había resultado ser una joven inteligente y muy simpática.

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Mientras viajaba en el metro de regreso, vio en una de las vallas

de publicidad una foto de ella. Escuchó a un par de adolescentes

comentando lo buena que estaba y lo que le harían si la tuvieran

delante. Se sintió afortunado y aprovechó el resto del viaje para soñar

despierto de cómo sería su vida si ella fuera su novia.

Finalmente concluyó, que había sido demasiado fácil para ella,

derribar todas esas murallas mal edificadas de prejuicios. Mariela era

una mujer muy distinta a la que todos veían.

Durante el viaje de retorno a su departamento en las proximidades del

Jardín Japonés, Mariela pudo pensar sobre el cambio de actitud que

había provocado Fabián en ella. Había un pequeño sentimiento que

estaba gritando por estabilidad y amor.

No sabía por qué, pero ese encuentro le había hecho recordar sus

años idealistas en los que creía que el duro trabajo era la autopista al

éxito. Años en los que se veía como una actriz querida, envidiada y

reverenciada por todos. Pero en ese momento, se sentía sucia por

tener que recurrir a su cuerpo para conseguir lo que le habían negado

por otros medios.

¿Y todo para qué? Su última aparición en Bailad Malditos, la

había hecho pasar uno de sus peores momentos. Había llorado de

corazón, aunque muchos creyeran que era una solemne actuación. No

era tan idiota como para enamorarse de un hombre del medio, pero sí

había creído que había encontrado a una persona que la quería tal

como era y no por el tamaño de sus tetas y su notoriedad.

Sintió un repentino vértigo. Era como si de repente su cuerpo

diera cuenta de la velocidad con la que giraba el mundo y no pudiera

aguantarlo. Demasiados sentimientos opuestos en tan poco tiempo.

Más de una mujer del ambiente le había dicho que no llegaría muy

lejos si no dejaba las emociones a un lado.

—Nuestro futuro depende de lo bien que nos veamos y, sobre

todo, lo dispuesta que estemos a abrirnos de piernas.

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Nadie confesaría el secreto a voces de ese patético mundo en el

que se prostituían por un minuto de televisión. No podía negar que,

mirando en retrospectiva, todo lo que había hecho la había convertido

en una mujer de moral y conducta muy discutibles.

Volvió a buscar la foto que se había hecho en el bar y mientras

observaba la tierna mirada de Fabián, su móvil comenzó a vibrar con

la canción de una solista estadounidense de moda. Quién la llamaba

no era otro que Federico López, su ex.

—¿Qué quieres? —no se molestó en ocultar el tono cansado y

displicente de su voz.

—Tenemos que hablar, Maru. No puede ser que mandemos a la

mierda una relación por un malentendido.

—No tengo ganas de hablar contigo. Y mucho menos de eso.

—Te estuve buscando en tu casa, ¿a dónde fuiste?

—No te importa. Perdiste todo el derecho de reclamar algo de mí

desde que preferiste estar con la Biermann antes que conmigo.

Aunque en cierta manera te lo agradezco, estoy mucho mejor así.

—Mariela, no te conviene que cortemos.

—Lo que no me conviene es estar con un pajero como tú —espetó

sin contemplaciones—. Por favor, no me vuelvas llamar nunca más.

—Te vas a arrepentir, puta.

Le cortó. Toda la calma y felicidad que tenía desapareció tras la

conversación. Estaba al borde de los nervios y con muchas ganas de

llorar. Deseó llamar a Fabián, pero no lo hizo. Sabía que él

probablemente la animaría. Parecía ese tipo de hombre galante y

servicial que tanto escaseaban en esa época. Pero se reconvino. No

quería cargarlo con sus problemas.

—Tú te metiste en ese lío y tú saldrás de él.

Cuando se hubo bañado, tirada en la cama recorrió los canales de

su LCD. Quedó impresionada al darse cuenta de la notoriedad que

había ganado en todos los programas del corazón. Era irónico que

hacía menos de una semana se habría alegrado de eso. Ahora, tan sólo

quería desaparecer y vivir otro tipo de vida.

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Era una ilusa. Se había dejado afectar demasiado por el encuentro

con Fabián. No tenía que pensar en esos cuentos de hadas o libros de

otras épocas que hacían que lo imposible, fuera una realidad.

Apagó la luz y se obligó a apartar todo pensamiento que no la

ayudara al día siguiente en Batalla de Estrellas. Todavía tenía una

posibilidad de ser actriz. Empezaría por el teatro de revista, pero

llegaría a un protagónico de una película de las que siempre había

querido participar. De esas que algún día dirigiría Fabián.

Se parte de esta historia de amor que no ha hecho más que empezar.

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y sucio secreto o accede a cualquier a de los siguientes links:

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Encuéntralo también en el resto de tiendas.

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Otros títulos del autor

La Carpeta Negra (2010). Emocionante thriller político. La Carpeta

Negra ha sido robada de una oficina del CNI encubierta. La

información que contiene es lo suficientemente sensible como para

que el gobierno español persiga y culpe a cuatro inocentes y no a la

poderosa corporación tras el suceso. Se parte de una historia que ya

sedujo a miles de lectores.

¡Buscalo en tu tienda Kindle!

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Sobre el autor

H.J. Pilgrim es un escritor nacido en Málaga (España), residiendo actualmente en Buenos Aires (Argentina). Comenzó a escribir a los

catorce años y, desde entonces, no hay momento en el que no pare de idear tramas para futuros trabajos.

En su haber tiene tres novelas terminadas: Las Crónicas del León,

La Carpeta Negra y, la más reciente, Mi Pequeño Y Sucio Secreto (ambas disponibles en las tiendas Kindle y Amazon). Actualmente se

encuentra finalizando su cuarta novela y primer libro de una trilogía de ciencia ficción, ambientada en un futuro no muy lejano.

Consultor SAP de profesión, ávido lector, amante de la fotografía

y del diseño gráfico, H.J. Pilgrim es uno de los escritores con más proyección en el mundo de la literatura de ficción.

Conéctate con él en:

Página oficial: www.hjpilgrim.com.ar

Página de Amazon: amazon.com/author/hjpilgrim

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