2008mente policiales: (i) se necesitan buenos sistemas de información para saber cuales son los...

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EDITORIAL Página 1 ENTREVISTA Robos, hurtos y asaltos: delitos altamente denunciados que carecen de acusación Santiago Trujillo Página 2 Delitos contra la propiedad: implicaciones políticas y etnográficas Xavier Andrade Página10 INTERNACIONAL Tecnologías de la información y la comunicación en la prevención del delito Blanca Armijos Página 3 TEMA CENTRAL Delitos contra la propiedad: el mayor problema de inseguridad ciudadana en el DMQ Johanna Espín M Página 4 MEDIOS Solo delitos violentos: un requisito de difusión Jenny Pontón Cevallos Página 12 COMPARANDO Página 9 POLÍTICA PÚBLICA Intervenir sobre los objetos y las organizaciones criminales Alfredo Santillán Página 11 SUGERENCIA Página 11 CORTOS Página 3 28 DELITOS CONTRA LA PROPIEDAD 2008 Los bienes robados: Un asunto económico Fernando Carrión M. E l delito de mayor ocurrencia en el país es el del robo de bienes; sin embargo, éste está invisibilizado por el peso que tiene la cooperación internacional en un do- ble sentido: por un lado, porque los recursos y las estrategias están dirigidas a la persecución del narcotráfico, el terroris- mo y el “coyoterismo” y, por otro lado, por el peso que ha adquirido –también por razones internacionales– el segui- miento focalizado de un tipo particular de delito: los homici- dios. El énfasis en estas amenazas ha llevado a políticas alta- mente represivas, cuando la realidad podría ser enfrentada desde otras perspectivas y con resultados mucho más positivos para la reducción del conjunto de las violencias. Los delitos contra el patrimonio implican una lógica económica explícita: los objetos robados deben entrar al mercado para efectivizarse monetariamente. Esta realidad plantea al menos algunas de las siguientes consideraciones: (i) hay un sistema económico con agentes y fases explícitas; (ii) hay una espe- cialización por tipos de bienes robados porque cada uno tiene su circuito particular de comercializa- ción (vehículos, joyas, celulares), pues los mercados dependiendo del objeto robado, pueden negociar- se incluso internacionalmente (piezas de patrimonio cultural); (iii) las políticas pueden tener resultados más eficaces si se enfrenta este delito con algunas medidas económicas; en este caso, por ejemplo, puede ser más eficiente atacar la demanda, esto es, no concentrar únicamente los esfuerzos en el momento anterior al cometimiento del delito, sino en todas y cada una de las fases del ciclo económi- co y, en particular, cuando busca efectivizarse mercantilmente. Con ello, la responsabilidad no es exclu- sivamente policial sino de los agentes y políticas económicas que se deben diseñar para el efecto. Es conocido que el ciclo se inicia con unos actores que sustraen los objetos a las personas, los hoga- res o los comercios. Luego continúa con una cadena de intermediación hasta llegar a los lugares de in- tercambio mercantil, que son de tres tipos y de tres actores explícitos: a pedido, en mercados móviles (esquinas o plazas) y en mercados permanentes (cachinerías). Hay que señalar que en Quito el monto de bienes robados llega a la cantidad de USD 42 millones, sin considerar el hurto de vehículos o auto- partes, lo cual implica un flujo económico muy grande. En este tipo de delitos –contra la propiedad– se configuran varios delitos o, lo que es lo mismo, el robo de bienes lleva tras de sí un enlace con otras infracciones, como por ejemplo: no pago de impues- tos, intercambio de bienes robados, economías clandestinas, transporte de productos sustraídos, el con- trabando y los mercados ilegales, entre otros. Pero quizás el más llamativo sea el delito que implica la compra de un bien robado. El aforismo popular –hecho carne en la población– de que “ladrón que roba a ladrón tiene mil años de perdón”, es un dicho sin sustento legal, pues el código penal establece penas de reclusión a quien compra productos robados. De este análisis somero se pueden extraer algunas políticas que no requieren de acciones pura- mente policiales: (i) se necesitan buenos sistemas de información para saber cuales son los bienes que más se sustraen para intervenir en esos mercados (por ejemplo, si se trata de robos de teléfonos celu- lares, se debería establecer un acuerdo con las operadoras del servicio para que no se activen estos teléfonos); y, (ii) se deben hacer campañas masivas para que la población sepa que comprar un produc- to robado es un delito, además hay que eliminar los mercados ilegales fijos y móviles, pues los lugares donde se encuentran ubicados son de conocimiento público

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Page 1: 2008mente policiales: (i) se necesitan buenos sistemas de información para saber cuales son los bienes que más se sustraen para intervenir en esos mercados (por ejemplo,si se trata

EDITORIALPágina 1

ENTREVISTARobos, hurtos y asaltos:

delitos altamente denunciados quecarecen de acusación

Santiago Trujillo Página 2

Delitos contra la propiedad:implicaciones políticas y etnográficas

Xavier AndradePágina10

INTERNACIONALTecnologías de la información

y la comunicación en la prevencióndel delito

Blanca ArmijosPágina 3

TEMA CENTRALDelitos contra la propiedad:

el mayor problema de inseguridadciudadana en el DMQ

Johanna Espín MPágina 4

MEDIOSSolo delitos violentos:

un requisito de difusiónJenny Pontón Cevallos

Página 12

COMPARANDOPágina 9

POLÍTICA PÚBLICAIntervenir sobre los objetos y las

organizaciones criminalesAlfredo Santillán

Página 11

SUGERENCIAPágina 11

CORTOS Página 3

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DELITOS CONTRA LA PROPIEDAD

2008

Los bienes robados:Un asunto económico

Fernando Carrión M.

El delito de mayor ocurrencia en el país es el del robode bienes; sin embargo, éste está invisibilizado por elpeso que tiene la cooperación internacional en un do-

ble sentido: por un lado, porque los recursos y las estrategiasestán dirigidas a la persecución del narcotráfico, el terroris-mo y el “coyoterismo” y, por otro lado, por el peso que haadquirido –también por razones internacionales– el segui-miento focalizado de un tipo particular de delito: los homici-dios. El énfasis en estas amenazas ha llevado a políticas alta-mente represivas, cuando la realidad podría ser enfrentada

desde otras perspectivas y con resultados mucho más positivos para la reducción del conjunto de lasviolencias.

Los delitos contra el patrimonio implican una lógica económica explícita: los objetos robados debenentrar al mercado para efectivizarse monetariamente. Esta realidad plantea al menos algunas de lassiguientes consideraciones: (i) hay un sistema económico con agentes y fases explícitas; (ii) hay una espe-cialización por tipos de bienes robados porque cada uno tiene su circuito particular de comercializa-ción (vehículos, joyas, celulares), pues los mercados dependiendo del objeto robado, pueden negociar-se incluso internacionalmente (piezas de patrimonio cultural); (iii) las políticas pueden tener resultadosmás eficaces si se enfrenta este delito con algunas medidas económicas; en este caso, por ejemplo,puede ser más eficiente atacar la demanda, esto es, no concentrar únicamente los esfuerzos en elmomento anterior al cometimiento del delito, sino en todas y cada una de las fases del ciclo económi-co y, en particular, cuando busca efectivizarse mercantilmente. Con ello, la responsabilidad no es exclu-sivamente policial sino de los agentes y políticas económicas que se deben diseñar para el efecto.

Es conocido que el ciclo se inicia con unos actores que sustraen los objetos a las personas, los hoga-res o los comercios. Luego continúa con una cadena de intermediación hasta llegar a los lugares de in-tercambio mercantil, que son de tres tipos y de tres actores explícitos: a pedido, en mercados móviles(esquinas o plazas) y en mercados permanentes (cachinerías). Hay que señalar que en Quito el montode bienes robados llega a la cantidad de USD 42 millones, sin considerar el hurto de vehículos o auto-partes, lo cual implica un flujo económico muy grande.

En este tipo de delitos –contra la propiedad– se configuran varios delitos o, lo que es lo mismo, elrobo de bienes lleva tras de sí un enlace con otras infracciones, como por ejemplo: no pago de impues-tos, intercambio de bienes robados, economías clandestinas, transporte de productos sustraídos, el con-trabando y los mercados ilegales, entre otros. Pero quizás el más llamativo sea el delito que implica lacompra de un bien robado. El aforismo popular –hecho carne en la población– de que “ladrón queroba a ladrón tiene mil años de perdón”, es un dicho sin sustento legal, pues el código penal establecepenas de reclusión a quien compra productos robados.

De este análisis somero se pueden extraer algunas políticas que no requieren de acciones pura-mente policiales: (i) se necesitan buenos sistemas de información para saber cuales son los bienes quemás se sustraen para intervenir en esos mercados (por ejemplo, si se trata de robos de teléfonos celu-lares, se debería establecer un acuerdo con las operadoras del servicio para que no se activen estosteléfonos); y, (ii) se deben hacer campañas masivas para que la población sepa que comprar un produc-to robado es un delito, además hay que eliminar los mercados ilegales fijos y móviles, pues los lugaresdonde se encuentran ubicados son de conocimiento público

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¿Considera que la figura legal de la fianza otor-ga fácilmente la libertad a las personas que hansido detenidas por atentar contra la propie-dad?El juez de turno está facultado por la ley paradeterminar la fianza según el tipo de delito. Élcuenta con varios criteriospara designar dicho valor ;uno de ellos es el valor co-mercial del bien sustraído,otro consiste en la condi-ción socioeconómica deldetractor, entre otros.

En la acusación parti-cular se estable el valor co-mercial del bien sustraído,y en caso de existir unasimple denuncia, el juezasignará una fianza simbóli-ca y relacionada con lacondición socioeconómicadel detractor. Por ejemplo,si el bien robado excedelos USD 10.000, y no exis-te acusación particular,entonces el juez asignará una fianza menor aUSD 1.000, dinero fácilmente pagable por losinfractores de la ley.

Es importante que las denuncias por robo,hurto, asaltos, robo al domicilio, a locales comer-ciales, etc., sean ratificadas mediante acusaciónparticular. Esta acción permitirá justificar el valormonetario del bien violentado como manda laley, ya que de lo contrario, y según el Código deProcedimiento Penal, los jueces sancionarán a losimputados con una fianza simbólica o, dictaránsobreseimiento provisional; es decir, los senten-ciará inocentes y saldrán a las calles a seguir de-linquiendo.

La Fiscalía necesita la colaboración de la ciu-dadanía, nosotros convocamos telefónicamentea los ofendidos para pedirles que se acerquen apresentar la acusación particular ; sin embargo,

del 80% de los informes investigativos, se conclu-ye que los ofendidos no quieren seguir adelantecon el proceso judicial, sea por temor a represa-lias, por encontrarse fuera de la ciudad, porqueno tienen los recursos económicos necesariospara solventar todos los gastos, entre otras ra-

zones.

¿Esta carencia de acusa-ciones particulares, estáafectando la percepciónde inseguridad?Sí, estas personas, que selimitan a realizar única-mente la denuncia y no laacusación particular, luegoson las primeras en quejar-se: hacen declaraciones an-te los medios de comuni-cación, afirman que la inse-guridad del país está en lascalles, que no hay tranquili-dad, que la policía y la fisca-lía son corruptos, que losdelitos han quedado en la

impunidad; y no son consientes que su falta decolaboración impide que la justicia haga su tra-bajo.

¿Qué medidas se han tomado para reducir losniveles de delincuencia en esta ciudad?En la Unidad de delitos contra la propiedad dela Fiscalía Distrital de Pichincha actuamos sobreel control de la delincuencia.Tomamos medidascorrectivas, necesarias, pertinentes e inmediataspara frenar estas transgresiones; es decir, busca-mos tratar de disminuir los delitos en ciertossectores de la ciudad. Lo hacemos en formacoordinada con la Policía Judicial. En esa institu-ción conocen cuáles son los “focos delictivos”, ysaben dónde están las zonas de riesgo. En esoslugres se actúa con operativos antidelicuencialespermanentes, el objetivo es eliminar la delin-

FLACSO SEDE ECUADOR • PROGRAMA ESTUDIOS DE LA CIUDAD

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Robos, hurtos y asaltos:delitos altamente denunciados

que carecen de acusación

Santiago Trujillo Coordinador de la Unidad de

Delitos contra la Propiedad Fiscalía Distrital de Pichincha

… estas personas que se limitan a realizar únicamente la denuncia y no la acusación

particular, luego son las primeras en quejarse, (…) y no son consientes que su

falta de colaboración impide que la justicia haga

su trabajo.

E N T R E V I S T A

Page 3: 2008mente policiales: (i) se necesitan buenos sistemas de información para saber cuales son los bienes que más se sustraen para intervenir en esos mercados (por ejemplo,si se trata

cuencia y sancionar a las personas que infringenla ley, para de esta manera lograr que la genteaprenda con el ejemplo, y tenga temor a delin-quir, ya que si lo hacen serán sancionados.

¿Cree usted que la tasa de delitos contra lapropiedad refleja el nivel de inseguridad en laciudad?No estoy de acuerdo con medir inseguridad apartir de un solo tipo de tasa, en este caso latasa de delitos contra la propiedad. Deberíamosbasarnos en la realidad: las denuncias que recibi-mos a diario en la Fiscalía Distrital de Pichincharesponden a delitos variados y no solo relacio-nados a un tipo de infracción. En este país serealizan las denuncias (de robos, hurtos, asaltos)con el objetivo de cobrar el seguro respectivo,situación que influye en la verdadera tasa dedelitos contra la propiedad porque la eleva, dis-torsionando el nivel real de seguridad de la ciu-dad. Me parece que la tasa para medir la insegu-ridad, debería contener información de todoslos tipos de delitos y no reducirse a uno solo

CIUDAD SEGURA 28 - 2008

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Tecnologías de la información y lacomunicación en la prevención del delito

Blanca Armijos

El barrio de Saavedra en Buenos Aires (Argentina), durante la décadade los 90, experimentó un aumento la de criminalidad y la inseguri-dad. Esta zona, en donde habitan personas de clase media y media

baja, se ha caracterizado por una significativa presencia de la tercera edad.A raíz de los repetidos hechos de violencia de los que fueron víctimasnumerosos habitantes a mediados de 1996, comenzaron a organizarse di-ferentes grupos de vecinos con la intención de participar activamente enel mejoramiento de la seguridad del barrio, por lo que establecieron con-tacto con varias instituciones encargadas de regular este aspecto.

Los vecinos de Saavedra fueron los primeros en realizar en su país unsistema similar al plan de seguridad “Vigilancia vecinal” (Neighborhoodwatch), implementado por Scotland Yard en el condado de Gloucestershire,140 kilómetros al oeste de Londres. Este plan, denominado “Alerta”, nacióel año 1997 como iniciativa de un grupo de moradores ante el incremen-to de delitos contra la propiedad y, ante la falta de acciones concretas porparte del Estado.

Las primeras reuniones que se realizaron en el barrio estuvieron acargo de una agrupación política que no tuvo todo el apoyo de sus pobla-dores, pero luego otro grupo se constituyó en los “Vecinos solidarios delbarrio Saavedra”. Las estrategias de esta organización implicaron una con-vocatoria amplia a la gente, a través de comunicaciones boca a boca, folle-tos, reuniones en asambleas, y afiches; más adelante, sus miembros optaronpor más eficientes formas de difusión, utilizando tecnologías de la informa-ción y comunicación - TIC. Así, en primera instancia, se planteó la creaciónde un foro de intercambio de ideas vía e-mails, dando lugar a una incipien-te base de datos referida a perspectivas y soluciones posibles; en un segun-do momento, crearon un sitio web como una forma de sistematización ydifusión de la experiencia; posteriormente, en 1999 se formalizó la lista decorreos con la creación de una comunidad virtual (Yahoo group), donde sedebatía e informaba sobre los avances del proceso; finalmente, en el 2001se montó la primera página web, denominada el portal Plan Alerta1.

En la práctica, este plan implica que los habitantes de una cuadra inter-cambien sus números telefónicos y correos electrónicos, para organizar laobservación de lo que ocurre en la calle en forma mancomunada, comu-nicándose siempre con las fuerzas policiales en caso de detectar delitos o“conductas sospechosas”. Este plan apunta a desalentar las infraccionesmás comunes, y lo hace integrando estrategias urbanas con estrategiasinformáticas.

Así, el grupo de vecinos/as de Saavedra ha modificado y establecidonuevas actitudes, conductas y rutinas en la vida del barrio frente a hechosdelictivos. Este plan permite a moradores/as mantenerse informados víaInternet, a través de una “red” que es alimentada cada día con sus aportes,lo cual les permite mantenerse comunicados tanto a nivel comunitariocomo con los funcionarios políticos y policiales vinculados al tema de laseguridad en Saavedra.

En relación a los resultados obtenidos, una encuesta del Ministerio deJusticia de la Argentina revela que Saavedra, antes de la implementación deeste plan tenía el 11% de victimización (cuando la media de Buenos Airesera del 8%) y actualmente esa cifra se ha reducido a la mitad2

1 http://members.tripod.com.ar/planalerta2 https://www1.lanacion.com/nota.asp?nota_id=527998

I N T E R N A C I O N A L

•El Diagnóstico de Seguridad Ciudadana realizadoen Chile (2001), reportó que la población afecta-da por algún delito contra la propiedad (robo devehículo, robo de accesorios de vehículos, robocon fuerza o hurto, etc.) representó el 33,1% delos mayores de edad.

•La Encuesta Internacional de Victimización(2003), informó la evolución decreciente del por-centaje de población victimizada en delitos con-tra la propiedad en la ciudad Buenos Aires.Así, en1997 estuvo en el 37.3% y bajó al 28.5% en el2003.

•La Encuesta Internacional de Víctimas del Crimen(1992 – 2000) comunicó que Paraguay (8.2%),Costa Rica (7.3%) y Colombia (6%) reportaronlas tasas más altas de robo de viviendas, en rela-ción a la media de América Latina (5.6%).

•Según información recabada por elDepartamento de Datos, Estadísticas y Análisisdel Ministerio del Interior del Uruguay (2007), lasdenuncias respecto a los delitos contra la propie-dad han disminuido en la ciudad de Montevideo.Así, en el año 2005 se registraron 47.326 denun-cias, en 2006 se apuntaron 46.321 y, en el primersemestre del 2007 fueron 44.433 acusacionespúblicas por este tipo de delito, haciéndose evi-dente la disminución del 2,1% en el periodo2005-2006 y del 4,1% entre el 2006 y 2007.

E N C O R T O

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En América Latina, la violencia generalmente semide por las tasas de homicidios; sin embargo,este tipo de parámetro deja de lado los delitos

que, en la actualidad, constituyen la principal preocu-pación en la mayoría de las sociedades: aquéllos encontra de la propiedad.Tomando esto en considera-ción, es evidente que podemos relacionar estrecha-mente los delitos contra la propiedad y la inseguridadreal y subjetiva, particularmente en la sociedad ecua-toriana.

Al no existir en el Código Penal ecuatoriano unadefinición sobre este tipo de delitos2, para efectosprácticos se entenderá a éstos como aquellos delitosque atentan contra el derecho de las personas aposeer una cosa ya sea mueble o inmueble (Zavala1988, 12-15). No obstante, pese a la falta de precisiónen el significado, el Título X del Código Penal sí tipifi-ca a los delitos considerados contra la propiedad,entre los que se encuentran: el hurto, el robo, el abi-geato, la extorsión, la estafa y otras defraudaciones, laquiebra, la usurpación y la usura3. En el análisis que sepresenta a continuación no se encuentran incluidostodos los delitos contra la propiedad, pues se ha pues-to atención únicamente en aquellos que tienen mayorrelevancia en el contexto de la ciudad y se encuentranmás relacionados con la problemática urbana: el hurtoy el robo.

Debido a la evidente posibilidad de interpretar elasunto bajo una mirada discrecional, resulta necesariodirigir la atención al análisis de tres problemas básicos,cuya consideración otorgará elementos de debatemás concretos: en primer lugar, la magnitud del pro-blema de los delitos contra la propiedad consideradaa partir de las cifras sobre denuncias registradas; ensegundo lugar, el espacio del delito (su ámbito o lugarde ocurrencia); y en tercero, las asimetrías entre elnúmero de detenidos/as y las denuncias registradas.Dichos puntos coinciden en que ofrecen un acerca-miento eminentemente práctico a un tema que suelerecibir, por ejemplo en la prensa, tratamientos impre-cisos y claramente subjetivos.

La realidad de las denuncias

Delitos contra la propiedad en el Ecuador

Los delitos contra la propiedad se han convertido enel delito que presenta una mayor ocurrencia a nivelnacional. Sin embargo, se puede encontrar que existeuna mayor concentración en provincias como Pichin-cha y Guayas –cuya suma de denuncias superan el50% del total– en las cuales se encuentran las dosprincipales ciudades del país: Quito y Guayaquil. Delresto de provincias, ninguna representa más allá del5% del total de denuncias registradas.

Esta situación evidencia que, aparentemente parael caso de Ecuador, los delitos contra la propiedad sonun fenómeno que se produce en contextos urbanos.Respecto a este punto es necesario considerar queen cierta medida, el hecho de que no exista una “cul-tura de la denuncia” en otras provincias, puede influiren esta disparidad en las cifras. Sin embargo, a pesarde que ésta puede ser una explicación de una partedel problema, no constituye una razón determinante4.Más bien, como se mencionó, se hace evidente que elproblema de los delitos contra la propiedad presentacaracterísticas de un fenómeno netamente urbano.

Por otro lado, un análisis del gráfico 1 hace eviden-te que si utilizamos los delitos contra la propiedadcomo un medidor de la inseguridad de un área o lo-calidad, entonces zonas históricamente estigmatizadasde violentas como es el caso de la frontera norteecuatoriana –que incluye las provincias de Esmeraldas,Carchi y Sucumbíos– dejarían de ser consideradas“zonas de riesgo”, ya que, como se puede observar enel mencionado gráfico, Esmeraldas apenas representa

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Delitos contra la propiedad:el mayor problema de inseguridad ciudadana

en el DMQJohanna Espín M.1

T E M A C E N T R A L

Gráfico No. 1 - Denuncias registradas sobre delitos contra la propiedadpor provincia (año 2007)

Fuente: Dirección Nacional de la Policía Judicial. (2007)Elaboración: propia

Page 5: 2008mente policiales: (i) se necesitan buenos sistemas de información para saber cuales son los bienes que más se sustraen para intervenir en esos mercados (por ejemplo,si se trata

un 3% de las denuncias, mientras que Carchi y Su-cumbíos representan apenas un 1% del total.

El problema de los delitos contra la propiedad en Quito

Dado que el problema de los delitos contra la propie-dad presenta características urbanas, es interesanterealizar un análisis más profundo sobre la dinámica yla lógica con la que operan dichos delitos en el Dis-trito Metropolitano de Quito - DMQ. Para ello, se hautilizado datos objetivos que corresponden a lasdenuncias registradas en el Ministerio Público; lo cual,no quiere decir que se desconozca la existencia deuna gran cifra negra o eventos que no son denuncia-dos –pues el último estudio de victimización(CIMACYT 2008) realizado por requerimiento delMunicipio de Quito5 revela que apenas se denuncia el15% de los eventos ocurridos– sino más bien queesta consideración requeriría de un estudio adicional.

En el caso de los delitos contra la propiedad en elDMQ, el gráfico 2 hace evidente que dichos delitosconstituyen el mayor problema de inseguridad en laciudad, ya que muestra el gran porcentaje (64%) queéstos representan del total de denuncias registradasen el primer semestre del 2008; una tendencia que hasido similar en los años anteriores, pues en el 2007representaron el 72%, en el 2006 el 74%, y en el 2005el 61% del total de delitos.

Si bien el análisis del gráfico 2 evidencia que losdelitos contra la propiedad son masivos en la capital,éstos a su vez constituyen el principal problema dedesconfianza en la población, no solo por su magnituden las cifras, sino además porque influyen directamen-te en la percepción de inseguridad de las personas.Según los datos que revela el último estudio de victi-mización realizado en Quito (CIMACYT 2008), lapercepción de inseguridad medida a partir de las con-versaciones (preocupación) sobre la criminalidad al-canza un 47%, es decir que crece en mayor escala quela victimización real, la cual alcanza apenas 18,3%. Porlo tanto, es necesario aclarar que la relación entredelitos contra la propiedad y percepción de inseguri-dad no es necesariamente lineal, esta última puedeser consecuencia de la primera, pero también puedeocurrir a la inversa; es decir, que si una persona sien-te temor, esto puede llevarla a armarse o contratarguardianías privadas, lo cual puede conducir a otroshechos de violencia objetiva (Carrión 2007: 4).

Por otro lado, con el objetivo de dilucidar la lógi-ca con la que funcionan los delitos contra la propie-dad en el DMQ, se estudió el comportamiento de lostipos de delitos6 durante los dos últimos años. A par-tir de este análisis se encontró que si bien los delitoscontra la propiedad son los más representativos porsu número, el tipo de delitos que más se comete enel DMQ es el robo, el cual aunque se produce confuerza sobre las cosas, no produce lesiones a las per-sonas; es decir, es un robo no violento (ver gráfico 3).En los dos años, la suma entre los hurtos y los robosy asaltos no ha alcanzado el total de las denuncias porrobos; sin embargo, es importante considerar que si

bien los robos y asaltos en el año 2006 representaronun 47,40% en relación a los robos, en el año 2007 seprodujo un incremento y los robos y asaltos llegarona constituir un 54,81% de los robos. Ante estas cifras,sería necesario realizar un seguimiento de estos indi-cadores al finalizar el año 2008, ya que podrían reve-lar un problema más grave: el incremento de la vio-lencia en el cometimiento de los robos debido a la

CIUDAD SEGURA 28 - 2008

5Gráfico No. 2 - Denuncias registradas en el Ministerio Público - DMQ (Enero-julio 2008)

Gráfico No. 3 - Tipos de delitos en el DMQ

Fuente: Ministerio Público del Ecuador (2008)Elaboración: propia

Fuente: Observatorio Metropolitano de Seguridad Ciudadana (2008)Elaboración: propia

Gráfico No. 4 - Delitos contra la propiedad por tipo de afectados - DMQ

Fuente: Observatorio Metropolitano de Seguridad Ciudadana (2008)Elaboración: propia

Page 6: 2008mente policiales: (i) se necesitan buenos sistemas de información para saber cuales son los bienes que más se sustraen para intervenir en esos mercados (por ejemplo,si se trata

utilización de armas y, en general, fuerza contra laspersonas y no solo contra las cosas.

Por último, es importante analizar que, aunque anivel internacional se ha utilizado la tasa de homicidioscomo referente para medir la inseguridad de una ciu-dad o país, en el caso de Quito este indicador no esrepresentativo, no solo porque es relativamente bajoy se ha mantenido estable durante los últimos años(aproximadamente una tasa de 11 homicidios por ca-da cien mil habitantes), sino también porque no refle-ja el principal problema de inseguridad real y subjeti-va en el DMQ: los delitos contra la propiedad. En estesentido, es evidente que la inseguridad no deberíamedirse por la tasa de homicidios, sino más bien con-siderar otros indicadores para su definición. Por estarazón, este estudio considera acertado el argumentoque cuestiona el cálculo de la inseguridad de acuerdoa elementos aislados como los homicidios, pues comosostiene Carrión (2008), se debería construir un índi-ce de inseguridad similar al de inflación, el cual tendríaque estar compuesto por algunas variables distintasque reflejen mejor la complejidad del fenómeno(Carrión, 2008).

El espacio del delito: lo público y lo privado.

Los delitos contra la propiedad se han convertido enel principal problema de inseguridad en el DMQ. Poresta razón, se han aplicado varias estrategias orienta-das al control y a la prevención de los mismos. Estasestrategias han respondido, generalmente, a eventoscoyunturales más que a una política sólida de preven-ción, por lo que, para su implementación, casi no se haconsiderado el carácter del espacio en donde se pro-ducen las infracciones. Con el fin de comprender máscabalmente la dinámica que caracteriza a los delitoscontra la propiedad y poder diseñar medidas o políti-cas para su prevención y control, es indispensabledeterminar claramente el espacio (público o privado)y la temporalidad con la cual éstos ocurren.

El OMSC registra información acerca de las per-sonas afectadas por los diferentes tipos de delitos y ellugar de ocurrencia del evento. En el caso de los queatentan contra la propiedad, además de incluir comoafectadas a las personas y domicilios, incluye tambiéna las empresas, (entre las cuales se consideran localescomerciales como cabinas telefónicas y centros edu-cativos, entre otros).

Adicionalmente, se ha constatado que el compor-tamiento de los distintos tipos de delitos contra lapropiedad es heterogéneo. Respecto al espacio en elcual se producen, en el gráfico 4 se puede notar quelos delitos contra las empresas y domicilios para losaños 2005, 2006 y 2007 –es decir, los cometidos en elespacio privado– representan una cantidad menorque los cometidos contra las personas en el espaciopúblico, ya sea en la calle, en el trasporte, u otro lugar ;además estos últimos se incrementan año tras año, adiferencia de los primeros que disminuyen o se man-tienen relativamente constantes. De igual manera,para el primer semestre del 2008, el comportamien-to continúa siendo similar al observado en los añosanteriores; incluso hasta el mes de julio, las denunciasde delitos contra la propiedad que afectan a las per-sonas son mayores que las denuncias que afectan adomicilios y empresas juntas. En parte, esta constata-ción podría ser explicada por el hecho que una per-sona –objeto de un robo– “se hace más vulnerable enel espacio público que en su casa” (Carrión 2007: 7).

No obstante, para poder tomar decisiones yadoptar políticas en materia de seguridad ciudadana,además de conocer el espacio en el cual se producenlos delitos, es importante conocer la temporalidadcon la cual éstos ocurren, especialmente, si se toma encuenta el comportamiento diverso de esta problemá-tica. Durante el primer semestre del año 2008, lamayor parte de delitos contra la propiedad de las per-sonas se perpetraron durante las noches, tendenciaque se mantuvo en menor escala en los otros rangoshorarios, excepto en la madrugada, pues en ese lapsolas mayores afectadas fueron las empresas, quizá apro-vechando que las mismas se encuentran vacías, lo cualfacilita la ejecución del hecho. En cuanto a los domici-lios, la mayoría de delitos se cometen en horas de latarde, por lo que se puede aplicar la misma explica-ción respecto a los robos a las empresas, ya que la de-lincuencia aprovecha las horas en que las viviendas se

FLACSO SEDE ECUADOR • PROGRAMA ESTUDIOS DE LA CIUDAD

6Gráfico No. 5 - Clasificación horaria de delitos contra la propiedad portipo de afectado - DMQ (Enero-julio 2008)

Fuente: Observatorio Metropolitano de Seguridad Ciudadana (2008)Elaboración: propia

Gráfico No. 6 - Clasificación horaria por tipos de delitos - DMQ(Enero-julio 2008)

Fuente: Observatorio Metropolitano de Seguridad Ciudadana (2008)Elaboración: propia

Page 7: 2008mente policiales: (i) se necesitan buenos sistemas de información para saber cuales son los bienes que más se sustraen para intervenir en esos mercados (por ejemplo,si se trata

encuentran vacías –y por lo tanto expuestas– paracometer los ilícitos (ver gráfico 5).

De igual manera, en lo que respecta a la clasifica-ción horaria, se la puede comparar con los tipos dedelitos contra la propiedad mencionados. Se conside-ró este cruce de factores para este estudio, con el finde evidenciar que, si bien la mayor parte de delitosocurridos en la ciudad corresponde a robos; en lanoche la tipología con mayor ocurrencia son losrobos y asaltos; en otras palabras, en horas de lanoche se incrementa la violencia contra las personasen forma de actos delictivos (ver gráfico 6). Esta veri-ficación junto con la idea planteada previamente deque los robos y asaltos han ido incrementándose cadaaño, estarían revelando un serio problema de incre-mento de la violencia urbana que debe ser conside-rado con mayor detenimiento tanto en ámbitos aca-démicos como al momento de diseñar políticas públi-cas de seguridad ciudadana.

Para concluir con este apartado, es necesariohacer notoria la diferencia que se ha presentadoentre los datos registrados en el OMSC sobre denun-cias de delitos contra la propiedad por tipo de afec-tado, y los resultados encontrados a partir del últimoestudio de victimización (2008). En el caso de losdatos registrados en el OMSC, como se observó, laspersonas son las más afectadas por este tipo de deli-tos; mientras que en el caso de la encuesta, el índicede victimización a hogares – IVH alcanza un 25,7%,que lo hace superior al índice de victimización a per-sonas – IVP que llega a 18,3%7. De esta reflexión sur-gen algunas interrogantes tales como: ¿A qué se debela diferencia entre los datos de número de denunciasy los índices de victimización? ¿Se produce únicamen-te por la poca cultura de denuncia que existe en laciudad? ¿Existen otros factores que expliquen estadiferencia?

Asimetría: denuncias versus detenidos

A lo largo del presente documento se ha considera-do a los delitos contra la propiedad como un proble-ma de gran complejidad, por lo que, para no caer enla tentación de realizar un análisis discrecional del te-ma, se decidió estudiar tres de los problemas básicosque aporten elementos de debate concretos. Esta es-tructura del documento responde a un método deinterpretación de la violencia que considera a los deli-tos como fenómenos complejos y multicausales, porlo que una política integral de prevención debería irdesde el antes del delito (prevención), el control (ac-ción policial) y la represión (sistemas de justicia y car-celario) (Carrión 2007: 4) En los primeros apartadosse evidenciaron las características de los delitos con-tra la propiedad, y se pusieron en cuestión algunas desus lógicas, con el fin de diseñar políticas de preven-ción –antes del evento– más adecuadas. En este apar-tado se intentará problematizar el funcionamiento delos elementos de control y represión dentro de unapolítica de prevención apropiada.

El último problema relativo a los delitos contra lapropiedad tiene que ver con la idea de que al ser

éstos los de mayor magnitud en el DMQ, no se lospreviene ni persigue en la misma medida que a otrosdelitos tales como el narcotráfico8. Considerando que“un problema de tal magnitud genera frustraciones,daña la calidad de vida, suscita temores por la seguri-dad personal y miedo del crimen y refuerza un senti-miento de desilusión frente a la justicia penal” (Hicksy Sansfaçon s/f: 6) se esperaría un tratamiento másadecuado de dicho fenómeno a nivel local. Así, en elgráfico 7, se puede notar claramente que durante losaños 2005, 2006 y 2007 ha existido una brecha in-mensa entre el número de detenidos/as y el númerode denuncias registradas, lo cual cada año se ha idoincrementado; pues si bien existe un pequeño au-mento en el número de denuncias, la cantidad de de-tenidos/as se mantiene casi constante.

En este sentido, aunque generalmente se le atri-buye la ineficacia en el control de los delitos contra lapropiedad a la escases de denuncias (por un lado, a lafalta de confianza de las personas en las instituciones9

y, por otro lado, a la falta de interés y poco involucra-miento de la comunidad10), el gráfico 7 permite cons-tatar que, por el contrario, el problema está en el bajonivel de detenciones por parte de la Policía Judicial; locual revela, más bien, un problema en el ámbito de laacción y no en el registro de la información.Aquí cabeuna gran interrogante: ¿Qué está pasando realmentepara que exista tal brecha? Ciertamente, sería necesa-rio establecer los factores específicos que determinenla existencia de una diferencia tan grande entre elnúmero de detenidos y el número de denuncias pre-sentadas para poder establecer un adecuado control.

Respecto a este mismo tema, y considerando–como se mencionó en el primer apartado– que elporcentaje de denuncias de delitos contra la propie-dad para el primer semestre del 2008 representó el64% de los delitos totales registrados, se esperaríaque la población penitenciaria fuera similar o se en-contrara en proporción a este porcentaje. Sin em-bargo, son los delitos de estupefacientes los que con-centran la mayor cantidad de personas detenidas enlos centros de rehabilitación social de la ciudad, mien-tras los delitos contra la propiedad apenas alcanzan el10% (ver gráfico 8).

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Gráfico No. 7 - Número de detenidos vs. número de denuncias en Pichincha

Fuente: Dirección Nacional de la Policía Judicial (2007)Elaboración: propia

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Uno de los factores por los cuales se podría expli-car esta situación (lo cual no significa que sea la únicarazón), es que en el caso de los delitos contra la pro-piedad es posible solicitar fianza cuando la personadetenida no es reincidente. Sin embargo, este consti-tuye un factor mínimo que no brinda una explicaciónexhaustiva sobre el fenómeno total. Otro elemento aconsiderar en este tema, tiene que ver con los proble-mas en el sistema judicial, pues en la actualidad, existeun excesivo número de denuncias que no pueden serinvestigadas y despachadas adecuadamente por losfiscales debido a su gran volumen; lo cual a su vezgenera que no se dicten oportunamente las senten-cias y que, por este motivo, los acusados/as salgan enlibertad, en muchos casos, a continuar delinquiendo(Fundación Marcha Blanca 2005, 1-3).

Conclusiones

En el presente documento se intentó abordar tresaspectos básicos en el tema de los delitos contra lapropiedad. Primero, el problema de la magnitud de losmismos a nivel nacional y sobretodo en el DMQ,mediante un análisis de las cifras de las denunciasregistradas, incluyendo además la relación de las mis-mas con la percepción de inseguridad en la ciudad. Apartir de este estudio, se encontró que los delitos másrepresentativos del total de denuncias registradas –yasea en el Ministerio Público o en la Policía Judicial– sonlos delitos contra la propiedad, tanto a nivel nacionalcomo en Quito, ciudad que concentra más infraccio-nes de esta clase. Asimismo, se encontró que el tipode delito contra la propiedad más cometido en elDMQ durante los últimos años son los robos, los cua-les se caracterizan por el no uso de la fuerza, es decir,que al efectuarse el hecho no se producen lesionescontra las personas. Sin embargo, de manera constan-te, los robos y asaltos se han incrementado, lo cualexige medidas adecuadas con el fin de que no seincremente la violencia en la ciudad. Finalmente, eneste apartado se hace una reflexión, por un lado, acer-ca de la estrecha relación entre el incremento de los

delitos contra la propiedad y la percepción de insegu-ridad, de tal manera que la una incide en la otra y vice-versa; y, por otro lado, acerca del hecho de que la tasade homicidios no explica el problema de la inseguri-dad en el DMQ, por lo que es necesario empezar aconsiderar otro indicador, que incluya diversas varia-bles y pueda reflejar mejor el problema especialmen-te en contextos urbanos.

El segundo problema abordado, tiene que ver conel espacio en el cual se producen los delitos contra lapropiedad, y dado que existen diversas mo-dalidadesde éstos, es necesario que sean desarrollados trata-mientos diferenciados para cada tipo. En el caso delámbito de ocurrencia del delito, como se observó, lamayor parte de éstos se cometen en el espacio públi-co, por lo que se esperaría que las políticas de preven-ción integral enfoquen su accionar en esta área. Porotro lado, se consideró también los rangos horariosen los cuales se produce un mayor número de delitospara intentar tener una mayor comprensión y carac-terización del fenómeno. En este caso, se encontró,por ejemplo, que la mayor ocurrencia de los delitoscontra la propiedad en el espacio público se produceen las tardes para el caso de los domicilios, y en lasmadrugadas para el caso de las empresas, aprove-chando que dichos lugares se encuentran vacíos, porlo que el cometimiento del acto se vuelve más senci-llo. No obstante, cabe mencionar que para el diseñode políticas es necesario que se tome en cuenta y seprioricen ciertos eventos, tales como, la mayor ocu-rrencia de robo y asalto por las noches, por implicarmayor violencia, al igual que los delitos a las personasen estas mismas horas, por ocurrir en el espacio pú-blico.

Por último, en lo referente a la asimetría entre elnúmero de denuncias y el número de detenidos/as, seencontró que existe una gran brecha entre los mis-mos, por lo que se vuelve de vital importancia realizarun análisis profundo sobre las razones por las cualesse produce dicha asimetría. Entre algunos de los fac-tores se podría encontrar fallas en el sistema judicial yen el sistema penal, además de falta de pruebas, faltade denuncia de los afectados, excesivo número decasos para el personal responsable, mayor seguimien-to a otro tipo de delitos; sin embargo, un análisis minu-cioso al respecto sería necesario. De igual manera, seevidenció que de la población carcelaria total delDMQ, apenas el 10% está detenida por contra la pro-piedad. En este caso, al igual que en el anterior, los fac-tores podrían ser varios, entre ellos la posibilidad desolicitar fianza cuando no se trata de reincidentes; sinembargo, es necesario un análisis respecto a los posi-bles factores estructurales que generan esta situación.

En el presente documento se abordaron los trespuntos arriba señalados ya que los mismos puedenproporcionar interesantes elementos para un debateconcreto, y además, porque mediante el análisis dedichos problemas se evidencia la complejidad de lascaracterísticas y dinámicas del fenómeno, y la necesi-dad de una política de prevención integral –que inclu-ya tanto la prevención, como el control y la repre-sión– para el tratamiento del mismo

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8Gráfico No. 8 - Distribución poblacional en los centros de rehabilitación social del DMQ por tipo de delito

Fuente: Dirección Nacional de Rehabilitación Social (2008)Elaboración: propia

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Delitos contra la propiedad en América Latina

País Año Descripción Denuncias

Argentina 2005 Contra la propiedad 739,250

Brasil 2003 Contra el patrimonio 857.140

Chile 2005 Robos y hurtos 316,802

Colombia 2002 Contra la propiedad 358,230

Costa Rica 2001 Contra la propiedad 18,724

El Salvador 2004 Relativos al patrimonio 35,319

Nicaragua 2004 Contra la propiedad 21,332

Fuente: Dammert, Lucía y Arias, Patricia (2007).“El desafío de la delincuencia en América Latina: Diagnóstico y respuestas de política”. SerieEstudios Socio / Económicos Nº 40. Santiago: Cieplan

Elaboración: Diana Mejía

Bibliografía

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______________ (2008). Seguridad Ciudadana:Instrumentos para el diagnóstico y la toma de deci-siones. Quito: FLACSO sede Ecuador (mimeo).

CIMACYT (2008). “Informe del estudio de victimiza-ción en el DMQ”. Quito: MDMQ. No publicado.

Fundación Marcha Blanca (2005). Proyecto deReformas al Sistema Penal Ecuatoriano. Quito:Alcaldía Metropolitana de Quito, FundaciónMarcha Blanca.

Hicks, David y Daniel Sansfaçon (s/f).“Prevenir el des-valijamiento residencial y los robos con violaciónde domicilio”. Centro Internacional para la pre-vención de la criminalidad. Montreal. Disponibleen: http://www.ocavi.com/docs_files/file_195.pdf(consultado en septiembre de 2008).

Simon, Farith (2008).“Proceso penal e impunidad”. EnBoletín Ciudad Segura No.27. Quito: FLACSO sedeEcuador

Zavala Baquerizo, Jorge (1988). Delitos contra la pro-piedad. Tomo I. Guayaquil:

Notas:

1 B.A en Relaciones Internacionales y Administración deEmpresas.Actualmente se desempeña como investigadora en elPrograma de Estudios de la Ciudad de FLACSO sede Ecuador.

2 La mayoría de estudios que existen respecto a los delitos con-tra la propiedad son abordados desde una perspectiva jurídicao en pocos casos, desde un debate económico respecto al con-cepto de propiedad como tal. En el caso del enfoque jurídico,su principal preocupación gira en torno a establecer una deno-minación adecuada para los delitos que atentan el derecho a lapropiedad, es decir, si se los debe conocer como delitos contrala propiedad o contra el patrimonio, además de debatir profun-damente acerca del concepto de propiedad y respecto a la cla-sificación de los delitos que atentan contra la misma y sus res-pectivas definiciones. Por otro lado, en el caso del enfoque eco-nómico, el debate se centra en establecer un concepto adecua-do respecto a propiedad y en la relación existente entre pobre-za y delitos.

3 Dependiendo de cada país en América Latina existe distintostipos de tipificaciones respecto a los delitos contra la propiedad.Por ejemplo, en el Código Penal ecuatoriano no se encuentradentro de la clasificación de delitos contra la propiedad, los deli-tos de incendio y de destrucción, mientras que en otras legisla-ciones como la Argentina sí se ha incluido dichos delitos dentrode la clasificación de los delitos contra la propiedad.

i4 La diferencia entre las cifras de denuncias registradas en las pro-vincias de Pichincha y Guayas y las cifras de denuncias del restodel país es demasiado grande como para explicarse únicamen-te por la inexistencia de una cultura de denuncia entre la pobla-ción.

5 CIMACYT – Centro de Investigaciones Matemáticas Aplicadas ala Ciencia y Tecnología - realizó la consultoría, que fue encarga-da por la Dirección Metropolitana de Seguridad Ciudadana parala aplicación de la encuesta de victimización en el DMQ.

6 El Observatorio Metropolitano de Seguridad Ciudadana -OMSC clasifica los delitos contra la propiedad en tres tipos:robo, hurto y robo y asalto. Este último no se encuentra tipifi-cado en el Código Penal, pero el OMSC lo utiliza con el fin deestablecer una diferencia clara entre los robos en los cuales sesustrae algo ajeno utilizando la fuerza sobre las cosas y los robosen los cuales se utiliza la fuerza o violencia contra las personas, elcual es considerado un delito que genera mayor violencia. Sinembargo, si consideramos las definiciones del Código Penal, sepodría entender al robo y asalto como un delito similar al roboagravado (éste sí se encuentra especificado en el Art. 552 delCódigo Penal), por la similitud en sus definiciones. El robo agra-vado se produce cuando el uso de la violencia contra las perso-nas ha ocasionado heridas que no dejan lesión permanente ocuando se ha utilizado armas, entre otras causales de agrava-miento.

7 El IVH es mayor al IVP incluso aunque dentro del primero nose toma en cuenta a las empresas (lo cual incrementaría el IVH).Además, el IVH es mayor al IVP incluso cuando dentro del IVPse toma en cuenta también amenazas y lesiones, lo cual incre-menta el IVP.

8 En el año 2007 se dictaron 2.733 sentencias, de éstas 18,55% serelacionan con delitos vinculados al narcotráfico, cuando estosúnicamente representan el 0,47% del total de denuncias; mien-tras que, los delitos contra la propiedad que representaron el45,54% del total de denuncias no desestimadas, han tenido ape-nas un 28,75% de sentencias en ese mismo año (Simon 2008).

9 Según el último estudio de victimización realizado en el DMQ(CIMACYT 2008), el nivel de confianza en las instituciones deseguridad es bastante bajo, las personas entrevistadas respon-dieron tener poca o ninguna confianza en las instituciones.

10 Esta es una queja constante por parte de miembros de la PolicíaNacional, situación que se manifestó en el Foro “Delitos contrala propiedad y seguridad ciudadana” del Comité TécnicoInterinstitucional de Seguridad Ciudadana del MDMQ, realizadoen FLACSO sede Ecuador, el 17 de septiembre de 2008.

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C O M PA R A N D O

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Delitos contra la propiedad:implicaciones políticas y etnográficas

Xavier Andrade,Profesor - investigadorFLACSO sede Ecuador

¿Cuáles son las implicaciones de un elevadoíndice de delitos contra la propiedad en el país?Los delitos contra la propiedad son una formaespecífica de actividad delictiva que, dada su ape-lación directa a los individuos y sus pertenencias,los hace susceptibles de manipulación política encoyunturas dadas. En la Venezuela contemporá-nea, por ejemplo, atravesada por una situaciónpolítica conflictiva, el pro-blema de la “seguridad ciu-dadana” –la etiqueta con lacual se nombran los he-chos para darle el carácterfenoménico- lidera las pre-ocupaciones de la mayoríade los votantes sistemática-mente durante los últimosdos o tres años; mientrasque en el Ecuador, bajo cir-cunstancias políticas aproxi-madas, se atestigua estasituación ahora mismo, conparticular fuerza durantelas últimas semanas enGuayaquil y Quito, perocon diferentes matices. Estemismo tema ha servidopara articular agencias rei-vindicativas que se originanen el tema de la delincuen-cia pero que termina gradualmente adquiriendodimensiones y agendas políticas con contenidosque se apartan de las demandas percibidas de lapoblación sobre el tema delincuencial.

¿Cómo se interpreta este fenómeno desde unamirada antropológica? Ficción versus realidad es una falsa dicotomía in-terpretativa. Ni las teorías de la manipulación dela percepción, ni las de la evidencia pura de losdatos cuantitativos del crimen sirven para situarantropológicamente el problema. Si los mediosmasivos son las fuentes privilegiadas para pensar–analítica o políticamente– el tema de los delitoscontra la propiedad privada, requerimos unaestancia metodológica para estudiarlos eficiente-mente so pena de terminar recreando posicio-nes simplistas que, a su vez, permitan alimentaragendas políticas de acuerdo a intereses coyun-turales. La alternativa es atender al proceso

material de la producción de noticias sobre de-lincuencia y violencia.

¿Con qué herramienta metodológica deberíantrabajar los reporteros, al momento de infor-mar sobre materia delictiva? El acercarse etnográficamente a las narrativasperiodísticas sobre el crimen y la inseguridad

brinda la posibilidad de vin-cular los discursos sobre es-tos temas directamente alas personas, los procesos ypotencialmente a las expe-riencias traumáticas queproducen tales narrativas.Hay un beneficio doble eneste tipo de mirada sobre elcrimen: (i) se extiende laperspectiva hacia un campomás amplio de produccióncultural, que incluye la reali-zación de crímenes y lasfuentes de dónde se cons-truyen sus explicaciones; y,(ii) se puede llegar a unacomprensión más íntima delas emociones y las expe-riencias que constituyen es-te campo. Solamente así, esposible iluminar las formas

en que los eventos macabros son narrados y, asu vez, explicar cómo tales narrativas se convier-ten en cuestiones de sentido común, pues natu-ralizan el miedo y legitiman la construcción deciertos estigmas frente a determinados segmen-tos poblacionales.

En suma, moverse por detrás de los datossupone atender a la producción material de losmismos y dirigir una mirada etnográfica a losprocesos sociales a través de los cuales las narra-tivas periodísticas son construidas para enmar-car los hechos delincuenciales y la violencia engeneral. Las personas, las prácticas, las creencias,las instituciones y las formas simbólicas que re-producen las historias de crímenes deberían ser,por lo tanto, estudiadas integralmente puestoque no hay delincuencia pura sin una narrativaque la enmarque, sin condicionamientos mate-riales específicos, y sin un contexto social parti-cular a la cual responda

Moverse por detrás de losdatos supone, atender a laproducción material de los

mismos y dirigir una miradaetnográfica a los procesossociales a través de los cuales, las narrativas

periodísticas son construidaspara enmarcar los hechos

delincuenciales y la violenciaen general.

E N T R E V I S T A

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Cáceres Ruiz, Luis (2006). Delitos contra el patrimonio: as-pectos penales y criminológicos. Madrid: Editorial Visión Net.223 p.p. ISBN (13): 9788498212624

Los delitos contra el patrimonio representan las dos terceraspartes de todas las infracciones penales cometidas en España.

¿Cómo son esos delitos? ¿Cuándo y dónde se realizan? ¿Qué edad y sexotienen sus autores? ¿Actúan individualmente o en grupo? En esta obra serealiza una exposición de las distintas posturas doctrinales y un análisis de lajurisprudencia del Tribunal Supremo, confrontando el análisis jurídico con larealidad de cómo estos crímenes se producen. Para ello se han utilizado lasdistintas estadísticas oficiales del Ministerio del Interior, el Consejo Generaldel Poder Judicial y la Fiscalía General del Estado y se ha realizado un estu-dio de más de mil sentencias penales con la intención de determinar lascaracterísticas que presentan en la realidad social los delitos contra el patri-monio (fuente: www.marcialpons.es).

Gutiérrez Gilsanz, Xavier (2007). Delitos contra el patrimo-nio. Madrid: Editorial La Ley, 1.056 p.p. ISBN: 9788497257718

Este libro analiza desde la jurisprudencia los delitos patrimoni-ales, entre los que se encuentran los hurtos, robos, extorsión,robo y hurto de uso de vehículos, usurpación y defrauda-

ciones, además de la estafa, apropiación indebida, entre otros. De este modo,el texto no solo realiza una recopilación de sentencias del Tribunal SupremoEspañol, sino que elabora una exposición ordenada y sistemática, examinan-do detenidamente los distintos elementos de cada tipo penal y las cues-tiones que les atañen, con el objeto de lograr el método más adecuado parasu tratamiento y comprensión. Este libro constituye una aportación rigurosa-mente original y relevante del autor (fuente: Gutiérrez 2007).

Fiscalía de la República del Ecuadorhttp://www.fiscalia.gov.ec/

Observatorio Metropolitano de Seguridad Ciudadana - MDMQhttp://www.observatorioseguridaddmq.net/

Centro de Estudios e Investigaciones Estadísticas - ESPOLhttp://www.icm.espol.edu.ec/delitos/historial.htm

Observatorio de la seguridad ciudadana -BIDhttp://www.iadb.org/seguridad/eventos.cfm?language=Sp&parid=4

Observatorio Centroamericano sobre Violencia – OCAVIhttp://www.ocavi.com/

Centro Internacional para la Prevención de la Criminalidadhttp://www.crime-prevention-intl.org/publications.php?type=REPORT

Boletín + Comunidad + Prevención. Centro de Estudios enSeguridad Ciudadana Chile:http://www.comunidadyprevencion.org/documentos.shtml

Revista Nueva Sociedad. Friedrich Ebert Stiftung Argentina:http://www.nuso.org/revista.php?n=207

En América Latina, en general, los delitos contra la propie-dad son el principal problema de inseguridad ciudadana yla ciudad de Quito no es la excepción. Esto se demues-

tra con los datos de las denuncias, las cuales se han incremen-tado de manera sostenida en los últimos tres años, y con lainformación provista por la última encuesta de victimizaciónrealizada en Quito en mayo del 2008. Si bien este fenómenorequiere una estrategia integral sobre el problema más quemedidas coyunturales, pueden implementarse algunas disposi-ciones de mediano alcance tendientes a reducir los niveles deinseguridad ciudadana centradas en dos frentes: los objetos y lasorganizaciones criminales.

En el primer caso, el problema se vuelve crítico en tanto laoportunidad de encontrar una ocasión para este delito se hamultiplicado exponencialmente, pues la vida urbana actualimplica el uso de aparatos cada vez más sofisticados en lo tec-nológico y de menor tamaño.Así, objetos como teléfonos celu-lares, computadores portátiles, y demás equipos móviles son losmás robados a las personas, y su diseminación en la ciudad haceimposible que la policía pueda evitar los robos mediante elpatrullaje como se suele pensar. Aquí es importante notar quelos delitos a la propiedad no tienen sentido si esos bienes noson reintroducidos a la economía, es decir que, mientras lasocasiones de cometer el robo son difusas, las formas de rein-serción de estos bienes tienen características más concretas.Por esta razón, actuar sobre la cadena de circulación de bienesrobados puede contribuir más a la disminución de su cometi-

miento, para lo cual se recomienda: tipificar la tenencia de mer-cancías robadas y su compra como delitos; acordar con lasempresas que los bienes robados no puedan ser reactivados(sobre todo en el caso de los teléfonos celulares); hacer cam-pañas para disminuir la compra de artículos robados y enfocarel trabajo de inteligencia policial hacia los mercados ilegalesdentro y fuera de la ciudad.

El otro frente de acción debería ser la intervención sobrelas organizaciones criminales. El delito a la propiedad no se cen-tra únicamente en los objetos que portan las personas sino queincluye el robo de domicilios y locales comerciales. Esto generaefectos sociales extremadamente negativos pues hace que elespacio privado sea también inseguro. Sobre esta forma deldelito contra la propiedad se concentra la demanda del servi-cio de seguridad privada que va desde las alarmas y video vigi-lancia, hasta los servicios de la guardianía privada. No obstante,la respuesta pública sobre este fenómeno debería apuntar aldesmantelamiento de la criminalidad que está detrás delmismo, pues su cometimiento requiere profesionalización y unaalta organización que va más allá del simple delito callejero.Aquínuevamente es fundamental centrar el trabajo de inteligenciapolicial hacia este tipo de agrupaciones, lo que implicaría re-direccionar la utilización de recursos materiales y humanos dela policía, pues el trabajo de inteligencia se concentra en losdelitos de narcotráfico y no en aquellos que causan mayor inse-guridad a la población

Intervenir sobre los objetos y las organizaciones criminalesAlfredo Santillán

L I B R O S P Á G I N A S W E B

E N L A C E S O N L I N E

P O L Í T I C A P Ú B L I C A

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Sin duda, los delitos contra la propiedad incidenampliamente en la inseguridad ciudadana delEcuador, pues pese a la cifra negra existente,

no solo son los más denunciados frente a otros deli-tos –lo cual se debe en granmedida a la exigencia de estetrámite por las institucionespúblicas para la renovaciónde papeles sustraídos y porparte de los seguros contrarobos para la recuperaciónde bienes–, sino que son ma-sivamente difundidos a travésde los medios de comunica-ción.

En este sentido, a efectosde analizar la cobertura quese da a los delitos contra lapropiedad en la prensa escri-ta, en este artículo se ha rea-lizado el ejercicio de cuantifi-car las noticias publicadassobre los mismos, con el ob-jetivo de conocer las particu-laridades en el tratamientoperiodístico de esta proble-mática. De esta manera, sehan recopilado todos los tex-tos sobre este delito apareci-

dos de enero a octubre del 2008 en los dos diariosde cobertura nacional más representativos deQuito y Guayaquil (El Comercio y El Universo), con-siderando que justamente estas dos ciudades con-centran la mayor cantidad de denuncias en el tema.

Cabe señalar que si bien estos delitos se clasifi-can en hurto, robo y, robo y asalto (como lo mues-tra el tema central de este boletín), tanto el prime-ro como el segundo, no reciben cobertura a nivelmediático; razón por la cual, se ha establecido para

este análisis una categorización diferente según lostópicos noticiosos ubicados: robo y asalto, asalto yhomicidio, y análisis del problema. De esta manera,se encontraron un total de 105 noticias durante elperiodo señalado, de las cuales el 59,04% pertene-cen al primer grupo, el 22,85% al segundo, y el18,09% al tercero. Asimismo, se halló que el 81,9%son noticias correspondientes a diario El Universo,mientras el 18,09% son de diario El Comercio; ade-más, se evidenció que los meses de abril y mayo sonlos que registran mayor cantidad de informaciónsobre el tema.

De estos datos se pueden plantear algunas con-clusiones, entre ellas: (i) los medios de comunicacióncubren únicamente los delitos contra la propiedadque implican fuerza y agresión contra las personas,pues tanto el robo y asalto como el asalto y homi-cidio, son hechos muy violentos que ocasionan páni-co inmediato y, consecuentemente, una gran audien-cia. (ii) Periodísticamente los delitos contra la pro-piedad involucran a aquellos contra las personas, nosolo por la saturación de acontecimientos en cadanoticia, sino además por la detallada descripción delos mecanismos violentos utilizados. (iii) Si bien exis-te un porcentaje importante de reportajes (18,09%) que analizan minuciosamente el tema (al incluircifras y entrevistas a personas especializadas), lamayoría de noticias (81,09%) emplea una redacciónmuy pobre que conlleva a la trivialización de la pro-blemática. Finalmente, (iv) dado el gran número deciudadanos/as que se informan a través de losmedios, es necesario puntualizar que la victimizaciónreal y su difusión están muy lejos de ser simétricas;es decir, que el hecho de que diario El Universo pro-porcione ampliamente más espacio a estos delitos,no significa que objetivamente Guayaquil y la costasean más peligrosas que Quito y la sierra, de modoque, un acercamiento a las cifras y su contextopodría dar pautas más precisas en este sentido

Solo delitos violentos:un requisito de difusión

Jenny Pontón Cevallos

… los medios de comunicacióncubren únicamente los delitoscontra la propiedad que impli-

can fuerza y agresión contralas personas, pues tanto el

robo y asalto como el asalto yhomicidio, son hechos muy vio-

lentos que ocasionan pánicoinmediato y, consecuentemen-

te, una gran audiencia.

Director FLACSO: Adrián Bonilla • Coordinador del Programa Estudios de la Ciudad: Fernando Carrión Coordinadora del Boletín: Jenny Pontón • Tema central: Johanna Espín M.

Colaboradores: Diana Mejía, Alfredo Santillán y Antonio Villarruel • Entrevistas: Blanca Armijos Edición: Jenny Pontón • Diseño: Antonio Mena • Impresión: Ekseption

Flacso Sede Ecuador: La Pradera E7-174 y Diego de Almagro • PBX: (593-2)[email protected] • http://www.flacso.org.ec/html/boletinciudadsegura.html • Quito, Ecuador

M E D I O S