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Año 7 No. 199 Provincia Eclesiástica de Tlalnepantla Domingo 21 de febrero de 2016 Donativo: $5.00 www.mensajero.mx TLALNEPANTLA CUAUTITLÁN IZCALLI ECATEPEC TEOTIHUACÁN TEXCOCO NEZAHUALCÓYOTL VALLE DE CHALCO Mensajero Gracias a Dios por tu visita Mensajero de la Misericordia y Paz

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Periódico Católico de la Provincia Eclesiástica de Tlalnepantla.

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Page 1: Mensajero199

Año 7 No. 199 Provincia Eclesiástica de Tlalnepantla Domingo 21 de febrero de 2016 Donativo: $5.00 www.mensajero.mx

TLALNEPANTLA CUAUTITLÁN IZCALLI ECATEPEC TEOTIHUACÁN TEXCOCO NEZAHUALCÓYOTL VALLE DE CHALCO

Mensajero

Gracias a Dios por tu visitaMensajero de la Misericordia y Paz

Page 2: Mensajero199

2 MensajeroVoz del PastorDIRECTORIO

Excmo. Sr. D. Carlos Aguiar Retes

Arzobispo de Tlalnepantla

Excmo. Sr. D. Ricardo Guízar Díaz

Arzobispo Emérito de Tlalnepantla

Excmo. Sr. D. Guillermo Or�z Mondragón

Obispo de Cuau�tlán

Excmo. Sr. D. Francisco González Ramos

Obispo de Izcalli

Excmo. Sr. D. Oscar Roberto Domínguez

Cou�olenc, M.G

Obispo de Ecatepec

Excmo. Sr. D. Onésimo Cepeda Silva

Obispo Emérito de Ecatepec

Excmo. Sr. D. Guillermo Francisco Escobar

Galicia

Obispo de Teo�huacán

Excmo. Sr. D. Juan Manuel Mancilla Sánchez

Obispo de Texcoco

Excmo. Sr. D. Héctor Luis Morales Sánchez

Obispo de Nezahualcóyotl

Excmo. Sr. D. Víctor René Rodríguez Gómez

Obispo de Valle de Chalco

Excmo. Sr. D. Efraín Mendoza Cruz

Obispo Auxiliar de Tlalnepantla

Excmo. Sr. D. Jorge Cuapio Bau�sta

Obispo Auxiliar de Tlalnepantla

Excmo. Sr. D. Francisco Ramírez N.

Obispo Auxiliar Emérito de Tlalnepantla

DIRECTOR GENERAL

Mons. Víctor René Rodríguez Gómez

Presidente de la Comisión Provincial para la

Pastoral de la Comunicación

DIRECTORA EN TURNO

Abril Villanueva

SUBDIRECTORMons. Luis Mar�nez Flores

DIAGRAMACIÓN Y DISEÑOSamuel Nájera

COLABORADORES

Equipo de la Pastoral de la Comunicación de

la Provincia Eclesiás�ca de Tlalnepantla.

Registro en trámite.

Mensajero Es una publicación catorcenal de la Provincia

Eclesiás�ca de Tlalnepantla. Se distribuye en la

Arquidiócesis de Tlalnepantla y en las Diócesis de

Cuau�tlán, Izcalli, Ecatepec, Texcoco,

Teo�huacán, Nezahualcóyotl y Valle de Chalco.

[email protected]

21 de febrero de 2016

¡Qué alegría escuchar de la voz del Sucesor de Pedro! y encontrar en sus reflexiones dirigidas especialmente a los Obispos de México, el pasado sábado 13 de febrero, en la Catedral Metropolitana de México, una palabra de aliento, orientación, y esperanza a nuestros procesos diocesanos de pastoral, que estamos impulsando en comunión los Obispos de la Provincia Eclesiástica de Tlalnepantla.

En primer lugar nos ha recordado que nuestra principal herencia de fe es María de Guadalupe. Así lo expresó el Papa Francisco al decirnos: “Sé que mirando los ojos de la Virgen alcanzo la mirada de vuestra gente que, en Ella, ha aprendido a manifestarse. Sé que ninguna otra voz puede hablar así tan profundamente del corazón mexi-cano como me puede hablar la Virgen. Ella custodia sus más altos deseos y sus más recónditas esperanzas; Ella recoge sus alegrías y sus lágrimas; Ella comprende sus numerosos idiomas y les responde con ternura de Madre porque son sus propios hijos”.

Y por eso nos propuso aprender de nuestra Madre María de Guadalupe a tener una mirada limpia y transparente: “Se necesita una mirada capaz de reflejar la ternura de Dios. Sean por lo tanto obispos de mirada limpia, de alma transparente, de rostro luminoso. No le tengan miedo a la transparencia. La Iglesia no necesita de la oscuridad para trabajar.”

Con esta última afirmación nos alerta, con gran objetivi-dad y realismo, sobre el gran desafío de cumplir eficaz-mente la misión de la Iglesia en este tiempo que vivimos un cambio de época, una profunda fractura cultural, en donde ya no hay un consenso sobre los valores evangéli-cos. Por eso más adelante nos dijo: “El mundo en el cual el Señor nos llama a desarrollar nuestra misión se ha vuel-to muy complejo…Y, precisamente en este mundo, así,

Dios les pide tener una mirada capaz de interceptar la pregunta que grita en el corazón de vuestra gente... A ese grito es necesario responder que Dios existe y está cerca a través de Jesús. Que sólo Dios es la realidad sobre la cual se puede construir, porque Dios es la realidad fun-dante, no un Dios sólo pensado o hipotético, sino el Dios de rostro humano.

Para mostrar el rostro misericordioso de Dios, Nuestro Padre, el Dios de rostro humano, nos ha recordado lo que es esencial en nuestra labor como Pastores y conductores del Pueblo de Dios, al decirnos: En las miradas de uste-des, el Pueblo mexicano tiene el derecho de encontrar las huellas de quienes «han visto al Señor» (cf. Jn 20,25), de quienes han estado con Dios. Esto es lo esencial.

Por ello, les propongo a todos los lectores de Mensajero que oren por nosotros sus Pastores (Obispos y Sacerdotes), y nos acompañen como buenos discípulos de Cristo, con gran entusiasmo y esperanza, a llevar adelante los Proce-sos de Renovación Pastoral, que estamos promoviendo para transformar nuestras Iglesias Diocesanas en auténti-cas Iglesias misioneras, para que tengamos la capacidad de transmitir a Cristo vivo en medio de nosotros, especial-mente a los más distantes y alejados, a los que sufren y a los marginados, y muy en particular, a nuestros niños y jóvenes.

Nuestro objetivo pastoral es hacer capaces a nuestras Parroquias de transmitir la herencia más importante que podemos dejar a las nuevas generaciones: la experiencia del encuentro con Jesucristo, el Señor de la Vida y de la Historia, que de manera sutil y escondida, se manifiesta a través de nuestras personas y acciones, cuando cumplimos nuestra vocación y nos dejamos conducir por la columna de fuego que es el Espíritu Santo.

† Carlos Aguiar RetesArzobispo de Tlalnepantla

La Voz del Pastor

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3Mensajero21 de febrero de 2016

México es uno de los países más visita-dos por los papas, al lado de Francia, Polonia, Alemania, España, Brasil y Estados Unidos, mientras que la Basíli-ca de Guadalupe, junto con las de Lour-des y Fátima, son las más frecuentadas por los pontífices fuera de Italia.En esta visita del santo padre los reco-

rridos en papamóvil para saludar y ben-decir a los fieles tiene la distancia más larga, de 222 kilómetros,México ha sido distinguido con la

presencia de los dos últimos Papas: Juan Pablo II, Benedicto XVI, y ahora con la visita de Francisco, quien previo a arribar a la Ciudad de México, hizo una escala en Cuba, en donde se encon-tró con su Santidad el Patriarca Kirill de Moscú y toda Rusia.“Queridos mexicanos, están en mi

corazón, nos encomendamos juntos a la Guadalupana, que no deje de mirarnos con ternura”, publicó el Sumo Pontífice en @pontifex_es, su cuenta de Twitter en español.A las 19:30 horas de la Ciudad de Méxi-

co, Su Santidad el Papa Francisco des-

cendió del avión de la aerolínea Alitalia que lo transportó desde Italia, con lo que dio inicio su Primer Viaje Apostólico a nuestro país; la cual fue del 12 al 17 de febrero, visitando la ciudad de México, y los estados de México, Chiapas, Michoacán y Chihuahua.A su llegada en el hangar presidencial

del aeropuerto internacional Benito Juárez en la ciudad de México, el Sumo Pontífice saludó a cuatro niños mexica-nos vestidos con trajes típicos del país, quienes le regalaron un cofre con tierra de los 32 estados de la república.Durante los dos primeros días de su

visita, tuvo encuentros con las autorida-des civiles en Palacio Nacional, con los obispos de México en la Catedral Metropolitana de México, y con los niños y sus familias, así como con el personal médico del hospital Federico Gómez de la Ciudad de México, y la Misa multitudinaria en el predio cono-cido como el caracol en Ecatepec.Posteriormente, el Santo Padre se

encontró con los pueblos indígenas y las familias en Chiapas, con los sacerdotes,

religiosas, religiosos y seminaristas, así como con los jóvenes en Michoacán, y visitó un penal, se encontró con el mundo del trabajo y celebró la última eucaristía en la frontera en Ciudad Juá-rez, Chihuahua.La visita del Papa Francisco concluyó

con la ceremonia de despedida en el aeropuerto de Ciudad Juárez a las 19:00 horas, de donde partió con destino a la ciudad de Roma, Italia.“Hoy vengo como misionero de mise-

ricordia y paz, pero también como hijo que quiere rendir homenaje a su madre, la Virgen de Guadalupe, y dejarse mirar

por ella”. Expresó su deseo de reunirse con el pueblo mexicano “en sus múlti-ples expresiones y en las más diversas situaciones que le toca vivir”.La población mexicana tuvo acceso a

todos los eventos de forma gratuita a través de boletos, los cuales fueron dis-tribuidos a través de las diócesis y de las parroquias.“Francisco, hermano, ya eres mexica-

no” y “Ésta es la juventud del Papa”, fueron algunas expresiones que el pue-blo mexicano dirigió al Papa Francisco en los lugares que visitó.

La visita pastoral del Papa Francisco en días pasados a nuestra nación llenó de

alegría y esperanza al pueblo mexicano. Las reflexiones que compartió en cada

una de las sedes del territorio nacional que visitó nos invitan a voltear la mira-

da a Cristo, quien nunca nos abandona, quien nunca ha dado marcha atrás en su proyecto de amor, y que día tras día, se sigue manifestando en los más humil-des y necesitados.Las palabras y el testimonio de vida de

S.S. Francisco que en cada momento se mostró sencillo y humilde, comprome-ten a quienes le rodean a imitarlo, pues al estar en su presencia recibimos de su persona la entrega de amor y misericor-dia que el mismo Cristo nos enseña a vivir en el evangelio. Ahora, al concluir la visita papal, nues-

tra nación, que confirmó la magnitud de su fe al llenar las calles y estadios donde el Sumo Pontífice se hizo presente, tiene la gran responsabilidad de seguir manifestando la fe católica, pero con gestos de misericordia, con atenciones especiales por los más vulnerables, con una vida apegada a la justicia, pues solo de esta manera tendremos la paz que nuestro país tanto anhela.Oremos pues, para que esta visita del

Vicario de Cristo nos dé fuerza y espe-ranza a todos los católicos y personas de buena voluntad que queremos ver en México un país cada vez más próspero y más cercano al Reino de Dios, y que Santa María de Guadalupe nos siga cobijando como a sus hijos, para así mirarnos todos como hermanos.

“Francisco, hermano,

Por: CODIPACS Valle de Chalco

ya eres mexicano”

Misionero de Misericordia y PazPapa Francisco en México

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4 MensajeroEspecial Visita Apostólica21 de febrero de 2016

El tiempo pasó y la fecha se cumplió, llegó el día en que el papa Francisco estaría en nuestro país; en las calles por donde pasaría el Santo Padre ya había cientos de personas esperando su paso, en el aeropuerto ya estaban preparados los actos y las personas que lo iban a recibir.

A las 7:15 pm el avión de Alitalia en que venía el papa Francisco cruzó el cielo capitalino y aterrizó en el Aero-puerto Internacional de la Ciudad de México, unos minutos después llegó a la posición en donde estaba todo prepa-rado para su recepción. El papa Francis-co bajó por la escalinata y el jubilo esta-lló en las personas que tuvieron la opor-tunidad de asistir a las instalaciones del hangar presidencial.

Lo recibieron, en primera instancia, el presidente Enrique Peña Nieto, su espo-sa Angélica Rivera y el Nuncio Apostó-lico, Mons. Christophe Pierre, el Con-

sejo de Presidencia y el Consejo Perma-nente de la Conferencia del Episcopado Mexicano. Después, el papa Francisco saludó a los enfermos que se encontra-ban ahí presentes y observó algunos bailes regionales.

La recepción fue informal, no se pro-nunció discurso alguno; el Presidente de la República y el Papa presentaron a sus respectivas comitivas. Al término del protocolo el pontífice subió al papa-móvil y comenzó a recorrer las calles de la Cuidad de México en donde miles de personas visiblemente alegres y emo-cionados aguardaban su paso con una valla de luces.

Al llegar a la Nunciatura Apostólica, cientos de personas le dieron también la bienvenida a la que sería su residencia durante su visita a nuestro país. El Papa entró a las instalaciones de la Nunciatu-ra, las personas comenzaron a gritar para que saliera Su Santidad, y él salió,

saludó a algunos de los que ahí se encontraban, rezó con ellos, les dio la bendición, y pidió que al retirarse los

fieles lo hicieran en silencio, y que rezaran por él.

Desde el año pasado que el Papa Francisco visito Estados Unidos, hubo muchos rumores, respecto a su paso por nuestro país, cada uno de ellos sustenta-do en interpretaciones personales o con un cierto criterio político.

En noviembre la Conferencia del Episcopado Mexicano confirmó la visita del Papa Francisco a México, pero sin poner una fecha y lugar en donde estaría el Pontífice. El 12 de diciembre en la Basíli-ca de San Pedro, el Papa celebró la solemnidad de Nuestra Señora de Guadalupe y dijo de propia voz que visitaría México, y en ese momento se dio a conocer la agenda de su primera visita a nuestro país.

El tiempo fue pasando y poco a poco se dieron a conocer los detalles de los eventos que tendría en nuestro país. Se generó mucha expectativa por algunas actividades, como la visita a la Basílica y su encuentro con la Virgen de Guadalupe, que fue uno de los momentos más esperados y significati-vos de la estancia de Francisco en México.

Papa Francisco en México

Por: Francisco EsquedaDiócesis de Nezahualcóyotl

Por: Francisco EsquedaDiócesis de Nezahualcóyotl

Bienvenido misionero de laMisericordia y Paz

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5Mensajero21 de febrero de 2016

Finalizada la multitudinaria Misa en el Centro de Estudios Superiores de Ecatepec, el Papa Francisco regresó a Ciudad de México para una de las importantes citas de este viaje apos-tólico: la visita al hospital pediátrico «Federico Gómez», que cada día ofrece asistencia a cerca de ochocien-tos niños.

Después de repartir caricias y ternu-ra a los pequeños, y de agradecer a Dios por la oportunidad de poder visitarlos, en su breve discurso el Papa les recordó un “pedacito del Evangelio”, que relata la presenta-ción de Jesús en el Templo, y la figura del anciano Simeón, que, cuando lo ve, lo toma en brazos y comienza a bendecir a Dios. “Simeón es el «abuelo» - dijo - que nos enseña esas dos actitudes fundamentales: la de agradecer y a su vez bendecir”. De ahí pues, el agradecimiento a los pequeños por el cariño dispensado, como a las personas que los cuidan y

trabajan por su recuperación, y la bendición del pontífice, tal como lo hiciera el anciano Simeón al ver al niño Jesús.

El hospital pediátrico «Federico Gómez», es uno de los centros para el cuidado de la infancia a la vanguardia del país, y además de la asistencia médica es un importante centro de investigación y enseñanza sobre las patologías infantiles.

Después del encuentro con los niños y el breve discurso, el Santo Padre fue acompañado a la Unidad de Hematología-Oncología (ludoteca y el departamento de quimioterapia) y, posteriormente, visitó en forma pri-vada a los niños internados en el segundo piso.

Uno, de los muchos momentos conmovedores que pudimos ver, se vivió cuando una de las niñas allí internadas cantó ante el Papa Fran-cisco y todos los presentes el Ave María.

“Me animo a decir, que la principal riqueza de México hoy tiene rostro joven; sí, son sus jóvenes”. Lo dijo el Papa Francisco en el primer discurso de su 12° Viaje Apostólico Internacional, durante el encuentro con las autorida-des, la sociedad Civil y el cuerpo diplo-mático del Estado Mexicano. “Vengo como misionero de misericordia y de paz, pero también como hijo que quiere rendir homenaje a su madre, la Virgen

de Guadalupe”, y “quiero a su vez, ren-dirle homenaje a este pueblo y a esta tierra rica en culturas, historia y diversi-dad”.

Dirigiendo su saludo al Presidente Enrique Peña Nieto en Palacio Nacio-nal, el Santo Padre agradeció al pueblo mexicano por recibirlo en su tierra y habló de la grandeza y riquezas del país. Entre estas últimas, evidenció aquella que considera la principal: los jóvenes.

Una riqueza que permite “pensar y pro-yectar un futuro, da esperanza y proyec-ción, y constituye un desafío positivo en el presente”.

De ahí su exhortación a reflexionar sobre la responsabilidad a la hora de construir el país que se desea legar a las generaciones venideras, y la puesta en guardia sobre el camino del privilegio o beneficio “para pocos”, que “tarde o temprano”, “se vuelve un terreno fértil para la corrupción, el narcotráfico, la exclusión de las culturas diferentes, la violencia e incluso el tráfico de perso-nas, el secuestro y la muerte”, que cau-san sufrimiento y frenan el desarrollo, además de aquella de encontrar nuevas formas de diálogo, negociación y de puentes que sean una “guía por la senda

del compromiso solidario”.Asimismo, el Papa habló sobre acceso

efectivo a los bienes materiales y espiri-tuales indispensables, una tarea que corresponde a los dirigentes de la vida social, cultural y política, a saber, “vi-vienda adecuada, trabajo digno, ali-mento, justicia real, seguridad efectiva, un ambiente sano y de paz”. “Una tarea que involucra a todo el pueblo mexica-no en las distintas instancias tanto públicas como privadas, tanto colecti-vas como individuales”.

En ese sentido, aseguró la colabora-ción de la Iglesia Católica y renovó el compromiso y voluntad de servicio a la gran causa del hombre: “la edificación de la civilización del amor”.

Jóvenes, la riqueza de México

Por: Samuel Nájera

Bendición a quienes curan con la

“cariñoterapia”Por: Abril Villanueva

Papa Francisco en México

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Mensajero621 de febrero de 2016

“En ella y con ella, Dios se hace herma-no y compañero de camino, carga con

nosotros las cruces para no quedar aplastados por nuestros dolores”, lo dijo

el Papa Francisco en su homilía en la Misa cele-brada en el Santuario de Nuestra Señora de Gua-dalupe.Al final de la primera jornada de su Visita Apostólica a México, el Santo Padre celebró la Eucaristía junto a miles de fieles congregados en el Santuario Mariano más grande de nuestro país y del mundo. En su homilía el Pontífice recordó que “la Virgen María es y será recono-cida siempre como la mujer del sí, un sí de entrega a Dios y, en el mismo momento, un sí de entrega a sus herma-nos. Es el sí que la puso en movimiento para dar lo mejor de ella yendo en camino al encuentro con los demás”.“Así como se hizo pre-

sente al pequeño Juanito, de esa misma

manera se sigue haciendo presente a todos nosotros; dijo el Papa, especial-mente a aquellos que como él sienten que no valían nada. Esta elección parti-cular, digamos preferencial, no fue en contra de nadie sino a favor de todos”.Por ello, afirmó el Obispo de Roma, “Dios despertó y despierta la esperanza de los pequeños, de los sufrientes, de los desplazados y descartados, de todos aquellos que sienten que no tienen un lugar digno en estas tierras”. Es necesa-rio construir el Santuario de Dios, y este Santuario señaló el Papa, es la vida de sus hijos, de todos y en todas sus condi-ciones, especialmente de los jóvenes sin futuro expuestos a un sinfín de situacio-nes dolorosas, riesgosas, y la de los ancianos sin reconocimiento, olvidados en tantos rincones.Por eso nos puede hacer bien un poco de silencio, dijo el Papa y “mirarla a ella, mirarla mucho y calmamente. Y en este estar mirándola, escuchar una vez más que nos vuelve a decir: ¿Qué hay hijo mío el más pequeño?, ¿qué entristece tu corazón? ¿Acaso no estoy yo aquí, yo que tengo el honor de ser tu madre?”

México hirvió de la emoción con la visita del Papa y se palpó en cada una de las actividades que se vivieron, como fue el encuentro con los obispos de México en la catedral metropolitana de la Asunción de la Arquidiócesis de México, que el Santo Padre Francisco definió como “Casita Sagrada”.El Pontífice dio algunos consejos y

directrices a los obispos mexicanos para que fueran buenos pastores en su dióce-sis, sobre todo en las partes más necesi-tadas del cuerpo de la Iglesia mexicana. “La comunión es la forma vital de la Iglesia, y la unidad de sus Pastores da prueba de su veracidad. México tiene necesidad de Obispos servidores y cus-todios de la unidad edificada sobre la Palabra del Señor”, explicó recordando también que no se necesitan “príncipes” sino una comunidad de “testigos del Señor”.Durante su discurso el Papa siguió un

hilo conductor, que fue la “mirada” de la Virgen de Guadalupe. Se refirió a la “mirada de ternura”, pidiendo así a los obispos que tengan una “mirada limpia, de alma transparente, de rostro

luminoso”.Se refirió a la “mirada capaz de tejer”,

reclamándoles así que sean capaces de “imitar la libertad de Dios eligiendo lo que es humilde para hacer visible la

majestad de su rostro y de copiar esta paciencia divina en tejer”. Recordó a los presentes que hay que superar la tenta-ción de la distancia y del clericalismo, de la frialdad y de la indiferencia, del

comportamiento triunfal y de auto refe-rencialidad, buscando así una “mirada atenta y cercana, no adormecida”.

Mantengan la unidad del cuerpo episcopal, siempre mirando a la Morenita

Por: Abril Villanueva

El Papa en el Santuario de la Virgen de Guadalupe: “no estamos solos, ella va con nosotros”

Por: Renato Martínez, Radio Vaticana

Especial Visita Apostólica

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7Mensajero21 de febrero de 2016

“Esta tierra tiene sabor a Guadalupana” , expresó el papa Francisco ante más de 320 mil feligreses de todo el país que se dieron cita en el Centro de Estudios Superiores de Ecatepec, quienes explo-taron en júbilo al terminar el Ángelus que se pronunció durante la Misa Multi-tudinaria que se celebró el 14 de febrero en el Estado de México.

Su Santidad señaló en su homilía que desafortunadamente hoy en día se sigue viviendo una sociedad corrupta que ofrece tres grandes tentaciones para los cristianos: corrupción, vanidad y orgullo.

Y enfatizó: “Con el diablo no se dialo-

ga, solamente la fuerza de la palabra de Dios lo puede derrotar”.

Su Santidad aseguró que la Cuaresma es un tiempo para “ajustar los sentidos”, “abrir los ojos a las injusticias” y cam-biar el rumbo de nuestras vidas y alejar-las de las principales tentaciones.

A las personas provenientes de todo el país y que permanecieron en el recinto sede por más de 24 horas, enfrentando bajas temperaturas durante la noche, un sol radiante durante el día y largos tiem-pos de espera, les pidió ayudar a que México sea una tierra de oportunidad.

“Un país no debe llorar a sus niños, no debe emigrar para soñar y sobre todo,

debe frenar a traficantes de la muerte, pese a lo que significa ser seducidos por el dinero, la fama y el poder”, agregó.

El Papa fue claro al exponer que con el Señor siempre renace la digni-dad y pidió repetir a los presentes tres veces en voz alta: “Tú eres mi Dios, en ti confío”.

Al término de la Eucaristía, el Obispo de Ecatepec leyó un mensaje dirigido al Santo Padre en el que le expresó su agra-

decimiento por la visita y denunció los males que aquejan a su comunidad, como la corrupción y el hambre.

Mons. Óscar Roberto Domínguez prometió continuar con su misión de renovación pastoral, evangelización y atención a los mas necesitados.

Por último, como es su costumbre, Francisco pidió a los católicos salir a las periferias y por supuesto, que no se olviden de rezar por él.

El día 14 de febrero alrededor de las 10:44 el Papa Francisco arribó a Ecate-pec, al helipuerto Ballisco, procedente del Campo Marte en la Ciudad de Méxi-co. Todo fue un gran gozo porque los esfuerzos realizados durante las sema-nas anteriores fueron recompensados al recibir al Vicario de Cristo, al mensaje-

ro de Misericordia y Paz.No fue fácil coordinar un evento

donde se reunieron más de 310,000 personas en el Centro de Estudios Supe-riores de Ecatepec, ni organizar a un millón de personas a lo largo del recorri-do de casi 9 kilómetros. Fueron muchos los aspectos que se trabajaron: los litúr-

gicos, el acondicionamiento del lugar, hacer las invitaciones, los boletos, la atención a obispos, sacerdotes, religio-sos, seminaristas y laicos de muchas partes de México y de América; la aten-ción a los medios de comunicación, la organización de la velada de oración, el traslado de las personas; la coordina-

ción del Estado Mayor Presidencial, autoridades del Estado de México, del Municipio de Ecatepec, de las diócesis de la Provincia Eclesiástica de Tlalne-pantla, de las otras diócesis del Estado de México y de otros lugares. Pero los conceptos que describen el

trabajo realizado son: comunión y parti-cipación, oración y acción. La presencia de la Iglesia que peregrina en la Provin-cia de Tlalnepantla se hizo sentir en todo trabajo, desde los Obispos, vica-rios de pastoral, sacerdotes y laicos responsables de las diferentes comisio-nes; siempre en comunión y con una participación comprometida de los agentes de pastoral. La oración fue parte fundamental, ya que este momento fue vivido desde la fe, sabiendo que Dios que se manifiesta en la historia del hombre, se ha manifestado con la pre-sencia del Santo Padre en nuestra tierra; y por último, la acción, ya que fueron semanas, días, horas de un trabajo intenso, casi sin descanso por los enor-mes retos que se presentaron, pero al final, queda la satisfacción de haber contribuido a que el mensaje de Jesu-cristo resonara en los corazones de los que estuvieron en la Celebración Euca-rística en Ecatepec.Pedimos a Dios y a la Virgen de Gua-

dalupe que la semilla del Evangelio dé frutos abundantes en el caminar de cada una de nuestras diócesis, de las parro-quias, de los movimientos y comunida-des y en el corazón de todos los hombres y mujeres de buena voluntad.

Dos meses de intenso trabajo dan fruto en la visita del Santo Padre

Por: CODIPACS Ecatepec

Esta tierra tiene sabor a GuadalupanaEl Papa Francisco ante más de trescientas mil personas

pidió ayudar a que México sea una tierra de oportunidadPor: Filiberto Monter Santiago

Papa Francisco en México

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8 Mensajero21 de febrero de 2016

Querido Santo Padre, la Iglesia que peregrina en México se alegra por su presencia entre nosotros. La Diócesis de Ecatepec en la Provincia de Tlalne-pantla, experimenta la bendición de recibir al Vicario de Cristo que trae con-sigo la alegría del Evangelio y hago extensivo el amor filial y gratitud al

Papa que nos visita, para fortalecernos en la comunión en Él Señor. El Espíritu Santo sigue actuando aquí y ahora en un nuevo Pentecostés, estamos cientos de miles en este lugar y por los medios de comunicación millones en México y en el mundo, manifestándonos en unidad como discípulos misioneros de Jesús,

recordando que el mensaje del Señor a través de sus palabras Santo Padre, nos invita a escuchar, meditar, orar y actuar.Santo Padre, como en otros muchos

lugares experimentamos la pobreza, la violencia, encarnando el dolor de los que sufren por la corrupción, el hambre, la miseria y todas las manifestaciones del mal, que conducen al deterioro de nuestra “casa común”; que es viva ima-gen de los problemas que aquejan al ser humano, que ha roto la armonía con Dios, con los hermanos, consigo mismo y con la creación; pero con la posibili-dad de transformar en Jesús esa realidad en los cielos nuevos y la tierra nueva en el que reine la justicia y la paz. (Cfr. 2 Pe 10, 13).Las ocho Diócesis que integramos

nuestra Provincia Eclesiástica de Tlal-nepantla, nos esforzamos por vivir la espiritualidad de comunión, en oración, reflexión y trabajo, a través de la meto-dología prospectiva, para establecer un proceso de renovación pastoral, que nos conduzca a transformar nuestras Dióce-sis en Iglesias Misioneras y logremos hacer vida, el compromiso de la misión

continental.Gracias Santo Padre, por venir a con-

firmarnos en la fe, esperanza y caridad, recordamos sus enseñanzas que “cuan-do la fe se apaga, se corre el riesgo de que los fundamentos de la vida se debi-liten con ella”. Por eso deseamos pro-fundizar en nuestra fe, renovarnos el impulso de una Iglesia en salida, con la tarea de responder a los desafíos de nuestro tiempo promoviendo la justicia, la fraternidad, la solidaridad, compar-tiendo lo que somos y tenemos.Permítame terminar estas palabras de

gratitud pidiendo a nuestra Señora la Virgen María de Guadalupe, Patrona de América y Estrella de la Evangeliza-ción, le cubra con su manto, para que siga adelante en la misión que nuestro Señor Jesús confió a su Apóstol Pedro: apacentar sus ovejas, Dios le bendiga Santo Padre e imploramos de Usted su bendición.

† Óscar Roberto Domínguez Couttolenc M.G.

Obispo de Ecatepec

Mensaje del Obispo de Ecatepec al Santo Padre Francisco

Especial Visita Apostólica

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9Mensajero21 de febrero de 2016

“Prefiero una familia herida, que intenta todos los días conjugar el amor, a una sociedad enferma por el encierro y la

comodidad del miedo a amar. Prefiero una familia que una y otra vez intenta volver a empezar, a una sociedad narci-

sista y obsesionada por el lujo y el confort”, fue lo que el Papa Francisco dijo en su discurso duran-te el Encuentro con las Familias celebrado en el Estadio «Víctor Manuel Reyna», de Tuxtla Gutié-rrez, Chiapas.

Después de algunos testimonios que mostra-ron diversas realidades de familia, el Santo Padre, en su discurso, señaló que es necesario seguir confiando en Dios para tener “motivos para seguir apostando, soñan-do y construyendo una vida que tenga sabor a hogar, a familia”. Porque su nombre es amor, su nombre es donación, su

nombre es entrega, su nombre es mise-ricordia. Porque Él es capaz, dijo el

Papa, “de transformar nuestras miradas, nuestras actitudes, nuestros sentimien-tos muchas veces aguados en vino de fiesta”.

Respondiendo a las dificultades que las familias deben afrontar en nuestros días, el Obispo de Roma señaló que debemos luchar contra la precariedad y la soledad. Sobre todo contra la preca-riedad que nace de la soledad y el aisla-miento. Y para ello, se necesitan “legis-laciones que protejan y garanticen los mínimos necesarios para que cada hogar y para que cada persona pueda desarrollarse por medio del estudio y un trabajo digno. Por otro lado, transmitir el amor de Dios que habían experimen-tado en el servicio y en la entrega a los demás. Leyes y compromiso personal – dijo el Papa – son un buen binomio para romper la espiral de la precariedad”.

El Santo Padre presidió la renovación de los votos matrimoniales de 200 pare-jas que tienen más de 50 años de casa-dos, y los de todos los esposos presentes en el Encuentro de las Familias celebra-do en esta ciudad del estado de Chiapas.

Francisco afirmó que “es conveniente que de vez en cuando discutan y que vuele algún plato, está bien; pero no se acuesten enojados (…) El amor no es fácil pero es lo más lindo que un hombre y una mujer se pueden dar entre sí”.

Antes de rezar con los matrimonios, el Papa invitó a los esposos a “que renue-ven sus promesas matrimoniales y a los novios les pido que recen por una fami-lia fiel y llena de amor. En silencio”.

El Papa Francisco viajó en avión desde la capital mexicana al estado de Tuxtla Gutiérrez, Chiapas, y desde allí, en heli-cóptero, a la diócesis de San Cristóbal de Las Casas para celebrar la Santa Misa con las comunidades indígenas. En su homilía manifestó que el Pueblo de Israel fue “un pueblo que había expe-rimentado la esclavitud y el despotismo del Faraón, que había experimentado el sufrimiento y el maltrato hasta que Dios dice basta, hasta que Dios dice: ¡No más! He visto la aflicción, he oído el clamor, he conocido su angustia (cf. Ex 3,9). Y ahí se manifiesta el rostro de nuestro Dios, el rostro del Padre que sufre ante el dolor, el maltrato, la ine-quidad en la vida de sus hijos; y su Pala-bra, su ley, se volvía símbolo de liber-tad, símbolo de alegría, sabiduría y luz.”Chiapas se encuentra al sureste del país, y comparte frontera con Guatema-la, y si bien ocupa un sitio destacado por

la producción de café, maíz y mango, representa una de las zonas más pobres de esta nación. Se trata de una tierra que cuenta con poco más de 180 mil habi-tantes, que luchan por su supervivencia, y que se caracteriza en la actualidad por el fenómeno creciente de la emigración, ante la falta de oportunidades, especial-mente para las jóvenes generaciones. “En el corazón del hombre y en la memoria de muchos de nuestros pue-blos está inscrito el anhelo de una tierra, de un tiempo donde la desvalorización sea superada por la fraternidad, la injus-ticia sea vencida por la solidaridad y la violencia sea callada por la paz”, así lo señaló el Santo Padre.”El Papa Francisco denunció la exclu-sión sistemática y estructural de los pueblos indígenas a quienes se los suele considerar inferiores despojándolos de sus tierras, por lo que en el anhelo de vivir en libertad “nuestro Padre no sólo comparte ese anhelo, Él mismo lo ha

estimulado y lo estimula al regalarnos a su hijo Jesucristo. En Él encontramos la solidaridad del Padre caminando a nues-tro lado. En Él vemos cómo esa ley per-fecta toma carne, toma rostro, toma la historia para acompañar y sostener a su Pueblo; se hace Camino, se hace Ver-dad, se hace Vida, para que las tinieblas no tengan la última palabra y el alba no deje de venir sobre la vida de sus hijos.”Y subrayó la importancia de realizar un examen de conciencia y de pedir “¡per-dón! Perdón hermanos, el mundo de hoy, despojado por la cultura del descar-te, los necesita a ustedes”.

También la situación ecológica: “El desafío ambiental que vivimos, y sus raíces humanas, nos impactan a todos (cf. Laudato si',14) y nos interpelan. Ya no podemos hacernos los sordos frente a una de las mayores crisis ambientales de la historia. En esto ustedes tienen mucho que enseñarnos, que enseñar a la humanidad. Sus pueblos, como han reconocido los obispos de América Latina, saben relacionarse armónica-mente con la naturaleza, a la que respe-tan como «fuente de alimento, casa común y altar del compartir humano» (Aparecida, 472).

Vencer la injusticia con la solidaridad

Por: Samuel Nájera

Que la Familia no se pierda por la precariedad y la soledad200 parejas con 50 años de matrimonio renuevan votos anteel Papa en México

Por: Abril Villanueva

Papa Francisco en México

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10 Mensajero21 de febrero de 2016

Desde su arribo a Morelia el Papa causó gran alegría en todos los que pudieron verlo durante el recorrido hacia las ins-talaciones del estadio de futbol “Venus-tiano Carranza”, donde el Papa Francis-co celebró la Eucaristía con sacerdotes, religiosas, religiosos, consagrados y seminaristas.

A su llegada al estadio, las 20 mil per-sonas allí reunidas estallaron en vítores y aplausos al Santo Padre, quien se des-plazó en el interior del estadio en un pequeño vehículo de color blanco con el escudo papal. Fue saludando a los fieles hasta que llegó a la sacristía.

En la Misa, el Papa Francisco utilizó el báculo y el cáliz del primer Obispo de Michoacán, Mons. Vasco de Quiroga, conocido por todos como “Tata Vasco”.

En su homilía, Francisco aconsejó orar para combatir al demonio, que

utiliza la resignación y la acedia -la pereza espiritual- como sus principales armas. Además, aseguró que el modo de rezar deja entrever el estilo de vida que uno lleva: “A rezar se aprende, como aprendemos a caminar, a hablar, a escu-char. La escuela de la oración es la escuela de la vida y en la escuela de la vida es donde vamos haciendo la escue-la de la oración”, dijo.

Jesús enseñó a sus discípulos la fe, “los invitó a compartir su vida, su inti-midad y estando con Él, los hizo tocar en su carne la vida del Padre. Los hace experimentar en su mirada, en su andar la fuerza, la novedad de decir: Padre nuestro”. Francisco explicó: “nos ha invitado a participar de su vida, de la vida divina, ¡ay de nosotros, si no la compartimos!, ¡ay de nosotros, si no somos testigos de lo que hemos visto y

oído!, ¡ay de nosotros!”.“No somos ni queremos ser funciona-

rios de lo divino. No somos ni queremos ser nunca empleados de Dios, porque somos invitados a participar de su vida, somos invitados a introducirnos en su corazón, un corazón que reza y vive diciendo: Padre nuestro”, agregó.

Sobre las tentaciones que pueden “ase-diar” a todo hombre, el Papa indicó que se resumen en una que es el arma prefe-rida del demonio: la resignación. “Una resignación que nos paraliza y nos impi-

de no sólo caminar, sino también hacer camino; una resignación que no sólo nos atemoriza, sino que nos atrinchera en nuestras 'sacristías' y aparentes segu-ridades; una resignación que no sólo nos impide anunciar, sino que nos impi-de alabar. Una resignación que no sólo nos impide proyectar, sino que nos impi-de arriesgar y transformar”, denunció.

Cuando esto suceda y para luchar contra esta tentación, Francisco aconse-jó acudir a la “memoria” y “recuperar la historia que nos ha traído hasta acá”.

Un mensaje lleno de esperanza, ilusión y sobre todo mucho ánimo, el que dedi-có el Papa Francisco a los jóvenes en el encuentro de la ciudad de Morelia, capi-tal de Michoacán, en un estadio de fut-bol completamente lleno de fieles que demostraron una vez más la alegría y el espíritu festivo –como dijo el Papa- del pueblo mexicano.

Se calcula que fueron 50.000 personas las que participaron en este encuentro

en el que, además de danzas, canciones y mucha acción, escuchamos el testi-monio de varios jóvenes que explicaron al Papa cómo es la dura realidad de la vida para ellos, con dificultad para encontrar trabajo, formar una familia… Una sociedad que anhela la paz y en la que la violencia, las adicciones y el narcotráfico son el pan de cada día. Entre ellos, testimonió Daniela quien dijo: “Muchas veces, como jóvenes

mexicanos hemos escuchado: “Ustedes son la Esperanza para un mundo mejor”, “Ustedes son portadores y pere-grinos de esperanza”, nos han dicho “jóvenes, la Iglesia los ve con esperan-za, porque representan un enorme potencial para el presente y el futuro de la evangelización”.

Sin embargo, también en nuestro cora-zón constantemente surge unas pregun-tas ¿Y quién nos da esperanza a noso-

tros? ¿De dónde agarrarnos para tener esperanza?”. El Papa señaló que ser joven en México es la mejor riqueza, que nos da esperanza y dignidad.

Hacia el final de su participación Daniela aseguró: “Hoy los Jóvenes de México vemos en ti el rostro de la Espe-ranza que tanto necesitamos. Hoy, te necesitamos a ti, tú eres la esperanza que nos anima, en ti vemos la Iglesia en la que sí creemos.

Santo Padre hoy México necesita creer, necesitamos confiar, por favor”.

El Papa Francisco les invitó a vencer los miedos, a valorarse más, a no dejar-se pisar por las personas que les hacen creer que no valen, y sobre todo a no perder la esperanza. Y todo esto –expli-có Francisco- se consigue estando cerca de Jesucristo, que nos anima a seguir adelante, a llevar un camino lejos de la destrucción.

Finalmente, y siempre acompañado de un ambiente de alegría y fe, el Santo Padre bendijo la Cruz Misionera, que entregó a los jóvenes, representantes de las 93 diócesis de México, simbolizan-do así el compromiso de evangeliza-ción.

Fuentes: Radio Vaticana / ACIprensa.

Por: Abril Villanueva

No se dejen caer en la tentación de la resignación

Por: Francisco EsquedaDiócesis de Nezahualcóyotl

¡Ay de mí si no evangelizara!

Riqueza, esperanza y dignidad“No se dejen pisar,

se tienen que valorar”

Especial Visita Apostólica

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11Mensajero21 de febrero de 2016

Después de más de dos horas de vuelo desde Ciudad de México, el Papa Fran-cisco llegó al extremo norte del país, para visitar a los internos del Centro de Readaptación Social Estatal N. 3, CeRe-So N. 3, de Ciudad Juárez, en el estado de Chihuahua, a orillas del río Bravo, que tiene una población total de 3.000 detenidos hombres y 200 mujeres. Ade-más esta cárcel es parte de un proyecto de reinserción de los institutos penales del Estado de Chihuahua que destaca por el respeto a los estándares interna-cionales en materia carcelaria.El Papa Francisco quiso llegar allí, al

límite fronterizo con los Estados Uni-dos, donde los migrantes tratan de salir del país en busca de una vida mejor, para saludar a los excluidos de la socie-dad y celebrar con ellos el Jubileo de la Misericordia.El testimonio lo ofreció la sra. Évila

Quintana, presa de este centro que contó su historia al Pontífice. Ella es madre soltera y nunca había hablado en públi-co para proteger a su pequeña hija de las burlas de otros niños; sin embargo, cuan-do le dijeron que daría su testimonio al Papa Francisco en la cárcel de Ciudad Juárez, fue su niña de 8 años quien la alentó a seguir adelante y asegurándole: “es más, yo quiero estar contigo”.“Su presencia en este centro es un lla-

mado a la obra de misericordia para los internos de una prisión y sus fami-lias. Es también un llamado para aque-llos que se olvidaron de que aquí hay seres humanos pues aunque seamos transgresores de la ley del hombre y pecadores la mayoría de nosotros tene-mos la esperanza de la redención y en algunos casos la voluntad de conseguir-la”, dijo Quintana.Después, Francisco saludó a 20 muje-

res y 30 hombres distinguidos por su buena conducta. Ellos le regalaron una férula labrada a mano, un báculo de 1,95 metros y una vasija artesanal típica de una región.Francisco les ofreció también un dis-

curso plagado de cariño y ánimo dada la vida que llevan. “No quería irme sin venir a saludarlos, sin celebrar el Jubi-leo de la Misericordia con ustedes”, dijo el Papa dirigiéndose a los 700 reclusos, 250 familiares de internos y 50 miem-bros de la pastoral penitenciaria y 50 personas de la fiscalía responsable de las penitenciarías de Chihuahua- “Cele-brar el Jubileo de la Misericordia con ustedes es recordar el camino urgente que debemos tomar para romper los círculos de la violencia y de la delin-cuencia”. Francisco insistió en que los problemas no se resuelven aislando, apartando o encarcelando: “Nos hemos olvidado – insistió – de concentrarnos en lo que debe ser nuestra verdadera

preocupación: “la vida de las personas” y de sus familias.Es la misericordia divina, puntualizó

el Pontífice, que nos recuerda “que las cárceles son un síntoma de cómo está la sociedad, de los silencios y omisiones que provocan la cultura del descarte”; la que nos recuerda que la reinserción no comienza entre paredes sino afuera, en las calles de la ciudad, con la creación

de un sistema de “salud social” que no enferme a la sociedad sino que ayude a prevenir el deterioro del tejido social y beneficie una mejor convivencia. “En la capacidad que tenga una socie-

dad de incluir a sus pobres, sus enfer-mos o sus presos –afirmó– está la posi-bilidad de que ellos puedan sanar sus heridas y ser constructores de una buena convivencia”.

El Santo Padre alentó a los detenidos del Centro de Readaptación a “escribir una nueva historia hacia adelante”, a luchar desde 'aquí adentro' “para rever-tir las situaciones que generan más exclusión” contando su experiencia, para frenar “el círculo de la violencia y la exclusión”, a trabajar para que “esta sociedad usa y tira no siga cobrándose víctimas”.

Trabajen desde dentro para que esta sociedad que “usa y tira” no siga cobrando más víctimas

Por: Abril Villanueva

Papa Francisco en México

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12 Mensajero21 de febrero de 2016

Ciudad Juárez, Chihuahua, 17 de febre-ro de 2016. Cercano el medio día, casi 4000 personas, entre empresarios, miembros de asociaciones civiles, representantes de la industria y el comercio, aunado a agentes de Pastoral Social y sus dimensión del trabajo, aten-dieron la llamada del Papa Francisco a la escucha de su mensaje.

Previo a su llegada al Gimnasio del Colegio de Bachilleres, se realizó un momento de reflexión en torno a la última encíclica del Santo Padre: Lau-dato' Si, por parte de 3 personajes, en primer lugar. El Dr. Manuel Maass Moreno, seguido de Don José Merced Gonzáles, del Centro Nacional de Pro-moción Social.

Los comentarios del doctor sobre la encíclica giraron en torno a enfatizar la importancia de leerla y profundizar en el establecimiento de compromisos que favorezcan el desarrollo “socioecosis-témico” integral. Invitó también a estar solícitos a ser la sociedad organizada que ponga límites a la sociedad desbo-cada de ambición, lo anterior conside-rando que sólo el desarrollo social inte-gral nos permitirá salir de la crisis.

Por su parte el Sr. José Merced Gonzá-lez, en un enérgico mensaje instó a los presentes a mirar los rostros detrás del trabajo, a los pobres, a los indígenas, a

los campesinos, a los obreros y trabaja-dores informales, a los personas con discapacidad. A las mujeres, a quienes construyen la sociedad con su trabajo y que son marginados; “esos rostros deben ser nuestra preocupación, debe-mos (compañeros) reivindicarlos, impo-ner el respeto y la dignidad a su persona y sus esfuerzos, pues el trabajo es reali-zación humana y de nosotros mucho depende realizar los cambios necesa-rios para obtener justicia”.

Seguidamente, Mons. Jorge Alberto Cavazos Arizpe, obispo auxilar de Mon-terrey, responsable de la Pastoral del Trabajo, guio un momento de oración para disponer el corazón al mensajero de misericordia y paz.

Como reflexión final se contó con el comentario del Lic. Gustavo de Hoyos, representante de la COPARMEX, quién mencionó que la encíclica es un llamado a la solidaridad y subsidiariedad, a for-talecer la conciencia de que somos una sola familia. Expresó también que los empresarios y responsables de la gene-ración de empleos y fuentes de trabajo tienen retos y preocupaciones, entre lo más importante dignificar al hombre y las situaciones de desigualdad.

Mencionó que hace falta tener entra-ñas de misericordia y vivir la caridad en las etapas de la vida cuando está más

vulnerable, en el vientre, durante la niñez y la senectud.

El encuentro con el “mundo del traba-jo” ofreció un panorama distinto a los otros, tanto por los asistentes en su entu-siasmo y su papel social, como por el mensaje que Su Santidad ofreció.Un Papa que decidió caminar por el pasillo, saludando, que pronunció su discurso de pie, que asintió a los discur-sos que compartieron algunos persona-jes, que tuvieron la oportunidad de com-partir sus preocupaciones particulares que seguramente son colectivas.Un Papa que eligió esta ciudad por su importancia económica y laboral, y nos dejó saber que cada sitio visitado fue

elegido por una razón particular.El mensaje de Su Santidad Francisco fue una exhortación a todos, un llama-do a ser valientes, a ser copartícipes de la creación con Dios al generar opcio-nes de cambio.Esta contundente llamada a retomar, sobre los principios de la Doctrina Social de la Iglesia (DSI), pidió “velar por la integridad de las personas y las estructuras sociales”; a retomar la DIS como voz profética que nos salvará de la corrupción.Sus palabras confirmaron sus anteriores mensajes al retomar los conceptos de diálogo, confrontación y compromiso.

El encuentro y el diálogo para construir el mañana y reconstruir los vínculos sociales dañados por la falta de comuni-cación y de respeto a lo mínimo necesa-

rio para una convivencia saludable. De aquí partió el discurso del Papa Francis-co dirigido al mundo del trabajo, penúl-tima cita de este viaje apostólico, que se

llevó a cabo en el Colegio de Bachille-res del Estado de Chihuahua.

Dirigiéndose a las diversas organiza-ciones de trabajadores, representantes de cámaras y gremios empresariales, el Obispo de Roma les recordó la res-ponsabilidad que los une, es decir, aque-lla de buscar generar espacios de trabajo digno y útil para la sociedad y en parti-cular, para los jóvenes. De hecho, señaló que la desocupación genera pobreza, y esta última se convierte en “terreno fértil para el narcotráfico y la violencia”.

Aunque la mentalidad reinante pro-pugna la mayor cantidad de ganancias posibles, “a cualquier tipo de costo y de manera inmediata”, recordó que la mejor inversión es aquella que se reali-za en “la gente, en las personas, en sus familias”, en “crear oportunidades”. Y afirmando que el flujo del capital no puede determinar el flujo y la vida de las personas, advirtió que “Dios pedirá cuenta a los esclavistas de nuestros días”.

También indicó la importancia de la Doctrina Social de la Iglesia, cuya pre-tensión es la de velar por la integridad de las personas y de las estructuras sociales, y exhortó a luchar para que el trabajo sea una instancia de humaniza-ción y de futuro.

“¿Qué mundo queremos dejarles a nuestros hijos?”. Concluyendo el dis-curso el Papa preguntó si desean dejar a los hijos de la tierra mexicana como legado el mundo de la explotación, de los salarios insuficientes, del acoso laboral, o aquel del “trabajo digno, el techo decoroso y la tierra para trabajar”, y, con la conciencia de que lo planteado por él mismo no es fácil, subrayó que peor es la falta de negociación y de valo-ración, porque “el lucro y el capital no son un bien por encima del hombre, sino que están al servicio del bien común”.

A todos, el Sucesor de Pedro invitó a soñar y a construir el México que sus hijos se merecen, es decir, “el México que sabe reconocer en el otro la digni-dad del hijo de Dios”.

Construir el México que sabe reconocer en el otro la dignidad del Hijo de Dios

Por: Samuel Nájera

Francisco caminó entre nosotrosPor: Claudia Andrea Pérez Monzón

Especial Visita Apostólica

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1Mensajero 3

El pasado 13 y 14 de febrero nuestra Provincia Eclesiástica de Tlalnepantla en la Diócesis de Ecatepec, recibió a un gran número de personas que aceptaron el llamado a formar parte de los volun-tarios para la primera visita papal de Su Santidad Francisco. Evento que estuvi-mos esperando desde que fue anunciada su visita a México, con gran emoción.

Debo admitir que al principio nuestra idea era que estaríamos muy cerca de él, sin embargo ya planeando y compren-

diendo nuestra función, entendimos que sería servir a Dios, pero a través de nues-tros hermanos.

Mi primer pensamiento fue desmoti-vante, que las horas de trabajo serían muchas, pero esa necesidad de servir me ayudó a cambiar mi expectativa, me aferré a los designios de Dios.

La convocación fue hecha para todas las parroquias en nuestra Diócesis de Valle de Chalco, de Santa Isabel de Hun-gría, mi parroquia fuimos varios los

llamados pero no todos fuimos elegi-dos, siendo seis personas los que repre-sentamos a nuestra querida parroquia. La experiencia que me deja fue, prime-ro, vencer mis miedos y no buscar obte-ner más que la gratificante sensación de ponerme a disposición con empeño y humildad de los que organizaban y coordinaban.

El trabajo comenzó el sábado 13 de febrero en punto de las 5 de la mañana en el seminario de Chalco, para recibir las indicaciones, ya llegando a Ecatepec se vivía un ambiente de fraternidad y comunión; a pesar de no conocernos fue fácil empatizar con diferentes diócesis.

Lo que nos dio fuerza era la fe y el entusiasmo con que las personas espe-raban desde un día antes para poder ingresar a las islas dentro del recinto. Nos tocó colaborar en el acceso tres,

trabajo de 9 horas aproximadamente para que ingresaran más de 180 mil personas.

Las inclemencias del tiempo y el sacrificio de no haber comido, ni des-cansado valió la pena con la sorpresa que seríamos la última valla antes de que el Santo Padre subiera la rampa que lo conduciría hacia el altar. Verlo pasar tan cerca de nosotros fue la satisfacción más grande, en ese instante desapareció el cansancio y salieron las fuerzas para poder gritar y contemplar su rostro de misericordia y amor. Una gran emoción y alegría me llenó el corazón al ver que ya se acercaba; poder estar ahí en ese momento, ha sido una gran bendición. Todo el cansancio, el frío intenso, valió por completo por esos segundos, por esa sonrisa del Papa Francisco.

En su última actividad de esta visita pastoral a México, antes de celebrar la Santa Misa multitudinaria en Ciudad Juárez, el Papa Francisco rezó por los migrantes fallecidos. Depositó un ramo de flores en una cruz de tres metros, que se ve desde los dos lados de la frontera, y que recuerda a todas las personas que han perdido la vida intentando cruzar el Río Bravo.

Durante su homilía hizo hincapié en la dura realidad que viven los migrantes: “Aquí en Ciudad Juárez, como en otras zonas fronterizas, se concentran miles de migrantes de Centroamérica y otros países, sin olvidar tantos mexicanos que también buscan pasar «al otro lado». Un paso, un camino cargado de terribles injusticias: esclavizados, secuestrados, extorsionados, muchos hermanos nues-tros son fruto del negocio del tránsito humano, del tráfico de personas”, expresó el Papa.

El Santo Padre declaró que esta crisis humanitaria y tragedia humana de la migración forzada se ha convertido en un fenómeno global, “que se puede medir en cifras,-pero- nosotros quere-mos medirla por nombres, por historias, por familias. Son hermanos y hermanas

que salen expulsados por la pobreza y la violencia, por el narcotráfico y el cri-men organizado. Frente a tantos vacíos legales, se tiende una red que atrapa y destruye siempre a los más pobres. No sólo sufren la pobreza sino que encima sufren estas formas de violencia.”

Y denunció con dureza que la “injusti-cia que se radicaliza en los jóvenes, ellos, «carne de cañón», son persegui-dos y amenazados cuando tratan de salir de la espiral de violencia y del infierno de las drogas. ¡Y que decir de tantas mujeres a quienes se les ha arrebatado injustamente la vida!”

Los exhortó a pedir “a nuestro Dios el don de la conversión, el don de las lágri-mas, pidámosle tener el corazón abier-to, como los ninivitas, a su llamado en el rostro sufriente de tantos hombres y mujeres. ¡No más muerte ni explota-ción! Siempre hay tiempo de cambiar, siempre hay una salida y una oportuni-dad, siempre hay tiempo de implorar la misericordia del Padre”.

Y hacia el final de su homilía, comen-tó: “hay signos que se vuelven luz en el camino y anuncio de salvación. Sé del trabajo de tantas organizaciones de la sociedad civil a favor de los derechos de

los migrantes. Sé también del trabajo comprometido de tantas hermanas reli-giosas, de religiosos y sacerdotes, de laicos que se la juegan en el acompaña-miento y en la defensa de la vida. Asis-ten en primera línea arriesgando muchas veces la suya propia. Con sus vidas son profetas de la misericordia, son el corazón comprensivo y los pies acompañantes de la Iglesia que abre sus brazos y sostiene”.

El Papa Francisco, finalmente, se

despidió de nuestro país con unas senti-das palabras, en las que agradeció el esfuerzo de tantas personas que hicie-ron posible su peregrinación por estas tierras. “A tantos servidores anónimos que desde el silencio han dado lo mejor de sí para que estos días fueran una fies-ta de familia, gracias. Me he sentido acogido, recibido por el cariño, la fiesta, la esperanza de esta gran familia mexi-cana, gracias por haberme abierto las puertas de sus vidas, de su Nación”.

21 de febrero de 2016

Un camino cargado de terribles injusticias

La migración forzada se ha convertido en un fenómeno globalPor: Abril Villanueva

Voluntarios

Por: Beatriz Ortiz Mata, Diócesis Valle de Chalco

con el Papa

Papa Francisco en México

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1 Mensajero421 de febrero de 2016

Especial Visita Apostólica

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1Mensajero 521 de febrero de 2016

Papa Francisco en México

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