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    Deseamos expresar nuestro reconocimiento al compromiso y trabajo de nuestroscolegas, Sra. Alya Saada, Directora interina de UNESCO-México en ese entonces, aCarlos H. Maldonado, Consultor de dicha Oficina y la Sra. Virginia Accatcha, Consejera

    para la Cultura de la Oficina de UNESCO-San José.

    Agradecemos profundamente la excelente disposición del Consejo Nacional parala Cultura y las Artes (CONACULTA), al igual que la invaluable presencia de nuestrosinvitados que llegaron de todos los países del istmo centroamericano y que, con susaportaciones, resaltaron nuestros compromisos humanistas. Finalmente, nuestroagradecimiento sincero a la Socióloga Griselda Galicia, Directora General de CulturasPopulares e Indígenas y la Lic. Teresa Blanco Moreno, Directora de Promoción eInvestigación de la DGCPI del CONACULTA así como a su eficiente equipo de trabajo.

    Luis Manuel Tiburcio

    Director UNESCO-MéxicoWolfgang Reuther

    Director UNESCO-San José

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    Primera edición, 2005

    Coordinación Editorial

    Dirección General de Culturas Populares e Indígenas

    Diseño:Mónica Méndez Padilla Jiménez

    Fotografía:Fernando García ÁlvarezCID Alberto Beltrán, DGCPI: Christa Cowrie, Pablo Méndez, Rogelio Cuéllar

    © Dirección General de Culturas Populares e Indígenas del CONACULTA

      Av. Revolución 1877, 6o

     piso, San Ángel, C.P. 01000  México, D.F.  ORGANIZACIÓN DE LAS NACIONES UNIDAS PARA LA EDUCACIÓN,  LA CIENCIA Y LA CULTURA, MÉXICO  Presidente Masarik 526, 3o piso, Polanco, C.P. 11560  México, D.F.

    Impreso y hecho en México

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    PrólogoPresentación 

    Conferencia Magistral 1

    La diversidad cultural:cuatro problemas urgentes Eduardo Vicente Nivón Bolán

    Mesa Redonda 1Diversidad Cultural y Pluralismo

    Los retos y riesgos de la diversidad José Del Val Blanco

    Globalización, multiculturalismo y derechos indígenasFrancisco López Bárcenas

    Culturas misquita y suma en NicaraguaMagdalena Ubeda

    La diversidad cultural en Centroamérica,el desafío de su expresiónMario Hernán Mejía

    Relatoría de la ConferenciaMagistral y Mesa Redonda 1 

    Diversidad cultural y pluralismoen México y CentroaméricaVirginia Accatcha

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    Conferencia Magistral 2Diversidad cultural, pluralismo y diálogo intercultural en Guatemala

    Manuel de Jesús Salazar Tetjzagüic

    Mesa Redonda 2El pluralismo cultural y la participaciónciudadana en México y Centroamérica

    Pluralismo cultural 

     y participación ciudadanaCarlos Zolla Luque

    Indígenas urbanos.Construyendo la interculturalidad Larisa Ortiz Quintero

    Integración de comunidades nahuats y lencas al proceso de desarrolloeconómico y social 

    en El Salvador Héctor Ismael Sermeño

    Diversidad de culturas, educaciónsentimental y derechos de minoríasAlexander Jiménez

    Relatoría de la Mesa Redonda 2

    El pluralismo cultural y la participaciónciudadana en México y CentroaméricaErnesto Díaz-Couder

    Documentosanexos

    Declaración Universal de la UNESCOsobre Diversidad Cultural 

    Mensaje de Koichiro MatsuuraDirector General de la UNESCOsobre la Diversidad Cultural

    Discurso inaugural de la Jornada México-Centroamérica

     por la Diversidad CulturalDra. Alya Saada

    Intervención de la Sra. Sari Bermúdez enla inauguración de la Jornada México-Centroámerica por la Diversidad Cultural 

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       :    C    h   r    i   s   t   a    C   o   w   r    i   e

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    a fecunda diversidad delas culturas se encuentrahoy amenazada por muy

    diversos factores pues anteel proceso de globalización, searrumban o aniquilan tradicionesy culturas.

    PrólogoFoto: Christa Cow

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    Ante ello, constatamos que las culturas no sólo no están aisladas, ni son estáticas, sinoque interactúan y evolucionan. Se recrean constantemente en la medida en que las per-sonas cuestionan, adaptan y redefinen sus valores y prácticas ante el cambio de la realidady el intercambio de ideas puesto que la cultura también constituye una dimensión funda-mental del proceso del desarrollo y contribuye a fortalecer la independencia la soberanía yla identidad de las naciones.

    En la Declaración Universal de la UNESCO sobre la Diversidad Cultural, aprobada por acla-mación en 2001, se consagra la diversidad cultural como patrimonio común de la humanidady se expresa la necesidad de responder a los retos que plantean los procesos actuales de glo-balización mismos que, al tiempo que propician un diálogo renovado entre las culturas y lascivilizaciones, ponen de manifiesto cuán vulnerable es esa diversidad, a pesar de que, comotanta veces se ha dicho, « la diversidad cultural es tan necesaria para el género humano comola diversidad biológica para los organismos vivos ».

    Asimismo, dicha Declaración reconoce que “el pluralismo cultural constituye la respues-

    ta política al hecho de la diversidad cultural. Inseparable de un contexto democrático, elpluralismo cultural es propicio a los intercambios culturales y al desarrollo de las capacida-des creadoras que alimentan la vida pública.”

    Es en este marco y, al conmemorar el Día Mundial de la Diversidad Cultural para el Diálogoy el Desarrollo 2005, que la UNESCO, en coordinación con la Dirección General de Culturas Po-pulares e Indígenas del Consejo Nacional para la Cultura y las Artes (CONACULTA), realizaronen la Ciudad de México la Jornada México-Centroamérica por la Diversidad Cultura.

    El propósito de esta Jornada fue fomentar el diálogo sobre la cultura de la pluralidad y latolerancia entre la sociedad civil de México y Centroamérica, así como proponer alternati-

    vas que permitan promover la participación activa de las comunidades étnicas, culturales ylocales en la construcción de una Nación y en la vida del Estado a las que pertenecen.

    Durante dicha Jornada participaron académicos y funcionarios públicos de México yCentroamérica, quienes llevaron a cabo profundas reflexiones en torno a los ejes temáticos“Diversidad cultural y pluralismo en México y Centroamérica”  así como “El pluralismo cultural yla participación ciudadana” .

    La presente publicación presenta, a manera de Memoria, las ponencias presentadas, loscomentarios y discusiones llevados a cabo así como los siguientes documentos: Declara-ción Universal de la UNESCO sobre la Diversidad Cultural, Mensaje del Director General de la

    UNESCO, Sr. Koichiro Matsuura; con motivo del Día Mundial de la Diversidad Cultural parael Diálogo y el Desarrollo 2005, discurso inaugural de la  Jornada México Centroamérica porla Diversidad Cultural e intervención de la Sra. Sari Bermúdez, presidenta del CONACULTA, conmotivo de la inauguración de la misma.

    Organización de las Naciones Unidaspara la Educación la Ciencia y la Cultura

    Oficinas de México, Guatemala y Centroamérica

    Dirección General de Culturas Populares

    e Indígenas del CONACULTA, México

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    La explotación irracionalde la naturaleza, lahomogeneización delas culturas en torno a la

    cosmovisión de la civilizaciónoccidental, la subyugación de

    los saberes tradicionales y elcrecimiento de la desigualdad yla pobreza, son signos elocuentesde la crisis de la modernidad. Ypara no resignarnos a ser simplesespectadores de ese deterioro, laUNESCO, en coordinación con lospaíses de todos los continentes,deben asumir el compromiso deabrir espacios para la reflexión y eldebate sobre la construcción delmundo actual, donde convergenculturas y tiempos históricosdiversos.

    Presentación

    Jornada México-Centroamérica.Celebración del

    Día Mundial de laDiversidad Cultural

    para el Diálogo y elDesarrollo

    Foto: Christa Cowr

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    14 • Jornada México-Centroamérica por la Diversidad Cultural

    El devenir histórico del siglo XXI debeser considerado como el tiempo de laconfluencia de procesos biológicos, polí-

    ticos y sociológicos reconducidos por laintervención del hombre hacia un nuevoorden geofísico, de la vida y de la cultura.

    Sin duda, hoy vivimos un mundo en elque se amalgaman la tecnología, los co-nocimientos y las identidades culturales.Consecuentemente son tiempos de aso-ciar tradición y modernidad, creatividade innovación, particularismo y sociedad

    global, naturaleza y tecnología, para re-construir al mundo en torno a los valoresde la diversidad, la diferencia, la libertad,la igualdad, la tolerancia, el diálogo, la soli-daridad y la convivencia pacífica.

    En razón de lo anterior, es ineludibleabordar los problemas que plantea el Es-tado plural y la sociedad multicultural, yaque son los espacios donde se desarrollaa plenitud la diversidad étnica y culturalde la raza humana, así como el derechoque tienen a participar en la producciónde sus condiciones de existencia y decidirsobre su destino. Al respecto, debemosbuscar los consensos sobre la salvaguardiade la diversidad y el tránsito al pluralismocultural, sin pretender por ello unificar las

    visiones del futuro ni las estrategias paraconstruir las sociedades nacionales y la so-ciedad global.

    Esto se ilustra en el artículo 2 (de ladiversidad cultural al pluralismo cultural)de la Declaración Universal de la UNESCO

    sobre la Diversidad Cultural (2 de noviem-bre de 2001), el cual reconoce que “el plu-ralismo cultural constituye la respuesta

    política al hecho de la diversidad cultural.Inseparable de un contexto democrático,el pluralismo cultural es propicio a los in-tercambios culturales y al desarrollo de lascapacidades creadoras que alimentan lavida pública”.

    Asimismo, el paso de la diversidad alpluralismo cultural se sustenta en que elmundo es plural y diverso, tanto por sus

    orígenes como por sus productos cultu-rales.

    De los casi seis mil millones de per-sonas que viven en él, 350 millones sonindígenas. Cabe destacar que éstos se en-cuentran distribuidos en más de 70 paísesy 866 ecorregiones del mundo. Represen-tan más de cinco mil lenguas y culturas, ycasi el 95 por ciento de la diversidad cul-tural del planeta.

    Por su parte, en México existen 62 pue-blos indígenas que representan 10 millo-nes 529 130 indígenas, aproximadamenteel 10.8% de la población total.

    Viven en 40 mil comunidades que sedistribuyen en 2 315 municipios y estánpresentes en 28 de las 32 entidades que

    conforman la República Mexicana. Asi-mismo, según el Informe de DesarrolloHumano 2004 del PNUD, la población to-tal de Guatemala, el 55%; de El Salvador el10%; de Nicaragua el 10% (9% es negra);de Honduras el 7%; de Costa Rica el 1.7%

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    y de Panamá el 5% (14% es de origen afri-cano y mulato).

    Así pues, la coexistencia armoniosa en-

    tre las distintas entidades colectivas en unEstado-nación es garante de la paz. Anteesta realidad, la Declaración Universal dela UNESCO sobre la Diversidad Culturaladmite que “la diversidad cultural es, parael género humano, tan necesaria comola diversidad biológica para los seres vi-vos.” No cabe duda que hoy día el mun-do refracta un haz de luces divergentes,

    de colores y matices múltiples, donde seenlazan tiempos, conocimientos, vidas yorígenes diversos. Justamente así lo reco-noce la UNESCO, quien en su 30ª sesión(1999) consideró que la “diversidad cultu-ral” es una de las principales riquezas dela humanidad y que, por tanto, debe serafirmada y desarrollada.

    No obstante la riqueza cultural delplaneta y los esfuerzos de la UNESCOpara su preservación y salvaguardia, seanuncian peligros de gran alcance: des-de el rechazo y la descalificación a lo in-dígena y popular, hasta la extinción desus patrimonios.

    Por citar un ejemplo, un estudio delInstituto de Tecnología Lingüística de

    Massachusetts confirma que tres mil delas seis mil lenguas que se hablan en elmundo se perderán en los próximos añosporque los jóvenes no las hablan.

    Reconocemos que el mundo estácompuesto por naciones multiculturales.

    En virtud de ello, y con motivo de la con-memoración del Día Mundial de la Diver-sidad Cultural para el Diálogo y el Desa-

    rrollo, la UNESCO, el CONACULTA con elGrupo de Coordinación Institucional ce-lebran la Jornada México-Centroaméricapor la Diversidad Cultural, el 20 de mayode 2005 en la Ciudad de México.

    En la actualidad, la diversidad culturaly la pluralidad de usos, costumbres, sím-bolos, cosmovisiones y lenguas son con-diciones fundamentales para garantizar

    el carácter democrático de un régimenpolítico. Por definición, la democracia sefunda en la diferencia y la pluralidad. Asi-mismo, se construye sobre la base de lacooperación, el intercambio, el diálogo, elentendimiento y la comunicación entregrupos humanos.

    Las acciones que emprendemos jun-tos, México y Centroamérica, están fun-damentadas por vínculos históricos, cul-turales y lingüísticos; son guiadas por eldiálogo y la búsqueda de acuerdos y con-sensos para articular democráticamentenuestras múltiples identidades.

    El pluralismo cultural busca mejorar laconvivencia pacífica en un contexto llenode diferencias, porque acepta la diversi-

    dad de patrimonios culturales, cada unoigualmente legítimo para el grupo que loha heredado. Además, acepta los puntosen común y la posibilidad de diálogo einteracción armónica y pacífica entre di-versas culturas.

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    16 • Jornada México-Centroamérica por la Diversidad Cultural

    Objetivo general

    El propósito fundamental de la JornadaMéxico-Centroamérica por la Diversi-dad Cultural es contribuir a promover laconciencia en la sociedad civil y las insti-tuciones acerca de la importancia que tie-nen tanto la diversidad cultural en los Es-tados-nación contemporáneos para man-tener la paz y la convivencia pacífica entreculturas y civilizaciones que cohabitan

    bajo un mismo techo, como el pluralismocultural. El pluralismo cultural ha de ser elprecepto para construir una convivencia apartir de esa diversidad de mundos; es de-cir, de las diferentes cosmovisiones, estilosde vida y formas de desarrollo bajo valorescomunes y un proyecto compartido.

    Asimismo, busca que tanto los gobier-nos como la sociedad civil de México yCentroamérica identifiquen, reconozcan yvaloren las aportaciones que la diversidadétnica, lingüística y cultural ha hecho alpatrimonio inmaterial y material de nues-tra región, en particular y de la humani-dad, en general.

    Cabe señalar que el hilo transversalde la Jornada será el de establecer cuáles

    son las principales prioridades de Méxicoy Centroamérica para impulsar las condi-ciones de convivencia y mejoramiento delnivel de vida de la ciudadanía en la diver-sidad cultural, como se ha mencionadoen la introducción de este documento.

    Objetivos específicos

    - Afirmar la voluntad de cooperación en-tre México y los países centroamericanospara promover de manera conjunta la re-flexión y el debate crítico en torno a la di-versidad y el pluralismo cultural, así comosu proyección en el futuro de la región.

    - Fomentar la cultura de la pluralidad y latolerancia entre la sociedad civil de Méxi-co y Centroamérica.

    - Promover la participación activa de lascomunidades étnicas, culturales y locales,en la construcción de una nación y en lavida del Estado a las que pertenecen.

    - Establecer compromisos para revertir latendencia que existe en México y Centro-américa hacia la uniformidad y homoge-neidad cultural, debido a la globalizacióny la imposición de principios y visiones decarácter occidental.

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    Dr. EduardoNivón Bolán

    Doctorado en Antropología porla Facultad de Filosofía y Letras

    de la Universidad Nacional

    Autónoma de México.Ha publicado diversos

    artículos y libros.Actualmente es Investigador

    Nacional, Nivel 1 en el SistemaNacional de Investigadores; es

    titular C en el Departamento deAntropología de la Universidad

    Autónoma de Iztapalapa ycoordinador por la UAM delPosgrado Virtual en PolíticasCulturales y Gestión Cultural,

    CONACULTA/ OEI/ UAM.

        F   o   t   o   :    F   e   r   n   a   n    d   o    G   a   r   c    í   a    Á    l   v   a   r   e   z

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    ConferenciaMagistral 1

    La celebración del Día Mundial de la Diversidad Cultural que

    la UNESCO acordó celebrar los días 21 de mayo de cada

    año tiene un sentido especial. Normalmente la dedicación

    de una fecha tiene una finalidad conmemorativa o festiva,pero éste no es el caso. Se trata más bien de emplear la ocasión para

    reflexionar sobre el mucho camino que nos queda para comprender

    y diseñar políticas adecuadas sobre la diversidad cultural.

    La diversidadcultural:

    cuatroproblemasurgentes

    Dr. Eduardo Nivón Bolán

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    Por mi parte dediqué una de mis cla-ses con estudiantes de antropología parahacer un recuento de la historia del de-

    bate sobre el pluralismo y la diversidadcultural en México. Al respecto, el sigloXX mexicano fue el escenario de un difíciltránsito de la política de integración a laaceptación de la diversidad. Vale la penarecordar algunos momentos: En 1916 sepublica el libro Forjando Patria de ManuelGamio, en el que se convoca al Estado yla sociedad mexicana a desarrollar una

    política de integración indígena: El pro-blema fundamental del país, decía Gamio,era “encausar sus poderosas energías hoydispersas, atrayendo a sus individuos ha-cia el otro grupo social que siempre hanconsiderado como enemigo, incorporán-dolos, fundiéndolos, con él, tendiendo,en fin, a hacer coherente y homogéneala raza nacional, unificando el idioma yconvergente la cultura” (10). Aunque losprogramas indigenistas aplicados por elEstado mexicano en las siguientes déca-das tuvieron énfasis y experiencias distin-tas, siguieron en lo general el curso mar-cado por Gamio. Es interesante observarque cuando en 1940 se realiza el PrimerCongreso Indigenista Interamericano en

    Pátzcuaro, Michoacán, las palabras diver-sidad, pluralismo, diferencia, cultura parti-cular, autonomía o algunas parecidas notienen mención alguna y sí en cambiouna larga lista de acciones y políticas quedebían ser aplicadas a los pueblos indíge-

    nas para lograr su desarrollo. Durante losaños sesenta el ambiente político e inte-lectual comienza a abrirse al debate sobre

    la especificidad de las culturas indígenas.Se reconocía que en la política de integra-ción había un sentido positivo en cuantoa que la transformación de la sociedadnacional requerirá forzosamente la inte-gración de las poblaciones explotadas yoprimidas del país, pero también se criticóque tras esa propuesta había una visiónetnocéntrica y de manipulación por parte

    de la misma sociedad nacional que les ne-gaba a las comunidades indígenas el de-recho a decidir por sí mismas el curso desu propio desarrollo. Se llegó así, de ma-nera ineludible, a “la perspectiva de un es-tado pluricultural para México” (Bonfil, 56)cuya característica más notable es que launidad del mismo será siempre dinámicay contradictoria. Cuando, en 1982, Méxi-co fue sede de la Mondiacult convocadapor la UNESCO, el cambio de perspectivade intelectuales había madurado hasta talgrado que su impronta se muestra a la vis-ta en la declaración consecuente:

    5. Lo universal no puede postularseen abstracto por ninguna cultura en

    particular; surge de la experi enciade todos los pueblos del mundo,cada uno de los cuales afirma su iden-tidad. Identidad cultural y diversidadcultural son indisociables.

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    6. Las peculiaridades culturales noobstaculizan, sino que favorecen, lacomunión en los valores universales

    que unen a los pueblos. De allí queconstituya la esencia misma del plu-ralismo cultural el reconocimientode múltiples identidades culturalesallí donde coexisten diversas tradi-ciones1.

     Todavía hubo de pasar mucho tiempoy, sobre todo, que los movimientos indíge-

    nas adquirieran en el país gran visibilidadpara que en 1992 tuviera lugar la reformaconstitucional que estableció que “Lanación mexicana tiene una composiciónpluricultural sustentada originalmente ensus pueblos indígenas”, afirmación quefue ampliada y desarrollada en la polémi-ca reforma constitucional de 2001.

    Luego del breve recuento que he cita-do, comentaba con los alumnos que a migeneración este tránsito tan largo de laspolíticas de integración al reconocimien-to del pluralismo cultural parecía habersido muy difícil, pero más difícil me pare-ce aún avanzar a la puesta en práctica depolíticas de interculturalidad.

    I

    Desde una perspectiva más amplia a la delEstado mexicano, puede afirmarse que

    con relación al pluralismo y la diversidadcultural se ha establecido una especie desentido común sobre la diversidad culturalque vale la pena observar. Se ha aceptadoel carácter múltiple, variable, de las expre-siones culturales. Los estados y los organis-mos internacionales se han alejado de laidea de que la cultura es única e invarian-te y han asimilado la legitimidad de otras

    expresiones culturales (Art. 1 de la Declara-ción sobre la Diversidad Cultural). Dicho deotro modo, gran parte de los organismospúblicos internacionales y de los diversosestados han transitado del nacionalismoétnico, que vincula la ciudadanía a la perte-nencia a una comunidad cultural (de len-gua, raza o tradiciones) y excluye a quienesno participan de ciertos rasgos definidospor el grupo dominante, al nacionalismo cí-vico, sostenido en la igualdad de derechosy libertades y en la participación de todoslos ciudadanos. Ahora se reconoce que sepuede ser ciudadano de un país aunquese sea diferente en términos de la religióndominante, del grupo étnico mayoritario odel lugar donde tuvimos nuestro origen.

    Es parte de las visiones compartidas eneste campo que la diversidad cultural esun hecho incuestionable de las sociedadesmodernas, que prácticamente no hay es-

    1 UNESCO (1982), Declaración de México Conferencia Mundial sobre las Políticas Culturales.

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    tados monoculturales, que las culturas sonfruto de los contactos ininterrumpidos quelas han moldeado a lo largo de los años,

    que en nuestra época estos contactos sehan incrementado, que una de las carac-terísticas más notables de nuestro mundomoderno es el intercambio de mensajesculturales provenientes de todos los rin-cones del mundo, y que muchas perso-nas gozan, disfrutan ampliamente de estaapertura de intercambios en materia dearte, música, gastronomía, cine, etc.

     También se tiene conciencia de que ladiversidad es una palanca de desarrollo.Que los intercambios turísticos, por ejem-plo, se hacen más atractivos cuando setrata de experimentar modos de vida dife-rentes; que la diferencia cultural al poner-se en escena envía mensajes de tolerancia,de aceptación de lo diferente, de goce ar-tístico. Que la diversidad es un patrimonioque se expresa en tradiciones, costumbres,monumentos o medio ambiente y que alcultivarla podemos convertirla en un re-curso económico importante.

    Estos acuerdos no son poca cosa. Obe-decen a transformaciones profundas ennuestra comprensión de la vida social yde la política en los últimos veinte años.

    Muestran también la vitalidad de numero-sos agentes sociales de la sociedad porquedebemos recocer que el pluralismo y la di-versidad cultural se han vuelto incómodos

    a los estados y que su aplicación, como lomuestra el caso mexicano, es conflictiva.

    ¿A qué se debe el cambio de percep-

    ción que ha permitido que el paradigmadel pluralismo y la diversidad cultural sehaya generalizado? Una primera razónpuede adjudicarse a la gran revitaliza-ción de movimientos étnicos en el últimocuarto del siglo XX que se tradujo en re-nacimientos regionales, así como en el in-cremento de los movimientos migratorios(alrededor de 175 millones de personas

    no viven en el país en que nacieron2), elultranacionalismo, los neonacionalismos,o la conformación de nuevas minorías(como las bandas juveniles, los colectivoshomosexuales o las nuevas religiones).

    Este mismo proceso tiene otro rostro.El fin de los grandes paradigmas unifica-dores. La modernidad entró en crisis y elideal universalizador perdió legitimidad.El recurso a las particularidades se viofortalecido. La fragmentación no sólo sehizo visible, sino que se convirtió en ideay protesta frente a los excesos de la ho-mogeneidad del paradigma ilustrado. Eneste proceso se puede observar que enlos grandes movimientos sociales, par-tidos políticos o movimientos intelec-

    tuales la cultura tomó el mando, inclusoen aquellos que no ven en la diversidaduna opción de futuro. La idea de que hayvalores culturales inconciliables es el fun-

    2 Según la División de Población de las Naciones Unidas (2002), en el año 2000 había en el mundo 175 millones demigrantes internacionales (ONU, 2002).

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    damento del choque de civilizaciones.Hoy por ejemplo gran arte de la sociedadeuropea ve un escollo para el desarrollo

    de la UE las diferencias culturales3

    , comotambién se argumentó en el caso de la re-lación de México con los Estados Unidos(Huntigton 2004). También de que las di-ferencias culturales extremas en las socie-dades modernas es un riesgo, como se veen el fracaso de Yugoslavia como estado,las tensiones culturales en Canadá, en Bél-gica o en España (Sartori, 2001).

    Por último, este ambiente de acepta-ción del pluralismo y la diversidad puedeasentarse también en el resurgimientode los fundamentalismos y la vuelta aletnicismo. Es sorprendente constatarque la secularización islámica en Turquía,efectuada autoritariamente por MustafáKemal en el primer tercio del siglo XX,fue aceptada por amplios sectores de lapoblación y que es hasta el último cuartodel siglo cuando se observa la vuelta aluso del pañuelo por parte de las mujeresuniversitarias con los conflictos que ellodesató. Lo mismo puede decirse del re-

    surgimiento islámico en Argelia, que sehabía occidentalizado de manera nota-ble, en donde estuvo a punto de alcanzar

    el poder a través del FIS (Frente Islámicode Salvación) en los años noventa. EnAmérica Latina se vive un resurgir étni-co en zonas donde aparentemente esasexpresiones culturales habían desapare-cido4.

    Por otra parte, ha quedado patenteque ante la diversidad no hay respuestasunívocas. Es una cuestión de Perogrullo,

    pero hay muchos modos de expresión dela diversidad –para empezar hay situacio-nes multinacionales y hay situaciones po-liétnicas– y en consecuencia hay muchosmodos de gestionar la diversidad. Lospaíses con tradición francesa como los la-tinoamericanos han tenido por lo comúnmayor dificultad para gestionar la diversi-dad étnica. Lo vemos en el caso del deba-te sobre los acuerdos de San Andrés enMéxico en que la unidad nacional, la ciu-dadanía universal, la soberanía del Estado,se vio cuestionada por las pretensionesde autonomía étnica y cultural de las co-

    3 El periodista Hermann Tertsch escribía con enojo que durante una sesión del Parlamento Europeo (21 de julio de2004) representantes de la extrema derecha de Francia o Bélgica, en coincidencia con representaciones de izquierdacomo Esquerra Republicana de Catalunya abogaban por rechazar el ingreso de Turquía a la Unión Europea. En su

    opinión partidos ultraderechistas del Frente Nacional y el Vlams Block se permitían descalificar a un país que, con sutradición de imperio, su historia y su potencial económico, militar y humano, ha acometido las reformas democráti-cas y liberalizadoras más osadas y efectivas en los últimos años que se han visto en el hemisferio, incluidos todos losnuevos miembros de la UE (El País, 23-07-2004).4 Puede verse por ejemplo el estudio de Eduardo Zárate sobre “El Llano Grande” donde en las dos últimas décadas delsiglo XX resurgen demandas étnicas en una zona donde aparentemente éstas ya no tendrían lugar debido al mestiza-

     je. “La categoría indio –señala Zárate– que durante buen tiempo fue utilizada para señalar diferencias de clase, ahoraes reivindicada como categoría estamental para legitimar la demanda de tierra” (1997: 19).

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    munidades indígenas. En nuestros países,la única comunidad que se reconoce es lade los ciudadanos, no así la constituye la

    reunión de pueblos distintos. Las socieda-des con tradición anglosajona han tenidomayor capacidad para gestionar sus dife-rencias. Los Estados Unidos firmaron trata-dos con los grupos indígenas y en Canadáel multiculturalismo ha permitido acordara nivel de pactos de Estado la autonomíade amplios territorios. En dichas socieda-des ha sido posible la yuxtaposición de

    identidades étnicas y culturales que com-piten y a veces se enfrentan por el controldel Estado. Las identidades comunitariasprevalecen sobre la identidad nacional ycada comunidad defiende y busca la pre-valencia de sus valores frente al conjuntonacional5.

    Estas diferencias me permiten dar unpaso más en mi argumentación. Hastaaquí he hablado de un cierto consensosobre el pluralismo y la diversidad. Perotambién es necesario reconocer que sehan producido tensiones importantes.

    II

    La primera tensión es, desde mi puntode vista, la que se produce entre la acep-

    tación de la diversidad y el respeto a losderechos humanos. Hay una contradic-ción ineludible en el planteamiento dela diversidad. El respeto al pluralismo, alas diversas expresiones culturales, se loha considerado como consecuencia delprincipio del respeto a la dignidad huma-na. Está asociado entonces, como lo plan-tea el artículo 4º. de la Declaración de la

    Diversidad Cultural, como parte del com-promiso de respeto a los derechos huma-nos y a las libertades fundamentales. Peroese mismo punto de partida es al mismotiempo una limitación. “Nadie puede in-vocar”, dice la declaración, “la diversidadcultural para vulnerar los derechos huma-nos garantizados por el derecho interna-cional, ni para limitar su alcance”.

    ¿Cómo es posible fundamentar en losderechos humanos el respeto a lo diversoy al mismo tiempo limitar con ello el alcan-ce del respeto a la diversidad? La cuestión

    5 La tradición jurídica en lo que tiene que ver con la nacionalidad y la ciudadanía tiene su origen en las definiciones de laConstitución de Cadiz de 1812. En ella se define la igualdad ante la ley de todos los miembros de la “Nación española”:“Son ciudadanos aquellos españoles que por ambas líneas traen su origen de los dominios españoles de ambos hemis-ferios y están avecindados en cualquier pueblo de los mismos dominios” (Art. 18). La constitución consideraba que los

    dominios españoles en ambos hemisferios forman una sola y misma monarquía, una misma y sola nación, y una solafamilia. En los Estados Unidos en cambio, su Constitución Federal (artículo 1.8.3) define como una función del Congresode los Estados Unidos “to regulate commerce with foreign nations, among the several states, and with the Indian tribes”(“regular el comercio con las naciones extranjeras y entre los diferentes Estados de la Federación y tribus de los indios”).Por tanto en los EUA los pueblos indígenas fueron reconocidamente naciones y así se autogobiernan, salvo en cuantoa tratar o acordar con otras partes o naciones que no sea su tutor, es decir, el gobierno federal de los Estados Unidos.Las relaciones interétnicas en ese país fueron entonces entre nations y Nation, entre las naciones indígenas y la Naciónestadounidense.

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    lleva claramente a cuestionar el carácterinconmesurable de las diversas culturas, esdecir, la idea de que no es posible someter-

    las a alguna medida o comparación y, porlo tanto, criticar o intervenir en el desarrollode las mismas. Es un debate que no tienesolución fácil pues el relativismo radical nie-ga la universalidad de los derechos huma-nos, lo mismo que el universalismo radicalencubre la imposición de puntos de vistaetnocéntricos en aras de un conocimientopretendidamente objetivo6.

    El tema se nos vuelve poco a poco de-masiado pesado. Trasladémonos por unmomento al otro lado del Atlántico y ob-servemos un caso reciente: a fines del mesde octubre de 2004 en diversas ciudadesfrancesas se cumplió la primera parte dela aplicación de una política cultural quesin duda ocasionará un largo litigio en lostribunales de ese país. Varias alumnas detradición islámica fueron definitivamen-te expulsadas de sus escuelas –escuelaspúblicas– por no acatar la disposición re-cientemente aprobada por la asambleanacional francesa (marzo de ese mismoaño) que prohíbe el uso de símbolos re-ligiosos ostensibles en las institucionespúblicas de enseñanza.

    El debate viene de lejos. Su primeramanifestación tuvo lugar en 1989 en un li-

    ceo técnico de Creil, en Picardía (norte deFrancia), cuando por primera vez tres jóve-nes magrebíes7 entraron en clase llevando

    el velo. “El director les pidió que se lo qui-tasen y lo aceptaron, pero volvieron al díasiguiente con el hiyab puesto, motivandosu exclusión del liceo. La intervención delMinistro de Educación de entonces -Lio-nel Jospin- y del Consejo de Estado, con-cluyó que las decisiones debían tomarsecaso por caso y por la autoridad escolarcompetente”8. Algunos analistas estima-

    ron que el suceso marcaba una nuevaépoca en las relaciones interculturales enel país, pues hasta antes la actitud predo-minante había sido la de la integración delas minorías a la modernidad secular pro-movida por la república francesa. Suce-sos de este tipo se continuaron sin llegara hacerse masivos, pero sí dieron paso atensiones cada vez más frecuentes entregrupos pertenecientes a distintas tradi-ciones nacionales. Durante los noventa,cada vez que la televisión daba publicidada un atentado o represalia producida en elMedio Oriente, grupos de alumnos árabesse enfrentaban a judíos o viceversa.

    Así, en 2003 el desafío de algunasalumnas en liceos de barrios con gran po-

    blación magrebí dio pie a su expulsión oa su segregación de las aulas reduciéndo-

    6 Para superar esta contradicción el filósofo León Olivé (1988) asume una postura que denomina “relativismo modera-damente radical” con el que intenta hacer compatibles objetivismo y relativismo.7 Magrebí es aquella persona perteneciente a uno de los tres países del noroeste de África: Marruecos, Argelia y Túnez.8 José Vidal-Beneyto, El País 20-12-2003. 

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    las a las oficinas o bibliotecas mientras setomaba una decisión. El velo islámico eraparte del problema, pero no se circuns-

    cribía a él. Tal vez a algunos profesoresles chocaba ver a jovencitas vestidas conlargas túnicas negras, pero la vestimentamanifestaba un problema mayor. A algu-nas estudiantes, su cultura o su religiónles “prohibía” participar de las clases dedanza o de gimnasia, e incluso, a veces,contestar a un profesor varón. Desde lue-go que no todas las portadoras del velo se

    negaban a cumplir con estas actividades,pero la tendencia iba creciendo en la so-ciedad. El reto no se reducía a la escuela.En los hospitales públicos la atención a lasmujeres musulmanas se iba poco a pococomplicando por el peso de la tradición yla cultura. Los médicos varones no podíanatender a algunas mujeres musulmanas.En ocasiones el interrogatorio clínico de-bía ser mediado por el esposo de la enfer-ma, o bien la auscultación o la aplicación

    de un tratamiento no podía ser realizadoporque la ley musulmana impedía que lamujer musulmana fuera vista desnuda o

    tocada por ningún hombre que no sea sumarido9. También en los centros de trabajo la

    portación del velo islámico se había vuel-to problemática. Varias empleadas quetenían contacto con el público eran obje-to de rechazo por su atuendo y en conse-cuencia el empleador se veía obligado aexigirle el uso de ropa “normal” o el cam-

    bio de actividad a un sector sin contactocon el público. Incluso se podía llegar aldespido.

    En medio de estas dificultades y sinel apoyo pleno del gobierno –el primerministro y los ministros de interior y deeducación pensaban que el problema eramanejable en el ámbito de los centros es-colares, pues el número de casos de alum-nas que portaban el velo en las escuelaspúblicas era poco más de mil en todo el

    9 Se pueden encontrar noticias como la siguiente: “El alcalde de París, el socialista Bertrand Delanoë, ha convocado alConsejo de Disciplina de su Ayuntamiento para sancionar a una funcionaria que se niega a quitarse el velo musulmándurante las horas de trabajo y que tampoco estrecha la mano a los hombres, en nombre del pudor. No es un casoaislado entre las instituciones gobernadas por la izquierda: el Ayuntamiento de Besançon ha dispensado de acudir altrabajo a una mujer contratada hasta fin de año como profesora de apoyo, porque acudía a las clases con la cabezacubierta por un pañuelo”... “una licenciada en Derecho ha sido rechazada recientemente en el Centro de Formaciónde Abogados de Nancy por no retirarse el velo de la cabeza en el momento de prestar juramento como abogada enprácticas, lo cual le impide completar los requisitos necesarios pare ejercer” (El País , 22-10-2003).

    Con relación a los hospitales, otra noticia informaba: “En Montreuil, un marido prohibió que a su mujer le hiciesenuna cesárea porque el médico que debía atender a su esposa era un hombre. Tres días más tarde, en otro lugar, esamujer daba a luz a un bebé muerto. En Lyón, la policía salvó a un ginecólogo de ser apuñalado por otro hombre alque el islam le ha metido en la cabeza que sólo él y otras mujeres podían ver a su esposa desnuda. En el mismo Lyónse multiplican los testimonios de doctores que no sólo no pueden hablar a solas con las pacientes, sino que, además,tampoco consiguen que éstas abran la boca: el marido, con barba y chilaba, responde por ellas. O de maridos queniegan a su esposa, cubierta por un burka y lanzando gritos de dolor, el derecho a una inyección epidural porque elanestesista es de sexo masculino”. (El País , 09-12-2003).

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    país10, el presidente Chirac pidió al media-dor francés (ombusman) que estudiara elcaso y elaborara una propuesta.

    La comisión de notables que trabajóalrededor de 5 meses tuvo la encomiendade estudiar “la aplicación de los principiosde laicidad en la república” y ese es en rea-lidad el contenido central del documentopresentado al presidente en diciembredel año pasado. En la comisión estuvieronrepresentadas todas las tendencias reli-giosas e intelectuales y además realizó au-

    diencias con muchos de los responsablesde centros escolares e instituciones pú-blicas donde el problema se había hechomás presente. El estudio resultó muy inte-resante pues se centró en la definición delconcepto de laicidad, cuyo sentido, paracomisión, no tiene una carga negativa,de neutralidad del Estado. Es principal-mente respeto, garantía, exigencia, vidaen común; es un conjunto de derechos ydeberes del Estado, de las iglesias y de laspersonas. La laicidad supone respeto a ladiversidad de opiniones espirituales y de

    las confesiones religiosas, es una garantíaa la libertad de conciencia, exige que lasconfesiones compartan el mismo espacio

    público, convoca a vivir juntos, a construirun destino común11.Monique Canto-Sperber y Paul Ri-

    coeur12 resumieron en tres puntos los fac-tores positivos de la mencionada ley.

    - Es necesaria por razones de prin-cipio. Para preservar la escuela se-parada de partidismos religiosos es

    necesario confirmar con firmeza quela escuela es un lugar de neutralidaddonde nadie debe distinguirse enfunción de su religión. La escuelapor tanto no puede admitir ningúnsigno como el pañuelo islámico quediferencia a las mujeres y que sim-bolice un estatus de inferioridad conrespecto a los hombres.- También se puede pensar esta me-dida como un recurso para evitar quela situación se torne incontrolable. Laprohibición provocará obligadamen-

    10 “...hay 1256 chicas que usan el velo islámico, en alguna de sus diversas formas, en una población escolar de más de12 millones de alumnos” (El País, 11-12-2003)11 Commission de Reflexion dur L’application Du Principe de Laïcite Dans La Republique (Commission Stasi), RapportAu President De La Republique, 11 Décembre 2003. Los miembros de la comisión fueron: Mohammed Arkoun, JeanBauberot, Hanifa Cherifi, Jacqueline Costa-Lascoux, Régis Debray, Michel Delebarre, Nicole Guedj, Ghislaine Hudson,

    Gilles Kepel, Marceau Long, Nelly Olin, Henri Pena-Ruiz, Gaye Petek, Maurice Quenet, René Remond, Raymond Soubie,Alain Touraine, Patrick Weil”. Entre las firmantes: la actriz Isabelle Adjani, de origen argelino; la cineasta judía ZabouBreitman; la socióloga Leila Babes; la editora Françoise Nyssen; la presidenta de Afganistán Libre, Chekeba Hachemi;las diseñadoras Sonia Rykiel e Inés de la Fressange; la filósofa e historiadora Elisabeth Badinter; las también actricesNathalie Baye, Isabelle Huppert, Jane Birkin y Emmanuelle Béart; la directora de teatro Ariane Mnouchkine, o la antiguaministra Corinne Lepage.12 Monique Canto-Sperber et Paul Ricoeur, “Une laïcité d’exclusion est le meilleur ennemi de l’égalité”, Le Monde ,11-12-2003.

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    te un ajuste de las conductas. Si seprohíbe el pañuelo, la kippá, la cruzvisible en la escuela, los niños y sus

    familiares se darán cuenta que es in-útil forzar la situación.- Sólo una ley puede otorgar la au-toridad necesaria para afirmar losvalores laicos a los directivos de lasinstituciones.

    Pero la contrapartida a este brillanteesfuerzo de definición de la comisión es

    que ésta propuso una ley que extendía laobligación que rige al Estado de respetarel principio de laicidad a los ciudadanosen el ámbito de los servicios públicos, laescuela y las empresas. También la ley de-bía asegurar la diversidad espiritual de larepública francesa.

    Más allá de la ley sobre laicidad, la Co-misión consideró que se debía prever en laley de enseñanza superior la posibilidad deadoptar un reglamento interior que con-vocara a los estudiantes a cumplir las reglasligadas al funcionamiento del servicio pú-blico. La ley hospitalaria debía señalar a losusuarios sus obligaciones, especialmentela prohibición de quienes son atendidosde recusar las reglas de higiene y de salud

    pública. Por último propuso añadir al códi-go de trabajo un artículo para que las em-presas puedan integrar en su reglamento

    interior las disposiciones relativas a la vesti-menta y a la portación de signos religiosospara los imperativos de seguridad, contac-

    to con la clientela y la paz social interna13

    .Con respecto a la diversidad espiritual,la comisión propuso que se concediera eldisfrute de las fiestas religiosas diferentesa la católica, que en el mundo de la em-presa se permita a los asalariados elegirun día de fiesta religiosa según sus creen-cias y que se creara una escuela nacionalde estudios islámicos.

    Desde diciembre de 2003 la polémicaprovocada por las propuestas de la Co-misión -y que el presidente Chirac hizosuyas- fue generalizada. Los obispos ca-tólicos se mostraron recelosos de que laley fuera un pretexto para “un laicismo decombate ahora que nuestras iglesias sefelicitaban de decenios de laicismo tran-quilo”14. Otros representantes religiosos,especialmente islámicos, hablaron de unlaicismo segregador. Para Alain Touraine,uno de los firmantes del informe Stassi, lapropuesta legislativa era un instrumentopara aportar “garantías a los profesores ya todos los que temen estar expuestos aataques peligrosos” y también para multi-plicar “las iniciativas tomadas por las jóve-

    nes con velo, que demasiado a menudoson consideradas manipuladas y sin con-vicciones personales”15.

    13 Ibid.14 El País, 09-12-200315 El País , 29-12-2003

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    En otras palabras, es necesaria la neu-tralidad religiosa de la enseñanza y el pro-fesorado, dicen Mónica Canto-Sperber y

    Paul Ricoeur, y por tanto se debe exigira la neutralidad religiosa a la escuela y alprofesorado, pero ¿y los alumnos? “¿Tie-ne sentido exigir a los alumnos la mismaneutralidad, la misma laicidad “sin cua-lidades” requerida al profesorado y a laadministración? ¿Deben ellos suscribir uncompromiso de laicidad para ingresar ala escuela? ¿Deben abstraerse de aquello

    que son? ¿De su religión? Los alumnos noson agentes del Estado, ellos provienende tejida de relaciones y de costumbres.¿Se debe, para educarlos, empezar pordesencarnarlos de su ambiente?”16 

    “Esos valores que distinguen a la es-cuela respecto al mundo exterior, losdebe poner por obra por su modo defuncionamiento, no poniendo con-diciones de entrada. La escuela debedar la experiencia concreta de los va-lores del diálogo y del conocimientolibres de toda autoridad religiosa. Esesa experiencia la que abre los espíri-tus a la laicidad, más eficazmente que

    una obligación previa suscrita sin ver-dadera adhesión” (idem )17.

    Pese al amplio debate suscitado por lamedida, es de destacarse: 1) la intención delpresidente francés de garantizar un apoyoamplio a una iniciativa que toca un temasensible de una comunidad, especialmen-te de la musulmana, pero no sólo de ella.2) Que el tema es comprendido como unasunto de interés público. El ministro delinterior de Francia, Nicolas Sarkozy, que

    originalmente no estaba entusiasmado enla promulgación de esta ley terminó reco-nociendo que el problema que se queríaatacar iba más allá de una vestimenta:“Innegablemente, tenemos un problemacon el sistema de integración”18. De estaaceptación general de la ley depende suaplicación. El mismo ministro del interiorcomentaba en enero de 2004:

    “Una política firme no puede durar sino se percibe como justa. Si los fran-ceses desean que yo continúe siendofirme, deben comprender que estapolítica de firmeza sólo es aceptable sise vive como una necesidad” (idem) .

    16 (Monique Canto-Sperber et Paul Ricoeur «Une laïcité d’exclusion est le meilleur ennemi de l’égalité», Le Monde11-12-03)17 «Mais ces valeurs qui la distinguent du monde extérieur, elle doit les mettre en œuvre par son mode de fonctionne-ment, non par des conditions d’entrée. L’école donne l’expérience concrète des valeurs du dialogue et de la connais-sance, libres de toute autorité religieuse. C’est une telle expérience qui forme les esprits à la laïcité, plus efficacementqu’une obligation préalable souscrite sans adhésion aucune».18 “Los musulmanes deben entender que el laicismo también rige para ellos», El País , 21-01-2004.

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    3) La discusión amplia de un proyecto deley consistente en un único artículo: “Enlas escuelas, colegios y liceos públicos, el

    uso de signos o vestimentas por cualquieralumno que manifieste ostensiblementeuna pertenencia religiosa queda prohi-bido”, se tomó con toda la seriedad delcaso. Durante tres días más de 100 diputa-dos hicieron uso de la tribuna para expre-sar sus opiniones. A pesar de la oposiciónsocialista19 y de extrema derecha la ley fueaprobada por abrumadora mayoría y 4) La

    puesta en ejecución a pesar de lo cuestio-nable de alguna de las decisiones que deella se derivan. Este es el caso de varios di-rectivos cuya decisión de expulsar a algúnalumno se tomó bajo el principio de quela ley lo obliga.

     Tal vez he dedicado demasiado tiem-po a observar un caso ajeno a nuestrocontexto cultural, pero creo útil haber-lo hecho porque nos permite observarla gran importancia que ha adquirido elmanejo de los conflictos interculturalesen las sociedades modernas. En el casode México existe un sordo debate sobrela noción de usos y costumbres que está

    marcando una línea de separación entreposiciones políticas. No voy a caer en lamitificación de la vida comunitaria al es-

    tilo de Froriberto Díaz, pues creo que elhorizonte comunitario en el país es tantofuente de resistencia y liberación comode sujeción y dominio20. Por otra parte,Manuel Castells ha establecido con jus-ticia que la comunalidad puede conduciral cielo, al infierno o a infiernos celestia-les. Pero tampoco podemos permitir lademonización de la vida comunitaria.

    Durante el mes de enero de 2004 se dioa conocer un caso ocurrido en la comuni-dad ñañú de San Ildefonso, municipio deAmealco, Querétaro. Una mujer de la co-munidad fue atacada por otras dos mu-

     jeres –madre e hija– porque presumíanque había cometido adulterio con el ma-rido de la mayor de las mujeres. El sucesohabía ocurrido varios meses antes pero,por razones poco claras, el caso fue dadoa la publicidad por el ombudsman delestado de Querétaro. Dos circunstanciasdestacaban de este hecho: la aparenteexplicación de la brutal agresión física (lamujer fue lastimada en la vagina al apli-

    19 Los socialistas querían modificar la noción de signos ostensibles por la de signos visibles, pues con ello evitaban losproblemas de interpretación de la ley.

    20 Floriberto Díaz, intelectual mixe fallecido en 1996, elaboró una serie de consideraciones sobre la comunidad in-dígena y el comunitarismo. Desde mi punto de vista incurre en la objetivación de los rasgos de la vida comunitariacreando en consecuencia un sistema rígido para pensar la comunidad. A la larga, preservar la comunidad según suplanteamiento, consistiría en preservar rasgos que no siempre podrían estar presentes en las comunidades indígenas:“Dicho lo anterior, podemos entender los elementos que definen la comunalidad: 1) La Tierra, como Madre y comoterritorio. 2) El consenso en asamblea para la toma de decisiones. 3) El servicio gratuito, como ejercicio de autoridad.4) El trabajo colectivo, como un acto de recreación y 5) Los ritos y ceremonias, como expresión del don comunal”, LaJornada Semanal, 11-03-01.

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    cársele una pasta de chile) por razonesde usos y costumbres de la comunidad yla incapacidad de las instituciones públi-

    cas, es decir, de la sociedad nacional, deprocesar el caso, pues ni siquiera se sabíacómo tipificar el atentado.

    Es interesante la reacción de algunosmedios e intelectuales a este asunto.“Querétaro: lapidan a mujer por ‘adúltera’”,fue el encabezado fulminante, en primeraplana, de una nota publicada el 19 de ene-ro por el periódico Crónica , de la ciudad

    de México21. Pero ni la propia nota, ni lasdeclaraciones de los afectados explicanpor qué se tituló de ese modo la noticia.

     Tal vez porque pensaban que ese titularacercaba más el suceso a las barbaridadesde las sociedades islámicas. Sin embargo,a partir de esa nota Raúl Trejo Delarbre,reconocido comentarista político, decidiótomar el caso como una muestra más delo intolerable de las prácticas comunita-rias en una sociedad democrática. El su-ceso efectivamente fue realizado por unamujer de la comunidad movida por loscelos e hizo referencia a que se trataba deantigua costumbre, pero las costumbresno son exclusivas de las sociedades indí-genas. También los diputados tienen cos-

    tumbre de pagarse su “marcha” de la cá-mara y nadie les critica de bárbaros, sino

    de corruptos. A pesar de esto, Raúl Trejova más allá. En su nota del 26 de enero de2004 asegura que la ofensa contra Mace-

    donia, la mujer agredida, “fue realizadaen público, con la anuencia de muchosde los pobladores de la comunidad”, afir-mación que no se sostiene ni en las pro-pias crónicas difundidas en ese diario. Yen otro pasaje insiste en que el supuestocastigo “fue presenciado por buena partede la población de San Ildefonso”, por loque llega a llamar a la agresión de las dos

    mujeres ñañu, “un delito cometido por ungrupo indígena”. De ahí se lanza contraquienes defienden los usos y costumbresde las comunidades indígenas: “El bárbarocastigo que recibió Matilde, la otomí quefue lesionada por varias mujeres de su co-munidad que la acusaban de adulterio, hacorroborado que no todos los usos y cos-tumbres constituyen prácticas benéficase idílicas de los pueblos indígenas”.

    Desde luego que no se trata de dejarde condenar un suceso como éste, sinode la forma cómo fue encuadrado paraatacar una cultura. También en las ciu-dades mexicanas y de otros países hayla costumbre de escapar de un atrope-llamiento para evitar un proceso penal,

    pero eso no se ha ajustado a la idea deque hay que condenar una cultura, más

    21 Así comienza la nota del periódico Crónica : “Matilde salió del vivero en el que, junto con otras mujeres de la comuni-dad, cultiva setas y xoconostle. Cuando caminaba por la vereda que lleva a su humilde vivienda, fue interceptada porun grupo de mujeres que le reclamó su «adulterio». La jalonearon, la golpearon y como «castigo», le introdujeron unapasta hecha con varios chiles en los genitales, lo que le provocó daños irreversibles”. ¡¿De dónde salió la lapidación?!

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    aún cuando, como en el caso de Matilde,la comunidad, la agredida y algunas ins-tituciones sociales condenaron el hecho.

    Más bien la mala costumbre se observóen el hecho de que el ministerio público,una institución de la sociedad nacional,no supo tratar el problema, que la mujerno encontró atención médica adecuada yque el ombudsman queretano haya dadoerráticas declaraciones para un asuntoque la propia agredida estaba interesadaen llevar a la justicia institucional.

    La segunda tensión la ubico en la relaciónde la diversidad cultural con el desarrollo.Se ha entendido por desarrollo cultural elreconocimiento de los valores, metas y ac-tividades de una comunidad a través delreforzamiento de los vínculos locales delos grupos e instituciones locales.

    A esta idea se ha llegado a través de unproceso desarrollado en dos momentos:El primero fue el reconocimiento de que“El hombre es el medio y el fin del desa-rrollo” y que “… el desarrollo cultural esuno de los factores esenciales del desa-rrollo general y que el aspecto económicoy sociológico de la cultura es uno de losmenos estudiados de la política cultural”

    (UNESCO, 1970). La importancia de estadeclaración en el arranque de la discusiónmundial sobre la noción de política cultu-

    ral es que ésta va a verse uncida desde elorigen al tema del desarrollo y sufrirá enconsecuencia la misma suerte que va a te-ner este tema a lo largo del último terciodel siglo XX.

    En fin, se trató de producir una opiniónde consenso en el seno de los organismosmundiales de que cada pueblo debe se-guir su propio camino de desarrollo y no

    plegarse a la experiencia de los países conprocesos tecnológicos más complejos.

    Pero estas declaraciones, en el marcode una economía abierta de mercado,se torna inviable. La noción de desarrollocultural construida desde hace 40 añossólo es viable en el marco de la soberaníaestatal, pero es precisamente este aspec-to el que está en riesgo22.

    Mientras observamos la emergenciade un Estado posnacional como lo es laEuropa de los 25, con su debatida cons-titución y sus políticas colectivas parcial-mente exitosas, observamos el desmoro-namiento de los proyectos estatales na-cidos de la descolonización posterior a laSegunda Guerra Mundial en zonas como

    22 También podemos aludir a la relación de la pobreza con el desarrollo. Al respecto “… La pobreza no sólo implica ca-recer de los bienes y servicios esenciales, sino también de oportunidades para escoger una existencia más plena, mássatisfactoria, más valiosa y más preciada”. Una de las nociones que han ocupado un lugar de primer orden en el deba-te sobre el desarrollo es la de “libertad cultural”, la cual implica la capacidad de una colectividad para adoptar el modode vida que desea, la protección de todo género de libertad y la estimulación de la creatividad, la experimentación y ladiversidad que son fundamentales a la experiencia humana (Pérez de Cuellar, 1996, 34). Sin embargo, las condicionesque hacen posible la capacidad de elegir, nos remiten de nuevo a la idea de soberanía.

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    África y Asia. Quizá no encontremos extre-mo más visible que en aquellos estadosque tratan de conservar las características

    que la modernidad adjudicó a los esta-dos: la soberanía. Cuba y Estados Unidossiguen siendo dos casos paradigmáticosque nos muestran las posibilidades de laspolíticas soberanas: mientras que en el úl-timo su soberanía supone unilateralismoy comportamiento imperial, en el primerose expresa en aislamiento y dificultadeseconómicas entremezclados con éxitos

    en diversos campos de desarrollo social.Pero tal vez la paradoja más notable de lacrisis de los Estados nación es que junto ala debilidad de los mismos, regiones im-portantes a su interior han asumido nuevoprotagonismo: las viejas repúblicas sovié-ticas se emanciparon, regiones europeas,como el norte de Italia o Cataluña han en-contrado una nueva ubicación mundial.La frontera norte en México ha adquiridouna dinámica económica y social propiaque la distingue del resto del país.

    En las actuales condiciones las pers-pectivas de un desarrollo cultural basadoen el fortalecimiento de los vínculos so-ciales en armonía con los valores y metascomunitarias se ve afectado por la agre-

    sión de la mundialización neoliberal. Enese sentido la defensa de la diversidad,como expresión de las diversas rutas quepuede adoptar el desarrollo, sólo es posi-ble a través de la búsqueda de un nuevogobierno mundial, de mecanismos de

    cooperación más generosos y completos,de la búsqueda de una integración globaldemocrática y equitativa.

    La tercera tensión de la diversidad cultu-ral la encuentro en la actitud que debeprovocar. Dice García Canclini: ¿Qué dife-rencia a lo multicultural de lo intercultural  globalizado? Bajo concepciones multicul-turales se admite la diversidad  de culturas,subrayando su diferencia y proponiendopolíticas relativistas de respeto, que a ve-

    ces refuerzan la segregación. En cambio,interculturalidad remite a la confronta-ción y el entrelazamiento, a lo que sucedecuando los grupos entran en relaciones eintercambios. Ambos términos implicandos modos de producción de lo social:multiculturalidad   supone aceptación delo heterogéneo; interculturalidad   implicaque los diferentes se constituyen comotales a partir de relaciones de negocia-ción, conflicto y préstamos recíprocos.

    Hace unos años tuve la fortuna de asis-tir a un congreso de promotores y gesto-res culturales en Guatemala. La experien-cia me pareció agitadora. No me habíaesperado que los más sencillos promoto-res culturales manejaran con tanta preci-

    sión los conceptos de multiculturalismo,interculturalidad y diferencia cultural. Enel medio académico mexicano, en el queme desempeñaba, no había presenciadotanta habilidad conceptual como la queobservé en las mesas de trabajo de aquel

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    encuentro. La explicación tal vez puedaencontrarse en la propia experiencia deviolencia y en los acuerdos de paz que

    hicieron de dicho documento el funda-mento de la política cultural. Mientras elmulticulturalismo es una realidad factual,la interculturalidad es un proyecto políti-co. Por lo mismo supone programas cul-turales explícitos y no sólo declaracioneso discursos.

    En este sentido, la profundización dela interculturalidad puede ser uno de los

    criterios para evaluar el éxito o fracaso deciertas políticas culturales. George Yúdiceescribió en un trabajo reciente (2005) quelas primeras estrategias de revitalizaciónurbana que tuvieron en cuenta políticasculturales se dieron en los años setentaen Estados Unidos. Tras la desindustria-lización y los desórdenes urbanos de lossesenta y comienzos de los setenta, lapolítica cultural local de las arts agencies,que sirvió en parte para apaciguar a ma-nifestaciones y motines, coincidió conproyectos de desarrollo para los centrosdeshabitados en muchas ciudades es-tadounidenses (Yúdice, 1999). Los pla-nificadores y developers  [constructores]recurrieron al uso de museos y lugares

    de recreo y entretenimiento para atraer alas clases medias que habían abandona-do los cascos urbanos y para dar valor anuevos proyectos de vivienda, oficinas ycomercio. Irónicamente, el modelo surgióa partir de la experiencia de artistas que se

    habían instalado ilegalmente en las reciéndesocupadas fábricas de lo que luegose llamó Soho, y que luego tuvieron que

    mudarse cuando las nuevas clases medias–las clases creativas– invadieron el barrioen busca del prestigio que otorga el arte.Diez o quince años después, el valor delos inmuebles se había multiplicado porun factor de 180 o hasta 18 mil por ciento;un edificio de lofts que en 1968 se vendiópor $12,000, en 1980 se vendió de nuevopor $2.160.000. Esta experiencia coincidió

    además con la revitalización de otras áreasabandonadas: los puertos de ciudadesposindustriales como Boston, Baltimore yNueva York.

    Cabe observar, además, que la ciudadse transformó radicalmente a partir delbicentenario en 1976 como parte de unaestrategia de marketing que daría un bañode limpieza, por así decir, a la bohemia yal bajo mundo neoyorquinos, por las cua-les tenía fama e infamia. Si rápidamentedamos marcha adelante treinta años ve-mos que la bohemia cultural, que tantoartista famoso produjo, ha sido expulsadade Manhattan, remplazada por zonas dealto lujo, yuppies y sus descendientes, yzonas de entretenimiento familiar como

    la disneyficada calle 42. Esta higiene ur-bana no sólo expulsó a la bohemia, tam-bién desplazó a la “jungla asfaltada” de lasfamilias de bajos ingresos, entre ellos lamayoría de puertorriqueños que vivía enManhattan, al sur de Harlem (que, dicho

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    sea de paso, viene pasando por su proce-so de gentrification en la última década).El proyecto más reciente es el corredor

    cultural de Brooklyn, que también vienedesplazando justamente a los grupos queaportan el “multi” al culturalismo, en cuyonombre se legitiman estos proyectos.

    A pesar del impacto mediático e ideo-lógico del multiculturalismo en EEUU, laverdad es que hay más segregación hoyen día que en los sesenta, sobre todo enla medida que las clases medias vuelven

    a los centros urbanos y los pobres tienenque mudarse a las periferias en NY, Bos-ton, Filadelfia, Chicago, Baltimore, Atlantay otras ciudades. El multiculturalismo, talcomo se proyecta en la TV y el cine, podríallevar a pensar que hay más relaciones en-tre los grupos multiculturales. Ese error sedebería a la desconexión entre la maneraen que la ciudad es imaginada mediante lacultura (medios, artes, etc.) y la manera enque es vivida realmente, disyunción quelos estudios urbanos estadounidenses nohan registrado. Predominan, por una parte,análisis para la revitalización, que prome-ten mejorar la vida urbana, pero que invi-sibilizan a los pobres, y por otra, las críticasbasadas en economía política que adop-

    tan una visión macro, por lo general másallá de los imaginarios. No se ha vinculadoel imaginario generado por el nuevo énfa-sis en los servicios avanzados, las industriasmediáticas, y desde los noventa los nuevosmedios, con las imágenes producidas por

    esas mismas industrias y la manera en quelos residentes de la ciudad las interpretan.

    Como se observa en los comentarios

    de Yúdice, una política cultural “exitosa”en términos económicos y urbanísticospuede ser adversa a la interculturalidad,de ahí que si queremos dotar de un sen-tido social a la política cultural, ésta debetener como objetivo básico la promocióndel diálogo con lo diverso. Tal vez la esen-cia de los proyectos interculturales residaen la creación de condiciones de simetría

    en el diálogo intercultural. Así como nohay reciprocidad sino entre iguales, delmismo modo la interculturalidad suponela construcción de bases de igualdad quevan más allá de lo jurídico. La lucha contrala fragmentación y la segregación culturalestá en la base de las políticas de intercul-turalidad.

    La cuarta tensión que deseo señalares la que tiene su origen en el procesode producción de bienes simbólicos y suintercambio a través del mercado global.Resulta paradójico que según el gobiernoamericano, la defensa de la diversidad cul-tural conduzca al proteccionismo de cier-tos bienes culturales. De hecho, la repre-

    sentación norteamericana en la UNESCOha señalado que el impulso del gobiernofrancés a la declaración y a la convenciónde la diversidad cultural tiene motivacio-nes económicas y trata de obtener en laUNESCO lo que la organización mundial

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    de comercio no concedió: la excepciónde los bienes culturales de las reglas delmercado23.

    Pero la contradicción es real: no sepodrá hacer de la diversidad cultural, en-tendida como proceso creativo, un instru-mento de desarrollo si no se establecenmecanismos que preserven la diversidady la conviertan en un factor de riqueza. Nose trata sólo del cuidado del patrimoniomaterial e inmaterial o del medio ambien-te, sino del fomento de las artes creativas,

    de la música y el audiovisual.En síntesis, es importante definir la di-

    versidad cultural de manera que vaya másallá de las estrechas reivindicaciones de laidentidad étnica, y definir el patrimoniocultural como algo más complejo que elsimple vínculo de la comunidad con supasado. La amplia literatura que existe so-bre el patrimonio sugiere, que este últimoes el resultado de relaciones de poder enevolución constante y que se desprendede exigencias crecientes en el plano del

    comercio y del turismo. El patrimonio noes, entonces, sólo lo que heredamos delpasado sino lo que estimamos digno de

    ser preservado. Esta última noción se en-cuentra, de más en más, sometida a laspresiones de los sistemas comerciales enplena expansión, de manera que lo que seconsidera digno de ser preservado se vemás bien determinado por prerrogativaseconómicas que por viejas razones simbó-licas. Para los países en desarrollo, la pro-moción de la diversidad cultural no sólo

    abre nuevos mercados para los productosculturales, sino que contribuye también aluchar con el legado del racismo y del sub-desarrollo.

    Hoy estamos por celebrar la diversidadcultural y los que estamos presentes sabe-mos que esta celebración va más allá defestejar el folclor o las prácticas simpáticasde los pueblos. Al discutir y defender ladiversidad lo que deseamos es sentar lasrutas del desarrollo. Esperemos que estadiscusión nos enriquezca.

    23 Puede verse la declaración del embajador de los Estados Unidos ante la UNESCO: Robert S. Martin, Final Statement ofthe United States Delegation, París, 03-06-2005http://www.amb-usa.fr/usunesco/texts/Cultural_Diversity_Final.pdf 

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    -Bonfil, Guillermo (1970), “Del indigenismo de la revolución a la antropología crítica” en VVAA De eso que llamanantropología mexicana, México, Nuestro Tiempo.-Gamio, Manuel (1982) Forjando Patria [1916], México, Porrúa.Huntigton, Samuel P. (2004) “El desafío hispano”, Letras Libres, abril: 12-20.-Olivé León (1988), “Racionalidad y relativismo: Relativismo moderadamente radical” en L. Olivé, Racionalidad. Ensayossobre la racionalidad en ética y política, ciencia y tecnología, México, siglo XXI, UNAM, 267-294.-Organización de las Naciones Unidad (2002) International Migration Report 2002. Nueva York: División de Población,Departamento de Asuntos Económicos y Sociales, Naciones Unidas.-Pérez de Cuellar, Javier (1988) Nuestra Diversidad Creativa, México, Correo de la UNESCO.

    Sartori, Giovanni (2001), La sociedad multiétnica. Pluralismo, multiculturalismo y extranjeros, Madrid, Taurus.-UNESCO (1970), Conferencia Intergubernamental sobre los aspectos institucionales, administrativos y financierosde las Políticas Culturales, Venencia, 14 de agosto-2 de septiembre.-Yúdice, George (1999) “The Privatization of Culture”, Social Text. Summer.-Yúdice, George (2005) “Políticas, culturas urbanas: México en los estudios internacionales”, Laboratorio Cultura Urbana:Los Conflictos Culturales en el Futuro de las Ciudades. Programa de Estudios sobre Cultura Urbana, UAM-I 11 de mayode 2005.-Zárate Hernández, José Eduardo (1997), Procesos de identidad y globalización económica. El Llano Grande en el surde Jalisco, Zamora, México, El Colegio de Michoacán.

    ReferenciasFoto: Pablo Ménd

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    Relatoría

    VirginieAccatcha

    Actual responsable de la Secciónpara la Cultura de la Oficina de

    la UNESCO para Centroamérica.Especialista en turismo y cultura,

    se desempeñó como tal en lasede de la UNESCO en París,en la Unidad de Turismo de la

    Sección de Cultura y Desarrollo.Antes formó parte de la División

    de Historia y Cultura. Desdeahí asistió la preparación

    de la Historia General de África, y posteriormente a la

    Coordinación del DecenioMundial del Desarrollo

    Cultural como responsablede las diversas reuniones

    internacionales y del

    seguimiento a los proyectos enÁfrica vinculados a ese proyecto.

        F   o   t   o   :    F   e   r   n   a   n    d   o    G   a   r   c    í   a    Á    l   v   a   r   e   z

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    La diversidadcultural y

    pluralismoen México y 

    CentroaméricaVirginie Accatcha

    Relatoría de laConferencia Magistral 1

    El Dr. Nivón hace un repaso del proceso de asunción de la

    diversidad cultural en la construcción del Estado-nación

    mexicano. Toca entre otros importantes aspectos la forma

    particular en la que el proceso de la construcción de la

    identidad nacional se da en México, a partir de la homogeneidad y la

    integración de lo indígena. Menciona los hitos históricos: la Revolución

    Mexica en 1917, la profunda crítica que se hace a esta visión alrededor de

    1968 con la consecuente transformación del esquema de intervención

    del Estado y finalmente la reforma constitucional de 1992 que incluye la

    multiuculturalidad como rasgo constitutivo de la sociedad mexicana. En

    2001, se retoma el debate en el Congreso sobre los derechos indígenas

    alrededor de los Acuerdos de San Andrés.

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    El expositor pone en perspectiva el reto actual: si a su generación le correspondióluchar por el reconocimiento de derechos culturales y de la diversidad, el reto de lasnuevas generaciones es establecer políticas interculturalistas. Ese paso, afirma, es sin

    duda aún más complicado que el simple reconocimiento.El experto sintetiza los logros alcanzados en ese reconocimiento. Caracteriza estoslogros como “una plataforma de sentido común“ compuesta por tres elementos: 1) elreconocimiento al carácter multiple y variado de las expresiones culturales con lo que sepasa de la noción de nacionalismo cívico en defensa de unos valores únicos y hegemóni-cos a poner en el centro del debate la igualdad ante la ley, 2) la asunción de la diversidadcultural como un factor constitutivo de las sociedades actuales: la historia de la cultura esuna serie de historias del intercambio fundamentales en el desarrollo de cada sociedad;3) la puesta en valor del pluralismo es una palanca de desarrollo: el intercambio turístico

    se basa en la diferencia, por ejemplo.Propone revisar, sin embargo, de dónde procede el acuerdo sobre estos puntos y

    considera que es posible ubicar tanto factores que entusiasman como otros que pre-ocupan. Señala, por un lado, el renacimiento de identidades o reivindicaciones culturalesregionales y étnicos que a veces se ha traducido en sentimientos nacionalistas y minoríascerradas o excluidas /excluyentes. Por el otro, los paradigmas unificadores entran en cri-sis: el modelo universalista de la modernidad se presenta de modo que exige renunciara la particularidad para acceder a ella. La exigencia de sacrificar elementos de solidaridadcomunitaria étnica o específica se convirtió en una amenaza para determinados grupos.La propuesta “intégrate“, interpreta, es aceptable para los mestizos pero se torna peligro-sa para grupos cuya experiencia de sobrevivencia les ha enseñado a proteger fuertemen-te su capital social y sus lazos inmediatos para sobrevivir. Menciona a judíos o indígenas,como ejemplos.

    Resulta notable que, a fines del s. XX, la cultura parece tomar el mando: así algunosautores expresan que así como la II Guerra Mundial fue consecuencia de contradiccio-nes políticas -fascismo-democracia-, la razón de las guerras del s. XXI serán las diferen-cias culturales. Como puntos de debate, el ponente acerca las siguientes reflexiones:

    • Aunque ciertamente ha de entenderse que tras los debates culturales a menudo seesconden intereses políticos o económicos, debe reconocerse que por primera vez,las diferencias culturales se ponen en la mesa de discusión como elemento prota-gónico. Cita el caso del ingreso de Turquía a Europa, como ejemplo.

    • El paradigma de la diversidad abreva de varias fuentes y genera diferentes alterna-tivas de gestión. Las dos grandes corrientes que han atendido a la cuestión serían:

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    por un lado, la tradición francesa que constituye el referente de los países centro-americanos y de México que plantea un modelo universalista: todos somos iguales.Por el otro, las sociedades anglosajones que –considera el Dr. Nivón– optaron por

    negociar caminos de convivencia en la diferencia. Un ejemplo es la firma de trata-dos con tribus. En la tradición francesa, el Estado no firma términos de convivencia“hacia dentro”, lo hace sólo con otros Estados “soberanos” y no hay modelos deconvivencia jurídica a lo interno del Estado nación.

    • El paradigma de la diversidad genera tensiones. El conferencista señala los siguien-tes ejes de tensión:

    1. La aceptación de la diversidad en relación con el respeto a los derechos humanos(Art. 4 de la Declaración): se considera que la justificación y el límite a la vez de la

    diversidad cultural son los derechos humanos. El Dr. Nivón resume los principaleselementos de debate relacionados con el caso reciente de la legislación francesasobre símbolos religiosos en las escuelas. No se trata de un hecho puntual -la ex-pulsión de niñas islámicas de escuelas públicas por portar signos religiosos- sinoque los antecedentes se dan desde los años 80s (conflictos en espacios laboralesen los que se generaba rechazo por parte de los clientes ante lo que el empleadorpedía cambios a su personal planteándolos como requisito laboral; en materiade salud, la demanda de que las mujeres no fueran atendidas por hombres porparte de grupos musulmanes y finalmente, el debate público ante la ampliacióndel conflicto, la fórmula legal propuesta y su vía de debate y resolución en elCongreso, etc.). Complementa esta reflexión con elementos sobre la multiplici-dad de valores simbólicos que adquirió el uso del velo y cómo su reivindicaciónno se limitó al sentido tradicional sino a necesidades de autoafirmación ante lasociedad francesa. Menciona los argumentos de los defensores y detractores dela legislación laicizante que se acogió en Francia, incluyendo quienes argumen-taron que la complejidad de estos temas no puede/no debe resolverse a travésde la normativa. Cita otro ejemplo en el que se expresa la diversidad de visiones y

    equilibrios que median estas situaciones: un acto de violencia en una comunidadñañú de Querétaro en el que un grupo de mujeres agredió a una de sus vecinaspor sostener relaciones adúlteras. El tratamiento que la prensa dio al suceso sirvióde ilustración a lo debatido.

    2. La relación entre diversidad cultural y desarrollo

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    3. La relación entre globalización y soberanía. El Dr. Nivón menciona que para elegirse requiere soberanía, un razgo en crisis con la globalización. Los Estados son unade la primeras bajas de la globalización, considera. Por otro lado, países como

    Estados Unidos y Cuba movilizan su soberanía con resultados opuestos: políticasunilaterales para el primero, marginación para el segundo.

    4. Multiculturalidad (reconocimiento) en relación con interculturalidad como espaciode entrelazamiento en la relación, diálogos, contactos, confrontación y negociación.Se simplifica la realidad al pretender que la diversidad debe provocar actitudes posi-tivas. También genera conflictividad, luchas por espacios de poder. Justamente, es lainterculturalidad, el reto actual. El problema planteado es cómo generar el diálogo encondiciones de igualdad. Inquiere sobre cómo se visualiza, por ejemplo, una univer-

    sidad intercultural: como un ghetto o como un espacio de diálogo de saberes. Cita elinterés actual en crear universidades islámicas.

    5. Finalmente, la relación entre el deseo de la diversidad cultural y los efectos del inter-cambio en el mercado global. La diversidad requiere de protección para sobrevivir susdinámicas.

    Con la moderación de la Lic. Silvia Olvera, Directora de Desarrollo Regional y Municipal,se abre el debate durante el que se trata lo siguiente:

    El Sr. Héctor Ismael Cermeño, Director de Patrimonio Naiconal de CONCULTURA

    de El Salvador, coincide en que el problema central consiste en que la integra-ción se ha propuesto a partir de la supresión de valores. Por otro lado, señala,se debe inquirir sobre cómo se construyen las bases de un diálogo incluyendolos elementos tecnológicos y sobre cómo los nuevos hábitos culturales puedenabonar a la evolución de la diversidad.

    El Sr. Vicente Vargas Vite, funcionario de la Secretaría de Salud de México, com-parte que del respeto como enunciado al diálogo consultivo hay una brecha. Es

    en ella que se está trabajando en el país a nivel de las instituciones. En el caso delsector salud, debe asumirse que las percepciones de la salud o la enfermedad sonparte de la diversidad cultural. Ejemplifica cómo deben reconocerse los médicostradicionales, por ejemplo, sin modificar sus nombres – nopochman o maracame (entre los huicholes)- de modo que se integren de acuerdo a su entorno e identi-dad. Pare ello, se requiere el empoderamiento de la ciudadanía.

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    Alicia Schulz, Coordinadora General de Educación Intercultural y Bilingüe de

    México, da su perspectiva desde el sector educativo. Considera importante clari-ficar los espacios de conflicto que ha habido sobre el tema y también los que se

    van superando de modo que se conceptualicen correctamente los retos presen-tes. Actualmente, su institución concibe la interculturalidad como un escenario dellegada. Los retos son amplios y tocan a todo el sistema educativo nacional. Se hanidentificado tres etapas que deben propiciarse para llegar  a la interculturalidad: 1.la sensibilización para el reconocimiento, 2. el aprecio por esa diversidad, 3. el orgu-llo. Se trabaja con docentes dentro y fuera del sistema de educación indígena. Unode los proyectos planteados es generar Universidades Interculturales.

    Carlos Zolla, Coordinador de Invetsigación del Programa Universitario México

    Nación Multicultural de la Universidad Nacional de México (UNAM) enfatiza

    que hay signos culturales en los ámbitos económico y político y que parecenconvivir estrategias opuestas en la asunción de la diversidad: se habla de inter-culturalidad en el sector (cultura, educación) pero se ahonda en las diferencia-ciones con los otros sectores de la vida pública y en ellos no se la asume. De estemodo, el tema se sesga o no se traen a colación aspetcos fundamentales comola demanda de medidas económicas o legales compensatorias.

    Foto: Fernando García Álvarez

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    José

    Del Val BlancoMaestro en Ciencias Sociales

    por el Centro de Investigacionespara la Integración Social-SEP.

    Se ha desempeñado comoDirector del Museo Nacional de

    Culturas del Instituto Nacionalde Antropología e Historia-SEP;Director de Promoción Cultural

    del Consejo Nacional para laCultura y las Artes; Director

    General de Culturas Popularesy Director General del Instituto

    Indigenista Interamericano, OEA.Actualmente es el Coordinador

    del Programa Universitario:“México, Nación Multicultural”

    de la UNAM.Autor de numerosos artículos

    en revistas nacionales einternacionales y capítulos de

    varios libros.

        F   o

       t   o   :    F   e   r   n   a   n    d   o    G   a   r   c    í   a    Á    l   v   a   r   e   z

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    Una celebración como ésta, el Día de la Diversidad, nos

    convoca a una reflexión de orden profundo y a una

    especie, si no de evaluación, por lo menos a tratar de

    entender el punto en el que nos encontramos en este

    sentido, sin duda alguna, la diversidad constituye el núcleo duro de

    reconocimiento de la multiculturalidad, esto parece muy moderno,

    pero existen los otros y yo creo que desde hace un par de millones

    de años, cuando los primeros homínidos se encontraban entre sí,

    encontraban al otro, o sea que el hecho de la interculturalidad y de la

    diversidad es una condición humana, ¿por qué es que hoy, este tema

    se convierte en un tema central que parece que está ordenando las

    estructuras institucionales en el mundo?

    José Del Val Blanco

    Los retosy riesgos de

    la diversidad*

    Mesa Redonda 1Diversidad Culturaly Pluralismo

    Ponencia

    * Transcripción literal de la ponencia

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    Muy buenos días, primero que nada,agradecer a las autoridades, convocan-tes a esta reunión, la posibilidad de estar

    con ustedes y compartir mis reflexiones alrespecto, voy a tratar de ser breve y voya tratar dos o tres puntos al respecto, meparece que en una celebración comoésta, el Día de la Diversidad, nos convocaa una reflexión de orden profundo y unaespecie, si no de evaluación, por lo menostratar de entender el punto en el que nosencontramos en este sentido, sin duda

    alguna la diversidad constituye el núcleoduro de reconocimiento de la multicultu-ralidad, esto parece muy moderno, pero,existen los otros y yo creo que desde haceun par de millones de años, cuando losprimeros homínidos se encontraban entresí, encontraban al otro, o sea que el hechode la interculturalidad y de la diversidad esuna condición humana, ¿por qué, es quehoy, este tema se convierte en un temacentral que parece que está ordenando lasestructuras institucionales en el mundo?,esto es importante; entonces lo que pasaes que en los diversos procesos y momen-tos del mundo, la construcción del otro,es el punto nodal del proceso civilizatorioy la construcción del otro, no es ¿quién es

    el otro?, sino ¿qué relación establezco conel otro?, entonces de lo que estamos ha-blando hoy en el mundo, es de que estáncambiando las relaciones entre los sereshumanos que estaban ordenados hastahace muy poco tiempo por la idea del

    Estado nacional, los Estados nacionales,tienen culturas homogéneas y entonceslas relaciones entre Estados y cuando se

    relacionaban un Estado con otro, se rela-cionaban culturas, pueblos, grupos, hoyeso está desapareciendo.

    Coincido puntualmente con lo quedice el Maestro López Bárcenas, en elsentido de que no podemos pensar en lamulticulturalidad, en la diversidad cultural,fuera del orden que está estructurando lasrelaciones humanas contemporáneas, y

    ese es el orden económico esencialmen-te, entonces lo que estamos viviendo esuna nueva etapa de mundialización delcapital, una nueva oleada globalizadora,que produce como necesidad, la necesi-dad de reformular las relaciones entre laspersonas y el hecho multicult