E l BARCO

Pilar Mateas

La bruja Mon Ilustraciones de Viv Escriv

LabrujaMon Pilar Mateas p, 1 1 }9,

" ilustraciones de Viv Esaiv

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La rana

LA bruja Mon entr en una tienda de vdeos. Se qued embobada contemplando en una pantalla un nmero musical. Hasta que una nia le dio un pisotn sin querer. -Huy, perdone! -murmur la nia. La bruja Mon se puso hecha una fiera. -Ahora mismo te convierto en una rana!

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Sac su vieja varita y dijo las palabras mgicas:

TuJa, cotufa, trucalatrufa. Cltiris, cltirabo, cltiridinaho. Mala, malico, maladapico. Hoy tengo gana de ltacer la rana.

Al momento, la nia se transform en una rana y empez a croar escandalosamente.

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EL polica que estaba vigilando la tienda se acerc a ver lo que pasaba. - Aqu no est permitida la presencia de ranas - le dijo a la bruja Mon-. Tendr que pagar una multa! - Y un jamn! -dijo la bruja Mon.

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El polica se puso tan serio que la bruja Mon se asust. Sac sus .ahorros de trescientos aos, cont las monedas, pag la multa y sali de la tienda a todo correr. La rana la persegua a grandes saltos. La alcanz enseguida y se mont sobre su zapato derecho. -Os! Os! - haca la bruja para espantarla. Y la rana que no se iba ...

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CONQUE, en esto, lleg un guardia y le dijo: -Esta rana no tiene collar. Est prohibido que los animales circulen sin collar. Tendr que pagar una multa! -Y un jamn! -dijo la bruja Mon. El guardia se puso muy seno y la bruja Mon se asust. Sac sus ahorros de trescientos aos, pag la multa y sali corriendo.

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DE un brinco, se subi a un autobs en marcha. Y la rana con ella. El conductor dijo: -Est-.1 prohibido llevar ranas en los transportes pblicos. Tendr que pagar una multa! La bruja Mon se hizo la despistada. -Qu rana? -preguntaba. Y murmur a escondidas las palabras m~igicas, y la rana recuper su forma de nia. -Ve usted cmo no haba ninguna rana?

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-le deca la bruja al conductor. -En ese caso tendr usted que pagar el billete de la nia. - Y un jamn! -dijo la bruja Mon. Y se tir del autobs en marcha.

YA hace mucho tiempo que la bruja Mon

en ranas.

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La apuesta

LA bruja Mon hizo una apuesta con su amiga Pirula: -Te apuesto a que hago cincuenta juegos de magia. -Te apuesto a que no -dijo la bruja Pirula. -Te apuesto a que s -dijo la bruja Mon. Pero no se apostaron mnguna cosa.

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LA bruja Mon se fue por el camino. Estaba de muy buen humor. -Si es facilsimo! -se deca. Al primer rbol que se encontr lo convirti en una piedra. A la primera piedra que se encontr la convirti en un rbol. Enseguida descubri una rosa y la convirti en una marganta. A continuacin descubri una margarita y la convirti en una rosa.

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Despus vio a una nia

,~ll!iil~ que se estaba cayendo P )fY~; por un barranco,

y la transform en un pjaro azul. Eso salv a la nia. En vez de estrellarse contra el suelo, la nia agit sus alas azules y levant el vuelo, cantando.

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MAs tarde la bruja Mon salud a una viejecita que llevaba en una mano una botella de vino, y en la otra, una botella de leche. La bruja Mon, con una sonrisa malvada, convitti el vino en leche, y la leche; en vino; y la viejecita ni not el cambio. Por all cerca haba un burro. La bruja Mon lo transform en un cordero.

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Y en un prado, ms all, haba un cordero. La bruja Mon lo transform en un burro. Al perro negro del cazador lo convirti en un gato blanco. Al gato blanco del cazador lo convirti en un perro negro.

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Luego divis un pjaro azul posado en una rama; pareca un poco asustado, como si no le gustara ser pjaro.

La bruja Mon

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lo convirti en una nia. Y as sigui hasta que hizo sus cincuenta juegos de magia.

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ENTONCES fue a avisar a su amiga Pirula. -Ya estn -le dijo. -A verlos. La bruja Pirula mir al camino, y vio que todas las cosas estaban igual que de costumbre. Haba rboles y piedras, margaritas y rosas, corderos y burros. Vio a la viejecita, que llevaba, como todos los das, su botella de leche y su botella de vino. Vio a la nia, que volva a su casa,

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tan contenta, como todos los das a la misma hora. Y vio al cazador, que se marchaba de caza, como todos los das, con su perro negro y su gato blanco. -Pues no lo entiendo -dijo la bruja Mon-. Si yo lo he cambiado todo ... ! -Has perdido la apuesta -dijo la bruja Pirula.

El reloj LA bruja Mon necesitaba un reloj. Lo quiero sumergible -pens-, con cronmetro y alarma; que d las horas, los das, el mes y el ao. Sac su varita mgica y dijo las palabras secretas. Entonces, delante de la cueva,

L apareci un reloj de sol. --------

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Pero el da estaba nublado, y la bruja Mon no supo si era la hora del desayuno o la de la comida; as que se prepar la merienda. -Mi varita es tan vieja que slo fabrica antigedades - le cont a Grajano-. Yo quiero un reloj moderno. -Pues qutaselo a un nio - sugiri el cuervo Grajano.

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LA bruja Mon se sent en el umbral, a esperar que pasara un nio. El primero fue un hermano mayor, de ojos alegres. Y su reloj era sumergible. La bruja Mon lo vio. -Dame tu reloj -le dijo. El hermano mayor sonri alegremente: -Yo te lo dara -respondi-. Pero detrs viene mi hermano mediano, que t~ene un reloj mucho mejor que el mo.

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EL hermano mediano era de expresin bondadosa. Y su reloj tena cronmetro. La bruja Mon se fij muy bien. -Dame tu reloj - le dijo. El hermano mediano sonri bondadosamente: -Yo te lo dara -respondi-. Pero detrs viene mi hermano pequeo, que tiene un reloj mucho mejor que el mo.

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EL hermano pequeo tena una carita burlona. Y su reloj emia tres alarmas diferentes. La bruja Mon las oy. -Dame tu reloj - le dijo. El hermano pequeo sonri burlonamente: -Yo te lo dara - respondi-. Pero all est la torre de la catedral, que tiene un reloj mucho mejor que el mo.

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LA bruja Mon se empin sobre el palo de su escoba y vio la torre de la catedral. -Dame tu reloj -le dijo. Y el reloj de la catedral lleg volando por los aires, con gran estrpito. Rompi la puerta de la cueva, aplast la librera y derrib todos los muebles. Era un reloj descomunal! La bruja Mon se qued mirndolo con cara de tonta. De pronto, un ruido atronador le puso los pelos de punta: el reloj iba a dar las tres,

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y, a cada campanada, temblaba el suelo de la cueva, y las paredes parecan venirse abajo. La bruja Mon sali huyendo despavorida, tapndose las orejas con las manos. Esa noche tuvo que dormir en la torre de la catedral.

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El eco

LA bruja Mon estaba rabiosa. Llevaba toda la tarde portndose bien. ;Ya no poda resistirlo ms! Necesitaba urgentemente molestar a alguien. Pens: Si pasara una nia por aqu, la convertira en una tortuga. Y mir a lo lejos, por el camino del puente, a ver si vena alguna nia. No vena ninguna.

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LA bruja Mon volvi a pensar: Si pasara un nio por aqu, lo convertira en un elefante. Y mir a lo lejos, por el camino de la monta~, a ver si vena algn nio. No vena ninguno. La bruja Mon exclam: - Qu rabia! Y sigui andando a la pata coja.

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CUANDO lleg a la montaa, divis la boca de una cueva. -Mira qu bien! -se dijo-. Ah dentro habr murcilagos. Los convertir en ballenas y as no habr perdido la tarde. Se asom a la cueva y vio las peas hmedas, el techo altsimo, la galera oscura y sin final; pero no encontr ni un solo murcilago.

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- QU raro! -coment la bruja-. En las cuevas siempre hay murcilagos. -Murcilagos! -repiti una voz. - Eso es lo que estoy buscando -contest la bruja, distrada-, pero no hay ni uno. - Ni uno! -afirm la voz. -Es lo que acabo de decir -dijo la bruja, un poco molesta. -Es lo que acabo de decir! -dijo la voz. La bruja Mon se puso de mal humor:

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-Yo lo he dicho primero! -voce. -Yo lo he dicho primero! -insisti la voz.

L A bruja Mon mir al fondo de la cueva para ver quin hablaba; y, por ms que mjr y remir, no vio a nadie. -Dnde te escondes? -pregunt. -Dnde te escondes? -pregunt la voz. -Y o no me escondo! -protest la bruja. -Yo no me escondo! -protest la voz.

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ERA una voz antiptica y chillona. Y a la bruja Mon le sonaba a conocida; como si fuera de alguien de la familia. De quin podra ser? -Me da igual -gru la bruja-. Sea quien sea, L "' lo vo~ a convertir en un pez.

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Y aadi en voz alta: - Sal si te atreves! - Sal si te atreves! -repiti la voz. Y la bruja Mon tuvo la sensacin de que se estaba riendo de ella. -Me ests haciendo burla! -Haciendo burla! -asegur la voz.

L A bruja Mon se puso tan furiosa que empez a darse coscorrones contra las peas.

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-Voy a convertirte en un pez tonto! -rugi. Y la voz, sin acobardarse, le devolvi la amenaza: -Voy a convertirte en un pez tonto! -A mi? -dijo la bruja Mon- . Y un jamn! Agit su polvorienta varita y dijo, rpidamente, las palabras secretas:

Tu fa, cotufa, trucalatrufa. Chiris, chirabo, chiridinabo. Mala, malico, maladapico. Por una vez, que salga un pez .

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Vais a creer lo que sucedi? La voz repiti exactamente las palabras secretas, sin olvidar ninguna. Y la bruja Mon, por arte de magia, se convirti en un pez.

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EL otro da la vi dentro de una pecera. Y estaba roja de rabia!

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9~ Pilar Moteos

LABRUJAMON

ISBN 84- 348- 1461 - 7

~ .lll.~.llUI

QU BJEN LO PASA LA BRWA MONI COH SU VJE.JA VARITA Y LAS PALABRAS M GICAS SE DEDICA A HACER mAVESURAS. PERO A VECES LAS COSAS NO LE SALEH COMO EllA OOIERE, Y HASTA TIENE QUE PAGAR UNA MULTA.

PILAR MATEOS, PREMIO LAZARILLO 1982 Y PREMIO El BARCO OE VAPOR 1981, UNE A SU lABOR ESPECIFICAMENTE UTERARIA LA DE GUIONISTA DE RADIO Y TELEVISIN EN PROGRAMAS INFANTILES. EDICIO NES SM HA PVBUCAOO EN LA COLECCIN El BARCO DE VAPOR SUS UBROS HISTo-RIAS DE NINGUNO Y JERUSO OOlERE SER GENTE.

PRIMEROS LECTORES

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