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Matemáticos durante la Revolución Francesa (1789-1799) Generalidades Para procurar ser concreto voy a tratar de ceñirme a quienes intervinieron durante los 10 años que se indi- can ordinariamente como los de actividades revolucio- narias; por eso, no diré nada de D'Alembert, buen matemático y como destacado enciclopedista uno de los preparadores del ambiente intelectual propicio a la Revolución. Conviene anotar, a propósito del movimiento de ideas pre-revolucionario, que las corrientes de pensamiento lideradas por Rousseau y por Voltaire, un tanto antagó- nicas, tendrán prolongamientos insospechados, du- rante la Revolución, en los organismos científicos. El círculo de Voltaire se encargó de propagar a Newton en Francia, mientras Rousseau propugnaba la vuelta a la naturaleza. Marat, Brissot de Warville, Bernardin de Saint-Pierre están en la línea de Rousseau. Hubo una corriente anti Newton originada en esta corriente. Comúnmente se alista en ella a Diderot, D'Holbach, Cabanis, Buffon. Entre los defensores de Newton, a más de Voltaire y Mme. du Chatelet se cuenta a D'Alembert ya Condorcet. Los matemáticos eran, presumidamente, del partido de Newton; cultivadores de la matemática o de las ciencias puras, van a soportar la reacción anti- newtoniana; a todos ellos se los sitúa alrededor de la Academia de Ciencias y se tiene a ésta por depositaria de la 'ciencia aristocrática' del régimen que se va a volver antiguo; se menciona, por supuesto, una 'ciencia • Departamento de Matemáticas y Estadistica Universidad Nacional. Bogotá. 32 ALBERTOCAMPOS* democrática'. Estas designaciones ponen de manifiesto profundas tendencias, a las cuales no son ajenos los sabios. Frente a la Academia de Ciencias se yergue poco a poco el lugar de los partidarios de la naturaleza, el jardín del rey, llamado posteriormente Jardín de plan- tas. El lS.v. 1790 es constituida la Sociedad de historia natural, en realidad heredera de la Sociedad linneana, fracasada en 1787, por la oposición de la Academia de Ciencias. Pertenecen a la nueva Sociedad. Lamarck, Dolomieu, Grégoire, Romme, Hassenfratz. Ell0VI. 1793 el Jardín del reyes transformado en el Museo Nacional de historia natural y dotado magníficamente. Los lla- mados 'jacobinos del Jardín de plantas', herederos de Rousseau, se proponían rivalizar con la supremacía académica tradicional de las ciencias matemáticas, para lo cual intentaban darle un gran peso intelectual y cultural tanto a la historia natural como a la fisicoquí- mica de los procesos de transformación. Es de anotar que con ocasión de la discusión de un producto de legislación acerca de la reforma de la enseñanza, final- mente fracasado, no hubo alineamiento entre las 2 ten- dencias; ciertos partidarios de Rousseau criticaban el exceso de ciencias fisicomatemáticas en el programa de estudios, pero también había partidarios de Rous- seau en favor de una enseñanza fundada sobre la cien- cia tradiciónal. Un episodio definitivo en esta pugna entre gentes de ciencia se presenta eI8Vm.1793, con la supresión de la Academia de Ciencias, a pesar de los esfuerzos de Lavoisier, Lakanal y Grégoire por evitarlo. Luego vino la supresión de la Facultad de Medicina (15.IX.1793) así como de universidades y colegios.

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Matemáticos durantela Revolución Francesa (1789-1799)

Generalidades

Para procurar ser concreto voy a tratar de ceñirme aquienes intervinieron durante los 10 años que se indi-can ordinariamente como los de actividades revolucio-narias; por eso, no diré nada de D'Alembert, buenmatemático y como destacado enciclopedista uno delos preparadores del ambiente intelectual propicio a laRevolución.

Conviene anotar, a propósito del movimiento de ideaspre-revolucionario, que las corrientes de pensamientolideradas por Rousseau y por Voltaire, un tanto antagó-nicas, tendrán prolongamientos insospechados, du-rante la Revolución, en los organismos científicos. Elcírculo de Voltaire se encargó de propagar a Newton enFrancia, mientras Rousseau propugnaba la vuelta a lanaturaleza. Marat, Brissot de Warville, Bernardin deSaint-Pierre están en la línea de Rousseau. Hubo unacorriente anti Newton originada en esta corriente.Comúnmente se alista en ella a Diderot, D'Holbach,Cabanis, Buffon. Entre los defensores de Newton, a másde Voltaire y Mme. du Chatelet se cuenta a D'Alembertya Condorcet. Los matemáticos eran, presumidamente,del partido de Newton; cultivadores de la matemática ode las ciencias puras, van a soportar la reacción anti-newtoniana; a todos ellos se los sitúa alrededor de laAcademia de Ciencias y se tiene a ésta por depositariade la 'ciencia aristocrática' del régimen que se va avolver antiguo; se menciona, por supuesto, una 'ciencia

• Departamento de Matemáticas y Estadistica Universidad Nacional.Bogotá.

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ALBERTOCAMPOS*

democrática'. Estas designaciones ponen de manifiestoprofundas tendencias, a las cuales no son ajenos lossabios. Frente a la Academia de Ciencias se yerguepoco a poco el lugar de los partidarios de la naturaleza,el jardín del rey, llamado posteriormente Jardín de plan-tas. El lS.v. 1790 es constituida la Sociedad de historianatural, en realidad heredera de la Sociedad linneana,fracasada en 1787, por la oposición de la Academia deCiencias. Pertenecen a la nueva Sociedad. Lamarck,Dolomieu, Grégoire, Romme, Hassenfratz. Ell0VI. 1793el Jardín del reyes transformado en el Museo Nacionalde historia natural y dotado magníficamente. Los lla-mados 'jacobinos del Jardín de plantas', herederos deRousseau, se proponían rivalizar con la supremacíaacadémica tradicional de las ciencias matemáticas,para lo cual intentaban darle un gran peso intelectual ycultural tanto a la historia natural como a la fisicoquí-mica de los procesos de transformación. Es de anotarque con ocasión de la discusión de un producto delegislación acerca de la reforma de la enseñanza, final-mente fracasado, no hubo alineamiento entre las 2 ten-dencias; ciertos partidarios de Rousseau criticaban elexceso de ciencias fisicomatemáticas en el programade estudios, pero también había partidarios de Rous-seau en favor de una enseñanza fundada sobre la cien-cia tradiciónal. Un episodio definitivo en esta pugnaentre gentes de ciencia se presenta eI8Vm.1793, con lasupresión de la Academia de Ciencias, a pesar de losesfuerzos de Lavoisier, Lakanal y Grégoire por evitarlo.Luego vino la supresión de la Facultad de Medicina(15.IX.1793) así como de universidades y colegios.

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Conviene hacer una obsevación relativa al arresto(24.XI.1793)y condena de Antaine Laurent de LAVOI-SIER (1743. París. 1794), quien precisamente en 1789publicó su Tratado elemental de química, consideradocomo la revolución que constituye la química comociencia. Parece que el juez que pronunció el veredictosentenció inoportunamente eso de "La república nonecesita sabios" en respuesta, tal vez, a quienes aboga-ban por la vida del científico dados sus profundos yaprovechables (como en el caso de Carnot y de Noge)conocimientos. Lavoisier era un 'fermier géneral', espe-cie de cobrador de impuestos por remate, y todos ellosfueron proscritos durante el Terror y Lavoisier conde-nado a muerte.

Las supresiones académicas producen una moviliza-ción de intelectuales: Berthollet, Carny, Chaptal, Four-croy, Guyton de Morveau, Hassenfratz, Périer, Vander-monde, Vauquelin se manifiestan desde el mismoagosto de 1793. La Convención nacional fija metas pre-cisas a la instrucción pública: capacitación para resol-ver problemas militares y problemas relativos a la orga-nización de la sociedad que nacía de la.Revolución. Esentonces cuando la misma Convención crea diversasescuelas revolucionarias e instituciones que llenen elvacío dejado por las suprimidas.

2.11.1794:Creación de la Escuela revolucionaria dearmas y pólvora.

2.111.1794y 23.1X.1794:Creación e institución de laEscuela central de trabajos públicos, llamada EscuelaPolitécnica. Base de la enseñanza: geometría descrip-tiva y mecánica: "newtonianismo aplicado, observaalguien: recurso a la matemática y a la mecánica pararesolver los problemas de la física, la ingeniería y elmaquinismo" que presenta la consolidación de laRevolución.

10.X.1794: Creación del Conservatorio nacional deartes y oficios.

4.XII.1794: Creación de las Escuelas de salud.20.1.175: Escuela normal, según el modelo de la

Escuela de armas.20VI.1795: Oficina de Longitudes.Estas y otras creaciones de la Convención culminan

con la del Instituto que cobijará posteriormente lasacademias, incluso las restablecidas como la deCiencias.

En 1790 Talleyrand presentó un proyecto acerca de lareforma del sistema de pesos y medidas. Llevado luegoa la Academia de Ciencias, ésta creó un Comité, inte-grado por Lagrange y Condorcet, quienes propusieronel que hoy se conoce como sistema decimal. En la adop-ción de la unidad de medida influyó la medición hechapor Legendre y otros de la longitud del meridianoterrestre. Suprímida la Academia por la Convención(1793) mantuvo, sin embargo, el Comité de Pesas yMedidas; desligó a Lavoisier, quien entretanto habíaentrado a formar parte de él, y asoció en su lugar aMonge. Lagrange estuvo a punto de perder su puesto enel Comité; para muchos (también él lo sentía así algu-nas veces) era un extranjero y por tanto sospechoso.Este Comité fue importante no solo por su cometido(Boyer opina que el sistema métrico fue uno de losresultados matemáticos más tangibles de la Revolu-

ción), sino, además, porque cuando, para reemplazar ala Academia, que desaparecía temporalmente, fuecreado el Instituto, éste fue puesto en manos delComité, al que pertenecían por entonces Lagrange,Laplace, Legendre, Monge. En 1799, culminó el pro-yecto relativo al sistema métrico.

Matemáticos destacados

Boyer pone en relieve los hombres de 6 matemáticos:Lagrange, Condorcet, Monge, Laplace, Legendre,Carnot.

Para mejor entender lo que concierne al presenterelato, es indicado hacer ciertas comparacionesesquemáticas; habría que hacer unas antes y otras des-pués de trararlos individualmente. Sin embargo, parano perder la unidad las haré todas una vez consideradoslos 6 nombres.

Joseph Louis LAGRANGE (25.1.1736, Turín, Italia -10.lV.1813, París). Tenía parte de ascedencia francesa;no pudo realizar, empero, su deseo de vivir allí sinodespués de 30 años en Turín y 21 en Berlín. Al estallar laRevolución era como extranjero que había venido aestablecerse en París 2 años antes. A pesar de las como-didades de la existencia, logradas por sus éxitos cientí-ficos, sufría permanentemente de depresión. A ello atri-buyen algunos su apatía política. Vivió en Turín hasta1766. Gracias a sus admiradores y amigos, Euler yD'Alembert, fue invitado a hacer parte de la c;élebreAcademia del rey de Prusia. "El más grande geómetrade Europa debe estar cerca del más grande de losreyes", le escribió con modestia Federico el Grande,quien apreció luego la nueva estrella de su séquito, alcompararlo con Euler, partido a la corte de Catalina,también la Grande, en San Petersburgo; parece que lascapacidades de Euler como filósofo eran tan reducidascomo inmensas las que poseía en matemática.Lagrange, por principio, evitaba las discusiones o seescudaba tras su consuetudinario: "¡No sé!", por lo cualFederico lo llamaba "Filósofo sin pregonar" (Le philo-sophe san crier). Esta manera de ser explica quizás porqué la Revolución no lo afectó mayormente; se mantuvoprudentemente a distancia, sin participar activamenteen política; amigos le aconsejaron que regresara aBerlín, de donde había partido (1787) a raíz de la muertede Federico, pero Lagrange quiso ver en qué paraba el'experimento' revolucionario; particularmente horrori-zado por el Terror, ya era tarde para huir de París. Ledolió la condena de Lavoisier: "Bastará solo unmomento para que su cabeza caiga y será quizá necesa-rio un centenar de años para que se produzca otraigual".

"Es sorprendente, escribe Claude Comte, la estima yla consideración que le testimonian todos los gobiernossucesivos, desde el del Rey hasta el de Napoleón". EnBerlín era el presidente de la Academia, en la sección dematemáticas y física, desde su llegada (1766) hasta supartida en 1787. Al llegar a París fue recibido comomiembro de la Academia de Ciencias. Fue presidentede la sección de ciencias físicas y matemáticas delInstituto que reemplazó la Academia suprimida en1793. Napoleón, entre otras distinciones, lo declaró

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Gaspard Mongesenador, conde del Imperio, gran oficial de la Legión deHonor.

El desarrollo de la obra de Lagrange es uno de loshechos que confirma la observación general de que laciencia en Francia, con algunas modificaciones, conti-nuó el desarrollo normal que traía desde antes de laRevolución. Conviene recordar algunos detalles. A los19 años intuyó Lagrange una substancial contribuciónal cálculo de variaciones, para él su obra maestra, a lacual rendía pleitesía Euler, creador también de parte dela disciplina. Lagrange dio la versión definitiva de laparte de su creación en una de sus grandes obras, laMecánica Analítica, 1788. Un rasgo de la obra deLagrange es su predilección por los métodos algebrái-coso Para elogiar la obra de Lavoisier decía que estehabía hecho la'química"tan fácil como el álgebra". YaD'Alembert había deseado exponer rigurosamente lamatemática que los grandes creadores estabanhaciendo intuitivamente. También Lagrange es adalidde la misma campaña, que debió esperar todavía añosantes de comenzar a realizarse. La manera práctica dedesterrar la intuición es desterrando las figuras; por ellose lee en la Mecánica Analítica: "En esta obra no seencontrará figura alguna". Con excelente presenti-miento matemático concibe la mecánica como unageometría en un espacio de 4 dimensiones. Lagrangeno tenía propósitos facilistas, como parece hacer creer

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Bell cuando presenta la creación de Lagrange de lasfunciones analíticas como un acto de compasión paracon sus estudiantes de la Escuela Politécnica a quienesel cálculo infinitesimal les era demasiado complicado.Lagrange se proponía crear una teoría de funcioneslógicamente más satisfactoria, la cual creía lograr eli-minando los infinitesimales e incluso los límites ymanejando algebráicamente funciones representadasmediante polinomios con infinitos términos; a muchasfunciones no podrá aplicarse al algoritmo que Lagrangeintenta crear y que tiene por base, según Bourbaki, unade las más discutibles concepciones newtonianas, la deconfundir las nociones de función arbitraria y de fun-ción desarrollable en serie de potencias. La idea deLagrange, que sirvió de inspiración a Weierstrass entreotros, no sirve para fundamentar todo el análisis (parasacar de ahí la diferenciación, por ejemplo), pero si aquípara ilustrar la peculiar concepción lagrangiana de lacreación matemática: mínimo número de hipótesis,técnicas algebráicas con preferencia a las del análisis,método deductivo con preferencia al intuitivo. Elambiente intelectual revolucionario no ha influido enLagrange. Su manera de proceder en matemática ya alcabo de la Revolución es la misma empleada para llevara término la Mecánica Analítica antes de la Revolución.

Estando en Berlín, Lagrange había contraído matri-monio, al que por cierto concedía pequeña importancia,lo cual había contribuido al alivio de sus depresiones;pero perdió pronto a su esposa. Al llegar a París fueinstalado en las habitaciones del Palacio Real en elLouvre y consolado, se dice por la misma María Anto-nieta. Ya en su vejez volvió a casarse. La creación de lasescuelas superiores sirvió igualmente para sacar aLagrange de su decaimiento. No enseñaba desde Turín,unos 30 años antes. Al ser instauradas las EscuelasPolitécnicas y Normal (1794 y 1795) se dedica fervoro-samente a la docencia; fruto de ella serán 3 obras deenvergadura: Teoría de las funciones analíticas (1797),en donde expone el procedimiento comentado condetalle. Tratado de la resolución de ecuaciones numéri-cas, 1798. Lecciones sobre el cálculo de funciones, 1799.

Marie Jean Antoine Nicolas de CARITAT,marquis deCONDORCET (Ribemont, 1743 - Bourg-la-Reine, 1794)era filósofo y político, discípulo de los fisiócratas (pre-dominio de la agricultura sobre la industria). Comomatemático escribió: Ensayo sobre el cálculo integral,1765; Problema de los 3 cuerpos, 1767; Ensayo sobre laaplicación del análisis a la probabilidad de decisionestomadas p1ura1mente, 1875. Por esta obra, Crépelllamaa Condorcet un matemático de lo social; cometió latemeridad de pretender elaborar, apenas a fines delsiglo XVIII,una matemática de los fenómenos sociales.El estudio probabilístico que hizo del proceso inductivoque lleva a formular juicios le suministró un argumentocontra la pena de muerte. Su estudio de las probabili-dades fue rápidamente eclipsado por el de Laplace.Perteneció a la Academia de Ciencias desde 1769. Cola-boró con la Enciclopedia con artículos de economíapolítica. Fue diputado a la Asamblea legislativa y a laConvención. Acérrimo enemigo de la injusticia, comoVoltaire. Visionario un poco iluso, creía firmemente enla educación como medio de perfectibilidad para el ser

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humano. La generalización de la educación pública,una de las banderas de la Revolución, era propugnadadesde antes de ésta por Condorcet. Consecuente con-sigo mismo, propuso un proyecto de reforma de la ins-trucción pública en 1792. Arrestado como girondino enla época del Terror, escribió en prisión su obra principal:Bosquejo de un cuadro histórico de los progresos de larazón humana Tesis: Desarrollo indefinido de las cien-cias. El progreso intelectual y moral de la humanidad sealcanzará gracias a una educación bien orientada.Condenado a muerte, se le encontró sin vida ahtes deser ejecutado; al parecer se envenenó para no padecer elcadalso.

Gaspar MONGE, comte de Péluse (Breaune, 1746 -París, 1818). Enseñó en París desde los años 80. Yadesde 1766 se había hecho conocer en la escuela deingeniería militar de Mezieres por el tratamiento ténicoque daba a la geometría descriptiva: precisó sus princi-pios y métodos y mostró aplicaciones en ingeniería o enarquitectura. Investigó con profundidad diversos pro-blemas de geometría diferencial y de geometría en 3dimensiones; la llamada geometría analítica adquiriócon Monge el aspecto que suelen tener todavía loscursos para estudiantes de ingeniería; antes, guardabael que le habían dado sus creadores, Descartes y Fer-mato El nombre de Monge está ligado también a lasecuaciones diferenciales parciales. Llegó a ser másconocido quizás en el cultivo de otras ciencias, la físicay la química, por ejemplo, en que trabajaba, a la par deLavoisier o de Cavendish, en los experientos más cru-ciales. Abrazó la Revolución con entusiasmo; ministrode la Marina (1792-1793), firmó la ejecución de LouisXVI.Monge se mostró hábil administrador, pero dema-siado a la derecha para los de izquierda y demasiado ala izquierda para las gentes de derecha. Debido a esto,el ambiente político se le fue haciendo hostil, circuns-tancia que él aprovechó para dedicarse totalmente alestablecimiento y consolidación de las grandes escue-las, Politécnica y Normal, recién creadas por la Conven-ción; la primera pasa por ser obra suya; trabajó abnega-damente en cuanto tuviera que ver con la educaciónsuperior, sobre todo con el fin de hacer militarmentefuerte a la Revolución. No gustaba mucho de escribirtextos, una de las obligaciones de los docentes revolu-cionarios.Publicó en 1795, Hojas de Análisis, apuntesque se transformarían (1807) en una de las grandesobras de Monge: Aplicación del análisis a la geometría.Otra de las obras del período revolucionario (1799) es suGeometría Descriptiva, en donde aparecen los enrique-cimientos que durante más de 30 años él había acumu-lado para esta disciplina, lo que algunos años, 15 diceun autor, fueron secreto militar; otra razón para nopublicarlos antes. En 1796 Monge, de 50 años, recibeuna carta del general del ejército de invasión en Italia,Napoleón Bonaparte, en la cual agradece al ministro dela Marina en 1792, Monge, el haberle acordado unaentrevista que asegura le habría hecho posible sucarrera. Monge no recordaba al joven oficial de artille-ría; aceptó, empero, el pésimo encargo que le hacía enreconocimiento: el saqueo artístico de Italia; él y su granamigo de toda la vida, el célebre químico Claude LouisBerthollet (1748-1822), quien como él será también

conde, de la nobleza del Imperio, es decir, la establecidapor Napoleón, fueron a cumplir la misión que se lesconfiaba. Monge llegó a ser un excelente conocedor deobras de arte. Se mostraba disgustado a veces por elenorme botin de guerra impuesto en ese aspecto a Italiay recordó el consejo de un antiguo romano: "No esconveniente al gobernar a un pueblo, para su propiobien y para el de los conquistadores, esquilmarlo com-pletamente". Monge se convirtió en un gran admiradordel Emperador. Este habría dicho en Santa Helena,según el astrónomo Aragó: "Monge me amaba como seama fi una amante". Con Berthellet y con Jean BaptisteJoseph FOURIER (1768-1830), Monge hizo parte de laLegión de la Cultura, que conformaba el séquito de lacampaña en Egipto. Por su edad, no pudo acompañar aNapoleón a Rusia; dicen que sufrió un ataque al serinformado del desastre de dicha campaña.

Pierre Simon, marquis de LAPLACE (1749, Beaumont-en-Auge, Normandie- 1827, París). Astrónomo, físico ymatemático. A los 24 años (1773) pone a prueba sutalento con un problema digno de su futuro renombre.Newton creía que de vez en cuando se necesitaría unmilagro para que no se destruyera el sistema solar.Euler parece pensar que el sistema solar no podría serexplicado con la sola teoría de Newton. Laplace ataca,pues, el problema de la estabilidad del sistema solar; su

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La École polytechnique de Paris, fundada en 1794,unode los primeros institutos docentes que incluyeron ensus programas la enseñanza regular de las matemáti-cas.

conclusión es que el sistema solar que él concibe, unsistema solar ideal, es estable. El sistema solar realsigue presentando muchos problemas que no podía~quedar elucidados en la obra de Laplace ..EI resto, cas.I,de la vida intelectual de Laplace está dedIcado a explI-car el sistema solar con base en la física de Newton.Extraordinariamente dotado para la física, lo mismoque Newton, tiene la capacidad suficiente de crear lamatemática que necesita para resolver los problemasde la física, que van surgiendo en su estudio siste~á-tico. Sus importantes contribuciones a la matemátIcatienen que ver con su obra maestra, Mecánica Celeste(1799-1825), incluso su estudio filosófico y matemátic?acerca del cálculo de probabilidades, del cual es conSI-derado su gran creador. "Laplace, dice Fourier, dio atodas sus obras una dirección fija de la cual jamás sedesvió". Perteneció a la Academia de Ciencias desde1783, según el Petit Robert; desde 1785 según la obr~colectiva dirigida por Dieudonne. En 1785 fue el examI-nador en la Escuela Militar del candidato de 16 años

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Napoleón Bonaparte. La disciplina sistemática de susestudios científicos no influyó para nada en la forma-ción de sus convicciones políticas, bastante versátiles,sus escritos van siendo dedicados al gobierno de tumo.Así, su célebre Exposición del sistema del mundo (1796)está dedicado al Consejo de los 500; es en ella en dondedesarrolla la teoría de la nebulosa primitiva, hipótesisque ya había merecido la atención de Thomas Writght,según Boyer, y de Inmanuel Kant. .

Laplace perteneció al Comité de Pesas y MedIdas ycomo sus colegas fue profesor en las Escuelas Politéc-nica y Normal. Como Carnot, también fue LaplaceMinistro del Interior y tampoco tuvo éxito: "Usó el espí-ritu de lo infinitamente pequeño en el desempeño desus funciones", ironizó Napoleón.

Adrien Marie LEGENDRE (1752, París - 1833, París).Después de sus estudios en el colegio Mazarin, se con-sagró a la investigación científica; enseñó matemáticaen la escuela militar de París (1775-1780). En 1783 fueelegido a la Academia de Ciencias. En !a m~moriaFigure des p1anetes (1782) introdujo los polmomIOs quellevan su nombre. En 1786 comenzó a estudiar ciertotipo de integrales; estudio que culminara solamente en1825; por ello también dichas integrales llevan su nOI?-breoLa Convención lo encargó de trabajos de geodesIa.Durante el año 1794, importante por las disposicionesde la Convención en materia educativa, encabezó laComisión de instrucción pública. Ese mismo año, el delTerror, apareció su libro E1éments de Geométrie, uno delos productos matemáticos de la Revolución que tuV?mayor influencia, dice Boyer, entre otros. Hubo 20 edI-ciones durante la vida del autor. Igualmente durante elperíodo revolucionario apareció su obra, clásica en lamateria, Theorie des nombres, 1798. Desde 1799 hasta1815 fue examinador en la Escuela Politécnica y en1813 reemplazó a Lagrange en el Bureau de Longitudes.

Lazare Nicolas Marguerite CARNOT (1753, Nolay,Bourgogne - 1823. Magdeburgo, Alemnia), llamado elgran Carnot o el organizador de la victoria, era oficial decarrera, ingeniero. Partidario de la Revolución, fue ~~e-gido a la Asamblea legislativa y luego a la ConvencIOn.En 1793 formó parte del Comité de salud pública y entre1793 y 1795 fue responsable de la guerra. Miembro ~~lDirectorio (1795),votó afirmativamente el responsabIlI-zar a Bonaparte de la campaña de Italia. Debido al golpede Estado en 1797 partió al destierro; fue allí dondeescribió su obra Reflexiones sobre la metafísica delcálculo infinitesimal, acerca de los fundamentos delcálculo infinitesimal, en la cual trata de explicar lasdificultades conceptuales de éste mediante el principiode la compensación de errores, ya ensayado por ciertopor Berkeley (1734).Sobra decir que la explicación satis-factoria comenzará con Cauchy, Weierstrass ... Dadoque tuvo puestos de responsabilidad en el gobiernorevolucionario, pudo contribuir a la organización esco-lar, aunque se desempeñó poco como docente. Su no~-bre está en la historia matemática por una obra postenora la etapa revolucionaria: Geométrie de position (1803)que permite situarlo como matemá~ico a la altur~ .deMonge. Salvo esporádicas actuaCIOnes en polItIcadedicó el resto de su vida a trabajos científicos.

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Epílogo:

Para afianzar el conocimiento de estos seis personajesvale la pena ensayar algunas contraposiciones.

Monge y Laplace eran de modesto origen, de maneraque debieron merecer mediante precoces capacidadesla educación que recibieron luego. Lagrange, Condor-cet, Legendre y Carnot tuvieron esmerada educacióngracias a su extracción burguesa. Los dos primero retri-buyeron su formación siendo profesores, en el sentidoque tiene hoy esta palabra, casi desde la terminación desus estudios; en particular Monge fue siempre un exce-lente maestro, muy estimado por sus alumnos de laEscuela Politécnica. Los otros cuatro matemáticos noestaban forzados a la docencia para sostenerse o paraascender en la escala social; ejercieron esporádica-mente la docencia. Todos tuvieron puestos de respon-sabilidad en la organización de la Francia que surgía dela Revolución, y no solo como docente; e incluso quie-nes habían comenzado en la docencia, como Monge,tuvieron puestos altamente políticos. Ninguno de losseis sintió la desaparición del antiguo régimen.

Salvo Condorcet, los otros cinco tuvieron que ver conescuelas militares; incluso Monge y Laplace, quienespor su modesto origen no podían aspirar a ellas. Sola-mente Carnot, sin embargo, fue militar de carrera ygeneral. Los seis pertenecieron a la Academia de Cien-cias. Tres de ellos cultivaban el rigor matemático:Lagrange, Legendre, Carnot.

Ninguna obra de Condorcet, ni siquiera su nombre,aparecen en Bourbaki. El nombre de Legendre aparecedos veces, pero ninguna de sus obras es citada. Carnotes citado dos veces y su obra Geométrie de positionaparece en la bibliografía. Monge es citado cuatroveces y en la bibliografía aparece únicamente Geomé-trie Descriptive. Laplace es citado tres veces, pero en labibliografía se mencionan los 14 volúmenes de lasobras completas. Lagrange aparece citado 20 veces (elmáximo es 41 veces: Leibniz, Gauss, Hilbert) y se hacemención de los 14 volúmenes de obras completas; nohay duda, para Bourbaki Lagrange es un matemático demucho valor.

Lagrange, Legendre, Laplace, no intervinieron enactividades políticas propiamente dichas. Sí Condor-cet, Monge, Carnot. En realidad Condorcet fue el únicoque jugó un papel en el proceso que condujo a losacontecimientos de 1789 dada su pertenencia al círculode los enciclopedistas. Es irónico, dicen algunos, quehaya sido la única víctima de la Revolución, aunqueMonge y Carnot no estuvieron tampoco muy lejos deserlo.

Si se quisiera caracterizar en muy pocas palabras laactitud política de cada uno de los seis habría dificultadcon Carnot, ya que en la Convención estuvo en el centro,luego en la izquierda, aunque socialmente era un tradi-cionalista. En cuanto a los otros cinco: Lagrange fueapático, Condocert girondino (un poco a la derecha),Monge jacobino (un poco a la izquierda). Laplace fueoportunista y Legendre indiferente.

Salvo Condorcet, víctima en 1794, los cinco restantesfueron bien tratados durante el Imperio. dado el aprecioque sentía el emperador por la ciencia y por sus cultiva-

dores. Lagrange murió dos años antes del desastrenapoleónico. Monge, Legendre. Carnot, sufrieron pena-lidades graves al llegar la Restauración. Laplace disfrutósiempre de las comodidades ganadas gracias a su geniocientífico y bien conservadas en razón de su flexibilidadpolítica (parece pensar que lo único importante es suobra).

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