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FIN DEL TIEMPO ORDINARIO-TIEMPO POLÍTICO-ADVIENTO Foto Wikimedia Commons D.P. Q uerido lector, te ofrecemos el último número del año del periódico MAS, el co- rrespondiente al mes de diciembre del 2018, mes que vamos a comenzar y con el que clausuraremos el año en curso. Todo lo humano tiene un comienzo y también un final. Nos lo ha recordado la liturgia del final del tiempo ordi- nario que hemos culminado con la Festividad de Cristo Rey. Las lecturas de este tiempo han tenido un carác- ter escatológico, no solo, pero principalmente, el libro del Apocalipsis. Un lenguaje pleno de con- tenidos simbólicos que a veces no entendemos y que nos atemorizan pero que tienen la finalidad de recordarnos que todo lo humano es contin- gente y se termina, lo único eterno es Dios. Por eso, tenemos que entender estas palabras sobre las “realidades últimas” que es lo que significa escatología, poniéndolas en relación con el men- saje evangélico que significa “buena nueva”, buena noticia. El mes de diciembre y el final de un año es un buen momento, no solo para celebrar estas fies- tas de una manera cristiana y familiar, también para reflexionar y hacer un pequeño balance de por dónde transcurre nuestra vida, en lo personal y en lo comunitario. En el orden personal es legí- timo hacer un balance de cómo ha transcurrido el año, esto es, si hemos logrado al menos en parte lo que nos propusimos al comienzo del año en los múltiples ámbitos de la vida: laboral, social, fa- miliar, cultural, etc. Pero esta reflexión de los asuntos temporales no puede olvidar, como nos han recordado las lecturas de estos días que todo lo humano se termina indefectiblemente. EDITORIAL: FIN DEL TIEMPO ORDINARIO-TIEMPO DE ADVIENTO El final del año es un buen momento para reflexionar por dónde transcurre nuestra existencia, en lo personal y en lo comunita- rio, a fin de que la misma no se quede, úni- camente, en los afanes de cada día y nos permita reforzar el sentido de nuestra vida y los fundamentos en que se apoya. PÁGINAS 1 Y 4 EL BELÉN, PRESENCIA INDISCUTIBLE EN LA NAVIDAD Rosario y Araceli Paniagua nos hacen una crónica de la historia del Belén y de su im- portancia para nuestras tradiciones reli- giosas, que debemos mantener, sin aten- der a modas pasajeras o a aquellos que las consideran caducas. PÁGINA 3 LA JUBILACIÓN, DERECHO U OBLIGACIÓN (I) Antonio Molina Schmid reflexiona sobre un tema de gran actualidad, por las reper- cusiones económicas que tendrían los po- sibles cambios legislativos sobre los dere- chos y obligaciones de los futuros pensio- nistas. PÁGINAS 5 EL PADRE CARLOS ROMERO O.P. 60 AÑOS AL SERVICIO DE HERMANDADES DEL TRABAJO Mons. Algora escribe sobre la trayectoria del P. Carlos Romero en Córdoba y en las Hermandades del Trabajo. Nos ha dejado una figura emblemática y carismática que dedicó la mayor parte de su vida a esta Obra. PÁGINAS 10-11 Hermandades del Trabajo C/ Juan de Austria, 6. Bajo B. 28010 Madrid www.hermandadestrabajo.org mas Editado por Hermandades del Trabajo Nº 743 Diciembre 2018 (Sigue en la pág. 4) Adoración de los pastores, obra de Giorgone (National Gallery of Art, Washington, D. C.)

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Page 1: mas · 2018-12-04 · huir a Egipto y dejar Belén que es alegría, paz y comodidad. Ahora que podían vivir más confor-tablemente, que tienen todo resuelto y piensan en la infancia

FIN DEL TIEMPO ORDINARIO-TIEMPOPOLÍTICO-ADVIENTO

Foto W

ikimedia Com

mons D.P.

Querido lector, te ofrecemos el últimonúmero del año del periódico MAS, el co-rrespondiente al mes de diciembre del

2018, mes que vamos a comenzar y con el queclausuraremos el año en curso. Todo lo humanotiene un comienzo y también un final. Nos lo harecordado la liturgia del final del tiempo ordi-nario que hemos culminado con la Festividad deCristo Rey.

Las lecturas de este tiempo han tenido un carác-ter escatológico, no solo, pero principalmente, ellibro del Apocalipsis. Un lenguaje pleno de con-tenidos simbólicos que a veces no entendemos yque nos atemorizan pero que tienen la finalidadde recordarnos que todo lo humano es contin-gente y se termina, lo único eterno es Dios. Poreso, tenemos que entender estas palabras sobrelas “realidades últimas” que es lo que significa

escatología, poniéndolas en relación con el men-saje evangélico que significa “buena nueva”,buena noticia.

El mes de diciembre y el final de un año es unbuen momento, no solo para celebrar estas fies-tas de una manera cristiana y familiar, tambiénpara reflexionar y hacer un pequeño balance depor dónde transcurre nuestra vida, en lo personaly en lo comunitario. En el orden personal es legí-timo hacer un balance de cómo ha transcurrido elaño, esto es, si hemos logrado al menos en partelo que nos propusimos al comienzo del año en losmúltiples ámbitos de la vida: laboral, social, fa-miliar, cultural, etc. Pero esta reflexión de losasuntos temporales no puede olvidar, como noshan recordado las lecturas de estos días que todolo humano se termina indefectiblemente.

EDITORIAL: FIN DEL TIEMPOORDINARIO-TIEMPO DE

ADVIENTOEl final del año es un buen momento parareflexionar por dónde transcurre nuestraexistencia, en lo personal y en lo comunita-rio, a fin de que la misma no se quede, úni-camente, en los afanes de cada día y nospermita reforzar el sentido de nuestra viday los fundamentos en que se apoya.

PÁGINAS 1 Y 4

EL BELÉN, PRESENCIAINDISCUTIBLE EN LA NAVIDADRosario y Araceli Paniagua nos hacen unacrónica de la historia del Belén y de su im-portancia para nuestras tradiciones reli-giosas, que debemos mantener, sin aten-der a modas pasajeras o a aquellos que lasconsideran caducas.

PÁGINA 3

LA JUBILACIÓN, DERECHO UOBLIGACIÓN (I)

Antonio Molina Schmid reflexiona sobreun tema de gran actualidad, por las reper-cusiones económicas que tendrían los po-sibles cambios legislativos sobre los dere-chos y obligaciones de los futuros pensio-nistas.

PÁGINAS 5

EL PADRE CARLOS ROMEROO.P. 60 AÑOS AL SERVICIO DEHERMANDADES DEL TRABAJO

Mons. Algora escribe sobre la trayectoriadel P. Carlos Romero en Córdoba y en lasHermandades del Trabajo. Nos ha dejadouna figura emblemática y carismática quededicó la mayor parte de su vida a estaObra.

PÁGINAS 10-11

Hermandades del TrabajoC/ Juan de Austria, 6. Bajo B. 28010 Madrid

www.hermandadestrabajo.org

masEditado por Hermandades del Trabajo

Nº 743Diciembre 2018

(Sigue en la pág. 4)

Adoración de los pastores, obra de Giorgone (National Gallery of Art, Washington, D. C.)

Page 2: mas · 2018-12-04 · huir a Egipto y dejar Belén que es alegría, paz y comodidad. Ahora que podían vivir más confor-tablemente, que tienen todo resuelto y piensan en la infancia

En tiempos difíciles, de frustraciónlaboral, penuria económica o decrispación generalizada, siempre elSeñor está presente con su amor,paz y ayuda. Verdad central para elSiervo de Dios que en este texto de1954, nos habla de los sufrimientosde María y José que cuidan delrecién nacido Jesús, enfrentandocon fe los enormes problemashumanos provocados por elnacimiento del Salvador.

Son reflexiones breves pero sumamenteprofundas y aplicables al desconcierto eincertidumbre que vive hoy dentro de

nuestra “sociedad liquida”. Empieza el escritopor la forzada y angustiosa Huida a Egipto,aventura evangélica que revela el seguimien-to oscuro del Señor. Nos pide Don Abundioque en esta Navidad de 2018, dentro de la os-curidad, sigamos a Jesús, Señor y Hermanonuestro, con los mismos criterios de fe. Y estafe activa ha de expresarse en nuestro mundocon amor en beneficio de todos los hermanos,sobre todo de los trabajadores más necesita-dos, los parados, y los inmigrantes que estánbuscando una vida nueva. Que redoblemosnuestra total confianza en el amor y Provi-dencia de nuestro Dios-Hermano Encarnado.Con esta entrega del LEGA-DO DE DON ABUNDIO, dese-amos a todos nuestros ami-gos una FELIZ NAVIDAD del2018.

“Es un pasaje muy boni-to y sin embargo del que sehabla muy poco, y yo os loquiero recordar. Tema tristeeste de la Huida a Egipto.Huida a Egipto o criteriosde fe. ¡Qué “malo” fue el Se-ñor con su Hijo y con suMadre, pobrecitos, cómo lestrae y los lleva! Nazaret era una ciudad nomuy buena. ¿Es que de Nazaret puede salir al-go bueno? La cosa es que después de conocerBelén, ya no vuelven a Nazaret, se quedan a vi-vir en Belén. Allí ya tienen muchos amigos y fa-miliares, y parece que lo tienen todo resueltopero tienen que huir a Egipto porque persiguenal Niño. ¡Qué pena, qué terrible tuvo que ser es-to para la Virgen! ¡Cómo prueba Dios a los su-yos! Esta es la consecuencia de esta medita-ción.

Primero les priva de la comodidad. Belén ibaa ser para ellos una ciudad de comodidades, dealegría, de complacencia. El Niño era querido yamado por todos, pero tienen que marcharse,huir a Egipto y dejar Belén que es alegría, paz ycomodidad. Ahora que podían vivir más confor-tablemente, que tienen todo resuelto y piensanen la infancia tranquila del Niño, Dios no se lepermite, no les permite que gocen de estedescanso.

Pero lo más triste es que la Virgen vive yasiempre llena de temores, la espada comienza a

hendirse en su corazón.Herodes busca al Niñopara matarlo. ¡Mirad cuán-to tiene que sufrir la Vir-gen! Lo deja todo, paz, ale-gría, comodidad, regalos,familiares y amigos para ira Egipto desconocido.¿Qué harán allí? ¿En quétrabajará José? ¿Encon-trarían alguien que lescomprendiera? No sabe-mos nada, ni cuánto tiem-po estuvieron en Egipto, yotra vez de vuelta hubie-

ran querido seguir viviendo en Belén, pero portemor a Arquelao vuelven a Nazaret. El sitiomenos querido por ellos, y allí se hunden en laoscuridad de una vida oculta.

Hay que leer entre líneas en el Evangelio.Dios rige la vida de un modo desconcertante.Señor, ya está bien lo que has hecho con ellos,ya fue bueno el nacimiento, sin hogar y sin na-da, pero ahora que ya están instalados en Beléntranquilos y contentos déjalos disfrutar”. Pero

enseguida sienten el temor de que el Niñopuede ser asesinado.

¡Cómo obra Dios en nuestras vidas! Tú tam-bién tienes tu vida, tu belén, y tu Egipto y aca-so también tú te los mereces. Tienes tu Belén,tu lugar de comprensión, de familia, de cariño,tus conocimientos, tus regalos, pero Dios a ve-ces te obliga a dejar ese Belén. Dios no quiereque te complazcas y te da una espina, tuHerodes, que te persigue. Conviene que asísea. Un ángel te dice, “Coge al Niño y sal co-rriendo, Dios lo quiere”. “Este no me com-prende, no me quiere”, nunca digas eso, tu án-gel te dice que es Dios que te quiere y te mandaun Herodes que te persiga. No es tu sino, es tuprovidencia. Si Dios te saca de Belén, ¡benditosea! Si te da un Herodes que te persigue, ¡ben-dito sea! ¿A quién Dios quiere más que a su Hi-jo y a la Virgen y San José?

A nadie, pero a Dios no hay quien lo entien-da. A todo hay que decir: “Señor, hágase tuvoluntad, hágase en mí según tu palabra; yocontento y conforme con dejarme gobernar portu Providencia”.

Lecciones que Dios da, pruebas que hayque aceptar con espíritu de fe, con alegríay conformidad. “Dios de mí se ocupa, memira con predilección me mira lo mismoque mira a su Hijo y a su Virgen”. Apren-damos a regirnos por este criterio, no egoís-ta sino sobrenatural, divino y desconcer-tante, pero infalible. Dios es quien rigenuestras vidas”.

Tú también tienes tu vida, tu belén, y tuEgipto y acaso también tú te los mereces.

2 | MAS, Diciembre 2018 Legado de D. Abundio

Navidad 2018, problemas y Providencia

Por Miguel Parmantie

¡Mirad cuánto tiene quesufrir la Virgen! Lo deja to-do, paz, alegría,comodidad, regalos,familiares y amigos para ira Egipto desconocido.¿Qué harán allí? ¿En quétrabajará José?¿Encontrarían alguienque les comprendiera?

Descanso en la huida a Egipto (1667) óleo de Bartolomé Este-ban Murillo, en el museo del Hermitage en San Petersburgo.

(Wikimedia CC. DP)

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EN PERSPECTIVA NAVIDEÑA

El Belén: presencia

indiscutible en laNavidad

Navidad 2018

Por Araceli y Rosario Paniagua Fernández

¡Gloria a Dios en la Alturas, y paz en la tierra alos hombres de buena voluntad!

En este tiempo fuerte del AñoLitúrgico, nuestra reflexión quiereir a un acontecimiento que marcóla historia del pueblo creyente conel Nacimiento de Jesús. Nopodemos perder de vista lo que ce-lebramos y cómo lo celebramos.Aunque las luces, las ofertascomerciales, los mil regalos que cir-culan por las familias, no por todasesto también nos ha de hacerpensar, y las distraccionesmúltiples pueden interferir en elverdadero sentido de la fiesta. Ha-gamos una resistencia pacífica antetodo el bullicio que nos rodea, yadentrémonos en el misterio queestos días nos convoca.

Nuestras tradiciones, tradiciones, son nues-tras; de siglos de arraigo en toda la cris-tiandad, y con las que hemos crecido gene-

raciones y generaciones, lo que ha ido confor-mando nuestra historia, nuestro modo de sercreyentes, nuestros vínculos familiares etc. Contodo ello en el corazón, se nos dibujaba dentro,la presencia del belén en todas las casas, y deello no hace tantos años. No procede adoptarcostumbres de otras latitudes ni en estos días,ni en otros a lo largo del año, pues rompennuestra identidad, lo que verdaderamente so-mos y creemos.

¿Cómo vamos a olvidar lo que aconteció en laNochebuena de 1223, cuando se puso el primerbelén, de manos de Francisco de Asís, en unacueva próxima a la ermita de Greccio (Italia)? Secelebró la misa nocturna acompañada de unarepresentación simbólica de la escena del na-cimiento, mediante un pesebre con el buey y lamula, San Francisco cantó el Evangelio y realizóla predicación sobre el nacimiento de Cristo, hijode Dios, en circunstancias tan humildes como lasque en aquel momento se reproducían, causan-do una enorme emoción entre los asistentes. Detal forma que el señor del lugar, Juan de Greccio,aseguró que nunca había visto nada igual. Para

llevarlo a cabo, Francisco y el hermano Leónhabían buscado una gruta apropiada junto a lacabaña en donde ellos vivían, para hacer recrearen el pueblo el Nacimiento de Jesus. GiovanniVellita, el mas acaudalado del lugar colaboróconsiguiendo la burra, el buey y la paja.

Aquella noche tocaron las campanas delpueblo, y todos se acercaron a lomos de burros,caballos y andando hasta el pesebre. Iban conantorchas y cirios encendidos en medio de lanoche, mirando la Estrella quecambió el rumbo de la historiadel pueblo creyente; pro-rrumpieron en glorias y alaban-zas al Señor. Aquella noche, comoescribió Tomás de Celano, se rin-dió honor a la sencillez, se exaltóla pobreza, se alabó la humildady Greccio se convirtió en una nue-va Belén. (De Celano fue unfamoso poeta, franciscano y es-cribió tres hagiografías de SanFrancisco, en las que relata muchos milagros delsanto, y una biografía de Santa Clara de Asís).

Aquí hay que buscar el punto de partida de ladifusión por todo el mundo del belén, que losfranciscanos, a ejemplo de Francisco, han sabidodifundir por todo el mundo. Desde 1986 SanFrancisco es considerado el patrón universal delbelén. Hoy el santuario de Greccio ha crecido; ala antigua iglesia y convento del siglo XIII, sehan añadido otras construcciones y un templomás espacioso que la primitiva gruta, que estátransformada en capilla, desde el mismo año dela canonización del santo, en 1228 por el papaGregorio IX, se conserva casi intacta, con la rocaque sirvió de altar y de pesebre.

Asombra el paralelismo con lo que habíasucedido en Palestina, siglos antes. Y nos pre-guntamos ante esta escena encantadora y simi-lar al verdadero nacimiento de Jesús, ¿qué tieneque ver los caros regalos, los trajes de fiesta, losexcesos gastronómicos y de alcohol en la mesade algunos, mesas en las que Dios no está pre-sente, no está invitado? A partir del siglo XIV, através de los franciscanos, cuya regla consiste enestricta pobreza, humildad y sencillez, el monta-

je de los belenes se consolidó como tradición enla península itálica, y fue pasando al resto de Eu-ropa. En España, a mediados del siglo XVIII, elrey, promovió la difusión de los belenes comopráctica popular en todo nuestro territorio. Estosson los llamados nacimientos napolitanos, conescenas costumbristas de Italia, sobre todo deNápoles.

En el siglo XVIII en América, los franciscanosusaron los belenes como método de evange-

lización. Allí son inten-cionadamente anacróni-cos, ya que incluyen ani-males y plantas ameri-canas. Esta peculiaridadse debe también a que enLatinoamérica situada enel hemisferio sur del pla-neta, Navidad no se cele-bra en el solsticio de in-vierno, sino el del verano,por lo que el clima y los

productos agrícolas sudamericanos son muydiferentes a los europeos y palestinos. Los paísesmás belenistas en Europa son: España, Portugal,Francia, Italia, Alemania, Austria, Hungría, Che-quia, Eslovaquia y Polonia.

En cuanto a la construcción de belenes en1465, se fundó en París la primera empresa fa-bricante de figuras. El segundo lugar en producirfiguras fue Siena, en 1475, de estilo renacentista.El tercer país fue Portugal en 1479. En España,Cataluña, Murcia y Madrid, durante el siglo XX,eran centros donde se fabricaron más de cuatro-cientos millones de figuras. En la actualidadexisten numerosos talleres artesanales que con-tinúan haciendo figuras preciosas, con un enor-me realismo, y que son admiradas en todo elmundo.

Y terminamos. Si hemos conseguido reivin-dicar el Belén como centro y eje de los hogarescristianos en Navidad, ha merecido la pena el es-fuerzo. Feliz Navidad.

¡Escuchad hermanos, una gran noticia; hoy enBelén de Judá nos ha nacido el Salvador?!

¡Aleluya, aleluya, aleluya.!

¿Cómo vamos a olvidar loque aconteció en laNochebuena de 1223,cuando se puso el primerbelén, de manos deFrancisco de Asís, en unacueva próxima a la ermitade Greccio (Italia)?

Nacimiento napolitano

Foto W

ikipedia Com

mons | Juan Quintas -

Museo Diocesano de Arte Sacro

MAS, Diciembre 2018 |3

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Editado por las Hermandades del TrabajoDirector: Carlos Salcedo Peñalver. Consejo de Redacción: María Luisa San Juan, María José Plaza, Fernando García Adrianzén, Maru-

ja Jiménez, Antonio Molina Schmid, Miguel Parmantie, Juan Rico, Guadalupe Mejorado, Agustín Rodríguez de Lara.

Redacción y Administración: C/ JUAN DE AUSTRIA, 6, BAJO B. 8010 MADRID. TELÉFONO. 91 445 03 93. Depósito Legal M- 13.409-58. Imprime: ROTOMADRID. Los trabajos firmados que se publiquen en MAS no reflejan necesariamente la opinión del CONSEJO NACIONAL DE LAS HERMANDADES DEL

TRABAJO, sino, exclusivamente, las de los respectivos autores.

4 | MAS, Diciembre 2018 Opinión

Opinión

“Vamos a celebrarel tiempo de

Adviento, sabiendoque Jesús nace y seofrece por nosotros,se encarna para redi-

mirnos del pecadooriginal y pagar elprecio de nuestra

salvación.”

“Las lecturas deestos días nos hanrecordado que todo

lo humano setermina. Por eso, hayque transcender losmúltiples problemasdel día a día para dar

sentido a nuestravida.”

FIN DEL TIEMPO ORDINARIO-TIEMPOPOLÍTICO-ADVIENTO

mas

Por eso, hay que superar nuestra realidad in-manente, los múltiples problemas del día a día ypensar en algo más trascendente, más fundamen-tal, esto es, ¿qué sentido tiene nuestra existen-cia?, ¿en qué nos apoyamos cuando surgen las di-ficultades de la vida, incluso los achaques de lasalud?, ¿cuál es nuestra jerarquía de valores? Por-que no todo tiene la misma importancia. En defi-nitiva, se trata de buscar el fundamento de nues-tra existencia humana que para un cristiano nopuede ser otro que reconocer que hemos sido cre-ados por Dios y que hemos sido redimido y salva-dos por la Pasión, Muerte y Resurrección de Nues-tro Señor Jesucristo.

En lo comunitario, y aquí cambiamos de tercio,es harina de otro costal, somos una pequeña gotaen un vaso de agua. Poco sí, pero no nada, ya quesin cada gota de agua no podría haber un vasolleno. Pero para que nos vamos a engañar, cual-quier ciudadano que dedique un mínimos tiempoa informarse podrá percibir si tiene una mínimasensibilidad social, los nubarrones que se ciernensobre los españoles, cualquiera que sea su ideolo-gía. Cuando hablamos de informarse (ojo, y for-marse) no nos referimos, claro está a pasar cuatrohoras diarias viendo determinados programas detelevisión, sino a la información plural que sepuede obtener en la radio y en la prensa diaria,en la medida de lo posible.

En este mes de diciembre vamos a conmemorarel XL Aniversario de la Constitución de 1978 y al-gunos artículos de nuestros colaboradores ofrece-mos a nuestros lectores, en este y en próximosmeses. Pues bien, esta constitución que clausuróun régimen autoritario en lo político y permitiósuperar los traumas de la guerra civil; un recono-cimiento pleno de derechos políticos parangona-bles con cualquier democracia; una seguridad ju-rídica y una estabilidad social que ha permitidoconsolidar y mejorar las condiciones socio-econó-micas comenzada en los años sesenta del pasadosiglo, está puesta en cuestión, tanto por fuerzasindependentistas como por el populismo de extre-

ma izquierda que actúa como aliado suyo y quesolo buscan derribar el sistema, no el bienestarde la población. Por eso, en rigor “sólo” hay unproblema político al que hacer frente en el próxi-mo futuro en España: que no se destruya la uni-dad de España y que no triunfen las fuerzas pre-rrevolucionarias.

El año 2019, que en lo político comienza el día2-D con las elecciones andaluzas, va a tener unaimportancia decisiva para el presente y el futurode España y de los españoles, de todos, de los quetienen este sentimiento y de los que abominan deél. Aprendamos algo de la historia. Si las cosasvan bien irán bien para todos, si fracasamos comonación, todos sufriremos las consecuencias. Laselecciones andaluzas cuyo resultado parece de-cantado, las municipales, autonómicas y europeasde mayo y las generales que previsiblemente secelebraran más pronto que tarde van a configurarla representación política que tendrá que hacerfrente a los graves retos de nuestro país, que he-mos sintetizado en lo esencial pero que son muydiversos. Por ello, tenemos intención de dedicarlela importancia que se merece en el año que co-menzaremos dentro de poco.

Pero antes, vamos a celebrar el tiempo de Ad-viento, sabiendo que Jesús nace y se ofrece pornosotros, se encarna para redimirnos del pecadooriginal y pagar el precio de nuestra salvación. Enel Adviento, Jesús solo nos pide nuestra conver-sión y trabajar con esperanza por el Reino de Diosy su justicia, puesto que Él se ha ofrecido a sí mis-mo en sacrificio y nosotros solo tenemos que re-conocerle ante los hombres y dar gracias cada vezque actualizamos su sacrificio en cada Eucaristía.Recordemos sus palabras: “El cielo y la tierra pa-sarán, pero mis palabras no pasarán”; “Yo soy elCamino, la Verdad y la Vida”.

Todos los que elaboramos el MAS nos unimosen vuestra celebración cristiana de la próxima Na-vidad y os deseamos que se cumplan vuestros de-seos para el 2019.

(Viene de pág. 1)

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MAS, Diciembre 2018 |5Laboral

JUBILACIÓN: ¿DERECHO U OBLIGACIÓN? (I)Por Antonio Molina Schmid

Tras varios meses a la espera de laconcreción de las medidaslaborales anunciadas desde elprimer momento de su gobierno,Pedro Sánchez acaba de enumerarunos inminentes cambios legales,entre ellos, la re-introducción de lajubilación obligatoria. Se trata deuna medida que ha aparecido ydesaparecido ya varias veces ennuestro ordenamiento laboral.

Su principal justificación teórica es la de pro-ducir, mediante la jubilación de traba-jadores mayores, la entrada en el mercado

laboral de trabajadores jóvenes. Pero en cuantoque consiste en la limitación del derecho cons-titucional al trabajo, constituye una medidasiempre polémica, con argumentos a favor y encontra.

Según el Diccionario de la Real Academia,“jubilación” viene de “jubileo”, la gran fiestaque los israelitas celebraban cada 50 años,porque, según se nos dice, “la jubilación se da-ba tras 50 años de servicio”. Actualmente,seguimos usando la misma palabra, pero ya nose necesita un periodo de trabajo tan exage-radamente largo para poder jubilarse. Aun así,este periodo se acaba de incrementar algo.Antes de la reforma de las pensiones de 2013,para conseguir una pensión pública de jubi-lación por importe del 100% de la base regu-ladora (media actualizada de las bases de coti-zación durante los últimos 15 años), era, engeneral, necesario haber cotizado (ingresadocuotas económicas) durante 35 años a la Se-guridad Social.

Periodo de cotización

Sin embargo, con el nuevo régimen legal,que irá aplicándose paulatinamente durante unperiodo transitorio, a partir del año 2027, va aser preciso acreditar un periodo de cotizaciónde 37 años, aplicable a una base reguladoraque, a partir del año 2022, se calculará comomedia actualizada de los últimos 25 años. Para-lelamente, también la edad de referencia parapoder jubilarse, 65 años hasta antes de la refor-ma, llegará a los 67 años en 2027, incrementán-dose en 2 meses cada año. Ahora bien, en estoy en todo lo que se dirá a continuación, debetenerse muy presente que, además de las reglasgenerales, aplicables al caso más típico, la nor-mativa sobre jubilación contiene multitud deexcepciones, rebajando los requisitos o incre-mentando las cuantías para facilitar la jubi-lación o beneficiar a determinados colectivos,debido a sus circunstancias personales, comopuede ser la discapacidad, o por haberse dedi-

cado a trabajaos especialmente penosos, comopuede ser la minería. Por otro lado, ahora sólose trata del caso más frecuente, la jubilación delos trabajadores por cuenta ajena que se en-cuentren integrados en el régimen general dela Seguridad Social.

¿Podremos jubilarnos cuando queramos?

Pero la importante pregunta que nosplanteamos en este momento no es sobre losrequisitos que hay que cumplir para poder jubi-larse, sino si, una vez alcanzada la edad de jubi-lación de referencia, la jubilación es un derecho,que el trabajador puede ejercer en ese momen-to o dejar para más adelante, o si, por el con-trario, al cumplir la edad, el trabajador ha deabandonar forzosamente el trabajo y jubilarsesin dilación.

Ahora mismo, tras la Reforma Laboral de2012, podemos decir que la jubilación, en elDerecho Laboral Español, se configura clara-mente como un derecho, que el trabajadorpuede ejercer más adelante, lo que incluso sefomenta, en la medida en que continuar traba-jando más allá de la edad de referencia, permitemejorar la pensión futura. Estamos hablandode la, así llamada, “jubilación demorada”, quepermite que los trabajadores que ya hancumplido la edad de jubilación legal –en estosmomentos, 65 años y seis meses– y que quie-ran seguir trabajando pueden hacerlo y seguircotizando. Y si todavía no alcanzaban el dere-cho a la pensión máxima, actualmente fijada en2.614,96 € al mes por catorce pagas (36.609,44€ anuales), a través de esta vía, hoy por hoy, po-drían llegar hasta ese importe. Porque, por cadaaño más de cotización, la pensión se incremen-ta en un 2%, si se tienen cotizados hasta 25años; y si se hubieran cotizado entre 26 y 37años, se incrementa en un 2,75%. Los que ten-gan más de 37 años cotizados incluso incre-mentarían un 4%. Todavía más: Si el trabajadoralcanzase el límite máximo sin aplicar el por-centaje adicional o aplicándolo sólo parcial-mente, percibirá la mencionada pensión máxi-

ma y, además, tendrá dere-cho a percibir anualmenteuna cantidad adicional, pudi-endo alcanzarse, entre pen-sión y cantidad adicional, elnada despreciable importede la base de cotizaciónmáxima, actualmente fijadaen 3.803,70 € al mes, estoes, 45.644,10 € anuales.

Generalizando y simplifi-cando, podemos deducir quela posibilidad de trabajarmás allá de la edad ordinariade jubilación de 65 a 67años, le tiende a interesar,

por un lado, a las personas con salarios muy al-tos, por encima de la pensión máxima. Aunquecontasen con una larga “carrera de cotización”y sumasen los arriba mencionados 35 a 37años, junto con una base reguladora máxima ocerca de la máxima, jubilados no ingresaríanmás que el importe de la pensión máxima, los36.609,44 € anuales. Pero, por otro lado, la posi-bilidad de seguir trabajando, también les in-teresa a las personas con poca carrera de coti-zación, ya que, con el periodo mínimo de coti-zación para generar pensión, que son 15 años,sólo tienen derecho a una jubilación por im-porte del 50% de la base reguladora, que tam-bién tenderá a ser escasa, en la medida en laque ésta, como se ha visto más arriba, se calcu-la sobre cada vez más años de trabajo, hastallegar a los 25. Y volviendo a simplificar, la pro-longación de la vida laboral, en general, tiendea resultar más atractiva en trabajos creativos yque no conlleven excesivas exigencias físicas.

A su vez, por parte empresarial, la jubilaciónobligatoria tiende a interesar para “rejuvenecerla plantilla”, sobre todo, en sectores produc-tivos con salarios altos, cuando el trabajadormayor que se jubila percibía un salario muy su-perior al del trabajador joven que le sustituye.

Pues bien, el pasado 13 de noviembre, PedroSánchez, el Presidente del Gobierno, acompaña-do por nada más y nada menos que ocho mi-nistros, anunciaba, en el contexto de un actoorganizado por el diario económico Expansión,una inminente reforma laboral, una de cuyasmedidas destacadas consistiría en reintroducirla posibilidad de pactar, en convenios colec-tivos, la jubilación obligatoria de los traba-jadores, una posibilidad que había desapareci-do en los nuevos convenios desde la ReformaLaboral de 2012.

Textualmente, Pedro Sánchez declaró que“en las próximas semanas, vamos a aprobaruna serie de medidas para la mejora del merca-do laboral” y “vamos a recuperar las jubila-ciones forzosas por edad, como política de em-pleo en el marco de los convenios colectivos”

Foto Thomas8047 on Foter.com

/ CC

BY

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6 |MAS, Diciembre 2018

La espera y la esperanza (III)Por Juan Rico

Dios vino solo por ti Por Emma Díez Lobo

Sabemos ya lo que piensa SanPablo del objeto material y delsujeto de la esperanza cristiana;trataremos ahora de indagar cómoentiende los motivos por los cualesel cristiano se siente conducido aesperar… esto es, el objeto formalpor el cual se espera, y no el objetoformal que se espera.

Si nos acercamos a los textos paulinos, nopara confirmar en ellos las distincionesconceptuales de los teólogos –tan artifi-

ciosas, a veces, en lo que al motivo de la espe-ranza concierne-, sino para reconstruir el es-píritu con que fueron escritos, pronto adver-tiremos que en la mente el Apóstol ese motivose halla integrado por dos principales atributosdel objeto que realmente se espera: la indu-dable fidelidad de Dios y promesas y la bondadsuprema de la realidad esperada.

El cristiano espera porque sabe que Dioscumple lo que promete- lo sabe, a veces, in specontra spem-, y porque eso que Dios le haprometido es el bien supremo. Más concisa-mente: porque Dios es la suma verdad y elsumo bien. “Mantengamos inconmovible laconfesión de la esperanza, pues fiel es quien hi-zo la promesa” (Hebr X, 23); sepamos esperarcomo Sara, “que tuvo por fiel al que había he-cho la promesa”(Hebr, XI, 11). Cuatro testigosirrecusables y soberanos: la creación entera, elEspíritu Santo, Dios Padre y la palabra deCristo, nos dicen de consuno que “somos salvosen esperanza” (Rom., VIII, 19-39). Dios es lasuma verdad, y por eso creemos en lo quepromete.

La esperanza es una virtud teologal e infusa,mas no por ello el acto de esperar cristiana-mente resulta ajeno a la ejercitación, a la as-cética. Adquiérase la esperanza aceptando me-

diante la fe la verdad del Evan-gelio (Col., I, 5), y crece cundo elalma se entrega al gozo de sen-tirla en su seno (Rom., XV, 13).En uno y en otro caso, Dios la dagratuitamente. Pero, ¿cómo elhombre puede acercarse, con lassimples fuerzas de su humananaturaleza, a la sobrenatural re-cepción de ese regalo divino?Según San Pablo, mediante elejercicio de tres actividades: lainconformidad, la paciencia y lalectura. Caminará hacia la espe-ranza quien cultive en sí la vir-tud de no conformarse con los bienes de estesiglo (Rom., XII, 2; I Cor., XV, 19), quien sepa so-portar con paciencia la tribulación (Rom., V, 3-4) y quien busque en La Escritura el consuelode contemplar cómo Dios ha sido fiel a suspromesas (Rom., XV, 4). Ambición animosa-mente sostenida, tribulación pacientementesufrida, lectura creyentemente ejercitada: talesson, para San Pablo, los caminos reales hacia laesperanza cristiana.

La paciencia conduce a la esperanza: quiencristianamente se ejercita en el empeño de so-portar con buen ánimo la limitación y el dolor,acabará sintiendo que su vida se abre hacia unameta consoladora y esperada. Pero, a la vez, ypor obra de una de esas estructuras en círculoque tan frecuentes son en la dinámica del almahumana, la esperanza es fuente de paciencia:quien mucho espere, mucho será capaz desufrir sin amargura.

No solo paciencia engendra la esperanza:también, según los textos paulinos, seguridad,alegría y paz. “La esperanza no confunde”(Rom., V, 5); y también: “alegraos con la espe-ranza” (Rom., XII, 12); “que el Dios de la espe-ranza os llene de alegría y paz” (Rom., XV, 132);

“ahora permanecen estas tres cosas: la fe, la es-peranza y la caridad; pero la más excelente detodas es la caridad” (Cor., XIII, 13). Para SanPablo, la esperanza cristiana es una confianzahabitual del hombre en la fidelidad de Dios asus promesas. Espera cristianamente, pues,quien confía en que Dios cumplirá lo que desdeel comienzo de la historia ha ido prometiendoal género humano.

Desde el mundo de la espiritualidad de SanPablo vivir cristianamente es vivir en Cristo. Es-to es, aceptar con clara fidelidad la enseñanzade la palabra de Cristo, esperar con firme confi-anza el cumplimiento de sus promesas y amaren Cristo y por Cristo toda realidad, desde la in-visible y creadora de Dios hasta lo visible y con-tingente de las criaturas. Ahora bien: durantesu existencia terrena, los hombres deben ejerci-tar tal actividad sometidos a la ineludible yesencial condición tempórea de esa existenciasuya; es decir, sabedores de lo que significa laocasión en que viven y urgidos por el constanteimperativo de pasar de la noche que se aleja aldía que se acerca (Rom., XIII, 11-12). Para uncristiano, la vida terrena es siempre urgencia,aunque el vivir requiera a veces la calma y exijasiempre paciencia.

Somos la parte más importante de laestructura de su Reino y fíjate loesencial que eres, que sin ti, el cieloestá medio vacío. Ya sé que hay SeresExtraordinarios que entraron directosen el cielo (estaban esperando) y nohace mucho -unos pocos siglos antesde que en España hubiera reinos-,pero amigo, Él NO vino por ellos, vinopor ti.

Y no hubo otra razón para venir sino tú, porque túeres único y muy especial.

¡Claro! que si no quieres estar en su Reino y Ledas la espalda… Para Él será una segundacrucifixión: La primera, Morir por ti; la segunda,qué fue inútil para ti, pero jamás te obligará acompartirlo.

Eres libre como el viento ¡faltaría más! Pero miralo que pierdes y lo que ganas ¡Crucial! Si pasasde su Palabra, irás a “la izquierda”… Demonios,odios anormales, fuegos de mil grados, torturasy asquerosidades múltiples…eteeeeeernamente.

No me lo invento, lo dijo Él: “…Y pondré loscabritos a la izquierda…” (Mt. 25:33). Si acoges

su Palabra, irás a “la derecha”… Amor, alegría,conocimiento, campos indescriptibles…eteeeeeernamente. No me lo invento, lo dijo Él:“…Y pondré las ovejas a mi derecha…” (Mt.25:33). ¡Chicos! La cosa es muy pero que muyseria y tenemos sólo un tiempo para elegir.

Ante nuestra miseria (léete en el Evangelio logran pecador que eres), pidamos perdón enconfesión y Comulguemos.

Pero si tú creyeras otra cosa, está claro queJesús no mereció morir por ti. Piénsate muybien que vas a hacer! Y no olvides que sólo vinoa por ti.

Opinión

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Acompañar en la precariedadCOMISIÓN EPISCOPAL DE APOSTOLADO SEGLAR

Departamento de Pastoral Obrera

MAS, Diciembre 2018 |7Hermandades del Trabajo

Comunicado de las XXIV JornadasGenerales de Pastoral Obrera

Con el lema “Acompañar en laprecariedad” el Departamento dePastoral Obrera, de la CEAS de laConferencia Episcopal Española hacelebrado del 23 al 25 denoviembre en Avila las XXIVJornadas generales de PastoralObrera, cuyo objetivo ha sidoprofundizar en cómo acompañar alas personas empobrecidas delmundo obrero.

La ponencia presentada por D. José Luis Se-govia Bernabé, Vicario de Pastoral Social e Inno-vación de la Archidiócesis de Madrid, ha señala-do la necesidad de reconocer que la precarie-dad, fruto de la injusticia en el trabajo y de lavulneración de los derechos personales de lostrabajadores y los derechos sociales de las fami-lias, es un elemento de este sistema que deshu-maniza; evitable, por tanto.

Ha invitado a no olvidar que está en la mis-ma naturaleza de la Iglesia acompañar en laprecariedad la vida de tantos trabajadores des-de la encarnación en sus mismas condicionesde vida, haciéndose Sacramento de la impoten-cia compartida. Desde esta sacramentalidad,que hemos de vivir toda la Iglesia, hemos deofrecer a Jesucristo, salvación para todos, en latarea política de construir humanidad que sane,reconstruya, y reconcilie la relación humana,social y con la creación.

Hemos compartido la experiencia de acom-pañamiento en la precariedad, desde la Asocia-ción de Barrios ignorados de Andalucía, quenos ha llamado la atención sobre las fracturasvitales que la precariedad provoca, la pobrezaque genera, el aislamiento y descarte social defamilias enteras, especialmente de los jóvenesque los habitan, a quienes se aboca a un pre-sente de exclusión, carente de sentido y un fu-turo sin esperanza.

La experiencia del acompañamiento al preca-riado desde el sindicato, que hemos escuchado,nos reafirma en la necesidad de pedir a las or-ganizaciones sindicales que realicen su impres-cindible función social, poniendo en el centro alos trabajadores precarizados, a los desemplea-dos, a los trabajadores pobres, para, como pideel Papa Francisco, construir justicia juntos.

Desde esas reflexiones y experiencias hemosacogido retos y llamadas:

A hacernos Sacramento de la impotenciacompartida viviendo en la precariedad, comoIglesia que habita en medio de las casas desus hijos e hijas para poder compartir en laesperanza su propio camino de humaniza-ción. La evangelización pasa por el camino dela compasión, de la pasión compartida, paracrecer en comunión con los empobrecidos.

A recordar a toda la Iglesia el ineludible cami-no de seguimiento de Jesucristo en medio delos gozos y las tristezas de toda la humani-dad y, especialmente, delmundo obrero que comportanuestra fe. El mundo obreroprecarizado y empobrecidosigue existiendo. Solo conlos pobres podremos reco-rrer los caminos del Evange-lio.

A exigir de todas las Admi-nistraciones la inclusión so-cial de todos los descartados-personas, familias, barrios- mediante políti-cas que hagan reales los Derechos Humanos:derecho a trabajo decente, a vivienda, a edu-cación, salud... Y a exigir que realicen su tareaineludible al servicio del Bien común desde larestauración de la dignidad del trabajo huma-no, de las personas trabajadoras y sus fami-lias.

Como dice el papa Francisco, “cualquier for-ma de trabajo tiene detrás una idea sobre la re-lación que el ser humano puede o debe estable-cer con lo otro de sí.” (LS 125) “El hombre es el

autor, el centro y el fin de toda la vida económi-co-social. No obstante, cuando en el ser huma-no se daña la capacidad de contemplar y de res-petar, se crean las condiciones para que el sen-tido del trabajo se desfigure. (CA 37) Tenemosnecesidad de preservar el trabajo humano, poreso es necesario que se siga buscando comoprioridad el objetivo del acceso al trabajo por par-te de todos.” (LS 127)

“El gran objetivo debería ser siempre permi-tirles a los pobres una vida digna a través del

trabajo, porque el trabajoes una necesidad, parte delsentido de la vida en estatierra, camino de madura-ción, de desarrollo huma-no y de realización perso-nal.” (LS 128)

En la precariedad, la es-peranza. ¿Cómo hacer pa-ra no dejarse robar la espe-ranza en las «arenas move-

dizas» de la precariedad? Con la fuerza delEvangelio.

En este día contra la violencia de género enque hemos orado desde el dolor de las víctimas,y con esta esperanza, nos convocamos para lacelebración el año próximo de las XXV Jorna-das, en la celebración del veinticinco aniversa-rio de la publicación del documento de la CEE“La Pastoral Obrera de toda la Iglesia”.

ÁVILA, 25 de noviembre de 2018. Fiesta de Jesucristo, rey del Universo.

“La experiencia del acom-pañamiento al precariadodesde el sindicato, que he-mos escuchado, nos reafir-ma en la necesidad de pe-dir a las organizaciones sin-dicales que realicen su im-prescindible función social”

Pexels C.C.

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8 | MAS, Diciembre 2018 Opinión

Transición política y consolidacióndemocrática en España (I)

(Realidad, consecuencias, interrogantes)Por José Sánchez Jiménez

El 40º aniversario de la ConstituciónEspañola de 1978 se presenta enmedio de una explosión deopiniones, con frecuenciacontrovertidas, sobre la valoraciónglobal de la transición política enEspaña, y la consecuente estabilidaddemocrática tras un intento, fallido,de golpe de Estado, y la decisiónpopular, en 1982, de votarmayoritariamente al PartidoSocialista que formará gobierno en elmes de octubre del mismo año.Parecía así cerrarse un ciclo que sehabía interrumpido en julio de 1936.De nuevo el PSOE ocupaba elgobierno, e iniciaba una nueva faseque había de caracterizarse por la in-corporación de España a Europa.

El asunto merece, al menos, un corto espacioque nos permita en lo posible recordar los he-chos, valorar tanto el proceso en sí como sus

consecuencias, y atender a los muchos interro-gantes que continúan aflorando.

Los juicios sobre la “transición” fueron mu-chos: para unos, modelo; para otros, fracaso; y,otros, los menos, que no consideran el proceso nimodélico y desastroso, simplemente concluyen que“salió bien”. En algún momento se comentó queeste proceso, el de la transición, podría asemejar-se con una obra de teatro, con el Rey como empre-sario, Torcuato Fernández-Miranda como autor, yAdolfo Suárez, el primer presidente del gobiernode la Monarquía, como un actor ejemplar en lapuesta en escena de tan magnífica obra: la trans-formación política, social, económica y cultural dela realidad española tras fallecimiento de Francis-co Franco.

Hoy se puede concluir, sin temor a la duda,que, incluso los que pretenden cambiar, o renovar,la Constitución -que cierra el tránsito de un “Reydel Movimiento” como Jefe del Estado, a un “Reyconstitucional”- están reconociendo su valor. Si sequiere sintetizar, se puede considerar hoy que losdos grandes eventos, y procesos, en la España delsiglo XX, de signo tan contrario como provechosopara la sociedad española, son respectivamente la“incivil” guerra civil; y la transición, que quedabaconsagrada con la Constitución de 1978, la segun-da Ley Suprema más larga de nuestra historiaconstitucional, tras la de 1876, instrumentada ydirigida por A. Cánovas del Castillo (1876-1923).

La España de los años setenta: lasluchas por la continuidad del Régi-men.

El propósito de Franco y de las altas personali-dades del Régimen tras la designación delpríncipe Juan Carlos como futuro rey (1969) era elde asegurar la permanencia del “franquismo”conforme a las disposiciones resumidas en la LeyOrgánica del Estado (1967). A partir de 1969, conun Jefe del Estado anciano y enfermo, lo que pre-ocupaba primordialmente, junto con el desarrolloeconómico y la modernización social del país, era ellogro de la continuidad.

El temor a lo que pudiera ocurrir tras la muertede Franco afectó a los diversos sectores del paísde una u otra forma, y en una línea de prisa tantoen la defensa como en el ataque; pero destacó es-pecialmente la reacción entonces, dura y con pre-tensiones de ejemplar, de las fuerzas del“bunker”, los entonces llamados “peces gordos”,que optaron por formas de actuación represoras,no ajenas a la corrupción, frente a instancias so-ciales progresivamente uniformistas, mucho másinteresadas en barrer la dictadura y atraer lademocracia mediante acciones de masas, con ma-nifestaciones y huelgas, tan favorecidas por elconocido “ideal comunista” de cambio.

Los esfuerzos, la lucha, por la continuidad ins-titucional del Régimen contaba además, en estosmomentos, prolegómenos de la crisis económicade 1973, la “crisis del petróleo”, con el crecientepoder del almirante Carrero Blanco, López Rodó ylos grupos tecnócratas, y ciertos sectores delMovimiento; que debían además contener los re-celos de la derecha más radical, en la que se situa-ban “Fuerza Nueva” de Blas Piñar (creada en1967), la Falange de Fernández Cuesta y Girón, lasHermandades de Excombatientes y ciertos sec-tores o grupos ligados a medios católicos o alviejo tradicionalismo. Muchos de éstos ocupabanpuestos importantes y contarían sus influenciasen los medios cercanos al Caudillo, donde pre-sumían y atestiguaban sus lealtades frente a las“deserciones”, según su propio testimonio, ya enauge.

No obstante, frente al Régimen continúa pro-gresando -y la escalada de conflictos lo atestigua-la acción conjunta de la oposición antifranquista enpro de la apertura, que exigía, y con prisas, liber-tad sindical, pluralismo político y “libertades for-males”, entendidas éstas como un respeto, si noapoyo, al cese de la represión policial y creación

de cauces que hicieran viable la seguridad jurídicaciudadana frente al “capricho” de la inter-pretación y aplicación de leyes, órdenes, decretos,etc., por parte del Régimen. Esta oposición contóigualmente con el apoyo de grupos apostólicos, yhasta el de ciertos obispos, pocos, que observa-ban preocupados tanto la situación sociopolíticacomo la negativa de Franco, en las negociacionespara la renovación del Concordato (1969), a re-nunciar a su influencia en el nombramiento deobispos. La propia Conferencia Episcopal, unosaños antes, había llegado a denunciar los sindi-catos verticales y a defender el derecho a unasindicación libre.

Franco, entretanto, parecía continuar firme: “Sia disculpas del contraste de pareceres –había di-cho en Sevilla, en abril de 1967- lo que se buscason los partidos políticos, sepan en absoluto queeso jamás vendrá”.

El nombramiento del príncipe Juan Carlos, co-mo sucesor oficial de Franco en la Jefatura del Es-tado, y la instauración monárquica desde “la leal-tad a Franco”, a los Principios del Movimiento ylas Leyes Fundamentales del Estado, aparte degenerar satisfacción en los círculos franquistas,parecían ratificar el statu quo; de manera que sepreveía asegurado el futuro gracias a la política decontinuismo, que el mismo Franco quiso ratificarcomo la institucionalización definitiva de su Régi-men. Así volvió a proclamarlo en su Mensaje alpaís, el día 30 de diciembre de 1969:

“La permanencia inalterable de los Principiosdel Movimiento, la solidez del sistema institu-cional del Estado y la designación y juramentoprestado por el Príncipe de España, de cuya leal-tad y amor a la patria ha dado sobradas pruebas,son firme garantía de la continuidad de nuestraobra”.

La agonía del Régimen: el gobiernode Carrero, su asesinato y la muertede Franco

Resultó imposible el encaje entre desarrolloeconómico e inmovilismo político; y se sucedieron,agravando el conflicto, el proceso de Burgos a 16activistas de ETA, la huelga de METRO en Madridcon militarización del personal, la “Huelga Gene-ral” patrocinada por CC.OO, manifestaciones es-tudiantiles y de obreros, estados de excepción, se-cuestros del cónsul alemán en S. Sebastián, del in-

(Sigue en pág. 9)

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MAS, Diciembre 2018 | 9Opinión

dustrial Félix Huarte y del también industrialLorenzo Zabala; Manifiesto deMonserrat, contramanifesta-ciones, sentencias del Juiciode Burgos; violencias neo-fascistas (Guerrilleros de Cris-to Rey, Partido Español na-cional-socialista, etc.) con con-nivencia policial; campañasterroristas en Madrid, Bar-celona y Valencia; AsambleaConjunta de obispos y sacer-dotes y consecuencias diver-gentes de la misma entre lossacerdotes, la muerte de Mons. Morcillo, arzobis-po de Madrid, y el nombramiento de Mons. Ta-rancón, arzobispo de Toledo, como A. Apostólico,declaración de fin de unión entre Iglesia y Estado,caso “Añoveros”, dureza represora policial…

Con la pretensión de poner fin al clima conflic-tivo, revolucionario según el Gobierno, el 4 de ju-nio de 1973 es nombrado Presidente del Gobier-no, por un período de cinco años, el almirante L.Carrero Blanco; en tanto se asistía y se sufrían losefectos de la subida de precios del petróleo y sussecuelas de escasez y carestía energéticas.

El nuevo Gabinete, aun más duro y menos libe-ral, declaró su compromiso de mantener el ordenpúblico e incrementar el número y los recursos dela Policía. C. Arias Navarro, que había sido eficaz,por lo “duro”, Director General de Seguridad conC. Alonso Vega, fue encargado del Ministerio deGobernación, y puso en práctica unas formas, y alfinal un “clima”, de represión, dispuesto a englo-bar los problemas económicos y sociales cuya im-bricación política era además exagerada desde elpropio Gobierno.

La respuesta al descontento terminó paliandoeste esfuerzo, cuando ya resultaba imparable la“agonía del Régimen”, incapaz de integrar en elEstado a los amplios sectores que la política delRégimen había ido alejando casi desde el princi-pio; aun cuando Franco mantuviera su conviccióndel “todo atado y bien atado”.

El asesinato en atentado del presidente del Go-bierno, almirante Carrero Blanco, en la mañanadel 20 de diciembre de 1973, con cargas explosi-vas antitanque, dispuestas por ETA en el subsueloinmediato a la iglesia de los jesuitas en la calleSerrano de Madrid, desbarataba en pocos segun-dos los planes de “continuidad” del Régimen. Ungolpe demasiado fuerte para Franco anciano, mer-mado en sus facultades y hasta físicamente agota-do. Fue, como el ministro de Obras Públicas afir-mara,” el golpe más duro contra la continuidaddel Estado del 18 de julio”. La confusión primeracreada por este golpe mortal pudo ser resueltacon gran agilidad por el vicepresidente del Gob-ierno, T. Fernández-Miranda, que supo manejarhábilmente los resortes políticos, de modo queaparentemente la crisis pudo resolverse de modocasi normal, pese al nerviosismo del general Inies-ta, director general de la Guardia Civil, que ordenó

a sus comandantes provinciales la ocupación delas capitales y la orden de disparar contra lasfuerzas de izquierda a la menor señal de mani-

festación. La actuación con-junta del Jefe de Estado May-or, general M. Díez Alegría, ydel ministro de Gobernación,C. Arias Navarro, asumiendoentre ambos el control de lasituación, evitaron al fin la ex-plosión de un conflicto quepudo acabar en un mayorderramamiento de sangre.

Unos días más tarde, sor-presiva e increíblemente, el responsable del mi-nisterio de Gobernación, C. Arias Navarro, cuyofallo hizo posible el atentado, era nombrado pre-sidente del Gobierno el día 29 de diciembre.

El gobierno de Carlos Arias, formado el día 4 deenero de 1974, viene a revelar la decadencia defi-nitiva de Franco y de su régimen. Formó Arias ungabinete de amigos y colaboradores anteriores yde hombres de extracción falangista, que habíande responder a la doble crisis; pero se vieron obli-gados a centrarse primordialmente en el mante-nimiento del orden público ante el caudal de huel-gas a lo largo del invierno de ’74 y la primaveradel ‘75. No acertó a conseguir la línea de equili-brio entre la lealtad a Franco y a su sistema, y laevolución hacia ese consenso. Dominó por encimade toda la incapacidad del gobierno para hacereficaz el ejercicio de la represión. Se le enca-denaron conflictos; y nofueron el menos duros el lla-mado “caso Añoveros” queagrió aún más las relacionesIglesia-Estado, o la ejecucióndel joven anarquista Puig An-tich, acusado de asesinar a unpolicía. Sin olvidar, por su-puesto, las críticas de la Judi-catura, con unos pocos ma-gistrados que forman la orga-nización clandestina “JusticiaDemocrática”, o la constitu-ción, en agosto de 1974, de la “Unión MilitarDemocrática”, volcada en la despolitización oficialde las Fuerzas Armadas.

La enfermedad de Franco en el verano de 1974alentó la aceleración unificadora de las fuerzas deoposición. Los comunistas, junto al PSP de En-rique Tierno, constituyeron en París, el 30 de julio,la Junta Democrática. Y, por otra parte, socialistas,más lentos, junto a democristianos y so-cialdemócratas, iniciaban en septiembre su Plata-forma Unitaria, que se interrumpía en noviembrecuando sus protagonistas, detenidos por la po-licía, acabaron en la DGS.

La Plataforma de Convergencia Democrática, enla que se integran PSOE, Izquierda Democrática,PNV, Los de la USDE de D. Ridruejo, grupos catala-nistas, el Partido Carlista y la ORT, no toma cuerpodefinitivo hasta junio de 1975. Y, finalmente, Jun-ta y Plataforma, forzadas por la realidad política,pese a su falta de armonía, inician relaciones en

julio de 1975; y en septiembre de este mismo año,en un momento especialmente trágico a conse-cuencia de las condenas a muerte y aplicación deejecuciones, el día 27 hacen público un comunica-do conjunto: prometen unidad sin excluir a nadie;y se comprometen a luchar por la garantía en elejercicio de las libertades políticas. Hasta el 30 deoctubre, con Franco moribundo y la jefatura delEstado en manos del Príncipe, no crean un“Comité de enlace”; y se funden, una vez muertoFranco, en 26 de marzo de 1976, en CoordinaciónDemocrática, que pone fin a las pretensiones de“ruptura democrática” exigida por el PCE.

A pesar de la reacción internacional, de lasmanifestaciones tumultuosas contra el Régimen yhasta de la retirada de algunos embajadores, quevenía a potenciar el descrédito del franquismo, lassentencias a muerte se convirtieron en firmes,pese al compromiso de respeto a los derechos hu-manos en España, firmado ese mismo verano porArias Navarro en Helsinki, en el último acto de laConferencia de Seguridad y Cooperación Europea.

El día 1 de octubre se hacía realidad en la calle,una vez más, la división profunda que el paíspadecía. Mientras el GRAPO mataba a tres policíasen Madrid, el repudio internacional al Régimentrataba de ser desagraviado con una gran con-centración en la plaza de Oriente para homena-jear al Caudillo que pronuncia un breve y oscurodiscurso en el que volvía a sus casi olvidadas “ob-sesiones políticas”: “una conspiración masónicaizquierdista” o a “la subversión comunista terror-

ista”, responsables de “losmales y peligros de España”.Un proceso aparentementegripal, tras presidir los actosdel Día de la Hispanidad, el 12de octubre, generó días mástarde en infarto de miocardio;y una insuficiencia coronariaposterior, agravada con he-morragias gástricas, parálisisintestinal y encharcamientopulmonar precipitaron unproceso agónico pese a los in-

tentos de alargar su vida de forma artificial. Trasvarias intervenciones en la clínica “La Paz”, moríala madrugada del 20 de noviembre de 1975, de unparo cardíaco y una peritonitis que le habíanmantenido inconsciente desde 48 horas antes.

Tras su muerte se exacerbaron aún más lascontradicciones internas en un Régimen igual-mente caduco, y en medio de una crisis que le im-posibilitaba absolutamente para dar salida a unEstado moderno, racional, democrático e inte-grador.

La escalada de protestas, la obligada violen-cia tanto social como política no permitía unasolución improvisada, una ruptura con el pasa-do, capaz de generar resultados milagrosos au-tomáticos; aunque la sociedad en general daríauna lección inapreciable de sacrificio y deilusión, no siempre valorados por parte de lasmismas fuerzas políticas que los instrumenta-ban.

(Viene de pág 8)

“La Plataforma de Conver-gencia Democrática, en laque se integran PSOE, Iz-quierda Democrática, PNV,Los de la USDE de D. Ri-druejo, grupos catalanistas,el Partido Carlista y la ORT,no toma cuerpo definitivohasta junio de 1975.”

Con la pretensión de ponerfin al clima conflictivo, revo-lucionario según el Gobier-no, el 4 de junio de 1973 esnombrado Presidente delGobierno, por un períodode cinco años, el almiranteL. Carrero Blanco

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10 | MAS, Diciembre 2018 XL Años de la Constitución Española

HERMANDADES DEL TRABAJO, UNA REALIDAD HISTÓRICA APOSTÓLICA Y SOCIAL (II)

Ofrecemos a los lectores de MAS, la segunda parte de la Conferencia pronunciada por Mons. Antonio Algora, ObispoAsesor de las Hermandades del Trabajo, en el Cursillo de Iniciación para afiliados, celebrado en Mareny de Vilches (Va-lencia) el pasado día 8 de septiembre. Dada la extensión, este texto tendrá continuidad en meses sucesivos.

La aventura con los sindicatos, el Sindicato Vertical

Fiel a este pensamiento el Sr. Patriarca, termi-nada la guerra, dedicó a D. Abundio a los traba-jadores, en la situación en que se podía entrar,nombrándole Asesor de Sindicatos de la Provin-cia de Madrid y a la vez consiliario de las distin-tas opciones que ofrecía la Acción Católica,masculina y femenina, diocesana y con la espe-cializada obrera naciente. Aquí no estará demás reseñar que para la acción social el Régi-men de Franco se dotó de la creación de los Sin-dicatos y de la Obra Sindical en la que teníansus nombramientos y servían también los dele-gados y capellanes eclesiásticos.

Valiéndose de su nombramiento D. Abundiodesde su posición sindical comienza una aven-tura de acciones y de formación de militantesanimadores de aquellas acciones y empieza aser digamos sospechosa una actuación que sesale de los cauces habituales perfectamentecontrolados en un sindicato vertical.

Acusaron a D. Abundio al Patriarca de esa ac-tuación marginal, le llevaron como un reo a supresencia después de haberse ganado la incom-prensión del Asesor nacional y de las Asesoresprovinciales. No les valió por la firmeza delobispo (no olvidemos que D. Leopoldo Eijo y

Garay era Consejero de Estado) e intentaronpor todos los medios apartarle de sus prácticas.

“No se dieron por vencidos y urdieron otraestratagema todavía menos noble. Se dirigieronal señor Patriarca desde la Secretaría General dela Delegación Nacional de Sindicatos, solicitan-do de su benevolencia que aceptara mi designa-ción para el cargo de Asesor Nacional Eclesiásti-co de los Sindicatos. En un principio el señorPatriarca se sintió halagado y así me lo comuni-có, pensando que buscaban una reconciliaciónconmigo y con mi Obra. Me tocó desengañarle,porque con esa propuesta lo que pretendían eradesplazarme de la Asesoría Provincial y en con-secuencia, de todo contacto y jurisdicción sobrelas incipientes Hermandades. En una palabra,descabezar la Obra. Cayó en la cuenta el señorPatriarca y desestimó la petición con términoscorteses.

Como final de este capítulo de intentos, difi-cultades y logros originales, vaya una afirma-ción que puede sorprender: A pesar del climade incomprensión y beligerancia entre la Orga-nización Sindical y las Hermandades del Traba-jo en sus primeros pasos, nunca se rompieronlos lazos personales de amistad y afecto entrenosotros: la Asesoría Eclesiástica y la Delega-ción. Siempre traté con reconocimiento y esti-ma a mis Delegados y Jefes y éstos a su vez, me

correspondieron con verdadera y exquisita con-sideración. Nuestra amistad sobrenadó sobretodas las contingencias. Dios lo hizo y sólo a Élse lo debemos agradecer».” (Camino y Testimo-nio, págs. 24-25)

Hay que acortar narración y en aquella Espa-ña oficial y de carencias surgen las Hermanda-des del Trabajo como Movimiento Apostólicode trabajadores.

Constitución definitiva de las Hermandades.

Al fin, por un Decreto firmado por el Patriar-ca, el 16 de julio de 1947, tomaban estado ofi-cial las Hermandades; quedaban constituidas«como instrumento primero de apostolado enel ambiente del trabajo» las llamadas «Herman-dades Católicas de Trabajadores». Dependían dela jerarquía eclesiástica a través del Secretaria-do Social Diocesano, y sus dirigentes no podrí-an serlo, al mismo tiempo, de otras organiza-ciones de tipo apostólico. Podrían pertenecer auna Hermandad todos los trabajadores de unamisma actividad, cualquiera que fuera su sexoo categoría en la empresa; en cuanto a la edad,bastaba haber cumplido los dieciséis años. Ca-da Hermandad estaría regida por una Junta deGobierno, formada por el Presidente, Secretarioy Administrador, con sus respectivos vicepresi-dentes y los vocales correspondientes de cadasecretariado. Las Hermandades tendrían su pro-pio Consiliario, nombrado por el Obispado, conmisión de orientar a las Hermandades en elcampo religioso y asesorar en los demás. Notendrían parte en las votaciones, aunque dere-cho de veto en los acuerdos de trascendenciamoral y en el nombramiento de los dirigentes.

El apostolado de las Hermandades,tendría cuatro fines:

1.° En el orden religioso, la incorporación aCristo de las clases trabajadoras, por la profe-sión valiente y práctica de su fe, y por la ele-vación moral de sus costumbres.

2 ° En el orden hispánico, la incorporación delos trabajadores a la misión histórica de España.

(Sigue en pág. 11)

“La Obra de la Vivienda había solucionado el problema número uno de miles de familias”

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MAS, Diciembre 2018 |11XL Años de la Constitución Española

3.° En el orden profesional, la elevación deltrabajador, juntamente con la formación pro-fesional suya y de sus hijos.

4° En el orden social, la asistencia mutua enlo que al trabajador resulte necesario y con-veniente.

Se establecieron inicialmente dos categoríasde afiliados; los inscritos y los militantes. Losderechos a los servicios de las Hermandadesquedaban iguales para todos, pero las obliga-ciones distintas, con mayor exigencia para losmilitantes. Las obligaciones de los inscritos,eran las de una moralidad de vida, asistencia ala Misa mensual, a Ejercicios Cuaresmales y auna reunión general, y pagar la cuota estableci-da. La obligatoriedad de la asistencia a los ac-tos, fue puramente nominal y jamás pasó por lamente de nadie exigirla. En cambio, para losmilitantes se establecieron mayores exigencias;formación, en cuanto a los fines de Hermanda-des, asistencia a determinadas reuniones deformación, ejercicios al menos cada tres años yrealizar, en las Hermandades, los trabajos a quelibremente se comprometieran.

Con este Decreto, las Hermandades alcanza-ban ya su mayoría de edad e iniciaban su despe-gue. Para los fundadores de las Hermandades ypara aquellos que vivieron sus primeros pasos,el Decreto del 16 de julio se ha consideradosiempre como el gran punto de partida y el co-mienzo real de la Historia de las Hermandades.Lo anterior había sido Prehistoria. Sin embargo,aún habrían de sortearse enormes dificultades,antes de que se pudieran abrir paso y alcanza-ran su mayoría de edad; quizá lo más importan-te se había logrado: tener una identidad propia,saberse con unos caracteres personales.

El «aclararse», como hubieran dicho los casti-zos. También se tenía algo muy importante:una fe muy grande en lo que se hacía, unas ide-as muy claras de servir a la Iglesia en aquellascircunstancias muy concretas y un grupo depersonas dispuestas a dejarse la piel en pos deun ideal, el de servir a Cristo, precisamente enel mundo del Trabajo. Todo ello unido a unagran confianza en la Providencia.

Nada más y nada menos que se disponía detodo esto. Pero absolutamente nada más. Lasdificultades materiales eran enormes, y, en elpapel, insolubles. Había además otro aspecto,¿no habían conseguido las nuevas Hermanda-des una emancipación de la Acción Católica?Pues adelante, tenían que valerse de sus pro-pios medios. Las Hermandades creadas por elPadre Marín Triana, disponían de una infraes-tructura y unos servicios materiales suficientes.Las actividades de las Hermandades se realiza-rían a través de los correspondientes secretaria-dos, que en principio serían de Piedad y AcciónApostólica, Estudio, Acción Social, Caridad, Pro-paganda, Arte y Deportes (Camino y Testimo-nio, págs. 42-43)

Como viene ocurriendo en nuestras socieda-des occidentales los periodos de desarrollo ycrecimiento de la Economía llevan consigo uncrecimiento de las clases medias y arrastran unretraso importante en su incorporación al bien-estar de las clases más bajas. El caso del naci-miento de las Hermandades del Trabajo es unclaro exponente de como la España de los 50fue saliendo de su postración hacia lo que aho-ra denominamos Estado del Bienestar con to-das las lagunas que se dan todavía ahora mis-mo y de las que son exponentes el número deparados 3.300.000, un millón y medio de hoga-res con todos sus miembros parados.

Pues bien, las HHT supieron hacer el milagrode acompañar ese desarrollo desde el seno delos trabajadores mismos, haciéndolos protago-nistas de su salida hacia cotas de bienestar im-pensables para los que comenzaron la aventu-ra. Un apretado resumen se recoge en la publi-cación referida Camino y Testimonio de comocrecieron las Obras Sociales y sus ambigüeda-des en la interpretación del hecho:

Obras Sociales en los años sesenta

Las Obras Sociales emprendidas por Herman-dades se encontraban, en aquellos años, conextraordinario esplendor. La Central del AhorroPopular (1955-1975) era el motor financiero, yse encontraba viento en popa, con decenas demiles de clientes, en buena parte afiliados, has-ta 35 sucursales abiertas llegó a tener. La Obrade la Vivienda había solucionado el problemanúmero uno de miles de familias, dos Coloniasdotadas de Institutos Masculino y Femenino yde Colegios de Primaria. Los comedores, porpoco dinero, permitían algo tan esencial para lapersona como quitar el hambre.

La clínica tenía un enorme éxito. Las residen-cias de verano habían hecho posible el que, almenos una quincena al año, miles de hombres,mujeres y niños de condición modesta contarancon auténticas vacaciones en el mar o en lamontaña, que, de no ser por Hermandades, nolas hubieran podido disfrutar. Y a partir de ello,se pusieron a disposición de cien mil afiliadosotras muchas ventajas económicas, en materiade créditos, ventas a plazos, cooperativas deconsumo, descuentos en muchos tipos de servi-cios, tales como compras en una gran red decomercios, en autoescuelas, gestorías, agenciasde viaje. Cada día era una nueva prestación quese ofrecía a los afiliados, absolutamente dentrode la legalidad vigente y de las leyes del merca-do. No era de extrañar que la afiliación crecierarápidamente, y no puede dudarse que muchosacudirían a las filas de Hermandades por el se-ñuelo de las ventajas materiales.

Y llegaron las críticas

La afiliación crecía particularmente en víspe-ras de veraneos, ya que los reducidos preciospara afiliados, en las piscinas y en las instala-ciones del flamante estadio San Miguel, com-pensaba con creces el pago de la cuota.

En general, ese estado de cosas merecía laaprobación de amigos y extraños. No era raroque, incluso personas que nunca vieron conbuenos ojos a Hermandades —cuando noabiertamente hostiles—, a veces se acercaban aJuan de Austria a pedir algo: que si un piso, quesi un trabajo, que si podéis algo vosotros quetenéis tanto... generalmente, se atendía si sepodía. Algunos, es verdad, marchaban con lasmanos vacías, por imposibilidad de atenderles:no se podía quitar una vivienda adjudicada asícomo así, pero no se discriminó entre simpati-zantes o no, cuando el derecho de unos y otrosera el mismo.

Hablaba de ambigüedades en la interpreta-ción de este hecho. Hasta un Arzobispo le llegóa decir a D. Abundio “Ustedes están limandolas uñas de los trabajadores”

Cuando bien entrados los años sesenta, lle-garon las vacas gordas y se disfrutó de unperíodo de indudable prosperidad, empezaronlos reproches, al principio muy veladamente, alas obras sociales de Hermandades; después,más abiertamente. Y no sólo los reparos llega-ron de los ambientes más hostiles a Hermanda-des; dentro de las mismas no era excepcional semurmurase del florecimiento de ciertas obraseconómicas. Algunos no ocultaban sus reticen-cias; hablaban del materialismo, que habíareemplazado al apostolado más o menos puro.

Otras veces, las quejas tenían un acento deintereses, y claramente procedían de quien nohabía podido obtener un beneficio material delas Hermandades. Fuera de las filas de Her-mandades, las acusaciones, cuando no el os-tensible desprecio, se centraba en la tibieza deoponerse al régimen establecido, en primer lu-gar; en segundo lugar, en no embarcarse enuna opción política determinada. También erafrecuente que se atacara a las Hermandadespor haber tratado de colaborar en la soluciónde problemas que correspondían al poder tem-poral.

Quizá el epíteto más normal era que las Her-mandades eran los «amarillos» y lo decían conel máximo de carga peyorativa, y por supuesto;con toda clase de burlas a su organización, in-fraestructura y apariencia externa.

Todo ello no hubiera supuesto mayores mo-lestias de no haber sido una exigencia de lostiempos, el tener que estar presente, en reunio-nes de coordinación, con otras organizacionescuyos planteamientos apostólicos eran diame-tralmente opuestos a los de Hermandades. Losdirigentes de Hermandades acudían tan sólopor disciplina y para dar cumplimiento a los de-seos de la Jerarquía. Pero aquellas reuniones denada o casi nada sirvieron; cada día eran perso-nas distintas las que aparecían. No existía lamenor continuidad de personas, temas o meto-dología. Pacientemente, los Presidentes delCentro de Madrid de Hermandades, tenían queaguantar las impertinencias, diatribas, invecti-vas, cuando no insultos.

(Viene de pág. 10)

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12 | MAS, Diciembre 2018 Testigos de ayer

DOCTRINA SOCIAL DE LA IGLESIA DE HERRERA ORIA (IX)

COMENTARIOS A LA MATER ET MAGISTRA

Por Francisco Alonso Soto

Recordatorio de situación. Enoctubre de 1958 es elegido PapaJuan XXIII. En enero de 1959convoca el Concilio Ecuménico que,después de una preparación de 3años, comienza sus trabajos en1962, el que sería llamado VaticanoII. En 1961, Juan XXIII publica laEncíclica “Mater et Magistra”, paraconmemorar los 70 años de la“Rerum Novarum” de León XIII ylos 30 años de la “QuadragesimoAnno” de Pío XI. En 1962, la BACpublica los “Comentarios a laMater et Magistra” y el Obispo deMálaga, Ángel Herrera Oria asumetoda la parte IV, la Pastoral.

Participa en el Concilio, en los trabajos pre-paratorios de la Constitución “Iglesia yMundo” hasta que el Papa Pablo VI, su ami-

go, acepta su dimisión por cumplir 75 años. En1965, lo nombra Cardenal y en 1968 fallece enMadrid, con 82 años.

Los Comentarios a la “Mater et Magistra” sonuna obra colectiva de 700 páginas, redactadapor más de 20 especialistas, catedráticos deUniversidad o de otras instituciones prestigio-sas: Sánchez Agesta (el Estado), A. Perpiñá (So-cialización), Guix Ferreres y Riaza Ballesteros(remuneración del trabajo), Federico Rodríguez(Estructuras Económicas), Brugarola (Empresafamiliares y cooperativas), Francisco Guerrero yTomás Cerro (participación de los trabajadoresen la empresa y en otros niveles), Ruiz Jiménez(Propiedad), Emilio Figueroa (Política Agraria),Pérez Botija (Seguridad Social), Fdo. Martín-Sán-chez Juliá (Carta Magna de la Agricultura), Jimé-nez Mellado (Reforma Agraria), Martín Lobo(Desarrollo y desigualdad), Luciano Pereña(Ayuda al Desarrollo), Martín Artajo y Bartolo-mé Mostaza (Cooperación internacional). Mu-chos de ellos eran profesores, también, del Ins-tituto Social León XIII y de la Escuela de Perio-dismo de la Iglesia. Dos eran ex-Ministros, yuno sería Obispo.

El libro se abre con la traducción del texto deJosé Luis Gutiérrez García, Director de la BAC, ydos comentarios de prelados: la presentación,que hace Rafael García y García de Castro, Arzo-bispo de Granada y un comentario de RafaelGonzález Moralejo, Obispo Auxiliar de Valencia,discípulo de Herrera y Obispo “social”, que va

dedicado a los antecedentes de la Encíclica enlos textos de León XIII, Pío XI y Pío XII.

La Encíclica tiene una breve introducción de sa-lutación y de explicación de que la “Iglesia sepreocupa del bien temporal de los pueblos”, co-mo lo prueba la “Rerum Novarum”, de 1891. Laparte I se dedica justamente a las enseñanzasde esta encíclica y a su desarrollo posterior enPío XI y Pío XII. La parte II es de puntualizacióny desarrollo de las enseñanzas sociales de losPontífices anteriores. La III, lo más importantede la cuestión social.

Hemos anticipado, ya, que la parte IV la asumeÁngel Herrera Oria, Obispo de Málaga, Funda-dor de la Editorial Católica y promotor de laBiblioteca de Autores Cristianos (BAC). Con ple-na lucidez y energía comenta el final:

“LA RECONSTRUCCION DE LAS RELACIONES DECONVIVENCIA EN LA VERDAD, EN LA JUSTICIA

Y EN EL AMOR.” El tema delas relaciones sociales de“convivencia” es muy queri-do por Herrera Oria. Lo expli-ca y justifica así: “La cuartasección de la “Mater et Ma-gistra” tiene fisonomía pecu-liar. Es la propiamente pas-toral. En las tres primeras sesitúa la encíclica en un ordenjurídico y económico. Tratandirectamente de perfeccionarla organización de la socie-dad civil. Es pues una encícli-ca típicamente civilizadora.”Toda una lección de DoctrinaSocial de la Iglesia. Añadeque Juan XXIII continúa “lalabor de los Pontífices queorientaron a los pueblos, ala luz de los principios delderecho natural y de la teo-logía” A la vista de los gravesproblemas, la encíclica anali-za y valora los hechos; preci-sa y determina los progresosy cambios sociales; denuncialos defectos y propone solu-ciones. Es una encíclica doc-trinal: confirma principios y,en varios puntos, precisa yaclara la doctrina.

Intentaremos resumir en 7puntos esta dimensión pastoral de la Encíclica,centrada en la Doctrina Social Católica, la for-mación de la conciencia social y la perfecciónindividual y sobrenatural, por el apostolado yla aplicación de la Doctrina Social de la Igle-sia en la vida ordinaria, para la construccióndel reino de paz y justicia, e inserción en elcuerpo místico de Cristo.

1º Quedarían tres ideologías en presencia: libe-ralismo (ajeno al orden moral), materialismohistórico económico, marxismo (igualmenteajeno) y la posición cristiana (con principios yvalores morales). Se constata que no habrá nijusticia, ni paz en el mundo si los hombres nosienten la dignidad de ser criaturas e hijos deDios.

2º La Doctrina Social de la Iglesia tiene plenaactualidad para iluminar, con sus normas y di-

(Sigue en pág. 13)

Mons. Herrera Oria, obispo

Foto cortesía de la Fundación Pablo VI

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MAS, Noviembre 2018 |13Testigos de ayer

rectrices el orden temporal, para someter polí-tica y sociología a los principios cristianos: dig-nidad de la persona, bien común, y con ellos,la socialización y el intervencionismo del Es-tado.

3º La Iglesia no ha estado ausente de los pro-blemas de los hombres, les ha acompañado y elMagisterio de la Iglesia ha elaborado una Doc-trina Social, durante un siglo y ha intentadomejorar las condiciones de vida y trabajo delos ciudadanos, creyentes y no creyentes.

4º “Ni patronos, ni empresarios, ni propieta-rios, ni obreros, fieles hijos de la Iglesia enotros órdenes, lo han sido en lo social. Y dolo-rosas han sido las consecuencias de esta infide-lidad”. “Hay algo más inexplicable: en los aludi-dos paises católicos, la doctrina social católi-ca no ha sido bastante predicada”. Por ello,Juan XXIII hace un “ardiente llamamiento” asus hermanos, a los fieles, a todos los hombresde buena voluntad para que la Doctrina Socialde la Iglesia sea aplicada, porque “es una par-te integrante de la concepción cristiana de lavida”.

5º Para ejecutar el plan pontificio, Herrera Oriasugiere algunas ideas: formar profesores queexpliquen en cursos ordinarios y con sistema;el primer cuerpo docente debería estar inte-grado por teólogos, sacerdotes… Más adelan-te habla de minorías selectas de patronos,obreros y empleados… No olvida la participa-ción de los trabajadores, a todos los niveles, enla que insiste la encíclica, ni el apostolado se-

glar. Por otra parte, destaca la “Homilética So-cial”: “la cátedra sagrada es el lugar adecua-dísimo para la formación de la conciencia so-cial”. A la “Acción del Estado” dedica un am-plio apartado, para insistir en que “la instruc-ción social debe ser una parte de la educacióncívica, la cual pertenece al Estado…” Y hay queintensificar la educación popular como educa-ción cívica y ciudadana, en todas las materias,no sólo en lo religioso y moral.

6º Lo difícil es practicar la doctrina. Dice He-rrera que “La observación de que los católicosno son siempre consecuentes con su fe en lasactividades económico-sociales” ha sido recogi-da en textos Pontificios, como también el “des-doblamiento de la conciencia” o “la soledadde León XIII” que dijo Mari-tain. “La apostasía de unaparte de los obreros se ex-plica, en parte, por la incon-secuencia religiosa de algu-nos patronos”. “No bastacon conocer la doctrina so-cial. Hay que practicarla”Para ello es necesaria la edu-cación social que ha de serparte de la educación cris-tiana; aprender el métodopara acertar con la aplica-ción; sobriedad y sacrificio como testimonios,y comprender al prójimo, llevar la toleranciacristiana al límite, y practicar una leal colabo-ración.

7º A esta dificultad, Herrera añade, siguiendoun texto de Pío XII (es sabida la admiración deHerrera por Pío XII y Pablo VI), el peligro de las

ideologías modernas: nacionalista, técnica yclasista, que nos pueden desviar del espíritucristiano, y aprovecha para insistir en la impor-tancia de la fiesta del domingo para descansocorporal y “tonificación espiritual”. Y continúacon la perfección del trabajo. “A medida que seacerca a su término se va elevando el tono reli-gioso de la encíclica. Los últimos párrafos sonascéticos y místicos. El trabajo se considera nocomo un medio de producción, sino de santifi-cación individual.”

“Tradicional es en la Iglesia fomentar el espí-ritu de trabajo como un deber religioso”. Ymás aún: El trabajo “pasa de ser manifesta-ción de la dignidad de la persona humana aser continuación del trabajo de Jesús”. La per-

fección de la persona hu-mana en el orden naturalse enlaza y se perfeccionaen el orden sobrenatural,en el Cuerpo místico deCristo. Concluye HerreraOria su comentario conuna alusión a “Época deApóstoles” para “comen-zar a realizar en la tierrael Reino de Cristo”.

Así terminan los comenta-rios del que, 3 años más tarde, sería CardenalHerrera Oria, tal vez, por ser apóstol de laDoctrina Social de la Iglesia y promotor de ladivulgación de su enseñanza y de su aplica-ción práctica. ASI LO QUE PENSABA Y QUERIAJUAN XXIII, con su ENCICLICA “MATER ET MA-GISTRA”, es refrendado por su sucesor PABLOVI.

(Viene de pág 12)

“Tradicional es en la Iglesia fo-mentar el espíritu de trabajocomo un deber religioso”. Ymás aún: El trabajo “pasa deser manifestación de la digni-dad de la persona humana aser continuación del trabajode Jesús”.

El Consejo Nacional y el Consejo de Redacción del periódico MAS os desea

Feliz Navidad 2018 para los trabajadores, los que lo fueron, los que serán y sus familias. Para todos, Próspero Año 2019

Durante las cuatro semanas de Adviento quecomenzamos nos preparamos para la Navidad.Tiempo propicio para la reflexión y el silencio.

En la Navidad lo que celebramos es el Naci-miento de Jesús, que inauguró en el mundo unclima de reconciliación de los hombres. De ahítantas felicitaciones cruzadas en estos días(ojalá salieran del corazón y no fueran de pro-tocolo simplemente). Se reconcilian padres e hi-jos, patronos y obreros, discípulos y maestros,vecinos con vecinos, jefes y subordinados, etc.

Las Hermandades del Trabajo, desde su Pre-sidencia Nacional y el Consejo de Redacción delperiódico MAS, os desean unas Navidades lle-nas de Luz, de la verdadera, de la que Dios vinoa traer a la tierra y los Ángeles anunciaron consu pregón de

¡Gloria a Dios en el Cielo y Paz a los hombres!

Para todos, ¡Feliz Navidad!

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14 | MAS, Diciembre 2018 Hermandades del Trabajo

EL PADRE CARLOS ROMERO O.P., 60 AÑOS AL SERVICIODE HERMANDADES DEL TRABAJOPor Mons. Antonio Algora, Obispo Asesor de las HHT

Ha muerto uno de los Consiliariosdel Movimiento de Hermandadesdel Trabajo que podemos calificar,con toda fuerza de la palabra,“Fundadores”. Así es, el PadreCarlos Romero Bermúdez de laOrden de Predicadores, es decir,Dominico, fue nombrado por elentonces obispo de Córdoba, FrayAlbino González, consiliario delMovimiento de Hermandades delTrabajo en 1956. Contaba entoncesel P. Carlos con sus 26 años llenosde fuerza misionera y con una muybien ganada fama de predicador enaquellos años de la posguerra.

¿Qué vio su obispo en aquel joven frailedominico, preparado para la Predicación,para encomendarle primero la misión deacompañar a la Hermandad Ferroviaria ydespués que comenzara en Córdoba laandadura del reciente aprobado por losObispos Movimiento de las Hermanda-des del Trabajo?

En 1952 se abrió una fábrica de desti-lación de pizarra bituminosa en su pue-blo natal: Puertollano, provincia de Ciu-dad Real, de una larga tradición minera.Nuestro Padre Dios, en su divina Provi-dencia va tejiendo los hilos de la historiahumana para dotarnos a los humanos deaquellas condiciones, de una especialsensibilidad que hace posible la escuchade una llamada, sí, una vocación que el P.Carlos descubre en su juventud de serviral Mundo del Trabajo y a la que ha sidofiel todos los años de su larga existenciasacerdotal, pues tanto la Orden de Predi-cadores como sus siete obispos diocesa-nos le han mantenido en sus más de 62años entregado a la Misión de Consilia-rio de las Hermandades del Trabajo .

Conocí al P. Carlos en un encuentronacional de consiliarios de Hermandadesallá por el año 1968 hace ya 50 años. Sí,D. Abundio nos reunía con cierta fre-cuencia para fortalecer nuestro conocimientomutuo y el intercambio de experiencias ennuestra tarea de acompañamiento y promocióntan necesarias para llevar adelante la Evangeli-zación del Mundo del Trabajo. Desde entoncesnos hemos considerado hermanos y amigos; mifalta de experiencia en el servicio sacerdotal aHermandades, en circunstancias nada fáciles en

las que me vi inserto en la casa Comarcal de Al-calá de Henares, tenía en él un referente comohermano mayor, que ha pasado antes por se-mejantes dificultades de inicio y consolidaciónde lo que es un Centro de Hermandades.

Contando siempre con la seguridad y con-fianza que nos ofrecía D. Abundio vivimos añosmuy buenos de alegría apostólica no sólo por elmás que abundante número de afiliados ennuestros Centros de Hermandades de toda Es-paña, sino por la frescura de quien brindabaposibilidades especialmente a los jóvenes. Estefue un vínculo de unión importante con el P.Carlos. Dios nos bendijo con una organizaciónde jóvenes dentro de la Hermandades que lla-mamos Central de Juventudes, título que se tra-

jo D. Abundio de sus correrías por América, yque agrupaba a chicos y chicas de talleres, bo-tones de los Bancos, aprendices en sus prime-ros empleos, hijos de los militantes en estudiostodavía etc. chicos y chicas que compartían ta-reas apostólicas con absoluta normalidad y quenos ocasionaban no pocos problemas de incom-prensión en los ambientes clericales. Siempre

me ha recordado la anécdota hasta hace pocosdías, en su larga y penosa enfermedad, que des-pués de la Vigilia de Pentecostés que teníamosel Centro de Madrid en el Cerro de los Ángeles,con otros cuatro militantes nos fuimos en el Ci-troën “dos caballos” a la feria de Córdoba. Lle-gamos cerca de las tres de la noche y todavíarecuerdo al P. Carlos sorprendido y gozoso porla locura que suponía volver después a Madridpues alguno de los chicos le tocaba trabajar. Silo traigo a la memoria es por lo significativoque fue la fraternidad lograda entre los jóvenesde las Centrales de Juventudes de Madrid y Cór-doba.

Tenemos con el P. Carlos una muy especialdeuda de gratitud por sus diez años de dedica-

ción a Hermandades como ConsiliarioNacional, entre 1978 y 1988, cuantos via-jes, cuantas reuniones... El fundador delas Hermandades del Trabajo en Córdobaquedó como sucesor de D. Abundio en elConsejo Nacional como Consiliario.

Anécdotas, recuerdos y fechas apartelo que hemos vivido muy especialmentey por lo que el P. Carlos apostó decidida-mente ha sido por algo en lo que D.Abundio y el grupo de seglares fundado-res de las Hermandades comenzaron an-tes de que el Concilio Vaticano II lo pro-clamara en el decreto Conciliar Apostoli-cam Actuositatem: la “Mayoría de edadde los seglares” en la vida de la Iglesiacomo corresponsables de su Misión y Co-munión con obispos, consagrados, reli-giosos y sacerdotes.

Toda una vida, ciertamente, toda unavida de 62 años en el servicio a la Iglesiacomo Consiliario de un MovimientoApostólico donde los seglares tienen lamás plena responsabilidad ha conocidomuchos acontecimientos y cambios en laIglesia y está dentro de nuestra socie-dad. El P. Carlos ha sido testigo de excep-ción de la entrega heroica de una verda-dera multitud de seglares que él supoformar y acompañar, así nuestro Movi-miento Apostólico conoció un crecimien-

to verdaderamente excepcional en número deafiliados y militantes que posibilitaron numero-sas, también, obras sociales puestas al serviciode los trabajadores en su siempre difícil vidapor las condiciones laborales y bajos salarios.

Con las Hermandades del Trabajo del CentroSigue en la pág. 15)

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MAS, Diciembre 2018 | 15Hermandades del Trabajo

de Córdoba como anfitrión celebramos las IVJornadas nacionales en las que estudiamos larealidad política que se proyectaba en Españaante la que parecía inminente llegada de la De-mocracia y cuál debería ser la identidad y el pa-pel de Hermandades en la nueva situación quese avecinaba. El P. Carlos apoyó la idea de que,como Movimiento Apostólico, deberíamos se-guir siendo una Asociación de fieles, que desdedentro de la Iglesia nos mantendríamos al ser-vicio de todos los trabajadores de cualquier co-lor, tendencia o partido político que surgieranen aquel futuro que veíamos inmediato.

La Democracia llegó acompañada del más al-to nivel económico y social que nunca conocióla sociedad española y con todo ello el crecienteindividualismo y secularizaciónque nos ha llevado a la presentesituación. Unido todo ello al lógi-co envejecimiento de militantes yafiliados que se ha producido porla falta del necesario relevo gene-racional. Es en esta situacióndonde se agiganta la figura de es-te hombre corpulento de cuerpoy grande de corazón. Ha perma-necido fiel en su misión dando lavida y con ella el ofrecimiento alSeñor de las consecuencias deuna enfermedad rara, una bacte-ria asesina que le postró en la ca-ma sin prácticamente podersemover rostro arriba durante mu-chos largos meses, después de es-tar sometido a multitud de ope-raciones. Con ello vino el traslado

de su Córdoba a la Residencia de Cádiz, buscan-do la Orden de Predicadores lo mejor para eltratamiento de su fraile enfermo ya crónico ysin esperanza ninguna de restablecimiento.

Sois muchos los que os habéis hecho presen-tes en su devenir hospitalario tratando de lle-varle consuelo y cariño. Sois muchos los testi-gos de su fina ironía, de su humor y de su ini-cial rebeldía ante lo que se le venía encima y suposterior conformidad acompañado de su An-gelito, un fotograma de un Ángel que había enla residencia de Cádiz que prácticamente le haacompañado hasta el final.

Tres días antes de morir pudimos hablarmuy entrecortadamente y muy debilitado decómo estaba en todo en manos de Nuestro Se-

ñor y con su realismo de siempre me dijo queera el final.

Ciertamente, podeos afirmar que ha entregadosu vida a Dios por las Hermandades del Trabajo.

“Divino Corazón de Jesús, te ofrezco mi díacon sus alegrías, trabajos y tristezas. Todo,Señor, para gloria de su nombre y al serviciode tu causa. Reina, Señor, en las almas por lavida de gracia, en la sociedad por la caridadfraterna y, sobre todo, en el mundo del traba-jo por la concordia entre patronos y obreros.

Que todos los trabajadores, al sentirnos hijosde Dios, confiemos en su Providencia y nosgocemos con tu amor. Concédenos ver a lasHermandades del Trabajo convertidas en ins-

trumentos eficaces de apostola-do, para que santificándonos enellas contribuyamos con nuestrafe, nuestra comunión fraterna yel testimonio de nuestras vidascomprometidas a la extensión detu Reino en los ambientes labo-rales”.

El P. Carlos con su peculiar ma-nera de ser y de vivir, fraile domi-nico austero y pobre, ha hechoverdad este ofrecimiento que re-zamos todos los días en Herman-dades del Trabajo. Un programade vida de principio a fin. Con laEsperanza de que ya está conDios para siempre nos anima aentregar nosotros también la vidaen las Hermandades del Trabajo.

Como cada año; en los días 26,27 y 28 de septiembre en el localde la Social de Hermandades delTrabajo de Zaragoza, se expusie-ron las obras más representativasdel Grupo de Pintura y Manualida-des, de Hermandades del Trabajo,en el que participan alrededor de15 personas.

Como se puede apreciar en lasfotografías que acompañán estetexto, las obras expuestas llamanla atención por su buen gusto y lacalidad del conjunto. No hay queolvidar que se trata de amateurs,que dan lo mejor de sí en esta acti-vidad creativa.

El Grupo de Pintura y Manuali-dades está abierto para todos losafiliados y afiliadas de las Herman-dades del Trabajo en Zaragoza.

Exposición de Pintura y Manualidades en el Centro deHermandades del Trabajo de Zaragoza

(Viene de la pag. 14)

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PEDRO BARRADO / DIRECTOR DE LA ESCUELA SAN JUAN XXIII DE LAS HERMANDADES DEL TRABAJO

Centros de Hermandades del Trabajo. ESPAÑA: Alicante, Almería, Ávila, Badajoz, Burgos,Córdoba, Guadalajara, Jaén, Jerez de la Frontera, Madrid, Segovia, Sevilla, Valencia, Zaragoza,así como las Hermandades en toda España de las Federaciones de la Seguridad Social yFerroviarias. AMÉRICA: Chile (Concepción), Colombia (Barranquilla, Bogotá y Medellín), CostaRica (San José), Ecuador (Quito), Perú (Callao, Chimbote, Lima y San Ignacio).

En alguno de los anterioresartículos que venimos dedican-do al apóstol Pedro ya nos ha

salido la famosa e importante esce-na de la confesión de fe de Cesareade Filipo, uno de los episodios másdestacados que tienen a Pedro co-mo protagonista. Ahora nos fijare-mos sobre todo en la indicacióngeográfica en la que tiene lugar lamencionada confesión de fe y, enalgún aspecto, en la respuesta deJesús. Lo haremos teniendo encuenta la versión del evangelio deMateo.

El texto sitúa la escena «al llegara la región de Cesarea de Filipo» (Mt16,13). Cesarea era una antigua ciu-dad que recibió en su historia va-rios nombres: Banias, Panias, Pa-nion, etc. Al parecer, el nombre sedebía al santuario dedicado al diosPan que existía en el lugar. Fue He-rodes Filipo, hijo de Herodes elGrande, quien le cambió de nombrea la ciudad, dándole el de Cesarea,en honor del César Tiberio. (Se lallama Cesarea de Filipo para distin-guirla de otra ciudad llamada tam-bién Cesarea: Cesarea Marítima, jun-to al Mediterráneo, fundada por He-rodes el Grande.)

El historiador judío Flavio Josefodescribe así el sitio: «[Herodes elGrande] erigió un templo de már-mol blanco junto a las fuentes delrío Jordán, en un lugar llamadoPanion. Aquí se encuentra unamontaña de una altura inmensa; enla parte baja de uno de sus lados sehalla una oscura cueva, por dondese abre un precipicio escarpado y

un abismo muy profundo con unagran cantidad de agua tranquila,para la que no hay sonda suficienteque llegue hasta el fondo de ella.Por debajo y en la parte exterior dela cueva brotan las fuentes que al-gunos dicen que dan origen alJordán (Guerra de los judíos I, 404-406).

Lo que más nos interesa anosotros ahora, en primer lugar, esla relación entre la oscura y profun-da cueva de Cesarea y el Hades o lu-gar de los muertos, donde reinanlos poderes infernales. Según elbrillante arqueólogo Joaquín Gon-zález Echegaray –fallecido en mar-zo de 2013–, hay un innegable nexo

entre esas dos realidades,habida cuenta de que, enel mundo helénico (grie-go), existía la tradición deconectar el Hades con uncurso de agua –ya fuera elrío Estigio, la laguna Esti-gia o el río Aqueronte–, elque surcaba el barqueroCaronte –el encargado detrasladar las almas de losdifuntos– o el que vieron,según la tradición griega,los argonautas de Jasón.

Así pues, parece natu-ral que sea en Cesarea,con sus puertas del Hadesidentificadas con la cuevaen donde se encuentranlas fuentes del río Jordán,donde Jesús le habla a Pe-dro de que el poder delabismo no triunfará sobrela Iglesia: «Ahora yo te di-

go: tú eres Pedro, y sobre esta pie-dra edificaré mi Iglesia, y el poderdel infierno no la derrotará» (Mt16,18).

El infierno ha de ser entendidoaquí como el «lugar de los muertos»y, por tanto, como símbolo de aque-llo que se opone a la vida y, por en-de, al propio Dios de la vida. El tex-to griego original habla literalmen-te de pylai adou, «las puertas delHades [o infierno]». La expresión serefiere a uno de los elementos delas ciudades de la antigüedad: laspuertas de las murallas, que, haciadentro de la ciudad, habitualmentedaban paso a plazas (era allí, porejemplo, donde se reunían los cabe-

zas de familia para juzgar). Por tan-to, las «puertas» es un elemento ar-quitectónico que representa a laciudad completa y, por extensión, alpoder de esa ciudad.

Sin embargo, hay una segundacuestión que liga la confesión de fede Cesarea que hace Pedro, y la res-puesta de Jesús –en la versiónmateana–, con el lugar físico de esalocalidad. Como señalaba Flavio Jo-sefo y destacaba González Eche-garay, Cesarea está vinculada a unagran «roca», un promontorio o una«montaña de una altura inmensa».Hay que recordar que, como ya vi-mos, kefas significa en arameo «ro-ca» o «piedra». Y que Jesús hace unjuego de palabras con la piedra ycon el apodo con que denominará aSimón: a partir de ahora, él será lapetra sobre la que se funde o seconstruya la Iglesia, por eso sunombre no será ya Simón, sino Ce-fas o Petros, «Pedro».

Pues bien, esa alusión a la «roca»probablemente también podría en-tenderse mejor si atendiéramos algran promontorio rocoso que domi-na la ciudad de Cesarea, que se ex-tiende a sus pies. Por tanto, con-templando la gran roca de Cesareade Filipo, situada sobre la gruta queconectaba con el mundo de losmuertos, las palabras que se atri-buyen a Jesús descubren y ponende relieve una relación con la figurade Pedro como garante o funda-mento de una institución –la Igle-sia– a la que se anuncia ya su victo-ria sobre la muerte y el pecado (el«poder del infierno»).

San Pedro (IV)

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