maruja vieira

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La colección un libro por centavos, iniciativa del Departamento de Extensión Cultural de la Facultad de Comunicación Social-Periodismo de la Universidad Externado de Colombia, persigue la amplia divulgación de los poetas más reconocidos en el ámbito nacional e internacional y la promoción de los nuevos valores colombianos del género, en ediciones bellas y económicas, que distribuye para sus suscriptores la revista El Malpensante. Este número 36 es una antología poética de Maruja Vieira, escogida por ella misma para esta colección con el título: Todo lo que era mío.

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Maruja Vieira

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  • La coleccin un libro por centavos, iniciativa del Departamento de Extensin Cultural de la Facultad de Comunicacin Social-Periodismo de la Universidad Externado de Colombia, persigue la amplia divulgacin de los poetas ms reconocidos en el mbito nacional e internacional y la promocin de los nuevos valores colombianos del gnero, en ediciones bellas y econmicas, que distribuye para sus suscriptores la revista El Malpensante.

    Este nmero 36 es una antologa potica de Maruja Vieira, escogida por ella misma para esta coleccin con el ttulo: Todo lo que era mo.

  • N. 36

  • universidad externado de colombiafacultad de comunicacin social-periodismo

    2008

    Todo lo que era moAntologa potica 1947-2007

    Maruja Vieira

  • isbn 978-958-710-

    Maruja Vieira, 2008 Universidad Externado de Colombia, 2008

    Calle 12 n. 1-17 este, Bogot - ColombiaFax 342 4948

    [email protected]

    Primera edicinmayo de 2008

    Ilustracin de cartulaRamn Vsquez

    Diseo de cartula y composicinDepto. de Publicaciones

    Impresin y encuadernacinLadiprint Editorial Ltda.

    Impreso en ColombiaPrinted in Colombia

  • UniversidadExternado de Colombia

    Fernando HinestrosaRector

    Miguel Mndez CamachoDecano de la Facultad de

    Comunicacin Social-Periodismo

    Clara Mercedes ArangoDirectora de Extensin Cultural

  • sueo del mar

    Sangre de marineros que me viene a cantaren las venas dormidas con voz de inmensidad.

    Barcos en horizontes de viento, cielo y marcon velas transparentes y cordajes de sal.

    Puertos para una noche y un alba nada mscamino del retorno que no se pudo hallar

    Hombres de ojos azules y brazos de huracn,anclados en remansos de inmvil soledad.

    Bajo las lunas altas me vienen a llamar,marineros errantes que perdieron el mar.

  • yo te amo

    La sombra y el camino interminable.El vaco que imita la forma de tus brazos.El montono ruido de la lluvia en el aire.

    Con la espiga y la estrella, con la piedra y el rbol,con todo lo que cifra la verdad de la tierraesta noche te amo.

    Por lo que vive y canta. Por los campos arados.Por la mano de un nio, por su llanto,por su eterno milagro.

    Te amo porque amas el sueo del futuroy tiendes al maana tu nombre como un arco.

  • la flor del silencio

    Hora extraa, leve.

    Se borra el contornodel tiempo.

    La msica vivadel aire est quieta.

    La flor del silenciodeshoja uno a unosus ptalos.

    Suavemente viene,soando caminos de amor, tu recuerdo.

  • 10

    la tarde lenta

    Tengo llenas las manos de sol y de perfume.La tarde me devuelve tu inasible presencia.

    Tu mirada me sigue, dibujando mi sombra.

    Ests en el paisaje como un rbol de sueo.Gotas de luz inquieta tiemblan entre las hojas.

    Una columna fina de humo gris en el vientoest formando apenas el nombre del recuerdo.

  • 11

    ms que nunca

    Porque amarte es as, tan dulce y hondocomo esta fiel serenidad del aguaque corre por la acequia, derramandosu amorosa ternura sobre el campo.

    Te amo en este sitio de campanas y rboles,en esta brisa, en estos jazmines y estas dalias.La vida y su belleza me llegan claramentecuando pienso en tus ojos, bajo este cielo plido.

    Sobre la yerba limpia y hmeda, mis pisadasno se oyen, no interrumpen el canto de los pjaros.Ya la niebla desciende con la luz de la tardey en tu ausencia y mi angustia ms que nunca te amo.

  • 12

    como el partir de un barco

    Es el recuerdo, padre,de tu clara agona

    Carlos Augusto Len

    Ya todo est ms claro.Como la tierra despus de la lluviason los ojos despus de las lgrimas.El viento hace cantar una vez ms los rboles;pero en la madrugada tienen distinta voz las antiguas campanas.

    Parti un barco.El ancla la levaron las manos ms amadas.Era un mar transparente, rumbo y ola,donde flotaba un suave rostro plidoy una playa del tiempo que se quedaba atrscon nuestro llanto.

  • 13

    Que se quedaba con nuestro silencio,con nuestra msica olvidada y quieta,con los libros cerrados, con los cuartos vacos,con esta soledad que nos asaltacuando despierta el da sobre lechos intactos.

    Las horas vuelven otra vez, iguales.Todava hay caminos con rosales y pjaros,los nios ren en la calley los viejos martillos clavan maderas nuevas.La muerte en nuestra casa cumpli su fiel palabra.Todo fue tan sencillo como el partir de un barco.

  • 14

    memoria del padre Recuerdo que mi escuela tuvo un balcn de rbolesy un patio junto al claro viaje de los gorriones.La vida era una mano que me esperaba afueray una cabeza blanca, llena de sueos altos.

    Era mi padre. bamos juntos. Era el mundo.No haba ms en las trmulas soledades del almaque su paso ya lento, su voz dulce y antiguay el tiempo azul que araba la tierra de mi infancia.

    Salamos de noche, la pequeita sombrade mi cuerpo de nia junto a su sombra grande.El hablaba un idioma de recuerdos y ausenciasy me enseaba nombres, banderas y ciudades

    Padre, lo que mas duele de tu ausencia es no poder hablarte.

  • 15

    Todo est igual en esta casa tuyay la msica invadela armona tranquila del domingo y la lluvia.

    Sera exactamente igual que si estuvieras.Todava la madre tiene dulces los ojos,el hermano sonre con la misma sonrisay la hija te busca para contarte sueos.

    Exactamente igual sera, pero callas.Lo ms definitivo de tu ausencia, lo duroes no poder hablarte. Sabiendo que no escuchassentimos que perdieron su objeto las palabras.

    Hasta el nombre del nio pierde un poco de lumbreporque no est en sus letras tu voz dulce de abuelo.Y de pronto nos hiere, por tu rostro disperso,su rostro que te copia, suavemente pequeo.

    Todo est igual y ahora yo no encuentro mis pasosy la msica vuelve sin llegar a tu odo.

  • 16

    Sobre la mesa el pan ya no aguarda tus manosy est el papel en blanco y estn quietos los libros.

    Maeterlinck nos ensea que cuando recordamos a los que ya se han ido, nos ven llegar a ellos.Esta maana tibia te buscan mis palabrasy mi amor infinito, ms all del silencio.

  • 1

    por la calle del pueblo

    Es un pueblo pequeo.En la iglesia hay un retablo

    de arcngeles.

    Volver tu recuerdocuando en la madrugada la lluvia se detenga.

    Y estars como entoncesllenndome de rosas y de sol. En las piedrasde la calle, brillantes por el agua cadaser ms luminosa la mano azul del da.

    Pasarn los arcngeles antiguos de las horaspor el quieto camino.

    Subirn las mujeres al pozo del milagropara buscar el agua limpia de las leyendas.

  • 1

    Y la voz de los nios har crecer el tiempocomo una ronda inquieta.

    La montaa en la luz flecha de la maanase llevar tu rostro por un sueo de rboles.

    Yo sentir tu msica desprenderse del airecuando muevan los cedros sus verdes campanarios.

    Y ya no sers tu ni mi voz que te calla.Sers aquel paisaje de enero, en la distancia.

  • 1

    el arpa

    Dos manos esculpen el aire.

    Cantinela de lluvia lejana, tempestad de sol en los rboles.

    Distantes del tiempo, caminanen la torre los viejos cuadrantes.

    Las dos manos esculpen y tallanla emocin, el recuerdo, el paisaje.

    Sube un mar invisible y rodealentamente las islas del alma.

    Y despus slo queda la msica,prisionera de luz en el arpa.

    A Nicanor Zabaleta

  • 20

    letras de arena

    Hblame. Al fin y al cabomis sueos estn hechos de palabras.Tus palabras.Las que nunca me has dicho y estn vivas,con signo de memoria verdadera.Vivas como en el fondo transparentelas estrellas marinas.Como el recuerdo tuyo que me siguey voy llevndolosin que lo aparte un cielo distinto, ni una olani siquiera la sombra de otro cuerpo. Escuchael mar enredasus dedos verdes en los arrecifes.Es como si tu voz estuviera buscndomesin encontrarme y sin que yo la encuentre.Desde lejosviene a azotarme el rostro tu silencio.

  • 21

    siempre

    Siempre regresas.Para ti no hay tiemponi tiene oscuros lmites la tierra.Siempre vuelves.Y siempre estoy aqu, aguardando tus manos,llenndome de sueos como de luz un rbol.

    No hay nada diferente. Todo es igual y purocuando vuelves.No han pasado los das ni he sufrido. Estoy sola,con el corazn limpio como una fuente nueva.Tengo otra vez palabras y caminosy contigo regresan la brisa y las estrellas.Regresan las campanas y los pjaros,me devuelves la msica, el murmullode los ros lejanos,la claridad del monte, la sencilla verdad de que te amo.

  • 22

    memoria del abuelo ingls

    Desde John Henry White, estudiante de Oxford,hasta Don Juan Henrique, fundador de Dabeiba,crece una geografa de nombres y de sueos,donde un rbol indgena da sus claras maderasy una tierra de Amrica su ms perfecta entraapara guardar la huella de amor de un extranjero.

  • 23

    tiempo definido

    Todo el impulso humanolo circunscribe el da,

    el pequeito crculo del da(Barba Jacob)

    Est bien que la vida de vez en cuandonos despoje de todo.En la oscuridad los ojos aprenden a ver ms claramente.Cuando la soledad es el total vaco del cuerpo y de las manoshay caminos abiertos hacia lo ms profundo y hacia lo ms distante.En el silencio las amadas vocesrenuevan claramente sus palabrasy los muros resguardan el rumor conocido de los ausentes pasos.

  • 24

    Los labios que antes fueran sitio de amor en las calladas tardesaprenden la grandeza de la cancin rebelde y angustiada.Hay un viento en suspenso sobre los altos rboles, un repique de lluvia sobre ruinas oscuras y humeantes,un gesto en cada rostro que dice de amargura y vencimiento.Sigue un lento caer de horas intiles, desprendidas del tiempoy ms all del crculo pequeito del mundo,aquel mundo cerradocon sus vagas estrellas y su bruma de sueosdespierta inmensamentela herida voz del hombre poblador de la tierra.Antes estaban lejos, casi desconocidos, el combate y el trueno.Ahora corre la sangre por los cauces iguales del odio y la esperanzasin que nada detenga la invasora corriente de las fuerzas eternas!

    Bogot, 14

  • 25

    esta tarde

    Esta tarde todos miran la lluvia.

    Aqu hay un rbol y unas columnas blancas.

    Donde va mi recuerdohay flores como espadas de amatista y los hombres caminan en silencio.

    Aqu la lluvia lanza cada vez ms de prisasus dados transparentespara ganar al sol la moneda del tiempo.

    All donde t olvidasno hay lluvia, slo flores y un mar verde.

  • 26

    el poema de las hermanas

    A Gilda, Irma, Egle y Magaly Gmez Pietrini

    en Caripe (Venezuela)

    Cuatro son las hermanas. Yo las recuerdo ahoraque diciembre se aleja.

    Oyendo hablar a una sent pasar un ro,una corriente difana, con sauces a la orilla.

    Otra cuidaba flores en el jardn, igualesa su silencio transparente.

    Sonrea otra hermana y era todo su cuerpocomo un barco de brisa.

    Y la otra an enciende cuando mueve las manosuna luz de perfume en el naranjo?

  • 2

    La Navidad pasaba junto a mis pies, rodandocomo una piedra blanca.Desprendida, cayendo.

    Me dolan palabras y sueos destruidos, ausencia, cosas que se iban.Pero las cuatro hermanas me miraban sonriendoy en el jardn haba margaritas y orqudeas.

    Detenida, en mis manos, la piedra blanca suea.En ella escribo el nombre de aquel pueblode mi primera Navidad sin casa.Piedra blanca del verso.

  • 2

    todo lo que era mo

    Todo lo que era mo.La clara voz del padre y el eco de sus pasosdespertando la infancia.Las manos de la madrecon su clido estigma de ternurasobre la tinta fresca de las cartas.El rostro del hermano,ya copiado en el hijo con ros y cometasy una lmpara nueva junto a la vieja lmpara.Mis libros, mi silencio,la armona brumosa de las calles,el parque con su yerba de domingo,la puerta musical de Santa Eulalia.La mano conocida, la palabra prevista,la quietud del encuentrocon lluvia en los cristales.Simple, sencillo, tierno,todo lo que era mo se me qued tan lejos!

  • 2

    calendario incompleto

    Abril. El viento apagala fogata amarilla de los lirios.Mi corazn regresa del silencio.Tu dulce, amargo amor, ha renacido.Sin lugar en la tierra ni en tus ojos,sin ti, sin mi, desnudo, solo, herido,se levanta y nos llama, verdadero, desterrado, infinitoViene mayo con sus noches de lunay sus hogueras.Viene con tu recuerdo.Tu recuerdo es el ro de la playatibia espuma y arenatu recuerdo me toca las mejillascon un roce de labios insistentesy todo vuelve a ser amor y llamasy espuma y olas verdes!

  • 30

    Otra vez t me tiendestu lento cerco de diamantes.Contigo estaba escritoel nombre del amor sobre la tierra,contigo, lluvia de la medianoche,tierna raz de astros.Y caes y me envuelves.Eres msica, ests cindome los pasosy el mundo se me pierdeporque lo borras t con la mano invisiblecon que cierras jazmines y entreabres lucirnagas.Yo te siento caer sobre el sueo de agosto, lluvia de otra ciudad y este mismo recuerdo.

  • 31

    carta de venezuela

    Carta de Venezuelaquin escribi mi nombremientras el arco iris y la estrellaiban por Altamira de la mano?

    En los sellos azules de la cartavino un jirn de playay en el verde un tiquete de paisajepara viajar en aquel tren de Aragua.

    El lago de Valencia, con veintids monedas,le compr al tiempo todas sus tardes de verano.

    Carta de Venezuela, suave fulgor de lmpara,camino de silencio, sombra fiel de los rboles.

    En la calle del sueo se abrieron los balconespara ver la amatista que anochece en el vila.

  • 32

    tus cartas

    Slo tengo tus cartas,pero tener tus cartas es dulce en esta niebla.

    Es como andar contigo por las calles y decirte:Este parque me vio jugar de nia.Esta casa fue nuestra.

    Tus cartas solamente, no tus manos,ni el color de tus ojos, ni tu frente.Pero con qu alegra te estoy diciendo ahoraque mi ciudad es clara de azaleasy alta y llena de nubes y de torresy que te amo en ella.

  • 33

    ciudad remanso

    (Popayn)

    Hoy te hablo a ti, ciudad remansodonde se aquieta la amargura.Ciudad de ayer y eternidades,lenta ciudad de sueo y bruma.

    Vine buscndote en un mapade oscura sal y flechas rotasy t me diste la dulzurade tus caminos y tus horas.

    En ti encontr mi infancia pura,mi juventud, mi voz perdiday volv a ser la de otro tiempo,maravillada ante la vida.

    Ciudad, la piedra de tus murosguarda en su cliz el pasadoy el cliz sube hasta los cielosen la oracin de tus campanas.

    Guarda tambin, ciudad, mis huellasentre tus calles silenciosaspor donde fui encontrando el almatierna y segura de las cosas.

  • 34

    clave mnima

    Djame tu recuerdo, el de esta hora.No importa que te vayas.

    Djame este recuerdode la ltima hora del alba.

    Estaba azul el monte esa maana azul.Eras hermoso y yo te amaba.

  • 35

    cancin de puerto cabello

    (Fbula del pez y la estrella)

    La amargurase qued en los corales del fondo,se qued en la isla blanca,en la escama del pez fugitivo,en la estrella que arda en la rada.

    El recuerdo pascomo el nombre de un barco.

  • 36

    boris el inmigrante

    Yo no te conoc, Boris Dobrowsky,pero ayer me dijeron entre lgrimasque eras tierno y amable, que traasdesde tu campesina Yugoslaviauna manera dulce de ser bueno,de amar las cosas, de encontrar el almade los colores y del sol, del viento,de las flores y el agua.

    Del agua verde donde ests ahoraviendo pasar tu eternidad de algas,soando siempre con el manto rojocon que el otoo vestir los camposen tu tierra de robles y canciones,de pastores y lanzas.

    Yo no te conoc, Boris Dobrowski,y te recuerdo cuando el mar me habla.

    Dice que ests all, con tu destierroconvertido en orillas y en distanciay que tu corazn de nio alegrejuega ya eternamente con los barcos.

  • 3

    dulce amiga lejana

    Me dices que me aguarda tu clara ciudad lenta,que me aguardan sus calles, su ro, sus violetas.Dulce amiga lejana, gracias por tus palabras,por tu risa callada, por tus manos fraternas.Gracias por tu recuerdo que me acompaa, tmido,silencioso y seguro como el alma del agua,por decirme en mis horas de amarguras intilesque el dintel luminoso de tu puerta me aguarda.Volver, t lo sabes. No es posible apartarsepor ms tiempo del mbito de las cosas amadas.Voy por nieblas de asombro, sin saber el camino,roto el sueo de enero por la luz implacable.Volver y hablaremos como siempre en las tardes,en el parque de lirios amarillos. La estatuatender inmensamente su mirada de piedrasobre un mar apacible de cenizas doradas.

    A Ruth Cepeda Vargas

  • 3

    paz

    Ms all de esta nube de cenizael hombre espera.

    Espera que la sombra le devuelvasu herencia de esperanza,su antiguo mapa transparente.

    El hombre quiere un poco de silenciopara que el hijo diga su primera palabra,esa palabra que nunca es guerra,que nunca es muerte.

  • 3

    direccin desconocida

    El sobre dice:A Maruja Vieira, poeta.

    Habr que devolverlocon un letrero grande que diga:direccin desconocida.

    Entre un reloj y un calendariomuere crucificada la poesa.

  • 40

    amiga inoportuna

    Qudate afuera, poesa.No importunes ahora mi trabajocon tu voz de cristal.Djame as, de espaldas a la luz.El viaje de las nubespodra recordarme otro cielo.Pero aqu ests amiga inoportuna,quin te ha dejado entrar?No tengo ms remedio que escucharte.Me dices que los tornos tienen msica, sorda msica de olasen un sombro caracol metlico.Y te respondoque las estrellas de la soldadurailuminan la noche del tallery coronan de fuego la frente del obrero,que podra ser el rey de aquella historiadel hombre de la mscara de hierro.

  • 41

    cansancio

    Cansanciode hablar y escuchar siempreidiomas extraos.Cansanciodel peso de las alas en la tierra.Cansancio de obligarse a ser fuertey helar, detener, contener, petrificar la luz, la nube, el aire.Para despus callar, sonrer,asentir, otorgar.Y tener miedo de la msica,del libro de poemas, del perfume del rbol,del color de la tarde,porque pueden caer las armaduras,romperse las corazasy quedar simplemente un ser humano,slo, dbil,herido de silencios y palabras.

  • 42

    siempre cabe uno mas En cien metros cuadradosse libra la guerradel espacio contra el papel.

    Caen letras impresasdel cielo raso,suben por las paredes,saltan, ruedan.

    Es la casa tomada por Cortzar,Borges y Sbato, Gabriela y Pablo,la Generacin del 27,la novela, el cuento,el poema, el diccionario.

    Y sin embargo siempre cabe uno ms,como en los buses de La Habana.

  • 43

    nia de las canciones

    Cuando era necesario elegirentre el pan y las florescomprbamos las rosas.

    Una taza de caf,negro y solo, nos bastaba.Y nuestro amor,y un libro de poemas.

    Estabas t, invisible todava,nia de las canciones.

    Nosotros fuimos tu camino.Jams dudas entre el pan y las flores.

  • 44

    as dijo el maestro

    Y la ola humilde a nuestros labios vinode unas pocas palabras verdaderas

    (Antonio Machado)

    Qu importael nmero de pginas de un libro?La extensin de los versosde un poema?

    Le contamos al mar sus olas,a la rosa sus ptalos,sus caminos al viento?

    Unas pocas palabrasas dijo el Maestrounas pocas palabras verdaderas.

  • 45

    otoo futuro en alemania

    La lluvia del Apocalipsis atmicodisuelve el rostro de las estatuas.El viento se ha declarado enemigo del bosque.Hombres azules defienden los rosHombres verdes defienden los rboles. La niebla cida envuelve las piedras de los castillosy las deshace.Pero en Aquisgrn, en Colonia,en Frankfurt,los poetas buscan a Gaspar de la Nochepara que reconstruya las catedrales.La poesa es azul como los ros;la esperanza verde como los rboles.la vida ganar la batalla!

  • 46

    sueo de otros caminos

    Todava sueo con llevar una flora la estatua de Pushkinen la primavera de Mosc.

    Sueo con rezar una oracin a la orilla del lagodonde un cisne negro la muerteaguardaba al rey loco de Baviera.

    Todava sueo con todos los caminosdel aire, del mar y de la tierraque me estn aguardando mientras caela gota silenciosa del tiempo en la clepsidra.

  • 4

    leyenda

    Un rey loco de msicay un lagoque guarda su secreto.

    Surge de la leyenda Luis IIcon la armadura blancade Lohengrin.

  • 4

    ex libris

    De las hojas de un libroque alguien ley hace mucho tiemposurgieron las estrellas de la noche serena,las rosas de Zurbarn y de Velsquez,la breve flor de Gngora.

    Dilogo del pasado y el presente.Aqu el silencio cantay el amor est vivo entre las pginasque no deshace el viento del olvido.

  • 4

    todava

    Todavala frgil quemadura de una lgrimaborra la luz del rbol.

    Todavacerca del corazn se detiene la vidacuando te nombra alguien.

    Todavarueda el mundo al vaco, desprendido y errante.

    Todavano encuentro las palabraspara decir la ausencia de tus manos.

    Todava te amo.

  • 50

    cuando cierro los ojos

    Cuando cierro los ojos vienesdel pas de la muerte.Llegasa la orilla del ro del tiempo.

    El agua nos aparta siempre.No hay puentes.Me miras desde lejos y sonres.

    Despierto.Cmo tarda en llegar el barquero!

  • 51

    cuando pase el tiempo

    Almendro floridoque un soplo de viento deshace.Rodaron los ptalosy queda el aroma en el aire.El rbol desnudo perdura en la tierra,soporta veranos, inviernos, espera.Cuando pase el tiempo, cuando crezca el roy llegue por fin el barquero, volvern las floresque deshizo el viento.Sonar la hora del hondo misterio.Los ojos atnitos vern a lo lejosun largo camino de luz indecisa.Las manos unidas de nuevo,estaremos juntos, amor, para siempre.

  • 52

    el jardn de la muerte

    La muerte es un jardn con rosas amarillas.Siempre amanece o es el atardecercolor violeta.No hay sol de medioda quemante, hiriente.

    En esa orilla de la noche el aire est pobladode lucirnagas y estrellas.

    All no estar sola nunca. Alguien espera.

  • 53

    umbral

    Estars aguardando en el umbral.T y nadie ms entre la luz final.Y sonreirs como en el tiempo del amor.

  • 54

    lvaro sanclemente1914 - 1949

    Una pequea lnea bajo tu nombre intactoune tu nacimiento con tu muertey un tiempo amargo de incontables rocasafirma en la memoria tu recuerdo.Sobre nuestro dolor, ms profundo que el llanto,cay la angustia nueva de tu adis resignadoy nos sentimos solos ms verdaderamentecuando al tender las nuestras no encontramos tus manos.Confusos nos miramos uno al otro, buscndote,porque tu eras tan claro como el libro y la msica.Pero en aquella hora ciega y definitiva,la muerte sola daba su palabra segura.

  • 55

    Para decir a aquellos que no te conocieroncmo era tu callada presencia en nuestra vidahay que hablar de la tierra donde crecen los rbolesy del color del viento que dobla las espigas.Fuiste sencillo y puro, no te borra la sombrani oscurecen tu rostro los dedos del silencio.Para pensar en ti no hay lgrimas intiles.Basta decir amigo para sentirte cerca.

  • 56

    eduardo cote lamus

    Acabo de sabercmo fue aquel camino de tu entierro.

    Te llevaban, Eduardo, por los riscos, por los speros montes que llaman Santander.

    De todas las pequeas aldeas silenciosasvena gente a caballo. Lloraban unos, otrossacaron sus guitarras y te cantaron coplasque se mezclaban con las lgrimas.

    Llevaron a los nios-tus ahijados-para que te miraran, para que vierancmo la muerte se convierte en rbol.

    Fueron veintiocho entierrosen los veintiocho pueblos con campanas.

    Ahora quedan tus hijosbajo el cielo de plomo azul de Ccuta,sobre la tierra dura y dulcede la frontera de la patria.

    Una mujer levanta su frente sobre el llanto, camina hacia el futuro con ellos,con nosotros, para siempre.

    A Alicia Baraibar

  • 5

    carolina crdenas

    Esta mujer fue humana, ms humana que nadie.A fuerza de estar viva se consumi en su llama.No la conoc nunca y estoy junto a su nombremientras el llanto esculpe su misteriosa estatua.

    He visto su recuerdo subir por las palabras-La voz se vuelve arcilla modelada en ternura.Para hablar de sus manos todos bajan la frente:Vino y estaba cerca, lejos, como las nubes...

    Pincel y tinta china, greda oscura y cristales.Flores en la maana lluviosa de la aldea.Casi verdad su mundo duendes, estrellas, sombrascasi nada y tan dulce! lo que nos deja el tiempo.

  • 5

    csar uribe piedrahita

    Tena el cabello rubio casi fuegole gustaba abrir todas las ventanas,no cerraba las puertas, las dejaba tendidascomo una mano para los viajeros.

    Siempre encenda los candelabrosporque si la luz est all,para qu dejarla prisionera?Amaba las orqudeas y los animalitos del campoy era definitivamente bueno.

    No le gustaba pensar en la muerte.Crea que todos los hombresmerecen tener tierra y cielo.

    Yo lo vi despedirse de mi padreapenas con un poco de temblor en la voz.

  • 5

    Si l pudo orlo se llev para el tiempo eterno,mejor que mi silencio de llanto,un cordial, casi alegre hasta luego!

    Aquella noche Csar me ense que no hay muerte.Por eso le decimos, t y yo, Elisa,como la noche de la lluvia, como entre las orqudeas,como junto a la puerta siempre abierta,apenas con un poco de temblor en la voz:hasta luego!

    A Elisa Mjica

  • 60

    enrique uribe white

    En el amanecer del dieciocho de mayozarp el Santa Eulalia.El capitn iba en el puente de mando.

    El viejo marino sabiovolvi a encender su pipay consult un antiqusimo astrolabio.

    All estaban sus libros, intactos,el arco y las flechas, los juegos, los discos, los gatos.

    Nos quedamos en tierra mirndolo partir en su ltimo viaje inesperado.

    Va rumbo al rtico, donde el bisabuelobuscaba la expedicin perdidadel Capitn Franklin?

  • 61

    Navegar siempre en la noche recorriendo la Va Lctea,seor de sombras y de msica,de rompecabezas y mquinas.

    Despus anclar en una estrella de la constelacin de Tauroy cuando miremos al cieloen las noches clarasveremos brillar las lucesdel Santa Eulalia.

  • 62

    hospital militar

    Dios, qu mano tan fra!dijo el soldado herido.

    En la silla de ruedas su figurasera un rbol jovencon las ramas cortadas.

    Porque all no haba mano,slo unos ojos hondos, muy hondos, que parecanpreguntarle algo a Dios.

  • 63

    poema con chachafruto

    Estos cielos azulesy este sol de la infancia. (Antonio Machado)

    Un sabor de la infanciaUn jardn y el color de un geranio. Un rostro de mujer (era bella mi madre)

    Ms all de la niebla la ciudad increblese aferra a la montaa.

    Todo est aqu, en este fruto verdey brillante.Todo estaba guardado, intacto

    Entonces,a qu vienenestas traviesas lgrimas?

  • 64

    despedida

    He comenzadoa despedirme.

    Es una larga,lenta y luminosa despedida,como la del sol sobre el mar.

  • 65

    la mujer de las islas

    Tema de D. H. Lawrence

    En la creciente oscuridad camina sola.Enfrenta olvidos, rostros sin nombre,miedo, cansancio.

    A veces un color, un sonidole recuerdan la vida.

    El viento se lleva las hojas, el mar golpea sobre los acantilados desiertos.

    El ruido de las olas acompasael tic tac del reloj que no quiere marcar todavala nica hora que espera

  • 66

    los mayas

    (Museo Antropolgico de Mxico)

    Huesos, piedras, colores.Los gigantes dormidos aguardan.Existenms all de la forma,cercanos, distantes, eternos.

    Son guardianesdel tiempo y la sombra,el silencio los protege y abarca.

    Seores del fuego, sus mscaras,plata, jade, marfil, obsidiana,refulgen y callan.

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    retratos de federico

    La sonrisa de Federicojunto a la fuente de Cibelesse burla de los dos leones,(tan serios).

    La sombra de Federicose proyecta sobre la arenaen Cadaqus, junto a Dal(tan loco)

    La mano de Federicojuega con el agua en un estanque de la Alhambra. (Haba sol en Granada esa tarde).

    Los ojos de Federicomiran serios, sonrientes,tristes, hondos

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    frida cumple cien aos

    En la Casa Azul de Coyoacn,estn los zapatos gigantescosde Diego Riveray montones de faldas, collares,cintas, los terribles corss metlicosy Fridas, muchas Fridas,que no necesitan los piespara bailar en el aire.Esta noche hay fiesta en la Casa Azul.En otra casa de una calle cercana,una sombra delgada, se asoma a la ventana.Es alguien que cuando estaba vivoconmova las montaas.Se llamaba Len Trotzkyy dicen que la amaba

    Frida, feliz cumpleaos!

    6 de julio 200

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    los desplazados

    Llegaron cantando y sembraronen el cemento rido.Celebraron los ritos del amory del respeto a las semillas.

    A cada una de las parcelas que inventaronle pusieron el nombreque dejaron atrs, en el campo.

    Ahora fue as.Y maana,cuando sepan que no los vieron,que no los escucharon,que los olvidaron?

    Maana.

    Bogot, Plaza de Bolvar, 2 de julio de 200

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    maruja vieira

    Naci en Manizales en 1922. Es Acadmica de la Lengua, Numeraria en Colombia y Correspondiente en Espaa. Ha publicado los siguientes libros de poesa: Campanario de Lluvia (1947), Los Poemas de enero (1951), Poesa (1951), Palabras de la ausencia (1953), Clave mnima (1965), Mis propias palabras (1986), Tiempo de vivir (1992), Sombra del amor (1998), Los nombres de la ausencia (2006). Periodista cultural, ha colaborado en medios escritos y de televisin y radio de Colombia y Venezuela. Profesora universitaria en las Facultades de Comunicacin Social de las Universidades Central y de la Sabana. Ejerci las Relaciones Pblicas en el Servicio Nacional de Aprendizaje y el Instituto Colombiano de Cultura.Ha recibido reconocimientos de los Ministerios de Educacin y Cultura, la Gobernacin de Caldas y las Alcaldas de Bogot, D. C. y de Manizales y del Concejo Distrital de Bogot. Le fue concedida la Orden Gabriela Mistral de Chile y recibi en el ao 2004 el Premio de Arte y Cultura de la Fundacin Mujeres de xito. Reside actualmente en Bogot. Correo electrnico: [email protected]

  • contenido

    campanario de lluvia (1947): Sueo del mar [7],Yo te amo [8], La flor del silencio [9],

    La tarde lenta [10], Ms que nunca [11].los poemas de enero (1951): Como el partir

    de un barco [12], Memoria del padre [14], Por la calle del pueblo [17], El arpa [19],

    Letras de arena [20], Siempre [21].poesa (1951): Memoria del abuelo ingls [22], Tiempo definido

    [23], Esta tarde [25], El poema de las hermanas [26].palabras de la ausencia (1953): Todo lo que era mo [28], Calendario incompleto [29], Carta de Venezuela [31], Tus cartas

    [32], Ciudad remanso [33].clave mnima (1965): Clave mnima [34], Cancin de Puerto

    Cabello [35], Boris el inmigrante [36], Dulce amiga lejana [37], Paz [38].

    mis propias palabras (1986): Direccin desconocida [39], Amiga inoportuna [40],

    Cansancio [41], Siempre cabe uno mas [42],Nia de las canciones [43], As dijo el maestro [44].

    tiempo de vivir (1992): Otoo futuro en Alemania [45], Sueo de otros caminos [46], Leyenda [47], Ex Libris [48].

    sombra del amor (1998): Todava [49], Cuando cierro los ojos [50], Cuando pase el tiempo [51],

    El jardn de la muerte [52], Umbral [53].los nombres de la ausencia (2006):

    lvaro Sanclemente [54], Eduardo Cote Lamus [56], Carolina Crdenas [57], Csar Uribe Piedrahita [58],

    Enrique Uribe White [60].poesa indita: Hospital Militar [62], Poema con chachafruto [63], Despedida [64], La mujer de las islas [65], Los Mayas [66],

    Retratos de Federico [67], Frida cumplecien aos [68], Los desplazados [69].

  • coleccin un libro por centavos 1. Postal de viaje, Luz Mary Giraldo 2. Puerto calcinado, Andrea Cote 3. Antologa personal, Fernando Charry Lara 4. Amantes y Si maana despierto, Jorge Gaitn Durn 5. Los poemas de la ofensa, Jaime Jaramillo Escobar 6. Antologa, Mara Mercedes Carranza 7. Morada al sur, Aurelio Arturo 8. Ciudadano de la noche, Juan Manuel Roca 9. Antologa, Eduardo Cote Lamus 10. Orillas como mares, Martha L. Canfield 11. Antologa potica, Jos Asuncin Silva 12. El presente recordado, lvaro Rodrguez Torres 13. Antologa, Len de Greiff 14. Baladas - Pequea Antologa, Mario Rivero 15. Antologa, Jorge Isaacs 16. Antologa, Hctor Rojas Herazo 17. Palabras escuchadas en un caf de barrio, Rafael del Castillo 18. Las cenizas del da, David Bonells Rovira 19. Botella papel, Ramn Cote Baraibar 20. Nadie en casa, Piedad Bonnett 21. lbum de los adioses, Federico Daz-Granados 22. Antologa potica, Luis Vidales 23. Luz en lo alto, Juan Felipe Robledo 24. El ojo de Circe. Poemas escogidos 15-2005, Luca Estrada 25. Libreta de apuntes, Gustavo Adolfo Garcs 26. Santa Librada College and other poems, Jotamario Arbelez 27. Pas intimo. Seleccin, Hernn Vargascarreo 28. Una sonrisa en la oscuridad, William Ospina 29. Poesa en s misma, Lauren Mendinueta 30. Alguien pasa. Antologa, Meira Delmar 31. Los ausentes y otros poemas. Antologa, Eugenio Montejo 32. Signos y espejismos, Renata Durn 33. Aqu estuve y no fue un sueo, John Jairo Junieles 34. Un jardn para Milena. Antologa mnima, Omar Ortiz 35. Al pie de la letra. Antologa, John Galn Casanova 36. Todo lo que era mo. Antologa potica 14-200, Maruja Vieira

  • Editado porel Departamento de Publicaciones

    de la Universidad Externado de Colombiaen mayo de 2008

    Se compuso en caracteresSabon de 10,5 puntos

    y se imprimisobre papel peridico de 48,8 gramos,

    con un tiraje de12.500 ejemplares.Bogot, Colombia

    Post tenebras spero lucem