martirios de blandina, perpetua y felicidad

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11. Martirios de Blandina, Perpetua y Felicidad: acompañamiento hasta el fin RIV AS, Fernando: Desterradas hijas de Eva. Protagonismo y marginacion de la mujer en el cristianismo primitivo, Teología Comillas, San Pablo - Universidad Pontificia Comillas Madrid , , 2008.262 pp. . . Hasta ahora hemos visto a la mujer en diferentes contextos geo- gráficos (Asia Menor y norte de África latina) y temporales (siglo II y lII). En este capítulo llevaremos a cabo un estudio compara- tivo de varias mujeres centrado en la categoría «acompañamiento», lo que nos permitirá poner en relación el norte de África latina, que ya hemos visto en el capítulo anterior, con la Galia (Lyon, en concreto). Y lo vamos a hacer sobre las figuras de tres mártires: Perpetua, Felicidad y Blandina, estas dos últimas esclavas, lo que nos abrirá las púertas a esta situación tan común en el mundo de las mujeres cristianas de este período, la esclavitud, acercándonos a uno de los pocos casos en los que han conseguido salir de su condición habitual, el anonimato. . 1. Martirio como acompañamiento hasta el fin Hay dos acepciones de la palabra «acompañamiento» que nos van a ser especialmente útiles en nuestro caso: «Estar o ir en compa- ñía de otro u otros» y «participar de los sentimientos de otro»l. Dentro del cristianismo hay un tipo especial de acompañamiento que conocemos como martirio, entendido como seguimiento hasta el fin, a imitación de jesucristo, que lleva consigo la entrega 1 REAL ACADEMIA ESPAÑOLA, Diccionario de la lengua española 1, Espasa Calpe, Madrid 1992 21 , v.Acompañar, p. 29, acepciones 1 y 5.

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Page 1: Martirios de Blandina, Perpetua y Felicidad

11.Martirios de Blandina, Perpetua y

Felicidad: acompañamiento hasta el fin

RIV AS, Fernando: Desterradas hijas de Eva. Protagonismo ymarginacion de la mujer en el cristianismo primitivo, TeologíaComillas, San Pablo - Universidad Pontificia Comillas Madrid, ,2008.262 pp.

. .

Hasta ahora hemos visto a la mujer en diferentes contextos geo-gráficos (Asia Menor y norte de África latina) y temporales (sigloII y lII). En este capítulo llevaremos a cabo un estudio compara-tivo de varias mujeres centrado en la categoría «acompañamiento»,lo que nos permitirá poner en relación el norte de África latina,que ya hemos visto en el capítulo anterior, con la Galia (Lyon, enconcreto). Y lo vamos a hacer sobre las figuras de tres mártires:Perpetua, Felicidad y Blandina, estas dos últimas esclavas, lo quenos abrirá las púertas a esta situación tan común en el mundo delas mujeres cristianas de este período, la esclavitud, acercándonosa uno de los pocos casos en los que han conseguido salir de sucondición habitual, el anonimato. .

1. Martirio como acompañamiento hasta el fin

Hay dos acepciones de la palabra «acompañamiento» que nos vana ser especialmente útiles en nuestro caso: «Estar o ir en compa-ñía de otro u otros» y «participar de los sentimientos de otro»l.Dentro del cristianismo hay un tipo especial de acompañamientoque conocemos como martirio, entendido como seguimientohasta el fin, a imitación de jesucristo, que lleva consigo la entrega

1 REAL ACADEMIA ESPAÑOLA, Diccionario de la lengua española 1, Espasa Calpe,Madrid 199221, v.Acompañar, p. 29, acepciones 1y 5.

Page 2: Martirios de Blandina, Perpetua y Felicidad

I 06 ~ Ocstcrr adas hijds de [Vil

~ Fernando Rivas Rl'b:tque

Martirios de 8/andina, Perpetua y. Fe/icidad:~ 107. : acompañamiento hasta el fin=-

de la propia vida como testimonio de fe. En la historia antiguade la Iglesia esta entrega era considerada como signo palpable y

lo evidente de este acompañamiento y suponía una especial comu-nión de destino con Dios-, donde en principio no hay diferenciaentre hombres y mujeres, pues ambos podían llevado a caboplenamente, convirtiéndose, de hecho, en uno de los espaciosevangélicos de igualdad auténtica y radical.

Para el estudio de este acompañamiento hasta el fin voy acentrarme en dos relatos de martirio de la parte occidental del1mpcrio romano, con un gran parecido estructural y muy cercanosen el tiempo: uno, a fines del s. II (177), en forma de carta, des-cribe el martirio de algunos cristianos de Lyón y Vienne (en lasGalias), entre los que resalta la esclava Blandina (a partir de ahoralo denominaremos como MLV, «mártires de Lyon y Vienne»)"; elotro documento, a inicios del s. III (c. 202), es un acta de martirioescri ta en buena parte por una de las protagonistas, Perpetua,donde se describen diferentes comportamientos y visiones deciertos personajes cristianos, así como los martirios de algunoscristianar de la comunidad de Tuturba, no lejosde Cartago: entreellos destacan Perpetua y Felicidad; de aquí el nombre con el quelo conocemos, Pasión de Perpetua y Felicidad (citado desde estemomento como PPF)4.

El ambiente dentro del que se mueven ambos relatos es muysemejante: exteriormente reflejan una atmósfera de persecucióngeneralizada del cristianismo, considerado como un movimientocontrario al Imperio romano; interiormente vemos unas tomuni-

dades cristianas con un alto compromiso con respecto a las creen-cias compartidas, una solidaridad muy fuerte entre sus miembrosy una capacidad de resistencia ante las presiones del medioambiente fuera de lo común'. Ambos fenómenos se encuentraníntimamente relacionados, de tal manera que la presión exteriorrefuerza la unión interna, al tiempo que la oposición de los cris-tianos a dejarse integrar en la cultura ambiental se convierte enun factor clave de identidad y en un catalizador del rechazo de

los de «fuera».Los protagonistas son en ambos relatos mujeres (aunque tam-

bién encontramos varones), y vienen a ser un espléndido testimo-nio del acompañamiento dentro del ámbitolcristiano, en concreto,aquel que llegaba hasta el fin (martirio), mostrándonos ademásen este caso el poder de 10 débil o cómo la mujer podía llegar aconvertirse en modelo «heroico» de la nueva religiónéristiana.

En los dos textos aparecen dos esclavas (Blandina y Felicidad),así como dos amas (la de Blandina, cuyo nombre no nos revela elescrito, y Perpetua), con un protagonismo diferenciado: en MLVes la esclava Blandina la que está colocada en el centro de la aten-ción del lector, al contrario del ama, que queda absolutamentedifuminada en el relato; en el caso de PPF hay un protag~nismoalgo más compartido entre la esclava y la matrona, aunque es estaúltima la que tiene una mayor relevancia en el relato, resaltadoincluso por el hecho de haber sido escrito en gran parte por su

propia mano.

2 CfW. Rounon r, Martirio, en A. DI BERARDlNO (dir.), Diccionario patristico y dela Antigüedad cristiana Il, Sígueme, Salarnanca 1992, 376s.

3 EUSEHIO DE: CESAnE:A, Hisr. Ecci. V, 1,3-63 (sigo la edición bilingüe de A.Vclasco, en BAC, Madrid 1997).

4 P,lra el texto latino he utilizado Passion de Pcrpctuc et de Félicité suivi de.' /lete.',CcrC Prns 1996 (Sources Chréticnnes 447: edición crítica del texto latino, traducciónfrancesa y notas a cargo de]. AMAT), la traducción castellana la he tomado de Aaas delos mártires, BAC, Madrid 1968,419-440 (a cargo de D. RUIZ BUENO).

-'-'-5 En e-s~~proceso no hay que excluir un cierto nivel de autoestigmatización conque el grupo minoritario marginado relee su historia de persecució~ desde una clavepositiva, como podemos leer en el siguiente fragmento: «Con ello Vl!10 a cumplirse lodicho por nuestro Señor: "Tiempo vendrá en que todo el que os mate, crea que hace unservicio u ofrenda a Dios" (Jn 16,2)", donde la cita de Juan tiene el papel de refrendoteológico de los sufrimientos presentes. Cf C. GIL AnBIOL, Los .valores negado:. Ensayode exégesis socio-científica 'sobre la autoestigmatización en' el movImIento d~}esus, Verbo

Divino, Estclla 2002.

Page 3: Martirios de Blandina, Perpetua y Felicidad

. I 08 ~ Desterrndns hijas de Eva~ Fernando Rivas Rebaquc

: Martirios de Blandina, Perpetua y Felicidad: ~ 109. :acompañamiento hasta el fin ~

2. Breve presentación de ambos relatos vincias galas: 'ARuitania, Lugdunense y Bélgica". Con posterio-ridad, tras la detención y tortura de algunos esclavos de familiascristianas, se dio una denuncia por participación de los cristianosen banquetes de Tiestes, uniones edípicas y otros horrendos crí-menes.Io que explica en cierto sentido el sadismo de algunas delas penas, así como el hecho de que la persecución se ampliara aotros lugares y que se contraviniera la legislación imperial de esteperíodo al respecto, como es el rescripto deTrajano: «Los cristia-nos no deben ser buscados-".

La causa de la detención de los mártires de Tuturba (PPF), encambio, es debida a un nuevo edicto del reciente emperador Septí-mio Severo, que ordenaba dejar en paz a los que ya eran cristianos,pero perseguía en cambio a los que se estaban formando (catecúme-nos y catequistas). Por eso todos los mártires africanos se encuen-tran en estas dos categorías. La presión social no es tan fuerte comoen MLV, sino que son encarcelados por un seguimiento rutinariode la ley: a la confesión de fe le sigue la condena a muerte.

Dentro de este ambiente de persecución generalizada contra elcristianismo hay ciertas peculiaridades que diferencian ambosrexros como son el género literario utilizado, la causa por' la quefueron detenidos los mártires cristianos, la composición de lascomunidades cristianas y el papel que desempeñan las protago-nistas femeninas en cada una de las obras.

El relato de MLV se nos ha conservado en forma de cartatransmitida casi íntegramente por Eusebio de Cesarea, una cartaque escriben las comunidades de Lyon y Vienne a las de AsiaMenor y Frigia (así como al obispo d~ Roma), cuyo cuerpo locompone una especie de acta sumaria de martirio, centrada en ladescripción de los castigos, con algunas referencias al comporta-miento de los mártires. Por el contrario, en PPF nos encontramosante una ampliación de este acta con una serie de visiones quetienen Perpetua y Saturo, y una descripción más personal de lasdiferentes situaciones por las que atraviesan los mártires, centrán-dose sobre todo en la autora de gran parte del escrito, Perpetua,

, hasta el punto de que podemos hablar casi de una «agenda perso-nal», y que ha sido definida literariamente.como pasión.

En MLV son detenidos 'cristianos de Lyon y Vienne a causadel furor popular producido con motivo de una festividad que secelebraba en la importante ciudad de Lyon" todos los primeros deagosto en honor del emperador", furor que ya tenía sus anteceden-tes, pero que pudo haberse agudizado por el hecho de no habersesumado los cristianos a este acontecimiento multitudinario dondese reunía una gran cantidad de personas procedentes de tres pro-

8 En esta festividad se votaban las' diferentes contribuciones para el culto y senombraba al sumo sacerdote de la provincia, habitualmente de entre la nobleza local,el cual ejercía este cargo por un año, teniendo entre sus principales obligaciones lapresidencia de las asambleas provinciales y la celebración del culto al emperador, queconsistía fundamentalmente en sacrificios y juegos. Cf D. FISHWICK, Tbe Federal Cuitof tbree Gauls, en Les martyrs de Lyon ... , 33-45 .•

9 Estas son las típicas denuncias de inmoralidad con que son acusados loscristianos de este período: cf las afirmaciones de Frontón, maestro del emperadorMarco Aurelio: "En el día fijado se reúnen, para el banquete con todos sus hijos, sushermanas, sus madres; se juntan así gentes de todos los sexos y edades. Alli, tras uncopioso banquete, cuando el festín ha adquirido ya un cierto calor y el ardor de lapasión incesruosa ha inflamado a los comensales ya borrachos, se azuza a un perro, quetienen atado al candelabro, para que salte y se lance a por un trozo de carne que le hasido lanzado más allá del círculo al que está atado; una vez que de esta forma ha caídoy se ha apagado la luz que hasta ahora servía de testigo, protegidos por el impudor dela oscuridad, mezclan los lazos de su repugnante pasión dejándose llevar por el azar dela suerte, De esta forma se convierten todos en incestuosos, si no de hecho, si al menospor complicidad, ya que con el acuerdo de todos se llega a aquello que pueda s~~ederen cada uno de los actos individuales» (MINUCIO FÉLIX, Octavius IX, 10).También, enla misma obra, IX, 5ss. . •

10 Cf EUSEBlO DE CESAREA, Hist. Eccl. lIT, 33,2 (con amplia bibliografía en laIlota de la edición de A. Velasco), ' ,

6 Cf la riquísima voz de 11. LECRERCQ, V. Lvon, en Diaionnairc d'/lrcbéologiccbra icnnc ct de LitU/gic, XII, Lerouzey ct Ané, Pans 1931, cols.1-402,

'. 7 lb, cols. 23-39, dedicado a los restos arqueológicos del culto al emperador en la.l:iudad de Lyon. Además, J\IJ. LE GLAY, Le m/le imperial á Lvon, au 11' siecle flp.J.-G., enCNRS, Les mr¡rtyn de' Lvon (177), Ed. CNRS, París 1978,19-31 (citado desde ahoraC()11l () L, ...r /IlflrtyrJ de Lvon).

......• - -

Page 4: Martirios de Blandina, Perpetua y Felicidad

I I o ~ Desterradas hijas de Eva~ Fernando Rivas Rebaque

Martirios de 8Jandina, Perpetua y Felicidad:§ II Iacompañamiento hasta el fin~

En MLV nos encontramos ante una comunidad reciente, muyminoritaria, con un carácter mestizo (cristianos procedentes deAsia Menor, posiblemente fundadores de la comunidad,junto concristianos de origen galo, entre los cuales hay algunos miembrosdel estamento superior) \1, una comunidad que cuestiona con sucomportamiento uno de los pilares fundamentales de cohesiónsocial de este tiempo como es el culto al emperador, por lo queson considerados socialmente como un grupo disidente. No habríaque excluir, asimismo, las repercusiones económicas que tendríaesta crítica al culto al emperador, sobre todo de aquellos gremiosmás afectados". Sociológicamente estaríamos muy cerca de lo queseria una secta religiosa 11.

Por el contrario, la comunidad que aparece en PPF es unacomunidad compuesta exclusivamente por personas de origenafricano, dc un alto nivel social en algún caso, que no planteaningún problema social, sino más bien doméstico (división en elinterior de las familias), y cuya persecución es más bien de carácterrutinario: a raíz del cumplimiento de una nueva legislación impe-rial. Socio]ógicamente sc encontraría en una situación intermediaentre la secta y la iglesia, aunque más cercana a esta última".

En la carta de MLV la esclava Blandina ocupa un papel prota-gonista, en paralelo al de ciertos mártires varones (Maturo Santo, , ,Atalo, Alejandro y Póntico), a los cuales sobrepasa, sin embargo,

'" en fortaleza y capacidad de aguante, de aquí el lugar fi?ial queocupa narrativamente, para marcar su importancia. Su; dueña,que también es cristiana y mártir, sólo aparece en la primera

descripción de Blandina 15, para desaparecer posteriormente enel desarrollo del relato. El interrogante que mantiene el interés yla tensión de todo el relato es: ¿podrá una. mujer esclava y débil(el propio nombre de «Blandina- viene a contribuir a esta visión)seguir a Cristo soportando los tormentos tan terribles que le vana ser infligidos? Esta fortaleza de lo débil está especialmenteexpresada en el relato por el castigo final que sufren B1andina yun joven de quince años, Póntico, al que Blandina da ánimos". Laclave de lectura del personaje femenino es su plena identificacióncon Cristo, que le permite sobrellevar todos los sufrimientos ydificultades sin caer en la desesperación.

PPF, por el contrario, tiene dos personajes femeninos centra-les: Perpetua, noble joven casada, con un hijo de pocos meses, yFelicidad, esclava embarazada de ocho meses que dará a ll\z enla prisión (a ellos habría que añadir el catequista Saturo). Ambassufrirán un mismo castigo y mostrarán en este tormento la íntimasolidaridad que las une. El interrogante que mantiene el interésde la obra es muy parecido al de Blandina, pero algo más dife-renciado: ¿podrán estas dos mujeres, dada su maternidad, seguir aCristo soportando las diferentes presiones a que se ven sometidas,algo especialmente doloroso en el caso de Perpetua, por la relaciónprivilegiada que mantiene con su padre? La clave de lectura deambos personajes vuelve a seda identificación con Cristo que lespermite mantener su fidelidad en: medio de numerosas pruebas.

3. Semejanzas entre ambos relatos11 Cf C. THOMAS, La condu ion sociale de l'Égfisf de Lyon en 177, en Les martyrs de

Lyon ... , 93-117 (especialmente la referencia a Blandina, pp. 995).. 12 Cf L CRACCO RUGGINI, Les structures de la societe et de l'dconomie lyonaissc au

J/' sicde, par rappor¡ TÍ fa poliiiq,« lorale el impcriale, en Les martyrs de Lyon. ... C,5-92(espléndido y sugerente capitulo). .

1:l S:~fF RIVAS REBAQlJE, Modelos edcsialcs en [a Historia de la Iglesia Antigua (ss.¡-IV). XX Siglos 51 (2002) C,5-89.

14 [, lo Cjuc hemos llamado «cclcsiola» en el articulo F RIVAS REBAQUE, Modeloseclcsialcs ..

El martirio como expresión palpable y definitiva del acompa-ñamiento fiel hasta el fin en el compromiso por Cristo ante lasduras presiones a las que van a estar sometidas las mujeres es el

15 Cf EUSEBJO DE CESAREA, Hist. Eccl. V,I,18.16 lb,53.

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Page 5: Martirios de Blandina, Perpetua y Felicidad

I I 2 ~ Desterrildas hijas de Eva~ Fernando Rivas Rebaque

Martirios de BJandina, Perpetua y Felicidad: ~ I 13: acompañamiento' hasta el fin §

••

elemento central común que explica el desarrollo argumentalde ambos relatos de martirio. Este acompañamiento tiene tantouna expresión comunitaria (confesión pública de.la fe) como unaexpresión individual (confesión personal de la fe). Es un acom-pañamiento que se vive además como comunión de destino (devida y de muerte), pues la entrega hasta el fin viene a corroborarel sentido y profundidad de este seguimiento.

En el caso de Blandina la primera muestra de este acompa-ñamicnto es la confesión pública de su fe en compañía de otrosmiembros de la comunidad, frente a la intensa oposición de laopinión pública y en medio de una serie de fortísimas medidas depresión contrarias a los confesores:

la valentía de la mayoría de los mártires, [rente a la cobardía delos apóstatas'?:

«A partir de aquí, los demás se dividen: aparecen claramentelos preparados para dar testimonio, los que con todo su ardorcompletaban la confesión del martirio; mas también se manifestaronlos que no estaban dispuestos, faltos de ejercicio y hasta débiles,incapaces de aguantar la tensión de un gran combate. De ellosabortaron unos diez/", Grande fue la aflicción e inmenso el dolor que

nos causaron y grave el quebranto propinado al entusiasmo de losotros que no habían sido arrestados con ellos y que, a pesar de estarpadeciendo toda clase de horrores, con todo, asistían a los mártires"y no los abandonaban-P.

«En primer lugar soportaron generosamente los asaltos masivos detoda la plebe: insultos, golpes, zarandeas, rapiñas, apedreo, desfilesentre apreturas y todo cuanto suele gustar a una plebe enfurecidacontra gente, que considera odiosas y enemigas". Y después de serconducidos a la plaza pública y de ser juzgados por el tribuna y porlos magistrados de la ciudad en presencia de toda la muchedumbre,fuefon encerrados en la cárcel hasta la llegada del gobernadof»IR.

I

Es entonces cuando aparece la confesión individual de Blan-dina, que se contrapone a las acusaciones contra los cristianosrealizadas por algunos esclavos bajo tormento. Ahora, tambiénbajo tormento, otra esclava confiesa no sólo su fe, sino la auténticarealidad de los cristianos. La peculiaridad del relato consiste encómo contrapone la aparente debilidad de Blandina frente a larealidad de su firmeza y fidelidad. De esta manera Blandinapasaasí a convertirse en el prototipo de la nueva «heroína» cristiana,aquella que muestra la fortaleza de su acompañamiento en mediode la debilidad: .' .

Dado el contexto en el que se desarrolla esta confesión públicade la fe la cohesión intragrupal propia de la secta queda en buenamedida diluida por las presiones exteriores, lo que da lugar a unespacio de libertad individual que posibilita incluso las deser-ciones, como leemos en otro fragmento que encontramos conposterioridad, cuya finalidad es resaltar que la opción de man-tenerse en la fe es una opción plenamente libre)' personal, y nocondicionada por la presión del intragrupo, al tiempo que destaca

19 La cuestión de los «apostaras (lapsi)» va a ser uno de los temas estrellas del s.III, por las diferentes' posturas que se van: a tomar ante ellos, desde la exclusión totalde la comunidad de por vida hasta la aceptación, con ciertas condiciones, cf Sobre losapostatas, en SAN CIPRIANO, Obras, BAC, Madrid 1964.

20 En contraposición a Blandina,que es considerada posteriormente como«madre».

21 Esta preocupación por los encarcelados a causa de la defensa de la fe va a seruna de las características del cristianismo primitivo, como resaltan incluso por estemismo tiempo autores paganos como LVÓANO DE SAMOSATA,La muerte de Peregrino,12-13. /

22 EUSEBIO DE CESAREA, Hist. Ecci. 1,11.

17 La comparación entre la plebe y una mujer fuera de control es uno de los topo]habituales de la Antigüedad greco-romana. En el fondo subyace el esquema: el varóndebe ser .\ la mujer, como la autoridad (el estamento superior) a la plebe. Cuando faltael varón" ¡",lita la autoridad se da el caos y el desconrrol.

18 EüSEBJO DE CESAREA, Hist. Eal. V,1,7-8.

Page 6: Martirios de Blandina, Perpetua y Felicidad

VI

1 14 ~ Oe,¡elrada5 hilas de ¡:va~ Fernando RivasRebaque

.Martirios de 8landina, Perpetua y Felicidad:§ 1 15acompañamiento hasta el fin~

"Toda la íur iu de la muchedumbre, clel gobernador y de los soldados

se abatió desbordada sobre [Santos, Maruro, Áralo] y sobre Blandina,

por medio de la cual Cristo demostró que lo que entre los hombres

aparece vulgar, deforme y fácilmente despreciable, por parte de

Dios se considera digno de gran gloria, a causa del amor hacia Él,

amor que se muestra en la fuerza y que no se jacta de la apariencia".

Efectivamente, mientras todos nosotros estábamos temerosos ysu misma dueña carnal:" -también ella uno de nuestros mártires

combatientes- temíamos que por la debilidad (asthenés) de su cuerpo

no tuviese fuerzas para proclamar libremente su confesión, Blandina

se vio llena de una fuerza" tan grande que extenuaba y agotaba a

los que, por turno y de todas las maneras, la iban torturando desde

el amanecer hasta el ocaso; ellos mismos confesaban que estaban

vencidos, sin poder hacer ya nada con ella, y se admiraban decómo

podía mantenerse con aliento estando todo su cuerpo desgarrado yabierto y atestiguaban que una sola especie de suplicio, bastaba para

quitar la vida, sin necesidad de tantos ni de tan terribles. Mas la

bienaventurada, como noble atleta", rejuvenecía en la confesión de

su fe y era su alivio, descanso y ausencia de dolor en medio de los

acontecimientos el decir: "S6y cristiana y nada malo" se hace entre

nosotros"»~R.

Más adelante, repitiendo el mismo topos paulino del poder delo débil, así como la temática de la inmortalidad por la comuniónde destino con Cristo, el relato vuelve a resaltar esta debilidadaparente:

«Al no tocada ninguna fiera, la bajaron del madero y de nuevo se la

llevaron a la cárcel, guardándola para otro combate; así, tras vencer

aún en más lides, de una parte haría implacable la condena de la

serpiente tortuosa, y de otra animaría a sus hermanos; ella, pequeña,

. débil [astbenés] y despreciada, pero revestida" del grande. e invencible

atleta Cristo, venció en singulares combates al adversario y por el

combate se ceñiría la corona de la incorruptibilidadv".

'·--'-23' Todo este fragmento tiene una íntima conexión con ICor 1,25-30 (a pesar deque de los.términos que se cll;plcan en MLV sólo aparece en común debilidad, astbené).donde aparece la contraposición entre tina apariencia de locura, debilidad y falta denobleza, y una realidad que muestra justo lo contrario, así como un jactarse sólo en elSeñor, que es el que da Ia.auréntica fortaleza.

24 Cf Ef 6,5 YCol 3,22 (referido a dueños). .25 Es la típica asociación del Nuevo Testamento entre debilidad y cuerpo: Mt

26,41; Me 14,38; Rom 6,19 ..., así como la asociación de "fuerza» con e! Espíritu/Dios:cf Mr 22,29; Me 9,1; 12,24... : . .

26 El empleo paulino de! topos gimnástico para referirse a los esfuerzol para man-tenerse en el camino cristiano se desarrolla ampliamente en el caso de los martires, a losque se adjudica todo lo relativo a este ámbito: son descritos como atletas, su martirioes considerado como una victoria sobre Satanás (adversario por excelencia), y por esoreciben ·la corona de gloria, y así lo vemos en un fragmento de la carta de los mártiresde Lyonr-Después de esto, los martirios con que los santos salieron de este mundo sedividieron en muchas variadas formas. Y es que la corona que habían de ofrendar alPadre, si bien una en sí, estaba formada de diversos colores y variedades de flores. Y asu vez, era preciso que los generosos atletas, tras la variedad de sus combates [agóna}y alcanz.rd.i la brillante victoria, recibieran la gran corona de la inmortalidad». Lainmortalidad, que hasta ahora era [ruro del bautismo y la eucaristía, pasa a ser tambiéndel martirio, en cuanto "bautismo de sangre» y entrega eucarística de la propia vida.

El acompañamiento adquiere su pleno sentido para Blandinaen cuanto comunión de vida con Jesucristo, al que imita inclusovisiblemente en su tormento, convirtiéndose de este modo enexemplum para todos de que esta participación en el sufrimiento(y muerte) lleva consigo asimismo la participación en su vidagloriosa, transformándose así Blandina en un alter Cbristus:

Posteriormente, en el siglo IV, todo este ienguaje se trasvasará al monacato, consideradocomo un martirio incruento. , . •

27 A la confesión clásica de las actas de mártires: «Soy cristiana», se suma eneste caso la declaración &1 estilo de vida! cristiano, pues Blandina dice: «Nada malo(phaü/on) se hace entre nosotros», concepto que en el Nuevo Testamento tiene un clarocomponente ético y práxico, contrapuesto: al bien [agatbon): cf Raro 9,11; 2Cor 5,10;Jn 3,20; 5,29 ...

28 EUSEBIO DE CESAREA, Hist. Eccl. V, 1,17-19.29 Cf Rom 13,14 y Gál 3,27: el vestirse de Cristo supone adquirir sus mismas

cualidades. ..30 Cf EUSEBIO DE CESAREA, HiJi Ea! V, 1,42.

Page 7: Martirios de Blandina, Perpetua y Felicidad

I 16 ~ Oeslerradas hijas eJeEva~ Fernando Rivas Rebdque

«[Marririo de Maruro y Santos]. A Blandina, en cambio, la colgaron

de un madero" y quedó expuesta para pasto de las fieras, que searrojaban sobre ella. Con sólo verla colgando en forma de cruz.")' COIl su oración continua", infundía muchos ánimos a los otroscombatientes, que en este combate veían con sus ojos corporales,a través de su hermana", al que por ellos mismos había sidocrucificado. Y así ella persuadía a los que creen en Él que todo elque padece por la gloria de Cristo, entra en comunión perpetua"

con el Dios vivo»:".

Hay incluso una escena donde esta .fidelidad tiene un modelobíblico previo, el martirio de los siete hermanos y su madre dellibro de los Macabeos (2Mac 7). Con esto queda así explicadopor qué Blandina se transforma en «noble madre» a pesar de notener hijos:

:11 Esta expresión, tomada del Nuevo Testamento, intenta explicar la muerte en,TU? de jeslleristl> (G:í11,l.3; lle 5,30; 10,3Y), procede a su vez de Dt 21,23, Y pasó atorm.u parte de los enunciados "ristoló¡;icos m.is primitivos. Aquí es empleada p"ares.iltar el gran parecido entre la muerte de Cristo (<<colgado de un madero»), y lamuerte dcBlandinn (también «colgacJ:¡ de un madero").

:12 «[Este] suplicio, cuya ideaprocedía .. , de Cartag<l, fue aplicado principalmentea los extranjeros que desertaban del ejército romanorEra, pues, el suplicio infamante1'''1' excelencia .. , ;\ veces el mndenado era atado :1 lo, ángulos superiores del pat;/!,,/um,compuesto de dos estacas sobre las que reposaba una barra transversal" (R. AUGUF:T,Cme/dlldy ciuilizacián: losjuego.\ romanos, Orbis, Barcelona 1985, 815), Post~riorI1lenreFue utilizado también, como vemos, con los cristianos. Hay, además, una cierta' referencia:\ Flp 2,7-8: «En forma de cruz".

:n No es sólo la expresión exterior de Blandina la que la asemeja a Cristo, sino Silacritud interior de ferviente oración por los demás la que la convierte, por lsu estrechaconexión con el Crucificado, en un alta Cbristus.

34 Típico de los primeros cristianos es la utilización de este lenguaje familiar parareferirse a los miembros de la comunidad, que queda así conformada como una familiaextendida. En este caso es más llamativa la inclusión, por tratarse de una esclava, lo que

••• confirma lo que ya decía Pablo en G:il 3,28: cn Cristo va no hay ni esclavo ni libre.35 Esta comunión de destino entre el mártir y Cristo va ser una de las claves

fulll1alllentalcs para comprender la acritud de los mártires, al establecerse la siguicllteecuación: el que muere como Cristo vivirá en su gloria corno El, pero mientras lamuerte es algo momcntúneo, la glori;) y 1:1 vida en Dios serán eternas, de aquí que esténdispuestos/as :1 los mayores sacrificios.

36 [USElllO DE CESI\REA, Hui. Ea!' V, 1,41.

Martirios de Blandina, Perpetua y Felicidad: ~ I 17acompañamiento hasta el fin ª

"y la bienaventurada Blandina, la última de todos, como noblernadre " que ha infundido ánimos a sus hijos y los ha enviadodelante, victoriosos, a su rey, después de hacer también ella elrecorrido de todos los combates de sus hijos, volaba hacia ellosalegre y exultanre'" ante la partida, como si estuviera convidada a unbanquete de bodas", y no arrojada a las fieras»:",

También en PPF hay diversos episodios en los que se muestraeste acompañamiento hasta el fin, En un primer momento, Per-petua intenta convencer a 'su padre de que este acompañamientoresponde a su auténtica realidad, y que nada ni nadie puede cam-biarlo, llevando a cabo una confesión de fe en el ámbito domés-tico:

«Cuando todavía =dice- nos hallábamos entre nuestros perse-guidores, como mi padre deseara ardientemente hacerme apostatarcon sus palabras, y Llevado de su cariño, no cejara en su empeño dederribarme: "Padre, le dije, ¿ves por ejemplo, ese utensilio que estáahí en el suelo, una orza o cualquier otro", "Lo veo", me respondió.y yo le dije: "¿Acaso puede dársele otro nombre que el que tiene?",

37 Blandina ha cambiado, por su acompañamiento hasta el fin, de estatus: ahora es«noble", lo que pondría este texto en conexión con lCor 1,26: por su martirio, aquellaque era «despreciada» se ha transformado en «noble». El concepto de «madre» podríaestar relacionado, no sólo con el ámbito espiritual, sino también social, pues er: algunoscolieg¡a protanos existe el título de «madre del colegio» (cf J. P. WALTZING, Etude bis-toriquc sur les corporations professionelles cbez les Romains 1, Peeters, Lovaina 1895,524),aunque son habitualmente personas del estamento superior, ya hemos visto el cambiode esta tus que se produce en Blandina.

38 La «alegría» y la «exultación» están unidas en numerosas ocasiones dentro delNuevo Testamento: Mt 5,12; Le 1,14; 1Pe 4,13. En este caso el texto hace una clarareferencia a Ap 19,7: ,<Alegrémonos, exultemos y démosle gloria porque han llegado lasbodas del Cordero. Está engalanada la esposa", :

. 39 El martirio va a ser para Blandina su banquete de bodas, en la que unida aCnsto, se convertirá en matrona que engendrará para la Iglesias nuevos hijos. La mujeres asociada así, cultural mente, a la procreación, incluso en los casos en que esta no erareal, :. »:

40 EusEBJO DE CESAREA, Hist. Ecc!. V,1,55.

Page 8: Martirios de Blandina, Perpetua y Felicidad

I 18 ~De.l/err"das hi¡as c/c Eva~Fernando Rivas Rebaque

Martirios de Blandina, Perpetua y Felicidad: ~ I 19acompañamiento hasta el fin~

«Otro día, mientras estábamos comiendo, se nos arrebató súbi-

tamente para ser interrogados, y llegamos al foro o plaza pública.

Inmediatamente se corrió la voz por los alrededores de la plaza,

y se congregó una muchedumbre inmensa. Subimos al estrado.

Interrogados todos los demás, confesaron su fe. Por fin me llegó a

mí también el turno. Y de pronto apareció mi padre con mi hijito en

los brazos, y me arrancó del estrado suplicándorne: "Compadécete

del niño chiquito". Y el procurador Hi1ariano, que había recibido a

la sazón el ius gladii o poder de vida y muerte, en lugar deldifunto

procónsu1 Minucia Timiniano ... dijo: "Luego eres cristiana". Y

yo respondí: "Sí, soy cristiana't". .. Entonces Hi1ariano pronuncia

sentencia contra todos nosotros, condenándonos a las fieras. Y

bajamos [ubilosos" a la cárcel»:".

dad en un hermosísimo fragmento, lleno de fuerza y coraje, dohdese contrapone la vida naciente (hija de Felicidad) con la muertede la madre. Felicidad, por su fidelidad en el acompañamiento, seha convertido para el resto de los mártires, a pesar de ser esclava,en «compañera {sociam)» dentro de una comunidad de iguales.Incluso llega a asociar su destino al de Jesucristo, y su martirio laconvierte, lo mismo que Blandina, en un alter Christus. El acom-pañamiento, por tanto, no es aquí sólo un camino de ida (identi-ficación con Cristo), sino también de vuelta (Cristo se identificacon ella), lo que le ayudará a soportar las mayores dificultades ysufrimientos: .

"No", me respondió. "Pues yo tampoco puedo llamarrnc con nombre

distinto de lo que soy: cristiana">".

JVlásadelante, Perpetua expresa este acompañamiento hasta el finen un espacio público como es el foro, y ante un magistrado, lo quele da un carácter oficial. Y todo ello a pesar del chantaje emocionalque supone la aparición de su hijo en brazos de su padre. Perpetualleva ahora a cabo una confesión de fe pública, lo que conlleva lapena de muerte, de aquí la importancia de esta confesión:

Qye este acompaii.amiento hasta el fin tiene su fundamento enla comunidad de destino con Jesucristo es explicitado por Felici-

tI

41 PPF:l.42 Típica fórmula de confesión de fe en las actas de los mártires.43 Este iúbilo ante la muerte va ',1 ser una de las características de los mártires cris-

t r.mos, y sin (iuda uno de los elementos C]llecausó una mayor conmoción en clmundoantiguo, hasta el punto de intentar explicarse por una nueva acusación: «misantropíau odio al género humano», lo que les asocia a uno de los calificativos con los que eradenostado' del pueblo judío. Es la misma alegría que hemos visto con anterioridad en;Blandina.

44 PPF 6.

«Lo mismo que ella [Felicidad], sus compañeros de martirio estaban

profundamente afligidos de pensar que habían de dejar.atrás a tan

excelente compañera [socia m}; como caminante [comitem} solitaria

por el camino de la común! esperanza. Juntando, pues, en uno los

gemidos de todos, hicieron oración al Señor tres días antes del

espectáculo". Terminada la oración, sobrecogieron inmediatamente

a Felicidad los dolores del parto. Y como ella sintiera el dolor, según

puede suponerse, de la dificultad de un parto trabajoso de octavo

mes, le dijo uno de los oficiales de la prisión": "Tú que así te quejas

ahora, ¿qué harás cuando seas arrojada a las fieras, que despreciaste

cuando no quisiste sacrificar?". Y ella respondió: "Ahora soy yo la

que padezco; mas allí habrá otro en mí, qúe padecerá por mí, pues

también yo he de padecer por él". Y así dio a luz una niña, que una

de las hermanas crió como una hija»:".

45 La oración va a estar acompañada de gemidos .en otras ocasiones; cf PPF7,10.

46 La mofa de los verdugos viene a ser un locus communis dentro de todos losrelatos de pasión o martirio, donde al sufrimiento de los tormentos viene a sumarse estecomportamiento tan deleznable. De hecho, uno de los aspectos más interesantes de lasactas van a ser las díferéntes respuestas de los mártires, bien respondiendo a la burla conironía, bien mostrando. una actitud de dignidad o incluso de perdón. La respuesta deFelicidad se encuentra pentro de las de más elevada altura moral (y teológica).

47 PPF15. ¡ '.,

••.......••. -r-:

Page 9: Martirios de Blandina, Perpetua y Felicidad

120 ~ Descerradas hijas de Eva~ Fernando RiVJ5 Rebaque

. Martirios de Blandina, Perpetua y Felicidad:§ 121

. acompañamiento hasta el fin~

El acompañamiento en esta comunión de destino se expresaen el caso de Perpetua mediante una visión que tiene en la cárcel,donde es el propio Jesús el que acepta la entrega de Perpetuamediante un signo litúrgico de comunión:

En ambos relatos vemos una serie de semejanzas entre Blan-I ' ,

dina y Perpetua que podemos descubrir en la siguiente tabla:

«[Dcspués de haber vencido al egipcio] El pueblo rompió en vítores ymis partidarios entonaron un himno. Yo me acerqué al lanista" [Jesús]y recibí el rarno'". Él me besó y me dijo: "Hija, la paz contigo"5o. Y me

dirigí radiante hacia la puerta sanauiuaria o de los vivos»?'.

tI

La solidaridad entre Perpetua y Felicidad es tan grande que, alcaer Perpetua por la embestida de la vaca, dice el narrador: «Comoveía a Felicidad tendida en el suelo, se acercó, le dio la mano y lalevantó. Y'ambas juntas se sostuvieron en pie» (XX, 6-7), acercándoseeste relato al de otras mujeres bíblicas como Rut y Noemí.

Dentro de PPF encontramos además un fragmento interesan-tísimo sobre la conexión entre mujer y magia, cuando nos habla deque el tribuno trataba a los cristianos «con demasiada dureza, puestemía, por insinuaciones de hombres vanos, no se le fugaran de lacárcel, por arte de no sabemos qué mágicos encantamientos- ".

Confesión publica de la k

Oración con gemidos ..

Lucha contra el démo~i~;'(se;~ie~te)en ,i:ui:h~~tq:ii:ii'a:'~rd¿¡:ri6nio (dragón,el anfiteatro. ., ~, .. . " egipi:io)e~eÍ anfiteatro.

Confesión personal de la .fe:«S~~ .P?~f,;~ión·púb lica de la fe: «Soycristiana". .cristiana" ..

';T :',

48 El lanista es aquella persona encargada de adiestrar a los gladiadores. Lascaracterísticas tan peculiares que posee este lanista (<<extraordinaria grandeza", comocr: el Pastor de Hcrrnas, «vestido de túnica, con un manto de púrpura abrochado haciael medio del pecho por dos hebillas de oro», «calzado de chinelas recarnadas de oro yplata», "llevaba una vara ... y un ramo verde del que pendían manzanas; de oro-) nospermiten hablar de Jesucristo, i

49 El ramo o palma, trofeo que recibían los vencedores en los jueg6s atléticos, seva a convertir en uno de los símbolos del martirio.

50 El beso u ósculo de la paz formaba parte de la rradiciónlirúrgica cristiana yva a ser otra de las señales distintivas: cf R. CALATAYUDGASCÓ, Beso humano y ósculocristiano: dimensiones bistorico-reologicas del beso litúrgico, EDICEP, Valencia 2003.

51 PPF10.52 lb, 16,2. Sobre esta temática resulta muy esclarecedor el libro de 1. Y. MAC-

DONALD, Las mujeres en el cristianismo primitivo y la opinión pagana. El poder de la mujer. histérica, Verbo Divino, EsteUa 2004, 140-146, Y el artículo de A. PE·DREGAL,«Cuantasmás mujeres, más sortilegios ...», Las devotas cristianas y la magia en el mundo antiguo, en I.CALERb-V. ALFARO (coords.), Las hijas de Eva ... , 103-144 (especialmente 119-144).

, ·'·Oración con &emi90s.

Experiencia del Esp~rit].l ....," ':1.=::,;",

, .' .' .'. -' :~ .• ~- .':.1- • "~;!\-::.'

Posible influjo montanis.t~:;·: :', " ··I__~. C;~!~::;"::.';'

Tor turas: en primer 1~qf~:,:i;~',f~~9~~P~~..•< fd,r~ras: en~~Ú~:e'}' p'Qa';~des ,~rrojadaen una cruz para .que;.~e~'~C9'm:iqa;·P9r, :para'ser cornea.dá por una-vaca brava.las fieras, y luego m6Jidi{',i'q~HgaiÓ's:": ~Noesconsclente ¿dos sufrimientosPor último, envuelta en.,uP.~;i'~~.p~ra,ser: iporqu~.se encuentra en' éxtasis espiritual,corneada por un toro.'N¿;~I§";¿9\¡s¿¡¿~te; ;' F'inalfuente bsdegollada.: ....

de los sufrimientos porq4~se'l:'i1~uei1ti:a"!¡': .: ...' .en éxtasis espirituaLF¡;'uiime'rl'té eS . . .d U d ...:¡ '; ¡",:.,.".:,.: /;' .,:,.' ., . -. .:' .:ego, a a. ::(-;:t:~.:f;;:,{~;~(.::\->'" -: .;<; ~', .:.' ..-: ~ 1~~~

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Page 10: Martirios de Blandina, Perpetua y Felicidad

I 22 ~ Oeslerradas hiliJS de fva~ Fernando RivJS Rebaque

, Martirios de Blandina, Perpetua y Felicidad:§. 123acompañamiento hasta el Fn~

4. Elementos estructurales que permitencomprender mejor los dos relatos de martirio

entre sus dirigentes con mujeres (por ejemplo, Priscila y Maximilaen sus orígenesj". Esta misma realidad es la que vamos a encon-trar en los dos relatos de martirio, especialmente en PPF, dondePerpetua, en una de sus visiones, ofrece una serie de consejoscomunitarios al obispo. Relatos como estos tendrán una mayorprobabilidad de ser transmitidos en comunidades cristianas bajoesta influencia.

La serie de elementos extático s que aparecen en los textos (lasprotagonistas femeninas'? parecen estar bajo el influjo del Espí-ritu, en algunos casos en trance y además, en PPF, incluso convisiones celestes), los encontramos también habitualmente en elmovimiento montanista, que se va a caracterizar, entre otras cosas,por una serie de profecías dichas por mujeres. El planteamientotan peculiar del inicio yel final de PPF se encuentra muy cercanoa esta misma praxis'.

Los montanistas van a proponer, frente a la Gran Iglesia, uncomportamiento diferente con respecto al martirio, pues no espe-

. rarán a:ser apresados por el poder imperial, sino que en algunoscasos se entregarán a sí mismos. Aunque en los dos textos quetenemos los cristianos van a ser apresados, y no irán a entregarsevoluntariamente, el comportamiento posterior estaría en ~iertoscasos cercano al montanismo.

A pesar de las diferencias coyunturales (lugares, personajes, acon-tecimientos) entre ambos relatos, en su trasfondo hay una seriede elementos estructurales que nos ayudan a tener una visiónmás global, plausible y en profundidad estos sucesos. Entre ellosdestaco los que considero más importantes.

4.1. Montanismo

Estos textos se comprenden mejor si vemos en su trasfondo unprobable influjo montanista: más evidente en el caso de MLV53

. ,aunque no hay que excluirlo en el caso de PPf5\ lo que permiteexplicar mucho mejor tanto el protagonismo de las mujeres comoalgunos elementos extáticos del relato, al igual que ciertos com-portamientos de cara' al martirio.

El protagonismo de las mujeres en la vida eclesial va a ser unade las características del movimiento montanista, que va a contar

53 Las continuas referencias al Espíritu que encontramos en todo el texto, asícomo el hecho de las alusiones a Frigia (la carta tiene este destino y algunos de losmiembros de la comunidad cristiana proceden de este lugar), las conductas ascéticascon respecto a la comida de Alcibíades (cf EUSEBIO DE CESAREA, Hist. Eccl. V, 3,2-3), la referencia al montanismo en el cuerpo de la carta (cf EUSEBIO DE CESAREA,Hist. Eccl. V, 3,4) nos permiten pensarque, aunque esta comunidad no sea expresa yexplícirámenre monranisra, no cabe duda de que tiene una fuerte influericia de dichomovimiento. Sobre esta cuestión, cfla equilibrada opinión de H. L¡;CRER¿Q, Lyon, cols,78-83, así como P. DE LABRJOLLF.,La crise montaniste, E. Leroux, París 1913,209-230.También H. KRAFT,Die Lyoner Miirtyrer und da Montanismus, en Les martyn de Lyon ... ,233-247; C. TREVETT, Monianism. Cender; AlIthority and the New Prophecy, CambridgeUniversiry Preso, Camhridge 1996, J 76-184.

54 Esta es una de las quacsrioncs disputatac COIl respecto a este texto. El redactorestá imhuido sin duda alguna por este movimiento (referencias a las nuevas profecías),y en el cuerpo de la pasión encontramos el fuerte influjo del Espíritu, con experienciascxt.iricas, las visiones a cargo de una mujer, cl episodio de la comida lirúrgica del queso(PI'F, 4,9), algunas referencias que nos llevan a hablar, también en este caso, de uninflujo cercano al rnonranismo.

4.2, Configuración sociológica del cristianismo como secta

El cristianismo de este período se va a configurar sociológica-mente como una secta, aunque en apertura a 10 que sería una

55 Cf M. MARCOS, Mujer y herejía en /0.( orígenes del cristianismo (siglos I-IJI), en1. GÓMEZ-AcEBO (ed.), La mujer en los orígenes del cristianismo, Desclée de Brouwer,Bilbao 2005, 130-136, •

56 Y no sólo ellas, sino también otros cristianos como Zacarías, «con mucho celode Dios y fervor del espíritu», o Vetio Epágato, «que tenía dentro de sí ¡J c()nsol<.dor, elEspíritu»: ef EUSEBJO DE CESAREA, Hist. Eccl. V,1,9-10, '

Page 11: Martirios de Blandina, Perpetua y Felicidad

.,

I 2 4 ~ Desterradas hijas de Eva~ Fernando Rivas Rebaque

Martirios de Blandina, Perpetua y Felicidad: ~ 125acompañamiento hasta el fin:;: .

Iglesia. Esto supone una serie de factores internos y externos quenos permiten entender mejor estos relatos de martirio.

En primer lugar, la secta marca estrictamente las fronterasentre los de «dentro» (buenos) y los de «fuera» (malos), 10 queayuda a mantener la cohesión intragrupal, al tiempo que refuerzalas identidades desde el ámbito de la diferencia. No intenta el diá-logo con los de fuera, sino su conversión, por 10 que habitualmentevan a ser vistos desde fuera como «extraños» y «diferentes». A estesentirse extraños al medio ambiente vienen a sumarse una seriede conductas de corte ascético" y una visión de que su estanciaen la tierra es pasa,ierass Estamos, por tanto, ante comunidadesminoritarias que se sienten y viven perseguidas tanto en el ámbitopersonal como social.

Esta configuración sociológica es el caldo de cultivo perfectopara la persecución, vista como el comportamiento ideal por partede los propios cristianos para mostrar su fe y como algo lógico porlos perseguidores, ante la exclusión del grupo minoritario de losconsensos sociales y los rituales básicos de socialización (comopuede ser el culto al César en el caso de MLV). Pero tambiénpuede aplicarse a la situación de PPF, pues la nueva religión, con-figurada sociológicamenre como secta, muestra su fuerte capacidadde convicción al conseguir separar a algunas personas de la unidadsocial fundamental de la época, la familia, algo sorprendente en laAntigüedad greco-romana.

En la medida en que el cristianismo se vaya configurandoposteriormente como Iglesia intentará entrar en diálogo conla sociedad (como será la actitud de buena parte de los Padres

apologistas) y mantendrá una serie de comportamientos no tanintransigentes, por lo que la persecución no tendrá tanto un carác-ter social (como puede ser MLV), sino más bien imperial (comoes el caso de PPF).

4.3. Papel del concepto agonístico dela existenciay la personalidad heroica .

57 Como es el caso de Alcibíades, cf EUSEBIO DE CESAREA, Hist. Eccl. V,3,2-3.58 i\sí se explic~ perfectamente el inicio de la carta: "Los siervos de Cristo que

habitan como forasteros en Vienne y en Lyon de la Calla", que aparece en muchos de losescritos del cristianismo primitivo de este periodo, quc suelen comenzar de la siguientemanera: "Los cristianos que viven como forasteros en la ciudad de ...». Así lo vemos enCLEM ENTE, Primcm carta a los corintios 1; POLlCARPO, Carta a losjilipemes 1 y MartiriodI.' 1'ol;«(/I/,o 1.

El comportamiento de las mujeres en estos dos relatos puede sercomprendido más correctamente desde dos conceptos predomi-nantes en la Antigüedad: el concepto agonístico de la existenciay el de la personalidad heroica. Comienzo por el primero: la exis-tencia humana (especialmente en el caso del varón) era concebidacomo una continua pugna con poderes exteriores errlos que seponía de manifiesto la valía (honor) de cada persona. Esta lucha seextendía no sólo a la competencia con individuos de otros grupossociales, sino hasta la propia personalidad (control de las p¡sio-nes), e incluso a la lucha con poderes sobrenaturales. De aquí lasnumerosas referencias a la lucha y el combate que encontramos enlos dos relatos'", destacando especialmente la metáfora de MLVal calificar a Cristo como «grande e invencible atleta-'", así' comola descripción del «demonio» como «adversario»?'.

La personalidad heroica era aquella capaz de sobrellevarlas diversas luchas de manera victoriosa, especialmente en doscampos: en circunstancias de sufrimiento y desgracia, la personali-dad heroica era capaz de resistir y no dejarse abatir; en circunstan-cias de bienestar, esta misma personalidad mostraba su dominiono cayendo en la bybris o ensoberbecimiento.

59 Cf EUSERIO DE CESAREA, Hlst. Eccl. V, 1,4 (<<atletas de la fe"); 11 (donde sediferencia entre los cristianos preparados para el testimonio y los apóstatas desde unaclave atlética); 17 (Átalo, «noble luchador>'); 18 (<<combatientes") ...También PPF 10,5-11; 18,3. .

60 Cf EUSEllIO DE CESAR EA, Hist. Eccl. V, 1,42.61 lb, 5; cf 6; 16; 23 ... Asimismo PPF 20,11.

Page 12: Martirios de Blandina, Perpetua y Felicidad

126 ~ {)es!eIIJdas hijas de Eva~ 1:"m<ll1cJoRivas Rebaquc

Martirios de Biandina, Perpetua y Felicidad:~ 127• acompañamiento hasta e+finª

Lo peculiar de estos dos relatos de marrino es que atribuyenmuchas de las características culturalmente asociadas al varón+corno son la capacidad de resistencia, control de sí mismo o lasuperioridad sobre el adversario- a mujeres, lo que supone un cienorasgo contruculrural del cristianismo, que presenta como modelosejemplares a mujeres «heroicas»?", capaces de sobreponerse a lasadversidades gracias a su fe, en lo que denomino (siguiendo enbuena medida la teología paulina) el poder de lo débil'",

Junto a esta peculiaridad los dos relatos muestran que elauténtico y verdadero adversario no son la plebe enfurecida,los magistrados o incluso los verdugos, sino un poder superior,demoníaco, que adopta una forma ctónica (serpiente en el caso deBlandina'", dragón en PPpS) y será vencido por una mujer. Vieneasí a continuar el motivo mitológico de la lucha entre la mujer yla serpiente del Génesis (3,27), () el dragón del Apocalipsis (Ap

12), tan profusamente ilustrado en la iconografía mariana. De estamanera se refleja una lucha que, a pesar de su carácter histórico,en su trasfondo expresa un combate eterno y mítico.

El cristianismo llega incluso. a retonfigurar esta personalidadheroica, que ya no se dedicará a la guerra con los de fuera -por lafamilia o la polis-, sino que es más bien en una lucha interna contraun enemigo invisible (el demonio), donde mostrarán su auténticavalía los cristianos, sean hombres o mujeres, como refleja el propioEusebio de Cesarea al comienzo de MLV, cuando dice:

62 Cf\N. 1-1.C. FRF.ND, Blandina and Perpetua: two Earlv Christian Heroincs, eni.rs marrvrs dc Lvon .... 167-.l77.

63 En esta misma clave debemos leer el siguiente episodio que se encuentra enla carta de los mártires de Lyon, en una especie de paralelo con el comportamientode Bbndina: "y Biblis, una de las que habían renegado. Ya pensaba el diablo que latenía devorada, mas queriendo además condenada por blasfemia, la condujo a la tor-tura y la forzaba a declarar sobre nosotros aquellas impías calumnias, seguro ya de suFragilidad y cobardía. Pero ella, en. el tormento, volvió en sí y, por así decirlo, despertóde su profundo sueño. Recordando entonces, gracias a aquellos castigos temporales, elcastigo eterno en el infierno; se puso, por el contrario, a replicar a los detractores y decía:"¿Cómo podían comer a un niño estas gentes si ni siquiera les está permitido comersangre de animales irracionalcs?". Y desde este instante cocfesaba que también ellamisma era ~ristiana y fue incorporada a la fila de los mártires» (EUSEBIO DF CESAREA,/-l/Si. Ecd. V, 1,25-26). Lo que hemos dicho del mártir (la muerte configura.con Cristo,de aquí que participará con él en su gloria) actúa ramhién en negativo, pucs'si el mártirestá dispuesto a arrostrar los más grandes tormentos porque la recompensa sed muchomayor, en el caso de la apostasía el castigo serri por el mismo motivo infinitamentemayor. EI1 este relato encontramos además el antiguo problema de las carnes dedicadas.\ los ídolos (cf lCor 10,2:l-3l; He 15.29; Ap 2,12-14), que llevó a cierras corrientescrisri.uias, sobre todo las más influidas I'(l\" el judcocristianismo, a prescindir de estosalimenroauspccro en el que coinciden los mártires de Lyon con ciertos cristianos delnorte de Afriea de este periodo (cf TERTULIANO, /1p%g IX, 13; también Mi ucioFEJ.Jl\, ()(/av/IIS 30).

64 CfEUSEIl\O DE CESARI,A, Hist. E(1. V, 1.42: «serpiente sinuosa».6S PPF J.

«Otros, al hacer las narraciones históricas, acaso no hayan transmitidopor escrito más que victorias de guerras, trofeos contra enemigos,hazañas de generales y valentía de soldados manchados de sangre yde muertos innumerables por causa de los hijos, de la patria y demásbienes. Nuestra obra, en cambio, que describe el género de vida segúnDios, grabará en estelas eternas la más pac'!ftras luchas por la misma pazdel alma y el nombre de los que en ellas se comportaron varonilmente,más por la verdad que por la tierra patria, y más por la religión quepor los seres queridos, y se proclamará públicamente, para eternamemoria, la resistencia de los atletas de la fe, su bravura, curtida enmil sufrimientos, los trofeos logrados contra los demonios, las victoriassobre los adversarios invisibles y, después de todo, sus coronas-'".

4.4. Rol de las esclavas en las comunidades cristianas

Los esclavos formaron parte de la comunidad cristiana desde susinicios" Sin embargo, la liberación de la esclavitud no formó

66 CfEuSEBIODI'; CESAREA, Hist. Eccl. V, Pro!. 3-4.'67 Cf la' carta á Filernón, dedicada a esta temática, pero también Ef 6,5-9;, Col

3,22-4.1. Asimismo P. ALLARD, Les ese/aves cbrétiens depuis les premien temps de /'Eglisejwqu'cllafin de la domination romaine en Occident, V. Lacoffre, París 1900 (~til a pesar desu antigüedad) y C. OSJEK-M. Y. MACDoNALD-J. H. TULLOCH, A Womans Place. HouseChurcbes in Earliest Cbristianity, FortressPress, Minneapolis 200_6,95-117.

_1__ -

Page 13: Martirios de Blandina, Perpetua y Felicidad

128 ~ Des/erradas hijas de Eva~ Fernando Rivas Rebaque

Martirios de Bliindina, Perpetua y FeJicidad:§ 129acompañamiento hasta el fin§

parte de las prioridades evangélicas del cristianismo primitivo,sino que propuso en su lugar una relación 10 más fraterna posibleentre dueños y esclavos, al tiempo que los esclayos eran admitidosen igual~ad de condiciones dentro de la vida cornunitaria'".

En los inicios del s. II (c. 110) Plinio el Joven habla en una desus cartas de dos esclavas cristianas que ejercen de «diaconisas»?",

y el filósofo pagano Celso, por la fecha en que Blandina sufríapersecución, habla del influjo de los esclavos cristianos?". A estostestimonios habría que añadir los de las esclavas Blandina y Feli-cidad, la primera en perfecta comunión con su dueña, mientras lasegunda no sabemos si su dueña era cristiana o no.

Todo esto nos permite hablar del importante papel que jugaronlos esclavos (y esclavas) dentro del cristianismo primitivo, bien porhaber seguido la creencia de sus dueños, bien por haber tomado unaopción diferente a ellos", pero que encontraron en el movimientocristiano un espacio de acogida, fraternidad e incluso protagonismo,elementos que potencian sin duda su integración en una nueva reli-gión que les ofrece muchos más atractivos que otras".

momento central de su pasión-muerte y el afán por destacar elprotagonismo del mártir. Los relatos permiten, sin embargo, hallaralgunos elementos donde .este acompañamiento está presente, loque haremos desde una visión más receptiva.del acompañamiento(acompañadas) y desde la faceta más activa (acompañantes).

5.1. Las mártires han sido/son mártires porquehan sido/son acompañadas .

5. Rasgos donde está más presenteel acompañamiento en estos relatos

El acompañamiento es, a pesar de no estar plenamente visible enlas fuentes, un elemento crucial que permite comprender en granmedida un comportamiento tan contracultural como es el martirio.En él podemos diferenciar tres referencias obligadas de este acom-pañamiento: por un lado la gente más cercana (familia, amigos), porotro la comunidad cristiana de referencia y, finalmente, la presenciacercana de Dios (Cristo), al que sienten acompañando sus vidas demanera especial. Sin esta compañía, difícilmente habrían llegado aestas conductas, y más si tenemos presente el control que la socie-dad de este tiempo ejercía sobre las personas que la componían. Espreciso distinguir, asimismo, tres momentos dentro de este a.com-pañamiento: antes, durante y después del martirio.

Antes del martirio cada una de las mártires ha pasado sin dudapor un proceso de iniciación al cristianismo (catecumenado),donde. el acompañamiento a todos los niveles -afectivo, intelec-tual, social...- se ha hecho evidente. Pero, además, ha participado

.en los rituales de socialización básicos del cristianismo (bautismoy eucaristía), donde se ha sentido acompañada por otros/as queparticipan en sus mismas creencias y convicciones. En definitiva,se ha sentido formando parte de una comunidad y la comunidadla ha sentido como miembro suyo. .

Durante el martirio ninguna de las mártires se ha sentido sola.A pesar de los malos tratos, torturas y presiones de todo tipo (psi-

Ya expresamos al inicio las dos grandes dificultades para descu-brir el acompañamiento en los martirios: la focalización en el" .__ I

AH Corno podemos observar, junto con los relatos del Nuevo Testam~eI)to citadosen la nota anterior, en un escrito, por el año 110, en IGNACIO DE ANTIOQuíA, Carta aPoticarpo, 4.

69 CfPLlNIO U.JOVEN, Caria X, %-97,)' el excelente estudio de M. Y. Mxc Do-NALll, Las mujeres i!II"¡ cristianismo primitiuo ... , A7-76.

70 CfORÍGENES, Contra Celso lIJ, 44 y 50.n En el texto de MLV vemos como al~lI1os esclavos de dueños cristianos seguían

siendo paganos, lo que nos indica la poca presión que se ejercía en este caso sobre ellospara convertidos a la nueva fe, cf EUSEBIO DE CESi\REi\, Hist. Ecd. V, 1,14.

72 cr voz "Esclavitud y cristianismo» en www.enciclopediacatolica.com (27 denoviembre de 20(6).

Page 14: Martirios de Blandina, Perpetua y Felicidad

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Martirios de Blandina, Perpetua y Felicidad:~ 131• acompañamiento hasta el fin ª

cológicas, familiares, cárceles), los/as compañeros/as de' destinohan estado siempre presentes, animándolas, consolándolas, dandosentido a su sufrimiento. Y no sólo los compañeros de martirio,también la comunidad está presente, acompañando a quien sientecomo especial y privilegiado miembro suyo, en medio de unasituación donde significarse como cristianos supone un grave peli-gro. Es aquí donde adquiere su pleno sentido la palabra «compa-ñera [sociam]» que vemos en PPF 15. Cada una de las mártires haencontrado, sin duda, en esta solidaridad común una de las fuentesde su propia fortaleza y perseverancia, que les permite anrmar conabsoluta seguridad sus convicciones, incluso en espacios públicoscomo son los juicios, y bajo las fuertes presiones a que están siendosometidas. Esta confesión pública de su fe, unida a su martirio,ambos estrechamente unidos, se convierten en los momentos demáxima personalización de su opción creyente y vienen a repre-sentar el final de esta etapa receptiva del acompañamiento: a partirahora las mártires se convierten en acompañantes.

Incluso dcspucs del martirio, la mártir sigue siendo acompañada.Se recogen sus restos, convertidos ahora en veneradas reliquias; sehace memoria de su martirio, considerado como comportamientoejemplar para la comunidad; se asegura su posteridad mediante elrelato de sus gestas: incluso se cuida que tengan un lugar especialdonde reposar (bajo el altar o en sitios especiales: martvria). Todosestos elementos ayudaban a hacer visible este acompañamiento ysoportables las pruebas por las que tenían que pasar.

aquellas personas con las que comparten el martirio (animándolasa perseverar, ayudándolas en los momentos de dificultad, conso-lándolas). Algo especialmente visible en el caso de Blandina conrespecto al joven Póntico y de Perpetua con Felicidad, pero quepodemos ver también en las referencias a la «esponsalidad» de lamártir con Cristo". Porque han sido capaces de soportar las prue-bas (comportamiento agonístico), las mártires se transforman apartir de ahora en acompañantes de todos los cristianos, hombresy mujeres, que quieran seguir sus pasos. Desde el cielo adquierenuna especial fuerza y capacidad de intercesión ante la divinidad,dado que se encuentran en su compañía.

6. Conclusiones

A pesar de haber centrado este capítulo en la categoría «acompa-ñamiento», la relación entre el cuerpo (de mujer) yel poder socialnos aporta una dimensión a menudo olvidada, pero de una graninfluencia en los relatos de martirio, que abre el acompañamientoa otros espacios necesarios para comprender en profundidad elmartirio de las mujeres.

6.1. Cuerpo y poder social

5.2. La experiencia de haberse sentido acompa/ladasles ha permitido a las mártires convertirseen acompailantes

Dentro del cristianismo naciente el cuerpo (y mucho más elcuerpo de mujer) se va a establecer como uno de los principalescampos de conflicto entre la nueva religión y el poder social domi-nante en este período; un poder social que no sólo se refiere al delas estructuras imperiales, sino que también tiene su expresión enlas prácticas sociales y, sobre todo, en el ámbito doméstico".

Esta experiencia de haber sido y estar siendo acompañadas es loque permite a las propias mártires convertirse en acompañantes de

73 Algo evidente en Perpetua; a la que el redactor denomina «matrona deCristo>. . .

74 Cf E. A. CLARK, Reading Renunciation. rlscetism and Scripture in Eariy Cbristi-

.........•.. -.

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7S. Cf conclusiones del capítulo 1.76 P. 13HClwN, El CUI'II'0 y la sociedad. Los tristianos y la renuncia sexual, Muchnik,

Barcelona 1993,271.77 Cf l PlTT-RIVERS, /lntropologia del honor o politica de los sexo.rl Ensayo de

antropologia mediterránea, Crítica, Barcelona 1979; El concepto de honor en la sociedadmcditerrdnea, Labor, Barcelona 1968; J. PITT- RIVERS-J. G. PERISTIANY (eds.), Honor)'¡;rtltia, Alianza, Madrid 1993; D. D. GILMORE (ed.), Honor and Sbame in the Unity ofIh" Mcditcrrancan, American Anthropological Association, Washington D. C. (1987)2-21; B. J. MI\LINA-j. H. NEYREY, Honor IlIId S/WII1c' in L,,/a-Arls: Pi1JOI,¡/ Valucs oilile Mrditerranean World y First-Centurv Pcrsonality: Dvadic, Not lndiuidualistic, en J.H. N EYREY (cd.), 7be Social f¡f1or/do/ LuJIl'-;1,1s. Modds oj lntcrpreuuion, Hcndricksonl'ublishcrs, Massnchuserrs 19932,25-65; B.J. MALlNA, El mundo del Nuevo Testamento.Pcrsprctiuas desde la antropotoyia cultural, Esrella, Verbo Divino, 1995, 85-114; El mundosocial de Jcsifs y los cVfll1¡;clioJ,Sal Tcrrae, Santander 2002, 59- r57.

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dolores en el parto (en el caso de Felicidad") y a los magistrados,a su propio padre y, en sueños, a un gran dragón y a un egipciogigantesco (en el caso de Perpetua) o a las fieras que las atacansólo con su cuerpo, un cuerpo que muestra poderoso por su adhe-sión a Cristo (en su pasión), en una identificación que les concedeuna fuerza sobrehumana, hasta el punto que podemos hablar deellas como alterae Christi, «otras Cristos», Es un combate, además,en el que siempre acaban victoriosas (cfPPF XVIII, 2-3).

En el martirio, elcuerpo, o mejor, su dominio, le va a permitira la mujer cristiana convertirse en un ejemplo claro, fehacientey social de lo que hemos denominado «heroína cristiana» que,aunque tiene ciertos puntos de contacto con la heroína greco-romana, manifiesta sin embargo notables diferencias: mientrasla heroína greco-romana lucha por su familia contra la polis, o afavor de la patria frente a los enemigos, en el caso dé-las heroínascristianas su lucha no tiene como motivos fundamentales la fami-lia o la polis, que quedan severamente devaluadas y relativizadaspor la nueva fe, sino la comunión de destino que establecen conJesucristo, y es aquí donde va a encontrar su fundamento. De estamanera se va a reconfigurar el modelo de mujer viril, ya existentecon anterioridad, que encontrará en el cristianismo supeculiardesarrollo, puesto que no se puede apoyar en los dos elementoshasta ahora fundamentales en esta configuración personal: lafamilia y la ciudad, sipo que se centra en el mundo de las opcionespersonales, lo que supone una absoluta novedad para la Antigüe-dad en relación con el mundo de la mujer (que ya se había dadoen el caso de ciertos filósofos o personajes contraculturales, perocon un carácter muy minoritario).

Otra diferencia es que a este modelo ejemplar pueden llegarno sólo las personalidades ilustres, sino incluso las menos nobles,como son las esclavas (Blandina y Felicidad), que quedan de esta

A fines del s. II y comienzos del s. lII, y coincidiendo con suexclusión del protagonismo misionero y sacramental en el inte-rior de la comunidad cristiana, la mujer cristiana desarrollará doscampos fundamentales de protagonismo: por un lado, el ascetismosexual (fundamentalmente en la parte oriental del Imperio) y porotra el martirio, sobre todo en la parte occidental". En amboscasos el cuerpo de la mujer se transforma en «microcosrnos dela condición amenazada de la Iglesia, que en sí era un cuerpocompacto, firmemente refrendado por la inconmovible voluntadde Dios,,7\ además, el cuerpo de la mujer se transforma en uninstrumento privilegiado de este testimonio de la fe, aunque porcaminos diferentes.

Los relatos que hemos estudiado sobre el martirio de muje-res muestran un carácter fuertemente agonístico (actitud habi-tualmente asociada al varón en la cultura mediterránea), siendocapaces de enfrentarse a las presiones sociales con su cuerpoconvertido en palabra y testimonio". Las tres mártires son capacesde enfrentarse a la plebe que asiste a su tortura, a los esbirros quela torturan (en el caso de Blandina), al soldado que se ríe de sus

7R "Ahora soy yo la que padezcotmás allá habrá otro en mí, que padecerá por mí,pues también yo he de padecer por El" (PPF 1~,6).

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forma igualadas a los demás estamentos, mostrándonos adem"ás loque considero una característica esencial de la heroína cristiana:la fortaleza de lo débil, que ya tiene sus antecedentes en Pablo(especialmente en la primera Carta a los corintios), pero que aquíse muestra de manera evidente.

A pesar de las difcrencias hay algunos elementos culturalescomunes presentes en estos dos relatos como son, en relación conel cuerpo de la mujer, su conexión con la fecundidad (es decir,el establecimiento de su identidad social en torno a la figura de '.madre, aunque esto no sea real, como es el caso de Blandina) ysu estrecha relación con los códigos de vergüenza; además de supresunta «debilidad» natural, en el caso de MLV y su cercanía almundo de la magia en PPF.

En el siglo IV, cuando el movimiento cristiano se conviertasociológicamente en una iglesia, el comportamiento agonístico yla persorjalidad heroica de la mujer se reducirán: ahora las mujerespodrán mostrar la valía de su cuerpo, no por medio del martirio,sino mediante su ascética o virginidad (los enemigos no van aser los de fuera, sino los de dentro, los de su propio cuerpo, comobien refiejaEusebio de Cesarea"), y una virginidad comprendidaahora como «csposas de Cristo», con todas las características ydependencias que suponía este nuevo estatus, en la mayor partede los casos además sujetas a varones (directores espirituales,obispos ... ).

79 Cf EUSEfllO DE CESAR EA, Hist. Eccl. V, ProJ. 3-4"

güedad greco-romana (tan dada a la' homogeneidad social), muchomás en el caso de mujeres, donde las presiones y restricciones,tanto exteriores como interiores, eran mucho mayores. Es unacompañamiento que tiene dos vertientes complementarias: porun lado, en su faceta más receptiva, las mártires se sienten acom-pañadas en todo m0fI,lento (antes, durante y después del martirio):animadas, fortalecidas, consoladas ... Es desde aquí desde dondereafirman en buena medida su firme convicción, capaz de vencertodas las dificultades. Por otro lado, las mártires, que han sidoacompañadas, ellas mismas se convierten en acompañantes de suscompañeros de martirio, de la propia comunidad a la que pertene-cen y de los que continúen sus pasos. Reducir el acompañamientoa una sola de las facetas es olvidar esta dimensión antropo1ógica,al tiempo que reducir su complejidad y riqueza, de laque formanparte tanto el agradecimiento (por lo inmerecido de "esta compa-ñía) como la confesión (haciendo memoria de esta cercanía) o laresponsabilidad (por seguir este proceso).

Al mismo tiempo el acompañamiento, para que sea eficaz,debe cuidar los diferentes momentos del mismo (antes, durantey después), en los que se pasará de una mayor dependencia a unamayor autonomía, de una menor implicación a una más profundaresponsabilidad, de unos intereses más individuales a un proyectomás colectivo. Es aquí donde. se encuentra, sin duda, una de lasclaves de todo acompañamiento, sobre todo porque, aunque hayaprocesos más o menos estandarizados, cada persona somos unmundo, y necesitamos un acompañamiento «a nuestra medida».

El ejemplo de estas mártires nos muestra que cuanto mayoressean las dificultades y resistencias externas (e internas) a vencer,mayor necesidad tenemos de acompañamiento. Que el acompa-ñamiento es la única manera de soportar, razonablemente, y conun carácter creativo, las disonancias cognitivas a que nos vemos"sometidos/as los/as creyentes en nuestra vida cotidiana. De aquí laimportancia de una comunidad de referencia de cara a-mantener

¡6.2. El martirio como acompañamiento hasta el fin"

El acompañamiento (de las personas cercanas, de la comunidad yde Dios) es una de las claves fundamentales que permite explicaruna conducta tan contracultural como es el martirio en la Anti-

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I 36 ~ Deslerrada.\ hijas de Eva~ Fernando Rivas Rebaque 11las propias convicciones, sin caer en falsos prometeísmos o narci-sismos, de viejo o nuevo cuño.

Este acompañamiento, que forma parte de nuestra estructurahumana desde nuestro nacimiento, tiene una especial inciden-cia en el caso de aquellos colectivos marginados, excluidos o encondiciones reales de inferioridad, como los cristianos en el s. Il,pues actúa como una especie de membrana protectora. Un acom-

. pañarnienro, sin embargo, que respete y potencie la autonomíade la persona, y no la reduzca al gueto o grupo, por muy cálido ybenéfico que sea. Aquí se encuentra uno de los test para verificarla calidad del acompañamiento. .

Tanto en el caso de Blandina como en los de Perpetua yFelicidad nos encontramos con unas mujeres que descubrieronen el movimiento cristiano un espacio privilegiado de acogida,fraternidad e incluso protagonismo, elementos que potencian sinduda su integración en una nueva religión que les ofrece muchos

. más atractivos que otras religiones y advocaciones. Desde esteacompañamiento es como se va construyendo una comunidad deiguales, donde las diferencias están en función de los recorridos,responsabilidades, opciones y conductas, los roles son en granmedida funcionales, la creencias compartidas un elemento clavede cohesión comunitaria.en definitiva, donde todos y todas nossentimos y vivimos acompañados/as y acompañantes.

Por último, tanto en Blandina como en Perpetua y Felicidadnos encontramos ante unos excepcionales testimonios de hastadónde podía llegar el acompañamiento de Jesús por parte de lasmujeres, dispuestas a mostrar, no sólo con su cuerpo, sino con susopciones y compromisos, la seriedad de este acompañamiento,que llevaron hasta el fin, o mejor, hasta el final. De esta forma seconvertirán cn excmpla a imitar por las generaciones posteriores,que verán en ellas un modo particularmente significativo de vivirel cristianismo.

Orígenes del monacato femeni noen Egipto

Con la desaparición de las persecuciones, los ascetas (monjes ymonjas) se van a constituir como sus sucesores, en una especie demartirio incruento, de aquí la importancia que adquiere el estudiodel papel de las mujeres en estas nuevas situaciones eclesiales. Apesar de las diferencias, se puede establecer un cierto parecidoentre la situación de las mujeres cristianas del norte de África,sobre todo las que descubrimos en las vírgenes de Cipriano, y elmonacato femenino en Egipto, especialmente en sus orígenes .Pero el desarrollo particular que el cristianismo egipcio llevó acabo del monacato femenin.o tiene, sin embargo, ciertas parti-cularidades, algunas relacionadas con la propagación que tuvo elmonacato masculino, del cualaparece en cierto sentido cómo uncorrelato, aunque otras sigueri una línea diferente, donde se resaltahasta el extremo la reclusión de las mujeres y su continencia. Encualquier caso nos encontramos con un estilo de vida que seráimitada en gran medida en otras partes del Imperio con poste-rioridad. • .