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MARCO REFERENCIAL DE LA SITUACION DE LA EDUCACION EN COSTA RICA María Eugenia Dengo Obregón ABRA23-24-13

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MARCO REFERENCIAL DELA SITUACION DE LA EDUCACION

EN COSTA RICAMaría Eugenia Dengo Obregón

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1. Educacióne identidadnacional

onsidero que la conservación de laidentidad nacional (sin pecar de na-cionalismo, obviamente) debe ser unasunto prioritario de visualizar a tra-vés de la educación. Esta aspiración

debemos elevarla especialmente en momentoshistóricos en que la globalización económica ycomercial, la internacionalización de los procedi-mientos de todo orden y de las corrientes detransculturación, a través fundamentalmente delos medios de información y de comunicacióncibernética, es de influencia tan fuerte y por decirasí, de velocidad tan galopante y tan contagiosaen el mundo actual, que debemos fomentar conmayor profundidad el sentido crítico, establecerlos filtros y las defensas que nos permitan discernirlos límites del resguardo entre lo propio y lo ajeno,tamizar las modas contaminantes de los cambiosque deben ser fundamentales. Debemos procurarlos medios de salvar aquello que constituye nues-tro patrimonio cultural, nuestras modalidades depensamiento auténtico, nuestras estructuras so-ciales y económicas. Esto último, evidentemente,con las transformaciones que deban ser necesa-rias y convenientes, en especial en el orden depropender a un sano equilibrio social. Por lodemás, fomentar más que nunca el desarrollo delos valores de nuestra identidad en la juventud, sinextremismos, sin sectarismos, sin visiones xe-nofóbicas, pero sí dentro de un espíritu de libertad,de democracia, de respeto, de equidad, que nosvienen de la más pura raíz costarricense. Estasson las premisas de mi participación en el día dehoy, la cual agradezco a la amable invitación de laMáster en Educación Sonia Abarca y del Licencia-do Danilo Pérez.

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Si se habla de conservación ambiental y deldesarrollo sostenible, como problemas prioritariosen las sociedades contemporáneas, creo que tam-bién, dentro de esa conservación y esa sostenibi-lidad (sin que ello sea una simple posición conser-vadora) debe contemplarse la sostenibilidad de unsistema de educación pública y no privada, el cuales una de las características que identifican nues-tra nacionalidad costarricense; por ello, más de-mocrático, más equitativo y que prepare mejorpara los retos del mundo actual y futuro, pero sinperder los rasgos de nuestra idiosincrasia: esta,igualmente, es mi tesis en la presente exposición.

Nos dicen los comparatistas de la educaciónque el sistema de educación en cada país estáestrechamente vinculado con el carácter nacional,en el sentido de que uno actúa sobre el otro enforma recíproca y que por esa vía se fortalece elsentido de unidad yde cohesión nacional, es deci r,este sentido se forma y robustece en los habitan-tes de un determinado país a través y a lo largo delproceso educativo. «En el caso de Costa Rica, eldesarrollo temprano de la educación pública orga-nizada ha contribuido, a través de la historia devida independiente, a configurar la identidad na-cional democrática, con rasgos que se imprimie-ron desde los comienzos del proceso de formacióndel Estado Nacional y que recíprocamente el Es-tado fue reflejando en la educación. Por ello puedeafirmarse que la educación ha sido un factor deci-sivo en el desarrollo de la nacionalidad costarri-cense dentro del modelo democrático y que hacontribuido, como el que más entre varios agen-tes, a trasladar los valores característicos de esemodelo político a la sociedad. Naturalmente, estecriterio puede considerarse eufemístico o refutar-se como uno de los "mitos" de nuestra educación,pero en términos generales ha sido sustentado por

connotados estudiosos del proceso sociopolíticocostarricense» y creemos que mantiene su validez(Dengo, M.E., 1995: 221).

Es así, pues, que la educación, la públicafundamentalmente, ha coadyuvado a imprimir enla ciudadanía ciertos elementos de lo que puededenominarse la idiosincrasia o personalidad psi-cosocial del costarricense. ¿Cuáles son estos?Desde nuestro punto de vista pueden destacarselos siguientes:

• «Apego al estado de derecho y a la institu-cionalidad del Estado Constitucional (soloha existido una dictadura en el curso delsiglo XX).Aprecio por la libertad en todos sus aspec-tos: la de expresión es característica.Estilo de vida democrático, que se muestraen diferentes modalidades.Fuerte sentido de independencia (se expre-sa en marcado individualismo).Resguardo de la soberanía nacional.Vocación por la paz, pero sin concesiones alvalor de la independencia.Vocación civilista, con marcado rechazohacia los signos de todo militarismo.Aplicación del diálogo como vía de soluciónde conflictos (soluciones "a la tica", o "la

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sangre nunca llega al río": esto era antes, porejemplo, de la huelga de educadores en laque al final, la fuerza pareció sí estar dis-puesta a que la sangre llegara al río).Aprecio por el valor social de la educación:tácito reconocimiento de su potencial para elascenso social.Ausencia de nacionalismo extremo: estavirtud se ha ido perdiendo, especialmentecon actitudes indeseables frente a nues-tros vecinos.

• Escaso formalismo en las relaciones inter-personales.

• Entre los aspectos negativos se señalan:conformismo, timidez, complejo frente alextranjero, escasa hospitalidad, el indivi-dualismo en su matiz negativo, tendencia aevadir las regulaciones (el "vivazo"), en losúltimos tiempos se destaca el "facilismo"ante la vida, la preferencia por los valoresmateriales y el consumismo, aspectos quese han superpuesto a la proverbial sencillezde vida del costarricense» (ibíd.: 221).

De una forma o de otra, estas maneras yestilos de ver la vida han sido transmitidos por losmedios de nuestro sistema educativo (con perdónde que emplee el término «transmitir» al que,

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pedagógicamente, se le atribuye una carga detradicionalismo, pero que desde el punto de vistasociocultural lo considero adecuado) y constitu-yen parte de nuestra identidad. Por ello veo con nopoca preocupación el dato de que, en aras devolvernos «competitivos» en términos internacio-nales y de facilitarnos el participar en el «mercadodel conocimiento en condiciones paritarias conrespecto a otros países, se hable ahora de instau-rar algo que se denomina "bachillerato internacio-nal"»: algo que quizá podría ser conveniente, peroque habría que examinar a la luz de nuestrasmodalidades culturales, discutirlo en el marco delo que aspiramos que sea la sociedad costarricen-se en el próximo milenio y juzgarlo dentro decriterios de equidad social.

2. Modelo del sistema educativocostarricense

Si tratamos de reflexionar en el modelo denuestro sistema educativo, con las virtudesy los defectos que le son propios, podemos

llegar a destacar las siguientes características:

a) El tipo de control ha sido prioritariamentecentralizado en el Estado, sin que hayamonopolio de este por coexistir la educaciónprivada que está garantizada constitucional-mente por la libertad de enseñanza. «En losúltimos años se han desarrollado en el paíspolíticas educativas tendientes a combinarel tipo de control centralizado del Estado conuna gestión desconcentrada, con el fin desuperar el excesivo centralismo, que resultaperjudicial desde el punto de vista adminis-trativo y en cuanto a la distribución másequitativa del servicio de la educación hacialas poblaciones regionales, rurales en parti-cular» (Dengo, M.E., 1995: 224). Se ha tra-tado de propiciar la participación de las co-munidades en los procesos educativos: estoparticularmente con la política de regionali-zación de la educación que se desarrollóentre 1978 y 1982, con la cual se procuróatender los objetivos de un desarrollo nacio-nal más equilibrado por la atención a lasnecesidades y aspiraciones de las diferen-tes regiones del país.

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b) Lo anterior determina que el sistema educa-tivo haya sido predominante de la educaciónpública, hasta los últimos años en que desdehace unas tres décadas ha venido creciendode manera sistemática la educación privada,últimamente en forma exorbitante en la edu-cación superior.

c) La normatividad del sistema está garantiza-da por la Constitución Política de 1949, porla Ley Fundamental de Educación de 1957(que no obstante sucesivos intentos por re-mozarla y actualizarla no ha podido ser sus-tituida, a pesar de que resulta poco operantey más bien obsoleta, en varios de sus extre-mos) y por una enorme cantidad de decretosy reglamentos emanados por el ConsejoSuperior de Educación. Sin embargo, dichanormatividad está inspirada en una filosofíaclaramente democrática, cuyas característi-cas más prominentes son: establecer el de-recho de acceso de todos los habitantes dela República al servicio de la educación (contodas las deficiencias y lagunas que esto enla realidad reviste como, por ejemplo, el quesolamente un 48% de la población adoles-cente acuda a las aulas del nivel correspon-diente); procurar la integración del procesoeducativo para los ciudadanos, al expresarque es un proceso integral correlacionadoen sus diversos ciclos, desde la educaciónpreescolar hasta la universitaria; garantizarla oferta de una educación universitaria au-tónoma y sostenida fundamentalmente porel Estado.

d) Otras características que, para resumir, ape-nas enumeraremos, son: la vocación reno-vadora del sistema y de incorporación deinnovaciones pedagógicas (esto, como as-pecto negativo, presenta la falta de continui-dad de políticas que pueden ser beneficio-sas, continuidad que no asegura la funcióndel Consejo Superior de Educación, comodebería hacerlo). La formación de los do-centes a nivel universitario, lo cual en el casode los de enseñanza primaria, ha sido uncaso prácticamente único en América Lati-na. Un significativo porcentaje del presu-puesto nacional se dedica a la educación: seseñala que la no existencia del ejército ha

permitido tradicionalmente dedicar más fon-dos a este sector (hasta 1981 prácticamenteel 30% del presupuesto nacional, lo cual hadecrecido notoriamente con la crisis econó-mica y con los PAE de los últimos años:entre 1985 y 1986 llegó hasta un 19%, no-tándose un repunte entre 1990 y 1994 hastael 23%); mientras que en 1980 el país inver-tía un 7,8% del PIS en la educación, en estosmomentos el gasto es de 4,5%, lo que, sinembargo, es mayor que en otros países de laregión. El nivel de participación de la comu-nidad es otro aspecto muy típico de nuestrosistema, el cual fue institucionalizado desdela figura de las Juntas de Educación y tieneen la actualidad una serie de otras expresio-nes, como las Asociaciones de Padres deFamilia, etc. Sin embargo esto, que es unagran virtud y una muestra de vivencias de-mocráticas, no debe confundirse con latendencia que se trata de incorporar dela llamada «municipalización», que se haintroducido en otros países y que no es otracosa que una vía de privatización o de que elEstado eluda su responsabilidad ante lasociedad. Finalmente, la existencia de unaextensa red de infraestructura en todo elterritorio nacional, originada desde la re-forma de don Mauro Fernández (Ley Gene-ral de Educación Común), quefue creciendonotoriamente en el curso de las décadas yque es una muestra palpable del alto nivel dedemocratización de la educación nacional.

3. Críticas y crisis

En los últimos años se vienen haciendo seve-ras críticas, por distintas personas, en es-pecial por los medios de comunicación co-

lectiva y en particular desde La Nación, hacianuestra educación. No ahondaremos en el senti-do de algunas de ellas que, en nuestro criterio,tienen poco fundamento científico y están teñidasde prejuicios. Pero, en el mejor sentido, respon-den al interés de la colectividad por la educación,a eso que antes denominábamos «aprecio por elvalor social de la educación»; además de quetampoco pueden ignorarse porque, en su parteobjetiva, sí responden a situaciones críticas.

Sobre todo, no podemos ignorar la existen-cia de una marcada problemática social, una ver-dadera crisis, que en formas variadas afecta a laeducación, porque esta se halla inmersa en elcontexto de la sociedad: afecta a quienes apren-den, a quienes enseñan, a los padres, a la familiamisma y en fin, al ambiente dentro y fuera de lainstitución educativa. Pero, además, estas situa-ciones conspiran contra la influencia de la escuelasobre los educandos, máxime si se toma en cuen-ta el escaso tiempo que estos permanecen bajoesa influencia, porque uno de los problemas quedebemos reconocer es lo corto del tiempo lectivoen nuestro país, aún mucho más escaso en lasescuelas rurales. Por otra parte, se da una marca-da incidencia de los problemas económicos de lacolectividad y también de los del Estado, sobre laeducación. El aumento de la pobreza (problemacrónico en los países latinoamericanos, pero quese ha agudizado con la crisis económica) afecta alas familias, perjudica la asistencia de los niños a lasescuelas, incide en la deserción, en la falta derendimiento académico y aun se encuentra que seha ido extendiendo a capas medias de la población.

En criterio del especialista Juan CarlosTedesco, «...Ia crisis económica obliga a incre-mentar sustancialmente la eficacia y la eficienciade la gestión pública, en tanto que la democratiza-ción exige satisfacer el objetivo de la equidadsocial». Resulta harto difícil, especialmente paralos países de América Latina, y estamos tratandodel nuestro en particular, «...compatibilizar la efi-ciencia, la eficacia y la equidad en un contexto tansevero de escasez de recursos... La historiareciente demuestra que una de las característicasmás notables de nuestra región ha sido, precisa-mente, su escasa capacidad para compatibilizar elcrecimiento económico con la equidad social»(Tedesco: OREALC, 1990: 18-19). Y sin dudaalguna, la equidad a través de la educación debeser uno de los objetivos prioritarios de los sistemaseducativos para las próximas décadas, atendien-do los mandatos de los derechos humanos, lasnecesidades del desarrollo humano y, asimismo,el mandato internacional de la Declaración de laEducación para Todos (Jomtiem, Tailandia, 1990).

Si repasamos algunos de los principalesproblemas que presenta nuestra educación ac-tual, tendremos el siguiente cuadro:

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Ante todo, ahondamiento de la brecha social(asunto no contemplado entre las «brechas»de que habla el documento de política delMinisterio de Educación «EDU 2005»). Eneste documento, o planteamiento ministe-rial, se otorga demasiada importancia a la«brecha de los conocimientos», cuando con-temporáneamente se considera que no sonlos conocimientos por sí mismos lo másimportante, sino el «aprender a conocer», esdecir, las herramientas con las que las per-sonas pueden enfrentar los retos de «cono-cer cada vez más y mejor»; enfrentar igual-mente los retos de aprehender conocimien-tos nuevos aprovechando las herramientasy los medios existentes; dar a los conoci-mientos la aplicación necesaria según lasdiferentes actividades y según la posibilidadde cambio de actividad (es decir, lo queactualmente se ha denominado como«aprender a hacer»), pues, de otra manera,los conocimientos o se vuelven inútiles, uobsoletos o, en el caso de los estudiantes delsistema educativo, se adquieren para olvi-darlos enseguida, pues no han penetrado alplano de la conciencia. Por lo demás, deprimera importancia es aprender a convivir:el valor de la participación, de la acciónconjunta, la solidaridad, la estimación de losotros (que es vivir «con», apre-ciar al «otro»: base de la vidasocial) . Todos estos aspectosrebasan, con mucho, la solaadquisición de conocimientos.En nuestra manera de pensarel problema de la falta de equi-dad es uno de los principalesde nuestra educación, porquedonde sí se presenta una bre-cha, como decíamos, es en elorden social. Brecha social esindicativa, pues, de falta deequidad. No sólo la diferen-ciación que se establece entreinstituciones educativas públi-cas y privadas (que es un as-pecto generalmente indicado),que se prolonga y aún se agra-va en el caso de la educación

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superior, sino otros tan visibles o menosvisibles como ese. Por ejemplo, la distanciaentre la educación de las zonas urbanas y lade las rurales, en particular en el caso de lasescuelas unidocentes (asunto, por cierto,muy conocido por la Universidad Nacional,que labora en estos medios). Por ejemplo, elhecho de que tan sólo alrededor del 48% delos jóvenes en edad de asistir al tercer cicloy aún menos en edad correspondiente a laeducación diversificada, lo hagan. Y ello,principalmente, a causa de problemas eco-nómicos. En mucho los problemas de bajapromoción, de deserción, de deficiencias enel aprendizaje, tienen causas económicas.

• Otro problema muy conocido en el ámbitopedagógico es el de la falta de pertinenciadel programa escolar en relación con lasdemandas de la sociedad, en especial, delas zonas periféricas del país.Perjudica en gran medida el hecho de existirun currículo uniforme para todo el país. Y,según entendemos, se está hablando deimplantar un currículo nacional básico paratodo el país, lo cual es negativo a ciertosprincipios necesarios al currículo, como sonsu condición de dinamismo, de continuaconstrucción, de flexibilidad, de evolución en

consonancia con los avances de la cultura yde la ciencia educacional.Ciertamente coincidimos con el pensamien-to de que el problema de la búsqueda demayor calidad debe ser, quizá, el principaldesafío de la educación nacional. Pero sinpertinencia no hay posibilidad de calidad, sinlabor consciente e idónea de los educadoresno hay posibilidad de calidad. Sin equidadno hay calidad posible.

• Hemos mencionado, tan sólo de paso, a loseducadores: clave de todo el proceso edu-cativo. He aquí un problema palpitante por-que, infortunadamente, como todos sabe-mos y lo hemos vivido en carne propia, loseducadores han sido recientemente muymaltratados por la imposición de la Ley Nº7531, por la falta de reconocimiento a sudignidad y a la importancia del servicio queprestan a la formación de la sociedad. En-tonces, yo me pregunto lo mismo que tantasotras personas: ¿cómo va a ser posible quejóvenes con vocación y con capacidadesquieran seguir la carrera docente en un paísen que se han conculcado los derechos y losverdaderos incentivos a la profesión docente?Por todo ello pensamos que el planteamien-to del "EDU 2005», que se ha anunciadocomo una especie de solución mágica a losproblemas educativos, es a todas luces in-suficiente y extraño al necesario cultivo de laidentidad nacional. Por informaciones quetenemos, no vacilamos en afirmar que esuna propuesta que se ha presentado en 13países latinoamericanos (por ejemplo en ElSalvador se denomina EDUCO 2005), queen algunos sentidos lleva implícitos nivelesde privatización de los servicios estatales;todo lo cual suscita no infundadas suspica-cias sobre el origen que pueda tener y sobreel número del 2005, que coincide curiosa-mente con el año señalado por acuerdosinteramericanos para que nuestros paísesingresen de pleno en el tratado de librecomercio. Nos preguntamos, entonces, congran preocupación, si es el mercado interna-cional el que, bajo los extendidos criterios de

la globalización económica, está pretendien-do regir los destinos de la educación en lospaíses latinoamericanos.

• He ahí, en nuestro criterio, el más graveproblema que enfrenta la educación en elmomento actual y de cara al futuro.

Para terminar y que no sea en forma derro-tista, debo reiterar mi convicción de que sean lasuniversidades estatales, en particular las tres quecomparten la tarea de la formación docente (oquizá deba ser, más bien, el CONARE) que convo-quen a una gran concertación sobre la educación,verdaderamente participativa, en la que contribu-yan los diferentes sectores calificados de la socie-dad civil, el Ministerio de Educación Pública, loseducadores, la Iglesia y que los partidos políticosparticipen y se comprometan en la formulación deun proyecto educativo realmente digno de la so-ciedad costarricense del siglo XXI.

BIBLlOGRAFIA

Constitución Política de la República deCosta Rica (ediciónde 1978). San José, Costa Rica, Imprenta Lehmann.

Declaración de la Educación para Todos (1990). Jomtiem/París, UNESCO.

Delors, Jaques et al. (1996). La educación encierra untesoro. Madrid, España, Ediciones UNESCO/Santillana.

Dengo, María Eugenia (1995). Educación Costarricense.San José, Costa Rica, EUNED.

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EDU2005 (1996).Ministeriode Educación Pública. SanJosé,Costa Rica, Public. MEP.

Ley fundamental de Educación, en Código de Educación(1969). San José, Costa Rica, Imprenta Trejos Hnos.

Tedesco, Juan Carlos (1990). La situación educativa deAmérica Latina y sus perspectivas futuras. Santiago,Chile, UNESCO/OREALC.

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