A. ¿QUIÉNES SON?

Las Hermanas de María Stella Matutina es una asociación pública de fieles, cuyo nombre proviene de la “estrella de la mañana” (la primera estrella que surge en el cielo y anuncia la salida del sol), dicha estrella es para ellas la Virgen María.

Su forma de vida es contemplativa, centrada en la oración, el trabajo manual y el estudio, pero sin clausura papal, pudiendo las Hermanas participar con otras realidades eclesiales en diversos encuentros de evangelización.

B. FUNDACIÓN E HISTORIA

El obispo de San Sebastián (España) Mons. José Ignacio Munilla constituyó, el 25 de julio del 2014, la comunidad de hermanas de María Stella Matutina como Asociación pública de fieles en vista de llegar a ser un Instituto Religioso, después de haber recibido la autorización del Santo Padre, el papa Francisco, ya que una buena parte de sus miembros había salido de otra comunidad religiosa.

La comunidad cuenta ahora con 250 hermanas que viven en unos veinte conventos. Además de su sede principal en la diócesis de San Sebastián, está presente en varias diócesis de Europa, Asia, África y América.

Quieren vivir de la maternidad de la Virgen María y enraizarse así en el corazón de la Iglesia, a la sombra de todos los santos que son también astros en el cielo. Su vida religiosa se asemeja a las demás formas de vida monástica: se realiza a través del silencio, de la oración comunitaria del Oficio divino, del trabajo manual y del estudio bíblico, filosófico y teológico, cuidando de que esta vida sencilla y auténtica, en que la oración, y sobre todo la adoración silenciosa, ocupen el lugar más importante, asuma y abarque todas las dimensiones de la persona humana (trabajo, amistad, libertad, responsabilidad, diálogo, escucha, confianza) y favorezca su desarrollo.

Por esta razón, una formación integral de la persona (humana, intelectual y espiritual) es necesaria; formación que quieren compartir con los que lo deseen, así como su vida de oración. Preservando siempre una verdadera clausura, acogiendo a todos los que el Señor les envía. Y, en algunas ocasiones, animamos momentos de oración que se realizan fuera de sus monasterios. El punto culminante de su jornada es la celebración de la Eucaristía.

El trabajo manual tiene también mucha importancia: les permite a la vez tener el sustento para la vida y también dar testimonio de Dios mediante el arte, la belleza y la creatividad, en un mundo en el que la dimensión religiosa y espiritual ya no tiene mucha importancia.

Otra particularidad de la comunidad es el impulso misionero. El Espíritu Santo les da la fuerza para vivir el mandamiento del amor que tanto quería el apóstol san Juan, y dar testimonio de él en todos los continentes.

C. ESPIRITUALIDAD

Su vocación es contemplativa: la oración, la celebración eucarística, la liturgia de las Horas, les reúnen a lo largo del día y puntúan sus jornadas. Su vida se realiza con un equilibrio original entre la soledad y una vida fraterna y comunitaria llena de alegría y caridad.

Reciben, una formación filosófica y teológica fiel a la enseñanza de la Iglesia, especialmente a los documentos del Concilio Vaticano II y a las encíclicas del Papa Juan Pablo II, permitiendo una lectura viva de la Palabra de Dios.

D. SANTOS

San Juan, apóstol: «el discípulo a quien amaba Jesús» y el más joven de los apóstoles, fue también el pescador robusto y vigoroso, el mozo equilibrado y sereno que respetuosamente sabe quedarse en segundo lugar cuando acompaña a Pedro; el hombre varonil a quien Jesús confía de por vida su propia Madre como herencia; el teólogo que, sin perder el contacto con la tierra, sabe elevarse a tales cumbres teológicas como ningún otro escritor neo testamentario, ni siquiera San Pablo. Todo ello supone una personalidad riquísima en cualidades humanas y una entrega interna y externa, total y decisiva, al amor y al servicio del Maestro.

Santo Domingo de Guzmán: desde niño siente la llamada de Jesús a ser sacerdote. Estudia filosofía y teología en Palencia. En 1196, por las malas cosechas, hubo una gran hambre. Domingo vende sus valiosos libros de pergamino para dar de comer a los pobres. “No quiero estudiar sobre pieles mientras mis hermanos se mueren de hambre”.

En 1203. Alfonso VIII de Castilla encarga al obispo de Osma ir a Dinamarca a pedir la mano a la hija del Rey para casarla con su hijo. Le acompaña Domingo. A la vuelta se queda en el sur de Francia, donde la herejía albigense alejaba a muchos cristianos de la Iglesia. Domingo, pobre, sencillo y bondadoso, recorre los caminos y aldeas. Quería convertirlos a base de oración, diálogo y ayuda a los necesitados. Se le juntan algunos compañeros. En 1215 van a Roma: el Papa Inocencio III aprueba la Orden de Predicadores (dominicos). Tienen un lema: “Enseñar a los demás lo que han aprendido en la oración”.

Domingo quiere mucho a la Virgen. Le gusta pensar en los episodios de la vida de Jesús rezando a la vez a María. Por eso se dice que inventó el rosario. Todas las noches, antes de irse a dormir, cantaban juntos la Salve.

Santo Tomás de Aquino: nació en medio de una aristocrática familia, alrededor de 1225. A pesar de la fuerte oposición de los suyos, ingresó a la orden de Santo Domingo. Fue enviado a estudiar a París, donde más tarde empezó a enseñar y componer algunas de sus obras. Años más tarde, se le confió la cátedra de doctor, encargado de enseñar, discutir y predicar y algún tiempo después, empezó a escribir la Suma contra los Gentiles.

De 1259 a 1268, el santo era muy popular en toda Italia, país en el que enseñó y donde también predicó en muchas ciudades. Hacia 1266, comenzó a escribir la más famosa de sus obras: la Suma Teológica. De vuelta a París, el santo continuó predicaciones y discusiones públicas, la redacción de la Suma, incluido el tratado de la Eucaristía.

Al año siguiente, por causa de una poderosa visión, Tomás cesó de escribir y enseñar, sin terminar la Suma Teológica. Se hallaba muy enfermo cuando el Papa Gregorio X lo invitó al Concilio de Lyon, pero durante el viaje su enfermedad se agravó aún más, siendo trasladado a la abadía cisterciense de Fossa Nuova, donde falleció en la madrugada del 7 de marzo de 1274.

Santa Teresa de LIsieux: (1873-1897) fue una joven francesa que quería ser monja desde niña, inspirada por sus hermanas que también fueron monjas. Entró a un convento de carmelitas a los 15 años, viviendo una vida de claustro y silencio. Después de su muerte, a los 24 años, su autobiografía fue publicada. Ella escribió́ que servimos a Dios no sólo en cosas

grandes, sino también en cosas pequeñas. Sus enseñanzas han inspirado a mucha gente por generaciones. Es la santa patrona de los misioneros. Su fiesta se celebra el 1 de octubre.

San Juan Pablo II: (1920-2005) fue Papa de 1978 al 2005. Fue un gran líder con mucha fe y amor por el pueblo de Dios. Viajó a muchos países para llevar el mensaje de Jesús. ¡Y hasta perdonó a la persona que trató de matarlo! Él amaba a los niños y a los jóvenes, ¡y fue muy correspondido!

E. LOCALIZACIÓN

Ermita Nuestra Señora de la Oliva 45420 ALMONACID DE TOLEDO Telf: 925 594 11O Email: hnasalmonacid@gmail.com Horarios de misas (todo el año): Laborables: 08:00 Festivos: 09:00

Convento de la Purísima Concepción C/ De las Monjas, 1 45200 ILLESCAS Telf: 925 513544 Email: concepcionistastorrijos@gmail.com Horarios de misas (todo el año):

Laborables: 08:15 Sábados: 08:30 Festivos: 09:00