MENSAJE MENSUAL n. 7/8 — 2016

Turin - Valdocco 24 julio-agosto

MARÍA NOS INVITA A PERSEVERAR EN LA ORACIÓN

También a través de ADMA la Virgen quiere manifestar que su presencia está viva y que donde está Ella hay alegría y agradecimiento. El camino de fe y de oración con María nos fortifica y nos hace gustar la alegría de la vida en el Espíritu Santo. Es hermoso contemplar cómo muchos asociados en diversos encuentros, peregrinaciones, momentos de oración, en la vida cotidiana, experimentan la cercanía de la Virgen y viven experiencias de fiesta entre cantos de alegría, de júbilo y de agradecimiento. Vivir diariamente con María significa experimentar la alegría del Evangelio, saborear que la vida es una sorpresa, algo que asombra, una gracia que hay que acoger y hacerla fructificar. Agradecemos la presencia de María en nuestra vida, en nuestra Asociación, en la vida de la Iglesia y de la humanidad de nuestro tiempo. La presencia de María nos transforma. Colma nuestra vida y la llena de alegría. Con la Virgen sentimos la presencia del Señor y vivimos en la gracia de Dios. María está con nosotros porque estamos pasando una etapa difícil en la historia. Son muchos los que viven como si Dios no existiese. Muchos sistemas políticos, económicos y muchas visiones culturales proyectan y actúan sin ninguna referencia a Dios y a su ley. La Biblia dice: “Maldito el hombre que confía en el hombre”. Desgraciadamente, nosotros estamos confiando en el hombre y no en Dios. Por el contrario, la verdadera felicidad nace de la observancia de los mandamientos de Dios y de hacer su voluntad, porque sin Dios no tenemos futuro ni vida eterna. La Virgen está llevando a cabo el triunfo de su Corazón Inmaculado, como ha dicho en Fátima, también a través de nosotros que hemos dicho sí a la santidad, sí a practicar sus mensajes, a practicar los Mandamientos de Dios, sí a vivir y a gozarnos en la ley de Dios... Somos pobres instrumentos, pero cuando el Señor nos toma por su cuenta, nos transforma... Mientras Ella está con nosotros y nos guía, estamos serenos, porque Ella es nuestra esperanza y es la estrella que nos está conduciendo hacia Jesús. Pongamos en Ella todo nuestro pasado y dejémonos guiar por Ella. Consagrémonos a su Corazón Inmaculado para ser cada día más semejantes a Ella. Perseveremos personalmente, como familias y como grupos en la oración sencilla y poderosa del Rosario, en la práctica de la piedad popular, en la participación activa y consciente de la liturgia de la Iglesia. ¡Que María Auxiliadora e Inmaculada nos bendiga con su bendición materna de paz y de amor!

Sr. Lucca Tullio, Presidente Don Pierluigi Cameroni SDB, Animador espiritual

2

Por un descuido no salió en junio la última catequesis de Sor Linda Pocher, FMA, sobre el tema de la Misericor-dia. Pedimos escusas y con gusto presentamos esta última meditación. Damos nuevamente las gracias a Sor Lin-da por su disponibilidad y por su rica aportación ofrecida con estas meditaciones que os invitamos a valorar. El corazón de Jesús es el corazón de la misericordia Según el Papa Francisco, el Año Jubilar no es una iniciativa pastoral más, puesta inmediatamente por obra y con la misma rapidez olvidada. Se trata más bien de la inauguración de un “tiempo nuevo”, destinado a conti-nuar, hasta que el estilo de la misericordia, que es el marco de calidad de la vida cristiana, no se haya adueña-do de la Iglesia y del mundo entero. . ¡Cómo deseo –dice el Papa- que los años por venir estén impregnados de misericordia para poder ir al encuentro de cada persona llevando la bondad y la ternura de Dios! A todos, cre-yentes y lejanos, pueda llegar el bálsamo de la misericordia como signo del Reino de Dios que está ya presente en medio de nosotros (MV 5). Por eso, al final del itinerario formativo de este año, queremos acudir una vez más a la fuente de la que brota para nosotros la misericordia de Dios, o sea, al corazón mismo de Jesús que, en la cruz, ha sido abierto por la lanza, de manera irrevocable. San Juan, que estaba presente con María al pie de la cruz, dice que vio salir del costado de Cristo sangre y agua (Jn 19,34; 1Jn 5,6-8). La sangre y el agua repre-sentan los sacramentos del Bautismo y de la Eucaristía, a través de los cuales se vierten sobre nosotros los teso-ros de la misericordia divina. Al celebrar los sacramentos, recibimos verdaderamente la vida de Jesús, somos verdaderamente perdonados, y somos reconciliados con Dios y entre nosotros. Benedicto XVI, en su encíclica sobre el Amor, escribe que solamente ante el corazón traspasado de Jesús, se puede entender perfectamente qué significa que “Dios es amor” (1Jn 4,8): en la cruz, “se realiza ese ponerse Dios contra sí mismo, al entregarse para dar nueva vida al hombre y salvarlo: esto es amar en su forma más radical”. Jesús ha perpetuado este acto de entrega en la institución de la Eucaristía, en la Última Cena, en la que ha anticipado su muerte y resurrección, entregándose a sí mismo a sus discípulos en el pan y el vino. De este modo Jesús ha obrado de modo que nosotros, al participar en la Eucaristía, “nos adentramos en el acto oblativo de Jesús”, Es decir, nos hacemos una sola cosa con Él y nos capacitamos para amar a los demás como Él ama, porque “la unión con Cristo es al mismo tiempo unión con todos los demás a los que él se entrega. No puedo tener a Cristo sólo para mí; únicamente puedo pertenecerle en unión con todos los que son suyos o lo serán”. Gracias a la Eucaristía, Jesús hace posible para nosotros la práctica del “mandamiento del amor”: ahora bien “el amor puede ser “mandado” porque antes “ha sido dado”. (Deus Caritas est 12-14). Esta es la razón por la que Jesús, antes de “mandar” el amor recíproco, o sea, el ejercicio práctico de la misericordia, invita a los discí-pulos a “permanecer en su amor” (Jn 15,9). Esta invitación, te la dirige también a ti: “¡Permanece en mi amor! – te dice Jesús -, has sido regenerado por mi misericordia, has sido sanado, liberado, perdonado... ¡no te vuelvas a alejar de mí! Mi Espíritu estará siempre contigo y tu vida será rica en frutos de alegría y de amor: serás siempre capaz de pedir perdón, de agradecer, de amar. A través de ti, mi misericordia podrá llegar hasta aquellos que todavía está lejos de mí. Si te dejas amar por mí diariamente, en cualquier circunstancia triste o alegre de tu vida, siempre habrá amor en el mundo y el mundo será más humano y más justo. ¡No te alejes de mí! Como el Padre me ha amado, también te amo yo: ¡permanece en este amor!” Me pregunto: ¿Cómo participo en la Eucaristía? ¿Qué hago para permanecer en el amor de Jesús?

Con María y como María

Regenerados en su Misericordia

10. llamados a permanecer en la misericordia de Dios

Sor Linda Pocher FMA

3

El sacerdote es el amor del corazón de Jesús El Santo Cura de Ars, tan humilde como consciente de la seriedad de la misión que le había confiado Dios, afirmaba que “suprimido el sacramento del Orden, no habríamos tenido al Señor. ¿Quién lo ha repuesto en aquel tabernáculo? El sacerdote. ¿Quién ha acogido a vuestra alma tan pronto como entrabais en la vida? El sacerdote. ¿Quién la alimenta para darle fuerza para realizar su peregrinación? El sacerdote, ¿Quién la preparará a comparecer ante Dios, lavándola por última vez en la sangre de Jesucristo? El sacerdote, siem-pre el sacerdote. Y si aquella alma, muere por el pecado, ¿quién la resucitará, quién la devolverá la calma y la paz? Una vez más el sacerdote... ¡Después de dios, el sacerdote lo es todo! Él mismo solo se entenderá comple-tamente en el cielo”. También Don Bosco estaba convencido de que “el sacerdote no va solo al cielo ni al in-fierno. Si obra bien irá al cielo con las almas por él salvadas con su buen ejemplo; si obra mal, si da escándalo irá a la perdición con las almas condenadas por su escándalo”. Movido por esta convicción, dedicó muchas energías en su vida para ayudar a seminaristas y a sacerdotes a vivir plenamente su vocación. En este Año Santo, el Papa Francisco está pidiendo mucho a los sacerdotes: desea que sean verdaderos pasto-res, como Jesús Buen Pastor. Que estén presentes en medio de su grey con el estilo de Jesús: gran rectitud inte-rior para buscar la voluntad del Padre y el bien de los hermanos; ningún miedo a mezclarse con los pecadores, de acercarse a los enfermos, de tomar sobre sí los sufrimientos y las miserias de los pobres; sencillez y dulzura al anunciar la verdad del Evangelio; capacidad de discernimiento y atención a la realidad de cada uno, para que al prójimo no se le cargue con pesos imposibles de soportar... Que los sacerdotes sean santos, pero, y antes que otra cosa, el deseo de Jesús que se ha comprometido a hacerse presente de modo particular a través de la persona del sacerdote, sobre todo cuando administra los sacramentos, y también cuando escucha, consuela, aconseja. Y cuanto más el sacerdote está dispuesto a morir por su grey, como Jesús, más puede hacer fecundo Jesús su ministerio. Y con todo, el sacerdote, será siempre un hombre, un pecador. Uno que, como todos los demás hombres, necesi-ta ser continuamente perdonado, consolado, confirmado en la fe. El sacerdote es uno a quien Jesús repite hoy lo que en la última cena dijo a Pedro: “Mira que Satanás os ha reclamado para cribaros como trigo. Pero yo he pedido por ti para que tu fe no se apague. Y tú, cuando te hayas convertido, confirma a tus hermanos” (Lc 22,31-32). En efecto, también el sacerdote debe confesarse con frecuencia, debe rezar diariamente, todos los días debe dejarse amaestrar por la Palabra y el Espíritu, debe ejercitarse en dejar espacio a la voluntad del Padre y estar siempre dispuesto a hacer las obras de misericordia que él continuamente presenta. En resumen, el ministerio que ha recibido, es un “tesoro, en vasija de barro, para que se vea que ese poder extraordinario viene de Dios” y no de los hombres (2 Cor 4,7). En efecto, solo si permanece en el Padre, en el Hijo y en el Espí-ritu, el sacerdote podrá ayudar a los demás a penetrar en ese amor. El hecho que Jesús haya reservado para algunos de entre los cristianos el ministerio sacerdotal, no tiene que hacer indiferentes o pasivos a los demás. En efecto, en el cuerpo de Cristo que es la Iglesia, todo miembro es responsable de la salud de los otros, cada uno está llamado a gozar con quien goza, y a sufrir con el que llora, y a “llevar los unos las cargas de los otros” (Gál 6,2). En resumen, todos somos responsables de la santidad de los sacerdotes y podemos sostenerlos, concretamente, a través de algunas sencillas acciones: en primer lugar, podemos rezar diariamente por las vocaciones sacerdotales y por la santificación de los sacerdotes; en segun-do lugar, debemos tratar de hablar siempre bien de los sacerdotes y, cuando esto no sea posible, sugiere Don Bosco, es mejor callar (en caso de culpas verdaderamente graves, será justo hablar, pero solo con la autoridad competente. En efecto propalar a diestra y siniestra los pecados del prójimo, ¿cómo podría beneficiar a la Igle-sia?); finalmente, es cosa buena tratar a los sacerdotes como se trataría a Jesús, pedir su ayuda y ofrecerles la propia colaboración como se haría con Jesús, poniendo atención para evitar tanto el “usar” a los sacerdotes para los propios fines, como entrar en competición con ellos. Estas pequeñas atenciones, si se hacen con amor, son verdaderas y propias obras de misericordia. Me pregunto: ¿Cómo pienso y hablo de los sacerdotes? ¿Cómo me comporto con ellos?

4

Si sois hijos devotos míos, yo seré para vosotros Madre amorosa «Si permanecéis en mí y mis palabras permanecen en vosotros, pediréis lo que queráis y se os concederá” (Jn 15,7). Con esta solemne promesa Jesús sella su alianza de amor con nosotros. Y si miramos la vida de los santos, que han perma-necido en Él y han puesto en práctica sus palabras, podemos darnos cuenta de que Jesús mantiene siempre su promesa. En el famoso sueño de las dos columnas, la Virgen se dirige a Don Bosco y a sus jóvenes con una expresión semejante: “Si vosotros sois hijos devotos míos, yo seré para vosotros Madre amorosa”. También María afirma, así, que a todo don de amor se corresponde solamente con amor o sea, con la confianza plena, la obediencia y el don incondicionado de sí. Cuan-to más entramos en esta lógica, más seremos transformados en una fuente, a tra-vés de la cual la misericordia de Dios puede pasar e impregnar las relaciones y las situaciones en las que nos encontremos. (Jn 4,14; 7,38). La beata sor Eusebia Palomino FMA es un luminoso ejemplo de esta verdad. Na-cida y crecida en una familia pobrísima, aprendió de los padres a reconocer en todas las cosas el toque tierno del amor de Dios y a cultivar desde niña, el deseo de darse totalmente a Él, sin regateos ni medias tintas. Después de la profesión

religiosa, en 1924, fue destinada a Valverde del Camino (España), donde se encarga de la cocina, del huerto, de la ropería, y también del oratorio. Sor Eusebia no es guapa y no tiene cultura, pero quien se encuentra con ella descubre un conocimiento muy profundo de las cosas de Dios y una notable capacidad de discernimiento espiritual. Las muchachas no se cansan nunca de escucharla: les habla de Jesús Crucificado, de la Virgen, de las misiones, del Paraíso. Sacerdotes y seminaristas vienen de los pueblos vecinos para aconsejarse. Además, uno tras otro comienzan a darse sucesos maravillosos que asombran. En efecto, cuanto pide sor Eusebia en la ora-ción, lo consigue: “un día tranquiliza con datos precisos y desconcertantes a una madre que tiene a su hijo en la guerra de Marruecos. Otra vez hace brotar agua de un pozo seco; en otra ocasión “no permite” que llueva en una casita en construcción, para que el propietario no salga perjudicado. Otra vez, encuentra huevos en el ga-llinero cuando las otras hermanas, un momento antes, no habían encontrado ni siquiera uno”. Pero estos y otros sucesos extraordinarios no empañan su sencillez. Sor Eusebia, en efecto, se mueve en la línea de pequeñez cantada por María en el Magníficat: “En esta lógica – escribe sor Antonia Colombo – vive con naturalidad. Se considera como una escoba que se toma y se deja, porque ha madurado una disponibilidad ab-soluta. Está, pues, lejos de las complicaciones y de los repliegues artificiales de sentidos de inferioridad o de la timidez”. Con la gente y con las hermanas está siempre dispuesta a promover la comunión, no habla si no es para bendecir y agradecer, aunque esto le cueste sacrificio y abnegación a causa de su carácter, por naturale-za exigente e intransigente. Encuentra su fuerza en el amor a la Eucaristía y a la Virgen María, de la que no se cansa de propagar su devoción. Escribe centenares de cartas y aprovecha cualquier ocasión, oportuna o im-portuna, para promover entre los sacerdotes y entre el pueblo la “consagración” a la Virgen. En efecto, poner toda la vida en las manos de María es, a sus ojos, la mejor manera de vivir los compromisos del Bautismo, o de permanecer verdaderamente en el amor de Jesús. Vivir y difundir la verdadera devoción a María Auxiliadora es una tarea fundamental de ADMA. Me pregunto: ¿en qué medida impregna y orienta esta preocupación mis opciones cotidianas y mi estilo de vida?

La hoja puede leerse en el siguiente sitio :

www.admadonbosco.org/index.php?lang=es

y: www.donbosco-torino.it/

Para cada comunicación se puede dirigir a la siguiente dirección

de correo electrónico :pcameroni@sdb.org

5

CRÓNICA DE FAMILIA

ZITÁCUARO (MÉXICO) – NUEVO GRUPO ADMA Un grupito de ADMA ha nacido en nues-tro colegio Lumena en la ciudad de Zi-tácuaro, Michoacán, con la directora sor Gabriela Murgía y con sor Ana María Martínez, animadora local de ADMA, que con gran entusiasmo ha hecho que se renovase esta devoción entre los alumnos de primaria y secundaria (Sor Leticia Navarrete Macías, Animadora inspectorial de ADMA - México Sur). BENIN – PEREGRINACIÓN NACIONAL – “ADMA: AMAR A MARÍA”

El 7 y 8 de mayo de 2016 ADMA de Benin diri-gida por los padres Jean Lemondo y Raphaël Coulibaly ha hecho su peregrinación nacional al Santuario de Allada. Los 97 peregrinos provenían de Parakou, Zogbo, Menotin, St Michel Ouando, Centre di Magone Tokpota Saint François Xavier. Tras la acogida de las delegaciones, las secreta-rias de cada una han presentado la relación de las actividades desarrolladas. En conjunto se reali-zan muchas actividades con gran espíritu de ini-ciativa para relanzar la devoción a María Auxi-liadora. La procesión de antorchas y la medita-ción de los misterios gozosos con la estatua de María Auxiliadora cerraron la jornada. Para aca-

bar esta primera jornada, hemos hecho una celebración penitencial con adoración eucarística y la posibilidad de confesarse hasta la media noche. El día siguiente nos reunimos ante la Puerta Santa del Jubileo de la misericordia. Después de las explicaciones del rito hemos pasado por la Puerta Santa como pide el Papa Francisco. Después de la Misa nos reunimos para escuchar el tema del aguinaldo del Rector Mayor para 2016: “Con Je-sús recorramos junto la aventura del Espí-ritu”, presentado por el P. Rafael. A conti-nuación hubo un intercambio de impre-siones sobre las cuestiones siguientes: 1.- ¿Cuál es nuestra visión y nuestro acercamiento a los jóvenes de hoy? 2.- ¿Cómo ser como Don Bosco hoy, dentro de ADMA? Ha sido un momento precioso de encuen-tro, de conocimiento y, sobre todo, de oración entre los diversos miembros, se han hecho nuevas amistades y se han compartido iniciativas.

6

KOREA – PRIMER GRUPO ADMA 24 de mayo de 2016: ¡día memorable para 13 nuevos miembros de ADMA de Korea!

Ya hacía años que se intentaba echar a andar ADMA en Corea. Finalmente se ha conseguido el objetivo gra-cias a la determinación y al animoso trabajo de sor Lee Susanna, FMA, después de más de un año de prepara-ción, a través de cursos de “Mariología” sencillos, denominados “Escuela de María”, que consistían en un en-cuentro semanal con el rezo del Santo Rosario, la Santa Misa, dos charlas formativas y un momento de fraterni-dad. En la casa de las Hijas de María Auxiliadora “Madre de la Escucha” de GwangJu (Korea), 13 candidatas cele-braron la vigilia de la fiesta de María Auxiliadora con un retiro espiritual. Siguiendo las orientaciones del res-ponsable general de DMA, don Pierluigi Cameroni, se presentó el Reglamento de ADMA. El director salesiano, don Park Hae Sung Giovanni Bosco, en la conferencia desarrolla el tema: “María, la Virgen de Don Bosco”, finalizando caída ya la tarde, con las confesiones sacramentales. El 24 de mayo, ya de mañanita una atmósfera de fiesta invade la casa. Asiste también la Inspectora sor Choi Silvia, en visita inspectorial a la comunidad, las hermanas de la comunidad, las novicias del cercano noviciado, y de Seúl sor Lee Susanna y sor Adriana Bricchi. Todo bien preparado, desarrollado y vivido con cariño y amor. En la Misa, tras la lectura del Evangelio: “Las bodas de Caná”, una espléndida coreografía presenta al vivo la intercesión materna de María que obtiene de Jesús el primer milagro. Arte y devoción entusiasman a las partici-pantes y a las mismas artistas que, al final de la Misa se sienten honradísimas, felices de haber conseguido un ambiente tan saturado de espiritualidad. Puestas después en semicírculo, ante el altar, las 13 candidatas, con evidente fervor personal, presentan su compromiso de pertenencia. El director salesiano y la Inspectora FMA imponen a cada nuevo miembro el distintivo de ADMA, y les dan el Reglamento y el carnet de socio. Estas son las 13 nuevas socias de ADMA: KO Jung Ran Elisabetta; KIM Seong Ja Lucia; KIM Yong Ja Michela; KIM Hyo Jeng Beatrice; PARK So Eun Maria Gemma; PARK Hyun Ok Maria Teresa; BAI Won Ju Isabella; YUM Jung Sook Elisabetta; LEE Jae Suk Cecilia; JANG Soon Hee Gabriella; CHO In Deok Stella; CHOI Myung Hee Regina; CHOI Jung Sook Bibiana La foto recuerdo expresa la voluntad de todas y de cada una de honrar a María Auxiliadora como Madre y Maestra de vida cristiana. Es una semilla que hoy se siembra en tierra de Korea, en la seguridad de que, con la ayuda de María Auxiliadora, llegará a convertirse en un gran árbol. Sí, la cadena continuará. Ya están a la es-pera otras ex-alumnas que frecuentan la “Escuela de María” para manifestar también ellas su adhesión en la próxima ocasión. La Auxiliadora ha agradecido ciertamente el fervor de sus 13 devotas, que inician una nueva presencia en la Familia Salesiana en la querida nación de Korea, decididas a amarla como quería Don Bosco.

7

MALTA – PEREGRINACIÓN ADMA

Después de las dos exitosas peregrinaciones anteriores organizadas por ADMA de St. Patrick de la casa sale-siana de Sliema, se ha organizado otra en el mes de junio al Santuario mariano de Ta 'Pinu en la isla de Gozo. ¡Han participado 50 personas y la iniciativa ha resultado muy agradable! El buen tiempo, la alegría de estar juntos, la comida compartida han sido factores que han convertido nuestra peregrinación en algo memorable. Centró la jornada la celebración de la Eucaristía en el Santuario, donde fuimos acogidos por Fr. Dominic Sulta-na que nos explicó la historia del Santuario (Fr. Joe Cini). EN MEMORIA DE NERINA PETITTO, SECRETARIA INSPECTORIAL DE ADMA DE SICILIA El 8 de junio de 2016 el Señor ha llamado a su casa a Nerina Petitto, secretaria inspectorial de ADMA de Sicilia. Toda la Asociación la recuerda con afecto y re-conocimiento por el testimonio dado viviendo su devoción a María Auxiliadora y su dedicación a la Asociación con humildad y alegre generosidad y disponibilidad. Presentamos el mensaje enviado por el Inspector de Sicilia, don Giuseppe Ruta, en el funeral: “Me uno a todos vosotros, miembros de la Familia Salesiana de Sicilia para pedir al Señor, por el descanso eterno de Nerina y a la Virgen Auxiliadora su abrazo y el de todos los santos y beatos salesianos. La herencia que Nerina nos deja es la de una gozosa disponibilidad de servicio y un afecto incondicionado a María Auxiliadora y a Don Bosco. En la esperanza que no falla es posible ver a Nerina junto a la Presidenta Luigina Ciaramella (fallecida el año pasado) y a todos los que nos son queridos por sangre, por fe y por compartir el mismo carisma, el salesiano. Nuestras raíces no están en la tierra, sino en el cielo. De ellas podemos tomar continuamente energía y fuerza para seguir viviendo, en el cumplimiento go-zoso y fiel de la misión que cada uno ha recibido de Dios. A nosotros nos toca asu-mir la herencia espiritual de tantos hermanos y hermanas testigos del Señor Resuci-tado y seguir sin vacilar sus huellas...”.

ADMA PRIMARIA – PEREGRINACIÓN A MORNESE

Con gran alegría un grupo de miembros de ADMA Primaria ha compartido una jornada en Mornese, el domingo 26 de junio para visitar los lugares donde nació y vivió Santa María Dominica Mazzarello y para celebrar el Año santo de la Misericordia en el santuario dedicado a la Santa y elegido por el obispo de la diócesis de Acqui Terme como lugar jubilar. El buen tiempo, la presencia de niños, adultos y ancianos, la guía experta y fraterna de Sor Luigina Silvestrin, la hospitalidad de las Hijas de María Auxiliadora nos permitieron vivir una jornada rica en espiritualidad, fraternidad y salesianidad. Momento central ha sido la Eucaristía celebrada tras haber pasado por la Puerta Santa y haber ganado la indulgencia jubilar.

Testimonio de santidad salesiana Recordamos al Venerable Simón Srugi (1877-1943), coadjutor salesiano, sobre cuya tumba está escrito: “Paisano de Cristo, lo contempló siempre. Entregándo-se en todo y a todos para copiarlo en sí mismo, sencilla y humilde figura de buen samaritano”. Leemos en su cuaderno: “¡Las obras del religioso, por peque-ñas y sencillas que sean, son preciosas y aceptables a Dios cuando se hacen por agradarle a Él!”. Y sigue: “Amar a Dios quiere decir no darle el mínimo dis-gusto ni con pensamientos, ni con palabras, ni con hechos, sino amar mucho a este mi Dios que tanto nos ha amado”.

Intención misionera Que nuestras escuelas y universidades en América Latina y el Caribe sean cada vez más, platafor-mas de irradiación del Evangelio.