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  • 7/25/2019 Mapa Colombia Copia

    1/2

    M A P A V I A L Y T U R S T I C O D E C O L O M B I A

    TURISMO, PAZ Y CONVIVENCIATEYUNA: LA CIUDAD SAGRADA DE LOS TAIRONASTURISMO, PAZ

    Y CONVIVENCIA1

    DE PASO POR EL PARASO TERRENAL

    UN ENCUENTRO CON LA TIERRA PROMETIDA

    DESCANSO ENTRE MARIPOSAS

    Ya veo la Sierra Nevada!, exclam a mis compaeros mi-

    nutos antes de aterrizar en el Aeropuerto Internacional Simn

    Bolvar de Santa Marta.

    Comenzaba as una aventura de cinco das para recorrer

    esa imponente, misteriosa y cautivadora elevacin montao-

    sa, ubicada sobre la costa del mar Caribe colombiano, hasta

    llegar a una de las joyas arqueolgicas ms importantes de

    Amrica Latina: Teyuna, la Ciudad Perdida, santuario de la m-

    tica nacin Tairona.

    Al da siguiente nos encontramos con el gua de una de las

    agencias de la regin para emprender este viaje que nos dejara

    una huella imborrable en el alma. Empezamos por abordar un

    carro que nos llev de Santa Marta al corregimiento de El Mamey,en las laderas de la Sierra, en dos horas y media. Cada tramo

    agregaba emocin a la aventura: el cambio leve del clima, di-

    ferentes tipos de vegetacin, abundantes hilos de agua y, sobre

    todo, las historias del gua sobre las costumbres de la poblacin

    campesina e indgena, que encontr en el turismo de naturale-

    za un medio de subsistencia. Lo sobresaliente es que este se

    adelanta con respeto por el medio ambiente y por las distintas

    culturas asentadas en la Sierra. Con amabilidad, los pobladores

    atienden a los turistas y les preparan los alimentos, como com-

    probamos de inmediato, pues llegamos a la hora del almuerzo y

    pudimos conocer sus recetas y disfrutar de la sazn de la regin.

    Despus de la siesta iniciamos una caminata de 7 km has-

    ta el primer campamento. Como viajamos en verano, la poca

    ms recomendada del ao para realizar esta travesa, disfruta-

    mos de un da radiante, con una temperatura de 28 C. Nuestro

    grupo estaba compuesto por el gua principal, dos guas au-

    xiliares, varios turistas extranjeros, mis amigos y yo. Delante

    iban algunos arrieros con las mulas que llevaban a cuestas las

    provisiones para el camino.

    An nos restaban dos das de recorrido, y creca nuestra ex-

    pectativa por descubrir la ciudad de leyenda. Esa tarde visitamos

    las piscinas naturales y cascadas alrededor del campamento. Al

    caer la noche, nos acostamos en hamacas. La tranquilidad espi-

    ritual del lugar nos sumi en un sueo reparador.

    En la madrugada del da siguiente continuamos la caminata.

    Avanzamos otros 7 km en unas cuatro horas y media, con al-

    gunos momentos de mayor exigencia fsica, por la irregularidad

    del terreno. Visitamos Mutanshi, la villa de los indgenas koguis,

    herederos con los wiwas y los arhuacos de los taironas. Estos

    guardianes de la naturaleza respiran sabidura y amor por el

    agua, la tierra y el ambiente que los rodea, lo cual se refleja en

    sus creencias y ceremonias sagradas.

    Esta parte del viaje culmin en el siguiente campamento, don-

    de cenamos y pasamos la noche. Antes de dormir, escuchamos

    historias sobre los taironas y tambin sus mitos acerca de la

    creacin del universo. As comprendimos por qu consideran la

    Sierra Nevada como el corazn del mundo.

    Con los primeros rayos del sol reanudamos la caminata.

    Contemplamos las cristalinas aguas del ro Buritaca y cruza-

    mos su cauce en tres ocasiones antes de que el gua principal

    sealara el camino hacia Teyuna. Tardamos 45 minutos en su-

    bir por una angosta escalera de piedra con 1.200 escalones y

    entonces vimos parte de la urbe construida hacia el ao 1.000

    de nuestra era por una de las sociedades indgenas ms fasci-

    nantes del continente.Las terrazas del llamado Eje Central anunciaban, con su in-

    mensidad y su imponencia, que fueron la sede del poder pol-

    tico y social. Nos hicieron sentir en el techo del mundo y desde

    all contemplamos algunas de las 250 estructuras hasta ahora

    descubiertas: restos de edificaciones ceremoniales o de almace-

    namiento, residencias, plazoletas y caminos empedrados conec-

    tados entre s y esparcidos en las 30 hectreas que abarcan este

    espacio sagrado.

    En los das siguientes regresamos por la misma ruta a El Ma-

    mey y dormimos en uno de los campamentos. Al final, entendi-

    mos por qu, ao tras ao el encanto de Ciudad Perdida ha atra-

    do a turistas de todo el mundo: la paz que transmite, sumada a la

    hospitalidad de la gente, hacen de esta travesa una experiencia

    inolvidable que reafirma la riqueza cultural de nuestra querida

    Colombia. Esta es, sin duda, una de las joyas del turismo del pas!

    Con un grupo de amigos emprend un viajepor cuatro regiones fascinantes, dados susatractivos naturales y sus culturas, perosobre todo porque sus pobladores han he-cho que el turismo ayude a construir paz yconvivencia. As ascendimos por el caminode Teyuna, disfrutamos en el ro de los cin-co colores, all en La Macarena, nos des-

    lumbramos con las mariposas de la selvadel Putumayo y apreciamos los maticesdel mosaico cultural de Urab-El Darin.

    Los invitamos a sumergirse con nosotrosen estas experiencias tursticas que brinda

    generosamente nuestro hermoso pas!

    1La iniciativa Turismo, Paz y Convivencia la adelanta el

    Ministerio de Comercio, Industria y Turismo a travs del Vi-

    ceministerio de Turismo, con apoyo de empresarios de las

    regiones, entidades territoriales, universidades y gremios del

    sector como Fedec y Cotelco. Est inmersa en la propuesta

    de Turismo y Paz de la Organizacin Mundial del Turismo.

    En busca de una nueva aventura decidimos

    conocer otra maravilla natural de Colombia: la

    Sierra de la Macarena, un mgico lugar incrus-

    tado en el territorio selvtico del departamento

    del Meta, del cual hace parte el hermoso ro de

    los cinco colores, bautizado sabiamente como

    Cao Cristales.

    El entusiasmo nos embarg desde que espe-rbamos en la sala del aeropuerto Internacional

    Eldorado en Bogot.

    Luego de dos horas de un viaje con algunos

    sobresaltos por la nubosidad sobrevolamos el

    municipio de La Macarena. Nos dej sin aliento

    el paisaje que vimos por la ventanilla del avin:

    el imponente ro Guayabero pareca una gigan-

    tesca anaconda!

    Desde el arribo sentimos tranquilidad gracias

    a la buena disposicin del Ejrcito Nacional de

    Colombia, cuyos miembros amablemente nos sa-

    ludaron y reiteraron, por medio de seas, su com-

    promiso con la seguridad. As mismo, recibimos la

    bienvenida calurosa de quien sera nuestra gua,

    una activa integrante de la Asociacin de Guas

    Tursticos de La Macarena.

    A la maana siguiente comenz la travesa

    hacia Cao Cristales. La iniciamos a orillas del ro

    Guayabero, donde abordamos una lancha que a

    contra corriente hizo un trayecto de diez minutos,

    tiempo en el que observamos grandes tortugas

    terecay y golondrinas azul blancas, as como ce-

    dros, ceibas y cacaos en las mrgenes del ro.

    En Los Mangos, vereda La Cachivera, abor-

    damos una camioneta que nos adentr en una

    llanura adornada con palmas de moriche; fue

    un trayecto de aproximadamente 9 km. Des-

    pus caminamos lentamente bajo un fuerte

    sol 36 C! Tras 30 minutos y 2 km empeza-

    mos a divisar el ms hermoso espectculo na-

    tural: Cao Cristales.

    Sin lugar a dudas habamos llegado a uno de

    los lugares ms bellos del pas. Con asombro

    nos adentramos en la exuberante vegetacin,

    entre el tranquilizador sonido del agua que gol-

    peba las rocas y el murmullo de las aves, para

    apreciar la sutil paleta cromtica del ro ms

    hermoso del mundo. As lo llaman y entendi-

    mos por qu.La experimentada gua esper un rato y nos

    sac del estado de fascinacin, explicando que

    este colorido fenmeno natural se da porque

    en esas aguas se reproducen en el verano unas

    plantas acuticas que crecen en invierno, gra-

    cias a los nutrientes de los minerales del lecho

    rocoso. Sus tonalidades dependen de la cantidad

    de rayos solares que se posen sobre ellas.

    No dudamos ni un segundo en refrescamos

    en las piscinas naturales y bajo las cascadas

    habilitadas para ello. Caminar en las partes

    poco profundas del ro sobre las piedras de

    cuarzo que el sol hace brillar con destellos de

    colores fue una sensacin maravillosa. Gra-

    cias a la viva belleza de este lugar redescubri-

    mos el placer de saltar como nios, de roca en

    roca, esquivando los crteres del terreno, que

    parecan de otro planeta.

    El recorrido nos condujo a los sitios de Los

    Ochos, al pozo conocido como el Pozo Romano,

    la piscina Carol Cristal, la Cascada de los Cuar-

    zos, Los Pianos y la sobrenatural cascada de la

    Virgen, llamada as por que su forma recuerda

    el manto de la virgen Mara.

    La extensa jornada termin en la noche con

    una invitacin a cenar que nos hizo la asocia-cin de guas. Fuimos con varios turistas ex-

    tranjeros que se maravillaron, con nosotros al

    descubrir el hermoso y amplio cielo estrellado

    un espectculo nocturno inigualable!

    Cuando llegamos nos ofrecieron un delicioso

    plato de mamona (carne de res asada) con papa

    y yuca. Luego la reunin se transform en un

    parrando llanero con la irrupcin de la msica y

    de bailarines que nos deslumbraron con sus pa-

    sos de joropo, nos recordaron al colibr en ple-

    no vuelo! Lo ms emocionante fue cuando nos

    ensearon los pasos bsicos de su baile tpico.

    En medio de la algaraba, de la integracin y

    el xtasis de quienes poco o nada conocamos

    de esta cultura llanera, nuestra gua nos pre-

    sent al grupo que ha hecho posible este mila-

    gro turstico. Con entusiasmo cada uno de ellos

    nos reafirm que La Macarena es un territorio

    de turismo, paz y convivencia, cuyos habitan-

    tes estn comprometidos con la conservacin

    del medio ambiente, con la reconciliacin y,

    por supuesto, con una labor comunitaria que

    ha llevado a formar a ms de trescientos guas

    tursticos en la regin para ellos este noble

    trabajo es su proyecto de vida.

    Al terminar nuestro viaje tenamos la convic-

    cin de haber estado en el paraso y de tener,

    en la Sierra de La Macarena y Cao Cristales, un

    destino turstico de proyeccin mundial. La visita

    de Carlos, prncipe de Gales, a esa regin, en no-

    viembre de 2014, confirm esta certeza.

    La siguiente aventura nos llevara a otra regin que

    poco a poco se ha convertido en un destino obligado

    de turismo de naturaleza y cultura: Urab-El Darin, en

    territorios de los departamentos de Antioquia, Choc

    y Crdoba. Bordeada por el mar Caribe, su variedad

    de paisajes, su diversidad cultural y su riqueza natural

    llevaron al famoso periodista y viajero Hctor Mora a

    llamarla Tierra Prometida.

    Viajamos a Medelln en avin y desde all nos fuimos

    por carretera en un recorrido que dur 10 horas a Neco-

    cl, un pequeo municipio antioqueo, que fue fundado

    en el siglo XVI por los conquistadores espaoles.

    En la ruta descubrimos pintorescos pueblos que

    conforman este mosaico cultural como Mutat, Chigo-

    rod, Apartad y Turbo, entre otros. Fue un viaje que

    nos permiti atesorar muchos recuerdos, excelentes

    fotos (que por cierto enviaremos al Concurso de foto-

    grafa Revela Colombia del Viceministerio de Turis-

    mo2) y artesanas de singular belleza, como las Molas,

    los tejidos artsticos que elaboran las mujeres de lacomunidad del resguardo indgena Caimn.

    Llegamos al Centro Ecoturstico y Arqueolgico

    El Carlos, donde nos llevamos una grata sorpresa

    cuando nos hospedaron en cabaas construidas por

    la comunidad con materiales bioclimticos. A la en-

    trada haban regado ptalos de buganvil, una flor que

    abunda en la regin; este fue un indicio del mayor

    atractivo de este lugar: la calidez de las personas. Su

    buena disposicin fue evidente desde que nos reci-

    bieron con platos tpicos de la z ona, como el pescado

    frito y la gallina sudada. Fue una excelente manera

    de terminar esa primera jornada de viaje, extenuante

    y grata.

    El canto de las aves nos despert al da siguiente.

    Despus del desayuno recorrimos El Mirador, los sen-

    deros y jardines de este encantador sitio y visitamos el

    Centro de Interpretacin Arqueolgica, donde se exhiben

    175 piezas de las naciones indgenas Zen y Urab, que

    con las culturas hispnicas y afrodescendientes confor-

    man el mosaico de cosmovisiones que conviven en este

    entorno de alta biodiversidad.

    Las personas encargadas de nuestro viaje haban

    preparado varios recorridos ecolgicos por las costas,

    cinagas y cerros. Los hicimos con ellas y vimos gran

    variedad de fauna y flora. En la tarde, una experiencia

    sin par fue la de baarnos en el volcn de lodo, en el

    cercano municipio de Arboletes. Este lodo es recono-

    cido por sus propiedades medicinales y curativas y

    el volcn se ha convertido en uno de los principales

    atractivos naturales de la regin.

    Otro da terminaba y ya nos sentamos como en

    familia con nuestros anfitriones: sentados a la mesa,

    nos contaron muchas ancdotas y compartieron sus

    sueos de seguir adelante con su proyecto de turismo

    y paz.

    As supimos de las Fiestas del Coco, que celebran en

    enero y del Festival del Bullerengue, que siempre alegra

    el mes de octubre. Colocaron una grabacin de esta m-

    sica y aprendimos algunos pasos que nos parecieron de

    fina gracia y elegancia.

    La conversacin fue tan agradable que nos dio la me-

    dia noche en el restaurante; antes de irnos a descansar

    nos avisaron que en la maana iramos al municipio de

    Acand, en Choc.

    Poco despus del amanecer y tras desayunar con pes-

    cado frito y patacones, iniciamos el viaje; a unos 40 minu-

    tos de salir llegamos a Turbo, donde tomamos una lancha

    o, como las llaman los lugareos, una panga para ir hasta

    el puerto de San Francisco en Choc. Este result ser un

    lugar maravilloso, vimos algunas aves y micos tits, abra-

    zamos rboles gigantes y sentimos cmo nuestra energa

    se renovaba al entrar en contacto con la naturaleza.

    Tras esta reconfortante pausa tomamos una lancha

    hasta la vereda La Playona, a la que llegamos solo 30

    minutos despus, era una playa larga y solitaria por la

    que caminamos hasta llegar a la playa Can en Acand.

    Estbamos ansiosos de que llegara la noche, para ver

    cmo la tortuga Can, la ms grande del mundo, sala del

    mar para desovar. Verlo fue una experiencia nica e in-

    olvidable y aument nuestra admiracin por esta regin.

    De regreso en El Carlos nos tenan reservada una

    sorpresa: nos ensearon a preparar un plato exquisito

    de arroz con coco, gallina criolla, bacota (un guiso hecho

    con la flor del pltano), torta de berenjena y de postreuna galleta de harina y coco, que llaman Vuelve-y-ven.

    Una metfora muy apropiada de lo que signific este

    viaje: tan sabroso que deseamos volver muy pronto.

    El da de nuestra partida lleg un grupo de turistas de

    Rusia y nosotros comentamos que, el turismo, sin duda,

    es una gran esperanza para esta regin. Nos despedi-

    mos con nostalgia de las mujeres y hombres que con-

    forman el Centro Ecoturstico, tanta era la alegra por ver

    cmo han salido adelante!

    Este viaje nos dej la conviccin de que Urab-El Da-

    rin es la Tierra Prometida, un lugar rico en culturas y

    recursos naturales, cuyos habitantes conviven en paz,

    trabajan hombro a hombro en proyectos que se originan

    con materia prima de la naturaleza circundante, como

    lo son la pesca artesanal, el cultivo de caucho, la api-

    cultura, la elaboracin de artesanas y el ecoturismo de

    naturaleza. Es una regin que se consolida como destino

    turstico nacional e internacional.

    2Sobre este concurso ingresar al sitio www.citur.gov.co.

    Luego de pasar una larga temporada recorriendo parte del

    departamento de Nario, decidimos conocer el departa-

    mento del Putumayo. A unos 60 km de Pasto llegamos al

    valle del Sibundoy, enmarcado por terreno montaoso de

    forma tan particular que daba la impresin de ser la boca

    de un volcn. Mientras nos acercbamos al municipio de

    Sibundoy nos llamaron la atencin los gritos de los lugare-

    os que decan: Hoy es el Da Grande, hay que celebrar.

    Estbamos en medio de un desfile! Una persona disfrazada

    con una mscara roja nos invit a festejar, gritaba con eu-

    foria y agitaba una campanilla. Algunos lugareos nos con-

    taron que se trataba del Carnaval del Perdn y la Reconci-

    liacin, de los indgenas inga y kamnt. Participamos en

    l, y averiguamos que se trata de una fiesta para augurar

    buenas cosechas y promover la convivencia pacfica. Los

    indgenas piden perdn a quienes los han acompaado ensu camino a lo largo del ao y sacrifican un gallo, ritual que

    nos impresion aunque comprendimos su funcin: propi-

    ciar la paz futura en su comunidad.

    Seguimos nuestro camino hasta Mocoa, la capital del

    departamento. Llegamos a Paway, una reserva natural y

    nos hospedamos en la ecocabaa, construida en una ceiba

    a 25 m de altura! Fue maravilloso despertar al da siguiente

    y observar el imponente piedemonte amaznico. Muy tem-

    prano nos vimos rodeados por una nube de multicolores

    mariposas. Vimos su metamorfosis y cmo, cuando mue-ren, con delicadeza un grupo de madres cabeza de familia,

    desplazadas, recogen sus alas y las usan como materia pri-

    ma para elaborar piezas artesanales.

    As, confirmamos que proyectos tursticos como este, ade-

    ms de generar empleo, resaltan las bondades naturales del

    Putumayo y le permiten a visitantes de diferentes lugares del

    pas y del mundo vivir experiencias nicas en lugares de gran

    belleza como las cascadas del Fin del Mundo y Hornoyaco, las

    cavernas de Urcusique y el Centro Experimental Amaznico.

    Aqu termina este viaje por cuatro regiones del pas que nos

    dej en el alma huellas imborrables. Son verdaderas joyas del

    turismo de naturaleza y se han convertido en ejemplo de con-

    vivencia para el pas que avanza, de la mano del turismo, en la

    construccin de la paz. Los turistas colombianos y extranjeros

    siguen llegando, como nosotros, a vivir en ellas experiencias ni-

    cas. Aqu dejamos nuestro testimonio de gratitud y admiracin

    por las entidades y personas que con esperanza y tesn estn

    convirtiendo a Colombia en una meca del turismo de naturaleza

    en el mundo. Lo cual corrobora lo expresado por el presidenteSantos en septiembre de 2014: Si hay un pas que tiene un

    gran potencial para atraer turismo es el nuestro. Y si logramos la

    paz va a ser mucho ms fcil atraer ms turismo ().

    TURISMO, PAZ Y CONVIVENCIA

    Tony Wheeler, fundador de Lonely Planet, incluy a Ciudad

    Perdida o Teyuna en la lista de sus 15 lugares favoritos

    del mundo, con estas palabras: Esta es la mayor ciudad

    antigua de Amrica del Sur y est realmente perdida! El

    hecho de que para visitarla haya que caminar durante

    varios das a travs de la jungla garantiza que siga as de

    perdida. En: El planeta de Tony Wheeler. El Viajero, El Pas,

    Espaa, 26/09/2013.

    Es mi ferviente esperanza que los

    colombianos puedan encontrar la fuerza

    para seguir cultivando el compromiso

    en favor de la paz y la reconciliacin en

    sus propios corazones, pues esta debe

    ser, sin duda alguna, la clave para una

    solucin duradera en Colombia. Carlos,

    prncipe de Gales, durante su visita a

    Colombia en noviembre de 2014.

    Cmo vemos a una poblacin que pasa de una

    situacin, o est pasando de una situacin tan difcil,

    a una situacin ya llena de esperanza y alegra la

    paz se construye todos los das de muchas formas,

    y se construye como aqu se est haciendo: unidos.

    Juan Manuel Santos, Presidente de Colombia. Putumayo,

    noviembre de 2014.

    CIUDAD PERDIDA-MAGDALENA.

    CAO CRISTALES.FOTO FILIBERTO PINZN.

    EL CARLOS.FOTO ASOCIACIN GUARDAGOLFO

    VALLE DE SIBUNDOY - PUTUMAYO.

    CARNAVAL DEL PERDN Y LA RECONCILIACIN.SIBUNDOY - PUTUMAYO.FOTO PUNTOS SUSPENSIVOS EDITORES.

    La regin de Urab y Darin tiene una riqueza

    enorme: su naturaleza, su gente tan especial y

    linda y su cultura diversa y nica. La historia de

    la regin y de la gente incrementa esa riqueza!

    Esta es la base para un turismo sostenible y

    prspero. Un viaje a Urab y Darin es conocer

    un poco el paraso en la tierra. Cordula Wo-hlmuther, coordinadora del Proyecto Turismo y

    Paz, de la Organizacin Mundial del Turismo y la

    Universidad de Klagenfurt, Austria.

    CAO CRISTALES.

  • 7/25/2019 Mapa Colombia Copia

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