macedonio fernández

4
Macedonio Fernández. (Por Alejandro Dolina) Era un hombre cuyo habito era pensar, se la pasaba todo el día pensando. No era un erudito, no era un hombre de erudición, despreciaba la erudición, la consideraba una cosa vana. Pero si amaba pensar. Podríamos nosotros reflexionar un poco de este ultimo inciso. La diferencia que hay entre pensar y saberse algo. Nuestro mundo con las nociones ya hechas te tomas una pastilla y adquirís una noción. Ya vienen acuñadas, tienen todo un diseño. Y algunos tienen cierta erudición y otros no, pero saben pensar, saben cuál es el mecanismo del pensamiento. Y ese era macedonio. Un día dijo que si él pudiera ir al campo y tenderse al medio día y cerrar los ojos, distrayéndose de las circunstancias estaba seguro de poder resolver el enigma del universo. La actividad metal de este hombre era incesante, eso sí, una forma lenta de exponer. Y no les hacían meya las refutaciones ajenas, ni las confirmaciones de lo que él decía. No le importaba nada el argumento ajeno. A mí me gustan esa clase de locos… Macedonio era muy inteligente y creía que todos eran tan inteligentes como él. Entonces suponía que nadie podía equivocarse…Tenía mucha confianza en la inteligencia ajena. Era capaz de estar solo sin hacer nada en largas horas de inacción, una habilidad que hemos perdido. La gente se aburre con facilidad. Había acostumbrado a sus sentidos a no percibir lo desagradable y a demorarse en un pequeño agrado cualquiera: El olor del tabaco, o el olor de un libro…El azar a veces lo lleva a piezas muy modestas… Le interesaba la dietética… Escribir no era algo que le gustara mucho, él vivía para pensar. Sin embargo, escribía con facilidad, pero no le daba ningún valor a lo que

Upload: jose-aranda

Post on 20-Feb-2017

8 views

Category:

Education


1 download

TRANSCRIPT

Page 1: Macedonio Fernández

Macedonio Fernández. (Por Alejandro Dolina)

Era un hombre cuyo habito era pensar, se la pasaba todo el día pensando.

No era un erudito, no era un hombre de erudición, despreciaba la erudición,

la consideraba una cosa vana. Pero si amaba pensar.

Podríamos nosotros reflexionar un poco de este ultimo inciso. La diferencia

que hay entre pensar y saberse algo. Nuestro mundo con las nociones ya

hechas te tomas una pastilla y adquirís una noción. Ya vienen acuñadas,

tienen todo un diseño. Y algunos tienen cierta erudición y otros no, pero

saben pensar, saben cuál es el mecanismo del pensamiento. Y ese era

macedonio.

Un día dijo que si él pudiera ir al campo y tenderse al medio día y cerrar los

ojos, distrayéndose de las circunstancias estaba seguro de poder resolver el

enigma del universo.

La actividad metal de este hombre era incesante, eso sí, una forma lenta de

exponer. Y no les hacían meya las refutaciones ajenas, ni las

confirmaciones de lo que él decía. No le importaba nada el argumento

ajeno. A mí me gustan esa clase de locos…

Macedonio era muy inteligente y creía que todos eran tan inteligentes como

él. Entonces suponía que nadie podía equivocarse…Tenía mucha confianza

en la inteligencia ajena.

Era capaz de estar solo sin hacer nada en largas horas de inacción, una

habilidad que hemos perdido. La gente se aburre con facilidad.

Había acostumbrado a sus sentidos a no percibir lo desagradable y a

demorarse en un pequeño agrado cualquiera: El olor del tabaco, o el olor de

un libro…El azar a veces lo lleva a piezas muy modestas…

Le interesaba la dietética…

Escribir no era algo que le gustara mucho, él vivía para pensar. Sin

embargo, escribía con facilidad, pero no le daba ningún valor a lo que

Page 2: Macedonio Fernández

redactaba. Tenía una letra, decía Borges, propia de una época donde no se

conocía la máquina de escribir y la buena caligrafía formaba parte de los

buenos modales. Tener buena letra era un gesto de cortesía .Se mudaba

muy seguido y dejaba olvidado los manuscritos de sus obras en cajones, no

se tomaba el trabajo de llevárselos, no les daba ningún valor.

Un día dijo: “Suponer que podemos perder algo es un acto soberbio, ya que

la mente humana es tan pobre que estamos condenados a encontrar, a

perder o a redescubrir siempre las mismas cosas.”

Y esto es verdad ¿no?, cuantas veces tratando de raspar el tarro de nuestra

imaginación, encontramos cosas viejas, pero con una ingenuidad hija del

olvido, las damos por nuevas. Nos olvidamos de nuestras ideas, que son

también más o menos siempre lo mismo. Recorrer uno su mente, es como

recorrer un terrenito de 8 por 15, donde no hay mucha variedad que

digamos. Y en nuestra ayuda acude el olvido. Como nos olvidamos por ahí

recibimos con aire de novedad cosas que han estado allí desde siempre.

Macedonio le temía al dolor y a la muerte. Para ahuyentar a la muerte había

inventado que el yo no existía. Y al no haber yo nadie se moría. Por otra

parte, para negar el dolor dijo algo muy interesante, el negaba que el dolor

físico humano pudiera ser intenso y decía: “En un mundo en que el placer

es de juguetería, los dolores no pueden ser de herrería.” Porque tenía

pensado que el hombre no era capaz de grandes placeres.

El precio que uno paga por los grandes placeres, no es otra cosa que una

colección de grandes dolores. No porque el mundo este hecho de un modo

simétrico, sino que para tener el cuero sensible al gran placer, hay que

tenerlo también sensible para el gran dolor. Los tipos que no sienten los

dolores, aquellos que no les importa mucho nada, difícilmente a la hora del

placer puedan darse algún banquete.

Un hombre que va padecer un dolor debe pensar en él. La gente vulgar no

piensa en el dolor. Pero macedonio recomendaba lo contrario, pesar

minuciosamente, imaginar previamente y todas sus circunstancias para que

luego la realidad no llegara a espantarlo…De ese modo, cuando sucedía (El

dolor) parecía que no era más que un nuevo repaso de aquella serie de

pensamientos.

Nunca escribió mucho. Ni publicó mucho. Y la verdad es que después de

conocer algunas de sus locuras y retruques, sus obras nos parecen un poco

despectivas…

Page 3: Macedonio Fernández

Borges contaba una cosa muy enternecedora y muy poco difundida. Borges

fue amigo de Macedonio, que era por cierto mayor que él, heredo su

amistad del padre, Guillermo Borges. Y cuenta Borges que esperaba el día

sábado, que era el día en que iba a conversar con Macedonio, y mientras

tanto se entretenía leyendo aprendiendo Alemán, tratando de que el tiempo

pasara rápidamente para que llegara el sábado, y pudiera darse el placer de

hablar con ese hombre.

Qué bien contado eso, eso de desear uno que el tiempo pase rápido cuando

está esperando algo muy anhelado.

Hay algo que nos pasa con artistas admirados como Macedonio, que son

como de la familia, que de tanto haberlos leído, de tanto haber seguido la

cadencia de su prosa, de tanto haber imaginado la entonación de su voz, de

tanto preverle los retruques, los pensamientos, ya nos parece que lo hemos

conocido y es legitimo decir que hombres como estos son de nuestra

familia porque casi no pasa un día sin que pensemos en ellos, sin que una

frase , sin que un recuerdo, sin que uno de sus pensamientos nos venga a la

memoria. Entonces es verdad, sí los hemos conocido. Y muchos de

nosotros podemos decir que hemos conocido a Macedonio Fernández.

Hablar de Macedonio es hablar de inteligencia y de pensamiento. La

palabra es instrumento de la inteligencia. La palabra es un alago

macedónico, como el alago de oler los libros…Por que la palabra es un

lindo juguete que nos ha regalado la selección natural, las alegrías de la

palabra.

Video (audio) de Alejandro Dolina:

Macedonio Fernández - Alejandro Dolina La Venganza Será Terrible

https://www.youtube.com/watch?v=6NLEQj7rr9k

Page 4: Macedonio Fernández

Algunos sitios recomendados:

Documental recomendado:

Macedonio Fernández.

Es un documental producido por la Secretaría de Cultura de la Nación. Dirigido por Andrés di Tella. Ricardo Piglia, guionista y actor, nos guía por el Buenos Aires de Macedonio Fernández.

https://www.youtube.com/watch?v=qyRaDJwP1u4

(Enlace de destino)

Programa de radio recomendado: “Superficies de Placer”

Especial Macedonio Fernández en radio.

Anécdotas, lectura en vivo, Fragmentos de dos de Sus obras paradigmáticas: “Papeles de Recienvenido” y “Museo de la Novela de la Eterna”. Dialogamos Con Andrés Di Tella y Marisa Muñoz.

Voces en la noche y Mucho jazz.

https://beta.mixcloud.com/juan-leo-l%C3%B3pez/especial-macedonio-fern%C3%A1ndez-en-radio/

(Enlace de destino)

Collage realizado por:

José Antonio Aranda.

(05-Enero-2017)