lucas alamán un análisis historiográfico de su historia de méjico

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Con justa razón el tiempo se ha encargado de clasificar a Lucas Alamán como el fundador ideológico del conservadurismo mexicano. El término se ha relacionado con una visión retrógrada de la realidad, una que ve a la historia como algo inamovi!le, estático, cerrado a cualquier camino que signifique una mejora social o política

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  • EDUARDO PORTAS/MAESTRA EN HISTORIA MODERNA DE MXICO/CASA LAMM/PRIMAVERA 2013

    Lucas AlamnUn anlisis historiogrfico de su

    Historia de Mjico

    Con justa razn el tiempo se ha encargado de clasificar a Lucas Alamn como el fundador ideolgico del conservadurismo mexicano. El trmino se ha relacionado con una visin retrgrada de la realidad, una que ve a la historia como algo inamovible, esttico, cerrado a cualquier cambio que signifique una mejora social o poltica. Sin embargo, al analizar su Historia de Mjico, magna obra publicada entre 1849 y 1853, nos percatamos de que el conservadurismo de Alamn es realmente un llamado al orden en donde ciertas instituciones juegan un papel fundamental en oposicin al revuelto clima poltico que presenci durante su vida entre el ao 1792, cuando naci en Guanajuato, y su muerte en 1853 en la capital del pas. Las instituciones que representan el orden para Alamn son la Iglesia como actor pblico, un gobierno fuerte (incluso tutelado por una monarqua, si es necesario), un ejrcito bien armado, un poder legislativo reducido y, sobre todo, una economa basada en la propiedad privada que pueda hacer crecer al pas, conceptos todos que funcionaron de manera muy distinta en los primeros aos de la vida independiente del pas. De ah nace el resquemor de Alamn, de vivir en un pas que avanza por derroteros institucionales muy distintos a los que l considera como ideales. Mxico, desde su punto de vista, no tiene porqu replicar las divisiones de poder republicanas cuando su origen es distinto a las potencias europeas que las apuntalan (y mucho menos el modelo de Estados Unidos). Forzar al pas en un encuadre desligado de su realidad es la razn por la que encontramos cierto pesimismo y una acrbica crtica al movimiento de lucha independentista en la obra de Alamn. Del desorden no poda surgir un pas que compitiera con la vanguardia occidental de su poca. En ese momento, al menos, la realidad le daba razn: pocos aos de su muerte, Mxico perdi la mitad de su territorio tras una guerra contra Estados Unidos (1847-1848), la cual incluy la ocupacin a la Ciudad de Mxico, acto que presenci el autor desde su casa en San Cosme.

    El punto de rompimiento entre lo que Mxico podra ser y lo que es deviene es la cruenta lucha de los rebeldes por conseguir su autonoma de Espaa. La divisin de la Historia de Mjico est hecha de tal forma que el grueso del material comprende los puntos de ruptura de la nueva nacin. De los tomos I al IV nos enteramos de lo que sucede entre 1808 y 1819: los sucesos de los aos inmediatos previos al movimiento, la revolucin de 1810, las campaas de Morelos, las diferencias y rompimientos entre los jefes insurgentes, la decadencia del movimiento, la campaa de Mina y la pacificacin completa de la NE. En el tomo V avanzamos desde 1820 a 1852: la revolucin de Iturbide, el Plan de Iguala, el triunfo del movimiento, la Regencia, el Imperio de Iturbide y su fin, el inicio de la repblica federal y, en el

  • ltimo captulo, vemos el testimonio poltico del autor, en donde presenta el programa de accin del Partido Conservador. Cada tomo es amplio, de unas 600 pginas. Sus fuentes provienen de muy variada ndole, tales como memorias, diarios, papeles oficiales, gacetas de gobierno, partes militares, entrevistas, planos y mapas, adems de apoyarse en autores como Humboldt, Servando Teresa de Mier, Jos Mara Tornel y Jos Mara Luis Mora, aunque sea de forma mnima en este ltimo. Carlos Mara Bustamante, sin duda, es la referencia ms citada en toda la obra de Alamn; lo hace cientos de veces. El autor se encarga de rebatirlo, criticarlo y desmentirlo, tomando los mismos documentos que toma Bustamante pero interpretndolos de forma distinta, frecuentemente para denigrar al movimiento de Independencia. El oaxaqueo representa todo lo que el otro no quiere ser. En donde uno escribe de forma elaborada y florida, Alamn prefiere el lenguaje parco y directo. El primero enaltece el caos y la glorifica en su Cuadro Histrico de la Revolucin Mexicana de 1810, cuando el segundo busca el orden y los orgenes para explicar cmo se lleg a la realidad que enfrenta Mxico a la mitad del siglo XIX1.

    Son visiones opuestas de un mismo hecho las que motivan al guanajuatense a escribir su propio relato, tal como delinea en el prlogo del Tomo IV de su Historia de Mjico. Al contrario de Bustamante, seala que busca contar lo bueno y lo malo que ha hecho cada partido con el objetivo de eliminar las exageraciones ideolgicas que expresan los pensadores que justifican el desorden acaecido con la guerra. Su objetivo es exorcizar las telaraas mentales que cargan los mexicanos de su tiempo para desmitificar lo que realmente pas durante los aos de lucha armada, impulsadas por las facciones polticas, pues no se explica cmo se puede venerar una guerra con las conmemoraciones anuales del 16 de septiembre. A su obra la califica como un golpe de luz que excita diversas opiniones ante una audiencia que ha vivido con un velo sobre los ojos. El autor es muy claro al respecto: El triunfo de la insurreccin hubiera sido la mayor calamidad que hubiera podido caer sobre el pas2. El valor de la obra de Alamn reside entonces en la deconstruccin que hace de la obra Bustamante. Pgina por pgina, nota de pie tras nota de pie, el lector comienza a vislumbrar un trabajo exhaustivo de bsqueda de fuentes primarias, ya sea testimoniales o documentales, algo que carecen muchas de las obras de otros historiadores de su poca, al menos con este nivel de profundizacin, de sistematizacin y de claridad. El despliegue crtico de Alamn se aprecia mejor cuando vemos la extensin de su obra de forma cronolgica, espacio en donde el relato guarda cierta tensin cuando el autor salta del bando de los rebeldes al de los realistas y explica sus motivaciones para realizar sus empresas. Esta es la historia de los grandes acontecimientos de un cmulo de hombres con deficiencias y pasiones, distinta a la que presenta Bustamante. Los hechos de ruptura forman a la nueva nacin: la Conquista y la Independencia, en donde el primero tiene mucho de redimible y el segundo casi nada. En el primero caso, la hazaa de Hernn Corts es la gua para descubrir el gnesis del nuevo pas. El espaol es resuelto y decidido y la Conquista es todo Corts. Su legado resalta en el presente: la fundacin de la Ciudad de Mxico, el inicio de la evangelizacin y la misma nacionalidad mexicana3.

  • (En este sentido, cabe recordar que nuestro autor fue representante legal del duque de Terranova, descendiente del conquistador y por esos tiempos era uno de los hombres que derivaba mayor riqueza de sus rentas y arrendamientos en Mxico. Entre 1835 y 1837 se vendieron los bienes legados por Corts, y Alamn fue el responsable de llevar a cabo esas transacciones. El clima antiespaol de los aos 1828 y 1833, as como distintas disposiciones legales que confiscaron los inmuebles del duque, hicieron que ste comenzara una venta a distancia, desde Europa, de sus posesiones. Alamn jug un papel crtico en esas acciones de mediacin de compra-venta. En ese entonces, Mxico era un pas sumamente inestable y as lo perciban los otros pases europeos. Es por eso el duque decidi vender sus propiedades antes de que el gobierno nacional se las volviera a confiscar. El mexicano, por cierto, acab por administrar una hacienda de Atlacomulco que al final no se pudo vender. Despus de su muerte, su hijo continu administrando dicha hacienda4).

    La Conquista es rompimiento, s, pero despus de ste, deca, deba surgir un orden de las cosas dando legitimidad a lo que en algn momento fue violencia. De ese nuevo orden proviene todo lo que somos los mexicanos hoy: idioma, religin, costumbres. Adems, Mxico no necesita de las ficciones mitolgicas de la historia, como lo necesitaban los romanos de acuerdo con Tito Livio, para enorgullecerse como nacin. La historia para Alamn es as la genealoga de las naciones, la quinta esencia del ser, su origen. Si el origen es noble, se es noble, se es degradado si el origen es degradado5. Esta manera estamental, estratificada, de ver la historia es comn en los distintos pensadores decimonnicos, cuando el proceso histrico an se ve como algo comn a las naciones y la historia universal tiene un sentido determinado de progreso. En contraste con lo que vivi al comienzo de su vida en su propio Guanajuato y lo que vive al momento de redactar su texto, quiere buscar una significacin que le d una justificacin moral a algo que de otro modo es un caos, con una Providencia ausente. A diferencia de la Independencia, la Conquista se considera como una virtud gracias a sus consecuencias y no a causa de los mtodos que emplea. Ninguna conquista es justificable, admite, pero todas las naciones las han sufrido y se han forjado gracias a ellas. La guerra de Independencia, en cambio, tiene poco de redimible aunque algunas acciones especficas de muy pocos hombres lo hayan sido: impero el caos lleno de violencia, las esperanzas frustradas, las pasiones y las necesidades.

    Todo esto choca con la esencia del autor. De pequeo vivi en la ciudad ms rica de la Nueva Espaa y no perdi sus posesiones porque su madre logr convencer a Hidalgo, en pleno levantamiento, para evitar el saqueo. Despus viene a la ciudad de Mxico y estudia las ciencias exactas de la minerologa, qumica y botnica. De ah se va a Europa y refuerza su formacin para regresar al pas en 1820 y trabajar como secretario de la Junta de Sanidad en el virreinato de Juan Ruiz de Apodaca. En 1821 es electo como diputado para las Cortes de Madrid y se convence de la superioridad del orden europeo. Siendo criollo, confirma que la Nueva Espaa puede

  • ser parte del imperio an si pide su autonoma, bajo un nuevo estatuto (similar a lo que vive actualmente Canad en su relacin con el Reino Unido). Al final, sin embargo, Madrid no acepta esta figura. Criollo de nacimiento, tiene amistades importantes en la poltica y favorece a las industrias minera y textil, las cuales ve como un motor de desarrollo nacional. Gracias a su formacin, ocupa el ministerio de Relaciones Interiores y Exteriores con el gobierno provisional de 1823, en donde contina bajo el mandato de Guadalupe Victoria hasta renunciar al puesto en 1825.

    Despus de un breve periodo fuera de la administracin en donde se dedic a la industria, regresa al gobierno de Anastasio Bustamante en el ao de 1832, en donde tiene una fuerte influencia en la cartera de Relaciones de Exteriores, periodo en el que negoci con Estados Unidos el lmite territorial de la colonizacin en Texas. Renuncia al puesto y se le acusa infructuosamente de ser el autor intelectual del fusilamiento de Vicente Guerrero, absolucin que recibi en 1834. Sin cargo pblico, en 1846, dirige el diario El Tiempo y en 1849, organiza el Partido Conservador y su rgano de difusin, El Universal. Gana las elecciones municipales pero renuncia y en 1851 es elegido diputado y senador. Ya en el gobierno de Santa Anna, quien volvi al poder a peticin de los conservadores, es nombrado de nuevo ministro de Relaciones Exteriores.No es sorpresivo, entonces, que los rebeldes choquen con su ideal, con su posicin ordenada, acomodada del mundo. En ese marco entra tambin la religin. Para los hombres de su poca era un elemento bsico de su vida; para Alamn es un factor que une. La Conquista, recalcamos, tiene sentido porque instaura la religin catlica y trae la civilizacin a los salvajes indios, inferiores a las culturas europeas, y se ve como una cruzada, la cual podra ser escrita en una novela de caballera. Este esquema maniqueo se repite cuando describe las acciones de los insurgentes contra los espaoles en 1814 en el Tomo IV de su Historia de Mjico:

    La de las lomas de Santa Mara, ms que una funcin de guerra, se asemeja a las ficciones de los libros de caballera, en que un paladn embesta y desbarataba a una numerosa hueste: en esta, Iturbide con

    trescientos sesenta valientes, acomete en su campo a un ejrcito de veinte mil hombres acostumbrados a vencer, con gran nmero de caones, y vuelve triunfante entre los suyos, dejando al enemigo en tal

    confusin, que realizndose la fbula en que la fecunda imaginacin del Ariosto finge que la discordia conocida por el arcngel San Miguel por orden de Dios se introduce en el campo de los moros y hace que

    stos se destruyan peleando entre s, los insurgentes combaten unos con otros, y llenos todos de terror se ponen en fuga, el primero Morelos, con su escolta llamada de los cincuenta pares, abandonando artillera,

    municiones y todo acopio de pertrechos hecho a tanta costa y en tanto tiempo para venir a ponerlo en poder del enemigo6.

    Los insurgentes tuvieron todo para terminar el conflicto contra los espaoles, aade, pero su anarqua acab por subyugarlos a los peninsulares. El virrey Calleja los elimin uno por uno. El gran problema para Alamn es que ese desorden an se filtra en las instituciones mexicanas y son la causa de la precaria situacin del pas.

    Esta misma ha sido en nuestros das la historia de la guerra con los Estados Unidos. Y este es el peligro al que se halla expuesta la Repblica, por las mismas causas que frustraron tantos esfuerzos en la revolucin de

    1810. Intil fue la feroz energa de Morelos; intiles los constantes aunque interesados intentos de D. Ignacio

  • Rayn, para establecer un gobierno de que l hubiese de ser el jefe; la constancia de los diputados del congreso de Apatzingn para formar una Constitucin entre riesgos y privaciones; el noble carcter de D.

    Nicols Bravo; el sacrificio de su padre y de su to; el denuedo de Galeana; la capacidad militar de Tern y de D. R. Rayn, las ventajas que procur a Victoria el terreno que ocupaba; el tesn de Guerrero, no queriendo admitir el indulto de que dieron mil y mil pruebas Trujano, Rosales, Mina y sus compaeros y otros tantos;

    todo fue infructuoso, todo se desvaneci ante el desorden, la anarqua y el espritu de rivalidad, de egosmo, de pillage y de privadas ambiciones, que fue el carcter de aquella revolucin7

    Para Alamn, la Independencia no fue una guerra de nacin a nacin, fue un levantamiento de la clase proletaria contra la civilizacin. Por eso, dice, vemos entre los jefes del movimiento a tanto hombres perdidos, notables por sus vicios o salidos de las crceles. A causa de eso, una parte de la sociedad respetable (su parte, claro), reaccion para defender sus bienes y familias, lo que dio fuerzas y proporcion recursos al gobierno: eso fue lo que sofoc el deseo general de independencia. En su primer momento, aade, la revolucin comenz por un engao, se propag y se sostuvo por los medios ms inmorales y atroces y termin pidiendo perdn al vencedor, degollndose o entregndose vilmente unos a otros para merecerlo8.

    La Independencia que tanto se celebra, ya en su poca, fue obra de otros hombres y de otras combinaciones, resultando de otras causas y el efecto natural de la sencilla evolucin de cambiar de frente el ejrcito, movido por alta jerarqua del clero en odio de la Constitucin espaola, de suerte que la independencia vino a hacerse por los mismos que hasta entonces haban estado impidindola9. La lucha es una masa amorfa que representa un peligro y rompe con la continuidad que haban instaurado los espaoles y en consecuencia los criollos como l. De ah el rechazo de Alamn a los pregoneros demagogos de su tiempo que alababan al movimiento armado. En su esencia, la turba est compuesta de hombres poco admirables:

    Los hombres ms perdidos, los criminales salidos de las crceles, se ponan al frente de estas bandas de forajidos, y a la voz de viva la Amrica, grito de guerra que vino a ser una expresin proverbial para significar robo y pillaje, que fue sustituyendo poco a poco al de la Virgen de Guadalupe, o que se usaba

    simultneamente con este, llevaban al exterminio y la desolacin a todos los lugares que tenan la desgracia de caer bajo su poder. Estado miserable de desorden y de anarqua, que sin embargo se ha pretendido

    renovar en 1847, como medio eficaz para de guerra para rechazar la invasin extrangera, siendo esta una de las funestas consecuencias que ha producido la falsa representacin de los hechos de la poca de que vamos

    tratando, pues a fuerza de celebrar como heroico todo lo que entonces aconteci, se crey que poda ser digno de imitacin, lo que no debi ser nunca mas que motivo de escarmiento10

    Iturbide sale mal parado como alguien ambicioso que aprovech la lucha de los rebeldes para forzar una monarqua en un pas sin la historia o las instituciones para sustentarla; Morelos, tambin es criticado como un cura afecto a las mujeres, parte del clero bajo, que perdi su fama militar despus de su huda en la batalla de Lomas de Santa Mara, tras el estallido rebelde, en la provincia de Valladolid. Otros insurgentes reciben descriptivos similares.

    El propsito de la empresa en la obra de Alamn, conclumos, es el aprendizaje para

  • no repetir los errores del pasado que han trado al ejrcito yanqui hasta la Ciudad de Mxico. Es una historia causalista en donde el historiador se mete a los hechos, los desmenuza, para darle claridad al lector. Y si la historia de Mxico es trgica en su obra es a causa de haber roto con el orden establecido que haban trado los espaoles, ligado a la Providencia, ligado a la continuidad. Ah empieza el pasado histrico de Mxico, de ah viene la civilizacin y no es necesario evocar a los aztecas ni para enaltecer el origen del chocolate, el cual debi ser un muy desagradable brebaje antes de que fuera combinado con leche y azcar11.

    1 Enrique Plascencia de la Parra, Lucas Alamn en El Surgimiento de la Historiografa Nacional, Ortega y Camelo (coords), UNAM, Mxico, 1997, pp. 345-346.2 Lucas Alamn, Historia de Mjico, Tomo IV, Imprenta de Victoriano Ageros y Comp. Editores, Mxico, 1884, pp. 555-556. (Versin E-Libro disponible en www.archive.org en http://bit.ly/12rg1DI )3 Plascencia de la Parra, Op.Cit, p. 317.4 Jan Bazant, Los bienes de la familia de Hernn Corts y su venta por Lucas Alamn en Historia Mexicana, Vol. 19, No. 2 (Oct-Dec., 1969), pp. 228-247, El Colegio de Mxico, Mxico, passim.5Plascencia de la Parra, Op.Cit, pp. 312-313.6Alamn, Op.Cit, pp. 10-11.7Ibid, p. 554.8Ibid, p. 555.9Ibid, p. 556.10Alamn, Historia de Mjico, Tomo II, Ed. Jus, Mxico, 1942, p. 216.

    11Plascencia de la Parra, Op.Cit, p. 318.REFERENCIAS CITADAS

    ALAMN, L. Historia de Mjico, Tomo II, Ed. Jus, Mxico, 1942.

    ALAMN, L. Historia de Mjico, Tomo IV, Imprenta de Victoriano Ageros y Comp. Editores, Mxico, 1884. Versin E-Libro disponible en www.archive.org en http://bit.ly/12rg1DI

    BAZANT, J. Los bienes de la familia de Hernn Corts y su venta por Lucas Alamn en Historia Mexicana, Vol. 19, No. 2 (Oct-Dec., 1969), pp. 228-247, El Colegio de Mxico, Mxico.

    PLASCENCIA DE LA PARRA, E. Lucas Alamn en Ortega y Camelo (coords) El Surgimiento de la Historiografa Nacional, UNAM, Mxico, 1997, pp. 307-348.