los riesgos laborales en el personal de enfermerÍa de quirÓfano
TRANSCRIPT
LOS RIESGOS LABORALES EN EL PERSONAL DE ENFERMERÍA DE
QUIRÓFANO
La prevención de riesgos laborales es tema de vital importancia en el ámbito
hospitalario. Por ello, no debemos dejar de lado los riesgos que pueden surgir en el
quirófano y, con ello, poner en peligro la salud y seguridad de los trabajadores
(médicos, enfermeras, auxiliares, celadores, personal de limpieza).
Es complejo y extenso abordar los riesgos de cada profesión, pero a largo de este
artículo se va a realizar una valoración de los riesgos más frecuentes que se pueden
producir en un quirófano a lo largo de una jornada laboral, como los ocasionados por
temas de temperatura, electricidad, movilización de pacientes y cargas, riesgos
biológicos, radiaciones ionizantes, etc.
La protección de la salud es el objetivo prioritario de cualquier institución sanitaria y
lleva implícita la vigilancia, prevención y control de los distintos riesgos que pueda
sufrir el profesional sanitario, ya que todo accidente laboral conlleva unas
complicaciones sociales, laborales, legales e, incluso, económicas, tanto para el
trabajador como para las distintas instituciones sanitarias.
Riesgos laborales en el quirófano
El personal que realiza habitualmente su trabajo deberá estar protegido frente a los
diferentes tipos de riesgos que en dicho departamento se pueden ocasionar -todos se
encuentran recogidos bajo una normativa.
Riesgo eléctrico
El suministro de electricidad debe contar con alternativas de emergencia, ya sean
estas de tipo autónomo, como generadores propios o sistemas de alimentación
ininterrumpidos, mediante baterías que permitan una autonomía suficiente en caso de
fallo en el suministro principal.
Riesgo cuyo origen son los gases
Los gases necesarios en el área quirúrgica son el oxígeno para la utilización en los
equipos de anestesia y el aire comprimido de grado médico. Estos gases, aparte de
utilizarse para la ventilación del paciente, son usados como fuente de energía de los
aparatos neumáticos que se utilicen en el quirófano (vitrectomos, bombas de infusión
de fluidos o motores). La presión mínima necesaria en la actualidad es de 5 Bar y
existe una normativa legal de los países pertenecientes a la Unión Europea (tabla 1).
La presencia de gases o vapores anestésicos a elevadas concentraciones en el aire y
ambiente de los quirófanos, salas de reanimación…, puede ocasionar efectos nocivos
para la salud de los trabajadores de quirófano. Los compuestos más utilizados son el
protóxido de nitrógeno y el halotano, los cuales presentan menor riesgo de toxicidad y
mayor seguridad en su manejo. Se pueden ver reducidas las concentraciones de
gases anestésicos en el ambiente laboral mediante:
Un correcto diseño de los sistemas de ventilación.
Realizándose los debidos controles ambientales para conocer la concentración
de gas en el ambiente.
Se evitará que mujeres embarazadas estén expuestas al halotano y al
protóxido de nitrógeno, por poder producir alteraciones en el feto.
Todo personal que se encuentre expuesto a dichos gases deberá conocer los
riesgos para la salud.
Deberán realizarse los controles reglamentarios en los aparatos anestésicos
(búsqueda de fugas, sustitución de filtros, comprobación de sistemas de
eliminación).
Riesgos derivados de la movilidad del personal
La movilidad del personal está de acuerdo con los criterios del mantenimiento de
esterilidad. En la zona quirúrgica deberá haber un personal encargado del transporte
del paciente desde el momento que entra a la zona semi-restringida hasta su salida
hacia la planta, para evitar la circulación de partículas contaminantes dentro de la zona
restringida.
El cirujano, sus ayudantes, la enfermera instrumentista y el circulante se mueven entre
el quirófano y la zona de lavado, evitando transportar gérmenes desde otras zonas de
menor asepsia. Se recomienda no realizar movimientos inadecuados en el área
quirúrgica y que el personal colaborador o auxiliar de la intervención, si en algún
momento, dentro del transcurso de la misma, debe entregar algún tipo de instrumental,
lo entregará al personal circulante en la puerta del quirófano; así formaremos una zona
de mayor protección que es el quirófano y la zona de lavado. Las otras zonas, con
menor protección ‘pre-post anestesia y circulación’, son donde está el personal de
suplencia o refuerzo, cuidado y transporte de los enfermos. Así, la circulación es
desde el exterior séptico a zonas de mayor asepsia donde se prepara la intervención
para pasar al quirófano, que es el máximo nivel, y de ahí nuevamente se descarga a
zonas de menor exigencia de esterilización hasta nuevamente el exterior.
Según los estudios realizados, el hombre emite en su entorno próximo un determinado
número de partículas de 0,5 a 10 micras de diámetro, las cuales se ponen en
suspensión en el aire. El origen de estas partículas son las escamas cutáneas, la
sudoración y las gotas de Flügge de las vías respiratorias (tabla 2). La Organización
Mundial de la Salud ha hecho una valoración de las partículas emitidas según la
movilidad de la persona.
Tabla 2. La Organización Mundial de la Salud ha hecho una valoración de las
partículas emitidas según la movilidad de la persona.
El aire
Dentro del quirófano es de gran importancia tener en consideración el aire. Este
deberá ser expulsado desde el quirófano hacia las distintas zonas no estériles,
extrayendo las partículas flotantes (tabla 3); para conseguir este objetivo se deberá
tener la instalación de aire acondicionado de tal manera que se encuentre calculada
para obtener la mayor presión en el quirófano. La diferencia de presión deberá ser
como mínimo de 5 milibares entre cada zona, es decir, dentro del quirófano habrá
presión atmosférica + quince milibares, por ejemplo, (1030+15=1045 Mb), en las
zonas ‘pre y post-quirúrgicas’ será de presión atmosférica +10 milibares
(1030+10=1040 Mb) y, por último, en la zona de entrada-salida de pacientes será de
presión atmosférica + 5 milibares (1030+5=1035 Mb). De esta manera, el aire
circulante es expulsado desde los quirófanos al exterior de forma constante.
Filtraje del aire
En la descarga de aire en la zona quirúrgica debe haber instaladas unidades de filtraje
especial tipo EU6 con una eficacia del 99,999995 del test de llama de sodio según la
normativa Europea EU14. Estos elementos filtrantes garantizan la calidad del aire que
se suministra al área quirúrgica, impidiendo la entrada de partículas mayores de 0,3
micras. Estos filtros han de ser renovados periódicamente siendo necesaria la
realización de estudios del material que ha sido filtrado, ya que nos facilitará la
información necesaria para saber la calidad del aire entrante y la eficacia del sistema
de filtraje (UNE 100-011. Ventilación para una calidad del aire aceptable en los
locales).
Tabla 3. Es de gran importancia tener en consideración el aire de quirófano
Temperatura y humedad
El control de la temperatura y la humedad en el quirófano es de gran importancia y
deberá realizarse mediante unos sensores de ambiente los cuales mandan una señal
a los distintos reguladores, los cuales tienen la función de subir/bajar la temperatura.
Los valores recomendados de temperatura y humedad son 20º C y 50 %
respectivamente, siendo niveles soportables para las personas además de ser valores
que disminuyen la posibilidad de propagación de gérmenes.
Exposición a radiaciones ionizantes
Se entiende por radiación ionizante cuando al interaccionar con la materia produce
ionización de los átomos de la misma, es decir, origina partículas con cargas (iones).
Al interaccionar con el organismo provoca distintas alteraciones: el daño biológico
tiene su origen en la acción de las radiaciones ionizantes sobre las distintas moléculas
de ADN, produciendo fragmentación de las moléculas, dando origen a deformaciones
cromosómicas, etc., e, incluso, puede ocasionar la muerte celular. Se deberán seguir
las medidas preventivas en todo quirófano cuando se realicen pruebas radiológicas,
sesiones de braquiterapia, o en quirófano de hemodinámica, en cuyos casos al
personal que se encuentre dentro del quirófano se le facilitarán delantales de plomo,
collarines, etc., a la vez que dispondrán de dosímetros individuales y un dosímetro de
área con el que se comprobarán las dosis recibidas dentro de dicho quirófano. La
vigilancia radiológica forma una parte esencial dentro del programa de prevención para
garantizar la salud de los trabajadores; con respecto a las radiaciones, se encuentran
recogidas en el Reglamento de Protección Sanitaria contra Radiaciones Ionizantes;
dicha norma obliga al control y vigilancia radiológica de las personas (realizadas de
manera individual) expuestas a dichas radiaciones y a las distintas zonas de trabajo.
Riesgo biológico
Deberemos saber que las normativas se refieren a la protección de los trabajadores
contra los riesgos relacionados con la exposición a agentes biológicos durante su
jornada laboral, estableciendo las disposiciones mínimas de seguridad aplicables a las
actividades en las que se pueda estar expuesto a agentes biológicos. En sus artículos
hacen referencia a los establecimientos sanitarios, para lo cual la empresa en este
caso el hospital deberá prevenir los riesgos mediante:
La identificación y evaluación de los riegos.
Sustitución de agentes biológicos.
Niveles de contaminación.
Reducción de riesgos.
Vigilancia de la salud de los trabajadores.
La forma más segura es considerar todas las muestras potencialmente infecciosas,
adoptando una serie de precauciones universales, no debiéndose marcar o señalar de
manera alguna las muestras de sangre, tejido o fluidos de aquellos pacientes que se
sabe se encuentran infectadas, ya que la señalización vulnera el derecho a la
intimidad y a la confidencialidad que asiste a todos los pacientes, por lo que se
recomienda seguir las medidas de tipo barrera:
Barreras físicas: mediante guantes, agujas y jeringuillas desechables (nunca se
reencapucharán las agujas), etc.
Barreras químicas: utilización de desinfectantes.
Barreras biológicas: vacunación contra enfermedades infecciosas, informando
previamente al personal de las ventajas e inconvenientes tanto de la
vacunación como de la no vacunación.
El personal deberá tener a su disposición los equipos de protección personal
adecuados (ropas, guantes, mascarillas, protección ocular…). Los guantes reducen el
riesgo de contaminación de las manos con sangre pero no evitan los pinchazos o
cortes causados por aguja o material cortante/punzante, por lo que se obliga la
utilización de guantes a:
El personal sanitario que presente cortes, heridas o lesiones cutáneas. Las
lesiones o cortes deberán estar siempre cubiertos con apósitos antes de iniciar
la actividad laboral. Al manejar sangre, fluidos corporales y objetos, materiales
o superficies contaminadas con sangre o con los fluidos anteriormente
mencionados.
Se deberá utilizar guantes con cada paciente.
Si durante el empleo se perforasen, deberán ser retirados inmediatamente, se
lavará las manos y se pondrá un par nuevo.
La utilización de protector ocular se utilizará cuando se prevean riesgos de
salpicadura de sangre o cualquier otro tipo de líquido corporal a la mucosa
ocular. Lo mismo se deberá hacer con la utilización de las mascarillas, a no ser
que exista otra razón médica que obligue a su empleo, como sucedería en el
caso de trabajar en contacto con un enfermo tuberculoso. Hay una serie de
actividades hospitalarias que requieren el empleo de las mascarillas: asistencia
en hemorragia vascular, manipulación del equipo de fisioterapia respiratoria,
aspiración de secreciones, manipulación y trabajo con endoscopios.
Los residuos (material punzante desechable) se dispondrán en contenedores
rígidos, nunca siendo llenados totalmente, puesto que las agujas que puedan
sobresalir del contenedor son un riesgo altamente potencial para aquellas
personas que posteriormente lo manejen.
Manipulación manual de cargas
Es importante que se tenga en cuenta el trabajo que realiza el personal sanitario en
quirófano con respecto al manejo manual de carga -el estudio del mismo sirve para
contribuir a aligerar la carga de trabajo físico del profesional de enfermería del bloque
quirúrgico aprovechando las aportaciones de una bien planificada economía de
movimientos, con la consiguiente prevención de dolores de espalda y reducción de
costes laborales (al verse disminuidas las bajas).
En definitiva, la posibilidad de corregir ciertas situaciones de riesgo implica que se
deberá procurar que las cosas se encuentren en sus respetivos lugares -con ello se
optimizarán los movimientos necesarios para llevar a cabo mejor el trabajo-. Existen
diversos principios de economía de movimientos:
Los movimientos deberán ser productivos (la primera premisa para
lograr que los movimientos sean productivos es tener el área de trabajo
ordenada).
Los movimientos serán simétricos.
Los movimientos deberán ser sencillos (se limitará a la menor región
anatómica posible, siendo el menos fatigante el movimiento de dedos y
el de mayor el de los hombros).
Los movimientos deben ser en trayectoria curvilínea.
El trabajo estará dentro de los límites de alcance.
Deberá sustituirse el trabajo de las manos (siempre que sea posible se
realizarán con otras partes del cuerpo como, por ejemplo, los pies).
El trabajador debe estar tranquilo, evitando movimientos fatigantes del
cuerpo (manteniendo los talones separados, no recargando el peso en
un solo pie,…, cuidando la altura del área de trabajo evitando elevar las
manos por encima del nivel de los codos).
Se deberá concienciar a los profesionales de enfermería quirúrgica del
valor que tiene la ergonomía en la eficacia del trabajo ya que se
evitarían sobrecargas músculo esqueléticas en la enfermería
instrumentista, en el personal auxiliar y en los celadores.
PLAN DE PREVENCION DE RIESGOS OCUPACIONALES
El plan de prevención debe elaborarse por parte del empresario cuando el
resultado de la evaluación de riesgos ponga de manifiesto la existencia de
determinados riesgos para los trabajadores. Su objetivo será, por lo tanto, la
eliminación, minimización o control de esos riesgos.
En el proceso de planificación resulta fundamental priorizar las actuaciones que
se van a realizar. Esta priorización se realizará en función de la magnitud de
los riesgos detectados en la evaluación y del número de trabajadores que
resultan afectados.
Tampoco conviene olvidar algunos de los principios de la acción preventiva que
contempla la normativa vigente, entre los que se encuentran la planificación
preventiva como un conjunto coherente que integre en ella la técnica, la
organización del trabajo, las relaciones sociales y la influencia de los factores
ambientales en el trabajo.
Una vez analizados los aspectos generales del Plan de Prevención,
analizaremos los elementos que la configuran y que, como mínimo deben estar
presentes:
Diagnóstico de la situación: es, como ya se ha comentado, el paso previo al
desarrollo del plan preventivo ya que permite conocer el estado de la situación.
Resulta, por lo tanto, imprescindible realizar la evaluación de las condiciones
de trabajo en la empresa.
Definición de los objetivos: en el plan deben quedar recogidos los objetivos
que se pretenden conseguir a través de la implantación del mismo. En el plan
deben aparecer tanto la política de prevención como los objetivos y metas (se
establecen en torno a las distintas áreas preventivas).
Asignación de los recursos necesarios: para la consecución de los objetivos
planteados es necesaria la asignación de los recursos humanos, materiales y
económicos para poner en marcha todas las actividades preventivas en la
empresa.
Asignación de tareas: en el plan deben quedar recogidas las funciones y
responsabilidades que tendrán los miembros de la empresa en cada uno de los
niveles jerárquicos de la misma, buscando la colaboración y participación de
todos los trabajadores.
Programa de actuaciones: comprenderá aspectos como:
Procedimientos, información y participación.
Programas de formación generales y específicos.
Sistemas de control de riesgos.
Vigilancia de la salud de los trabajadores.
Planes de emergencia y autoprotección.
Protección de los trabajadores especialmente sensibles a determinados
riesgos.
Coordinación de actividades empresariales.
Programa de seguimiento
su función principal es realizar una evaluación periódica y final acerca del
funcionamiento y efectividad del plan de prevención. Estas evaluaciones
periódicas se realizarán a través de inspecciones técnicas y/o metodologías
participativas, incluyendo: la actualización y revisiones de la evaluación inicial,
así como la investigación comunicación y registro de accidentes e incidentes.
Por último, indicar que la formulación del Plan de Prevención debe realizarse
ante el Comité de Seguridad y Salud, o con los Delegados de Prevención en
las empresas de menos de 50 trabajadores, ya que entre las competencias de
dicho Comité se encuentran:
Participar en la elaboración, puesta en marcha y evaluación de los planes y
programas de prevención de riesgos en la empresa. En su seno se debatirán
los proyectos en materia de:
Planificación, organización del trabajo, introducción de
nuevas tecnologías.
Organización y desarrollo de las actividades preventivas.
Organización de la formación en materia preventiva.
Promover iniciativas sobre métodos y procedimientos para la
prevención de riesgos, proponiendo a la empresa la mejora de las
condiciones de trabajo.
La planificación recogerá las medidas de prevención y de protección que debe
adoptar la empresa, priorizándolas en función de la gravedad de los riesgos
existentes. Para la selección de estas medidas deben aplicarse los principios
de la acción preventiva establecidos en la Ley de Prevención de Riesgos
Laborales.
FASES DEL PLAN DE PREVENSION DE RIESGOS
PRIMERA FASE: EVALUACIÓN DE RIESGOS.
La evaluación de riesgos implica, la recolección de todas las situaciones de
peligro, para cada una de las áreas y de las actividades analizadas con
indicación de factores de riesgo. Deben constar todas aquellas situaciones que
pudiesen originar una emergencia.
SEGUNDA FASE: MEDIOS DE PROTECCIÓN.
En esta fase, se establece un inventario de los medios técnicos y humanos
disponibles para la eliminación o control de la situación de emergencia
(instalaciones de detección, alarma, extinción, alumbrado, vías de evacuación y
otros) y de los planos del edificio, en los que se indique la ubicación de todos
estos medios.
TERCERA FASE: PLAN DE PREVENCIÓN DE RIESGOS LABORALES.
El plan de prevención de riesgos laborales, será elaborado a partir del
diagnostico y la secuencia de acciones a seguir para el control de diferentes
tipos de emergencias, quiénes son los responsables de llevar a cabo dichas
acciones, medios disponibles y actuación de los equipos de emergencia. De
este modo, se podrá mejorar la eficacia de las actuaciones.
CUARTA FASE: IMPLEMENTACIÓN.
Finalmente con el fin de con tribuir a la eliminación de riesgos o en su caso a
mejorar la situación laboral de los trabajdores, amerita un plan de
implementacion del plan de prevención, que no es mas que la secuencia de
acciones a realizar para asegurar la eficacia operativa del Plan de prevención
de riesgos. Esta fase de implantación del Plan de prevención es clave para su
consecución con éxito en caso de necesidad de activarse. Deben designarse
responsables de implantación, mantenimiento y actualización. También se
debe explicar el Plana todos los trabajadores, pudiendo, incluso, entregarles
fichas individuales de actuación o carteles divulgativos, en los que se indiquen,
de manera resumida y para cada puesto de trabajo, las acciones a efectuar
según la situación de emergencia. El personal encargado de la organización y
toma de decisiones como integrantes de los equipos de emergencias, jefaturas
y otros, deben estar informados debidamente en función de las tareas que
tengan que realizar.
Resumen
La realización de un plan de prevención de riesgos sirve para lograr la
integración de la actividad preventiva en el sistema general de gestión de la
Empresa.
debe ser aprobado por la Dirección de la Empresa y asumido e integrado en
toda la estructura organizativa, jefes, encargados y trabajadores. Es un
documento completo de las características principales de la empresa que
direcciona todas las actividades preventivas.
Los conocimientos de esta unidad permitirán identificar, evaluar y controlar
los riesgos en una determinada empresa o institución laboral.