los radicales

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Los radicales Por: Jaramillo Uribe, Jaime, 1916- Santiago Pérez y Manuel Ancízar Miniaturas de Víctor Moscoso. Biblioteca Luis Angel Arango, Bogotá. Manuel Murillo Toro. Oleo de J.E. Montoya, 1884. Academia Boyacense de Historia. Con el nombre de radicales ha pasado a nuestra historia del siglo XIX una generación de políticos, periodistas y escritores que gobernó al país durante un período aproximado de veinticinco años, que corren entre la promulgación de la Constitución de 1863 y el fin del segundo período presidencial de Rafael Núñez, que se cierra con la entrada en vigencia de la Constitución de 1886. Hasta 1880 no había en el país sino liberales y conservadores. A partir de esta fecha el partido liberal, gobernante, se divide en dos grupos, uno encabezado por Núñez, partidario de hacer sustanciales reformas a la Constitución de 1863 y de darle un nuevo giro a ciertos aspectos de la política como las relaciones con la Iglesia, buscando para ello la colaboración de la opinión conservadora. Otro, el sector gobernante, que aceptando la posibilidad de hacer reformas a la Constitución defendía la gestión política y la obra de gobierno realizada por los liberales. Al primer grupo, al de Núñez, se le llamó «independiente». A los que estaban en el gobierno, alguien, no se sabe quién, les dio el nombre de «radicales». Los presidentes que tuvo Colombia durante el período mencionado duraban en el ejercicio del poder dos años, circunstancia que, por una parte, permitía la posibilidad de ver en la presidencia de la República caras nuevas y, por otra, no permitía que los presidentes desarrollaran una obra coherente que dejara una huella notable de su gestión presidencial. Pero, a pesar de este aspecto, el período radical tiene unas características muy propias y homogéneas, notables para quien analice la obra de sus gobiernos en el terreno de la política, la economía o la educación y la cultura. Aquileo Parra. Oleo de Francisco A. Cano. Congreso Nacional.

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Los radicalesPor: Jaramillo Uribe, Jaime, 1916-

Santiago Prez y Manuel AnczarMiniaturas de Vctor Moscoso. Biblioteca Luis Angel Arango, Bogot.

Manuel Murillo Toro.Oleo de J.E. Montoya, 1884.Academia Boyacense de Historia.

Con el nombre de radicales ha pasado a nuestra historia del siglo XIX una generacin de polticos, periodistas y escritores que gobern al pas durante un perodo aproximado de veinticinco aos, que corren entre la promulgacin de la Constitucin de 1863 y el fin del segundo perodo presidencial de Rafael Nez, que se cierra con la entrada en vigencia de la Constitucin de 1886. Hasta 1880 no haba en el pas sino liberales y conservadores. A partir de esta fecha el partido liberal, gobernante, se divide en dos grupos, uno encabezado por Nez, partidario de hacer sustanciales reformas a la Constitucin de 1863 y de darle un nuevo giro a ciertos aspectos de la poltica como las relaciones con la Iglesia, buscando para ello la colaboracin de la opinin conservadora. Otro, el sector gobernante, que aceptando la posibilidad de hacer reformas a la Constitucin defenda la gestin poltica y la obra de gobierno realizada por los liberales. Al primer grupo, al de Nez, se le llam independiente. A los que estaban en el gobierno, alguien, no se sabe quin, les dio el nombre de radicales. Los presidentes que tuvo Colombia durante el perodo mencionado duraban en el ejercicio del poder dos aos, circunstancia que, por una parte, permita la posibilidad de ver en la presidencia de la Repblica caras nuevas y, por otra, no permita que los presidentes desarrollaran una obra coherente que dejara una huella notable de su gestin presidencial. Pero, a pesar de este aspecto, el perodo radical tiene unas caractersticas muy propias y homogneas, notables para quien analice la obra de sus gobiernos en el terreno de la poltica, la economa o la educacin y la cultura.Aquileo Parra.Oleo de Francisco A. Cano. Congreso Nacional.

Salvador Camacho Roldan.Oleo de Duque R. SAC., Bogot.Eustorgio Salgar.Annimo. Museo Nacional.

Para comenzar, enumeremos los nombres de algunas de sus ms destacadas figuras: Manuel Murillo Toro, tolimense, periodista, poltico, dos veces presidente de la Repblica, muy influyente como gobernante y como publicista en la orientacin de la poltica econmica, campo en el cual en muchas oportunidades se apart de las ideas dominantes en el perodo y sostenidas por otros miembros de su grupo. Miguel Samper, empresario, banquero y escritor sobre temas econmicos y sociales, fue quizs la figura ms influyente en materias econmicas. Salvador Camacho Roldan, periodista, profesor universitario, hombre de empresa y ocasionalmente poltico, varias veces ministro y miembro de las directivas del partido. Manuel Ancizar, educador, publicista, autor de libros de economa y filosofa, uno de los primeros rectores de la Universidad Nacional, al ser reorganizada sta en 1867 bajo el gobierno del general Santos Acosta. Aquileo Parra, hombre de empresas comerciales y poltico activo en su regin, Santander. Santiago Prez, jurista, educador y periodista. Anbal Galindo, periodista, parlamentario y escritor muy influyente en materias econmicas.Diego Mendoza Prez.Oleo de Marco Salas, 1951. Externado de Colombia.

Nicols Pinzn.Oleo de Francisco A. Cano, 1924. Externado de Colombia. El anterior fue el grupo que podramos considerar como de intelectuales, los idelogos y los orientadores de la opinin pblica. A su lado deben mencionarse los nombres de polticos y altos funcionarios que como presidentes de la nacin, ministros o presidentes de los estados federales contribuyeron a modelar las orientaciones polticas del perodo. En este sector haba, por una parte, el grupo que podramos llamar militar, compuesto por figuras que habiendo hecho estudios universitarios -generalmente abogados- adquirieron ttulos castrenses en nuestras guerras civiles del siglo XIX, particularmente en la de 1859-1862 de la cual salieron victoriosos los liberales, guerra que culmin con la promulgacin de la Constitucin de 1863, llamada de Rionegro por el nombre de la ciudad antioquea donde se reuni la respectiva asamblea constituyente. Hay que decir, de paso, que en esta Constitucin se contiene el conjunto de ideas polticas que pusieron en prctica los llamados gobiernos radicales del perodo que nos ocupa. En este grupo de los militares podramos colocar a los generales Santos Acosta, Eustorgio Salgar y Julin Trujillo, los tres presidentes de la Repblica en los perodos de 1867-68, 1870-1872 y 1878-80, respectivamente. Hubo finalmente otro grupo de intelectuales que, como escritores, periodistas o profesores universitarios, influyeron en las orientaciones de la educacin y la cultura. Entre ellos deben mencionarse Juan Manuel Rudas, educador y periodista, divulgador de la filosofa positivista; Francisco Eustaquio Alvarez, popularmente llamado el Macho, jurista, profesor universitario, defensor de las ideas filosficas sensualistas del filsofo francs Antoine Destutt de Tracy, y Jos Mara Rojas Garrido, abogado, famoso por su elocuencia parlamentaria. Adems, por qu no? hay que mencionar el nombre de Rafael Nez, que habiendo pertenecido al partido liberal desde 1850, se apart de sus orientaciones a partir de 1878, convirtindose en la oveja negra del partido, en su ms agresivo crtico y en su mayor adversario poltico, hasta el punto de ser considerado por los radicales como el prototipo del traidor poltico. El grupo radical estaba compuesto por hombres nacidos con posterioridad a la Independencia nacional, es decir, en la dcada de 1820 a 1830, lo que indica que tena hacia 1850, poca en que se inicia su militancia poltica, entre 20 y 30 aos de edad. Curiosamente, su formacin profesional e intelectual se hizo en establecimientos educativos influidos por los gobiernos conservadores anteriores a 1850. Santos AcostaJos Mara SamperMiguel Samper Anbal Galindo

La obra de los gobiernos radicales ha sido estudiada, analizada y juzgada por historiadores colombianos y extranjeros. Sus juicios han sido, unos positivos, otros negativos. Entre los historiadores colombianos que han dado un juicio negativo, podemos tomar como modelo a Indalecio Lievano Aguirre, en su biografa de Rafael Nez y en otros escritos. Entre los extranjeros que se han ocupado del tema, se puede mencionar a William P. McGreevey enHistoria econmica de Colombia(1968). La defensa de la gestin poltica y en general de las realizaciones de los gobiernos radicales ha sido adelantada por algunos escritores como Laureano Garca Ortiz, Eduardo Rodrguez Pieres y Antonio Prez Aguirre, y recientemente por Gerardo Molina en su bien conocida obraLas ideas liberales en Colombia.Ms recientemente Procultura ha publicado el excelente libro de la historiadora norteamericana Helen Delapar,El partido liberal en la poltica colombiana 1863-1899,que es, si no una defensa, s una narracin imparcial y objetiva, hasta donde puede serlo una obra de historia. Para apreciar la obra realizada por los radicales desde el gobierno y el conjunto de ideas que caracterizaron a esa generacin poltica, conviene plantearse un esquema de los principales problemas que afrontaba el pas en la segunda mitad del siglo pasado. Sobre ellos deban pronunciarse los partidos polticos y las corrientes de opinin. Tales problemas podran reducirse a tres: 1. Organizar el Estado sobre la base del modelo republicano y democrtico; 2. Dar forma a la economa nacional y promover el desarrollo econmico para salir de la pobreza y entrar en la comente de la civilizacin, segn lo decan muchos publicistas de la poca, particularmente los de filiacin liberal; 3. Crear un sistema educativo capaz de incorporar al pas en el movimiento cultural, cientfico y tecnolgico del mundo moderno.

A los anteriores retos polticos los radicales respondieron con dos reformas constitucionales (1853 y 1863) y con una poltica general que lleva el sello del liberalismo clsico del siglo XIX, cuyas ideas podramos sintetizar as: en cuanto a organizacin del Estado, gobierno republicano con poderes ejecutivo, legislativo y judicial separados y autnomos; eleccin de autoridades por medio del voto de los ciudadanos; derechos individuales y garantas sociales tales como libertad de prensa y opinin, libertad econmica, derecho de propiedad, proteccin frente a posibles abusos de las autoridades, en fin, libertad de cultos religiosos. Liberar las potencialidades del hombre era la consigna. Los pensadores liberales estaban convencidos de que los instrumentos del progreso en todos los sentidos eran la libertad de pensamiento, de competencia y de crtica. Guiados por estos ideales los radicales trataron de desarrollar sus planes de gobierno. Ellos les sirvieron de guas en sus proyectos polticos, econmicos y educativos. Temas que en la poca dieron lugar a largas y duras polmicas como el de federalismoversuscentralismo -es decir, la cuestin de si en la organizacin del Estado debera drsele ms fuerza al gobierno central y al presidente de la Repblica, o a los gobiernos regionales representados por los gobernadores-, no hacan parte de la doctrina liberal en sentido dogmtico, pero la posicin federalista fue acogida con gran fervor por los radicales que introdujeron sus tesis en la Constitucin ms radicalmente federalista que ha tenido el pas en toda su historia, la Constitucin de 1863, cuyo texto es tal vez el documento que expresa mejor el pensamiento del grupo radical. En materias econmicas, los radicales defendieron en la teora y aplicaron en la prctica la poltica del libre cambio. En nuestra situacin histrica eso quera decir eliminar ciertas prcticas monopolistas que la organizacin econmica y fiscal de la Repblica haba heredado de la poca colonial, tales como los estancos del aguardiente y del tabaco, que daban al gobierno la facultad exclusiva de sealar las zonas de produccin y el monopolio de la venta de dichos artculos. Su eliminacin y su reemplazo por una poltica de libertad de cultivo y comercializacin, era una vieja aspiracin de comerciantes y gentes de capital desde la poca final de la dominacin espaola. Recurdese que ella fue una de las principales peticiones de los Comuneros de 1781. Tal poltica quera decir tambin supresin de algunos impuestos, como los que pesaban sobre la agricultura y la minera, los llamados diezmos y quintos y, finalmente, rebaja de los derechos de aduana para las importaciones y exportaciones a fin de intensificar el comercio internacional. En una palabra, limitar al mnimo la actividad del Estado en materias econmicas, sobre todo evitar que pudiera convertirse en Estado empresario. Algo semejante a lo que est pidiendo, cien aos despus, el llamado neoliberalismo. Al tercer gran problema que contemplaba nuestro pas en el momento, la introduccin de la ciencia y la tecnologa modernas y la ampliacin y mejoramiento del sistema general educativo, los radicales contestaron con la recreacin de la Universidad Nacional -decimos recreacin porque en realidad la vieja universidad del general Santander no haba desaparecido totalmente, a pesar de la poltica romntica de los liberales del 50 que la redujo a sus mnimas funciones- y con la reforma educativa de 1870, que cre escuelas normales para la formacin de maestros y estableci la escuela primaria obligatoria, gratuita y neutral en su orientacin religiosa. Con la reorganizacin de la Universidad Nacional y la fundacin de algunas escuelas tcnicas como la Escuela de Minas de Medelln, el pas comenz a formar su primera lite tcnica y empresarial y a incorporar en la enseanza superior las modernas ciencias naturales -medicina, biologa, qumica, fsica, matemtica, etc.- meta que haba comenzado a forjarse desde fines de la colonia con la Expedicin Botnica de Jos Celestino Mutis, pero que no haba encontrado un desarrollo real hasta que se puso en marcha la reforma educativa de los gobiernos radicales. Tal fue, en resumen, la obra del gobierno de la brillante generacin que ha pasado a nuestra historia con la denominacin de los radicales. Ahora bien, como lo insinuamos al comienzo de este artculo, tal obra ha sido evaluada en muy diversas formas por los historiadores. Los que insisten en aspectos para ellos negativos, afirman que sus reformas polticas y constitucionales, al otorgar a los ciudadanos extremados derechos polticos como el sufragio universal o libertades como la libertad de prensa y pensamiento, o al instaurar el federalismo como forma de organizacin del Estado, el pas fue puesto al borde permanente de la anarqua. De su reforma econmica se afirma que fue perjudicial porque, al establecer la libertad completa de mercado y, sobre todo, de rebajar las tarifas de importacin, se arruinaron las incipientes manufacturas nacionales, que se supone eran el germen de una industria nacional. Llevada al extremo esta opinin, como lo hizo el economista norteamericano McGreevey, con dicha poltica el pas se ensombreci. Para los crticos de su reforma educativa, sta condujo a un enfrentamiento con la opinin mayoritariamente catlica de la nacin y a un deterioro de las relaciones con la Iglesia, que agrav la situacin conflictiva de la poca. Estas crticas, no est por dems decirlo, son las mismas que hacan en su momento los sectores conservadores del pas, representados por las figuras de Miguel Antonio Caro y Rafael Nez.

A sus crticos, los defensores de las reformas radicales han respondido que ya era tiempo de sacar al pas del atraso social, poltico y econmico en que lo haba dejado la dominacin colonial espaola e introducirlo, corriendo todos los riesgos posibles, en las orientaciones del mundo moderno. En el campo de las reformas materiales, afirman, se dise el primer plan de desarrollo de los transportes nacionales; se inici la construccin de ferrocarriles y se estableci la navegacin a vapor en el ro Magdalena, un proyecto iniciado por Bolvar y Santander desde la poca de la Independencia, pero que no haba logrado hacerse una realidad. Siguiendo la misma lnea de cambios se estableci el telgrafo y se inici la construccin de plantas para el alumbrado elctrico en Bogot y en otras ciudades del pas. En el plano poltico se otorgaron a los ciudadanos los derechos y garantas que se les concedan en los pases civilizados, y que por lo dems haban sido concedidos con diferentes matices por todas las constituciones que el pas tuvo una vez conquistada su independencia de .Espaa, derechos que, al menos tericamente, con excepcin quizs del extremado federalismo, ninguno conduca necesariamente a la anarqua. De las reformas econmicas afirman que el pas no tena alternativas diferentes al libre cambio estimulando la iniciativa privada y la exportacin de lo nico que se poda exportar en ese momento, a saber, materias primas como tabaco, quina, algodn, ail o caf, nica manera de incorporar el pas al mercado internacional y de obtener los recursos para adquirir los elementos tecnolgicos que se requeran para impulsar el desarrollo econmico. Esa era, por otra parte, la poltica econmica acogida por los sectores conservadores opuestos a la poltica de los radicales. Otra alternativa no pareca posible ni realista. Como ocurre en general con todos los perodos de nuestra historia, sobre este de los gobiernos radicales de nuestro siglo XIX hay todava muchos aspectos por aclarar y enjuiciar debidamente. Lo que es indudable, es que los radicales hicieron un gran esfuerzo por incorporar el pas al mundo moderno o, como decan ellos mismos, por hacerlo partcipe de los progresos materiales y culturales de su poca. Republicanismo

La libertad guiando al pueblo(Eugne Delacroix), alegora republicana de la libertad y su esloganLibert, galit, fraternit.Elrepublicanismoes unateora polticaque propone y defiende larepblicacomo elmodelo de gobiernoptimo para unEstado. En sentido estricto, la repblica se define en oposicin a las otras formas clsicas de gobierno: lamonarquay laaristocracia; as como a sus respectivas corrupciones: eldespotismoy laoligarqua. Por extensin, se refiere a un sistema poltico que protege lalibertady especialmente se fundamenta en elderecho, en laleycomo expresin de la voluntad soberana del pueblo y a la que no puede sustraerse nunca un gobierno legtimo. Se ha escrito mucho sobre qu tipos de valores y comportamientos deben tener los ciudadanos de una repblica para su desarrollo y xito; se suele hacer nfasis generalmente en la participacin ciudadana,valores cvicosy su oposicin a lacorrupcin.En principio, la nocin de repblica en cuanto forma de gobierno no es en s misma sinnimo dedemocracia, al menos en el sentido dado al trmino en laEdad Contempornea. Han existido repblicas autoritarias y despticas. Pese a apoyarse en el principio hereditario para la designacin de la Jefatura del Estado, una Monarqua puede ser considerada democrtica en la medida en que los miembros de los poderes legislativo y ejecutivos sean elegidos directa o indirectamente por voluntad popular.Elrepublicanismoen la teora polticaEditar

Elgorro frigio, usado como smbolo del republicanismo desde el siglo XIX.El trminorepublicanismohace referencia a una corriente de pensamiento poltico surgida en algunas municipalidades italianas de la Edad Media[1]que confiri nuevo sentido a las tradiciones ciudadanasgriegasyromanas, anim gran parte de los debates polticos de la Inglaterra de los siglos XVII y XVIII, influy sobre los padres fundadores de la independencia estadounidense y, tras casi dos siglos de discreto silencio, ha llegado hasta nuestros das como soporte de los clsicos ideales delvivere libero.[2]El republicanismo en su dimensin doctrinal ajena a las formas de gobierno y a su contraposicin con la monarqua es un programa de investigacin de las decisiones polticas, no una receta trazada de una vez por todas.En la concepcin republicana de la poltica resulta crucial el concepto de la virtud cvica. Esta nocin, elaborada desde Tucdides, Aristteles y Cicern hasta Maquiavelo, persiste en el republicanismo moderno, desde Milton, Rousseau y los padres de la Constitucin norteamericana hasta hoy. Sin hacerse ilusiones sobre la virtud del hombre, comprenden, aristotlicamente, que es menester confiar en el ciudadano medio, trabajador y honrado, que hace posible la ciudad y la prctica poltica.La tradicin republicana no es contradictoria con losprincipios liberales, sino que los complementa y potencia mediante una participacin ciudadana efectiva. Para ello, es preciso reforzar ciertos elementos, todava muy dbiles, de las democracias representativas que predominan en la actualidad: fomentar una cultura cvica ms robusta, alcanzar una mayor igualdad social y organizar unas instituciones polticas que aumenten la calidad de la participacin, en especial mejorando los mecanismos de deliberacin a efectos de adoptar las decisiones polticas ms adecuadas a los intereses de todos.[3]Elrepublicanismocomo movimiento en las monarquas contemporneasEditarRepublicanismo en EspaaEditarArtculo principal:Republicanismo en Espaa

Bandera de la Repblica para uso civil (sin escudo).Tras dos experiencias frustradas (1873-1874y1931-1939), enEspaase experimenta en los ltimos aos un renovado inters por el republicanismo, inters que se plasma en una cierta revitalizacin de los movimientos en favor de la reinstauracin de la Repblica como forma de Estado. Una muestra de este movimiento es el surgimiento de plataformas comoCiudadanos Por la Repblicao la creciente alusin al republicanismo por parte de partidos comoIzquierda Uniday partidos minoritarios, generalmente de izquierdas, as como por parte de partidos independentistas tales comoEsquerra Republicana de Catalunya. En una encuesta realizada en el2007apunta, que, un 69% de la poblacin est a favor de la continuidad de la monarqua frente a un 22% que opta por la repblica.[4]Otra encuesta de Sigma Dos del2008afirma que un 57,9% de la ciudadana espaola se muestra indiferente en el momento de elegir a favor de la Monarqua o la Repblica. Un 16,2% dice sentirse republicano, un 15,7% se declara monrquico y un 7% afirma ser juancarlista.[5]En diciembre de 2013 Sigma Dos realiz una nueva encuesta y esta vez el porcentaje de personas que apoyaban la Monarqua como forma de Estado para Espaa baj por primera vez del 50%, quedndose a 49,9%, mientras que los que abogaban por cambiar el sistema ascendieron hasta un 43,3%.[6]Republicanismo en JapnEditarEnJapntambin se est viviendo cierto auge del republicanismo a causa del crecimiento delPartido Comunista Japons, que siempre ha mantenido una posicin contraria a la monarqua nipona.[7]Tambin es notable la lucha de otros partidos minoritarios en Japn. De todas formas, este movimiento an no ha cuajado del todo en la sociedad nipona, a diferencia de lo ocurrido en Espaa, e incluso en el PCJ aceptaran la figura del emperador si fuera simblica.Republicanismo en Oriente Medio y en el mundo musulmnEditarArtculo principal:Repblica islmica

Pases con constitucin islmica.En Oriente Medio, en concreto en los estados que son una monarqua absoluta comoArabia Saud, siempre ha habido una opcin republicana, aunque esta opcin presenta un perfil diferente al occidental. En estos pases, la repblica por la que se aboga est impregnada por el Islam y tiene ya expresin en Estados comoIrn.[8]Paradjicamente, en Irn existen movimientos de base que cuestionan la repblica islmica por su carcter autocrtica y propugnan, en cambio, un republicanismo de corte occidental. En el resto del mundo musulmn, son los partidos musulmanes ms extremistas los que luchan por una repblica islmica, y los partidos menos radicales los que luchan por una repblica occidental. En el caso de Arabia Saud, hay un resurgimiento del republicanismo occidental, que se ha visto influido por el auge del movimiento feminista en este pas, coincidiendo con la reclamacin de derechos para las mujeres. Pese a la postura de las autoridades saudes, la influencia occidental se hace as evidente.Republicanismo en la Mancomunidad de NacionesEditarVanse tambin:Monarqua en la Mancomunidad de NacionesyRepublicanismo irlands.Luego de lograr su autonoma o independencia, varias de las antiguas colonias delImperio britnicose han mantenido como sbditas de su corona. Por otro lado, algunos estados que fueronReinos de la Mancomunidadse convirtieron luego en repblicas, tales comoIrlanda,India,Malta,Guyana,FiyiySudfrica.Republicanismo en AustraliaEditarArtculo principal:Republicanismo en AustraliaRecientemente enAustraliase ha debatido sobre la validez de su lealtad a lacorona britnica, teniendo lugar en1999unreferndumpara tratar la propuesta para convertirse en repblica presidencialista. La proposicin se vio rechazada por una mayora simple (el 55% de votos en contra).[9]Sin embargo, este dilema se ve tambin influenciado por eldebatenacional que hay en torno a la bandera australiana.[10]Republicanismo en Reino UnidoEditarArtculo principal:Republicanismo en Reino Unido

Bandera propuesta para la Repblica Britnica usada por elCartismo.En elReino Unidoexisti entre1649y1660la nica experiencia republicana del pas denominado comoMancomunidad de Inglaterrahasta la restauracin de la monarqua deCarlos II.En la poltica actual Britnica ninguno de los tres partidos mayoritarios poseen una poltica republicana. Sin embargo, existen miembros del parlamento que estn a favor de la abolicin de la monarqua, pertenecientes normalmente alpartido Laborista.En la encuesta realizada porIpsos MORIen el ao2006indica que el 18% de los britnicos estn a favor de la Repblica, con el 72% que eligen la Monarqua, y un 10% del que no sabe no contesta.[11]En otra encuesta realizada por los lectores de los peridicosThe GuardianyThe Observeren el2009, refleja como medidas radicales la abolicin de la monarqua para un 54% de los encuestados, aunque solo el 3% lo ve como una prioridad.[12]Republicanismo en SueciaEditarEn Suecia, un importante promotor del republicanismo es la Asociacin Republicana, que aboga por la abolicin de la monarqua en Suecia.[citarequerida]Pensadores republicanosEditarAlgunos personajes de gran relevancia en la historia de esta corriente intelectual, acadmica y poltica han sido:FilosofaEditar Cicern Nicols Maquiavelo Jean-Jacques Rousseau MontesquieuPolticaEditar Maximilien Robespierre Louis de Saint-Just Jean-Paul Marat Mariano Moreno Juan Jos Castelli Jos Gervasio Artigas Benito Jurez Jos Batlle y Ordez Estanislao Figueras Vicente Blasco Ibez Manuel Azaa Marcelino Domingo Georges Clemenceau Mustafa Kemal Atatrk