los primeros poemas históricos de ernesto cardenal

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Los Primeros Poemas Históricos de Ernesto Cardenal Los intentos de sistematización crítica de la obra poética de Ernesto Cardenal se han orientado, a partir del clásico estudio de José Miguel Oviedot, en una división tripartita que propone etapas sucesivas y mu- tuamente excluyentes: poesía de denuncia político-social, poesía místico- religiosa y poesía épico-narrativa. Sin embargo> al verificar correcta- mente las fechas de composición de las obras del nicaragúense, cual- quier clasificación cronológica resultará falseada desde el principio; el mismo poeta ha hablado de «distintos planos» discernibles en el conjun- to de su producción, «pero no se puede dicer que sean ciclos cronológi- cos, sino que en las distintas épocas de mi vida he escrito esas diferentes clases de poesía” 2. Es necesario, por tanto> puntualizar con ciertas apreciaciones la je- rarquización inicial de Oviedo. Si bien es cierto que lo político> lo históri- co y lo religioso aparecen como temas vertebradores en esta poesía, no se dan aislados ni independientemente. Hay que hablar de planos que se entrecruzan desde el principio, que fluyen y confluyen a través del tiem- po formando un todo orgánico, un armazón perfectamente tejido, donde los centros de interés no se estructuran de forma paralela> sino a modo de círculos concéntricos que comparten elementos y enfoques comunes. Al precisarlo de esta forma, el poeta ha ido ampliando sus propios hori- zontes vitales hasta abarcar en su totalidad el ámbito humano, en su con- tingencia (poesía política), en su temporalidad (poesía histórica) y en su trascendencia (poesía religiosa). La progresión ha sido aunque alternati- va> de índole expansiva: de lo político sujeto a unas muy concretas cir- J,M. Oviedo, «Ernesto cardenal, un místico comprometido», Imageo, 35, 1968, sp.; también en Casa de las Américas, 53, 1969, pp. 29-48, 2 M. Benedetti, Ernesto cardenal: Evangelio y revolución», en Los poetas comuo,can- /es, Montevideo, Eds, Marcha, 1981 (2> cd.), p; 89. Anales de literatura bis panoamericana, núm. 15. Ed. Univ. Complutense,, Madrid, 1986

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Page 1: Los Primeros Poemas Históricos de Ernesto Cardenal

Los PrimerosPoemasHistóricos deErnesto Cardenal

Los intentosde sistematizacióncrítica de la obrapoéticade ErnestoCardenal se han orientado,a partir del clásicoestudiode José MiguelOviedot, en unadivisión tripartita queproponeetapassucesivasy mu-tuamenteexcluyentes:poesíade denunciapolítico-social,poesíamístico-religiosa y poesía épico-narrativa.Sin embargo>al verificar correcta-mente las fechasde composición de las obras del nicaragúense,cual-quier clasificación cronológicaresultará falseadadesdeel principio; elmismo poetaha habladode «distintosplanos»discerniblesen el conjun-to de suproducción,«perono se puededicer que seanciclos cronológi-cos,sino queen las distintasépocasdemi vida he escritoesasdiferentesclasesdepoesía”2.

Es necesario,por tanto> puntualizarcon ciertas apreciacionesla je-rarquizacióninicial de Oviedo.Si bien esciertoque lo político> lo históri-co y lo religiosoaparecencomo temasvertebradoresen estapoesía,no sedan aisladosni independientemente.Hay que hablar de planos que seentrecruzandesdeel principio, quefluyen y confluyena travésdel tiem-po formandoun todo orgánico,un armazónperfectamentetejido, dondelos centrosde interésno seestructurande forma paralela>sino a modode círculosconcéntricosquecompartenelementosy enfoquescomunes.Al precisarlode estaforma, el poetaha ido ampliandosuspropioshori-zontesvitales hastaabarcarensutotalidadel ámbitohumano,ensucon-tingencia(poesíapolítica), en su temporalidad(poesíahistórica)y en sutrascendencia(poesíareligiosa). La progresiónha sido aunquealternati-va> de índole expansiva:de lo político sujetoa unasmuy concretascir-

J,M. Oviedo,«Ernestocardenal,un místicocomprometido»,Imageo,n» 35, 1968, sp.;tambiénenCasa delasAméricas,n« 53, 1969, pp. 29-48,

2 M. Benedetti, Ernestocardenal:Evangelioy revolución», en Los poetascomuo,can-

/es, Montevideo,Eds,Marcha,1981 (2> cd.),p; 89.

Anales de literatura bispanoamericana,núm. 15. Ed. Univ. Complutense,,Madrid, 1986

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cunstanciasde tiempoy lugar, ampliándolocon la problemáticahistóri-cade todo el continente(esdecir, ampliaciónde espacioy tiempo),y, porfin, con la inclusión del plano trascendentedel serhumano:poesíareli-giosa>particularmenteligada a la temáticasocio-política-económicaan-terior.

A la vez, estosplanossehan ido desarrollandoa travésdel tiempo:nosucesivamente,como pretendeJoséMiguel Oviedo,sino indistintamentea lo largo del recorrido de la producción poética cardenaliana:de-sarrollo alternativo>no lineal. Y ello no sólo porquelas fechasde publi-cación de los libros no se correspondenexactamentecon las de sucom-posición; tambiénporque,en Cardenal,la visión del mundo es unamis-madesdeel principio, y por lo tanto, los enfoqueslos ángulosdesdedon-de el poetasecolocafrente a la realidadpuedenserdistintos(políticos,históricoso religiosos)>pero en eí productofinal seadvierteuna actitudintegradoraque lesotorgasumásinequívocacaracterización.

Estaestructuraciónproporciona,además,la posibilidad de unaorga-nizaciónmetodológicaparael estudiode las distintas coleccionesde po-emasqueCardenalha ofrecido asuslectores,repartidasen losplanosse-ñaladossegúnla temáticaquepredomineen ellas; ya setratede conjun-tosorganizadosqueculminanen un volumenindividual (casode Oraciónpor Marilyn Monroey otros poemaso Epigramas),de planificacionespre-vias sobreun temaconcreto(El EstrechoDudoso,por ejemplo)>o de losabundantescasosde poemassueltosqueno han llegado a formar partedeningúnlibro.

Esteúltimo esel casodcl corpuspoéticoquepretendemosanalizarenel presenteestudio.Se trata de una colección de poemasescritos porCardenalen el comienzode suactividadliteraria (entre 1950y 1954)quedenotanun incipiente interéspor los temashistóricos americanos>deno-minador que permite identificarlos como los primerosanunciosde estetemaen el conjunto de su obrapoética.La historia del continenteha si-do, en efecto,unade las constantesde dedicaciónmásfructíferas de Er-nestoCardenal3,con manifestacionestan encomiablesy logradascomoEl EstrechoDudosoy Homenajea los indiosamericanos.Peroesenestosprimerospoemasdondehay quebuscarlas raícesdesusdos grandesen-sayosposterioressobrela historiacontinental.

Cardenalhabíadescubiertoel filón de unapoesíade corte«america-no” durantesusañosde estanciaen NuevaYork (1947-1949),de los quedatanlos poemas«Releigh»,«Omagua»y «Lasmujeresnosquedabanmi-rando».queoriginariamentese llamó «NicoyaA. De «Releigh»ha dichoel poetaque es«el primer poemaque tomoen cuentade mi producción,esdecir, queya reconozcocomomíoo demi estilopropio”5. Estegiro de-

cf, ibiden,, p. 90.Cf. YE. Arellano,«ErnestoCardenal:de Granadaa Getbsemany(1925-1957)»,Cuader-

nosJ-Iispanoa,nericanos,nos,289-290,1974,p. 112.$ J,L, González-Balado,ErnestoCardena¿poeta, revolucionario, monje, Salamanca,

Sígueme,1978,p. 56.

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cisivoen la líneade susincipientesresultadosestéticos>que le llevó aol-vidarsede todasuproducciónanterior,sedebe,como essabido,al bené-fico influjo queejerció en él la poesíanorteamericana,especialmentelade Pound.En 1950, de nuevoya en supaísnatal,componeel largopoemahistórico «ConWalkeren Nicaragua”.querecibeel Premio del Centena-río de Managuaen 1952.Continúanlamismalíneasuspoemas«Orakeenel mar del Sur»>«JhonRoach,marinero”. «El bongomudobogabapor elrío» y «SquierenNicaragua»(ésteúltimo finalizadoen 1954).Todoselloseranpoetizacionesde distintas fuentesbibliográficas manejadaspor elpoeta>en los que Cardenalseacercaal paisajey a la historia de sutierrapor vez primera, cuatelosamente,utilizando para ello un considerableelenco de personajesreales que van desdeSir Walter Raleigh hastaelprimer cónsulnorteamericanoen Nicaragua>Mr. Squier.

En estosprimerospoemasde la poesíahistóricade ErnestoCardenalhay que incluir también títulos como «Greytown”, «Los filibusteros’>—que recrea el mismo tema de «Walker”—, «La vuelta a América»—poema sobre Simón Bolívar realizado con fragmentos de sucorrespondencia—y «JoaquínArtola”, dondepresentaya al prototipodel héroeanónimonicaragúenseencarnadoen el pueblo.El poema«Le:on”, quecronológicamenteperteneceríaa estegrupo,constituyesin em-bargounaexcepcióndentrode la nómina citada.El yo quepresideel po-emaesRubén Darío, y no> como suelensuponersusbiógrafos,el propioCardenal;en estocoincidecon la técnicautilizada en algunasotrasdees-tas composiciones,en queel poetaseocultabajo la máscarade distintoshablantes.Pero eseyo funcionaaquí también como el eco de la propiavoz de Cardenal,queidentificade estemodo suexperienciaoriginal conla del poetamodernista>y «León” puedeconsiderarse,por tanto> comoun poemaautobiográfico.Esta es la razón por la que lo excluimos delanálisisqueaquírealizamos.

Todasestasmuestrasdél quehacerpoéticodeCardenalen su vertien-te históricano fueroneditadasnuncaen forma de libro, probablementeporqueel autor los concibió en principio como poemasindependientes,sin ningunaplanificación global unitaria, a pesarde sussemajanzasfor-malesy temáticas.Su publicaciónposteriorsedebea las antologíasquesobrela obradel nicaragilensevienen apareciendodesde1967> algunasde las cualeslos incluyen indiscriminadamentemezcladoscon otrospo-emasde elaboraciónmuy posterior, incluso rubrícándolosen ocasionesdedistinto modo6.

6 «Drake,...»ha sido publicadodespuéscon el titulo «Realejo, 16 de Abril de 1579»(E.

Cardenal,Antología,SanJoséde costaRica, EDUCA, 1972,p. 216; y Poesíade Uso, BuenosAires, El cid, 1979,p. 28), y «El bongomudo.,.»esrecogidoenla última antologíaaparecidasobrela obra decardenal(Managua,Ed. NuevaNicaragua,1983,Pp. 38-39)como«Viajerodel siglo XIX eneí río SanJuan».PabloAntonio cuadra,por su parte,titula «cartade Cá-diz>’ cl poema«La vueltaa América»,y utiliza el primer versode«León» (Yo vivía enunaca-sagrande»>pararubricarlo. VéasePA. Cuadra, Ernestocardenalseva a la Trapa»,.4bsi-de (México>, 21, 3, 1957, PP.355-366.Las citas deestospoemasqueseguiránenadelantere-

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Dos son> segúnse deduce,las característicascomunesa todas estascomposicionesque permiten estudiarlascomo un solo bloque poético.En primer lugar, la presenciaconstantede«lo américano”,estoes> la vi-síóndel continenteen susrasgosmás particularesy definidores,en unperiodo históricoque abarcadesdela épocacolonial hastael siglo XIX.La segundade estas característicases> como anota Pablo AntonioCuadra7,que esteacercamientoa lo propio se realiza, en la mayoríadelos casos,a travésde unaóptica foránea>desdelos ojos de un extranjero.Cardenalresucitacon ello unavieja técnicanarrativamuy útil paraestepropósito, el perspectivismo,que le permite imprimir unapresenciano-vedosaa lugares,sucesosy tipos humanos,a menudoinadvertidossi selescontemplacon el veladoenfoquequeimpone la proximidadcultural ogeográfica.Sin embargo>la intencionalidadde Cardenalno esesencial-mentecrítica, ni mucho menosdidáctica,motivacionesambasfrecuen-tes en eí tradicional empleo de la técnicaperspectivista.Ni siquierapuededecirsequeel nicaragliensepersigaconello la imparcialidad.Tansólo pretende rescatar,en toda su pureza primigenia> la visión delhombrey la tierra americanas,o enfocaracontecimientoshistóricosdes-de puntosde vista inusitados.

Este distanciamiento inicial es básico para cualquier intento deintrospecciónhistórica>aunquelos propósitosseande carácterpoético.Pero es necesariocontartambién con medioseficacesy fidedignos quepermitanel accesoa las fuentesmismasde la historia; tales mediosnopuedenserotros, para los interesesde un poeta,quelos testimoniosdi-rectosy escritosde susprotagonistascircunstanciales.«No se trata defabricar relatos —señalaatinadamenteIván Uriarte—, sino de redu-cirIos a suselementosesencialespor medio de la poesíacomo ejerciciode comunicación,conservandolo esencialdel relato”8.

Parasalvaguardarcon la máximafidelidadestematerialescrito,Car-denal decideadoptarla voz de susprotagonistas>instalarseen el centromismo de la historia: inauguraasí uno de los rasgosmáscaracterísticosen toda su línea de poesíahistórica9. Sin insistir en el influjo de EzraPound,suficientementecomentadopor la crítica,queseadivina trasestepropósitoparticular.

Lo que interesafuncionalmentede estospoemas>essucarácterpreli-minar deposterioresbuceosen la historia americana>bastantemásdefi-nitivos y logrados.Sin embargo>el poetaconseguiráen ellosalgunosdesusmásdelicadosbocetoslíricos.

mitenalas distintasantologíasdedondehansido extraidos,ya queno se encuentranreco-gido ensu totalidadenningunadeellas,

PA. Cuadra,«Prólogo»,enE. cardenal,Antología,BuenosAires,carlosLohlé, 1971,p.12.

1. Uriarte, «Intertextualidady narratividaden la poesiade Ernestocardenal»,enTexto/Contextoen la literatura Iberoamericana(Memoriadelxix Congresodel Instituto deLiteratura Iberoamericana),1<. McfluffieyA. Roggianoeds..Madrid, 1980, p. 328.

cf. 3M. Oviedo,art. ch., sp.

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Así sucede,por ejemplo>con el descubrimientode la tierra nicara-gúenseefectuadopor Squier. La exhuberanciadel paisajesorprendióalnorteamericanoen su recorrido por el río San Juan.A golpe de verde,van surgiendoen la melancólicabellezade la selva animalesy plantas,notasdecolor y sonidos:

Verdestardesdela selva;tardestristes.Ríoverdeentrezacatalesverdes;pantanosverdes.Tardesolorosasalodo, ahojasmojadas,ahelechoshúmedosy a hongos(..)Silbidostristesdelaselva>y quejidos.

Quejidos.Hojas tristesquecaendandovueltas.Y chillidos...

;IJn grito entrelasguanábanas!El hachacortandoun tronco

y el ecodel hacha.El mismochillido!

Ruidosordodemanadasde-cerdossalvajes.Carcajadas!

El cantodeun tucán.Chischilesdeculebrascascabeles.Gritos decongos.

Chachalacas.El cantomelancólicodela gongolona

entrelos coquitales>y el de lapalomapoponé,

poponé,poné,poné...10

Hastallegar al climax de la descripción,verdaderaósmosisentre lanaturalezay el hombre, entrela figura y supaisaje, prestándoseambosmutuamentecolor y vida>en perfectacomunión.El cantocoralde la na-turaleza(conexpresivaproliferación deonomatopeyas>querecuerdanalCantoNacional) culmina con el canto religioso del hombre(los marine-ros rezandoel ángelus);y los distintoslugaresquerecorteel viajeroame-ricano estánrepresentadosinvariablementepor susmujeres: siempremujeres,de Nindirí, de Managua,de Masaya,en actitudesy posicionesacordesconel medio en queviven,identificadascon la tierra misma,quecobra,a suvez,propiedadesfemeninas11.

10 « Squieren Nicaragua»,en E. cardenal, Poesá, La Habana,casade las Américas,

1979,pp. 34 y 36,Josécoronel Urtecho, en Rápido Tránsito (Al ritmo de Norteamérica), Madrid,

Aguilas, ¡979, pp. 5-6, habla tambiéndel viaje de Squierrefiriéndosea los mismoselemen-tos que aparecenene1poemadeCardenal:las mujeres,el cantode los remeros,lospájaros,lasiguanas...:»centenaresdeiguanitasdecolor verdevivo que(...) searrojabana la corrien-te y corrían velocessobreci aguahastala orilla. Literalmenteandabansobreel agua,

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Estatransustanciaciónseobservatambién en el poema«‘JohnRoach,marinero”, construido,como el anterior>con unahábil poetizaciónde laprosadocumental.La comunión entreel hombrey la naturalezase daaquí con referenciaal elementoindígena,queacaparapor vezprimeralaatenciónde Cardenal:

(Desu bajadaen SurAméricaa cortar leí4aysucautiverioenuna tribu errantedeIndios).,.Estosindios sonllamadosWolaways,o cabezaschatas,Suscuerpossondecolordetierray los pintancomotinajasy sevistencon grandesplumajescomopájaros.1

La mayoríade estospoemas—en particular, «Squier»—sonbuenosejemplosde unapoesíafacturadaa basedeimágenesvisuales,quesesu-perponensegúnla técnicapoundiana.Y, deotro lado,clarosexponentesde los misteriososmaticesqueadquiereparael extranjeroun desplieguetal de vida y sonidos:

Yen las riberas,floresy frutasmadurasy verdes.Y unospájarosverdes—largotiemponosdivertíamosviéndolospasar—Y frutasdepany monosye1pájaroCampanay un aromadulcedebálsamoy cinamonoy la ceraquederramabael árbol Karamayay el sudordelasselvasde sándaloy alcanforlos árbolesmanabanlechey miel,manabanámbary gomasaromáticasy unafruta queestallabaconestrépitodesdelejos la oíamosdenochereventando.Y hojasdetamañodecanoacaíansobreel río (..)

Y yo nuncavi unatierramejor.13

Cuandodespertéel bongoestabainmóvil enla oscuridad.Estábamosatadosal troncodeun árbol.Miles deluciérnagasenel follaje negroyal fondodel cielonegro

la CruzdelSur....Yhuboun ruido enel aire:el grito tal vezdeun pájarodesconocido,respondidoporotro grito semejantemáslejos.14.

escribiamísterSquier...». Eneí poema,el hablantecontemplalas«espinosasiguanas/comodragonesdejade/corriendosobreel agua/Qflechasdejade!)» (p. 35), lo quenos puededarunaideadecómopoeti-zaCardenallasfuentesoriginales.

12 «JhonRoach,marinero»,enE. Cardenal,PoesíadeUro, BuenosAires, El Cid, 1979, p.24.

~ «Rleigh»,enE. Cardenal,Poesíade Uso,op.tít. p, 21.4 «Viajerodel siglo XIX enel rio SanJuan».en E. Cardenal,Antología,Managua,Ed.

NuevaNicaragua,l983p. 38.

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El deslumbramientoanteunatierra desconocida,exhuberantee ina-barcable,sólo podíaser trasmitido objetiva y plenamentetal y como lohaceCardenal:aprovechandola reciénestrenadavisión de América quenos revelaronlos quese acercarona ella por vezprimera>desdepresu-puestosy esquemasmentalesmuy distintos. Este procesode extraña-miento, que se deriva del perspectivismo,obliga a continuas«traduc-ciones»ya seapuramenteidiomáticas,con la intervencióndirectadelpo-eta> ya culturales.La denominaciónde los objetosdel mundoexterior serealizadesdela extrañeza(«Las nochesen lechoscolgantesbajo el cielode Brasil —esaclase de camasque ellos llaman hamacas”;«Releigh”.p.2O); y el visitante trasladaesanuevaexperienciaal lado de otrasque lesonmásafines:

Y al acercarnosala ciudadseoíaalo lejos los centinelaspaseándosey un «alerta»sucesivocorriendodecalleen calle.Lasvocesde lasgentesnosparecíanextrañasy suspalabrasterminabancon languidezcomoenun canto.Yel grito delcentinelaeratanmusicalcomoeí deun pájaroenla tarde.Comoenlasaldeaschorreadasdenieveenlos EstadosUnidosseoyenlasvocesdelos centinelasen latardealegres,largasy claras.

Esterecursoexpresivo,recogidopor Cardenalde los testimoniosre-alesde suspersonajes,abundaráen suulterior poesíahistórica,bien porfidelidad a la experienciade los cronistas>en El EstrechoDudoso> bienpara subrayar la distancia entre dos sociedadesy modos de vidadiametralmenteopuestos,en Homenajea los indiosamericanos.

Pero,a menudo>la relaciónestablecidaentrela naturalezaamericanay el hombreque pretendedominarla va más allá de la extrañeza>y de-sembocaen conflicto. El inevitableenfrentamientoseproducecuandoelideal aventureroque guíaa estospersonajesestámotivado por un afánde lucro o depoder:

Enel Golfo de Fonseca,tras lasislasazulesviejosvolcanesruinosocomopirámides,parecíanmirarnos:Latierradondepasaríamostantasaventuras,

dondetantosdenosotrosmoriríandepesteo peleando!Y la selvaconun si]bido llamando,llamando,consusgruesashojascarnosas>rotas,chorreandoagua;y comoun constantequejido....Y nadienoshabíahechodaño,y traíamosla guerra.

(‘<Con Walker , p. 11)

15 «Con Walker en Nicaragua».en E. cardenal,Poesía,op. cii., p. 12 (todaslascitassi-guientesdeestepoemaestántomadasdela mismaantología).

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En el largo poema«Con Walker en Nicaragua”, Clinton Rollins, unode los filibusteros que acompañóal norteamericanoWilliam Walker ensuprimer viaje a Nicaragua,relatalos aconteciientoshistóricosy las ex-perienciaspersonalesde este viaje: el sitio de Granaday su posteriordestrucción;la derrotaquelas tropasaliadasdeCostaRica,El Salvador>Guatemalay los «legitimistas»nicaragúensesinfrigieron a los hombresde Walker, quien sehabíaproclamadopresidentedel país en 1856; y lasegundaexpedición y muertede Walker, narradaindirectamentea tra-vésde los datosproporcionadosa Roilinspor otroscompañeros,testigospresencialesde los hechos(con lo cual semantieneatoda costaun nivelóptimo de verosimilitud histórica> y seapelacontinuamentea la credibi-lidad del lector). Lo novedosodel poemaes la distinta lecturade la reali-dadqueun extranjeropuedehacerde estosepisodiosdela historianica-ragílense.Desdeel principio seaclarala visión quese pretendedar: des-de dentrode la historia, desdefuera del país.Esteperspectivismosere-cordarácontinuamente>por medio de los recursosquevenimosseñalan-do, a lo largode todoel poema.

El hombre—el viajero— secoloca,de estamanera,en abiertoenfren-tamientocon la naturalezaen cuestión.De esteenfrentamientosurgirá>inexcusablemente,la Historia de América. Pero los intereseshumanosresultarona menudoderrotadosen estesorpresivoencuentrocon lasfuerzasde la naturaleza.En el relato de la fracasadaexpediciónde SirWalkerRaleighaEl Dorado,la descripciónde la tierra desveladaalternacon las penalidadesde los expedicionariosen su larga marcha por elAmazonas,con un hábil contrapuntoen que se sucedenlas secuencias>enplanoscortos,comosi deun montajecinematográficose tratase:

100 hombrescon susbalsasy susprovisionesparaun mesdurmiendobajo lalluviay el mal tiempoy alaire libre y bajoel sol ardientey lasplantaspegadasen lapiel y lasropasmojadasy el sudordetantoshombresjuntos y el calordel sol(y yo meacordabadelaCorté> (...)

Sin pan.Sin agua.Los oídosaturdidosdesilencio.Los árbolestanaltosqueno sentíamosaire,Y el rumordelaguasubiendo.Sin pan.Sin agua.Sino tansólo el aguagruesay turbadadelrío.Yhay un río rojo y conflujo quecuandoel sol seponeesvenenoso.Y seleoyequejarsemientrasno hay sol,y estáenfermo.Y unaslagunasnegrasy espesas,comola brea...

(«Raleigh»,p. 20)

La naturalezasepresentacomo unaavasalladorafuerzagenésicaim-posiblede dominar, y así aparecerátambiénen El EstrechoDudoso.Elpoema«Greytown»refleja estavictoria de lo primordial por medio deunaexpresivacontraposición,elaboradaabasede paralelismos,entreel

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antiguoesplendorde estaciudad—San Juandel Norte, Greytownparalos ingleses—y su actualabandono,con la selvaganandorápidamenteterrenodondela manodel hombreestableciósufugazpoderío:

¡Greytown! ¡Greytown!Americanos,alemanes,irlandeses,franceses,mulatos,chinos,españoles,venían,seencontrabanaquí>y partían(..)

Ahora sólo hayarenagris y margrisbajoel cielogris.Cascosdebuquesviejosen la costaseca.Chozasdepajasecabajoloscocossecos.Sol sobresalinassecas.Saldecolordeceniza.Salinasplanas.Playaplana.Y marplano.Todotanhúmedo.Todotanestéril.Todotanverde.Unadragasarrosajunto al mar.Unafragataentreel zacate

(conel cordajede lianas).En la PlazaKing Georgepacenlas vacas.26

El infortunadodestinode muchosdeestosaventurerosseejemplificaen la suertequeaguardóa la mayorpartede los filibusteros queinunda-ron Centroaméricaen los siglosXVIII y XIX. Cardenalseha interesadobastantepor estosepisodiosreferidosa la piratería: así>por ejemplo>en«Drake en el mar del Sur”, o en «Los filibusteros», clarísimocorrelatodel segundofragmentode«ConWalkeren Nicaragua».

Pero la profundamotivación que impulsó a todos estosviajeros detan distinta procedenciapareceapuntarmásallá del simplehechoocci-dentalo de los intereseseconómicos.En palabrasdeAriel Dorfman,

si bien es cierto quela mayoríade los seresen queCardenalsealoja transito-riarnentesonhombresquehanvenidoanuestratierraparatraer la destrucciónyla ruina, a la vez hanvivido otro tipo de aventura>sonel testimoniode unaexpe-rienciaquelos desborday quehantranscritoasu pesar(...) El viaje deRaleigh,deRollins, o de Squiery Drakeportentamás de lo queaparenta.No essólo un serhistórico, sino queen su contexturase revela, además,algo asícomoun arqueti-po, todo hombreadentrándoseen lo desconocido,rodeadode oscuridady aturdi-do de silencio (). Todo hombredescubriendo(y enamorándosea medidaquelapierde)la realidad.17

En efecto> las metas de todos estos hombresse encuentranen unterrenofronterizo entrela utopíay la realidad,más lejosde los límitesseñaladosen los mapas.El Doradode Sir Walker Raliegh,la tierra « don-de seobtienetodo lo que sequiere»: la gloria y el misterio llamandoim-penosamentea los filibusteros> movidos por «la necesidady las ilu-

‘~ «Creytwon».enE. Cardenal,Poesía,op. cii., pp. 26-27.

17 A. Dorfmau, «Ernestocardenal: ¡todo el poder a Dios-proletariado!».Crisis (BuenosAires),n0 14, 1974, p, 50. Estaspalabraspodrian aplicarsetambiéna unode los primerospoemasdeCardenal,anteriora«Releigh»:Proc-lanwdelt’anquistador.

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siones»;el deconcertantey ambiguofinal dela peregrinaciónde Squierodel anónimoviajero del sigloXIX en el río SanJuan;la pertinazconstan-cia de EdwardsE. Brand, «el último norteamericano/quese quedó enGreytown, esperandoel Canal.!Esperóel Canal todasuvida. Y vivió unsiglo.»; la lejanaChina—puertaabiertaal infinito— queaguardabaaDra-ke en suviaje por el mar del Sur; o la oscuraesperanzaqueguiabaa loshombresdeOrsúahacialas tierrasdeOmagua.--

¡Omagua!¡Omagua!Orsúadecía:queencaneceríanbuscandolatierra los quesalieronmuchachos.Los hombressemoríandehambreenaquelgrandesiertode agua.Y ya llevábamosmásde700 leguassinver Omagua.¡Omagua!¡Omagual

Oh esperanzasdela tierradeOmagua!18

Todosestosidealesfuncionancomounasuertedeelementosmíticos,inalcanzables>cuyoprimer acercamientoseefectúaamenudopor mediode referenciasoralesindirectas(Raleigh,Orsúao Clinton Rollins se lan-zana la aventuradespuésde haberoído los relatosdebocade los queyaconocían esas realidades):con este único equipaje, los buscadoresenfrentansu propia experienciade lo desconocido,tomancontactoconunarealidad que se les revelacomo inaprehensible.El misterio que ro-deatodas estasempresas,esassombrasindescifrablesque pueblan elmundodescubierto—aveces,explícitamente—,seconviertenen signoscuyo sentidoúltimo se les escapay no seatrevenaconfrontar>dice ArielDorfman (deahíel sentimientonostálgicoqueembargaa todosellos> esaactitud trágicaqueimpregnatodo lo que les rodea);entonces>«los saque-adores>los piratas, los exploradores>en un momento dado, parecenvislumbrar quedetrásde suacciónpodíahaberun objetivodiferentedelque se habíanpropuesto,hay otro tesoro(jI. Es sólo después, o en el

19mientrastantoresbaladizode suvivencia,queellossedancuenta”

Todabúsquedaes,en última instancia>búsquedade lo Absoluto; y laaventura,la conquistade lo desconocido,esunavía más—borrosavía—paraaccederaeseconocimientoinefabley complejo>aesaidentificacióncon la divinidad: una vía de inmersión en la realidad profunda, en laesenciadel estar-siendohumano y cósmico. El proceso, pues> no hahechomás queempezar:estamosen el caminode unapropuestaque,yadesdeel centro mismo de la poesíapolítica cardenaliana,alcanzará,enúltima instancia, la cotamás alta de la trascendenciahumana,segúneldesarrolloexpansivoquecomentábamosmásarriba.

Eseesel núcleoreal (y no la aventuraaparente)de la experienciaquecomunicanlos protagonistasde estospoemas.«Estánenfermosde eter-nidad, y lo sintomatizandel único modoque les queda>a travésde su

«Omagua»,enE Cardenal,Antolo~ta,SanJosédeCostaRica,EDUCA, 1972,p. 220,i9 A, Doríman,art. oit, p. 50.

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Los primeros poemas históricos de Ernesto Cardenal 197

narración—concluyeDoriman— (.). Seresfracasados>en realidad,peroque en el camino de su privación, descubrenalgo que se agita másallá»20.En los poemassobreBolívar o JoaquínArtola> el hombresecon-vierte, sin saberlo>en agentede la historia. Los másdecisivosaconteci-mientospolíticos sehan gestadocon el impulso a vecesinconscientedequienesseenfrentanasupropio destino:Bolívar apareceen el momentocircunstancialde su penetraciónen la historia, ignorantede lo que leaguardamásallá de suspensamientos.El poetaestájugandocon nivelestemporalesdistintos(el pasadoqueel protagonistarecuerda>supresen-te activo, y el futuro, que perteneceal lector: es ésteel que construye—sintetiza—-la historiacon losdatosquele aportanlasexperienciasper-sonalesde susprotagonistas).Estejuego temporal>muy del gustodel ni-caragúepse.seránbastantemásfructífero en El EstrechoDudoso,y con-tieneel germendeunade susmáscaracterísticasclavespoéticas(el pasodel tiempocomoproblema):

El mismofastidio!¡Siempreel mismofastidio!

EstoycansadodelasciudadesdeEuropa.Me vuelvoaAmérica.

¿Quéharéyo allí?lo ignoro...

Yonuncahagoproyectos.(.)Esteesmi pasado.El presenteunvacio.

Sin un solodeseoquedejeunahuellaenla memoria.

¿Elfuturo?Sólolos locoscalculanlasquimeras.Vuelvo aver otroshombresy otratierra.- Un encantodelos recuerdosdemi infanciaquese desvanecerásindudaamisprimerasmiradas...Peroel granemperadoracabade invadir la Españay quieroestarahoraenAméricay ser (estigodela repercusiónque tendráestanoticia.2t

Los poemas«americanos»deestaprimera época,quesonya la poesíade Cardenaltal y como él la concibey comunica,constituyen,en suma>un primer intentode acercamientogeneralizadora la historia del conti-nente,que despuésseparticularizaráen la poetizaciónde momentosoparcelasmuyconcretosde esahistoria (el descubrimientoy colonizacióndeCentroaméricao la herenciaindígena).Partiendoentodosloscasosdepersonajeshistóricosy detextosde la época,la diferenciaestribaen quelos poemasde esteprimer bloqueseaproximanhacia la realidadhispa-

20 Ibídem.21 «Lavueltaa América», en E. Cardenal,Antología,SanJoséde CostaRica, EDUCA

1972, pp. 209-211.

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noamericana,expresándolopor medio de la utilización del ojo ajenopa-ra la comunicaciónpoéticade esa realidad.Diríasequeel poetaplaneasobreel devenirhistórico del continente,observándoloen vuelorasantey haciendocaíaen personajeso episodiosde las másdistintasproceden-ciasespacialeso temporales.En cambio,la poesíahistóricaposteriorsu-ponela transmisiónde esamismarealidadcontinentaldesdeellamisma,configurandounaimagenautónomaque no necesitala presenciade loextranjeroparasercomunicada.sinoquelo hacedesdesusnativoso des-de los colonizadoresasumidos por la propia cultura americana.Elamplio muestrariode fechasy nombresqueofrecíanestosprimerospo-emasse canalizamonográficamente,pero también el poeta se detienecon más calmaen la comprensiónde los hechos>los analizacon cuidadoenfocándoloesdesdevarios ángulos—nueva dimensiónperspectiva—>intensificandoun recursode extracciónanterior, la utilización del len-guajey los ritmos sintácticosde la prosadocumentalcorrespondientealepisodiohistórico narrado.En esteviajede ida y vuelta completaCarde-nal un epos total y objetivo, unaimagende la realidadamericana,dondeacabaporfijar suresidenciapoética.

M~ ANGELESPASTORALONSO

Universidadde SevillaEspaña