los poemas han de ser el fantasma menos muerto del mundo
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Los poemas han de ser el fantasma menos muerto del mundo
Mi memoria ocupa más mundo que mi vida
pasado es faltarme cada más presente
futuro es los márgenes que todavía
no ennegrecen mis primeras muertes
No poetics.
En general me duele recordar, los recuerdos son sensaciones también, y
siempre es un eclipse más largo el dolor y siempre se diluyen muy rápido las
alegrías. Mi vida es un montn de cera derretida.
!ué hay en el centro de mí, depende de dnde estén las circunferencias.
No soy feli" y slo es el mundo la tierra en la que crece mi triste"a.
No tengo a nadie. Estoy solo. #oy patético, un enfermo. La soledad no es un
lugar, sino mi $nica mirada. #oledad es la intemperie de mí mismo. Nuestra
vida siempre es de los otros y yo no tengo a nadie, por eso slo tengo lo $nico
que puede ser mío% mi muerte. La soledad es algo peque&ito que a nadie le
interesa, y ese desinterés duplica el espacio que ocupa y la intensidad de mi
soledad. El lengua'e todavía no me revela sus límites. Me siento humillado.
Mal. ( todos les caigo mal. ( todos. No tengo a nadie, desagrado a todo el
mundo y nuca sé qué decir para evitar que comience a desaparecernos el
silencio. Este silencio, la soledad es un estado de ánimo. #uena a lo le'os una
cancin. Es que la estoy recordando.
#oy un mocoso patético, imbécil, presuntuoso, mediocre, cobarde, aburrido,
retrasado mental, por eso no mere"co a nadie, nadie me necesita) estando solo
veo cuán poco es toda vida. *n espacio más. !uiero el sincero
reconocimiento de los otros. +uando tengo algo que decir no me de'an hablar,
y cuando quieren oírme no tengo nada decir y digo algo que no merece ser
escuchado. #oledad es no estar ni siquiera yo para escucharme. odos me
observan con la misma indiferencia, como si miraran una grieta en el piso, y
me escuchan con la indiferencia con la que escuchan la lluvia. #iempre son los
demás los que me dibu'an, yo solo slo puedo borrarme. Los otros me han
dibu'ado como a un bote de basura en una esquina. El silencio, el enlodarme
los "apatos en una calle espantosa para llegar a una casa llena de humedad y
de insectos en la que tampoco nadie me mira ni me escucha. odos mis
esfuer"os son en vano, quien quiero ser está más allá de todas ms acciones, y
al mismo tiempo si no soy quien quiero ser es todo por mi culpa. No tengo
fuer"a ni tiempo. Mis lágrimas son el sudor de mi espíritu cansado. #lo soy
algo que los demás ignoran y de lo que se burlan, yo me ignoro y me burlo de
mí mismo, pero hacer lo mismo no nos hace más iguales ni nos une. No
escribo la poesía que escribe alguien que escribe poesía sino de la de alguien
que sufre, no más bien de alguien que es patético.
Escucho cada cosa como un latido, y pienso en los cuadros de bloquear como
en el signo errado de un grito antes en movimiento por el caminar ingrávido
de mis piernas ro'as como el sol que alumbra las espaldas más curtidas por el
verano, antes de que el movimiento de nieve en las monta&as viniera a cubrir
como un montn de lodo las luces de una aldea de madera, siento los silbidos
del miedo como un grito atronador. No sé si estoy solo y tengo miedo, saber
demasiado slo puede llevar a la sensacin de que se sabe muy poco, saber
poco puede llevar a la certe"a de saber demasiado, los escuchas de un cora"n
culpable de la pérdida de cientos de arterias sea el pasto que marchite mi
cora"n de abuelo de golfista que mira por la ventana, y tiene una nieta que
sonríe llena de fierros y enterrada en un brillante vestido verde, será esto
escrito como si fuera leído en el interior de un cuarto de madera rubia, como
atardecer del sol, slo ahí podrían sentirse los verdaderos contornos de los
libros más negros y destro"ados. El resplandor sobre una cuantas plantas
vendrá abrirse como las grietas de un cristal oscuro.
engo miedo como si hubiera partes que mis sentidos tocan como si envueltas
por un trapo de cuero negro.
(h pero en los círculos cotidianos
el tiempo es un camino que se acorta
con tanto contorno gris como sue&o
en nuestros párpados y multitudes
amontonadas en los autobuses
y que se van dispersando después
en los resplandores de las pantallas
y que cru"amos en los lentos lomos
de la ma&ana y los ro'os ocasos
como en un camino sinuoso que
nos lleva al agu'ero que será
la $nica casa que habitaremos
cuyas $nicas puntas son los cuartos