los derechos de las personas de la tercera edad -...

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  • LOS DERECHOSDE LAS PERSONAS DE LA

    TERCERA EDAD

    FASCÍCULO 3

    MÉXICO, 2003

    PREVENCIÓN DE LA VIOLENCIA,ATENCIÓN A GRUPOS VULNERABLES

    Y LOS DERECHOS HUMANOS

  • Primera edición: mayo, 2003ISBN: 970-644-292-8

    © Comisión Nacionalde los Derechos HumanosPeriférico Sur 3469,esquina Luis Cabrera,Col. San Jerónimo Lídice,C. P. 10200, México, D. F.

    Diseño de portada:Flavio López Alcocer

    Impreso en México

    Los fascículos que conforman esta colección son resultado del esfuerzo y dedicación del per-sonal de la Secretaría Ejecutiva de la Comisión Nacional de los Derechos Humanos, por ello,deseo expresar mi agradecimiento a la licenciada Eréndida Peña Martínez, por haber coordi-nado el Ciclo de Conferencias y Mesas Redondas en el que se presentó todo este valiosomaterial; a la licenciada Sara Luz Gámiz Vargas, Jaime Soler Frost, Gonzalo María VélezEspinosa y Sonia María Esbrí Sánchez, por hacer brillar aún más los textos con su correcciónde estilo; a Patricia Wong Montoya, quien tuvo a su cargo la laboriosa captura de cada una delas ponencias, y finalmente, a la licenciada Consuelo Olvera, por su aporte en la conforma-ción y organización de estos fascículos.

    Lic. Francisco Olguín Uribe,Secretario Ejecutivo

  • [5]

    CONTENIDO

    Presentación ...................................................................................... 7

    Introducción ...................................................................................... 11

    Desafíos del envejecimiento demográfico en MéxicoRodolfo Tuirán.............................................................................. 15

    El anciano maltratadoLuz Esther Rangel López.............................................................. 35

    Maltrato en el paciente geriátricoAlejandro Uribe Hernández......................................................... 43

    Hogares e ingresos típicos de las edades avanzadasMaria Cristina Gomes da Conceição........................................... 51

    Calidad de vida y derechos humanos en las personasde edad avanzada en la Ciudad de MéxicoVerónica Montes de Oca.............................................................. 75

    Experiencia del DIF-DF en apoyo a los adultos mayores en cuantoa sus derechos humanos

    Elizabeth Mora............................................................................. 81

  • [7]

    PRESENTACIÓN

    El fin del siglo XX cierra un periodo de la historia de la humanidad queserá recordado por las guerras mundiales, los totalitarismos, la bombaatómica, la “guerra fría” y otras expresiones de violencia. Fue también enla segunda mitad de ese siglo cuando se configuró el nuevo orden mun-dial y se desarrolló con gran vigor el derecho internacional de los dere-chos humanos, pero estos logros no pudieron corregir la fragilidad de lapaz, el abuso a los más débiles y la falta de respeto a los derechos funda-mentales.

    La persistencia de los fenómenos de violencia en este contexto se ori-ginan por distintos factores. Por un lado contemplamos actos de violen-cia ligados a factores culturales y políticos como la xenofobia, la intole-rancia religiosa y más recientemente el aumento del terrorismo. Por otrolado, persiste la violencia originada por situaciones de exclusión ymarginalidad social como el desempleo y la pobreza.

    La violencia estructural ha afectado de manera alarmante a diversosgrupos de nuestra sociedad; sobre todo a aquellos colectivos humanos quepor sus características y condiciones se encuentra en situación de vulne-rabilidad.

    Los grupos más desfavorecidos en un sistema que genera permanen-temente relaciones de desigualdad y exclusión son las mujeres, los indí-genas, las niñas y los niños, los presos y detenidos, los enfermos y pa-cientes, los migrantes, las personas de la tercera edad, los que viven conel VIH o padecen sida y las personas que tienen alguna discapacidad,entre otros.

    Estos grupos sociales vulnerados por condiciones de pobreza, falta deoportunidades laborales, desigualdades sociales y económicas, inequi-dades de género, sufren la ausencia de oportunidades, lo que genera un

  • 8 PRESENTACIÓN

    círculo vicioso de marginación, así como la escasa posibilidad de parti-cipar y decidir en la estructura de una sociedad excluyente e inequitativa.

    La Comisión Nacional de los Derechos Humanos, preocupada por es-tos fenómenos, realizó durante el año 2000 el Ciclo de Conferencias yMesas Redondas tituladas “Prevención de la violencia, atención a gruposvulnerables y los derechos humanos”. En dicha actividad participaron másde 80 intelectuales mexicanos y extranjeros procedentes del mundo de laacademia, de las instituciones públicas y de las organizaciones socialespara compartir con nosotros, de manera generosa y desinteresada, lo mejorde su saber en esta materia, a fin de ofrecer alternativas de solución paramejorar las condiciones de vida digna de cada uno de los grupos en situa-ción de vulnerabilidad. Este ejercicio se vio enriquecido con la participa-ción de los asistentes a estas conferencias y mesas redondas, que genera-ron un proceso dialógico que permitió un intercambio respetuoso ytolerante de las ideas.

    Como resultado de este proceso, este Organismo nacional tiene el gus-to de presentar nueve fascículos organizados de manera tal que cada unode ellos abordará la problemática específica de alguno de los grupos so-ciales que de manera más frecuente ven trastocados sus derechos fun-damentales:

    • Los derechos de los pueblos indígenas.• Los derechos de las mujeres y los niños.• Los derechos de las personas de la tercera edad.• Los derechos de los pacientes.• Los derechos de los migrantes.• Los derechos de las personas con discapacidad.• Los derechos de las personas detenidas.• Los derechos de las personas con VIH y enfermos de sida.• Los derechos de las minorías religiosas.

    Este valioso material es una obra colectiva, y por eso mismo refleja unagran pluralidad, pero sobre todo, aporta la mirada inteligente y crítica decada uno de sus autores. La diversidad de posturas permite abordar cadatema desde un enfoque multidisciplinario, por lo que el lector tendrá laposibilidad de acceder a una comprensión integral de las distintas problemá-ticas que padecen en materia de derechos humanos los grupos vulnerables.

  • PRESENTACIÓN 9

    Por la calidad de los autores y el enfoque de derechos humanos de susexposiciones, todo aquel que acceda a estos fascículos encontrará uno delos mejores diagnósticos elaborados en nuestro país sobre la difícil situa-ción que padecen estos grupos.

    La posibilidad de garantizar el reconocimiento pleno de los derechoshumanos de toda persona, independientemente de sus condiciones y ca-racterísticas, pasa necesariamente por el conocimiento y reconocimientode las distintas problemáticas, del análisis serio y acucioso de las mismas,y del compromiso ético y solidario de quienes estamos convencidos quepodemos modificar esta realidad transgresora, de que podemos y debemosrevertir los horrores cometidos en el siglo que recientemente concluyó:hasta aquí nuestro modesto aporte como tributo a los grupos vulnerables.

    José Luis Soberanes Fernández,Presidente de la Comisión Nacional

    de los Derechos Humanos

  • [11]

    INTRODUCCIÓN

    Los trabajos aquí recopilados no sólo representan valiosas piezas para lareflexión y desarrollo de la investigación que merece la tercera edad, sucompilación tiene el significado adicional de rendir un modesto tributo alos adultos mayores, y contribuir a que las generaciones actuales cobrenconciencia de que la población mundial muestra, en general, un rápidoproceso de envejecimiento.

    Para el doctor Rodolfo Tuirán, en su artículo “Desafíos del envejeci-miento demográfico en México”, el fenómeno del envejecimiento se ve-rifica en muy diversas sociedades y muy distintas latitudes, también se pre-senta como consecuencia de los avances médicos que han permitido elevarla esperanza de vida, la reducción de la mortalidad, así como, paralela-mente, la reducción de la natalidad y la evolución de las familias que tien-den a tener un menor número de hijos. Por ello, se registra un aumentode personas que alcanzan una edad avanzada. Tanto en términos absolu-tos como en proporción al total de la población. Ante este hecho, segeneran menos fenómenos sociales que dejan a los adultos en un benig-no olvido para tomar consciencia de sus derechos y respetarlos acabalidad.

    El trabajo de la doctora Luz Esther Rangel, titulado “El anciano mal-tratado”, deja en claro que la vejez en sí misma no es un problema. Es unaetapa de la vida acompañada por una serie de cambios biológicos, psico-lógicos y sociales que merecen atención de las instituciones del Estado yla comprensión de la sociedad en su conjunto. La autora sostiene que eldesconocimiento y la no comprensión de los cambios que experimentanlos adultos mayores trae como consecuencia una serie de prácticas discri-minatorias y transgresoras de la dignidad humana.

  • 12 INTRODUCCIÓN

    En su ponencia “Maltrato al paciente geriátrico”, el doctor AlejandroUribe Hernández nos nuestra cómo la violencia estructural maltrata yvulnera las condiciones de vida de las personas de la tercera edad. Narrasu experiencia como geriatra para ejemplificar una serie de situaciones demaltrato vividas por sus pacientes en el ámbito laboral, familiar y social.

    La doctora Maria Cristina Gomes da Conceição inicia su exposiciónformulado tres preguntas fundamentales: ¿qué significa para las familiasmexicanas el hecho de que las sociedad está envejeciendo?, ¿qué medi-das está adoptando el Estado para responder ante este fenómeno? y ¿enqué realidad, con quiénes, en dónde y cómo viven los individuos de eda-des avanzadas? Sus respuestas las fundamenta en un análisis estadísticosobre el número de personas de la tercera edad que viven en este país, quesegún los cálculos de Conapo son más de 6 millones de mexicanos, lo querepresenta 6% de la población nacional. Sobre esta cifra, en su artículo“Hogares e ingresos típicos de la tercera edad”, la doctora Gomes daConceição indaga cuántas personas de la tercera edad viven solas, cuán-tas en familia, además de las que están en hospitales o en casas hogares,si aún trabajan o son dependientes económicos, para darnos una visión máscompleta de los fenómenos que en esta materia se están generando enMéxico.

    “Calidad de vida y derechos humanos en las personas de edad avanza-da en la Ciudad de México” es el título del trabajo de la doctora VerónicaMontes de Oca. En este artículo aborda el proceso de transición demográ-fica por la que está pasando la ciudad más grande del mundo. Explica quela pirámide de población en el Distrito Federal está cambiando rápidamen-te, a medida que avanza el proceso de envejecimiento. Todo esto reper-cute en la calidad de vida de las personas adultas mayores, ya que éstastienen especial derecho a la seguridad social que les permita proteger susalud, el acceso a la asistencia médica y a los servicios necesarios que lespermitan el otorgamiento de una pensión, conforme a los requisitos legalespara su disfrute. Asimismo, tienen derecho a la procuración y adminis-tración de justicia que les permitan un trato humanitario. Derechos que,nos dice la autora, muy frecuentemente no les son respetados.

    Elizabeth Mora considera que la observación y aplicación de los prin-cipios rectores de la Ley de los Derechos de las Personas Adultas Mayo-res en el Distrito Federal se lleva a cabo mediante el Programa Impulsarla Dignificación y Fortalecimiento del Adulto Mayor, el cual promueve

  • INTRODUCCIÓN 13

    el reconocimiento del valor que éste tiene como patrimonio cultural dentrode la familia, la comunidad y la sociedad en su conjunto; asimismo, seanalizan las diferencias que por razón de edad se establecen entre lasgeneraciones, la tolerancia y la convivencia integracional. Bajo el título“Experiencia del DIF-DF en apoyo a los adultos mayores en cuanto a susderechos humanos”, el DIF realiza también funciones tales como orien-tación, asesoría jurídica y asistencial y capacitación entre muchas otrasactividades.

    Lograr el reconocimiento pleno de los derechos de las personas de latercera edad es una necesidad impostergable. Es importante recordar quelas personas de más de 60 años tiene los mismos derechos que los demás,pero, frecuentemente, requieren de condiciones especiales que les permi-tan vivir con decoro y bienestar, por lo que es apremiante contar con ade-cuados mecanismos legales y sociales de protección.

  • [15]

    DESAFÍOS DEL ENVEJECIMIENTODEMOGRÁFICO EN MÉXICO*

    Rodolfo Tuirán**

    Las sociedades envejecidas o en proceso de serlo están apareciendo portodos los rincones del mundo. Este fenómeno es una expresión clara dela transición demográfica por la que atraviesan las poblaciones de muydiversos países: por un lado, la declinación de la mortalidad origina unprogresivo aumento de la esperanza de vida y, en consecuencia, un númerocada vez mayor de personas alcanza edades avanzadas; y por el otro, lacaída de la fecundidad se refleja, a la larga, tanto en una cantidad menorde nacimientos como en una reducción sistemática de la proporción deniños y jóvenes en la población total. La combinación de ambas tenden-cias conduce, de manera inevitable e irreversible, al envejecimiento de-mográfico, hecho que se expresa en un estrechamiento de la base y unaampliación de la cúspide de la pirámide poblacional.

    Esta mutación ocurre desde hace varios decenios en los países másdesarrollados. De acuerdo con los datos de la División de Población dela Organización de las Naciones Unidas, se estima que el número de adul-tos mayores (es decir, personas de 65 años y más) se multiplicó alrede-dor de 2.7 veces en los últimos 50 años (de 64 millones a 171 millonesde personas) y que su proporción con respecto a la población total casi seduplicó (de 7.9 a 14.4%). La dinámica del envejecimiento seguramentese acelerará en las próximas décadas y provocará que, al llegar al año2050, los adultos mayores constituyan poco más de la cuarta parte de losresidentes de esos países.

    * Conferencia impartida el 8 de mayo del 2000 en la CNDH, Ciudad de México.** Economista, demógrafo y doctor en Sociología. Secretario General del Consejo Nacional

    de Población.

  • 16 RODOLFO TUIRÁN

    La creencia de que el envejecimiento demográfico es una preocupaciónexclusiva de las naciones más desarrolladas es insostenible ante las rea-lidades y previsiones sobre la escala, velocidad y características de esteproceso en los países en desarrollo. Si hoy residen alrededor de 248 mi-llones de adultos mayores en ellos, se prevé que para el año 2050 su nú-mero aumentará a 1,163 millones, lo que representa un tamaño 4.7 vecesmayor al actual y una proporción tres veces superior (de 5.1 a 15% del totalde habitantes).

    La población mexicana también atraviesa por una fase de plena y ace-lerada transición demográfica y no podrá sustraerse en el futuro a la di-námica del envejecimiento demográfico. Dicha transición se inició en ladécada de los años treinta, con el descenso paulatino de la mortalidad, yse acentuó posteriormente a mediados de los años sesenta, con la decli-nación de la fecundidad (véase gráfica 1). Estos cambios han representa-do profundas transformaciones en la distribución por edades de la pobla-ción. De hecho, en la actualidad, estamos pasando de una población jovena otra más entrada en años (véanse gráficas 2 y 3).

    En este marco, es posible anticipar con total certidumbre que aMéxico “le saldrán canas y se pondrá viejo” (Federico Reyes Heroles,Reforma, 13 de julio de 1999). De acuerdo con los datos del Consejo Na-cional de Población (Conapo), se estima que la edad media de la pobla-ción se incrementará de 27 a 30 años en la primera década del presentesiglo y de 38 a 45 años entre 2030 y 2050. A su vez, la población de 65años y más aumentará de 4.8 millones a 17 millones entre 2000 y 2030y alcanzará 32.5 millones al llegar el año 2050 (véanse gráficas 4 y 5).Sin embargo, dado que más de tres cuartas partes del aumento previstoocurrirán a partir de la tercera década del presente siglo, nuestro paíscuenta con el tiempo indispensable para preparar las respuestas insti-tucionales encaminadas a afrontar exitosamente el fenómeno del enve-jecimiento.

    El cambio demográfico en México se ha producido con tal velocidadque hoy nos encontramos ante la necesidad de atender los efectos del altocrecimiento poblacional del pasado y, a la vez, de preparar las respuestasinstitucionales y sociales para encarar los desafíos presentes y futuros querepresenta el envejecimiento demográfico. Este proceso seguramenteinfluirá de distintas maneras en la sociedad mexicana, particularmente enla economía, la política y la cultura.

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    50Tasa por mil habitantes

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    Fuente: Estimaciones del Consejo Nacional de Población (CONAPO).

    Gráfica 1. Transición demográfica de México, 1930-2000

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    Gráfica 2. Distribución por edades de la población, 2000-2050

    Fuente: CONAPO.

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    Hombres Mujeres100959085807570656055504540353025201510

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    Fuente: CONAPO.

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    Fuente: Estimaciones y proyecciones del Consejo Nacional de Población (CONAPO).

    Gráfica 3. Estructura por edad de la población, 1996 y 2051

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    Fuente: Estimaciones y proyecciones del Consejo Nacional de Población (CONAPO).

    Gráfica 4. Población de 65 años y más, 2000-2050

    2000 2010 2020 2030 2040 2

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    Fuente: Estimaciones y proyecciones del Consejo Nacional de Población (CONAPO).

    Gráfica 5. Porcentaje de la población de adultos mayores respecto a la población total, 2000-2050

    2000 2010 2020 2030 2040 20

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    La transformación de la vejez en un problema social con múltiplesconnotaciones no sólo se origina en el número creciente de individuos quealcanzan esta etapa de la vida, sino, fundamentalmente en las propias ri-gideces institucionales para dar respuesta a sus necesidades y demandas.El envejecimiento se convierte en un problema social cuando va acom-pañado de pobreza, enfermedad, discapacidad y aislamiento social. Lasdiferentes dimensiones de la desigualdad, como son la clase social, laetnicidad y el género, se entrecruzan y refuerzan mutuamente en la vejez,atrapando a las personas en una telaraña de desventajas múltiples, de lacual resulta, hoy día, muy difícil escapar. Todo ello lleva a plantear innu-merables cuestiones de interés y relevancia para las políticas social, desalud y poblacional.

    CULTURA

    Las visiones culturales y sociales predominantes en nuestro país sobre lavejez contribuyen a moldear los significados subjetivos que los individuosatribuyen a sus experiencias en esta etapa de la vida. Cada sociedad y cadacultura tiene su propio modelo de vejez y juzga a los adultos mayores deacuerdo con él. Siempre ambivalente, nuestra cultura tiende a difundirimágenes contrapuestas de la vejez y de los viejos. Les rinde tributo, alien-ta discursos piadosos, los compadece, se resigna a su existencia o simple-mente los desprecia, con las evidentes secuelas individuales y sociales.Frente a ello, se requiere que las políticas orientadas a la tercera edadpropicien una profunda revolución cultural que permita erradicar valorespeyorativos hacia la vejez; impedir que la muerte social anteceda a lamuerte biológica; fortalecer la solidaridad intergeneracional; impulsarla revaloración social del adulto mayor, y estimular su plena inserciónen la vida familiar, social y comunitaria.

    SALUD

    Los retos para la política de salud que acompañan al envejecimiento de-mográfico son diversos. El cambio en la pirámide de población acelerarála transición hacia un perfil epidemiológico dominado por los padecimien-

  • DESAFÍOS DEL ENVEJECIMIENTO DEMOGRÁFICO EN MÉXICO 23

    tos crónico-degenerativos, como el cáncer y las enfermedades del siste-ma circulatorio y del corazón (véase gráfica 6). Este hecho determinaráque el peso de la enfermedad y de la muerte siga desplazándose en lospróximos decenios hacia los grupos de mayor edad.

    En consecuencia, los problemas de discapacidad de los adultos mayo-res serán cada vez más intensos y visibles en la sociedad. Al respecto, seestima que el número de personas con algún rasgo de deterioro funcionalen la vejez crecerá de 2 millones en 2000 a 7.3 millones en 2030 y a 15.1millones en 2050 (véase gráfica 7). El incremento en el número de muje-res impedidas en las edades más avanzadas será mayor y más rápido queen el de los hombres, hecho que requiere especial atención por parte delas políticas social, de salud y de población.

    Las nuevas realidades demográficas y epidemiológicas impondrán fuer-tes presiones sobre la infraestructura de salud; provocarán la reasignaciónde cuantiosos recursos para atender sus demandas; y exigirán profundasreformas en las estrategias, el alcance, el funcionamiento y la organiza-ción de este sector.

    La promoción de la salud y la atención preventiva deberán desempe-ñar un papel preponderante en este proceso. La prevención de la vejezachacosa deberá emprenderse a edades tempranas, lo que, con seguridad,entrañará cambios radicales en la dieta y los estilos de vida de la pobla-ción mexicana.

    TRABAJO

    El elemento integrador por excelencia en la sociedad moderna es el traba-jo, del cual emanan el prestigio social, los ingresos económicos, el nivel devida, buena parte de las relaciones sociales y de los grupos de pertenen-cia y otros referentes básicos para la vida y la identidad de las personas.El retiro o el abandono definitivo de la actividad económica, como tran-sición social que marca el paso a la vejez, es un evento que, en el mejorde los casos, vive un proceso de institucionalización parcial en México.

    Para una minoría, el retiro del trabajo con la protección de una pensiónes un evento posible, en tanto que la gran mayoría, ante la necesidad deobtener ingresos para costear su subsistencia, se ve obligada a seguir enla actividad económica mientras sus fuerzas y capacidades se lo permi-

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    Fuente: Estimaciones del Consejo Nacional de Población (CONAPO) con base en las estadísticas sobre causasde muerte de la SSA, 1999.

    Gráfica 6. Tasas de mortalidad por causas de muerte entre los adultos mayores según sexo

    Cardiovasculares

    Neoplasias Malignas

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    Fuente: Estimaciones y proyecciones del Consejo Nacional de Población (CONAPO).

    Gráfica 7. Personas de la tercera edad con algún rasgo de deterioro funcional, 2000-2050

    2000 2010 2020 2030 2040 2

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    16Millones de personas

  • 26 RODOLFO TUIRÁN

    ten (véase gráfica 8). Esta última experiencia explica las altas tasas departicipación laboral después de los 65 años y establece los rasgos de uncalendario tardío y con alta dispersión del retiro en México, con una edadmedia de 69.4 años y un rango intercuartil de aproximadamente 20 años.

    Tarde o temprano, si primero no sobreviene la muerte, la vejez impo-ne fatalmente el retiro del trabajo, convirtiendo a los adultos mayores enpersonas totalmente dependientes de los sistemas de transferencia. Cadasociedad dispone de mecanismos de redistribución de recursos que ponende manifiesto los escenarios de vida a los cuales se enfrentan los adultosmayores, quienes subsisten ya sea de contribuciones suministradas por elEstado, de recursos provenientes de sus hogares y redes sociales y fami-liares de apoyo, de sus ahorros e inversiones acumuladas o bien de lacaridad pública. Tales opciones no son excluyentes, por lo que es muyfrecuente la combinación de varias.

    SEGURIDAD SOCIAL

    Sabemos que la gran mayoría de los adultos mayores (alrededor de ochode cada diez) no cuenta con pensiones y casi dos terceras partes de quie-nes tienen acceso a ellas no perciben lo suficiente para cubrir sus necesi-dades básicas (véase gráfica 9). Por ello, diversos estudios prevén que lasociedad mexicana deberá desplegar esfuerzos considerables para asegu-rar la ampliación de la cobertura y garantizar la viabilidad y el equilibriofinanciero del régimen de seguridad social, prevenir riesgos y proveerpensiones dignas y suficientes. Este esfuerzo es un requisito indispensa-ble para avanzar hacia formas más sólidas de equidad y justicia social.

    HOGARES Y REDES FAMILIARES DE APOYO

    Ante las insuficiencias de la seguridad social, una parte sustancial de laresponsabilidad de proteger a los adultos mayores en situación de depen-dencia ha tendido a recaer en los hogares y en las redes sociales y fami-liares de apoyo.

    Los cambios socioeconómicos, institucionales y demográficos han al-terado las bases sobre las que originalmente se asentaron y desarrollaron

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    Fuente: Estimaciones del Consejo Nacional de Población (CONAPO) con base en la ENE, 1996.

    Gráfica 8. Tasas de participación económica de los adultos mayores por edad

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    Fuente: Estimaciones del Consejo Nacional de Población (CONAPO) con base en la ENIGH, 1998.

    Gráfica 9. Distribución de los adultos mayores por sexo y condición de pensión o jubilación

    Sin pensión o jubilación Con pensión o jubilación0

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  • DESAFÍOS DEL ENVEJECIMIENTO DEMOGRÁFICO EN MÉXICO 29

    valores culturales como la solidaridad intergeneracional y el apoyo fami-liar en la vejez.

    Algunos de estos cambios emergerán como fuentes de tensión cada vezmayores para la familia. Así, por ejemplo, conforme los integrantes de lasgeneraciones más recientes se adentren en sus propios procesos de forma-ción familiar, se verán obligados a hacer frente a la atención simultáneade los hijos y los padres por un tiempo cada vez más prolongado (véasegráfica 10). Además, como consecuencia del descenso de la fecundidadocurrido en las últimas décadas, tendrán un menor número de hermanoscon quienes compartir la responsabilidad de su cuidado.

    De esta manera, los adultos activos de los hogares enfrentarán unapesada carga: para algunos significará garantizar simultáneamente la sub-sistencia de menores y ancianos, mientras que para otros supondrá elhacerse cargo de sus padres durante las edades cercanas a su propio reti-ro (véase gráfica 11).

    Esta situación podría contribuir a deteriorar el papel de la familia comofuente exclusiva de apoyo a los adultos mayores, al tiempo que señala lanecesidad de diseñar mecanismos y estrategias de atención para los ho-gares multigeneracionales en situación de pobreza. De hecho, el aumen-to previsto en la esperanza de vida de la población mexicana (de 75 a 84años entre 2000 y 2050) contribuirá a ampliar el “tiempo de vida familiar”y convertirá en una situación usual la interacción de personasemparentadas entre sí pertenecientes a cuatro o incluso cinco generacio-nes sucesivas.

    CONSECUENCIAS DEL ENVEJECIMIENTO

    Debemos recordar que muchas de nuestras instituciones económicas ysociales han estado fundadas en una realidad fáctica que todavía mantie-ne su vigencia: el número de niños y adolescentes es significativamentemayor que el de adultos mayores. Sin embargo, en el año 2050 esta com-posición se verá profundamente alterada.

    En consecuencia, el envejecimiento y las respuestas sociales que des-encadene darán lugar a profundos cambios en nuestra manera de ser y depensar: hombres y mujeres de todas las edades tendrán que adaptarse a losnuevos ritmos de la vida social, a las cambiantes percepciones del curso

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    Fuente: Tuirán, R., Demographic change and family and non-family related life course patterns incontemporary Mexico, Ph. D. dissertation, University of Texas at Austin, Austin, 1997.

    Gráfica 10. Años de vida adulta (más de 15) con “responsabilidad” hacia padres de 65 años y más, hijosmenores de 18 años o ambos, México 1970-1974, 1990-1994 y 2005

    Padre(s) > 64Hijos < 18

    padre (s) > 64 o hijos < 18padre (s) > 64 e hijos < 18

    Ambos padres vivos de > 640

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    Fuente: Tuirán, R., Demographic change and family and non-family related life course patterns incontemporary Mexico, Ph. D. dissertation, University of Texas at Austin, Austin, 1997.

    Gráfica 11. Años de vida adulta (a partir de los 15 años de edad) con madre sobreviviente, con padre omadre sobreviviente o con ambos padres sobrevivientes (de cualquier edad), México 1970-1974,

    1990-1994 y 2005

    Madre sobreviviente Padre o madre sobreviviente Ambos padres sobrevivientes0

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  • 32 RODOLFO TUIRÁN

    de vida y a las normas y expectativas sociales emergentes relacionadas conla edad. También trastocará los arreglos residenciales y domésticos, lasrelaciones sociales y familiares, así como las relaciones de género eintergeneracionales.

    Otros muchos ámbitos de nuestra vida cotidiana también se verán al-terados. Cambiarán los estilos de vida, los patrones de consumo y laspautas de alimentación; proliferarán las organizaciones y grupos dedica-dos a proteger y promover el ejercicio de los derechos de los adultosmayores; aumentará, de manera significativa, la demanda de muy diver-sos bienes y de algunos servicios especializados; se abrirán numerosasoportunidades laborales para los integrantes de la tercera edad; se altera-rá la conformación del espacio urbano y surgirán colonias o barrios congrandes concentraciones de ancianos; se modificarán los espacios inter-nos de las viviendas para hacerlos más funcionales a las necesidades delos adultos mayores; se transformarán las características y modalidadesdel transporte urbano; abundarán las rampas en las esquinas de las calles,y se pondrá mayor atención en el equipamiento de nuestras ciudades parafacilitar la movilidad de este segmento de la población.

    En la industria manufacturera, ya no se necesitarán tantas fábricas depañales, de juguetes y de ropa para niños, pero se requerirán muchas másunidades fabriles orientadas a atender las múltiples necesidades domés-ticas, nutricionales y de movilidad de los adultos mayores.

    En los servicios, disminuirá la demanda de guarderías, de escuelas deeducación básica y de establecimientos obstétricos y pediátricos, y au-mentará la de hospitales, asilos, albergues y servicios de recreación paraancianos, así como la de geriatras y especialistas en la atención de lavejez.

    Seguramente, los adultos mayores se organizarán y presionarán paraque los nuevos arreglos institucionales reflejen las nuevas pautas de de-mandas y necesidades. La propia recomposición del electorado lo propi-ciará: si en la actualidad los adultos mayores representan alrededor de 8%de la población en edad de votar, 30 años más tarde su peso relativo as-cenderá a más de 17% y en el año 2050, se elevará a 30% (véase gráfica12). En consecuencia, las agendas del Poder Ejecutivo y de las cámaras,así como las plataformas de las organizaciones sociales y los partidos,buscarán adaptarse a esta nueva realidad demográfica y, por tanto, la aten-ción de la vejez adquirirá innegable importancia política.

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    Fuente: Estimaciones y proyecciones del Consejo Nacional de Población (CONAPO).

    Gráfica 12. Peso relativo de los ciudadanos y ciudadanas de cada grupo de edad con respectoa la población total de 18 años y más, 2000-2050

    2000 2010 2020 2030 2040 2050

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    La profundidad del cambio político y cultural determinará si, en elfuturo, seremos capaces de configurar una nueva ética social y una nue-va economía moral del ciclo de vida y de la vejez. En este proceso debe-mos aspirar, como pueblo y como personas, a envejecer bien, para lo cualresulta indispensable no sólo seguir agregando años a la vida, sino tam-bién vida a los años.

    El envejecimiento demográfico se convertirá en un desafío formidableque tendrán que enfrentar de manera conjunta sociedad y gobierno. En elnuevo siglo será necesario multiplicar los esfuerzos sociales con el fin deprever sus consecuencias y ramificaciones, conocer los costos y benefi-cios que acompañan a este proceso, diseñar ambiciosas propuestas legis-lativas y poner en marcha programas institucionales imaginativos y efi-cientes. No hay duda de que las diferentes aristas del envejecimientomerecen y deben debatirse con profundidad y amplitud. De las decisio-nes que tomemos hoy dependerá el afrontarlo con éxito en el futuro.

  • [35]

    EL ANCIANO MALTRATADO *

    Luz Esther Rangel López**

    En nuestro país, afortunadamente, el anciano todavía tiene un lugar espe-cial en la familia, razón por la cual nos parece increíble que alguien pu-diera maltratar a una persona frágil y desposeída como él. Pero la reali-dad no sólo es que sí es maltratado, sino que en ese maltrato estamosinmersos todos, pues como sociedad rendimos una pleitesía exagerada ala juventud, la belleza y la riqueza, despreciando la vejez, la fealdad y lapobreza. Así, pues, la vejez es un concepto social y el maltrato al ancia-no es tanto injuriarlo como infligirle dolor físico o angustia mental, conintención o sin ella; por ejemplo, privándole de los servicios o cuidadosnecesarios para mantener su salud integral, es decir, biológica, psicoló-gica y social.

    Ésta es la noción que tenemos: el anciano es una persona frágil porqueha reducido su reserva miostática y la fragilidad es, por un lado, una con-dición de vulnerabilidad o de carencia de adaptabilidad, caracterizada poruna pérdida global tanto de la robustez —así lo describió un francés—como de la energía, y por el otro, un estado fisiológico en el que se mani-fiestan los efectos combinados del proceso de envejecimiento biológico,la enfermedad y el desuso, determinantes de una incapacidad que puedeser modificada por intervenciones apropiadas a los factores de riesgo.

    Tenemos muchos sinónimos de maltrato: abuso; negligencia activa; ne-gligencia pasiva; abuso físico; abuso psicológico; abuso terapéutico —quees cuando nosotros los médicos, por ejemplo, les recetamos 15 medici-nas tres veces al día a los ancianos, provocándoles únicamente una bue-

    * Ponencia impartida el 18 de mayo del 2000 en la CNDH, Ciudad de México.** Médico cirujano con especialización en Geriatría y Gerontología. Coordinadora de la

    Clínica de la Memoria del Departamento de Investigación Geriátrica del Insen.

  • 36 LUZ ESTHER RANGEL LÓPEZ

    na indigestión—; abuso material; supresión de los derechos; efebofilia—la pleitesía exagerada a la juventud—; violación de las reglas; priva-ción; explotación; autonegligencia; autoabuso; crueldad mental; privacidadinvadida; prohibición de salidas o de visitas; llamadas de atención; bur-las; manipulación, y ley del hielo, que es una forma de maltrato psicoló-gico importante.

    ¿Qué significan negligencia y abuso? El abuso es una intervenciónactiva que va a causar sufrimiento, daño, injuria, desgracia, detrimento,menoscabo, lesión o amenaza y también es un acto intencional de perpe-tración, mientras la negligencia es un acto de omisión respecto al ancia-no, por ejemplo: el no darle sus medicamentos a tiempo, el no llevarlo almédico y el hacerlo esperar largo tiempo para proporcionarle sus alimen-tos. Todo esto es maltrato, pero la diferencia radica en que mientras queel abuso es una acción intencional, la negligencia es un acto de omisión;si bien tan malo es el uno como la otra porque ambos van a dañar profun-damente a quien los sufre.

    Hay algunas condiciones personales que conllevan un mayor riesgo depadecer abuso o maltrato en la edad avanzada, a saber:

    • La dependencia: depender de otras personas desde el punto de vistaeconómico y/o físico facilita el abuso.

    • La edad: a mayor edad, mayor fragilidad.• El sexo: el sexo masculino tiene mayor predisposición al maltrato por

    su dependencia, entre otros aspectos, en la alimentación y en la hi-giene. Cuando una mujer enviuda puede cocinar y lavar su ropa, encambio el hombre ya no sabe realmente bastarse a sí mismo. Así,contrariamente a lo que se piensa, que las mujeres tenemos másposibilidades de ser maltratadas, entre los ancianos es el hombrequien sufre un mayor maltrato.

    • El patrón de conducta previa: el anciano que maltrató a su familiarecibirá, tarde o temprano, la venganza de la misma.

    • La economía: entre más dinero tiene el anciano más abuso económi-co padece y entre menos dinero, más abandono; ésta es una realidad.

    • El alcoholismo: esta enfermedad incrementa el riesgo de abuso porparte de la familia, que puede desquitarse de maltratos previos.

    • La viudez: conlleva soledad y cambios en el estilo de vida, a vecesincluso de domicilio o de relaciones. No hay riesgo de abuso si la per-

  • EL ANCIANO MALTRATADO 37

    sona viuda vive sola, pero esto cambia cuando tiene que insertarse,después de toda una vida, en algún grupo familiar.

    • El estrés: producto de nuestra acelerada y angustiada manera de vi-vir, crea un ambiente de intolerancia y de tensión que facilita el mal-trato.

    Ahora bien, ¿qué consideraciones debemos hacer en relación con elmaltrato de los ancianos?

    ¿Quién está siendo objeto del abuso? La Organización Mundial de laSalud propuso como anciano a la persona mayor de 60 años, varón omujer, sano o enfermo, competente o incompetente desde el punto de vistaneuropsicológico. Esta edad es un parámetro arbitrario que dicha Orga-nización fijó tomando como base los criterios de jubilación utilizados enlos países industrializados y en vías de desarrollo.

    ¿Quién es el maltratador? Puede ser una persona de su misma familia;un cuidador o una institución, cuando, por ejemplo, su personal desconocelo que significa ser anciano.

    ¿Cuál es el patrón de maltrato? Un solo acto va a causar daño perotambién puede haber una violencia continuada, por ejemplo, la ley delhielo, en la que se ignora al anciano: como éste ya no es productivo niconsumidor, la sociedad lo aísla.

    ¿Qué tipos de maltrato puede haber? Físico, psicológico y económico;además de hacer la distinción entre intencionado y no intencionado. Unejemplo de maltrato no intencionado es cuando se tiene prisa y se le dejanlos medicamentos a los ancianos para que se los tomen a la hora que pue-dan y como puedan, cuando en muchas ocasiones éstos los confunden. Enese tipo de maltrato también incurrimos los médicos, como cuando un an-ciano diabético asiste a consulta, y no sólo escribimos en la receta la canti-dad de insulina que se va a inyectar con una caligrafía indescifrable, sinoque no supervisamos quién se la va a aplicar o si él puede ver bien las agu-jas y cargar su jeringa, que puede ser demasiado pequeña para que él lo haga.

    ¿Cuál es la etiología o el origen del abuso en el anciano? Las causas delmaltrato al anciano son:

    • El desconocimiento del proceso de envejecimiento: los jóvenes ol-vidan que van a ser ancianos. Las futuras generaciones somos todosnosotros, no solamente los niños y los jóvenes.

  • 38 LUZ ESTHER RANGEL LÓPEZ

    • Las actitudes negativas: recuerdo unos anuncios en la televisión enlos que una anciana cruzaba una carretera dando volteretas. De másestá decir que nuestras ancianas no hacen eso. En otro, un ancianose tiraba de clavado. En general los ancianos aparecen en los anun-cios sentados en un sillón o dando de comer a los nietecitos, cuan-do pueden hacer muchas otras cosas y tienen un lugar relevante ennuestra sociedad. Hemos olvidado que somos lo que somos por elesfuerzo que ellos hicieron.

    • El aislamiento social: no consiste nada más en dejarlos encerradosen una casa-hogar; los eje viales, por ejemplo, circunscriben a losniños, a los perros y a los ancianos a una cuadra. La falta de unainfraestructura arquitectónica para ancianos es una forma de ais-lamiento social, que afortunadamente está cediendo paulatinamen-te, pues ya se ponen rampas y en los hospitales pasamanos, e in-cluso áreas específicas en las que los ancianos no tienen que esperarmucho.

    • La jubilación: por su obligatoriedad.• La subutilización: afortunadamente, ya hay tanto empresas que dan

    trabajo a ancianos como grupos de ancianos que producen; hay gru-pos de ancianos del ISSSTE que cosen toda la ropa utilizada en loshospitales. Sin embargo, las empresas no toman en cuenta su expe-riencia de vida y la oferta de trabajo para adultos mayores es muylimitada. No obstante, el INSEN cuenta ya con una bolsa de trabajo.

    • La supervaloración de la juventud, del poder, del nivel social y delestatus de trabajo son otras causas del maltrato a los ancianos.

    • Los conflictos previos: destacan los de carácter intrafamiliar, surgi-dos en el transcurso de más de 60 años de vivir y de estar sometidosa muchas tensiones y a muchas circunstancias. La psicopatología delcausante del abuso —que quizá fue abusado no nada mássexualmente, sino en todo el contexto biológico, psicológico y so-cial— es otro elemento de la etiología que nos ocupa. Hay muchosniños maltratados por personas mayores a los que se les queda elresentimiento. Un ambiente de violencia doméstica, de gritos e in-sultos, causa un estado de estrés y de maltrato.

    • El estrés, del que ya hablamos.• Los trastornos psiquiátricos: mucha de la gente que padece algún

    trastorno psiquiátrico maltrata a los ancianos.

  • EL ANCIANO MALTRATADO 39

    • El alcoholismo y la drogadicción son cuestiones sociales de las quelos ancianos, frágiles de por sí, son víctimas.

    • La terrible violencia entre generaciones: ¿Por qué unos niños ma-tan a otros niños? ¿Quién les enseñó? La sociedad, pues ésta permi-te que la televisión y los videojuegos transmitan escenas de violen-cia tremendas, inimaginables.

    Éste es el semillero del maltrato al anciano, esta violencia entre lasgeneraciones, la dependencia recíproca o unilateral, los hijos que depen-den del sueldo del anciano y el anciano que depende de los cuidados delhijo, y el aislamiento social, aun dentro de la familia, como es el caso delos ancianos olvidados todo el día frente al televisor mientras el restode la familia sigue sus actividades cotidianas.

    Pero, ¿cómo se clasifica el abuso? Desde el punto de vista psicológicose clasifica en:

    • Las amenazas: “Si no te portas bien, te voy a llevar al asilo.” “Si note portas bien, no te doy de comer.” “Si no te portas bien, no vas aver a tus amigos.”

    • Los insultos: “Al fin que ya estás viejo.” “Eres un betabel.” “Ya nosirves para nada.”

    • Las órdenes: un problema muy serio de la dependencia es que, unavez que los ancianos enferman o enviudan, se intercambian los pa-peles y los hijos toman su lugar. “Y estás listo a las cuatro porquevoy a pasar por ti para llevarte al doctor; tengas sueño, hayas comi-do o no, a las cuatro vengo por ti.” “Ahí te dejo estos dos pesos; pagasla luz, el teléfono, vas al mercado y a ver cómo le haces para que tealcance.”

    • El silencio, el no tomarlos en cuenta y la transparencia: los parien-tes del anciano prácticamente pasan encima de él, sin percatarse deque está durmiendo; los muchachos ponen música a todo volumen,y, aun enfermo, la familia continúa sus actividades cotidianas.

    · El infantilismo: nunca podré olvidar una reunión de ancianos a la queasistí, en la que uno de ellos, llorando, decía: “Yo no soy un mama-rracho para que me vistan de acólito para cantar.” Otra manifesta-ción de infantilismo la observamos en la actitud que los adultos sue-len mostrar al tratar a los ancianos, por ejemplo, hablándoles con voz

  • 40 LUZ ESTHER RANGEL LÓPEZ

    tipluda y un exceso de diminutivos, como si fuesen niños omuñequitos.

    Desde el punto de vista físico, el abuso se divide en:

    • Lesiones.• Alimentación insuficiente: “¿Sabes qué?, a la abuela, como ya no

    tiene dientes, lícuenle todo.”• Agresión sexual: estas agresiones no se conocen porque el anciano

    no desea delatar a su propia familia, ni acudir a un juzgado dondetal vez sea objeto de burlas o, en la exploración física, de una nuevaagresión.

    En cuanto a lo económico, el abuso se divide en:

    • El mal uso de sus bienes y la explotación: se dan cuando, por ejem-plo, el anciano pide limosna en la calle y su hijo le quita el dinero ocuando le dice: “¿Sabes qué? Yo te cobro tu quincena y con tu agui-naldo vamos a comprar la televisión.”

    • La apropiación de posesiones: “Al fin que ya está muy enfermo,tráiganle al notario para que firme o ponga la huella.” He visto fa-milias despojadas de todas sus posesiones porque el cuidador o elpariente corrompió a un notario que hizo que el anciano le dejaratodas sus posesiones.

    • El manejo irresponsable: “Hoy le sacamos unos miles de pesitos dela cuenta, al fin que luego se los repongo.” Éstas son algunas formasde maltrato económico, aunque existen muchas más.

    Ahora bien, ¿cómo hacemos el diagnóstico? Éste, aunque depende delas manifestaciones del maltrato, sean evidentes o muy sutiles, es muydifícil de determinar porque: a) el anciano puede tener un déficit cognosci-tivo y estar imposibilitado para explicar lo que le sucede: “No, si mi hijano me grita, lo que pasa es que yo soy demasiado sordo”, cuando de lejosse oye que le está diciendo que ya no sirve para nada; b) los cuidadoressuelen adoptar actitudes protectoras: “Ah, tan linda mi viejita, cómo laquiero”, frente a los hijos, pero cambiar de actitud una vez que éstos seausentan: “¿Sabes qué? No me molestes y ahí te van tus gotitas para apla-

  • EL ANCIANO MALTRATADO 41

    carte; el doctor dijo tres, pero yo te pongo seis para que no me des lata”;c) el aislamiento o la limitación del acceso de la víctima al exterior; d) nose denuncia el maltrato; sólo tenemos estadísticas sobre el maltrato delanciano cuando éste es muy evidente o por los datos provenientes de loshospitales, y e) los prestadores de servicios, y esto hay que recalcarlo,desconocen en general el proceso de envejecimiento; afortunadamente,cada día más y más personas están capacitándose en las áreas de atencióna los ancianos.

    “No me deseches en el tiempo de la vejez; cuando mi fuerza se acabe, nome desampares”, dicen los Salmos (71, 9).

  • [43]

    MALTRATO EN EL PACIENTE GERIÁTRICO*

    Alejandro Uribe Hernández**

    En la antigüedad sólo sobrevivían aquellas personas que tenían una buenarespuesta inmunológica, es decir, cuyo organismo se defendía por sí sólo.

    Por selección natural, la naturaleza dejaba vivir sólo a unos cuantos, ycon el descubrimiento de las vacunas y los antibióticos, el hombre empezóa vivir más años, la esperanza de vida aumentó, mas no así la calidad devida, y los viejos comenzaron a ser realmente viejos. Porque anteriormen-te, en nuestro México, hacia el año de 1900, el promedio de vida era de32 años, y nuestros habitantes eran considerados viejos a esa edad. Ha-cia el año de 1960, estamos hablando de personas con un promedio de vidade alrededor de 50 años. Así, pues, a partir de los avances científicos ytecnológicos, la gente ha tendido a vivir cada día más años.

    Por lo antes referido, no existían en el mundo tantos ancianos comoahora; sin embargo, aunque no se hablaba de este tema, los ancianos siem-pre han recibido algún tipo de maltrato. En ocasiones se pone en duda elmaltrato, y hay quien replica que es el anciano quien también maltrata.Cuando hablamos de paciente geriátrico, nos referimos tanto a los Adul-tos Mayores que se atienden en su domicilio como a las que se atiendenen el consultorio o a nivel hospitalario. Algunos Geriatras atendemos conmayor frecuencia la consulta domiciliaria, porque al paciente y a sus fa-miliares se les dificulta asistir al consultorio; en ocasiones ésta atenciónes hospitalaria, cuando se interna u hospitaliza al anciano por una enfer-medad aguda. Es en estos momentos cuando nos podemos dar cuenta siexistiera algún tipo de maltrato.

    * Ponencia impartida el 18 de mayo del 2000 en la CNDH, Ciudad de México.** Médico geriatra. Miembro del Colegio Mexicano de Gerontología, A.C.; presidente de

    la Sociedad Mexicana de Geronto-Geriatría, A.C., y Director editorial de la revista Gerusia.

  • 44 ALEJANDRO URIBE HERNÁNDEZ

    Pero con este aumento de la población de ancianos, se ha presentadotambién un aumento de enfermedades crónico-degenerativas. Estas enfer-medades, a la larga, llevarán a las personas a la invalidez y a la dependen-cia. Con ello existe también la necesidad de especializarse en la atenciónde este tipo de personas, en especial la asistencia médica, psicológica,social y económica; las cuales, cuando no son cubiertas, puede hablarsede maltrato.

    Hay también otros factores negativos para los viejos, como son lascondiciones de desventaja que se encuentran en el medio que les rodea.Las grandes ciudades no han sido creadas para los ancianos, quienessufren cuando tienen que salir a las calles. La ciudad misma, la calle mis-ma los limitan para valerse por si mismos. Entra aquí en escena la dimen-sión de su capacidad física.

    Hay una anécdota, que cuenta, que en cierta ocasión un anciano vio aotro en la acera opuesta de un eje vial y le preguntó: “Oye, ¿cómo cruzastepara aquel lado?”, y el otro anciano le respondió: “Yo no he cruzado lacalle, yo nací de este lado.” Existe algo de verdad en este chiste, porquelos semáforos no dan el tiempo suficiente para que un anciano pueda cru-zar la calle tal como tendría que ser. Hemos observado en otros países conuna mayor cultura vial, que los conductores, aunque tengan derecho depaso, se detienen y esperan a que las personas terminen de cruzar la ca-lle. Hay además semáforos sonoros que indican a las personas invidentesen qué momento pueden atravesar una avenida.

    Por otra parte, como lo hemos mencionado, además de que las ciuda-des no han sido hechas para los ancianos, hay que considerar que estospresentan pérdidas o alteraciones de los órganos de los sentidos. Cuantasveces no nos hemos enterado de algún anciano atropellado en la calle, aunteniendo el derecho de paso correspondiente, por padecer alguna altera-ción de los sentidos —de la vista y el oído, principalmente— que no lesayudan a moverse con seguridad. En cierta ocasión, vi que un ancianohabía sido atropellado y me detuve a auxiliarlo. Le pregunté al conduc-tor qué había sucedido y éste, un joven irresponsable, me respondió quepensó que el anciano aceleraría el paso y que por eso él no había frenadoni disminuido la velocidad para evitar el accidente.

    Con el paso de los años decrecen algunas capacidades en el anciano.Si un Adulto Mayor tiene además de un trastorno de la vista, del oído ode una pérdida de la memoria, no va a poder leer ciertos letreros o anun-

  • MALTRATO EN EL PACIENTE GERIÁTRICO 45

    cios que le ayuden a moverse y esto también le va a causar mucho estrésy muchos conflictos en su desplazamiento.

    Otro grave problema de los ancianos es la confrontación con las nue-vas generaciones. Los Adultos Mayores van presentando pérdidas y nopueden competir con los más jóvenes, quienes vienen empujando detrásy haciéndolos a un lado.

    Uno de mis pacientes fue llevado al consultorio por una situación de-presiva muy fuerte, me relató: “Doctor, yo nunca falté a trabajar. Yo siem-pre me levanté muy temprano. Yo nunca me tomé un día económico yllegué a laborar en mis vacaciones. Y cierto día a las 11 de la mañana, seme llamó a la jefatura de personal y me dijeron: “Está usted jubilado.” Yeste hombre, que fue un responsable y buen trabajador, lloraba amarga-mente, presentaba una depresión recurrente porque no estaba preparadopara la jubilación. Desde cierto punto de vista, también se puede hablarde maltrato cuando una persona no es preparada para recibir ciertas noti-cias. Así, además de la merma en la capacidad física, al quedarse sin tra-bajo, ya sea por jubilación o liquidación, hay una pérdida económicaporque ya no se perciben los mismos ingresos. Un pensionado no recibelo mismo que un trabajador en activo. Una persona jubilada en algunoscasos, pasa a ser el mayor desconocido dentro de su propio hogar, en supropia casa, donde también es maltratado por ya no tomársele en consi-deración.

    Un hombre que no se preparó para la jubilación ni para estar en su casa,lo que hace, a veces, como lo refieren algunas amas de casa, es crearlesmás problemas, más trabajo, pues demandan mayor atención y colaboranpoco con las actividades domésticas.

    Tras la pérdida del empleo y la pérdida económica, cuando el hijo quegana más dinero pasa a ocupar su lugar, hay también un tipo de maltrato,el maltrato moral; un maltrato que puede incluso ser de palabra: muchasveces le refiere su esposa o su hijo, “Si tú ya no ganas suficiente cantidadde dinero, ya no puedes opinar ni mandar.” Este hombre se vuelve el másgrande de los desconocidos en su propia casa. Pierde también a los ami-gos. Sin dinero, en ocasiones no hay amigos, no hay forma de asistir areuniones sociales.

    También está la pérdida de los hijos. El paciente, sobre todo en esta-dos depresivos, sufre porque los hijos se van y dejan el hogar. Es lo quese llama “nido vacío”. Los Adultos Mayores que pasan por esta situación

  • 46 ALEJANDRO URIBE HERNÁNDEZ

    sufren verdaderos estados de duelo, estados de dolor, de los que no sepueden recuperar fácilmente.

    Está además la pérdida de mayor consideración, la perdida del cónyu-ge, de la pareja. Se dice por ahí que cuando la mujer pierde al hombre, éstasoporta más la pérdida ya que se encuentra preparada para ello. Pero cuan-do el hombre llega a perder a su pareja éste sufre más, porque a la mujerprobablemente la acompañan los hijos, pero al hombre es poco probableque lo acompañen, en especial si está regresando al hogar después de haberdejado a su familia por mucho tiempo. Esto ocurre muy frecuentementecon los “Pancho López” o los “Juan Charrasqueado”, que llegan a pedircariño o amor cuando nunca lo dieron, cuando maltrataron a su familia yahora, por venganza, son maltratados en forma psicológica, moral o ver-balmente.

    Otra forma de maltrato más es cuando se deteriora su salud y no con-siguen que la familia los lleve a una institución médica.

    En resumen, todas estas formas de trato inadecuado hacia las personasancianas, constituyen un maltrato.

    Un anciano, aunque sea maltratado o mal visto por sus familiares en supropio hogar, prefiere continuar estando en casa, no desea ir a un asilo, noquiere una casa-hogar, quiere vivir con su familia. Entonces, es la familiala que tiene que cambiar en la forma de trato que les da a los ancianos.

    Ahora bien, no hay estadísticas exactas del maltrato a los ancianos,porque estos casos no se reportan ni se denuncian. En cierta ocasión, asis-timos ante el Ministerio Público a denunciar el maltrato físico que habíapresentado una mujer por parte de una de sus hijas. Cuando el MinisterioPúblico llegó a tomar la declaración, la anciana negó todo: y nos mencio-nó, “No quiero que lleven a mi hija a la cárcel. No me hizo nada. Así estábien.”

    Los ancianos son personas especialmente vulnerables a los malos tra-tos; llegan a sentir temor y a sufrir por esta sensación de dependencia. Sonvulnerables porque sufren esta inseguridad social y económica, y porqueson personas frágiles, con padecimientos crónico-degenerativos, con li-mitaciones motoras o sensitivas, con secuelas de algún accidente vascularo cerebral. Son vulnerables porque no pueden satisfacer todas sus nece-sidades básicas: la alimentación, la vivienda, la salud, o porque tienen quevivir de “arrimados” aun en su propia casa, donde llegan a ser desplaza-dos por sus hijos o nietos. Son vulnerables porque dieron o regalaron a sus

  • MALTRATO EN EL PACIENTE GERIÁTRICO 47

    hijos sus pertenencias en vida, y no guardaron nada para su vejez, y ahoratienen que vivir con ellos, esperanzados a lo que les quieran dar y cuan-do quieran, o los tratan como si fueran niños. Se comportan como “padres”de su padres y los agreden en forma verbal, y los maltratan psicológica-mente.

    Esta vulnerabilidad crea en los pacientes un estado de estrés, que a suvez acarreará nuevos problemas y conflictos. En ocasiones, por el mismoestado de estrés, el paciente se enoja, se molesta y se enfrenta con sucuidador, que puede ser primario, si se trata de un hijo, o secundario,cuando es contratado.

    El paciente geriátrico es muy desconfiado, no quiere en su casa a gen-te extraña y los hijos por falta de tiempo para cuidarles personalmente,contratan precisamente a extraños para su cuidado. Recuerdo a un pacienteque fue presentado al consultorio por su cuidador, refiere haber sido unprominente político, a sus 84 años, tomaba 24 medicamentos. Pedí losdatos de sus hijos para localizarlos por medio de un trabajador social ycomentar su caso. Uno de ellos se localizó, tenía un puesto muy impor-tante en una secretaría de Estado. Le dije: “Quiero comentar con usted quesu papá toma demasiados medicamentos y solicita que se le den más,porque él busca curación a su multi-patología y ya se le ha explicado queno se va a curar, que sólo se le van a controlar sus enfermedades. pero debede reorganizarse su medicación que es mucha”. A lo que el hijo me res-pondió: “Mire, lo que le pase a mi padre no me interesa. Mi padre sededicó a trabajar todo el tiempo y ahora sí quiere que lo cuidemos, cuan-do nunca nos atendió”. Este hijo o “jijo”, estaba olvidando que si llegó atener la posición económica y social que ahora tienen, fue gracias a suspadres que se encontraba ahora viudo y solo.

    En ocasiones, por los problemas económicos y de responsabilidad, loscuidadores primarios llegan a presentar la ira y con ella el estrés, y enconsecuencia maltratan a los familiares. En especial cuando hay una de-pendencia: a veces, el cuidador depende del adulto mayor y, en otras, eladulto mayor depende del cuidador. Y por no quedarse solo, el pacienteno reporta las agresiones que sufre. Con frecuencia quienes lo cuidan sonlos hijos que tienen alguna enfermedad o que se quedaron con los padrespor alguna situación “X”, y esto les crea mucho estrés y muchos conflic-tos a los mismos padres, ya que estos no saben cómo actuar ante esta si-tuación.

  • 48 ALEJANDRO URIBE HERNÁNDEZ

    En las grandes ciudades, la mayor parte de los hijos por cuestiones detrabajo y otras ocupaciones abandonan a sus padres. En el campo o zonarural, todavía conservan al adulto mayor dentro de la familia, pero yaempieza a haber también el despegamiento o abandono de los padres,porque los hijos emigran a trabajar a las ciudades y los dejan solos. Lasoledad y el abandono es también parte del maltrato, si bien hay que ana-lizar hasta dónde llega el abandono y hasta dónde se puede ayudar, hastaqué punto se puede hacer que el paciente siga siendo competente o si yaes tan frágil que requiera cuidados personalizados constantes. Alguienmuy viejo, de más de 80 años se le considera frágil y necesita de un cui-dador, pero cuando la persona tiene 60 o 70 años, cuando aún puede ir yvenir, tal vez no lo requiera y prefiera ser independiente, no desea darproblemas a los hijos o, quizá, no alterar más su papel familiar y social.

    Debemos ayudar a este tipo de pacientes, pero también a los familia-res. Tenemos que educarlos en la cultura del envejecimiento. Una primeraconsulta pudiera ser sólo con el paciente, pero la siguiente debiera ser paratoda la familia, reunirla y explicarles qué errores están cometiendo. Por-que en ocasiones se puede maltratar a un familiar sin saberlo realmente,sin dolo. Así como hay gente sobreprotectora con los ancianos, hay quienlos abandona completamente.

    El personal médico y paramédico (enfermeras, trabajadores sociales,y psicólogos), que trabaja en una institución de salud, debe intervenir sidescubre algún tipo de maltrato o abuso en el anciano, y analizar hasta quépunto puede éste poner en peligro la vida de la víctima. Y si éste así fue-se, los profesionales de la salud tienen que intervenir en forma urgente,orientando a la víctima sobre el problema de abuso y ayudar con planesde seguridad y de ser posible el alojamiento en una casa-hogar.

    En general el paciente prefiere vivir en su casa, pero si el familiar estácometiendo un abuso hacia él, es necesario proteger a la víctima y llevarlaa algún lugar de mayor seguridad. En especial cuando ha sufrido fractu-ras, caídas o golpes muy frecuentes y el cuidador se niega o no desea quese acerque el médico, porque éste se puede percatar del maltrato. Tene-mos que acercarnos, si es necesario tenemos que llevarlo en forma inme-diata a un lugar donde podamos ponerlo a salvo de un maltrato mayor.Porque en ocasiones, cuando se quejan de maltrato los ancianos ante elprofesional, les va peor: los golpean, los pellizcan, los dejan sin algunaspreferencias, les esconden la comida o el líquido para evitar que orinen,

  • MALTRATO EN EL PACIENTE GERIÁTRICO 49

    o los dejan desnudos para que no manchen su ropa al defecar o evacuar.Por ello, a pesar de la denigración y del maltrato, es muy raro aquel an-ciano que se queja.

    Pero hay también el otro extremo de pacientes que se quejan en formaindebida. Una de mis pacientes, con problemas de trastornos de sus facul-tades mentales, refiere uno de sus hijos; que la paciente se asomaba poruna de las ventanas que dan a la calle y gritaba: “Auxilio, me tienen se-cuestrada. No me dejan salir.” Y los policías de la zona, pasaban con fre-cuencia en una patrulla por su “mordida,” para no hacer la denuncia antela autoridad correspondiente. Pues estaba habiendo una acusación, yamenazaban con llevarse al hijo y demás familiares ante la delegacióncorrespondiente para consignarlos por tal delito.

    La prevención de los malos tratos al anciano se logra formando unanueva relación entre el anciano y su familia, proporcionándoles una ade-cuada educación gerontológica para el apoyo al familiar. Ante una situa-ción de malos tratos, el personal médico o profesional debe separar almaltratado de su maltratador, o a la víctima del abusador, y si es necesa-rio, comunicarse con las autoridades correspondientes, pero también verque se actúe de forma eficaz y ver en qué se le puede ayudar.

    Es esencial ver siempre al paciente como un ser humano, como unapersona que puede ser sujeto de maltrato. En muchas ocasiones el mal-trato se debe al rencor entre los familiares, como una forma de venganzao de desquite contra los pacientes.

    Siempre hay que definir en forma muy cuidadosa quién es el que estásiendo sujeto de maltrato.

  • [51]

    HOGARES E INGRESOS TÍPICOSDE LAS EDADES AVANZADAS*

    Maria Cristina Gomes da Conceição**

    Actualmente México cuenta con cerca de 6 millones de individuos ma-yores de 60 años (6% de la población). Este grupo de la población pre-senta las mayores tasas de crecimiento respecto a todos los demás gruposde edades. En el año 2020 los individuos de edades avanzadas alcanza-rán cerca de 9 millones o 9% de la población mexicana (Conapo, 1999).

    ¿Qué significa para las familias mexicanas el hecho que la sociedad estáenvejeciendo?

    En el medio académico, institucional y legal se ha construido la ideade que la familia asume el rol social de otorgar cuidados y soportes a losindividuos de edades avanzadas.

    Por ejemplo, el Plan de Acción Internacional para el Envejecimientode Naciones Unidas propone que la familia atienda a las necesidades desus miembros de edad avanzada, a través de la solidaridad familiar. Sesugiere que, al otorgar beneficios sociales a las familias, las políticasgubernamentales deben adoptar, entre otros criterios, la presencia de in-dividuos de edades avanzadas con necesidades especiales en el hogar,alentando a que los hijos adultos mantengan a sus padres (CNDH, 1999).

    De manera similar, la Ley de Protección a los Adultos Mayores delDistrito Federal le otorga una función social a la familia, que debe “ha-cerse cargo, conocer las necesidades, proporcionar atención integral…otorgar alimentos, fomentar la convivencia y promover necesidadesafectivas, de protección y de apoyo; conocer los derechos y evitar actosde discriminación, abuso, explotación, aislamiento, violencia o que pon-

    * Ponencia impartida el 25 de mayo del 2000 en la CNDH, Ciudad de México.** Profesora-investigadora de la FLACSO-México.

  • 52 MARIA CRISTINA GOMES DA CONCEIÇÃO

    gan en riesgo su persona, bienes y derechos” (Asamblea legislativa delDistrito Federal, 1999).

    Tales construcciones sociales otorgan a la familia la función de cui-dar a los individuos de edades avanzadas, pero de una manera general.Se describen las funciones referidas a todos los familiares, sin distinguirlos diferentes miembros de la familia: los que viven en la misma resi-dencia o en hogares independientes, los que disponen de más o menostiempo para ofrecer cuidados. Al plantear las funciones y obligaciones deuna manera general, a todos los familiares que tienen lazos de sangre oparentesco con el individuo de edad avanzada, no se toman en cuentalos vínculos e interacciones reales que se establecen entre los dife-rentes familiares, de diferentes generaciones y géneros, sus diferentesdisponibilidades de recursos y sus relaciones con el individuo de edadavanzada.

    En este sentido, hace falta por un lado especificar qué se entiende porfamilia. ¿De hecho los familiares que asumen los cuidados se tratan deparientes o solamente los que conviven en el mismo espacio doméstico,junto al individuo de edad avanzada? Es importante conocer la realidadde la vida doméstica, las relaciones entre parientes y el rol que el indivi-duo de edades avanzadas asumen en el hogar, pues esta información puedegenerar indicadores capaces de orienten las políticas públicas y las dis-posiciones legales que serán implementadas con el objetivo de impulsarel bienestar de este grupo de la población.

    ¿En realidad, con quiénes, en dónde y cómo viven los individuos deedades avanzadas?

    En México, solamente 0.4% de los individuos mayores de 60 años vi-vía en instituciones en la década de los 90’s, en 70% de los casos se tra-tan de mujeres que viven principalmente en asilos, instituciones religio-sas y hospitales (Gomes, 1998). Ésta se trata de una tendenciainternacional: los individuos de edades avanzadas prefieren vivir en supropio hogar y no en instituciones especializadas (Naciones Unidas,1989).

    En México, los 6 millones de individuos mayores de 60 años vivenbásicamente en viviendas particulares. Por lo tanto, para analizar la vidadoméstica de este grupo poblacional es fundamental especificar los con-ceptos de familia y de hogar. Mientras la familia puede incluir a todos losindividuos ligados por lazos de parentesco, independiente de la vivienda

  • HOGARES E INGRESOS TÍPICOS DE LAS EDADES AVANZADAS 53

    y de sus relaciones cotidianas, el concepto de hogar sirve para identificara los familiares que corresiden cotidianamente con los individuos de eda-des avanzadas. El concepto de hogar reúne dos calidades: es útil comounidad de análisis y comparación, y a la vez también puede ser analizadocomo un espacio relacional —de residencia, interacción y consumo.

    En cuanto unidad analítico-espacial el concepto de hogar se basa entres consideraciones: el espacio de residencia y el grupo de individuos queduerme habitualmente bajo el mismo techo (criterio locacional), que com-parte cierto número de actividades, incluso los procesos reproductivos yeconómicos de producción y consumo (criterio funcional), reunidos deacuerdo a lazos de sangre o matrimonio (criterio de parentesco).

    Definido y captado en los censos y encuestas en cuanto hogar-espacio,los hogares se clasifican de acuerdo al parentesco de sus miembros, y secompone de un núcleo conyugal: la estructura formada por la pareja quereside en un lugar independiente con sus hijos no emancipados. Éste setrata del modelo normativo presente en diversas épocas y sociedades. Apartir de esta norma se definen los demás tipos de hogares alternativos1

    (Tuirán, 1993).

    • Respecto al núcleo conyugal: el núcleo es biparental cuando es con-formado por una pareja y monoparental cuando es conformado so-lamente por uno de los cónyuges;

    • respecto a los demás miembros extra-núcleo: el hogar es ampliadoo extenso cuando se agregan otros residentes que mantienen lazosde sangre o matrimonio con el núcleo;

    • respecto a la generación a que pertenecen los demás miembros: unaextensión vertical agrega otros parientes de generaciones ascendien-tes o descendientes respecto a la pareja nuclear, mientras la exten-

    1 Esta multiplicidad de tipos de unidades domésticas permite complejizar la clasificaciónde los hogares de acuerdo al interés de cada investigación, sin perder un punto de referenciaque los hace comparables: el espacio local y funcional del núcleo conyugal y sus hijos depen-dientes. Para precisar claramente quienes pertenecen o no a la unidad analítica del hogar, seexcluyen las personas que tienen vínculos de parentesco pero no residen en el mismo hogarde residencia y económico. Por ejemplo: se excluyen los hijos residentes fuera del hogar,otros parientes que viven cerca pero trabajan en producción doméstica, individuos que cola-boran para la economía o para las tareas del hogar pero no residen en él. El “estar separado dela vista” del otro es el punto de corte para constituir un hogar en separado (Laslett, 1972).

  • 54 MARIA CRISTINA GOMES DA CONCEIÇÃO

    sión horizontal agrega parientes de la misma generación de la pare-ja nuclear;

    • respecto al número de núcleos conyugales: cuando se reúnen dos omás unidades o núcleos conyugales en una misma unidad se clasi-fica al hogar como múltiple, corresidente o compuesto, mientras queel hogar con un único miembro se clasifica como unipersonal.

    En resumen, el concepto demográfico de hogar “alude al conjunto deindividuos que comparte una misma unidad de residencia y que articulauna economía común, en especial porque en diferentes sociedades y enel tiempo han predominado los hogares formados en torno a un núcleofamiliar. Por lo tanto, el hogar suele ser un asunto de familia, su lugar deexistencia y su punto de reunión, el cuadro de referencia cotidiano de losindividuos, un ámbito de reunión de recursos para el consumo y la pro-ducción doméstica y en cuyo alrededor se organiza la residencia” (Tuirán,1993).

    En cuanto espacio relacional, el hogar es el espacio en el cual susmiembros reproducen una diversidad de prácticas domésticas y sociales,asumen roles relacionados a situaciones de poder, estructuran formas devida cotidiana.

    LA POSICIÓN DE PARENTESCO EN EL HOGAR

    Para analizar la situación de cada individuo en el espacio doméstico seelige un individuo de referencia aquél que es declarado por uno de susmiembros como el jefe del hogar. A partir de las características genera-cionales (edad), de género y conyugales de este individuo de referencia,se pueden identificar patrones típicos y atípicos de hogares que caracte-rizan a cada fase del curso de vida individual del jefe.

    En el caso de México ¿En qué tipos de hogares y con quiénes viven losindividuos mayores de 60 años?, ¿ellos necesitan, como forma de apoyo,mudarse para los hogares de sus familiares, por ejemplo de sus hijos?, ¿quéestatus ellos asumen en su hogar de residencia e interacción?

    De hecho, según las diversas fuentes de información disponibles enMéxico, la mayoría de los individuos mayores de 60 años vive en su ho-gar, donde son reconocidos principalmente como jefes, en el caso de los

  • HOGARES E INGRESOS TÍPICOS DE LAS EDADES AVANZADAS 55

    hombres, y principalmente como cónyuges, en el caso de las mujeres. Delos 6 millones de mexicanos mayores de 60 años, cerca de 4 millonesasumen la posición de jefes de hogar. Cerca de 3 millones de estos jefesson del sexo masculino (2.5 millones unidos en matrimonio y 500 mildesunidos) y 1 millón son jefas, sin un cónyuge del sexo masculino.

    Respecto a las mujeres mayores de 60 años, la mayoría, cerca de 2millones, se tratan de cónyuges del jefe. La relación de mujeres mayoresde 60 años es de 2 cónyuges (2 millones) para 1 jefa de hogar (1 millón).

    Estas posiciones asumidas por los individuos mayores de 60 años ensu hogar guardan relación con la fase de curso de vida por que ellos atra-viesan. En las edades adultas el matrimonio es prácticamente universal enMéxico, es decir, casi todos los hombres y mujeres adultos se casan(Quilodrán, 1992; Tuirán, 1998; Gomes, 1999). La mayoría de los hom-bres y mujeres adultos conforma una pareja a través del matrimonio,dando origen a un nuevo hogar (fase de formación). La mayoría de lasparejas tiene hijos durante el periodo reproductivo de la mujer (fase deexpansión). Sigue el crecimiento y educación de los hijos (fase de con-solidación). Y finalmente la mayoría de los hijos adultos también entranal matrimonio y se retiran del hogar paterno (fase de disolución) y semuere uno de los cónyuges (fase de disolución) (Goldani, 1989; Tuirán,1998; Gomes, 1999).

    Como resultado de la práctica del matrimonio universal, el hogar nu-clear es la estructura doméstica más común, esperada y normativa en todaslas fases del curso de vida individual en México.2 Sin embargo, el grupodoméstico pasa por diversos cambios en su tamaño, composición y estruc-tura de su jefe, cada vez que la población va obteniendo mayor esperan-za de vida. Por ejemplo, la gran mayoría de la población sobrepasa a los60 años de edad. Hasta esta edad los jefes de hogar viven básicamente enhogares nucleares. Sin embargo, después de los 60 años de edad, ademásde los hogares nucleares, emergen diversos tipos de hogares característi-cos de la fase de disolución, como son el hogar formado por la pareja sinhijos (“nido vacío”) y los hogares unipersonales formados exclusivamentepor individuos de edades avanzadas solteros, viudos o divorciados.

    2 De hecho, Laslett (1972) observa que el hogar nuclear se presenta como el arreglo pre-dominante en diversas sociedades contemporáneas y en muchas sociedades del pasado.

  • 56 MARIA CRISTINA GOMES DA CONCEIÇÃO

    DISTRIBUCIÓN DE LOS JEFES POR LAS DIFERENTES ETAPASDEL CURSO DE VIDA

    En este artículo se distribuyen los jefes de los hogares de acuerdo a la edad,sexo y estado de unión. A partir de estas características se construyen 9subgrupos de hogares. Se puede observar que las edades más jóvenes losjefes menores de 40 años son unidos, es decir, forman parejas que vivenen hogares nucleares (85% de jefes unidos a sus cónyuges). En las eda-des intermedias de los jefes (40/59 años) ya aparecen mayores proporcio-nes de hogares jefaturados por mujeres desunidas (15%) (Cuadro 1).

    Sin embargo, la principal diferencia aparece en la distribución de ho-gares con jefes mayores de 60 años: aunque siguen predominando loshogares nucleares con jefes unidos (60%), ganan mucho mayor pesolos hogares con jefas desunidas (27% o 1 millón de hogares) y ensegui-da los hogares con jefes desunidos (13% o 500 mil hogares) (Cuadro 1).

    Tales cambios se deben a la última etapa de disolución de los hogares, esdecir, a la muerte de uno de los cónyuges, que en general es el hombre,3

    y la consecuente viudez de las mujeres de edades avanzadas (Goldani,1989; Tuirán, 1998; Gomes, 1999).

    Cuadro 1Distribución de los hogares

    de acuerdo a la edad, sexo y estado civil del jefe en México

    Tipos de Jefe de menos Jefe de entre Jefe de máshogar de 40 años % 40 y 59 años % de 60 años %

    Hombres unidos 7,240,147 84,7 5,605,222 78,8 2,298,182 60,8

    Mujeres desunidas 767,569 9,0 1,099,37715,5 1,002,126 26,5

    Hombres desunidos 536581 6,3 411,609 5,8 479,464 12,7

    Total 8,544,297 100,0 7,116,208 100,0 3,779,772 100,0

    Fuente: Cálculos propios a partir de la ENIGH-94.

    3 La mortalidad masculina es más alta que la mortalidad femenina en todas las fases delcurso de vida, con mayores diferenciales en las edades avanzadas, cuando los hombres pre-sentan mayor probabilidad de morir a edades menores que las mujeres, generándose un des-equilibrio entre los sexos, es decir a una mayor sobrevivencia y predominancia de las muje-res en la vejez.

  • HOGARES E INGRESOS TÍPICOS DE LAS EDADES AVANZADAS 57

    TAMAÑO DE LOS HOGARES

    Como era esperado, los hogares con jefes unidos son los de mayor tama-ño, tanto porque en ellos se encuentra un miembro más (el cónyuge), comoporque en general son hogares que cuentan con hijos. Además, los hoga-res de mayor tamaño promedio son los que atraviesan la fase de consoli-dación (jefes de 40 a 59 años), es decir, cuyas mujeres han completado sufase reproductiva, aumentando su prole, y en donde los hijos todavía si-guen corresidiendo con sus padres.

    Cuadro 2Tamaño de los hogares de acuerdo a la edad, sexo

    y estado civil del jefe en México

    Tamaño Jefe de Jefe de Jefe dedel hogar menos de 40 40 a 59 más de 60

    años años años

    Jefes unidos Tamaño promedio 4.6 5.8 4.5(menos cónyuge) Desviación estándar 1.7 2.4 2.4

    Mediana 4 5 4Moda 4 5 2

    Jefas desunidas Tamaño promedio 3.5 3.8 3.1Desviación estándar 1.8 2.3 2.2Mediana 3 3 2Moda 2 3 1

    Jefes desunidos Tamaño promedio 2.9 2.5 2.7Desviación estándar 2.5 2 2.5Mediana 2 2 2Moda 1 1 1Presencia de otros adultos

    Fuente: Cálculos propios a partir de la ENIGH-94.

    A su vez, al final del curso de vida, los hogares con jefes mayores de60 años son de menor tamaño, pues en la fase de disolución diferentesmiembros del hogar se van retirando y, como resultado, los hogares dis-minuyen de tamaño.

  • 58 MARIA CRISTINA GOMES DA CONCEIÇÃO

    En México se presenta una importante variación (desviación standard)en el tamaño promedio de los hogares, alcanzado hasta más de dos miem-bros de diferencia entre los diferentes subgrupos.

    Esta gran variación se debe, por un lado, a la alta fecundidad que estosgrupos de edades avanzadas tuvieron en el pasado. Después que ellossobrepasan a los 60 años de edad cada uno de sus hijos adultos sale delhogar paterno y, como resultado, éstos hogares se reducen progresivamen-te de tamaño. Por otro lado, también se debe de tomar en cuenta las altastasas de emigración internacional, que disminuye tanto el número de hi-jos, como el número de miembros del hogar y, como resultado, una granvariación el tamaño de los hogares. Este conjunto de factores demográfi-cos y sociales están en interjuego en México, aumentando y disminuyen-do el tamaño de los hogares a través del tiempo. La evolución temporalde todos éstos componentes entran en escena para explicar la gran des-viación standard del tamaño de los hogares mexicanos.

    ESTRUCTURA DE LOS HOGARES

    Igual que en el análisis del tamaño de los hogares, la estructura de loshogares depende de su composición, especialmente de la presencia o node una pareja o núcleo completo. Se observa que, mientras más aumentala esperanza de vida, los hogares van asumiendo diferentes patrones, deacuerdo a las nuevas fases del curso de vida que atraviesan, especialmenteen las edades avanzadas de sus jefes. Pero tales cambios ocurren eninterjuego con el sexo y estado civil de los jefes.

    a) Jefes unidos

    Antes de los 60 años de edad de los jefes unidos predominan los hogaresnucleares formados por una pareja con hijos. En las fases de formación,expansión y consolidación de los hogares con jefes unidos (menores de60 años) el hogar nuclear representa cerca de 80% de los casos.

    Sin embargo, después de los 60 años de edad del jefe, aunque la pare-ja con hijos sigue siendo el arreglo predominante, este tipo de hogar de-clina a menos de 40% de los casos. En su lugar ganan importancia loshogares las parejas solas (25%) y los hogares extensos (parejas con hijos

  • HOGARES E INGRESOS TÍPICOS DE LAS EDADES AVANZADAS 59

    y otros parientes: 30%). La emergencia de parejas solas en las edadesavanzadas se debe a las progresivas ganancias de sobrevivencia, que per-miten que los padres sobrevivan hasta la salida de su último hijo adultodel hogar paterno y, a la vez, también sobrevivan juntos, postergándoseel evento de la viudez. Por ejemplo, en México, en promedio, la viudezpasa de los 40-42 años hasta los 64-67 años en los últimos 50 años (Tuirán,1998).

    Los hogares extensos (pareja con hijos y otros parientes), presentan unpeso relativo importante en México desde la etapa de consolidación de loshogares, sugiriendo la presencia de prácticas de corresidenciaintergeneracional desde antes del envejecimiento del jefe.

    Cuadro 3Tipos de hogares de acuerdo a la edad del jefe unido

    0 20 40 60 80 100

    Pareja sola

    Pareja con hijos solteros

    Pareja con otros parientes

    Pareja, hijos solteros y otros parientes

    Compuesto

    Corresidente

    Jefe -40

    Jefe 40-59

    Jefe +60

    Fuente: Cálculos propios a partir de la ENIGH-94.

    En resumen, debido a las ganancias en la esperanza de vida, principal-mente entre los individuos mayores de 60 años, casi todas las parejas so-breviven al mismo tiempo que sus hijos adultos durante esta fase del cursode vida, llevando a un encuentro generacional de padres, hijos y demás

  • 60 MARIA CRISTINA GOMES DA CONCEIÇÃO

    parientes. Sin embargo, el encuentro generacional no siempre implica quetodas las generaciones vivan en el mismo espacio doméstico. Aunque 40%de los jefes unidos mayores de 60 años todavía corresiden con sus hijos y30% de ellos viven con hijos y otros parientes en hogares extensos, yaaparecen 25% de individuos unidos de edades avanzadas que viven comoparejas solas.

    La diversificación de tipos de hogares al final del curso de vida tam-bién se ha observado en los países desarrollados. En general la gran ma-yoría de los hijos sale del hogar paterno a edades cada vez más jóvenesy, como consecuencia, después de los 60 años de edad de los padres prác-ticamente todos los hijos han formado su propio hogar. Los padres sequedan a vivir solos como pareja, generándose una nueva fase domésti-ca, denominada “nido vacío”,4 periodo que empieza con la salida del úl-timo hijo del hogar paterno y termina con la muerte de un progenitor. Enla actualidad este periodo dura 12 años en promedio en los países desa-rrollados5 y se refleja en un aumento de la proporción de hogares de pa-rejas solas. Tales proporciones siguen aumentando mientras se amplía lasobrevivencia de estas parejas solas. Con eso se posterga la ruptura de estaunidad doméstica formada en el pasado, se aplaza el comienzo de la viu-dez, aumenta el intervalo entre el casamiento del último hijo y la muertede uno de los progenitores y finalmente disminuye la proporción de viudos(Tuirán, 1998).

    Es importante tomar en cuenta que las parejas mexicanas que actual-mente sobrepasaron los 60 años de edad cuentan con un mayor númerode hijos, y por eso necesitan un mayor tiempo para experimentar la sali-da de todos sus hijos del hogar paterno. En otras palabras, la alta fecun-

    4 Young (1989) analiza los datos de Europa, Australia, Japón y algunos países en desarrollo,identificando los efectos más importantes del descenso de la mortalidad en la vejez: aumentala probabilidad de que los padres sobrevivan hasta el momento en que los hijos se casan o aban-donan el hogar, aumenta el periodo de sobrevivencia conjunta de ambos esposos, se aplaza elcomienzo de la viudez, disminuye la proporción de viudos y aumenta el intervalo entre el ca-samiento del último hijo y la muerte de uno de los progenitores.

    5 Esta fase final del curso de vida ha sido estudiada principalmente en los países desarro-llados desde la perspectiva de curso de vida. Young (1989) analiza los datos de Europa, Aus-tralia, Japón y algunos países en que ha aumentado la probabilidad de