los antiguos pobladores de colima[1]

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  • Estudios de Antropologa Biolgica, XIII: 249-266, Mxico, 2007, ISSN 1405-5066

    LOS ANTIGUOS POBLADORES DE COLIMA:UN ACERCAMIENTO OSTEOLGICO.

    SUS COSTUMBRES FUNERARIAS

    Silvia Murillo Rodrguez Gastn Macn Prez*

    Centro INAH, Estado de Mxico

    RESUMEN

    El presente trabajo tiene como propsito dar a conocer algunas de las costumbresfunerarias que tenan los habitantes prehispnicos de Colima: la forma comotrataban a sus difuntos, los preparativos que hacan para depositar los cadveres,los sitios que seleccionaban para el enterramiento, el uso de los restos seostiempo despus de la inhumacin, as como otros aspectos generales del ritualmortuorio. Los resultados de esta investigacin proceden de un estudio de ca-rcter interdisciplinario al cual se ha integrado el anlisis etnohistrico, arqueo-lgico y antropofsico, principalmente.

    PALABRAS CLAVE: Colima, costumbres funerarias, sistema de enterramientos,rituales mortuorios.

    ABSTRACT

    The purpose of this paper is to make known some of the funerary habits practicedby prehispanic inhabitants of Colima: the way they treated their dead, prepara-tions made to deposit the deseaced, how the place of burial was chosen, usemade of mortuary remains time after burial, as well as other general aspects ofthe mortuary ritual. The results of this investigation are the product of interdis-

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    ciplinary research involving ethnohistoric, archaeological and physical anthro-pological analisys.

    KEY WORDS: Colima, Mortuary practices, funerary ritual.

    INTRODUCCIN

    Las costumbres funerarias son un campo de investigacin muy rico quenos permite conocer diversos aspectos de las sociedades humanasque las practicaron, pues en la realizacin del ritual mortuorio in-tervienen factores de ndole poltica, econmica, social y religiosa,pero tambin en ellas se reflejan importantes aspectos de la cosmovi-sin de un grupo determinado.

    La forma de tratar a los difuntos, los preparativos para depositarlos cadveres, el ritual mortuorio para despedirlos y el uso de los restosseos aos despus de ocurrido el deceso son tan slo algunos de losmuchos aspectos que pueden ser abordados en los estudios de carcterantropolgico, aunque es claro que mediante stos se puede conoceruna pequea parte de la herencia cultural de una determinada po-blacin.

    El Occidente de Mesoamrica es un rea cultural que ha desper-tado mucho inters en los ltimos aos; lamentablemente, los datosque se han obtenido a travs del tiempo sobre el tema de las costumbresfunerarias todava no se han sistematizado y en particular, con respectoa Colima, este tipo de informacin haba sido muy escasa. Reciente-mente, la fuerte demanda habitacional que se ha presentado en esteestado ha provocado el incremento en la construccin de viviendas, loque ha propiciado la localizacin de numerosos vestigios arqueolgicosy enterramientos humanos.

    Por medio de estas excavaciones se han encontrado diversos sitiospertenecientes a temporalidades que van desde el Formativo hasta elPostclsico y proceden tanto de reas ceremoniales como habitacio-nales. Tambin se han obtenido datos in situ de diversos contextosfunerarios, restos seos humanos, fauna, as como de material cermico.De esta manera, a travs de un trabajo interdisciplinario damos a conocerlos primeros resultados obtenidos del estudio de las costumbres funerariasde los antiguos pobladores que habitaron el actual estado de Colima.

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    MATERIAL Y METODOLOGA

    Para poder conocer las costumbres funerarias que existieron entre losantiguos pobladores de lo que actualmente es el estado de Colima seintegr informacin procedente de varias fuentes documentales, ml-tiples contextos arqueolgicos funerarios, restos seos humanos, ascomo diversos materiales cermicos depositados en bodegas y museos.Para el anlisis etnohistrico se consultaron la Relacin de Michoacn(Alcal 2000) y las Relaciones Geogrficas del siglo XVI (Acua 1988).

    Tambin fue de gran ayuda una serie de trabajos que, desde estaperspectiva, han obtenido valiosos datos sobre este particular y sobreotros aspectos de su poblacin (Lpez -Portillo 1935, Sauer 1976).

    De los contextos arqueolgicos funerarios se revisaron deteni-damente las notas, observaciones e informes de campo que fueronrealizados recientemente por los arquelogos Andrs Sal AlcntaraS., Citlalic Mora, Rafael Platas Ruiz, Mara de los ngeles Olay Ba-rrientos, Jaime Aguilar Rodrguez y Carlos Salgado, acerca de los sitiosLos Tringulos, fraccionamiento Villa Flores, Tapata III, RealCentenario, El Aguacate, Tabachines, El Cortijo, Puerta Centenario,Las Fuentes, parcela Comala, El Yaqui, Real Vista Hermosa, VistaHermosa, Rancho Blanco, El Chanal, Peralta y Mirador de la Cumbreprincipalmente, ubicados en los municipios de Villa de lvarez yColima. Tambin se visitaron algunos de los lugares donde fueron en-contrados enterramientos humanos y se hicieron algunas anotacionesal respecto.

    El material cermico que se incluy para el presente estudio con-sisti en unas pequeas figuritas de difuntos, mscaras y piezasdenominadas maquetas. Algunos de estos materiales estaban asociadoscon entierros y fueron obtenidos en contextos arqueolgicos excava-dos recientemente; otros no tienen procedencia conocida, aunque sutemporalidad s ha sido asignada. Estas piezas resultaron de gran ayu-da para el estudio de las costumbres funerarias, pues al parecer se trata decamas donde se ha representado a individuos muertos, procesionesfunerarias, as como escenas de rituales mortuorios.

    Finalmente, el estudio antropofsico involucr el anlisis del sis-tema de enterramiento y para esto se sigui la clasificacin propuestapor Romano (1974), a la cual se le sumaron todas las modalidades de

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    enterramiento que hasta ahora han sido reportadas en Colima. Porotra parte, el tratamiento mortuorio que se brindaba tanto a los di-funtos como a los restos seos tiempo despus de su inhumacin, se deter-min mediante el anlisis osteolgico y el del contexto arqueolgico.

    CONTEXTOS FUNERARIOS EN COLIMA

    Los datos encontrados hasta este momento muestran que el tratamientomortuorio que se daba al cuerpo de los difuntos as como las modalidadesde enterramiento prehispnico en Colima fueron muy variados. Algu-nos de ellos son bastante similares a los que se encuentran reportadosen diversas zonas mesoamericanas, sin embargo, existen otros que parecenser exclusivos del lugar.

    Segn parece, el tratamiento mortuorio brindado al cadver fuemuy variable y estaba en funcin no slo de la condicin social del in-dividuo, sino tambin de la edad y el sexo, as como seguramente deltipo de muerte. Se observa que a ciertos individuos los inhumaban,mientras que a otros los cremaban,1 unos eran enterrados individual-mente y otros colectivamente; ciertas personas fueron colocadas conofrendas de distinta calidad y cantidad, en tanto que otras no tienenninguna. La gran mayora fueron amortajados, en diversas posicionesy orientaciones; algunos fueron enterrados en tumbas, cistas o direc-tamente en el suelo. Todas estas modalidades se presentan de maneradiferente en conformidad con la cronologa y la funcin que tuvo ellugar.

    Los contextos arqueolgicos funerarios de donde procede la ma-yor parte de los enterramientos humanos de Colima han sido princi-palmente tumbas de tiro (de bveda de piedra o de cantos rodados),directamente depositados en la tierra; as como los llamados marca-dores de entierros, que consisten en inhumaciones que se encuentran

    1 En el Chanal se ha encontrado una gran cantidad de restos seos con huellasde exposicin al fuego y hasta se dice que hay montculos con claras evidencias dehaber servido como lugar en el cual se cremaban algunas cuantas personas(Schndube 1976: 98 , Olay 2004: 100-103 , Montiel y Baos 2004: 506, 508, 509, 512,513, 518, 521).

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    junto o entre muros hechos con cantos de piedra y metates, o bien enel interior de concentraciones de piedras de forma circular (Rodrguez1998: 91, Olay, 2004: 285, Aguilar, 2005 mecanuscrito, Olay y Alcn-tara, indito).

    TUMBAS DE TIRO O DE BVEDA

    Las tumbas de tiro se encuentran ubicadas sobre todo en la zonaOccidente2 de Mesoamrica (actuales estados de Michoacn, Nayarit,Jalisco, Colima y sur de Zacatecas). En su gran mayora, se encuentrandispersas en la provincia fisiogrfica del Eje Neovolcnico, las SierrasMadre Occidental y del Sur, debido a las caractersticas geolgicas ygeomorfolgicas que existen en esa zona, principalmente la existenciade una gran masa de rocas volcnicas de todo los tipo (toba volcnicao tepetate),3 que brindan las condiciones necesarias para que las se-pulturas fueran lo suficientemente blandas como para poderlas tra-bajar, as como slidas para que la cmara mortuoria no se desplomara(Rodrguez 1996, 1998: 91).

    El nombre de estas tumbas se debe a que su arquitectura consisteen un tiro4 o pozo, de formas mltiples (elpticas, redondas o cuadran-gulares), as como sus tamaos (chicos, medianos, grandes) y nmero(de una, dos o ms cmaras). Algunas de ellas pueden ser tan elaboradasque presentan escalones, pasillos, banquetas, pretiles, nichos y pisos(de lajas, de arena o gravilla de obsidiana) y llegan a medir varios me-tros. La bveda se clausuraba con lajas, con metates o bien con unavasija grande, tras lo cual se rellenaba el pozo con tierra hasta la su-perficie. Estas tumbas se reutilizaban en varias ocasiones y al pareceralgunas eran exclusivas de la elite (Schndube 1969: 24, Anguiano1977: 70, 71, Kelly 1978: 3, 4, Rodrguez 1996: 63, 64, 1998: 94).

    2 El Occidente Mesoamericano lo componen los actuales estados de Sinaloa,Nayarit, Jalisco, Colima y Michoacn. Otros aaden Zacatecas y Durango comofrontera noroeste, y Guanajuato como punto intermediario entre ambos (Meighan1972, cfr. Torres 2001: 51).

    3 Las tumbas procedentes del sitio de Comala, por ejemplo, se localizan en lasierra Madre del Sur y dentro de lomeros (Rodrguez 1998: 92, 93).

    4 Junto a dicho tiro se excavaban las cmaras funerarias.

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    El periodo de auge de las tumbas de tiro comienza en el Preclsicotardo y dura hasta el Clsico temprano, esto es, del 300 aC al 600 dCAl parecer, se comienzan a construir desde la fase Capacha (1500-500aC); durante la fase Ortices (500- 500 dC) y Comala (100-700 dC) seconstruy la mayor parte de stas, y para la fase Armera (500-1000 dC)se observa un total abandono, no as su reutilizacin que permanecea travs del tiempo (Schndube 1968: 10, 1972: 359, 1976: 95, Kelly1978: 3, 4, Baus 1989: 27, Olay 2001: 8, 2004: 285, 288).

    Las tumbas que se han localizado hasta ahora en el actual estadode Colima, proceden de los sitios de El Manchn, Los Ortices, El Mo-ralete,5 Las nimas, Comala y Las Fuentes (figura 1). Sus caractersticasgenerales son un tiro circular o cuadrangular y en ocasiones un pozoinclinado. Sus bvedas pueden ser de forma asimtrica, oval, oval alar-gada o rectangular. Las tumbas con bveda oval alargada tienen un es-caln que da acceso a la cmara, un pasillo que une a dos tumbas y lajasque cubren la entrada. Las de forma oval o rectangular tambin puedenposeer dicho escaln y cuando no es as es porque el piso de la cmaraest al mismo nivel que el del tiro. Por otra parte, se ha reportado uncaso con psicoducto y en algunas se han localizado piedras con depre-siones hemiesfricas o cncavas que los lugareos denominan mapasporque saben que cuando se encuentran es porque ah hay entierros(Schndube 1972: 24, 1982: 43, Kelly 1978: 1, Rodrguez 1998: 92, 93, 95).6

    MARCADORES DE ENTIERROS

    En Colima existen varios tipos de contextos funerarios que presentanuna serie de elementos que anuncian la presencia de inhumaciones.stos han sido denominados marcadores de entierros y consisten en

    5 El tamao tanto del tiro como de las bvedas ms representativas se localiza-ron en El Moralete (Rodrguez 1998: 97).

    6 Cabrero (cfr. enTorres 2001: 51) dice que despus del 500 dC se comenz aabandonar la costumbre de enterrar a los individuos sobresalientes (tal vezgobernantes) en tumbas de tiro y se adopt el entierro en forma simple, colocado alpie de alguna estructura (templo) en posicin flexionada, ricamente vestido, pero sinofrenda.

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    muros hechos con cantos de piedra y metates que se localizan a un ladoo por encima del esqueleto, o bien crculos de piedra debajo de los cua-les se encuentran los restos seos (Aguilar 2005, mecanuscrito). Aunquetambin se han encontrado estas modalidades sin contener ningnentierro humano (figuras 2 y 3).

    ENTIERROS DIRECTOS

    Estos entierros fueron colocados directamente sobre la tierra; enocasiones algunos de ellos muestran que el rea fue preparada exprofeso, mientras que otros simplemente estn depositados sobre elestrato natural. Esta modalidad ha sido encontrada en diversos sitiosarqueolgicos de Colima y de hecho es la forma de enterramiento mscomn, pues se presenta tanto en reas ceremoniales como habita-cionales y desde la fase Capacha hasta Periquillo (Olay 2004: 288,Alcntara, comunicacin personal).

    Figura 1. Tumba de bveda procedente de Las Fuentes, Colima.(Fotografa cortesa de Sal Alcntara).

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    Figura 2. Marcador de entierro elaborado con piedras.(Fotografa cortesa de Sal Alcntara).

    Figura 3. Marcadores de entierros en forma circular y en muro.

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    MATERIAL CERMICO

    El material cermico que fue revisado para este estudio est cons-tituido por mscaras de barro, pequeas figuritas tambin elaboradasen barro y que comnmente reciben el nombre de literas y maquetas.Como ya se coment, algunos de estos objetos estaban asociados conentierros y por lo tanto se cuenta con su registro de procedencia, mien-tras que de otros nicamente se tiene el dato aproximado sobre sutemporalidad.

    MSCARAS

    Encontramos dos tipos diferentes de mscaras, unas del tamao nor-mal del rostro humano (de adulto) y otras mucho ms pequeas. Lamayora de estas piezas se encuentra en los museos de Colima sinregistro de procedencia, aunque recientemente han salido unas cuantasde distintos contextos arqueolgicos (Marco A. Ortiz y Sal Alcntara,comunicacin personal). Fueron elaboradas principalmente en barro,no son muy abundantes y pertenecen principalmente a la fase Comala(100-700 dC). Las de tamao normal son sencillas y realistas (Schndube1972: 358), no tienen pigmento, pero s diferente coloracin. Algunasno tienen los ojos perforados,7 aunque s presentan pequeos agujerosen ambos lados de las orejas y sobre el lbulo frontal (tres en total), loque indica que a travs de estos hoyitos se sujetaban. En cambio, enotras las cuencas orbitarias y nasales estn perfectamente abiertas(figura 4).

    Estas piezas fueron utilizadas como mscaras funerarias, pues se hanencontrado in situ sobre los crneos (o al lado) de entierros humanos,procedentes de los sitios de Las Fuentes y La Campana (Alcntara,comunicacin personal). Esto, por supuesto, est en total conformidadcon una costumbre tpicamente mesoamericana, la cual consista en

    7 Esto hace suponer a Schndube (1972: 358) que o bien eran utilizadas comomscaras funerarias o para una ceremonia (danza) y entonces se la colocaban a unlado o por detrs de la cabeza.

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    adornar el cuerpo del difunto con una mscara sobre su rostro (Alcal2000: 592, 595)(Figura 5).

    Por otra parte, las de menor tamao presentan una aparienciadiferente, algunas con rasgos poco humanos son ms escasas que lasanteriores, aunque se les ha asignado tambin como cronologa la faseComala (figura 6). De estas piezas no hemos encontrado mayoresreferencias, pero a juzgar por sus dimensiones y caractersticas podratratarse de aquellas mscaras colocadas sobre el pequeo bulto o envoltorioque representaba a los difuntos, cuando no podan hacer el ritual directa-mente con el cadver (porque el individuo mora en la guerra o lejosde su pueblo) o tiempo despus de que el cuerpo haba sido enterrado(Alcal 2000: 593, 594, f.20).

    DIFUNTOS

    Son pequeas figuras que representan a seres humanos recostados sobreuna superficie plana. Generalmente, su cuerpo est en decbito dorsalextendido,8 con los brazos a ambos lados del trax, una almohada debajode sus cabezas y una o varias bandas sobre su pecho y brazos (a manera

    8 Algunas figuras tienen los pies cruzados.

    Figura 4. Mscaras funerarias procedentes del sitio La Campana, Colima.

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    Figura 5. Mscara funeraria localizada en Las Fuentes, Colima,junto a un entierro (fotografa cortesa de Sal Alcntara).

    Figura 6. Mscaras para sustituto del muerto.

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    de sujetador). Tienen el cuerpo desnudo, en algunos se identifica sinningn problema el sexo, pero en otros no es muy claro y en todas esmuy notoria la expresin de total relajamiento. Algunas de estas figurasfueron hechas con ms detalles y se observa un mechn de cabello sobrela frente, los ojos cerrados, orejeras como adorno, e incluso a los pies delmuerto un pequeo perro como acompaante (figura 7).

    Estas piezas son abundantes en bodegas y museos, lamentable-mente en su gran mayora son producto del saqueo. Las que procedende excavaciones arqueolgicas controladas no han sido estudiadas enfuncin de las caractersticas del individuo y del contexto funerario.

    MAQUETAS

    Las maquetas son otro tipo de material cermico que constituye unaautntica fuente de informacin histrica y etnogrfica (Von Winnin1982: 57). Conjuntamente con los datos que aportan los registros documen-tales y los contextos arqueolgicos han resultado de gran ayuda parael estudio de los pueblos antiguos.

    Para el tema que nos concierne tambin resultaron de gran utili-dad, pues algunas de ellas contienen imgenes de procesiones fne-bres, as como escenas de rituales mortuorios domsticos. Se observa

    Figura 7. Figura de difunto en cermica.

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    en ellas tal cantidad de detalles que se puede ver la manera como colo-caban a los muertos, el atuendo de los difuntos, el lugar donde losponan, las personas que los acompaaban, los alimentos que les depo-sitaban o los que ingeran los asistentes e incluso los inseparables pe-rritos que suelen aparecer en estas escenas.

    Los mitotes eran celebraciones que duraban varios das y sellevaban a cabo cuando los familiares y amigos se reunan para estarcon el muerto y sus deudos. La maqueta que mostramos en la figura8 parece representar dicho acontecimiento. Esta escena muestra unacasa prehispnica, con techo de dos aguas, construida en dos nivelesy con una escalera al costado. En la planta de arriba se encuentra eldifunto recostado (tal vez sobre el piso o sobre un petate) y en los dosniveles hay varias personas y muchos perritos por todos lados. Losindividuos vivos parecen estar preparando o consumiendo una seriede alimentos plasmados con gran detalle. De esta manera, imgenescomo stas complementan y corroboran la informacin que diversoscronistas brindan sobre los rituales funerarios.

    Las maquetas en Colima no son muy abundantes y, aunque fue-ron depositadas con los difuntos como parte de su ofrenda, no siempreproceden de contextos arqueolgicos controlados, sino que fueronextradas por los moneros o saqueadores, por lo que no se conocecon precisin su procedencia ni temporalidad.

    Figura 8. Maqueta con un difunto en la habitacin de arribay con escenas de un mitote.

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    COMENTARIOS FINALES

    Los datos que hemos encontrado hasta ahora indican que las costumbresfunerarias de los pueblos prehispnicos que habitaron Colima sonmuy parecidas a las del resto de Mesoamrica, lo cual resalta que tie-nen un antecedente que se remonta muy atrs en el tiempo. Al igualque cualquier sociedad humana, sin importar sus caractersticas bio-lgicas y sociales, sus miembros moran tanto de manera natural comoviolenta, pero dichos rasgos s era importante que se consideraran enel momento que se efectuaba el ritual mortuorio. Sobre todo es muynotable ver que sus muertos ocupaban un lugar muy especial en suscomunidades.

    Se observa que los inhumaban o los cremaban, los enterrabansolos o acompaados, con ricas y abundantes ofrendas o sin ellas. Losdifuntos fueron amortajados y en ocasiones les ponan mscaras, lasreas de inhumacin fueron preparadas de distintas maneras (ensencillas o elaboradas tumbas) y los cuerpos eran colocados en diversasposiciones y orientaciones. Todo esto en relacin con la cronologa yla funcin del lugar.

    Las tumbas de tiro y de bveda que tanto abundan en esta zona,que slo fueron construidas en un determinado tiempo y contienenuna enorme cantidad de material cermico, son una singularidad queposeen los pueblos de esta regin mesoamericana. Por lo regular sehan asociado con la elite, porque se dice que slo ellos contaban conel poder y los recursos (mano de obra, herramientas, tiempo, etctera)para erigir este tipo de construcciones. Aunque algunas de ellas cla-ramente pueden ser asignadas a dicho estrato, faltan todava estudiosque indiquen si nicamente las clases sociales altas las emplearon o sien un determinado momento toda la poblacin hizo uso de ellas.

    Respecto al simbolismo que poseen dichas construcciones fune-rarias, pocos autores han abordado el tema. Peter Furst (1966, cfr.Rodrguez 1998: 98), por ejemplo, seala que se relacionan con la tierracomo la gran madre, que el tnel representa simblicamente elcanal de nacimiento y la cmara funeraria un tero, a partir del cualel hombre regresa despus de la muerte y a partir del cual l vuelve anacer. Beatriz de la Fuente (1974) propone que las tumbas son la imagende la matriz y la persona que mora era depositada en un espacio que

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    recuerda aquel en que tuvo su origen. Esto es, retorna simblicamenteal espacio primordial. Aunque estas propuestas son muy interesantes,dicho significado no slo concierne a esta modalidad de enterramiento,sino tambin a otras en las que el difunto es colocado directamente enla tierra y en posicin fetal.

    El material cermico, que en su mayora procede de las tumbas detiro, tambin es una fuente muy rica de informacin, incluso decarcter etnogrfico. Un ejemplo son las representaciones de difuntosque muestran sus cuerpos adornados y desnudos sobre literas paratransportarlos. Las maquetas evidencian la costumbre mesoamericanade hacer mitotes o sepelios en sus casas, en donde amigos y familiaresacompaaban al difunto con abundante comida. Y en estas escenas losadorables cnidos no dejan de hacer su aparicin.

    No siempre se encuentran piezas como las mencionadas en prrafosanteriores, y su investigacin nos ha permitido constatar que los datosproporcionados por los cronistas para otras zonas mesoamericanasson aplicables igualmente a esta regin. Todava queda pendiente elminucioso estudio de cada una de ellas en relacin con el contextofunerario y con las caractersticas de cada uno de los individuos quefueron depositados en el interior de estas construcciones.

    Como vemos, el estudio de los antiguos pobladores de Colima esuna investigacin que apenas comienza y en el futuro todava nos aguardanmuchas sorpresas. Lo que s queda claro es que slo mediante trabajosinterdisciplinarios, donde se integren los datos procedentes de los contex-tos arqueolgicos, del material asociado, de los restos seos humanosy de fauna es que podremos llegar a un mejor conocimiento de lascostumbres funerarias de una zona del Occidente mesoamericano quehaba sido hasta ahora muy poco estudiada.

    Agradecimientos

    Queremos agradecer a los arquelogos Andrs Sal Alcntara S.,Citlalie Mora, Rafael Platas Ruiz,Mara de los ngeles Olay Barrientos,Jaime Aguilar Rodrguez y Carlos Salgado por todas las facilidades quenos brindaron para la realizacin de esta investigacin, as como tam-bin a las siguientes personas: doctor Roberto Huerta San Miguel,director del Centro INAH Colima, licenciada Mara Emilia Rangel Brun,

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    directora del museo Alejandro Rangel Hidalgo; seora Socorro DelgadoCastro, directora del museo Mara Ahumada de Gmez; licenciadoFroyln Ramos P., director del museo Universitario de Arqueologa;arquelogo Juan Jos Arias O., director del museo Regional de Colima;as como al seor Marco Antonio Ortiz Chvez, custodio de dicho lugar,por todo su apoyo mientras llevamos a cabo este estudio.

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