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20 r § 1 '" Gabriel lombardi Hablar así de la eficacia de la interpretación analítica antes de qué · la transferencia se estabilice, es avanzar un paso en la consideración'. de lo que e! análisis tiene de más operativo en la re!acíón del sujeto con !o real, esa relación que la transferencia ha de velar por la . . terminación que introduce del lado del sujeto. la función pilmarfa de.' la interpretación, la de hacer presente en e! decir el deseo, eso no es' ficción, sino lo que e! discurso ana!ítico introduce en !o real ya desde antes de !a gestación de esa ficción que e! análisis favorece -a veces' más de lo estrictamente necesario. El empleo fundamental de la fantasía en la neurosis Gabriel Lombardi la dínica psicoanalítica es de lo rea!, no podría encontrar en transferencia su soporte último. Buenos Aíres, octubre de 1992. e:-::--.- - ,·-· . A,_ . LPor qué el psicoanálisis se !lama asf? Sigmund Freud, que habia acuñado el término mucho antes, todavía se lo pregunta en 1918 1 en un texto al que llamó "Caminos de la terapia analítica". Basándose en la etimología de esa palabra compuesta, "psico-aná!isís" 1 recuerda que "análisis" significa desintegración, descompósición 1 y explica que el camino de! psícoanáfisis, su siempre nuevo camino 1 es el que !leva de los sfntomas y manifestaciones complejas de !a neurosis a las pul- siones, a las que considera los elementos simples y últimos que estarían en la base de los síntomas. La represión impide en las neurosis que esas pu!siones se manifiesten abiertamente, en toda su simpleza, en su mag- nífica u horrible simpleza -depende desde qué posición se la considere 1 hay muchas posibles 1 que van desde Rabelais (Gargantúa, Pantagruel, · la satisfacción gigantesca) a Hoffmann (e! horror ante el goce de la "propia 11 mrrada, que comenta Freud en su te.xto sobre lo siniestro). Comer con ganas, cagar, mirar -el mirar lascivo o envidioso¡ e! fr!lrar con ojos desorbitados-, y támbiénel invocar en cualquiera de 21 -.-:.;; .. ,;;. .. ••• :·:. ,*,, •.

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1 '"

Gabriel lombardi

Hablar así de la eficacia de la interpretación analítica antes de qué · la transferencia se estabilice, es avanzar un paso en la consideración'. de lo que e! análisis tiene de más operativo en la re!acíón del sujeto con !o real, esa relación que la transferencia ha de velar por la índe~ .

. terminación que introduce del lado del sujeto. la función pilmarfa de.'

la interpretación, la de hacer presente en e! decir el deseo, eso no es'

ficción, sino lo que e! discurso ana!ítico introduce en !o real ya desde

antes de !a gestación de esa ficción que e! análisis favorece -a veces' más de lo estrictamente necesario.

El empleo fundamental de la fantasía en la neurosis Gabriel Lombardi

Sí la dínica psicoanalítica es de lo rea!, no podría encontrar en la~ transferencia su soporte último.

Buenos Aíres, octubre de 1992. e:-::--.- - ,·-· . A,_ J!r~ . ~

LPor qué el psicoanálisis se !lama asf? Sigmund Freud, que habia

acuñado el término mucho antes, todavía se lo pregunta en 19181 en un texto al que llamó "Caminos de la terapia analítica". Basándose en la etimología de esa palabra compuesta, "psico-aná!isís"1 recuerda

que "análisis" significa desintegración, descompósición1 y explica que

el camino de! psícoanáfisis, su siempre nuevo camino1 es el que !leva de los sfntomas y manifestaciones complejas de !a neurosis a las pul­siones, a las que considera los elementos simples y últimos que estarían en la base de los síntomas. La represión impide en las neurosis que esas pu!siones se manifiesten abiertamente, en toda su simpleza, en su mag­nífica u horrible simpleza -depende desde qué posición se la considere1

hay muchas posibles1 que van desde Rabelais (Gargantúa, Pantagruel, ·

la satisfacción gigantesca) a Hoffmann (e! horror ante el goce de la "propia11 mrrada, que comenta Freud en su te.xto sobre lo siniestro).

Comer con ganas, cagar, mirar -el mirar lascivo o envidioso¡ e! fr!lrar con ojos desorbitados-, y támbiénel invocar en cualquiera de

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Gabriel Lombardi 8 empleo fundamenta! de la fantasía en !a neurosis

sus formas, desde la maldición hasta !a bendición, desde !a injuri~ siempre nuevos, para cada analizante pasan por diferentes tramas

hasta la palabra de amor, todos estos son actos simples cuando satis! significantes, diferentes combínaciones1 diferentes historias, que lue­facen una pu!s¡ón sin vueltas, sín las vueltas que da el neurótico. ·~ go, por el trabajo analítico, van siendo llevados hada la pulsión, que

lo que para Freud hace del neurótico un neurótico es que no} siempre tiene algo de pre-genltal, en esa reconstrucción histórica en

satisface !a pulslón directamente, ni siquiera cuando todas !as condH que consiste un análisis. cíones están dadas: !a intimidad, la autorización, la ausencia de la: Hacer concientes las mociones pu!sionales sería entonces el

policía estatal o familiar. Algo en el sujeto se ha puesto en contra de} objetivo epistémico del análisis. El beneficio práctico de esa adqui­

las pufsiones que lo agitan, algo en él se enfrenta a ro que !e gusta,? s1ción conslstiría en que el saber restablece !a posibHidad de ac­

induso cuando nadie se lo impide. El conflicto se impone sobre ¡8-i tu::1r, inhibida en la neurosis. Es el objettvo de! análisis planteado

satisfacdón directa. Esto refleja la condición estructural en que la~ por Freud: saber, superar !a represión; para actuar. Forma parte

pu!sión se presenta para el neurótico: !a puls¡ón divide al sujeto, que'f ce ese empeño analítico el recordar, el recordar !o o!vidador !o

quiere !a satisfacción y al mismo tiempo no !a quiere, entonces pará~ reprimido1 hasta llegar hasta aquellos momentos de emergencia

Hsis. El neurótico es un sujeto inhibido, que no realíza !a acción espe-,! de la pu\sión bajo la forma accidental de un trauma, que· quiere

cífica que podría satisfacer !a pu!sión. f¡ decir: herida, ruptura. lRuptura de qué?, de cierta armonía, ino-

La represión consiste en que sobre esas puisiones s1mp!es e! neu-~ cente armonía1 que existía antes de! acontecimiento que !a rompe,

rótico "no sabe': está desconectado de ellas. No sabe1

luego nq actúaJ! y al que el sujeto luego queda fijado. Entonces1 para actuar, hay

Las pulsíones sin embargo retoman, irreconocibles, disfrazadas, bajo~ que saber, y para saber, hay que recordar .

. . la forma de síntomas compuestos, sobredeterminados. La gramática~ El problema con el que se encuentra Freud desde del comlenzo

-- pu!sional, la de "Pulsiones y sus destinos", que es simple, muy simple,~ de su práctica es bien conocido: que las escenas traumáticas! su­

se enreda en equívocos interminables, en todo ese entramado parali.:¡ puestamente ocurridas en la infanda, que revelan emergendas ac­

zante de lenguaje que complica al sujeto en sus síntomas. El trabajol cidentales de libido y que permitirían saber sobre lo pu!siona!r mu­

analítico consistiría en !a descomposición asociativa de esos síntomas¡ chas veces parecen no ser verdaderas, no haber ocurrido realmen­

comp!ejos Y en el volver conciente los impulsos reprimidos1

queJ te: son fantasías. En el trayecto del análisis que iría de los síntomas

involucran unos pocos significantes. Para actua~ primero habría queJ a las pulsiones, se interponen las fantasías; que desde el punto de

saber eso que no se sabe, !o más simple. l vista de la verdad histórica son falsas, o en el mejor de los casos

Este plan de la cura que Freud planteó desde sus comienzos, esl una mezcla de verdad y falsedad.

resumido en ''Caminos de la terapia psicoana!ítica",1 que fue tradúci~~ En lugar de saber1 en lugar de articuladón slgniflcante entre

do "Nuevos caminos" por Etcheveny. No está tan mal, ya que ¡05 ca~Í sin toma y pulsión 1 hay una "realidad psíquica" que encuentra su

minos del psicoanálisis son siempre los mismos, y sin embargo sonÍ fundamento en las fantasías, y que viené a! lugar de !a artícu!adón

1 entre síntoma y pulsión.

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1. El título origina! es "Wege der psychana!ytischen Theraple'~ - :' ~~~~- .. ·· ,:.· .-· - -- :O'-: .. '-. -"--~.e'.··"'"'·:·:-:•:,:; : •.• ,..:"-<·'.C· ........ - ~":·-·.· .:~.·-.>:..--;:

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~~ Gabriel Lombardi El empleo fundamental de !a fantasía en la neurosis

Malentenderse ·~ Estas frases dan cuenta de un real con ei que tiene que lidiar ncf sólo-el psicoanalista, sino también cada sujeto que habla. 5¡ lo

·.• sexual se extiende tanto, es porque un déficit fundamehtal afecta a El sujeto en análisis no sólo muestra un desconocimiento sor-i !o sexual de! hablante.

prendente de la diferencia entre realidad y fantasía, sino que para él~ En efecto, porque el ser habla1 entre él y su partenaire se levanta

más bien coinciden, y no parece en general dispuesto a revisar el.; un muro, un muro de lenguaje, que no permite "entenderse" rea!­

estatuto de sus fantasías. Si son conclentes, suelen proporcionarle~ te con ei Otro sexo -es decir coger satisfactoríamente, de modo _ men momentos placenteros -incluso cuando viaja en coiectivo, parado,~. tal que el deseo sexual se apague, y que ias puisiones, en lo que

en una tarde sofocante-. Si son inconcientes, son el fundamentot.:. H en de sexual se satisfagan por un buen rato-. Esto no ocurre ... en , secreto de una realidad de la que no está díspuesto a desprenderse,r ; ás después de ia satisfacción sexual, aunque se sienta mejor1 ia .. . am , aun s! ella implica severos recortes en cuanto a sus posibilídaqes de\1 ~ente fuma

1 se baña, e induso s! duerme, todavía sueña, sueña que

actuar, de sublimar, de amar. l se realiza un deseo, una falta sexual no colmada. .

¿puede un analista ayudar a su analizar.te a desprenderse de ellas, [ . Puede ocurrir además que el Otro del Otro sexo no tenga nada de

a actuar en lugar de fantasear? ¡, deseable. Puede ocurrir que un hombre se encuentre con una mujer

Para responder, habría que indagar sobre !a naturaleza y la fun-t desnuda y eso 110 despierte en é! ningún deseo. Para que eHa se

c¡ón de la fantasía -es el título de un conocido artículo de .susan~ vuelva excitante, algo en él tiene que permitirle !a identificación con et Isaacs, discípula de Melanie Klein- en la estructuración psiquica.; objeto de una pu!sión pregenital. Ese algo, es la fantasía.

Cien años de psicoanálisis nos han lfevado a saber que_no todo en !a~ Por otra parte las pulsiones, dice freud, tienen fuerza constante; .

fantasía es l!usorio, que por su naturaleza ia fantasía índuye ele-~ a diferencia del instinto de los animales continúan exigien~o más sa--' mentos reales, y que su función es íneliminabfe de !a y¡da del serl tisfacción después de la satisfacción. .

hablante, al menos de su vida sexual. . ~ Porque existe el muro del lenguaje, no nos entendemos en el

De hecho la fantasía viene a suplir una carencia fundamental para¡ plano sexual, y entonces sóio podemos malentendemos, sí me permi­

el hablante: supulsíón sexual no tiene objeto, y es la fantasía la que 1 ten el neologismo. Podemos malentendemos y atravesar así e! muro

le provee alguno. Freud ro dice en "Pulslones y sus destinos': aunque fi del lenguaje por las rendijas que trama el ínconciente. Por rna!enten­

nadíe lo haya escuchado seríamente hasta Lacan. Cincuenta años i dido1 e! inconciente funciona como enlace con el Otro, como discurso

después éste hízo afirmaciones que pueden parecer exageradas! como ti del Otro -es una definición lacaniana de! inconciente.

para despertar la atención de todo un mundo que entendió !a elabora-i Es obvio que uno no se malentiende con cualquiera{ que eso no se

- . ción freudiana como un pansexua!ismo. Mostró que bie,n por el con-a produce necesariamente sino que es contingente, asf como no hay un

trario, el psicoanállsis permite constatar que la relacion sexual no f hombre que pueda malentenderse con todas (el Don Juan es una

existe1 que el falo en tanto elemento que podría mediar entre hombre¡ fantasía femenina deda Lacan). También es cierto que es dificil

y mujer no existe, que !a mujer ella misma tampoco existe (y si existe 1 malentenderse siempre con !a misma: cuando el en tace con el Otro

es inaccesible, ex·siste fuera de la significación fálica del significante 2· I _es formalizado en el matrímonio1

e[ encuentro con elpartenafre~exua! .-.',-'-.7•·c·"•• --- . ···-· , .•. c;• .. c·c.-.c "··· ·- •-·-·· · ·· · · ' · -Ccé ·-· ·•.'e· ' ·.-,,. ,- ..

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Gabriel Lorhbardi.

ya no es tan contingente, tan casual, por malentendido, sino que

. en buena medida se vuelve ob!igatorio1 ya que el partenaire sexual

se fija, formalmente. Como es bien sabido, eso trae a veces pro­

blemas en el nivel del deseo. Es decisivo que la fantasía tenga ai!í

un lugar, ipara preservar el matri.monio! La religión y !a fantasía

también en esto coinciden.

El objetode la fantasía

En cualquier caso -y digo bien, "en cualquier caso': independien­temente incluso del tipo dín¡co de síntoma que pueda intervenir- ia

fantasía entra en acción porque el inconciente, esa maraña, esa red

infinita de malentendidos, permite ubicar, en lugar de! partenaire, un

objeto que es una parte de sf mismo, una parte del cuerpo, ,

de la cual toda la trama de equívocos de! [nconciente se organiza. El mito bíblico hace surgir a Eva de una costilla de Adán. Es una' versión

excesivamente idealizada -excesivamente cruel.

Freud a partir del análisis de los neuróticos y de los perversos no

encuentra exactamente una costilla como matriz del partenaire, sino

cierta parte del cuerpo naturalmente ligada a un orificio corporal (la

boca, el ano, el orifído palpebra!, la oreja) y a un objeto que por su

función misma se pierde:

-la teta en tanto se seca y deja de nutrir, para tomar una función de

atracción sexual depurada de toda función alimentaria;

-la caca en tanto e! sujeto puede identificar allí un plus que excede.

nítidamente lo admisible1 !o que e! Otro que le pide está dispuesto a

compartir;

-la mirada en tanto por su estructura misma e5tá excluida de lo que

ve (salvo experiencias atroces tales como la de Nathaníel, el perso­

naje de "El hombre de arena" de Hoffmann);

El empleo fundamental de ia fantasía .en ia neurosis

-la voz·en tanto se pierde1 se vuelve afónicar deja de ser audíb!e, para dar lugar al significante, para que éste se escuche y nos per­mita malentendemos. A diferencia del neurótico; e~aiucinado ver­

bal, mientras escucha las voces, no se malentiende con nadier está

loco y desanudado, sin enlace social ni erótico con ningún Otro).

Es necesario advertir, para pescar la naturaleza de la fantasía,

que esos objetos sólo adquieren una función Hbidinal en tanto efectos

de lenguaje. Cualquiera que sea el contenido, Ja prolifer,ación mental

o relatada, la presentación histérica -relacional-, obsesiva o sadiana de !a fantasía, el análisis siempre nos permite advertir la presencia

intersticia! en e!!a de uno de esos objetos -efecto de un recorte signi­

ficante operado sobre el cuerpo. lacan !os llamó objetos a-, Esos objetos tienen algo de real. Un rea! que no se pierde del todo

porque el lenguaje, vía malentendido, recorta y entrama ese objeto

en el discurso del Otro, en e! inconciente. Pero no es sólo eso !o que

hace de é! el objeto de ia fantasía. Lo esencia~ de la fantasfa es que e! sujeto se identifica con éL Como el Hombre de las Ratas se identifica

con "la inmunda rata", como Dora con el objeto de la succión paterna

o con la mirada fascinada ante el cuerpo blanquísimo de una mujer

designada Sra. K. por Freud, como el Hombre de !os Lobos con !a

mirada de los lobos y con el objeto fecal detrás del velo, etcétera. En

cada uno de estos casos famosos !a interpretación freud1ana permite

discernir uno o más objetos, efectos a de! significante1 a !os que e!

sujeto se identifica. En ninguno de esos casos setrata de un objeto

. adecuado1 ni de un objeto de los que se consiguen en e! supermercado.

El objeto a no es un buen objeto, por el contrario es un objeto que

. usualmente no se adv¡erte cuando e! sujeto mira a través de !a venta­

na o de la vitrina, ni tampoco cuando e! sujeto "se" mira en ei espejo,

Es un objeto que1 como los vampiros, no es especularizab!e; debe

estar excluido de la imagen. Si uno presta demasiada atención a la

mirada en el espejor la imagen del cuerpo liamado propio se desdibuja

un poco, y eventualmente se produce un esbozo de áespersona!ización,

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Gabriel Lornbardí

que fácilmente se tiñe de angustia -que es el afecto tipo, dice tacan, de todo acontecimiento de lo real.

Por la fantasía el sujeto se identifica con e! efecto a del lenguaje.

Lacan escribió esto de este modo: $ <> a. Ambos términos, $,Y a son

efectos del lenguaje en lo rea! de !a estructuración subjetiva, pero el

efecto ilusorio de !a fantasía sólo se produce por la operación de identi­

ficadón -que tiende un velo sobre eso con lo que uno se identifica-.

Cuando el sujeto advierte ese efecto a del íenguaje como separado,

cuando se advierte entonces desgarrado de ese secreto "sí mismo"

que es el sustrato de su personalidad, el efecto ilusorio de la fantasía

se pierde, y resulta más bien angustioso. La angustia señala una rup­

tura de !a identificacfón con e! objeto a, es un encuentro con el a. Por

eso !a angustia no es sín objeto, y más precis_amen~E!1,no es sín objeto

-a. ¿oe qué es señal entonces !a angustia? es señal de la presencia

estructural, como efecto del lenguaje, de ese objeto que usualmente

el sujeto no ve porque se identifica con él -mira desde él. Podríamos escribir de este modo fa fórmula de la angust¡a: -a->$ ,

donde el a es fa señal que !lega al sujeto desde !o real1 desde lo real

que pugna por despertarlo, por impedir que siga soñando su realidad

cotidiana en el marco dado-por sus fantasías.

La angustia tiene por eso una posición intermedia entre la fan­tasía y el acto:

-en la fantasía ef sujeto se identifica inconcientemente con el a, -en la angustia se encuentra con él como algo que a! mismo tiempo

se separa de él y lo despierta en presencía de un deseo en el Otro,

un deseo a! que siente como amenazador sí no puede reducir a una

demanda de amor o de reconocimiento,

-en el acto, en tercer lugar,. el objeto ya intervino como causa del

deseo, es una causa que ya no angustia, sino que impulsó al sujeto

al encuentro con ei Otro (acto) o al rechazo del Otro (pasaje al

acto). Esa causa, esa parte perdida de si, en el acto resulta

estructuralmente ubicada en su lugar, en su !u9ar de anudamiento,

El emp!eo fundamental_ de la fantasía en la neurosis

de enlace de !a pulsión con e! deseo del Otro, y está en ia base

de la decisión y de la certeza del acto. Sólo el acto, decía La;.

can, puede arrancar a !a angustia su certeza, su certeza orien­

tadora hada la acción.

Esto quiere decir que lo ilusorio de !a fantasía no está dado por !os

elementos que intervienen en la identificadón, los elementos que !a

componen, sino por !a operación de identificación en sí m[srna, que

lndute un efecto de velo, de velo tendido sobre lo reai de los elemen­

tos con que se produce-como en el teatro la utHería y las luces, como

en el dne e! proyector y la pantalla, que son reales 1 pero inducen un

efecto ilusorio-. Por eso entre .el $ y el a, que son efectos que e!

lenguaje introdujo en lo rea!, se ubica un tercer elemento1 el velo

mismo, que permite la identificadón 1 permite no ver lo que ese efecto

a tiene de real, de cierto, de angustlante, de causa del deseo del

Otro. Por eso el falo no es un objeto, no es un a1 sino el velo m¡smo,

el instrumento que permíte no ver el efecto a del lenguaje sino disfra­zado, faHcfzador fetfchizado, con brillo fálico -y como ágalma cuando

, - . el partenaire es el analista.

Pór !o que implican de ruptura de la identíficación impiídta en !a

fantasía, tanto la angustia como el acto conmueven los dos níveles de!

imaginario subjetivo, el ímaginarío especular y el otro imaginario, el

más secreto, el de la fantasía.

El empleo fundamental

Pensar de este modo ía estructura de la fantasía permfte una

primera aproximación a su funcíón en e! deseo del neurótico: la fanta­

sía permite al neurótico sostener su deseo, pero sostenerlo como

inhibido, como no reaHzado, por identificación con un objeto a que se

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define por no satísfacer una demanda -qble siempre es1 en último _ _ ______ _ - -.. ;:-- '· ...;..o_--··-·.--"'!'::-:·

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Gabriel Lombardi El ernpfeo fundamental de la fantasía en la neurosis

anáHsis, una exigencia significante1 una exigencia pulsíonai-. Por podría curarse. La resistencia del neurótico por ejemplo cambia de en "La dirección de ia cura y los prindplos ~e su poder" Lacan signo cuando el psicoanalista, en vez de pretender que el sujeto ad..:

, 1 f 1 ll 1 mita su error de apreciación de !a realidad, su cognición eríónea1 " ... !a fantas1a, en su emp1eo undamenta1, es aaue o por o el sujeto se sostiene en el nivel de su des~o evanescente, advierte que la resistencia del paciente, cuando se opone a la suges-evanescente en !a medida en que la satlsfacdón mísma de la tión de! terapeuta/ "no es sino deseo de mantener su deseo", vale

demanda le hurta su objeto". decir que está basada en el empleo fundamenta! de ia fantasía,

Le hurta su objeto porque lo propio de la pu!sión es la!' pérdida de objeto. f

Es en este punto donde !a distinción entre demanda y deseo pre-;{

tisada por lacan toma toda su importancia. Porque es decisivo distin·'Í

guir entre !a pulsión en tanto ella puede escribirse$<> Den e! áigebra;~· ;;.

lacaniana y la fantasía en tanto ella se escribe$<> a. Es !o propio del:~

Lacan en el mismo texto argumenta que:

" ... habría que poner la resistencia en la columna áe la

transferencia positiva, puesto que es el deseo e! que mantiene !a dirección del análisis fuera de !os efectos:

sugestivos de la demanda".

neurótico confundirlos, confundir !a exígenda significante con e! obje-i.: Por eso el analista puede apoyar su acto en la función de la fanta-. to a que es precisamente lo que la objeta, lo que se caracteriza por no~ sía, en el empteo fundamenta! de la fantasía, ubicándose él m!smo en

satisfacerla. La fantasía ahueca en la cadena del significante un ínter-~ el lugar del a1 para luego cortar la identificación del $ con ei a, y así

valo, un intervalo entre los significantes que permite al sujetc{respirar! realizar la dlstínción entre el a y !a demanda. De este modo puede

-incluso sin tener que actuar-. La fantasía sostiene el hecho curioso1~ entenderse que la terapia analítica abarque esas dos etapas descritas

·típico de la neurosis: que la demanda admite un empleo metafórlco,I por Freud en su "28ª Conferencia": una primera en que la libido es

que es la base de su inhibición, empleo por el que la demanda no~ esforzada a pasar de fos síntomas a la transferencia y concentrada en

sería una exigencia pulsional, sino demanda de Otra cosa, demanda)f: el analista como objeto (como objeto a podemos precisar hoy), y una

del Otro, demanda en el OtíO, demanda de amoÍi demanda de reco-~ segunda en que se apunta ai desprendímiento, a la separación de!

nocimíento, permiso o prohlbición -algo que ya nada tiene que ve~ analizante de ese objeto~ con lb pu!sional-. Cuando la fantasía falta, la función del intervalo~ ¿Por qué el neurótico hace equívaler el a con !a demanda? Ta! vez

fracasa, y reconocemos esa falta tanto en e! síntoma de la psicosisl porque de ese modo evita la angustia, evita la certeza de !a angustia1

como en ciertos síntomas a !Os que llamamos psicosomátlcos ( com~~ con su inminencia de acción espedfica, de acción que seguramente p!etamente diferentes en su estructura de los síntomas histéricos,! no será del orden de! placer s¡no que se situará más allá del principio

porque en aquellos no hay un doble empleo de la demanda, no hay losl del placer. Mientras el neurótico puede sostener esa confusión puede

dos pisos del grafo de lacan, no hay intervalo). í} seguir durmiendo! puede seguir encerrado en su realidad psíquica ya

Al mismo tiempo que establece las bases clínicas que permiteri,~ conocida, que es una extensión entonces del principio del placer.

esa distinción entre pulsión y fantasía, Lacan señala el camino, enseñJ! · Pasar a la acción requiere en cambio lograr que e! a intervenga de

la dirección de la cura1 la dirección en que la confusión del neuróticql otro modo, bíen distinto ai de !a fantasía: no ya como sostén neurótico 5_t'-!

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~~~. Gabriel Lombardi ~~ E! empleo fundamenta! de !a fantasía en !a neurosts·

de un deseo inhibido, sino como causa de un deseo en el Otro. Inter_.~ 1 • 1 d 1 . . .¡. • , • 1--·b . . . . . :; Los 1acaruanos suefen pecar e vroo con ... rano, cuanao ¡r¡, 11 en su

viene entonces como objeto separador entre el v1v1ente y el Otro;;;: . , 1

, 1 .. · E rt· 1 1 1 . d h bl ..

. . , . . . ~confes1on en os ar.a 1s1s. n pa ucu ar os acarnanos e a a rnspa-entre pu!s1on y deseo, mter-v1ene como !o que permite al ser_ hablante]: . . . . . . . , ,

b.

1 . ,

1 d d l Ot , 11 . , . , d 1 wa hemos sido pe!Jud1caaos por un error oe traducoon, !amentabie

u 1carse en re ac1on con e eseo e ro, mas a a o mas aca e a~ . , . .

d d d 1 Ot , ,

1. , , ct· ¡ . t d 1 . . t 1Jiporque altera el concepto ae fantas1a y complica su mane10 transfe-

eman a e m1 mas a. a o mas aca e reg1s ro e reconoom1en º·W . . · , . , . , . . - 1 1 d d b.

1 Ot . 1 t 1 ~rencia!: se ha tmpuesto entre nosotros la traauce1on del termmo tn ef acto 1a eman a se u 1ca no en e ro sino en su ugar na ura 1¡; , , •

i ¡ ·, D' , " t ¡'1 t · d n cue"ta la ·pecul·i- Hrances fantasme, que es el que emplea Lacan, por el termino espa-que es a pu S!Oíl. 190 aqu¡ na ura ernen O e . '' ª~~ " n

0 , . . , r-

naturaJeza del hablante -naturaleza que incluye !a exigencia signifi-~no! fantasma 1 en lugar d._ ~antasia, Es un error de ~r,aducC!on :,a-. cante, que ya está presente antes de toda dua!izacíón del !enguaje¡~so, ya que fantasma en espano! es una buena traducoon de fantome

esa exigencia es previa a toda distinción entre el viviente y el Otro. ~(ror ejemplo" le fantome de l'Opéra" es "e! fantasma de la Opera u),

Esta perspectiva nos permite advertir que en la neurosis el sfntolp2ro no es una buena traducción de fantasme, que en francés es

ma no sólo es expresión de una pu!sión reprimida, sino que ademá~uura y simplemente fantasía. . . expresa fantasías, que se distinguen de ella. ¿cómo se distingue~ Cuando Lacan habla de fantasme habla de !a Phantasíe de Freud, · concretamente, dínícamente? ~{incluso en su empleo fundamenta!. Es decir que no hay ninguna, ab-

Si no es tan fácil responder esta cuestión, es en prim\:!r !uga~so!utamente ninguna distinción conceptual entre fantasía y fantasma porque !a díníca de la fantasía no es algo tan simple. No bastaría coqten Lacan. Si el error de traducción me parece !amentable1 es porque

32 ... ·• decir, como hace Susan Isaacs, que !a fantasía es e! representante e~induce la creencia en que el fantasma es algo distinto de !a fantasía, · · !o psíquico de !a pulsión

1 a la que ubica como exterior a lo :psíquico.! por ejemplo que es algo oculto, cas¡ inefable, y que a menudo se hace

. Wcolncidír con !a pu!sión. iCon lo cual e! analista queda en!¡:¡ misma

Jconfusiónque el neurótico! Con esto no quiero decir que no haya algo

De (a proliferación a la frase inextensible joculto en la fantasía, pero freud enseñó que eso ocu!to1 aun si no se · %jve ni se recuerda, puede deducirse, y puede deducirse como algo

ifoien distinto de la pu!sión.

La clínica de la fantasía no es simple porque la fantasía prolifer~J A ese error se añade además la idea promovida por algunos dis­en !a sombra, se hace inconciente, como Proteo cambia sus rostro~Jcípulos de Lacan de que "el análisis com!enza por el síntoma y termina se esconde tras los síntomas1 admite ensoñaciones diurnas más 1·por el fantasma". Se hace así de la fantasía algo que se deja para más menos placenteras e invade los sueños nocturnos, donde se expreslade!ante, respetado y temido a título de fantasma, algo que sólo po~ también en pesadillas que amenazan despertar. Y a veces se da vueldrá construlíse y atravesarse al fina! de !os análisís, !Cuidado, porque ta como un guante, entonces angustia (a.;....:.>$). El psicoanálisis puediel fantasma es algo de temer! Esto ha fúncionado como un refuerzo exaltar esa aptitud expresiva y expansiva de !a fantasía. Especialmeql ideológicamente sustentado óe los temores del neurótico, que al decír te los analistas anglosajones han hecho un lugar muy ampHo, Y !de Freud teme a lo pu!sional, le teme porque piensa que puede tener veces excesivo, a! desarrollo de la fantasía en los análisis -y acaso nl"una intensidad extraordinaria y peHgrosa", ·han favorecido e! corte, la desidentiflcaclón del sujeto con el a. 1

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Gabriel Lombardi 8 empleo fundamental de la fantasía en !a neurosis

"Esta,ilusoria intensidad pulsional, comenta Freud, es el resul~no lo hacen en la práctica1 suelen fantasearlo. Y eso !es da placer,

t~do de un ~espliegue desinhibido (e inconciente) en !a fant~un placer injustificado1 pedofílico entre otras cosas, sín ninguna s1a, correla~1vo d.~ un estancamiento !ibidinal que es productftsi nificadón que pueda ser avalada en !o social. No es una sígnifi-' de una satisfaccion denegada". 2 '!!

9 . · , . . kadón socíailzable -salvo ta! vez con la ayuda anornma de Inter-~net1 donde hay imágenes y bits en lugar de cuerpos y slgnifican-

Cuando Lacan habla de fantasme1

nunca se refiere a algo distint~tes-. Y no es socializa ble porque la significación de "Pegan a un

de ta fantasía freudiana. Habló de un empleo fundamental de ta·fantJníño" es una significación no relativa; cultural, social, sino absolu­

sía, e incluso de una fantasía fundamental, pero no hablaba entoncJta, dice Lacan, una pura significación de deseo, capaz de exdtar!o de otra cosa que aquello de lo que Freud, en "Pegan a un nfño", hadle,·1 cualquíer contexto 1 con o sin el Otro: en ei pensamiento del

·. notar: que así como la fantasía prolifera, también admite una formu~riasturbador, en la cama íntima y a veces confortable de la pareja

!ación breve, una cadena signíficante breve, que incluso puede redJ~heterosexual, en el escenario perverso, y también en las condido­cirse a una frase como esta, Eín Kínd wird geschlagen, "pegan a u¡nes inhóspitas de Auschwitz. Es una fantasía que trascfende tam,:. ·. niño, un niño es golpeado". ~bíén !os tipos dínicos -Freud lo seña!a 1 y eso·!leva a Lacan a declr

Es sin duda una formulación que permite su indusión en [~en su Seminario 14, "La lógica del fantasma" que el diagnóstico ha

gramática pulsiona!, la de "Pu!siones y sus destinos11• Pero aqÚÍde hacerse por el tipo de síntoma, no por !a fantasía ..

otra vez no hay que confundirse: Freud destaca que la féjJ1tasía el La elaboración freudiana del texto apunta a! corazón estructura!

a!go bien diferente de la pu!sión, ya que aun cuando puede expr~· la fantasía. Freud nos explica que e! desarrollo de esa fantasía exige

sarse de ese modo breve e inextensible, pegan a un niRo, sin emi reconocer distintas fases. Por eso no sólo es importante lo que en cada

bargo se distingue de ella porque su estructura tiene varias etal una de ellas se dice1 sino lo que se elide, !o que se ha suprimidoJ;:n e!

pas, varias capas1

mediante las cuales !a fantasía logra hacer 1uÍ texto de cada fase, lo que se sustrajo de la frase de cada fase.

gar a un intervalo fundamenta!, fundamental para !a constituciól. La que da título al textó es la última fase1 la que es convocada en del sujeto del deseo en la neurosis. . · 1 el fantasear cotidiano porque suscita una excitación intensa y placen-

¡ tera, que despierta el deseo y suele propiciar una satisfacción sexual. _ j{ AIH e! sujeto no aparece ... sino como identificado a !a mirada, $<>a.

lPor qué pegan a un niño? -¡ "Probablemente yo estoy mirando", confiesa. Pero en la cadena i~ significante de esta fase -que es !a más manifiesta-, el sujeto está

. . . . . 1 borrado. Sin yo1 sin rostro, sin nombre, sin sexo y hasta sin número,

Nada en la naturaleza justifica que se pegue a un niño. Ni siquie~~ nada de eso puede precisarse respecto de !a víctima ni del victlma­

los fines educativos exigen ese pasaje al acto por parte de! adulto.j rio, nada de lo que permite ubicarse en elregistro del reconocímien:­sln embargo se pega al niño. Y los neuróticos1 las neuróticas, aun 1 to símbólko o imaginario especular. La violencia es s:imbóiica,

· l látigo es meramente significante. lCómo es que subsiste entonces

2. "La represión". 1 el deseo?: porque lo que ha sido elidido ~ambién forma parte de la ; ;.,;,:: .. ·.:.•'7·-'--·: ••-•-·.·-·::~··.••O-.-·..= ·'">••":;-:--:·~. "" ,".""'·"•;~• .''· . ."'•••*••··--·- •••"" .: --:·:: .. "':."'°.". -.••, 7" :.","","•"':" •" ~-:c.:.-~·~,..;, .. ·.:._: .1_: •• .'.·.•·:·.:·'-:.' ••~.-:•:-;~·:- -:7.~-·: :.--·.-··-. "" ~ . ..;-.<.:,.,_,-,

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Gabriel Lombardl f f~ El empleo fundamenta! de la fantasía en ¡a neurosis ;;_~'

estruGtura de !a fantasía; lo que quedó enterrado en las otras fase~ La fantasía se reve!a con Freud corno una estructura de eiisiones1

menos manifiestas, sigue activo. ie e!ementos que se suprimen de !a superfic¡e de las palabras que

Freud en su investigación advierte que ta clínica permite fáci!me~alientanr pegan a un n¡fio en este Los elementos

te reconocer una primera fase, bien distinta de la tercera porque efes son Tos que están elididos -pero articulados=- con esa frase:

ella sólo se trata de recuerdos de !a infancia, y no ya dé fantasíagujeto en tanto sujeto gramatical1 e! como partenaíre, mfra­

actuales que suscitan deseo. La frase breve pero flexible de !a fantJba en tanto objeto exduido de la escena. Son esos elementos elididos

sía allí se ha transformado, el niño sigue muchas veces anónimo y nibs que la fantasía añade a la pufsión, y que permiten sostener e!

coindde con el fantaseador, pero el que pega ahora es e! padre. lfioeseo en las condíciones de ex-s1stenda, fuera. de !a cadena de la

frase de esta fase es "E! padre pega al niñoú. ~f:manda 1 que éste exige para mantenerse sin que haya que moles-

En el intervalo entre ambas fases, entre la primera y !a tercer~arse en llevarlo a las condiciones del actor que exige e! cruce de una

Freud deduce una fase intermedia, que forma parte de !a estructur!cción pu!siona! especifica con e! deseo de! Otro.

fundamental de !a fantasía, y que reza así: "Yo soy golpeado por n}} En su texto Freud da además toda suerte de indicaciones como

padre". Esta frase tiene la partfcularidad de que jamás es recordadJara mostrar que ía fantasia enmarca· la realfdad psfquíca1 ya que

por el sujeto1 es una construcción del análisis, decisiva porque restfiene los más variados efectos sobre la concepción de! mundo que se

tuye a! padre en tanto partenaíre de un amor incestuoso. Esta frasfiace el sujeto (el mundo es hostH, por ejernp!o ), sobre las finalidades

no puede ser siquiera pronunciada en ef erotismo de esa Jmposibllupuestas para la vfda (religiosas, que imponen dfscipHna, castigo,

primera persona, yo soy golpeado por mi padre, y sin embargo reve~~acrifido )1 ei carácter (susceptibilidad e 1rrítabiiidad hacia per­

ei núcleo estructural del Edipo, que es !a perversión fundamental dlionas que puedan insertarse en la serie paterna), y sobre la conducta

neurótico/ el masoquismo. La perversión en juego es una pere-versio/f.es fácil que tales sujetos se hagan afrentar por tales personas ras!. dice Lacan, un retorno al padre que forma parte de la estructura de !}eallcen la situación fantaseada). Además, una posidón en la vida que

fantasía y permite distinguirla netamente de la pulsión. La fantasía eris característica de ía inh[bición neurótica: quedarse mirando, no ac­

esta fase consiste en invocar el nombre del padre en vano1 por purluar, y sobre todo no ''actuar et deseo a la pu!slón".

deseo, por sostener esa pura concupiscencia que es !a fantasía1 com~ soporte del deseo del Otro ... primordial. Í

Esa invocación se hace en las condic¡ones de desconocimientof ªntasía Y acto de represión, que caracterizan a !a neurosis: el neurótico es uJ

sin-nombre, se presenta como un sujeto borrado, un sujeto de 11 Si emprender un psicoanáHsís tiene algún sentido1 es porque el

tercera fase, qu? ha reprimido su posición de enunciación y sÍfeseo, que proporc¡ona una sensación de sentido a lavidaf no só!ose

nombre y apellido de padre en tanto término Hbídrnal al que silostiene en ¡a inh¡bición neurótica condicionada por !a fantasía, Tam­

embargo está radicalmente fijado de por vida, en alguna parte d~tién puede sustentarse en la acción, Pero eso en cualquier caso

nudo estructural -que desconoce. f equiere afroritar una pérdida, un~ pérdida de identidad podríamos

lfiecir, que el neurótico no parece dispuesto a experimentar, ,. ~~~ ..

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Gabriel Lombardí ' ~ ~ :>..:::

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. ~ Cuando por una paliza, o un simple coscorrón, se hace caer j

pequeño Narciso de su posición de omnipotencia1 o de su sensació~ · · de entendimiento con la omnipotencia del Otro que lo reconoce -1J ·

abuelita-, cuando se lo hace caer de allí todavía queda otro registrl

E! empleo fundamental de !a fantasía en !a neurnsis

"La diferencia que hay entre el uso fantaseado o imaginario de estas imágenes y su formulación hablada, por su prop¡a natura-!eza ya es como para hacernos aguzar e! oído. Este comporta­

miento del sujeto es ya una señal que marca un límite -no es lo mismo jugar mentalmente con !a fantasía que hablar de ella".

· llbidínal que sale al rescate del sujeto y del deseo, un imaginarío-máB importante en la vida Hbidinal que el imaginario especular. Ser azota! Hablar de ella en !as condiciones del aná!ísis es, para el neuró-

do, dice freud, aunque no haga mucho dañ()1 significa una destítució¡tlco, ofrecerla al corte. En esto se diferencia del perverso, donde el

de amor y una humillación. Y sin embargo, explica hacia el fina! cte,corte ya se jugó de otra manera, y por eso es más difícil de abor-

nuestro texto de referencia, esa humillación puede ser entendict!dcr analíticamente. regresivamente, en el registro del masoquismo, como una muestrJ Hay en !a neurosis algo más penoso que la vergüenza o la angus-

de amor. Amor cristiano, amor del padre por su hijo martirizado -a~tla eventual que provoca hablar de la fantasía. Es hablar del síntoma ... lo entendía por ejemplo el Hombre de los Lobos. 1 una vez que en éste se ha resquebrajado el sentido1 el alivio, el mo-

Ahora bien, las dos referencias fundamentales del acto, que sol delo, la realidad que le proporcionaba'la fantasía lnconcíente. Hablar

la pulsión que él satisface (en tanto el acto es acción específi,ca ), y JI. del síntoma en el final del análisis es hablar de lo insoportabíe1 de lo

deseo del Otro que él interesa, requieren que las condiciones del actl 1mposíble de asimilar, de lo que no encuentra en el Otro ni siquiera el

no sólo sean las de un fuera de reconocimiento, sino también las di eco de deseo o de disgusto que sí encuentra la fantasía -por ser una

un fuera dela identificación de la fantasía-que forma parte esenciJlsignlficación absoluta. del dispositivo del narcisismo-. Por eso el psicoanálisis, en !a medidff Por eso no es cierto que e! análisis comience por el síntoma y en que prepara para la acción, es una práctica que implica un afronl termine por el fantasma. Tales excesos dídácticos tienen a veces con-

. tamiento de la angustia. La angustia es la sensación del sujeto ante eÍ secuencias pesadas. Se hizo creer a toda üna comunidad de ana!is­

deseo del Otro cuando ha perdido las coordenadas del reconocimienl tas, gente grande, que "e! atravesamiento dei fantasma" proporcio­

to, Y cuando no logra tampoco identificarse veladamente al objeto i na ría un atravesamiento final digno de escenarios{ señalado por re­

de la fantasía. Por eso el neurótico sólo suele actuar en ámbitos resl lámpagos y aplausos. Aun si en algunos casos se logra algo de eso,

tringidos, donde la soledad, la oscuridad o el silencio cómplice permil no es lo decisivo. El atravesamiento de la fantasía es !a asunción

te sostener su identificación, en ias condiciones de inconciencia que 11, castrativa, el afrontamiento de ciertas condiciones exigidas por la ac­fantasía exige para subsistir. 1 dón, que aun si tienen efectos irreversibles, no asegura para nada

Relatar las fantasías en el análisis es ya abrirlas a! corte que ~ que el analizado no vuelva a su realidad enmarcada por la fantasía/

deseo del Otro real tiende a producir en la identificación $<>a. Esi que no vuelva a su neurnsis cada cinco años. O enseguida1 si confun­

corte forma parte de las consecuencias de la regla fundamental cuandi de su pase con un título de honor. -f ·-·~

el analista la hace cumplir con su autoridad de analista, es decir di Con lo cual no pretendo hacer ninguna recomendación de re-aná-analizado que dio el paso

1 el paso del pase de analizante a analíst~1 lisís1 sino que promuevo el pase como disposit¡vo específicamente

. - ~ . .. .. ya Freud destacó lo que Lacan dice en estos términos: 1 psrcoanaiftico para interrogar !os momentos decisivos de! anáHsis1 .. -- • • • ."- • • ·_.:r.:·:=:·~. ,. • · .. •• - • - .· f•"•.c.-i- .': .... ~'.. ...._

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Gabriel lombardi ~::

El ernpíeo fundamentat de la fantasfa en la neurosis· l~i

que producen efectos frrevers.lbfes1 y en particular efectos d!dácticoJie soldadura es empleado nuevamente en "Fantasías histéricas Y sw

Un testimonio de pase no tiene por que ser interesante para todostelación con !a b¡sexuaHdad", desfgnar ia re¡acíón entre fanta­

no tiene por qué lmp!icar un avance en !a doctrtna, no tiene por qu/$ía y la satrsfacdón autoerótica que sude alcanzarse en ia cu[rn¡na­

ser espectacular. Sí tiene que ser genuino, ser el testimonio de a~ión de su despliegue.

guien a quien a!go le paso en su relación con el síntoma1

con ¡fil Es decir que la fantasfa no es el síntoma, no es tampoco ra fantasía! con !a µu!sión, y con !a acctón anafftica. Tai vez pueda d~buisión, no es la sat¡sfacción pero está"so!dada" a' cada

cuenta de cuándo y cómo se produjo su desident1ficadón a íl $ ~mo de e!!os, 5¡ además tenemos en cuenta que para e! neurótico 1 ·1'"-

qué pasó luego con sus síntomas, j~5 con la fantasía que !a significación se estabiliza como es

Pero sobre todo, más que para evaluar resultados teraoéutícos, lciedr corno procedente del padre, se comprende que !a fantasía

pase fue inventado por Lacan dar una oportunidad al .pasante dftx upe un lugar nodai en la estn.Kiuración subjetiva y en la constí-

dar cuenta de cómo surgió en éí ese deseo nuevo de anaHsta, que 1[bción de realidad de! neurótfco. !ieva a sostener con Otro sujeto la relación ana!ít¡car e! a-> $ · I Ese ¡ugar nodal de \a fantasía se refleja en ías úfümas elzzbora-

, l ",t.-.. --

para que pueda dar cuenta de cómo eso surgió a partir de su masorl:iones de Lacan, para quien !a'fantasfa parece ser, en definitrva, no

qu¡smo previo -no es por casualidad que er. el álgebra lacaniana ¡0fsólo 1nellmínable1 sino además condición de anudamiento de !a es­

mísmos elementos intervfenen en el víncufo analítico y en !a fantasía\ructura. Sus ¡ntentos por escribir un nudo de sób tres conststencias

aunque en este caso estén ordenados de otra manera1

$<>a-; dl{-¡0 real, !o símbólico y lo ímaginar¡o-, es decir un nudo reducido al

cómo es que él etig¡ó esa profesión castratrva, por !a qu~ se hizdTmínimo1

donde !o reai pueda desernbroHarse de toda psf

causa Y pa1tenafre de un síntoma, para !ndtar a Otro sujeto a quiquica, de toda reaHdad reHgiosa,. de toda reatidad derivada de! pa­

cómo é!, pueda e!egfr (si quiere, y cuando quiere) rechazar el gocel~re, no tuvo éxito. Su R. S. L 1 que en francés se prommcla ¡gua1

para poder aícanzarío en la escala invertida de !a Ley de! deseo.. lhérésie, herejía, fracasó"

Soldadura: ((..'Ondición de anudamiento·

f~ Por supuesto que también parecer. condenados ai fracaso !os ltentos por llevar el síntoma neurótico a algo que se parezca alsínto~ lma elemental de !a psicosis. Aun en e! final de los análisis el síntoma

lneurótico sigue anudado a ia realidad de! padre. No parece poder

lesperarse obtener de !a neuros¡s1 mediante ei psicoanálisis, un . En el historial de Dora Freud explicó que el síntoma histérico si'ma completamente des-soldado de la fantasía.

produce por una soldadura¡ Verlotung, entre un síntoma corporal prej, A ¡0 que puede !legarse, y a eHo se i!ega efect¡vamenter es a

existente Y el sfgníficado sexual que le proporcionan una o varias fanÍproducir un sujeto advertido de su constitución1 y capaz de destituirse

tasias. E! síntoma adquiere una "significac¡ón" por soldadura con ilen ciertos actos que son precfsarnente !os que sat¡sfacen a! mism.o

fantasía. E! mismo térm[no es empleado por Freud en sus "Tres ensa'itiempo pu!sión y deseo del Otro. Lacan afürnó, a! fina! de El Seminario

yos."'~ al!í para expresar er nexo más o menos casual entre la puisiónl1i. Los cuatro conceptos fundamentales de! psfcoaná!tsis1 que des­

y su objeto, que le es provisto precisamente por !a fantasía. El términlpués que el sujeto se ha ubicado en relación con el a1 se ha separado

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Gabriel Lornbardi El empleo fundamenta! de la fantasía en la neurosis

la experiencia de la fantasía radical se transforma enla pulsión. . . sí pero terminaron rápidamente internados en algún . . . . . . , ciencia, ., · . . . .

ocurre solamente en acto, es decir cuando opera una destltucton servicio psiquiátrico -el primero en el mismo Instituto de Letpzig

sujeto de la fantasía. ~o crean enton~es que un analizado vi:e su en el que estuvo Schreber. , . . . , en el nivel de la pulsion desnuda, rn que puede sostener siempre Lacan que logró evitar ese desenlace dramatico1 admit10 que e! suyo deseo en el nivel del acto que satisface la pu!sión. Nadie se es un frac~so confesado

1 e lnstructivo1 deja una enseñanza: no aspire-

para siempre de !a fantasía. mos vanamente a la psicosis ni a la libertad, aprendamos a reconocer io Pero ser1 ser capaz de actuar -eso es ser en Lacan- es bien elemental del síntoma neurótico en su estructura que incluye algunas

to de ser un neurótico inhibido, carente en ser. soldaduras 0 anudamíento_s ineliminables-a[ menos por !avía civilizada

El psicoanálisis muestra por otra parte que el amor no sólo del osicoanálisís-. SI el síntoma no es causado por un trauma1 sino ~r !a narcisístico; que a veces deja cíerta trascendencia, cierta f rasía estemos advertidos de !a discont1nuidad específica que esta

.ar~ , dad al Otro; en cualquier caso, sea como sea que se lo ame, en introduce y sostiene en las neurosis: la discontinuidad de !o rea!/ lo sim-narcisis'.110 o en acción, el amor al padre forma parte de !o real. Y bólico y lo imaginario, que no se sostienen como registros diferentes que hablan ·de un más allá del padre en psicoanálisis son los sin la función de un cuarto nudo que constituye la realidad ps(qulca. E!

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y los más convencidos en adorar a alguno que lo reemplaza -es. ,aranoico, ser de excepción, puede estar exento de esa discontinu¡-

que se constata con frecuencia en la comunidad analítica, y a ~ad, la consistencia de su estructura difiere de la del neurótico. de un modo un poco patético-. Lacan, que quedó como uno de lQué se puede esperar del anáHsis, al final? Sin duda efectos tera-

tros apellidos de padre1 mostró con su enseñanza de "retomo a péuticos, efectos de alivio 0 desaparición de los s[ntomas. Eso no será que no solamente lo rea! puede ser mítico, sino que e! padre es gratis, ni siquiera cuando ya no se le pague más al analista: habrá,que

único punto en que lo real es más fuerte que la verdad -el satisfacer pulsión y deseo del Otro de una forma diferente a la del smto-

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Por eso un padre puede incluso ser operativo en la ignorancia/ ma, con actos, que siempre requieren un afrontamiento de !a castración{

rando ferozmente las verdades de su pequeña familia. un más allá del principio del placer. Acción en lugar de padecimiento. Eso De la fantasía, hay Un empleo fundamental, nodal1 radical, no quiere decir que e! analizado pueda prescindir de volver a su realidad,

ineliminable del nudo neurótico. Un cuarto nudo ineliminab!e a su mundo de fantasía. La necesitará, al menos para coger, parador-

Lacan mismor qu1en intentó1 sin éxito, operar en psicoanálisis mil'. para sus momentos de placer. Tampoco puede esperarse que toda 1 '

reducción del nudo a lo rea Ir anudado a lo simbólico y a !o la exigencia pu!sional se satisfaga en actos; siempre queda algun resto

rio, sin que una suplencia de fantasía, de realidad psíquica o sintomático, algún resto de pasiv!dad1 y de pulsión no socializabie.

padre deba prevenir el des-enlace, el desencadenamiento, la También se pueden esperar efectos anaHticos. El ana!ista, para

bertad del desanudam¡ehto, esa libertad soñada y nunca operar como talf debe poder dejar de ladÓ, mientras at¡ende, su ran-da por el neurótico, que es incapaz de la locura -la locura es tasfa

1 su realidad. La aptitud para !agrario es un resultado del propio

precio de la libertad-. Cuando algún hombre de ciencia/ algún análisis. Pero eso no se logra de una vez y para siempre. Una vez que bre riguroso, por la vía de la lógica !legó a esa situación de ·.se adquiere la aptitud, algo nuevo se sabe, se está advertido de la

cindir de toda rea!idad1 Cantor~ Godel por ejemplo/ renovaron existencia de Ja puertadel acto:_ana!ftico. Un? __ se.-~~--cº'.Eido .9e ¡~- ,_, ·--- _ ·~7:'.oo·.--· _.,... ~~ - · ·· -:·"--' · : .. ::·. .. -. .: ·· ·.-. ·.- ' .·:.-. --- · · · ... .· "•. · ·· · · · · ·· ·

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Gabriel Lombar<ili

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1 El empleo fundamental de !a fantasía en !a. neurosis

. . 1 , ··ventana de la fantasía a la puerta de!acto. Unoh!zo la experiencia de salifE Bibiiografm una vez y por eso pudo volver a entrar. un acto que se decide cada veij

con cada paáente, en cada sesión. Pero no hay fórmula definitiva. Ademá~ Freud1 s., "Fantasías histéricas y su relación con !a blsexuaíldad". En

de !a aptitud, se requiere, cada vez1 !a actitud. Lacan m¡smo no crey~f Obras Completas, Amorrortu ed[tores1 VoL IX1 Buenos Aíres, 1990.

poder prescindir todo el tiempo de su realidad, de su modelo. "Me pa.so lf Freud1

S. "La represión". En Obras Completas, Amorrortu editores,

vk:la pasando ei pase", dijo alguna vez. quiere decir: no me ídeahcen~3 Vol. XIV, Buenos Aires, 1990.

que duerma poco no quíere decir que esté todo e! tiempo desp¡erto. '!i freud S,, "Pu¡sfones y sus dest¡nos", En Obras Completas: Amorrortu

En cuanto al padre, se sabe desde Lacan que se puede prescíndir di edit~res, Vol. xiv; Buenos Alres1

1990.

él, a condición de servírse de él. Y la manera más accesible de servirs¡ Freud, 5~ "La terapia analítica". En Obras Completas, Amorrortu edi-

de él --fuera deí empleo masoquista- es como principio de la separal :ores, Vol. XVI1

Buenos Aires, 1990. .

dón, ya que no se satisface la pu!sión en acto (salvo su¡cidfo o aigú~! Freud, S./'Pegan a un niño". En Obras Completas, Amorrortu ed!to­

otro pasaje aí acto) sin ia ayuda1 sin ia íncitación de! deseo deí Otrol res, Vol. XVII, Buenos Aires, 1990. Por supuesto que eso impíica algo diferente de ía segunda fase de !~J Freud, s., "Lo siniestro". En Obras Completas, Amorrortu editores,

fantas¡a: el acto supone dejar de esperar ser amado por ei padre, yJ Vol. XVII Buenos Aires1

1990. .. .i:¡t,·· !

basarse en el amor primord¡a! con el cual se lo incorporó aíguna vezl Freud1

s., "Caminos de la terapia ana!ítíca". Obras Completas,

para hacerlo operar como "agente !a castración". Amarío1 puede pa-1 Amorrortu editores, Vol. XVII, BwenosAires1 1990,

recer en muchos casos un acto de lnconciencía. PeíO índuso u~ paáre si~I Isaacs, s., "N~turaleza y fundón de ia fantas¡an, Me!aníe Kleln,

valor, sí es una referencia metafórica/ todavía vale porque es padre, poi Obras·completas1 Vol. rn, Paidós

1 Buenos Aires! 1983.

su nombre, porque ha sido incorporado. Es la forma más degradada él Lacan, J., "la dirección de ia cura y los principios de su poder'~ cap, V.

más humi!!ada de Dios que se pueda concebir, pero todavía tiene algo de) En Escritos II, Siglo XXI, Buenos Aires. .

ese mínimo de referencia mítica ind¡spensable para no esta~ loco -refej Lacan1 J., "Subversión del sujeto y dialéctica de! deseo". En Escritos U,

renc¡a fundamenta! por lo tanto-. Odiario supone entregarle demasial Siglo XXI, Buenos Aires.

dó tiempo, y seguir esperando su amor bajo alguna forma de masoj Lacan, J.1

El seminario L Las formaciones del inconcíente, dases de!

quismo, como un pequeño Cristo, davado en la cruz, reprochando a¡ s y 12 de febrero de 1958. Paidós, Buenos Aires.

padre que ío ha abandonado[ y esperando su redención. 1 Lacan, J., EfSeminarío 10. La Angustia, dases de! 5y19 de diciembre la solución analítica pasa más bíen por aceptarlo, Y usar de él kJI del '62 Paidós Buenos Aires. ·

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que se pueda. Aunque no sea gran cosa es de todos modos fundaf La~an, J., El Seminario 11. Los cuatro ca.nceptos fundamentales def menta!1 ya que ese amor, aunque permanezca inconcíente, facilita ei¡ psicoanálisis, Paidós, especialmente la última dase.

acto en lo social. Hay quienes no han pasado por esa fase de amor~I Lacan, J., "El Seminario 14. La lógica del fantasma", dase de! 14 de

identificación primordial al padre. No son neuróticos. 1 junio del '67. Inédito

Buenos Aires, febrero de 2003.a Lom,b~rdi, G., "Cantor,. la Hbertad": Pági~a, web de !a Cátedra I de

·--- _ _ _ .- ,, , .e:- " , __ , :, . •. _ I ·· Clin1ca de Adultos: Facultad de P,s1co!og1a UBA. ~- _ _ - - . . . 1

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