Lo material vs. lo espiritualGonzalo Cardenal M. 0 09/01/2016Lo material vs. lo espiritual

7 Facebook7 Twitter Google+0 Comentarios0Me encontr el otro da con un excompaero de trabajo de los aosochenta y me comunic que lea religiosamente mi columna de LAPRENSA y que le gustaba mucho cmo escriba, pero que por qu mecentraba siempre en lo espiritual en vez de temas ms apremiantescomo la poltica y la economa? Y le contest que lo haca por dosmotivos: el primero porque sobre eso vivan escribiendo personasmuy entendidas y brillantes, mientras que de lo religioso casinadie lo haca (por lo menos desde el punto de vista laical); ysegundo y ms importante, porque para m, todo lo material estabasupeditado y dependa de lo espiritual. Le dije que podramoscambiar, revolucionar los sistemas econmicos y polticos, peroque si no cambiaba el corazn del hombre, a la postreirremediablemente se fracasaba. No haba ms que leer la historiauniversal. Pero para ser totalmente sincero con ustedes mislectores, escribo principalmente porque creo en lo que escribo, ypor eso creo que es mi obligacin ante Dios el hacerlo.No s si convenc a mi amigo, o a alguno de ustedes mis lectoresen este caso, pero su razonamiento me qued revoloteando en lacabeza y decid dedicar esta reflexin a este tema, recordando mistiempos de director de colegio, cuando una madre de varios alumnosme visit y me reclam el que a pesar de que tuviramos seis aos(en vez de cinco) de bachillerato en nuestro currculum,dedicramos tanto tiempo al aspecto espiritual, en detrimento deotras asignaturas ms prctica y tiles para el xito futuroprofesional de los muchachos, como eran las matemticas y lasciencias.Yo le pregunt que en cuntos aos calculaba ella el posibledisfrute (o xito como ella le llamaba) en la vida de losmuchachos? y me contest que de unos cuarenta aos. Entonces lepregunt que si crea en la vida del ms all y me dijo que porsupuesto. Entonces le pregunt que cuntos aos le calculaba alms all y me contest que no se poda porque era eterno.Entonces le dije que ella prefera que le dedicramos ms tiempo aunos cuarenta aos que a una eternidad, al xito de cuarenta aosque a la felicidad de una eternidad incluyendo la felicidad delms ac, porque aqu se poda tener xito profesional pero nonecesariamente la felicidad.

La vi titubear desconcertada pero despus de un momento dereflexin me concedi la razn.Y voy a terminar con un cuentecito que una vez o y que deca as:Lleg una vez un profeta a una ciudad y comenz a gritar en laplaza, que era necesario un cambio en el pas. El profeta gritabay una gran cantidad de gente comenz a escucharle, aunque ms porcuriosidad que por inters. Pero, segn pasaban los das, eranmenos cada vez los curiosos y ni una sola persona parecadispuesta a cambiar de vida.Pero el profeta segua gritando. Hasta que un da ya nadie sedetuvo a escuchar sus voces. Mas el profeta segua gritando en lasoledad. Y pasaban los das. Y nadie le escuchaba. Al fin, alguiense acerc y le pregunt: Por qu segus gritando? No ves quenadie quiere cambiar? Sigo gritando dijo el profeta porque sime callara, ellos me habran cambiado a m.La moraleja es que no debemos escribir porque esperemos que se vaa conseguir un fruto, sino ante todo porque es nuestro deber,porque creemos en lo que estamos diciendo.El autor es coordinador de la Ciudad de Dios.reflexivo33@hotmail.com