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  • 311UNA LECTURA SOBRE EL TRABAJO INFANTIL COMO OBJETO DE ESTUDIO311

    Desarrollo Econmico, vol. 52, N 206 (julio-setiembre 2012)

    COMUNICACIONES

    UNA LECTURA SOBRE EL TRABAJO INFANTILCOMO OBJETO DE ESTUDIO.

    A PROPSITO DEL APORTE DE VIVIANA ZELIZER

    VALERIA LLOBET*

    Introduccin

    En Amrica Latina el trabajo infantil ha ganado lugar en la agenda acadmica yen la preocupacin de las agencias de gobierno y las organizaciones sociales en losltimos 25 aos. El nio trabajador es una de las figuras que articulan laspreocupaciones sobre la infancia en la regin, por cierto no la nica, en una geografarica en estudios sobre infancia. Se han desarrollado polticas sociales centrales quedescansan sobre la idea de la prevencin del trabajo infantil (las transferenciascondicionadas de ingreso, sin ir ms lejos) y la mayora de los pases latinoamericanoscuentan con oficinas que procuran su erradicacin. Slogans que coronan los esfuerzospolticos proponen que, por ejemplo, el trabajo infantil vulnera, en todos los casos, lasalud de los nios.

    Por supuesto, a la hora de establecer cundo una situacin de trabajo secorresponde con explotacin, cundo deben sus responsables ser reprimidos ycundo es preferible la prdida de ese ingreso para el hogar a la continuidad de latarea, emergen mltiples complicaciones que exceden notablemente tanto a lasposturas de abolicin total que predominan en los discursos oficiales como a las derelativismo cultural desde el cual en ocasiones se aborda superfic ialmente el tema.Desde el punto de vista acadmico, en Argentina en particular pero en AmricaLatina en general, el trabajo infantil suele ser abordado desde los campos disciplinaresde la antropologa, la sociologa y la salud pblica, considerando sus relaciones conla pobreza particularmente rural, las determinaciones culturales en especialasociadas a los pueblos originarios y/o los contextos denominados tradicionales,los efectos del trabajo temprano en el desarrollo infantil (Berliner et al, 2009; Rausky,2009). Como en mucha de la investigacin latinoamericana sobre infancia, el conceptotrabajo infantil se recorta al trasluz de los derechos de nios y nias y se asienta enlas discusiones sobre polticas sociales y desigualdad.

    Un largo camino se ha transitado en la regin abonando la riqueza de tal campode estudios sobre infancia. Mucho se ha discurrido en Amrica Latina sobre la

    * CONICET / UNSAM. Cochabamba 1509, 1148, CABA [email protected] 54 11 4305 4726.

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    interconexin dificultosa entre las representaciones sobre un tema y las prcticassociales e institucionales. Muchos de estos anlisis la mayora, a decir verdadoptan por un foco microsocial, y derivan de una escisin entre las interaccionesmicrosociales y los contextos macrosociales en los que las primeras ocurren. De estemodo, dos conjuntos de asuntos imbricados entre s y centrales al campo de estudiose problematizan de manera an incipiente: por un lado, el peso de las relacionessociales en la produccin de heterogeneidades en la(s) infancia(s); y, por el otro, elcarcter institucional e institucionalizado no meramente de agregacin de individuosde discursos y representaciones sobre la infancia. Es por ello que resulta an msllamativa la ausencia en los debates actuales de una voz fundamental como la deViviana Zelizer1 para reconsiderar tanto el trabajo infantil como los propios procesospor los que la infancia como institucin social es valorizada y adquiere significadoslegitimados. Zelizer ha sido capaz de mostrar cmo, en distintos escenarios, se da lanegociacin permanente entre aquello que se construye como perteneciente al ordende la intimidad y lo que ser pasible de ser valorizado en intercambios, de una u otramanera, econmicos, generadores de alguna forma de valor o capital. Como sealla misma Zelizer, es necesario ingresar decididamente en el mundo de los hogaresrompiendo la ficcin victoriana que mantiene la separacin sagrada de la vida privada,preservndola del mundo social y las relaciones econmicas (Zelizer, 1994, xiii) yproblematizar en perspectiva histrica e institucional las maneras en que los sujetosconstruyen una dimensin central al establecimiento de las relaciones sociales y suslmites, como es la intimidad y lo privado. La traduccin de este captulo en el querevisa su obra Pricing the Priceless Child pretende ser un aporte en esa direccin.

    REFERENCIAS

    BERLINER, Carolina, FORD, Myriam, GRIMA, Jos, MACRI,Mara Raquel, MIORIN, Silvia, UHART, Claudia yZUCHERINO, Laura (2009): Infancia y Trabajo Infantil:Un estado del arte de la investigacin en Argentina2004-2009, ponencia presentada en XXVII Congresode la Asociacin Latinoamericana de SociologaALAS, Buenos Aires, (agosto-septiembre).

    RAUSKY, Mara Eugenia: Perspectivas sobre el trabajoinfanti l en la Arg ent ina: un anlisis d e las

    1 Han sido traducidas al castellano La negociacin de la intimidad y El significado social del dinero,ambas por Fondo de Cultura Econmica.

    investigaciones desarrolladas en el campo de lasciencias sociales. Revista de Estudios Regionales,Red Simel, Buenos Aires, 2009.

    ZELIZER, Viviana (2002): Kids and Commerce ,Childhood 9(4) 375-96.

    ZELIZER, Viviana (1994 [1985]) Pricing the PricelessChild. The changing Social Value of Children.Princeton Univ. Press, Princeton.

  • 313UNA LECTURA SOBRE EL TRABAJO INFANTIL COMO OBJETO DE ESTUDIO

    El nio invaluable revisitado*

    El novelista estadounidense Frederic Tuten rememor as escenas de su infancianeoyorquina durante la Segunda Guerra:

    Ella era una mujer flaca sin mucha fantasa en su vestimenta, quiero decir. Negra dela cabeza a los pies, al estilo siciliano. Era realmente una siciliana, y era mi abuela.Hab laba poco y, para mi humil lacin (yo quera ser como los otros chicosnorteamericanos en el Bronx), lo haca en siciliano. Y para peor estbamos en el tramofinal de la guerra con Italia. De modo que en la calle y en otros espacios pblicos yo lecontestaba en ingls, para diferenciarme de ella. No es que mi siciliano fuera bueno.Pero a los 8 o 9 aos me las arreglaba para contarle lo que ella quera conocer acercade mi mundo en la escuela y para acompaarla a la carnicera, al almacn, pidiendo loque necesitaba y controlando la balanza cuando ella crea que estaba marcandodemasiado... Y, lo ms importante, le serva de traductor de las noticias de la radio y laspelculas estadounidenses.

    Tuten tambin recuerda que le lea a su abuela, Francesca LePare Scelfo, node la manera convencional, traduciendo palabra por palabra de mis libros infantiles,sino contndole, segn mi edicin e invencin, las historias que lea (Tuten, 2002).Medio siglo atrs, un muchacho del Bronx colaboraba as, mediante una crucial formade trabajo, con su familia de origen siciliano.

    Avancemos ahora media centuria hacia el presente. En Tucumn, Argentina, elao pasado (2002), Manuel Cruz, de 12 aos, se involucraba en un tipo diferente detrabajo para su familia. En medio de la crisis econmica argentina, trabajaba comocartonero. Al regresar de la escuela, Manuel sala con Ana, su madre, y Mara, suabuela. Penosamente se esforzaban para recoger materiales, trabajando desde las 7de la tarde hasta las 2 de la maana, cinco das a la semana. Durante los fines desemana, Manuel ganaba dinero extra cuidando autos y ayudando en el Lawn TennisClub de Tucumn.

    Al mismo tiempo, Manuel lograba uno de los mejores desempeos en su escuela,era reconocido como mejor alumno, haba adems ganado el segundo puesto en lasOlimpadas Matemticas Provinciales. Entrevistado por la revista Gente, este pequeohroe, como lo calific el periodista, explicaba por qu no le haba contado a suscompaeros acerca de su trabajo: Yo tena vergenza, pero hoy estoy orgulloso. Esun trabajo honesto que me permite alimentar a mi familia. Aunque, a decir verdad, nome gusta mucho lo que hago. Lo que todos tienen que entender es que la nicamanera para salir de la pobreza es estudiar. Por eso no voy a parar hasta ser arquitecto(Quiroga, 2002).

    Manuel ayudaba a cuidar a sus cinco hermanos menores Mara, Marcos, David,Pamela y Rodrigo mientras el desempleo, la pobreza y el hambre crecan y seextendan.

    El Bronx, Nueva York, en 1943, y Tucumn, Argentina, en 2002: en ambos lugares,nios trabajando duro. Pero lo que ellos hacan, para quin, en compaa de quin y

    * Publicado en: Jens Qvortrup, editor. Studies in Modern Childhood: Society, Agency and Culture. London,Palgrave, 2005, pp. 184-200.

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    con qu compensaciones, variaba decisivamente no slo segn lugares y tiempos,sino tambin de una familia a otra. Frederick Tuten le brind a su abuela un tipo decuidado particular en su hogar, el lingstico, al prestarse como su intermediario conel mundo angloparlante. Manuel Cruz dividi su extraordinaria energa entre la escuela,el cartoneo y los trabajos de fin de semana para el beneficio presente de su numerosafamilia y el benefic io futuro de su propia carrera.

    Las visiones ampliamente sostenidas acerca de la infancia establecen unaimportante diferencia moral entre ambas experiencias. El traducir para su abuela esvisto por los observadores como una actividad recomendable y apropiada para unnio, en tanto el trabajo nocturno de cartonero es considerado una cruel explotacin.En efecto, el joven cartonero enfrentaba riesgos: los cartoneros mayores solan atacara Manuel y robarle su mercanca, al tiempo que las autoridades estatales perseguana su madre por dejarlo trabajar. La tajante diferenciacin moral es sorprendente.Despus de todo, ambos nios estn igualmente involucrados en actividades virtuosas:ayudan a sus familias y al mismo tiempo asisten a la escuela. De hecho, los esfuerzosllevados a cabo por Manuel Cruz eclipsan los de Frederic Tuten. No obstante, las dosexperiencias se ven crudamente diferentes.

    No podemos explicar esta divergencia en la evaluacin si slo miramos lo quecada nio particular en este caso, Frederic o Manuel est haciendo. Por qu no?Porque el significado y las consecuencias del trabajo infantil dependen del contextosocial en el que ocurre. Para entender qu est sucediendo, para explicar diferenciasdesconcertantes, necesitamos mirar de cerca la red de relaciones sociales en queesos esfuerzos infantiles tienen lugar.

    Por qu ello es tan difcil de hacer? Qu dificulta la comprensin de los procesossociales en curso en estos dos casos? El anlisis del trabajo de los nios enfrenta dosobstculos significativos, ambos del orden de concepciones generales errneasrespecto de las intersecciones entre los mundos de la moralidad y el de la actividadeconmica. Podramos llamar a estas dos concepciones errneas: mundos hostilesy trabajo mercantilizado.

    La extendida y potente idea de mundos hostiles imagina la existencia socialdistribuida en dos esferas diferentes: una, de la racionalidad y el inters personal, yla otra, de los sentimientos y la solidaridad. El argumento es que si se mezclan,resultan dos formas de corrupcin. La entrada de los sentimientos y la solidaridad enla arena racional causa ineficiencia y amiguismo, en tanto que la entrada del interspropio en la arena sentimental debilita la solidaridad, la empata y el respeto mutuo.En su visin de lo infantil, muchos observadores temen que la exposicin de lostiernos jvenes a la lgica del mercado destruye la infancia virtuosa, al tiempo queintroduce actores econmicos poco fiables los mismos nios en el mundo de losnegocios serios. Segn esta lgica, erigir un lmite firme entre la infancia y la adultezestablece una defensa contra la corrupcin en ambas direcciones.

    Pero la doctrina de los mundos hostiles falla en explicar qu sucede en realidaden el curso de la actividad econmica. De hecho, estudios minuciosos de la vidasocial cotidiana coinciden en contradecir la idea de que la mezcla de las transaccioneseconmicas con las relaciones personales necesariamente produzcan corrupcin enuna u otra direccin (Zelizer, 2002a).

  • 315UNA LECTURA SOBRE EL TRABAJO INFANTIL COMO OBJETO DE ESTUDIO

    La doctrina del trabajo mercantilizado, por su parte, sostiene que slo el trabajoque recibe compensacin monetaria califica como genuino. Las tareas domsticas,el trueque, el voluntariado, los servicios ad honorem, los cuidados no pagos, lasempresas familiares y la mayora de los esfuerzos de los nios, caen en la zona delno-trabajo. Aun cuando esa doctrina resulta improbable para los expertos en infancia,afecta a un amplio rango de pensamiento y prctica. Ntese, por ejemplo, que laestimacin del ingreso nacional generalmente deja de lado estas tareas; asimismo,los tribunales occidentales cuando evalan los daos por muerte violenta o accidentesvaloran mucho menos las contribuciones sin remuneracin de las mujeres que losesfuerzos asalariados similares. Desde este punto de vista, la recoleccin nocturnadel cartonero Manuel Cruz podra calificarse como trabajo, pero no lo sera su estelarrendimiento escolar, as como tampoco sera considerado trabajo la traduccin deFrederic Tuten para su abuela siciliana.

    Como la nocin de los mundos hostiles, esta idea oscurece ms de lo queaclara. Adoptaremos aqu un concepto ms amplio y analticamente ms til: trabajoes un esfuerzo que produce valor de uso transferible (Tilly y Tilly, 1998). La definicinsacrifica la nitidez del valor de mercado como la medida para todo trabajo, pero ganainstantneamente al identificar esfuerzos similares que difieren mayormente segnlos contextos sociales en los que ocurren. As, inmediatamente reconocemossimilitudes y diferencias entre el servicio domstico y las labores hogareas, laenfermera profesional y el cuidado de la salud en el mbito familiar, el trabajoadministrativo pago y el estudio de tenedura de libros.

    Para aportar claridad, debemos introducir una distincin amplia entre dos tiposde trabajo: por un lado, el esfuerzo que inmediatamente produce bienes y serviciostransferibles; y por el otro, los esfuerzos que suman al capital existente, y contribuyenas a la futura produccin de bienes y servicios. Asimismo, sobre la base de la distincinde Pierre Bourdieu (1990) de los diferentes tipos de capital, es posible afirmar quelos nios juegan un papel importante en la produccin inmediata de bienes y servicios,y en la acumulacin de capital fsico, financiero, humano, social y cultural.

    A este hallazgo, el presente artculo suma la observacin de que el significado,organizacin, contribucin y compensacin del trabajo infantil vara sistemtica ydecisivamente de un contexto social a otro. Trataremos de identificar los principiosde tal variacin. Esta es la secuencia general de la argumentacin:

    El trabajo infantil se divide entre la produccin inmediata de valor de usotransferible y la produccin de capital material, financiero, humano, social ycultural. Por ejemplo, si bien los nios por lo general trabajan en losemprendimientos econmicos familiares, al hacerlo adquieren habilidades yconexiones sociales que les servirn en su propia actividad.

    Algo de la produccin de capital permanece con el nio para una transferenciaposterior, pero una parte incrementa de inmediato el capital de relacionessociales y grupos en los cuales el nio partic ipa, notablemente los de sufamilia y hogar. Por ejemplo, un rendimiento escolar excelente mejora no sloel futuro del propio nio, sino tambin la posicin social de su familia.

    Las formas de trabajo permitidas y prohibidas varan considerablemente conlas relaciones sociales a las que estn vinculadas. Por ejemplo, muchos padres

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    solicitan a sus hijos que siembren el jardn familiar, pero cualquier docenteque solicitara a sus estudiantes plantar semillas en el jardn de su casa searriesgara a perder su trabajo.

    Ms precisamente, en cada relacin social los participantes, e incluso terceros,promueven la adecuacin correspondiente entre significados, mediosmonetarios y transacciones econmicas, incluyendo aquellas transaccionesque llamamos trabajo o produccin. Por ejemplo, en un amplio rango dehogares occidentales, los padres pueden, razonablemente, adecuar lasmensualidades de sus hijos a su trabajo hogareo, pero no les sera posiblecontratar a otros nios para hacer el mismo trabajo por la misma compensacineconmica.Los participantes tambin marcan los lmites entre diferentes relacionessociales con etiquetas, representaciones simblicas y mandatos morales.Por ejemplo, en casi todos los hogares se realiza una distincin tajante entrelos derechos y las obligaciones de los nios que pertenecen al hogar y losnios considerados visitantes temporarios.

    Dentro de esos lmites, no obstante, los nios y otras personas involucradasen su trabajo constantemente negocian el ajuste entre significados, medios ytransacciones. Por ejemplo, en todo el mundo los nios negocian con suspadres qu ropa, juguetes o formas de entretenimiento pueden o no comprar.

    En aras de la brevedad, el artculo no tratar cada uno de esos aspectosseparadamente, sino que ilustrar los argumentos centrales apoyndose en dos contextosprincipales, el trabajo de cuidado en el hogar y los negocios de inmigrantes. Amboscontextos revelan una notable variedad de trabajo de nios, e ilustran sus contribucionescruciales al mantenimiento de los emprendimientos desarrollados por los adultos.

    El cuidado como trabajo

    El cuidado personal la atencin sostenida que incrementa el bienestarindividual califica como trabajo? En aos recientes, la crtica feminista, al enfocarexclusivamente el trabajo invisible de cuidar realizado por las mujeres que incluyelas tareas domsticas, el cuidado de los nios, los enfermos y los ancianos hainsistido en que s. En muchos casos, sus argumentos han llegado a cambiar lalegislacin, estableciendo que en los casos de prdida de atencin personalizada,dicha prdida merece una compensacin obligatoria. El reconocimiento del trabajode cuidado por parte de los nios, no obstante, es algo an ms desafiante quereconocer los esfuerzos de las madres. Despus de todo, se supone que los nios nodeben ser cuidadores sino receptores de cuidados.

    No obstante, y tal como numerosos investigadores nos han mostradorecientemente, los nios se involucran en mltiples trabajos de cuidado, que vandesde cuidar a sus hermanos hasta atender a un abuelo enfermo. Los tipos detrabajo de cuidar en los que los nios se comprometen, varan drsticamente conlas relaciones sociales; por ejemplo, los nios proveen muy diferentes servic ios decuidado a sus vecinos y parientes. Los distintos tipos de cuidado varan tambin ensu legitimidad moral. Como los adultos, los nios trazan estrictos lmites entre lo

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    que definen como relaciones apropiadas o inapropiadas para el trabajo de cuidar.Por ejemplo, un nio que usualmente cocina para su abuelo con salud frgil, o lolleva al bao, no har de ordinario lo mismo por un vecino. Ambos, adultos y nios,suelen marcan estos lmites con invocaciones a la idea de mundos hostiles, notandolos peligros de proveer servicios ntimos a personas erradas. Nios y adultos tambindistinguen el trabajo asociado al cuidado de otros tipos de trabajo, como las tareasdomsticas o el trabajo pago. Ms an, el trabajo infantil pago, como cuidar niosde otras familias, difiere prctica y simblicamente de la ayuda no remunerada enla propia casa.

    El trabajo de cuidar realizado por nios tiene importancia. Abarca actividades tancruciales como asegurarse de que un miembro de la familia enfermo reciba sumedicamento, de modo que a veces implica la colaboracin de los nios contrabajadores de la salud y trabajadores sociales. Mediante su trabajo, los nios no sloproducen bienes y servicios directamente, sino tambin capital acumulado; por ejemplo,el capital humano ganado por el aprendizaje de tratamientos de salud y el capitalsocial ganado por las vinculaciones con trabajadores de la salud. Adicionalmente, laacumulacin de capital individual de los nios comnmente aumenta la acumulacinde capital disponible para el hogar en su conjunto. Al conectar a los hogares conimportantes instituciones externas, la mediacin de los nios a veces afecta notablementela posicin social de la familia. Las familias inmigrantes, por ejemplo, usualmentedependen de sus nios nacidos en el nuevo pas para establecer un amplio rango deconexiones entre los adultos del hogar y el entorno donde se es extranjero. Contra loque el sentido comn parece indicar, ello significa que un hogar sin nios, en ciertascircunstancias, puede acumular menos capital que el que s los tiene.

    El trabajo de cuidar por parte de los nios puede tomar una amplia variedad deformas, correspondiente cada una de ellas a un haz especfico de relaciones sociales.En su trabajo etnogrfico sobre el horario de salida en una escuela media de un reatnicamente diversa y mixta segn su nivel de ingresos de Oakdale, California, BarrieThorne (2001) report:

    La escena de la salida de la escuela permite ver a los nios construyendo ynegociando activamente la vida cotid iana, incluyendo la divisin de tareas en elhogar pero tambin ms all de l. Los nios son responsables de sus hermanosmenores y de llevarlos de regreso a casa, se organizan en grupos para las actividadesposteriores a las clases, llaman telefnicamente a los adultos cuando stos estndemorados, llevan mensajes entre la escuela y la casa. Ms an, los nios a vecesayudan en los lugares de trabajo de los adultos, por ejemplo, organizando la ropade tintorera en la tienda de un to, o ayudando a la madre a limpiar las mesas en unrestaurante. Y tambin colaboran en las tareas domsticas (Thorne, 2001: 364).

    En Ask the Children, la encuesta nacional de Ellen Galinsky sobre una muestrarepresentativa que incluy ms de 1.000 nios de Estados Unidos desde el 3er.grado hasta el 12, se ofrecen algunas revelaciones sobre la variedad de trabajo decuidado infantil. La encuesta, complementada con entrevistas, hall nios que decanque ellos cuidaban a sus padres mediante estrategias para reducir el estrs y lafatiga de los mismos. Una nia de 12 aos indic que usaba el humor para ayudar asu mam:

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    Yo trato y la hago sentir mejor. Mi amiga puede hacer rer a la gente muy fcil. As queyo le digo: Chris, mi mam se siente un poco mal, quieres venir y levantarle el nimo?,y a lo sumo en cinco minutos mi mam se est matando de risa (Galinsky, 1999: 240).

    Algunos de los nios se quejaban respecto de sus obligaciones de cuidado,sintiendo, segn Galinsky, que sus padres se haban transformado en sus hijos yque ellos los estaban criando (Galinsky, 1999: 240).

    Desde otra perspectiva, Galinsky muestra que los nios respondan a los trabajosde los padres de maneras interesantes e inesperadas. Mientras la mayora de losexpertos y los padres se preocupan porque stos no pasan suficiente tiempo con sushijos, los nios no se inquietan demasiado respecto del dfic it temporal. Ellos sepreocupan mucho por sus padres, pero sobre todo por la calidad de los intercambioscuando los padres estn bajo fuerte presin y estresados. En verdad, seala Galinsky,los nios muchas veces juegan al detective, juntando pistas del humor de los padres.Una nia cont que llamaba a sus padres al trabajo para descubrir cmo se sentan,y as saber si tena que limpiar la casa antes de que ellos llegaran (Galinsky, 1999:xvii). La amplitud, variedad, intensidad y valor del trabajo de cuidado infantil claramenteno ha recibido la atencin que merece.

    Precisamente con este dficit en mente, los britnicos han acuado el trminojvenes cuidadores para designar a los nios que hacen contribuciones crucialesal bienestar de otras personas. Los nios cuidadores asisten a los miembros de sufamilia enfermos o discapacitados, sobre todo a sus padres, pero tambin ahermanos o abuelos. En el Acta Britnica de Reconocimiento y Servicio deCuidadores de 1995 se reconoce este tipo de trabajo infantil, mediante la inclusinde los nios menores de 18 aos en la categora de cuidadores informales privadoscon derecho a servicios sociales. No obstante, Richard Olsen (2000) seala que lasdefiniciones actuales de cuidado infantil perpetan dudosas distinciones entreformas calificadas y no calificadas de trabajo infantil asociado al cuidado. Si biendestacan el cuidado en algunas relaciones, lo excluyen de otras. Por ejemplo,expresa Olsen:

    Vemos que a los jvenes cuidadores se los define no slo por el tipo y cantidad de lastareas que realizan, sino tambin por el hecho de que su actividad se orienta hacia elcuidado de una persona discapacitada dependiente. El hijo mayor de una familianumerosa es excluido de la definicin de joven cuidador, mientras que se incluye alhermano de un nio discapacitado, que realiza las mismas tareas (cambio de paales,estar atento a l o ella, y otras similares). Del mismo modo, tpicamente se incluye en ladefinicin de joven cuidador al nio cuyo padre o madre es discapacitado y se veobligado a realizar por s mismo la mayor parte de las tareas domsticas (cocinar,limpiar, etc.), en tanto que un nio responsable de una significativa cantidad de laboresdomsticas en una familia denominada normal, no lo est (Olsen, 2000: 391).

    Tal como seala Olsen, categoras tan restrictivas no reconocen suficientementecun amplio es el trabajo del cuidado de los nios, y en qu medida su aceptabilidado inadmisibilidad depende no tanto del carcter del esfuerzo infantil, sino ms biendel contexto social en el que ocurre (para el caso del trabajo de cuidado, vasetambin Becker, Aldridge y Dearden, 1998; Boulding, 1980; Robson y Ansell, 2000).Los nios de hecho proveen un sorprendente rango de servic ios a sus familias.

  • 319UNA LECTURA SOBRE EL TRABAJO INFANTIL COMO OBJETO DE ESTUDIO

    Los nios como mediadores lingsticos

    Consideremos el impacto de las competencias lingsticas de los nios respectode sus padres inmigrantes. Incluso chicos pequeos, educados y criados en el pasreceptor, usualmente tienen mucho ms dominio del idioma del nuevo pas que suspadres (vase por ejemplo, Portes y Hao, 2002). De modo notable, esto revierte lamanera usual de distribucin de competencias en los hogares. Al estudiar familiasinmigrantes mexicanas en Los Angeles, California, Abel Valenzuela (1999) reconocique ellas generalmente enfrentan problemas urgentes respecto del capital social yc ultural. No c onocen demasiado el func ionamiento de las instituc ionesestadounidenses escuelas, lugares de trabajo, iglesias, sindicatos, tribunales ybancos. Y lo que es ms importante, usualmente carecen de las competenciaslingsticas en ingls para negociar con dichas instituciones.

    Los nios son los principales aliados de sus padres. En su investigacin, sobrela base de 68 entrevistas a 44 adultos cabeza de familia de hogares inmigrantes y24 de sus hijos ahora mayores, Valenzuela se apoy en los recuerdos deinteracciones pasadas. Hall que los nios ocupaban tres roles clave en el hogar.Servan en primer lugar como tutores de sus padres y hermanos, traduciendo,interpretando y enseando. Adems de la traduccin de notic ias de la televisin olos documentos oficiales, los nios mediaban en transacciones delicadas entre suspadres y los mdicos, maestros, empleados bancarios y otras autoridades. Elsegundo rol de los nios era actuar como defensores, interviniendo en favor de suspadres en interacciones controvertidas o complejas; por ejemplo, cuando unfuncionario pblico o un vendedor malentenda a sus padres o hermanos o seimpacientaba con ellos. Finalmente, Valenzuela identific un tercer rol de los nioscomo padres subrogantes, al desplegar tareas hogareas tales como cocinar, limpiary cuidar a sus hermanos menores.

    Las entrevistas de Valenzuela revelan un fuerte patrn de gnero: las hijas asistena sus padres en transacciones financieras, laborales, legales y polticas msfrecuentemente que los hijos varones. Independientemente del gnero, Valenzuelahall que los hijos mayores

    por lo general, asumen el liderazgo en la asistencia a los hermanos menores en lastareas que en el hogar realiza la madre, como puede ser la alimentacin, el cuidado delos ms pequeos, vestir a hermanos y hermanas para ir a la escuela, llevarlos y traerlosde la escuela, cuidndolos (Valenzuela, 1999: 728).As, la segunda generacin de hijos mexicanos, y en especial las nias,

    contribuyen con un importante trabajo en sus familias inmigrantes. Aun cuando muchasformas de cuidado estn involucradas, las habilidades lingsticas de los hijos lostornan esenciales dentro del hogar y fuera de l para vincularlo con institucionesexternas.

    En la lnea de trabajo de Valenzuela, Marjorie Faulstich Orellana, Lisa Dorner yLucila Pulido (2003) se abocaron a la observacin de nios pequeos. Estudiaronnios bilinges de 5 y 6 grado, inmigrantes mexicanos y centroamericanos en cuatrocomunidades una en Los Angeles, California, dos en Chicago, Illinois y cuatro enEngleville, Illinois. Basndose en entrevistas en profundidad, observacin participanteen los hogares y aulas y grabaciones de audio, Orellana y sus colaboradoras

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    documentaron detalladamente el amplio rango de formas de dependencia de lospadres respecto de las habilidades lingsticas de sus hijos. stos intervenan comotraductores en siete diferentes espacios, segn reportaron las investigadoras:

    Educativo: por ejemplo, traductores en las reuniones de padres con maestrosrespecto de s mismos o de sus hermanos, primos, amigos, llamando a lasescuelas para avisar de sus ausencias o las de sus hermanos/as.

    Sanitario / Mdico: por ejemplo, traductores en las visitas a consultorios mdicosu odontolgicos, intrpretes de las prescripciones de medicamentos, vitaminasy otros productos para el cuidado de la salud.

    Comercial: por ejemplo, comprando para o con los padres, o en reembolsos odevoluciones, resolviendo disputas y verificando que no hubiera errores enventas.

    Cultural / Recreativo: por ejemplo, ir al cine, traducir el argumento y los dilogos,leyendo y traduciendo narraciones, manuales de autoayuda, letras de canciones,manuales de instrucciones.

    Legal / Estatal: por ejemplo, llamando a las compaas de seguros respecto deroturas o accidentes de auto, en la obtencin de seguridad social o programassociales al acompaar a los padres a las oficinas y respondiendo preguntas.

    Financiero / Laboral: por ejemplo, cambiando o depositando cheques en elbanco o casa de cambio, ayudando a los padres a completar planillas para labsqueda de empleo o para acceder a beneficios por desempleo.

    Vivienda / Residencial: por ejemplo, oficiando de traductor entre los padres ylos propietarios, hablando con los conserjes respecto de reparaciones necesariasen los departamentos (adaptacin de Orellana, Dorner y Pulido, 2003: 512-513,Cuadro 1).Los nios experimentan la mayora de esos requerimientos lingsticos como

    las rutinas cotidianas de la vida familiar. Algunas de sus intervenciones, no obstante,no slo demandan competencias sino que tambin producen un considerable estrs.Competencias y estrs coinciden cuando los nios median entre sus padres y algunaspersonas particularmente relevantes. Tomemos tan slo dos ejemplos, uno de la arenamdica y el otro de la comercial.

    Cuando tena unos 8 o 9 aos fuimos al doctor porque mi hermanito tena un mes, mso menos. Tena que ir al control y la doctora le pregunt a mi mam si iba a darle lechede pecho, pero yo no saba qu quera decir pecho. Entonces le pregunt a la mdicasi ella poda explicar qu quera decir pecho. Ella era agradable y amable, y dijo: S,por supuesto. Se toc el pecho y yo le trasmit a mi mam lo que la mdica estabadiciendo. De todas las traducciones que recuerdo, esa fue la que hice con mayortemor. (No haba traducido tanto esa semana, pero s trabajado haciendo traduccionestiempo atrs). Bueno, me senta muy nerviosa traduciendo a la doctora porque pensabaque no sera capaz de entender las grandes palabras que usan los doctores (Jasmine,en Orellana, Dorner y Pulido, 2003: 516).

  • 321UNA LECTURA SOBRE EL TRABAJO INFANTIL COMO OBJETO DE ESTUDIO

    Mi madre nunca ha ido sola a Jewels o a Dominicks. Siempre ha ido con alguien quepueda traducirle. Todava encargo frecuentemente el pedido de queso y jamn a esenegocio. Recuerdo una situacin equvoca que molest a mi madre y me avergonzmucho. Yo tena unos 7 aos. Mi madre y yo estbamos en Jewels. Mi madre me pidique esperara en la fila mientras ella compraba otras cosas, y que pidiera una libra dequeso americano en la fiambrera. Despus de esperar mi turno durante unos quinceminutos, la mujer que estaba detrs del mostrador me pregunt qu quera, y yo lecontest que buscaba una libra de queso. La mujer dijo: Americano, italiano, suizo.Yo pens que preguntaba mi nacionalidad. Respond :mexicana . Con tonodecepcionado, me contest que ellos no tenan ningn queso mexicano (Beatriz, enOrellana, Dorner y Pulido, 2003: 519).

    En esas circunstancias, los hijos de los inmigrantes asumen importantesresponsabilidades en procura del bienestar tanto de sus padres como de su hogar.En ese proceso, no slo desarrollan servic ios fundamentales, tambin aumentan elcapital familiar. Orellana, Dorner y Pulido sealaron que el conocimiento de losnios del ingls y de las prcticas culturales de Estados Unidos mejora lareproduccin social de sus hogares familiares. Aun as, como Orellana y suscolaboradores advierten, esos nios algunas veces resisten y negocian susobligaciones, mientras sus padres a veces las imponen como deberes familiares(vase tambin Fernndez-Kelly 2002, p. 198; Menjvar 2000, cap. 7). De modo queno debe asumirse que las contribuciones cruciales de los nios como mediadoressean una evidencia de su poder irrestricto.

    Nios en emprendimientos de inmigrantes

    Como vimos con Valenzuela, los servicios lingsticos no son la nica asistenciaque los padres inmigrantes reciben de sus hijos. En un estudio diferente sobreinmigrantes mexicanos y centroamericanos en el rea de Pico Unin del centro deLos Angeles, Orellana (2001) observ nios/as involucrados en una variedad de trabajodiario, hacer mandados, cuidar hermanos, limpiar, lavar ropa, llevar hermanos a laescuela, a la biblioteca y a otras citas, ayudar a los hermanos con la tarea respondery realizar llamadas telefnicas. La autora tambin describi a nios/as involucradosen trabajo asalariado: venta de comida, ropa u otra mercadera junto con vendedorescallejeros adultos; ayuda a sus padres en la limpieza de casas, cuidado de nios ocortando el csped; limpiando mesas en las pupuseras (restaurantes salvadoreos);limpiando el piso en salones de belleza (Orellana, 2001: 374-5; vase tambinOrellana, Thorne, Chee y Lam, 2001). Era muy notable el grado en que los niosayudaban a sus familias cuidando a los ms pequeos.

    De manera similar, en los negocios de familias inmigrantes los nios usualmentedespliegan no slo sus competencias lingsticas sino tambin sus esfuerzosayudando en la tienda o pequeo negocio familiar. El estudio de Miri Song (1999)sobre los restaurantes chinos en Inglaterra documentan detalladamente las vitalescontribuciones laborales de los nios (vase tambin Sun-Hee Park, 2002). Medianteentrevistas realizadas a 42 jvenes (entre 20 y 25 aos) de 25 familias chinas habitantesdel sudeste de Inglaterra, Song hall con alguna variacin entre las familias as

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    como por edad y gnero que hacia los 7 u 8 aos la mayora de ellos haba empezadoa ayudar a sus padres. Los nios ms pequeos comenzaban con tareas simples enla cocina como lavar platos, pelar camarones y papas. Gradualmente tomaban msresponsabilidades pblicas, atendiendo los pedidos de los clientes en el mostrador,trabajando por las noches, despus de la escuela o durante los fines de semana.

    Pero ello no implica que los nios y nias simplemente aceptaran las indicacionesde sus padres. Song describe que algunos nios recuerdan haber resistido las rutinaslaborales, en tanto otros dijeron que entre hermanos y hermanas se ayudabanmutuamente estableciendo sus propios horarios de trabajo en la tienda. An as, ensu mayor parte, los entrevistados no recordaban su participacin en el negocio comoun entrenamiento particular, sino como un aspecto natural de crecer en un negociofamiliar. Por ejemplo, cuando Song pregunt a una de ellos: Cmo empezaste aayudar en el negocio? Tus padres te lo pidieron?. La entrevistada respondi: Bueno,slo estbamos ah. No fue ni siquiera ven y aydanos. Estbamos naturalmenteah. bamos ah a comer (Song, 1999: 53).

    De hecho, ellos marcan los lmites entre lo que hacan y un trabajo asalariadocomn, llamando a sus propios esfuerzos ayudar. Consecuentemente, trataban lospagos que reciban de sus padres no como salarios estndares, sino como un bonoo una propina, un smbolo de que su trabajo era apreciado. Algunos de losentrevistados, por otro lado, vean los pagos de sus padres como un soborno pordemandas laborales resistidas.

    Tal como vimos con los inmigrantes mexicanos y centroamericanos en EstadosUnidos, Song hall en sus entrevistados/as anglo-chinos un involucramiento no sloen el trabajo del negocio familiar, sino tambin en el trabajo domstico, y en lastareas de cuidado. Los servicios lingsticos tambin eran importantes en las vidasde esos nios. Song describ i cmo los nios servan como traductores eintermediarios de sus padres chinos quienes prcticamente no hablaban, lean, niescriban ingls. Uno de sus entrevistados, Wong, explica cun cruciales resultan lascompetencias lingsticas en las transacciones ordinarias del negocio, como tomarel pedido de un cliente:

    Desde el momento en que tienes: quiero pollo Chow Mein, pero no quiero brotes desoja, y quisiera cebollas adicionales , entonces, se es exactamente el escenario. Yoslo quiero mostrarte cmo eso [la comunicacin de sus padres con los clientes] falla.Decir pollo Chow Mein est bien, no hay problema, pero en cuanto dices ms sees el tipo de cosa con la que ellos [sus padres] tenan problemas. (Song, 1999: 54).

    Los negocios de los inmigrantes frecuentemente descansan en los hijos no slopor el trabajo productivo y la mediacin con las autoridades, sino tambin por lamediacin lingstica entre dueos y clientes.

    El trabajo de cuidado hogareo y los negocios de inmigrantes ilustranampliamente los temas con los que empezamos: la divisin entre la produccininmediata de bienes y servicios por parte de los nios, y sus contribuciones al capitalindividual o familiar; la distincin entre formas de trabajo infantil aceptable oinaceptable, la cual se realiza no tanto sobre la base de la cualidad intrnseca deltrabajo como de las relaciones sociales en las cuales ocurre; la vinculacin variable

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    entre trabajo y compensacin en esas relaciones sociales; las subsiguientesnegociaciones de significados, compensaciones y condiciones de trabajo en loslmites establecidos por las relaciones sociales existentes; finalmente, la contribucinsustantiva que los nios hacen a la produccin y acumulacin de capital del hogar.

    Reconsiderando el trabajo infantil

    Obviamente, podemos seguir los mismos temas a travs de un amplio rango deotras formas de trabajo infantil, no todas tan deseables como los casos que hemosexaminado. Nios soldados, nios en situacin de prostitucin o trata, nios ladrones,nios en el negocio del entretenimiento, nios atletas, nios voluntarios, niosespeculadores, nios comerciantes, nios trabajadores fabriles, nios en la calle, ynios en produccin hogarea, todos merecen atencin por las maneras en que ellosy los adultos que los rodean organizan sus vidas. Tambin los esfuerzos de los niosdentro y fuera de la escuela1. Tampoco hemos indagado las fascinantes complejidadesde las contribuciones de los nios al capital personal y familiar. Pero al menos lavariedad de actividades infantiles que hemos encontrado en los cuidados domsticosy los negocios de inmigrantes deben alertarnos sobre la delicada diferenciacin deltrabajo infantil segn el contexto social, en el sentido de que no consiste en un esfuerzosolitario sino en una interaccin social vital.

    El reconocimiento de las variaciones sistemticas del trabajo infantil segn elcontexto social produce una valiosa clarificacin sobre los esfuerzos apropiados oinapropiados desarrollados por nios. Exactamente el mismo esfuerzo, hemos visto,califica como aceptable o inaceptable, dependiendo de si produce beneficios paralos partic ipantes de la interaccin social que dicho esfuerzo involucra, para quinproduce tales beneficios, y con qu consecuencias para los propios nios2. Porconsiguiente, cualquier posicin moral o poltica que imponga clasificaciones absolutasslo sobre los esfuerzos del trabajo infantil omite distinciones cruciales, por ejemplo,entre ayudar a los padres en un negocio o hacer el mismo trabajo para extraos.

    Por cierto, algunas formas de esfuerzo son igualmente dainas para los nioscomo para quienes no lo son, de modo que desde el comienzo podemos condenarlas.Sin duda, podemos rechazar el servicio militar infantil, la prostitucin infantil, el usode nios en el trfico de drogas y el trabajo de los nios en las minas, sin preocuparnosdemasiado por las relaciones sociales que llevan a los nios a esas actividades. Peroms all de esos extremos, no podemos sopesar efectivamente bondades y perjuiciosdel trabajo infantil sin una seria consideracin de las relaciones sociales en las cualesocurre. Que el mismo tipo de esfuerzo constituya explotacin o una experiencia valiosadepende en gran medida del contexto social. Moralistas y diseadores de polticasharan bien en tomar en cuenta los estudios sobre trabajo infantil.

    1 Ejemplos de trabajos recientes en ese tema son: Alexander, 1991; Bachman 2000; Blagbrough andGlynn, 1999; Bock and Sellen, 2002; Cohen, 2001; Kruse and Mahoney, 1998; Goodwin-Gill and Cohn, 1994;Kenny 2002; Krueger, 2002; Lee and Kramer, 2002; Lewis, 2001; Mayall, 2002; Lavalette, 1999; Levison, 2000;Nieuwenhuys,1996; Qvortrup 1995; Sereny, 1984, Solberg, 1994; Strom, 2003; Woodhead, 1999; Wuthnow, 1995.

    2 Para una sugerente variacin sobre esos temas, ntese que un considerable movimiento en contra de larealizacin de tareas escolares en la casa emergi en los Estados Unidos de Amrica entre 1897 y 1941; vaseGill y Schlossman, 1996, 2000.

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    El estudio del trabajo infantil aporta valiosos paralelos con la sociologaeconmica tal como se ha venido desarrollando en las ltimas dcadas. La tajantedivisin del trabajo entre economa y sociologa erigida durante el siglo XX suponaque los socilogos interesados en procesos econmicos generalmente dejaban elanlisis detallado de la produccin, distribucin, consumo y formacin de capital alos economistas, al tiempo que estudiaban los prerrequisitos y las consecuencias delos cambios o variaciones econmicas. A partir de la dcada de 1970, no obstante,los socilogos de la economa comenzaron a analizar procesos econmicos msdirectamente, mediante la extensin de modelos econmicos a sitios que los propioseconomistas no haban estudiado en profundidad (por ejemplo: escuelas, iglesias,asociaciones voluntarias), o bien mostrando cmo los contextos sociales afectan losprocesos econmicos (por ejemplo, cmo las redes interpersonales dan forma a losmercados de trabajo).

    Ms recientemente, los socilogos de la economa se han atrevido a proponerexplicaciones alternativas a procesos econmicos: la formacin de mercados, elmanejo de transacciones riesgosas, la interaccin de empresas, y otros. En estasociologa econmica alternativa, el anlisis de lazos interpersonales diferenciados,sus significaciones variables y su incidencia en dar forma a las transaccioneseconmicas se ha transformado en una preocupacin central. Sin exagerar, en estecaptulo el tratamiento del trabajo infantil se ha apoyado fuertemente en hallazgos dela sociologa econmica (Smelser y Swedberg, 1994; Swedberg y Granovetter, 2001;Swedberg, 2003; Zelizer, 2001).

    Hace unos veinte aos Basic Books public mi Pricing the Priceless Child. Eselibro de 1985 documentaba un cambio en las prcticas estadounidenses: durantetodo el siglo XIX los moralistas y las familias estadounidenses valoraban por igual alos nios por sus tiles contribuciones, en tanto hacia finales de ese siglo ocurri uncambio hacia una concepcin de nio invaluable, rechazando el trabajo asalariadoinfantil, con creciente nfasis en el trabajo infantil no pago como entrenamiento moral,adopcin de seguros de vida de los nios como inversiones educativas antes quecomo necesidades prcticas, creciente preocupacin por la mortalidad infantilprevenible, y una proliferacin de restricciones a los pagos por la adopcin de bebs.Leyndome ahora, algunos lectores podrn pensar que estoy repudiando aqueltemprano libro. Pero no es as.

    Es verdad que de hecho he aprendido algo durante las ltimas dos dcadas(vase Zelizer, 2002b). He ido mucho ms lejos en la bsqueda de preguntas que enThe Priceless Child apenas bosquej: cmo resuelven las personas la mezcla detransacciones monetarias con relaciones sociales con connotaciones morales; cmoemergen los lmites entre las transacciones monetarias apropiadas e inapropiadas;cmo las personas negocian y hacen cumplir estos lmites; qu sucede cuandolegisladores, abogados, jueces y tribunales se involucran en el establecimiento deprecios para diferentes tipos de relaciones sociales y transacciones. No obstante, milibro de 1985 claramente distingue entre las poderosas representaciones de infanciaque afectan las prcticas sociales, por un lado, y el hecho de que los nios continanrealizando un amplio rango de trabajo productivo, por otro.

    Mi principal cambio de perspectiva desde entonces reconoce cmo interactanrepresentaciones y prcticas. Los dos lados no estn simplemente en lucha uno

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    contra otro, como ilusin y realidad o ideologa y prctica. Por el contrario, su interaccinilustra un proceso social muy general. En ese proceso, las representaciones y prcticasse combinan para establecer lmites sociales entre diferentes clases de relacionessociales. A medida que las personas construyen y refuerzan esos lmites, se generantres efectos. En primer lugar, las fronteras separan relaciones sociales cuyadiferenciacin significa mucho para la vida social cotid iana. En segundo lugar,refuerzan la conjuncin apropiada de significados, medios monetarios y transaccioneseconmicas a travs de las cuales se define cada relacin social. Por ltimo, delimitanlos derechos y obligaciones de terceros con respecto a cada tipo de relacin social.

    Esta visin del trabajo de los nios/as desafa las doctrinas de los mundoshostiles y del trabajo mercantilizado. Desafa las nociones de la primera al establecerque si bien los esfuerzos infantiles para la produccin de valor repetidamenteentremezclan transacciones econmicas con relaciones personales e ntimas, esteinmiscuir no corrompe. No causa ni un debilitamiento de la racionalidad de medios-fines que se supone emerge de la entrada de las relaciones personales en la esferaeconmica, ni daa la solidaridad interpersonal que supuestamente se sigue delingreso de la racionalidad econmica en las relaciones personales. Mi visin de losesfuerzos econmicos infantiles desafa tambin a las doctrinas del trabajo mercan-tilizado, al enfatizar cunto de genuina agregacin de valor ocurre en los esfuerzosque tienen lugar fuera de las relaciones salariales definidas convencionalmente. Estedesafo doble se sostiene a travs de una amplia variedad de actividades econmicas,no slo del trabajo infantil, sino tambin en la produccin en el hogar, la economainformal, entre otras. En un amplio espectro de escenarios, podemos encontrar actoreseconmicos delineando fronteras, estableciendo derechos y obligaciones dentro detales lmites y conectando relac iones sociales con significaciones, medios ytransacciones econmicas permitidas.

    El trabajo de los nios ampliamente diseminado pero camuflado respeta esospatrones. Tiene lugar mediante vnculos sociales diferenciados, y asume diferentessignificados y consecuencias segn esos vnculos. El nio productivo se comprometeen interacciones sociales que son tan complejas como las desarrolladas por losadultos.

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    328 VALERIA LLOBET

    RESUMEN

    REGISTRO BIBLIOGRFICO

    LLOBET, Valeria"Una lectura sobre el trabajo infantil como objeto de estudio. A propsito del aporte de Viviana Zelizer".DESARROLLO ECONMICO REVISTA DE CIENCIAS SOCIALES (Buenos Aires), vol. 52, N 206,julio-setiembre 2012 (pp. 311-328).Descriptores: .

    SUMMARY

    El artculo contextualiza las aportaciones deViviana Zelizer en el campo de estud ios deinfancia, en particular relativos al trabajo infantil,y p resenta una trad uc c in d e uno d e susprincipales trabajos en la materia. En el mismo,Zelizer sostiene como argumento principal queel significado y consecuencias del trabajo infantildepende del contexto social en el que ocurre.Entendiendo como contexto la red de relacionessociales en que esos esfuerzos infantiles tienenlugar. Para la autora, este anlisis deber sorteardos grandes concepciones errneas respecto delos modos en que se intersectan la moralidad y la

    The article contextualizes the contributionsof Viviana Zelizer in the field of childhood studies,in particular relative to child labor, and presentsa translation of one of her principle papers onthis sub ject . In this p ap er, Zelizer arguesprincipally that the meaning and consequencesof child labor depends on the social context inwhich it occurs. Context is understood as thenetwork of social relationships in which childrensefforts take place. For the author, this analysismust overcome two large, erroneous conceptionswith respect to the modes in which morality andeconomy intersect: one which opposes moral

    economa, una de ellas que opone moral (sen-timientos y solidaridad) a economa (identificada conracionalidad e inters personal), y la otra queidentifica al trabajo con la compensacin monetariao asalariamiento. Utiliza una definicin de trabajoque lo entiende como esfuerzo que produce valorde uso transferible, que permitir sortear los lmitesartificiales entre lo privado y lo pblico, lo moral y loeconmico, e identificar con mejor claridad losprincipios de variabilidad del hecho que significado,organizacin, contribucin y compensacin deltrabajo infantil vara sistemtica y drsticamente deun contexto social a otro.

    (feelings and solidarity) to economy (identifiedwith rationality and personal interest), and theother whic h id ent i f ies work wi th monetarycompensation or wages. She uses a definition ofwork that is und erstood as the effor t thatproduces transferrable value , that allows forovercoming the artificial limits between the privateand public, the moral and the economic, andindentifying with greater clarity the principles ofvariab i l i ty of the fac t that the meaning ,organization, contribution and compensation ofchild labor vary systematically and dramaticallyfrom one social context to another.