literatura francesa - 2ª guerra mundial

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1922: Mussolini llega al poder italiano gracias a la decisión del rey. 1933: Hitler gana las elecciones democráticamente. LINEA DE TIEMPO DE LA SEGUNDA GUERRA MUNDIAL ---/----------/----------/----------/----------/----------/----------/-----> 1939 1940 1941 1942 1943 1944 1945 Principales hechos: 1939 - 1 de setiembre: Alemania invade Polonia. - 3 de setiembre: Inglaterra y Francia (aliados) declaran la guerra a Alemania. 1940 - 9 de abril: Alemania invade Noruega y Dinamarca. - 10 de mayo: Alemania invade Bélgica, Holanda y Luxemburgo. - 22 de junio: Alemania toma París (Francia). - 24 de agosto: Alemania bombardea Londres. - 28 de octubre: Italia invade Grecia. 1941 - 12 de febrero: Alemania desembarca tropas en Libia para invadir Egipto. - 6 de abril: Alemania invade Yugoslavia y Grecia. - 22 de junio: Alemania invade Unión Soviética. - 7 de diciembre: Japón bombardea la base Pearl Harbor (Hawai) de Estados Unidos (EE.UU.) - 8 de diciembre: EE.UU. declara la guerra Japón. 1942 - 7 de junio: EE.UU. derrota a Japón en la batalla de Midway. - 27 de julio: Inglaterra detiene el avance alemán en África en la Primera Batalla de El Alameín. - 23 de agosto: Se inicia la batalla de Stalingrado entre Alemania y Unión Soviética. - 3 de noviembre: Inglaterra derrota a Alemania en la Segunda Batalla de El Alameín. 1943 - 14 de enero: Conferencia de los aliados (Inglaterra, Francia, EE.UU.) en Casablanca (Marruecos). - 2 de febrero: Unión Soviética derrota a Alemania en la batalla de Stalingrado. - 3 de setiembre: Los aliados invaden Italia. - 8 de setiembre: Italia se rinde a los aliados. - 28 de noviembre: Conferencia de los aliados (Inglterra, EE.UU., Unión Soviética) en Teherán (Irán). 1944: - 6 de junio: Los aliados inician el desembarco de Normandía. - 10 de agosto: EE.UU. derrota a Japón en la batalla de Guam. - 25 de agosto: Los aliados derrotan a Alemania en la batalla de Normandía. - 20 de octubre: Yugoslavos y soviéticos liberan Belgrado. - 29 de diciembre: Húngaros y soviéticos liberan Budapest. 1945 - 25 de enero: Los aliados derrotan a Alemania en la batalla de Las Ardenas. - 4 de febrero: Conferencia de los aliados (Inglaterra, EE.UU., Unión Soviética) en Yalta (Crimea, Ucrania). - 26 de marzo: EE.UU. derrota a Japón en la batalla de Iwo Jima. - 25 de abril: Tropas de Unión Soviética toman Berlín. - 30 de abril: Adolf Hitler se suicida en Berlín.

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  • 1922: Mussolini llega al poder italiano gracias a la decisin del rey.

    1933: Hitler gana las elecciones democrticamente.

    LINEA DE TIEMPO DE LA SEGUNDA GUERRA MUNDIAL

    ---/----------/----------/----------/----------/----------/----------/----->1939 1940 1941 1942 1943 1944 1945

    Principales hechos:

    1939- 1 de setiembre: Alemania invade Polonia.- 3 de setiembre: Inglaterra y Francia (aliados) declaran la guerra a Alemania.1940- 9 de abril: Alemania invade Noruega y Dinamarca.- 10 de mayo: Alemania invade Blgica, Holanda y Luxemburgo.- 22 de junio: Alemania toma Pars (Francia).- 24 de agosto: Alemania bombardea Londres.- 28 de octubre: Italia invade Grecia.

    1941- 12 de febrero: Alemania desembarca tropas en Libia para invadir Egipto.- 6 de abril: Alemania invade Yugoslavia y Grecia.- 22 de junio: Alemania invade Unin Sovitica.- 7 de diciembre: Japn bombardea la base Pearl Harbor (Hawai) de Estados Unidos (EE.UU.)- 8 de diciembre: EE.UU. declara la guerra Japn.

    1942- 7 de junio: EE.UU. derrota a Japn en la batalla de Midway.- 27 de julio: Inglaterra detiene el avance alemn en frica en la Primera Batalla de El Alamen.- 23 de agosto: Se inicia la batalla de Stalingrado entre Alemania y Unin Sovitica.- 3 de noviembre: Inglaterra derrota a Alemania en la Segunda Batalla de El Alamen.

    1943- 14 de enero: Conferencia de los aliados (Inglaterra, Francia, EE.UU.) en Casablanca (Marruecos).- 2 de febrero: Unin Sovitica derrota a Alemania en la batalla de Stalingrado.- 3 de setiembre: Los aliados invaden Italia.- 8 de setiembre: Italia se rinde a los aliados.- 28 de noviembre: Conferencia de los aliados (Inglterra, EE.UU., Unin Sovitica) en Tehern (Irn).1944:- 6 de junio: Los aliados inician el desembarco de Normanda.- 10 de agosto: EE.UU. derrota a Japn en la batalla de Guam.- 25 de agosto: Los aliados derrotan a Alemania en la batalla de Normanda.- 20 de octubre: Yugoslavos y soviticos liberan Belgrado.- 29 de diciembre: Hngaros y soviticos liberan Budapest.

    1945- 25 de enero: Los aliados derrotan a Alemania en la batalla de Las Ardenas.- 4 de febrero: Conferencia de los aliados (Inglaterra, EE.UU., Unin Sovitica) en Yalta (Crimea,Ucrania).- 26 de marzo: EE.UU. derrota a Japn en la batalla de Iwo Jima.- 25 de abril: Tropas de Unin Sovitica toman Berln.- 30 de abril: Adolf Hitler se suicida en Berln.

  • - 9 de mayo: Alemania se rinde a los aliados.- 21 de junio: EE.UU. derrota a Japn en la batalla de Okinawa.- 17 de julio: Conferencia de los aliados (Inglaterra, EE.UU., Unin Sovitica) en Postdam (Berln,Alemania).- 6 de agosto: EE.UU. lanza una bomba nuclear en Hiroshima.- 9 de agosto: EE.UU lanza una bomba nuclear en Nagasaki. 2 de setiembre: Japn se rinde a EE.UU.

    LA LITERATURA ANTE LA PRUEBA DE LA HISTORIA1

    Los escritores frente a la crisis (1930-1939)La literatura de los aos veinte se haba vuelto hacia la despreocupacin y la fantasa, la ligerezay el principio del placer, el repliegue hacia el yo y la atencin por las palabras . Poner el acentosobre la memoria personal (Proust), o la imaginacin sin lmites (los surrealistas), sobre la novelaespeculativa (Andr Gide) o la poesa autorreferencial (Paul Valry), sobre el teatro como provocacin(Vitrac) o como celebracin (Claudel), era dar la espalda a la historia inmediata y a las realidadescolectivas. Las cuestiones estticas se haban impuesto sobre las preocupaciones ticas.

    Hacia 1930 la historia vuelve a cobrar protagonismo: el principio de realidad vuelve a lasconciencias. Sartre dir en en su libro Qu es la literatura que: Es la poca en la que la mayor parte delos franceses descubrieron con estupor su historicidad. Los escritores se volvern muy sensiblesdurante un cuarto de siglo a las dramticas circunstancias de la historia.

    Una primera etapa se debe a la crisis econmica de 1929, hecho que desembocar en laSegunda Guerra Mundial. De 1930 a 1939 la crisis es a la vez socioeconmica, poltica e internacional.El crack financiero de 1929 afect a todas las economas. Los efectos sobre el mundo del trabajo y lamentalidad colectiva se hacen sentir muy rpido en Europa. Las democracias parlamentarias, vctimasde su inestabilidad poltica, son ineficaces. En Francia, la III Repblica es secundada por losescndalos. El gobierno del Frente Popular, formado en 1936, no ejerce ms que un poderefmero en medio de una situacin difcil. No puede ayudar a los republicanos espaoles, vctimasdel golpe de estado del futuro dictador Francisco Franco, apoyado por Hitler y Mussolini. En 1925 Mussolini ya est en el poder, y Hitler llegar en 1933. En septiembre de 1938, debido a losacuerdos de Munich, Gran Bretaa y Francia dejan que Hitler desmantele Checoslovaquia; paramuchos se trata de una solucin a corto plazo, pues la guerra est a punto de comenzar. Tras pactar conla URSS, Alemania invade Polonia en septiembre de 1939, y dos das ms tarde da comienzo laSegunda Guerra Mundial.

    A causa de todos estos acontecimientos, a los escritores no les queda ms remedio quetomar partido. En la izquierda son los comunistas los que ms poder tienen en Francia. Aragonparticipa en la Conferencia internacional de escritores proletarios y revolucionarios que se organizaen la URSS en noviembre de 1930: all se pide a los escritores que renuncien a la esttica gratuita y alindividualismo burgus para servir al proletariado. Aragon participa en la fundacin del AEAR(Asociacin de escritores y artistas revolucionarios), movimiento al que se adhieren Andr Gide,Breton y Malraux.

    Para Gide, la funcin del escritor deber ser la de ejercer el sentido crtico. Abriendo los ojos a larealidad del rgimen sovitico, que el haba, sin embargo, aplaudido antes, publica un severo Retour del'URSS (1936). Hay tambin un escritor que ejerce en la derecha la misma funcin necesaria queGide en la izquierda comunista: Goeorge Bernanos. Su libro clave ser Les Grands Cimetires sousla lune, donde se critica a los curas espaoles que bendicen las masacres cometidas por las falangesfranquistas y a los burgueses bienpensantes de la derecha catlica que, como Claudel hizo en su poca,les aprueban desde Francia.

    Por su parte, Malraux elige pasar a la accin. Durante la guerra espaola (1936-1939). Sealista al bando republicano y forma una escuadrilla de aviacin que toma parte en los combates. Esta

    1 Littrature franaise du Xxe sicle, Denis Labouret, Armand Colin.

  • eleccin es consecuente con su posicin de intelectual y escritor. En efecto, Malraux hace delherosmo de revolucionario la materia de sus novelas desde Les Conqurants (1928). Durante laguerra de Espaa, pone sus cualidades oratorias al servicio de la causa republicana, viajando pordiversos pases para explicar la situacin y buscar aliados. No se hace ilusiones sobre la izquierdaeuropea: contempla los estragos en Espaa, y muestra algunos de ellos en L'Espoir (1937).

    Malraux encarna una nueva figura de escritor comprometido, el que conviene sin duda a esenuevo siglo lleno de ruido y furia. Pone todo su talento de artista a vivir la realidad como unaficcin, y construye su existencia como un mito en el mismo momento en que la vive. En esesentido, hace una sntesis entre esttica y tica.

    En 1932, el doctor Louis-Ferdinand Destouches, Cline, public una de las grandes novelasde la historia de la literatura, Viaje al fin de la noche. Aquella obra puso a su autor a la altura deProust como renovador de la lengua francesa al tiempo que lo converta en uno de los mejoresretratistas de los tiempos modernos: de la guerra mundial al colonialismo pasando por el turbio sueoamericano. La novela est escrita con un lenguaje crudo y antisentimental, lo que hace que, en esanoche, cualquier sentimiento se convierta en una estrella que desprende humanidad y emocin.

    Cinco aos ms tarde, en diciembre de 1937, el mismo Cline public una obraviolentamente racista que terminara contaminando la recepcin de sus novelas: Bagatelas parauna masacre. Aunque el panfleto, un imparable desahogo alucinado de 240 pginas, trata muchostemas, ha entrado en la historia del odio por pasajes como estos: "Me gustara establecer una alianzacon Hitler (...) A l no le gustan los judos... A m tampoco... No me gustan los negros fuera de sulugar... No veo ninguna delicia en que Europa se vuelva completamente negra... No me hara ningunagracia... Son los judos de Londres, de Washington y de Mosc los que impiden la alianza franco-alemana (...) Dos millones de boches campando por nuestro territorio nunca podrn ser peores, mssaqueadores ni infames que todos esos judos que nos revientan (...) Siempre y en todas partes, lademocracia no es ms que el biombo de la dictadura juda". Bagatelles pour une massacre y L'coledes cadavres son textos que exceden tanto el campo del discurso poltico como el de la literatura; sonlos sntomas extremos de una poca dominada por el vrtigo de la destruccin.

    Lejos de convertirse en piedra de escndalo en Francia, el libro vendi en poco ms de un ao75.000 ejemplares, una cantidad que hoy mismo alcanzan muy pocos autores con sus novelas, nodigamos ya con un texto de no ficcin. El hecho de que el antisemitismo sea un invento francs delsiglo XIX es mucho ms que un dato ilustrado por el famoso affaire Dreyfus2. Aunque en 1939 undecreto oblig al editor a retirarlo de las libreras, el asentamiento del gobierno colaboracionista deVichy convirti Bagatelas para una masacre de nuevo en un best seller.

    Con la liberacin de Francia, Cline huy a Alemania para terminar siendo capturado enDinamarca. Se libr de ser fusilado por la amnista que, en 1951, le permiti volver a su pas una vezque su abogado consigui deshacer la relacin entre el doctor Destouches y el escritor Cline, algo, porcierto, que no ha conseguido medio siglo de crtica literaria3.

    La literatura en tiempos de guerra (1939-1945)El desgaste espectacular de la armada francesa y del xodo de la poblacin civil frente a laofensiva alemana en mayo de 1940, tras muchos meses inactivos de drle de guerre dejan elpas abatido y humillado. Es el principio de la ocupacin alemana, que ocupa la zona sur en 1942 .El mariscal Ptain dirige en Vichy el Estado francs, que emprende una poltica ultraconservadora deRevolucin nacional, ponindose al servicio del poder invasor. Las consecuencias de esta situacinsobre la vida literaria son mltiples. Los escritores mueren en combate (Nizan en 1940), en misin(Saint-Exupry en 1944) o son vctimas de las deportaciones (Max Jacob, Robert Desnos, IrneNmirovsky, el crtico Benjamin Crmieux).

    Incluso en Francia, las condiciones de publicacin literaria y de la creacin teatral se ven

    2El caso Dreyfus tuvo como origen un error judicial, sobre un trasfondo de espionaje y antisemitismo,en el que la vctima fue el capitn Alfred Dreyfus (1859-1935), de origen judo-alsaciano, y que durantedoce aos, de 1894 a 1906, conmocion a la sociedad francesa de la poca, marcando un hito en lahistoria del antisemitismo.3 http://elpais.com/diario/2011/02/20/sociedad/1298156401_850215.html

  • sometidas a la censura alemana. Los grandes editores deben purificar su catlogo de nombres deautores judos o sospechosos del nazismo. No obstante, existe una difusin soterrada que fragua en laclandestinidad de la Resistencia, que no pone el acento nicamente en la propaganda, sino tambin enla fuerza de la creacin literaria. Para reencontrar la esperanza y vencer la barbarie, la poesa tiene eldeber y el poder de oponerse al terror del contra-terror.

    Tambin existe una fraccin de un millar de literatos que se muestran a favor de la colaboraciny dan su apoyo ideolgico al rgimen de Vichy, aunque son una minora. Maurras y Lon Daudet, en1940, toman parte a favor de Ptaindel que Massis dirige algunos discursos. Por su parte, Cline nosiente sino desprecio por Vichy, pero su racismo explcito y su odio a los judos y a los comunistas lesitan en las primeras filas de la produccin colaboracionista.

    Sin embargo, tambin existe un buen nmero de escritores que deciden no tomar partido. Saint-Exupry lleva una carrera de escritor reconocido sin implicarse en la aCtualidad inmediata, desde Terredes hommes (1939) hasta Petit Prince (1943). Otros sencillamente escriben textos que consiguen pasarla censura gracias a su abstraccin o a su ambigedad. Les mouches de Sartre (1943) y Antigone deAnouilh (1944) son piezas de teatro suficientemente ambiguas como para ser vistas como elogios delespritu de la resistencia sin exponerse al riesgo de ser prohibidas por la censura.

    Tras la liberacin, nombres de los escritores sospechosos de complacer al rgimen de Vichy o a laAlemania nazi se incluyen en una lista negra, y se prohibe su publicacin.

    Escribir despus de Auschwitz? (1945-1955)Tras la guerra, el espritu de la Resistencia y de la Liberacin domina la vida intelectual y cultural. Perotras la ilusin lrica de la Liberacin viene el tiempo de la desilusin. Simone de Beauvoir evocar estaevolucin por la voz de los personajes de su novela Les Mandarins (1954). Que valor se le puede dar ala cultura europea despus de los horrores de los que ha sido capaz? Cmo retomar el hilo de latradiin humanista occidental despus de semejante barbarie, una barbarie que no vino del exterior,sino del corazn de la misma Europa? Adorno afirmar en 1949: Escribirun poema despus deAuschwitz es brbaro. No quera proclamar la imposibilidad efectiva de toda nueva produccinliteraria o artstica, sino oponerse por tratamiento de choque a la celebracin consensuada de la pazreencontrada, refutar la amnesia colectiva de una cultura resucitada que se empeaba en olvidarAuschwitz, y evocar la toma de conciencia de la apuesta metafsica que representa esa ruptura radialde la Shoah, momento sin precedente en la historia de la humanidad, una negacin de la humanidad ens misma.

    Tambin se ha visto en la Soah una muerte de las ilusiones humanistas que conduce a reconstruir el artey la literatura sobre otras bases, muy lejos de toda pretensin moral y de toda causalidad sicolgica,dejando las preguntas al propio lenguaje, culpable de ser el germen de todas las mentiras. En definitiva,las repercusiones de la guerra contribuyeron a cristalizar una crisis del lenguaje y de lasrepresentaciones que conllev un buen nmero de mutaciones de la literatura en los aos cincuenta.Ningn ejemplo mejor que la literatura de Samuel Beckett.Samuel Barclay Beckett / smju l b k li b k t / (Dubln, 13 de abril de 1906 Pars, 22 dediciembre de 1989) fue un dramaturgo, novelista, crtico y poeta irlands, uno de los ms importantesrepresentantes del experimentalismo literario del siglo XX, dentro del modernismo anglosajn. Fueigualmente figura clave del llamado teatro del absurdo y, como tal, uno de los escritores msinfluyentes de su tiempo. Escribi sus libros en ingls y francs, y fue asistente y discpulo delnovelista James Joyce. Su obra ms conocida es el drama Esperando a Godot.

    La obra de Beckett es fundamentalmente sombra y tendente al minimalismo y, de acuerdo con ciertasinterpretaciones, profundamente pesimista (hasta nihilista) acerca de la condicin humana. De estaforma, con el tiempo sus libros se hicieron progresivamente ms crpticos y breves. El pesimismo deBeckett viene sin embargo atemperado por un particular sentido del humor, entre negro y srdido.

  • Segn su traductora, Antonia Rodrguez-Gago, Beckett destruy muchas de las convenciones en lasque se sustentan la narrativa y el teatro contemporneo; se dedic, entre otras cosas, a desprestigiar lapalabra como medio de expresin artstica y cre una potica de imgenes, tanto escnica comonarrativa4.

    4 http://es.wikipedia.org/wiki/Samuel_Beckett

  • Andr Malraux, La condicin humana (1933)Parte primera

    21 de marzo de 192712 y media de la noche

    Intentara Chen levantar el mosquitero? Golpeara a travs de l? La angustia le retorca el estmago.Conoca su propia firmeza; pero slo era capaz, en aquel instante, de pensarlo con el embrutecimiento,fascinado por aquel montn de muselina blanca que caa desde el techo sobre un cuerpo menos visibleque una sombra y de donde emerga slo aquel pie medio inclinado por el sueo, vivo, no obstante, dela carne de hombre. La nica luz proceda del building vecino; un gran rectngulo plido deelectricidad, cortado por los barrotes de la ventana, uno de los cuales rayaba el lecho precisamente pordebajo del pie, como para acentuarle el volumen y la vida. Cuatro o cinco claxons sonaron a la vez.Descubierto? Combatir, combatir con enemigos que se defienden, con enemigos despiertos, quliberacin!La ola de estruendo decreci: algn estrpito de carruajes todava haba estrpito de carruajes all, enel mundo de los hombres. Volvi a verse frente a la gran mancha blanca de la muselina y delrectngulo de luz, inmviles en aquella noche en que el tiempo haba dejado de existir.Se repeta que aquel hombre deba morir. Tontamente, porque l saba que lo matara, capturado o no,ejecutado o no, poco importaba. Slo exista aquel pie, aquel hombre al que deba herir sin que sedefendiese, porque, si llegara a defenderse, llamara.Parpadeando, nauseado, Chen descubra en s, no el combatiente que esperaba, sino a un sacrificador. Yno slo ante los dioses que haba elegido; bajo su sacrificio a la revolucin surga un mundo deprofundidades, ante el cual aquella noche agobiada de angustia no era ms que claridad. Asesinar noes slo matar, ay!. En los bolsillos, sus manos vacilantes empuaban, la derecha, una navaja deafeitar cerrada y, la izquierda, un pual corto. Los esconda lo ms posible, como si la noche no bastasepara ocultar sus movimientos. La navaja era ms segura; pero Chen comprenda que no podra servirsede ella; el pual le repugnaba menos. Solt la navaja, cuyo dorso penetraba en sus dedos crispados; elpual se hallaba desnudo en su bolsillo, sin vaina. Lo hizo pasar a su mano derecha, dejando caer laizquierda sobre la lana de su tricota, donde qued adherida. Levant ligeramente el brazo derecho,estupefacto ante el silencio que segua rodendole, como si su ademn hubiera debido soltar el resortede una cada. Pero no; no pasaba nada: segua siendo l quien tena que obrar.Aquel pie viva, como un animal dormido. Terminaba en l un cuerpo? Pero es que me vuelvoloco?. Haba que ver aquel cuerpo. Verlo; ver aquella cabeza; para ello entrar en la luz; dejar quepasase sobre el lecho su abultada sombra. Cul era la resistencia de la carne? Convulsivamente, Chense hundi el pual en el brazo izquierdo. El dolor (ya no era capaz de pensar en aquel brazo suyo), laidea del suplicio seguro si el durmiente despertaba, le libertaron por un segundo: el suplicio erapreferible a aquella atmsfera de locura. Se acerc. Aqul era el hombre que haba visto, dos horasantes, en plena luz. El pie, que casi rozaba el pantaln de Chen, gir de pronto, como una llave, yvolvi a su primitiva posicin en la noche tranquila. Quiz el durmiente presintiese aquella presencia,aunque no lo bastante para despertar Chen se estremeci: un insecto corra sobre su piel. No; era lasangre de su brazo, que corra en un reguero. Y aquella sensacin de mareo continuaba.Un solo movimiento, y el hombre quedara muerto. Matarlo no era nada: lo que resultaba imposible eratocarlo. Y haba que herir con precisin. El durmiente, acostado sobre la espalda, en medio del lecho ala europea, slo se hallaba vestido con unos calzoncillos cortos; pero, bajo la piel grasienta, las costillasno eran visibles. Chen tena que orientarse por las puntas de las tetillas. Saba cuan difcil es herir dearriba abajo. Tena, pues, el pual con la hoja en el aire; pero la tetilla izquierda quedaba ms alejada: atravs del tul del mosquitero hubiera tenido que herir alargando el brazo, con un movimiento curvo,como el del swing. Cambi la posicin del pual: la hoja, horizontal. Tocar aquel cuerpo inmvil eratan difcil como herir un cadver, quiz por las mismas razones. Como atrado por aquella idea decadver, se elev un estertor. Chen ya no poda retroceder; las piernas y los brazos se le haban aflojadopor completo. Pero el estertor se regulariz: el hombre no jadeaba, roncaba. Se hizo vivo, vulnerable; y,

  • al mismo tiempo, Chen se sinti burlado. El cuerpo resbal, con un ligero movimiento hacia la derecha.Despertara ahora! Con un golpe capaz de atravesar una tabla, Chen lo detuvo, con un ruido demuselina desgarrada unido a un choque sordo. Sensible hasta el extremo de la hoja, sinti el cuerporebotar hacia l, rechazado por el colchn elstico. Endureci rabiosamente el brazo para retenerlo: laspiernas retrocedan juntas hacia el pecho, como ligadas la una a la otra. Se distendieron de golpe.Habra que herir de nuevo; pero cmo arrancar el pual? El cuerpo continuaba de costado, inestable,y, a pesar de la convulsin que acababa de sacudirlo, Chen reciba la impresin de tenerlo fijo en ellecho con su arma corta, sobre la cual pesaba toda su masa. Por el gran agujero del mosquitero, lo veamuy bien: los prpados se haban abierto habra podido despertar?, y los ojos estaban en blanco.A lo largo del pual, la sangre comenzaba a brotar, negra en aquella falsa luz. Con su peso, el cuerpo,presto a caer hacia la derecha o hacia la izquierda, encontraba an vida. Chen no poda soltar el pual.A travs del arma, de su brazo extendido y de su hombro dolorido, se estableca una comunicacin,toda angustia, entre el cuerpo y l, hasta el fondo de su pecho, hasta su corazn convulso, nica cosaque se mova en la estancia. Permaneca en absoluto inmvil; la sangre que continuaba brotando de subrazo le pareca ser la del hombre acostado. Sin que nada exterior sobreviniese, tuvo la certidumbre deque aquel hombre estaba muerto. Respiraba apenas, y continuaba mantenindose de costado, en la luzinmvil y turbia, en la soledad de la habitacin. Nada indicaba que hubiera habido lucha; ni siquiera eldesgarrn de la muselina, que pareca dividida en dos: all no haba ms que silencio y una embriaguezabrumadora en la que l zozobraba, separado del mundo de los vivos, aferrado a su arma. Sus dedos seapretaban cada vez ms; pero los msculos del brazo se aflojaban, y el brazo entero comenz a temblarcomo una cuerda. Aquello no era miedo; era un espanto, a la vez atroz y solemne, que no haba vuelto aconocer desde su infancia: estaba solo con la muerte, solo en un lugar sin hombres, muellementeaplastado, a la vez, por el horror y por el placer de la sangre.Consigui abrir la mano. El cuerpo se inclin suavemente sobre el vientre. Quedando sesgado el mangodel pual, una mancha oscura comenz a extenderse sobre la sbana y creci, como un ser vivo. Y, a sulado, creciendo como ella, apareci la sombra de dos orejas puntiagudas.La puerta estaba prxima; el balcn, ms alejado; pero era del balcn de donde vena la sombra.Aunque Chen no crea en los genios, estaba paralizado, incapacitado de darse vuelta. Se sobresalt: unmaullido. Medio repuesto, se atrevi a mirar. Era un gato de los tejados, que con patas silenciosasentraba por la ventana, los ojos fijos en l. Una rabia furiosa sacuda a Chen, a medida que avanzaba lasombra, no contra el animal mismo, sino contra esa presencia; nada vivo deba deslizarse en la hoscaregin donde estaba arrojado: aquello que lo haba visto empuar aquel cuchillo, lo imposibilitaba devolver entre los hombres. Abri la navaja y dio un paso hacia adelante. El animal huy por el balcn.Chen lo persigui. Se encontr, de pronto, frente a Shanghi.Sacudida por su angustia, la noche bulla como una enorme humareda negra, llena de chispas; al ritmode su respiracin, cada vez menos anhelante, se inmoviliz, y, en el desgarrn de las nubes, aparecieronlas estrellas, con su movimiento eterno, que le invadi, con el aire ms fresco de fuera. Una sirena seelev y luego se perdi en aquella serenidad punzante.Abajo, muy abajo, las luces de medianoche, reflejadas a travs de una bruma amarilla por el macadammojado, por las plidas rayas de los rieles, palpitaban con la vida de los hombres que no matan. Eranmillones de vidas, y todas ahora rechazaban a la suya; pero qu significaba su condenacin miserable,al lado de la muerte que se retiraba de l, que pareca deslizarse fuera de su cuerpo a grandes oleadas,como la sangre del otro? Toda aquella sombra, inmvil o centelleante, era la vida, como el ro, como elmar, invisible a lo lejos el mar. Respirando, por fin, hasta lo ms profundo de su pecho, lepareci unirse a aquella vida con un agradecimiento sin lmite, al borde del llanto, tan trastornado comoantes. Hay que escapar. Permaneci contemplando el movimiento de los autos y de lostransentes, que corran bajo sus pies por la calle iluminada, como un ciego curado mira, como unhambriento come. vidamente, insaciable de vida, hubiese querido tocar aquellos cuerpos. Una sirenallen todo el horizonte, ms all del ro: el relevo de los obreros de noche, en el arsenal. Que losimbciles obreros fuesen a fabricar las armas destinadas a matar a quienes combatan por ellos!Aquella ciudad iluminada continuara poseda como un campo por su dictador militar, vendida hasta lamuerte, como un rebao, a los jefes de guerra y a los comercios de Occidente? Su gesto criminal tenael mismo valor que un prolongado trabajo de los arsenales de China: la insurreccin inminente quepretenda entregar Shanghi a las tropas revolucionarias no posea doscientos fusiles. Si poseyese las

  • pistolas unas trescientas cuya venta con el gobierno acababa de negociar aquel intermediario elmuerto, los rebeldes, cuyo primer acto deba consistir en desarmar a la polica para armar sus tropas,duplicaran sus posibilidades. Pero, desde haca diez minutos, Chen no haba pensado en ello nisiquiera una sola vez.Y todava no haba cogido el papel por el cual haba matado a aquel hombre. Entr de nuevo, como sihubiera entrado en la crcel. Las ropas estaban colgadas al pie de la cama, bajo el mosquitero. Busc enlos bolsillos: pauelos, cigarrillos No tena cartera. La habitacin segua siendo la misma:mosquitero, paredes blancas, ntido rectngulo de luz El crimen, pues, no haba cambiado nadaMeti la mano debajo de la almohada, cerrando los ojos. Toc la cartera, muy pequea, como unportamonedas. Por vergenza o angustia, porque el ligero peso de la cabeza atravesada en la almohadase haca ms inquietante cada vez, volvi a abrir los ojos: no haba sangre en la almohada, y el hombreno pareca muerto. Debera, pues, matarle de nuevo? Pero ya su mirada, que volva a encontrar losojos en blanco y la sangre sobre las sbanas, lo liberaba. Para registrar la cartera, retrocedi hacia laluz: era sta la de un restaurante, lleno de jugadores. Encontr el documento, se guard la cartera,atraves la habitacin casi corriendo, cerr con doble vuelta de llave y se guard sta en el bolsillo. Enel extremo del corredor del hotel se esforzaba por caminar despacio, no estaba el ascensor.Llamara? Descendi. En el piso inferior, el del dancing, el bar y los billares, unas diez personasesperaban el ascensor, que ya llegaba. Las sigui. Ladancing-girl roja est estupenda, maravillosa, ledijo, en ingls, su vecino, birmano o siams, un poco borracho. Le dieron ganas, a la vez, deabofetearle para hacerle callar, y de abrazarlo, porque estaba vivo. Rezong, en lugar de responder. Elotro le golpe en el hombro, con aire de cmplice. Cree que yo estoy borracho tambin. Pero elinterlocutor abra de nuevo la boca. Ignoro las lenguas extranjeras, dijo Chen, en pequins. El otro secall, mir, intrigado, a aquel hombre joven, sin cuello, aunque con una tricota de magnfica lana. Chenestaba frente a la luna interior del ascensor. El crimen no dejaba ninguna huella en su rostro Susfacciones, ms monglicas que chinas pmulos salientes y nariz muy aplastada, aunque con la aristaligeramente marcada, como un pico, no haban cambiado: no expresaban ms que fatiga. Hasta ensus slidos hombros y en sus gruesos labios, de buen muchacho, pareca no pesar nada extrao. Slo elbrazo, pegajoso cuando lo doblaba, caliente El ascensor se detuvo. Sali con el grupo.

  • Louis-Ferdinand Cline, Viaje al fin de la noche (1932)Viajar es muy til, hace trabajar la imaginacin. El resto no son sino decepciones y fatigas. Nuestro viaje es por enteroimaginario. A eso debe su fuerza.Va de la vida a la muerte. Hombres, animales, ciudades y cosas, todo es imaginado. Es una novela, una simple historiaficticia. Lo dice Littr, que nunca se equivoca.Y, adems, que todo el mundo puede hacer igual. Basta con cerrar los ojos.Est del otro lado de la vida.

    ILa cosa empez as. Yo nunca haba dicho nada. Nada. Fue Arthur Ganate quien me hizo hablar. Arthur,un compaero, estudiante de medicina como yo. Resulta que nos encontramos en la Place Clichy.Despus de comer. Quera hablarme. Lo escuch. No nos quedemos fuera! me dijo. Vamosadentro! Y fui y entr con l. Esta terraza est como para frer huevos! Ven por aqu!, comenz.Entonces advertimos tambin que no haba nadie en las calles, por el calor; ni un coche, nada. Cuandohace mucho fro, tampoco; no ves a nadie en las calles; pero, si fue l mismo, ahora que recuerdo,quien me dijo, hablando de eso: La gente de Pars parece estar siempre ocupada, pero, en realidad, sepasean de la maana a la noche; la prueba es que, cuando no hace bueno para pasear, demasiado fro odemasiado calor, desaparecen. Estn todos dentro, tomando cafs con leche o caas de cerveza. Yaves! El siglo de la velocidad!, dicen. Pero, dnde? Todo cambia, que es una barbaridad!, segncuentan. Cmo as? Nada ha cambiado, la verdad. Siguen admirndose y se acab. Y tampoco eso esnuevo. Algunas palabras, no muchas, han cambiado! Dos o tres aqu y all, insignificantes... Conque,muy orgullosos de haber sealado verdades tan oportunas, nos quedamos all sentados, mirando,arrobados, a las damas del caf.Despus sali a relucir en la conversacin el presidente Poincar, que, justo aquella maana, iba ainaugurar una exposicin canina, y, despus, burla burlando, sali tambin Le Temps, donde lohabamos ledo. Hombre,Le Temps se es un seor peridico! dijo Arthur Ganate para pincharme. No tiene igual para defender a la raza francesa!Y bien que lo necesita la raza francesa, puesto que no existe!, fui y le dije, para devolverle la pelotay demostrar que estaba documentado.Que s! Claro que existe! Y bien noble que es! insista l. Y hasta te dira que es la ms nobledel mundo. Y el que lo niegue es un cabrito! Y me puso de vuelta y media. Ahora, que yo memantuve en mis trece.No es verdad! La raza, lo que t llamas raza, es ese hatajo de pobres diablos como yo, legaosos,piojosos, ateridos, que vinieron a parar aqu perseguidos por el hambre, la peste, los tumores y el fro,que llegaron vencidos de los cuatro confines del mundo. El mar les impeda seguir adelante. Eso esFrancia y los franceses tambin.Bardamu me dijo entonces, muy serio y un poco triste, nuestros padres eran como nosotros. Nohables mal de ellos!...Tienes razn, Arthur! En eso tienes razn! Rencorosos y dciles, violados, robados, destripados, ygilipollas siempre. Como nosotros eran! Ni que lo digas! No cambiamos! Ni de calcetines, ni deamos, ni de opiniones, o tan tarde, que no vale la pena. Hemos nacido fieles, ya es que reventamos defidelidad! Soldados sin paga, hroes para todo el mundo, monosabios, palabras dolientes, somos losfavoritos del Rey Miseria. Nos tiene en sus manos! Cuando nos portamos mal, aprieta... Tenemos susdedos en torno al cuello, siempre, cosa que molesta para hablar; hemos de estar atentos, si queremoscomer... Por una cosita de nada, te estrangula... Eso no es vida...Nos queda el amor, Bardamu!Arthur, el amor es el infinito puesto al alcance de los caniches, y yo tengo dignidad!, le respond.Puestos a hablar de ti, t es que eres un anarquista y se acab!Siempre un listillo, como veis, y el no va ms en opiniones avanzadas.T lo has dicho, chico, anarquista! Y la prueba mejor es que he compuesto una especie de oracinvengadora y social. A ver qu te parece! Se llama Las alas de oro... Y entonces se la recit:Un Dios que cuenta los minutos y los cntimos, un Dios desesperado, sensual y grun como unmarrano. Un marrano con alas de oro y que se tira por todos lados, panza arriba, en busca decaricias. se es, nuestro seor. Abracmonos!

  • Tu obrita no se sostiene ante la vida. Yo estoy por el orden establecido y no me gusta la poltica. Y,adems, el da en que la patria me pida derramar mi sangre por ella, me encontrar, desde luego, listopara entregrsela y al instante. As me respondi.Precisamente la guerra se nos acercaba a los dos, sin que lo hubiramos advertido, y ya mi cabezaresista poco. Aquella discusin breve, pero animada, me haba fatigado. Y, adems, estaba afectadoporque el camarero me haba llamado tacao por la propina. En fin, al final Arthur y yo nosreconciliamos, por completo. ramos de la misma opinin sobre casi todo.Es verdad, tienes razn a fin de cuentas convine, conciliador, pero, en fin, estamos todos sentadosen una gran galera, remamos todos, con todas nuestras fuerzas... no me irs a decir que no!...Sentados sobre clavos incluso y dando el callo! Y qu sacamos? Nada! Estacazos slo, miserias,patraas y cabronadas encima. Que trabajamos!, dicen. Eso es an ms chungo que todo lo dems, eldichoso trabajo. Estamos abajo, en las bodegas, echando el bofe, con una peste y los cataplineschorreando sudor, ya ves! Arriba, en el puente, al fresco, estn los amos, tan campantes, con bellasmujeres, rosadas y baadas de perfume, en las rodillas. Nos hacen subir al puente. Entonces se ponensus chisteras y nos echan un discurso, a berridos, as: "Hatajo de granujas, es la guerra! nos dicen.Vamos a abordarlos, a esos cabrones de la patria n. 2, y les vamos a reventar la sesera! Venga!Venga! A bordo hay todo lo necesario! Todos a coro! Pero antes quiero veros gritar bien: 'Viva lapatria n. 1!' Que se os oiga de lejos! El que grite ms fuerte, recibir la medalla y la peladilla delNio Jess! Hostias! Y los que no quieran diarla en el mar, pueden ir a palmar en tierra, donde setarda an menos que aqu!"Exacto! S, seor!, aprob Arthur, ahora ms dispuesto a dejarse convencer.Pero, mira por dnde, justo por delante del caf donde estbamos sentados, fue a pasar un regimiento,con el coronel montado a la cabeza y todo, muy apuesto, por cierto, y de lo ms gallardo, el coronel!Di un brinco de entusiasmo al instante.Voy a ver si es as!, fui y le grit a Arthur, y ya me iba a alistarme y a la carrera incluso.No seas gilipollas, Ferdinand!, me grit, a su vez, Arthur, molesto, seguro, por el efecto que habacausado mi herosmo en la gente que nos miraba.Me ofendi un poco que se lo tomara as, pero no me hizo desistir. Ya iba yo marcando el paso. Aquestoy y aqu me quedo!, me dije.Ya veremos, eh, pardillo?, me dio incluso tiempo a gritarle antes de doblar la esquina con elregimiento, tras el coronel y su msica. As fue exactamente.Despus marchamos mucho rato. Calles y ms calles, que nunca acababan, llenas de civiles y susmujeres que nos animaban y lanzaban flores, desde las terrazas, delante de las estaciones, desde lasiglesias atestadas. Haba una de patriotas! Y despus empez a haber menos... Empez a llover y cadavez haba menos y luego nadie nos animaba, ni uno, por el camino.Entonces, ya slo quedbamos nosotros? Unos tras otros? Ces la msica. En resumen me dijeentonces, cuando vi que la cosa se pona fea, esto ya no tiene gracia! Hay que volver a empezar!Iba a marcharme. Demasiado tarde! Haban cerrado la puerta a la chita callando, los civiles, trasnosotros. Estbamos atrapados, como ratas.

  • Louis Aragon, Le Muse Grvin, VII, vers 1 56, 1943Jcris dans un pays dvast par la pesteQui semble un cauchemar attard de GoyaO les chiens nont despoir que la manne clesteEt des squelettes blancs cultivent le soya

    Un pays en tous sens parcouru descogriffes coups de fouet chassant le btail devant euxUn pays disput par longle et par la griffeSous le ciel sans piti des jours calamiteuxUn pays pantelant sous le pied des fantochesLabour jusquau cur par lornire des rouesMis en coupe rgle au nom du Roi PtocheUn pays de frayeur en proie aux loups-garous

    Jcris dans ce pays o lon parque les hommesDans lordure et la soif le silence et la faimO la mre se voit arracher son fils commeSi Hrode rgnait quand Laval est dauphin

    Jcris dans ce pays que le sang dfigureQui nest plus quun monceau de douleurs et de plaiesUne halle tous vents que la grle inaugureUne ruine o la mort sexerce aux osselets

    Jcris dans ce pays tandis que la police toute heure de nuit entre dans les maisonsQue les inquisiteurs enfonant leurs clissesDans les membres briss guettent les trahisons

    Jcris dans ce pays qui souffre mille mortsQui montre tous les yeux ses blessures pourpresEt la meute sur lui grouillante qui le mordEt les valets sonnant dans le cor la cure

    Jcris dans ce pays que les bouchers corchentEt dont je vois les nerfs les entrailles les osEt dont je vois les bois brler comme des torchesEt sur les bls en feu la fuite des oiseaux

    Jcris dans cette nuit profonde et criminelleO jentends respirer les soldats trangersEt les trains strangler au loin dans les tunnelsDont Dieu sait si jamais ils pourront dplongerJcris dans un champ clos o des deux adversairesLun semble dune pice armure et palefroiEt lautre que lpe atrocement lacre lui pour tout arroi sa bravoure et son droitJcris dans cette fosse o non plus un prophteMais un peuple est parmi les btes descenduQuon somme de ne plus oublier sa dfaite

  • Et de livrer aux ours la chair qui leur est due

    Jcris dans ce dcor tragique o des acteursOnt perdu leur chemin leur sommeil et leur rangDans ce thtre vide o les usurpateursnonnent de grands mots pour les seuls ignorantsJcris dans la chiourme norme qui murmureJcris dans loubliette au soir qui retentitDes messages frapps du poing contre les mursInfligeant aux geliers dtranges dmentis

    Comment voudriez-vous que je parle des fleursEt quil ny ait des cris dans tout ce que jcrisDe larc-en-ciel ancien je nai que trois couleursEt les airs que jaimais vous les avez proscritsLouis Aragon, Le Muse Grvin, VII, vers 1 56, 1943Jcris dans un pays dvast par la pesteQui semble un cauchemar attard de GoyaO les chiens nont despoir que la manne clesteEt des squelettes blancs cultivent le soya

    Un pays en tous sens parcouru descogriffes coups de fouet chassant le btail devant euxUn pays disput par longle et par la griffeSous le ciel sans piti des jours calamiteuxUn pays pantelant sous le pied des fantochesLabour jusquau cur par lornire des rouesMis en coupe rgle au nom du Roi PtocheUn pays de frayeur en proie aux loups-garous

    Jcris dans ce pays o lon parque les hommesDans lordure et la soif le silence et la faimO la mre se voit arracher son fils commeSi Hrode rgnait quand Laval est dauphin

    Jcris dans ce pays que le sang dfigureQui nest plus quun monceau de douleurs et de plaiesUne halle tous vents que la grle inaugureUne ruine o la mort sexerce aux osselets

    Jcris dans ce pays tandis que la police toute heure de nuit entre dans les maisonsQue les inquisiteurs enfonant leurs clissesDans les membres briss guettent les trahisons

    Jcris dans ce pays qui souffre mille mortsQui montre tous les yeux ses blessures pourpresEt la meute sur lui grouillante qui le mordEt les valets sonnant dans le cor la cure

    Jcris dans ce pays que les bouchers corchentEt dont je vois les nerfs les entrailles les osEt dont je vois les bois brler comme des torchesEt sur les bls en feu la fuite des oiseaux

  • Jcris dans cette nuit profonde et criminelleO jentends respirer les soldats trangersEt les trains strangler au loin dans les tunnelsDont Dieu sait si jamais ils pourront dplongerJcris dans un champ clos o des deux adversairesLun semble dune pice armure et palefroiEt lautre que lpe atrocement lacre lui pour tout arroi sa bravoure et son droitJcris dans cette fosse o non plus un prophteMais un peuple est parmi les btes descenduQuon somme de ne plus oublier sa dfaiteEt de livrer aux ours la chair qui leur est due

    Jcris dans ce dcor tragique o des acteursOnt perdu leur chemin leur sommeil et leur rangDans ce thtre vide o les usurpateursnonnent de grands mots pour les seuls ignorantsJcris dans la chiourme norme qui murmureJcris dans loubliette au soir qui retentitDes messages frapps du poing contre les mursInfligeant aux geliers dtranges dmentis

    Comment voudriez-vous que je parle des fleursEt quil ny ait des cris dans tout ce que jcrisDe larc-en-ciel ancien je nai que trois couleursEt les airs que jaimais vous les avez proscrits

  • Samuel Beckett, En attendant Godot (1952)Acte premier

    Route la campagne, avec arbre.

    Soir.

    Estragon, assis sur une pierre, essaie denlever sa chaussure. Il sy acharne des deux mains, enahanant. Il sarrte, bout de forces, se repose en haletant, recommence. Mme jeu.Entre Vladimir.ESTRAGON (renonant nouveau). Rien faire.VLADIMIR (sapprochant petits pas raides, les jambes cartes). Je commence le croire. (Il simmobilise.) Jai longtemps rsist cette pense, en me disant, Vladimir, sois raisonnable. Tu nas pas encore tout essay. Et je reprenais le combat. (Il se recueille, songeant au combat. Estragon.) Alors, te revoil, toi.ESTRAGON. Tu crois ?VLADIMIR. Je suis content de te revoir. Je te croyais parti pour toujours.ESTRAGON. Moi aussi.VLADIMIR. Que faire pour fter cette runion ? (Il rflchit.) Lve-toi que je tembrasse. (Il tend la main Estragon.)ESTRAGON (avec irritation). Tout lheure, tout lheure.

    Silence.VLADIMIR (froiss, froidement). Peut-on savoir o monsieur a pass la nuit ?ESTRAGON. Dans un foss.VLADIMIR (pat). Un foss ! O a ?ESTRAGON (sans geste). Par l.VLADIMIR. Et on ne ta pas battu ?ESTRAGON. Si Pas trop.VLADIMIR. Toujours les mmes ?ESTRAGON. Les mmes ? Je ne sais pas.

    Silence.VLADIMIR. Quand jy pense depuis le temps je me demande ce que tu serais devenu sans moi(Avec dcision.) Tu ne serais plus quun petit tas dossements lheure quil est, pas derreur.ESTRAGON (piqu au vif). Et aprs ?VLADIMIR (accabl). Cest trop pour un seul homme. (Un temps. Avec vivacit.) Dun autre ct, quoi bon se dcourager prsent, voil ce que je me dis. Il fallait y penser il y a une ternit, vers 1900.ESTRAGON. Assez. Aide-moi enlever cette saloperie.VLADIMIR. La main dans la main on se serait jet en bas de la tour Eiffel, parmi les premiers. On portait beau alors. Maintenant il est trop tard. On ne nous laisserait mme pas monter. (Estragon sacharne sur sa chaussure.) Quest-ce que tu fais ?ESTRAGON. Je me dchausse. a ne test jamais arriv, toi ?VLADIMIR. Depuis le temps que je te dis quil faut les enlever tous les jours. Tu ferais mieux de mcouter.ESTRAGON (faiblement). Aide-moi !VLADIMIR. Tu as mal ?ESTRAGON. Mal ! Il me demande si jai mal !VLADIMIR (avec emportement). Il ny a jamais que toi qui souffres ! Moi je ne compte pas. Je voudrais pourtant te voir ma place. Tu men dirais des nouvelles.ESTRAGON. Tu as eu mal ?VLADIMIR. Mal ! Il me demande si jai eu mal !ESTRAGON (pointant lindex). Ce nest pas une raison pour ne pas te boutonner.VLADIMIR (se penchant). Cest vrai. (Il se boutonne.) Pas de laisser-aller dans les petites choses.ESTRAGON. Quest-ce que tu veux que je te dise, tu attends toujours le dernier moment.

  • VLADIMIR (rveusement). Le dernier moment (Il mdite.) Cest long, mais ce sera bon. Qui disait a ?ESTRAGON. Tu ne veux pas maider ?VLADIMIR. Des fois je me dis que a vient quand mme. Alors je me sens tout drle. (Il te son chapeau, regarde dedans, y promne sa main, le secoue, le remet.)Comment dire ? Soulag et en mme temps (il cherche) pouvant. (Avec emphase.) E-pou-van-t. (Il te nouveau son chapeau, regarde dedans.) a alors !(Il tape dessus comme pour en faire tomber quelque chose, regarde nouveau dedans, le remet.) Enfin(Estragon, au prix dun suprme effort, parvient enlever sa chaussure. Il regarde dedans, y promne sa main, la retourne, la secoue, cherche par terre sil nen est pas tomb quelque chose, ne trouve rien, passe sa main nouveau dans sa chaussure, les yeux vagues.) Alors ?ESTRAGON. Rien.VLADIMIR. Fais voir.ESTRAGON. Il ny a rien voir.VLADIMIR. Essaie de la remettre.ESTRAGON. (ayant examin son pied). Je vais, le laisser respirer un peu.VLADIMIR. Voil lhomme tout entier, sen prenant sa chaussure alors que cest son pied le coupable. (Il enlve encore une fois son chapeau, regarde dedans, y passe la main, le secoue, tape dessus, souffle dedans, le remet.) a devient inquitant. (Silence. Estragon agite son pied, en faisant jouer les orteils, afin que lair y circule mieux.) Un des larrons fut sauv. (Un temps.)Cest un pourcentage honnte. (Un temps.) GogoESTRAGON. Quoi ?VLADIMIR. Si on se repentait ?ESTRAGON. De quoi ?VLADIMIR. Eh bien (Il cherche.) On naurait pas besoin dentrer dans les dtails.ESTRAGON. Dtre n ?Vladimir part dun bon rire quil rprime aussitt, en portant sa main au pubis, le visage crisp.VLADIMIR. On nose mme plus rire.ESTRAGON. Tu parles dune privation.VLADIMIR. Seulement sourire. (Son visage se fend dans un sourire maximum qui se fige, dure un bon moment, puis subitement steint.) Ce nest pas la mme chose. Enfin (Un temps.) GogoESTRAGON (agac). Quest-ce quil y a ?VLADIMIR. Tu as lu la Bible ?ESTRAGON. La Bible (Il rflchit.) Jai d y jeter un coup dil.VLADIMIR (tonn). lcole sans Dieu ?ESTRAGON. Sais pas si elle tait sans ou avec.VLADIMIR. Tu dois confondre avec la Roquette.ESTRAGON. Possible. Je me rappelle les cartes de la Terre sainte. En couleur. Trs jolies. La mer Morte tait bleu ple. Javais soif rien quen la regardant. Je me disais, cest l que nous irons passer notre lune de miel. Nous nagerons. Nous serons heureux.VLADIMIR. Tu aurais d tre pote.ESTRAGON. Je lai t. (Geste vers ses haillons.) a ne se voit pas ?

    Silence.

    LA LITERATURA ANTE LA PRUEBA DE LA HISTORIA1Los escritores frente a la crisis (1930-1939)La literatura en tiempos de guerra (1939-1945)Escribir despus de Auschwitz? (1945-1955)Andr Malraux, La condicin humana (1933)Louis-Ferdinand Cline, Viaje al fin de la noche (1932)Louis Aragon, Le Muse Grvin, VII, vers 1 56, 1943Samuel Beckett, En attendant Godot (1952)