lirios en pureza

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Muchas veces los cofrades, nos quedamos en lo accesorio. Nos preocupamos en exceso de las formas, de los detalles. Le damos más importancia de la que merece al exorno floral, a la música, al horario, a la forma de llevar los pasos… Hasta que aparece el momento; ese momento coyuntural cuando menos te lo esperas, que te hace ver que todo lo anterior es el camino, pero no el fin. Y entonces te das cuenta para qué está la cofradía en la calle, y que lo que para otros pueden ser simples casualidades, para un creyente es nada más y nada menos que la presencia de Dios.

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Muchas veces los cofrades, nos quedamos en lo accesorio. Nos preocupamos en exceso de las formas, de los detalles. Le damos más importancia de la que merece al exorno floral, a la música, al horario, a la forma de llevar los pasos… Hasta que aparece el momento; ese momento coyuntural cuando menos te lo esperas, que te hace ver que todo lo anterior es el camino, pero no el fin. Y entonces te das cuenta para qué está la cofradía en la calle, y que lo que para otros pueden ser simples casualidades, para un creyente es nada más y nada menos que la presencia de Dios.Es lo que en la orilla del Guadalquivir llamamos “pellizcos”, y que el pasado Viernes Santo sucedió en la Cofradía de La O mientras discurría esta por la calle Pureza ya de vuelta, y que percibieron pocas personas, pero para las cuales, estoy seguro, la presencia de Dios fue mucho más que manifiesta.

Muchas veces los cofrades, nos quedamos en lo accesorio. Nos preocupamos en exceso de las formas, de los detalles. Le damos más importancia de la que merece al exorno floral, a la música, al horario, a la forma de llevar los pasos… Hasta que aparece el momento; ese momento coyuntural cuando menos te lo esperas, que te hace ver que todo lo anterior es el camino, pero no el fin. Y entonces te das cuenta para qué está la cofradía en la calle, y que lo que para otros pueden ser simples casualidades, para un creyente es nada más y nada menos que la presencia de Dios.Es lo que en la orilla del Guadalquivir llamamos “pellizcos”, y que el pasado Viernes Santo sucedió en la Cofradía de La O mientras discurría esta por la calle Pureza ya de vuelta, y que percibieron pocas personas, pero para las cuales, estoy seguro, la presencia de Dios fue mucho más que manifiesta.

Lirios en Pureza Lirios en Pureza

Diego Romero Pérez Diego Romero Pérez

De nuevo en Triana estaba,y andando siempre de frenteencontrándose a su gentepor Pureza caminaba,y allí ella lo esperabacon mirada desafiante,y llena de interrogantesse mantenía a duras penasen parapléjica escenaentre lágrimas retantes.

De nuevo en Triana estaba,y andando siempre de frenteencontrándose a su gentepor Pureza caminaba,y allí ella lo esperabacon mirada desafiante,y llena de interrogantesse mantenía a duras penasen parapléjica escenaentre lágrimas retantes.

Su compañero intentabasacarla de aquel cortejoque había roto en su desvelode postrarse ante su Cara,y cuando ya lo lograbasalió de la presidenciauna mano de clemenciaque al Nazareno arrancó,dos lirios que le entregóa tan devota inocencia.

Su compañero intentabasacarla de aquel cortejoque había roto en su desvelode postrarse ante su Cara,y cuando ya lo lograbasalió de la presidenciauna mano de clemenciaque al Nazareno arrancó,dos lirios que le entregóa tan devota inocencia.

Ella en el lado quedabaobservando con fijezalos lirios en la bellezade las palmas de sus manos,y al llegar al Altozanorecibía con gratitudel hueco en su exactitudunos lirios Carreteros,que traían dos costalerosdel Cristo de la Salud.

Ella en el lado quedabaobservando con fijezalos lirios en la bellezade las palmas de sus manos,y al llegar al Altozanorecibía con gratitudel hueco en su exactitudunos lirios Carreteros,que traían dos costalerosdel Cristo de la Salud.

http://desdelacava.blogspot.com/

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