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    Linda Hutcheon. Irona, stira, parodia. En Poetique, N 46 (abril 1981)

    Traduccin del francs para la ctedra de Liliana B. Lpez

    (...) La parodia no es un tropo como la irona: ella se define comnmente no

    tanto como un fenmeno intratextual sino en tanto que modalidad del canon de la

    intertextualidad. Como las otras formas intertextuales (tales como la alusin, el

    pastiche, la cita, la imitacin y as sucesivamente), la parodia efecta una

    superposicin de textos. En el nivel de su estructura formal, un texto pardico es la

    articulacin de una sntesis, de una incorporacin de un texto parodiado (de

    segundo plano) en un texto parodiante, de un engarce del viejo en el nuevo. Pero

    este desdoblamiento pardico no funciona ms que para marcar la diferencia: la

    parodia representa al mismo tiempo la desviacin de una norma literaria y la

    inclusin de esta norma como material interiorizado. No estara de ms insistir

    sobre la especificidad literaria y textual de la parodia a causa de la confusin

    crtica que la rodea. Por ejemplo, en su Introduccin a la stira, Leonard Fineberg

    atribuye a la parodia textual, la posicin de la stira extratextual cuando constata

    que algn aspecto de la sociedadno est protegido de las atenciones burlonas

    delparodista1. Aunque los escritores satricos pueden siempre decidirse a utilizar

    la parodia como dispositivo estructural, es decir, como un vehculo literario de sus

    ataques sociales (entonces, extratextuales), la parodia no puede tener comoblanco ms que un texto o convenciones literarias.

    El origen etimolgico de la palabra parodia refuerza esta especificidad textual

    del gnero. El radical odos del trmino griegoparodia significa canto; de all que

    la intencin de focalizar sobre la forma esttica mucho ms que sobre la

    sociedad2, estara implcita en el trmino. El prefijopara tiene dos significaciones

    casi contradictorias. Es posible que una de ellas haya sido descuidada por la

    crtica. A partir del sentido ms comn aquel de para como frente a o contra-

    la parodia se defini como contra-canto, como oposicin o contraste entre dos

    textos. Esta es la significacin evocada con el fin de poner el acento sobre la

    intencin pardica tradicional en el nivel pragmtico, es decir, sobre el deseo de

    1 Ames, Iowa, Iowa State University Press, 1967, p.188; el destacado es de la autora.2 EnAnatoma de la crtica (1957), reeditado en New York, Atheneum, 1970), p.233-234 y 321-322,Northrop Frye tambin supone que la parodia apunta sobre la forma mientras que la stira essocial.

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    provocar un efecto cmico, ridculo o denigrante. Ahora bien, en griego, para

    puede querer decir al lado de, lo que sugiere mucho ms un acuerdo, una

    intimidad y no un contraste. Esta segunda significacin y desatendida- del prefijo

    autoriza, como veremos, la extensin del alcance pragmtico de la parodia.

    (...) Las competencias del lector, as tambin como su interpretacin de la

    intencin, entran en juego con respecto al tropo y a estos dos gneros. Como ya

    lo han hecho notar Philippe Hamon y Catherine Kerbrat-Orecchioni a propsito de

    la irona, deber ser postulada una triple competencia de parte del lector:

    lingstica, genrica e ideolgica. La competencia lingstica juega un papel

    central en los casos de la ironia donde el lector tiene que descifrar lo que est

    implcito adems de los que est dicho. Por supuesto, los gneros literarios tales

    como la parodia y la stira, que usan el tropo irnico como vehculo retrico

    presuponen esta sofisticacin lingstica en el lector.

    La competencia genrica del lector presume su conocimiento de las normas

    literarias y retricas que constituyen el canon, la herencia institucionalizada de la

    lengua y de la literatura. Este conocimiento permite al lector identificar como tal

    cualquier desviacin con respecto a esas normas. Si, histricamente, la parodia y

    la stira parecen estar expandidas en las sociedades democrticas que han

    llegado a un cierto nivel de desarrollo cultural, es posible que sobre ese plano se

    puedan encontrar las razones. La ausencia de rasgos de parodia en las antiguas

    literaturas egipcias y hebreas, por oposicin a las numerosas parodias en el teatro

    satrico griego y en las comedias de Aristfanes, sostendran esta hiptesis.

    La tercera clase de competencia, la ms compleja, podra denominarse

    ideolgica (en el sentido ms general del trmino). Uno de los reproches ms

    frecuentes dirgidos a los discursos irnico y pardico, es aquel del elitismo. El

    mismo acto de acusacin est dirigido contra la metaficcin moderna, la cual

    tambin da a veces la impresin de querer excluir al lector que no est al corriente

    del juego pardico o irnico codificado en el texto por el autor. Es decir, tal

    consideracin ideolgica resulta inevitable -para cualquier teora literaria que

    ubique -como lo hace nuestra orientacin pragmtica-, el valor esttico y la

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    significacin textual al menos en parte de las relaciones entre el lector y la obra.

    La irona, la parodia y la stira no existen ms que virtualmente en los textos as

    codificados por el autor; pero ellas no son actualizadas ms que por el lector que

    satisface ciertas exigencias (de perspiscacia, de formacin literaria adecuada). En

    general, tal afirmacin implica una competencia ideolgica antes que genrica. As

    como lo explica Todorov3, esto sucede en el dominio del contexto paradigmtico (y

    no sintagmtico) del saber compartido por los locutores y de la sociedad a la cual

    ellos pertenecen. El lector que no puede captar la irona (la parodia, la stira) es

    aquel cuya atencin es de una forma u otra insuficiente. (Los problemas

    planteados por la cuestin de la atencin defraudada, desde el punto de vista de la

    recepcin como del de la intencin, han sido estudiados por los tericos alemanes

    de la recepcin, lo mismo que por los psicoanalistas, comenzando por Freud y su

    nocin del deseo de estar concertado con lo cmico, y hasta por Edmund

    Bergler y su idea tan extravagante de una agresin sadomasoquista deliberada de

    la atencin del lector4).

    La comprensin de la irona, como de la parodia y de la stira, presupone

    alguna homologa de valores institucionalizados, ya sean estticos (genricos), ya

    sean sociales (ideolgicos), condicin que Kristeva denomina la consolidacin de

    la ley. Si, a menudo, es verdad que se trata aqu de una situacin hermenutica

    fundada sobre las sanciones o las normas, se manifiesta inmediatamente una

    paradoja: cuando se toma como ejemplo el caso de la parodia, se ve que el

    gnero no existe ms que en la medida en que ella transgreda las mismas normas

    estticas que garantizan su propia existencia bitextual. Puede que esa sea la

    operacin de esa misma paradoja en el plano social, la que explique el temor que

    parecen padecer los regmenes totalitarios frente a ese potencial revolucionario de

    la stira. De hecho, uno se siente casi transportado al terreno de lo carnavalesco5

    3Los gneros del discurso, Paris, Ed. du Seuil, 1978, p. 2914 Ver Hans Robert Jauss sobre la Erwartungshorizont del lector en su Literaturgeschichte alsProvokation der Literaturwissenschaft, Konstanz, 1967, p. 35; Freud, SE, t. VIII, p.219; Bergler, TheWriter and Psychoanalysis, 2 edicin, New York, Robert Brunner, 1954, p. 225. Segn Bergler,algunos artistas modernos crean obras deliberadamente difciles de comprender y por ese hechoautorizan al lector a disculparse, hacindole compartir una culpabilidad inconsciente, a saber,aquella de una pasividad masoquista con respecto a la Madre pre-edpica.5 Vase La Potique de Dostoievsky, Paris, Ed. Du Seuil, 1970, p. 175. A propsito de esta nocinde censura, vase Margaret Rose, op.cit., p. 167 s.

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    cuando lee la stira irnica de un Milan Kundera, stira que se inscribe entre

    lneas con el fin de eludir a la censura checoeslovaca.

    (...) Sobre el plano pragmtico, la irona, como la parodia intertextual, instaura

    aquello que Rifaterre6 denomina una dialctica memorialista en el espritu del

    lector, en razn de su estructura comn de superposicin que- nada menos-

    seala paradjicamente una diferencia semntica o textual. En un contexto

    diacrnico, Genette conecta esta dependencia diferencial o esa mezcla de

    desdoblamiento y de diferenciacin a una memoria genrica, donde la Jerusalem

    liberada se acuerda de la Eneida, que se acuerda de la Odisea, que se acuerda de

    la Ilada7. Una conviccin parece constituir la base de la teora de Northorp Frye

    en la cual no es ms que a partir de las estructuras literarias anteriores que

    pueden desarrollarse las otras obras literarias. Esta nocin es una forma de la

    misma compulsin literaria de repeticin con variaciones que Harold Bloom

    discute en trminos freudianos ( y ms orientados hacia el autor) en su libro La

    angustia de las influencias. An si esta compulsin, aparentemente inevitable, se

    relaciona de una manera evidente en la repeticin diacrnica y estructural de la

    parodia, el elemento de diferenciacin est all mismo, al menos, implicado. Otra

    vez, es la similitud estructural de la parodia y de la irona la que ilustra mejor este

    hecho: la parodia parece siempre funcionar intertextualmente como lo hace la

    irona intratextualmente. Ellas hacen eco con el fin de marcar, no tanto la similitud,

    sino la diferencia.

    Dan Sperber y Dierdre Wilson ofrecen una hiptesis que nos parece ser de

    gran valor en los anlisis de los ejemplos extendidos de la irona intratextual. A su

    entender, la irona es un fenmeno repetitivo o citacional8. Ellos adoptan la

    distincin lgico-filosfica entre empleo y mencin: cuando se emplea una

    expresin, se designa lo esa expresin designa, pero cuando uno menciona una

    expresin, se designa la expresin misma. Es en ese sentido particular que la

    6 Semitica intertextual: el interpretante, op.cit. p. 128.7Introduccin al architexto, op.cit. p. 84.8 La irona como mencin, op.cit. p. 339-412. Para una crtica de esta perspectiva y para elpostulado de una irona no citacional desde el punto de vista lingstico, ver Kerbrat-Orecchioni, Lairona como tropo, op.cti., p.122-123-

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    irona literaria es una mencin, que reenva al lector a los otros casos de la

    expresin en el texto. A modo de ejemplo, se podra tomar en consideracin el

    efecto poderoso producido por el famoso verso de Marco Antonio que no es ms

    que un efecto sacado de un empleo nico de una anti-frase Bruto es un hombre

    honorable- sino, al contrario, de la repeticin sxtuple del verso, o de una

    variante del mismo. La verdadera irona se crea y aumenta solamente cuando

    Marco Antonio ha hecho su propia designacin del noble Bruto. Al estar dada la

    ambigedad del primer empleo de la frase, aquella tiene la apariencia de ser un

    halago, mientras que su repeticin en contextos diferentes la transforma en una

    condena feroz, sin que los trminos mismos hayan cambiado. La irona antifrstica

    se despliega de ese proceso de alabanza que devienen reproche, por la repeticin

    que efecta la diferenciacin. Entonces, es evidente que, en un contexto literario,

    la irona debe ser considerada en tanto que producto de una interaccin entre una

    intencin evaluadora y una inversin semntica.

    Como en el caso de la estructura y de la memoria genrica de la parodia, la

    irona literaria opera tambin en medio de la repeticin y de la diferencia. Un

    mtodo exclusivamente semntico de examinar el tipo de irona -generalmente

    desplegado en la literatura-, oscurece la repeticin desvalorizando la diferencia.

    Sin embargo, es siempre un mtodo crtico que contina siendo necesario, aunque

    no suficiente. No es ms que a partir del reconocimiento -al mismo tiempo- de la

    especificidad semntica (contraste) ypragmtica (evaluacin) de la irona que se

    puede remontar al origen de la confusin taxonmica que rodea a la parodia, a la

    stira, y, en conclusin, a todos los otros gneros que ponen de relieve a ese

    tropo retrico.

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