linchamientos

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TEXTO ARGUMENTATIVO: LINCHAMIENTOS La Lengua, la literatura y su enseñanza. Profesora : Stefanía Núñez. Divide y Reinarás En los últimos meses en los que se ha hablado y/o debatido sobre el penoso tema de los linchamientos i (término que, desde los medios, ha sido exaltado y menudeado con fines para nada inocentes y del todo perversos) ocurridos recientemente en la Argentina, más propiamente en La Ciudad Autónoma de Buenos Aires y en Rosario; se ha puesto en muchos casos, a la figura de los agresores por sobre la de los verdaderos damnificados. Esta tendencia muy común en los voceros de los medios masivos de comunicación responde al consabido intento por desdibujar las verdaderas causas del suceso, las cuales requieren de un análisis profundo que procure abarcar en retrospectiva los orígenes y el desenvolvimiento de la eterna lucha entre clases sociales; y, sobre todo, de la injusticia y opresión de una sobre otra. Con tales afanes, la idea de plantear el suceso con hipócritas e insensatas palabras sobre la ética, la justicia y la moral, quedaría evidentemente ridiculizada. Cómo sabemos, la tentativa de obstruir cualquier aproximación racional, de evitar la imprescindible puesta

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Para trabajar con la argumentación.

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Page 1: Linchamientos

TEXTO ARGUMENTATIVO: LINCHAMIENTOS

La Lengua, la literatura y su enseñanza.

Profesora: Stefanía Núñez.

Divide y Reinarás

En los últimos meses en los que se ha hablado y/o debatido sobre el

penoso tema de los linchamientosi (término que, desde los medios, ha sido

exaltado y menudeado con fines para nada inocentes y del todo perversos)

ocurridos recientemente en la Argentina, más propiamente en La Ciudad

Autónoma de Buenos Aires y en Rosario; se ha puesto en muchos casos, a la

figura de los agresores por sobre la de los verdaderos damnificados. Esta

tendencia muy común en los voceros de los medios masivos de comunicación

responde al consabido intento por desdibujar las verdaderas causas del

suceso, las cuales requieren de un análisis profundo que procure abarcar en

retrospectiva los orígenes y el desenvolvimiento de la eterna lucha entre clases

sociales; y, sobre todo, de la injusticia y opresión de una sobre otra. Con tales

afanes, la idea de plantear el suceso con hipócritas e insensatas palabras

sobre la ética, la justicia y la moral, quedaría evidentemente ridiculizada.

Cómo sabemos, la tentativa de obstruir cualquier aproximación racional,

de evitar la imprescindible puesta en contexto y en sí, toda inclinación a

enardecer la opinión pública y promover el disenso resulta, para algunos,

realmente apetecible. Por supuesto, la empresa no atañe, en principio, a

ninguno de los involucrados en los nefastos episodios. Al contrario, es

obligación de quienes poseen y distribuyen la información diariamente

mediante los canales de comunicación, así como también de los voceros del

gobierno y demás instituciones públicas y/o privadas, de hacerlo con

responsabilidad, a sabiendas de las posibles repercusiones que puedan

ocasionar en la comunidad.

Hemos presenciado desde tiempos inmemoriales (y todavía lo hacemos),

cómo descaradamente se maneja la agenda, cómo se impone en las lenguas

Page 2: Linchamientos

de la gente la tergiversación de una realidad, que no es más que una ideología

vendida como información. Las instituciones dedicadas a este negocio son más

que conscientes de su influencia en la opinión pública. La agenda de último

momento, el nuevo pan caliente con el que se alimenta a los sectores medios

en estos últimos tiempos, es el del peligro constante, lo ignominioso, el oprobio

hacia toda una masa de personas sin rostro, que simbolizan el miedo y el mal.

Y lo simbolizan hasta un punto en el que son el mal encarnado. Y para rematar,

porque lo que se busca es el enojo, la ira y la desesperanza, se nos grita las 24

horas del día los 7 días de la semana que dicha encarnación del mal encuentra

su fuente y su bendición en las instituciones del Estado. La inseguridad es una

palabra tan maquiavélicamente coreada en todo lugar que ha llegado al punto

de paralizar a las personas por el miedo. Sienten miedo hasta en el living de

sus propias casas. Y el miedo a eso que puede llegar en cualquier momento,

en cualquier lugar, genera una gran insatisfacción y frustración.

Que no se malinterprete; ya hemos escuchado aquella vapuleada frase de

que “la inseguridad es una sensación”. ¿Qué hay personas que salen a robar?

¿Qué hay asesinatos, violaciones, homicidios y cualquier otra atrocidad que se

les ocurra? Sí, acá en el Congo y en la China. ¿Qué es causa de una esencia

maligna, meramente promovida y sustentada por el Estado? Nada más lejano.

Volvemos; si queremos buscar y realmente encontrar las causas de la violencia

que asola el mundo entero, la que promueve angustia y desesperación puesto

que lejos de amainar cada día parece proliferar hasta allí donde parecía

imposible, si realmente buscamos un cambio en el paradigma de la humanidad,

debemos ampliar el panorama, debemos escarbar en lo profundo. Allí donde

las Instituciones económicas y financieras que regulan el mundo no quieren

que veamos y por tanto, nos mantienen alucinados con enemigos efímeros,

peleando entre nosotros. Ya lo sabía el gobernador romano Julio Cesar y ya lo

aplicaba el emperador corso Napoleón: “Divide et impera” ii dice la máxima, y

bien que funciona. Un ejemplo más próximo en el tiempo podemos encontrarlo

en las políticas coloniales que fueron llevadas a cabo por el Imperio Británico

en la India; donde de forma sistemática se alimentaban las disidencias entre las

tribus autóctonas, perpetrando así más fácilmente la conquista de sus

territorios. Estas prácticas, crease o no, siguen existiendo en la actualidad. La

diferencia anida en el perfeccionamiento de la técnica. Los indios al menos

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daban cuenta de los conquistadores; nosotros, en cambio, hemos perdido de

vista la fuente central de los conflictos. Ni por un segundo se debe correr el eje

de problematización de la brecha abismal de derechos económicos, políticos,

sociales y de calidad de vida en general, que separa a una pequeña minoría

gobernante de la gran masa mundial que conforman los sectores

desguarnecidos. La violencia se ejerce desde arriba y se infiltra como un

cáncer en el motor de la sociedad: las clases oprimidas, esclavas del sistema.

La violencia se ejerce desde las instituciones capitalistas alienantes y elitistas

porque desde su inmunda codicia niegan a la gran mayoría los derechos

fundamentales del hombre. Porque la violencia es también (y es primero) el

hambre y la humillación. Es la exclusión social y la imposibilidad de trabajo y

progreso. Injusticia no es que un chico robe y no sea penalizado, injusticia es

en primera instancia que, ese chico, por una gran concatenación de hechos y

circunstancias haya devenido en ladrón y que lo único que le preocupe a la

gente (la cual a su vez ha sido inducida paulatinamente al oprobio automático)

es cuán rápido el sistema pueda ponerlo tras las rejas.

Si se continúa con esta línea de pensamiento, pronto seremos más los

que estemos tras las rejas, en una cárcel o en un manicomio, que los que

podamos caminar en libertad. Y quién sabe si este no es el fin último de

aquellos astutos titiriteros de las sombras.

Diego Romero.

Page 4: Linchamientos

i Linchar: (De Ch. Lynch) Juez de Virginia en el Siglo XVIII).1. tr. Ejecutar sin proceso y tumultuariamente a un sospechoso o a un reo. Real Academia Española, Diccionario Usual.ii Divide y reinarás. Si bien la frase se le atribuye a Julio Cesar, ésta fue perpetuada por el diplomático, filósofo y escritor florentino Nicolás Maquiavelo (1469-1527) en su obra El Príncipe (1513).